NUMERO ESPECIAL perspectivas economía históricas chilena: del siglo a la crisis EDITOR: SERGIO del 30 OSCAR ARTICULOS VILLALOBOS de la MUIÚOZ DE CARLOS HURTADO MARFAN GABRIEL PALMA MANUEL RICARDO LAGOS PATRICIO MELLER XIX INTRODUCCION Esta colección reúne un conjunto de trabajos sobre el período de la historia económica de Chile que va desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la Gran Depresión de los años 30. Estos trabajos fueron presentados y debatidos en diversos seminarios realizados en CIEPLAN entre 1981 y 1983. Un primer ciclo de seminarios se realizó en 1981-1982 y contó con el auspicio de CIEPLAN, FLACSO y VECTOR. En este ciclo se discutieron varios trabajos interpretativos del desarrollo histórico chileno hasta los años 20. Los trabajos del profesor Sergio Villalobos, del Instituto de Historia de la Universidad Católica de Chile, y de los economistas Carlos Hurtado y Ricardo Lagos, fueron presentados en esa ocasión. Debemos dejar constancia que este ciclo fue posible gracias al entusiasmo y dedicación de don Aníbal Pinto, autor e impulsor de la idea, y a la colaboración prestada por los investigadores Carmen Cariola y Eugenio Lahera. Posteriormente, en 1983, CIEPLAN organizó otro seminario, esta vez focalizado en el desarrollo y evolución de los años 20 y 30, con especial referencia a los efectos de la Gran Depresión de 1929. A este seminario concurrieron los trabajos de los economistas Manuel Marfán y Patricio Meller, de CIEPLAN, y Gabriel Palma, de la Universidad de Cambridge. El interés de CIEPLAN por el estudio de algunos aspectos de nuestra historia económica se inscribe en el área de investigaciones sobre Desarrollo y Democracia. Aunque el objetivo principal de esta área es la reflexión en torno a los problemas que se generan para un desarrollo democrático, estamos convencidos que muchas de las preguntas sobre temas actuales pueden ser mejor evaluadas si se las mira desde una perspectiva histórica. No se trata de desconocer que las realidades cambian y que el Chile de este último cuarto del siglo XX es muy distinto del que nos precedió hace 50 ó 100 anos. Pero cuando se trata de indagar acerca de las razones profundas de los procesos sociales, no podemos dejar de pensar que hay 6 INTRODUCCION ciertos parámetros que sólo evolucionan muy lentamente, porque hay realidades que están muy enraizadas en el modo de ser colectivo, en la idiosincrasia y en la cultura. Nos pareció, por lo tanto, que era válido y legítimo el intento de reflexionar junto a historiadores y otros cientistassocialesacerca de los rasgosde la historia económica nacional que correspondea un período de cambiostan profundos como los que sedan en la faseseñalada. Esta colección comprende dos partes. La primera incluye tres trabajos interpretativos del desarrollo nacional durante el siglo XIX y las primeras décadasdel siglo XX. Se trata de un período en que seconsolidan los idealesrepublicanosy se perfecciona el sistemainstitucional, a la vez que tienen lugar una modernización económica y una importante transformación de la estructura productiva. La economía deja de ser el espaciode un intercambio comercial pasivoy comienzaa adquirir un carácter máspropiamente capitalista: el desarrollo de nuevossectoresproductivos; la aplicación de tecnologías modernasa la extracción y procesamientode recursos; la educación y calificación de la mano de obra; la creación de una infraestructura de transporte, comunicacionesy almacenajeque integra progresivamente el territorio nacional; el desarrollo bancario y financiero; la ampliación de los mercados internos y externos, son todos factores que le dan nueva fisonomía a la estructura económicadel país. Estos cambios afectaron la estructura social heredada del período colonial. Como plantea Villalobos, la aristocraciadebeaceptar la erosión de subase de poder económico frente a una burguesía que se fortalece a partir de lasactividadesmineras, comercialesy financieras, y que también accede a la tierra. Esta burguesía es fuertemente influida por los inmigrantesque seestablecenen las regionescentrales del país. Pero aquí no seproduce el antagonismoentre aristocraciay