2009 TSPR 189 - Portal de la Rama Judicial

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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Recurrido
Certiorari
v.
Javier De Jesús Carrillo
2009 TSPR 189
Acusado
International Fidelity
177 DPR ____
Insurance Company
Fiadora-Peticionaria
Número del Caso: CC-2008-486
Fecha: 30 de diciembre de 2009
Tribunal de Apelaciones:
Región Judicial de Carolina, Panel XIII
Juez Ponente:
Hon. Luis A. Rosario Villanueva
Abogado de la Parte Peticionaria:
Lcda. Magda Enid Ralat Ballester
Oficina del Procurador General:
Lcda. María T. Caballero García
Procuradora General Auxiliar
Materia: Art. 401 SC, Art. 252 CP, Art. 284 CP
Este documento constituye un documento oficial del
Tribunal
Supremo que está sujeto a los cambios y correccione
s del proceso
de compilación y publicación oficial de las decisio
nes del
Tribunal. Su istribución electrónica se hace como u
n servicio
público a la comunidad. ?
EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Recurrido
v.
Javier De Jesús Carrillo
CC-2008-486
Certiorari
Acusado
International Fidelity
Insurance Company
Fiadora-Peticionaria
SENTENCIA
San Juan, Puerto Rico, a 30 de diciembre de 2009.
En
esta
ocasión
nos
corresponde
resolver
si
procede confiscar la fianza prestada a favor de un
acusado cuando éste deja de comparecer y luego se
descubre
que
autoridades
la
era
identidad
falsa.
Por
que
proveyó
entender
que
a
las
en
las
circunstancias de este caso el error en la identidad
del acusado constituyó un vicio del consentimiento
que invalidó el contrato de fianza, y que la fiadora
descansó razonablemente en la identificación provista
por el Estado, revocamos la sentencia del Tribunal de
Apelaciones
fianza.
que
confirmó
la
confiscación
de
la
CC-2008-846
2
I.
En abril de 2007 la Policía de Puerto Rico arrestó a un
individuo por una alegada infracción al Art. 401 de la Ley de
Sustancias
Controladas,
24
L.P.R.A.
sec.
2401.
Tras
ser
intervenido por los agentes, éste indicó que su nombre era
Javier De Jesús Carrillo y proveyó una licencia de conducir
del
estado
de
California
con
su
foto
y
firma.
Además,
presentó una tarjeta de identificación del estado de Nevada
con foto y firma y una tarjeta de seguro social con su
nombre,
número
y
firma.
Según
sus
identificaciones
y
manifestaciones a los agentes, nació el 26 de octubre de 1970
en Río Grande, Puerto Rico.
Asimismo, indicó que residía en
un condominio en el área de Isla Verde y proveyó la dirección
correspondiente.
Con
esta
información,
los
agentes
de
la
Policía
presentaron la denuncia y se celebró una vista de causa para
arresto, al amparo de la Regla 6 de Procedimiento Criminal,
34 L.P.R.A. Ap. II. Luego de encontrarse causa probable para
el
arresto
del
individuo
por
el
delito
de
posesión
de
sustancias controladas con intención de distribuir bajo el
Artículo 401 de la Ley de Sustancias Controladas, supra, se
le fijó una fianza de $100,000.
En vista de ello, se le condujo a la Oficina de Servicios
con Antelación al Juicio (O.S.A.J.), donde se verificó su
información personal. Al no poder prestar la fianza, fue
referido a la Oficina de Servicios Técnicos de la Policía, en
donde
fue
fichado
y
se
le
tomaron
las
correspondientes
CC-2008-846
3
fotografías y huellas digitales.
la
Administración
de
Por último, fue llevado a
Corrección
donde
nuevamente
fue
fotografiado y se le tomaron las huellas digitales, para ser
posteriormente ingresado al Centro de Detención Correccional
de Bayamón.
Iniciado el proceso criminal en su contra, el imputado
compareció
en
varias
ocasiones
al
Tribunal
Instancia en distintas etapas del procedimiento.
de
Primera
En mayo de
2007 se celebró la vista preliminar, en la cual se encontró
causa probable para acusarlo por el delito de posesión de una
sustancia controlada con intención de distribuirla.
En junio
del mismo año se realizó el acto de lectura de acusación y se
señaló la fecha para el juicio. Pendiente de la celebración
del juicio y aproximadamente tres meses luego de su arresto,
en julio de 2007 el acusado prestó la fianza fijada a través
de International Fidelity Insurance Company (International) y
se ordenó su excarcelación.
Llegado el día señalado para el juicio en agosto de 2007,
el acusado no compareció, por lo que el foro de instancia
emitió una orden de mostrar causa por la cual no se debía
confiscar la fianza. International compareció al tribunal y
solicitó un término para investigar sobre el paradero de De
Jesús Carrillo.
Al realizar la correspondiente investigación, la fiadora
se percató de que el acusado había provisto una identidad
falsa y se desconocía su verdadero nombre y paradero. Cuando
se comunicaron con la madre de Javier De Jesús Carrillo, ésta
CC-2008-846
4
le indicó que el hombre que aparecía en las fotos no era su
hijo y que su hijo vivía en Estados Unidos y estaba dispuesto
a venir a Puerto Rico para probarlo y aclarar el asunto sobre
su identidad aparentemente robada.
International también descubrió que las huellas digitales
que se le tomaron al acusado no correspondían con las del
verdadero
acudir
Javier
al
De
condominio
Jesús
en
Carrillo.
Isla
Verde
De
que
igual
el
forma,
acusado
al
había
provisto como su dirección residencial, el administrador del
edificio les indicó a los investigadores que el acusado era
un extranjero de nacionalidad mexicana que había alquilado un
apartamento allí en diciembre de 2006 para participar de un
evento deportivo que se llevó a cabo en Carolina, pero se
había marchado del lugar.
Así, pues, en la vista celebrada por el foro de instancia
para dilucidar el asunto de la confiscación de la fianza,
International aceptó que no pudo dar con el paradero del
acusado
y
que
jurisdicción.
presumía
que
éste
se
había
evadido
de
la
No obstante, la fiadora alertó al tribunal que
había descubierto que la información provista por el acusado
era falsa y se trataba de un aparente robo de identidad. Por
ello, International solicitó que se le permitiera presentar
prueba
sobre
el
asunto
del
aparente
fraude
de
identidad
cometido por el acusado en aras de eximirle del pago de la
fianza.
petición.
El foro de instancia, sin embargo, no accedió a esta
En su lugar, decretó la confiscación de la fianza
ya que la compañía no había podido presentar al acusado.
CC-2008-846
5
Inconforme,
International
acudió
ante
el
Tribunal
de
Apelaciones, el cual confirmó la sentencia dictada por el
foro de instancia y determinó que la fiadora debió ser más
diligente para corroborar la identidad del acusado.
Insatisfecha aún, International presentó el recurso que
nos
ocupa
síntesis,
y
señaló
alegó
que
la
comisión
los
de
tribunales
varios
a
quo
errores.
erraron
al
En
no
exonerarla de la fianza y al no decretar la nulidad del
contrato por razón de vicios del consentimiento, toda vez que
medió
un
error
esencial
en
la
identidad
del
acusado.
International señaló también que el foro apelativo intermedio
incidió al determinar que ésta no había sido diligente al
identificar al acusado previo a fiarlo y al concluir que no
era suficiente descansar en la información provista en la
denuncia,
pues
ésta
era
susceptible
de
ser
enmendada
en
cualquier momento. Del mismo modo, adujo que el Tribunal de
Apelaciones erró en su determinación de que la fiadora no
había
ejercido
la
diligencia
requerida
para
asegurar
la
comparecencia del fiado según se comprometió a hacerlo. Por
último, sostuvo que el foro de instancia debió permitirle a
la fiadora presentar evidencia sobre la nulidad del contrato
por vicios del consentimiento.
Examinado
el
recurso,
expedimos
el
auto.
Con
el
beneficio de la comparecencia de ambas partes, procedemos a
resolver.
CC-2008-846
6
II.
A.
La Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico
garantiza a todo acusado en un proceso criminal el derecho a
permanecer en libertad bajo fianza antes de mediar un fallo
condenatorio. Art. II, Sec. 11, Const. E.L.A., L.P.R.A., Tomo
1.
Del mismo modo, la Regla 218 de Procedimiento Criminal
dispone
que
toda
persona
arrestada
por
cualquier
delito
tendrá derecho a quedar en libertad bajo fianza hasta tanto
recaiga una condena en su contra.
218.
