UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES” y LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE AZOGUES FACULTAD DE JURISPRUDENCIA CARRERA: DERECHO INFORME FINAL DE TESIS PREVIA LA OBTENCIÓN DEL TÍTULO DE MAGISTER EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL TEMA: ANTEPROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO CIVIL RESPECTO AL DAÑO MORAL PARA GARANTIZAR DE FORMA EQUITATIVA SU REPARACIÓN. AUTOR:ABG. ESP. LIZETH DE LOURDES GARCÍA JARAMILLO TUTOR: Dr. Msc. EDISON SUÁREZ MERINO AZOGUES-ECUADOR 2013 Azogues, 19 de Enero 2013. Certificación del tutor Dr. Msc. Edison Suárez Merino, en calidad de tutor, certifico: Que el informe final de tesis previa a la obtención del Título de Magister en Derecho Civil y Procesal Civil, sobre el tema: “Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación”, elaborado por AB. ESP. LIZETH DE LOURDES GARCÍA JARAMILLO, alumna de la maestría de Derecho Civil y Procesal Civil, de la Facultad de Jurisprudencia, Escuela de Derecho de la “UNIANDES” en convenio con la Universidad Católica de Cuenca, Sede Azogues cumple con los requisitos metodológicos y científicos requeridos por las Universidades, por lo que se autoriza su presentación para la defensa ante el Tribunal correspondiente. Dr. Msc. Edison Suárez Merino Tutor de Informe final de Tesis Declaración de Autoría Yo, ABG. ESP. LIZETH DE LOURDES GARCÍA JARAMILLO, alumna de la Maestría de la Facultad de Jurisprudencia, Escuela de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes “UNIANDES”, y de la Universidad Católica de Cuenca, sede Azogues, por mis propios derechos, declaro: Que el contenido del presente informe final de tesis, previa a la obtención del Título de Magister en Derecho Civil y Procesal Civil, denominado “Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación”, es de mi absoluta responsabilidad, realizado en base a la investigación bibliográfica, respetando las normas legales y reglamentarias correspondientes, en tal virtud los conceptos, ideas, opiniones, conclusiones y recomendaciones son de mi autoría. ABG. ESP. LIZETH DE LOURDES GARCÍA JARAMILLO Dedicatoria Con mucho cariño dedico la presente investigación a mi hijo Michael Andrés, quien es mi inspiración en todo momento, a mis padres por su ejemplo y apoyo para superarme cada día y ser una persona de bien. Lizeth. Agradecimiento En primer lugar agradezco a Dios nuestro Creador, por haberme dado la vida y ser útil en la sociedad; luego agradezco a mi madre por ser en la tierra la continuadora de la obra divina, a los directivos de la UNIANDES y de la Universidad Católica de Azogues y todos los docentes de la maestría, por sus enseñanzas; y, en especial a mi tutor de Tesis, el Dr. Edison Suárez Merino Msc., por ser la persona que con sabiduría y paciencia me ha dirigido hasta la culminación de esta investigación. Lizeth. Índice General Contenido Portada Certificación del tutor Declaración de autoría Agradecimiento Dedicatoria Índice General Resumen ejecutivo Executive Summary Pág. 1 Introducción CAPÍTULO I 1. Marco teórico 5 1.1. 5 Las obligaciones en el derecho civil ecuatoriano 1.1.1. El origen de las obligaciones 6 1.1.2. Características de las obligaciones 9 1.1.3. Tipos de obligaciones 10 1.2. 14 Daño moral 1.2.1. El origen de la acción de daño moral 16 1.2.2. El daño como fuente de obligación 18 1.2.3. El daño moral y los valores que se lesionan 22 1.2.4. Características del derecho de reparación por daño moral 23 1.2.5. Diferencia de la indemnización por daños y perjuicios frente al daño moral 24 1.3. 28 Proceso para la reparación del daño moral 1.3.1. Las partes en el juicio de daño moral 29 1.3.2. La demanda y el desarrollo del proceso por daño moral 29 1.3.3. Las posibilidades de conciliación 30 1.3.4. Las pruebas 31 1.4. 32 La reparación en los juicios por daño moral 1.4.1. Las consideraciones que debe valorar el juzgador 32 1.4.2. Reparación, indemnización y resarcimiento 33 1.4.3. La apreciación de la pretensión del actor/ofendido 1.4.4. Los fundamentos de la reparación pecuniaria del daño moral 39 1.4.5. La motivación de la sentencia en los juicios de daño moral 44 1.4.6. La forma en que ha actuado frente a la necesidad de reparar con la 1.5. legislación existente. 48 La reparación en los juicios por daño moral en la legislación comparada 56 1.5.1. El juicio de daño moral en Colombia 56 1.5.2. El juicio de daño moral en Argentina 60 1.5.3. El juicio de daño moral en el derecho chileno 63 1.6. Conclusiones parciales del capítulo 68 1.7. Idea a Defender 69 1.8. Variable Independiente 69 1.9. Variable Dependiente 69 CAPÍTULO II 2. MARCO METODOLÓGICO 70 2.1. Caracterización del problema 70 2.1. Análisis crítico sobre el objeto de investigación 70 2.3. Modalidad de la investigación 71 2.4. Tipo de investigación 71 2.5. Población y muestra de la investigación 72 2.6. Métodos, técnicas e instrumentos 73 2.7. Interpretación de resultados y análisis de datos de la encuesta 74 2.8. Conclusiones parciales del capítulo 84 CAPÍTULO III 3. MARCO PROPOSITIVO 85 3.1. Tema 85 3.2. Justificación 85 3.3. Desarrollo 86 Conclusiones parciales del capítulo 89 Conclusiones generales 89 Recomendaciones 90 Anexos 91 Bibliografía 100 Resumen Ejecutivo Se desarrolla un conflicto en el ejercicio jurisdiccional cuando los jueces de lo civil tienen que fijar un monto de reparación por concepto de daño moral, ya que el Código Civil claramente expresa que ésta determinación se realizará discrecionalmente por los jueces; es decir, al juez le corresponde fijar por sí solo y de acuerdo a su criterio personalísimo la cuantía de la reparación; esta realidad, ha llevado a que en los últimos tiempos los accionantes de procesos de daño moral exijan extraordinarios montos de indemnización y en ocasiones los jueces se los han concedido en sentencia, lo que claramente pone de manifiesto el gran vacío legal existente y el riesgo de ésta discrecionalidad jurisdiccional para fijar la reparación, ya que si bien quien ha causado daño moral a otra persona debe cumplir con una reparación, esta reparación debe responder proporcionalmente al daño causado, más no enriquecer injustificadamente a una persona, por consiguiente la investigación es necesaria y de actualidad que permite buscar solución a la situación problémica, aplicándose los métodos: inductivo deductivo; analítico - sintético, e histórico-lógico, enmarcándose el tema en la línea de investigación: “Administración de Justicia”, lográndose el cumplimiento del objetivo general, esto es: La elaboración del ante proyecto de Ley Reformatoria al Código Civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. Executive Summary A conflict is developed in the jurisdictional exercise when the judges of the civil thing have to fix a repair amount for concept of moral damage, since the clearly expressed Civil Code that this determination will be carried out discretionary for the judges; that is to say, to the judge it corresponds him to fix by itself and according to their approach personal the quantity of the repair; this reality, it has taken to that in the last times the actioner of processes of damage morals demands extraordinary compensation amounts and in occasions the judges have granted them to him in sentence, that that clearly puts of manifesto the great existent legal hole and the risk of this jurisdictional discretionary to fix the repair, since although who has caused moral damage to another person it should fulfill a repair, this repair should respond proportionally to the caused damage, more not to enrich a person unjustifiably, consequently the investigation is necessary and of present time that allows to look for solution to the situation problémica, being applied the methods: inductive - deductive; analytic - synthetic, and historical-logical, being framed the topic in the investigation line: "Administration of Justice", being achieved the execution of the general objective, this is: The elaboration of the one before Reformatory bill to the civil code regarding the moral damage to guarantee in an equal way their repair. Introducción Según lo establecido en el Código Civil “La reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización atentas las circunstancias, previstas en el inciso primero de este artículo”. En la última década, hemos evidenciado en el país como los jueces de lo civil han actuado polémicamente cuando tiene que emitir una sentencia en procesos civiles de indemnizaciones por daño moral. Si bien la ley establece que los jueces pueden libre y discrecionalmente determinar los montos de reparación, es indudable que la ley extiende demasiado esta potestad jurisdiccional cuando los jueces ordenan reparaciones extraordinarias. La normativa que regula la forma como se ha de sustanciar el juicio por daño moral en el ecuador tiene orígenes de larga data y no ha cambiado en ningún sentido desde su puesta en vigencia, dejando carta abierta para que existan irregularidades en el actuar jurisdiccional, lo que podría estar perjudicando en demasía a los administrados. No existen trabajos e investigaciones similares sobre: “anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación” según los datos de las bibliotecas existentes en las ciudades de Ambato, Azogues y Cuenca. El problema identificado en la presente investigación es el conflicto en el ejercicio jurisdiccional que se desarrolla cuando los jueces tienen que fijar un monto de reparación por concepto de daño moral, ya que el Código Civil claramente expresa que ésta determinación se realizará discrecionalmente por los jueces; es decir, al juez le corresponde fijar por sí solo y de acuerdo a su criterio personalísimo la cuantía de la reparación. Esta realidad ha llevado a que en los últimos tiempos los accionantes de procesos de daño moral exijan extraordinarios montos de indemnización y en ocasiones los jueces se los han concedido en sentencia, lo que claramente pone de manifiesto el gran vacío legal existente y el riesgo de ésta discrecionalidad jurisdiccional para fijar la reparación, 1 ya que si bien quien ha causado daño moral a otra persona debe cumplir con una reparación, esta reparación debe responder proporcionalmente al daño causado, más no enriquecer injustificadamente a una persona. La presente investigación se centró en ésta situación problémica ya que es necesario darle seguridad jurídica a los procesos por daño moral, en todo proceso judicial las partes deben tener una expectativa real de sus derechos y obligaciones a ser valoradas por los jueces, lo que notoriamente no existe en este tipo de causas, en las que el demandado no puede tener una idea objetiva acerca de su eventual sanción,. Sse hiso importante buscar solución para evitar que se siga afectando tanto a las personas que deben cumplir con reparaciones por los daños morales que han causado, así como a los jueces de lo civil que deben enfrentarse a la carga de establecer un monto de reparación proporcional al daño causado por el demandado, en este sentido se plantea el siguiente problema ¿De qué manera influye la falta de parámetros para determinar los montos de reparación en los procesos por daño moral?, delimitándose el objeto de investigación: El daño moral; campo de acción: Los montos de reparación; lugar: Juzgado Noveno de lo Civil de El Oro; tiempo: Agosto – Diciembre del 2012, en virtud del problema planteado, la investigación se enmarca en “Administración de Justicia”, aprobado por “UNIANDES”, estableciéndose un objetivo general: Elaborar un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación, y tres específicos: determinar los referentes teóricos para el diseño del anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación; elaborar la estrategia para la evaluación de la adecuada normativa jurídica que rige para la determinación de los montos de reparación por concepto de daño moral; Establecer los componentes para la elaboración del anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. Se plantea una idea a defender: Con la elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral se garantizará su reparación en forma equitativa, de la que se obtiene la variable dependiente: Elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. La investigación se justifica ya que en la actualidad al no existir parámetros para que el juzgador fije la cuantía de reparación por concepto de daño moral, en el país se ha 2 fijado montos muy elevados que dan a notar que el libre criterio del juzgador ha lesionado derechos de los obligados a reparar. Se aplicó en la investigación el método inductivo-deductivo, que facilitó lograr los objetivos propuestos y ayudó a verificar las variables planteadas, realizándose un análisis; el analítico-sintético, que hizo posible la comprensión de todos los hechos, casos e ideas a lo largo de la investigación, y, el histórico-lógico, que permitió analizar científicamente los hechos, ideas del pasado y compararlos con los actuales. Entre las técnicas aplicadas tenemos el fichaje, la observación directa y la encuesta, aplicando en cada caso fichas Nemotécnicas, y Cuestionarios. Tesis que se encuentra estructura por tres capítulos. El capítulo I contiene la fundamentación teórica que abarca: las obligaciones en el derecho civil ecuatoriano, proceso para la reparación del daño moral, la reparación en los juicios por daño moral y conclusiones parciales del capítulo. El capítulo II abarca el marco metodológico, en el que encontramos la modalidad de la investigación: Cuali-cuantitativa;los tipos de investigación: De campo que facilitó recoger experiencias de la práctica jurídica, e información en el Juzgado Primero de lo Civil de Tungurahua; bibliográfica que aplicamos para adquirir el respectivo sustento científico de las variables planteadas en la investigación; documental sirvió para fundamentar la investigación en los diferentes documentos que versan sobre el tema; y, descriptiva-explicativa que aplicamos para explicar y describir los hechos materia de la investigación; los métodos, las técnicas y las herramientas utilizadas en la investigación, la interpretación y análisis de resultados luego de las encuestas realizadas a los Abogados inscritos en el Foro de Abogados de El Oro, terminando con las conclusiones del capítulo. El capítulo III, se refiere al marco propositivo, en el que en base a la investigación, se formula la propuesta con las conclusiones parciales del capítulo. Finalmente se formulan las conclusiones generales y las recomendaciones. La investigación efectuada con la asesoría de nuestro maestro el Dr. Msc. Edison Suárez Merino, contiene un aporte teórico, que beneficia a estudiantes y profesionales del derecho; ya que, se encuentra clasificada la información obtenida a través de la normativa jurídica, la jurisprudencia y la doctrina; la reforma propuesta busca una solución práctica a la situación problémica, y habiendo cumplido el objetivo general, nos encontramos haciendo un aporte en el campo jurídico que debe ser tomado en 3 cuenta por los Asambleístas del País, para su tratamiento legal que beneficie a la sociedad en general. 4 CAPÍTULO I 1. Marco teórico 1.1. Las obligaciones en el derecho civil ecuatoriano. Luis Parraguez Ruiz1: Las define como “Un vínculo en virtud del cual una persona llamada deudor queda en la necesidad de realizar una determinada prestación, que puede consistir en dar, hacer, o no hacer, a favor de otra determinada o acreedor, de tal manera que compromete todo su patrimonio embargable en garantía del cumplimiento.” Las fuentes de las obligaciones son: El contrato, El cuasicontrato, El delito, El Cuasidelito, y La ley. Contrato: Es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas. (Art. 1454 del CC) Convención: Es el sinónimo de contrato. Cuasicontratos: En una fuente dice: “Las obligaciones nacen, ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos”, en si los cuasicontratos se caracterizan por la ausencia de la voluntad de las partes. Ejemplo el cuasicontrato de comunidad: La comunidad de una cosa universal o singular, entre dos o más personas, sin que ninguna de ellas hayan contratado sociedad o celebrado otra convención relativa a la misma cosa, es una especie de cuasicontrato Delito.- “Es la acción u omisión dañosa que hemos mencionado. En la doctrina jurídica, como también acabamos de expresar, hay delitos civiles y penales, aunque un mismo hecho puede tener las dos cualidades y diferenciarse únicamente en las consecuencias.2” Cuasidelito.- Según lo define Escriche: “la acción ilícita que causa daño a otro, pero que se ha hecho sin intención de dañar, o todo acto con que se causa mal a otro por descuido, imprudencia o impericia3” 1 LARREA OLGUÍN JUAN IGNACIO, Índice Analítico del Código Civil, Segunda Edición, Corporación de Estudios y Publicaciones, Quito – Ecuador, 1991. 2 (Romero, Gil Barragan, 1995) 3 (Romero, Gil Barragan, 1995) 5 Tanto el delito como el cuasidelito civil pueden consistir en la ejecución de un hecho o en una abstención. En el primer caso son de acción y en el segundo de omisión 4. 1.1.1. El origen de las obligaciones. Son los hechos que las generan o las producen, los antecedentes de donde emanan una obligación, circunstancias que producen una obligación.- Arturo Alessandri R. Carlos Salazar Flor dice: Siempre que los autores hablan de las fuentes de un derecho, se refieren a los modos originales de su formación. Las fuentes explican la procedencia de un orden jurídico determinado. En consecuencia, debemos por lo mismo, fijar esos modos de formación: En el Derecho Civil, las fuentes pueden presentarse en dos formas, que pueden asimilarse a las obligaciones: la otra como doctrina de alcance común, forma teórica" no contenida en las legislaciones. La otra, como forma positiva, legislada, que ha dado lugar para, que algunos autores hablen con cierta razón de un Derecho Civil, chileno, francés, alemán o italiano. La segunda forma, la positiva legislada, constituye propiamente el derecho nacional. En cambio la primera posición, doctrinaria contempla la evolución actual. La segunda representa el constante proceso de la variedad a la unidad, la valencia de una teoría General que ningún caso, quiere identidad de leyes, como se ha creído, sino armonía de sistemas. Las fórmulas del Derecho Civil son evidentemente derecho positivo y sus fuentes no pueden ser sino éstas: La ley, el tratado, la doctrina. Esto no quiere decir que omitimos otras fuentes de apreciable valor, como la costumbre y la jurisprudencia. Pero estas fuentes suponen la existencia de la ley. La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que la ley se remita a ella. La jurisprudencia, igualmente parte de la aplicación de las leyes, de la interpretación que ha dado el juez, y sobre los casos sometidos a su conocimiento. La jurisprudencia tiene un papel regulador porque ha desentrañado todo el contenido vital de la ley; y porque procura armonizar la resolución. 4 (Dr.Marcelo Pazmiño Ballesteros, 2011) 6 La doctrina cumple un papel innovador; su filosofía jurídica acciona sobre la ley, la corrige, la hace más justa; y, por eso una buena doctrina deja expedito el camino para unas buenas leyes. La costumbre y la jurisprudencia, según Jitta, son satélites de la ley. En consecuencia por las razones antes: indicadas, opinamos que la ley es la primera fuente del Derecho y por ende de las obligaciones. No hay efecto sin causa. Las obligaciones tampoco escapan a esta regla motivo por el cual, debemos estudiar y averiguar cuáles son las causas que generan las obligaciones, los hechos que producen estos efectos que en el Derecho se denominan obligaciones. La clasificación de estas fuentes depende del criterio con que se mire la cuestión, pero si nos remontamos a las fuentes más remotas o mediatas, no encontramos otra que la ley que toda obligación tiene eficacia porque la ley la reconoce. De manera que los contratos producen efectos - obligación porque la ley los reconoce y considera como tales y la prueba de ello es que los simples deberes morales que no han sido reglamentados ni sancionados por la ley, no son obligaciones. Pero, si tomamos en cuenta o atendemos a las causas próximas o inmediatas, podemos hacer una clasificación más exacta" la ley general y el hecho humano, porque solo pueden reclamar las obligaciones ciertas personas. El mismo autor, sigue manifestando: el Código Civil Chileno, señala, como fuentes de las obligaciones a cuatro: o convención Como nuestro Código Civil es una copia exacta de muchas instituciones jurídicas del Código Civil Chileno; el Art. 1480 transcribe literalmente lo de la ley chilena, al manifestar: “Las obligaciones nacen ya del concurso real de la voluntad de dos o más personas, como es los contratos y convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como es' la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya 7 a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia”. En consecuencia, las fuentes de las obligaciones son: contrato o convención, hecho lícito, hecho ilícito y la ley. La clasificación anteriormente indicada, adoptada por la mayor parte de los Códigos modernos y a que se refieren todos los tratadistas de Derecho, es una clasificación, falsa" superficial, que no corresponde a la realidad de las cosas. Para Planiol y Baudry Lacantinerie5, señalan como única fuente de las obligaciones el cuasicontrato y la Ley. Agrupando en esta segunda, el cuasicontrato el delito, el cuasidelito y las obligaciones que nacen propiamente de ellas. En el contrato, la fuente de la obligación es la voluntad de las partes, que determina el objeto,' el alcance y la extensión de la obligación. La ley en materia de contratos no interviene, sino por un doble motivo: o bien para sancionar la obra de las partes, otorgándoles a éstas los modos para obtener su reconocimiento, o bien para vigilarlos a fin de que en sus convenciones menoscabar el orden público o las buenas costumbres. Pero fuera del contrato, no puede haber obligación, sino por disposición de la ley, fuera del contrato no es la voluntad de las partes la que genera la obligación, sino que es la disposición de la ley. En los casos en que un individuo se obliga a consecuencia de, un hecho que ha ejecutado, no es porque ha tenido la intención de convertirse en deudor, sino porque la ley le atribuye al ejecutado por ese individuo una consecuencia que le impone una obligación. En el caso del cuasicontrato, en el pago de lo no debido, cabe preguntarse el que recibe una cosa que no se le debe ¿tiene la obligación de restituirla a su dueño? Si la recibe de buena fe, no tiene voluntad de devolverla; si está de mala fe, con mayor razón falta la voluntad del individuo para obligarse; es la sola disposición de la ley, la que impone la obligación respectiva. Eso si que la ley no es caprichosa ni arbitraria. El legislador para 5 CELLERI VELASCO EMILIO, Sistema de Práctica Procesal Civil, Tomos 1 al 6, Editorial Pudeleco Editores S.A. 8 imponer estas obligaciones atiende a ciertas circunstancias que concurren en la persona o en el patrimonio del acreedor, y son ellas las que toman en cuenta para desprender una obligación en contra de la persona que ejecuta dicha acción: la existencia de una lesión injusta. Se trata de reparar una lesión injusta cuando el individuo ha cometido un delito, un cuasidelito o en el caso de un cuasicontrato, porque en todo cuasicontrato hay enriquecimiento sin causa. El delito solo impone obligación cuando causa una lesión injusta; de aquí que del intento de homicidio no se desprende ninguna obligación civil por que no hay daño. De modo pues, que todas estas obligaciones derivadas del delito, del cuasidelito y del Cuasicontrato no tienen otra fuente, que la ley que mira, al imponerlas, a la reparación del daño causado. De aquí que el Código Civil alemán, suizo que son los más modernos, no hagan esta clasificación tradicional de las obligaciones. Y solo se limiten a estudiar, primero las obligaciones derivadas de un contrato, en segunda las obligaciones derivadas de los actosilícitos, y en tercera finalmente las obligaciones derivadas de un enriquecimiento sin causa. En consecuencia, de acuerdo a lo que antecede, las fuentes de la obligación serían: Los contratos, Los actos ilícitos, y, Los de enriquecimiento ilícito. 