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NUM-CONSULTA
V1072-15
ÓRGANO
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
FECHA-SALIDA
08/04/2015
NORMATIVA
LIS Ley 27/2014 arts:110 y ss.
DESCRIPCIÓNHECHOS
La entidad consultante es una asociación sin ánimo de lucro, que no se encuentra acogida a la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de entidades sin ánimo de lucro e incentivos fiscales al mecenazgo, de la cual forman parte Comunidades de Usuarios de Aguas, y cuyos fines principales de acuerdo con
sus estatutos, son entre otros, los siguientes:
-La explotación de los manantiales captados.
-El abastecimiento de las aguas para uso doméstico de las viviendas.
-El aprovechamiento de las aguas para que todos los asociados se beneficien
por igual y sufran las cargas de la explotación de forma proporcionada.
-El cuidado del medio ambiente.
Para llevar a cabo el cumplimiento de sus fines, la Asociación podrá organizar
las siguientes actividades:
-El fomento de una cultura del agua y su medio.
-El plan de modernización de manantiales, de fuente y red de distribución.
-La creación de unas pautas que regulen los horarios de uso.
-La consolidación de trámites para la colaboración con instituciones y administraciones.
-La defensa del uso adecuado del agua.
Los cargos que componen la Junta Directiva serán desempeñados de forma
gratuita, sin perjuicio del derecho a ser reembolsados los gastos debidamente
justificados.
El artículo 31 de los Estatutos recoge el régimen económico, que contiene:
-Las cuotas periódicas de los asociados.
-Las cuotas extraordinarias que proponga la Junta Directiva y sean aprobadas por la Asamblea.
-Las donaciones o subvenciones que puedan conceder los órganos públicos,
entidades privadas o particulares.
-Los ingresos que se puedan conceder por el desarrollo de las actividades de
la asociación.
-Cualquier otro ingreso admitido por la normativa vigente para actividades no
lucrativas.
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Los beneficios que se obtengan por cualquier concepto se destinarán exclusivamente al cumplimiento de estos fines, sin que se puedan repartir entre los
asociados ni otras personas físicas o jurídicas con interés lucrativo.
La Asociación percibe ingresos por los siguientes conceptos:
-Cuotas de adhesión, que pagan una única vez las Comunidades de Usuarios
que se asocian.
-Cuotas anuales de los asociados.
-Derramas de gastos.
-Ingresos procedentes de impartir cursos de formación en materia de agua.
-Ingresos por gestiones realizadas por la Asociación a sus asociados, relativas a la realización de escritos, preparación de asambleas, gestiones de reclamación de deudas, entre otros.
-Ingresos por servicios en los que la Asociación hace de mediadora, relativos
a analíticas de control de aguas, implantación de la Ley de Protección de Datos, Licencias por utilización del programa informático diseñado y gestionado
por la Asociación.
-Ingresos por venta de materiales que compra la asociación.
La Asociación consultante cumple el papel de nexo de unión entre las Comunidades de Usuarios y los proveedores de bienes y servicios, pero de tal forma que, para que la Asociación pueda realizar un control del suministro de
dichos servicios, en beneficio de todos sus asociados, sea necesario que los
proveedores facturen directamente sus bienes y servicios a la Asociación y
sea ésta la que facture a todos y cada uno de sus asociados.
Los gastos que soporta la asociación son los siguientes:
-Facturas del laboratorio, de la empresa implantadora de la Ley del Protección de Datos, de teléfono y similares, de implantación de una página web, de
abogados sobre la puesta en marcha de la asociación, de la asesoría fiscal,
laboral y contable y de desplazamiento para la realización de gestiones propias de la Asociación.
CUESTIÓNPLANTEADA
1) Se plantea si sería de aplicación el régimen de entidades parcialmente
exentas.
2) Cuáles de los ingresos mencionados estarían exentos y qué gastos serían
deducibles de los ingresos no exentos.
3) Si los ingresos señalados estarían sujetos al impuesto del Valor Añadido, y
cuáles estarían sujetos y exentos.
4) Qué facturas podrían deducirse el IVA soportado.
5) En el caso de poder aplicar la prorrata, si sería correcto el planteamiento
de facturar con IVA los servicios y deducir a su vez, el IVA soportado de las
facturas recibidas en relación a dichos servicios y bienes y calcular una pro2
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rrata general respecto a los demás ingresos, aplicable al resto de IVA soportado. Si está obligada a presentar el modelo 347 por las operaciones que superen más de 3005,06 euros.
6) Si la Asociación tendría que darse de alta en algún otro epígrafe del Impuesto sobre Actividades Económica. En su caso, cuál sería la forma correcta
para que todos los ingresos que perciben sean considerados como inherentes al servicio de asociación.
7) Se plantea si serían gastos fiscalmente deducibles los relativos a las facturas de combustible a nombre de la asociación, peajes, parking y restaurantes.
CONTESTACIÓNCOMPLETA
IMPUESTO SOBRE SOCIEDADES.
La letra a) del apartado 3 del artículo 9 del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, 27/2014, de 27 de noviembre (en adelante LIS),
considera como entidades parcialmente exentas:
- a las entidades e instituciones sin ánimo de lucro a las que no resulte de
aplicación el título II de la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de régimen fiscal
de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo,
En el presente caso, la consultante señala que se trata de una asociación sin
ánimo de lucro a la que no resulta de aplicación la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, entidades sin ánimo de lucro e incentivos fiscales al mecenazgo.
