La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de

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La Comisión Interamericana de Mujeres
durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
Guadalupe Rodríguez de Ita*
Caminan las mujeres al parejo
gritando sus derechos con su voz
no quieren tanto macho en el gobierno
y piden su lugar sin condición.
Salimos
Gabino Palomares
Consideraciones iniciales
La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) reconocida en 1928 en
el seno de la Unión Panamericana por la VI Conferencia Internacional
Americana en La Habana (Cuba), tuvo como presidenta, entre 1949 y
1953, a la representante de México, señora Amalia de Castillo Ledón,
mujer de amplia trayectoria en su país y en otros de la región por sus
labores culturales y socio-políticas. Durante los cuatro años que la
señora González Caballero presidió la CIM, cumpliendo con los
objetivos y lineamientos internos, realizó las Asambleas generales
––––––––––––––
*
Investigadora en el Instituto Mora, México, D. F. La autora deja constancia de su
reconocimiento a Juan Martín Granillo, asistente de investigación en el Instituto Mora, por su
cuidadosa y entusiasta labor y en la recopilación de algunos de los documentos utilizados en este
texto.
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
respectivas y un Seminario regional. Al estudio de los temas, los
debates y las resoluciones de esas reuniones, presididas por la
delegada mexicana, se dedican las siguientes páginas.
Así, el texto tiene como objetivo rescatar y destacar el papel de la
CIM en la defensa y la promoción de los derechos de las mujeres en el
continente americano. Tema importante –por cierto, hasta ahora poco
explorado en los estudios de mujeres y de género, que permite
aproximarse al conocimiento de la forma en que los convenios
interamericanos e incluso internacionales impactan o no en las
políticas y prácticas estatales de los países de la región. En particular
interesa abordar el período en que la CIM estuvo presidida por la
señora González Caballero, por varias razones, entre ellas se pueden
mencionar las siguientes: uno, porque en ese lapso cumplió sus
primeros 25 de años de labores; dos, porque al mismo tiempo, dicho
lapso corresponde a los pasos iniciales de la Comisión dentro de la
recién formada Organización de Estados Americanos (OEA); tres,
porque esos años son los inmediatos posteriores a la aprobación de
las Convenciones interamericanas sobre los derechos civiles y sobre
los derechos políticos de la mujer y, por tanto, a la búsqueda de la CIM
de su aceptación e instrumentación en los países integrantes de la
OEA, entre ellos México, por supuesto; y, cuatro, porque en ese
período estuvo por primer vez una mujer mexicana al frente de un
organismo multilateral de relevancia internacional, como lo es la
Comisión Interamericana de Mujeres.
Una mexicana talentosa
Para finales de los años cuarenta del siglo XX en que asumió la
presidencia de la CIM, Amalia de Castillo Ledón tenía ya una
destacada trayectoria en México y en el extranjero, en el ámbito
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Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
Guadalupe Rodríguez de Ita
político, social y cultural.1 Fue profesora normalista y licenciada en
letras, ejerció la docencia en la Escuela Nacional de Maestros, en la
Ciudad de México, se dedicó a la literatura y al periodismo; colaboró
en diversas publicaciones mexicanas y sudamericanas de su tiempo.
Escribió varios folletos sobre cuestiones sociales, políticas y
educativas, tales como: Democracia americana,2 La Constitución de
los derechos de la mujer y su proyección mexicana,3 La mujer ante el
derecho y la cultura. Con frecuencia, participó como conferencista en
diversos foros en casi todos los países de América. Fue miembro de
varias sociedades y clubes, como el Seminario de Cultura de México,
la Agrupación de Trabajadoras Intelectuales y el Club Internacional de
Mujeres. Además fundó y presidió, por más de una década, El Ateneo
Mexicano de Mujeres.
En trabajo social y político también fue muy activa. Participó en la
fundación de la Sociedad de Protección a la Infancia Nacional. Fue
Secretaria de Acción Femenil en el Sindicato de Trabajadores al
Servicio del Estado del Departamento Central. Durante la Segunda
Guerra Mundial, organizó el Comité Femenil Mexicano. Fue presidenta
del Comité Ejecutivo del sector femenil del Partido de la Revolución
Mexicana (PRM) y después militante del Partido Revolucionario
tomó parte en campañas presidenciales,
Institucional (PRI); y
apoyando al candidato de estos partidos. Fue miembro fundador de la
Alianza de Mujeres de México. Asimismo, ocupó diversos puestos
gubernamentales, como la Oficina Educativa y de Recreaciones
––––––––––––––
1
Los datos de la trayectoria de Amalia González Caballero de Castillo Ledón que se anotan
en este apartado fueron tomados de tres fuentes básicas: Archivo Histórico “Genaro Estrada”
(AHGE) de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo Particular de Amalia de Castillo Ledón
(APACL), Exp. 248 (debe señalarse que en la actualidad este archivo personal está en proceso de
catalogación definitiva y que el número de este expediente y de los demás que aquí se citan
pueden sufrir alguna variación durante dicho proceso); “México. Amalia Caballero de Castillo Ledón”
en Comisión Interamericana de Mujeres, Secretaría General de la Organización de los Estados
Americanos, Libro de oro, Comisión Interamericana de Mujeres, Washington, 1980, p. 20, anexo en
AHGE-APACL, Exp. 203; José Rogelio Álvarez, “Amalia González Caballero de Castillo Ledón”
Enciclopedia de México, Tomo 12, México, Enciclopedia de México, Edición especial para
Enciclopedia Británica de México, 1993, pp. 1415-1416. Es de apuntar que en el texto se hace
referencia a esta talentosa mexicana con su nombre y los apellidos de quien fuera su esposo
debido a que es como ella firmaba y se identificaba, por lo menos, en la época que estuvo al frente
de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM).
2
Amalia de Castillo Ledón, “Democracia americana”, s.p.i., mecanoescrito en AHGE-APACL,
Exps. 309 y 496.
3
Invitación para la presentación del folleto La Constitución de los derechos de la mujer y su
proyección mexicana en Bellas Artes, el 27 de junio de 1949, anexo en AHGE-APACL, Exp. 200.
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
Populares del Distrito Federal, de la que fue fundadora y jefa; y la
Dirección General de Acción Cívica, de la que fue subdirectora.
Como representante del gobierno mexicano asistió a múltiples
reuniones internacionales. Su participación activa dentro de la CIM se
inició en 1939, al ser nombrada delegada de México ante ese
organismo en el que, en 1944, fue nombrada vicepresidenta y, en
1949, electa presidenta, por aclamación.
