Tom Koenigs Platz der Republik 1, 11011 Berlín Tel.: 030-227 73335 Fax: 030-227 76147 Correo-e: [email protected] Diputado del Bundestag Alemán Alianza 90/Los Verdes Portavoz de Política de Derechos Humanos Tres veces Nicaragua 1. Managua, por entonces todavía una ciudad colonial con grandes edificios antiguos arracimados en torno a la Plaza Central, enormes columnas, en el Palacio de Bellas Artes una exposición de Siqueiros y Orozco, obras inquietantes, violentas, luego toda la vida derramada en las callejuelas del centro, el jolgorio de los incontables pájaros posados en los árboles al anochecer, solo un día en el verano de 1966. 2. 1980, durante cinco meses, el centro reducido a escombros, los estragos del terremoto todavía bien visibles, mucho vacío por todas partes. “Vivimos apresurados”, habitamos barracas de techo plano que se las dan de hotel. Después al borde de la Carretera Sur, en una casa venida a menos de la amante fugitiva de Somoza, en el patio un mango colosal. Apenas pasaban vehículos entonces, no había vida urbana, restaurantes, esas cosas. Solo casetas, como mucho quioscos y siempre lo mismo, gallo pinto, con huevo a lo máximo. Pero poemas, todos los nicas poetas, también los Comandantes. Talleres de poesía en muchas de las nuevas organizaciones, en los Comités de Defensa Sandinista (CDS), en el PS y en el Ejército. Todos los días leía nuevos poemas en el Nuevo Diario. Vi mucho, traduje mucho y atesoré muchas cosas. Entre tanto todo está desvaído. 3. 2015 es distinto. “Lo que me preocupa es que de tanto odiar a los militares, de tanto combatirlos, de tanto pensar en ellos, has terminado por ser igual a ellos, y no hay ideal en la vida que merezca tanta abyección.” Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. Los Comandantes tienen al país bien sujeto, se rumorea que Rosario Murillo, la esposa del Presidente (conocida como “la bruja”) incluso manda más que él. La esposa y los hijos de Ortega ocupan cargos de gobierno. Daniel no solo es presidente, jefe del gobierno y líder del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sino también jefe supremo del Ejército y jefe de la policía. Rosario Murillo por su parte se ha inmortalizado plantando 90 espantosos “árboles de la vida”, gigantescos artefactos amarillos de hierro iluminados de noche que dominan el paisaje urbano con mayor contundencia si cabe que los desmesurados retratos propagandísticos desde cuyas alturas nos sonríe por doquier su esposo (Cristiano, Socialista y Solidario). Hasta en la loma más alta de la ciudad, donde por lo demás solo resaltan la silueta de Sandino y la bandera, se yergue un árbol amarillo de hierro sobre los calabozos de Somoza, el Estado Mayor del Ejército de Nicaragua y el antiguo Hotel Intercontinental, actualmente Crowne Plaza, el único gran edificio que sobrevivió al terremoto y en el que se siguen alojando sin interrupción hasta el día de hoy los capitalistas extranjeros y los turistas pudientes. Tras el triunfo de la revolución, el 19 de julio de 1979, el FSLN todavía tenía tres enemigos, la Iglesia, el empresariado nacional y los EE.UU. Entre tanto Daniel Ortega se las ha arreglado con los tres. Se ha reconciliado con el Cardenal Miguel Obando Bravo (nacido en 1926), en los años ochenta y noventa todavía tachado por él de archienemigo de la revolución y aún hoy peso pesado de la Iglesia, el cual por entonces a su vez llegó a compararle con las "serpientes, raza de víboras" del Evangelio. El 3 de septiembre de 2005 el purpurado selló el matrimonio entre Ortega y Murillo. Desde entonces la Iglesia está más callada. Defiende el Sagrado Sacramento del Matrimonio y a la pareja de autócratas. Frente al empresariado nacional e internacional el príncipe y su gobierno no pudieron ser más solícitos: todo inversionista es bienvenido, merece la pena dedicarse a una actividad económica en Nicaragua, los salarios (y el coste de la vida) son más bajos que en los países vecinos, en todas partes pueden instalarse zonas francas, también se corteja a delegaciones económicas alemanas. Única condición: cumplimiento de las modestas normas laborales y cuantía del muy bajo salario mínimo. “Solidario” significa ante todo puestos de trabajo, de un modo mucho más radical de lo que conocemos en nuestro país por el SPD y los sindicatos. ¿Y qué hay del “gran enemigo imperialista” de la humanidad? En la lucha antidroga se mantiene una buena cooperación con los EE.UU., oculta tras la retórica antiimperialista, bienaventuradamente deudora de Hugo Chávez. En la capital su imagen luce con mayor fuerza aún que los árboles de la vida. Como es usual en América Latina, la Embajada estadounidense es diez veces más grande que la alemana. Las decisiones se toman desde arriba, a menudo con escasa fundamentación. Una y otra vez Daniel, al límite del culto a la personalidad. En su exposición el Subdirector General de la Institución Policial nicaragüense, Francisco Díaz, se remite a él a cada minuto. También él un ex guerrillero. Por cierto, los viejos combatientes están omnipresentes: Bayardo Arce en la economía, Omar Cabezas como Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos y otros muchos, ellos son la columna vertebral del nuevo sandinismo. A las denuncias de la oposición (Partido Liberal Independiente, PLI) y la sociedad civil de que, tras la temprana derrota electoral (1990) y la posterior recuperación del poder (2007), así como tras las denuncias de fraude electoral (según el informe de observación electoral de la UE de 2011), el régimen se habría impermeabilizado contra una nueva derrota electoral mediante diversas modificaciones de la ley electoral y de la Constitución, se contrapone la convicción generalizada de que el FSLN volverá a ganar en 2016, con o sin elecciones “libres y justas”. La campaña para combatir la pobreza, los proyectos para la población rural, para las mujeres (un chancho, una vaca, cinco gallinas), los microcréditos, el fomento de la vivienda, etc. y el mucho bombo que se da a Daniel y su gobierno en (casi) todos los medios surten efecto. (Solo LA PRENSA, a su vez no carente de ideología, arremete en su contra. Se refiere a Ortega únicamente como el “presidente inconstitucional”.) “Populismo responsable” lo llama María López Vigil, editora de la revista Envío, por contraposición al “populismo irresponsable” que, con razón, le reprochó Ortega, cuando todavía estaba en la oposición, al presidente Alemán. Se puede decir y escribir todo, en cambio el derecho de reunión está menos consolidado. En parte se reprimen violentamente incluso concentraciones de protesta con escasa participación. Mi conversación con Eduardo Montealegre, presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), el único partido de oposición parlamentaria, fue convertida por Milton Arcía, un muy conocido y arraigado empresario y multimillonario que le acompañó a la reunión, en una filípica contra la policía, el gobierno y la violación de su derecho de propiedad, lo que al día siguiente me valió a mí saltar a la portada de LA PRENSA con una foto (“una fotita, por favor”). A Arcía le habían demolido por segunda vez un edificio, en ambas ocasiones –según la autoridad– construido ilegalmente, en un terreno que estaría destinado a uso público. Hubo forcejeos, el 2 empresario fue arrestado con rudeza, golpeado y enchironado, hasta que por la noche la multitud indignada de sus seguidores lo “liberó”, y todo eso el Viernes Santo, “cuando lo que se hace es ir a la iglesia”. Mi declaración de que en caso de duda, como defensor de los derechos humanos, yo siempre estoy del lado de las víctimas, se interpreta como inequívoca toma de partido. Espero que le sirva de ayuda para un debido proceso. Al día siguiente el empresario interpuso denuncia, como informó detalladamente LA PRENSA. Trato el asunto con el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos. Naturalmente, me dice, la gente está de su lado, es el hombre rico del pueblo, ha ganado mucho dinero, tiene éxito, es popular, emprendedor, “en realidad era uno de los nuestros, del FSLN, pero creo que quiere hacer política”, opina Omar Cabezas. El presidente del PLI, que hace suyo el caso, habla (como la oposición en Venezuela) mucho de economía y de un mal gobierno que compra voluntades de las y los electores a base de proyectos, pero no dice nada sobre sus propios proyectos sociales, sobre educación o lucha contra la pobreza en el país. Pareciera que solo interesa el grupo propio, el cual abarcaría, en el mejor de los casos, el sector de las pequeñas y medianas empresas, pero a los pobres se los olvida y efectivamente se dejan en manos del FSLN. Así