Los que suscribimos integrantes del Consejo Consultivo para el Desarrollo... Ley General del Equilibrio CCRDS-C/V/14/38

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Clave de la recomendación: CCRDS-C/V/14/38
SECRETARÍA DE MEDIO AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES
PRESENTE
Los que suscribimos integrantes del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la
Región Centro, con fundamento en los artículos 157 y 159 de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y la Protección al Ambiente y el Acuerdo mediante el cual se crean el Consejo
Consultivo Nacional, 6 Consejos Consultivos Regionales y 32 Consejos Consultivos Núcleo
para el Desarrollo Sustentable (publicado en el Diario Oficial de la Federación, el 29 de
septiembre de 2011), emitimos en nuestro carácter de asesores de la Semarnat, la siguiente
recomendación de conformidad con los siguientes:
Antecedentes
(Breve descripción de la problemática, situación, historial o aspectos del entorno dentro del
que se genera la recomendación)
El Convenio RAMSAR fue firmado en la Ciudad de Ramsar (Irán) el 2 de febrero de 1971 y
entró en vigor en 1975. México se adhirió a este Convenio en 1986. Instrumento que no forma
parte del sistema de convenios y acuerdos sobre medio ambiente de las Naciones Unidas.
Ramsar es el primero de los tratados modernos de carácter intergubernamental sobre
conservación y uso sostenible de los recursos naturales, que está dedicado a un ecosistema,
con disposiciones relativamente sencillas y generales.
El énfasis inicial de la Convención fue la conservación y el uso racional de los humedales
sobre todo como hábitat de aves acuáticas, sin embargo, con los años la Convención ha
ampliado su alcance hasta abarcar la conservación y el uso racional de los humedales en
todos sus aspectos, reconociendo que los humedales son ecosistemas extremadamente
importantes para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades
humanas.
La Convención entró en vigor en 1975, a noviembre de 2010 cuenta con 160 Partes
Contratantes con 1904 sitios designados con una superficie total de 186 584 279 hectáreas, la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es
la Depositaria de la Convención.
México forma parte de la Convención de RAMSAR desde 1986, es actualmente la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Dependencia del Gobierno Federal encargada, de
llevar a cabo la aplicación de la Convención. Actualmente nuestro país cuenta con 138 Sitios
Ramsar con una superficie total de casi nueve millones de hectáreas. Que incluyen, entre
otros tipos de humedales, manglares, pastos marinos, humedales de alta montaña, arrecifes
de coral, oasis, sistemas cársticos y sitios con especies amenazadas.
En México, la falta de criterios ecológicos en el diseño e implementación de las políticas
públicas del siglo XX generó severos daños al ambiente: la deforestación y la erosión
provocaron azolvamiento y disminución de los caudales de muchos ríos y desecación de
manantiales; más de 70 por ciento de las principales cuencas están contaminadas por el uso
excesivo e inadecuado de agroquímicos y por las descargas industriales y municipales; la
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contaminación de las descargas orgánicas industriales equivale a la de 100 millones de
habitantes; las aguas residuales sin tratamiento son la principal causa de las enfermedades
vinculadas con el agua; más de la cuarta parte de los acuíferos están sobreexplotados o en
alto riesgo de llegar a esta situación; la biodiversidad de sistemas acuáticos se encuentra
amenazada por prácticas de pesca no sustentables, por especies invasoras y por el desvío de
cauces de ríos, entre otros daños.
Se agrava más el panorama al considerar los resultados del Censo de Población y Vivienda
2010 que ha dado a conocer recientemente el INEGI, y derivado de su análisis, es claro que
se deben derivar muchos cambios y ajustes en las políticas públicas (sección “México en
cifras” www.inegi.org.mx):
La mayoría de problemas relacionados con el manejo de humedales son complejos y
traspasan las fronteras político-administrativas. Por lo tanto, para su manejo es necesario
involucrar la experiencia científica y de los actores a un nivel local, nacional, regional e
internacional cuando sea el caso.