Además, en 1945 participó oficialmente en la Conferencia
Interamericana de Chapultepec y en la internacional de San Francisco,
ambas de gran relevancia, pues en ellas se sentaron las bases para la
formación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En la
primera, siendo la única mujer, contribuyó de manera decisiva para
que en el Acta de Resoluciones se incluyera la No. XXVIII sobre
Derechos de la mujer en América y la No. XXXI sobre Cooperación
internacional de la mujer en las reuniones internacionales e
incorporación de la CIM en el sistema panamericano.4 En la segunda
de esas Conferencias, junto con otras dos delegadas, propuso y logró
que en la Carta de la ONU se incluyera el tema de la mujer y que se
creara una Comisión Mundial de Mujeres. Desde 1946 formó parte de
la delegación mexicana en las asambleas generales de la ONU. Por
seis años consecutivos fue, como representante de México, miembro
de la Comisión del Status de la Mujer (CSM) de la misma ONU, donde
fue electa vicepresidenta, en 1948, y reelecta al año siguiente; como
tal asistió a las reuniones de Lake Success (Estados Unidos) y Beirut
(Líbano). Además asistió a las VI y VII Sesiones de la Comisión de
Derechos Humanos del máximo organismo internacional, para obtener
la inclusión de la mujer, en iguales condiciones que el hombre, en la
Carta de derechos humanos; en estos casos llevó además la
representación de la CIM. En 1948, siendo vicepresidenta de la CIM,
participó en la IX Conferencia Internacional Americana, en Bogotá
(Colombia), donde se renovó el sistema interamericano y se adoptó la
Carta de la OEA.
––––––––––––––
4
Amalia de Castillo Ledón, “Ponencia de la delegación de México sobre derechos civiles y
políticos de la mujer en América” presentada en la Conferencia Interamericana sobre problemas de
la guerra y de la paz, Chapultepec, México, febrero de 1945, mecanoescrito en AHGE-APACL, Exps.
147 y 148; Amalia de Castillo Ledón, “Proyecto de resolución presentado por la delegada de México
sobre cooperación de la mujer en las resoluciones internacionales” en la Conferencia
Interamericana sobre problemas de la guerra y de la paz, Chapultepec, México, febrero de 1945,
mecanoescrito en AHGE-APACL, Exp. 147.
98
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Guadalupe Rodríguez de Ita
Durante los años 1949-1953, que fue presidenta de la CIM,5
prácticamente vivió en Washington. Desde allá, como se aborda más
adelante, organizó las Asambleas respectivas, mismas que se
verificaron sucesivamente en Santiago (Chile), Río de Janeiro (Brasil)
y Asunción (Paraguay); además realizó el primer Seminario regional,
que abarcaba Norte y Centroamérica, en 1951. Asimismo le
correspondió firmar el acuerdo de la CIM con la OEA, donde ésta
reconoció a aquélla como organismo especializado de carácter
permanente. Es de señalar que la firma se dio en el marco de la
conmemoración de los 25 años de la CIM.
En el lapso que estuvo en la CIM recibió varias condecoraciones
por su trabajo en pro del reconocimiento de los derechos de las
mujeres. Entre ellas la “Juan Pablo Duarte” del gobierno de República
Dominicana, en 1946; la “Diego de Holguín” de la República de El
Salvador, en 1951; y la Gran Cruz de la Orden de “Carlos Manuel de
Céspedes” de la República de Cuba, también en 1951.
Al terminar su periodo como presidenta de la CIM, ocupó diversos
cargos importantes. Por ejemplo, en 1953, el gobierno mexicano la
nombró ministra plenipotenciaria de México en Suecia y Finlandia, y
tres años después fue ascendida al rango de embajadora, primero en
los mismos países y, en 1957, en Suiza; entre 1965 y 1970 fue
embajadora México en Austria. En 1958 fue nombrada subsecretaria
Asuntos Culturales de la Secretaria de Educación Pública, siendo la
primera mujer mexicana en formar parte de un gabinete. En 1964 fue
miembro del Consejo General Consultivo de Administración Pública
Internacional de la ONU. En el desarrollo de estas actividades recibió
una cantidad considerable de reconocimientos a nivel nacional e
internacional.
Un organismo interamericano pionero
La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) es una organización
oficial creada, como ya se anotó, en la VI Conferencia Internacional
Americana de 1928, en La Habana.6 Sus bases permanentes se
––––––––––––––
5
Amalia de Castillo Ledón, “Saludo a las mujeres y organizaciones de América, Boletín de la
1949”, citada en Comisión Interamericana de Mujeres, Historia de la Comisión Interamericana
de Mujeres (CIM) 1928-1997, Washington, Comisión Interamericana de Mujeres, 1998, pp. 231-232.
6
Para más datos del devenir de este organismo, Vid. Historia de la comisión interamericana…,
op. cit.
CIM,
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
establecieron en la siguiente Conferencia, verificada en Lima (Perú),
en 1938. Su creación fue resultado de una intensa lucha de activistas
del continente americano que buscaban, entre otras cosas, que los
gobiernos de la región eliminaran la discriminación constitucional y
jurídica contra las mujeres para que éstas gozaran de los mismos
derechos que los hombres, en un principio de los civiles y políticos y,
luego, de los económicos, sociales y culturales.
La CIM se compone de 21 delegadas, nombradas por sus
respectivos gobiernos; está encargada de trabajar por los derechos de
las mujeres, de estudiar sus problemas y de proponer soluciones.
Entre sus tareas está también informar a las Conferencias
Internacionales Americanas de los puntos susceptibles de atención
referentes al status de la mujer. A partir de 1940 celebra Asambleas
ordinarias con regularidad, bajo un programa de trabajo. Participa una
delegada por cada país, presenta un informe sobre la situación de las
mujeres en el mismo y debate sobre el programa preestablecido.
Además ha organizado algunos foros (como el de Nueva York en
1944 y el de Washington en 1946). Parte de las delegadas (como la
de México) han formado en diversos momentos, en sus respectivos
países, Comités Nacionales de carácter consultivo. Entre 1928 y 1938
mantuvo su oficina con erogaciones voluntarias de organizaciones no
gubernamentales y de personas diversas; posteriormente los
gobiernos comenzaron a aportar cuotas para su mantenimiento.7
Una vez creada, la primera tarea que la Comisión asumió fue
realizar un estudio sobre la condición jurídica de las mujeres en los 21
países miembros de la Unión Panamericana, de acuerdo con la
constitución y las leyes de cada uno de ellos. El estudio fue
presentado en la siguiente Conferencia, efectuada en Montevideo
(Uruguay) en 1933. A pesar de que éste estaba bien documentado y
mostraba la necesidad de que se sentaran nuevas bases tendientes a
eliminar las inequidades, la Conferencia se negó a aprobar un Tratado
sobre igualdad de derechos para la mujer. Sin embargo, aceptó
––––––––––––––
7
Minerva Bernardino (presidenta) y Amalia de Castillo Ledón (vicepresidenta), Resumen de
las actividades de la Comisión Interamericana de Mujeres 1928-1947, Washington, D. C., Unión
Panamericana, 21 de marzo de 1947, anexo en AHGE-APACL, Exp. 266.