burguesía, propio de otras latitudes. A través de una progresiva integración socialy económica emergeuna clase oligárquica que se convertirá en el sector dirigente del país a lo largo de las últimas décadasdel siglo XIX y las primerasdel siglo actual. No quiere decir esto que la comunidad de intereseseconómicosse extienda también al ámbito político e ideológico. Por el contrario, seagudiza la confrontación entre el conservantismo, católico y tradicionalista, y el liberalismo, laico y modernizante, dando origen a enfrentamientosque llegan hastala violencia. De otro lado, estala pugna permanenteentre el poder presidencialy la oligarquía, siemprecelosade susprerrogativas y de su capacidadde control. Esta pugna habría de conducir a la sangrientacrisisdel 91. El desarrollo social alcanza también a otras clasesque emergenlentamente al escenario político. Se trata de las clasesmediasy de las clasespopulares. El crecimiento y diversificación de la economía, el desarrollo de la empresacapitalista, la expansión del aparato del Estado, el progresode la educación y la urbanización, son factores que inducen la formación de las nuevas clasessocialesque, a partir de la segundadécada del siglo XX, habrían de convertirse en actores relevantes del procesopolítico. Un aspecto de especialrelevancia, que es realzado en el trabajo de Hurtado, esel papel que cumple el Estado en la transformación económica y social. Contra lo que pudiera pensarseen una primera aproximación, por tratarse de un período de creciente liberalismo, el Estado no pierde significación sino, por el contrario, ejerce una influencia relevante en las transformacionesa que se ha hecho referencia. Como señalaHurtado, más allá de las polémicasdoctrinarias con que seha caracterizado a menudo este período de nuestrahistoria económica,un hecho concre- INTRODUCCION 7 to es que los gobiernos demostraron bastante pragmatismo para fr adecuando las políticas económicas y las acciones públicas a las necesidades de la economía nacional. Este hecho queda bien ilustrado en una observación que le hacía el Superintendente de Aduanas al Ministro de Hacienda en 1876: “Es indudable que nuestra liberalidad aduanera ha dado por consecuencia una importación excesiva de mercaderías, que va mucho más adelante de nuestras necesidades actuales, Una situación semejante suele ser tan peligrosa como la falta de crédito cn un país... “Provocar más internación de mercaderías extranjeras en esta circunstancia, no parece una medida prudente ni económica. Hai que saldar ese exceso de tmportación, que tiene al fin que cubrir necesariamente el consumidor con el mayor precio de la mercadería; de modo que con mucha rebaja de derechos aduaneros le damos por una parte i le quitamos por otra”. (Memoria de Hacienda, 1876, pp. 2829). Es probable que las políticas públicas y la organización del Estado hayan adolecido de deficiencias importantes y de errores que podrían haberse evitado; pero lo cierto es que se desarrolla una institucionalidad pública, una organización jurídica y social y un espíritu de civilidad que fueron fundamentos sólidos de un desarrollo que pocas otras naciones latinoamericanas tuvieron en la época. A partir de la Primera Guerra Mundial comienzan a operarse nuevos cambios en la estructura social y económica chilena, que habrían de proyectarse hacia el siguiente medio siglo. La guerra ejerce una poderosa influencia en el desarrollo de las actividades industriales internas, que deben sustituir forzadamente muchas importaciones que el país no se puede procurar en el exterior. La industria nacional venía emergiendo lentamente en las décadas anteriores, sin por ello desvirtuar el carácter de economía exportadora que predominaba en el país. Con el estímulo de la sustitución de importaciones forzada por la guerra se da un paso importante hacia una industrialización que después de la crisis del 30 había de convertirse en el eje central del proceso de desarrollo económico. En este sentido, el trabajo de Palma aporta antecedentes valiosos que muestran la transformación experimentada por la industria manufacturera. Palma enfatiza la unidad que se da en las décadas del 20 