Ahora bien, al ser una asociación sin ánimo de lucro, tiene la consideración
entidad parcialmente exenta sujeta al régimen especial previsto en el capítulo
XIV del título VII de la LIS.
La aplicación del mencionado régimen especial supone que, tal y como establece el artículo 110 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades 27/2014, que,
estarán exentas del Impuesto sobre Sociedades las siguientes rentas:
“ (…).
a) Las que procedan de la realización de actividades que constituyan su objeto social o finalidad específica, siempre que no tengan la consideración de actividades económicas. En particular, estarán exentas las cuotas satisfechas
por los asociados, colaboradores o benefactores, siempre que no se correspondan con el derecho a percibir una prestación derivada de una actividad
económica.
(...).
b) Las derivadas de adquisiciones y de transmisiones a título lucrativo, siem3
pre que unas y otras se obtengan en cumplimiento de su objeto social o finalidad específica.
c) Las que se pongan de manifiesto en la transmisión onerosa de bienes
afectos a la realización del objeto social o finalidad específica cuando el importe obtenido se destine a nuevas inversiones relacionadas con dicho objeto
social o finalidad específica.
(...).
2. La exención a que se refiere el apartado anterior no alcanzará a los rendimientos derivados de explotaciones económicas, ni a los derivados del patrimonio, ni a las rentas obtenidas en transmisiones, distintas de las señaladas
en él.”
Por otra parte, el artículo 5 de la Ley 27/2014, de la LIS, define actividad económica, así:
“1. Se entenderá por actividad económica la ordenación por cuenta propia de
los medios de producción y de recursos humanos o de uno de ambos con la
finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios.
(..).”
En definitiva, las rentas obtenidas por la entidad consultante estarán exentas,
siempre que procedan de la realización de su objeto social o finalidad específica y no deriven ni del ejercicio de una explotación económica. No obstante,
si la entidad realizase actividades que determinasen la existencia de unas
explotaciones económicas, en los términos definidos en el artículo 110 de la
Ley del Impuesto sobre Sociedades, las rentas procedentes de estas actividades estarían sujetas y no exentas, tanto si las operaciones se realizasen
con terceros ajenos a la asociación como con los propios asociados.
En definitiva, las rentas obtenidas por la entidad consultante estarán exentas,
siempre que procedan de la realización de su objeto social o finalidad específica y no deriven ni del ejercicio de una explotación económica. No obstante,
si la entidad realizase actividades que determinasen la existencia de unas
explotaciones económicas, en los términos definidos en el artículo 110 de la
LIS, las rentas procedentes de estas actividades estarían sujetas y no exentas, tanto si las operaciones se realizasen con terceros ajenos a la asociación
como con los propios asociados.
En el supuesto concreto planteado, de la información suministrada en el escrito de consulta se desprende que la asociación consultante llevará a cabo la
representación y defensa de los intereses de los comuneros frente a terceros
y resolver cuestiones litigiosas, cursos de formación, gestiones realizadas por
la Asociación a sus asociados, actividades de mediación en relación con los
comuneros y venta de materiales que compra la asociación, lo que parece
determinar la existencia de una explotación económica que supone la ordenación por cuenta propia de medios materiales y/o humanos con la finalidad
de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios. Por tanto,
4
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los ingresos derivados de la prestación de tales servicios estarán sujetos y no
exentos en el Impuesto sobre Sociedades. Del mismo modo, las donaciones,
subvenciones o cuotas de los asociados percibidas por la asociación que se
utilicen para financiar la actividad económica desarrollada por la consultante
estarán sujetas y no exentas al Impuesto. En efecto, de los escasos datos
que se derivan de la consulta parece derivarse que la actividad que desarrolla
la entidad consultante constituyen una actividad económica, en la medida en
que el desarrollo de esta actividad supone la ordenación por cuenta propia de
medios materiales y humanos con la finalidad de intervenir en el proceso productivo, ahora bien esto son cuestiones de hecho que deberán probarse por
cualquier medio válido en Derecho ante los órganos de comprobación e investigación de la Administración Tributaria.
Una vez sentado lo anterior, de acuerdo con lo establecido en el artículo 111
de la LIS, la base imponible se determinará aplicando las normas previstas en
el título IV de la misma Ley, y no tendrán la consideración de gastos fiscalmente deducibles, además de los establecidos en el artículo 15, los siguientes:
“a) Los gastos imputables exclusivamente a las rentas exentas. Los gastos
parcialmente imputables a las rentas no exentas serán deducibles en el porcentaje que representen los ingresos obtenidos en el ejercicio de explotaciones económicas no exentas respecto de los ingresos totales de la entidad.
b) Las cantidades que constituyan aplicación de resultados y, en particular,
de los que se destinen al sostenimiento de las actividades exentas a que se
refiere el párrafo a) del apartado 1 del artículo anterior.”
El tipo de gravamen aplicable será el 25% con arreglo a lo dispuesto en el artículo 29.1 de la LIS.
En relación a los gastos relativos a facturas de combustible, peajes, parkings
y restaurantes, éstos serán fiscalmente deducibles a efectos del Impuesto
sobre Sociedades, siempre que cumplan las condiciones legalmente establecidas, en los términos de inscripción contable, imputación con arreglo a devengo correlación de ingresos y gastos y justificación y que no tengan la consideración de gasto fiscalmente no deducible con arreglo a lo dispuesto en el
artículo 15 de la LIS correspondiendo a los órganos de la Administración Tributaria en materia de comprobación la valoración de las pruebas referentes a
la operación planteada.