El
propósito
comparecencia
del
de
dicho
acusado
34 L.P.R.A. Ap. II, R.
derecho
en
las
es
garantizar
diversas
etapas
la
del
procedimiento criminal celebrado en su contra y asegurar su
sumisión a las órdenes y citaciones del tribunal. 34 L.P.R.A.
Ap. II, R. 219(a); Pueblo v. Negrón Vázquez, 109 D.P.R. 265,
266-67 (1979).
Conforme al ordenamiento procesal vigente, la fianza se
podrá
prestar
por
una
compañía
autorizada
para
prestar
fianzas o por un fiador residente en Puerto Rico que posea
bienes inmuebles en la isla. Además, ésta deberá ser suscrita
o reconocida ante un magistrado o secretario de un tribunal.
34 L.P.R.A. Ap. II, R. 220.
En virtud de lo anterior, hemos resuelto que el contrato
de fianza en el contexto de un procedimiento criminal es un
acuerdo entre el Estado y el fiador mediante el cual éste
último se compromete a garantizar la presencia del imputado
de delito en todas las etapas del proceso judicial llevado en
CC-2008-846
su
contra.
Pueblo
v.
7
Pueblo
Cía.
de
v.
Colón,
Fianzas
161
de
D.P.R.
P.R.,
254,
139
260
D.P.R.
(2004);
206,
211
(1995); Pueblo v. Félix Avilés, 128 D.P.R. 468, 480 (1991).
Como
parte
de
dicho
acuerdo,
el
fiador
accede
a
la
confiscación del monto de la fianza a favor del Estado si la
persona fiada incumple con las órdenes del tribunal. Pueblo
v. Soto Ortiz, 151 D.P.R. 619, 626 (2000); Pueblo v. Félix
Avilés, supra.
En vista del compromiso que hace el fiador de
garantizar la comparecencia del acusado, hemos resuelto que
su responsabilidad va más allá de prestar la fianza.
En
específico, queda obligado a tomar parte activa en el proceso
penal para estar al tanto del paradero del fiado y así poder
asegurarse que éste comparecerá al tribunal cuando se le
requiera. Pueblo v. Colón, supra, págs. 260-61.
Según
las
incomparecencia
Reglas
o
de
Procedimiento
incumplimiento
del
Criminal,
acusado
ante
con
la
las
condiciones impuestas por el tribunal, se le ordenará al
fiador
fianza.
mostrar
causa
por
la
cual
no
deba
confiscarse
la
Si la explicación resulta satisfactoria para el
tribunal, podrá dejar la fianza sin efecto.
De lo contrario,
dictará sentencia sumaria en contra del fiador y ordenará su
confiscación.
No obstante, la sentencia dictada no será
firme ni ejecutable hasta cuarenta días después de haberse
notificado, por lo que podrá dejarse sin efecto si el fiador
lleva al acusado ante el tribunal en dicho término.
34
L.P.R.A. Ap. II, R. 227(a); Pueblo v. Rivera Segarra, supra;
CC-2008-846
Pueblo
v.
8
Newport
Bonding
&
Surety
Co.,
145
D.P.R.
546
(1998).
De
modo
similar,
se
dispone
que,
antes
de
que
sea
ejecutada dicha sentencia, el tribunal tendrá discreción para
dejarla sin efecto si el fiador ha llevado al acusado ante el
tribunal y éste puede constatarlo a su satisfacción.
Dicha
solicitud deberá hacerse dentro de un término razonable, pero
nunca
después
de
transcurridos
registrado la sentencia.
seis
meses
de
haberse
34 L.P.R.A. Ap. II, R. 227(a).
A pesar de que la fianza para garantizar la comparecencia
de un acusado se suscita en el contexto de un procedimiento
criminal,
su
confiscación
y
ejecución
se
rigen
por
un
procedimiento especial de carácter civil cuya finalidad es
hacer cumplir una obligación contractual del fiador a favor
del Estado. Pueblo v. Martínez Hernández, 158 D.P.R. 388, 397
(2003).
B.
Por otro lado, el contrato de fianza es un acuerdo entre
dos partes regulado por los preceptos del derecho civil.
En
lo pertinente, el Código Civil dispone que la fianza es el
mecanismo mediante el cual una parte se obliga a pagar o
cumplir por un tercero, en caso de que éste no lo haga. 31
L.P.R.A. sec. 4871.
Se trata de un contrato consensual que
se perfecciona por el mero consentimiento, sin estar sujeto a
requisitos
de
forma
o
exigencias
particulares.
J.
Puig
Brutau, Fundamentos de Derecho Civil, Tomo II, Vol. II, 1982,
pág. 590; J.R. Vélez Torres, Curso de Derecho Civil: Derecho
CC-2008-846
de
9
Contratos,
además,
Tomo
IV,
Professional
Vol.
II,
Underwriters
D.P.R. 536, 543 (1988).
1990,
v.
pág.
Dis.
536.
Véase,
Automotriz,
121
No obstante, la fianza siempre debe
ser expresa, pues su existencia no se presume. 31 L.P.R.A.
sec. 4876.
En lo que respecta al contrato de fianza otorgado en el
contexto de un procedimiento penal, dicho contrato es sui
géneris, ya que en su interpretación y ejecución se combinan
asuntos de derecho civil y de derecho procesal penal.
Así lo
hemos destacado en el pasado al reconocer que, a pesar de que
su
existencia
eventualidades
y
de
eficacia
un
proceso
están
supeditadas
criminal,
se
trata
a
las
de
una
obligación contractual que otorga una garantía de carácter
monetario.
Pueblo v. Martínez Hernández, supra, pág. 401.
En virtud de ello, surge una figura de naturaleza mixta que
integra aspectos de derecho civil con elementos propios de
las acciones penales.1
De manera particular, en el contrato de fianza suscitado
en
el
ámbito
del
procedimiento
criminal
se
impone
el
mencionado requisito de que un magistrado o secretario de un
tribunal autorice la fianza.
Criminal, supra.
se
cumplen
las
Regla 220 de Procedimiento
Ello así, en aras de que éste verifique si
exigencias
que
se
requieren
persona o entidad pueda fungir como fiador.
para
que
una
Véase, además,
Regla 221 de Procedimiento Criminal, 34 L.P.R.A. Ap. II.
1
Cabe señalar que los contratos de fianza criminal se rigen
también por las disposiciones del Código de Seguros
referentes a los contratos de garantía.
Véase 26 L.P.R.A.
secs. 2201-05.
CC-2008-846
10
Asimismo,
las
Reglas
de
Procedimiento
Criminal
que
disponen el proceso para la confiscación de la fianza ante la
incomparecencia del acusado nos refieren a las Reglas de
Procedimiento Civil, 32 L.P.R.A. Ap. III, y establecen que,
una
vez
la
sentencia
confiscatoria
adviene
firme
y
ejecutoria, ésta se hará valer del modo ordinario que se
ejecutan
las
sentencias
civiles.
Véanse,
Regla
227
de
Procedimiento Civil, supra; Pueblo v. Del Valle, 35 D.P.R.
478, 480 (1926).
En ese sentido, hemos resuelto que la
ejecución de la sentencia confiscatoria de la fianza es un
proceso civil en el cual se admite la imposición de intereses
según
dispone
L.P.R.A.
cuales
Ap.
se
la
Regla
44.3
de
III,
para
todas
aquellas
ordene
el
pago
de
Procedimiento
dinero.
Civil,
sentencias
Pueblo
v.
en
32
las
Martínez
Hernández, supra, pág. 402.
Así, pues, el ordenamiento procesal relacionado con la
fianza incorpora asuntos propios del derecho civil en lo
referente a la ejecución del referido contrato.
En atención
a que la prestación de la fianza se perfecciona mediante un
contrato, debemos examinar los elementos de dicho acuerdo a
la luz de la doctrina general de la contratación.
C.
Es
una
norma
ampliamente
conocida
que
existen
tres
requisitos indispensables para la validez de los contratos:
consentimiento de los contratantes, objeto cierto que sea
materia
del
contrato
y
causa
de
la
obligación
que
se
establezca. 31 L.P.R.A. sec. 3391; Acevedo Mangual v. SIMED,
CC-2008-846
11
res. el 14 de julio de 2009, 2009 T.S.P.R. 122; Quiñones
López v. Manzano Pozas, 141 D.P.R. 139, 154 (1996).
En
vista
de
consentimiento
lo
anterior,
será
nulo
se
cuando
ha
establecido
se
preste
que
por
el
error,
violencia, intimidación o dolo. 31 L.P.R.A. sec. 3404; Pérez
Rosa v. Morales Rosado, res. el 28 de septiembre de 2007,
2007
T.S.P.R.
