Intoxicación por metales pesados

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Capítulo 701 Intoxicación por metales pesados & e701-1
ARSÉNICO
Epidemiología
El arsénico es un metaloide que existe en cuatro formas: arsénico
elemental, gas arsina, sales de arsénico inorgánico (en forma de arseniato pentavalente o de arseniato trivalente) y compuestos arsenicales
orgánicos. Las manifestaciones tóxicas son más elevadas con los compuestos más solubles y de valencia más alta. El gas arsina es la forma
más tóxica del arsénico. Las intoxicaciones masivas por exposición
al arsénico se han producido a lo largo de toda la historia, incluso una
en 1998 en Wakayama, Japón, en la que se intoxicaron 70 personas.
Los niños pueden intoxicarse después de una exposición al arsénico
inorgánico de pesticidas, herbicidas, colorantes, fármacos homeopáticos y determinados remedios populares contaminados de forma
intencionada o accidental procedentes de China, India y el Sudeste
Asiático (cap. 59). Los depósitos en el suelo contaminan el agua de los
pozos artesianos. La contaminación de las aguas subterráneas es un
problema común en los países en desarrollo. Los productos alimenticios (p. ej., arroz) cocinados con agua contaminada pueden absorber
arsénico, que se concentra de este modo en el alimento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció 10 mg/ml como límite superior de seguridad, un límite que se excede a menudo en muchas
partes de Asia y Sudamérica. Las concentraciones de arsénico en una
cuarta parte de los pozos de Bangladesh son mayores de 50 mg/ml y se
calcula que entre 35 y 77 millones de los 125 millones que habitan esa
región consumen habitualmente agua contaminada con arsénico. La
exposición laboral puede tener lugar en industrias de fabricación
de vidrio, cerámica, componentes electrónicos, semiconductores y
láseres, manufacturados, minería, fundiciones y refinado. Aunque en
EE.UU. ya no se produce arsénico, sigue produciéndose en muchos
otros países y se importa para uso industrial. Los compuestos
orgánicos del arsénico pueden encontrarse en mariscos, pesticidas y
algunos productos farmacéuticos veterinarios. A diferencia del mercurio, las formas orgánicas del arsénico detectadas en el marisco no son
tóxicas.
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Farmacocinética
El arsénico elemental es insoluble en el agua y los líquidos orgánicos, por lo que su absorción es insignificante y no resulta tóxico. El
gas arsina inhalado se absorbe rápidamente a través de los pulmones. Las sales inorgánicas se absorben bien por el aparato digestivo,
los pulmones y la piel. Los compuestos orgánicos también se absorben bien a través del tubo digestivo. Tras la exposición aguda, el
arsénico se une inicialmente a la porción proteica de la hemoglobina
de los eritrocitos y se distribuye rápidamente por todos los tejidos.
El inorgánico se metila y se elimina preferentemente por los riñones,
y se excreta un 95% por la orina y un 5% por la bilis. La mayoría se
elimina en los primeros días, mientras que el resto se excreta lentamente durante varias semanas. El arsénico se concentra en el pelo,
las uñas y la piel. La medida de la distancia de las líneas de Mee
(estrías blancas transversales en la uña) en el lecho ungueal puede
proporcionar una estimación del tiempo de exposición (las uñas
crecen a un ritmo de 0,4 mm por día).
Fisiopatología
Tras la exposición y absorción del gas arsina, éste penetra en los
eritrocitos, donde se oxida a dihidrido arsénico y arsénico elemental.
La formación de complejos entre estos derivados y los grupos sulfhidrilo de los hematíes provoca una inestabilidad de la membrana
celular con hemólisis masiva. Las sales inorgánicas de arsénico interrumpen los procesos enzimáticos vitales para el metabolismo celular.
El arsénico trivalente se une a grupos sulfhidrilo, lo que reduce la síntesis de trifosfato de adenosina al inhibir ciertos sistemas enzimáticos,
como la piruvato deshidrogenasa y los complejos a-cetoglutarato. El
arsénico pentavalente puede biotransformarse en arsénico trivalente o
puede sustituir al fósforo en la vía glucolítica, con el desacoplamiento
consiguiente de la fosforilación oxidativa.
