Colegio Alicante del Valle Departamento de Filosofía Asignatura: Argumentación Nivel: Cuarto Año Medio Electivo Profesor Encargado: Christian Quiroz Estay Asignatura: Argumentación Nivel IV° Enseñanza Media Electivo ESTUDIANTE CURSO Cuarto Año Medio Electivo PROFESOR FECHA OBJETIVOS EVALUADOS Christian Quiroz Estay Comprender el sentido de las ideas de Humberto Maturana Comprender la función del lenguaje en el vivir del ser humano Comprender qué es ser inteligente Elaborar un ejemplo que represente la acepción de Inteligencia Reflexionar sobre el sentido de los intereses y de las emociones en el vivir humano Relacionar un tema abordado por Maturana con el contexto del colegio Alicante del Valle Analizar el sentido del concepto Competencia explicado por Maturana PAUTA DE EVALUACIÓN – GUÍA DE TRABAJO L: Se cumple totalmente con el indicador ML: Se cumple medianamente con el indicador, incurriendo en errores o dejando aspectos incompletos. NL: No se cumple con el indicador o lo realiza mínimamente. Pregunta o ítem Indicador Trabajo en Equipo Se evidencia trabajo en equipo durante el bloque horario de clases Comprende el sentido de las ideas de Humberto Maturana Comprende la función del lenguaje en el vivir del ser humano Explica qué es ser inteligente según la mirada de Humberto Maturana Analiza el sentido del concepto confiar y del concepto Competencia explicado por Maturana Describe con claridad y precisión el tema seleccionado para generar un eventual proyecto en el colegio Alicante del Valle Relaciona un tema abordado por Maturana con el contexto del colegio Alicante del Valle Reflexiona sobre el sentido de los intereses y de las emociones en su vida Comprensión 1 2 3 Descripción 4 5 L ML NL COMPRENSIÓN LECTORA (Extracto de Conversación con Soledad Onetto en radio cooperativa) HUMBERTO MATURANA (H.M.): “Con el lenguaje aparece lo racional. Lo racional tiene que ver con las coherencias del discurso, de los haceres, a los cuales uno puede hacer referencia. Pero esas coherencias no son nuevas, sino que pertenecen al vivir mismo, entonces lo que sucede es que con el lenguaje, podemos abstraerlas y hablar de ellas y en ese sentido los seres humanos somos racionales, tal vez seamos los únicos que lo somos…, en ese sentido. Pero el fundamento de todo lo que hacemos es siempre emocional. Todo sistema racional se funda con premisas aceptadas desde la emoción, no desde la razón. (…) Lo que guía nuestro vivir son las emociones, los gustos, los deseos, las preferencias, los miedos. Eso es lo que guía. Hacia donde nos orientamos en el vivir depende de lo que nos interesa, de lo que nos gusta, de lo que tememos, de lo que rechazamos. Y sobre eso, hacemos sistemas racionales explicativos, tratando de darle una forma o una argumentación lógica… Y existen, fíjese qué interesante, existen dos tipos de preguntas que hacemos: preguntamos ¿qué razones tienes? y también preguntamos ¿qué motivos tienes? Y estas preguntan cosas radicalmente distintas. Las preguntas por los motivos preguntan por las emociones que es lo más fundamental en el curso del fluir, del vivir. Y las preguntas por las razones, preguntan por los sistemas explicativos, por las argumentaciones lógicas desde donde uno querría validar lo que dice. SOLEDAD ONETTO (S.O.): Y separamos ambas cosas. H.M.: Pero desvalorizamos las emociones S.O.: Las desvalorizamos, y siento también Humberto que las castigamos socialmente H.M.: Es posible S.O.: Queremos llevarlas casi a un campo de esoterismo. Estamos saturados de convicciones, vivimos en el mundo de la certidumbre, hay poco margen de acción para la emoción… H.M.: No, o sea, la emoción está ahí, está actuando todo el tiempo. Digamos… Hay un ocultamiento del hecho de que lo que nos mueve en último término son las