CAPITULO II MARCO TEÓRICO CAPITULO II MARCO TEORICO En este capítulo se desarrollará teóricamente el estudio, lo cual implica la exposición de aquellas teorías, enfoques teóricos, investigaciones y antecedentes en general que se han considerado válidos para sustentarlo, cuyas etapas de elaboración han comprendido la revisión de literatura correspondiente y la adopción de teorías o desarrollo de una perspectiva teórica, las cuales se presentan a continuación. 1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION Para realizar dicho trabajo de investigación fue necesario la revisión y consulta de documentos e investigaciones científicas en los cuales se estudian distintos tópicos a considerar, siendo los siguientes los más relacionados con el tema abordado. Como primer antecedente se encontró la investigación realizada por Echeverría (2010), titulada La estimación del daño moral derivado de la enfermedad ocupacional en el proceso laboral venezolano, presentada como Trabajo de Grado para optar al grado de Magister Scientiarium en Derecho del Trabajo en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín. Dicho trabajo de 11 12 investigación tuvo una metodología de carácter descriptiva-explicativa, de tipo documental, con aplicación de un diseño de investigación no experimental. Esta investigación manifestó que las enfermedades ocupacionales, son uno de los infortunios laborales más frecuentes a los cuales está expuesto un trabajador cuando realiza una actividad inherente a su trabajo, habiendo determinado la existencia de una enfermedad de tipo ocupacional, y dado que el daño moral que ocasiona ésta debe ser reparado, origina una problemática aún sin resolver. La autora da respuestas a interrogantes como: ¿De qué se cuantifica el daño? ¿Qué parámetros, además de los establecidos por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, usa el Juez laboral para que el monto sobre el cual está cuantificando el padecimiento de una enfermedad por parte del trabajador sea justo y equitativo?; de allí que afirme que es por ello que la estimación del daño moral en materia de enfermedad ocupacional debe ser realizarse de manera objetiva, es decir, que la misma no quede al arbitrio del juez para lograr una indemnización justa, obteniendo con ello la indemnización del trabajador enfermo. En la presente investigación se aborda el conocimiento de la noción de enfermedad ocupacional, así como también del daño moral, se analizan los medios de prueba idóneos que sirven al juez laboral para la cuantificación del daño moral, todo ello a fin de estimar el daño moral. 13 Seguidamente analizó como se estima el daño en países como Colombia y España, para finalmente analizar sobre el uso de un baremo como instrumento para cuantificar el daño. Con ello llega a la conclusión que a pesar de que el daño moral debe ser reparado, no puede dejarse a un lado que el trabajador afectado necesita que su dolor y sufrimiento, sea resarcido de manera objetiva, razonada y motivada, propendiendo así un baremo combinado para la cuantificación del daño moral derivado de enfermedades ocupacionales, utilizando la mixtura de criterios utilizados en otros países, y en Venezuela. Como aporte a la investigación se tiene que el daño moral es un estado que afecta los intereses no económicos de una persona, es decir, los aspectos externos e íntimos, sentimentales y afectivos, lesionando toda la personalidad corporal del individuo. Dicho daño moral debe ser reparado, no obstante ha sido criterio reiterado de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia que en materia laboral, va a repararse el daño a pesar de que no se haya demostrado la relación de causalidad y el hecho ilícito, a través de la responsabilidad objetiva como consecuencia de la teoría del riesgo. En otra investigación realizada por Uribe (2006), titulada Resarcimiento del daño moral derivado de accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales, presentada como trabajo de grado para optar al grado de Magister Scientiarium en Derecho Laboral en la Universidad del Zulia, dicho estudio tuvo como objetivo general analizar el resarcimiento del daño moral 14 derivado de accidentes de trabajo o enfermedades ocupacionales y las circunstancias que debe considerar el Juez para su estimación. De igual manera estudió las enfermedades y accidentes de trabajos en las normas laborales vigentes, y precisa los criterios jurisprudenciales sobre la reparación del daño moral en accidentes de trabajos y enfermedades ocupacionales, determinando así cuales son los discernimientos que se utilizan en la actualidad para cuantificar el daño moral en los accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales. Este trabajo explica cómo es la reparación del daño moral en las enfermedades ocupacionales y accidentes de trabajo, y los casos que el juez debe tomar en cuenta para valorar el daño moral en los infortunios de trabajo. Fue una investigación de tipo descriptiva, no experimental y transeccional; y obtuvo como resultado que el Tribunal Supremo de Justicia en Sala de Casación Social ha establecido como jurisprudencia reiterada que el trabajador que ha sufrido un accidente de trabajo puede reclamar la indemnización por daño moral y en aplicación de la “teoría del riesgo profesional” la responsabilidad patronal de reparar dicho daño es objetiva, esto es, que debe ser reparada por el patrono aunque no haya habido culpa en la ocurrencia del infortunio de trabajo. Señala el autor, que el ordenamiento jurídico venezolano le otorga al juez la potestad de determinar la cuantificación del daño moral, de manera discrecional, razonada, motivada, y aplicando las máximas de experiencia, 15 por lo cual la equidad constituye una fuente que debe ser utilizada por el juez para la valoración del daño. Como aporte a la investigación, este trabajo constató que el Juez como parte fundamental de un proceso es el que debe cuantificar el daño moral (según jurisprudencias reiteradas), esto ocurre por la facultad soberana que poseen los jueces, aplicando a los casos de indemnización de daños morales, los principios de justicia social y de equidad como principio rectores en las resoluciones judiciales. Otro antecedente es el trabajo de Camejo (2008), titulado Teoría del riesgo profesional en Venezuela, presentada como trabajo de grado para optar al título de Especialización en derecho del trabajo y seguridad social, en la Universidad Rafael Urdaneta; la misma desarrolló como objetivo central analizar la teoría del riesgo profesional a la luz de la legislación venezolana. El tipo de estudio es pura, documental, dogmatica jurídica y descriptiva, siendo el diseño de tipo bibliográfico. Como resultado de dicha investigación se demostró la existencia de dos nociones cardinales: la culpa y el riesgo; con el paso del tiempo, la supremacía de la culpa comenzó a ser puesta en duda afirmándose la idea de que el autor del daño puede ser declarado responsable aun cuando a este no se le puede imputar culpa alguna. En lo que respecta a las responsabilidades de los empleadores, la normativa venezolana admite y regula la responsabilidad objetiva o doctrina del riesgo especifico, responsabilidad subjetiva, civil, administrativa y penal; 16 en cuanto a lo que se refiere la responsabilidad objetiva que se encuentra regulada en el artículo 560 de la Ley Orgánica del Trabajo, hace responsable al patrono, medie o no la culpa, en el acaecimiento de infortunios laborales. Como aporte a la investigación contribuye en el desarrollo doctrinal de la responsabilidad que tiene el empleador de indemnizar el daño moral al trabajador que ha tenido un accidente de trabajo, cabe recalcar que dicha teoría nació hace muchos años atrás, pero no había tenido un auge tan grande e importante como en la actualidad. Ahora bien, antes de la aparición de esta teoría el trabajador se encontraba completamente desamparado frente a los infortunios laborales; en caso de un accidente ocurrido en el trabajo o con ocasión del mismo, el empleador se acogía a la teoría civilista de la culpa, exonerándose de toda culpa o responsabilidad en tanto la victima (el trabajador) no acreditara que el evento dañoso se había producido por culpa del empleador. 