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Guadalupe Rodríguez de Ita
adoptar la Convención sobre la nacionalidad de la mujer,8 que permitía
a ésta mantener su propia nacionalidad en caso de matrimonio con un
hombre de otra distinta.
Como parte de sus labores durante esos años y los siguientes –y
prácticamente hasta la actualidad–, la CIM continuó recabando
información sobre las condiciones de las mujeres y la desigualdad de
derechos,9 así como difundiéndola sistemáticamente tanto en el Boletín
mensual de la Unión Panamericana, como en publicaciones propias.
Sobre esa base, siguió presentando iniciativas y cosechando frutos en
las Conferencias de la propia Unión Panamericana y de la OEA.
Además, por iniciativa de la CIM se creó en 1944 el Pan American
Liaison Committee of Women’s Organizations, con sede en Washington
D.C., con el fin de vincular a visitantes latinoamericanos, recomendados
por instancias como la Unión Panamericana, con organizaciones
femeninas interesadas en las relaciones interamericanas.10
La labor de la CIM fue pionera a nivel mundial. A partir de ella, por
ejemplo, la Sociedad de Naciones creó, en 1931, el Comité Consultivo
de Mujeres sobre la Nacionalidad y reconoció la existencia y validez de
los movimientos en pro de los derechos de las mujeres; más adelante,
al formarse la ONU, la labor de la CIM y de sus delegadas se
constituyeron en elementos decisivos en la creación de la CSM, dentro
del máximo órgano internacional.11
En 1938 la CIM tuvo un importante logro en la VIII Conferencia
Internacional Americana al ser aprobada la Declaración de Lima en
favor de los derechos de la mujer.12 En 1948 –como se anotó arriba–,
la CIM obtuvo otro fruto relevante al aprobarse, en la IX Conferencia, las
––––––––––––––
8
“Convención sobre la nacionalidad de la mujer” en Compilación seleccionada del marco
jurídico nacional e internacional de la mujer, vol. 1, México, Secretaría de Relaciones Exteriores,
Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, 2005, p. 213. De acuerdo con Bernardino (Resumen…, loc. cit.), esta Convención fue
signada por 19 Estados (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, República Dominicana,
Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
Estados Unidos y Uruguay. Venezuela se abstuvo de votar y Costa Rica no asistió a la
Conferencia). Entre 1933 y 1947 la habían ratificado 11 países (México lo hizo en 1934).
9
Para una relación de los estudios realizados entre 1928 y 1947, Vid. Bernardino…,
Resumen…, loc. cit.
10
Idem.
11
Idem.
12
“Declaración de Lima en favor de los derechos de la mujer” en Historia de la comisión…,
op. cit., pp. 14-15.
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
Convenciones sobre los derechos civiles y sobre los derechos políticos
de la mujer;13 donde se reconocen, respectivamente, la igualdad de
derechos civiles para el hombre y la mujer, así como el derecho no
sólo a votar, sino también a ser electa, sin restricciones por razones de
sexo. En la década siguiente la ONU adoptó convenciones similares. A
partir de estos instrumentos interamericanos e internacionales los
gobiernos que hasta entonces no habían aceptado el sufragio
femenino lo hicieron en el corto y mediano plazo.
Con la batalla por el sufragio femenino sumamente avanzada, por
lo menos en el aspecto legal,14 las prioridades de la CIM se volcaron
hacia los derechos sociales y económicos; así, se puso mayor énfasis
en las condiciones laborales femeninas, en particular en la llamada
"doble jornada de trabajo" y en la necesidad de una legislación social
que garantizara una remuneración justa y condiciones de trabajo
aceptables. También se hizo hincapié en la búsqueda de mayores
oportunidades educativas para las mujeres en todos los niveles y en la
utilización de esa formación para lograr la extensión de los derechos
civiles y políticos. De allí que en 1954, en la X Conferencia Internacional
Americana realizada en Caracas (Venezuela), la CIM promovió una serie
de resoluciones sobre derechos económicos, derechos políticos y sobre
participación de la mujer americana en los órganos del sistema
interamericano.15
––––––––––––––
13
“Convención Interamericana sobre concesión de los derechos civiles a la mujer” y
“Convención Interamericana sobre concesión de los derechos políticos a la mujer” en Compilación
seleccionada…, op. cit., pp. 213-214 y en Historia de la comisión…, op. cit., p. 48. Según Amalia de
Castillo Ledón, (“Sesión Inaugural, Séptima Asamblea de la CIM, Santiago de Chile, Chile, 1951”,
citado en Ibid., p. 244) la Convención sobre los derechos civiles fue suscrita por 20 países, y la de los
derechos políticos por 14. De acuerdo con lo que señalan algunos textos (por ejemplo, Bernardino,
Resumen…, loc. cit. y Historia de la comisión…, op. cit., p. 44), a partir de la creación de la CIM y hasta
1947, es decir, antes de la Convención suscrita en Bogotá, 10 países de América Latina habían
reconocido el derecho al sufragio de la mujer: Ecuador (1929), Brasil (1932), Uruguay (1932), Cuba
(1934), El Salvador (1939), República Dominicana (1942), Guatemala (1945), Panamá (1946),
Argentina (1947) y Venezuela (1947); en cuatro existía el voto municipal: Chile, Perú, Bolivia y México;
y en varios de estos y de otros países se discutían proyectos de ley en ese sentido.
14
En el libro Historia de la comisión..., (op. cit., p. 44) se anota que, entre finales de los
cuarenta y principios de los cincuenta, cuatro países más reconocieron el voto femenino: Costa
Rica (1949), Chile (1949), Haití (1950) y Bolivia (1952); a ellos siguieron: México (1953), Honduras
(1955), Nicaragua (1955), Perú (1955), Colombia (1957) y Paraguay (1961).
15
Ibid., p. 18.
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Guadalupe Rodríguez de Ita
La VI Asamblea y el nombramiento
En 1949, con base en el Estatuto Orgánico de la CIM –aprobado
durante la IX Conferencia Internacional Americana de 1948 referente a
que la sede para las Asambleas debía ser rotatoria entre los países
integrantes de la Comisión–,16 la VI Asamblea de la CIM se verificó por
primera vez fuera de Washington17, a la invitación oficial del gobierno
argentino para celebrar en la capital de ese país la reunión; por tales
circunstancias, y para diferenciarla de las cinco anteriores, a ésta se le
denominó “extraordinaria”.