Manifestaciones clínicas
El gas arsina es incoloro, inodoro, no irritante y muy tóxico. Su inhalación no origina síntomas inmediatos. Tras un período de laten-
Tabla 701-1 EFECTOS DEL ARSÉNICO SOBRE SISTEMAS ORGÁNICOS
SISTEMA ORGÁNICO
EFECTOS DEL ARSÉNICO
Sistema gastrointestinal
Vesículas submucosas, diarrea acuosa
o sanguinolenta, hematemesis grave
Contractilidad miocárdica reducida, intervalos Q-T
prolongados, taquiarritmias
Vasodilatación, hipotensión
Hematuria, proteinuria, necrosis tubular aguda
Encefalopatía tóxica con convulsiones, edema cerebral
y coma
Exposición crónica: neuropatía periférica dolorosa
sensitivomotora
Anemia y trombocitopenia; hemólisis aguda con gas
arsina
Degeneración grasa con necrosis central
Descamación, alopecia, hiperqueratosis, cambios
ungueales
Exposición crónica: hiperqueratosis,
hiperpigmentación
Defectos del tubo neural en el feto
Sistema cardiovascular
Riñones
Sistema nervioso
Sistema sanguíneo
y linfático
Hepático
Piel
Teratógeno
cia de 2-24 h, aparece una hemólisis masiva con mal estado general,
cefalea, debilidad, disnea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, hepatomegalia, palidez, ictericia, hemoglobinuria e insuficiencia renal
(tabla 701-1). La toxicidad digestiva comienza a los pocos minutos u
horas de la ingestión aguda de arsénico y se manifiesta por náuseas,
vómitos, dolor abdominal y diarrea. La gastroenteritis hemorrágica
con pérdida importante de líquidos y efecto de tercer espacio puede
provocar un shock hipovolémico. La toxicidad cardiovascular consiste en prolongación del intervalo QT, taquicardia ventricular polimorfa, miocardiopatía congestiva, edema pulmonar y shock cardiógeno. La toxicidad neurológica aguda se manifiesta por síndrome
confusional, convulsiones, edema cerebral, encefalopatía y coma.
Las dosis letales de arseniatos son de 5-50 mg/kg; las dosis letales
de arsenitos son menores de 5 mg/kg.
Las secuelas tardías incluyen hematuria, proteinuria y necrosis
tubular aguda. Varios días o semanas tras la exposición aguda
puede aparecer una neuropatía sensitivomotora periférica tardía,
secundaria a una degeneración axonal. La neuropatía se manifiesta
por disestesias dolorosas, seguidas de disminución de la sensibilidad
vibratoria, termoalgésica y epicrítica, hiporreflexia y, en los casos
más graves, una parálisis ascendente con insuficiencia respiratoria
que simula un síndrome de Guillain-Barré (cap. 608). Los adultos
supervivientes de envenenamiento por arsénico en la infancia presentan una mortalidad más elevada por trastornos que afectan al
sistema nervioso central en comparación con los adultos que no han
padecido tal exposición.
La intoxicación subaguda se caracteriza por astenia prolongada,
malestar general, pérdida de peso, cefalea, encefalopatía crónica,
neuropatía periférica sensitivomotora, leucopenia, anemia, trombocitopenia, tos crónica y gastroenteritis. Al cabo de 1-2 meses de
la exposición, aparecen unas estrías transversales en las uñas, conocidas como líneas de Mee, presentes en el 5% de los pacientes. Las
manifestaciones dermatológicas consisten en alopecia, úlceras orales, edema periférico, erupción macular con prurito y descamación.