1.1.2. Características de las obligaciones. Podríamos ensayar un concepto diciendo: Obligación es el vínculo jurídico entre dos partes de personas determinadas, en virtud del cual, una de ellas debe dar, hacer o no hacer algo a favor de la otra. Modernamente se asigna a la obligación algunas características que sirven para concebirla técnica y jurídicamente, sobre este particular recogemos el criterio de Hairo Duque6, profesor de la Universidad de Antioquia; 1. Es heteronómica, esto es está sometida a un poder extraño que le impide el libre desarrollo de su naturaleza. 6 CELLERI VELASCO EMILIO, Sistema de Práctica Procesal Civil, Tomos 1 al 6, Editorial Pudeleco Editores S.A. 9 2. Es bilateral, en cuanto el sujeto pasivo (deudor) está sometido al sujeto activo (acreedor). 3. Es coercitiva, desde que para que su cumplimiento la ley consagra el derecho al acreedor para dirigirse al órgano jurisdiccional correspondiente. Esta característica es absoluta en las obligaciones civiles; y se vuelve relativa, en las obligaciones naturales. 4. Es exteriorizable, desde que el camino para exigir su cumplimiento está dado por las acciones legales, que son públicas. 5. Proceden de un proceso genético porque las obligaciones requieren las fuentes establecidas por la ley, de actos jurídicos agotados. 6. Son por regla eficaces, salvo la excepción de las obligaciones naturales que a veces vuelven a la acción inoportuna es ineficaz cuando la oposición se funda en excepciones oportunas y bien concebidas. 7. Son transmisibles, en cuanto los actos jurídicos de que dependen las obligaciones están sometidas a la posibilidad de cederse. 8. Son patrimoniales, desde que sus efectos establecen prestaciones económicas. 9. Son de duración temporal porque pueden caducar. 10. Son objeto de prescriptibilidad en las acciones para su cumplimiento porque así expresamente lo señala la ley. 11. Están sometidas a formalidades, de mayor o de menor exigencia, esto es, las obligaciones surten o no efectos, según lo surtan los actos jurídicos y fuentes de obligaciones de las que dependan éstas. 1.1.3. Tipos de obligaciones. Según nuestra legislación ecuatoriana las obligaciones se clasifican en: a) obligaciones civiles. Obligaciones Civiles según el Código Civil Ecuatoriano.- Son las que dan derecho para exigir su cumplimiento. 10 Obligaciones Civiles según el Derecho Romano.- Era la obligación cuya validez estaba reconocida y se encontraba sancionada por una acción a favor del acreedor. Obligaciones Civiles en la Epoca Justiniana.- Era la obligación sancionada por el Derecho Civil en oposición del Derecho Pretorio. Obligaciones Civiles según otros Autores.- Es aquella que da derecho para exigir su cumplimiento; la que permite ejercer una acción en caso de incumplimiento, ya para establecer la situación o para obtener el reconocimiento consiguiente. La exigible legalmente pero no valedera en el fuero de la conciencia. b) Obligaciones naturales. Obligaciones Naturales según el Código Civil Ecuatoriano.- Las que no confieren derechos para exigir su cumplimiento; pero que, cumplidas, autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas... Obligaciones Naturales según Bonnecase.- Dice ingeniosamente que la obligación natural es una obligación civil, bajo condición potestativa, es decir, que el deudor puede cumplirla o no, pero, de hacerlo, no cabe arrepentimiento eficaz. Se afirma también que en ella no existe acreedor sino un beneficiario eventual, pero no tiene el carácter de donatario, o por lo menos habría que considerarlo como remunerado con causa justa. Obligaciones Naturales según otros Autores.- Es aquella que refiriéndose a relaciones jurídicas, lícitas en conciencia, no es exigible legalmente, por carecer de acción que la ampare, sin que ello excluya la producción de determinados efectos en derecho. Tales son las obligaciones contraídas por la mujer casada, allí donde su capacidad está disminuida, la de los menores de edad, las de los juegos de azar, todas las prescritas. c) Obligaciones condicionales. Obligaciones Condicionales según el Código Civil.- Es la que depende de una condición, esto es, de un acontecimiento futuro que puede suceder o no. Obligaciones Condicionales según otros Autores.- Es aquella que depende de un acontecimiento futuro e incierto que puede producir la adquisición de un derecho o la resolución del ya adquirido. En las obligaciones condicionales, la adquisición de los 11 derechos, así como la resolución o pérdida de los ya adquiridos, dependerá del acontecimiento que constituya la condición. d) Obligaciones modales. Obligaciones Modales según el Código Civil.- Las disposiciones del Título IV del libro III sobre asignaciones testamentarias condicionales o modales, se aplican a las convenciones en lo que pugne con lo dispuesto en los artículos precedentes. Obligaciones Modales según otros Autores.- Es aquella en que el deudor entrega una cosa con determinada carga para quien la recibe; o también la prestación que entraña un servicio para un tercero o para un grupo social. e) Obligaciones a plazo. Obligación a Plazo según el Código Civil.- Es aquella donde el plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación y puede ser expreso y tácito. Es tácito el indispensable para cumplirla... Obligaciones a Plazo según otros Autores7.- Es aquella cuyo cumplimiento depende de un día, determinado o indeterminado, pero cierto. f) Obligaciones alternativas. Obligaciones Alternativas según el Código Civil.- Es aquella por la cual se deben varias cosas, de tal manera que la ejecución de una de ellas exonera de la ejecución de las otras. Obligaciones Alternativas según las Partidas.- Son aquellas que nos compelen a dar o hacer una de dos cosas, en que convivimos, libertándonos del compromiso por el cumplimiento de cualquiera de ellas. Obligaciones Alternativas según otros Autores.- Es aquella que teniendo por objeto una sola prestación, da al deudor la facultad de subsistuirla por otra, expresamente determinadas. Esta especie obligatoria se aproxima a la obligación alternativa. 7 BORDA A. GUILLERMO, Manual de las Obligaciones, Segunda Edición, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1963. 12 g) Obligaciones de genero Obligaciones de Género según el Código Civil.- Son aquellas en que se debe indeterminadamente un individuo de una clase o género determinado. Obligación de Género según otros Autores.-Son aquellas en que manifiestan que lo que la obligación da resultado, es decir cualquiera establecida. h) Obligaciones solidarias. Obligaciones Solidarias según el Código Civil.- Es aquella cuando se ha contraído por muchas personas o para con muchas la obligación de una cosa divisible, cada uno de los deudores en el primer caso está obligado solamente a su parte o cuota en la deuda; y cada uno de los acreedores en el segundo, solo tiene derecho para demandar su parte o cuota en el crédito. Obligaciones Solidarias según otros Autores8.- Es aquella en que cada uno de los acreedores puede reclamar por sí la totalidad del crédito, o en que cada uno de los deudores está obligado a satisfacer la deuda entera, sin perjuicio del posterior abono o resarcimiento que el cobro o el pago determinen entre el que lo realiza y sus cointeresados. i) obligaciones divisibles e indivisibles. Obligaciones Divisibles e Indivisibles según el Código Civil.- La Obligación es divisible e indivisible según tenga o no por objeto una cosa susceptible de división, sea física, intelectual o de cuota... Obligaciones Divisibles o Indivisibles según otros Autores.- Son las que tienen por objeto una prestación, un hecho, una abstención o una cosa que no puede ser cumplida sino por entero, por no admitir división material ni intelectual. j) Obligaciones con cláusula penal. Obligaciones con cláusula penal según el código civil.-Es aquella en que una persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena, que consiste en 8 BORDA A. GUILLERMO, Manual de las Obligaciones, Segunda Edición, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1963. 13 dar, o hacer algo en caso de no cumplir la obligación principal, o de retardar su cumplimiento. Obligaciones con Cláusula Penal según otros Autores.-Es la indemnización que por la acción u omisión delictiva se debe. Comprende la restitución de improcedentemente adquirido, la reparación del mal y el resarcimiento de los perjuicios. 1.2. Daño moral. Para poder definir y conceptualizar el daño moral voy a dejar en claro ciertos términos que pueden causar confusión. La doctrina en nuestra Legislación Ecuatoriana, utiliza los términos daños y perjuicios al referirse a la reparación de los daños, podríamos pensar que estas dos palabras tienen diferente significado , para aclarar estos términos voy a referirme al Derecho Romano, en este se consideraba que dentro de la indemnización de daños y perjuicios habían dos componentes: el daño emergente y el lucro cesante, en si al daño se lo consideraba como el daño emergente, en cambio al perjuicio se lo relacionaba como el lucro cesante.9 Daño emergente como la pérdida del objeto propio de la obligación, y lucro cesante como la utilidad o ganancia no obtenida debido al incumplimiento, mora o cumplimiento parcial del objeto de la obligación. La jurisprudencia Ecuatoriana ha dicho que es herencia del derecho romano que se tome a estas palabras con significados diferentes. Según esta sentencia la palabra daño se utiliza como la reparación, indemnización o resarcimiento por un perjuicio. Por esto se justifica que nuestro Código Civil utilice estas dos palabras como si tuvieran significados disímiles, en la actualidad, la doctrina al hablar de estos conceptos, los toma como si fueran sinónimos . El daño viene a ser lo mismo que el perjuicio, una injuria a un interés jurídico protegido; se utilizan estos términos indistintamente.10 Después de haber analizado al respecto de términos de daños y perjuicio; debo analizar el concepto de daño moral. No cualquier preocupación o cambio en el ánimo involucra daño moral. La jurisprudencia Ecuatoriana a dicho al respecto: 9 (Sofia Macarena Guerrero Gonzales, 2009) (Sofia Macarena Guerrero Gonzales, 2009) 10 14 En cuanto al daño moral se define como el dolor sico-físico que lesiona de este orden y hace sufrir a la víctima. La amplitud de su concepto es inconmensurable. Los daños morales afectan a la personalidad física o moral del hombre o a ambas; a la vez, a la integridad de las facultades físicas; a las sensaciones y sentimientos del alma humana. El daño moral es todo sufrimiento o dolor que se padece independientemente de cualquier repercusión de orden patrimonial material. Se traduce en la lesión a las afecciones intimas del damnificado. Daño moral es el que lesiona el conjunto de facultades del espíritu, o como se suele denominar usualmente, aunque con cierta impropiedad, el ¨Patrimonio¨ del damnificado, ósea el conjunto de ciertas características o condiciones que dan forma a la personalidad, todos los activos intelectuales y espirituales de los cuales se ha ido nutriendo la persona en el transcurso de los años. Hay una vertiente doctrinaria que caracteriza al daño moral o extra patrimonial partiendo de una definición por exclusión; es decir, el que no puede ser comprendido en el daño patrimonial es el daño moral. Mencionando parcialmente la doctrina de Gil Barragán Romero11 en su libro Elementos del Daño moral en las páginas 77 y 78 nos dice que la amplitud que se ha desarrollado en cuanto a la doctrina de daño moral, dice que el mismo es una alteración de la homeostasis. Homeostasis es un concepto tomado de la fisiología y consiste en la capacidad del cuerpo de mantener su composición química, su temperatura y su estado de salud al nivel adecuado; trasladado al campo del espíritu, significaría un estado regular de nuestro ser, en virtud del cual continuamos siendo lo que somos y mantenemos el tono y las tenciones necesarias para la vida. La homeostasis seria pues, en el campo de la psicología, una situación de equilibrio y preservación de nuestro ser, contra el cual irrumpe lo que provoca el daño. El hecho que atenta contra la homeostasis provoca una alteración traumática brusca y, a partir de ella, la persona siente afectado su equilibrio y su paz. El daño moral parte del ataque a bienes esenciales de la personalidad, que causan una alteración del equilibrio espiritual de quien llega a sufrirlo. 11 (Romero, Gil Barragan, 1995) 15 La alteración consiste en padecimientos que perturban la tranquilidad y el ritmo normal de vida del damnificado y como consecuencia, produce un modo de estar anímicamente perjudicial, diferente de aquel que la persona se hallaba anteriormente. Daño moral es cualquier perjuicio a la persona, que no puede ser considerado como patrimonial. Las denominaciones de los sufrimientos que lesionan intereses no patrimoniales son dolor, angustia, aflicción física o espiritual, humillación. En rigor ninguno de tales estados del espíritu es el daño mismo sino su consecuencia. La actividad dañosa puede causar lesión por el simple menosprecio de los atributos de la personalidad humana; la medida de la reparación la da tal actividad y no la determinación matemática de un perjuicio, como en el daño patrimonial. Por esto, la reparación de los daños al patrimonio se hace mediante una liquidación y la de los extra patrimoniales mediante una estimación. Además la doctrina distingue al daño moral entre daño moral directo y daño moral indirecto partiendo de la naturaleza de los intereses jurídicos afectados, en este sentido el daño moral es directo si lesiona un interés tendiente a la satisfacción o goce de un bien jurídico no patrimonial; el daño moral será indirecto si la lesión a un interés tendiente a la satisfacción o goce de bienes jurídicos patrimoniales, produce, además, el menoscabo a un bien no patrimonial.12 Tal distinción no es novedosa y surge de la teoría general del daño y se sigue los mismos parámetros para conceptuar el daño patrimonial directo y el daño patrimonial indirecto. De este modo se establece, así como el daño patrimonial es una consecuencia posible pero no necesaria del hecho lesivo a un interés no patrimonial, el daño moral indirecto es la derivación del hecho lesivo a un interés patrimonial. En el Ecuador el creador de la ley de reparación del daño moral, el Dr. Gil Barragán romero dice que… El daño moral causado por la muerte de un ser querido suele ser uno de los más hondos y es indemnizable si se debe a un hecho ilícito. 1.2.1. El origen de la acción de daño moral. Hay quienes hayan al origen doctrinario más remoto del fundamento para reparación del daño moral puro, en el pensamiento filosófico de Santo Tomas de Aquino, quien a su 12 (Dr.Marcelo Pazmiño Ballesteros, 2011) 16 vez se habría inspirado en una fuente más antigua, Aristóteles. Mosset cita una opinión aristotélica13, transcrita en la SummaTeologica de Santo Tomas, en la cual se mencionan bienes indemnizatorios del perjuicio afectivo: “Las cosas que restablecen la normalidad corporal y, por otra parte, proporcionan deleite, o al menos distracción, con que suavizar las asperezas del dolor” (Romero, Gil Barragan, 1995). Tan prestigioso antecedente tiene solo valor histórico, pues debió transcurrir mucho tiempo para que el daño moral se convirtiera en institución jurídica. Después de ignorárselo durante mucho tiempo o haberlo vinculado a los daños patrimoniales, cuando estos podían dar lugar al pago de una indemnización mayor si estaban acompañados de un sufrimiento, el agravio moral se independiza al llegar a reconocerse que también deben ser resarcibles una molestia, una afección espiritual o física, independientemente del perjuicio al patrimonio. Ya no se duda de que en este concepto entran el dolor que provocan a una persona causas tan diversas como una herida, lesión, cicatriz o deformidad; el desprestigio, la difamación, el menosprecio, la deshonra, los atentados a sus creencias, su detención o prisión, su procesamiento, un rapto, una violación, un estupro, una seducción; la muerte de un ser querido. En el curso del presente siglo, se reafirma en la legislación universal estos principios y actualmente son excepciones los países en los que no se consagra. Algunos códigos, uno de ellos el alemán, limitan la reparación a casos determinados, como los daños a la salud o al cuerpo, la privación injusta de libertad y a delitos contra la moral de la mujer. Pero con las lógicas variaciones, la mayoría lo admite. En nuestro continente, “en general, toda la legislación iberoamericana reconoce expresa o implícitamente la existencia del daño moral. México (art. 1916), Argentina (arts. 1078 y 1083), Brasil (arts. 1547 y 1550), Venezuela (art.1196), Perú (arts. 1984 y 1985) y, por supuesto, Ecuador, contienen disposiciones específicas relativamente al daño moral. Chile, Colombia, España, Uruguay y Costa Rica se encuentran entre los países que admiten, implícitamente indemnización por daño moral14. 13 14 ( Falconi Puig Abogados, 2011) ( Falconi Puig Abogados, 2011) 17 Después de las resistencias para admitirlo y especialmente después de superada la controversia sobre su resarcibilidad, el daño moral ha llegado a tener gran significación en el Derecho. Debemos detenernos en la polémica sobre la procedencia de la reparación pecuniaria, a la cual algunos autores consideraron una inmoralidad; otros dijeron que era imposible de probar el daño, puesto que se produce en la intimidad del ser, y que era imposible intentar indemnizar aquello que no puede tener equivalencia en dinero. Los defensores de la institución desvirtuaron estas objeciones hicieron prevalecer sus razones y alcanzaron su consagración. Sus argumentos confieren a esta doctrina una base muy amplia y ya no se la discute ni siquiera en círculos académicos serios. Las sentencias de los tribunales le han confirmado firmeza y han proclamado la verdad de que, si el derecho reconoce la personalidad y los bienes inmateriales de las personas, no puede dejarlos sin amparo ya que no cabe un derecho que no se halle protegido. La órbita del concepto de reparación del daño moral tiende a ampliarse a muchos bienes, pues el criterio que ahora priva es que con el daño moral no solo se lesionan los bienes extra patrimoniales de una persona sino, también, los fines sociales que ella realiza; esto es más evidente cuando se afecta a su honor, paz, intimidad e imagen. 1.2.2. El daño como fuente de obligación.Entendemos que el Código Civil reconoce cuatro formas de obligarse, lo que teóricamente se conoce como fuentes de las obligaciones. El texto exacto de la norma es el siguiente: “Art. 1453.- Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las voluntades de dos o más personas, como en los contratos o convenciones; ya de un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres y los hijos de familia”. 18 En consecuencia, la primera forma de obligarse es aquella en que existe acuerdo de voluntades, lo que da como resultado un contrato. Como por ejemplo, cuando una persona alquila una casa, se da un contrato de arrendamiento. O ejemplos más cotidianos, como cuando una persona compra un caramelo. El concurso de voluntades no necesariamente tiene que constar por escrito, salvo cuando la ley así lo exige. La segunda forma de obligarse también depende de la voluntad, pero no de varias personas, sino solamente de una, que es la que se obliga. Así, en el caso de un heredero, éste puede aceptar la herencia, o repudiarla. Si acepta la herencia, no solamente recibirá los bienes del fallecido, sino que también deberá responder por las deudas que éste dejó. Así, al aceptar una herencia, una persona se obliga por sí sola para con otras. La tercera forma es la que trataremos en precisamente el daño. La cuarta forma de obligarse es cuando la ley dispone directamente la responsabilidad. Por ejemplo, una persona que adquiere un inmueble, está obligado al pago de impuestos prediales. Y como ejemplos más generales tenemos que estamos obligados a pagar impuestos sobre nuestros ingresos. Esta forma de obligarse no depende de la voluntad. En cuanto al daño, es una forma de obligarse que tampoco depende de la voluntad de quien se obliga. Al manifestar “la voluntad”, no me refiero si hubo o no voluntad de causar el daño, pues esto, para efectos de indemnizar, resulta prácticamente indiferente. Debe quedar claro que a lo que me refiero es que no existe la voluntad de obligarse, como ocurre con el contrato. La generación de la obligación de ningún modo depende de la voluntad del individuo que ha causado el daño. Por ejemplo, si rompemos un vidrio, estamos en la obligación de repararlo, sea que haya sido a propósito, o que hubiese ocurrido por accidente. Sea que queramos pagar por el daño o no. Quiénes están obligados a responder.-Al respecto, el Art. 2229 del Código Civil ecuatoriano, prescribe que: “Por regla general todo daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona debe ser reparado por ésta. Están especialmente obligados a esta reparación: 1.- El que provoca explosiones o combustión en forma imprudente; 19 2.- El que dispara imprudentemente un arma de fuego; 3.- El que remueve las losas de una acequia o cañería en calle o camino, sin las precauciones necesarias para que no caigan los que por allí transitan de día o de noche; 4.- El que, obligado a la construcción o reparación de un acueducto o puente que atraviesa un camino, lo tiene en estado de causar daño a los que transitan por él; y, 5.- El que fabricare y pusiere en circulación productos, objetos o artefactos que, por efectos de elaboración o de construcción, causaren accidentes, responderá de los respectivos daños y perjuicios” Destaquemos cuatro aspectos de esta norma: 1.- Se indica expresamente que es una regla general. 2.- Esta regla general aplica a todo daño. 3.- La reparación solo cabe cuando se puede imputar malicia o negligencia al causante del daño. 3.- Los casos que se indican son de quienes estarían especialmente (no únicamente) obligados a tal reparación. O sea, podría haber otros casos. En efecto, existen otras normas dentro del Título “De los Delitos y Cuasidelitos” del Código Civil, que explican sobre otros obligados a la reparación del daño, y casos diferentes. Entre estas normas, encontramos que no solamente quien ha ocasionado un daño está obligado a su reparación, sino también sus herederos. Esto resulta obvio al recordar que, como está expresado en líneas anteriores, un heredero tiene la opción de aceptar o repudiar una herencia; y que cuando la acepta, le son transferidos todos los derechos así como las obligaciones. Es necesario reparar en que, a diferencia de otro tipo de obligaciones, la obligación por daño no puede siempre ser prevista por un heredero al momento de decidir si desea o no aceptar la herencia. Sin embargo, la ley es clara en este respecto, y no admite objeciones. 