Indonesia: Hay que tomar medidas concretas para poner fin a la

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Índice AI: ASA 21/053/2001/s
Servicio de Noticias 200/01
No publicar antes de las 10:00 horas GMT del 16 de noviembre de 2001
Indonesia: Hay que tomar medidas concretas para poner fin a la
tortura
El gobierno de Indonesia no ha hecho casi nada para poner fin a la
tortura, a pesar de su compromiso expreso de acabar con esta práctica.
Así lo ha manifestado Amnistía Internacional hoy, cuando el Comité
contra la Tortura de las Naciones Unidas se dispone a examinar el primer
informe periódico del país.
Cada año, los grupos de derechos humanos de Indonesia informan
de centenares de casos de tortura. En Papúa y Aceh, la tortura se utiliza
de forma habitual para castigar, intimidar, obtener confesiones o
conseguir dinero de los presuntos partidarios de movimientos en favor de
la independencia. En algunos casos, el trato es tan brutal que causa la
muerte de la víctima.
«La tortura, no obstante, no se limita a los partidarios de los
movimientos en favor de la independencia», ha declarado Amnistía
Internacional, añadiendo que ha documentado casos de tortura de
presuntos delincuentes y de individuos implicados en conflictos de tierras
y laborales.
La tortura tiene lugar a manos tanto del ejército como de la
policía, y normalmente consiste en patadas, golpes con los puños y con
objetos contundentes, quemaduras con cigarrillos o cerillas, cortes con
cuchillos o cuchillas, amenazas de muerte, simulacros de ejecución,
inmersiones en agua (que puede ser de alcantarillado), mutilación de los
genitales, abusos sexuales y violación.
Amnistía Internacional ha declarado: «Es necesario que se tomen
urgentemente medidas concretas para cambiar tanto la ley como la
práctica en Indonesia. La primera medida, y la más fundamental, que
debe tomarse es la de prohibir explícitamente la tortura en el código
penal.
A ésta debe seguirle inmediatamente el establecimiento de
sanciones
contra
los
funcionarios
que
hagan
caso
omiso
de
las
salvaguardias legales existentes para la protección de los detenidos».
Son pocas las denuncias de tortura que se investigan, y aún son
menos los responsables que comparecen ante los tribunales. No existe
ningún mecanismo para investigar de forma efectiva e independiente las
denuncias de tortura, y el sistema judicial, azotado por la corrupción, no
es capaz de tratar adecuadamente los casos de tortura u otras violaciones
de derechos humanos.
Amnistía
Internacional
ha
subrayado:
«En
ausencia
de
un
mecanismo efectivo y creíble de investigación o de un poder judicial
independiente, las víctimas de tortura no disponen de ninguna vía para
intentar conseguir una reparación con alguna expectativa de éxito».
La organización ha añadido: «La impunidad generalizada por los
actos de tortura y otras violaciones de derechos humanos en Indonesia
pone de manifiesto en última instancia un problema de falta de voluntad
política. Las autoridades de Indonesia han mostrado sistemáticamente
una resistencia a llevar ante la justicia a los miembros de las fuerzas de
seguridad, especialmente aquellos que ocupan altos cargos, acusados de
cometer violaciones de derechos humanos».
Amnistía Internacional ha declarado también: «Puesto que el
gobierno no adopta una postura enérgica contra la tortura ni hace
ningún esfuerzo para impedirla, se puede decir que en la práctica no
existe apenas nada que disuada a los torturadores».
Al firmar la Convención contra la Tortura (en 1998), el gobierno
indonesio se comprometió a adoptar una serie de medidas como la
introducción de reformas legales y judiciales, la mejora de la formación
de las fuerzas de seguridad y el establecimiento de mecanismos de
rendición de cuentas.
Amnistía Internacional insta al gobierno indonesio a cumplir con
sus obligaciones en virtud de la Convención. Esas obligaciones incluyen:
-
condenar públicamente todas las formas de tortura y malos tratos
y garantizar que en la formación del personal encargado de hacer
cumplir la ley se hace hincapié en la prohibición de la tortura y los
malos tratos;
-
prohibir por ley todos los actos de tortura y malos tratos y
convertir esos actos en delitos punibles con sanciones que reflejen su
gravedad;
-
investigar sin demora y de forma imparcial todos los informes y las
denuncias de tortura y malos tratos;
-
llevar a los responsables ante la justicia, incluso ejerciendo la
jurisdicción universal sobre actos de tortura cometidos en el
extranjero;
-
adoptar otras medidas efectivas para prevenir la tortura y los
malos tratos, garantizando, entre otras cosas, que los detenidos
tienen acceso inmediato y periódico a abogados, familiares y jueces.
Información general
Durante el actual periodo de sesiones, el Comité contra la Tortura,
un órgano de 10 miembros compuesto por expertos independientes,
examinará los informes periódicos presentados por los gobiernos de
Indonesia, Israel, Ucrania, Zambia y Benín. El periodo de sesiones tendrá
lugar en Ginebra, Suiza, del 13 al 23 de noviembre del 2001. El informe
de Indonesia se examinará el 16 y el 19 de noviembre, y el Comité
presentará sus conclusiones y recomendaciones el 22 de noviembre.
El investigador de Amnistía Internacional sobre Indonesia estará en
Ginebra el 15 y 16 de noviembre, y está disponible para conceder
entrevistas. Pónganse en contacto con la oficina de prensa de Amnistía
Internacional en el teléfono +44 207 413 5566/5729.
\ FIN
Documento público
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Si desean más información, pónganse en contacto con la oficina de prensa de Amnistía
Internacional en Londres, Reino Unido, en el número + 44 20 7413 5566, o visiten nuestro sitio
web en: <http://www.amnesty.org>. Para los documentos y comunicados de prensa traducidos
al español, consulten la sección «centro de documentación» de las páginas web de EDAI en:
<http://www.edai.org/centro>.
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