y del 30, sin desconocer el impacto de la crisis de 1929. Pero, sostiene, los cambios en la estructura industrial que se aceleran a partir de los años 30 ya se venían anticipando desde los años 20. Todo este período marca más bien una transición hacia la industrialización programada e impulsada por el Estado a partir de 1939. La segunda parte de esta colección está dedicada a analizar el impacto que tuvo la Gran Depresión de 1929 en la economía chilena. Indudablemente estos estudios están motivados por la presencia actual de un fenómeno de intensidad comparable. Esto indujo a los autores a tratar de comprender mejor la naturaleza, efectos y dinámica de un acontecimiento que, como la Gran Depresión de los 30, se creía era ya cosa del pasado. Una conclusión que emerge de los trabajos de Lagos y Marfán es que la intensidad de una crisis económica inducida por la situación internacional se puede ver innecesariamente agravada. A ello contribuyen la persistencia en mantener la ortodoxia económica que preconiza un patrón monetario rígidamente apegado a un valor artificial y un Estado que es más bien espectador de los desajustes que actor responsable de las condiciones internas de la economía. En este aspecto, como lo enfatiza Lagos, la similitud entre los períodos 1930-3 1 y 198 l-82 es impresionante. 8 INTRODUCCION El trabajo de Marfán muestra en forma minuciosa la política económica seguidaen esta fase así como la recuperación posterior hasta 1938. Es interesante notar que así como no se puede explicar la intensidad de los efectos de la depresión en Chile sin la presenciade una política económica pasiva, tampoco es posible comprender la rapidez con que se dio la recuperación si seexcluye el aporte de una política económicaactiva y coherente. Pero sobre todo, la lección principal que seextrae, y que es señaladaen el trabajo de Meller, es que estascrisis surgencomo la consecuenciainevitable de la hipertrofia que sufren las economías en su desarrollo financiero, en detrimento del desarrollo de susactividades productivas reales.La expansión y diversificación financiera excesivamente liberal alienta los movimientos especulativos de corto plazo, el endeudamiento indiscriminado y, finalmente, la pérdida generalizadade la solvencia. Una circunstancia fortuita cualquierapuede desataruna espiraldepresiva. La superaciónde estascondicioneses extremadamente costosay lenta. Además existe el alto riesgo de dar vuelcos pendularesy adoptar enfoques excesivamente intervencionistas, que en la búsquedade un pragmatismosaludable generen nuevasdistorsionese incoherenciasdifíciles de corregir. Es preciso utilizar lasleccionesextraídas del pasado.Los reajustesposteriores a la crisis del 30 y las estrategiasseguidasen las décadasdel 40, 50 y 60 hicieron posible una etapa del desarrollo histórico chileno caracterizada por un moderado crecimiento económico, pero el cual se pudo hacer compatible con una disminución de las desigualdadesmás extremas; una incorporación de amplios sectores socialescomo el campesinado,que habían permanecido al margen de los beneficios del desarrollo; una mayor movilidad social,una progresiva independenciaeconómica y control nacional de recursosnaturales básicos;y un desarrollo político que hizo posible la democratización y la mejor representatividad de lasautoridades públicas con respecto al sentir nacional. Muchos de estos avancestuvieron costos y deficiencias. Algunos no fueron corregidos oportunamente, dando origen a los gravesconflictos y ruptura institucional de los silos 70. Sm duda el mayor desafío que enfrenta el país esla recuperaciónde una base consensuala lo ancho del espectro político y social,que permita reformular un proyecto de desarrollo nacional con proyección histórica hacia el futuro. Estamosseguros que para esto es imprescindible un realismo muy acendrado acerca de las condiciones nacionalese internacionalesque regirán en los próximos ahos. Pero al mismo tiempo, estamosconvencidos que la reflexión histórica tiene un papel relevante que cumplir en el descubrimiento de nuestra identidad colectiva. Esperamos que estaColección seauna contribución a eseobjetivo. OscarMuñoz G.