20 La misma norma que obliga a los herederos a cumplir con la indemnización, establece que quien recibe provecho del dolor ajeno, sin ser cómplice, no estará obligado sino hasta el monto del provecho. Reparando en que esta disposición consta junto a la de los herederos, podemos entender que se refiere a que la obligación de reparación del daño no es transmitida de modo solidario a todos los herederos, sino a cada uno de ellos a prorrata de su participación en la herencia. En cambio, cuando dos o más personas han causado daño a otro, la responsabilidad es solidaria en cada una de ellas. Esto quiere decir que es factible cobrarle a cualquiera de esas personas, de manera individual, el total de la obligación. Excepción de lo antedicho es cuando se trata de condóminos de un edificio cuyo mal estado puede ocasionar daños, en cuyo caso la indemnización se divide a prorrata de su cuota de condominio; y cuando algún objeto cae de un edificio y no se puede establecer con precisión de dónde cayó el objeto, en cuyo caso son responsables todos quienes habiten en esa parte del edificio, pero en partes iguales. En cuanto a daños ocasionados por incapaces, la ley asigna la responsabilidad a los cuidadores de los mismos. En el caso de infantes y dementes, son los respectivos padres, cuidadores o tutores, los responsables por los daños causados, en cada caso, siempre y La primera sería la norma que define las obligaciones naturales como: “Las que no confieren derecho para exigir su cumplimiento; pero que, cumplidas autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas. Tales son: Las contraídas por personas que, teniendo suficiente juicio y discernimiento, son, sin embargo, incapaces de obligarse según las leyes, como los menores adultos”. Según esta norma, las obligaciones contraídas por un menor adulto no confieren derecho para exigir su cumplimiento. La segunda sería la misma que responsabiliza a los padres de los daños causados por los hijos menores. Nos inclinamos por esta última, porque por un lado evita que exista la posibilidad de que en cierta edad un individuo pueda causar daños sin responsabilizarse de los mismos, y por otro lado, versa exactamente sobre el mismo asunto: la responsabilidad por daño, mientras que la otra norma es general. Además, si la ley ha 21 conferido al juez la facultad de determinar si hubo discernimiento en los daños causados por un menor entre los 7 y los 16 años, es porque la ley reconoce que hasta los 7 años no hay discernimiento, y después de cumplidos los 16, si lo hay. Y en la misma forma en que la ley obliga a los cuidadores de personas incapaces, también obliga a quien tiene un animal, sea en calidad de dueño, o que se sirva del mismo, a reparar los daños que éste cause. Solamente en caso de que el animal se haya suelto o extraviado puede eximirse de responsabilidad al que lo tiene, cuando que no se le pueda imputar culpa o negligencia en la libertad del animal. Por ejemplo, si un perro que ha causado destrozos, se soltó porque un carro chocó la puerta de la reja de la casa donde estaba el animal. Pero al tratarse de un animal fiero que no sirve para cuidar un predio, por ejemplo, un gato montés, la persona que lo tiene será el responsable de los daños, sin importar las circunstancias. Habiendo analizado someramente los casos de daño que nuestra legislación específicamente menciona, observamos que, sin embargo, de modo muy amplio, el Art. 2214 del Código Civil prescribe que: “El que ha cometido un delito o cuasidelito que ha inferido daño a otro, está obligado a la indemnización; sin perjuicio de la pena que le impongan las leyes por el delito o cuasidelito”. Esta norma tiene importancia fundamental porque, por un lado, determina que todo delito o cuasidelito puede constituir daño por el cual se puede reclamar indemnización, además de que separa e independiza las acciones civiles de las penales, de manera que la obligación de indemnizar a otro por un daño causado durante la comisión de un delito no dependa de una sentencia ejecutoriada en lo penal que lo declare culpable de dicho delito. Esto, que al igual que muchos otras situaciones jurídicas tiene criterios contrapuestos, lo analizaremos detalladamente más adelante. 1.2.3. El daño moral y los valores que se lesionan. Sintetizando a los procesos por daño moral puedo indicar que los derechos que se protegen al implementarse la figura del daño moral son aquellos que protegen la paz, 22 integridad, honorabilidad, y la salud mental y espiritual, que pueden recaer sobre la persona afectada directamente por la ilegalidad, así como también indirectamente a los familiares o terceros con legítimos derechos. 15 Así puedo indicar también que dentro de nuestras garantías constitucionales de los habitantes de un país, la primera suele ser el derecho a la vida, en la cual el profesor Español Ángel Osorio Gallardo expresa: “Lo primero que debemos encontrar es que el Estado defenderá nuestra vida para que nadie pueda atentar contra ella. Sin duda el estado tendrá esa buena intención y la cumplirá mientras pueda. Que no es casi nunca. Nos interesa la muerte como daño causado a una persona y del cual derivan derechos para damnificados indirectos, los que también experimentan un perjuicio a raíz del hecho dañoso.” Así tenemos que en el Derecho Civil, cabe ahora la protección indirecta mediante la indemnización del daño causado con su privación, además de constar la protección de la integridad física y la salud integra de toda persona, así en la actual codificación civil el articulo 2232 prescribe que dejando a salvo la pena impuesta en los casos de delito o cuasidelito, están especialmente obligados a esta reparación quienes en otros casos de los señalados en el artículo anterior, manchen la reputación ajena, mediante cualquier forma de difamación, o quienes causen lesiones, cometan violación, estupro o atenten contra el pudor, provoquen detenciones o arrestos ilegales o arbitrarios, o procesamientos injustificados, y en general sufrimientos físicos o psíquicos como angustias, ansiedad, humillaciones u ofensas semejantes, enunciación de tipos de daños morales que es únicamente enunciativa no limitada16. 1.2.4. Características del derecho de reparación por daño moral. Para entender cómo se repara el daño, debo referirme en primer lugar, a los conceptos de reparación, indemnización y resarcimiento. Hay que saber si estos vienen o no a ser sinónimos, habrá que precisar cuál es la diferencia exacta entre estos conceptos. El diccionario de la lengua Española, indica que indemnizar, significa resarcir de un daño o un perjuicio. Resarcir según el mismo diccionario, significa indemnizar, compensar un daño, perjuicio o agravio. reparar, 17 Reparar en cambio significa desagraviar, 15 (Dr. Marcelo Pasmiño ballesteros, 2009) ( Falconi Puig Abogados, 2011) 17 (Sofia Macarena Guerrero Gonzales, 2009) 16 23 satisfacer al ofendido; remediar o precaver un daño o un perjuicio. Podemos concluir que estos tres conceptos vienen a ser sinónimos gramaticalmente, pero no son sinónimos en el sentido jurídico ya que son utilizados de diferente manera tanto por la doctrina y la jurisprudencia. Recurriendo a la doctrina se puede afirmar que la indemnización es una compensación pecuniaria para realizar el resarcimiento y la reparación, ya que este sirve para contemplar a los daños morales. No existen verdaderas disconformidades entre los distintos autores respecto a este tema. A su vez hay que aclarar que el termino reparación proviene del Derecho Romano in integrumrestituio. Si una persona resultaba lesionada por la realización de un acto antijurídico o que vaya en contra de uno de los principios del derecho, podía solicitar al pretor este in integrumrestituio. Era una acción que trataba de otorgar al demandante de una reparación completa por los daños, así también se permitía al heredero interponer la acción. La in integrumrestituio, admitía también, satisfacer al demandante cuando el perjuicio resultare en un daño de tal naturaleza que no pueda restablecerse a las cosas a su estado anterior, esto se refiere al daño moral. Así esta acción se convirtió en lo que conocemos hoy como el principio de reparación integral de daños, este indica que todo daño causado debe ser reparado por su responsable con el fin de restablecer el equilibrio destruido. 1.2.5. Diferencia de la indemnización por daños y perjuicios frente al daño moral: Para efectos jurídicos, esto es, a la hora de reclamar judicialmente por un daño causado, es imprescindible determinar cuál ha sido el objeto receptor del daño, ya que de eso dependerá cuál es la prueba que corresponderá actuar al demandante. Si el objeto receptor del daño ha sido un bien, mueble o inmueble, el daño es patrimonial, porque afecta el patrimonio del dueño de los bienes dañados. El daño patrimonial es de dos tipos: El daño emergente, cuando el daño es la consecuencia directa de la acción del agente dañoso. El lucro cesante, que son las pérdidas económicas sobrevinientes por no poder utilizar el bien dañado. En nuestra legislación no existe la denominación de daño patrimonial, sino que simplemente se hace referencia a “daños y perjuicios”, o “daño emergente y lucro cesante”. Por ejemplo, si al conductor de un taxi le chocan su vehículo, entendemos que el daño 24 emergente es lo que se puede apreciar inmediatamente a simple vista. En el caso del taxi, el daño emergente es inmediato. Los perjuicios, son siempre económicos. Los perjuicios del daño emergente se pueden apreciar de manera fácil, simplemente observando la factura del taller mecánico en el que se reparó el vehículo. En el mismo ejemplo del taxi, existe también el daño de no poder utilizarlo, sino hasta su reparación. El perjuicio, en este caso, es que el taxista no puede hacer producir al bien, que es su herramienta de trabajo. Esto es el lucro cesante. Imaginando que el vehículo ha estado dos semanas en el taller, el lucro cesante podría calcularse estableciendo el promedio general de ingresos que el taxi habría generado durante ese tiempo, si hubiese estado trabajando normalmente. Si bien no contamos con un valor específico como el que podría observarse en la factura de reparaciones del vehículo en el caso del daño emergente, sí es un valor determinable mediante los recursos de prueba que reconoce la ley. La suma de los dos valores que conforman el daño, dan como resultado el monto de la indemnización que está obligado a pagar quien causó tal daño. Componentes del daño patrimonial. En una acción judicial por daño patrimonial, el actor está obligado a probar tres cosas: 1) La existencia de los daños. 2) Que el demandado es el causante de los daños. 3) El monto a que ascienden los perjuicios, tanto por el daño emergente como por el lucro cesante. Si el actor fracasa en probar cualquiera de estos tres aspectos, la sentencia debe declarar sin lugar la demanda, aunque sea parcialmente. Debemos recordar que las obligaciones civiles son consecuencia de relaciones privadas que en términos generales no competen a la sociedad. Un juez de lo civil, por lo tanto, debe resolver sobre temas privados, mediante la 25 aplicación del derecho privado, en la forma de analizar las relaciones entre las partes, y mediante la aplicación del derecho público, en la forma de conducir el juzgamiento. En derecho privado, las personas pueden disponer de sus cosas a su antojo siempre y cuando la ley no lo prohíba. En derecho público, solamente se puede hacer aquello expresamente permitido por la ley. Nuestra ley establece que el trabajo del juez de lo civil es el de resolver las disputas de las partes, conforme a las aspiraciones específicas de cada una de ellas. Esto significa claramente que un juez civil debe atenerse a lo que las partes soliciten. Un juez civil no puede imaginarse las cosas que las partes desean ni plantearlas por sí solo, sino que debe limitarse a lo que el actor expresa en su demanda y a lo que el reo contesta4. El juez civil no puede reparar las omisiones de las partes sobre los hechos expuestos a su juicio. Por ejemplo, si la obligación recae sobre dos personas pero el actor dirige su acción contra solo una de ellas, no corresponde al juez de lo civil hacer extensiva la acción contra la persona que no fue expresamente demandada. Tampoco puede el juez decidir sobre cosas que no le fueron solicitadas en el escrito de demanda. Por ejemplo, si un inquilino ha causado daños en toda la edificación, pero el dueño de casa solamente reclama por los daños ocasionados por el local materia del arrendamiento, no puede el juez condenar al inquilino al pago de los demás daños18. La prueba de la existencia del daño es parte fundamental de la acción porque es la existencia de daños lo que da origen a la obligación. La falta de prueba de la existencia de los daños dejaría sin pie la acción. Sin embargo, es la parte más sencilla, puesto que es impersonal, y puede recurrirse a fotografías, partes de la fuerza pública, dictámenes de expertos, entre otros medios de prueba. La prueba de que el demandante es causante de los hechos podría resultar complicada en el sentido de que podría ser subjetivo. En el ejemplo dado de un accidente de tránsito, casi siempre resulta subjetivo establecer quién es el culpable del accidente. Sin embargo, no es nuestra intención adentrarnos en los detalles de la prueba. Lo que sí es importante resaltar es que si se ejerce la acción contra una persona equivocada, el juez no podrá por sí solo corregir este error. Por ejemplo, si por equivocación el actor ha 18 DIEZ PICAZO LUIS, Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, Editorial Tecnos, Madrid, 1978. 26 demandado a quien estaba sentado junto al conductor, pero no al conductor, el juez deberá simplemente desechar la demanda, aunque se haya probado la existencia de los daños, y que el conductor fue el causante de los mismos. Y finalmente, aunque el actor haya sido exitoso en probar la existencia de los daños, y que el demandado ha sido el causante de los mismos, resultará imposible para un juez condenar al dañoso al pago de una indemnización, si es que no se ha podido comprobar a cuánto asciende el monto de los perjuicios. Esto se debe a que no corresponde al juez hacer la estimación de los daños a su buen entender. Si, por ejemplo, se trata de que se rompió un jarrón, el juez no está llamado a saber el costo de dicho objeto, que puede variar ampliamente por el material del que está hecho, su antigüedad, la marca o la persona que lo hizo, o cualquier otro factor que influya en el valor de mercado de dicho objeto. Tampoco puede el juez atenerse meramente a lo que el actor diga en su demanda como aspiración. Por ejemplo, que el actor demande a un sastre por haberle dañado una prenda de vestir que costó 20 dólares, y que reclame un millón de dólares de indemnización porque ya no se la encuentra en el comercio. Toda acción de reparación de un daño material requiere la prueba del monto a que ascienden, para efectos de que el juez pueda tener un elemento de condena. Sentenciar al pago de una cantidad que no ha podido ser demostrada en juicio representaría para el juez extralimitarse en sus funciones y causar grave daño al demandado. Porque la indemnización de daños y perjuicios no es un castigo a quien cometió el daño. No es una penalidad hacer que una persona que causó un daño, sea quien corra con los costos ocasionados por el mismo. Basta notar que quien impone de manera explícita la obligación de pagar por los daños no es un juez de lo penal, sino un juez de lo civil. Ejemplificar esto es fácil. Imaginemos que el Sr. Pérez va a comer a un restaurante, y quiebra el plato en el que le sirvieron la comida. Inmediatamente el Sr. Pérez admite su culpa y ofrece pagar el valor del plato. Le informan que es una vajilla cara, y que reponer ese plato costaría cuarenta dólares. Entonces, el Sr. Pérez saca de su billetera cuarenta dólares, y paga por el plato roto. ¿Acaso fue una sanción contra Pérez, o fue un reconocimiento de éste por el daño causado? Ahora, imaginemos que Pérez no se siente contento con pagar cuarenta dólares, y le 27 propone al dueño del establecimiento zanjar el asunto con veinticinco dólares. El dueño acepta y se realiza la transacción. Es lo mismo. Pérez reconoció su obligación, pero hizo una propuesta, que dependía de la voluntad del dueño podía aceptarla o no, principalmente, porque se trata de un asunto civil, de propiedad privada. Por otro lado, si hubiese una ley que tipificara como delito quebrar platos en un restaurante, habría que sancionar al Sr. Pérez por ese delito. Pero en cuanto a la reparación del daño, aunque el juez ordenare que Pérez pague los cuarenta dólares que vale el plato, nadie podría prohibirle al dueño que acepte recibir solamente los veinticinco. Con lo que queda claro que, aun cuando el hecho que causó el daño pudiese constituir delito, la obligación de reparar pecuniariamente el daño causado es meramente civil. 1.3. Proceso para la reparación del daño moral: El proceso de daño moral al no contar con un procedimiento especial es un juicio ordinario, el mimo que se halla reglamentado en el Código de Procedimiento Civil, desde el Art. 404 al 422, también en otras normas de éste Código Procesal se trata sobre el juicio ordinario. Campo de aplicación.- Se debe reservar solo para aquellos negocios que por su importancia o complejidad jurídica requieran de este procedimiento, esto es que la Ley no señale un procedimiento especial para esta clase de acciones, como por ejemplo las declaraciones por daño moral. Características.- El Juicio Ordinario se caracteriza por lo siguiente: a) Es un juicio declarativo o sea destinado a obtener el reconocimiento de un derecho; b) Es un juicio concentrado, porque tanto las excepciones dilatorias como las perentorias deben oponerse conjuntamente y se fallan en sentencia. c) Es por esencia un procedimiento escrito. d) Se aplica a los litigios que no tienen procedimiento especial, por lo tanto es universal. 28 1.3.1. Las partes en el juicio de daño moral. Conforme se ha señalado en varias sentencias dictadas en esta clase de acciones, el Art. 2232 del Código Civil, no se dispone que se puede demandar la indemnización civil por daño moral solamente si ha precedido juicio penal, en que se declare probada legalmente la existencia del delito o del cuasidelito; por tal acción civil para obtener la indemnización por daño moral. Es independiente y no está sujeta al previo ejercicio de la acción penal, pues no hay prejudicialidad, ya que de haberla querido el legislador lo hubiera indicado expresamente, así lo señala el tratadista Alessandri Rodríguez en su obra ¨De la Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno¨, lo cual ha sido confirmada por varias sentencias de las Salas de lo Civil de la vieja Corte Suprema de Justicia, más aún en el último artículo sin número de la Ley 171 que dice “Las indemnizaciones por daño moral son independientes por su naturaleza, de las que, en los casos de muerte y de incapacidad para el trabajo u otros semejantes, regulan otras leyes”. Sólo puede ser actor en esta clase de juicios, en forma exclusiva la víctima o su representante legal, cónyuge o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad en caso de imposibilidad física de la víctima o sus derechos habientes en el caso de muerte de aquella. Cuando hay daño moral afecta a las instituciones o personas jurídicas, la acción corresponde a sus representantes legales. Esta acción debe ser dirigida contra aquella persona que lícitamente, hubiere ocasionado; menoscabo en la honra, reputación o buen nombre de una persona, ya sea esta natural o jurídica. El Dr. Gil Barragán Romero, dice que demandado debe ser la persona que causo el daño y si ha muerto éste sus herederos. 1.3.2. La demanda y el desarrollo del proceso por daño moral. La demanda por daño moral debe reunir los requisitos del artículo 67 del código de procedimiento civil. Aquí el actor debe exponer al Juez en qué circunstancias ha sido lesionado moralmente por el demandado en sus fundamentos de hecho y relacionar estas circunstancias con las disposiciones legales que constituyan sus fundamentos de derecho. A breves rasgos en este proceso, se presenta la demanda, se la califica, se dispone su 29 citación y en ella se dispone que el demandado le conteste en 15 días. Al tiempo de contestar la demanda se puede reconvenir, se concede 15 días para que se conteste la reconvención, se convoca a una junta de conciliación, luego a petición de parte se abre la causa a prueba por el término de 10 días y luego se pronuncia sentencia, antes de ella se puede presentar alegatos. Así el juicio Ordinario o Declarativo es el más amplio, pues contiene períodos procesales claramente definidos; con términos suficientemente largos que permite el ejercicio de los derechos sustantivos en la forma más eficaz, completa y posible. El proceso declarativo ecuatoriano, tiene como fundamento la audiencia de las partes, es decir la presencia del actor y demandado, que se rige por las oportunidades que el Código de Procedimiento Civil, concede a los litigantes, cuya violación trae como consecuencia la anulación del proceso, porque el principio enunciado es solemnidad sustancial común a todos los juicios e instancias, esto es, tal como lo concibe la cuarta solemnidad del artículo346 del Código de Procedimiento Civil, que dice, es solemnidad sustancial común a todos los juicios e instancias "la citación de la demanda al demandado o a quien legalmente le represente". Presentada la demanda y admitida a trámite, según la naturaleza de la causa, se emplaza al demandado para que en el término de quince días, comparezca ante el juez y conteste la demanda, proponga excepciones dilatorias o perentorias, y si lo tiene por bien, reconvenga al actor. Si esto último acontece con la reconvención se corre traslado al demandante por quince días. Otro principio que rige el juicio ordinario ecuatoriano es el dispositivo; son los litigantes los que tienen el manejo del proceso frente al juez de lo Civil, que actúa con limitadas facultades. El actor inicia el proceso, sus pretensiones limitan la función del juez; puede renunciar a la acción, desistir del pleito, reformar la demanda y aún cambiar la acción; y el demandado allanarse a la demanda, contestarla o guardar silencio; las partes pueden transigir, someter el litigio a árbitros, y las llamada ejecución forzosa tiene lugar solo a petición del que ha vencido en el pleito. 1.3.3. Las posibilidades de conciliación. En el juicio ordinario la ley, da gran importancia a la diligencia de junta de conciliación 30 como un medio eficaz, para dar por terminado el juicio. En esta pueden los litigantes renunciar a la acción, desistir del pleito, allanarse a la demanda, transigir, someter el pleito en árbitros y en otras formas de terminación de la controversia. Sólo después de que se han agotado todas las posibilidades de un arreglo, el juez concederá la prueba, a pedido de una de las partes, que se la practica en contradicción de los litigantes, con citación de las partes; recayendo la carga de la prueba en actor y demandado, según las manifestaciones dentro del proceso. 1.3.4. Las pruebas en el juicio de daño moral: Si el daño moral consiste en una molestia o dolor no patrimonial, en el sufrimiento moral o psíquico; no lesiona el patrimonio, no se traduce en ninguna pérdida pecuniaria en el patrimonio de la víctima que está intacto, pues consiste exclusivamente en el dolor, pesar o molestia que sufre una persona en su sensibilidad física o en sus sentimientos, creencias o afectos, de ahí que la indemnización que lo repara se denomina en doctrina Pretium Doloris, ya que el daño moral es aquel que proviene de toda acción u omisión que pueda estimarse lesiva a las facultades espirituales, a los efectos o a las condiciones sociales o morales inherentes a la personalidad, en último término todo aquello que signifique un menoscabo en los atributos o facultades morales del que sufre el daño. El señor doctor Ramiro J. García Falconi en su obra ¨El juicio por daño moral¨, señala que debe probarse tres cosas a saber: a) La licitud del acto o hecho, pues en caso de que la persona que hubiere ocasionado el daño, lo hubiere hecho por mandato de la Ley o en cumplimiento de su deber, no existiría tal ilicitud y por tal no cabría sentencia condenatoria por daño moral; b) Probar el daño ocasionado; y, c) Probar la relación de causalidad existente entre el acto o hecho ilícito cometido y el daño ocasionado. En el juicio ordinario, en la segunda instancia son las partes quienes deciden si es o no necesaria la recepción de la causa a prueba. La Corte Superior no puede concederla de oficio. 31 No ocurre lo mismo en la Primera Instancia, aquí es al juez al que corresponde conceder el término probatorio, cuando hechos que deben justificarse y si lo pide alguna de las partes. Antes de la prueba el actor puede reformar la demanda; y el demandado reformar sus excepciones y aún deducir otras perentorias; pero en la primera hipótesis, el actor deberá pagar las costas que ocasionare al demandado. En el primer caso (reforma a la demanda) se corre traslado al demandado quien tendrá el término de quince días para deducir excepciones relativas a la reforma y para reconvenir. Cuando hay reformas a las excepciones también, se corre traslado con el escrito que contiene dichas reformas al actor. Ni en la doctrina ni en la práctica se ha planteado la posibilidad de la reforma de la reconvención, pero cuando esto suceda deberá aplicarse la misma norma que para la reforma de la demanda. 