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INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMAN LOS ARTÍCULOS 11,
14, 23, 38 FRACCIONES II Y III, Y 95 FRACCIÓN IV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
El que suscribe Ricardo Barroso Agramont, Senador de la República de la LXII Legislatura, integrante del
Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 71
fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y los artículos 8, numeral 1, fracción I,
164 numerales 1 y 2, y 169 numeral 1 del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración de
esta H. Soberanía, la siguiente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforman los artículos 11, 14,
23, 38 fracciones II y III, y 95 fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La historia del constitucionalismo mexicano comenzó en los siglos XVII y XVIII con las teorías que aportaron
filósofos como Thomas Hobbes, John Locke, Montesquieu y Juan Jacobo Rousseau respecto al Contrato Social;
principalmente se trata de una doctrina liberal, contraria al absolutismo, dicha doctrina establecía la división de
poderes, la soberanía popular y la igualdad. Esta corriente filosófica, fue la principal influencia de la Declaración
Francesa de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
La Constitución Francesa fue el punto de partida para la promulgación de la mayoría de las constituciones en
Europa y América, incluida la Constitución de Apatzingán, resultado de la Independencia de México, promulgada
por José María Morelos y Pavón en 1814, en la que se hicieron propios los principios liberales del Contrato Social,
borrando las estructuras políticas y legales que habían quedado arraigadas en el país desde la conquista española.
En el siglo XIX México tuvo varios congresos constituyentes que produjeron diversos documentos, sin embargo,
no fue hasta el 5 de febrero de 1917 cuando fue promulgada la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos por Venustiano Carranza, como resultado de la Revolución Mexicana que se originó principalmente,
por la inconformidad que sentía el pueblo en ese momento ante la dictadura de Porfirio Díaz.
Los ideales que trajo consigo la lucha armada fueron justicia, igualdad, equidad y libertad. La búsqueda de una
reforma al orden jurídico y político, no se alejó demasiado de la influencia francesa que tuvo también la
Constitución de 1814, basta observar que el sistema utilizado para la redacción de la Constitución de 1917, el
romanístico, fue el mismo que utilizaron los franceses para la redacción de su ordenamiento legal.
Actualmente, nuestra Carta Magna contiene términos que el constituyente de 1917 retomó íntegros de la
Constitución Francesa, que a pesar de ya no ser aplicables, han quedado rezagados en el texto normativo.
Un ejemplo de ello son los términos utilizados en los artículos 11, 14, 23 y 38 de la Carta Magna, que refieren los
términos “proceso criminal”, “juicio criminal”, y “responsabilidad criminal”. A fin de esclarecer la definición de la
palabra criminal, se citan las siguientes definiciones:
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Diccionario de Derecho de Rafael de Pina, criminal es el “Sujeto activo del delito”,
Diccionario de la Real Academia Española, criminal es aquél “Que ha cometido o procurado cometer un
crimen”.
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Dicho término se refiere al sujeto en particular, cuya participación en la comisión de un delito está comprobada, no
es propio para referirse al juicio ni al proceso al que se le somete a un sujeto, pues durante la investigación no se
tiene la seguridad de que el sujeto sometido a proceso fue responsable por la comisión del tipo penal.
En el mismo tenor, durante el proceso penal, o juicio penal, se acredita o se desacredita la responsabilidad penal de
una persona; es decir que en nuestro sistema jurídico mexicano, utilizamos el término “proceso” para referirnos al
procedimiento o al juicio al que se somete a un sujeto, y el término “criminal” para aquél sujeto que ya fue
sentenciado, y fue declarado responsable de la comisión de algún delito.
Por la misma razón, el término “responsabilidad criminal” es inexacto, pues la responsabilidad que se imputa a un
sujeto deriva del proceso penal al que es sometido, por ello, el término adecuado es “responsabilidad penal”.
Es importante mencionar que en el derecho francés, nuestra mayor influencia jurídica, existe una diferencia entre
los términos “crimen”, “delito” y “contravención”; dicha diferencia radica en la gravedad del ilícito; sin embargo
en México, no existe una distinción entre los tipos penales; todos ellos se denominan delitos.
