«sr PRECIOS DB SÜSGRIPWON En la Penín-ula UNA PESETA al mes. VIERNES 2 9 DE iiililZO 0 1 1901 Extranjero, 7'50 PESETAS trimestre. Comunicados á precios c»~veBci»nalG8. J(edaccíon y talleres: s- £oren:(e, Todo sigue igual Las aguaa parece que han íecobrado su nivel. Todo parece que ha pasado, la tormenta se desvaneció, el cielo está límpido, el «ol brilla expléndido. Todo está igual, parece que fué ayer, y no lo parece sino que, efectivamente, en ayer estamos: en un ayer sombrío, preñado de males; en un ayer de deshonra y abominación; en un ayer de ruina; en un ayer de oligarquía política; en un ayer en que el honor resulta en entredicho, la independencia amenazada, la conciencia sin resplandores, el caciquismo en auge y el contubernio de los partidos absorvíendo como tromba funesta la vida de la Patria. Como se dice y se repite que pertenecemos al pais de los viceversas, como una y otra vez se sostiene que la lógica no es de esta tierra, no nos sorprende ver en amigable consorcio á los enemigos encarnizados de ayer que mirando solo á la conservación de sus egoístas intereses parece que olvidan los deberes que impone la dignidad humana. Sobre el tablero del ajedrez político figuran la» mismas piezas de siempre, los mismos de ayer, desde el cacique conservador que reclama su puesto en el reparto de actas, hasta el segundón liberal, cuyos apetitos de poder crecen en razón inversa de la senilidad de los años, pugnan todos por merecer la confianza d«l que hoy oficia de pontífice en la política provincial, factor único que se tiene en cuenta para la solución de todos los problemas políticos pendientes. Y todo eso sucede porque no hay espíritu patrio, que habiendo eso tiene cecesariamente que llegar el dia en que haya también voluntad. Conformes todos en que son las mismas las causas de nuestra desventura, en que subsisten sin mudanza; innegable también y por todos reconocido, que á ellas se debe nuestra inferioridad con relación á las demás provincias, que en ellas, en ese caciquismo, se encuentra la raiz de nuestra desgracia, los resultados no se han de esperar en Un todo conformes con nuestros anhelos, sopeña de morir; pues insensato seria suponer que el cuerpo atacado de grave y profunda dolencia habría de curarse por virtud de los ñiismos excesos que le pusieron en trance dolorosos. Lo que es preciso, es que nos conduzcamos como horne e s conscientes y reflexivos, merecedores del título de elúdanos; que sintamos la cólera del hombre fuerte, no la pasajera convulsión del epiléptico, que dejemos de ser fatalistas para ser razonables; que confienaos en nosotros mismos, en nuestras enei*gías, en nuestra perseverancia contra el caciquismo que nos aniquila y niata, sin descansar un instante, sin conceder im dia de paz ^\ enemigo del pueblo, ni la NUM. 9 1 7 DIARIO INDEPENDIENTE ANQ IV tregua de un minuto, combatiéndoles implacables en una guerra sin cuartel, siempre arma al brazo, organicémonos para levantar la opinión pública con el concurso de todos los hombres de buena voluntad. Lo que hace falta es que los cobardes sacudan el miedo, que los indiferentes tengan fé, que los retraídos recobren la actiridad, que los ciudadanos honrados se apresten todos á crear vínculos solidarios entre ellos. De esa manera el triunfo sobre el caciquismo e& seguro. A luchar pues, y no desmayar en la empresa, por ardua que sea, que pronto encontraremos para siempre los Pirineos morales que nos separan de los poderes oligárquicos. Tal es la obra para la cual pedimos el concurso de todos los verdaderos amantes de la libertad. Al efecto ha abierto un concurso de éperas, estableciendo como premio la suma de 5 000 pesetas para la obra mejor. Esta sa estrenará en dieho teatro el dia 1.