171.
El
Artículo
1218
del
Código
Civil
establece, en lo pertinente, que para que el error invalide
el consentimiento deberá recaer sobre la sustancia de la cosa
que fuere objeto del contrato o sobre aquellas condiciones
esenciales de ésta que principalmente hubiesen dado motivo a
celebrarlo. 31 L.P.R.A. sec. 3405.
Lube
v.
Ortiz
Rolón,
94
Véanse, además, Girod
D.P.R.
406,
414
(1967);
Capó
Caballero v. Ramos, 83 D.P.R. 650, 672 (1961).
Según
indica
Puig
Brutau,
cuando
ocurre
este
tipo
de
error –llamado error propio o vicio del consentimiento- la
declaración de la voluntad de la parte contratante concuerda
con su intención de contratar, mas su decisión se basa en una
representación que no es real, provocada por ignorancia o
información falsa.
J. Puig Brutau, Fundamentos de Derecho
Civil, Tomo II, Vol. I, 1988, pág. 81.
Es decir, la parte
tiene
el
la
intención
determinado
objeto,
de
llevar
pero
a
cabo
desconoce
que
contrato
éste,
sobre
o
sus
condiciones esenciales, no son las que se le representan. Por
tanto, de haber sabido de antemano la verdadera situación, no
habría realizado el negocio jurídico.
CC-2008-846
12
Así, pues, se han establecido ciertos requisitos para que
el error propio invalide el consentimiento del contratante de
forma tal que el contrato sea ineficaz.
En primer lugar, el
error ha de ser esencialmente determinante de la voluntad del
que lo alega, de modo que de haber conocido la inexactitud
que dio lugar al error, la voluntad del contratante sería
distinta. De otra parte, debe existir una relación causal
entre el error y la finalidad que perseguía el contratante,
de manera que el propósito que éste tenía se vea frustrado
como consecuencia del error que afectó su voluntad.
Por
último, el error nunca se presumirá y deberá ser excusable,
por lo que aquel que alegue su existencia tendrá la carga de
probarlo. Vélez Torres, op. cit., págs. 51-53.
A
su
debemos
vez,
para
evaluar
si
determinar
se
pudo
si
el
haber
error
evitado
es
excusable,
mediante
una
diligencia razonable por la parte que lo invoca, tomando en
cuenta si las personas involucradas en la contratación son
conocedoras o expertas en la materia objeto del contrato.
Capó Caballero v. Ramos, supra, pág. 677; Puig Brutau, op.
cit., Vol. I, pág. 91.
De esta forma, aun cuando el error
recaiga sobre un elemento esencial, sólo será suficiente para
anular el negocio si se considera que es un error excusable,
causado por hechos desconocidos que la parte que lo invoca no
pudo descubrir mediante un grado mediano de cuidado. Rosa
Valentín v. Vázquez Lozada, 103 D.P.R. 796, 812 (1975); Girod
Lube v. Ortiz Rolón, supra, págs. 414-15; Capó Caballero v.
Ramos, supra, pág. 673.
CC-2008-846
Con
13
estos
preceptos
en
mente,
pasemos
a
analizar
concretamente la controversia ante nuestra consideración.
III.
A.
International
alega,
esencialmente,
que
los
foros
inferiores erraron al determinar la validez del contrato de
fianza y ordenar su confiscación, toda vez que al momento de
suscribir dicho acuerdo mediaron vicios del consentimiento en
cuanto a la identidad de la persona fiada.
En atención a
ello, aduce que el contrato de fianza es nulo.
Para evaluar
tales aseveraciones, debemos considerar si se configuraron
los tres requisitos esenciales que exige el Código Civil para
todos
los
contratos:
consentimiento,
objeto
y
causa.
31
L.P.R.A. sec. 3391.
El consentimiento en estos casos es aquel que prestan el
Estado y la compañía de fianzas al acordar que, ante la
incomparecencia del acusado, la fiadora entregará la cantidad
acordada a favor del Estado.
intención
quedó
evidenciada
En el caso de autos, dicha
mediante
la
comparecencia
de
ambas partes al otorgamiento del documento de fianza, en el
cual International ofreció garantizar la comparecencia del
acusado, y el Estado, a través del juez o secretario que
suscribe el documento, aceptó que se prestara la referida
fianza. Véase 31 L.P.R.A. sec. 3401.
objeto
del
contrato
en
este
tipo
De otra parte, el
de
acuerdos
es
la
comparecencia del acusado que la fiadora se compromete a
garantizar.
Íntimamente relacionado con ello, la causa de
CC-2008-846
14
dichos contratos es la garantía de que, en caso de que el
acusado no comparezca a los señalamientos del tribunal, la
fiadora entregará la cantidad pactada al Estado.
Así, pues,
de primera intención, el contrato de fianza otorgado por
International a favor de Javier De Jesús Carrillo aparenta
cumplir con los tres requisitos antes mencionados.
Ahora bien, la fiadora alega que su consentimiento estuvo
viciado
al
haber
prestado
la
fianza
por
una
persona
aparentemente cometió fraude en cuanto a su identidad.
que
Para
atender dicho señalamiento, debemos evaluar si, en efecto, el
error en la identidad del fiado constituyó un error propio
sobre
el
objeto
del
contrato
o
sobre
sus
condiciones
esenciales que invalidó el consentimiento prestado por la
compañía, según dispone el Artículo 1218 del Código Civil,
supra.
Según
mencionáramos,
el
objeto
del
contrato
fue
comparecencia del acusado que garantizó la fiadora.
la
Sin
duda, la identidad de la persona es una condición esencial
que da motivo a la celebración del contrato de fianza entre
el fiador y el Estado, toda vez que es imposible garantizar
la
comparecencia
de
alguien
sin
conocer
información y circunstancias personales.
su
nombre,
Por lo tanto, el
hecho de que la persona a ser fiada no era quien dijo ser y
su información y datos personales correspondían a un tercero
ajeno al proceso ciertamente constituye un error sobre las
condiciones esenciales del objeto del contrato. Se trata,
pues, del error propio capaz de invalidar el consentimiento
CC-2008-846
15
de quien accede a prestar la fianza.
de la doctrina antes esbozada,
error
cumple
con
los
No obstante, a la luz
corresponde evaluar si dicho
requisitos
necesarios
para
que
se
invalide el contrato.
En primer lugar, debemos determinar si se trata de un
error sobre un elemento del contrato que fue esencialmente
determinante de la voluntad de quien reclama la existencia
del error. En el caso de autos, al ser la comparecencia de un
acusado el propósito central del contrato, resulta evidente
que la identidad de la persona es un factor esencial para
decidir si se presta o no la fianza a su favor, por lo que
entendemos que dicho requisito fue satisfecho.
Asimismo, hay que considerar si existe un nexo causal
entre el error alegado y la finalidad de la contratación.
Si
la
la
finalidad
del
contrato
de
fianza
es
garantizar
comparecencia de una persona, y resulta que la identidad de
ésta es errónea, dicho error crea un impedimento para llevar
a cabo el fin del contrato.
Por tanto, este factor también
está presente en el caso ante nuestra consideración.
De otra parte, la condición de que el que alegue el error
tenga el peso de la prueba para demostrar su existencia –pues
el error no se presume- también se ha cumplido en el caso de
autos.
Es evidente que la fiadora es quien tiene el peso de
la prueba de demostrar que el error alegado efectivamente
ocurrió y que no pudo evitarlo. International descubrió el
error luego de una investigación realizada para dar con el
paradero de Javier De Jesús Carrillo una vez éste dejó de
CC-2008-846
16
comparecer al procedimiento y así lo ha intentado demostrar
ante los foros judiciales.
Primera
Instancia,
presentar
prueba
la
En la vista ante el Tribunal de
fiadora
sobre
las
solicitó
diligencias
la
oportunidad
realizadas
que
de
le
llevaron al descubrimiento del error en la identidad del
fiado,
así
como
correctamente
y
de
sus
esfuerzos
localizarlo.2
No
para
obstante,
identificarlo
el
foro
de
instancia no lo permitió.
A pesar de ello, entendemos que surge del expediente que
la fiadora ha cumplido con probar satisfactoriamente que, en
efecto, el acusado proveyó una identidad falsa que vició su
consentimiento al suscribir el contrato de fianza.
Además,
el Procurador General ha admitido en sus comparecencias que
se trató de un fraude de identidad que no pudo ser detectado
ni por el Estado ni por el fiador hasta que el acusado
desapareció, por lo que estimamos que la existencia del error
ha quedado probada.
Por último, resta determinar si se trata de un error
excusable.