En todo caso, se deberá acreditar la realidad de dicha operación por cualquier medio de prueba generalmente admitido en derecho, puesto que únicamente tendrán la consideración de gastos fiscalmente deducibles a efectos
del Impuesto, aquellos gastos contables que correspondan a operaciones
reales, estén correlacionados con la obtención de ingresos, estén debidamente contabilizados, hayan sido imputados temporalmente con arreglo a deven5
go y estén debidamente justificados con arreglo a lo dispuesto en el artículo
106 de la Ley General Tributaria, correspondiendo a los órganos de la Administración tributaria en materia de comprobación, la valoración de las pruebas
referentes a la operación planteada.
Finalmente, en cuanto a las obligaciones de declaración de la entidad consultante, cabe remitirse a lo dispuesto en el apartado 3 del artículo 124 de la LIS
en el que se regulan las obligaciones de declaración de las entidades parcialmente exentas, en los siguientes términos:
"3. Los contribuyentes a que se refieren los apartados 2, 3 y 4 del artículo 9
de esta ley estarán obligados a declarar la totalidad de sus rentas, exentas y
no exentas.
No obstante, los contribuyentes a que se refiere el apartado 3 del artículo 9
de esta Ley no tendrán obligación de presentar declaración cuando cumplan
los siguientes requisitos:
a) Que sus ingresos totales no superen 50.000 euros anuales.
b) Que los ingresos correspondientes a rentas no exentas no superen 2.000
euros anuales.
c) Que todas las rentas no exentas que obtengan estén sometidas a retención.”
IMPUESTO SOBRE EL VALOR AÑADIDO.
El artículo 81 del texto refundido de la Ley de Aguas, aprobado por el Real
Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, en el que se establece la obligación de constituir comunidades de usuarios a aquellos que lo sean, entre
otros bienes de dominio público, del agua, dispone lo siguiente:
“1. Los usuarios del agua y otros bienes del dominio público hidráulico de una
misma toma o concesión deberán constituirse en comunidades de usuarios.
Cuando el destino dado a las aguas fuese principalmente el riego, se denominarán comunidades de regantes; en otro caso, las comunidades recibirán
el calificativo que caracterice el destino del aprovechamiento colectivo.
Los estatutos u ordenanzas se redactarán y aprobarán por los propios usuarios, y deberán ser sometidos, para su aprobación administrativa, al Organismo de cuenca.
Los estatutos u ordenanzas regularán la organización de las comunidades de
usuarios, así como la explotación en régimen de autonomía interna de los
bienes hidráulicos inherentes al aprovechamiento.
El Organismo de cuenca no podrá denegar la aprobación de los estatutos y
ordenanzas, ni introducir variantes en ellos, sin previo dictamen del Consejo
de Estado.
2. Las comunidades de usuarios de aguas superficiales o subterráneas, cuya
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utilización afecte a intereses que les sean comunes, podrán formar una comunidad general para la defensa de sus derechos y conservación y fomento
de dichos intereses.
3. Del mismo modo, los usuarios individuales y las comunidades de usuarios,
podrán formar por convenio una junta central de usuarios con la finalidad de
proteger sus derechos e intereses frente a terceros y ordenar y vigilar el uso
coordinado de sus propios aprovechamientos.
4. El Organismo de cuenca podrá imponer, cuando el interés general lo exija,
la constitución de los distintos tipos de comunidades y juntas centrales de
usuarios.
5. Cuando la modalidad o las circunstancias y características del aprovechamiento lo aconsejen, o cuando el número de partícipes sea reducido, el régimen de comunidad podrá ser sustituido por el que se establezca en convenios específicos, que deberán ser aprobados por el Organismo de cuenca.”.
Por su parte, el artículo 82 del mismo texto legal define la naturaleza y el régimen jurídico de las comunidades de usuarios, disponiendo, en el apartado
1, lo siguiente:
“Las comunidades de usuarios tienen el carácter de corporaciones de derecho público, adscritas al Organismo de cuenca, que velará por el cumplimiento de sus estatutos u ordenanzas y por el buen orden del aprovechamiento.
Actuarán conforme a los procedimientos establecidos en la presente Ley, en
sus reglamentos y en sus estatutos y ordenanzas, de acuerdo con lo previsto
en la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.”
En el artículo 89 se establece como requisito para el otorgamiento de las
concesiones para el abastecimiento de agua a varias poblaciones el que las
Corporaciones Locales estén constituidas a estos efectos en Mancomunidades, Consorcios u otras entidades semejantes, de acuerdo con la legislación
por la que se rijan, o que todas ellas reciban el agua a través de una misma
empresa concesionaria, debiendo elaborar las ordenanzas previstas en el artículo 81.
Por la descripción de las actividades realizadas por la consultante, estaríamos en presencia no de una comunidad de regantes sino de una comunidad
de usuarios para el aprovechamiento y abastecimiento de aguas para usos
domésticos.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 4 de la Ley 37/1992, de 28 de
diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido (BOE de 29 de diciembre),
están sujetas a dicho Impuesto las entregas de bienes y prestaciones de servicios realizadas por empresarios o profesionales en el ejercicio de su actividad empresarial o profesional.
7
El apartado dos, del artículo 5, de la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido
dispone que son actividades empresariales o profesionales las que impliquen
la ordenación por cuenta propia de factores de producción materiales y humanos o de uno de ellos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios.
En particular, tienen esta consideración las actividades extractivas, de fabricación, comercio y prestación de servicios, incluidas las de artesanía, agrícolas, forestales, ganaderas, pesqueras, de construcción, mineras y el ejercicio
de profesiones liberales y artísticas.