se pierden elecciones, con razón. Tampoco el debate con la Comisión de la Paz, Defensa, Gobernación y Derechos Humanos, que me recibe al completo, ofrece un panorama diferente: un debate irreconciliable, en el cual el FSLN incluso más bien es la parte integradora, con miembros de la antigua Contra en sus filas. El PLI, que ostenta la presidencia de la comisión, por el contrario aparece como falto de contenido sustancial y se muestra airado en su radicalismo verbal. Mejores son los analistas de los laboratorios de ideas de FUNIDES (Juan Sebastián Chamorro y Hauke Maas) y el Centro Humboldt (Amado Ordóñez Mejía), cuyos juicios son más sustanciales y más matizados. Por cierto que a partir de 2016 la Asamblea Nacional, conforme a lo que se conoce como Ley 50/50, aprobada por unanimidad, será elegida con paridad de género, es decir, todos los partidos políticos deberán incluir mitad hombres y mitad mujeres en sus listas electorales. Quien más simpatías y menos poder tiene es el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), al cual (con excepción de Omar Cabezas) están próximos todos mis buenos conocidos de antaño. Hace años que fue privado del estatuto de partido porque no tenía representación en todas las provincias. Y lleva años litigando en vano contra aquello. Están vinculados a él los viejos combatientes del FSLN e intelectuales que no han renunciado a los ideales de la democracia liberal y los derechos humanos que en su día también inspiraron la revolución: Sergio Ramírez (siento que no estuviera), Dora María Téllez, Gioconda Belli y Ernesto Cardenal. Nos reunimos con el Padre Ernesto en un tranquilo restaurante y comemos paella. A pesar de sus noventa años y una neumonía recién curada está bien y come con apetito. Habla poco y despacio. Se ha mantenido fiel a sí mismo, no solo en su aspecto, con su cabello blanco, la barba, los lentes sin montura y la boina: “Si esto es una dictadura”, opina sobre Daniel Ortega, “una locura de su mujer” sobre lo de los árboles de la vida de color amarillo. Dice que ya no viaja pero que recuerda con mucho gusto los viajes por Alemania y las veladas de lectura, que también se acuerda de Dietzenbach y Fráncfort. Por él me entero de la muerte de Eduardo Galeano, cuyo libro “Las venas abiertas de América Latina” a muchos de nosotros nos hizo entender de otra manera la realidad del continente. Hablamos de literatura –me recomienda leer a Julio Valle– y del nuevo Papa, “una bendición” a diferencia de su predecesor ultraconservador. Aunque solo sea con una señal de la cabeza, parece compartir mi opinión de que lo mejor que hizo, lo más innovador, fue su dimisión. Ernesto Cardenal está en paz consigo mismo y con la vida. No para de llegar gente para saludar al padre, recuerdan versos suyos que se saben de memoria y le aprietan la mano. También hablamos de Leonel Rugama (“genial”), poeta de León prematuramente fallecido, y Alí Alá de la costa atlántica, 3 que también murió en la revolución. Dice que lee mucho, sobre todo obras de consulta, menos novelas, que escribe poco y que sigue en contacto con Lutz Kliche (antes en el HammerVerlag). Un encuentro sosegado a una edad provecta y la paella estaba buena de verdad. Muchos intelectuales y escritores hacen referencia al MRS, su análisis es similar. Tomado de una conversación con Roger Arteaga, Carlos F. Chamorro, Óscar René Vargas y el obispo Hombach: “Los pobres no aparecen en los programas contra la pobreza.” “Con la alianza entre el viejo y el nuevo capital Daniel Ortega se ha creado una nueva clase para sí.” “Los medios de comunicación estatales han recortado el espacio de la libertad de expresión.” “Hoy día la oposición está dividida, se enfrenta a una represión selectiva.” “El gobierno persigue un programa de opresión de la clase media.” Notoria y unánimemente se lamenta que no hay sitio para el debate, que el clima intelectual se empobrece, por cierto también la literatura: están olvidados los tiempos de los talleres de poesía y de los poemas vividos por todo un pueblo, “no hay espacio cultural”. Hay, se afirma, una cierta estabilidad en el sistema con reglas “sui géneris”. El proyecto de Daniel Ortegas no es sino conservar el poder. El gran capital está del lado de Ortega. En realidad lo que él pretende es hacer superfluas las elecciones, para provecho