2. BASES LEGAL-DOCTRINAL En esta parte de la investigación se exponen todos los conceptos, definiciones, nociones, principios, que explican la teoría objeto de estudio. A tal efecto, se explican los conceptos fundamentales, y su relación con la teoría doctrinal, de la siguiente manera: 17 2.1. NATURALEZA JURIDICA DEL DAÑO MORAL Para Pérez (2006 p.15) el daño moral es, por exclusión, el daño no patrimonial; es aquél que recae en los valores espirituales o en valores que pertenecen más al campo de la afección que de la realidad material económica. El daño moral es la lesión ocasionada en los bienes no económicos de una persona o la repercusión afectiva desfavorable producida por los daños materiales. En síntesis, el daño moral es la lesión a los sentimientos del hombre que por su espiritualidad no son susceptibles de una valoración económica. Al respecto el artículo 129 de la LOPCYMAT establece que la independencia de las prestaciones a cargo de la seguridad social, en caso de ocurrencia de un accidente o enfermedad ocupacional como consecuencia de la violación de la normativa legal en materia de seguridad y salud en el trabajo por parte del empleador, este deberá pagar al trabajador, o sus derechohabientes una indemnización en los términos establecidos en esta ley, y por daño material y moral de conformidad con lo establecido en el Código Civil. Todo ello, sin perjuicio de las responsabilidades establecidas en el Código Penal. El artículo antes citado se refiere a la responsabilidad que tiene el empleador frente al trabajador en los casos de ocurrencia de enfermedades o accidentes ocupacionales que pueda sufrir el trabajador. Así mismo, el 18 empleador deberá sufragar o indemnizar el daño moral en concordancia con las prestaciones sociales a cargo de la seguridad social. Según la Sala de Casación Civil, del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia del año 2000, expresa que el Código Civil, en el artículo 1.196, establece la obligación de reparar el daño moral causado y el juez puede acordar una indemnización a la víctima en caso de lesión corporal, que haya atentado a su honor, a su reputación, o a los de su familia, a su libertad personal. Asimismo la referida sentencia señala que en cuanto a la naturaleza jurídica del daño moral es considerado totalmente subjetivo, es decir que depende del grado de reacción que pudiera ocasionar al sujeto en cuanto al estado psicológico del mismo. El daño moral seria el dolor, la angustia, la aflicción física o espiritual y los padecimientos provocados a la victima por el evento dañoso. Sería una modificación en el desarrollo de su capacidad de entender, querer o sentir y que se encuentra anímicamente perjudicada, y termina expresando que “a ciencia cierta no puede ser determinado dado que si bien es enteramente subjetivo no tiene un equivalente económico exacto; ello va a ser determinado por el juez en cuanto a sus consideraciones del agravio producido”. Iturraspe citado por Vielma (2006 p.6) sostiene que la expresión de daño moral es una antigualla, el daño moral es un resabio de otros tiempos que ha permanecido por nuestras debilidades, por nuestras torpezas y por aferrarnos a nuestras tradiciones jurídicas. Compromete además la esfera 19 emocional o sentimental de la persona. Es un simple daño jurídico, un daño a la vida en relación que otro causa. 2.1.1. ORIGEN DEL DAÑO MORAL Para Peréz (2006 p.16), el daño moral se basó desde sus principios en la responsabilidad objetiva, producto de las ideas jurídicas de Francia, influenciadas por la legislación Alemana, por cuanto la doctrina de la responsabilidad civil cubría sólo la culpa del patrono, y las acciones por indemnización de daños producto de accidentes o enfermedades profesionales estaban destinadas al fracaso por la dificultad para el trabajador de probar el hecho culposo del patrón. Actualmente, la figura del daño moral está ganando muchos adeptos en el compendio jurídico de nuestros países latinoamericanos, debido a las múltiples demandas ganadas en los países anglosajones. Sin embargo está figura tiene sus orígenes en la doctrina francesa, la cual fue denominada por los jurisconsultos franceses como: "Domages Morales". Destacamos que daño es aquel mal o perjuicio producido a una persona o bien. Moral es la suma de elementos psíquicos y espirituales, que inciden en el normal desenvolvimiento emotivo del ser humano. Actualmente en Venezuela han surgido muchas demandas por parte de los trabajadores hacia sus patronos, pidiendo el pago de las prestaciones sociales y el pago de indemnizaciones derivadas de enfermedades ocupacionales 20 2.1.2. FUNDAMENTOS ETICO-JURIDICOS DEL DAÑO MORAL Cuando el daño es ético, en forma inmediata, se activan todos los mecanismos para destruir a quien intenta hacerlo. En esto se encuentra la trascendencia del ser humano. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece en su artículo 3 la defensa a la dignidad humana, es allí donde se fundamenta el derecho a reclamar un daño moral, el cual está constituido o configurado por una lesión causada de carácter extracontractual al honor, honra y reputación de una persona que es la víctima, causada por parte del agente del daño. Thayer y Novoa (1989 p.167), distinguen tres contenidos en el contrato de trabajo: 1) de naturaleza jurídico institucional: comprensivo de la facultad de mando del empleador y del deber de obediencia del trabajador; 2) patrimonial: consistente en la obligación de prestar los servicios convenidos así como su respectiva remuneración, y 3) ético-jurídico: basado en que el contrato de trabajo tiene un profundo contenido moral con manifestaciones jurídicas. Este último contenido, denominado ético-jurídico encuentra su razón de ser en los orígenes del derecho laboral. El autor citado anteriormente establece que en gran medida el contrato de trabajo es producto de una combinación o síntesis de la tradición romanista y germanista de la relación de trabajo, o sea de “una combinación de las nociones de cambio y de vínculo personal; la cultura romanista tiene su antecedente remoto en la locatio operarum de los romanos. En esta tradición, 21 las relaciones laborales se explican como una operación de intercambio entre sujetos formalmente iguales, situando el problema en el ámbito del derecho de obligaciones. Por el contrario, el antiguo derecho germánico contemplaba no sólo la relación de trabajo servil sino el contrato de vasallaje, en el cual un hombre libre se colocaba a disposición de otro que le concedía a cambio protección, ayuda y representación. Esta relación constituía un verdadero vínculo personal de fidelidad recíproca que se emparentaba con los vínculos familiares, y hacía participar a quienes se unían por medio de él en una misma comunidad de derechos y de deberes. 2.1.3. VALORACIÓN JURIDICA DEL DAÑO MORAL Según Vielma (2006 p.8), uno de los derechos fundamentales de la persona es el derecho a su integridad psicofísica, derecho salvaguardado en casi todas las Constituciones modernas. Cuando se produce un daño a la integridad psicofísica de la persona y sobre todo de forma injusta, vulnerándose este derecho, surge por contrapartida el derecho a ser reparado del daño sufrido, o dicho de otro modo, surge la obligación o deber de reparar el daño causado, con la finalidad de compensar o resarcir económicamente, mediante una indemnización, el perjuicio que sobre la persona se ha producido, restituyéndola a su estado anterior, tal y como se encontraba antes de que se produjera el daño. 22 Teniendo en cuenta las bases sobre las que camina la responsabilidad civil, es fácilmente comprensible que sea una de las piezas angulares del Derecho, porque representa la clave que garantiza la seguridad de las personas respecto a los daños y perjuicios que pueden sufrir por las conductas o actividades que vulneran sus derechos y por los riesgos y peligros a los que todos estamos expuestos al vivir en una sociedad cada vez más plagadas de conductas y actividades que los generan. De esta manera la responsabilidad civil se consagra como una de las materias más vivas del Derecho civil en este momento, que ha dado lugar incluso a la creación del Derecho de daños, que ha provocado la evolución en los últimos años de los principios clásicos de la responsabilidad civil, culpa y riesgo, y que tiene como función prevenir los comportamientos antisociales, determinar las indemnizaciones de las víctimas y, fundamentalmente, garantizar los derechos de los ciudadanos. 