Estos preceptos son de aplicación general y, por tanto, también a la consultante, por lo que, consecuentemente, tendrá la condición de empresario a
efectos del Impuesto sobre el Valor Añadido cuando ordene un conjunto de
medios personales y materiales, con independencia y bajo su responsabilidad, para desarrollar una actividad empresarial o profesional, sea de fabricación, comercio, de prestación de servicios, etc., mediante la realización continuada de entregas de bienes o prestaciones de servicios, asumiendo el riesgo y ventura que pueda producirse en el desarrollo de la actividad.
No obstante lo anterior, el artículo 7, número 8º, de la Ley 37/1992 establece
la no sujeción al Impuesto de las entregas de bienes y prestaciones de servicios que los Entes públicos realicen en determinadas condiciones.
Sin embargo, el mismo precepto señala que estarán en todo caso sujetas al
Impuesto las operaciones que los Entes públicos realicen en el ejercicio de
determinadas actividades empresariales, entre las que se encuentra la actividad de distribución de agua.
Por otra parte debe señalarse que el artículo 7, 11º de la Ley 37/1992 establece que no estarán sujetas al Impuesto:
“11º. Las operaciones realizadas por las Comunidades de Regantes para la
ordenación y aprovechamiento de las aguas.".
El supuesto de no sujeción contemplado en el artículo 7.11º es un supuesto
puntual y específico que implica la no sujeción de las operaciones efectuadas
exclusivamente por la Comunidades de Regantes, y no por otro tipo de comunidades o entidades.
De acuerdo con todo lo expuesto anteriormente, estarán sujetas al Impuesto
sobre el Valor Añadido las entregas de bienes y prestaciones de servicios
realizadas por la consultante a que se refiere el escrito de consulta en el ejercicio de su actividad empresarial o profesional, tanto las realizadas en favor
de sus propios socios o asociados como las efectuadas en favor de terceros,
y con independencia de cuáles sean los fines perseguidos por la misma en el
desarrollo de su actividad en general o en una operación en particular.
Por otra parte, los ingresos procedentes de impartir cursos de formación en
materia de agua pueden quedar exentos asimismo cuando se reúnan los re8
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quisitos establecidos en el artículo 20.Uno.9º de la Ley 37/1992, según redacción dada al mismo por la Ley 17/2012, de 27 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2013 (BOE de 28 de diciembre),
dispone que están exentas del Impuesto sobre el Valor Añadido las siguientes operaciones:
“9º. La educación de la infancia y de la juventud, la guarda y custodia de niños, la enseñanza escolar, universitaria y de postgraduados, la enseñanza de
idiomas y la formación y reciclaje profesional, realizadas por Entidades de derecho público o entidades privadas autorizadas para el ejercicio de dichas actividades.
La exención se extenderá a las prestaciones de servicios y entregas de bienes directamente relacionadas con los servicios enumerados en el párrafo
anterior, efectuadas, con medios propios o ajenos, por las mismas empresas
docentes o educativas que presten los mencionados servicios.
(…)".
Por su parte, el artículo 7 del Reglamento del Impuesto sobre el Valor Añadido, aprobado por Real Decreto 1624/1992, de 29 de Diciembre, (BOE de 31
de diciembre), establece que tendrán la consideración de entidades privadas
autorizadas a efectos de lo dispuesto en el artículo 20, apartado uno, número
9º, de la Ley 37/1992, aquellos centros educativos cuya actividad esté reconocida o autorizada por el Estado, las Comunidades Autónomas u otros Entes públicos con competencia genérica en materia educativa o, en su caso,
con competencia específica respecto de las enseñanzas impartidas por el
centro educativo de que se trate.
Las competencias en materia de educación han sido transferidas a las Comunidades Autónomas, resultando con ello que su regulación es diferente en
unas y otras.
Sin embargo, la normativa del Impuesto sobre el Valor Añadido relativa a estas exenciones debe interpretarse de forma que no resulten soluciones distintas en unos casos que en otros, al objeto de evitar distorsiones en el funcionamiento del tributo que serían contrarias a los principios armonizadores del
mismo.
En este sentido, el artículo 20, apartado uno, número 9º, anteriormente transcrito, constituye la transposición al ordenamiento jurídico interno del artículo
132 de la Directiva 2006/112/CE del Consejo de 28 de noviembre de 2006 relativa al sistema común del Impuesto sobre el Valor Añadido, precepto que
establece que los Estados miembros eximirán “la educación de la infancia o
de la juventud, la enseñanza escolar o universitaria, la formación o el reciclaje
profesional, así como las prestaciones de servicios y las entregas de bienes
directamente relacionadas con estas actividades, cuando sean realizadas por
9
Entidades de Derecho público que tengan este mismo objeto o por otros organismos a los que el Estado miembro de que se trate reconozca que tienen
fines comparables.”.
En relación con las condiciones y los límites que los Estados miembros pueden establecer a las exenciones previstas en la citada Directiva, se ha pronunciado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, entre otras, en su sentencia de 17 de febrero de 2005, dictada en los asuntos acumulados C453/02, y C-462/02, en el sentido de que actividades comparables, susceptibles de competir entre sí, no deben ser tratadas de forma distinta a efectos
del Impuesto sobre el Valor Añadido, a fin de salvaguardar la neutralidad del
Impuesto.
