Mora – Domicilio de pago del deudor – Art. 7 Código Civil y

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Mora – Domicilio de pago del deudor – Art. 7 Código Civil y
Comercial
Expte. N°: JU-2951-2010 RUIZ MONICA VIVIANAC/ BONGIORNO
ILDA Y OTRO/A S/DAÑOS Y PERJ. ESTADO (USO AUTOM.C/LES. O
MUERTE)
N° Orden: 239
Libro de Sentencia Nº: 56
/NIN, a los 10 días del mes de Diciembre del año dos mil quince,
reunidos en Acuerdo Ordinario los Señores Jueces de la Excma.
Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Junín Doctores
RICARDO MANUEL CASTRO DURAN y JUAN JOSE GUARDIOLA en
causa Nº JU-2951-2010 caratulada:
"RUIZ MONICA VIVIANAC/
BONGIORNO ILDA Y OTRO/A S/DAÑOS Y PERJ. ESTADO (USO
AUTOM.C/LES. O MUERTE)", a fin de dictar sentencia, en el
siguiente orden de votación, Doctores: Juan José Guardiola- Juan
Manuel Castro Durán.La Cámara planteó las siguientes cuestiones:
1a.- ¿Se ajusta a derecho la sentencia apelada?
2a.- ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
A LA PRIMERA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Guardiola
dijo:
I.- En la sentencia dictada a fs. 494/498vta. se rechazó con
costas la demanda que por daños y perjuicios entabló Mónica Viviana
Ruiz contra Ilda Bongiorno y Carlos Alejandro Greco y se hizo lugar a
la exclusión de cobertura por falta de pago opuesta por Liderar Cia.
Argentina de Seguros SA, con costas a la actora y las demandadas.
Para resolver de esa forma la Sra. Jueza de Primera
Instancia Dra. Morando evaluó en referencia al momento y lugar
donde se produce el accidente de tránsito, que estando con luz
amarilla intermitente los semáforos ubicados en la intersección de la
calle Bartolomé Mitre y Av. Arias de esta ciudad, asistía prioridad de
paso por arribar al cruce desde la derecha
al taxi
EVD 337 de
propiedad de la Bongiorno conducido por su hijo Sr. Greco
que
circulaba "hacia la ruta Nacional nro. 7" ( declaración testimonial de
fs. 61vta IPP). Descartó que aquella se perdiera por haber intentado
girar para tomar Rivadavia ( continuación de Mitre) haciendo mérito
del informe pericial mecánico, fotografías y el caso omiso que hizo la
titular del Juzgado de Garantías del testimonio rendido por el Sr.
Sartori. Puso de resalto por último que la Sra. Ruiz no estaba
habilitada para conducir el ciclomotor lo que hace presumir su falta
de idoneidad para el manejo.
Previamente hizo lugar a la declinación de cobertura de la
citada por ambas partes en garantía, señalando que a la fecha del
hecho ( 28 de septiembre de 2007) correspondía que estuviera paga la
cuota 6 de las 12
del plan del contrato de seguro y sólo figura
registrado que se canceló la 5a. con fecha 14 de septiembre.
Consideró que la exclusión en base al art. 31 de la LS no ha sido
invalidada por la declaración del productor Nieto
por falta de
precisiones en su declaración ni porque el domicilio de pago haya
sido la parada de taxi de la tomadora, toda vez que pesaba sobre los
demandados la acreditación de la mora imputada al Productor. Hace
soportar las costas en relación a esta defensa también a la actora, no
obstante poder desconocer la ausencia de pago, por la postura que
mantuvo a fs. 122.
II.- Apelaron los demandados con el patrocinio del Dr.
Tessone a fs. 505 y el apoderado de la actora Dr. Itoiz a fs. 507.