2.1.4. ELEMENTOS QUE INTEGRAN EL DAÑO MORAL Para Pérez (2006 p.18), una concepción amplia del Daño Moral consistiría en integrar dentro de él cualquier minusvaloración, limitación o pérdida que sufre el perjudicado por la acción de otro, y dicho daño es reparable en el ámbito de la responsabilidad extracontractual únicamente (esto es en el entendido de que, si la acción u omisión de una de las partes de un contrato causa un daño moral a la otra parte, aquélla puede ser obligada a indemnizar a ésta, siempre y cuando tal acción u omisión, haciendo abstracción del 23 contrato que une a ambas partes, configure un hecho ilícito generador de daño moral, conforme a los artículos 1185 y siguientes del Código Civil). En un fallo insólito, que fue dictado el 7 de febrero de 2006 por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, el máximo Tribunal consideró que en un caso concreto no hubo hecho ilícito, por lo que negó el daño material; sin embargo, condenó a pagar el daño moral. En efecto, el Tribunal Supremo de Justicia primero declaró que "En cuanto a la indemnización por lucro cesante... es requisito de procedencia de este tipo de reclamos, la demostración de... un hecho ilícito y siendo que tal circunstancia no quedó demostrada, se debe declarar la improcedencia de dicha condenatoria"; e inmediatamente después declaró que se "puede reclamar la indemnización por daño moral... Indemnización que en este caso se considera procedente". Se trata de un contrasentido, ya que los sentenciadores hicieron caso omiso de que la responsabilidad extracontractual lógicamente tiene tres elementos o requisitos concurrentes, que son el hecho ilícito, el daño y la relación de causalidad. Curiosamente, dicha sentencia no incurrió en esta contradicción por inadvertencia, sino deliberadamente. En efecto, el basamento de tal condena es: "Por vía de equidad se ordena la cancelación de la indemnización por daño moral". O sea que pareciera que los jueces venezolanos ahora pueden condenar aplicando la equidad, en vez de la ley, aunque no encuentren ningún hecho condenable. 24 2.2. LA TEORIA DEL RIESGO EN LA LEGISLACION LABORAL Esta teoría tiene el valor de llamar la atención sobre ciertos fenómenos o actividades que frecuentemente se realizan en la sociedad moderna, y que exigen un cuidado especial del legislador. Sin embargo, se ha criticado esta expresión, por ser imprecisa, ya que hace responsable incluso del caso fortuito, y porque no se plantea el problema de la causa de la cual emana la responsabilidad. La LOTTT en su artículo 43, establece la responsabilidad objetiva o teoría del riesgo, denominada por la jurisprudencia venezolana “Doctrina del Riesgo Profesional”, esta establece que todo patrono garantizará condiciones de seguridad, higiene y ambiente de trabajo adecuado para todos sus trabajadores, también son responsables por los accidentes laborales, acontecidos a los trabajadores, aprendices, pasantes, becarios o con motivos de causas relacionadas con el trabajo; la responsabilidad del patrono se establecerá exista o no culpa o negligencia de su parte o de parte de los trabajadores. Al respecto el 56 de la LOPCYMAT establece que son deberes de los empleadores y empleadoras las condiciones de salud, higiene, seguridad y bienestar del tiempo libre, descanso y turismo social e infraestructura para su desarrollo, adoptar las medidas necesarias para garantizar a los trabajadores y trabajadoras en los términos previstos en la presente Ley y en los tratados internacionales suscritos por la República, en las disposiciones legales y 25 reglamentarias que se establecieren, así como en los contratos individuales de trabajo y en las convenciones colectivas. Siguiendo en el mismo orden de ideas el numeral tercero de dicho artículo señala que se debe Informar por escrito a los trabajadores y trabajadoras de los principios de la prevención de las condiciones inseguras o insalubres, tanto al ingresar al trabajo como al producir un cambio en el proceso laboral o una modificación del puesto de trabajo e instruirlos y capacitarlos respecto a la promoción de la salud y la seguridad, la prevención de accidentes y enfermedades profesionales así como también en lo que se refiere a uso de dispositivos personales de seguridad y protección. En Venezuela en materia de accidentes de trabajo y enfermedades laborales, la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia en fecha 08/11/2005, (Yeluximar Leonardi Monzon contra el Condominio Centro Comercial ARA), expone: “La Responsabilidad del patrono en la reparación del daño moral es objetiva, es decir, que aunque no haya habido culpa o negligencia de este en el acaecimiento del infortunio de trabajo, en virtud de ello, para que prospere la reclamación del trabajador en estos casos bastará que demuestre el hecho generador, es decir, el accidente de trabajo o la enfermedad ocupacional que pueda repercutir en la esfera moral de la persona”. De lo anteriormente afirmado, se infiere como la responsabilidad objetiva y la Doctrina del riesgo profesional, son vistas por la Sala de Casación Social como una misma Responsabilidad consagrada en la legislación laboral. 26 Según Orsini (2006 p.19), la responsabilidad objetiva prescinde u omite en absoluto la conducta del empleador, su culpabilidad; en ella se atiende solamente el daño o lesión generado, basta este para que el patrono sea responsable, cualquiera que haya sido su conducta, habiendo o no culpa de su parte. En otras palabras, ya es el hecho perjudicial, y no el hecho culpable, el factor generador de responsabilidad, por ello el creador de un riesgo, el que con su actividad cause un daño al trabajador con ocasión al trabajo u ocurrido por el trabajo mismo, debe responder por este. 2.2.1. EVOLUCION DE LA TEORÍA DEL RIESGO Para Orsini (2006, p. 22), el estudio de la evolución de la responsabilidad civil, permite enfatizar seis períodos, bien caracterizados, explicados a continuación: 2.2.1.1. PRIMERA ETAPA Orsini (2006, p.22) afirma que en “una primera etapa corresponde al primitivo derecho romano y también al antiguo derecho de los países germánicos”. En este período regía, el principio tradicional del Talión, siendo ésta ley, la primera manifestación sobre la responsabilidad, y un avance en la regulación del castigo que cada persona ejercía en su defensa; posteriormente, la introducción de la “Ley del Talión” supondrá un primer progreso en la búsqueda de dicha proporcionalidad. 27 2.2.1.2. SEGUNDA ETAPA Según los Hermanos Mazeaud (1977, p.33) en la segunda etapa se empieza a distinguir la responsabilidad civil de la penal: en este segundo período, y como consecuencia de la influencia de los textos de derecho romano y la constitución de los Estados modernos, los jurisconsultos comenzaron a distinguir entre estas dos clases de responsabilidad, empezando a ver en la acción de la víctima una acción esencialmente indemnizatoria, entre los Siglos XII y XIII se consagrará esta posición. Para Orsini (2006, p.23) es en este período cuando se comienzan a diferenciar los delitos de acción pública de los delitos de acción privada; el autor citado afirma que en esta etapa había una confusión entre lo que era pena y lo que era reparación, consecutivamente se creó uno de los instrumentos jurídicos y legales por parte del derecho romano, denominada Lex Aquiliana, la cual consagro algunos de los aspectos de la responsabilidad. En este sentido, el autor antes citado explica que “debe observarse además de que la lex aquiliana no exigía la culpa del autor del daño, sino que se conformaba con que existiere un daño causado sin ley que autorice a infringirlo”. (p.25). 