Iglesia Metodista de Chile Secretaría Eclesiástica Nacional

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En el Nuevo Testamento.
Iglesia Metodista de Chile
Secretaría Eclesiástica Nacional
LA FAMILIA, LA PEQUEÑA CAPILLA
1. Reflexión Teológica sobre La Familia.
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Para las familias cristianas es a veces difícil actuar como “cristianas” en el
mundo. Pero también les resulta difícil descubrirse como tales: descubrir qué
ofrece de peculiar a la vida familiar la fe en Jesús.
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Pero no es suya la culpa. La reflexión teológica y la predicación deberían
dedicar mayor atención a la “esencia” de la familia cristiana.
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Con frecuencia se ha dedicado atención a su ética;
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Se ha dedicado atención al matrimonio más que a la familia;
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Se ha comenzado a dedicar atención a las otras realidades terrenas.
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Y, sin embargo, las bases reveladas no faltan para esta reflexión.
a) La encarnación ilumina toda la realidad humana.
La familia, como la carne y el trabajo, es una realidad asumida por la Palabra
hecha carne.
b) La familia de Nazaret es una auténtica lección de amor, de austera y sencilla
belleza de la familia.
c) El anuncio del Reino de Dios cambia el significado de la familia. Jesús la valora,
ciertamente (Mc. 10:6-9, 7:10-13, 10:19), pero invita a unas nuevas relaciones (Mt.
10:37, Lc. 14:26). La nueva familia de los hijos de Dios plenifica y relativiza nuestros
proyectos de familia: los somete a crisis.
d) La muerte y resurrección de Jesucristo ilumina también la realidad de la familia
cristiana que acepta morir a un esquema familiar “mundano” para confiar en el Dios
que da la vida.
2. La Familia, una Iglesia de Comunión.
Debemos ver la familia en íntima vinculación con el matrimonio “que es
imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia”, según explica
Ef. 5:32, y la familia cristiana manifiesta a todos las presencia viva del salvador en el
mundo y la auténtica naturaleza de la Iglesia, ya por el amor, la generosa fecundidad,
la unidad y fidelidad de los esposos, ya por la cooperación nutriente de todos sus
miembros.
En el Antiguo Testamento.
De forma análoga a la comunidad eclesial, que se auto comprende como una
familia, la familia cristiana es una mediación de gracia.
a) El relato de la creación y de la alianza ofrece una visión iluminadora sobre el
encuentro humano, sobre su dimensión comunitaria (Génesis 1:28).
Implicaciones de un hallazgo.
b) Los libros históricos nos presentan diversas familias concretas que, de forma
paradigmática, viven la elección y las tentaciones de la autoafirmación, la paz de la
alianza la turbación del pecado.
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Si la Iglesia entera puede ser concebida como una familia y como tal debiera
comportarse, también la familia puede ser concebida como una pequeña
iglesia.
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Si la Iglesia “crea” las familias cristianas, la familia cristiana contribuye a la
edificación y crecimiento de la Iglesia.
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La familia, como la Iglesia, no es una institución que encuentra su fin en sí
misma. Nace y vive para ser signo y sacramento del Reino de Dios.
c) En los profetas, la entrega y la fidelidad, la ternura y la fecundidad de la familia se
abren a lo invisible: así en Jer. 3:1-13, Ez. 16 y 23…
d) Los libros sapienciales presentan la familia como una tarea difícil — gracia y
prudencia— en un mundo hostil.
Es anuncio de la gratuidad de la vid, y denuncia de toda mentalidad o signo
de muerte.
La analogía con la Iglesia puede ayudar a redescubrir la naturaleza de la familia
cristiana:
a) En unión a Cristo, la familia es un espacio reservado a la escucha y el anuncio de
la Palabra de Dios. Vocación profética.
Participación en el desarrollo de la sociedad:
b) En unión a Cristo Mediador, la familia constituye un espacio para la celebración de
las maravillas del Señor. Vocación pastoral.
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La familia está llamada a proyectar sobre la sociedad su misma experiencia
de comunión y participación.
c) En unión a Cristo Rey y Pastor, la familia cristiana se presenta como un espacio
para el servicio, en la unidad y la caridad. Vocación de servicio.
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La función social de las familias se manifiesta también al procurar que las
leyes sostengan los derechos y valores de la familia.
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Este cometido social y político forma parte de la misión real o de servicio, que
debe surgir del seno de la familia.
3. La Familia, Una Iglesia en Acción.
La Iglesia descubre cada día su “esencia” en su “misión”. Todo el ser de la
Iglesia se comprende desde su ser enviada. Una Iglesia que renunciara a su misión
en el mundo, ¿sería en verdad la Iglesia?
La esencia de la familia cristiana, como expresión de la Iglesia, parece exigir
su misión.
Constituida en íntima comunidad de vida y amor, recibe la misión de cultivar,
revelar y comunicar el amor.
Formación de una comunidad de personas:
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La comunidad no está hecha solamente de convivencia.
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La comunidad está hecha de amor y aceptación, de perdón y de acogida, de
recuerdos y esperanzas, de trabajo y de fiesta, de ternura y de soledad, de
reencuentro afectuoso y de apertura hospitalaria.
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El hombre y la mujer no pueden vivir sin amor.
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La familia vive —y significa — la a cogida a la persona, no por lo que tiene,
sino por lo que es y por lo que necesita.
Servicio a la vida:
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La fecundidad es el signo y el fruto del amor conyugal, el testimonio vivo de la
entrega plena y recíproca de los esposos.
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Este servicio a la vida no puede ser visto de forma negativa, legalista,
naturalista…
PAUTAS DE REFLEXIÓN.
1. La Pascua de resurrección ilumina también la realidad de la familia cristiana. ¿Qué
significa esa afirmación? ¿Cómo vive una familia la dialéctica muerte-resurrección?
¿Qué significa “desvivirse” por los otros para que los otros puedan “vivir”?
2. ¿Qué sentimiento suscita en nosotros el poder descubrir a la familia como la
pequeña capilla?
¿En qué sentido ilumina nuestra experiencia?
¿En qué sentido orienta nuestra tarea familiar?
3. “La comunidad no está hecha solamente de convivencia”. Juzgar este pensamiento
que se encuentra en el texto.
4: El hombre y la mujer no pueden vivir sin amor. Dialogue sobre esta afirmación.
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