Por tanto, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal de Justicia citada, no
puede condicionarse la exención de los servicios educativos, prevista en el
artículo 132 de la citada Directiva, existiendo identidad en las prestaciones de
servicios realizadas, a que el operador que las realiza esté autorizado por el
órgano competente, dado que no se respetaría el principio de neutralidad fiscal.
Por otra parte, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en su reciente
sentencia de 28 de enero de 2010, dictada en el asunto C-473/08, ha señalado lo siguiente:
“29. Respecto de los términos «enseñanza escolar o universitaria» que contiene dicha disposición, el Tribunal de Justicia, pese a no dar explícitamente
una definición precisa de los mismos, señaló en el apartado 26 de la sentencia Haderer, antes citada, que dichos términos no se limitan a la enseñanza
que concluye con un examen para la obtención de una cualificación o que
permite adquirir una formación para el ejercicio de una actividad profesional,
sino que comprende otras actividades en las que la enseñanza se imparte en
escuelas o universidades con el fin de desarrollar los conocimientos y las aptitudes de los alumnos o estudiantes, siempre y cuando dichas actividades no
revistan un carácter meramente recreativo.
30. En concreto, respecto del término «enseñanza», hay que recordar que el
Tribunal de Justicia ha declarado, en esencia, que si bien la transmisión de
conocimientos y de competencias entre un profesor y los estudiantes es un
elemento especialmente importante de la actividad de enseñanza contemplada en el artículo 13, parte A, apartado 1, letra i), de la Sexta Directiva, no es
menos cierto que esta actividad está constituida por un conjunto de elementos que incluyen de modo concomitante los correspondientes a las relaciones
que se establecen entre profesores y estudiantes y los que componen el marco organizativo del centro en el que se imparte la formación (véase, en ese
sentido, la sentencia Horizon College, antes citada, apartados 18 a 20).”.
De conformidad con lo expuesto, la enseñanza exenta es aquella actividad
que supone la transmisión de conocimientos y de competencias entre un profesor y los estudiantes, acompañada, además, de un conjunto de otros elementos que incluyen los correspondientes a las relaciones que se establecen
entre profesores y estudiantes y los que componen el marco organizativo del
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centro en el que se imparte la formación, siempre y cuando dichas actividades no revistan un carácter meramente recreativo.
En consecuencia con todo lo anterior, la exención prevista en el artículo 20,
apartado uno, número 9º, está supeditada al cumplimiento de dos requisitos:
a) Un requisito subjetivo, es decir, que las citadas actividades sean realizadas
por entidades de Derecho público o entidades privadas autorizadas para el
ejercicio de dichas actividades.
La referencia a las entidades privadas autorizadas previsto en el artículo 20,
apartado uno, número 9º, de la Ley 37/1992, debe interpretarse, vista la jurisprudencia del Tribunal de Luxemburgo, en atención a la clase o naturaleza de
las actividades desarrolladas por la entidad privada autorizada o centro de
enseñanza en cuestión, de forma que dicho centro se considerará autorizado
o reconocido, a efectos del Impuesto sobre el Valor Añadido, cuando sus actividades sean única o principalmente enseñanzas incluidas en algún plan de
estudios que haya sido objeto del mencionado reconocimiento o autorización,
bien sea por la legislación de la propia Comunidad o por la del Estado que resulte aplicable.
Asimismo, según doctrina reiterada de esta Dirección General, a efectos de la
exención prevista en el artículo 20.Uno.9º de la Ley 37/1992, tendrán la consideración de centros educativos aquellas unidades económicas integradas
por un conjunto de medios materiales y humanos ordenados con carácter de
permanencia con la finalidad de prestar de manera continuada servicios de
enseñanza.
A tales efectos, no es preciso que el centro educativo disponga de un local
determinado en el que se realice materialmente la actividad la enseñanza,
siendo suficiente con que cuente con un conjunto ordenado de medios materiales y humanos destinados a la prestación del servicio de enseñanza.
b) Un requisito objetivo. Como ha señalado el Tribunal de Justicia, la enseñanza es aquella actividad que supone la transmisión de conocimientos y de
competencias entre un profesor y los estudiantes, acompañada, además, de
un conjunto de otros elementos que incluyen los correspondientes a las relaciones que se establecen entre profesores y estudiantes y los que componen
el marco organizativo del centro en el que se imparte la formación, siempre y
cuando dichas actividades no revistan un carácter meramente recreativo.
La competencia para determinar si las materias que son objeto de enseñanza
por un determinado centro educativo se encuentran o no incluidas en algún
plan de estudios del sistema educativo a efectos de la aplicación de la mencionada exención y teniendo en cuenta a tal fin los criterios anteriormente expuestos, corresponde al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
11
No obstante lo anterior, aun cuando un empresario no pueda ser calificado de
centro educativo, por ejemplo, cuando desarrolle una actividad de enseñanza
y otras actividades distintas de aquellas que, además fuesen sus actividades
principales, ello no determina que dicho empresario no pueda aplicar la exención de enseñanza.
A este respecto, la reciente STJUE de 20 de junio de 2013, asunto C-319/12,
establece que “Las disposiciones de los artículos 132, apartado 1, letrai), 133
y 134 de la Directiva 2006/112/CE del Consejo, de 28 de noviembre de 2006,
relativa al sistema común del impuesto sobre el valor añadido, deben interpretarse en el sentido de que no se oponen a que estén exentas del impuesto
sobre el valor añadido las prestaciones de servicios de educación realizadas
con fines comerciales por organismos que no sean de Derecho público. No
obstante, el artículo 132, apartado 1, letrai), de dicha Directiva se opone a
una exención de todas las prestaciones de servicios de educación con carácter general, sin que se tomen en consideración los fines perseguidos por los
organismos no públicos que realicen tales prestaciones.”