2.2.1.3. TERCERA ETAPA Dentro del desarrollo de este período de la evolución, se logra una clara diferenciación entre pena y reparación. En este sentido, “fue el derecho 28 intermedio, el que bajo la influencia teórica del derecho romano y principalmente por obra de la distinción entre acciones penales y reipersecutorias, comenzó a distinguir entre pena y reparación”, (Orsini 2006 p.25). Continuando con el autor in comento, esta diferenciación permitió que el daño fuese sancionado según y cuando no afectara a las cosas in corpore o no fuese causado corpore, es decir, aunque no hubiese contacto entre el cuerpo de la víctima y el autor del daño, solo bastaba la devaluación en los bienes o la frustración de una ganancia legítima. Para ésta etapa, ya se concebía la culpa por omisión y la diferencia entre la responsabilidad contractual, en donde la culpa admitía grados dependiendo del tipo de contrato, y la responsabilidad en materia delictual, en donde el agente causante del daño respondía aun y cuando su culpa fuese leve. En cambio, los Hermanos Mazeaud (1977, p. 34) afirman que en esta etapa es cuando aparece la culpa como fundamento de la responsabilidad civil: como un resultado de la distinción anterior, los autores iniciaron la búsqueda de un fundamento para la responsabilidad civil, el que sería por largo tiempo la culpa. Así, todos los autores admitían, sin sospechar siquiera la posibilidad de una discusión, que no existía responsabilidad civil sin culpa. En esta etapa, en la que se realiza el período de la codificación, recogiendo los códigos, la noción de la responsabilidad subjetiva. 29 2.2.1.4. CUARTA ETAPA Orsini, (2006, p. 26), expresa que en esta fase de la evolución, es cuando empieza aparecer la culpa como fundamento de la misma, existiendo excepciones tales como el caso fortuito, fuerza mayor o el hecho de un tercero. Ahora bien, el Código Napoleón estableció una doble regla la cual consistía “primero, quien reclame indemnización por un daño que en virtud de una relación causal de orden físico pueda ser atribuido al hecho de una persona, deberá demostrar que este hecho constituye una culpa; segundo, el autor del hecho al cual se atribuye el daño, quedara libre de toda responsabilidad si prueba que no ocurrió en culpa”. 2.2.1.5. QUINTA ETAPA Para Lagos (1990 p.56), es en esta etapa donde se plantea la teoría del riesgo: surge a fines del Siglo XIX la teoría del riesgo, como una consecuencia de la Revolución Industrial y después de la “cuestión social”. Deja así de ser la culpa el único fundamento de la responsabilidad civil, pues junto a ella y en algunos casos en forma exclusiva, se propone como factor de atribución de responsabilidad el riesgo creado, se crea la teoría objetiva o del riesgo según la cual el agente causante del daño es responsable, fuera de toda culpa, desde el momento en el cual realiza una actividad peligrosa para las demás personas. 30 2.2.1.6. SEXTA ETAPA Es en este período donde se produce una socialización de la responsabilidad, basada en la solidaridad social, donde se establece la necesidad de repartir entre todos los integrantes de la sociedad, las consecuencias de un daño. En este sentido, la responsabilidad civil se disuelve en una institución nueva: la seguridad social. Una legislación ya bosquejada en cuanto a los daños que recaen sobre la persona humana, amortizará directamente el conjunto de esos daños sobre la colectividad nacional. (Orsini 2006 p. 29). Desde los inicios del derecho romano hasta estos días, se ha producido una doble evolución, que se traduce en un movimiento pendular, afectando en éste las dos nociones cardinales de la culpa y el riesgo. En el derecho romano, primero la responsabilidad fue objetiva. También se observa esta tendencia en el antiguo derecho hebreo. Más tarde, surge la culpa como fundamento de la responsabilidad civil, noción apoyada sobre todo por el Cristianismo. Con el paso de los siglos, la supremacía de la culpa comenzó a ser puesta en duda, afirmándose la idea de que el autor del daño puede ser declarado responsable sin que se le pueda imputar culpa alguna. Será sin embargo el proceso de industrialización, el que activará con mayor fuerza la teoría del riesgo. Numerosas víctimas, especialmente los obreros, que sufrían un accidente a causa o con ocasión del trabajo, solían quedar privados de toda reparación. Esta situación tan injusta debía cesar, 31 considerando además que tales accidentes aumentaban y que no era posible mirar con indiferencia el caso de un individuo que, por un accidente cuyo asunto a veces era desconocido, quedare sin reparación alguna y sumido por lo mismo en la miseria. 2.2.2. CRITERIOS PROPUESTOS POR LA DOCTRINA LABORAL Al contrario de lo que sucede con la teoría clásica de la culpa, los expositores de la teoría de la responsabilidad objetiva o teoría del riesgo como también se le conoce, afirman que el fundamento de la responsabilidad se encuentra en el hecho que produjo el resultado dañoso, sin importar si este fue cometido con culpa o dolo. Alessandri (1981, p.92) en su obra explica en forma muy clara la característica principal de la responsabilidad objetiva. Afirma, en efecto, que “La responsabilidad objetiva prescinde en absoluto de la conducta del sujeto, de su culpabilidad; en ella se atiende única y exclusivamente al daño producido. Basta éste para que su autor sea responsable cualquiera que haya sido su conducta, haya habido o no culpa o dolo de su parte. . Sin embargo, esta tesis puramente objetiva, no ha sido acogida por todos los autores, quienes la cuestionan como la base exclusiva de la responsabilidad objetiva. La mayoría, luego de demoler el concepto de culpa, se esfuerzan sin embargo en proponer criterios que permitan establecer el fundamento de la responsabilidad objetiva. A continuación se observa: 32 2.2.2.1 CRITERIO DEL ACTO ANORMAL Según Marty (1952, p.283) “Los riesgos normales son los que acompañan a toda actividad humana: son las consecuencias ordinarias de la explotación regular de una industria y del uso corriente del derecho de propiedad. De estos riesgos no se es responsable. Todo el mundo se halla, a este respecto, en un pie de igualdad. Pero hay actividades, en cierta medida exorbitantes, que crean riesgos anormales, que sobrepasan la medida normal. De estos riesgos debe responderse a condición de que se hayan causado materialmente. De lo anterior se desprende que bajo esta forma atenuada, el alcance de la teoría del riesgo se reduce a lo siguiente: No se responde de todos los daños que se hayan podido ocasionar o causar por medio de cualquiera actividad. Se es responsable de los riesgos excepcionales que se hayan causado por una actividad anormal.” El problema que presente este criterio es saber qué se entiende por acto normal y anormal. Además, lo que hoy es anormal probablemente mañana no lo será, y viceversa. Se sostiene, incluso, saliendo del ámbito de la responsabilidad objetiva, que la comisión de un acto anormal implica necesariamente una culpa por imprudencia. Por ello, para la mayoría de la doctrina, no es este el criterio adecuado para sustituir la culpa, en razón de la imprecisión del concepto de acto anormal. (Marty 1952 p. 284). 