1.4. La reparación en los juicios por daño moral: 1.4.1. Las consideraciones que debe valorar el juzgador: Valorar el daño es determinar su entidad cualitativa 19, o, lo que es igual, esclarecer su contenido intrínseco o composición material y las posibles oscilaciones de agravación o de disminución, pasadas o futuras, y supone, en el caso del daño moral, indagar sobre la índole del interés espiritual lesionado y sobre las proyecciones disvaliosas en la subjetividad del damnificado que derivan de dicha minoración. De modo pues que el daño moral se determina en función de la entidad que asume la modificación disvaliosa del espíritu de la víctima en el desenvolvimiento de su capacidad de entender, querer o sentir, y por la repercusión que tal minoración determina en su modo de estar, que resulta siempre anímicamente perjudicial. No obstante, determinar el valor y cuantificación indemnizatoria del daño moral resulta ser un problema extremadamente delicado. Es que en estos casos falta un común denominador para establecer la relación entre el padecimiento espiritual y la indemnización dineraria, dado que los intereses extrapatrimoniales afectados y la espiritualidad quebrantada no tienen una exacta traducción económica; a lo cual debe adicionarse que las perturbaciones anímicas suelen quedar en el fuero íntimo del damnificado. 19 (Dr. Marcelo Pasmiño ballesteros, 2009) 32 De modo que la cuantificación del daño moral pasa a depender preponderantemente del arbitrio judicial, el cual debe asentarse en un criterio de prudencia, razonabilidad, y equidad. No obstante, tal estimación prudencial no autoriza al juez a prescindir de las reglas y principios procesales vigentes, como por ejemplo el de congruencia. Así, se ha resuelto que el monto reclamado fija el máximo que por tal daño puede concederse, ya que ni siquiera el juez puede estar en mejores condiciones que la víctima para apreciar cuánto es necesario para satisfacer el daño moral sufrido; excepción hecha de que durante la sustanciación del juicio se haya probado que las circunstancias del hecho han incrementado los padecimientos de la víctima. Por otra parte, la indemnización por daño moral no tiene por qué guardar proporción con el daño material, pues no se trata de un daño accesorio a éste. Se ha señalado entonces que para establecer el quantum del daño moral deben ponderarse, por sobre todas las cosas, su carácter reparador, la gravedad del hecho y los padecimientos soportados por el afectado. La gravedad del hecho y su repercusión en el ámbito subjetivo de la víctima están configurados, como dice Goldenberg, por la personalidad del afectado, la naturaleza de la intrusión, la finalidad perseguida, la potencialidad dañosa del medio empleado, el grado de difusión y la incidencia futura que pueda acarrear en la vida familiar, de relación o en el empleo o función del damnificado. Finalmente, también se ha dicho que la responsabilidad del daño moral producido por hechos dolosos o gravemente culposos será mayor que la emergente de hechos que generan responsabilidad objetiva, en los que además del reproche, la obligación de responder surge de un criterio socializador del daño. 1.4.2. Reparación, indemnización y resarcimiento Para entender cómo se repara el daño moral debo referirme, en primer lugar, a los conceptos de reparación, indemnización y resarcimiento. Hay que saber si estos vienen o no a ser sinónimos, habrá que precisar cuál es la diferencia exacta entre estos conceptos. El Diccionario de la Lengua Española, indica que indemnizar significa resarcir de un daño o un perjuicio. Resarcir según el mismo diccionario, significa 33 indemnizar, reparar, compensar un daño, perjuicio o agravio 20. Reparar, en cambio, significa desagraviar, satisfacer al ofendido; remediar o precaver un daño o un perjuicio. Podemos concluir que estos tres conceptos vienen a ser sinónimos gramaticalmente, pero no son sinónimos en el sentido jurídico ya que son utilizados de diferente manera tanto por la doctrina y la jurisprudencia. Recurriendo a la doctrina, se puede afirmar que la indemnización es una compensación pecuniaria para realizar el resarcimiento o la reparación por un daño o perjuicio. La diferencia básica entre el resarcimiento y la reparación, según algunos autores, es que el concepto resarcimiento sirve para referirse a daños materiales. En cambio, se justifica así que exista el concepto reparación, ya que este sirve para contemplar a los daños morales. No existen verdaderas disconformidades entre los distintos autores respecto a este tema. La diferencia entre resarcimiento y reparación puede ser mínima pero a su vez no hay uniformidad en cuál es la verdadera diferencia. Podría ser que en la práctica se aplique la primera para efectos de daños patrimoniales o materiales y la segunda para daños morales, pero no son estos criterios exclusivos. Durante el estudio de mi tesina, utilizaré el término reparación ya que se utiliza mayormente en lo que corresponde al daño moral así como en el derecho internacional. La utilización de la palabra reparación, de esta manera, se ha aceptado en especial cuando se trata de víctimas de violaciones de derechos humanos, que gran parte del daño producido es moral21. La obligación de reparar se encuentra en algunos tratados internacionales como en la Convención Americana de Derechos Humanos, así la Corte Interamericana de Derechos Humanos se mencionó al respecto indicando que la obligación de reparar “constituye una norma consuetudinaria que es, además, uno de los pilares fundamentales del actual derecho de gentes tal como lo ha reconocido esta corte y la jurisprudencia de otros tribunales.” A su vez, hay que aclarar que el término reparación proviene del derecho romano, in integrum restituio. Si una persona resultaba lesionada por la realización de un acto antijurídico o que vaya en contra de uno de los principios del derecho, podía solicitar al 20 NÉLIDA REY ROSA Y ANTONIO JUAN RINESSI, “La Cuantificación del daño. Sus implicaciones”, en Revista de Derecho de Daños. Cuantificación del daño, Editorial Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 2001, pp. 27 – 72. 21 BARRAGÁN ROMERO GIL, Elementos del daño moral, Quito, Editorial: Edino, 2000, pp. 77 – 199. 34 pretor este in integrum resititutio. Era una acción que trataba de otorgar al demandante una reparación completa por los daños, así también, se permitía al heredero interponer la acción. La in integrum resitutio, admitía también, satisfacer al demandante cuando el perjuicio resultare en un daño de tal naturaleza que no pueda restablecerse a las cosas a su estado anterior, esto se refiere al daño moral. Así, esta acción se convirtió en lo que conocemos hoy como el principio de reparación integral de daños, este indica que todo daño causado debe ser reparado por su responsable con el fin de restablecer el equilibrio destruido. Teorías sobre la reparación del daño moral.- Sobre la reparación del daño moral en concreto, existen varias teorías que cabe mencionar; algunas de ellas empiezan a partir de la determinación de la naturaleza de la reparación de este daño moral. Existe una posición minoritaria que indica que el carácter de la reparación del daño moral es meramente punitivo. Tenemos una posición mayoritaria que indica que la reparación de daño moral es de carácter resarcitoria, por lo que todo daño moral debe ser reparado. A su vez, hay también una posición que se puede denominar intermedia que explica que la reparación de daños tiene carácter resarcitorio y al mismo tiempo sancionatorio o punitivo. Para responder la pregunta de cómo debe ser reparado el daño moral, también es pertinente remitirse a una teoría que considera que la reparación no debe ser pecuniaria y esta se denomina el turismo vacacional. a) La reparación del daño moral tiene carácter punitivo La primera teoría indica que el dolor no puede ser reparado ya que este no se puede cuantificar. Justifica la existencia de la indemnización de daños y perjuicios en base a la sanción que se debe dar al actor del ilícito; mas no debido al daño moral producido en la víctima. Según esta teoría lo que se busca es restablecer el orden social roto imponiendo una sanción al actor del ilícito. El responsable del ilícito tendrá una sanción civil al pagar la indemnización de daño moral22. b) La reparación del daño moral tiene carácter resarcitorio Esta segunda teoría indica que el dolor sí puede ser reparado, la reparación pecuniaria no trata de dar un precio a este dolor; el dinero no buscar reemplazar el daño sino más bien se trata de buscar una manera de satisfacer a la víctima. Se puede afirmar que es 22 BARRAGÁN ROMERO GIL, Elementos del daño moral, Quito, Editorial: Edino, 2000, pp. 77 – 199. 35 una sustitución. Es lógico pensar que el daño moral no puede cuantificarse ni que se puede regresar al estado anterior al mismo. No se puede borrar el daño ni sus consecuencias. A su vez, es natural pensar que la víctima que ha sufrido el daño moral debe ser resarcida de alguna manera. ZANNONI indica al respecto: “Que sea difícil demostrar la realidad del dolor, del pensar, de las aflicciones, y, más aun, que ese dolor o, en general, sentimientos que el daño provoca, no tengan precio, no significa que no sean susceptibles de apreciación pecuniaria”. La forma para reparar el daño producido debe ser de alguna manera satisfactoria para la persona que lo ha sufrido. Se puede decir que la manifestación del dolor no es una condición para que el daño moral sea reparado. Se debe demostrar solamente el acto u omisión ilícita que causó el daño. En esta teoría, al buscar la satisfacción de la víctima, se toma en cuenta las circunstancias personales de la misma. Se analiza a la víctima antes y después del daño, en los aspectos que han cambiado de su vida. El enfoque al determinar la cuantía de la indemnización va de la mano con un estudio de la víctima y a su vez de su situación socioeconómica23. c) La reparación del daño moral tiene carácter resarcitorio y punitivo Esta teoría de posición intermedia, indica que la reparación del daño moral es sancionatoria y al mismo tiempo resarcitoria. Se busca por un lado satisfacer y dar un alivio a la víctima del daño moral; y por otro lado, tiene una segunda función al ser ejemplar e imponer una sanción al actor del ilícito. Se explica, dentro de esta teoría, que la determinación de la reparación tiene relación especialmente con los sufrimientos de la víctima y no con respecto a los otros daños producidos. Esta teoría intenta rescatar lo mejor de cada una de las tesis ya anteriormente mencionadas. Llega a un punto medio pero a su vez no aclara la naturaleza a la reparación del daño moral. d) La reparación del daño moral bajo la teoría del turismo vacacional La teoría del turismo vacacional, tiene como base, que la finalidad de la reparación del daño moral es la satisfacción para la persona afectada. La satisfacción se puede producir dando placer a la persona y este puede lograrse a través de un elemento socioeconómico y cultural llamado el turismo vacacional. 23 BARRAGÁN ROMERO GIL, Elementos del daño moral, Quito, Editorial: dino, 2000, pp. 77 – 199. 36 La teoría indica que el daño moral produce un estado anímico negativo en la persona, y a su vez esto se traduce en una enfermedad psicológica o emocional. Para reparar el daño moral, es transcendental producir un estado de ánimo positivo en la persona y esto producirá satisfacción. 1.4.3. La apreciación de la pretensión del actor: La indemnización debe ser efectivamente “reparadora” de la lesión moral sufrida. En otras palabras, el resarcimiento obtenido como reparación del perjuicio experimentado paliaría éste con placeres o ventajas que subsanarán en sus sentimientos o en su espíritu la situación disvaliosa padecida24. No obstante, no debe caerse en la tentación de formular groseras compensaciones sobre la base del llamado placer vital suplementario. Pero la indemnización debe alcanzar el carácter de una “satisfacción” compensatoria. La idea central es que la suma a conceder debe resarcir de alguna manera el daño ocasionado, pero sin crear una fuente de indebido lucro. Es que la indemnización no consiste en una sanción punitiva al agraviante, pero mucho menos ha de limitarse a una compensación simbólica o irrisoria. Si partimos de nociones que por su acierto consideramos elementales, por ejemplo, que el daño moral debe entenderse como "una modificación disvaliosa del espíritu, en el desenvolvimiento de su capacidad de entender, querer o sentir, consecuencia de una lesión a un interés no patrimonial, que habrá de traducirse en un modo de estar diferente de aquel al que se hallaba antes del hecho, como consecuencia de éste y anímicamente perjudicial" , mucho más fácil será la tarea del juez a la hora de resolver el litigio, puesto que esa modificación disvaliosa suele aparecer a simple vista, y de la consulta de las propias constancias de autos. Otra noción elemental en la materia es la que nos brinda Bustamante Alsina, cuando en lo referente a la prueba del daño moral afirma: "...para probar el daño moral en su existencia y entidad no es necesario aportar prueba directa, sino que el juez deberá apreciar las circunstancias del hecho y las cualidades morales de la víctima para establecer objetiva y presuntivamente el agravio moral en la órbita reservada de la 24 ( Falconi Puig Abogados, 2011) 37 intimidad del sujeto pasivo. No creemos que el agravio moral debe ser objeto de prueba directa, pues ello resulta absolutamente imposible por la índole del mismo que reside en lo más íntimo de la personalidad, aunque se manifiesta a veces por signos exteriores que puede no ser su autentica expresión, nadie puede indagar el espíritu de otro tan profundamente como para poder afirmar con certeza la existencia y la intensidad del dolor, la verdad de un padecimiento, la realidad de la angustia o de la decepción". Resulta, entonces, que acreditada la existencia del daño moral cuya verificación puede operar logitur in re ipsa, queda sólo por resolver la cuantía de la indemnización. Si hemos dicho que el daño moral queda probado in re ipsa, ¿qué prueba tendría que valorar el juez con el objeto de verificar esa modificación disvaliosa en el espíritu de la víctima del daño? Cuando se reclama una indemnización por muerte de un hijo o de uno o ambos padres por un hecho ilícito; o cuando se lesiona el honor de una persona, etc., ¿existe prueba alguna que indique al juez la profundidad de la afección? La respuesta es negativa, por lo menos de un modo directo: nadie podría medir el sufrimiento ajeno. Será entonces la prudencia del juez la regla para medir la cuantía de la indemnización. Prudencia no es antojo, ni capricho ni arbitrariedad; por el contrario, entendemos por prudencia la evaluación que realizará el juez tomando como base los hechos en que se apoya la demanda por daño moral, las circunstancias de personas, tiempo y lugar en que se produjo el hecho dañoso, si éste proviene de un actuar culposo, o, por el contrario, si proviene de un actuar doloso, valorará también cuál fue el bien jurídico afectado, la personalidad de la víctima del daño, como así también la del autor de aquél. Indudablemente, en esa tarea el juez sopesará y valorará otros precedentes judiciales, pero de ahí a una tarifación, aun indicativa, de la indemnización, estimamos que falta un largo trecho por recorrer. Y ello es así, por cuanto frente a una idéntica situación hipotética, pensemos en la muerte de un hijo en un accidente de tránsito o en una lesión al honor, la reparación no necesariamente debe ser igual para ambos casos, justamente por los motivos que apuntáramos más arriba25. Resulta indudable que frente a una demanda de daño moral la subjetividad del juez juega un papel preponderante, pero esa subjetividad no significa antojo ni arbitrariedad: deberá fundar su sentencia lógica y legalmente, siguiendo el imperativo que impone la Constitución provincial, pero entendemos que aun valorando toda la prueba, la cuantía 25 COUTURE J EDUARDO, Estudios, ensayos y lecciones de derecho procesal civil, México DF, Editorial Jurídica Universitaria, 2001, pp. 61 – 150. 38 de la indemnización dependerá, en definitiva, de su propia percepción y de las constancias de la causa26. Debemos considerar que el juez forma parte de la sociedad, y que pese a su especialización, siente y sufre como el resto de los miembros de aquélla. En la medida en que el juez se acerque al sentir medio de la sociedad no existirá un divorcio entre la realidad y las resoluciones judiciales. Sostenemos que no se puede pretender un juez en estado de "pureza" tal que no se "contamine" con la entidad del daño moral sufrido por otro. En posible quizá que hasta se coloque en el lugar de la víctima y también en el lugar del dañador, aunque no pueda decirlo en su resolución. 1.4.4. Los Fundamentos De La Reparación Pecuniaria Del Daño Moral: Si ya algunos supuestos de daños patrimoniales planteaban problemas, aún es más controvertida la situación al tratarse de daños morales. Así existen: a) Posturas que niegan una posible resarcibilidad pecuniaria del daño moral. Estas posturas parten de la idea del resarcimiento como reparación del daño mediante una suma de dinero equivalente al valor del bien lesionado. Los autores que mantienen esta teoría, cuyo máximo exponente es Gabba, parten de la idea de que resarcimiento significa que existe una relación de equivalencia entre el bien lesionado y la cantidad de dinero recibida por tal lesión, por lo que excluyen de esta categoría al daño moral. La relación de equivalencia sólo puede ser entendida, según ellos desde el punto de vista patrimonial27. Se basan, sobre todo, en los siguientes argumentos: Creen que resulta inmoral traducir en dinero bienes inestimables como el honor o el dolor. Así, la simple pretensión de atribuir una cantidad pecuniaria a valores subjetivos les resulta “escandaloso”, como dice Baudry-Lacantinerie. Otro autor, llamado Bibiloni se manifiesta “indignado” ante un posible resarcimiento pecuniario del daño moral, y dice que eso va contra la conciencia. 26 27 (Dr.Marcelo Pazmiño Ballesteros, 2011) ( Falconi Puig Abogados, 2011) 39 Todos ellos intentan crear en nosotros una sensación de repulsa, con expresiones pretendidamente impactantes como: ¿Qué representa un cheque ante la pérdida de un ser querido?, o ¿Qué precio tiene un padre?, ¿Cuánto vale un hermano?. La refutación de esta pretendida inmoralidad de la indemnización de los daños morales viene por parte del argumento de que el sujeto pasivo del daño moral, al reclamar una indemnización en metálico, no está poniendo precio a sus sentimientos, sino que sólo quiere que se le atenúe en cierto modo el dolor. Supone, pues, un intento de compensación, y no una compraventa de valores afectivos, como pretendían los autores anteriores. Cabe destacar, en este punto, a Llambías por la peculiaridad de su pensamiento, y por introducir en éste principios ético-religiosos. Afirma que no es posible aplicar el principio de subrogación real a algo tan sublime como es el sufrimiento humano. Concibe el dolor como un medio que el hombre puede usar para conseguir su felicidad, como el camino para alcanzar la perfección mora 28l. Mediante el resarcimiento, se está produciendo una degradación de este sentimiento que sirve a tan noble causa, y se está cayendo en el materialismo. Considera “repugnante” para la moral que el dolor se pueda sustituir por placeres adquiridos con el dinero. Esto va incluso, contra el orden sobrenatural. Se está llevando a cabo una especie de “prostitución del dolor”. Pero no se pueden llevar las cosas a tales extremos, porque la finalidad del resarcimiento es loable y estrictamente justa, y no cabe tacharla de materialista. Además, el valor del dolor como medio de purificación no pertenece al ámbito del Derecho, sino al de la Ética. Una definición tradicional de justicia hablaba de “dar a cada cual lo suyo”. Según esto, el lesionado por otro, en general, debe ser resarcido, e, igualmente, el causante no debe quedar impune. 28 GÓMEZ ESTRADA CÉSAR, De los Principales Contratos Civiles, Tercera Edición, Editorial Temis S.A., Santa Fe de Bogotá – Colombia, 1999. 40 Por otra parte tampoco se puede obligar a nadie a que acepte el dolor injustamente causado de forma pasiva. No podemos llamar “materialista” al que defiende su derecho a una justa indemnización. Además, con ello no se está degradando el sentimiento del dolor, porque, precisamente, la degradación ha sido causada por el acto ilícito que se intenta reparar. Si poseer un goce no es inmoral, tampoco lo es intentar recuperarlo si injustamente se ha perdido. El resarcimiento demuestra, precisamente, la gran estimación por el Derecho a los bienes personales, y no su abandono o degradación. Afirman que el resarcimiento supondría un enriquecimiento sin causa. Este principio supone que nadie debe beneficiarse o enriquecerse injustamente a costa de otro. Pero hay que relacionar este principio con el del resarcimiento del daño causado, así que el perjuicio sufrido en el patrimonio del causante está justificado por el daño jurídico que ha cometido, e, igualmente, el aumento del patrimonio del dañado queda justificado por la misma razón. Hoy, carece de sentido hablar de enriquecimiento sin causa, porque se le atribuye al dinero la función satisfactoria, suponiendo la base de la responsabilidad civil. La duración como obstáculo para el resarcimiento. Los daños a los bienes morales, por la naturaleza inmaterial de los mismos, resultan transitorios, y no permanentes. Así, Gabba29 afirma que las ofensas al decoro, a la libertad personal, o a los padecimientos del ánimo son más o menos pasajeros, y sus efectos no son duraderos, por lo que no se pueden resarcir. Pero la permanencia del daño como requisito para su resarcimiento no se exige por ninguna norma. La doctrina sí que exige como notas esenciales la certeza y la actualidad del daño, y estas se dan en las lesiones morales. Además, la duración del daño moral es muy variable según los casos, incluso alguna vez, el daño es permanente. Pero, de todos modos, la duración del daño sólo debe 29 (Dr. Marcelo Pasmiño ballesteros, 2009) 41 tenerse en cuenta a la hora de determinar la cuantía de la indemnización, pero nunca como factor determinante de la existencia o no del daño. La arbitrariedad de la indemnización pecuniaria. Se parte de la base de que los daños morales son invaluables económicamente. Siendo esto así, cualquier cantidad de dinero concedida en calidad de indemnización será arbitraria. Además, la jurisprudencia ha mantenido la facultad de los jueces de precisar la cantidad económica. Todo ello hace que, en la práctica, para casos semejantes se establezcan cantidades muy desiguales. Pero hay que tener en cuenta que partimos de la base de que el dinero no intenta hacer desaparecer el dolor con una cantidad equivalente a éste (entonces sí podría tener sentido hablar de arbitrariedad en algunos casos), sino que la función del dinero será la de proporcionar otros goces. El problema será entonces determinar la cantidad. La indemnización no es exacta, pero no por ello debe excluirse. El juez, a la hora de fijarla, no tiene una unidad de medida determinada (excepto para los casos de accidentes de tráfico en los que incurre imprudencia: tiene el baremo de la ya citada ley 30/95). Tendrá bastante libertad de juicio, pero debe tener en cuenta la conciencia social, esto es, la forma en que los individuos aprecian esos bienes. b) Posturas que afirman la reparación pecuniaria de los daños morales. Una vez refutados en mayor o menor medida los planteamientos de estas teorías, tenemos que aceptar que no se puede aplicar el resarcimiento a los daños morales de igual forma que a los patrimoniales, ya que los bienes morales pertenecen a la esfera personal del sujeto y no se puede establecer una función de equivalencia económica. Por eso, no hablamos ahora de esta función del dinero antes mencionada, sino de su función satisfactoria que casi la totalidad de la doctrina y la jurisprudencia, tanto española como extranjera, aceptan. 