Los primeros, a fs. 523/527, se disconforman de
la
exclusión de cobertura de la aseguradora, solicitando se rechace la
excepción imponiéndole las costas de ambas instancias. Por un lado
sostienen que siendo el pago de la primera cuota el 4 de junio de
2007, el 28 de septiembre debía estar abonada la 4ta. cuota - no la
5ta.- y dicho pago se produjo el 13 de septiembre con antelación al
accidente. Por el otro afirman que se ha aplicado erróneamente el
régimen de mora del art. 509 CCivil, ya que debiendo cumplirse la
obligación - pago de la prima- en el domicilio del deudor, es la
aseguradora
quien
debe
realizar
el
esfuerzo
probatorio
para
convencer que fue el productor quien concurrió a percibir la cuota.
El Dr. Itoiz en su memoria de fs. 528/531 se agravia
también de la exoneración de responsabilidad
de la compañía
aseguradora por considerar que al haber concurrido en dos
oportunidades a la audiencia de mediación sin que haya declinado su
responsabilidad supone una aceptación tácita de la misma y porque
entiende que el tercero ajeno a la vinculación contractual no puede
ser perjudicado, debiendo
la aseguradora abonar y luego repetir.
Asimismo objeta la exoneración de responsabilidad de la demandada.
Intenta desvirtuar la pericia señalando que el siniestro se produce en
Arias y Rivadavia y no Arias y Mitre, lo que no es lo mismo ya que
estamos en lugares distintos de la encrucijada. Refiere declaraciones
testimoniales en tramos con resaltado de los que se infiere el
propósito de destacar que el automóvil estaba doblando y que la
motocicleta estaba más avanzada en el cruce. Señala contradicciones
en la pericia (vgr. lado donde se encuentran los daños en el
automotor) que sólo generan dudas de cómo fueron los hechos, por lo
que la prueba testimonial (Sartori y Alvarez)
adquiere particular
relevancia para demostrar que la motocicleta fue embestida por el
automotor.
Ejercieron el derecho a réplica los demandados a fs.
539/542 apuntando que el recurso es infundado conteniendo
razonamientos truncos y sin argumentación eficaz para rebatir la
motivación del fallo (arts. 260 y 261 CPCC). Sin perjuicio de ello
manifiestan que el sobreseimiento en la causa penal no puede ser
revisado en esta sede en cuanto al hecho principal descripto y sus
circunstancias, esto es que el semáforo funcionaba con luz amarilla
intermitente y que el suceso se produjo cuando el automóvil había
transitado más de la mitad de la bocacalle y tenía prioridad absoluta
de paso.
Por su parte el Dr. Itoiz a fs. 533 nada observa al
cuestionamiento de los demandados a la exclusión de cobertura; y la
Dra. Pelegrin en representación de la citada en garantía en sendos
escritos de fs. 544/545 y 546/547 se encarga de contestar las
impugnaciones de los demandados y la actora. Pone de resalto que
aquellos carecen de perjuicio en relación a la eximición de cobertura
al haberse rechazado la demanda, excepto en lo que hace a la
imposición de costas y esto no fue específicamente cuestionado. No
obstante destaca que según informe del perito contador debía
abonada a la fecha del accidente la cuota 6 y sólo se registra el pago
de la cuota 5. Observa también que la expresión de agravios de la
actora carece de una crítica concreta y razonada y que la idea de una
aceptación tácita de responsabilidad por concurrir a una mediación
constituye una teoría sin asidero cuando el siniestro fue rechazado.
Defiende también la sentencia en lo que hace a la responsabilidad
atribuida, pese a considerarse ajena a responder por la endilgada a
los demandados, al basarse en la pericia mecánica y la propia causa
penal.