Como
señaláramos,
ello
conlleva
realizar
una
evaluación de la diligencia desplegada por el que invoca el
error y constatar que éste no fue causado por la negligencia
de
dicha
parte.
Específicamente,
debemos
resolver
si
International fue diligente al identificar al fiado previo a
2
Para ello, se propuso presentar los testimonios de la Sra.
Rosa Carrillo Feliciano, madre del verdadero Javier De Jesús
Carrillo, el Sr. José Rivera, administrador del Condominio
La Mancha en Isla Verde, y los Sres. Daniel Pizarro Flores y
Frankie López Bonano, agente investigador y apoderado,
respectivamente, de la compañía fiadora.
Consta en el
expediente un resumen de lo que hubiese declarado cada uno
de estos testigos.
CC-2008-846
17
otorgar el contrato de fianza. Para ello, debemos examinar
las
circunstancias
particulares
del
caso
y
los
hechos
pertinentes relacionados con la prestación de la referida
fianza.
B.
En el caso de autos, International prestó la fianza a
favor de Javier De Jesús Carrillo poco más de tres meses
luego de que éste fuera arrestado por la Policía de Puerto
Rico.
Durante esos tres meses, el acusado estuvo todo el
tiempo bajo la custodia del Estado.
En particular, luego de
su arresto por la Policía de Puerto Rico, el Departamento de
Justicia –a través de sus fiscales-, la Oficina de Servicios
con Antelación al Juicio y, finalmente, la Administración de
Corrección
tuvieron
su
control
y,
de
hecho,
permaneció
confinado suficiente tiempo para que el Estado investigara
sobre su identidad. Por lo tanto, debemos evaluar si fue
razonable que la fiadora descansara en la identificación que
realizó el Estado al momento de prestar su consentimiento al
contrato de fianza, en aras de determinar si tal error fue
excusable para fines de la validez del contrato.
Para
ello,
resulta
pertinente
destacar
que
en
su
comparecencia ante nos el Procurador General señala que el
Estado no cometió un error al identificar al acusado, sino
que fue víctima del fraude perpetrado por éste al apropiarse
de la identidad de un tercero.
El Estado admite que el
fraude fue imposible de detectar, aun cuando verificó la
identidad del acusado mediante los mecanismos disponibles: el
CC-2008-846
18
requerimiento de los documentos de identificación, la toma de
fotografías
y
huellas
digitales
y
la
verificación
de
la
información por la O.S.A.J.3 Así, pues, cuando International
prestó la fianza, el acusado llevaba tres meses encarcelado
en una institución penal y durante ese período el Estado no
se percató de que se trataba de una identidad falsa. Fue
precisamente
en
estos
hechos
que
descansó
la
fiadora
al
suscribir el contrato de fianza en nombre del acusado.
Adviértase, además, que no se trata de un mero error en
el nombre de la persona, sino de toda una identidad falsa,
incluyendo direcciones, fecha y lugar de nacimiento y número
de seguro social, herramientas esenciales para localizar a
una persona. En este caso, al utilizar dicha información,
International dio con el paradero del verdadero Javier De
Jesús Carrillo.
De haber sido el acusado realmente Javier De
Jesús Carrillo, International habría cumplido con el deber de
garantizar su comparecencia.
aparente
robo
de
identidad
Se trata, sin embargo, de un
en
el
que
la
persona
acusada
asumió la identidad de otro, proveyó todos los documentos
corroborativos de ésta como si fueran suyos y logró burlar a
todas las partes involucradas en este proceso.
3
Cabe señalar que una de las funciones principales de dicha
oficina es “recopilar y verificar información sobre el
historial socioeconómico, escolaridad, empleo, residencia,
lazos con la comunidad y cualquier otra información,
incluyendo la adicción o dependencia del alcohol o sustancias
controladas, que le sirva al tribunal de guía para determinar
los medios para poner en libertad provisional a toda persona
arrestada por imputársele la comisión de un delito.” 4
L.P.R.A. sec. 1304.
CC-2008-846
19
En ese sentido, el Tribunal de Apelaciones concluyó que
la información y los datos contenidos en la denuncia y la
acusación –los cuales International entendió correctos- no
son garantía absoluta de su corrección, pues éstos podrían
ser modificados mediante la enmienda correspondiente.
No
obstante,
de
somos
del
criterio
que
lo
anterior
pierde
perspectiva que no estamos ante un error en el nombre que
aparece en los referidos documentos, el cual ciertamente se
puede enmendar en cualquier momento, sino ante un fraude de
identidad que impidió a la fiadora cumplir con su deber.
En
vista
exigirle
a
de
la
estos
hechos
fiadora
que
particulares,
llevara
a
no
cabo
podemos
gestiones
extraordinarias para detectar el fraude perpetrado previo a
otorgar el contrato de fianza, ni cuestionar la confianza en
los métodos de identificación y procesos de corroboración
utilizados por al menos cuatro entidades del Estado para
mantener al acusado en una institución penal aguardando su
día
en
corte.
razonablemente
Por
ello,
entendemos
diligente
al
que
tomar
la
fiadora
fue
cierta
la
como
identificación realizada por el Estado.
En su sentencia, el Tribunal de Apelaciones expuso que la
fiadora “debió hacer un ejercicio razonable de solicitarle al
imputado
una
identificación
con
foto
u
otro
medio
de
identificación para asegurarse que era quien decía ser o
corroborara su verdadera identidad”. Sentencia del Tribunal
de Apelaciones, pág. 14.
en
este
caso,
el
No obstante, debemos recalcar que,
acusado
se
encontraba
confinado
en
una
CC-2008-846
20
institución penal.
los
confinados
Como es sabido, al ingresar a la cárcel,
son
despojados
de
todas
sus
pertenencias,
incluyendo sus documentos de identificación, y éstas pasan a
la custodia del Estado.
Es el Estado, entonces, quien provee
a la fiadora los mencionados documentos.
las
identificaciones
con
foto
En vista de ello,
fueron
provistas
a
International y de éstas no se desprendía que fueran falsas o
correspondieran
a
una
identidad
robada.
Si
la
diligencia
exigible en estos casos se limitara a verificar las tarjetas
de identificación, es evidente que ello, no sólo se cumplió,
sino
que
fue
insuficiente
para
advertir
el
error
en
la
identidad del acusado.
En el caso de autos, el individuo que se hizo llamar
Javier De Jesús Carrillo incurrió en conducta que afectó los
intereses de todas las partes involucradas en el proceso. El
Estado vio afectado su interés y objetivo de enjuiciar a las
personas que cometen delitos, mientras que la fiadora puso en
riesgo una cantidad sustancial de dinero para garantizar un
deber imposible de cumplir.
El mero hecho de que la fiadora
reciba una prima a cambio de prestar la fianza no es razón
suficiente para castigarle por las acciones de un acusado que
engañó a todos y evadió su responsabilidad ante el proceso
criminal
instado
en
su
contra.
Ello,
más
aún,
cuando
la
fiadora descansó razonablemente en la información recopilada,
verificada y provista por el Estado, el cual, dicho sea de
paso, es la otra parte contratante.
CC-2008-846
Las
21
Reglas
de
Procedimiento
Criminal
no
contemplan
expresamente la situación de invalidez del contrato de fianza
por fraude en la identidad del fiado como una situación que
exima al fiador de pagar la cantidad fijada. Sin embargo, y
según analizáramos anteriormente, la fianza en el contexto
del proceso penal no se presta en el vacío, sino que se
viabiliza a través de un contrato. Pueblo v. Colón, supra,
pág. 260.
Es por esto que la doctrina general de contratos
en este caso nos obliga a concluir que el consentimiento
prestado por la fiadora estuvo viciado por el error en la
identidad del acusado.
En vista de ello, y tras determinar
que el error fue excusable, no podemos sujetar a la compañía
de fianzas al cumplimiento de los términos de un acuerdo en
el cual no contaba con todos los elementos necesarios para
prestar su anuencia adecuadamente.4
4
A modo ilustrativo, consideramos prudente señalar que en
algunas jurisdicciones de Estados Unidos se ha aceptado la
falsedad o fraude en la identidad del fiado como una
justificación válida para eximir a las fiadoras del pago de
la fianza.
Por ejemplo, en el estado de Georgia existe
legislación
que
establece
que
los
tribunales
podrán,
discrecionalmente, relevar de responsabilidad a un fiador
cuando el fiado utilizó un nombre falso mientras estuvo
encarcelado, excepto cuando el fiador sabía o debió haber
sabido tal hecho, siempre que le demuestre al tribunal que
actuó diligentemente. Véase O.C.G.A. sec. 17-6-31 (d)(2); R.