42 El dinero tiene dos funciones económicas principales: la función de cambio 30 (porque nos sirve para adquirir otros bienes) y la función valorativa (en cuanto sirve como medida del valor de los demás bienes). Pero no sólo nos proporciona bienes materiales, ya que éstos están muy relacionados con los bienes inmateriales sino que el dinero también facilita la adquisición de bienes morales como la tranquilidad por no tener preocupaciones económicas, o la cultura. Además, suele ser el mejor medio de resarcimiento, preferido por los jueces, por su flexibilidad y porque el perjudicado puede emplearlo como quiera. Así, la función satisfactoria se le atribuye al dinero, no por su posesión en sí, sino por las posibilidades que otorga a la víctima de procurarse otras satisfacciones. Esto es porque gracias al dinero se pueden comprar casi todos los bienes materiales, y se puede atenuar el dolor o el sufrimiento, así como costear los medios para mejorar una lesión o enfermedad. Se ha dicho que “la reparación pecuniaria en el daño moral es patrimonial en el medio, y no en el fin”. Esto es porque el dinero actúa en este caso como medio para conseguir satisfacciones morales, y no como fin, es decir, no para equilibrar el patrimonio. Es muy importante puntualizar que no es necesario que el uso que se dé al dinero haga cesar o atenúe ese preciso daño moral producido. Esta neutralización no se establece como requisito de la función satisfactoria del dinero. Muchas veces, esto no se puede conseguir, y el vacío producido por el daño moral no será llenado nunca (por ejemplo, la pérdida de un familiar). De lo que se trata es de una “compensación”, de la adquisición de nuevos bienes morales que sirvan como contrapeso a aquél que ha sido dañado, equilibrando el patrimonio moral de la víctima (como si de una balanza se tratase). Por tanto, concluimos que la indemnización pecuniaria es una forma idónea de resarcimiento, a la vez que no daña la moral. 30 FERNANDEZ DE LEÓN GONZALO, Diccionario Jurídico, Tercera Edición, Ediciones Contabilidad Moderna, Buenos Aires-Argentina, 1972. 43 1.4.5. La motivación de la sentencia en los juicios de daño moral. La concepción moderna de la motivación nace con la Revolución Francesa. Esta surge como un control democrático del ejercicio del poder jurisdiccional, en aquellas épocas el significado de motivación se limitaba a incluir en su concepto sólo a los elementos de derecho que debían existir para este control, no se hacía mención sobre los elementos de hecho que hoy también forman parte del tema. En el Ecuador la motivación llegó a ser inexistente en determinadas etapas de la historia debido a que producía un aumento significativo de procesos y a la generación de recursos. Según la jurisprudencia ecuatoriana, durante ese lapso, desconocieron la importancia de la existencia del concepto para el buen funcionamiento de un Estado de Derecho31. En la actualidad, la doctrina, entiende por motivación a los antecedentes de hecho y de derecho que dan lugar a que se dicte determinado acto de los poderes públicos. Son las razones fácticas y jurídicas, en las que se basa el funcionario público, que lo faculta para realizar determinada resolución. Existen sistemas donde la regla general es que no todos los actos de la administración deben ser motivados. Es injustificado por parte de estos sistemas que no consideren obligatoria la existencia de la motivación para las actuaciones del poder público32. En la actual Constitución ecuatoriana, como veremos más adelante, la motivación viene a ser obligatoria para todo acto administrativo, resolución o fallo que emane del poder público. En un Estado de Derecho, todo acto de la administración o de los poderes públicos, tiene que estar debidamente motivado para que este no sea arbitrario y por ende para que goce de legitimidad. Así lo recalca la Constitución e indica en su artículo 76: “en todo proceso en el que se determinen derechos y obligaciones de cualquier orden, se asegurará el derecho al debido proceso que incluirá las siguientes garantías básicas: l). Las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá motivación si en la resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se funda y no se explica la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las servidoras o servidores responsables serán sancionados”. 31 32 (Dr. Marcelo Pasmiño ballesteros, 2009) ( Falconi Puig Abogados, 2011) 44 La cuantía de la reparación del daño moral tiene que ser calculada por el juez, esta se refleja en la sentencia dictada por él. Las sentencias que dictan estos jueces son resoluciones que emanan del poder judicial, y por ende, deben estar motivadas. Se dice que la motivación de la sentencia es la principal fuente de vigilancia sobre los jueces al momento de ejercer el control jurisdiccional. Un juez no puede dictar una sentencia limitándose a juzgar sobre lo que su conciencia o fe le dice. El juez debe examinar los hechos y el derecho para dar su dictamen respecto cierto caso. 191 Los jueces que dicten una sentencia donde se determine una reparación por daño moral, están en la obligación de motivar esa sentencia33. Para motivar la sentencia en los hechos, el juez debe demostrarlos; para fundarla en derecho, debe describirlos (y luego, como se verá, calificarlos, encuadrándolos en la norma jurídica)... Para motivar en derecho la sentencia, el tribunal debe, además, justificar en el texto de la ley la conclusión jurídica. Se cumple suficientemente la exigencia cuando son mencionados los artículos de la ley, individualizando la norma jurídica que se aplica a los hechos comprobados y que justifica la decisión. La cita es debida aunque se acuda a los principios generales del derecho, porque para hacerlo el juez debe citar la norma que lo autoriza a invocarlos. La motivación en derecho, sobre la que hace mención la Corte Suprema de Justicia, que tiene el juez para dictar una sentencia e incluir una indemnización o reparación por daño moral, la encontramos en el Código Civil ecuatoriano en su artículo 2232: En cualquier caso no previsto en las disposiciones precedentes, podrá también demandar indemnización pecuniaria, a título de reparación, quien hubiera sufrido daños meramente morales, cuando tal indemnización se halle justificada por la gravedad particular del perjuicio sufrido y de la falta. Dejando a salvo la pena impuesta en los casos de delito o cuasidelito, están especialmente obligados a esta reparación quienes en otros casos de los señalados en el artículo anterior, manchen la reputación ajena, mediante cualquier forma de difamación; o quienes causen lesiones, cometan violación, estupro o atentados contra el pudor, provoquen detenciones o arrestos ilegales o arbitrarios, o procesamientos injustificados, y, en general, sufrimientos físicos o síquicos como angustia, ansiedad, humillaciones u ofensas semejantes. La reparación por daños morales puede ser demandada si tales 33 (Dr.Marcelo Pazmiño Ballesteros, 2011) 45 daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización atentas las circunstancias, previstas en el inciso primero de este artículo. Entonces, según este artículo del Código Civil Ecuatoriano, puedo llegar a ciertas conclusiones respecto de la reparación del daño moral en nuestro país: a. Se puede demandar daños meramente morales. b. La pena por el delito o cuasi delito que tenga el demandado es independiente de la reparación del daño moral que tendrá que realizarse a la víctima. c. Debe existir una acción u omisión ilícita de un agente, el cual ha provocado el daño. d. La reparación de daño moral tiene que estar debidamente justificada por la gravedad particular del daño y de la falta. e. La determinación de la cuantía de la reparación del daño moral queda a prudencia del juez. Respecto de este artículo, la jurisprudencia ecuatoriana menciona: Como se ve, esta norma establece el derecho de quien ha sufrido daños meramente morales a demandar una indemnización pecuniaria a título de reparación; pero hacen falta sin duda que para ejercer tal derecho se cumplan algunos requisitos: a) la falta y el perjuicio sufrido deben tener particular gravedad, b) la falta cometida puede ser de muy variada naturaleza: cualquier forma de difamación, actos de violencia física, incluso delitos; procedimientos arbitrarios o injustificados; y, en general actos que causen sufrimientos físicos o psíquicos; c) la reparación puede ser demandada a quien ha causado los daños por acción u omisión próxima, es decir debe comprobarse una relación de causalidad que permita identificar al responsable de los daños; d) esta acción u omisión debe ser ilícita, es decir contraria a la ley, a la justicia, a la equidad o a la moral; e) queda a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización, atendiendo la particular gravedad de la falta y del daño 34. A su vez, encontramos también en el Código de Procedimiento Civil, a la motivación legal de la cuantificación judicial del daño. Este código indica, en su artículo 279: Si se 34 ( Falconi Puig Abogados, 2011) 46 condenare a una de las partes al pago de frutos, intereses, daños y perjuicios, en la misma sentencia se determinará la cantidad que se ha de pagar, y si esto no fuere posible, se fijarán las bases para la liquidación y el modo de verificarla. La motivación legal o en derecho que tendrá un juez para dictaminar una sentencia donde se determine de reparación del daño moral, es el derecho, o sea la mencionada ley que lo faculta para tal. El Código Civil le faculta al juez para que, a su prudencia, realice la determinación del valor de la indemnización por daño moral. Esta motivación, existirá, siempre y cuando haya un ilícito comprobado que causó el daño y por ende con esto se compruebe el daño en sí. A partir de un análisis de la gravedad del daño causado y del ilícito, tendremos como resultado una reparación por determinado daño moral. La motivación legal, que encontramos en el Código Civil, tendrá que combinarse con los hechos del caso; con esta determinación de fundamentos de hecho, derecho y su nexo causal, la resolución estará debidamente motivada. La motivación constituye un límite para el juez, ya que, si no existe motivación alguna o esta se encuentra viciada, la resolución de reparación de daño moral dictada por el juez podrá ser impugnada. Así, la motivación es un requisito que debe cumplir toda sentencia; por ende, a falta de uno de los requisitos exigidos por la ley, se puede impugnar la sentencia y es causal para interponer el recurso de casación. Se podría invocar la causal segunda o la causal quinta de la Ley de Casación. A su vez, si en casación no se resolvió sobre la cuantía del daño moral, se podría pedir la ampliación sobre este punto de la sentencia; o en el caso de oscuridad se puede pedir la aclaración de la misma. En este tema, hay que tener cuidado ya que la jurisprudencia ecuatoriana ha mencionado que muchas veces “a pretexto de aclaración o ampliación de la sentencia se pretende, por lo dicho, la rebaja o disminución del quantum de la indemnización de perjuicios, lo cual es totalmente improcedente”. En lo que respecta a la motivación como requisito de toda sentencia, en el contexto la cuantificación del daño moral, cabe mencionar lo dicho por la Corte Suprema de Justicia, en el caso Florencio Andrade Medina contra CONELEC: Tampoco se puede apreciar en la resolución los argumentos fácticos o jurídicos para determinar qué corresponde a la indemnización por daños materiales, qué corresponde a 47 la compensación por los perjuicios morales y cuál es la importancia de cada uno de los criterios de cuantificación enunciados en el valor de la condena. No se establece de modo alguno la base jurídica para la distribución de las cargas económicas que supone la condena, de la manera en que se ha fijado en la sentencia: “de manera conjunta y en partes iguales”. Todos estos vicios afectan la motivación de la sentencia materia del presente recurso y, por tanto, son objeto de la causal quinta del artículo 3 de la Ley de Casación en lo que respecta al cumplimiento de los requisitos exigidos por la Ley para una sentencia. Esta sentencia será analizada más a fondo en el capítulo cuarto de la presente tesina. Lo que cabe rescatar de lo dicho, es que en efecto la falta de motivación, en este caso de la reparación del daño moral, constituye un incumplimiento de los requisitos exigidos por la ley, y por ende esa sentencia podrá ser objeto de recurso de casación invocando la causal quinta del artículo 3 de la Ley de Casación. A su vez, como mencioné con anterioridad, la Constitución dice en su artículo 76 inciso l): Los actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Entonces la falta de motivación también podrá ser alegada también en base a la causal segunda del artículo 3 de la Ley de Casación. Por lo dicho, afirmo que la motivación es un límite para la cuantificación judicial del daño moral. 1.4.6. La forma en que se ha actuado frente a la necesidad de reparar con la legislación existente. La reparación del daño moral en nuestro país no existía hasta la reforma de 1984. En principio sólo se podía demandar por lucro cesante y daño emergente. El Código Civil contenía una norma que hablaba del valor espiritual y esto se refería a la injuria.55 El artículo del Código Civil establecía: Las imputaciones injuriosas contra la honra o el crédito35 de una persona no dan derecho para demandar indemnización pecuniaria, a menos de probarse daño emergente o lucro cesante, que puedan apreciarse en dinero. Pero ni aun entonces tendrá lugar la indemnización pecuniaria, si se probare la verdad de la imputación. En 1970, se reforma 35 G. BARRAGÁN ROMERO, Elementos del daño moral, Quito, Ed. Edino, 2000, p. 117 48 ese artículo del Código Civil y se declara el derecho a demandar perjuicios morales sin necesidad de la existencia de este daño emergente o del lucro cesante. Juan Larrea Holguín fue el autor de esta reforma. Fue entonces, en 1984, cuando el Congreso completó la norma del Código Civil y el artículo quedó tal como lo conocemos hoy en día. A su vez, se afirmó que la acción por daño moral corresponde específicamente a la víctima o a su representante legal. También, se dijo que en caso de existir imposibilidad física por parte de la víctima, está acción podrá ser ejercida por su representante legal, cónyuge o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad. En la actualidad, la jurisprudencia respecto a la cuantificación judicial del daño moral, brilla por su falta de uniformidad. En determinados casos, los jueces imponen una cuantía enorme por un daño que en otras ocasiones ha sido reparado con cantidades infinitamente menores. Al parecer, en el Ecuador, muy pocos jueces conocen los límites que tienen para realizar la cuantificación del daño moral. Límites como la motivación, como la prudencia, y como los criterios establecidos por ciertas cortes de justicia. Pudiendo basarse en criterios interpuestos, por ejemplo como los de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, son escazas las salas que hacen referencia a estos. A su vez, hay que recalcar que existen precedentes obligatorios en las resoluciones de la Corte Suprema de Justicia, actual Corte Nacional de Justicia, que muchas veces no son tomados en cuenta por los diferentes jueces. A falta de aplicación de estos se podría impugnar la resolución, su violación constituye la causal primera para interponer recurso de casación. El problema radica en que no existe una verdadera recopilación de estos precedentes obligatorios. En lo que importa para la presente tesina, puedo afirmar que la obligación de los jueces de realizar un análisis a fondo sobre las circunstancias del daño, sus consecuencias, circunstancias personales del actor y de la víctima, podría ser considerada un precedente ya que ha sido reiterado en algunos fallos. Esto debe ser conocido de manera muy especial por los jueces de instancia. Los fallos que mencionan respecto de la necesidad de realizar un análisis riguroso del caso, para cuantificar el daño moral, son: - Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 210-2003, de 22 de julio de 2003, enel caso No 114-2003, George Rodamis contra Giuseppe Torri Olivar, publicado en 49 R.O. No. 189 de 14 de octubre de 2003. - Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 127-02, de 14 de junio 2002, en el caso No 335-2001, Felix Salame Arzubiaga contra Filanbanco S.A., publicado en Registro Oficial 630 de 31 de julio de 2002. - Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 168-2007, de 11 de abril 2007, en el caso No 62-2005, Florencio Antonio Andrade Medina contra CONELEC y otros, publicado en Registro Oficial No. 339 De 17 mayo de 2008. Lastimosamente, no existe en nuestro país, una codificación sobre los precedentes obligatorios, lo cual impide distinguirlos de simples criterios judiciales; y por ende, controlar su aplicación es difícil. Caso Rafael Vicente Correa contra Banco Pichincha. En este caso36, no se puede recoger criterio alguno para justificar la cuantía de la reparación del daño moral. Tengo que recalcar que esta es una sentencia de un juez de primera instancia, esta se encuentra en apelación, pero he considerado su importancia ya que resalta la falta de razonamiento de nuestros jueces al momento de dictar una sentencia de reparación de daño moral. En primer lugar, puedo mencionar que el actor pide en su demanda, en la pretensión, una suma dineraria de no menor a cinco millones de dólares. El juez de primera instancia otorgó la suma exacta de cinco millones de dólares por daño moral. La deducción del juez para determinar la cuantificación del daño moral en este caso, se basó explícitamente en la pretensión del actor. No analizó las circunstancias del caso ni las circunstancias personales del actor y víctima para cuantificar. Siguió al pie de la letra lo invocado por la víctima. La base de esta reparación, a pesar de tener motivaciones de hecho y derecho, ya que en efecto se produjo un daño moral en el demandante, esta reparación no tiene ni un poco de prudencia en su cuantificación. Se trata de actuar con mesura, de hacer un balance entre el daño moral y la cuantificación dineraria. No se realizó ningún análisis del daño 36 Juzgado Primero de lo Civil de Pichincha, No. de Causa: 2007-0023, Caso Rafael Vicente Correa contraBanco Pichincha, de 29 octubre de 2008. 50 moral, sus consecuencias y circunstancias de la víctima y del demandado, no se hizo ponderación de bienes jurídicos. Por esto, existe falta de prudencia en la resolución del caso. La reparación pecuniaria no debe ser enriquecedora, considero que en este caso sí lo es. Mientras las cortes de los diferentes países buscan unificar los criterios sobre la reparación de daño moral, las cortes en el Ecuador hacen lo contrario. Fallan, a mi modo de ver, arbitrariamente. El juez no utiliza ningún criterio para la determinación del daño moral. Sigue lo dicho por el demandante en su pretensión. La pretensión del actor era de no menos de cinco millones de dólares y le dieron esa cantidad, es absurdo e irracional. Como era de esperarse, el fallo fue impugnado y se encuentra en apelación, esperamos que en próxima instancia se haga un análisis respecto de la cuantía de la reparación. La jurisprudencia ecuatoriana ha mencionado respecto del establecimiento de un monto mínimo de reparación: ¿Es suficiente fijar un monto mínimo, a partir del cual el juez señalará el monto de la indemnización? o ¿es necesario también y fundamentalmente poner un tope máximo?; si se fija una cantidad como "tope mínimo" y al mismo tiempo se señala la misma cantidad como "cuantía de la pretensión", ¿no estamos más bien ante un tope máximo? En el Ecuador37 el carácter de la reparación de daño moral es “netamente resarcitorio” según lo afirmó el propio juez de primera instancia. En materia de daño moral, el dinero tiene una función satisfactoria para la víctima. Una reparación de daño moral debe estar sujeta a discusión y análisis, así se cumple con el requisito de prudencia exigido al juez. Aparentemente el actor solo lanzó un número al azar y el juez sin prudencia ni criterio lo aceptó. El juez, al fallar de esta manera, este estaría contradiciendo así mismo, ya que tal cantidad de dinero a modo de indemnización viene a ser no solamente resarcitoria sino que se convierte en enriquecedora para el demandante. Hay sistemas jurídicos en que el juez tiene una total libertad para la determinación del monto de la indemnización, lo que ha conducido a que se fijen cuantías exageradas, que han producido una tendencia a "mercantilizar" los daños morales, porque se despierta la codicia de alcanzar una reparación millonaria; ello ha conducido a que se propongan demandas por cualquier razón y la mayoría de las veces infundadas, lo cual ha creado 37 Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 210-2003, op. cit., (supra n.5) 51 inseguridad jurídica y, para remediar, en muchos países se ha debido señalar en la ley baremos (sic) dentro de los cuales el juez ha de determinar el monto de las reparación es. En nuestro sistema jurídico queda a la prudencia del juez el fijar el monto de la reparación por daño moral, lo cual significa que lo hará aplicando las reglas de la sana crítica, lo cual a su vez conduce a que estime que el monto máximo de la pretensión del actor, de la cual no puede exceder, es la que ha fijado en su demanda. En ningún caso podrá mandarse a pagar al reclamante una cantidad mayor de la fijada por éste como cuantía del juicio. El actor autolimita su pretensión en la fijación de la cuantía de la demanda, de manera que si se le condena a que realice un pago por monto superior, se estaría resolviendo ultra petita38. Entonces, la pretensión del actor en su demanda viene a ser un tope máximo para el monto de la indemnización, no un tope mínimo. Este criterio judicial debió ser conocido por el juez de instancia. La pretensión del actor no puede ser considerada un criterio para determinar la cuantía del daño moral. Florencio Andrade Medina contra CONELEC. En este caso, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo No. 4, dictó como reparación de daño moral, a favor del menor Juan Pablo Andrade Bailón, la suma de un millón de dólares de los Estados Unidos de Norteamérica. El CONELEC interpuso recurso de casación, por lo cual el caso fue llevado a la Corte Suprema de Justicia. Uno de los aspectos que el CONELEC alegaba era que no se distinguía en la indemnización qué corresponde por concepto de daño moral qué corresponde por daño material ya que elTribunal se pronuncia indicando que la indemnización es por concepto de daño emergente, de lucro cesante y de intereses a percibirse desde el inicio de la obligación indemnizatoria. La apelación indica que en la resolución no se aprecian “los argumentos fácticos o jurídicos para determinar qué corresponde a la indemnización por daños materiales, qué corresponde a la compensación por los perjuicios morales y cuál es la importancia de cada uno de los criterios de cuantificación enunciados en el valor de la condena.” A su vez que “no se establece de modo alguno la base jurídica para la distribución de las cargas económicas que supone la condena, de la manera en que se ha 38 Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 210-2003, op. cit. (supra n.6) 52 fijado en la sentencia: “de manera conjunta y en partes iguales”. El actor, que alega, pretende: “un resarcimiento compensatorio por los daños y perjuicios materiales y morales ocasionados por las fatales descargas eléctricas que tuvieron su causa directa en la patente deficiencia prestacional del servicio de fluido eléctrico, indemnización que solicito con la legitimación suficiente por ser el padre del menor incapacitado permanentemente.” El demandado alega: “los perjuicios sufridos por el administrado fueron causados por su propia negligencia, impericia, culpa... no hubo una deficiente prestación del servicio; hubo una descarga debida al accionar de dos menores, cuya culpa en la generación del siniestro no puede originar indemnización”; “...porque si se supusiese que no hubo ese agente externo catalizador de todos estos eventos, la descarga se debió producir por caso fortuito o fuerza mayor”; “la demanda no reúne los requisitos previstos en el artículo 71 del Código de Procedimiento Civil, en lo que respecta a la cosa, cantidad o hecho que se exige; y, que EMELMANABI es la única responsable por los efectos dañosos de su actividad, en su calidad de concesionario, por lo que no procede demandar a CONELEC”. La Sala determina la responsabilidad de CONELEC y de EMELMANABI e indica que esta debe pagar la indemnización, tanto por daños morales como materiales. Indica