Domingo XXIII del Tiempo Ordinario 6 de setiembre 2015 Hermanos. Reciban nuestra más cordial bienvenida a esta Eucaristía. La mesa del Señor y de su Palabra está a nuestra disposición. Comenzamos este mes de la Biblia, que desde hace veintidós años, se ha celebrado en Costa Rica y cuyo lema es: “Acogemos la Palabra revelada”. Hoy la Palabra de Dios nos presenta Jesús curando a un tartamudo, que apenas podía expresarse. Con sus gestos y palabras, el Señor le devuelve su capacidad de hablar y de comunicarse. Dispongamos a abrir nuestros corazones a la gran alegría de compartir con Jesucristo, esta primera Eucaristía dominical del mes de setiembre, mes de la Biblia. Monición general a la Palabra de Dios (a todas las lecturas) La Palabra de Dios en esta celebración dominical, nos presenta a Jesucristo, como médico y sanador, que cumple a cabalidad con los oráculos de los profetas, al curar a un sordomudo. También escucharemos la invitación de Santiago, de no hacer acepción de personas, en nuestra vida cristiana. O también a cada una de las siguientes lecturas: Monición a la Primera Lectura El profeta Isaías nos presenta el regreso de los desterrados judíos de tierra extranjera, encabezados por el Señor, en especial, a los discapacitados que, en procesión, son liberados de sus males. Monición al salmo responsorial Aclamemos a Dios, que es el libertador de los cautivos, que sustenta al huérfano y la viuda y y que abre los ojos al ciego, entonando la aclamación que dice: antífona del salmo Monición a la Segunda Lectura Santiago, en su carta, nos enseña que nunca debemos hacer acepción de personas y que, si en algún momento hemos de hacer preferencias, lo hemos de hacer con los pobres, los enfermos y maginados, como lo hizo Jesús. Monición al Evangelio ¡Éffeta! ¡Ábrete! Exclama Jesús, dándole una orden a los sentidos de un hombre tartamudo, al tocar su lengua y sus oídos. Es decir, con sus gestos y palabras, el Señor sana y libera a los enfermos. Otro tanto debemos hacer nosotros, al ayudar a quien nos necesite. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos a Jesús nuestras oraciones e intenciones con toda confianza, respondiendo: ¡Escúchanos, Padre! Por la Iglesia de Cristo; por todos los que hemos recibido la luz y la gracia de Dios, por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación. OREMOS Por el Papa Francisco, los obispos, los sacerdotes y los diáconos, para que no se cansen de anunciar el evangelio de salvación. OREMOS Por nuestros gobernantes, para que sus decisiones no incrementen, aún más, la pobreza de nuestras naciones, sino que trabajen por el progreso de todos los pueblos. OREMOS Por los hombres y mujeres que, sin creer en Jesucristo, trabajan al servicio de los demás. OREMOS Que en este mes de la Biblia, tanto en nuestras familias como en comunidades cristianas, sepamos acoger la Palabra de Dios, en especial, en la Escritura santa, tanto en nuestra meditación como en todas nuestras celebraciones. OREMOS. Por la paz en Costa Rica y en mundo, en este mes de la patria, por la justicia y la solidaridad con los más desfavorecidos. OREMOS. Por todos nosotros, por los que participamos en esta Eucaristía, para que sepamos compartir la alegría de la fe y la esperanza, que el Señor nos da. OREMOS Celebrante: Escucha, Señor, las plegarias que tu pueblo te presenta, para que nunca dejes de atenderlas. A ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentemos al Señor, junto con el pan y el vino, todas nuestras intenciones de corazón, para que sean transformadas por el Espíritu Santo, en ofrenda agradable al Padre. Monición a la Comunión Acerquémonos con alegría y confianza, a recibir la Eucaristía, con la esperanza de que el Pan de la Vida nos ayude a vivir de corazón, lo que hemos aprendido en su Palabra. Monición de despedida (optativa) Habiendo participado de la Palabra y de la Eucaristía, que el Evangelio de este domingo, nos ayude a vivir a practicar la caridad, la justicia y la solidaridad, con los que sufren y necesitan de nuestra ayuda y de nuestra entrega: los pobres, discapacitados y marginados de la sociedad. Domingo XXIV del Tiempo Ordinario Domingo 13 de Setiembre 2015 Monición de entrada Una vez más