SERIE INFORMATIVO: FRENTE INTERNO UMNG – IEGAP # 160 Bogotá, 07 de julio de 2014 LA DESFRONTERIZACIÓN DEL ESTADO COLOMBIANO1 (Segunda Entrega) Palabras clave: Colombia, Derecho Internacional, fronteras Despertar transitorio Cuando se conoció la -injusta, inaplicable e inaceptable- sentencia de la Corte Internacional de Justicia de la Haya el 19 de noviembre de 2012, en la controversia Territorial y Marítima entre Colombia y Nicaragua para resolver el pleito creado por la nación centro americana, se presentó en Colombia un transitorio despertar nacionalista, como ocurrió a comienzos de los años treinta cuando los peruanos ocuparon la población de Leticia, aunque ese despertar sí perduró en la mente y el corazón de los colombianos. Ahora surgen posiciones extremas en Colombia, que van desde el desacato de la sentencia o el acatamiento de la misma, hasta clamores, que invitan a la defensa del territorio arrebatado mediante el empleo de poder militar para restituir a la Patria el mar perdido por ignominiosa sentencia. Pero al poco tiempo estas manifestaciones nacionalistas extremas, como suele ocurrir en nuestro país, se redujeron por nuevos acontecimientos ocurridos en Colombia, como por ejemplo, el inicio de las conversaciones de paz con las FARC, y el tema al parecer quedó consignado y reseñado en la historia y en el inventariado de otras frustraciones territoriales que empequeñecieron la dimensión de nuestro mapa. Hubo, eso sí después de conocerse la sentencia, sentidos lamentos, rasgadura de vestiduras y oportunismos políticos, mas no los juicios de responsabilidad que se han debido adelantar por el descalabro territorial. En Colombia todos los responsables se escondieron, o se culparon unos a otros, o descargaron en otros su propia cuota de responsabilidad. 1 Este documento forma parte de la serie “Informativo” del Instituto de Estudios Geoestratégicos y Asuntos Políticos de la Universidad Militar Nueva Granada. Su elaboración final estuvo a cargo del Coronel Darío Ruiz Tinoco. Internacionalista, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales Estrategia y Seguridad y colaborador de este Instituto. Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente, los puntos de vista de la Universidad Militar Nueva Granada. Bien lo afirmaba el ilustre internacionalista Rafael Nieto Navia hace ya muchos años cuando expresaba que “el mapa de Colombia se había confeccionado en tela tan ordinaria que cada vez que negociábamos el mapa se encogía” y esa premonición lamentablemente se volvió a cumplir. La posición del gobierno en el sentido de considerar la inaplicabilidad de la sentencia de la Corte, es apenas una salida temporal, que no ha ido más allá de un pronunciamiento, porque aquí no cabe una abierta posición de desacato por las gravísimas consecuencias jurídicas y políticas e internacionales que dicha posición acarrearía, ( El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nos obligaría a Colombia a su cumplimento mediante medidas coercitivas), y porque las características las sentencias de la Corte son inapelables y obligatorias y sobre ellas solo cabía el recurso de revisión ante la presencia de un hecho nuevo y desconocido por los jueces de la Corte. En mi concepto no existió la circunstancia anteriormente descrita, contrario a lo que algunos internacionalistas han llegado a plantear, como el de la intención de Nicaragua de construir un canal interoceánico por su territorio fluvial del Rio San Juan con tecnología china, o la presencia de una juez china entre los magistrados de la Corte que votaron en contra de Colombia, lo cual no constituye para nada un “hecho nuevo”, porque Nicaragua desde el siglo XIX ha pretendido construir un canal por su territorio. No podría entonces argumentar Colombia ante la Corte como sustentación de un vicio de la sentencia, la construcción del mencionado canal, atado a la presencia de una juez china entre los magistrados, porque la votación para esta sentencia fue totalmente en contra de nuestro país por parte de todos los jueces.