33 2.2.2.2 CRITERIO DEL RIESGO PROVECHO Según Mazeaud (1977, p.90), no se exige responsabilidad sino en los casos en que el autor del acto inocente haya creado una “explotación” de la que se beneficie económicamente y que hace que corran un riesgo otras personas. Es el seguido por la mayoría de la doctrina. Se distingue entre los hechos dañosos que son o que no son para su autor fuente de provecho. Sólo los primeros comprometen su responsabilidad. Se aplica aquí el aforismo romano ubi emolumentum, ibi onus (donde está el beneficio, allí la carga). Esta teoría posee la ventaja de tener una “consecuencia filosófica”, lo que queda demostrado cuando nos enfrentamos a la siguiente pregunta: ¿Quién debe soportar la pérdida procedente de un hecho dañoso? ¿El sólo patrimonio de la víctima o el del autor del hecho? La respuesta no puede ser dudosa, pues es el patrimonio del autor del perjuicio el que debe soportar la pérdida sufrida por otro, pues de las dos partes en conflicto, hay una, que es la víctima, de la cual no dependía evitar el daño, y hay otra, el autor, de la que sí dependía evitarlo, preverlo, impedirlo, aunque fuera no haciendo nada, absteniéndose de actuar si es preciso. Según los Hermanos Mazeaud (1977, p.92) el problema que se presenta consiste en determinar qué debe entenderse por “provecho”. ¿En qué casos puede decirse que una persona obtiene provecho de su actividad? La 34 doctrina proporciona dos respuestas: la expresión provecho puede entenderse en un sentido amplio o restringido. En el sentido amplio, el provecho comprende todo interés, cualquiera que sea, tanto moral como pecuniario, esta concepción es llamada por Boris Starck “teoría del riesgo creado”, en el sentido más restringido, la expresión provecho debe entenderse enfocada a la especulación económica. Quien desarrolla una conducta de este tipo con el objeto de premunirse de una fuente de riqueza, crea un riesgo para los demás. 2.2.2.3 CRITERIO DEL RIESGO CREADO De acuerdo con ella, desde el instante en que se ejerce una actividad en interés pecuniario o moral de una persona, esa persona es responsable, fuera de toda culpa, se trata de una variante del criterio anterior, considerando la expresión “provecho” en un sentido amplio. La responsabilidad se funda, sencillamente, en los riesgos que la actividad o las cosas de cada persona crean para los demás, (Ordoqui y Olivera 1974 p.47). Mazeaud (1963, p.56) enfatiza que la responsabilidad por riesgo se origina por las consecuencias dañosas acaecidas en actividades o conductas lícitas que recaen sobre quien crea riesgos o peligros. Se destaca por ende, que trata de actos lícitos, pero que generan responsabilidad. Pone especial atención en el hecho de que alguien "cree un riesgo", "lo conozca o lo domine"; quien realiza una actividad riesgosa debe cargar con los resultados dañosos. 35 2.2.2.4 CRITERIO DEL CARÁCTER SUBSIDIADRIO DE LA TEORIA DEL RIESGO Carbacho (2009), Intenta conciliar la noción subjetiva de culpa y la objetiva de riesgo. Postula que, en principio, la reparación del daño debe ser demandada a quien actúa culpablemente. Pero, hay casos en que la culpa no puede ser demostrada y en que la equidad exige de todos modos una reparación. En este evento, corresponde aplicar, a título subsidiario solamente, la noción de riesgo. Este concepto se coloca entonces junto al de la culpa para la obtención de un equilibrio más satisfactorio entre los intereses en juego. La idea de culpa se completa, se tonifica con la concepción de la teoría del riesgo, que es más moderna y satisface de mejor forma a la víctima. (26-02-12 http://noticias.juridicas.com/). En síntesis la responsabilidad objetiva es aquella que prescinde de toda valoración subjetiva al momento de establecer la responsabilidad, es decir, no analiza el comportamiento del sujeto causante del daño, sino que simplemente se vale del daño y de la relación de causalidad entre este y la acción u omisión para determinar si hay responsabilidad o no, sin importar que el hecho dañoso se haya producido como resultado de un hecho culposo o doloso. En torno a los criterios anteriormente explicados, algunos autores sostienen que la fuente de la responsabilidad civil por el riesgo sólo puede ser la ley, y en consecuencia, en todas aquellas materias no contempladas 36 por ninguna ley que aplique este tipo de responsabilidad, se aplicará el derecho común, basado en la culpa. La ley dispone aplicar la responsabilidad por riesgo en determinadas materias, impulsada por consideraciones de equidad ligadas a la evolución y la situación económica, social y tecnológica 2.2.3. PRINCIPIO QUE ORIENTAN LA TEORIA DEL RIESGO Se ha discutido arduamente en la doctrina, acerca de cuáles podrían ser los principios motores o las ideas directrices de la responsabilidad sin culpa, así como cuáles los argumentos que servirían de justificación a dichos principios. Los más importantes, han sido los siguientes: 2.2.3.1. PRINCIPIO DEL INTERES ACTIVO Para los autores Ordoqui y Oliviera (1974, p.21) consiste en quien desenvuelve en su propio interés una actividad cualquiera debe sufrir las consecuencias provenientes de ella, incluyendo en éstas las indemnizaciones por los daños a terceros. Como señala Víctor Mataja, las pérdidas y los daños provenientes de los accidentes inevitables ligados a la explotación de una empresa cualquiera, deben ser considerados, según la justa apreciación social, entre los costos de explotación de la misma. 2.2.3.2. PRINCIPIO DE LA PREVENCION Frente a la dificultad que enfrentaba la víctima, en orden a probar la culpa del autor, se plantea que el único medio que puede poner fin a esta 37 desventaja de la primera, consiste en la introducción de un sistema de responsabilidad que no permita al demandado liberarse de ésta mientras no pruebe que el accidente se debió a una causa por completo extraña a su voluntad. Se agrega que la responsabilidad objetiva puede ejercer incluso una influencia positiva por medio de esta responsabilidad inminente, estimulando al individuo a desplegar todas sus fuerzas y capacidades con el fin de evitar los daños que puedan surgir de su actividad. (Muñoz 2009 p.339) 2.2.3.3. PRINCIPIO DE EQUIDAD La equidad menciona nociones de justicia e igualdad social, representando un equilibrio entre la justicia natural y la ley positiva, de acuerdo con esta teoría, por razones de equidad, debe necesariamente tenerse en cuenta al fijar la obligación de reparar el interés económico dañado por las partes; es decir, que cuanto mayor es el poder económico del agente, mayor es la responsabilidad que a su cargo se impone. Se apoya éste en la idea de la equidad, teniendo en consideración el estado de las fortunas de las partes involucradas. Sin embargo, este principio sólo puede jugar un rol regulador o moderador, y en ningún caso puede ser el fundamento de la responsabilidad. La equidad, se agrega, sólo obliga a aquél que está ligado con otro por la relación de causalidad que emana de haber provocado un daño, Borda, (1994 p.225). 38 2.2.3.4. PRINCIPIO DE LA REPARTICION DEL DAÑO Según Medina, (2003 p.305), se inspira éste en la idea directriz según la cual, para poder soportar con los menores sacrificios posibles los daños que sobrevienen, conviene, sin tomar en cuenta el origen del daño y las obligaciones de reparación eventuales, adoptar la precaución que éstos daños sean metódicamente repartidos entre los directamente interesados lo que se logra a través de contratos de seguros de responsabilidad. De este modo, se garantiza a las víctimas que efectivamente recibirán su indemnización. Se agrega que sin un complemento de este tipo, ningún sistema de responsabilidad podría considerarse satisfactorio. Hoy en día de manera progresiva, el legislador tiende a hacerlo obligatorio. 2.2.3.5. PRINCIPIO DEL CARÁCTER RIESGOSO DEL ACTO Para Velásquez (2009 p.146) esta concepción fue fundamental en la consolidación técnica de la teoría del riesgo en Alemania. Se invoca, para justificar la responsabilidad objetiva, el carácter riesgoso del acto, carácter que amenaza el ambiente con daños, conforme a ésta, siempre que en la producción de un daño ha intervenido una cosa peligrosa, debe necesariamente obligarse a reparar a quien de ella se sirve, por la culpa que implica haber provocado un peligro. Según Medina (2003 p.306) quienes sostienen este principio, se han esforzado por extender la noción del carácter riesgoso de un acto, con el fin 39 de poder someter a este principio varios actos que en verdad, no son riesgosos. En tal dirección, se propone una lista de actos que serían riesgosos, entre ellos: la guarda de animales domésticos, la posesión de edificios, el empleo de personal que hace el patrón, la constitución de una persona jurídica, y el ejercicio de la jurisdicción por parte del Estado, en este último caso, por las posibilidades de incurrir en errores al impartir justicia. Para los citados autores, sea cual fuere el argumento que se adopte, esto no deja de ser como ellos dicen “conceptualismos”, y manifiestan que “La verdadera y única razón de ser del régimen de la responsabilidad, se encuentra en la necesidad de asegurar a la víctima una reparación por el perjuicio sufrido; solución que en muchos casos la teoría de la culpa es incapaz de proveer, sea por la imposibilidad de determinar el agente material del daño, sea porque su conducta ilícito-culposa no puede ser probada, o porque, salvados estos últimos escollos, el sujeto responsable resulta insolvente. 