Firme el llamado de autos para sentencia de fs. 548 se está
en condiciones de resolver (art. 263 del CPCC)
III.- En esa faena, liminarmente digo que aunque resulta
innegable que la crítica de la actora se presenta inconexa y
desarticulada, con un mínimo de predisposición interpretativa se
colige cuáles son los aspectos medulares del fallo sobre los que recae
y el sentido o alcance de su disconformidad. Razón por la cual, en
función del criterio amplio con que este tribunal se maneja para
garantizar a ultranza el derecho de defensa y sin que ello implique
arrogarse
facultades
revisoras
que
desborden
nuestro
límite
decisorio, he de levantar la barrera de admisibilidad formal y
proceder a su tratamiento (art. 260 CPCC)
Sentado ello coincido con lo expresado por los demandados
en el sentido de que el hecho principal, las circunstancias fácticas del
suceso, en que se basa el pronunciamiento recaído- sobreseimiento
del Sr. Greco- en sede penal de fs. 144/146 causa 04-00-061293-07
Denuncia Víctima Ruiz Mónica Viviana en fotocopias certificadas
agregada, es irrevisable en esta sede ya que de lo contrario se
violarían
los
principios
de
identidad
y
no
contradicción,
produciéndose un strepitus fori (doctr. art. 1103 CCivil de Vélez
aplicable en todos los aspectos de la responsabilidad aquí en debate
teniendo en cuenta la fecha del accidente art. 7 CCCN, sin perjuicio
de lo cual destaco que esta interpretación no se ve alterada por el
nuevo ordenamiento en función de lo dispuesto por los arts. 1776 y
1777). Así está fuera de discusión que las luces de
los semáforos
estaban con luz amarilla intermitente, que el automóvil había
transitado más de la mitad de la bocacalle y que es embestido por la
motocicleta. Sin embargo y aún cuando también es irrevisable que
llegó al cruce desde la derecha, no participo de su apreciación de que
ello alcance a la valoración que allí se efectuó de que le asistía
prioridad absoluta de paso. El encuadre legal en materia de reglas de
tránsito y las implicancias de ello no obliga al juzgador civil llamado
a decidir sobre una responsabilidad y eximentes muy distintos.
Ello tiene en el caso relevancia en cuanto al marco
normativo, no solo porque a la fecha del accidente regía el decreto
40/2007 sino porque particularmente el mismo disponía en su art.
75 respecto a vías semaforizadas que (inc. a) "los vehículos deben...4.
Con luz intermitente amarilla, que advierte la presencia de cruce
riesgoso, efectuar el mismo con precaución", con lo cual no resulta
predicable sin más la regla de la derecha ( ver este tribunal Expte. Nº
43073 "Fare Roberto Carlos y Otro C/ Perez Roberto Mario y Otros S/
Daños y Perjuicios" LS 50 n° 25 sent. del 3/3/2009; Areán Beatriz A
"Juicio por accidentes de tránsito" Hammurabi To. 2 p. 608 y jurisp.
allí citada).
Sin embargo no es suficiente para modificar la suerte del
litigio.
Los dos aspectos referidos en cuanto al lugar de la
bocacalle donde se produce la colisión y calidad de embistente de la
motocicleta de la actora, aunados a elementos probatorios colectados
en esta causa, permiten establecer que el suceso fue producto de la
imprudencia o impericia de la víctima fracturaria del nexo causal
atribuible al riesgo del automóvil ( art. 1113 2do párrafo, segunda
parte CCivil de Vélez ref. por ley 17711)
Pese al esfuerzo en tratar de desvirtuar la fuerza convictiva
del informe pericial mecánico de fs. 374/5 ( básicamente por el error
de pluma de consignar "derecho" cuando es izquierdo lo que es
aclarado a fs. 392 y resulta del informe de fs. 8 IPP 568/08 al que se
remite y es evidente a tenor de las fotografías acompañadas) el mismo
aporta datos sobresalientes respecto a la mecánica del accidente. Así,
"que la motocicleta no superó la dirección previa de marcha del
automóvil, quedando caída a la izquierda de éste"; que el automóvil
"no registra daño frontal" y su velocidad "era adecuada a la
reglamentaria. De no haber sido así no hubiera logrado el conductor
detenerlo en la ubicación mostrada en croquis y fotografías referidas"
y que fue "la ausencia de una frenada acorde a las circunstancias" y
la "acción de giro evasiva, hacia el lado opuesto de aproximación del
automóvil" lo que provocaron la fractura del miembro inferior
derecho.