(17 votos a favor de Nicaragua y ningún voto a favor de Colombia) Es importante anotar que los magistrados que integran el alto tribunal internacional, son escogidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas, previo concepto favorable del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, entre los juristas de mayor competencia y reconocimiento internacional, de comprobados valores éticos, lo cual descarta cualquier posibilidad de un acto de corrupción frente a la sentencia contra Colombia, como se especuló en algunos círculos políticos de nuestro país. La contratación de un selecto grupo de abogados por parte del Gobierno Nacional, para enfrentar la nueva demanda nicaragüense sobre el exabrupto jurídico y geográfico de Nicaragua de “Plataforma Continental Extendida”2 tiene posibilidades de ser exitosa para Colombia, más no el recurso de revisión de la sentencia, cuyo tiempo ya expiró, porque nuestros argumentos para la revisión no eran tan sólidos y por ello las posibilidades de éxito muy remotas, casi imposibles y si podríamos haber caído en la trampa de una nueva sentencia obligatoria y ejecutoria del fallo. 2 Plataforma continental extendida: Figura inexistente en el Derecho de Mar (Convención de Montego Bay, Jamaica de 1982) mediante la cual Nicaragua pretende extenderse por mar a menos de 200 millas la de Costa Atlántica colombiana. En la historia de la Corte Internacional de Justicia de la Haya no existen antecedentes sobre un recurso de revisión de sentencia fallada a favor del Estado que la presenta (13 en total), todos estos recursos han sido resueltos en contra, porque al parecer la Corte se considera infalible en sentencia judiciales, como el Santo Padre el Papa en materia de actos de fe. De tal manera se aprecia que si Colombia hubiese presentado este recurso, no habría podido argumentar la inaplicabilidad de la sentencia, salida que por lo menos resulta un paliativo transitorio mientras se rediseñan nuevas estrategias para dilatar el fallo. Con la sentencia de la Corte Constitucional sobre inaplicabilidad de fallo de la Haya hasta tanto no se firme un tratado de límites con Nicaragua, reafirma un principio constitucional indiscutible dentro de la legislación Colombiana, como lo es que los límites de la República solo podrán ser cambiados por Tratados Internacionales válidamente celebrados y aprobados por el Congreso. Este planteamiento doctrinal y jurisdiccional no es nuevo ni desconocido. No obstante es igualmente importante tener en cuenta el principio consagrado en la Convención de Viena de 1969 sobre Derecho de los Tratados, en el sentido de que los Estados no podrán invocar disposiciones de su derecho interno como justificación para el incumplimiento de un Tratado Internacional, en este caso quiero referirme a la sentencia de la Corte. El Presidente de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, Peter Tomka ha defendido la sentencia contra Colombia y reiterado su carácter definitivo, así como su obligatorio cumplimiento, negando cualquier presión externa por parte de Nicaragua para esta decisión y afirmando que 17 jueces de la Corte consideraron que esta era una solución equitativa. Lo más sorprendente de las declaraciones de Tomka lo constituye la afirmación en el sentido de que Colombia no podía reclamar soberanía sobre Quitasueño “cerca de la isla de San Andrés, pues se trata de formaciones sumergidas casi todo el tiempo”. ”Solo hay una formación en Quitasueño que permanece sobre el agua todo el tiempo”. “Es un roca de un metro cuadrado…Para reclamar frontera marítima se necesita una Isla”. Eso no es cierto y olvida de manera malintencionada el juez Tomka, que los derechos históricos que Colombia ha tenido sobre Quitasueño, corresponden al ejercicio de soberanía sobre este territorio, a su titularidad histórica (Real Orden de San Lorenzo y Fallo Loubet de 1900), así como la forma como se resolvió la disputa con los Estados Unidos de América en el Tratado Vázquez- Saccio de 1972 y lo más importante, cuando se suscribió el Canje de Notas Olaya Kellog3 entre Colombia y Los Estados Unidos para pactar una Statu Quo sobre los cayos de Roncador, Serrana y Quitasueño en abril de 1928, un mes después de firmado el Tratado con Nicaragua, Quitasueño quedaba excluido del Tratado Esguerra Bárcenas, por el hecho de encontrarse el litigio con los Estados Unidos. Nicaragua en aquel entonces no reservó supuestos futuros derechos sobre este cayo, como tampoco sobre Roncador y Serrana, porque los consideraba colombianos. 