A dicha Asamblea (extraordinaria) efectuada entre el 8 y 24 de
agosto, acudieron delegadas de 20 países, es decir, casi la totalidad
de los miembros de la OEA, faltando sólo Costa Rica; además
asistieron, invitadas en calidad de observadoras, agrupaciones
femeninas con las que se buscó una mayor relación y colaboración.18
En las sesiones se discutieron y aprobaron resoluciones acerca de
temas como los siguientes: derechos políticos, capacitación cívica y
educacional para la democracia; derechos civiles, igualdad de
tratamiento en los códigos penales, igualdad legal de los hijos,
protección a la maternidad, afianzamiento de la institución familiar;
elevación del salario y asignación de puestos directivos, fiscalización
del trabajo, trabajo nocturno, condición económica de las trabajadoras
durante el período de maternidad, igualdad de oportunidades en la
educación; participación en asambleas internacionales.19
––––––––––––––
16
Vid. La Comisión Interamericana de Mujeres. Veinticinco años de labor 1928-1953,
Washington, D. C., Unión Panamericana, s.a., anexo en AHGE-APACL, Exp. 248.
17
Es de señalar que las cinco Asambleas anteriores se habían efectuado en Washington, D.
C., en 1940, 41, 42, 44 y 46 y que en ellas se abordó la situación que se vivía por la Segunda
Guerra Mundial y se aprobaron resoluciones a favor del reconocimiento de los derechos de la mujer
y del logro de su participación en la vida pública. Historia de la comisión…, op. cit., p. 67.
18
Amalia de Castillo Ledón, “Trascendencia y resultados de la Asamblea extraordinaria de la
Comisión Interamericana de Mujeres, Buenos Aires, Argentina, 1949”, citada en Ibid., pp. 233-234.
19
Acta final de la Asamblea extraordinaria de la Comisión Interamericana de Mujeres,
celebrada en Buenos Aires del 8 al 24 de agosto de 1949, Washington, D. C., Unión Panamericana,
1949 anexo en Archivo de Concentraciones de SRE (en adelante AC), Exp. III-1436-2; Organización de
los Estados Americanos, Comisión Interamericana de Mujeres, Compilación de resoluciones sobre
problemas económicos y sociales relativos a la mujer, aprobados por la Comisión Interamericana de
Mujeres en sus asambleas 1940-1955, Washington, D.C., Organización de los Estados Americanos,
1957, anexo en AHGE-APACL, Exp. 79; Historia de la comisión…, op. cit., pp. 4-9 y 67.
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
103
La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
Además se aprobó el reglamento de la CIM20 y se eligió, por
aclamación, a Amalia de Castillo Ledón como presidenta. Cabe
señalar que para que tal elección recayera en la representante
mexicana, entonces vicepresidenta de ese organismo, el gobierno de
México21 hizo una importante labor de apoyo y promoción de su
delegada, ante la eventual candidatura de la primera dama de la
república Argentina, señora Eva Duarte de Perón. En lo que pareciera
un buen trabajo diplomático, a final de cuentas la señora González
Caballero fue aclamada presidenta de la CIM, a propuesta de la propia
señora de Perón, quien había sido nombrada presidenta honoraria de
la Asamblea, y de la delegada argentina designada presidenta de la
misma Asamblea, doctora Elsa Irma Chamorro Alamán.
En un balance posterior,22 la flamante presidenta de la CIM
ponderó los elementos que consideraba más sobresalientes de esa
asamblea. Al respecto señaló que ésta respondió a lo previsto; mostró
la madurez y la experiencia adquiridas en sus años de vida; reafirmó
ante la Unión Panamericana, los gobiernos, las organizaciones y las
mujeres en general su posición social de altura y de dignidad
reconocida en las distintas Conferencias Internacionales Americanas;
y dejó en la opinión pública un concepto afirmativo, claro y preciso de
lo que era este organismo, sus métodos y sus finalidades. Además
hizo hincapié en las deficiencias, desventajas y discriminaciones
existentes en el aspecto educativo y de capacitación profesional para
las mujeres que, desde su perspectiva, frenaban el desarrollo de éstas
en otros ámbitos de la sociedad. Apoyada en estudios de la propia
Comisión, su presidenta propuso que la Organización para la
Educación, la Ciencia y la Cultura de Naciones Unidas (UNESCO)
promoviera un encuentro de ministros de educación para estudiar la
manera de eliminar las discriminaciones existentes y propiciar la
––––––––––––––
20
“Reglamento de la Comisión Interamericana de Mujeres” en Acta…, loc. cit.
Circular de la Secretaría de Relaciones Exteriores a sus embajadas en América sobre
candidatura de Amalia de Castillo Ledón al cargo de presidenta de la CIM, México, D. F., 12 de
febrero de 1949; Oficio de la embajada de México en Chile a Secretaría de Relaciones Exteriores
sobre la presidencia de la CIM, Santiago, 15 de julio de 1949; Oficio de la embajada de México en
Argentina, sobre clausura de la Asamblea de la CIM, Buenos Aires, 25 de agosto de 1949; Oficio de
la Secretaría de Relaciones Exteriores a embajada de México en Venezuela sobre elección de la
señora de Castillo Ledón como presidenta de la CIM, México, D. F., 31 de agosto de 1949, en AC,
Exp. III-1436-2.
22
Amalia de Castillo Ledón, “Trascendencia…”, op. cit., pp. 238-239.
21
104
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
Guadalupe Rodríguez de Ita
creación de grupos de alumnos y maestros que dentro de los
establecimientos educativos propagasen los principios de la
Declaración de derechos humanos. Finalmente hizo un sutil llamado a
gobiernos, organismos y personas para que las resoluciones y las
recomendaciones aprobadas fueran transmitidas y tomadas en
consideración “no sólo dentro de las leyes, sino también en su
aplicación y práctica real”.
El primer Seminario regional
A poco tiempo de tomar posesión de la presidencia de la CIM, Amalia
de Castillo Ledón, tras considerar los métodos más apropiados para
realizar estudios técnicos de problemas específicos de las mujeres
americanas, propuso adoptar el sistema de Seminarios donde se
abordaran fundamentalmente “los cuatro ángulos básicos del status de
la mujer”: civil, político, económico-social y educativo. Proyectó
entonces la realización de tres reuniones de este tipo, organizadas por
regiones geográficas, de la siguiente manera: uno que abarcara los
países del Norte y del Centro de América; otro con los de la parte norte
de Sudamérica y los de las Antillas; y un tercero con los del Cono Sur
del continente. Para un mejor funcionamiento propuso y preparó, con
la asistencia técnica de algunas dependencias de la Unión
Panamericana, cuestionarios sobre cada una de los temas señalados,
con el fin de actualizar información y obtener conclusiones más
certeras, sobre las cuales la misma CIM, los gobiernos y las propias
mujeres pudieran realizar acciones tendientes a la eliminación de leyes
o de prácticas que jurídicamente o de hecho interfirieran con el avance
de las mujeres y su total integración a la vida colectiva.23
Lo proyectado fue llevado a la práctica, por lo menos de manera
parcial, en relativamente breve tiempo, ya que el primer Seminario
regional se celebró del 15 de enero al 3 de febrero de 1951, con una
agenda de trabajo que, consecuente con la propuesta original, preveía
los cuatro aspectos básicos de la condición de la mujer: civil, político,
––––––––––––––
23
Amalia de Castillo Ledón, “El primer Seminario regional de la Comisión Interamericana de
Mujeres”, El Salvador 15 de enero al 3 de febrero de 1951, mecanoescrito en AHGE-APACL, Exp.