Bozman, Criminal Procedure: Bonds and Recognizances: Release
Surety from Liability at Discretion of the Court When the
Principal Uses a False Name, 14 Ga. St. U.L. Rev. 106 (1997).
Asimismo, en Louisiana se resolvió que, en un caso en que
el imputado proveyó el nombre de su hermano a las
autoridades, la fiadora “reasonably relied on the information
obtained by the Sheriff’s Office; thus, it should not be
penalized because that information was erroneous”. State v.
Turner, 893 So. 2d 900, 904 (2004).
CC-2008-846
En
el
22
curso
ordinario
de
sus
negocios,
International
otorgó su consentimiento para otorgar un contrato con el
Estado con el fin de prestar la fianza para garantizar la
comparecencia de Javier De Jesús Carrillo.
No obstante, su
decisión de prestar la referida fianza estuvo basada en una
falsa
representación
en
cuanto
a
la
identidad
de
dicha
persona. Por consiguiente, resolvemos que en vista de que el
acusado estuvo bajo la custodia del Estado durante tres meses
y
su
identidad
fue
verificada
y
aceptada
por
varios
organismos gubernamentales –incluyendo aquellos cuya función
principal
es
corroborar
la
información
personal
de
los
acusados-, International no incurrió en falta de diligencia
al identificar y fiar a Javier De Jesús Carrillo.
Ello
constituyó un error excusable que vició su consentimiento al
momento de suscribir el contrato de fianza, por lo que éste
es nulo.
En vista de lo anterior, no procede la confiscación
de la fianza ante la incomparecencia del acusado.
Ahora bien, aclaramos que lo resuelto en el día de hoy no
constituye –de forma alguna- una carta blanca a las fiadoras
para descansar ciegamente en la información recopilada por el
Estado y dejar de ejercer un esfuerzo diligente y razonable
para
identificar
adecuadamente
a
las
personas
cuya
____________________________
Otras jurisdicciones utilizan el criterio de la discreción
judicial al momento de determinar si procede exonerar a un
fiador de responsabilidad, aun cuando no se haya podido
entregar al acusado al tribunal. Véanse, e.g., Fed. R. Crim.
P., Rs. 46(f)(2)(B), 46(g); Colorado Revised Statues sec. 164-112 (5)(h); Idaho Code sec. 19-2917, Idaho Crim. Rule 46
(e)(4); Utah Code Ann. sec. 77-20b-101 (4)(e); State v. Beck,
167 P.3d 788 (Idaho App. 2007); People v. Escalera, 121 P.3d
306 (Colo. App. 2005).
CC-2008-846
23
comparecencia garantizan.
una
norma
absoluta
que
Tampoco se debe considerar como
exima
de
responsabilidad
a
las
fiadoras en cualquier instancia en que resulte que el fiado
proveyó información falsa o cometió fraude de identidad.
tribunales
deberán
evaluar
los
hechos
de
cada
caso
Los
para
determinar si la diligencia desplegada fue razonable a la luz
de la totalidad de las circunstancias.
IV.
Por
los
fundamentos
antes
expuestos,
revocamos
la
sentencia del Tribunal de Apelaciones y la confiscación de la
fianza ordenada por el Tribunal de Primera Instancia.
Así
lo
pronunció,
manda
el
Secretaria del Tribunal Supremo.
Tribunal
y
certifica
la
La Jueza Asociada señora
Pabón Charneco emitió Opinión Disidente a la cual se unen los
Jueces
Asociados
señores
Martínez
Torres
y
Kolthoff
Caraballo.
Aida Ileana Oquendo Graulau
Secretaria del Tribunal Supremo
EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO
El Pueblo de Puerto Rico
Recurrido
v.
CC-2008-486
Javier De Jesús Carrillo
Certiorari
Acusado
International Fidelity
Insurance Company
Fiadora-Peticionaria
Opinión disidente emitida por la Jueza Asociada señora Pabón
Charneco a la que se le une el Juez Asociado señor Martínez Torres
y el Juez Asociado señor Kolthoff Caraballo.
San Juan, Puerto Rico, a 30 de diciembre de 2009.
Disiento
Tribunal
de
respecto
la
a
Sentencia
la
dictada
determinación
de
por
el
que
no
procede la confiscación de la fianza por existir un
vicio
en
el
consentimiento
que
invalidó
el
contrato. Esto tras descubrirse que la identidad
que el acusado proveyó a las autoridades era falsa;
información
en
la
que
descansó
la
fiadora
para
medir su riesgo. Discrepo por entender que, aunque
el error cometido es uno esencial o determinante
para la celebración del contrato, la fiadora no
desplegó
la
conocedora
de
obligaciones
diligencia
este
según
exigible
negocio
ni
a
una
cumplió
persona
con
sus
dispuesto en las Reglas de
CC-2008-846
2
Procedimiento
Criminal
pertinentes y las interpretaciones
provistas por este Tribunal.
I
El 13 de abril de 2007, un individuo identificado como
Javier De Jesús Carrillo fue intervenido y arrestado por
alegada violación al Artículo 401 de la Ley Núm. 4 de 23 de
junio
de
1971,
según
enmendada,
conocida
como
Ley
de
Sustancias Controladas de Puerto Rico, 24 L.P.R.A. sec.
2401. Esta persona proveyó al agente del orden público una
licencia
de
conducir
con
foto
y
firma
del
estado
de
California, una tarjeta de seguro social con su nombre,
número y firma, y una tarjeta de identificación del estado
de Nevada con foto y firma.
un
condominio
apuntar
que
corroboraba
ubicado
ninguno
la
en
de
dirección
Además, informó que residía en
el
área
los
de
Isla
documentos
ofrecida
Verde.
Cabe
presentados
verbalmente
por
el
acusado.
El 14 de abril de 2007, el Ministerio Público sometió
la denuncia a base de la información suministrada. Ese
mismo día fue celebrada la vista de determinación de causa
para arresto, en la que se determinó causa probable para el
mismo
y
se
fijó
una
fianza
por
la
suma
de
cien
mil
($100,000) dólares. Conforme al proceso correspondiente, el
individuo fue entrevistado e investigado por un oficial de
CC-2008-846
3
la Oficina de Servicios con Antelación al Juicio (OSAJ).5
Al no poder prestar la cantidad impuesta, éste fue fichado
por la Oficina de Servicios Técnicos de la Policía y,
posteriormente,
ingresado
al
Centro
de
Detención
Correccional de Bayamón.
El
23
de
julio
de
2007,
International
Fidelity
Insurance Company (International o “la fiadora”), prestó la
fianza correspondiente a favor del acusado tras descansar
en la información obtenida por el Estado.
5
No obstante,
El procedimiento de evaluación e investigación de la información
suministrada por los imputados es llevado conforme al Reglamento sobre
procedimientos uniformes para la evaluación, recomendación de libertad
provisional, supervisión y seguimiento de imputados de delito bajo la
jurisdicción de la Oficina de Servicios con Antelación al Juicio,
Reglamento Núm. 5991, Departamento de Estado, 6 de julio de 1999. Éste
incluye una entrevista inicial con un Oficial de la Unidad de
Evaluación y Recomendación de la Oficina de Servicios con Antelación
al Juicio (OSAJ) quien recoge la información demográfica ofrecida por
el imputado y la verifica en los sistemas de información disponibles.
Tal como expone el Artículo 6(c) de la Ley Núm. 177 de 12 de agosto de
1995, según enmendada, conocida como Ley de la Oficina de Servicios
con Antelación al Juicio, 4 L.P.R.A. sec. 1307, éstos incluyen el
Sistema de Información de Justicia Criminal (SIJC), el National Crime
Information Center (NCIC), el Vehicle and Driver Information System
(VADIS/DAVID), la Oficina de la Administración de los Tribunales (OAT)
y cualesquiera otros sistemas de información análogos.
Una vez realizada dicha búsqueda, el Oficial cumplimenta el
formulario Informe (que se nutre también de información provista por
el imputado en una segunda entrevista) y que se somete con las debidas
recomendaciones al tribunal luego de evaluar la información de acuerdo
con los Criterios de Evaluación de Riesgo para Recomendaciones al
Tribunal y supervisión por OSAJ. No obstante, no es hasta que el
tribunal decreta la libertad provisional bajo la jurisdicción de la
Oficina que ésta toma fotografías del liberado y las registra en el
Registro de Cámara Instantánea. Además, le solicita al liberado en la
denominada “entrevista social” ciertos documentos con el propósito de
verificar
sus
datos
personales.