3 Canje de notas suscrito en Abril de 1928, en el cual la controversia por los cayos Roncador, Serrana y Quitasueño quedo en Statu Quo que concluyó con la subscripción del Tratado Vásquez Saccio de 1972 El artículo 121 No 3 4 de la Tercera Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, le otorga a Quitasueño un mar territorial de 12 millas, en razón a que la Convención, a propósito, no suscrita aun por Colombia, solo especifica la ausencia de derechos sobre Plataforma Continental y Zona Económica Exclusiva, mas no lo que corresponde al Mar Territorial. Colombia al haber retirado la cláusula facultativa de reconocimiento de la competencia de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, y haberse retirado extemporáneamente del Pacto de Bogotá, no logró blindarse de la nueva demanda de Nicaragua y ahora en la búsqueda de soluciones a futuros contenciosos como el que se tiene con Venezuela, no podrá plantear solución diferente a los medios diplomáticos ordinarios que consagra el Derecho Internacional5, los cuales resultan en muchas oportunidades poco efectivos. Es indiscutible como ya se afirmó, que los límites de la República que están consignados en la Constitución Política (Artículo 101 de la Carta Constitucional)6, no se pueden cambiar por sentencia de un tribunal extranjero, como tampoco los Tratados de Límites Marítimos celebrados con terceros estados del Caribe como Costa Rica, Honduras, Jamaica y Panamá, porque de ser así, se estaría obrando en contra de la intangibilidad de los tratados que consagra el Derecho Internacional como principio fundamental. Por hermenéutica jurídica los contratos entre dos partes no pueden afectar los intereses de terceros y ello se le aplica a la sentencia de la Corte frente a la afectación de las fronteras ya establecidas por Colombia. No obstante lo anterior, el contenido de la sentencia del 19 de noviembre de 2012, contrariando el Derecho Internacional, sí tocó intereses de terceros Estados y Tratados plena y válidamente celebrados con terceros estados. Esta es apenas una parte del complejo panorama que se vive hoy en las fronteras marítimas de Colombia, sin desconocer el hecho de que las fronteras terrestres a pesar de estar plenamente definidas, no dejan de ser vulnerables a la acción expansionista de estados vecinos. No en vano, como se recordará, Chávez en su momento amenazó a Colombia con reclamar la Guajira para Venezuela, desconociendo los tres tratados internacionales ya 4 “Las Rocas no aptas para mantener habitación humana o vida económica propia no tendrán derecho a Plataforma Continental, ni a Zona Económica Exclusiva” 5 Medios Diplomáticos Ordinarios: Negociación, Conciliación, Mediación, Investigación y Buenos Oficios, consagrados en el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas. 6 “Artículo 101. Los límites de Colombia son los establecidos en los tratados internacionales aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el Presidente de la República, y los definidos por los laudos arbitrales en que sea parte la Nación. Los límites señalados en la forma prevista por esta Constitución, sólo podrán modificarse en virtud de tratados aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el Presidente de la República. Forman parte de Colombia, además del territorio continental, el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la isla de Malpelo, además de las islas, islotes, cayos, morros y bancos que le pertenecen. También son parte de Colombia, el subsuelo, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma continental, la zona económica exclusiva, el espacio aéreo, el segmento de la órbita geoestacionaria, el espectro electromagnético y el espacio donde actúa, de conformidad con el Derecho Internacional o con las leyes colombianas a falta de normas internacionales. referidos, como lo hizo Nicaragua con el Tratado Esguerra-Bárcenas Meneses del 24 de Marzo de 1928, que definió a nuestro favor la soberanía y el pleno dominio sobre San Andrés, y la de Nicaragua sobre la Costa de Mosquitos y las Islas del Maíz. El límite tradicional marítimo entre los dos Estados, quedó definido por el Meridiano 82º que por iniciativa y propuesta de Nicaragua quedó incluido en el Instrumento de Canje de Ratificación del Tratado7, pero a pesar ello y del ejercicio permanente, pacífico, inmemorial, ininterrumpido y no protestado