2.2.4. CRITICAS A LA TEORIA DEL RIESGO La teoría del riesgo es una teoría con la cual se pretende establecer un criterio adecuado para los fines del derecho y de las necesidades sociales de nuestra época por medio del cual determinar cuál o cuáles son los responsables de un daño ocasionado a una persona natural o jurídica que no tenía por qué soportar. A continuación, se desarrollará las principales críticas formuladas contra dicha teoría: 40 2.2.4.1 LA TEORIA DEL RIESGO SUPRIME EL ELEMENTO MORAL DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Para Palacios (1982 p. 44), dicho elemento moral constituye a su vez el fundamento de la responsabilidad civil y determina su extensión. Es el que crea en el hombre la conciencia de su deber de reparar los daños causados a otro por el dolo o la culpa del primero, aunque no de aquellos que causa sin haberlos podido evitar o prever o en general de aquellos de provienen de un hecho lícito. Al suprimir este elemento moral, recurriendo sólo al principio de la causalidad para la aplicación de esta responsabilidad civil, la teoría del riesgo introduce en este campo un criterio materialista y hace revivir el concepto primitivo de la responsabilidad; aquel en que se consideraba sólo el daño sufrido por la víctima, sin tomar en cuenta para nada la conducta del autor. 2.2.4.2 NO ES EFECTIVO QUE EL PROBLEMA DE LA RESPONSABILIDAD SE SIMPLIFIQUE POR EL HECHO DE SUPRIMIR LA CULPA Y DE REDUCIR AQUEL A UNA MERA CUESTION DE CAUSALIDAD Ordinariamente, un daño es generado por varias causas y no es posible establecer la determinante. En tales casos, no habría medio de atribuirlo a su autor, sin cometer una injusticia, a menos que se acepte recurrir a un sistema arbitrario que puede estar reñido con la realidad y la equidad. Por lo demás, el principio de causalidad sólo tiene la apariencia de una regla científica, 41 siendo mediano su valor práctico. Aplicar en materia jurídica una ley física es imposible sin tropezar con dificultades casi invencibles. (Palacios 1982 p.45). 2.2.4.3 LA TEORIA DEL RIESGO PARALIZA LA INICIATIVA Y EL ESPIRITU DE EMPRESA Sabiendo el hombre de que debe responder de todo daño, aunque provenga de un hecho lícito e irreprochable, se abstendrá de obrar, o, en todo caso, lo hará con menor intensidad. Se castigaría así al que actuó, al que ejercitó una actividad que seguramente es útil para la sociedad, y se protegería a quien ha permanecido en la más completa pasividad. El individuo que para actuar requiere necesariamente una cierta libertad y seguridad acerca de que si se conduce bien no será requerido, dudará en desarrollar una nueva actividad, de saber que, pese a toda su prudencia, tendrá que cargar sobre sí la responsabilidad de todos los daños que puedan resultar de tal actividad. Los críticos de la teoría del riesgo llegan incluso a preguntarse si el comerciante o industrial que instala una nueva empresa debe indemnizar el daño que le causa a sus competidores. Señalan que a esto habría que llevar la aplicación sin límite de la teoría del riesgo, planteamiento que en verdad resulta exagerado. Los partidarios de la teoría del riesgo contestan afirmando que esta crítica es artificial y que se contradice por los hechos, especialmente en Francia, ya que tanto su Código Civil, su legislación especial y su jurisprudencia 42 introdujeron numerosos casos de responsabilidad objetiva, sin que ello afectara la iniciativa económica de los individuos. En tal contexto, la iniciativa del individuo debe mantenerse libre en una sociedad, pero en el bien entendido que será el iniciador de una actividad el que asumirá el costo y el riesgo y no las víctimas designadas por el azar. (Palacios 1982 p.46). 2.2.4.4 LA TEORIA DEL RIESGO, LEJOS DE EXTENDER EL AMBITO DE LA RESPONSABILIDAD Y DE CONTRIBUIR A DESARROLLAR EL ESPIRITU DE SOLIDARIDAD, TIENDE A HACERLO DESAPARECER La responsabilidad objetiva es excepcional, y por ello debe ser expresamente establecida por la ley, en supuestos específicos debidamente justificados en razones de justicia y equidad, los hombres, sabiendo que todo hecho perjudicial que ejecuten les impone responsabilidad, procurarán descargarse de ella asegurándose contra los riesgos de sus actos, Palacios (1982 p.47). Sintiéndose entonces prácticamente irresponsables, ya que el asegurador se encargará de reparar el daño causado, obrarán con menos prudencia, con lo cual aumentarán los accidentes y se irá creando una peligrosa irresponsabilidad. Incluso, aún cuando el autor no contratare seguro alguno, es peligrosa esta teoría ya que fomenta la existencia de nuevas víctimas, porque se siempre se responderá del daño que pueda llegar a ocasionarse, el agente no tendrá interés alguno en evitar el acaecimiento de nuevos accidentes. 43 2.2.4.5 LA TEORIA DEL RIESGO NO ES JUSTA NI EQUITATIVA, COMO PRETENDEN SUS PARTIDIARIOS No es efectivo que todo el provecho o beneficio de una empresa o actividad pertenezca íntegramente a su dueño o autor: parte de él va a la colectividad, ya en forma de impuestos o lisa y llanamente porque se trata de un servicio público de que todos se benefician, y las más de las veces, parte va también a la víctima, como en el caso de los trabajadores, que reciben una remuneración del empresario o dueño de la faena en que se accidentan. (Palacios 1982 p.49). Pero, para Velásquez (2009 p.149), tampoco hay justicia en responsabilizar a quien nada ilícito o incorrecto ha hecho, por la sola circunstancia de que el azar quiso que interviniera en la realización del daño. Si al autor de éste nada puede reprochársele, si su conducta ha sido tan correcta como la de la víctima, ¿por qué alterar los designios del destino y obligarlo a que los soporte? Si la equidad aconseja que quien recibió el provecho soporte los riesgos, también aconseja que quien obró en forma irreprochable no debe ser molestado. 2.2.4.6 LA TEORÍA DEL RIESGO PUEDE AFECTAR LA PRODUCTIVIDAD INDUSTRIAL Según Borda, (1994 p.228), la doctrina alemana, principalmente, criticó toda agravación del sistema de responsabilidad, comprendida la 44 responsabilidad objetiva, puesto que ésta puede amenazar la prosperidad de la producción de la industria nacional, frente a otros países que no contemplan tales agravaciones. Respondiendo a esta crítica, Marton citado por Bardo, señala que si el Estado quiere hacer sacrificios con el objeto de lograr el desarrollo industrial del país, debe hacerlo a costa del conjunto de la sociedad y no en detrimento de las víctimas elegidas por la fortuna. 2.2.4.7 EN RAZÓN DE LA CUESTIÓN DE LA ATRIBUCIÓN DEL DAÑO En razón de la cuestión de la atribución del daño: Para Palacios (1982 p.50), los partidarios de la teoría del riesgo han defendido su posición en nombre de la justicia, sobre la idea de elegir entre el autor del daño y la víctima. Sostienen que cuando se produce un daño, el problema se reduce a regular la atribución de éste; no admitir el derecho a reparación constituiría un duro golpe a la víctima. Los partidarios de la teoría del riesgo, responden que las razones para elegir al autor como responsable del daño son más que suficientes, especialmente a la luz de la noción del riesgo provecho. 2.2.4.8 CRÍTICA A LA IDEA DE SOLIDARIDAD SOCIAL Crítica a la idea de solidaridad social: Velásquez, (2009 p.151).expresa que quienes combaten la teoría del riesgo, afirman, con cierto darwinismo social, que en la vida nadie puede jactarse de no atropellar a las personas, y menos de no dañarlas. Toda superioridad, sea material, moral o intelectual, que uno pueda tener respecto de otro, es adquirida a expensas de alguien. 