caso puigneró - Grup de Defensa del Ter

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CASO PUIGNERÓ
Primera sentencia que condenó a un empresario a ingresar a la cárcel por delito ecológico
Nos estamos refiriendo a la sentencia dictada el día 6 de junio de 1995 por la Sección Octava de lo penal de la Audiencia de Barcelona y, ratificada por el Tribunal Supremo el 1 de febrero de 1997 (ref. Aranzadi RJ 1997\687)1.
La Audiencia de Barcelona consideró que el empresario Puigneró cometió de manera continuada un delito contra el medio ambiente y la salud pública, por verter al río Sorreig aguas muy contaminadas, condenándole a cuatro años y dos meses de prisión y multa de 9´5 millones.
Para imponer la sanción, la Audiencia observó el deficiente funcionamiento de la depuradora existente en la empresa HILADOS Y TEJIDOS PUIGNERÓ que provocó el vertido de las aguas "nula o insuficientemente depuradas". Por otra parte, el Fiscal reclamó la concurrencia de agravantes de las que el Tribunal Supremo observó la falta de autorizaciones administrativas para el funcionamiento de la depuradoran y desobediencia a las órdenes correctoras y supresoras de la actividad contaminante
El Tribunal Supremo confirma la sentencia de la Audiencia de Barcelona, excepto en la multa, que la rebaja a 7´5 millones.
En la misma sentencia de la Audiencia de Barcelona, uno de los tres magistrados emitió un voto particular por considerar que el supuesto enjuiciado no se había producido de manera continuada y, por resultar el mismo delito continuado excluido de la propia literalidad del artículo 347 del anterior Código Penal.
Además, consideró que "en las conductas del tipo de la sometida a enjuiciamiento debe de primar el interés en reparar el daño y reponer el entorno medioambiental al estado anterior a su deterioro culpable, sobre el interés propio e ínsito en su representación penal, y que aquella finalidad podría verse frustrada en el supuesto de rigor excesivo en la condena penal (lo que suponía condenar a Puigneró a un año de prisión, en vez de los 4 años y dos meses a los que fue condenado finalmente).
También disintió el magistrado en cuanto quien debía percibir la cantidad en concepto de responsabilidad civil exigida a Puigneró. En su opinión, debía haber sido la Cátedra de Ecología de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona en vez del Grup de Defensa del Ter, por considerar que no quedaba acreditado el perjuicio individualizado a este colectivo ecologista.
Por tanto, tenemos dos visiones algo diferentes del mismo ilícito penal, la sentencia que dictó la Audiencia y ratificó posteriormente el Tribunal Supremo y, la postura más atenuada del voto particular del magistrado de la Sección Octava Don Jesús María Barrientos Pacho.
¿Que hubiese ocurrido si la depuradora hubiese funcionado correctamente y, se demostrase que las aguas vertidas estaban depuradas?
¿Sería necesario obtener una licencia administrativa para poder contaminar?
¿Que importancia tiene el hecho que se deposite una cantidad con el fin de reparar el daño causado?
1. Otras referencias sobre el Caso Puigneró en: Sentencia de 9 de mayo de 1996 ( Ar. RJ 1996\3974), Auto de 30 de abril de 1998 ( Ar. RJ 1998\3939) y, Auto de 24 de julio de 1998 ( Ar. RJ 1998\6521).
Nos estamos refiriendo a la sentencia dictada el día 6 de junio de 1995 por la Sección Octava de lo penal de la Audiencia de Barcelona y, ratificada por el Tribunal Supremo el 1 de febrero de 1997 (ref. Aranzadi RJ 1997\687)1.
La Audiencia de Barcelona consideró que el empresario Puigneró cometió de manera continuada un delito contra el medio ambiente y la salud pública, por verter al río Sorreig aguas muy contaminadas, condenándole a cuatro años y dos meses de prisión y multa de 9´5 millones.
Para imponer la sanción, la Audiencia observó el deficiente funcionamiento de la depuradora existente en la empresa HILADOS Y TEJIDOS PUIGNERÓ que provocó el vertido de las aguas "nula o insuficientemente depuradas". Por otra parte, el Fiscal reclamó la concurrencia de agravantes de las que el Tribunal Supremo observó la falta de autorizaciones administrativas para el funcionamiento de la depuradoran y desobediencia a las órdenes correctoras y supresoras de la actividad contaminante
El Tribunal Supremo confirma la sentencia de la Audiencia de Barcelona, excepto en la multa, que la rebaja a 7´5 millones.
En la misma sentencia de la Audiencia de Barcelona, uno de los tres magistrados emitió un voto particular por considerar que el supuesto enjuiciado no se había producido de manera continuada y, por resultar el mismo delito continuado excluido de la propia literalidad del artículo 347 del anterior Código Penal.
Además, consideró que "en las conductas del tipo de la sometida a enjuiciamiento debe de primar el interés en reparar el daño y reponer el entorno medioambiental al estado anterior a su deterioro culpable, sobre el interés propio e ínsito en su representación penal, y que aquella finalidad podría verse frustrada en el supuesto de rigor excesivo en la condena penal (lo que suponía condenar a Puigneró a un año de prisión, en vez de los 4 años y dos meses a los que fue condenado finalmente).
También disintió el magistrado en cuanto quien debía percibir la cantidad en concepto de responsabilidad civil exigida a Puigneró. En su opinión, debía haber sido la Cátedra de Ecología de la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona en vez del Grup de Defensa del Ter, por considerar que no quedaba acreditado el perjuicio individualizado a este colectivo ecologista.
Por tanto, tenemos dos visiones algo diferentes del mismo ilícito penal, la sentencia que dictó la Audiencia y ratificó posteriormente el Tribunal Supremo y, la postura más atenuada del voto particular del magistrado de la Sección Octava Don Jesús María Barrientos Pacho.
¿Que hubiese ocurrido si la depuradora hubiese funcionado correctamente y, se demostrase que las aguas vertidas estaban depuradas?
¿Sería necesario obtener una licencia administrativa para poder contaminar?
¿Que importancia tiene el hecho que se deposite una cantidad con el fin de reparar el daño causado?
1. Otras referencias sobre el Caso Puigneró en: Sentencia de 9 de mayo de 1996 ( Ar. RJ 1996\3974), Auto de 30 de abril de 1998 ( Ar. RJ 1998\3939) y, Auto de 24 de julio de 1998 ( Ar. RJ 1998\6521).
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