La exposición crónica a concentraciones bajas de arsénico proviene de fuentes medioambientales o laborales. Con el transcurso de
los años, aparecen lesiones dermatológicas, como hiperpigmentación,
hipopigmentación, hiperqueratosis (especialmente en las palmas de
las manos y las plantas de los pies), carcinomas espinocelulares y
basocelulares y enfermedad de Bowen (carcinoma cutáneo espinocelular in situ). También puede producirse encefalopatía y neuropatía
periférica. Se produce hepatomegalia, hiperesplenismo, fibrosis portal
no cirrótica e hipertensión portal. El mal del pie negro es una
arteriopatía obstructiva de las extremidades inferiores que se asocia
a la exposición crónica al arsénico descrita en Taiwán. La carcinogenicidad de la exposición crónica al arsénico se refleja en unas tasas
elevadas de cáncer de pulmón, hígado, vejiga y riñón, así como de
e701-2 & Parte XXXIII Riesgos medioambientales para la salud
Tabla 701-2 NIVELES NORMALES Y TÓXICOS DE ARSÉNICO Y MERCURIO
Peso molecular
Nivel normal en sangre
Nivel normal en orina
Intervenir con nivel
en sangre
Intervenir con nivel
en orina
ARSÉNICO
MERCURIO
74,9 d
<5 mg/l (<0,665 nmol/l)
<50 mg/l (<6,65 nmol/l)
Muestra de orina de 24 h
200,59 d
<10 mg/l (<50 nmol/l)
<20 mg/l (<100 nmol/l)
>35 mg/l (>175 nmol/l)
>100 mg/l (>13,3 nmol/l)
Muestra de orina de 24 h
Tabla 701-3 CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES DE LA EXPOSICIÓN
AL MERCURIO
ELEMENTAL
INORGÁNICO (SAL)
Inhalación
Oral
Oral
SNC, riñón
Riñón
SNC, riñón, hígado
Renal, GI
Renal, GI
Metil: GI
Aril: renal, GI
Efectos clínicos
SNC
Temblor
Temblor
Pulmonar
Gastrointestinal
Renal
Acrodinia
Tratamiento
+++
+
+
+
BAL, DMSA
—
+++ (caústico)
+++ (NTA)
++
BAL, DMSA
Parestesias, ataxia,
temblor, visión en
túnel, disartria
—
+
+
—
DMSA (lo más pronto)
Vía principal de
exposición
Distribución tisular
principal
Aclaramiento
>150 mg/l (>750 nmol/l)
angiosarcomas. Los efectos de la exposición prenatal al arsénico aún
no se conocen con detalle, pero podrían incluir bajo peso al nacer.
Pruebas complementarias
El diagnóstico de intoxicación por arsénico se basa en las manifestaciones clínicas características, el antecedente de la exposición y la
elevación de los valores de arsénico en orina, lo que confirma la exposición. En los pacientes sintomáticos debe determinarse la concentración de arsénico en una mancha de orina antes de proceder a
la quelación, aunque inicialmente los resultados pueden ser negativos. Dado que la excreción urinaria del arsénico es intermitente, el
diagnóstico definitivo depende de la orina recogida durante 24 h. La
demostración de unas concentraciones superiores a 50 mg/l en una
muestra de orina de 24 h es compatible con una intoxicación por
arsénico (tabla 701-2). Las muestras de orina deben recogerse en
contenedores no metálicos. La ingestión de mariscos que contienen
arsenobetaína y arsenocolina no tóxicas pueden elevar las cifras de
arsénico en la orina. Las concentraciones sanguíneas del metal rara
vez resultan útiles, debido a su gran variabilidad y rápida eliminación
de la sangre en caso de intoxicaciones agudas. La elevación del
contenido de arsénico en el pelo o las uñas ha de interpretarse con
precaución, debido a la posibilidad de contaminación externa. Las
radiografías abdominales pueden demostrar el arsénico ingerido, ya
que es radiopaco.
En las fases más avanzadas de la enfermedad, un hemograma
completo puede constatar la existencia de anemia, trombocitopenia y
leucocitosis, seguido de leucopenia, cariorrexis y punteado basófilo
de los hematíes. Las concentraciones séricas de creatinina, bilirrubina
y transaminasas pueden estar elevadas; el análisis de orina puede
revelar proteinuria, piuria y hematuria y en el estudio del líquido
cefalorraquídeo puede comprobarse una hiperproteinorraquia.