45 Son la vida y la naturaleza las que nos demuestran el espectáculo de la lucha incesante entre las personas. Por lo demás, decía Ripert citado por Velásquez, si se impusiera por una ley de solidaridad social las consecuencias dañosas del acto al autor del mismo, lógicamente habría que admitir que el hombre que debe soportar los daños ocasionados por sus actos, puede también recuperar los beneficios creados a otros por su actividad. El que asume los riesgos debe tener también los provechos. Son varios los criterios expuestos como fundamento de dicha tesis, dentro de los cuales los más reconocidos son aquellos que manifiestan que quien crea un riesgo en provecho y beneficio propio está obligado a indemnizar las consecuencias dañosas que este hecho genere; por otro lado, con el transcurso del tiempo y de la evolución de tan importante teoría, ha habido muchas discrepancias con respecto a está, debido a que hay autores que no están de acuerdo con algunos puntos que desarrolla esta teoría. 2.3. SUPUESTOS DE PROCEDENCIA DEL PAGO DEL DAÑO MORAL La Sentencia N° 116 de la Sala de Casación Social de fecha 17 de mayo de 2000 explica que La jurisprudencia, con relación a los hechos objetivos que el Juez debe analizar en cada caso concreto, para determinar la procedencia del pago de la indemnización del daño moral, así como de su cuantificación, ha señalado, lo siguiente: 46 “Al decidirse una reclamación por concepto de daños morales, el sentenciador, necesariamente, ha de sujetarse al proceso lógico de establecer los hechos, de calificarlos y de llegar a través de este examen a la aplicación de la Ley y la equidad, analizando la importancia del daño, el grado de culpabilidad del autor, la conducta de la víctima y la llamada escala de los sufrimientos morales, valorándolos, pues no todos tienen la misma intensidad, por las distintas razones que puedan influir en ellos, para llegar a una indemnización razonable(...)” En general, la doctrina y jurisprudencia patria han señalado que se debe dejar al Juez amplias facultades para la apreciación y estimación del daño moral. Pertenece a la discreción y prudencia del Juez la calificación, extensión y cuantía de los daños morales. 2.3.1.-ALCANCE DE LOS DAÑOS SUFRIDOS POR LA VICTIMA Dependerá de la forma en que se causo el daño moral, y las características del mismo. Según Hernández citado por Vielma (2006 p.90), las legislaciones de todos los países modernos protegen la vida y la integridad física como bienes originarios del hombre que no pueden ser impunemente lesionados. La comisión de un acto delictivo conduce a la necesidad de que el culpable repare el daño producido. Dicha reparación, esquematizada de la forma más simple, se dirige en un doble sentido: hacia la sociedad, por la alteración del orden social que supone la acción, y ante el afectado por el daño que directamente ha debido sufrir. Para los efectos del presente trabajo, se ha decidido adoptar la noción de daño moral en sentido amplio, entendiéndolo como toda lesión, conculcación o menoscabo de un derecho subjetivo o interés legítimo de carácter 47 extrapatrimonial, sufrido por un sujeto de derecho como resultado de la acción ilícita de otra persona. De acuerdo con este concepto, “son derechos extrapatrimoniales o morales aquellos que tienen por objeto la protección de bienes o presupuesto personales, que componen lo que la persona es. Esta acepción de daño moral abandona el anquilosado concepto que entiende a esta institución como la repercusión sicológica producida en el sujeto pasivo por un hecho ilícito, la cual se manifiesta como dolor y sufrimiento, humillación, con lo cual y de acuerdo con la posición asumida, los daños morales surgirán en la violación de un derecho extrapatrimonial, sin necesidad de entrar a indagar la existencia de un particular estado emotivo del sujeto pasivo. 2.3.2.-REQUISITOS DEL DAÑO INDEMNIZABLE Los requisitos del daño indemnizable se encuentran claros en la Sentencia dictada por la Sala Social del Tribunal Supremo, Nro. 144 del 07/03/2002, la cual establece que: para poder determinar este tipo de indemnización, que se cumplan con ciertos requisitos indispensables como ha bien lo señala nuestro Código Civil Venezolano Vigente 1.185, por ser de naturaleza compleja el daño, ya que este en su sentido mas amplio, de toda suerte de mal, sea material o moral, de tal proceder suele afectar a distintas personas o cosas de diferentes maneras, el daño puede provenir de dolo, de culpa o de caso fortuito, según el grado de malicia, negligencia o casualidad, el daño culposo suele llevar consigo tan solo la indemnización, siendo este el que debe entender este Juzgado, el daño moral es un padecimiento. 48 Esto es imposible de haber sido previsto o previsible, pues el daño moral por su subjetividad y variabilidad según la posición social, cultural, reacción, modo de ser y carácter de las personas, es algo imponderable e imprevisible, pues se sale de lo normal, de lo corriente de lo usual, en tal sentido, es obvio desentrañar el daño, es Jurisprudencia reiterada del Tribunal Supremo de Justicia, los requisitos como materia indispensables para poder determinar si existe o no un daño moral, en total apego a la sentencia de la Sala Social del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 13 de julio de 2000 debe hacerse un examen del caso, y el demandante debe consignar a los autos anexos o medios de pruebas que hagan la presunción sobre lo reclamado 2.3.3.-VALORACION DEL DAÑO En el orden social que supone la acción, y ante el afectado por el daño que directamente ha debido sufrir, es necesario puntualizar una aplicación de la teoría de las distintas funciones que pueden asignarse. Al pago de una suma de dinero: función de compensación, función de satisfacción y función punitiva. En cuanto a la función de satisfacción que cumple la reparación del daño moral al ofendido, expresa Larenz citado por Vielma (2006 p.100): proporcionar al lesionado o perjudicado una satisfacción por la aflicción y la ofensa que se le causó, que le otorgue no ciertamente una indemnización propiamente dicha o un equivalente mensurable por la pérdida de su tranquilidad y placer de vivir, pero sí una cierta compensación por la ofensa sufrida y por la injusticia contra él personalmente cometida. Desde este punto de vista el dinero del dolor no sólo hace referencia al menoscabo sufrido por el lesionado, sino 49 principalmente a la actuación del dañador, es decir, al mayor o menor carácter ofensivo y reprochable de su proceder. Articulando todo lo antes expuesto, el sentenciador que conoce de una acción por daño moral debe hacer un examen del caso en concreto, analizando los siguientes aspectos: a) la entidad (importancia) del daño, tanto físico como psíquico (la llamada escala de los sufrimientos morales); b) el grado de culpabilidad del accionado o su participación en el accidente o acto ilícito que causó el daño (según sea responsabilidad objetiva o subjetiva); c) la conducta de la víctima; d) grado de educación y cultura del reclamante; e) posición social y económica del reclamante, f) capacidad económica de la parte accionada; g) los posibles atenuantes a favor del responsable; h) el tipo de retribución satisfactoria que necesitaría la víctima. 2.3.4. PRESUNCION DE LOS DAÑOS SUFRIDOS Una presunción de vínculo de causalidad, por la cual se presupone que el hecho de la cosa es la causa del daño sufrido por la víctima. La presunción de culpa es absoluta, irrefragable, juris et jure. Es decir, no se le permitirá al guardián demostrar la ausencia culpa, no se le aceptará demostrar que ejerció correctamente sus deberes de vigilancia y de control sobre la cosa, o que fue diligente en el cumplimiento de sus deberes. (Perez 2006 p. 26). Para exonerarse, el guardián sólo puede demostrar que el daño se debió a una causa extraña no imputable (caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero o culpa de la víctima), con lo cual no desvirtúa la presunción de culpa, 50 sino simplemente establece un nuevo vínculo de causalidad entre el hecho constitutivo de la causa extraña no imputable y el daño. En Venezuela no hay lugar a la discusión que se presentó en la jurisprudencia francesa acerca del carácter relativo (juris tantum) o absoluto e irrefragable de la presunción, pues la disposición que contempla la responsabilidad especial por guarda de cosas consagra el carácter absoluto o juris et de jure al permitir al guardián exonerarse solamente demostrando el caso fortuito, fuerza mayor, hecho de un tercero o la culpa de la víctima. 