° do Junio próximo. Como oendición precisa se exige quo la obra sea española y españoles sus .autores. Para juzgar laa obras se designará un jurado oompuasto da literatos y mugióos. Cuando se otorgue el pramie so entregarán á loa autores 2.000 pesetas, y las 8:000 restantes al sonar los ^ rimeros compases de la partitura en la noche del estreno- Banañato ttaOaldda En el teatro Español se ha verifleado el beneficio de D. Banito Pérez Galdós con la 60 reprasentaaion de «Eleotra». El teatro estaba lleno; ha habido el entusiasmo de costumbre; sa aplaudieron los pasajes más salientes de la obra, y Galdós fuá llamado an todos los flnalas de acto para recibir ruidosas ovaciones. 28 da Marzo de 19il i liiDii i Mdili Laa oleomiones Deoididamenta el primer domingo de Mayo se vorifloaráu las eleojionsa da Diputados á Cortea. La d« Senadoras se reríñ^ará el domingo siguiante. Los disgastados aumentan i nasdida que van sabiendo el enoasillado. Eran muohos los que se oraian llamados á venir á las últimas Cartas sugastinas 7 han resultado no SAr de los esoogidos. Sigue el jaleo en el Ministerio de la Gabaraaoion á donde está raeonoentrada toda la política española. Llueven las reoomendaeionea para variar el pentagrama, pero D. Segismundo que se ha propuesto favoreoer á los da la Union Naoional no oode ni transige en su plan de traer una mayoría completamente suya. Sagaata antarmo D Práxedes se eneuentra enfermo y aunque los íntimos dicen lyua la oosa no es de anidado, los midióos le han prohibido en absoluto que se ocupe da política. La enfermedad que padeao es anemia senil. Esta noticia ha oiroulado como obispa eléctrica en Palacio donda ha produaido honda preocupación por los eonfiiotos que pudiera traer á la Naeion la iuutilisaoion de Sagasta. Hamanonaa y loa maeatpoa El ministro de Instruoaion públioa, Sr- Conde de Romanones, ha reeibido la visita da una oamision de maestros de 0£ícuela. Los oomisionados pidieran que al Estado a« encargue en absoluto de pagarles sus haberes. Ei Ministro los manifestó que tiene en estudio el asunte y se propone conseguir la puntualidad en el pago. Aüadíó que procurará obligar á los ayuntamientoa á que las atenciones de primera enseñanza las satisfagan oon preferencia á todas las demás, por considerarlas sagradas. Terminó diciendo que no hay que volver la vista al pasado, sino mirar al paivenir, pues la mejor reforma es que los maestros de escuela cobren bien y con puntualidad, evitando el triste ea'"peotáoulo que hoy ofraaemos ante la Europa culta. La comisión saliá satisfechísima del daspaeho del ministro. Oonounao da oparaa La empresa de los Jardines del Buen Retiro se propone fomentar la épera española PRECIOS DJ. L03 ANUNCIOS Ea cuarta plana 00'05 pesetas línea En segunda y tercera 00'19 id id* En primera 00'29 id id. jítimi'nisfración: Saavedra fajardo, 1S. seoneneia, eausa primordial de que sus prestigios no fueras aun mayores. La vida política de Ayala tuvo comienzo en el pronunciamiento de 1854, aflliániosa al partido moderado, al que defendió atacando á los progresistas desde ol satírico semanario «El Padre Cobos»; después, en 1857, cuando el general O'Donall fundó ei partido Union liberal, pásese al campo do los liberales y fuá diputado á Cortes en varias legislaturas y su personalidad comenzó á adquirir bastante relieve en el mundo político, hasta el extremo de sor de los que más trabajaron por ol advenimiento de la revolución do 1868. El marahé á Canarias en busea del geuaral Serrano y él fué quisa asoribié el memorable Manifiesto de Cádiz; además concurrió, agregado al auartel general dal Sr. Duque do la Torre, á la batalla de Aloolea y aetné da parlamentario entre los dos ejéroitos enemigos. Triunfante la revolueion Ayala fué nombrado ministro de Ultramar, y aunque entonces se mostró como de los enemigos más irraconailiables de loa Borbones,más tarde figuraba entre los