Teniendo en cuenta lo anterior, es necesario que la acción para la conservación de los
humedales se formule desde el marco conceptual de la gestión de ecosistemas, lo cual
implica reconocer la integración que existe entre la naturaleza y la cultura, siendo los seres
humanos parte integrante de los ecosistemas. En este contexto, un enfoque ecosistémico
implica definir objetivos múltiples para los espacios geográficos en los cuales se posibilitan las
funciones ambientales y los valores sociales de los humedales, al menos en tres escalas de
aproximación:
Nivel del paisaje. Este nivel corresponde a la cuenca de captación y se considera el ámbito en
que se posibilita el mantenimiento o la gestión de los procesos dinámicos de
creación/destrucción de los sistemas de humedales. En el caso de los sistemas acuáticos
continentales es esencial rescatar el concepto de cuenca de captación como espacio
ecosistémico para la aplicación de las políticas integradas y generales que promueven
decisiones sobre la asignación del uso del agua dulce, que tengan en cuenta no sólo la
demanda para usos humanos, sino que mejoren la atención a la conservación de los
ecosistemas (IUCN-WWF, 1998).
Nivel del sistema de humedal. Este nivel constituye una escala subregional en la cual se
consideran los procesos y la dinámica espacial y temporal de sitios particulares, su
heterogeneidad espacial y dinámica sucesional.
Nivel de sitio. Corresponde a un sector de un sistema de humedales o a un humedal. Las
medidas legislativas e institucionales relacionadas con los humedales son las que promueven
su conservación y uso racional de manera directa, incluidas las que respaldan la aplicación de
la Convención de Ramsar. Las Partes Contratantes (países miembros) cuentan con alguna
clase de legislación o administración ambiental que sirve o puede servir para apoyar la
conservación y uso racional de los humedales, aunque son relativamente pocas las que han
promulgado leyes especiales sobre los humedales. Dependiendo del país, las medidas de
conservación y uso racional pueden estar previstas en leyes y reglamentaciones nacionales y
subnacionales relativas a la protección del medio ambiente, la conservación de la naturaleza,
las áreas protegidas, las evaluaciones y auditorías del impacto ambiental, la planificación del
uso de la tierra, el manejo de zonas costeras, el manejo de recursos hídricos o la lucha contra
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la contaminación. Puede que las normas consuetudinarias y las instituciones de base
comunitaria sean importantes a nivel local (Manual 3 de Ramsar, Leyes e Instituciones, 4ª Ed)
La Convención sobre los Humedales (Ramsar, Irán, 1971) -- llamada la "Convención de
Ramsar" -- es un tratado intergubernamental en el que se consagran los compromisos
contraídos por sus países miembros para mantener las características ecológicas de sus
Humedales de Importancia Internacional y planificar el "uso racional", o uso sostenible, de
todos los humedales situados en sus territorios. A diferencia de las demás convenciones
mundiales sobre el medio ambiente, Ramsar no está afiliada al sistema de acuerdos
multilaterales sobre el medio ambiente (AMMA) de las Naciones Unidas, pero colabora muy
estrechamente con los demás AMMA y es un asociado de pleno derecho entre los tratados y
acuerdos del "grupo relacionado con la biodiversidad".
El Gobierno de México mostró su interés por adherirse a la Convención Ramsar, al aprobarse
el 20 de diciembre de 1984 por el Senado de la República (D. O. F., el 24 de enero de 1985) y
con plena vinculación y entrada en vigor para nuestro país a partir de su adhesión el 4 de julio
de 1986 (al incorporar su primer sitio Ramsar), que con la promulgación publicada en el D. O.
F., el 29 de agosto de 1986, será considerada Ley Suprema, de conformidad con lo
establecido en el Artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Al asumir los compromisos contenidos en la Convención Ramsar, a través de su ratificación
en 1986, nuestro País está convencido de que los humedales constituyen un recurso de gran
valor económico, cultural, científico y recreativo, cuya pérdida sería irreparable; así como de
que la conservación de los humedales y de su flora y fauna pueden asegurarse armonizando
políticas nacionales previsoras con una acción internacional coordinada.
La CONANP, siendo designada mediante oficio del 13 de febrero de 2003 por el entonces
Secretario de Medio Ambiente, Punto Focal Nacional ha definido 9 líneas estratégicas para el
uso y aprovechamiento sustentable de los humedales en México:
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Desarrollo de una conciencia pública.