En conclusión, cuando un empresario realiza distintas actividades, siendo una
de ellas de enseñanza, lo relevante para la aplicación de la exención a esta
última, es si en la actividad de enseñanza que realiza se presta o no única o
fundamentalmente un servicio de enseñanza que esté objetivamente incluido
en alguno de los referidos planes de estudios, con independencia, por tanto,
del hecho de que realice otras actividades que no sean de enseñanza y que
tales actividades sean de mayor importancia que la de enseñanza.
En ciertos casos, se plantea el problema de determinar si el servicio prestado
es en realidad un servicio de enseñanza o si, por el contrario, no tiene tal naturaleza, tratándose más bien de un servicio lúdico, deportivo, de asesoramiento, de consultoría o de cualquier otro servicio de naturaleza distinta de la
propia de los servicios de enseñanza (coaching, “cursos” elaborados a medida del cliente; etc.).
Por tanto, cuando los cursos de formación en materia de agua cumplan los
requisitos señalados en este apartado cuarto, los ingresos procedentes de los
mismos estarán exentos del Impuesto sobre el Valor Añadido.
En relación con la deducibilidad de las cuotas soportadas por la adquisición
de bienes y servicios destinados al ejercicio de su actividad y, partiendo de la
premisa de que las operaciones que realiza la entidad están en todo caso sujetas al Impuesto, hay que tener en cuenta lo dispuesto en el artículo 94 de la
Ley del Impuesto, el cual establece en su apartado uno, número 1º, letra a),
en relación con las operaciones cuya realización origina el derecho a la deducción, lo siguiente:
"Uno. Los sujetos pasivos a que se refiere el apartado uno del artículo anterior podrán deducir las cuotas del Impuesto sobre el Valor Añadido comprendidas en el artículo 92 en la medida en que los bienes y servicios, cuya adquisición o importación determinen el derecho a la deducción, se utilicen por
el sujeto pasivo en la realización de las siguientes operaciones:
12
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1º. Las efectuadas en el ámbito espacial de aplicación del Impuesto que se
indican a continuación:
a) Las entregas de bienes y prestaciones de servicios sujetas y no exentas
del Impuesto sobre el Valor Añadido.
(…).”.
De este modo, las cuotas soportadas por la adquisición bienes y servicios sólo podrán deducirse por la entidad consultante en la medida en que tales bienes y servicios se vayan a utilizar, previsiblemente, en el desarrollo de su actividad empresarial y se trate de operaciones sujetas y no exentas del Impuesto.
Por otra parte, el artículo 102 de la Ley del Impuesto dispone la aplicación de
la regla de prorrata cuando el sujeto pasivo, en el ejercicio de su actividad,
efectúe conjuntamente entregas de bienes y prestaciones de servicios que
originan el derecho a la deducción y otras operaciones de análoga naturaleza
que no habiliten para el ejercicio del citado derecho. En concreto, el artículo
102 de la citada Ley establece lo siguiente:
"La regla de prorrata será de aplicación cuando el sujeto pasivo, en el ejercicio de su actividad empresarial o profesional, efectúe conjuntamente entregas
de bienes o prestaciones de servicios que originen el derecho a la deducción
y otras operaciones de análoga naturaleza que no habiliten para el ejercicio
del citado derecho.".
Por tanto, en la medida que la consultante realiza en el ejercicio de su actividad tanto operaciones sujetas y no exentas como operaciones sujetas pero
exentas, es decir, con derecho y sin derecho a deducción, tendrá que aplicar
la regla de la prorrata en su actividad.
En caso de que sea de aplicación la regla de la prorrata, hay que tener en
cuenta lo dispuesto en los artículos siguientes de la Ley 37/1992, que completan la regulación anterior.
De conformidad con lo previsto por el artículo 103 de la citada Ley, la regla de
prorrata tendrá dos modalidades de aplicación: general y especial. El propio
artículo indica que la regla de prorrata general se aplicará cuando no se den
las circunstancias indicadas en el apartado dos del mismo precepto.
En relación con la prorrata general, el artículo 104 de la Ley establece lo siguiente:
“Uno. En los casos de aplicación de la regla de prorrata general, sólo será
deducible el Impuesto soportado en cada período de liquidación en el porcentaje que resulte de lo dispuesto en el apartado dos siguiente.
13
Para la aplicación de lo dispuesto en el párrafo anterior no se computarán en
el Impuesto soportado las cuotas que no sean deducibles en virtud de lo dispuesto en los artículos 95 y 96 de esta Ley.
Dos. El porcentaje de deducción a que se refiere el apartado anterior se determinará multiplicando por cien el resultante de una fracción en la que figuren:
1º. En el numerador, el importe total, determinado para cada año natural, de
las entregas de bienes y prestaciones de servicios que originen el derecho a
la deducción, realizadas por el sujeto pasivo en el desarrollo de su actividad
empresarial o profesional o, en su caso, en el sector diferenciado que corresponda.
2º. En el denominador, el importe total, determinado para el mismo período
de tiempo, de las entregas de bienes y prestaciones de servicios realizadas
por el sujeto pasivo en el desarrollo de su actividad empresarial o profesional
o, en su caso, en el sector diferenciado que corresponda, incluidas aquéllas
que no originen el derecho a deducir.
(…).”.