MERCURIO
Epidemiología
El mercurio se encuentra en tres estados: mercurio elemental, sales
de mercurio inorgánico y mercurio orgánico (tabla 701-3). El mercurio elemental se usa en termómetros, esfigmomanómetros,
barómetros, pilas y en algunas pinturas de látex fabricadas antes
de 1991. Los trabajadores de las industrias que producen estos
artículos pueden exponer a sus hijos al tóxico cuando llegan a casa
con las ropas contaminadas. La limpieza con aspiradoras de alfombras contaminadas con mercurio y la rotura de los tubos fluorescentes de mercurio puede provocar una exposición a vapor de
mercurio elemental. Además, se han producido intoxicaciones graves por inhalación en los intentos por separar el oro de la mena
calentando mercurio y formando una amalgama oro-mercurio. El
mercurio elemental también se ha empleado en remedios populares
de poblaciones de Asia y México para tratar dolores crónicos de
estómago, así como por los nativos del Caribe y Latinoamérica en
prácticas ocultas. Las amalgamas dentales que contienen mercurio
elemental liberan cantidades residuales que no conllevan un riesgo
para la salud. Un grupo de expertos de los Institutos Nacionales de
Salud de EE.UU. concluyó que las pruebas científicas disponibles no
indican que las amalgamas dentales supongan un riesgo para la
ORGÁNICO (ALQUIL)
BAL, antilewisita británica; DMSA, ácido 2,3-dimercaptosuccínico; GI, gastrointestinal; NTA, necrosis
tubular aguda; SNC, sistema nervio central; +, leve; ++, moderado; +++ , grave.
De Sue MJ: Mercury (heavy metals). En: Goldfrank LR, Flomenbaum NE, Lewin NA y cols., editores:
Goldfrank’s toxicologic emergencies, 7.a ed., Nueva York, 2002, McGraw-Hill. www.knovel.com/
knovel2/Toc.jsp?BookID = 957. Reimpresa con autorización de The McGraw-Hill Companies, Inc.
salud y no deben ser sustituidas solamente para disminuir la exposición al mercurio.
Las sales de mercurio inorgánico se pueden encontrar en pesticidas, desinfectantes, antisépticos, pigmentos, pilas secas, explosivos y como conservantes de algunos productos farmacéuticos.
El mercurio orgánico de la dieta, sobre todo el metil mercurio que
contamina el pescado, es la fuente de exposición más importante
en la población general. Entre las industrias que pueden generar
aguas residuales con mercurio figuran las dedicadas a la producción
de cloro y sosa cáustica, minería y metalurgia, electrochapado,
productos químicos y textiles, fabricación de papel y productos
farmacéuticos y curtido de cuero. Los compuestos mercuriales del
medioambiente se metilan a metil mercurio por los microorganismos del suelo y el agua. El metil mercurio del agua se acumula
rápidamente en los peces (pez espada, caballa gigante, atún fresco,
blanquillo, tiburón) y otros organismos acuáticos, que a su vez son
consumidos por el ser humano. Para abordar la duda que plantea si
el consumo materno de grandes cantidades de pescado durante la
gestación podría exponer al feto a concentraciones de mercurio que
causaran consecuencias negativas se está llevando a cabo el estudio
de seguimiento longitudinal Seychelles Child Development Study
desde finales de los años 1980. La primera cohorte del estudio
estuvo formada por casi 800 parejas madre-hijo y después se han
incluido otras cohortes. A pesar de la elevada ingestión de pescado
por la madre (media de 12 comidas con pescado por semana), el
seguimiento de los niños al menos hasta los 9 años de edad no ha
demostrado efectos adversos constantes en el desarrollo. Entre los
brotes extensos conocidos de intoxicación por metil mercurio están
los acaecidos en Japón en los años cincuenta (enfermedad de
Minamata, por el consumo de marisco contaminado) y en Irak en
1971 (por el consumo de cereales tratados con un fungicida con
metil mercurio).