Éstos
incluyen:
cartas
de
recomendación de vecinos, amigos o familiares con dirección y
teléfonos distintos, recibo reciente de luz, agua o teléfono,
certificado de buena conducta, acta de nacimiento, entre otros. Es en
esta etapa que las referencias y la información provistas por el
liberado son, pues, verificadas por los recursos humanos de la
Oficina, incluyendo la realización de las investigaciones de campo
pertinentes.
Esta información sirve para determinar los niveles de
supervisión requeridos. Reglamento sobre procedimientos uniformes para
la evaluación, recomendación de libertad provisional, supervisión y
seguimiento de imputados de delito bajo la jurisdicción de la Oficina
de Servicios con Antelación al Juicio, supra, págs. 42-43, 54.
CC-2008-846
éste
no
4
compareció
al
juicio
en
su
fondo.
Como
consecuencia, el tribunal emitió una orden de mostrar causa
por
la
cual
no
se
debía
confiscar
la
fianza,
siendo
notificada ésta el 13 de agosto de 2007. En dicha fecha
International comenzó una investigación para dar con el
paradero del acusado.
La fiadora, entonces, se percató de
que la identidad ofrecida por éste no concordaba con la del
verdadero
Javier
De
Jesús
Carrillo
y
lo
comunicó
al
tribunal.
En una segunda vista
el
13
de
noviembre
de
para mostrar causa – celebrada
2007
luego
de
que
la
fiadora
solicitara tiempo adicional para localizar al fiado – el
tribunal consideró que no medió explicación satisfactoria
para el incumplimiento de las condiciones de la fianza por
lo
que
dictó
sentencia
sumaria
contra
la
confiscando el importe de la referida fianza.
fiadora
Ésta fue
notificada el 6 de diciembre de 2007.
Inconforme,
Apelaciones
y
International
tras
la
recurrió
confirmación
al
de
Tribunal
la
de
sentencia
recurrida por tal foro, acude ante nos.
II
En estrecha relación con la presunción de inocencia
que cobija a todo acusado, la Sección 11 del Artículo II de
la Constitución de Puerto Rico garantiza que:
CC-2008-846
5
Todo acusado tendrá derecho a quedar en libertad
bajo
fianza
antes
de
mediar
un
fallo
condenatorio.
La detención preventiva antes del juicio no
excederá de seis meses. Las fianzas y las multas
no serán excesivas. Art. II, Sec. 11, Const. P.R,
L.P.R.A., Tomo 1, ed. 2008, pág. 343.
En nuestro ordenamiento este derecho se hace efectivo
a través del contrato de fianza, sujeto a las exigencias de
las Reglas de Procedimiento Criminal, ya sea mediante el
reconocimiento de un fiador o por medio del depósito del
importe de la fianza por el acusado. No obstante, del
acusado no prestar la misma, el Estado lo mantendrá bajo su
custodia
por
constitucional
un
–
no
periodo
que
podrá
exceder
–
por
de
los
disposición
seis
meses.
Sánchez Álvarez v. González, 78 D.P.R. 849 (1955).
El contrato de fianza criminal es uno sui generis
entre el fiador y el Estado por el que el Estado transfiere
la
custodia
compromete
durante
del
a
todo
acusado
garantizar
el
al
la
fiador
y
éste
comparecencia
procedimiento
criminal
último
del
seguido
se
acusado
en
su
contra. Pueblo v. Colón, 161 D.P.R. 254 (2004); Pueblo v.
Martínez
Hernández,
158
D.P.R.
388
(2003);
Pueblo
Newport Bonding & Surety Co., 145 D.P.R. 546 (1998).
v.
No
obstante, como todo contrato de fianza siempre hay tres
partes involucradas – acreedor, deudor-fiado y fiador – lo
CC-2008-846
6
que da lugar a una serie de relaciones jurídicas entre
dichos sujetos que no pueden ser descartadas ligeramente.6
J. Alventosa del Río, La Fianza: Ámbito de Responsabilidad,
Granada, Ed. Comares, 1988, pág. 11.
En el contexto criminal, el contrato de fianza tiene
como
objetivo
asegurar
la
comparecencia
de
la
persona
acusada ante el tribunal a todas las etapas del proceso
judicial. Regla 219 de Procedimiento Criminal, 34 L.P.R.A.
Ap. II, R.219. Es por tal motivo que la responsabilidad del
fiador no se limita a la prestación de la fianza. Como
parte
de
las
particularidades
del
contrato
de
fianza
criminal, el fiador está obligado a tomar parte activa en
todo el proceso penal para estar al tanto del paradero del
imputado
de
delito
y
asegurar
su
sumisión
al
proceso
criminal pendiente. Pueblo v. Colón, supra, págs. 260-61;
Pueblo v. Martínez Hernández, supra. Esto presupone, por
tanto,
un
alto
grado
de
diligencia
de
su
parte,
particularmente en aquellos casos en los que la fiadora es
una corporación que se dedica lucrativamente a ese negocio.
Pueblo v. Colón, supra, pág. 266.
6
“Es normal que el contrato de fianza se celebre entre el acreedor de
otro y el fiador, por ser las partes acreedora y deudora en la
relación accesoria de fianza.
Sin embargo, la razón o causa
determinante de que alguien se obligue a pagar una deuda ajena está en
la relación que media entre el fiador y el deudor principal, que
deberá calificarse en cada caso según su propia naturaleza […], con
independencia de la relación de fianza que es la existente entre
acreedor y fiador”. J. Puig Brutau, Fundamentos de Derecho Civil, 3ra.
ed. Barcelona, Ed. Bosch, 1988, Tomo II, vol. I pág. 596.
CC-2008-846
Toda
7
vez
que
la
custodia
del
acusado
ha
sido
transferida al fiador, la incomparecencia del custodio ante
el tribunal representa el incumplimiento del fiador de sus
obligaciones.
Pueblo
v.
Colón,
supra.
Por
dicho
incumplimiento deberá responder con la garantía ofrecida
según
el
procedimiento
de
confiscación
de
fianza
establecido en la Regla 227(a) de Procedimiento Criminal,
supra, R. 227(a). Dicho precepto dispone que de no mediar
una explicación satisfactoria para el incumplimiento, el
tribunal procederá a dictar una sentencia sumaria contra
los fiadores y confiscará el importe de la fianza.
III
En el caso de autos, la fiadora aduce que medio vicio
en su consentimiento por error y que éste conlleva la
anulabilidad
del
contrato.
Esto
porque
confió
en
la
identificación provista por el Estado que mediante varias
de sus instituciones intervino, entrevistó y mantuvo la
custodia del individuo bajo una identidad falsa. Apunta,
además, que le es imposible ubicar y arrestar al acusado
debido al error de identidad cometido por la “crasa falta
de
diligencia”
del
Estado
que
le
“indujo
a
error”
haciéndola entrar a un contrato bajo falsa creencia. Por
tanto, procedemos a profundizar en el estudio del vicio en
el consentimiento por error y su aplicación en el contrato
de fianza.
CC-2008-846
Todo
8
contrato
contratantes,
de
requiere
un
objeto
del
consentimiento
cierto
que
sea
de
los
materia
del
contrato y de causa. 31 L.P.R.A. sec. 3391. A tenor con
estos requisitos, el Artículo 1217 del Código Civil expone
que
“[s]erá
nulo
el
consentimiento
prestado
por
error,
violencia, intimidación o dolo”. 31 L.P.R.A. sec. 3404. En
particular, el error como vicio en el consentimiento ocurre
cuando, “la ignorancia o una falsa información ha inducido
al declarante a decidir algo que no es lo que realmente le
hubiese interesado”. J. Puig Brutau, Fundamentos de Derecho
Civil, supra, pág. 81. No obstante, no todo error invalida
el
consentimiento
y,
por
consiguiente,
el
contrato.
Nuestro ordenamiento requiere, en lo pertinente, que éste
recaiga:
…sobre la sustancia de la cosa que fuere objeto
del contrato, o sobre aquellas condiciones de la
misma que principalmente hubiesen dado motivo a
celebrarlo.
El error sobre la persona sólo invalidará el
contrato cuando la consideración a ella hubiere
sido la causa principal del mismo.
El simple error de cuenta sólo dará lugar a su
corrección. 31 L.P.R.A. sec. 3405.
Cónsono
con
lo
anterior,
el
error
como
causa
de
invalidación del contrato es excepcional por presumirse la
CC-2008-846
9
validez del contrato y del consentimiento. Por tanto, quien
invoca el error tiene la carga de probarlo. Capó Caballero
v.
Ramos,
83
D.P.R.
650,
673
(1961);
L.