que intorvinioron en la proolamaaion de D. Alfonso XII, conducta quo le fué premiado por la Restauración son el cargo da presidente del Congreso, en cuyo ojeroioio falleaió el SO de Dieiembre de 1870. i{«rrtaná» de jVeeved» •7ALA D. Abelardo López de Ayala fué unO de los poetas más completos de su siglo y uno de los dramaturgos modernos & ejuieu más debe el teatro aspuñol. Habiendo loreoido en la época de transición que separa al romanticismo del primer tercio del siglo XIX del realismo da nuestros tiempos, á él cupo la gloria de aseítar el golpe de muerte en el teatro al género romántico y de preparar el imperio de la moderna dramaturgia, con BUS obras «El hombre de Estado», drio>, <E1 tanto por ciento» y cGonsnelo», quo le elevaron al pinSeulo de gloria al propio tiempo quo le colocaban e n t r e los m á s grandes dramaturgos y haeian imperecedera su memoria. Ayala nació en Guadational (Sevilla) el 29 de Marzo de 1829, y en la Universidad sevillana comenzó con escaso entusiasmo les estudios de la oarrera de leyas, por serle más grato el cultivo de las musas que romperse la cabeza estudiando leyes é historias. A fines de 1849, con la disaulpa de terminar su caí rera en la Universidad Central, pero oon el propósito de proourar el estreno de varias obras dramátinvis qne tenia escritas, Ayala se trasladé á Madrid, y á poco de hallarse en la Villa y Corta se leyó «El hombre de Estado» en el teatro Español, y tan exoelenta acogida tuvo la «omedia, que inmediatamonte se repartieron sus papóles, estrenándose con lisonjoro éxito el 25 da Enero de 1851. A este primer triunfo de Ayala, siguieron los que le proporcionaron «El eonde do Castilla», prohida á la tercera representaeión por sus tendenoias polítieas, fEl tejado de vidrio», «El tanto por oientoj, ouyo estreno proporcioné al poeta sevillano la más grande satisfacción quo pudo apetecer en el teatro, «Los aomuneros y Consuelo», última obra que escribió y la que disputa á cEl tanto por ciento» los honores de ser la más perfecta producción dramática qne el talento do Ayala concibió, La personalidad de Ayala como politico, está muy por debajo do lo que sus talentos se oon%uistaroa como poeta y autor dramático, no por los puestos quo qna oaupara que fueron los más elevados da la peUtioa, sino por su poca eou- Que se supriman Muahas veces, aunque inoidentalmeate, hemos abogado por la desaparición de las díputaoiones prdvinaieles. Las hamos considerado siempro, desde quo hemos visto su funcionamiento y su manera de ser, como una rueda inútil en el engranaje do la administración. A bion que no son ellas solas, sino tedos los organismos provinciales, los que adolecen de este efeete. Se va á Biiofi pequeñ9s congresos á hacer política y no administración; allí se ensayan los futuros oradoras del Parlamento. Y allí 80 cobran buenas dietas, oosa que dio la puntilla á estas corporaciones para aokbar de desacreditarlas. No atacamos por sÍBtema, ni tenemos nada que vengar de las diputaciones provinaiales. Hemos tenido, además, y tenemos en ellas, algunos buenos amigos, á quienes oreemos honrados é inoorrnptibles. Por eso decimos que nada va ev:!ntra los individuos, sino que atacamos la instituoion. Hay casos raros, es verdad, de diputaciones como las de Navarra, Tfiscougadaa y Barcelona que son la ax<jepoien de la ragla general. Si todas, ó 1& mayoria, fueran como aquellas, nadie desearla su desaparieión, sino que todos las defenderíamos á á capa y espada. Pero cuando todos dicen «al lobo, al lobo», ya sa sabo que, si no es lobo, será por lo menos zorra. Y si todos hablan contra las diputaciones provineiales; señalando graves males an su administracián es seguro que algo habrá malo an ellas. Por esto aplaudirá todo el mundo que se supriman, é que al menos se reformen estos organismos, coma parece qua