Las fotografías de fs. 64 y 65 son harto elocuentes, por la
ubicación en la encrucijada donde quedaron los vehículos, de que la
conducta de la motociclista de proseguir su marcha, colisionando al
Peugeot, ha sido la única causa determinante de los daños que
padeció.
Dichas piezas permiten también descartar la incidencia de
un giro por parte del automóvil para tomar la calle Rivadavia, con el
que actoralmente se pretende enervar la preferencia de situación por
el incumplimiento del deber de respeto a la continuidad del flujo
vehicular. Ningún elemento serio permite sostener esa hipótesis que
aparece en la demanda (fs. 27) cuando no fue siquiera esgrimida en
la denuncia penal de fs. 1 IPP 04-00-061293-07. Las intenciones de
doblar a que alude el testigo Sartori ( fs. 81 IPP recién mencionada y
447 de estas actuaciones) son meras especulaciones, toda vez que el
mismo declaró no haber visto la colisión ni por ende las trayectorias
previas, a partir de que el automóvil quedó "con su trompa apuntada
al edificio de la Municipalidad". Sin embargo ello razonablemente
puede obedecer bien al impacto mismo o al intento previo de una
maniobra de giro hacia la izquierda que realizara para evitar ser
impactado.
La falta de carnet habilitante para conducir de la actora (ver
fs. 437) si bien
como reiteradamente ha dicho nuestro superior
constituye una infracción administrativa que no apareja por sí
responsabilidad civil cuando no hay relación causal determinante del
hecho dañoso, en el caso viene a apuntalar, al menos indiciariamente
en cuanto a la falta de pericia conductiva ( ver Gamarra Jorge
Tratado de Derecho Civil uruguayo To. XXII FCU
1990 p. 115) lo
objetivamente comprobado en el examen retrospectivo de lo sucedido
( art. 901, 512 CCivil de Vélez.)
Considero en consecuencia bien rechazada la acción
indemnizatoria incoada.
IV.- A. Pasando ahora al tópico de la declinación de
cobertura de la aseguradora citada en garantía, estimo conveniente
de inicio dar algunas precisiones.
En primer lugar el gravamen que provocó su admisión y
que legitima recursivamente a los demandados no está configurado
necesariamente por la suerte de la acción indemnizatoria, toda vez
que tal cuestión sería incluso abordable por vía de adhesión implícita
en el caso de que se hubiera revertido la solución, sino por la misma
imposición de costas que por
aquella se resolvió; no resultando
ineludible un ataque puntual a este aspecto accesorio que sólo es su
consecuencia objetiva (art. 274 del CPCC).
En segundo lugar si bien se ha entendido puede existir una
renuncia tácita a invocar la suspensión de cobertura
por la
participación que hubiere tenida en una mediación previa en
consonancia con la actitud guardada en relación a lo dispuesto por el
art. 56 LS (ver CNCiv. Sala G "Albertoni Guillermo Rafael c. Malatesta
Isabel y ot." La Ley Online A/JUR/720/2009; idem Sala L "Ray
Severino y otros c/ Castelli Carlos" La Ley Online AR/JUR/
3480/2008), en el caso que nos ocupa al rechazo de cobertura ( ver
fs. 101/102) se suma que conforme única constancia de fs. 110 IPP
la aseguradora incompareció a la audiencia de mediación voluntaria
dispuesta en sede penal conforme ley 13433.
Por último "Si bien el objeto del seguro de responsabilidad
civil es mantener indemne al asegurado (art. 109, Ley de Seguros) y
que no constituye una estipulación en favor de terceros (art. 504 Cód.