Conservación de humedales significativos para los mexicanos.
Administración y Manejo de Humedales en Terrenos Federales y otros Programas
Federales.
Impulso a la Conservación de Humedales en Áreas Protegidas Federales
Promoción de la colaboración a nivel nacional.
Promoción de una sólida base científica y técnica para la toma de decisiones y las
políticas.
Desarrollo de indicadores de desempeño
Promoción de acciones de cooperación y colaboración internacionales.
Desarrollo e instrumentación de acciones sobre especies acuáticas invasoras en
humedales.
En el Plan Estratégico de la Convención 2009-2015 (Estrategia 1.3 Política, legislación e
instituciones), plantea la necesidad de que las Partes Contratantes diseñen y apliquen
políticas, leyes y prácticas, inclusive la creación y fomento de las instituciones adecuadas, a
fin de lograr que se apliquen eficazmente las disposiciones de la Convención.
Específicamente, sobre la instauración plena de una Política Nacional de Humedales o
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instrumentos equivalentes, se deberán haber integrado en otros procesos estratégicos y de
planificación, entre ellos las estrategias de erradicación de la pobreza, el manejo de los
recursos hídricos y los planes de aprovechamiento eficiente del agua, los planes de manejo de
los recursos costeros y marinos, los programas forestales nacionales, las estrategias
nacionales de desarrollo sostenible y las políticas o medidas agrícolas nacionales.
Los Humedales que han sido inscritos en la Lista de Importancia Internacional de Ramsar y
que además son Área Natural Protegida Federal son manejados bajo el Decreto de esta
última, Decreto que es considerado como el instrumento político con mayor definición jurídica
para la conservación, regulando sus actividades bajo el marco normativo dela Ley General del
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, estando sujetos a regímenes especiales de
protección, conservación, restauración y desarrollo, según las categorías del Área Natural
Protegida establecidas en la Ley.
Si aunado a lo anterior el Área Natural Protegida posee un Programa de Manejo, instrumento
rector de planeación y regulación que establece las actividades, acciones y lineamientos
básicos para el manejo y la administración del área natural protegida y sitio Ramsar
respectivo, lo anterior le confiere un sustento jurídico importante. Representan la posibilidad
de reconciliar la integridad de los ecosistemas, que no reconocen fronteras políticoadministrativas, con instituciones y mecanismos de manejo sólidamente fundamentados en la
legislación nacional e internacional.
La designación de un sitio en áreas que no son Áreas Naturales Protegidas cuenta como los
otros sitios con las resoluciones y lineamientos emanados por la Convención de Ramsar
además de con el respaldo de la normatividad estatal, municipal o local, con los
Ordenamientos Ecológicos e incluso se considera puede actuar como incentivo para el
establecimiento de una futura planificación de manejo del sitio.
Los humedales proveen beneficios significativos tanto para los seres humanos como para el
buen funcionamiento de los procesos ecológicos del ecosistema. Entre los servicios que estos
ambientes proporcionan se encuentran la conservación de la biodiversidad, el mantenimiento
de germoplasma (material genético que se transmite a la descendencia), la estabilidad
climática, la conservación de ciclos biológicos, suministro de áreas de refugio y zonas de
crianza para una gran diversidad de especies, muchas de ellas de interés económico para el
ser humano y el valor derivado de su belleza y significado cultural (Sanjurjo E., 2001).
En particular, se sabe que los humedales han sido zonas muy importantes en el desarrollo
geológico e histórico de nuestro planeta. Entre los humedales se encuentran los medios más
productivos del mundo. Estos son cuna de diversidad biológicas proveyendo el agua y la
productividad de las que dependen una gran cantidad de especies de plantas y animales. En
cuanto a su biodiversidad, los humedales albergan gran concentración de aves, mamíferos,
reptiles, anfibios, peces y especies de invertebrados. De las 20,000 especies de peces en el
mundo, más del 40% vive en agua dulce.
Los humedales y los servicios de los ecosistemas que proporcionan son extremadamente
valiosos para la población mundial: un hallazgo fundamental de la Evaluación de Ecosistemas
del Milenio (EM), en su informe a la Convención de Ramsar (2005. Ecosystems and Human
Well-being: Wetlands and Water (Ecosistemas y bienestar humano: humedales y agua)),
estima que el valor de estos humedales y de los servicios de sus ecosistemas asociados es
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de 14 billones de dólares EE.UU. anuales.