El timerosal es un conservante que contiene mercurio y que se
utiliza en algunas vacunas. Contiene un 49,6% de mercurio y se
metaboliza a etil mercurio y tiosalicilato. Durante el curso de una
revisión de productos biológicos en respuesta a la ley de modernización de 1997 (Modernization Act) de la Food and Drug
Administration (FDA) estadounidense, la FDA determinó que los
lactantes que recibieron vacunas que contenían timerosal en múltiples ocasiones pudieron quedar expuestos a más mercurio del recomendado por las normas federales. Como medida de precaución, la
Academia Americana de Pediatría, la Academia Americana de Medicina de Familia, el Comité Asesor sobre Vacunación y el Servicio
Público de Salud de EE.UU. emitieron en 1999 una recomendación
conjunta para eliminar el timerosal de las vacunas lo más pronto
Capítulo 701 Intoxicación por metales pesados & e701-3
posible. En Estados Unidos, el timerosal se ha eliminado de todas las
vacunas del calendario vacunal infantil. Los lactantes y los niños que
han recibido vacunas que contenían timerosal no necesitan someterse
a pruebas de mercurio en sangre, orina o pelo porque las concentraciones de mercurio serían bastante bajas y no necesitarían tratamiento.
Los riesgos y beneficios de las vacunas que contienen timerosal deben
discutirse con los padres (como con todas las vacunas). Los riesgos más
grandes de no vacunar a los niños superan con creces cualquier riesgo
conocido de exposición a las vacunas que contienen timerosal. Los
estudios no demostraron una relación entre las vacunas con timerosal
y los trastornos del espectro autista (cap. 28.1), y ninguna prueba
apoya un cambio en la práctica habitual respecto a la administración de vacunas que contienen timerosal en las zonas del mundo
donde se utilizan. Se ha visto una elevación en las concentraciones
séricas de mercurio tras una dosis única de vacuna contra la hepatitis
en niños prematuros pero se desconoce su significación clínica. La
Asociación Americana de Pediatría recomienda que el inicio de la serie
de vacunación contra la hepatitis se aplace hasta los 2-6 meses de edad
en los niños que nacieron de madres con antígeno de superficie negativo de la hepatitis B.
Farmacocinética
El 80% del vapor de mercurio elemental se absorbe por los pulmones y se distribuye rápidamente al sistema nervioso central (SNC)
debido a su alta liposolubilidad. La catalasa oxida el mercurio
elemental a ion mercúrico, que es la forma reactiva responsable
de la toxicidad celular. La absorción del mercurio elemental en
forma líquida por el aparato digestivo es escasa, menos del 0,1%.
La semivida del mercurio elemental en los tejidos es de unos 60 días
y la mayor parte se elimina en la orina.
Las sales de mercurio inorgánico se absorben en un 10% por el
tubo digestivo y atraviesan la barrera hematoencefálica en menor
grado que el mercurio elemental. Las sales mercúricas son más
solubles que las mercuriosas y, por tanto, son más tóxicas. La
eliminación se efectúa principalmente por la orina, con una semivida de unos 40 días.
El metil mercurio es el compuesto de mercurio orgánico que
mejor se absorbe por el aparato digestivo, y alcanza el 90% del ingerido. Su estructura alquílica de cadena corta y lipófila permite su
distribución rápida a través de la barrera hematoencefálica y la
placenta. El 90% se excreta por la bilis y el resto por la orina. Su
semivida es de unos 70 días.
Fisiopatología
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Tras su absorción, el mercurio se distribuye por todos los tejidos, y
alcanza especialmente el SNC y los riñones. En las células reacciona
con grupos sulfhidrilo, fosforilo, carboxilo y amida, lo que provoca
una alteración de enzimas, mecanismos de transporte, membranas y
proteínas estructurales. La disfunción generalizada y la necrosis celular consiguiente dan lugar al cuadro de toxicidad multiorgánica
característico de la intoxicación por mercurio.
Manifestaciones clínicas
La intoxicación por mercurio puede manifestarse en cinco síndromes. La inhalación aguda de vapor de mercurio elemental se refleja en la aparición de tos, disnea, dolor torácico, fiebre, escalofríos,
cefaleas y trastornos visuales de rápida aparición. Los hallazgos
digestivos consisten en sabor metálico, salivación, náuseas, vómitos
y diarrea. Dependiendo de la gravedad de la exposición, la enfermedad puede ser autolimitada o progresar hacia una bronquiolitis
necrosante, neumonitis intersticial, edema pulmonar y muerte por
insuficiencia respiratoria. Los niños pequeños son más sensibles a la
toxicidad pulmonar. Los supervivientes pueden presentar una neumopatía restrictiva. De forma subaguda pueden aparecer disfunción
renal y trastornos neurológicos (ataxia, debilidad prolongada, labilidad emocional). No se ha encontrado significación clínica alguna a
la exposición crónica al mercurio elemental volátil de las amalgamas
dentales.