que la causa de los daños es: a. La conducta de menor, pero que no se puede exigir una conducta distinta a la que es propia de su edad. b. El tendido eléctrico que, por razones de costo-beneficio, mantiene cables sin aislantes. El sector eléctrico es una actividad de riesgo. c. El servicio eléctrico es deficiente. Los daños materiales son comprobados según los gastos médicos, manutención y alojamiento ya que el niño se atendió en Guayaquil y ellos viven en Manabí. Parte de los daños materiales, también incluyen la imposibilidad que tiene el menor de proveerse los medios para su subsistencia por sí mismo. Esto fue calculado con un monto equivalente al valor de la canasta familiar vital, por cada mes y por el tiempo de esperanza de vida de un ecuatoriano varón. Los daños materiales ascienden a una suma 53 de 235.000USD. Respecto a la cuantificación del daño moral la sala indicó: De los efectos del suceso en el cuerpo del menor de edad, según queda señalado, se puede inferir razonablemente que Florencio Antonio Andrade Medina, como padre, y Juan Pablo Andrade Bailón como el sujeto directamente afectado, han sufrido un daño moral vinculado con el cambio trascendental en su forma de vida. Aunque los efectos sicológicos y anímicos, actuales, que el suceso ha provocado en los actores no constan acreditados a través de la práctica de ninguna diligencia probatoria, son fácilmente deducibles de los hechos probados. De lo que la Sala ha dicho afirmo: - El daño moral lo sufre la víctima directamente y sus familiares. - Daño moral vinculado con el cambio de la forma de vida. - Los efectos psicológicos y anímicos no han sido probados en sí, pero se deducen de los hechos probados. - La Corte se pronuncia en varias ocasiones que el daño moral no necesita de prueba en sí, sino que la prueba se hace con los hechos que causan el daño. La Sala se remite a la Jurisprudencia de la Corte Interamericana para poder determinar una justa indemnización y así proceder a reparar e indemnizar el daño moral y el daño material: Su naturaleza y monto, dice la referida Corte, dependen del daño ocasionado en los planos tanto material como inmaterial. Las reparaciones no pueden implicar ni enriquecimiento ni empobrecimiento para la víctima o sus sucesores”. La Sala recalca que las indemnizaciones no tienen como propósito enriquecer a la víctima. Añade: Esta Sala entiende que no es posible cuantificar las pérdidas extrapatrimoniales que ha sufrido Juan Pablo Andrade Bailón, por lo que, aclarando que el valor que ahora se fija como reparación de los perjuicios morales sólo busca atenuar el efecto anímico y 54 sicológico, basándose en equidad, condena solidariamente a EMELMANABI y a CONELEC al pago de OCHENTA MIL 00/100 dólares de los Estados Unidos de América, por este concepto. El total de la indemnización por concepto de daño material y moral fue de 31.5312USD de los Estados Unidos de Norteamérica. Considero que, a pesar de ser una sentencia en la que se analiza la cuantificación del daño moral, la cuantía a la que llega la sala es mucho menor al daño moral en sí. El niño va a sufrir el daño moral todos los días de su vida. La cuantía del daño moral, en este caso, considero debe ser mayor a la cuantía por concepto de daño material. En la mayor parte de los casos, el daño moral asciende al daño material. Esto debería ser tomado en cuenta por la sala que falla respecto del daño moral. Habiendo analizado estos casos, puedo afirmar que en el Ecuador son pocos los jueces que analizan realmente los casos para determinar una cuantía por concepto de reparación del daño moral. Las cuantías, necesariamente deben ser semejantes en casos similares. A su vez, es inaceptable que existan desigualdades tan grandes al cuantificar el daño, cuando por ejemplo, está clarísimo que el daño moral en el caso contra CONELEC es infinitamente superior al daño moral existente en el caso contra Banco Pichincha. Para concluir sobre este punto, puedo recalcar algunos criterios que la jurisprudencia ecuatoriana ha dejado respecto de la reparación de daño moral: - La reparación in nature resulta de imposible aplicación en el ámbito del daño moral. - El carácter de la reparación por daño moral es resarcitorio. Se busca satisfacer a la víctima39. - No se necesita de prueba del daño moral, solo con probar el hecho generador. - Al determinar una cuantía por concepto de una reparación de daños, “no hay que olvidar el peligro de un enriquecimiento sin causa por la percepción de un resarcimiento económicamente excesivo”. Una denuncia penal produce daño moral, solamente cuando esta fuere previamente calificada como maliciosa o temeraria. - La acción para la reparación por daños morales, corresponde a la víctima o a su 39 63 Corte Suprema de Justicia (Ecuador) Resolución No 229-2002, ob. cit. (supra n.6) 55 representante legal, cónyuge o pariente hasta el segundo grado de consanguinidad, contra los responsables. - La pretensión del actor al determinar la cuantía del juicio de daño moral, se convierte en un tope máximo para la cuantificación. 1.5. La reparación en los juicios por daño moral en la legislación comparada. 1.5.1. El juicio de daño moral en Colombia. En Colombia, durante mucho tiempo se mantuvo la idea de que no se puede reclamar daños morales, A continuación expondré los rasgos más sobresalientes del caso Villacres que sirvió de base para el desarrollo jurisprudencial y legislativo colombiano en materia de daño moral. En síntesis puede decirse que en el caso VILLAVECES el señor León Villaveces demandó al Municipio de Bogotá para que se le indemnizara los daños materiales y morales que le causaron con la destrucción de un mausoleo de su propiedad y la desaparición de los restos mortales depositados allí de su difunta esposa Emilia Santamaría. Los empleados del cementerio, por descuido, exhumaron los restos de la señora Emilia Santamaría y los depositaron en una fosa común. Hechos. a) El señor LEÓN F. VILLAVECES, había sepultado el 14 de Noviembre de 1893 a su esposa, la señora EMILIA SANTAMARIA de VILLAVECES en el cementerio nuevo oriental de la ciudad de Bogotá, en el barrio de las nieves, en la bóveda número 102. b) En el mes de Marzo de este mismo año, fueron exhumados y colocados en una fosa común los restos de la señora de Villaveces por los empleados del cementerio, sin consultarlo con el esposo. c) El señor Villaveces demandó al Municipio de Bogotá para que se le entregase la bóveda 102, los restos de su esposa, la lápida de mármol y el ataúd, y que se le pagara todos los daños materiales y morales que había sufrido por haber extraído indebidamente de la bóveda los restos de su esposa. d) El juez de primera instancia condenó al Municipio de Bogotá a entregar al señor León Villaveces, la bóveda número 102 del cementerio nuevo oriental y los frutos civiles de ésta bóveda percibido desde el 15 de Marzo de 1914, hasta el 56 día de la restitución, a razón de tres pesos oro anuales, y los restos que la misma bóveda contenía de la señora Emilia Santamaría de Villaveces. Apelado este fallo por ambas partes, fue confirmado por el Tribunal Superior de Bogotá. e) El caso llega a la Corte Suprema por el recurso extraordinario de casación. En sentencia del 21 de julio de 1922 la Corte resuelve casar la sentencia ya que violó el derecho sustancial al no reconocer los daños morales solicitados. En consecuencia la Corte Suprema profiere sentencia sustitutiva (1924) condenando al municipio de Bogotá a pagar al señor León Villaveces los perjuicios materiales y los morales sufridos por la indebida extracción de los restos de la señora Emilia Santamaría. Los argumentos de derecho invocados por la Corte para reconocer los perjuicios morales se centran en la interpretación de los artículos 2341 y 2356 del Código Civil en los siguientes términos: La Corte manifiesta que el artículo 2356 del Código civil extiende la reparación a todo daño inferido a una persona por malicia o negligencia de otra, de manera que no puede limitarse su ordenamiento únicamente al daño patrimonial, o sea en lo que mira al derecho de propiedad respecto de los bienes pecuniarios, ya que ese derecho es sólo una parte del conjunto de los elementos que integran la persona humana como sujeto de derecho. Tanto se puede dañar a un individuo menoscabando su hacienda, como infiriéndole ofensa en su honra o en su dignidad personal o causándole dolor o molestia por obra de malicia o negligencia en el agente40. Casada la sentencia la Corte en 1924 profiere la sentencia sustitutiva una vez los peritos rindieron su concepto. En este fallo de 1924 la Corte señaló los criterios que a su juicio debían regir la reparación del daño moral: El señor Villaveces sufrió un daño moral que debe ser reparado a la luz de los artículos 2341 y 2356 del Código Civil, ―por el solo hecho de la extracción indebida de los restos de su esposa que él tenía depositados en una bóveda de su propiedad. 40 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, Sala de Casación Civil. Bogotá. 21 de Julio de 1922, M.P. Tancredo Nannetti, Gaceta Judicial, Tomo XXIX No. 1515. p. 220. 57 La alegada imposibilidad de fijación del quantum de la indemnización por daños morales no debe excluir su reparación El objeto de la reparación del daño moral es reparar el dolor sufrido. La Corte lo expresó así: La indemnización en éste caso debe tener por objeto repararle al señor Villaveces el dolor sufrido, reemplazando con otra cosa que sirva de homenaje y evocación a la memoria de su esposa muerta, la propia tumba de ella. Esa cosa no puede ser otra que un monumento artístico, que por sí sólo, o con los restos si se pueden restituir, llene el vacío que produjo el quebranto moral del demandante El daño puede ser patrimonial o moral. Tanto se puede dañar a un individuo menoscabando su hacienda, como infiriéndole ofensa en su honra o en su dignidad personal o causándole dolor o molestia por obra de malicia o negligencia en el agente. La Corte encontró que el mejor modo de determinar la reparación del daño moral se hacía por dictamen pericial. A los peritos se les dieron los criterios que deberían tener en cuenta a la hora de sugerir la reparación del daño moral. Alaba la Corte los el modo como los peritos llegan a la determinación de la cuantía, los expertos nombrados por la Corte han sorteado de modo inteligente el escollo de la indeterminación de la cuantía, que es uno de los más serios reparos que se le hacen a la indemnización de los perjuicios morales, por la falta de unidad de medida para su apreciación. Ellos han buscado una reparación que pueda reemplazar de alguna manera el bien perdido para el deudo que fue lastimado en sus más íntimos afectos por el acto imputable a negligencia o descuido de los empleados de la entidad demanda41. Los considerandos de los peritos, aceptados por la Corte, para determinar el quantum de indemnización son importantes de resaltar: 1º los peritos valoraron que el daño no fue causado con dolo, solo por descuido eso lo tuvieron en cuenta para determinar la cuantía. Pues bien en el presente caso podemos afirmar que no obstante la falta de intención dolosa del Municipio o sus agentes, quienes al extraer indebidamente los restos de la señora Villaveces y arrojarlos a la fosa común, no pudieron tener el propósito de agraviar al demandante, lo que sin duda debe tenerse en cuenta para regular con espíritu de benevolencia a favor del demandado la 41 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala de casación civil. Bogotá. 22 de agosto de 1924. M.P. Tancredo Nannetti. Gaceta judicial T XXI. p. 82. 58 indemnización que debe abonar. 2º Encontraron prueba de la existencia e intensidad del dolor sufrido por el señor Villaveces para poder valorar el perjuicio: Lo cierto es que el daño del señor Villaveces, dicen los peritos, fue positivo, porque hay datos elocuentes que revelan la profunda estimación, el gran valor de afecto, que él cultivaba por las cenizas de su esposa‖. Los datos son dos: a.Ya que se preocupó no solo por adquirir en propiedad la bóveda en que reposaban, sino hasta por pedir a Europa la lápida. b. Si a esto se agrega la buena posición social de Villaveces y su señora, su educación y espíritu cultivado, fácilmente se comprende que el dolor sufrido por aquél al privársele de los referidos restos, tuvo que ser intensísimo. Terminan los peritos su dictamen señalando la reparación simbólica debe sustituirle el monumento fúnebre como se hace a los soldados muertos y desconocidos, la siguiente manera: Las consideraciones que preceden nos hacen pensar que la indemnización materia de nuestro dictamen debe tener por objeto repararle a Villaveces el dolor sufrido, reemplazando con otra cosa que sirva de homenaje y evocación a la memoria de su esposa muerta, la propia tumba de ella. Esa cosa no puede ser otra que un monumento artístico, que por sí solo, o con los restos si se pudieren restituir, colme el vacío que produjo el quebranto moral del demandante. Ahora bien los peritos estiman que el costo de ese mausoleo no podía ser inferior a tres mil pesos ($ 3000.) atendiendo a la posición social de los interesados, su cultura, la magnitud del pesar causado, etc. Luego la Corte pasa a examinar el papel del dinero cita al profesor Nicolesco, para quien el dinero constituye casi el único medio de reparación. La Corte dice que el dinero cumple una doble función. Una de equivalencia, cuando se trata de restituir un patrimonio menoscabado, y una función, puramente satisfactoria, cuando se trata de un perjuicio no patrimonial. Se pregunta la Corte, cómo llenará esa función satisfactoria? Y concluye que obviamente no será reemplazando el dolor experimentado, los afectos perdidos, pero sí haciéndolos menos sensibles, borrando si ello es posible, las consecuencias de esas sensaciones; no colocando al damnificado en condiciones de rehacerse de los bienes que ha perdido, pero sí, abriéndole una nueva fuente de alivio y de bienestar. Gracias al dinero podrá procurarse sensaciones agradables que vendrán a contrarrestar, a compensar las sensaciones dolorosas o desagradables que haya experimentado. En la 59 vida ordinaria también el dinero tiene no solamente función de proveer a las necesidades materiales del hombre, sino que con él se satisfacen también las necesidades morales, intelectuales y artísticas. Señaló la Corte que el perjuicio no patrimonial puede ser por ofensa a la honra o a la dignidad personal o causando dolor o molestia, abriendo así la posibilidad del reconocimiento de otros daños extrapatrimoniales diferentes al moral. En sentir de Tamayo Jaramillo, dicha sentencia sentó las premisas suficientes y necesarias para estructurar toda una teoría de los perjuicios extrapatrimoniales expresamente el fallo acepta la existencia de varios perjuicios extrapatrimoniales, todos ellos indemnizables, uno de los cuales es el denominado perjuicio moral subjetivo o de afección 1.5.2. El juicio de daño moral en Argentina. En Argentina hay dos sistemas legales para determinar la cuantificación del daño moral. En primer lugar, puedo mencionar la Base de Montos Indemnizatorios por Daños Personales y también hay el Digesto Práctico La Ley-Daños y Perjuicios42. En el sistema judicial, los jueces de las diferentes provincias, son los encargados de determinar las reparaciones de daño moral. Gracias al principio de publicidad, pueden conocer los criterios establecidos por los otros jueces para poder establecer una indemnización justa y unificada. A pesar de esto, todavía es difícil afirmar que la publicación de precedentes ha llevado a una uniformidad y predictibilidad de los montos de las indemnizaciones. Pero, es importante resaltar que sí permite conocer los criterios de los jueces para saber sobre su cuantificación en las indemnizaciones.43 Se toman en cuenta criterios como edad de la víctima, capacitación, ocupación, grupo familiar, etc. Lógicamente hay que hacer diferencias en el criterio de cálculo de un juez a otro, y también en las decisiones de un mismo juez. En todo caso, la predictibilidad en Argentina sí ha crecido en lo que respecta a la cuantificación del daño moral. En Argentina se toman en cuenta ciertos factores explicativos para los montos indemnizatorios. Se dice que en lo que son bases y parámetros computables para la cuantificación del daño moral, prevalece la prudencia judicial que ayuda a analizar los factores objetivos y subjetivos como edad, sexo, profesión, etc. 42 E HIGHTON, C. GREGRORIO Y ÁLVAREZ. “Predictibilidad de las indemnizaciones por daños personales por vía de la publicidad de los precedentes”, en Revista de Derecho de Daños, Determinación del daño I, Buenos Aires, Ed. Rubinzal Culzoni, 2004, p 14. 43 LORENZETTI, Digesto Práctico La Ley Daños y Perjuicios, Buenos Aires, Ed. La Ley, 1999p. 14. 60 a. Edad de la víctima: es un factor relevante para determinar la susceptibilidad del daño. Hay que tomar en cuenta que la persona más joven va a tener que vivir más años con las consecuencias del hecho dañoso. b. Secuelas menores y mayores: la incapacidad que tenga la víctima se cuantifica de forma separada del daño moral. c. Género: se supone que no debería haber distinción de género. Se supone que existe tendencia de apreciar más la incapacidad de los varones, supuestamente porque los jueces toman en cuenta para el cálculo los niveles de salarios. Según las estadísticas, las mujeres tienen menos ingresos que los hombres. Esto es relativo ya que hay quienes afirman que, en lo que respecta al daño moral, las mujeres podrían tener mayores indemnizaciones porque son más vulnerables y susceptibles que los hombres. La pregunta es si los jueces deben o no dar un dar un tratamiento unificado. Criterios y jurisprudencia argentina sobre la cuantificación del daño moral Los tribunales bonaerenses se han mencionada indicando que el objetivo es llegar a una reparación integra, justa y evitar las dobles indemnizaciones por un único perjuicio pese a que se trata a los daños, según sean morales o materiales, de manera independientes. El principio de reparación integral significa que se tiene que reparar todo el daño pero no se debe lucrar de ello. Que el perjudicado no quede ni mejor ni peor de lo que estaba antes del hecho dañoso 44. En alguna ocasión, los tribunales propusieron que se analice y compare los montos fijados por la jurisprudencia en los diferentes casos, en especial si estos son similares. Explican que, hay que tener una base de datos y una metodología común para analizar los casos, acudir a las circunstancias personales de la víctima y se puede tener en cuenta la cuantía otorgada por los otros tribunales. Así, se “afianza la seguridad y la predicción jurídica y contribuye a la formulación de estándares indemnizatorios que, sin importar acatamiento a fórmulas matemáticas o a otros criterios objetivos, contribuye a una uniformidad judicial y a la determinación de los montos resarcitorios por la integridad psicofísica de las personas.” Sobre los daños punitivos en Argentina, éstos no están mencionados en el Código Civil 44 Mar de Plata, sala II, 16/12/2003, Castrillon Leandro contra Centro Navarro Sud, Sparza, José Oscar y otros. 61 pero se propuso su incorporación en el Proyecto de Unificación del Código Civil de 1998 con el nombre de “multa civil.” A pesar de su inexistencia en el ordenamiento jurídico argentino, un tribunal se pronunció al respecto argumentando que una de las funciones del daño punitivo es la de evitar o prevenir el daño. Se dijo, que una indemnización que no tenga la idea de prevenir los daños es injustificable. Explica que es de menor costo el pago de la indemnización que adoptar medidas para que los daños no se produzcan. Varios tribunales argentinos han explica con gran claridad cómo debe ser un análisis de la reparación de daño moral: La reparación por daño moral no debe llegar a una indemnización simbólica, ni al enriquecimiento sin injusto, no transitando por una tarifación como mínimo y máximo, ni atendiendo a un porcentaje del daño patrimonial; tampoco determinada en base a la sola prudencia, sino antes y mejor, a la diferenciación según la gravedad del daño, atendiendo a las particularidades del caso, de la víctima y del victimario, sin desconocer la necesaria armonización de las reparaciones en casos semejantes. En la provincia de Córdoba, los tribunales explican que hay que tomar en cuenta, que las lesiones físicas también generan conmociones de daño moral o espiritual: a su vez a eso hay que sumar por ejemplo el accidente mismo, el por el suelo, los golpes, contusiones, la internación y las curaciones menores, son también causa de mortificación y desasosiego sobre todo en personas de muy corta edad o muy avanzada edad, como sucede en el caso de autos. Con mayor razón si todas esas desventuras ocurrieron nada menos que un 23 de diciembre, en vísperas de una festividad tan trascendente en plano familiar como es la navidad, evento que algunos actores debieron pasar hospitalizados. Puedo recalcar, que la jurisprudencia argentina, por lo general, toma en cuenta lo siguiente para la determinación del daño moral: a. La indemnización producto de un daño moral tiene carácter de resarcitorio, atiende a los sufrimientos de la víctima y hay que tener en cuenta la gravedad del ilícito cometido. b. La indemnización queda al prudente arbitrio judicial c. Los jueces deben proceder de manera estricta para determinar la cuantía de la reparación de daño moral, de conformidad con lo dispuesto en el Código Civil y en el Código Procesal. De lo contrario, la indemnización podría significar confiscación o enriquecimiento sin causa a favor del demandante. d. “No es necesario que la entidad del daño moral sea probada, siendo facultad judicial 62 su determinación”. e. La determinación cuantitativa del daño moral no guarda relación con la cuantía de los daños materiales. f. Si un tribunal no da razones ni fundamenta su monto indemnizatorio, este será objeto de revisión en la Corte por vía de absurdo. De esta manera se garantiza el control de legalidad, certeza y razonabilidad de lo resuelto. 