Díez-Picazo,
Fundamentos del Derecho Civil Patrimonial, 6ta ed. Madrid,
Ed. Thomson/Civitas, 2007, pág. 209; J.R. Vélez Torres,
Curso de Derecho Civil: Derecho de Contratos, San Juan,
Revista Jurídica de la Universidad Interamericana de Puerto
Rico,
1990,
pág.
53.
Asimismo,
y
conforme
nos
hemos
expresado en distintas ocasiones, para que éste anule un
negocio jurídico, se requiere principalmente que el error
sea
uno esencial y excusable.
Capó Caballero v. Ramos,
supra, pág. 673; Díez-Picazo, op. cit., pág. 213.
A. Error esencial
El error –sobre la sustancia de la cosa que fuere
objeto del contrato o sobre aquellas condiciones de la
misma–
es
esencial
cuando
fue
determinante
para
la
celebración del negocio por la parte contratante que lo
alega. Coop. La Sagrada Familia v. Castillo, 107 D.P.R. 405
(1978). El error esencial incluye el error en la identidad,
la materia o las cualidades esenciales de la cosa, siempre
y cuando, éstas fueran especialmente tenidas en cuenta.
Puig
Brutau,
op.
cit.,
pág.
85.
A
esos
efectos,
lo
importante es que el tribunal quede convencido de que del
contratante
haber
celebrado
el
Castillo,
supra.
conocido
contrato.
su
Coop.
Asimismo,
error,
La
hemos
éste
Sagrada
no
hubiese
Familia
expresado
que
v.
“la
CC-2008-846
10
apreciación de la esencialidad del error requiere prueba y
constancia del nexo que en cada caso tenga aquél con los
fines y objeto que las partes hayan perseguido y tenido en
cuenta
al
contratar”.
Coop.
La
Sagrada
Familia
v.
Castillo, supra.
B. Error excusable
Por otro lado, es preciso que el error sea excusable,
esto es que derive de actos desconocidos del obligado sin
que tal desconocimiento haya podido ser evitado con mediana
prudencia o diligencia, que no sea imputable al que lo
sufre. Capó Caballero v. Ramos, supra; Díez-Picazo, op.
cit., pág. 215.
En Capó Caballero v. Ramos, supra, citando
con aprobación las manifestaciones del Tribunal Supremo de
España expresamos que “es mucho menos admisible el error
«cuando
quienes
contratan
son
personas
peritas
o
conocedoras del respectivo negocio»”. Id., pág. 677.
Respecto a diligencia exigible y la distribución de
las
cargas
precontractuales
de
información
entre
partes, Díez-Picazo expresa que:
…cada parte debe informarse de las circunstancias
y condiciones que son esenciales o relevantes
para ella, desde luego en los casos en que tal
información le es fácilmente accesible.
La
diligencia se aprecia, además, teniendo en cuenta
las condiciones de las personas. Es exigible
mayor
diligencia
cuando
se
trata
de
un
profesional o de un experto.
La diligencia
exigible es, por el contrario, menor, cuando se
trata
de
persona
inexperta
que
entre
en
las
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11
negociaciones con un experto. Díez-Picazo, op.
cit., pág. 216.
Por tanto, cada parte contratante tiene el deber de
informarse.
No obstante, esto no limita el análisis de los
tribunales sobre la diligencia y conducta de la otra parte
contratante.
IV
En el caso de autos, el acusado proveyó una identidad
falsa a las autoridades y actuó en todo momento bajo tal
identidad, incluso durante el periodo en el que estuvo bajo
la custodia del Estado.
El Estado utilizó los mecanismos
acostumbrados y requeridos para corroborar la información y
no advirtió la falsedad.
Posteriormente,
International,
compañía experta en este tipo de transacciones, prestó una
fianza por la cantidad de cien mil dólares ($100,000.00) en
efectivo como garantía de la comparecencia del acusado tras
haber confiado en la identidad provista por el Estado.
Por
tal motivo, se le transfirió a la fiadora su custodia.
No nos cabe duda de que el engaño cometido por el
individuo lesiona tanto los intereses del Estado, que quedó
imposibilitado
de
procesarlo
criminalmente,
intereses económicos de la compañía fiadora.
considerando
el
conflicto
de
intereses
como
los
No obstante,
existente
entre
ambas partes y conforme a la jurisprudencia y la doctrina
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antes descritas, debemos examinar si el error que aduce la
fiadora fue uno esencial; cuál es la diligencia debida por
la fiadora, y si conlleva la excusabilidad de dicho error.
A. Error esencial
El
objeto
International
del
era
contrato
garantizar
de
la
fianza
suscrito
presentación
por
ante
el
tribunal del individuo que usurpó la identidad del señor
Javier
De
Jesús
Carrillo.
Estamos
contestes
con
la
determinación de que hubo error esencial respecto al objeto
del contrato. Entendemos que de la fiadora haber conocido
que no estaba garantizando al verdadero señor De Jesús, no
hubiese celebrado el mismo porque al cambiar la identidad
del
sujeto
cuya
presencia
garantizaba,
los
elementos
a
considerar para medir su riesgo se trastocaban totalmente.
No obstante, éste no es el único criterio para conceder la
anulación del contrato de fianza.
El error, además de ser
esencial, debe ser excusable.
B. Error excusable
Para que un error en la formación de un contrato sea
excusable, la parte contratante que aduce el error tiene el
deber de informarse de forma diligente.
Como discutiéramos
anteriormente, tal deber recae sobre ambas partes.
De los hechos del caso surge que el Estado realizó la
investigación correspondiente al proceso criminal en contra
del fiado. Lamentablemente, a pesar de su gestión, no pudo
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13
descubrir la falsedad de la información suministrada por el
acusado. Sin embargo, aunque el Estado no logró percatarse
de
que
el
acusado
había
falsificado
su
identidad,
su
actuación reflejó la diligencia debida. En lo concerniente
a la evaluación e investigación llevadas a cabo por OSAJ,
dicha Oficina utiliza unos sistemas de información para
verificar
la
Reglamento
información
sobre
evaluación,
provista.
A
procedimientos
recomendación
de
tenor
con
uniformes
libertad
en
para
el
la
provisional,
supervisión y seguimiento de imputados de delito bajo la
jurisdicción de la Oficina de Servicios con Antelación al
Juicio, Reglamento Núm. 5991, Departamento de Estado, 6 de
julio de 1999, es ya cuando el tribunal decreta la libertad
provisional del individuo bajo la jurisdicción de OSAJ que
ésta corrobora – por medio de mecanismos adicionales e
inclusive
mediante
investigaciones
de
campo
-
la
información proporcionada, así como las recomendaciones y
otros
documentos
posteriormente
solicitados
con
el
propósito de verificar datos personales y así determinar
los niveles de supervisión requeridos para cada individuo.
Por otro lado, la fiadora simplemente descansó en la
información provista por el Estado, particularmente en la
denuncia, sin realizar una investigación independiente que
satisficiera
sus
necesidades
como
negocio
y
asumió
la
custodia y el riesgo por la incomparecencia del acusado.
La confianza que pudiera suscitarle la denuncia, documento
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que puede ser enmendado por defectos de forma como defectos
sustanciales,
no
le
exime
de
la
diligencia
que
le
es
exigible como perita. Reglas 38(a) y 38(b) de Procedimiento
Criminal, supra, Reglas 38(a) y 38(b).
Todos los argumentos presentados por la fiadora, y
avalados por la Sentencia, imponen sobre el Estado el peso
de
la
corroboración
de
la
identidad
del
acusado.
Erróneamente, ésta arguye que en un contrato de fianza el
Estado asume la responsabilidad contractual de identificar
al imputado, sin necesidad de ésta verificarla, mientras
que
ella
solamente
se
obliga
a
fiar
y
garantizar
la
comparecencia del fiado. Toma, por tanto, el riesgo de la
incomparecencia a base de dicha información. Esto porque no
es parte de la pericia requerida a este tipo de compañías
la identificación de a quien fía tales sumas.
No podemos
avalar tales argumentos.
Precisamente, si la obligación de la fiadora consiste
en fiar y garantizar la comparecencia del fiado, entonces
para
cumplir
satisfactoriamente
con
esa
obligación,
consustancialmente, debe procurar, cuando menos, constatar
la identidad del fiado. Lo anterior no requiere de una
constatación
empírica
con
bases
científicas.