La ingestión aguda de sales de mercurio inorgánico (secundaria
a la clásica ingestión de pilas de botón) puede cursar en pocas horas
con una gastroenteritis corrosiva que se manifiesta por sabor metálico, quemaduras orofaríngeas, náuseas, hematemesis, dolor abdominal intenso, hematoquecia, necrosis tubular aguda, colapso
cardiovascular y muerte.
La intoxicación crónica por mercurio inorgánico origina la
tríada clásica de temblor, trastornos neuropsiquiátricos y gingivoestomatitis. El síndrome puede deberse a la exposición prolongada
a mercurio elemental, sales de mercurio inorgánico o ciertos compuestos de mercurio orgánico, todos los cuales pueden metabolizarse a iones mercúricos. El temblor empieza como un temblor
intencional fino en los dedos de las manos que desaparece durante
el sueño pero que más tarde afecta a la cara y progresa a coreoatetosis y balismos espasmódicos. También puede surgir una neuropatía sensitivomotora mixta y trastornos visuales. Las alteraciones
neuropsiquiátricas consisten en labilidad emocional, síndrome confusional, cefaleas, pérdida de memoria, insomnio, anorexia y astenia.
Las alteraciones funcionales renales abarcan desde una proteinuria
asintomática hasta un síndrome nefrótico.
La acrodinia, o enfermedad rosa, es una rara reacción de hipersensibilidad idiosincrásica al mercurio que afecta principalmente a
los niños expuestos a polvos mercuriales. El complejo sintomático
consiste en dolor generalizado, parestesias y una erupción en las
partes acras que puede propagarse a la cara y que se caracteriza por
pápulas rosadas pruriginosas que suelen progresar hacia la descamación y la ulceración. Se han descrito variantes morbiliformes,
vesiculosas y hemorrágicas. Otras manifestaciones importantes
incluyen anorexia, apatía, fotofobia e hipotonía, en especial de las
cinturas escapular y pélvica. También pueden encontrarse irritabilidad, temblores, diaforesis, insomnio, hipertensión arterial y taquicardia. Inicialmente algunos casos se diagnosticaron como feocromocitoma. El pronóstico es bueno después de eliminar la fuente de
exposición al mercurio.
La intoxicación por metil mercurio se conoce también como enfermedad de Minamata, debido a los numerosos casos de intoxicación
por mercurio que aparecieron en la bahía de Minamata en Japón por
la ingestión de pescado contaminado. La toxicidad por metil mercurio se manifiesta por neurotoxicidad retardada que aparece tras un
período de latencia de semanas a meses y que se caracteriza por
ataxia, disartria, parestesias, temblores, trastornos del movimiento,
alteración de la visión, la audición, el olfato y el gusto, pérdida de
memoria, demencia progresiva y muerte. Los lactantes expuestos
intraútero son los más afectados, con bajo peso al nacer, microcefalia, retraso grave del desarrollo, parálisis cerebral, sordera,
ceguera y convulsiones. Aunque hay una morbilidad importante
residual por la neurotoxicidad por metil mercurio, las observaciones del seguimiento a largo plazo de niños expuestos en Irak
pusieron de manifiesto una resolución completa o parcial en la
mayoría de los casos.
