Identidad y Ser - IFM-SEI

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Identidad y Ser
Un Cuento Sin Género
Edad Duración
Participantes
6-10
30 minutos
5-30
Introducción
Esta actividad aborda el lenguaje no sexista y los estereotipos de género a través de un cuento y de realizar dibujos.
Objetivos
• Concienciar del poder de las palabras y de su influencia en los estereotipos de género
• Desafiar los estereotipos asociados con las características de género
Materiales
• Un trozo de papel por participante
• Rotuladores o lápices de colores
Instrucciones
1. Da a cada niño y niña un trozo de papel y algo para dibujar.
2. Explícales que están a punto de oír un cuento sobre una persona de corta edad.
3. Después de oír la historia pídeles que escojan una parte del cuento y que lo dibujen.
4. Da la oportunidad de presentar sus dibujos al resto.
Reflexión
• ¿Este cuento es diferente a otros que conoces? ¿Por qué?
• ¿Cómo de diferente es el dibujo que has hecho de los demás dibujos?
• ¿Se dijo en el cuento si el personaje era un niño o una niña?
• ¿Por qué has asumido que era un niño/niña?
• ¿Pueden los niños y las niñas realizar las mismas cosas? ¿Por qué (no)?
Ideas para adaptar el juego
• Divide el grupo por la mitad y sepáralos en dos habitaciones/espacios. En vez de leerles el cuento, pide a un
grupo que invente una historia acerca de un niño llamado Alex, y al otro grupo una historia de una niña también llamada Alex. Junta a los grupos y permite que representen sus cuentos actuando. Después comparad las
historias.
• Pide a los y las participantes que hayan hecho una historia donde la protagonista es una chica fuerte e inteligente que se acerquen.
• Escoje partes de la historia y pide a los niños y niñas que representen al personaje principal en turnos (niños/
niñas) en vez de dibujarlo.
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Lenguaje no sexista:
Esta historia también puede usarse para trabajar el lenguaje no sexista. Pide a los niños y niñas que narren
la historia tratando de no usar ningún pronombre de género. Puedes explicar otra historia acerca del mismo
personaje o preparar una pequeña obra de teatro, de nuevo tratando de hacerlo con un lenguaje no sexista.
Discutid sobre cómo de sencillo o difícil fue, qué género imaginaron y por qué no siempre se puede decir el
género de una persona sólo con el nombre o con observarla.
Podéis tratar de buscar pronombres neutrales de género, en el caso de que existan en su idioma, y tratar de
usarlos con el grupo (por ejemplo ‘ze’ y ‘hir’ en inglés). También podéis decidir con el grupo que desde este
momento no usarán ningún pronombre de género en sus reuniones. Una buena actividad de seguimiento
puede ser “Mirando Más Allá Del Género”.
Apéndice: Un Cuento Sin Género
Había una vez una lista y aventurera persona de corta edad que nunca tenía miedo de los retos o las dificultades. No importaba lo imposible que fuese la situación o cuán difícil fuese el enigma que siempre lograba superarlo. Parecía que los problemas y las aventuras le siguiesen a todas partes; ¡siempre había algo a resolver!
Un día iba andando por el parque cuando oyó un silencioso y triste llanto detrás de unos arbustos. Al apartarlos vio a un pequeño perro que había caído a un pozo en desuso y del que no podía salir. Lloraba pidiendo
ayuda y trataba de escapar de esa húmeda prisión. Podía ver que el perro estaba asustado y quería ayudarlo,
pero primero debía encontrar una manera de llegar a él.
Por suerte ya no había agua en el pozo, pero era profundo y los lados eran demasiado resbaladizos para
trepar. Se sentó para pensar en el problema. ¿Cómo podía llegar hasta el perro y rescatarlo de forma segura?
Después de unos minutos tenía la respuesta, pero necesitaba algunas herramientas para el rescate. Con determinación para salvar al perro, corrió a buscar aquello que necesitaba. La primera parada fue en el lago con
barcas de paseo del parque, allí pudo encontrar una vieja cuerda abandonada en un cobertizo de botes –
¡perfecta para el trabajo! Entonces sacó una pequeña navaja del bolsillo y con cuidado escogió unas cuantas
ramas largas y flexibles de un árbol cercano. Torciéndolas y atándolas juntas podía crear un cesto suficientemente grande para que el perro se sentara dentro.
Sabía seguro que si el perro se metía en el cesto podría rescatarlo de forma segura – ¿pero cómo explicarle al
perro que debía meterse allí? De nuevo se sentó a pensar y tomó un bocado de su bocadillo de jamón – ¡claro! ¡Tentar al perro con comida! Colocó el resto del bocadillo en el cesto y poco a poco lo fue bajando con la
cuerda hasta el final del pozo. Al principio el perro se asustó y se apartó del cesto pero animándolo un poco
desde arriba finalmente entendió qué hacer. Una vez el perro estaba en el cesto empezó a estirar la cuerda,
pero el perro pesaba demasiado para subirlo – ¡otro problema a resolver! Después de pensar unos minutos
fue capaz de usar los conocimientos sobre sistemas de poleas que había aprendido en clase de ciencias para
ayudar al perro. Envolviendo la cuerda alrededor de un árbol reduciría la fuerza necesaria para subirlo. ¡Con
la polea en su sitio pudo tirar de la cuerda y devolver al perro a un lugar seguro!
Gracias a este suceso trazaron una gran amistad, raramente se separaron ¡y resolvieron muchísimos otros
problemas conjuntamente!
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