emociones, deseos, preferencias, gustos, miedos, rechazos que tenemos. La argumentación racional… la usamos por así decirlo para justificar ciertas emociones o para invalidar ciertas emociones, entonces es un juego siempre en esas dos dimensiones. Cuando queremos decirle al otro que tiene que hacer lo que nosotros queremos que haga le decimos que sea racional. Cada vez que le digan a usted que tienes que ser racional, le están diciendo “Tienes que hacer lo que yo digo” S.O.: Establecemos un cierto dominio sobre el otro de esa forma ¿o no? H.M.: O sea queremos decir: hay un argumento lógico universal que es el que te obligaría a hacer lo que yo te digo que hagas, que es la Razón. Por lo tanto, lo que te estoy diciendo: “Haz lo que quiero yo”… pero haz lo que quiero yo que hagas, la emoción. S.O.: (…) Gran parte de los conflictos que tenemos hoy día nacen desde la desconfianza, que en la medida que hemos ido perdiendo la confianza entre los seres humanos ha surgido el control, también la negación del otro y hemos ido construyendo estas ciertas teorías de la dominación. La pregunta que surge es ¿cómo recuperar esa confianza? ¿Cómo yo entro en un diálogo sincero con usted confiando en que está diciendo la verdad, que es quien se presenta como es?, que es eso lo que yo siento que se ha perdido. H.M.: Si uno quiere recuperar la confianza hablando de la confianza no va a resultar, porque la confianza ocurre en la aceptación de la legitimidad del otro. Por ejemplo, en el momento en que usted me invita y yo acepto la invitación, se establece un espacio de confianza porque quiere decir que estamos dispuestos a estar juntos, y en el momento que comenzamos a estar juntos en esa condición inicial de respeto, la confianza se expande, vamos generando el espacio en el cual nos escuchamos, en el cual vamos haciendo las cosas que van resultando coherente según las cosas que vamos diciendo. Así que la confianza se inicia en el confiar, y qué se requiere para confiar: respeto. En el momento en que yo respeto al otro, el otro me va a respetar y aparece la confianza. (…) S.O.: ¿Eso tiene que ver también con que le damos muy poco tiempo a la conversación? ¿Con que tenemos poco tiempo para conversar o porque no generamos ese espacio, porque finalmente no queremos desnudar nuestra alma? H.M.: Cuando decimos que no tenemos tiempo, en general, estamos diciendo: no queremos. S.O.: ¿Se conversa hoy día? H.M.: Sí, pero esencialmente poco, porque se tienen muchas opiniones… que está bien, tenemos opiniones, pero se tratan como juicios. Cuando alguien dice “Yo tengo un juicio tal”, en el fondo lo que está diciendo: “Yo no me hago responsable de lo que estoy diciendo porque lo que yo digo se valida desde otra parte”… si tengo mi opinión, yo puedo decir “tengo mi opinión” y uno es responsable de sus opiniones. Entonces, no conversamos porque queremos tener la razón, queremos la verdad, porque queremos que el otro haga ciertas cosas que nosotros queremos que haga, entonces no nos respetamos. No nos escuchamos y como no nos escuchamos, no conversamos. S.O.: ¿Por qué estamos tan centrados Humberto, en la lógica de la imposición de nuestras ideas? H.M.: Porque vivimos una cultura de la competencia. De ganar, del progreso, del éxito, del competir. Fíjese que la competencia, efectivamente, implica la negación de lo que uno hace porque uno hace las cosas en función de lo que hace otro. S.O.: Para ganarle a ese otro. H.M.: Claro, entonces resulta que lo que guía mi hacer no es lo que yo quiero, sino lo que el otro hace. Por eso yo digo que cuando hay un partido de fútbol, el que pierde es el más importante…, porque si alguien no pierde, el otro no gana. Ah, pero como estamos centrados en esta idea del competir y que el ganar y que eso es bueno, el