219.
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
económico-social y educacional.24 Tuvo como sede la capital de El
Salvador, cuyo gobierno proporcionó las mayores facilidades.25 Otro
tanto hicieron la Unión Panamericana y los gobiernos de los otros
países incluidos en ese primer Seminario. En la elaboración de los
cuestionarios cooperaron las delegadas de Estados Unidos y de Costa
Rica. Concurrieron 39 representantes oficiales (3 por Costa Rica, 18
por El Salvador, 4 por Estados Unidos, 4 por Honduras, 6 por México y
4 por Nicaragua) y 142 observadoras, éstas sin voz ni voto, en
representación de diversas organizaciones y grupos de mujeres
salvadoreñas (trabajadoras sociales, enfermeras, maestras,
costureras, campesinas, etc.). El Seminario se dividió en sesiones de
mesas redondas o de grupos y en plenarias; las asistentes se
distribuyeron en ellas de acuerdo con sus especialidades; con cada
grupo de observadoras se realizó una sesión especial semanal.26
En el discurso inaugural, con un estilo muy cuidado, en que se
evidenciaba oficio literario, la presidenta de la CIM fue muy clara en su
perspectiva de la situación general en que vivían las mujeres de la
región, esto es, de la falta de igualdad; además fue enérgica en cuanto
al papel que debían jugar los gobiernos nacionales y las instancias
internacionales, como la CIM. En tal sentido las palabras de la señora
de Castillo Ledón fueron:
Si América, es como yo lo creo, la casa de la esperanza, no es menos
cierto que hay muchas cosas que poner en orden en esa casa para
volverla totalmente habitable, respirable, sana y firme. Una de ellas, la
principal quizá, es ese desequilibrio social producido por la balanza coja de
una democracia, sin mujeres. Y son los hechos los que hablan, no yo. Es
la situación de inferioridad, el estado de esclavitud casi medieval de la
mujer. No vengo a discutir el manido tema de la igualdad o de la
superioridad de unos seres sobre otros, ni siquiera a abogar en términos
morales o intelectuales por la mujer, como en términos factuales, realistas,
claros.
––––––––––––––
24
Vid. “Agenda”, s.p.i., en AHGE-APACL, Exp. 217; “Agenda del primer Seminario regional de
la Comisión Interamericana de Mujeres”, San Salvador, El Salvador, 15 al 31 de enero de 1951, en
AC, Exp. III-2082-1.
25
Amalia de Castillo Ledón, “Discurso en el acto de inauguración del primer Seminario
regional de la CIM”, San Salvador, 15 de enero de 1951, en AHGE-APACL, Exp. 219.
26
Amalia de Castillo Ledón, “El primer…”, loc. cit.
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Y es nuestra América precisamente, donde de modo incomprensible se
disocian todavía, por leyes o tradiciones, las dos fuerzas esenciales del
hombre y la mujer.
Mientras se niegue, en fin, a la mujer un derecho, -el que sea, en cualquier
país del continente-, América no habrá cumplido sino a medias el destino
grandioso y decisivo que le está asignado en el orden histórico universal,
ni esta Comisión podrá cesar sus empeños.27
En un primer balance, realizado por la presidenta de la CIM, los
resultados del Seminario fueron positivos al conseguirse, entre otras
cosas: difundir de manera más clara y precisa lo que era la Comisión,
sus objetivos, estructura y métodos; y promover una cooperación
activa con la CIM y sus trabajos por parte tanto de los gobiernos, como
de diversos actores (periodistas, intelectuales, etcétera). Además se
logró obtener un amplio y valioso documento de conocimiento y
consulta.28 En su discurso de clausura Amalia de Castillo Ledón se
refiere, con algo más que entusiasmo, a los logros que considera más
importantes de la siguiente manera:
[…] tengo que decir desde luego que me llevo del Salvador [sic] una
impresión cálida y plena; que mi confianza, mi optimismo, mis
convicciones, no sólo no se han visto defraudados, sino duplicados y
fortalecidos. Y si alguna duda hubiera yo podido abrigar sobre la
universalidad del interés que despertaría el Primer Seminario, El Salvador
ha tomado a su cargo desvanecerla para siempre. No ha sido solamente
este recinto, ni únicamente las delegaciones concurrentes las que han
participado en las labores del Seminario o seguido con expectación las
diversas fases de su desarrollo. Ha sido la ciudad entera, cordial y
abiertamente amistosa, unánime y entregada, la que ha prestado a
nuestras sesiones una euforia y un calor humano inolvidables. Cuando
todo un pueblo –y por pueblo entiendo todas las clases sociales que lo
componen– acoge una idea, y la cuida y la nutre con amor hasta
absorberla y convertirla en parte de sí mismo, entonces ya sabemos que
esa idea es buena, limpia, fecunda.29
De lo anterior puede inferirse que para la señora González
Caballero la experiencia del primer Seminario fue satisfactoria.
––––––––––––––
27
Amalia de Castillo Ledón, “Discurso… inauguración…” loc. cit.
Amalia de Castillo Ledón, “El primer…”, loc. cit. Para algunas notas de prensa salvadoreña
sobre el Seminario, Vid. AHGE-APACL, Exp. 222.
29
Amalia de Castillo Ledón, “Discurso de clausura del primer Seminario regional de la CIM”,
El Salvador, 1951, mecanoescrito en AHGE-APACL, Exp. 219.
28
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
Además hay elementos que hacen pensar que no sólo para ella fue
así, sino para otras personas que lo presenciaron, como queda
constancia, por ejemplo, en algunos informes rendidos por
funcionarios de la embajada de México en El Salvador.30 Tal
perspectiva explica las gestiones que realizó la presidenta de la CIM,
ante el gobierno de Ecuador, para celebrar la segunda reunión de este
tipo, en aquel país.31 Lo que es menos entendible, con la
documentación y la información con que se cuenta hasta ahora, es el
porqué los otros dos Seminarios regionales finalmente no se llevaron a
cabo.