Civil), no lo es menos que el damnificado puede ver resguardada la
efectiva percepción de su crédito con la presencia de un legitimado
solvente (no es deudor porque no lo es respecto del tercero), pero así
como a raíz de la comparecencia de la aseguradora recibe un
"beneficio" traducido en un privilegio sobre la suma asegurada (art.
118, Ley de Seguros citada), debe aceptar todos los términos del
contrato aún aquellos que eliminen o restrinjan la garantía de
indemnidad." ( SCBA C 100299 S 11/03/2009).
"Entre el damnificado y la citada en garantía no existe
ninguna relación obligacional, porque el contrato no constituye una
estipulación en favor del tercero. Mediante la citación a juicio, el
asegurador es convocado al pleito para cumplir con la prestación
debida a su único acreedor, más no se convierte en acreedor de su
acreedor, porque si el asegurado no es condenado a reparación
pecuniaria alguna no media la correlativa obligación de mantenerlo
indemne. " (CCC QL Sala 110932 RSD-74-8 S 11/11/2008 "Alcorta,
Georgina M. c/Melgarejo, Carlos O. s/Daños y perjuicios" Juba
B2900638). En nada se modifica ello por la ley de defensa del
consumidor.
B. Dicho esto vayamos al tema de la mora en el pago de la
prima que da lugar a la suspensión de la cobertura a la fecha del
siniestro,
a tenor de lo dispuesto por el art. 31 de la ley 17418,
conforme la defensa opuesta y decisión adoptada.
Uno de los aspectos en los que se basa la impugnación es
consiste en que la cuota correspondiente al período ya se encontraba
paga. Este argumento, recién introducido al solicitar explicaciones al
perito contador (ver fs. 354yvta), ya que al solicitar la citación en
garantía y contestar la presentación de la aseguradora (ver fs. 73yvta.
y 119/120) solo se adujo que el incumplimiento no le era imputable,
carece de asidero.
Que la cláusula de cobranza del premio disponga que "En
caso que el premio se pague en cuotas el pago de la primera de ellas
dará lugar al comienzo de la cobertura" en modo alguno significa que
recién
cuando
voluntariamente
el
tomador
abone
aquella
se
comenzaran a devengar las cuotas mensuales y consecutivas en que
se fraccionó la prima. La exigibilidad de la misma se rige conforme lo
dispuesto por el art. 30 LS y como se aclara a renglón seguido de esa
condición particular 33 "Dicha cuota y las sucesivas, serán por
importes y por períodos según el plan de pagos de la factura que se
entregue con la presente póliza". Y específicamente de los cupones
(ver fs. 336 en particular) resulta que las ellas fueron establecidas a
partir de la emisión de la póliza (10/04/2007 fs. 392), por lo que a la
fecha del suceso tenía que estar cancelada la cuota 6 de vencimiento
10/09/2007. Y como fue informado en la pericia contable recién se
había cumplido con el pago de la 5 en fecha 14 de septiembre ( fs.
352 resp. 4)
C. La otra cuestión radica en si estaba incurso o no en
mora, en función que, de acuerdo a la práctica contractual, el lugar
de pago era la parada de taxi (art. 29LS; declaración testimonial del
productor Nieto a fs. 462)
La Sra. Jueza de la instancia anterior consideró que la
carga de la prueba de acreditar que el acreedor no compareció a
efectos del cobro, es decir que el incumplimiento material no le es
jurídicamente imputable (art. 509 CCivil de Vélez ref. ley 17711) corre
a cargo del asegurado. Los demandados sostuvieron e insisten que la
colaboración del acreedor cuando el domicilio de pago es el del
deudor, debe ser acreditada por quien alegó la configuración de la
mora como presupuesto de la suspensión de cobertura.
En
el
régimen
hoy
sustituido,
en
abstracto,
ambas
posiciones tuvieron apoyo doctrinario y jurisprudencial. Excedería el
objeto propio de una sentencia judicial hacer una detallada reseña de
la
doctrina
y
jurisprudencia,
y
los
fundamentos
respectivos.