Pruebas complementarias
El diagnóstico de la intoxicación por mercurio se basa en las manifestaciones clínicas características, los antecedentes de exposición y
la elevación de los valores de mercurio en la sangre o la orina, un
dato que confirma la exposición. Las técnicas de cromatografía en
capa fina y de gas pueden utilizarse para distinguir el mercurio
orgánico del inorgánico. La sangre debe recogerse en tubos especiales para oligoelementos en laboratorios que sean capaces de
llevar a cabo estas pruebas. Se consideran normales unas cifras
inferiores a 10 mg/l en sangre y a 20 mg/l en una muestra de orina
de 24 horas (v. tabla 701-2). Aunque las concentraciones sanguíneas de mercurio pueden reflejar una exposición aguda, disminuyen a medida que el metal se redistribuye por los tejidos. Las
concentraciones urinarias son más útiles para identificar las exposiciones prolongadas, excepto en el caso del metil mercurio, cuya
eliminación urinaria es mínima. Los niveles de mercurio urinario se
utilizan en el control de la terapia de quelación, mientras que los
niveles sanguíneos se utilizan principalmente para controlar las
intoxicaciones de mercurio orgánico. El análisis del pelo no es
fiable, ya que su contenido en mercurio refleja tanto la exposición
endógena como exógena (el pelo capta ávidamente el mercurio
e701-4 & Parte XXXIII Riesgos medioambientales para la salud
medioambiental). Las radiografías abdominales pueden mostrar el
mercurio ingerido.
Los marcadores urinarios de nefrotoxicidad precoz son la
microalbuminuria, la proteína fijadora de retinol, la b2-microglobulina y la N-acetil-b-D-glucosaminidasa. La neurotoxicidad precoz
puede detectarse con pruebas neuropsiquiátricas y estudios de
conducción nerviosa, mientras que la toxicidad grave del SNC
puede detectarse mediante TC o RM.
TRATAMIENTO DE LA INTOXICACIÓN POR ARSÉNICO
Y MERCURIO
Los principios del tratamiento de las intoxicaciones por arsénico y
mercurio comprenden la separación inmediata de la fuente de
exposición, una estabilización enérgica y medidas de soporte,
descontaminación y terapia de quelación cuando sea necesaria.
Una vez sospechado el diagnóstico, hay que contactar con el servicio de toxicología local e instaurar el tratamiento en colaboración
con médicos expertos en intoxicaciones por metales pesados.
Las medidas de soporte de los pacientes expuestos al gas arsina
requieren una estrecha monitorización de los signos de hemólisis, con
valoración de la extensión de sangre periférica y análisis de orina.
Puede ser necesario transfundir concentrados de hematíes, así como
administrar líquidos intravenosos, bicarbonato sódico y manitol
para evitar la insuficiencia renal secundaria al depósito de hemoglobina en los riñones. Los pacientes que inhalaron vapor de mercurio
elemental precisan un control cuidadoso de su situación respiratoria,
que puede incluir pulsioximetría, gasometría arterial y radiografía de
tórax. Entre las medidas de soporte figuran la administración de
oxígeno y, en los casos graves, intubación y ventilación mecánica.
La ingestión aguda de sales inorgánicas de arsénico y mercurio
da lugar a una gastroenteritis hemorrágica, colapso cardiovascular
e insuficiencia multiorgánica. Para tratar la inestabilidad vascular puede ser necesario el aporte de líquidos, la administración de
vasopresores y la transfusión de hemoderivados. La dificultad respiratoria grave, el coma con pérdida de los reflejos respiratorios, las
convulsiones resistentes al tratamiento y la parálisis respiratoria son
indicaciones para la intubación y la ventilación mecánica. Hay que
controlar estrechamente la función renal para detectar signos de
insuficiencia renal y la necesidad de hemodiálisis.
No se ha estudiado bien la descontaminación digestiva tras la
ingestión de sales inorgánicas de arsénico y mercurio. Debido a los
efectos corrosivos de estos compuestos, no se recomienda provocar
el vómito y, antes del lavado gástrico, puede ser conveniente efectuar una endoscopia. Aunque ni el arsénico ni el mercurio se adsorben bien al carbón activado, suele recomendarse su utilización,
sobre todo cuando se sospecha una ingestión de ambos. Para eliminar cualquier resto de material radiopaco en el aparato digestivo se
usa la irrigación intestinal total.
En la intoxicación aguda por arsénico o mercurio, la quelación
será más eficaz cuanto más precoz se instaure tras la exposición.