La Convención de Ramsar reconoce desde hace mucho tiempo la importancia de la valoración
económica de los humedales como ayuda para su gestión y toma de decisiones bien
informadas, en la 6ª reunión de la Conferencia de las Partes Contratantes de Ramsar en 1996
(COP6) se incluyó en el primer Plan Estratégico de la Convención, un Objetivo Operativo (el
2.4) relativo a la valoración económica, los beneficios y funciones de los humedales. Para
contribuir a este fin, en 1997 la Secretaría de Ramsar publicó el libro Valoración económica de
los humedales: guía para decisores y planificadores (Barbier y otros, 1997).
Considerandos
(Descripción de los razonamientos, aspectos de orden normativo, estrategias y acciones de
los tres órdenes de gobierno que sustentan la emisión de la recomendación)
Que el bloque de Constitucionalidad Ambiental Mexicano contempla en su Ley Suprema de la
Unión un bien jurídico tutelado amplísimo del Derecho a un medio ambiente sano, así como la
conservación y protección de la Biodiversidad y en sentido estricto de los Humedales de
Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas donde a través de
la Convención Ramsar (antes citada) da una obligatoriedad al gobierno Mexicano de apegarse
a los lineamientos y ordenamientos derivados de la misma convención a fin de salvaguardar el
interés superior de estos ecosistemas y sus elementos bióticos y abióticos, empero, el
gobierno mexicano no ha cumplido debidamente con los lineamientos de esta convención ya
que los humedales reconocidos por la comitiva de la Convención de RAMSAR establecen en
su texto en el numeral 4º lo siguiente:
Artículo 4
1. Cada Parte Contratante fomentará la conservación de los humedales y de las aves
acuáticas creando reservas naturales en aquéllos, estén o no incluidos en la lista, y
tomará las medidas adecuadas para su custodia.
Es importante referir que en este numeral base de la Convención y analizando los
humedales de la Región Centro de México, la mayoría no cuenta con la creación de
decretos de áreas naturales protegidas y menos con un plan de manejo para la
conservación de estos humedales, por lo cual es indispensable el generar las estrategias
correctas para la conservación de los humedales, la flora y la fauna.
Así mismo, el Objetivo 4. Del El Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos
Naturales PROMARNAT es el recuperar la funcionalidad de cuencas y paisajes a través de
la conservación, restauración y aprovechamiento sustentable del patrimonio natural.
Del mismo instrumento ambiental, es importante referir que esta recomendación se adecua
a la Estrategia 4.7 Atender y aprovechar la Agenda Internacional enfocada a proteger,
conservar y aprovechar sustentablemente los ecosistemas, su biodiversidad y servicios
ambientales con énfasis en la línea de acción 4.7.2 Asegurar que los intereses de México
queden reflejados en los Acuerdos Multilaterales y Regionales Ambientales en materia de
Biodiversidad.
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Por lo anterior, los miembros del Consejo Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la
Región Centro, mitimos la siguiente:
Recomendación
(Escribir de manera, clara, entendible y concreta el texto de la recomendación).
Se recomienda a la Semarnat no otorgar cintillos de cacería en las poblaciones de aves
migratorias en los sitios RAMSAR de la Región Centro, hasta contar con el decreto del área
natural protegida y su respectivo plan de manejo, debido a que estos aprovechamientos
pueden generar un desequilibro ambiental y siendo necesario fomentar acciones de
aprovechamiento de alto impacto socioeconómico y de bajo impacto ambiental como el
ecoturismo.
Esta recomendación fue elaborada por:
Comisión Técnica o Grupo de Trabajo: Agenda Verde
Coordinador de la Comisión Técnica o Ángel Daen Morales García
Grupo de Trabajo:
Consejeros integrantes:
Annete Elizalde
Francisco Fernandez
Luis Tamayo
Martin Camacho
Carlos Aguirre
Dado en Valle de Bravo, Estado de México sede de la V Sesión Ordinaria del Consejo
Consultivo para el Desarrollo Sustentable de la Región Centro, el 27 de junio de 2014
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