Simplemente recordemos que la Corte Suprema de Tucumán con voto
de López de Zavalía
("Christiani de Zelarayán, Olga c/Ocaranza,
María y otro", S 19/3/1973, L.L. 152 - 491) y el Plenario de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil (" Caja de Jubilaciones
Subsidios y Pensiones del Banco de la Provincia de Buenos Aires c.
Juan Carlas Ruiz y otra" S 21/3/1980 La Ley 1980-B,123) en forma
coincidente con la recomendación 11 de lege lata del IV Congreso
Nacional de Derecho Civil (con la disidencia de Jorge Mosset
Iturraspe, Luis Ovsejevich y Horacio S. Cáceres), la opinión de Borda
("Un peligroso precedente" LL 1975-A-518), Wayar ( "Tratado de la
mora"
Capítulo VII), Bustamante Alsina ("La mora del deudor y la
concepción dinámica del patrimonio" Obligaciones y Contratos
Doctrinas Esenciales Tomo I, 335; "Afirmación de una doctrina en
materia de mora" La Ley 1982-D , 116 ) entre otros, dan sustento al
criterio de la juzgadora.
La
tesis
opuesta
-dejando
a
un
lado
aquellos
que
consideraron que no se configura la mora automática sino que
requiere interpelación- , que sostenía que la carga de la prueba de la
concurrencia en la fecha a recibir el pago corresponde al acreedor,
contaba en sus filas a Moisset de Espanés
("La mora en las
obligaciones" p. 259/267), Gagliardo ("La mora. Estructura y
alcances" p. 164/173), Racciatti ( "Mora y las obligaciones que deben
cumplirse en el domicilio del deudor" JA 1978-IV-635) para citar sólo
algunos. A ella adscribió la doctrina legal de la SCBA: Ac 29284
"Prados" Ac. y Sent. 1980-III-24; voto del Dr. Mercader en "Conte,
Daniel Osvaldo c/Municipalidad de General Pueyrredón s/Demanda
contencioso administrativa" Ac. B 49803 sent. del 31/3/1992 y Ac.
53421 "Zajsek María Marta c/ Pollaroli Ethel Angela s/ Cumplimiento
de contrato" 31/3/1998, al establecer
que "es necesario que el
acreedor demuestre que ha concurrido al domicilio de pago con
intención de recibirlo y así dar por cumplida con la obligación que
emergía del contrato"
Esa subsistente controversia era superada en la mayoría de
los casos por la prueba concreta por
parte de los litigantes de la
mora accipiens o debitoris, por elementos presuncionales o por el
juego de la carga procesal dinámica que permitían de acuerdo a las
reglas de la sana crítica establecer si se trataba de un mero retardo o
si el deudor estaba incurso en mora.
Sin embargo, el conflicto ha quedado definitivamente
zanjado con el Código Civil y Comercial de la Nación (ley 26994). El
art. 888 del mismo
1593, 1594,
(a diferencia del Proyecto de 1998: arts. 677,
1595 inc. b, 1596 y 1598) "es categórico al poner en
cabeza del deudor la prueba de las circunstancias que hacen a su
incumplimiento inimputable 'cualquiera sea el lugar de pago de la
obligación' " (Santarelli Fulvio G. "Extinción de las obligaciones en el
Código Civil y Comercial de la Nación" en CCCN Suplemento Especial
La Ley Nov. 2014 p. 95; Pizarro Ramón D "La mora del deudor en el
Proyecto de Código" La Ley 2012-E p. 883/885; "Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado" La Ley Julio C. Rivera - Graciela
Medina Directores To. III p. 303/304).
¿Tiene
esto
alguna
repercusión
en
las
situaciones
anteriores a su entrada en vigencia, como el caso que nos ocupa?
Estamos frente a uno de los problemas intertemporales que
plantea la sanción del nuevo Código.