1.5.3. Daño Moral en el derecho chileno. El Código civil chileno, no concibió la existencia del daño moral, sin perjuicio de que el artículo 2331 dispone lo contrario, respecto del honor y crédito e una persona, pero lo hizo precisamente para negar su indemnización. La Constitución Política de la República a este respecto significó un avance en la materia al dar protección a ciertos bienes jurídicos extrapatrimoniales como son la vida, la integridad física y síquica de la persona, la vida privada y pública y la honra de la persona y su familia, contemplados en el acápite de las garantías constitucionales. Recientemente, los estudios del profesor Ramón Domínguez, han concluido que en Chile el daño moral no se encuentra consagrado doctrinariamente como en legislaciones modernas (Inglaterra y Francia) las cuales en la generalidad de los casos la conciben como pretium doloris. Para el profesor Fernando Fueyo el daño moral existirá toda vez que hayan atentados a bienes jurídicos de consagración constitucional tales como la integridad física y síquica, la libertad, el desarrollo personal y espiritual y los derechos de familia propiamente tales. Analizando los fallos de los tribunales es posible advertir que el criterio de nuestros sentenciadores está dirigido a considerar el daño moral como el sufrimiento, dolor o molestia que el hecho ilícito ocasiona a la sensibilidad física o en los sentimientos o afectos de una persona. En consecuencia según el profesor José Luis Diez, nuestra jurisprudencia asimilaría las ideas de perjuicio moral y pretium doloris, no obstante que en su opinión la primera correspondería al género y la segunda a la especie. En Chile esencialmente se reconoce como daño moral al pretium doloris, pero existen otras categorías de daño moral como la llamada perdida de goces de la vida existente en el derecho Francés, el loss of consortium, existente en el common law . Todo lo cual nos indica que para proteger adecuadamente los aspectos extrapatrimoniales de los individuos es necesaria una labor interdisciplinaria de nuestro legislador, jueces, 63 litigantes y autores del derecho. Además importa un abandono de las viejas estructuras patrimonialistas del daño, en pro de una estructura de tipo personalista. Ello atraería aparejado, de paso, un justo aumento en los montos de indemnización a favor de las víctimas. A continuación voy a exponer el texto completo de la sentencia chile por daño moral en el caso defensa del consumidor: Arica, ocho de febrero de dos mil doce. VISTO: PRIMERO: Que, el abogado don RMP, por la denunciada y demandada civil TM Chile SA. ha deducido recurso de apelación en contra de la sentencia de primer grado, que condenó a su representada a pagar a la denunciante JMVB una indemnización ascendente a la suma total de $ 300.000., más intereses y reajustes conforme a la variación que experimente el IPC desde la presentación de la demanda hasta el día de su efectivo pago, con costas, por infringir el artículo 3° letra b) y artículo ,12 de la Ley N° 19.496 sobre Protección de los Derechos de los Consumidores, de acuerdo a lo establecido en el artículo 24 de la misma. Sostiene que , en la especie, no se ha incurrido en una vulneración a la Ley de Protección de los derechos del Consumidor, en lo particular a las disposiciones de la Ley N° 19.496 en su artículo 3° letra b), que señala que ” Son derechos y deberes básicos del consumidor: b) El derecho a una información veraz y oportuna sobre los bienes y servicios ofrecidos, su precio, condiciones de contratación y otras características relevantes de los mismos, y el deber de informarse responsablemente de ellos”, infracción que se le atribuye basándose en que su representada no dio término al contrato de suministro de servicio de internet banda ancha móvil, en la oportunidad requerida por la actora. Acota, que el actuar de su representada no encuadra en la hipótesis de vulneración contravencional aludida, por cuanto en ningún momento pretendió exigir un cobro a la denunciante, una vez resuelto el contrato, por cuanto conocido por su representada que la actora había recibido un cobro por un periodo posterior a la fecha de término del contrato, inmediatamente se dejó sin efecto dicha facturación. Agrega que, además, no se causó agravio a la actora ya que no se informa al DICOM ni al boletín comercial la existencia de alguna deuda que ésta pudiere mantener con su representada por los meses posteriores al término del contrato y, aduce que no hubo mala fe de su parte sino un error que, detectado, procedió a subsanar. Finaliza haciendo presente que ninguno de los testigos presentados por la denunciante fue claro y 64 categórico en señalar los perjuicios cometidos por su representada a la denunciante, solo se limitan a señalar que hubo perjuicio, sin especificar en qué consistieron los daños sufridos por ésta. SEGUNDO: Que con el mérito de la denuncia infraccional de fojas 1, declaración de los testigos KMVO, de fojas 14, de DEGA y de RIPZ, ambos de fojas 14 vuelta, quienes deponen al tenor de los puntos 1 2 y 5., respectivamente, del auto de prueba de fojas 14 en la forma y sentido que en sus deposiciones allí contenidas se consigna,y de la prueba documental acompañada por la actora, no objetada, de fojas 4,consistente en carta de SERNAC a la denunciante, de 26 de julio de 2011, en que le da cuenta del resultado de las gestiones de mediación con el proveedor denunciado, que no arrojaron un resultado positivo, por cuanto la empresa reclamada si bien respondió, no ha acogido su petición; declaración de término de contrato de suministro y reconocimiento de deuda de fojas 5, que contiene declaración de M de haber recibido con fecha 23 de febrero de 2011 la solicitud efectuada por la cliente JMVB de término de Suministro Telefónico Móvil, la que acepta en ese acto, cesando en consecuencia el suministro dentro del plazo de 10 días a contar de este requerimiento; requerimiento de renuncia al contrato de servicios de Internet Banda Ancha Móvil Movistar de fojas 6 efectuado por la denunciante JMVB, con fecha 23 de febrero de 2011, recepcionado según firma y timbre de Movistar con la misma fecha; Comunicación de fojas 7, de TM Chile S.A. a SERNAC, dando respuesta al requerimiento interpuesto por la denunciante JMVB quien objeta los cobros posteriores al término de contrato, asociados al N° 91807144, que refiere que se cursó la baja del servicio telefónico de la señalada cliente, con fecha 18 de mayo de 2011, dentro de los 10 días siguientes a la solicitud de la señora V, consignado que a la fecha la denunciante tiene los cargos a su cuenta que singulariza, con fechas de vencimiento 24 de abril de 2011 por $ 19.900.,26 de mayo de 2011, por $ 19.900., 28 de junio de 2011 por $11.555. y otros por saldo opción compra de equipo por $ 5.000., con un total de $ 56.355. Señala que los cobros que registra pendientes corresponden al consumo desde el día 01/03/2011 al 18/05/2011 y que la cliente solicitó el término del contrato el día 17/05/2011, por lo que refiere que no es posible acoger el requerimiento de la señalada cliente, quien debe regularizar saldos pendientes a la brevedad, porque éstos están generando costos por morosidad; boleta electrónica N°104068116 extendida por M, con fecha 07 de mayo de 2011, respecto de los consumos periodo 01/04/2011 al 30/04/2011. por un total de $ 39.800. y boleta electrónica sin número de fojas 9, extendida por Movistar con fecha 07/07/2011, que registra un saldo anterior al 02/07/2011 por la suma de $ 51.355, han quedado 65 establecidos los siguientes hechos: Que la denunciante doña JMVB , suscriptora de un contrato telefónico móvil N° 99999999 con la empresa TM Chile S.A., Movistar, por el suministro de servicio de internet banda ancha móvil por un cargo fijo mensual de $ 19.900., con fecha 23 de febrero de 2011 quiso poner término al mismo, para lo cual se le exigió por la prestadora del servicio la presentación de una carta renuncia, cosa que hizo con la misma fecha mediante la carta formulario que le proveyó la empresa, de declaración de término de contrato de suministro y reconocimiento de deuda de fojas 5, que la empresa denunciada declara haber recibido con la misma fecha, refrendado por timbre y firma de esa data, que aceptó en el acto, cesando en consecuencia el suministro dentro del plazo de 10 días a contar de dicho requerimiento, según consigna. No obstante lo anterior, la denunciante continuó con fecha posterior recibiendo facturas de cobro de parte de la denunciada, llegando incluso al cobro del periodo 01/04/2011 al 30/04/2011, como consta de facturas electrónicas agregadas a fojas 8 y 9, y carta a SERNAC dirigida por la empresa M, de fojas 7, en igual sentido, en que se totaliza la suma de $ 56.355., en circunstancias que la demandada se había comprometido a hacer cesar el contrato dentro de los diez días siguientes a la recepción de la señalada carta renuncia . TERCERO: Que, no obstante la declaración de la empresa M contenida en la documentación referida, consistente en la declaración de término de contrato y reconocimiento de deuda ya señalada, en el documento de fojas 7 antedicho, dirigido al SERNAC en respuesta al requerimiento de la actora, no es veraz al señalar que la cliente, demandante de autos, solicitó el término del contrato el 17 de mayo de 2001, contradiciendo su declaración de fojas 5 en que señala haber recibido tal requerimiento de término de contrato el 23 de febrero de 2011. CUARTO: Que, los hechos establecidos en el motivo segundo, constituyen una infracción al artículo 3° de la Ley N° 19.496, precepto que refiere a los derechos y deberes del consumidor en cuanto en su letra b) preceptúa que son derechos y deberes básicos del consumidor, ” el derecho a una información veraz y oportuna sobre los bienes y servicios ofrecidos, su precio, condiciones de contratación y otras características relevantes de los mismos, y el deber de informarse responsablemente de ellos”, obligación de información que la empresa denunciada con su actuar no ha cumplido, infringiendo el imperativo contenido en el artículo 12 de la precitada Ley, que preceptúa que ” todo proveedor de bienes o servicios estará obligado a respetar los términos, condiciones y modalidades conforme a los cuales se hubiere ofrecido o convenido con el consumidor la entrega del bien o la prestación del servicio”, lo que acorde a lo establecido, no hizo, en perjuicio de la 66 demandante en la forma antedicha. QUINTO: Que, el artículo 24 de la Ley de Protección de los Derechos del Consumidor establece que “Las infracciones a lo dispuesto en esta ley, serán sancionadas con multa de hasta 50 unidades tributarias mensuales, si no tuvieren señalada una sanción diferente”, cuyo es el caso de la infracción que nos ocupa, de tal modo que la multa correspondiente aplicada por la juez de primer grado se encuadra dentro de este parámetro. SEXTO: Que, la actora no ha acreditado con la prueba rendida, el daño directo que por la suma de $ $56.355 reclama, correspondiente a facturas impagas a contar de febrero a mayo de 2011 que en el primer otrosí de su libelo de denuncia menciona, ya que no se ha discutido que los cobros emitidos indebidamente por la demandada no fueron pagados; es más, el cobro por el señalado periodo, obviamente, no fue cubierto por la actora, por no corresponder hacerlo, conforme a lo expuesto. Asimismo, respecto del cobro de la suma de $ 40.000., también por daño directo allí referido, los testigos, única prueba ofrecida al efecto, ya mencionados en el motivo segundo, no son precisos ni suficientes en este punto, por su vaguedad, refiriendo dos de ellos a sumas diferentes de $ 50.000. y $ 100.000., respectivamente, cuyo es el caso de los testigos KVy DG, y el tercero, RPZ, por el contrario, no refiere a monto alguno sobre el tópico, por lo que la demanda en este aspecto no será acogida. SEPTIMO: Que, sin embargo, es un hecho que la actora con motivo de los hechos denunciados obviamente sufrió desasosiego, molestias, y pérdida de tiempo, no logrando su solución directamente con la denunciada, quien siempre estuvo renuente y no mostró ninguna disposición a solucionar el problema en las instancias previas a la judicial, obligando a aquella a formular denuncia al SERNAC, sin resultado, para en definitiva accionar y obtener judicialmente una indemnización que este tribunal de alzada por tal concepto a título de daño moral fija prudencialmente en la suma de $ 300.000. (Trescientos mil pesos). Por las anteriores consideraciones, normas legales citadas, y lo dispuesto en los artículos 24 de la Ley N° 19.946, y 32 y 36 de la Ley N° 18.287, SE CONFIRMA, con costas de la instancia, la sentencia apelada de veintiséis de diciembre de dos mil once, escrita de fojas 24 a 25, con declaración que se hace lugar a la demanda de indemnización de perjuicios del primer otrosí del libelo de fojas 1, sólo en cuanto se condena a la empresa TM Chile S.A. a pagar a la actora la suma de $300.000 por concepto de daño moral, la que se pagará reajustada conforme a la variación que experimente el índice de Precios al Consumidor que fija el Instituto Nacional de Estadísticas entre la fecha de presentación de la demanda y la de su pago efectivo. Regístrese y devuélvase. 67 1.6. Conclusiones parciales del capítulo El daño moral es todo sufrimiento o dolor que se padece independientemente de cualquier repercusión de orden patrimonial material. Se traduce en la lesión a las afecciones intimas del damnificado. La primera forma de obligarse es aquella en que existe acuerdo de voluntades, lo que da como resultado un contrato. La segunda forma de obligarse también depende de la voluntad, pero no de varias personas, sino solamente de una, que es la que se obliga. La tercera forma es precisamente el daño. La cuarta forma de obligarse es cuando la ley dispone directamente la responsabilidad. El daño, es una forma de obligarse que tampoco depende de la voluntad de quien se obliga. Al manifestar “la voluntad”, no me refiero si hubo o no voluntad de causar el daño, pues esto, para efectos de indemnizar, resulta prácticamente indiferente. Debe quedar claro que a lo que me refiero es que no existe la voluntad de obligarse, como ocurre con el contrato. La generación de la obligación de ningún modo depende de la voluntad del individuo que ha causado el daño. Sintetizando a los procesos por daño moral puedo indicar que los derechos que se protegen al implementarse la figura del daño moral son aquellos que protegen la paz, integridad, honorabilidad, y la salud mental y espiritual, que pueden recaer sobre la persona afectada directamente por la ilegalidad, así como también indirectamente a los familiares o terceros con legítimos derechos. Para efectos jurídicos, esto es, a la hora de reclamar judicialmente por un daño causado, es imprescindible determinar cuál ha sido el objeto receptor del daño, ya que de eso dependerá cuál es la prueba que corresponderá actuar al demandante. Si el objeto receptor del daño ha sido un bien, mueble o inmueble, el daño es patrimonial, porque afecta el patrimonio del dueño de los bienes dañados. En el juicio por daño moral debe probarse tres cosas a saber: La licitud del acto o hecho, pues en caso de que la persona que hubiere ocasionado el daño, lo hubiere hecho por mandato de la Ley o en cumplimiento de su deber, no existiría tal ilicitud y por tal no cabría sentencia condenatoria por daño moral; Probar el daño ocasionado; y, Probar la relación de causalidad existente entre el acto o hecho ilícito cometido y el daño ocasionado. Para establecer el quantum del daño moral deben ponderarse, por sobre todas las 68 cosas, su carácter reparador, la gravedad del hecho y los padecimientos soportados por el afectado. La indemnización debe ser efectivamente “reparadora” de la lesión moral sufrida. En otras palabras, el resarcimiento obtenido como reparación del perjuicio experimentado paliaría éste con placeres o ventajas que subsanarán en sus sentimientos o en su espíritu la situación disvaliosa padecida. Una vez refutados en mayor o menor medida los planteamientos de estas teorías, tenemos que aceptar que no se puede aplicar el resarcimiento a los daños morales de igual forma que a los patrimoniales, ya que los bienes morales pertenecen a la esfera personal del sujeto y no se puede establecer una función de equivalencia económica. La reparación por daño moral no debe llegar a una indemnización simbólica, ni al enriquecimiento sin injusto, no transitando por una tarifación como mínimo y máximo, ni atendiendo a un porcentaje del daño patrimonial; tampoco determinada en base a la sola prudencia, sino antes y mejor, a la diferenciación según la gravedad del daño, atendiendo a las particularidades del caso, de la víctima y del victimario, sin desconocer la necesaria armonización de las reparaciones en casos semejantes. 1.7. Idea a Defender Con la elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral se garantizará su reparación en forma equitativa. 1.8. Variable Independiente Elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 1.9. Variable Dependiente Garantizar a reparación en forma equitativa en los juicios por daño moral. 69 CAPÍTULO II 2. MARCO METODOLÓGICO 2.1. Caracterización del problema. En la investigación se encuentra formulado como problema científico: “De qué manera influye la falta de parámetros para determinar los montos de reparación en los procesos por daño moral”. El inciso primero del artículo 2232 del códigos civil expresa “la reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización atentas las circunstancias, previstas en el inciso primero de este artículo”. En aplicación a esta disposición referida, en el juzgado civil de Arenillas se han fijado montos de reparación totalmente impredecibles y a la vez sin fundamento racional ya que en varias ocasiones los montos son exageradamente altos frente a otros que parecerían son demasiado bajos lo que entre otras cosas lesiona el principio fundamental de seguridad jurídica. 2.1. Análisis crítico sobre el objeto de investigación. El objeto de investigación de la presente investigación, esto es el daño moral, encierra la obligación de reparación que tienen quienes manchen la reputación ajena, mediante cualquier forma de difamación; o quienes causen lesiones, cometan violación, estupro o atentados contra el pudor, provoquen detenciones o arrestos ilegales o arbitrarios, o procesamientos injustificados, y, en general, sufrimientos físicos o síquicos como angustia, ansiedad, humillaciones u ofensas semejantes. Sin embargo de expuesto la finalidad de este derecho para el afectado no supone de ninguna manera su virtual enriquecimiento y mucho menos la lesión patrimonial al obligado, nuestro sistema jurídico en particular la Constitución de la República establece como principio fundamental dentro de las garantías del debido proceso, que las sanciones deben ser proporcionales, en este caso las infracciones de daño moral deben compensar el sufrimiento que ha sufrido una persona, pero en muchas ocasiones 70 la existencia de parámetros para establecer el monto de reparación ha posibilitado lesiones considerables y a veces infundadas al patrimonio de los obligados. Cómo puede en la actualidad existir una norma de derecho que posibilite lesión a derechos fundamentales; cómo debe fijarse montos por conceptos de daño moral que sean proporcionales. Interrogantes que nos permiten reflexionar en el sentido de que la normativa que rige para la fijación de los montos por reparación por daño moral vulnera los derechos de debido proceso, seguridad jurídica, tutela judicial efectiva, y con el principio de imparcialidad, así como el principio de igualdad, sin embargo se aplica en el Juzgado Noveno de lo Civil de Arenillas. 2.3. Modalidad de la investigación La investigación fue cuali-cuantitativa. Cualitativa porque ayudó a entender el fenómeno social y sus características; y, cuantitativa debido a que permitió interpretar los fenómenos sociales, mediante la utilización de fórmulas matemáticas y estadísticas viables, para la selección de la muestra e interpretación de los datos. 2.4. Tipo de investigación. El presente trabajo investigativo se basa fundamentalmente en la investigación: De campo: Se recogió experiencias de la práctica jurídica, se obtuvo información en el Juzgado Noveno de lo Civil de EL Oro con asiento en la ciudad de Arenillas Bibliográfica: Se aplicó para el respectivo sustento científico de las variables planteadas en la investigación. Documental: Permitió fundamentar la investigación en los diferentes documentos que versan sobre el tema. Descriptiva-explicativa: Se aplicó para explicar y describir los hechos materia de la investigación. 71 2.5. Población y muestra de la investigación. COMPOSICIÓN MUESTRA Profesionales del derecho inscritos en el Foro de Abogados de EL Oro 780 TOTAL 780 2.5.1 Muestra Para obtener la muestra de los abogados inscritos en el Foro de El Oro, se aplicó la siguiente fórmula. FÓRMULA: N n = -------------------( E )2 (N-1) + 1 n = Tamaño de la muestra N = Población o Universo E = Margen de Error (0,1) Cálculo de la Muestra 780 n = -------------------( 0.1 ) (780-1) + 1 780 n = -------------------- = 88,73 ( 0.01 ) (779) + 1 Por consiguiente el número de Abogados a encuestarse son: 89 72 2.6. Métodos, técnicas e instrumentos 2.6.1. Métodos Se aplicaron los siguientes métodos: Inductivo-Deductivo que nos permitió lograr los objetivos propuestos y ayudaron a verificar las variables planteadas. Inductivo, nos facilitó el análisis del problema desde lo particular a lo general. Deductivo porque permitió el estudio del problema desde lo general a lo particular. Analítico-Sintético porque este método hizo posible la comprensión del asunto materia de la presente investigación. Histórico-Lógico porque analizamos científicamente los hechos, ideas del pasado comparándolo con hechos actuales. Descriptivo-Sistémico porque permitió la observación actual de los fenómenos y casos, procurando la interpretación racional del objeto materia de la investigación. 2.6.2. Técnicas Fichaje: Se utilizó para incluir datos investigados. Encuesta: Se efectuó a los Profesionales del Derecho inscritos en el Foro de Abogados de El Oro. Entrevista: Se efectuó a especialistas en materia civil de reconocimiento a nivel nacional. 2.6.3. Instrumentos de la investigación Los instrumentos utilizados en esta investigación son: Las fichas nemotécnicas y el cuestionario. 73 2.7. Interpretación de resultados y análisis de datos de la encuesta aplicada a profesionales del derecho inscritos en el Foro de Abogados de Tungurahua. PREGUNTA No. 1 ¿Considera que es correcto desde la perspectiva del principio de justicia imparcial, la existencia de normas que permitan fijar montos de reparación por daño moral a la prudencia del Juez? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 33 29.00% NO 56 71,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El setenta y un porciento de los abogados encuestados considera que desde la perspectiva del principio de justicia imparcial, no es correcto que el actual sistema jurídico mantenga normas que permiten que el juez fije montos de reparación por daño moral a su prudencia; tan solo el 29% Considera que esta realidad no afecta al principio constitucional. 74 PREGUNTA No 2 ¿Considera que la inexistencia de parámetros para fijar los montos de reparación en los procesos por daño moral afecta al principio de proporcionalidad? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 81 93.00% NO 8 7,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El 93% de los abogados encuestados considera que la inexistencia de parámetros para fijar los montos de reparación en los procesos por daño moral afecta al principio de proporcionalidad; mientras una mínima cantidad, esto es, el 7% de encuestados considera que no existe tal afectación. 75 PREGUNTA No 3 ¿Cree que los procesos por daño moral permiten el enriquecimiento de los reclamantes? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 63 70.56% NO 26 30,44% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. Una importante cantidad de encuestados esto es 67 que representan el 70% considera que los procesos por daño moral permiten el enriquecimiento de los reclamantes; mientras que el 30% considera que no existe enriquecimiento en este tipo de procesos. 76 PREGUNTA No 4 ¿Considera que se podría poner un límite económico a los montos de reparación por daño moral? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 72 80.00% NO 17 20,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El 80% de los colegas encuestados consideran que en los proceso por daño moral se puede poner un límite económico a los montos de reparación; mientras que ta solo el 20% considera que fijar este límite no es posible. 77 PREGUNTA No 5. Considera que es pertinente que en el actual sistema jurídico se mantengan disposiciones que permiten establecer sanciones a la libre prudencia del Juzgador? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 33 37.00% NO 56 63,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El 37% de los encuestados consideran que en actual sistema jurídico si es pertinente que se mantengan disposiciones que permiten establecer sanciones a la libre prudencia del Juzgador; El 63% considera que esto no es posible en la actualidad. 78 PREGUNTA No 6 ¿Considera necesario la existencia de parámetros que guíen al juzgador a la determinación de un monto de reparación en procesos por daño moral? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 89 100.00% NO 0 00,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El ciento por ciento de los abogados encuestados Considera necesario la existencia de parámetros que guíen al juzgador a la determinación de un monto de reparación en procesos por daño moral 79 PREGUNTA No 7. ¿Es aún indispensable la posibilidad de reclamar daños morales o basta con la posibilidad de reclamar daños y perjuicios? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 89 100.00% NO 0 00,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El ciento por ciento de los abogados encuestados considera aún indispensable la posibilidad de reclamar daños morales y que no basta con la posibilidad de reclamar daños y perjuicios 80 PREGUNTA No 8. ¿Debería existir un procedimiento especial para fijación de cuantías por daño moral? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 48 53.00% NO 41 47,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El 53% de los encuestados considera que Debería existir un procedimiento especial para fijación de cuantías por daño, mientras el 47% Considera que esta posibilidad no es necesaria. 