En cuanto a la prorrata especial, el artículo 106, apartado uno, de la citada
Ley, establece que:
"El ejercicio del derecho a deducir en la prorrata especial se ajustará a las siguientes reglas:
1ª. Las cuotas impositivas soportadas en la adquisición o importación de bienes o servicios utilizados exclusivamente en la realización de operaciones
que originen el derecho a la deducción podrán deducirse íntegramente.
2ª. Las cuotas impositivas soportadas en la adquisición o importación de bienes o servicios utilizados exclusivamente en la realización de operaciones
que no originen el derecho a deducir no podrán ser objeto de deducción.
3ª. Las cuotas impositivas soportadas en la adquisición o importación de bienes o servicios utilizados sólo en parte en la realización de operaciones que
originen el derecho a la deducción podrán ser deducidas en la proporción resultante de aplicar al importe global de las mismas el porcentaje a que se refiere el artículo 104, apartado dos y siguientes. La aplicación de dicho porcentaje se ajustará a las normas de procedimiento establecidas en el artículo 105
de esta Ley.".
Por otra parte, dada la configuración de las actividades que lleva a cabo la
entidad consultante, pudiera resultar de aplicación a la misma el régimen de
deducciones en sectores diferenciados de la actividad empresarial o profesional.
El artículo 101 de la Ley 37/1992 regula el régimen de deducciones en secto14
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res diferenciados de la actividad empresarial o profesional, conteniéndose en
el artículo 9, número 1º, letra c), de dicha Ley, el concepto de sectores diferenciados.
El párrafo primero del apartado uno del artículo 101 de la Ley 37/1992 establece que los sujetos pasivos que realicen actividades económicas en sectores diferenciados de la actividad empresarial o profesional deberán aplicar
separadamente el régimen de deducciones respecto de cada uno de ellos.
Por su parte, el artículo 9, número 1, letra c), a’), de la Ley 37/1992 establece
que se considerarán sectores diferenciados, los siguientes:
“a') Aquéllos en los que las actividades económicas realizadas y los regímenes de deducción aplicables sean distintos.
Se considerarán actividades económicas distintas aquéllas que tengan asignados grupos diferentes en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas.
No obstante lo establecido en el párrafo anterior, no se reputará distinta la actividad accesoria a otra cuando, en el año precedente, su volumen de operaciones no excediera del 15 por ciento del de esta última y, además, contribuya a su realización. Si no se hubiese ejercido la actividad accesoria durante el
año precedente, en el año en curso el requisito relativo al mencionado porcentaje será aplicable según las previsiones razonables del sujeto pasivo, sin
perjuicio de la regularización que proceda si el porcentaje real excediese del
límite indicado.
Las actividades accesorias seguirán el mismo régimen que las actividades de
las que dependan.
Los regímenes de deducción a que se refiere esta letra a') se considerarán
distintos si los porcentajes de deducción, determinados con arreglo a lo dispuesto en el artículo 104 de esta Ley, que resultarían aplicables en la actividad o actividades distintas de la principal difirieran en más de 50 puntos porcentuales del correspondiente a la citada actividad principal.
La actividad principal, con las actividades accesorias a la misma y las actividades económicas distintas cuyos porcentajes de deducción no difirieran en
más 50 puntos porcentuales con el de aquélla constituirán un sólo sector diferenciado.
Las actividades distintas de la principal cuyos porcentajes de deducción difirieran en más de 50 puntos porcentuales con el de ésta constituirán otro sector diferenciado del principal.
A los efectos de lo dispuesto en esta letra a'), se considerará principal la acti15
vidad en la que se hubiese realizado mayor volumen de operaciones durante
el año inmediato anterior.”.
La determinación de la existencia o no de sectores diferenciados de actividad
dentro de la actividad empresarial que desarrolla la entidad consultante, deberá efectuarse, pues, de la siguiente forma:
1º) Se determinarán las actividades económicas distintas y sujetas al Impuesto que realiza la entidad.
A tales efectos, hay que señalar que el Real Decreto 475/2007, de 13 de
abril, por el que se aprueba la Clasificación Nacional de Actividades Económicas 2009 (CNAE-2009) (BOE de 28 de abril), clasifica las actividades económicas con un desglose de hasta cuatro dígitos, constituyendo “grupos” las
actividades clasificadas con tres dígitos.
Por consiguiente, a efectos del Impuesto sobre el Valor Añadido, serán actividades económicas distintas las que correspondan a grupos diferentes en la
referida clasificación, entendiendo por "grupo" el conjunto de las clasificadas
con un desglose de tres dígitos. No obstante, no se reputará distinta de una
actividad aquella otra actividad accesoria a la primera que contribuya a su
realización y cuyo volumen de operaciones no exceda del 15% del de aquella.
2º) Se determinará cuál de entre las referidas actividades es la actividad económica principal: aquella en la que tuviese un mayor volumen de operaciones.
3º) Se determinarán por separado los porcentajes de deducción que corresponden a cada una de las referidas actividades económicas distintas, aplicando respecto de cada una de ellas lo dispuesto en el artículo 104 de la Ley
del Impuesto.
4º) La actividad principal y, en su caso, todas las demás actividades económicas distintas de ella cuyos respectivos porcentajes de deducción no difieran
en más de 50 puntos porcentuales de porcentaje de deducción de la actividad
principal, constituirán un sector diferenciado de actividad. El resto de las actividades económicas distintas de las anteriores que, en su caso, desarrollase
la entidad constituirán otro sector diferenciado de actividad.