y enriquecimiento propio y de unos pocos. Esto es lo que se dice. Gioconda Belli, tan visceral, activa, casi igual de joven que años atrás, echa pestes de la “reformulación de la izquierda al estilo leninista”. Del engaño y el enriquecimiento ha surgido una extraña casta, advierte. La democracia, así, no es más que una cáscara vacía. “Se venden ilusiones.” El maquiavelismo crea un reinado de la cursilería, remacha. Y ahora lo del Canal…. Un proyecto del que se habla desde hace siglos, ahora de repente se quiere hacer realidad, gracias a Daniel Ortega y un inversor de Hong Kong. 50.000 millones de dólares, eso polariza. La posición del gobierno me la explican en términos económicos, con abundancia de material y paciencia Paul Oquist, Secretario de Políticas Públicas de la Presidencia de la República, con entusiasmo político Valdrack Jaentschke, viceministro secretario de Cooperación Externa, de la costa atlántica, y enfáticamente Omar Cabezas. El canal fue tema en todas las conversaciones: el mayor proyecto de construcción que la humanidad haya acometido nunca, visible hasta desde Marte, cuando esté terminado, es un suponer. Dora María Téllez, ex comandante, es la voz política de la oposición contra el megaproyecto y señala que 150.000 personas se verán directamente afectadas. Ha habido manifestaciones, en Managua y sobre el terreno. Ante todo se denuncia la falta de información a la opinión pública, la falta de debate y los muchos interrogantes. Tanto ella como Ernesto Cardenal dan por seguro que el Gran Lago de Nicaragua (Lago Cocibolca) –la mayor reserva de agua dulce de la región– será seccionado y destruido. En efecto, este es un punto débil obvio: ¿En un lago cuya profundidad promedio es de 9 metros se puede mantener abierto a lo largo de 100 km un canal de 27 metros de profundidad y, por tanto, 18 metros más profundo que el fondo del lago? El otro problema sigue siendo el agua: ¿Bastará, incluso contando con el cambio climático, la cantidad para llenar durante 100 años y más las esclusas a ambos lados? Los estudios de impacto ambiental no están concluidos y seguramente seguirán siendo controvertidos. A pesar de todo, casi el 70% de la población está a favor del fantástico proyecto. 4 Para ganar la lucha contra la pobreza, el crecimiento tendría que aumentar del al fin y al cabo notable cerca del 5% actual al 10%. Eso lo consigue el canal, me echan las cuentas. Los afectados serán generosamente indemnizados, afirma el gobierno y la resistencia por ese lado parece menor de lo esperado. Con un volumen de 50.000 millones de dólares ya debería ser posible generar más beneficiarios que perjudicados entre los ribereños, se dice. Según lo previsto por el gobierno, el proyecto también servirá para reforestar a gran escala áreas boscosas degradadas. Pero en definitiva nadie sabe cómo quedarán el país del gran canal y sus lagos y ríos. El Centro Humboldt está preocupado por la seguridad ante los huracanes, sobre todo con el cambio climático. De por sí resulta llamativo que en Nicaragua ya no se hable de la posibilidad del cambio climático, sino de sus consecuencias y de la protección frente a las mismas. La pregunta obvia de si el inversor es serio y solvente para captar 50.000 millones de dólares (o más) se despacha respondiendo que si están por medio la República Popular China y su ejército quedan disipadas todas las dudas. Pero ni Xi Jinping ha visitado Nicaragua ni hay funcionarios chinos detrás del inversor, y Nicaragua tampoco tiene ni siquiera relaciones diplomáticas con la República Popular China. El embajador chino en Nicaragua es taiwanés. “Si hubiéramos sido tan timoratos y estrechos de miras cuando subimos a las montañas y empezamos la revolución sandinista, jamás habríamos vencido”, opina Omar Cabezas y me escribe en la última edición de su viejo libro “La montaña es algo más que una inmensa estepa verde” una dedicatoria sobre “la fe indestructible y terca de que sí es cierto que otro mundo es posible”. Vaya mi agradecimiento por los excelentes preparativos, la coordinación de tantas reuniones interesantes y la atenta asistencia a la Señora Maike Friedrichsen y su equipo de la Embajada alemana y a todas y todos los interlocutores que me abrieron sus corazones, hablaron conmigo y me escucharon. Nicaragua del 13 al 17 de abril de 2015 5