81 PREGUNTA No 9. ¿Considera que la forma desproporcional como se ha fijado montos de reparación ha determinado el aumento de reclamaciones por este concepto? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 63 70.00% NO 26 30,00% TOTAL 89 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El 70% de los colegas encuestados considera que la forma desproporcional como se ha fijado montos de reparación en procesos de daño moral ha determinado el aumento de reclamaciones por este concepto. Frente a esto, el 30% considera que la manera de fijar los montos no ha influido en el aumento de procesos de este tipo. 82 PREGUNTA No 10 ¿Debería implementarse un Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación? SI............ NO......... CUADRO No.1 ALTERNATIVA ENCUESTADOS PORCENTAJE SI 89 100.00% NO 0 00,00% TOTAL 88 100.00% FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR GRÁFICO No. 1 SI NO FUENTE: ENCUESTADOS RESPONSABLE: INVESTIGADOR INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS Y ANÁLISIS. El ciento por ciento de los encuestados considera que Debería implementarse un Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación 83 2.8. Conclusiones parciales del capítulo Desde la perspectiva del principio de justicia imparcial, no es correcto que el actual sistema jurídico mantenga normas que permiten que el juez fije montos de reparación por daño moral a su prudencia. La inexistencia de parámetros para fijar los montos de reparación en los procesos por daño moral afecta al principio de proporcionalidad. Considera que los procesos por daño moral permiten el enriquecimiento de los reclamantes. Los proceso por daño moral se puede poner un límite económico a los montos de reparación En actual sistema jurídico no es pertinente que se mantengan disposiciones que permiten establecer sanciones a la libre prudencia del Juzgador. Es necesaria la existencia de parámetros que guíen al juzgador a la determinación de un monto de reparación en procesos por daño moral Es indispensable la posibilidad de reclamar daños morales, no basta con la posibilidad de reclamar daños y perjuicios Debe existir un procedimiento especial para fijación de cuantías por daño. La forma desproporcional como se ha fijado montos de reparación en procesos de daño moral ha determinado el aumento de reclamaciones por este concepto. 84 CAPÍTULO III 3. MARCO PROPOSITIVO 3.1. TEMA: Anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 3.2. JUSTIFICACIÓN Habiendo concluido la presente investigación, podemos afirmar que en los juicios ordinarios de reparación por daño moral, se pueden presentar dificultades para que el juzgador pueda establecer un monto de reparación: En ocasiones las cuantías que en nuestro país se han fijado han sido extraordinariamente altas, y sobre todo emanan de una fundamentación incomprensible dese el punto de vista jurídico, lo que es posible ya que la ley, esto es el código civil faculta al juzgador a determinar el monto de reparación en base a su prudencia violándose así la garantía de igualdad de derechos de las partes en el proceso y el principio de proporcionalidad establecidos entre los derechos de protección de la Constitución de la República, por consiguiente se hace indispensable introducir una reforma al inciso tercero del Art. 2232 del Código de Civil, que determine los parámetros con que el Juez debe fijar los montos de reparación por concepto de daño moral. Con la reforma a introducirse se garantizará la reparación de forma equitativa la reparación del daño al afectado sin que lesione los derechos del obligado. El inciso tercero del Art. 2232 del Código de Procedimiento Civil, en vigencia expresa: “La reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización atentas las circunstancias, previstas en el inciso primero de este artículo.” 85 3.3. Desarrollo: LA ASAMBLEA NACIONAL DEL ECUADOR CONSIDERANDO: Que las personas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos son titulares y gozarán de los derechos garantizados en la Constitución y en los Instrumentos Internacionales; Que todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades. Que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, determina que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Que la Constitución de la República del Ecuador, garantiza la igualdad de derechos de las partes en los procesos y la debida proporcionalidad entre las infracciones y las sanciones. Que el numeral 6 del Art. 120 de la Constitución de la República, faculta a la Asamblea Nacional: Expedir, codificar, reformar y derogar las leyes e interpretarlas con carácter generalmente obligatorio, 86 EXPIDE La siguiente reforma al inciso tercero del Art. 2232 del Código Civil. Art. 1.- Reemplácese el tercer inciso del articulo 2232 por el siguiente: “La reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado. El Juez para determinar el monto de reparación deberá nombrar dos peritos, uno en psicología y uno en trabajo social que realizarán su informe atendiendo a las circunstancias del caso concreto de manera que la reparación no constituya una indemnización simbólica ni un enriquecimiento injusto, atendiendo a además a las particularidades de la víctima y del victimario. En ningún caso, la reparación supondrá la quiebra del obligado a la reparación”. Para establecer el monto económico de la reparación se considerarán los siguientes parámetros: 1) Si la afectación alcanzó únicamente al demandante y este es servidor público, el monto de reparación será calculada en relación a su sueldo actual, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante un año ni mayor a lo que ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante tres años. 2) Si la afectación alcanzó al demandante y a sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad y este es servidor público, el monto de reparación será calculada en relación a su sueldo actual, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante dos años ni mayor a lo que ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante cuatro años. 3) Si la afectación alcanzó únicamente al demandante y este es un trabajador en relación de dependencia, el monto de reparación será calculada en relación a su sueldo actual, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante dos años ni mayor a lo que ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante cuatro años. 4) Si la afectación alcanzó al demandante y a sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad y este un trabajador en relación de dependencia, 87 el monto de reparación será calculada en relación a su sueldo actual, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante dos años ni mayor a lo que ha de recibir como sueldo y beneficios legales durante cinco años. 5) Si la afectación alcanzó únicamente al demandante y este es profesional independiente, el monto de reparación será calculada en relación a su declaración de impuesto a la renta del año inmediato anterior a la resolución que fija el monto, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ganaría durante dos años ni mayor a lo que ha ganaría durante tres años. 6) Si la afectación alcanzó al demandante y a sus parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad y este es profesional independiente, el monto de reparación será calculada en relación a su declaración de impuesto del año inmediato anterior a la resolución que fija el monto, de manera que el monto no sea inferior a lo que este ganaría durante dos años ni mayor a lo que ha ganaría durante cuatro años. 7) En todos los casos no contemplados en los numeres anteriores, el monto de reparación será calculada en relación al sueldo básico unificado del trabajador, de manera que el monto no sea inferior a un sueldo unificado del trabajador durante un año, ni mayor al sueldo básico unificado del trabajar durante tres años. Art. 2.- La presente reforma entrará en vigencia, inmediatamente de publicada en el Registro Oficial. Dado y firmado en el Distrito Metropolitano, de San Francisco de Quito, hoy día…........................ f). PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA. 88 3.4. Conclusiones parciales del capítulo: La reforma planteada beneficiará a las partes den juicio de daño moral. La reparación del daño moral no debe constituir una indemnización simbólica ni un enriquecimiento injusto. La fijación de parámetros para la determinación del monto de reparación por daño moral garantiza la igualdad de derechos de las partes en el proceso y el principio de proporcionalidad. La determinación equitativa del monto de reparación por daño moral garantiza la tutela eficaz, imparcial y expedita de los derechos de las personas. 3.5. Conclusiones Generales Para establecer el quantum del daño moral deben ponderarse, por sobre todas las cosas, su carácter reparador, la gravedad del hecho y los padecimientos soportados por el afectado. La indemnización debe ser efectivamente “reparadora” de la lesión moral sufrida. La reparación por daño moral no debe llegar a una indemnización simbólica, ni al enriquecimiento injusto, no transitando por una tarifación como mínimo y máximo, ni atendiendo a un porcentaje del daño patrimonial; tampoco determinada en base a la sola prudencia, sino antes y mejor, a la diferenciación según la gravedad del daño, atendiendo a las particularidades del caso, de la víctima y del victimario, sin desconocer la necesaria armonización de las reparaciones en casos semejantes. Desde la perspectiva del principio de justicia imparcial, no es correcto que el actual sistema jurídico mantenga normas que permiten que el juez fije montos de reparación por daño moral a su prudencia. La inexistencia de parámetros para fijar los montos de reparación en los procesos por daño moral afecta al principio de proporcionalidad. Es necesaria la existencia de parámetros que guíen al juzgador a la determinación de un monto de reparación en procesos por daño moral 89 La fijación de parámetros para la determinación del monto de reparación por daño moral garantiza la igualdad de derechos de las partes en el proceso y el principio de proporcionalidad. La determinación equitativa del monto de reparación por daño moral garantiza la tutela eficaz, imparcial y expedita de los derechos de las personas. 3.6. Recomendaciones: Los Asambleístas del Ecuador, deben actualizar las normas jurídicas que vulneran los derechos de los ciudadanos, entre éstas el Art. 2232 del Código Civil. El Anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación debe tramitarse en la Asamblea Nacional. La Universidad Regional Autónoma de los Andes, debe seleccionar los ante proyectos de Ley que se encuentran en las tesis de pre y posgrado, para que sean remitidos a los Asambleístas de Tungurahua para su tramitación en la Asamblea Nacional. 90 ANEXO No. 1 UNIVERSIDAD REGIONAL AUTÓNOMA DE LOS ANDES “UNIANDES” FACULTAD DE JURISPRUDENCIA PERFIL DE TESIS PREVIA A LA OBTENCION DEL TITULO DE MAGISTER EN DERECHO CIVIL Y PROCESAL CIVIL. TEMA: ANTEPROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO CIVIL RESPECTO AL DAÑO MORAL PARA GARANTIZAR DE FORMA EQUITATIVA SU REPARACIÓN. AUTORES: ABG. ESP. LIZETH DE LOURDES GARCÍA JARAMILLO TUTOR: Dr. MSC. EDISON SUAREZ MERINO AZOGUES – ECUADOR 2012 1. TEMA: ANTEPROYECTO DE LEY REFORMATORIA AL CÓDIGO CIVIL RESPECTO AL DAÑO MORAL PARA GARANTIZAR DE FORMA EQUITATIVA SU REPARACIÓN. 91 2. DESARROLLO. 2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN. Según lo establecido en el Código Civil “La reparación por daños morales puede ser demandada si tales daños son el resultado próximo de la acción u omisión ilícita del demandado, quedando a la prudencia del juez la determinación del valor de la indemnización atentas las circunstancias, previstas en el inciso primero de este artículo”. En la última década, hemos evidenciado en el país como los jueces de lo civil han actuado polémicamente cuando tiene que emitir una sentencia en procesos civiles de indemnizaciones por daño moral. Si bien la ley establece que los jueces pueden libre y discrecionalmente determinar los montos de reparación, es indudable que la ley extiende demasiado esta potestad jurisdiccional cuando los jueces ordenan reparaciones extraordinarias. La normativa que regula la forma como se ha de sustanciar el juicio por daño moral en el ecuador tiene orígenes de larga data y no ha cambiado en ningún sentido desde su puesta en vigencia, dejando carta abierta para que existan irregularidades en el actuar jurisdiccional, lo que podría estar perjudicando en demasía a los administrados. No existen trabajos e investigaciones similares sobre: “anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación” según los datos de las bibliotecas existentes en las ciudades de Ambato, Azogues y Cuenca. 2.2. SITUACION PROBLÉMICA. El problema identificado en la presente investigación es el conflicto en el ejercicio jurisdiccional que se desarrolla cuando los jueces tienen que fijar un monto de reparación por concepto de daño moral, ya que el Código Civil claramente expresa que ésta determinación se realizará discrecionalmente por los jueces; es decir, al juez le corresponde fijar por sí solo y de acuerdo a su criterio personalísimo la cuantía de la reparación. Esta realidad ha llevado a que en los últimos tiempos los accionantes de procesos de daño moral exijan extraordinarios montos de indemnización y en ocasiones los jueces se los han concedido en sentencia, lo que claramente 92 pone de manifiesto el gran vacío legal existente y el riesgo de ésta discrecionalidad jurisdiccional para fijar la reparación, ya que si bien quien ha causado daño moral a otra persona debe cumplir con una reparación, esta reparación debe responder proporcionalmente al daño causado, más no enriquecer injustificadamente a una persona. La presente investigación se centrará en ésta situación problémica ya que es necesario darle seguridad jurídica a los procesos por daño moral, en todo proceso judicial las partes deben tener una expectativa real de sus derechos y obligaciones a ser valoradas por los jueces, lo que notoriamente no existe en este tipo de causas, en las que el demandado no puede tener una idea objetiva acerca de su eventual sanción. De no realizarse esta investigación se estaría afectando en demasía tanto a las personas que deben cumplir con reparaciones por los daños morales que han causado, así como a los jueces de lo civil que deben enfrentarse a la carga de establecer un monto de reparación proporcional al daño causado por el demandado. 2.3. PROBLEMA CIENTIFICO. ¿De qué manera influye la falta de parámetros para determinar los montos de reparación en los procesos por daño moral? 2.4. OBJETO DE LA INVESTIGACIÓN Y CAMPO DE ACCIÓN. 2.4.1. Objeto de investigación: El daño moral. 2.4.2. Campo de acción: Los montos de reparación. 2.4.3. Lugar: Juzgado Noveno de lo Civil de El Oro. 2.4.4. Tiempo: Agosto – Diciembre del 2012 2.5. IDENTIFICACION DE LA LINEA DE INVESTIGACIÓN. De conformidad con la situación problémica planteada, la presente investigación se enmarca en la línea de investigación “ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA”, aprobada por la Universidad Regional Autónoma de los Andes. 93 2.6. OBJETIVO GENERAL. Elaborar un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 2.7. OBJETIVOS ESPECIFICOS. 2.7.1. Determinar los referentes teóricos para el diseño del anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 2.7.2. Elaborar la estrategia para la evaluación de la adecuada normativa jurídica que rige para la determinación de los montos de reparación por concepto de daño moral. 2.7.3. Establecer los componentes para la elaboración del anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 2.8. IDEA A DEFENDER. Con la elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral se garantizará su reparación en forma equitativa. 2.9. VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN. 2.9.1. VARIABLE INDEPENDIENTE. Elaboración de un anteproyecto de ley reformatoria al código civil respecto al daño moral para garantizar de forma equitativa su reparación. 2.9.2. VARIABLE DEPENDIENTE. Garantizar a reparación en forma equitativa en los juicios por daño moral. 2.10. METODOLOGÍA A EMPLEAR. 2.10.1. MÉTODOS. INDUCTIVO – DEDUCTIVO.- Permitirá lograr los objetivos propuestos y ayudar a verificar las variables planteadas, para el efecto se realizará un análisis particular hasta llegar a conclusiones generales; y, en forma viceversa. 94 ANALÍTICO – SINTÉTICO.- Este método hará posible la comprensión de todos los hechos, casos e ideas a lo largo de la presente investigación. HISTORICO – LOGICO.- Permitirá analizar científicamente los hechos, ideas del pasado, comparándolo con acontecimientos actuales. 2.10.2. TÉCNICAS. Encuestas: Se realiza a la población determinada para el efecto, a fin de conocer sus expectativas. Entrevistas: se realizarán a profesiones en el área del derecho civil a fin de conocer. Fichaje.- Se utilizará para organizar los datos obtenidos, así como para el acopio de citas y pie de página. 2.10.3.- HERRAMIENTAS. Fichas Nemotécnicas y cuestionarios. 2.11. DESCRIPCIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA TESIS. ESQUEMA DE CONTENIDOS. EPÍGRAFE I. 1.10. LAS OBLIGACIONES EN EL DERECHO CIVIL ECUATORIANO. 1.10.1. EL ORIGEN DE LAS OBLIGACIONES. 1.10.2. CARACTERÍSTICAS DE LAS OBLIGACIONES. 1.10.3. TIPOS DE OBLIGACIONES. 1.10.4. EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES. 1.2. EL DAÑO MORAL. 1.2.1. EL ORIGEN DE LA ACCIÓN DE DAÑO MORAL. 1.2.2. EL DAÑO MORAL Y LOS VALORES QUE SE LESIONAN. 1.2.3. CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO DE REPARACIÓN POR DAÑO 95 MORAL. 1.2.4. DIFERENCIA DE LA INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS FRENTE AL DAÑO MORAL EPÍGRAFE II 2.1. PROCESO PARA LA REPARACION DEL DAÑO MORAL 2.1.1. LAS PARTES EN EL JUICIO DE DAÑO MORAL. 2.1.2. LA DEMANDA Y LA JURISDICCIÓN. 2.1.3. LA CONTESTACIÓN A LA DEMANDA. 2.1.4. LAS POSIBILIDADES DE CONCILIACIÓN. 2.1.5. LAS PRUEBAS DE CARGO Y DE DESCARGO. 2.1.6. LA SENTENCIA Y LA ORDEN DE REPARACIÓN. 2.2. LA REPARACIÓN EN LOS JUICIOS POR DAÑO MORAL. 2.2.1. LAS CONSIDERACIONES QUE DEBE VALORAR EL JUZGADOR. 2.2.2. LA APRECIACIÓN DE LA PRETENSIÓN DEL ACTOR/OFENDIDO. 2.2.3. LA FORMA EN QUE HA ACTUADO FRENTE A LA NECESIDAD DE REPARAR CON NLA LEGISLACIÓN EXISTENTE. 2.2.4. LOS PERJUICIOS QUE CAUSAN LA DETERMINACIÓN DE UN EXCESIVO MONTO DE REPARACIÓN. 2.4.5. LA MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA EN LOS JUICIOS DE DAÑO MORAL. 2.3. LA REPACIÓN EN LOS JUICIOS POR DAÑO MORAL EN LA LEGISLACIÓN COMPARADA. 2.3.1 EL JUICIO DE DAÑO MORAL EN COLOMBIA. 2.3.2. EL JUICIO DE DAÑO MORAL EN ARGENTINA. 2.3.3. EL JUICIO DE DAÑO MORAL EN ESPAÑA. 2.12. APORTE TEÓRICO, SIGNIFICACIÓN PRÁCTICA Y NOVEDAD CIENTÍFICA. 2.12.1. APORTE TEÓRICO. 96 L investigación permitirá clasificar la información que se obtenga a través de la normativa jurídica, la jurisprudencia y la doctrina, en miras de3 cumplir con el objetivo general y con los objetivos específicos. 2.12.2. SIGNIFICACION PRÁCTICA. Es importante buscar solución a la situación problémica, para evitar la violación de los derechos de las part5es en los procesos de daño moral. 2.1.2.3. NOVEDAD CIENTÍFICA. Cumplido el objetivo general, obviamente se aportará al campo jurídico, el mecanismo para evitar la violación de los derechos de las part5es en los procesos de daño moral. 97 ANEXO No 2 Arenillas, Diciembre 20 de 2012 Señor Abogado Inscrito en el Foro de Abogados del Distrito de El Oro: Ciudad. Por medio del presente me permito comunicarle que me encuentro desarrollando, previa la obtención del Título de Magister en Derecho Civil y Procesal Civil, la investigación sobre: Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación, en tal virtud comedidamente solicito se sirva contestar marcando con una “x” las preguntas que a continuación se formulan: PREGUNTA No. 1 ¿Considera que es correcto desde la perspectiva del principio de justicia imparcial, la existencia de normas que permitan fijar montos de reparación por daño moral a la prudencia del Juez? SI............ NO......... PREGUNTA No 2 ¿Considera que la inexistencia de parámetros para fijar los montos de reparación en los procesos por daño moral afectan al principio de proporcionalidad? SI............ NO......... PREGUNTA No 3 ¿Cree que los procesos por daño moral permiten el enriquecimiento de los reclamantes? SI............ NO......... PREGUNTA No 4 ¿Considera que los reclamantes hacen uso correcto de la figura del daño moral? 98 SI............ NO......... PREGUNTA No 5 Considera que se podría poner un límite económico a los montos de reparación por daño moral? SI............ NO......... PREGUNTA No 6. Considera que es pertinente que en el actual sistema jurídico se mantengan disposiciones que permiten establecer sanciones a la libre prudencia del Juzgador? SI............ NO......... PREGUNTA No 7 ¿Considera necesario la existencia de parámetros que guíen al juzgador a la determinación de un monto de reparación en procesos por daño moral? SI............ NO......... PREGUNTA No8 ¿Es aún indispensable la posibilidad de reclamar daños morales o basta con a posibilidad de reclamar daños y perjuicios? SI............ NO......... PREGUNTA No 9 ¿Debería existir un procedimiento especial para fijación de cuantías por daño moral? SI............ NO......... PREGUNTA No 10 ¿Considera que la forma desproporcional como se ha fijado montos de reparación han determinado el aumento de reclamaciones por este concepto? SI............ NO......... Debería implementarse un Anteproyecto De Ley Reformatoria Al Código Civil Respecto Al Daño Moral Para Garantizar De Forma Equitativa Su Reparación 99 BIBLIOGRAFÍA. 1. BARRAGÁN ROMERO GIL, Elementos del daño moral, Quito, Editorial: Edino, 2000, pp. 77 – 199. 2. Borda A. Guillermo, Manual De Las Obligaciones, Segunda Edición, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1963. 3. Calamandri, Piero. Instituciones De Derecho Procesal Civil. 4. Carneluti, Francesco. Teoría General Del Derecho. 5. Casarino Viterbo, Mario. Derecho Procesal Civil. 6. Celleri Velasco Emilio, Sistema De Práctica Procesal Civil, Tomos 1 Al 6, Editorial Pudeleco Editores S.A. 7. Cornejo Manriquez Anibal, Derecho Civil En Preguntas Y Respuestas. Editorial Cor-Man, Santiago – Chile, 1992. 8. Couture, Eduardo J. Estudios De Derecho Procesal Civil. 9. Couture, Eduardo J. Fundamentos Del Derecho Procesal Civil. 10. Chiovenda, José. Ensayos De Derecho Procesal Civil. 11. Devis Echandia Hernando. Compendio De Derecho Procesal 12. Diez Picazo Luis, Fundamentos Del Derecho Civil Patrimonial, Editorial Tecnos, Madrid, 1978. 13. Falconi Puig Abogados. (2011). La Subjetividad Del Daño Moral En El Ecuador. Ciberlex. 14. Fernandez De León Gonzalo, Diccionario Jurídico, Tercera Edición, Ediciones Contabilidad Moderna, Buenos Aires-Argentina, 1972. 15. Fornaciari Alberti, Mario. "Modos Anormales De Terminación Del Proceso". Tomo I. Ediciones De Palma – Buenos Aires 1987. 16. Guerrero Gonzales, Sofía. (2009). Tesis De Grado Presentada Para La Obtencion 100 De Titulo De Abogado. Quito. 17. Gómez Estrada César, De Los Principales Contratos Civiles, Tercera Edición, Editorial Temis S.A., Santa Fe De Bogotá – Colombia, 1999. 18. Larrea Olguín Juan Ignacio, Índice Analítico Del Código Civil, Segunda Edición, Corporación De Estudios Y Publicaciones, Quito – Ecuador, 1991. 19. Nélida Rey Rosa Y Antonio Juan Rinessi, “La Cuantificación del daño. Sus implicaciones”, en Revista de Derecho de Daños. Cuantificación del daño, Editorial Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 2001, pp. 27 – 72. 20. Pacheco G. Máximo. Teoría Del Derecho. 21. Pasmiño Ballesteros, Marcelo. (2009). Modulo Derechos De DañosResponsabilidad Constractual Y Extraconstractual.. 22. Pazmiño Ballesteros, Marcelo. (2011). Acción Civil De Daño Moral. Quito: Juridica Del Ecuador. 23. Pereira, Hugo. La Cosa Juzgada Formal En El Procedimiento Civil 24. Romero, Gil Barragan. (1995). Elementos Del Daño Moral. GuayaquilEcuador: Edino. 25. Soto Alvarez Clemente, Introducción Al Estudio Del Derecho, Segunda Edición, Editorial Limusa, México, 1979. 101