Tiburón blanco

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EL TIBURÓN BLANCO
El gran tiburón blanco o jaquetón es una de las criaturas más fascinantes y temidas de la naturaleza. Su sola
mención provoca terror entre los bañistas (algo de culpa tiene Steven Spielberg y su famosa película Tiburón)
y ha sido durante años injustamente atacado y masacrado por su inmerecida fama de insaciable
devorahombres. La realidad es que cada año mueren en el mundo más personas por picaduras de abeja que
por ataques de este escualo y cuando se produce algún incidente suele ser porque el tiburón confunde a su
víctima con una suculenta foca, ya que el ser humano no se encuentra entre sus preferencias culinarias.
El jaquetón se caracteriza por tener el cuerpo robusto, con forma de huso y terminado en una cabeza cónica.
Su dorso es de un color gris oscuro que contrasta con su blanco vientre. Posee dos aletas dorsales, siendo la
primera más grande, y dos pectorales. Su piel es áspera y está cubierta de una especie de escamas duras
llamadas dentículos dérmicos. En cuanto a sus medidas, suelen estar sobre los cuatro o cinco metros de
longitud y los 1.200 kilogramos de peso, aunque se han llegado a encontrar ejemplares mayores de siete
metros.
Tiene varias filas de dientes grandes y triangulares, de bordes aserrados tan afilados como cuchillas y tan
pronto como uno se desgasta o rompe otra pasa a ocupar su lugar. Sus potentes mandíbulas pueden ejercer una
fuerza trescientas veces mayor que las del hombre.
Al carecer de vejiga natatoria tiene que estar en constante movimiento ya que si parase de nadar se hundiría y
moriría. Asimismo, su sistema respiratorio necesita que entre agua en las branquias constantemente.
Uno de sus sentidos más desarrollados es el oído ya que tiene unas células en su morro y laterales que le
permiten detectar las corrientes electromecánicas, las vibraciones y los sonidos de baja frecuencia. Su sensible
olfato le sirve para percibir una gota de sangre a kilómetros de distancia y su vista también está muy acusada.
Hábitat y distribución
El tiburón blanco se encuentra distribuido a lo largo de las regiones boreales, templadas, subtropicales y
tropicales de ambos hemisferios. Suele encontrarse en la plataforma continental, cerca de la costa, en
Sudáfrica, costa oeste y noreste de Norteamérica, Nueva Zelanda, Japón, China, Sudamérica, Australia y mar
Mediterráneo. En la península Ibérica puede encontrarse en el Mediterráneo, Atlántico y Canarias aunque no
es muy frecuente su avistamiento en nuestras aguas.
Resulta curioso que la mayor amenaza para el tiburón blanco, considerado durante siglos como un gran
peligro para el hombre, sea precisamente el ser humano, debido sobre todo a la explotación comercial y
recreativa, a las capturas accidentales en artes de pesca (palangre,, cerco, arrastre, redes fijas...) y en redes de
protección de playas y a la degradación de su hábitat natural.
Su peculiar biología tampoco ayuda a la hora de preservar la especie y le hace muy vulnerable a la
sobreexplotación debido a su baja tasa de reproducción y su no muy larga vida (alrededor de 30 años). Su
curiosidad y descaro, así como su tendencia a concentrarse en determinadas zonas, donde la comida es
abundante, también hacen de él una presa fácil de capturar por algunos descerebrados que encima creen estar
haciendo un bien a la sociedad liberándola de tamaño "monstruo".
La explotación comercial del tiburón blanco se basa en algunas partes de su cuerpo, como los dientes,
mandíbulas y aletas, que son muy valorados por coleccionistas sin escrúpulos de todo el mundo. También son
apreciados su aceite de hígado, piel, esqueleto y carne (considerada un manjar en algunos lugares).
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El gran tiburón blanco se encuentra protegido en zonas como California, costa este de Estados Unidos, golfo
de México, Islas Maldivas, Sudáfrica, Namibia, algunas áreas de Australia (Tasmania, Nueva Gales del Sur,
Australia del Sur y Queensland), aguas israelíes del Mediterráneo y mar Rojo.
Incomprensiblemente, según la Convención de Barcelona, se encuentra considerado como especie amenazada
en el Mediterráneo pero no está protegido en estas aguas, a pesar de que hay zonas como el canal de Sicilia
que son lugares de cría habituales.
Reproducción
El tiburón blanco busca en las aguas templadas sus zonas de reproducción y cría. No es capaz de reproducirse
hasta cerca de los nueve años de edad y suele tener entre 4 y 10 crías en cada parto (cada dos o tres años), de
las cuales muchas no llegarán ni a nacer siendo devoradas por sus hermanos en el interior de la madre.
Los pequeños nacen vivíparamente (en primavera o verano) y son autosuficientes desde su nacimiento, más
les vale ser unos rápidos nadadores o su madre se los comerá nada más tenerlos.
Alimentación y costumbres
Es, junto a la orca, uno de los mayores depredadores marinos y su espectro de presas es muy amplio y variado
(¡en su estómago han llegado a encontrarse hasta matrículas de coche!). Suelen alimentarse de grandes peces
(atún, bacalao, pez espada ...), tortugas, focas, leones marinos, otros tiburones, pequeñas ballenas y algún que
otro delfín. Tampoco se lo piensan demasiado a la hora de alimentarse de animales ya muertos.
Curiosamente suelen rechazar a las nutrias y las aves marinas como alimento. Su metabolismo es muy rápido
y eso les hace tener siempre un gran apetito. A pesar de tener más de 3.000 dientes no mastican a sus presas
sino que las desgarran y se tragan los pedazos.
Al contrario de lo que se suele pensar, los tiburones blancos son animales sociales con patrones de conducta
bastante complejos, aparentemente "hablan" unos con otros mordiendo y cogiéndose con las mandíbulas
suavemente (de ahí sus numerosas marcas y cicatrices. A pesar de su mala fama, no se dedican a ir a la caza
de seres humanos y cuando se produce algún ataque es porque el tiburón los confunde con alguna de sus
presas habituales o bien por este curioso modo de relacionarse, esto explica que no los devore luego.
Los jaquetones suelen vivir cerca de la costa, aunque se les ha llegado a ver a más de mil metros de
profundidad. Son grandes cazadores, ágiles (pueden realizar impresionantes saltos en la superficie), rápidos y
eficientes, atacan a sus víctimas, por sorpresa, desde abajo y tras una primera dentellada mortal, esperan a que
se desangren.
Los tiburones blancos son capaces de recorrer grandes distancias y aunque recientes estudios parecen
demostrar que son animales nómadas, también se ha demostrado que algunos viven regularmente en sus zonas
favoritas (golfo de Spencer, Australia; islas Farallon, California y Dyer Island, Sudáfrica) para alimentarse.
Suelen viajar solos aunque se han dado casos de parejas e incluso de grupos de siete u ocho escualos.
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