Por otro lado, se debe tener en cuenta, de igual forma, lo previsto en el párrafo cuarto del apartado uno del artículo 101 de la Ley 37/1992, de acuerdo con
el cual “cuando se efectúen adquisiciones o importaciones de bienes o servicios para su utilización en común en varios sectores diferenciados de actividad, será de aplicación lo establecido en el artículo 104, apartados dos y siguientes de esta Ley, para determinar el porcentaje de deducción aplicable
respecto de las cuotas soportadas en dichas adquisiciones o importaciones,
computándose a tal fin las operaciones realizadas en los sectores diferenciados correspondientes y considerándose que, a tales efectos, no originan el
derecho a deducir las operaciones incluidas en el régimen especial de la agricultura, ganadería y pesca o en el régimen especial del recargo de equivalen16
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cia.”.
IMPUESTO SOBRE ACTIVIDADES ECONÓMICAS.
El Impuesto sobre Actividades Económicas se regula en los artículos 78 a 91
del texto refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales
(TRLRHL), aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo.
El artículo 78 del TRLRHL define el impuesto como “un tributo directo de carácter real, cuyo hecho imponible está constituido por el mero ejercicio, en territorio nacional, de actividades empresariales, profesionales o artísticas, se
ejerzan o no en local determinado y se hallen o no especificadas en las tarifas
del impuesto”.
De la definición legal transcrita se desprenden, entre otras, las siguientes
cuestiones:
a) En primer lugar, que el hecho imponible se realiza por el mero ejercicio de
cualquier actividad económica. Ello significa que basta con un solo acto de
realización de una actividad económica para que se produzca el supuesto de
hecho gravado por el impuesto, lo que, en definitiva, viene a excluir la habitualidad en el ejercicio de la actividad como requisito indispensable.
En este mismo sentido se expresa la Instrucción para la aplicación de las Tarifas del impuesto, aprobadas ambas (Instrucción y Tarifas) por el Real Decreto Legislativo 1175/1990, de 28 de septiembre, al establecer en su regla 2ª
que “el mero ejercicio de cualquier actividad económica especificada en las
tarifas, así como el mero ejercicio de cualquier otra actividad de carácter empresarial, profesional o artístico no especificada en aquéllas, dará lugar a la
obligación de presentar la correspondiente declaración de alta y de contribuir
por este impuesto, salvo que en la presente Instrucción se disponga otra cosa”.
b) En segundo lugar, que el hecho imponible del impuesto se realiza con independencia de que exista o no lucro en el ejercicio de la actividad, e, incluso, con independencia de que exista o no ánimo de lucro.
c) Finalmente, que el impuesto grava toda clase de actividades, con independencia de que éstas se hallen o no especificadas en las correspondientes Tarifas.
El artículo 79.1 del TRLRHL establece que “se considera que una actividad
se ejerce con carácter empresarial, profesional o artístico, cuando suponga la
ordenación por cuenta propia de medios de producción y de recursos humanos o de uno de ambos, con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios”.
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En consecuencia, para que una actividad sea considerada como económica
y, por ende, su ejercicio constitutivo del hecho imponible del tributo en estudio, se requiere:
a) que dicha actividad se realice en territorio nacional.
b) que dicha actividad suponga ordenación de medios de producción y/o recursos humanos con un fin determinado;
c) que dicho fin sea, precisamente, la intervención en la producción o distribución de bienes y servicios;
d) que la referida ordenación se haga por cuenta propia.
El artículo 83 del TRLRHL establece que “son sujetos pasivos de este impuesto las personas físicas o jurídicas y las entidades a que se refiere el artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria siempre
que realicen en territorio nacional cualquiera de las actividades que originan
el hecho imponible”.
Por tanto, y según lo expuesto, la entidad consultante estará sujeta al Impuesto sobre Actividades Económicas en función de las actividades que efectivamente realice y cuando dichas actividades supongan la ordenación por
cuenta propia de medios de producción y/o de recursos humanos con la finalidad de intervenir en la producción o distribución de bienes o servicios.
Por su parte, el apartado 1 de la regla 4ª de la Instrucción dispone que “con
carácter general, el pago de la cuota correspondiente a una actividad faculta,
exclusivamente, para el ejercicio de esa actividad, salvo que en la Ley reguladora de este Impuesto, en las Tarifas o en la presente Instrucción se disponga otra cosa”. Por lo que, la entidad consultante deberá darse de alta en
las rúbricas de las Tarifas que clasifiquen todas y cada una de las actividades
que realice.
Así, por la impartición de cursos de formación deberá darse de alta en el epígrafe 933.9. “otras actividades de enseñanza, tales como idiomas, corte y
confección, mecanografía, taquigrafía, preparación de exámenes y oposiciones y similares” de la sección primera de las Tarifas.
Por la actividad de realización de diversas gestiones o mediación a sus asociados, deberá darse de alta en el grupo 841 “servicios jurídicos”; en el epígrafe 849.7. “servicios de gestión administrativa” o en el epígrafe 849.9 “otros
servicios independientes” todos de la sección primera de las Tarifas, atendiendo a la naturaleza de los servicios prestados.
Por la venta de materiales, deberá darse de alta en la rúbrica que clasifique la
concreta actividad de comercio de que se trate. Así por la venta de máquinas
registradoras de consumo de agua, deberá darse de alta en el epígrafe 654.5
“comercio al por menor de toda clase de maquinaria” de la sección primera de
las Tarifas.
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Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el
apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General
Tributaria.
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