nos reunimos en esta Eucaristía, para escuchar la Palabra de Dios y participar del banquete de los hermanos. En el Evangelio de este domingo, Jesús anuncia a sus discípulos, por primera vez, su destino de muerte y resurrección, su dolorosa pasión que ha de desembocar en la Pascua, invitándolos a seguirlo como el Mesías de la cruz. Iniciemos, pues, la Eucaristía con el canto de entrada. Se ponen de pie, por favor. Monición general a la Palabra de Dios (a todas las lecturas) Tanto la primera lectura como el Evangelio de hoy, se nos presenta un anuncio del verdadero mesianismo de Jesucristo: es el Mesías de la cruz, el Siervo doliente del Señor del profeta Isaías, que camina a Jerusalén para morir por nosotros y al que debemos seguir incondicionalmente. O también a cada una de las siguientes lecturas: Monición a la Primera Lectura El profeta Isaías nos presenta a un misterioso siervo y discípulo- profeta del Señor, a quien Dios envía su palabra, lo fortalece en sus sufrimientos y le asegura su protección. Monición al Salmo Responsorial ¡Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida! Canta el salmista, con este bello salmo, tan conocido por nosotros, confesando que Dios es su guía y fortaleza en su tribulación. Unámonos a la Iglesia agradecida que canta al Señor, entonando (o cantando) este salmo de confianza. Monición a la Segunda Lectura Una fe sin obras está muerta… En esto consiste el mensaje de la segunda lectura. Con ejemplo muy concretos y muchas veces vividos por nosotros, Santiago nos advierte que la fe se demuestra en la acción y ayuda de cada día, en especial, con los pobres, los enfermos y los que pasan necesidad. Monición al Evangelio Jesús anuncia hoy su camino de muerte y glorificación, en el que demostrará quién es realmente: el Siervo del Señor, el Mesías crucificado, al que debemos seguir con generosidad. Oración de los fieles Celebrante: A Jesucristo, el Siervo del Señor, el Mesías glorificado en el madero de la cruz, dirijamos nuestras oraciones, diciendo todos: “Escúchanos, Señor, y ten piedad”. 1. Tú, Señor, que anunciaste tu muerte de cruz a los discípulos. Atrae hacia ti los corazones de todos. Roguemos al Señor. 2. Tú, Señor, que fuiste resucitado por nuestra justificación. Da a todos los pobres, los que sufren y los enfermos, los bienes que necesitan, la salud y la fortaleza. Roguemos al Señor. 3. Tú, Señor, que nos llamas a seguirte cargando la cruz. Enséñanos cada día a entregar la vida por tu causa, para así ganarla en el Reino de Dios. Roguemos al Señor. 4. Tú, Señor, que te encaminaste a Jerusalén para sufrir tu pasión y ser glorificado en tu resurrección. Concede a nuestra patria la prosperidad, el progreso y el entendimiento entre todos los ciudadanos. Roguemos al Señor. 5. Tú, Señor, que fuiste exaltado por Dios Padre, dándote el Nombre sobre todo Nombre, te pedimos que nosotros vivamos la fe cada día, por nuestra manera de ser y de actuar. Roguemos al Señor. 5. Tú, Señor, que desde la cruz, has redimido a toda la humanidad, purifica y renueva a tu Iglesia. Roguemos al Señor. Celebrante: Oración conclusiva (Tomada de B. Caballero: La Palabra cada domingo) Te bendecimos, Señor, Padre santo, porque has puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que, donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida. Y el que venció en un árbol, fuera en otro árbol vencido Es la cruz de Cristo donde tú, Padre, demuestras tu amor hacia nosotros, pues no hay mayor prueba de amor que dar la vida. Así la cruz es semilla de liberación en el corazón del que ama. No permitas, Señor, que nos gloriemos si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo con sus pasiones, está crucificado para nosotros y nosotros para el mundo. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Pongamos en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, nuestros deseos de entrega y servicio a Cristo, que se nos da en comida y bebida de salvación. Monición a la Comunión Recibamos con fe viva y esperanza el Pan de la Vida que es Jesucristo, que ha venido a alimentarnos con su Eucaristía. Monición de despedida (optativa) Habiendo participado de la Eucaristía, pidamos sinceramente a Cristo, el Señor, que cada día nos permita seguirlo de todo corazón en su camino de cruz y de gloria, participando de sus sufrimientos y asimilándonos a su Pascua, entregando la vida por su causa y la causa de los hermanos más necesitados. Moniciones Domingo XXV del Tiempo Ordinario 20 de Setiembre 2015 Monición de entrada Una vez más nos reunimos en comunidad, para participar en la Eucaristía, que nos reúne como un solo cuerpo en Jesucristo, a quien hoy escucharemos explicando a sus discípulos, que la persona más importante, es quien sabe ser servidor de los demás, quien sabe ponerse de último. Porque Él, siendo el Señor y el Maestro, supo hacerlo dando ejemplo a los suyos, al entregar su vida en la cruz por todos, dejando un camino de entrega para que hagamos lo mismo. De pie, por favor, para comenzar nuestra celebración. Monición general a la Palabra de Dios (a todas las lecturas) Tanto la primera lectura como el Evangelio de hoy, se nos presenta al justo que sufre y que muere en manos de sus enemigos, que es Jesucristo que, al subir a Jerusalén, enseña que es el verdadero servidor, el esclavo a que debemos acoger en los humildes y en los pobres. O también a cada una de las siguientes lecturas: Monición a la Primera Lectura Acechemos al justo… y condenémoslo a muerte, dicen los impíos. Son aquellos que ofendieron a Jesucristo Crucificado, pero que bien sabemos, fue liberado de la muerte, pues Dios estaba de parte de él y de su causa. Monición al Salmo Responsorial A este Dios que defiende la vida de los justos, aclamémoslo con fe y alegría, pues Él nunca está lejos de aquellos que ponen su confianza en Él, diciendo todos: antífona del salmo Monición a la Segunda Lectura La ambición ya la codicia, el afán desenfrenado de tener y de ser más que los demás, es fuente de discordia y veneno, que destruye a las personas y a los grupos. Atendamos a esta enseñanza de la segunda lectura Monición al Evangelio Mientras que Jesús anuncia por segunda vez, su muerte y su gloria, los apóstoles están más interesados en saber quién era el más importante. Escuchemos, de boca de Jesús, lo que les dijo en ese momento y lo que hoy nos enseña a nosotros. Oración de los fieles Celebrante: Señor Jesús, tú nos has enseña en este domingo, a seguirte con un corazón libre del afán de poder y de ambición. Por eso te pedimos: ¡Señor Jesús, haznos dóciles a tu Palabra! Señor, te pedimos por el Papa, los obispos, sacerdotes y todos los que has llamado a trabajar en la Iglesia, para que continúen fielmente su labor de anunciar la Buena Noticia. OREMOS Señor, te pedimos por los políticos, los gobernantes y los que tienen en sus manos el poder económico, para que trabajen por el bien común de nuestros pueblos y nunca se dejen llevar por el afán de poder o de prestigio. OREMOS Señor, te pedimos por los labradores y todos los que viven y trabajan de los frutos de la tierra y del mar, para que gocen de su esfuerzo y puedan disfrutar de una vida digna. OREMOS Señor, te pedimos por los enfermos y por todos los que se ocupan de su salud, para que experimenten en sus sufrimientos, el consuelo y la participación en la tarea redentora de Jesucristo. OREMOS Señor, te pedimos por Costa Rica, en este mes de la patria, para que la conduzcas por los senderos de la paz, el progreso y la justicia, en la búsqueda del bien común. OREMOS Señor, te pedimos en este mes de la Biblia, que tu Palabra sea acogida, celebrada, leída y meditada en nuestras comunidades y familias, en especial, en la celebración de la Eucaristía. OREMOS. Celebrante: Padre Celestial, dueño de la viña, acoge estas plegarias que el pueblo te eleva y no dejes nunca de enviar obreros a tu mies. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentemos a Dios en el altar, junto a las ofrendas de pan y de vino, nuestras vidas e intenciones como ofrendas agradables al Padre. Monición a la Comunión Acerquémonos a la comida que es la Eucaristía, para que al recibir el Pan de Vida, celebremos a Cristo, que hoy nos invita a acogerlo en los pobres, en los humildes y sencillos, que comparten nuestra mesa de hermanos. Monición de despedida (optativa) Estamos contentos de haber celebrado la Eucaristía, en este día en que la Palabra de Dios, nos ha enseñado que el más importante en la Iglesia, es aquel que se hace servidor, como el Señor el Servidor por excelencia, quien pone como modelo a un niño. Que nuestra vida sea transparente en el camino de la Iglesia, en lo que hacemos por Jesucristo y por los demás, sin dejarnos tentar por el afán de las cosas terrenas. Domingo XXVI del Tiempo Ordinario 27 de setiembre 2015 Monición de entrada Reciban nuestra más cordial bienvenida a esta Eucaristía, en este último domingo del mes de la Biblia, donde la Palabra de Dios quiere enseñarnos que quien se deja guiar por el Espíritu de Dios, que quien en nombre de Jesucristo hace una obra buena, no está lejos del Señor, más bien, como dice Jesús: “El que no está en contra de nosotros, está a favor nuestro”. La tarea por el Evangelio es responsabilidad de todos y el Reino de Dios es para todos. Participemos con alegría de esta Eucaristía. En pie, cantamos: Monición general a la Palabra de Dios (a todas las lecturas) Tanto Moisés como Jesús nos enseñan que la acción de Dios, la bondad y el servicio a los demás, no es patrimonio de unos pocos, sino de todos, que somos llamados a hacer el bien, sin sentirnos celosos de que otros lo hagan. Por su parte, Santiago nos presenta unas palabras de condena contra los ricos avarientos. O también a cada una de las siguientes lecturas: Monición a la Primera Lectura Escucharemos ahora una historia del tiempo de Moisés y fijémonos cómo la fuerza de Dios actúa en todas partes y cómo Moisés lo sabe reconocer y se alegra. Monición al salmo responsorial Este salmo, al que podemos llamar “alabanza a la ley de Dios, proclama que los mandatos del Señor alegran el corazón. Con esta convicción, cantemos al Señor, pidiéndole que sepamos guardarlos de todo corazón. Monición a la Segunda Lectura Santiago tiene duras palabras contra la riqueza y la explotación del pobre, siguiendo las enseñanzas de Cristo, contra la falsa seguridad del dinero. Monición al Evangelio Con diversas enseñanzas, hoy Jesús nos invita a ser tolerantes, comprensivos y abiertos con aquellos que, en su nombre hacen el bien a los demás. El trabajo por el Reino no es monopolio de nadie. Todos somos llamados a evangelizar y a ser luz y ejemplo para los demás. Oración de los fieles Celebrante: Presentemos al Señor en este domingo, nuestras oraciones diciendo: ¡Escucha, Señor y ten piedad! Para que todos, pastores y fieles, sepamos reconocer la acción del Espíritu, que se manifiesta también fuera de la Iglesia. Oremos. Por los gobernantes de los países ricos, para que promuevan una justicia ajustable a todo el mundo, por encima de intereses privados de empresas, clases sociales, países o partidos políticos. Oremos. Para que, en estos tiempos de crisis, los ricos sean conscientes de su deber para con los pobres; que los bienes de este mundo lleguen a todos y puedan disfrutar de una vida digna. Oremos. Por todos los cristianos, para que tengamos un corazón abierto a todos, sin hacer distingos de nadie. Oremos. Por nuestras comunidades, grupos y familias, que han celebrado este mes de la Biblia, para que hayan acogido en sus vidas la Palabra de Dios, haciéndola vida en sus vidas. Oremos. Por nuestra parroquia o comunidad cristiana, para que nunca utilice el culto como excusa para desentenderse de los más pobres y necesitados. Oremos. Celebrante: Todo esto te lo pedimos, porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén. Monición a la presentación de las ofrendas Presentemos al Señor, junto con el pan y el vino, nuestras vidas y nuestras intenciones, para que el Señor nos ayude a vivir en comunión con Él y con los demás. Monición a la Comunión Acerquémonos con confianza a recibir la Eucaristía, para que el Pan de la Vida que es Cristo, nos dé la fuerza de ser obedientes y atentos a sus enseñanzas. Monición de despedida (optativa) Con diversas enseñanzas, la Palabra de Dios en este domingo nos ha hablado de la apertura de corazón a todos aquellos que, sin ser de los nuestros, trabajan por el Reino de Dios, a evitar el pecado de escándalo contra los humildes y a compartir nuestros bienes y riquezas, con quienes los necesitan. Vivamos, pues, de corazón, todo lo que hemos aprendido y celebrado en esta santa misa.