Las normas relativas a la constitución en mora son de
carácter supletorio y en consecuencia están regidas por la última
parte del art. 7 CCCN, lo que determina el efecto diferido del CCiv. de
Vélez
(Moisset de Espanés Luis
"La irretroactividad de la ley y el
nuevo Art. 3 Código Civil (derecho transitorio)" Univ. Nacional de
Córdoba año 1976 p. 118/119; jurisprudencia reseñada en ED To. 36
año 1971 p. 743/744; Llambías-Raffo Benegas "Parte General" To. I
N° 179 bis) para todas las cuestiones anteriores, máxime si se trata
de un elemento
cumplido, agotado (consumo jurídico)
de una
relación preexistente (Morello Augusto M. "Eficacia de la ley nueva en
el tiempo" JA Serie Contemporánea 1969. To. 3 p. 109). No siendo
una norma más favorable para el consumidor en la relación de
seguro no se suscita tampoco el supuesto del párrafo final
introducido. Cabe señalar sin embargo que para la opinión de Borda
(Tratado Parte General To. I N°150bis), estaríamos en la materia ante
una norma dispositiva que teniendo en miras el interés general (la
dinámica de los negocios) debe aplicarse de inmediato.
Sin embargo "tratándose de una cuestión debatida en
doctrina y jurisprudencia" se han dado dos soluciones: según Moisset
de Espanés (obra recién citada p. 110, aunque para otro supuesto,
"la aplicación inmediata sólo sería admisible, a nuestro entender, por
tribunales que ya estuvieran
aplicando el criterio que ahora
consagra... (aquí el art. 888)". En cambio para Kemelmajer de
Carlucci ("La aplicación del Código Civil y Comercial a las relaciones y
situaciones jurídicas existentes" Rubinzal-Culzoni N°V 43 y 57.1),
reflexionando aclaro también para otros casos, en opinión que
comparto "sería deseable que el juez aplique el criterio de la nueva
ley". Ello no sería aplicar retroactivamente el art. 888 sino "analizar el
caso conforme a la legislación anterior, pero a la luz de la doctrina
que propiciaba la misma solución a la que el luego el legislador
adhirió". Ello ya había sido expresado a través del voto que emitiera
como integrante de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza Sala 1
el 22/4/2003 in re March Molina Juan c. Fernández Gustavo y Ot.
Ejec. típica ( Cob. alq.) s/ Inc. Cas": "entiendo que el juzgador debe
resolver el caso a la luz de lo querido por el legislador y no
apartándose de su mandato. A los sólidos argumentos dados por la
doctrina y la jurisprudencia anterior a la sanción, antes citados, hoy
se suma una ley que los ha ratificado"
Agrego dos consideraciones que por vía analógica a mi
modo de ver refuerzan ese criterio:
tanto en el caso de leyes
interpretativas como en el caso de normas procesales la aplicación es
inmediata para casos no resueltos.
Obviamente no estamos frente a una ley interpretativa
cuando se trata de un código que reemplaza al código civil ley 340 y
sus
modificatorias.
Empero
tal
como
se
establece
en
los
Fundamentos del Proyecto que acompañaran su elevación por parte
de la Comisión redactora "... se precisa la eximición, disponiéndose
que el deudor debe probar que no le es imputable, cualquiera sea el
lugar de pago de la obligación " (el resaltado me pertenece); es decir
se considera que el régimen probatorio de la mora
no se ha
modificado sino que ha sido simplemente "determinado de modo
preciso", "obligado y sin excusas a ejecutar algo" (según acepciones
del DRAE de precisar). Operaría en este sentido como una suerte de
interpretación auténtica de la eximición por mora del acreedor.