Basta
con
llevar a cabo aquella gestión razonable que le permita
asegurarse de que el fiado es quién dice ser. ¿Cómo una
compañía fiadora puede prestar una fianza de una cantidad
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sustancial de dinero sin siquiera constatar la identidad
del
fiado,
máximo,
cuando
la
información
que
le
proporcionan a la fiadora antes de tomar su decisión de
afianzar al acusado, denota, prima facie, la posibilidad de
que el candidato a fianza haya falsificado su identidad o
que pueda evadir la jurisdicción estatal?7 Los argumentos
de la fiadora, no sólo desconocen las distintas relaciones
jurídicas existentes de un contrato de fianza, sino que
ignoran
el
deber
de
informarse
que
tienen
las
partes
contratantes y escudan la falta de diligencia de la fiadora
tras la supuesta crasa falta de diligencia de la otra parte
contratante.
Cabe señalar que a una compañía fiadora se le exige
mayor diligencia por su condición de experta en la materia
objeto de contrato que a una persona sin conocimiento de la
misma.
Como expresáramos en Pueblo v. Martínez Hernández,
supra, pág. 400, n. 10, las compañías fiadoras “[p]reviendo
la
eventualidad
de
tener
que
pagar
en
caso
de
incomparecencia del fiado, […] le exigen [al fiado] el pago
de primas y el otorgamiento de garantías colaterales para
7
Como parte de la información a la que tuvo acceso la fiadora antes de
tomar su decisión de afianzar al acusado, pudo inspeccionar dos
tarjetas de identificación aparentemente emitidas por dos estados de
los Estados Unidos con distintas direcciones, así como una tercera
dirección en Puerto Rico ofrecida verbalmente por el acusado. Podemos
razonablemente inferir que fue por esta misma falta de nexos con la
comunidad, evidenciada por documentos de otros estados, que OSAJ no le
ofreció a éste otros de sus servicios.
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cubrir el monto de la fianza, de manera que su riesgo quede
asegurado.”
las
Por tanto, no es un negocio que se realice sin
debidas
salvaguardas
y
menos
ante
una
suma
tan
considerable.
Por tanto, somos de opinión que no es suficientemente
diligente una fiadora que descarga su responsabilidad de
revisar datos esenciales para la formación del contrato de
fianza en el Estado. Sostener lo contrario, le impondría la
responsabilidad absoluta al Estado (es decir, a una de las
partes contratantes) de asegurarse que la información sobre
el
potencial
fiado
sea
correcta.
Tal
contención,
refrendaría hasta la más absurda indolencia del ente fiador
en procurar la corroboración de la información suministrada
por el Estado sobre el candidato a ser fiado. Ese proceder
no sería justo. Por eso, somos del parecer, que aunque el
elemento bajo el que recayó el error era uno esencial determinante
para la celebración del negocio – éste no es
un error excusable debido a la falta de diligencia exigible
a
una
corporación
que
se
dedica
lucrativamente
a
ese
negocio.
La Sentencia señala que lo que resuelve no autoriza a
las
fiadoras
a
no
“ejercer
un
esfuerzo
diligente
y
razonable para identificar adecuadamente a las personas
cuya comparecencia garantizan” ni a que se interprete como
“norma absoluta que exima de responsabilidad a las fiadoras
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en cualquier instancia en que resulte que el fiado proveyó
información
falsa
o
cometió
fraude
de
identidad”.
No
obstante, es un contrasentido que no le exija tal esfuerzo
a International y determine que no procede la confiscación
de
la
fianza
por
ésta
haber
descansado
tanto
en
la
identificación – según los mecanismos disponibles – del
Estado, como en que el acusado estuviera bajo su custodia
por tres meses. Es decir, si este no es el caso apropiado
para
resolver
que
la
fiadora
no
puede
ser
eximida
de
responsabilidad al no ejercer un grado mínimo de diligencia
para constatar que el fiado proveyó información falsa sobre
su identidad, entonces nos preguntamos ¿cuál será ese caso?
¿Hasta dónde habrá de extenderse la desidia de la fiadora
para resolver que su omisión fue inexcusable? Además, la
Sentencia tiene el efecto de descargar totalmente sobre el
Estado el deber de informarse que ambos contratantes se
supone compartan como parte de la diligencia debida en la
formación de todo contrato.
De forma alguna deseamos que se interprete que todo el
peso sobre la identidad del fiador recae en la fiadora
simplemente
porque
ésta
deriva
lucro
de
dicho
negocio.
Somos conscientes de que una fiadora diligente puede no
percatarse de este tipo de error como le sucedió al Estado.
No
obstante,
la
fiadora
debe
demostrar
actuaciones
diligentes que sean, a su vez, evaluadas al tenor con los
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hechos de cada caso.
Éstas no están presentes en el caso
de autos.
De los hechos y admisiones de International surge que
ésta no llevó a cabo ninguna averiguación independiente de
la información suministrada, esencial para el contrato, y
por la que asumió un riesgo por la suma de cien mil dólares
($100,000).
Asimismo, se desentendió del imputado hasta
que el Tribunal de Primera Instancia le notificó una Orden
para Mostrar Causa ante la incomparecencia del individuo al
juicio en su fondo, fecha en que la fiadora admite que
comenzó su investigación para dar con su paradero y por la
que se enteró de que la identidad suministrada por éste era
falsa. La investigación que realizó la fiadora en este caso
luego de su incumplimiento, que incluyó la visita a la
residencia
enterara
informada
de
la
por
falsa
el
acusado
identidad
y
por
provista,
considerarse como una gestión extraordinaria.
cuando
la
fiadora
decidió
no
corroborar
la
no
que
se
puede
Esto máxime
previamente
la
dirección de la residencia en Puerto Rico a pesar de haber
tenido acceso a esta información y cuando solamente contaba
con dos identificaciones vigentes del acusado - que fueran
supuestamente
expedidas
por
los
estados
de
Nevada
y
California y en las que aparecían direcciones del acusado
en ambos estados. Ante este cuadro somos de opinión que la
gestión mínima que podía realizar la compañía fiadora era
verificar la dirección provista por el acusado dada la
CC-2008-846
inexistencia
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de
una
identificación
que
contara
con
una
dirección física en Puerto Rico.
Ahora, sin embargo, ésta solicita que se le exonere
del cumplimiento de su obligación puesto que prestó tal
fianza confiando en la información provista por el Estado
en la denuncia que, según alega, tiene el deber contractual
de identificar al fiado.
El error en la formación del contrato pudo haberse
evitado por el ejercicio de una diligencia razonable a la
hora de contratar sus servicios. La fiadora, que se lucra
por la asunción del riesgo de la no comparecencia de los
acusados
al
sustituir
solicitó
la
custodia
al
del
Estado,
acusado,
asumió
quien
un
de
riesgo
otra
y
forma
hubiese permanecido bajo la custodia del Estado dentro de
los límites constitucionales. No podemos sancionar el que
el Estado asuma este riesgo por la falta de diligencia de
la fiadora, particularmente cuando se presume que ésta es
experta en la materia.
Es por su condición de experta que
ésta determina los riesgos que toma, así como los medios e
información que utiliza para evaluarlos.
erróneamente
descansó
en
el
supuesto
En este caso
de
que
no
le
corresponde contractualmente identificar ni investigar a
quién fiaba.
haber
Asimismo, International expresó que luego de
evaluado
la
información
provista
por
el
Estado,
CC-2008-846
consideró
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que
ésta
era
razonablemente
confiable
para
prestar dicha fianza.
Sería ingenuo de nuestra parte liberar del pago de la
fianza a una compañía especialista en la materia que fía a
un individuo por semejante cantidad en las circunstancias
antes descritas.
Tal proceder podría tener efectos nocivos
en los contratos de fianza criminal, pudiendo prestarse
para un uso inescrupuloso que, además, impone al Estado
todas las consecuencias. Al fin y al cabo, nuestra postura
es cónsona con el raciocinio lógico e inteligible de que
para
cumplir
con
determinada
obligación,
es
preciso
realizar ciertos actos para lograr su consecución.
En esencia, estamos contestes con la Sentencia dictada
con relación a que el error en la identidad del acusado es
uno de carácter esencial o sustancial en la formación del
contrato de fianza. No obstante, disentimos por entender
que
el
error
excusable.
diligencia
sufrido
La
al
en
fiadora
momento
el
no
de
caso
de
demostró
su
autos
ni
formación.
no
un
es
mínimo
Por
uno
de
tanto,
concluimos que tal error no anula el referido contrato.
V
Por
los
argumentos
antes
expresados,
disiento
respetuosamente de la Sentencia emitida por el Tribunal.
El Tribunal de Apelaciones actuó correctamente al confirmar
CC-2008-846
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la sentencia de confiscación de la fianza. No se puede
responsabilizar al Estado por un riesgo asumido por la
aseguradora.
Mildred G. Pabón Charneco
Jueza Asociada
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