de soberanía de Colombia sobre estos mares, la Corte de un solo tajo arrebató a Colombia estas aguas para entregárselas a un supuesto nuevo titular, Nicaragua, país que jamás las poseyó, con lo cual afectó no solo el Tratado de 1928 al haber desconocido la referencia del Meridiano 82º, sino que violó la Costumbre como fuente de derecho internacional. Nicaragua consiguió más de lo que ambicionaba, porque amplio a costa de las aguas marinas de Colombia un espectro marítimo importante del cual carecía, mediante la aplicación de una estrategia efectiva e inteligente, mediante una envidiable acción diplomática de más de 24 años, adelantada por su Embajador Carlos Arguello, contrario a lo que hizo Colombia en los mismos 24 años en los cuales tuvo siete Embajadores en la Haya, así de esa forma puso a Colombia en un débil escenario jurídico y político internacional y en la disyuntiva del desacato por inaplicabilidad de la sentencia o la aceptación de la misma con todas las funestas consecuencias internas y constitucionales. Algunas voces autorizadas en Colombia plantean que lo único que le quedaría al país para cerrar este doloroso episodio es tener que negociar con Nicaragua. Lo que sí es posible es que Nicaragua no negocie con Colombia ningún límite marítimo que no parta del reconocimiento de los ya establecidos a su favor por la Corte, como tampoco cederá en la frontera que estableció el fallo de la Haya. Lo único que cabría negociar con Nicaragua es la preservación de la zona “Sea Flower”, acuerdos de pesca y preservación del medio marino. Es difícil llegar a pensar que Nicaragua cambie y reduzca los derechos marítimos que obtuvo en sentencia de la Corte por un gesto de generosidad para con un país que considera usurpador de sus derechos históricos. Así las cosas no habrá negociaciones de límites con Nicaragua, entre otras razones porque ningún gobierno de Nicaragua que venga en el futuro correrá el riesgo de cambiar esta sentencia en contra de interés nacional, porque sin lugar a dudas sería depuesto y juzgado como traidor a la Patria. Reflexiones finales. Para concluir este artículo, es bueno anotar que varias generaciones futuras tendrán que pasar antes de que se resuelva uno de los más antiguos pleitos de límites a nivel mundial, como es el de la delimitación de las áreas marinas y sub marinas con Venezuela en el área del Golfo de Coquivacoa o “Venezuela” para los venezolanos. El momento actual para abordar el tema es el menos propicio, debido a la crítica situación política interna que vive 7 El archipiélago de San Andrés no se extiende al occidente del meridiano 82. el país hermano como consecuencia del chavismo. Este constituye un tema que en el pasado logró despertar el más malsano nacionalismo en Venezuela contra Colombia. Ya pasó por fortuna la euforia del pasado, los tiempos del ruido y el desenfreno de una carrera armamentista que privilegiaba la posición de Venezuela en las mesas de conversaciones con Colombia. El diferendo básicamente consiste en la existencia de dos posiciones totalmente antagónicas frente a los intereses preponderantes que Venezuela creé tener en el área en litigio, a la ausencia de delimitación de áreas marinas y sub marinas, a la creencia errática de algunos venezolanos de que Colombia no tiene derecho a las aguas de Golfo, (Mar Territorial, Plataforma Continental, Zona Económica Exclusiva) que le otorga la condición de Estado Ribereño , desde Castilletes hasta Punta Espada y que ese golfo es una Bahía histórica de Venezuela; al empecinamiento de Venezuela de buscar una solución al litigio por la vía de las conversaciones directas, tal y como quedó plasmado en al Acta de San Pedro Alejandrino de marzo 1989; al desconociendo de que existen otros medios de solución pacífica de controversias internacionales que consagra el Derecho Internacional; al hecho de que Venezuela pretende considerar las rocas llamadas los Monjes como islas, que fraudulentamente le fueron regaladas, mediante un acto de traición a la Patria, en oscura y tenebrosa acción del Presidente de Colombia, Roberto Urdaneta Arbeláez y con la complicidad de su Canciller Juan Uribe Holguín y con la impecable redacción del Secretario General de la Cancillería, Alfredo Vázquez Carrizosa ( Nota de Cancillería D-M 542 de 22 de noviembre de 