progreso, hay que ser mejor que otro, “hay que lograr”… Entonces, siempre estamos en esta situación en la cual estamos negando a los demás para nosotros poder lograr algo, porque pensamos y actuamos como si el lograr algo, en términos de la calidad de nuestro hacer, dependiese del otro, y no es cierto. No depende del otro, depende de la calidad de lo que yo hago. S.O.: ¿Podemos finalmente vivir de manera distinta o estamos casi condenados dado que somos un país que está tratando de convertirse en una nación desarrollada a vivir de esta forma? H.M.: No, no estamos condenados. Afortunadamente los seres humanos no estamos condenados, porque siempre podemos reflexionar. ¿Y adónde lleva la reflexión? Fíjese que la reflexión consiste en el hecho de que uno se detiene un instante a mirar lo que está haciendo y se pregunta “¿Me gusta lo que estoy haciendo o no?” pero tengo que mirarlo, y para mirarlo tengo que detenerme, tengo que aceptar que posiblemente, no sé, no veo. Entonces, en ese acto de reflexión, se abre la posibilidad de cambiar de dirección, se abre la posibilidad que darse cuenta de que “No quiero lo que estoy haciendo”. Así que este vivir en la competencia, en la lucha, en este esfuerzo continuo del éxito, no hace que hagamos mejor las cosas, no nos abre espacios de reflexión que nos permitan escoger un camino u otros según lo que queremos vivir, según lo que queremos conservar en la convivencia. S.O.: Pero hemos generado esa cultura. H.M.: Sin duda y la conservamos. Y la conservamos desde muy pequeños. Hablamos que los niños tienen que hacer logros, tiene que ser mejor que el otro, “Tú tienes que ser mejor” S.O.: Tienen que dar exámenes para poder entrar al jardín infantil, al colegio. H.M.: Por ejemplo, pero tienes que dar exámenes pero en un ámbito competitivo. No le dicen al niño “Tenemos que ver las cosas que haces para saber dónde estarías bien con lo que sabes para aprender más”, que es distinto. Si yo fuese rector de una universidad y viene un joven y me dice “Yo quiero entrar a la universidad para estudiar tal cosa”, yo le pregunto “Cuéntame un poco lo que has hecho” y conversamos sobre lo que ha hecho y yo le digo “Mira, si tú quieres aprender esto, antes tendrías que hacer esta otra cosa. Y lo guío en el camino, pero no lo meto en un espacio de exigencia. Lo acojo. Y eso es lo que no hacemos. Entonces estamos en las exigencias, en el competir. Y fíjese que uno no hace las cosas mejor cuando compite, al contrario, está más ciego. No ve su circunstancia porque lo único que ve es el otro, no es lo único no… S.O.: Pero parte importante de la atención está captada ahí… ¿y no en las posibilidades propias no?… en las habilidades propias H.M.: No en las habilidades y no en las circunstancias en que cada cual uno se encuentra y en que las habilidades de uno van a tener presencia. S.O.: Usted ha planteado que a los niños hay que escucharlos para validarlos aceptando, por ende, la legitimidad de un hijo frente a un padre, de un hijo frente a una madre, o a un papá o a una mamá, porque establece, ahí, una diferencia; de un alumno frente a un profesor. ¿Es esa tal vez una de las carencias importantes que tiene nuestra educación que ha sido uno de los temas que hemos tenido más presente en la agenda pública durante los últimos dos años? H.M.: Yo pienso que sí porque todos, frente a situaciones nuevas, tenemos dificultades en el sentido que no sabemos. Entonces un niño que está aprendiendo algo nuevo y lo nuevo no es igual para todos. El niño que viene del ambiente “A”, el niño que viene del ambiente “B” y el niño que viene del ambiente “C”. Algo que es nuevo para uno puede ser parte de la historia del otro. O para uno puede ser algo muy imposible, o para otro más accesible. La tarea del profesor es