Desde lo procesal, aun cuando que Roubier sustraía
claramente del efecto inmediato a las leyes relativas a la prueba que
se
vinculan
directamente
al
derecho
de
fondo,
exigiendo
o
prescindiendo de determinado medio de prueba, entiendo que aquí al
regularse el onus probandi en un aspecto que por lo controvertido los
contratantes y litigantes no podían descansar en la creencia de un
derecho, menos adquirido o amparado por garantías constitucionales,
lo que en rigor se está fijando es una pauta de juzgamiento dirigida
al juez, en ausencia de prueba, para el momento en que se produce
dicho acto, también
finiquitados.
respecto a los casos anteriores todavía no
Independientemente de esto, existe una circunstancia
fáctica muy diferente al precedente que invoca el Dr. Tessone y sella
la suerte adversa de la eximición de su mora, incluso para cualquier
alivio respecto a las costas: No se trata propiamente del domicilio del
deudor, sino de un tercer lugar, una parada de taxis, en que por la
propia tarea del Sr. Greco que exige constantes desplazamientos,
también él como deudor debía prestar su deber colaborativo - y
acreditarlo- para realizar el pago, concurriendo a trabajar ese día - en
horarios normales- , permaneciendo o dejando el dinero de la cuota a
alguien encargado para hacerlo. Y apoltronándose en una supuesta
no concurrencia del Productor - cuando con anterioridad a la fecha
del siniestro pagó la cuota 5- no realizó el menor esfuerzo probatorio
sobre tales recaudos. Si ambos extremos de la relación obligatoria
están sujetas a idéntico deber, señala Padilla ("La mora en las
obligaciones" N° 49 b) "frente a la clara preceptiva legal, no puede
cuestionarse la configuración automática del estado moratorio del
solvens, el que podrá desvanecer el aserto legislativo mediante la
prueba pertinente".
V.- Por todo ello propongo se confirme la sentencia apelada
en todas su partes, con costas de Alzada por la declinación de
cobertura a la actora y los demandados y por la demanda de daños y
perjuicios a la actora (art. 68 del CPCC).
ASI LO VOTO
El Señor Juez Dr. Castro Durán, aduciendo análogas razones dio su
voto en igual sentido.A LA SEGUNDA CUESTION, el Sr. Juez Dr. Guardiola
dijo: Atento el resultado arribado al tratar la cuestión anterior
preceptos legales citados y en cuanto ha sido materia de recurso -
artículo 168 de la Constitución Provincial y 272 del CPCC-,
corresponde:
I.- CONFIRMAR la sentencia apelada en todas sus partes.
Costas de Alzada por la declinación de cobertura a la actora y los
demandados y por la demanda de daños y perjuicios a la actora (art.
68 del CPCC). Difiérese la regulación de honorarios profesionales
para su oportunidad (arts. 31 y 51 de la ley 8904)
ASI LO VOTO
El Señor Juez Dr. Castro Durán, aduciendo análogas razones dio su
voto en igual sentido.Con lo que se dio por finalizado el presente acuerdo que firman los
Señores Jueces por ante mí: FDO. DRES JUAN JOSE GUARDIOLA Y
RICARDO MANUEL CASTRO DURAN, ANTE MI, DRA. MARIA V.
ZUZA (Secretaria).-
//NIN, (Bs. As.), 10 de Diciembre de 2015.
AUTOS Y VISTO:
Por los fundamentos consignados en el acuerdo que antecede,
preceptos legales citados y en cuanto ha sido materia de recurso artículos 168 de la Constitución Provincial y 272 del C.P.C.C.-, se
resuelve:
I.- CONFIRMAR la sentencia apelada en todas sus partes.
Costas de Alzada por la declinación de cobertura a la actora y los
demandados y por la demanda de daños y perjuicios a la actora (art.
68 del CPCC). Difiérese la regulación de honorarios profesionales
para su oportunidad (arts. 31 y 51 de la ley 8904).
Regístrese, notifíquese y oportunamente remítanse los autos
al Juzgado de Origen.- FDO. DRES JUAN JOSE GUARDIOLA Y
RICARDO MANUEL CASTRO DURAN, ANTE MI, DRA. MARIA V.
ZUZA (Secretaria).-
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