trata de intentar el actual gobierno. No aremos que sea verdad tanta belleza, al manos hasta qua veamos algo que nos haga orear que asi será. Porque caerán raomendaoionas en forma de lluvia do todos los extremos de la Península, y una vez mds tendrán quizá qua supeditarse al eaoiqulsmo loa gobernantaa, y conservarlas, é reformarlas en pequera cosa. Seria mucha pérdida para los caciques provinciales ésta, y he aquí por qué opinamos que seguirán igual poco más ó menos. No übstanta, baaao aa qua da ello se empieoG á hablar, qua tarde é temprano, sí no sa enmiendan, llegarán á suprimirl e iüdudablemento. u nmiu ím Soria innecesaria la reseña de lo oourrido ayer en la casa del Oíiano si na gustase el públieo de estas informaoiones y no estuviera obligada á dar fé do cnanto he visto y eido, porque la verdad es que en la villa del madroño no se haca más que el oso. Alia va, pues, por noticierismo, y por lovant&r acta de las declaraeionos y ofreelmientos hechos por el Giian» y el de la dag-i á Mantilla. Ayer á las 14 se reunieron an la oali* del Españoleto los dichos señores y el de la daga presentó al QUano come sa únieo arriero, al ManiUla. Daspué.^ do los actos de rúbrioa, empozó el siguiente diálogo: —El Mantill» es mi única representación en Murcia=dijo el da la daga^y oon él deba Y tratar de cuanto allí haya do resolverse, tanto de la ouestion pachero como reparto de eitacas. —Conforme—dijo el Giíatio—ya tiempo há que vengo daaoando saber quien era la verdadera tia Javiera de aquella tierra. —Respecto al tercer puchero, tlec* grande intarés el Casaea por dárselo i Huevos moles. —En eso no estoy conforme—oontostó él de la daga—y si el del Morrien ha ofrecido al del Romeral respetarle todos los pucheros que hoy tienen sus amigos, allá ustedes, denme el tercer puchero para el que diga el Mantilla y pierdan uno de los dos pucharos que les corresponde. •—Eso no puedo siér—replicó el QUan» — yo tengo por deber moral que sacar al rimeni^nero y al Palmira, y ea este «entido he hablado al Poneio. —Nada— amigo Oiiana—qoe no transigimos. —J^ntonces peligrará uno de los mios. - A l l á V. —Quedamos en que el tercer pnohero es para el que diga Mantiila ¿No es eso? —Por mi parta aceptado, varamos ! • qua dice el del Montón. —Diga lo que diga—mis amigos no s« quedan sin pnohero. —Convenidos—oontostó el Gitano. —Una vez conformas, tooamo hablar á mi—dijo el Maniilla—'E\ próximo viernes es el reparto de las estacas en Murcia y convendría diera V. órdenes al AhutU pera que en el reparto as entiond* oon el Pieaer. —Me psrece bien su indicación, porque he de hacerle á la vez otra advertenoia. En esto ol timbre sonó y apareció Infante. —Siéntese V —dijo el Gitano—y esoriba al Abuelo le que yo le dicte. Sentóse el amanuense y empezó ol Gitano á dictar lo siguiente: —€ Amigo Abuelo. Reoonooidos loa ontorehados al Matitllla es do oonvenianoia para nuestros inture.'ies políticos qua llama al pimentonero y la oírezaa la primera, tercera y quinta estaca y si aoepts distribuya las demás entre los amigos de V. sino acepta, entonces reparta lai estacas entre los sardineros y las que sobren las dá V. al Picaor para que las regale á los mxntillas. A los demás contros sardineros ninguna. El del Morrión nos va á dar pronto n a susto. Su amigo que la quiera. El Gitano. Ponga el sobre y certificada al correo. —¿Está V. conforme? amigo Mantilla. —Qué mSs podria yo «peteaar, venga un abrazo y hasta maüsna. —Adiós, Marqués, y reoiba mi eordial enhorabuena. —Qraoips, bastaatea disgustos mo h t costado recoger lo que yo tantas TOOOB be despreciado. - Ya que estamos solos, va otos á h t , blar, amigo D. Paco. —¿Es de vüidad esa jefatura dada a^ Mantilla^ —Tf.n de verdad, que úaioamento él puíiíioaalvpr la rfioua, porqua lo que 89 el Gtisaca y a! Maniso ina haa a a ü i a M -