1952).8. Supuestamente fueron entregados a cambio de la vida del guerrillero liberal Eliseo Velázquez, como lo denunciaron Daniel Valios Arce en su Libro ”Los Monjes un Mito Trágico” y Luis Carlos Galán Sarmiento junto con el Presidente Carlos Lleras Restrepo en la desparecida Revista Nueva Frontera. A ello se la viene a sumar las comprobadas reservas petroleras en el área en litigio, recurso que más para mal que para bien a ha sido la tragedia de Venezuela como bien lo afirmaba en una de sus obras uno de los más ilustres escritores venezolanos de todos los tiempos, Arturo Uslar Petri (1906-2001). Colombia abandonó y sacrificó en aras de un acuerdo con Venezuela su posición jurídica ajustada al derecho internacional de la Línea Media (artículo 15 de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho de Mar)9 en la frustrada Hipótesis de Caraballeda de 1982, proyecto de acuerdo, logrado durante los Gobiernos de Julio Cesar Turbay Ayala y Luis Herrera Campins, el cual de manera incomprensible el gobierno de Venezuela sometió a un consenso popular, con el consecuente rechazo absoluto de todos los venezolanos como era 8 Colombia no objeta ni tiene reclamación alguna que objetar sobre el ejercicio de Soberanía venezolana en el archipiélago en referencia. 9 Cuando las costas de dos Estados sean adyacentes o se encuentren situadas frente a frente ninguno de los Estados tendrá derecho salvo mutuo acuerdo en contrario a extender su mar territorial más allá de una línea media trazada en forma tal que todos los puntos sean equidistantes a los puntos más próximos de las líneas de base desde donde se mide la anchura del mar territorial de cada Estado. de esperarse, por tratarse de una sociedad al menos informada y bien comprometida con lo que creen deben ser sus intereses en el área en disputa de Golfo. Contrario a lo que ha ocurrido en Colombia, donde la ignorancia ha sido generaliza sobre el tema de fronteras, lo cual permitió y facilitó que el asunto fuese manejado “por un selecto grupo de funcionarios”, que también tienen cuota de responsabilidad en lo que ocurrió con Nicaragua; excluyentes por cierto, sin percatarse que ante el mundo se debilitó la posición jurídica y la tradición internacional de respeto al cumplimiento de los compromisos internacionales, lo cual muy seguramente será aprovechado a futuro por Venezuela para hacer prevalecer en una futura delimitación con Colombia un resultado favorable a su interés primordial como es la línea de prolongación de la dirección general de la frontera terrestre a partir de hito de los Castilletes y logrando que Colombia reconozca las rocas llamadas los Monjes como islas generadoras de toda la jurisdicción marítima que consagra a su favor el Derecho de Mar. A partir de los acontecimientos conocidos como el “incidente de la ARC Caldas” ocurrido en agosto de 1987, nuestra posición fue aún mucho más débil, porque a fin de cuentas Colombia que no generó esta situación, como algunos lo afirman y que casi termina envuelta en un conflicto internacional, salió del área en litigio por instrucción del Presidente Barco y Venezuela mantuvo su preponderante presencia naval. Hoy tan solo ejercemos una tímida presencia militar en el área, sin mayor poder disuasivo, para evitar que a futuro Venezuela nos llegue a aplicar la figura jurídica conocida como la prescripción adquisitiva de dominio por ausencia de soberanía. Hoy no se sabe que es lo que se está negociando a nivel de los Altos Comisionados, lo que sí es cierto es que la última vez que el tema se ventiló públicamente fue durante un encuentro entre los expresidentes Chávez y el Uribe junto con la exsenadora Piedad Córdoba en la Hacienda Hato Grande en septiembre de 2007, cuando Chávez embriagado por la euforia propia de haber sido convertido por el Gobierno Nacional en mediador para la liberación de los secuestrados (Clara Rojas) las FARC. Después el asunto quedó dormido, y las dudas alrededor del particular posiblemente solo serán despejadas cuando Colombia re-direccione su política de fronteras en el tema de las delimitaciones marítimas, con la presencia de los colombianos más capacitados en el tema y comprometidos con en el interés nacional, en otras palabras, cuando el tema de las fronteras sea motivo del debate nacional y del concurso de todos los colombianos.