En el mismo sentido se encuentra la situación del término “pena corporal” que utilizan los artículos 38 y 95 de la
Constitución, el cual es inexacto, además de que puede prestarse a interpretaciones erróneas, pues se entiende,
como toda sanción que sea infringida sobre el cuerpo, incluidas torturas, azotes o demás, como se acostumbraba
anteriormente, cuando lo cierto es, que, en la actualidad las penas que se derivan de los procesos o juicios penales,
son pecuniarias o bien privativas de la libertad.
A fin de que el término mencionado en la Constitución se ajuste a la realidad de la naturaleza de las penas que
pueden imponerse en el sistema de justicia, es necesario sustituir el término “pena corporal” por el de “pena
privativa de la libertad”, entendido como la restricción de libre tránsito que se le impone al responsable de un
delito; dicha pena recae sobre ese derecho que tienen los ciudadanos, no sobre el cuerpo físico del sujeto
sentenciado.
Cuando la Constitución de 1917 fue promulgada, términos como “proceso criminal”, “juicio criminal”,
“responsabilidad criminal” o “pena corporal” eran propios para referirse a figuras de lo que, hoy en día se refiere al
ámbito penal del derecho. Si bien originalmente estos términos eran válidos, por el contexto histórico y la
influencia normativa que los rodeaba, actualmente son inexactos e inaplicables.
A lo largo de los años, el texto constitucional se ha reformado en múltiples ocasiones debido a las cambiantes
demandas sociales, cada ordenamiento, sea nuestra Carta Magna, o las leyes secundarias derivadas de ella, se han
ido adecuando a las necesidades de la sociedad de acuerdo a la temporalidad de las situaciones que nuestro país
debe enfrentar.
Es indispensable que todos nuestros ordenamientos jurídicos se encuentren actualizados, no solo con las demandas
sociales, sino con la terminología utilizada para referirse a las distintas figuras jurídicas que existen en nuestro
sistema.
A fin de que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos sea adecuada, acorde a las figuras jurídicas
utilizadas en el sistema penal mexicano y para que tu texto sea interpretado correctamente, se propone el siguiente:
PROYECTO DE DECRETO
PRIMERO: Se reforma el artículo 11 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para quedar
como sigue:
Artículo 11. Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar
de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes. El
ejercicio de este derecho estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de
responsabilidad penal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las limitaciones que
impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general de la República, o sobre extranjeros
perniciosos residentes en el país.
SEGUNDO: Se reforma el artículo 14, párrafo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para
quedar como sigue:
Artículo 14. (…)
En los juicios del orden penal queda prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena
alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.
(…)
TERCERO: Se reforma el artículo 23 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para quedar
como sigue:
Artículo 23. Ningún juicio penal deberá tener más de tres instancias. Nadie puede ser juzgado dos veces por el
mismo delito, ya sea que en el juicio se le absuelva o se le condene. Queda prohibida la práctica de absolver de la
instancia.
CUARTO: Se reforma el artículo 38 fracciones II y III de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos para quedar como sigue:
Artículo 38. Los derechos o prerrogativas de los ciudadanos se suspenden:
I. (…)
II. Por estar sujeto a un proceso penal por delito que merezca pena privativa de la libertad, a contar desde la fecha
del auto de formal prisión;
III. Durante la extinción de una pena privativa de la libertad;
IV. – VI. (…)
QUINTO: Se reforma el artículo 95, fracción IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para
quedar como sigue:
Artículo 95. Para ser electo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se necesita:
I.- III. (…)
IV. Gozar de buena reputación y no haber sido condenado por delito que amerite pena privativa de la libertad de
más de un año de prisión; pero si se tratare de robo, fraude, falsificación, abuso de confianza y otro que lastime
seriamente la buena fama en el concepto público, inhabilitará para el cargo, cualquiera que haya sido la pena.
V.- VI. (…)
TRANSITORIOS
ÚNICO.- El presente decreto, entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Salón de sesiones del Senado de la República a los 14 días del mes de diciembre de 2014.
Atentamente
Sen. Ricardo Barroso Agramont.
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