Los temas de las Asambleas VII, VIII y IX
Como se anotó antes, en el lapso que Amalia de Castillo Ledón estuvo
como presidenta de la CIM se llevaron a cabo, como correspondía, tres
Asambleas que, siguiendo los cánones internos de ese organismo,
tuvieron como tarea “determinar en líneas generales, su política, el
programa de acción a desarrollar y la resolución de ciertos problemas
fundamentales que merecen la atención y el estudio de las
representantes oficiales de todos los países que integran la
Comisión”.32 Además, continuando con el ejemplo de la VI Asamblea,
observando los lineamientos del Estatuto Orgánico y tomando en
cuenta la necesidad de establecer un enlace directo de las mujeres y
organizaciones de cada país para tener “un conocimiento de fondo,
más cercano y auténtico […] del medio, condiciones y problemas
específicos que confronta cada uno de los países”,33 la presidenta
organizó las siguientes asambleas en la respectiva capital de tres
países suramericanos. En todas ellas se abordaron cuestiones
referentes a las diversas esferas de la sociedad, es decir, a los
––––––––––––––
30
Oficio de la embajada de México en El Salvador a Secretaría de Relaciones Exteriores
sobre primer Seminario regional de la Comisión Interamericana de Mujeres, San Salvador, 15 de
enero de 1951 en AC, Exp. III-2082-1.
31
Oficio de la presidenta de la CIM a ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador sobre
solicitud de apoyo para realizar Seminario, Washington, D. C., abril de 1951; Radiograma del
ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador a presidenta de la CIM sobre respuesta favorable a
solicitud de apoyo para realizar Seminario, Quito, 7 de mayo de 1951, en AHGE-APACL, Exp. 221.
32
Amalia de Castillo Ledón, “Sesión Inaugural, Octava Asamblea de la CIM, Río de Janeiro,
Brasil, 1952”, citada en Historia de la comisión…, op. cit., p. 249.
33
Amalia de Castillo Ledón, “Trascendencia…”, op. cit., pp. 233-234.
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aspectos jurídicos, políticos, civiles, económicos, sociales, educativos y
culturales.
De esta manera, la VII Asamblea se realizó en Santiago, entre el
30 de mayo y el 16 de junio de 1951; a ella asistieron 18 delgadas de
los 21 países americanos. En esa oportunidad, Amalia de Castillo
Ledón, en el discurso inaugural34 recordó que fue precisamente en la
misma ciudad de Santiago, durante la V Conferencia Internacional
Americana de 1923, donde dos destacados internacionalistas, Máximo
Soto Hall, delegado de Guatemala y Manuel Rivas Vicuña, delegado
chileno, apoyaron la idea de crear dentro de la Unión Panamericana
un organismo que se encargara de estudiar las condiciones
económico-sociales y jurídicas de las mujeres del continente; lo que
dio pie para que en la siguiente Conferencia se aceptara oficialmente
la creación de la CIM. Recordó también que para ese año de 1923 la
situación de las mujeres era desoladora y negativa, pues tanto en la
legislación, como en la práctica se les negaban sus derechos políticos,
civiles, etcétera. De igual forma, señaló que la CIM había realizado con
gran éxito un estudio técnico-colectivo, mediante la celebración de su
primer seminario regional en San Salvador y que estaba preparando
un estudio sobre la condición económica de la mujer trabajadora.
En esa asamblea las principales cuestiones tratadas fueron:
igualdad de derechos civiles; igualdad de tratamiento jurídico en el
trabajo, condición económica de las trabajadoras, igualdad de salario;
alfabetización y capacitación de las campesinas. Se adoptaron
resoluciones importantes en favor de: la ratificación de la Convención
Interamericana sobre los Derechos Políticos de la Mujer; la realización
de un estudio comparativo de la legislación que rige el matrimonio en
los países americanos; el cumplimiento de la Resolución XXIII de la IX
Conferencia Internacional Americana, realizada en Bogotá, referente a
la realización de Investigaciones sobre la condición económica de las
mujeres trabajadoras en la región; así como la elaboración de un
estudio sobre prostitución, alcoholismo y drogas heroicas [sic].35
Un año después se verificó en Río de Janeiro, del 23 de julio al 8
de agosto, la VIII Asamblea a la que asistieron 18 delegadas de los 21
––––––––––––––
34
Amalia de Castillo Ledón, “Sesión…, Séptima…”, op. cit., pp. 241-244.
Organización…, Compilación de resoluciones…, loc. cit.; Historia de la comisión…, op. cit.,
pp. 9-13 y 67-68.
35
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
países americanos.36 Es de subrayar que en esa ocasión, en el
discurso de la sesión inaugural la presidenta puso énfasis en la
relación existente entre las leyes internas de los países de la región y
los convenios internacionales, en particular en el impacto que éstos
tienen sobre aquéllas. En palabras de la señora de Castillo Ledón:
Las constituciones y leyes internas de los Estados Americanos reconocen
que el individuo, cualesquiera que sean su sexo, su religión, su raza, su
convicción política, debe estar en una misma condición y ha de tener una
misma oportunidad para vivir libremente y con dignidad. Pero además, y
esto es lo nuevo dentro de nuestro tiempo, lo declara así en los tratados
internacionales, adquiriendo con ello el compromiso de que la realidad se
parezca o se identifique con la letra del acuerdo.
Mas, como los Estados Americanos no son insinceros, por lo tanto,
después de esta afirmación en que está empeñada la fe de cada pueblo,
toman las medidas que están a su alcance para que los principios se
cumplan. Pero acontece frecuentemente que la magnitud de la empresa
es superior a las fuerzas nacionales, y es entonces cuando se recurre a la
ayuda recíproca. Suceden entonces los entendimientos de diversa índole,
intercambio de técnicas, ayuda económica, unificación de legislaciones,
creación de organismos de estudio y asesoría de los gobiernos.
Los gobiernos de América, al firmar la Carta de la Organización, y la
Declaración de Derechos Humanos, que contienen estos principios, han
concebido idealmente la organización social y política de nuestro
continente, y es que tenían y mantienen la firme y decidida intención de
salvar la distancia entre la realidad existente y las aspiraciones comunes.37
Teniendo lo antes dicho como telón de fondo, los debates giraron
en torno a los siguientes puntos: relación entre la CIM y la CSM;
inclusión de las obreras domésticas en la legislación del trabajo,
creación de oficinas de la mujer y de servicios femeninos en las
inspecciones de trabajo, creación de juntas de prevención de
accidentes del trabajo; educación vocacional y técnica; legitimación de
las uniones conyugales irregulares, creación de departamentos de
policía femenina. Las resoluciones más importantes fueron: realizar
campañas continentales en pro del reconocimiento y ejercicio de los
derechos políticos de la mujer, así como del principio de igualdad de
remuneración por trabajo de igual valor; insistir en el cumplimiento de
––––––––––––––
36
37
110
Amalia de Castillo Ledón, “Sesión…, Octava…”, op. cit., p. 247.