2.3.5.-BASAMENTO DEL JUEZ CON RESPECTO AL MONTO INDEMNIZATORIO POR DAÑO MORAL EN CASO DE ACCIDENTE DE TRABAJO Para Tapia (1993 p.79), es necesario para declarar la procedencia del daño moral previamente, “estudiarse detenidamente los hechos y circunstancias relacionadas con el asunto en cuestión, analizar la importancia del daño, el grado de culpabilidad del autor, la conducta de las víctimas, sin cuya acción no se hubiera producido el daño y la llamada escala de los sufrimientos morales”; de esta manera se procede a valorarlos, pues no todos tienen la misma intensidad, por las distintas razones que puedan influir en ellos, para así arribar a una indemnización razonable, equitativa, humanamente aceptable. Según la Sala de Casación Social en la causa N° AA60-S-2004-000823, en sentencia del 2004, se deben analizar los aspectos objetivos que permitan 51 controlar la legalidad del daño moral, tales como: la entidad del daño, el grado de culpabilidad del accionado o su participación (según sea responsabilidad objetiva o subjetiva); la conducta de la víctima y la escala de sufrimientos; la posición social, económica, el grado de educación y cultura del reclamante; la capacidad económica de la parte accionada, los posibles atenuantes a favor del responsable; el tipo de retribución satisfactoria que necesitaría la víctima para ocupar una situación similar, todo, para obtener una proyección pecuniaria razonable a indemnizar. 2.3.6.-TIPOS DE INDEMNIZACION Según Rodríguez (2012 p.87), la indemnización es un término utilizado principalmente en el área de las leyes y se refiere a la transacción que se realiza entre un acreedor o víctima y un deudor; existen indemnizaciones de dos tipos, las que se clasifican según el origen del daño producido. La primera se denomina Indemnización Contractual y se refiere a la indemnización que solicita un acreedor cuando ha existido un incumplimiento de las normas estipuladas en un determinado contrato por parte del deudor. Y por otra parte, el autor señala “encontramos la Indemnización Extracontractual”, la que se constituye cuando existe de por medio un daño o perjuicio hacia otra persona o bien de propiedad del acreedor, por lo que la doctrina nacional, los daños y perjuicios consisten en la disminución o bien, la pérdida (material o moral) experimentada en el patrimonio del sujeto de derecho, 52 2.3.7. TARIFACION DEL DAÑO MORAL Para Mille (2004 p.64) la determinación del monto de la indemnización no está obligado el Juez a tomar en cuenta el monto sugerido por la parte actora, ya que dicha cantidad se formuló a los únicos efectos de la estimación de la demanda del daño moral, la cual no aparece tarifada en la legislación venezolana, quedando el reconocimiento de la misma a la libre estimación del sentenciador de la causa. Será entonces la prudencia del juez la regla para medir la cuantía de la indemnización. Prudencia no es antojo, ni capricho ni arbitrariedad; por el contrario, se entiende por prudencia la evaluación que realizará el juez tomando como base los hechos en que se apoya la demanda por daño moral, las circunstancias de personas, tiempo y lugar en que se produjo el hecho dañoso, si éste proviene de un actuar culposo, o, por el contrario, si proviene de un actuar doloso, valorará también cuál fue el bien jurídico afectado, la personalidad de la víctima del daño, como así también la del autor de aquél. Indudablemente, en esa tarea el juez sopesará y valorará otros precedentes judiciales, pero de ahí a una tarifación, aun indicativa, de la indemnización, se estima que falta un largo trecho por recorrer. Y ello es así, por cuanto frente a una idéntica situación hipotética, se piensa en la muerte de un hijo en un accidente de tránsito o en una lesión al honor, la reparación 53 no necesariamente debe ser igual para ambos casos, justamente por los motivos que apuntáramos más arriba. Además muchas veces resulta indudable que frente a una demanda de daño moral la subjetividad del juez juega un papel preponderante, pero esa subjetividad no significa antojo ni arbitrariedad: deberá fundar su sentencia lógica y legalmente, siguiendo el imperativo que impone la Constitución, pero aun valorando toda la prueba, la cuantía de la indemnización dependerá, en definitiva, de su propia percepción y de las constancias de la causa. 2.3.8. REPARACION DEL DAÑO MORAL El artículo 1.196 del Código Civil a los efectos de condenar el daño moral, empero olvida que en la presente causa operó la figura de la confesión ficta, por lo tanto, se dan por demostrados los hechos que supuestamente generaron el daño demandado y en consecuencia, el Juez de Alzada acuerda el pago de una cantidad por ello, sin necesidad de la aplicación expresa de una norma que ordene tal cuestión, aun y cuando conceda lo que dicho precepto normativo establece. Determina la obligación de reparación por daño moral que sea producto de un acto ilícito; en la posibilidad, de que el Juez acuerde una indemnización a la víctima en ciertos casos y la posibilidad de que el Juez acuerde también, una indemnización a los parientes de la víctima en caso de muerte de ésta. Entonces, se debe señalar que el Juez tiene la potestad, la 54 discrecionalidad de conceder una indemnización por daño moral o material, pero quedando sujeto a la prudencia de éste. 3. SISTEMA DE CATEGORÍAS 3.1 DEFINICIÓN NOMINAL Responsabilidad objetiva del empleador ante el pago de los daños morales en los casos de accidentes de trabajo 3.2 DEFINICIÓN CONCEPTUAL Según Andrea (2008), la responsabilidad objetiva nace del supuesto de que el daño causado por un objeto debe ser reparado por su propietario, no porque el dueño haya incurrido en culpa, sino porque su cosa, su maquinaria ha creado un riesgo, sobre el cual debe responder, indemnizando al trabajador tanto por el daño material como por daño moral. 3.3 DEFINICIÓN OPERACIONAL Según los investigadores la categoría objeto de estudio será medida a través de Naturaleza jurídica del daño moral, del examen de Teoría del Riesgo y de los Supuestos de procedencia del pago daño moral, así como de las unidades de análisis que aparecen en el cuadro 1. 55 CUADRO 1. OPERACIONALIZACIÒN DE LA CATEGORIA Objetivo General: Analizar la responsabilidad objetiva del empleador venezolano ante el pago de los daño morales en caso de accidentes de trabajo Objetivos Categoría Analizar la Naturaleza Jurídica del daño moral en Venezuela. Analizar la Teoría del Riesgo en el ordenamiento jurídico venezolano. Analizar los supuestos de procedencia del pago del daño moral en los casos de accidentes de trabajo en la legislación laboral venezolana. Analizar la jurisprudencia laboral determinando los criterios que actualmente se manejan para valorar los daños morales en materia de trabajo. Responsabilidad objetiva del empleador ante el pago de los daños morales en los casos de accidentes de trabajo Sub-Categorías Unidad de Análisis Naturaleza jurídica del daño moral -Origen del daño moral -Fundamento ÉticoJurídico del daño moral -Valoración Jurídica del daño moral -Elementos integrantes del Daño Moral Teoría del Riesgo -Evolución de la teoría del riesgo -Criterios propuestos por la doctrina laboral -Principios que orientan la teoria del riesgo -Críticas a la teoría del riesgo Supuestos de procedencia del pago daño moral. -Alcance de los daños sufridos por la victima -Requisitos del daño indemnizable -Valoración del daño moral -Presunción de los daños sufridos -Basamento del Juez con respecto al monto indemnizatorio por daño moral en caso de accidente de trabajo -Tipos de indemnización -Tarifación del daño moral -Reparación del daño moral Criterios jurisprudenciales sobre el pago de daños morales Resultados Fuente: Barboza, Coronado, Molero, Vega (2012)