poder escuchar esas tres posibilidades, para poder conectarse con cada uno de los niños según sus posibilidades, según qué es lo que puede ver en ese instante, porque todos somos inteligentes. Todos los seres humanos, en tanto seres humanos que existimos en el lenguaje somos igualmente inteligentes, porque la inteligencia tiene que ver con la plasticidad conductual en un mundo cambiante y para vivir en el lenguaje se requiere una plasticidad conductual tan gigantesca, que a menos que hayamos tenido traumatismo, desnutrición, enfermedades genéticas de alguna clase, somos, esencialmente, igualmente inteligentes. De modo que si este niño no entiende, quiere decir que tengo que hablarle de otra manera porque en el momento en que se encuentre con lo que yo estoy diciendo, lo va a entender y lo va a desarrollar. Pero si lo dejo que se atrase porque no me importa que no entienda, simplemente porque sigo adelante porque digo que tengo que seguir con el que está más avanzado, lo condeno. Lo condeno a un atraso permanente, porque sin pasar por el punto “a” no puede llegar al punto “b”. Y eso es una de las cosas que hacemos, ¿por qué? porque tenemos que cumplir con el currículum, porque tenemos que satisfacer tales exigencias, etcétera. Y nuestra tarea fundamental como profesores es generar el espacio en que todos los jóvenes, niñas, muchachos, muchachas, se transformen en una ampliación del entendimiento y mi tarea es guiar, para todos, las condiciones para que puedan encontrarse con sus capacidades y emprender su entendimiento. S.O.: ¿Y cómo pueden ser ahí una ayuda los padres, el papá, la mamá, la figura materna? Que yo creo que es muy importante y también me gustaría una mención con lo que ha ocurrido con la inserción de la mujer en el mundo del trabajo, lo que evidentemente ha generado un vacío para algunos niños que quedan en sus casas. H.M.: (…) Digamos, los niños necesitan a la familia completa. Si hay mamá y hay papá, mamá y papá son fundamentales. Si hay solamente mamá, la mamá es lo fundamental. ¿Y qué significa mamá y papá? Significa adultos que se respetan, que se quieren y lo quieren a uno. Y por lo tanto, le abren espacio a uno para que uno surja. ¿En qué sentido? Se transforma en la convivencia, aprende al vivir. Por ejemplo: cuando un niño dice: “mamá (una niña, el niño)… mamá ¿cómo se hace ese dulce tan rico que tú preparas?”. ¿Qué está diciendo? Está diciendo: uno, que aprecia el trabajo de la mamá, dos, que quiere hacerlo bien él, o ella también; tres, que está dispuesto a aprender. Entonces, es maravilloso, pero, si yo mamá o yo papá le digo “ay mijito no tengo tiempo” S.O.: Otro día te cuento, claro, matas todas esas tres posibilidades. (…) y nos preguntan aquí en nuestra red social que ¿Cuál es el camino alternativo a la competencia?... Humberto. H.M.: La colaboración. Usted suprime la competencia y aparece la colaboración. 1. 2. 3. 4. 5. PREGUNTAS ¿Qué función cumple el lenguaje en el vivir del ser humano según Humberto Maturana? Fundamente y ejemplifique ¿Qué significa ser inteligente para Humberto Maturana? Explique y elabore un ejemplo en un contexto determinado que usted determine. Analice el sentido del concepto Confiar y del concepto Competencia y sus consecuencias en el Vivir del ser humanos expresado por Maturana. ¿Qué opinión le merece lo expresado por el filósofo al respecto? Fundamente. Qué tema tratado en esta conversación, usted considera que sería importante de trabajar como proyecto en el colegio Alicante del Valle. Fundamente su elección y describa cómo podría ser llevado a cabo ese proyecto. Responda las preguntas vitales que menciona Humberto Maturana: ¿Qué intereses tiene en su vida? Y ¿cuáles son sus motivaciones? Registre y fundamente tres intereses y tres motivaciones.