Ibid., pp. 247-248.
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la resolución XXIII de la IX Conferencia Internacional Americana;
promover una Investigación monográfica sobre la situación de la mujer
en el desempeño de funciones y cargos públicos, y dos Estudios
comparativos: uno acerca de las legislaciones americanas sobre el
matrimonio y otro sobre el derecho de familia y el de propiedad.
También se aprobó difundir el hecho de que se estaba en el período
de ratificación de la Convención sobre el combate a la prostitución y a
la represión del lenocinio, bajo los auspicios de la ONU.38 De igual
modo, se dio un “Voto de aplauso a la presidenta de la Comisión
Interamericana de Mujeres”.39
Hacia el final de la presidencia de Amalia de Castillo Ledón, del 7
al 23 de septiembre de 1953, en Asunción, tuvo lugar la IX Asamblea
en la que participaron enviando a sus respectivas delegadas, 18 de los
21 países americanos.40 En su discurso inaugural, la presidenta
contrastando y/o complementando lo dicho en ocasión similar el año
previo, reconoció la necesidad de la CIM de contar con la colaboración
de grupos civiles de mujeres, y no sólo de los gobiernos. Textualmente
la señora de Castillo Ledón señaló:
La estructura oficial de esta Comisión Interamericana es sui generis,
puesto que además de estar integrada por representantes de gobiernos,
tiene el soporte moral de las mujeres de cada país, que ven en ella el
medio más eficaz de obtener lo que les corresponde. La Comisión se
empeña cada día más en dar a conocer sus funciones entre todos los
grupos de mujeres, porque, qué importancia tendría que sólo los
gobiernos o apenas un reducido grupo de gentes conocieran sus
posibilidades y la importancia del tremendo compromiso internacional que
está tratando de ser una realidad en cada país.41
Además del señalamiento anterior, en la Asamblea se plantearon
asuntos como los que a continuación se apuntan: leyes
discriminatorias a la condición de la mujer; derechos de la mujer
––––––––––––––
38
Organización…, Compilación de resoluciones…, loc. cit.; Historia de la comisión…, op. cit.,
pp. 13-15 y 68.
39
Amalia de Castillo Ledón, “Informe de la delegada de México a la Comisión Interamericana
de Mujeres, sobre la VIII Asamblea que dicha Comisión celebró en Río de Janeiro, Brasil, del 23 de
julio al 8 de agosto de 1952”, Washington, D. C., diciembre de 1952, mecanoescrito en AHGE-APACL,
Exp. 230.
40
Amalia de Castillo Ledón, “Sesión Inaugural, Novena Asamblea de la CIM, Asunción,
Paraguay, 1953”, citada en Historia de la comisión…, op. cit., p. 251.
41
Ibid. pp. 252-253.
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111
La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
casada, asignaciones familiares; oportunidades de empleo y
educación vocacional, la mujer en cargos públicos por elección y por
nombramiento, se insistió en la igualdad de remuneración por trabajo
de igual valor; oportunidades educativas en las áreas rurales;
cooperación en reuniones internacionales. Se suscribieron, como
resolutivos: insistir en el reconocimiento del derecho de sufragio de la
mujer, dado que cuatro países no lo habían reconocido y en dos se
había otorgado sólo en elecciones municipales (uno de esos países,
por cierto, era nada más ni nada menos que México); promover la
modificación de códigos civiles adaptándolos a la condición real de la
mujer; insistir en el cumplimiento de la Resolución XXIII de la IX
Conferencia Internacional Americana; recomendar la realización de
una reunión de técnicas y de dirigentes de las oficinas del trabajo de la
mujer. Además se notificó de la presentación de un informe a la ONU
sobre resoluciones relativas a la familia y a los bienes (matrimonio,
propiedad, dominio y disposición de bienes y la tutela de los hijos).
También se expusieron una serie de enmiendas para el Estatuto
Orgánico de la CIM.42
Al final de esta reunión Amalia de Castillo Ledón dejó, como
correspondía, la presidencia de la CIM. Al hacerlo expresó su
satisfacción por las experiencias acumuladas en el cargo, lo hizo con
las siguiente palabras:
En la hora de partir de un puesto que durante cuatro años me ha
relacionado con los núcleos femeninos de América, mi sentimiento ante la
colaboración continental, ante la actividad de entrega inteligente y volitiva
de la mujer americana; mi impresión personal es que partir es vivir más y
vivir mejor. No se desprende una de las experiencias tan ricas de este tipo
de trabajo, tal como no podría desprenderse de la piel. Mi comprobación
personal de la maravillosa acción de todas las mujeres en todos los
países, añadió rigor a mi fe, fuerza a mi convicción, elemento a mi
dialéctica, en el sentido de que la mujer Americana es una mujer puesta
por el destino y por la verdad en el camino de la luz y en el camino de la
liberación.
Cuatro años, que son poca cosa en el tiempo del mundo, pero que para
mí han constituido una vida de trabajo optimista, me han permitido, gracias
a una situación de privilegio, fomentar y seguir la acción de la mujer de
––––––––––––––
42
Organización…, Compilación de resoluciones…, loc. cit.; Historia de la comisión…, op. cit.,
pp. 15-17 y 68-69.
112
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
Guadalupe Rodríguez de Ita
América, como una escrutadora de horizontes, como una exploradora.
Hermanarse en la acción colectiva de las mujeres; realizar sus mandatos a
través de la Comisión; dirigir y orientar sus actividades durante ese breve
término, me da el derecho y el valor de desmentir respetuosamente la
amarga frase del extraordinario Bolívar y de decir ante ustedes, hoy, con
un timbre optimista y un ánimo anheloso de grandes realidades: No
hemos arado en el mar.43
Los 25 años y su conmemoración
Unos meses antes de dejar la presidencia de la CIM, la señora de
Castillo Ledón desarrolló varias actividades para conmemorar el
vigésimo quinto aniversario de dicho organismo. Entre ellas estuvo la
celebración de un acto solemne,44 el 16 de junio de 1953, en la sede
de la Unión Panamericana, en Washington, D. C., al que acudieron el
presidente del Consejo de la OEA, el secretario general, embajadores
y, desde luego, delegadas de la Comisión, además de otros invitados.
En el evento Amalia de Castillo Ledón subrayó la importancia del
propio evento y de la CIM, señalando: “Un cuarto de siglo de meritorio
esfuerzo colectivo, sostenido y tenaz, para defender en los aspectos
político, civil, económico, social y cultural, el principio eminentemente
democrático de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres […]”.