Debe mantenerse hasta que las concentraciones de arsénico o mercurio en orina de 24 h se normalicen (<50 mg/l para el arsénico y
<20 mg/l para el mercurio), el paciente esté asintomático o los efectos
tóxicos restantes sean aparentemente irreversibles. La eficacia de la
quelación en las exposiciones prolongadas es menor porque el intercambio del metal pesado en el compartimento tisular es muy escaso y
ya se ha producido un cierto grado de toxicidad irreversible.
En el paciente que no tolera el tratamiento oral, lo que suele
suceder en los que se encuentran graves y tras la ingestión de sales
inorgánicas corrosivas de arsénico o mercurio, el quelante de elección
es el dimercaprol, también conocido como 2,3-dimercaptopropanol
o antilewisita británica (BAL). El BAL está disponible en forma de
suspensión en aceite de cacahuete y bencil benzoato en ampollas de
3 ml a una concentración de 100 mg/ml para administración por vía
intramuscular (i.m.) profunda. El tratamiento recomendado para la
intoxicación por arsénico es de 2,5 mg/kg i.m. cada 6 h durante los
2 primeros días, 2,5 mg/kg i.m. cada 12 h el tercer día y 2,5 mg/kg/
día i.m. durante 10 días. En las intoxicaciones arsenicales graves, la
dosis de BAL se incrementa a 3 mg/kg i.m. cada 4 h durante 2 días,
3 mg/kg i.m. cada 6 h el tercer día y después 3 mg/kg i.m. cada 12 h
durante 10 días. La dosis de BAL para la intoxicación por mercurio
inorgánico es de 5 mg/kg i.m. el primer día y después 2,5 mg/kg i.m.
cada 12-24 h durante 10 días. El complejo formado por el BAL y el
metal pesado se excreta por la orina y la bilis. Se recomiendan
intervalos de 5 días entre los ciclos de quelación. Los efectos adversos
del BAL consisten en dolor en el lugar de la inyección, hipertensión
arterial, taquicardia, diaforesis, náuseas, vómitos, dolor abdominal,
sensación de quemazón en la orofaringe y sensación de opresión
torácica. También puede provocar hemólisis en los individuos con
déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD). Es importante
señalar que el BAL está contraindicado para la quelación del metil
mercurio, ya que lo redistribuye desde otros tejidos al cerebro, lo que
provoca una mayor neurotoxicidad.
La D-penicilamina es un quelante de administración oral que
puede tenerse en cuenta para intoxicaciones menos graves por mercurio o como adyuvante al tratamiento con BAL en la intoxicación
por arsénico, pero su uso se ha restringido mucho debido a su
capacidad de producir leucopenia, trombocitopenia y proteinuria
importantes. La N-acetil-D,L-penicilamina, un análogo de reciente
investigación, se ha utilizado con éxito variable en la intoxicación
por mercurio.
Los quelantes orales se utilizan para reemplazar las dolorosas
inyecciones de BAL cuando el paciente está suficientemente
estable para tolerar el tratamiento oral y se necesita una quelación prolongada. El succímero, también conocido como ácido
2,3-dimercaptosuccínico (DMSA), es un derivado hidrosoluble
del BAL que se administra por vía oral. Se presenta en cápsulas
de 100 mg y su régimen recomendado es de 10 mg/kg por vía oral
cada 8 horas durante 5 días. El complejo DMSA-metal pesado se
excreta por la orina y la bilis. Se recomienda un intervalo de 2
semanas entre los ciclos de quelación. Los efectos adversos son leves
y consisten en náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y elevaciones transitorias de las enzimas hepáticas. El DMSA también
puede provocar hemólisis en los pacientes con déficit de G6PD. Los
pacientes con ingestión de mercurio elemental no necesitan seguimiento a no ser que haya una enfermedad subyacente que disminuya el tiempo de tránsito gastrointestinal. Es recomendable
realizar radiografías abdominales en serie para documentar la
progresión del metal. La inhalación aguda de vapores de mercurio
y la ingestión de mercurio inorgánico requiere hospitalización para
controlar el estado respiratorio y gastrointestinal respectivamente.
Puede llegar a tenerse en cuenta el aborto terapéutico en pacientes
embarazadas debido al efecto teratógeno del mercurio.
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