Paralelamente, como parte de las celebraciones, circularon por lo
menos dos publicaciones breves y sencillas y, por lo mismo, eficaces
en cuanto a difusión.45 Una de ellas fue: La Comisión Interamericana
de Mujeres. Veinticinco años de labor. Qué es, Cómo funciona, Qué
hace, cuyo título es más que ilustrativo de los asuntos que de manera
concisa abordaba. La otra: La Comisión Interamericana de Mujeres.
Veinticinco años de labor 1928-1953, hacía un sucinto recuento del
papel de la Comisión Interamericana de Mujeres en las Conferencias
Internacionales Americanas de 1928, 1933, 1938 y 1948, así como de
las Convenciones aprobadas en tales Conferencias; además incluía
––––––––––––––
43
Amalia de Castillo Ledón, “Sesión…, Novena…”, op. cit., pp. 253-255.
Amalia de Castillo Ledón, “Discurso de la presidenta en el Acto conmemorativo de la
Comisión Interamericana de Mujeres y firma del acuerdo entre el Consejo de los Estados
Americanos y la Comisión”, Washington, D. C., 16 de junio de 1953, mecanoescrito en AHGE-APACL,
Exp. 248.
45
Vid. La Comisión Interamericana de Mujeres. Veinticinco años de labor. Qué es, Cómo
funciona, Qué hace, Washington, D. C., Unión Panamericana, s.a; y La Comisión… Veinticinco, loc.
cit., anexos en AHGE-APACL, Exp. 248.
44
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
un mapa con la situación legal del sufragio en las repúblicas
americanas. Adicionalmente el Noticiero, órgano de difusión de la CIM,
publicó lo que podría considerase un número monográfico referente a
la Comisión y su aniversario, en julio de 1953.46
La CIM: Organismo Especializada de la OEA
En el mismo acto donde se celebró el cuarto de siglo de existencia de
la CIM se firmó el acuerdo entre el Consejo de la OEA y la Comisión,47
por el que ésta quedaba reconocida como Organismo Especializado
Interamericano.
Es de señalarse que el asunto, por ser un tema relevante para la
CIM, se había debatido ampliamente desde la VII Asamblea de 1951,
pues varias delegadas consideraban que era mejor buscar que la OEA
aceptara a la Comisión como uno de los Consejos existentes en el
seno de la máxima instancia regional y no como uno de los
Organismos Especializados, pues estos últimos no tenían fuerza oficial
significativa ni recursos económicos suficientes y, si bien tenían un
carácter independiente, solamente se conectaban con la Unión
Panamericana por medio de un informe anual. De hecho, en la IX
Conferencia Internacional Americana se había intentando
infructuosamente que la OEA aceptara a la Comisión como Consejo.
Sin embargo, las objeciones señaladas ya no tenían sustento, pues en
la misma Conferencia de Bogotá los Organismos Especializados
adquirieron un nuevo y mejor status. Por ello, en la VIII Asamblea de
1952, luego de nuevas y no menos intensas discusiones, se aprobó
que la CIM firmara un acuerdo con la OEA para ser considerada como
Organismo Especializado,48 lo que fue llevado a la práctica a
mediados de 1953, como se mencionó arriba, en el marco del evento
con el que se celebraron los 25 años de vida de la CIM.
––––––––––––––
46
Vid. Veinticinco años de labore 1929-1953. Noticiero de la Comisión Interamericana de
Mujeres No. 5, Washington, D. C., Unión Panamericana, julio de 1953, anexo en AHGE-APACL, Exp.
248.
47
Vid. Acuerdo del Consejo de la OEA y la Comisión Interamericana de Mujeres, suscrito en
la Unión Panamericana, Washington, D. C., 16 de junio de 1953 en español e inglés, Washington,
D. C., División de Conferencias y Organismos, Departamento Jurídico, Unión Panamericana, 1953,
anexo en AHGE-APACL, Exp. 248.
48
Amalia de Castillo Ledón, “Informe…VIII Asamblea…” loc. cit.
114
Clío, 2006, Nueva Época, vol. 6, núm. 36
Guadalupe Rodríguez de Ita
La trascendencia de este hecho también fue resaltada por Amalia
de Castillo Ledón, quien como presidenta de la Comisión lo expresó
con las siguientes palabras:49
El acuerdo celebrado entre el Consejo de la Organización de Estados
Americanos y la Comisión Interamericana de Mujeres […] establece las
relaciones que deben existir entre aquel Órgano y la Comisión; reconoce
la autonomía técnica de nuestro organismo en la realización de sus
objetivos; garantiza su permanencia jurídica dentro de la Organización, y le
ofrece estímulos definitivos para el desarrollo de sus tareas presentes y
futuras. […].
Algunas consideraciones finales
Como se ha expuesto, entre 1949 y 1953, la CIM presidida por Amalia
de Castillo Ledón no sólo continuó realizando con regularidad sus
actividades normales, es decir, sus Asambleas generales, por ejemplo;
sino que además exploró otros caminos para lograr un acercamiento
mayor con las mujeres, sus problemas y posibles soluciones, como fue
el caso del seminario regional impulsado y desarrollado, precisamente,
por su presidenta.
En esos años, tanto en las Asambleas, como en el Seminario, la
CIM siguió promoviendo los derechos de las mujeres en el continente
americano. Cuando la señora de Castillo Ledón quedó al frente de la
CIM recién se habían aprobado las Convenciones sobre los derechos
civiles y sobre los derechos políticos de la mujer; por ello realizó varias
acciones –como campañas, por ejemplo– para conseguir que tales
instrumentos fueran aceptados y aplicados por los gobierno de los
países integrantes de la OEA. Al mismo tiempo, el organismo, su
presidenta y sus delegadas pusieron atención en asuntos económicosociales y educacionales sobre los que debatieron e hicieron
propuestas en sus Asambleas.
Adicionalmente a Amalia de Castillo Ledón le correspondió dar
pasos firmes para consolidar a la CIM, que habiendo sido pionera en su
género a mediados de la centuria, cumplía un cuarto de siglo de
existencia y experiencia, lo que su presidenta no dejó que pasara
desapercibido. Entre otras cosas, organizó un evento conmemorativo
e impulsó la circulación de algunas publicaciones. Además, fortaleció
––––––––––––––
49
Amalia de Castillo Ledón, “Discurso… Acto conmemorativo…”, loc. cit.
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La Comisión Interamericana de Mujeres durante la presidencia de Amalia de Castillo
Ledón, una mexicana talentosa (1949-1953)
la presencia de la CIM dentro de la, para entonces, joven OEA, logrando
que en el seno de ésta fuera aceptada aquélla como Organismo
Especializado.
Por tanto, en un primer balance bien puede afirmarse que Amalia
de Castillo Ledón, una mexicana talentosa, jugó un papel destacado
en la presidencia de la Comisión Interamericana de Mujeres y
coadyuvó a la continuación y consolidación de este organismo de
importancia regional e internacional.
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