Ciencia

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LUNES 17 DE
AGOSTO DE 2009
Ciencia
9
Confabulario de bichos extraordinarios
Un trasero atractivo, ¿para qué?
os seres humanos, en
particular las mujeres,
estamos acostumbradas a que nuestros
congéneres tengan un particular interés por los traseros. No
faltan los chiflidos o incluso
las nalgadas como muestra de
admiración de algunos glúteos,
y si bien la admiración por los
traseros se manifiesta más en
algunas clases sociales o países, todos sabemos que la no
verbalización no se relaciona
con la falta de interés. Como
muestra de esto, recientemente
dos líderes mundiales de alto
renombre (Obama y Sarkozy)
fueron captados por un fotógrafo indiscreto poniendo
particular atención sobre los
glúteos de una modelo brasileña que pasaba junto a ellos,
quedando ambos en evidencia
ante el mundo entero.
Y esta fascinación no es exclusiva del Homo sapiens, los
mandriles han llevado esta característica al extremo, en general tienen las nalgas rosas y
los machos se las enseñan uno
La ciencia de comunicar...
DE PAGINA 16
La propuesta de Javier Cruz parece motivada por el viraje que
algunos periódicos estadounidenses han tenido hacia el Internet,
pero habría que tomar en cuenta
la realidad mexicana y el bajo
porcentaje de personas que actualmente cuentan con Internet en
sus casas. Por otra parte, si resulta
complicado para los investigadores adaptarse a las formas de
divulgación de la prensa escrita,
es aún más complejo que alcancen la profundidad que buscan en
los tiempos de radio y televisión
que son aún más acotados. Javier
Cruz valida la radio y la televisión
por ser los ámbitos en los que él
se desempeña, pero resulta aún
más propicio que los investigadores apuesten por Internet que
es un medio más democrático
y con mayor proyección global,
además, si a este periodista le
gusta ver más allá de nuestras
fronteras, debería tener en cuenta
que en algunos países de Europa
el uso de la web está desplazando
a la televisión.
Ahora sí, ubiquemos el conflicto que de manera recurrente
enfrentan los investigadores en la
comunicación científica: el problema es la socialización de la
ciencia, es decir, cuando se exige
a los científicos una aplicación
política de sus investigaciones,
pues a través de esta vertiente
incursionan en la dinámica del
periódico de circulación diaria
a otros como muestra de poder
y durante la época de apareamiento las hembras anuncian
su estado de fertilidad con una
inflamación de toda la zona
genital que es particularmente
evidente en el trasero.
El bicho que hoy nos atañe
no hace su trasero voluntariamente evidente, se trata de una
hormiga de la selva de Panamá.
Es una hormiga arbórea de
la especie Cephalotes atratus
de color negro que pasa desapercibida como una de tantas
especies de hormigas de los
sitios tropicales; sin embargo
,recientemente se ha encontrado que algunos individuos
de esta especie tienen el trasero
distintivamente rojo brillante.
Primero se pensaba que eran
individuos de otras especies
que se encontraban parasitando
a la colonia de C. atratus,
pero al hacer una observación
más detallada los científicos
interesados se dieron cuenta de
que en realidad eran hormigas
de la misma especie, con todas
las características de C. atratus
donde encuentra eco la agenda
del devenir social. El científico
quisiera que sólo fuera consultado
para dar a conocer los hallazgos
de su investigación, pero al reportero le interesan sólo los elementos de esa investigación que
pudieran ser significativos para la
Ek
del val de gortari
excepto la coloración del abdomen, y que llegaban a ser hasta
el 5 por ciento de la colonia.
¿Y por qué o para qué tener
un abdomen distintivamente
rojo? Los primeros estudios
sobre este descubrimiento se
centraron en la conducta de la
especie, y arrojaron una información muy interesante, resulta que las hormigas con abdomen rojo eran muchas veces
más depredadas por pájaros
que las hormigas completamente negras. Por lo cual esta
característica llamativa no era
para nada ventajosa para estos
insectos. La intriga se profundizaba y el trasero rojo seguía
sin entenderse, ¿será que no
tenía explicación actual y se
relacionaba con características
que fueron ventajosas en el pasado? Siendo que las hormigas
con trasero rojo son preferentemente depredadas la teoría de
la selección natural nos diría
que estas hormigas tenderían a
coyuntura de las decisiones políticas. El científico habla de su investigación durante la entrevista,
pero el reportero publica sólo
lo que considera relevante para
el momento político, económico,
social o de salud pública y por eso
se le considera amarillista. Javier
desaparecer de las poblaciones
y no deberían seguir estando
presentes. A los estudios de
conducta siguieron trabajos
de laboratorio y fisiología, y
al abrir las hormigas con abdomen rojo se encontró que
todas estaban parasitadas por
muchos gusanos nemátodos,
habían encontrado al agente
causal de este cambio en la
coloración. Resulta que los
nemátodos se alimentan de la
hormiga y cuando ya son muy
grandes, se reproducen y necesitan dispersar sus huevecillos
a otras hormigas. De manera
que al modificar el color del
abdomen de las hormigas y
hacerlas muy llamativas, los
pájaros se las comen y defecan
sus restos en otro lugar, dispersando así además los huevecillos de los gusanos. En el
nuevo lugar donde caen los excrementos, otras hormigas recogen lo que piensan son restos
de frutos y alimentan con ello
a las larvitas del hormiguero,
que se infectan con los nemátodos y completan el ciclo de
vida de los gusanos. Digamos
Cruz propone que el reportaje
debería ser la forma idónea del
periodismo científico y aunque
no descubre el hilo negro tiene
razón, pues el reportaje es el género mayor para cualquier ámbito
periodístico. Los efectos políticos
que pudiera tener la ciencia, al
que los nemátodos encontraron
en los pájaros el vehículo perfecto para perpetuar su especie
sin tener que “moverse” por
sus propios medios para buscar
nuevas hormigas que parasitar.
Aún se desconoce el mecanismo específico por el cual la
hormiga cambia de color, pero
se sabe que está íntimamente
relacionado por el parasitismo
del nemátodo.
Como vemos, el trasero llamativo no necesariamente es algo
agradable o beneficioso para
todas las especies; en general, sirve como una ayuda para
conseguir pareja y asegurar la
reproducción de los individuos
en el caso de los primates, pero
para las hormigas resulta el fin
de sus días y el ejemplo de las
hormigas con trasero colorido
nos ilustra cómo una especie
puede modificar la apariencia de otra para su beneficio
particular, ¡las maravillas del
mundo natural!
[email protected]
parecer, es algo que los científicos quisieran evitar, pero: ¿El
hecho de que la ciencia no ocupe
un lugar prioritario en la agenda
política, no es consecuencia de
la falta de una mayor implicación política de la investigación
científica?
Asistentes al taller de divulgación científica impartido por COMPAS en las instalaciones del CIEco ■ foto: Horacio de la Cueva
10 CIENCIA • LUNES 17 DE AGOSTO DE 2009
ig Bang significa Gran Explosión
en inglés, aunque en un tono más
peyorativo que su traducción al
castellano, y fue el nombre con el
que el astrónomo Fred Hoyle, en los años
50s, se refería irónicamente al modelo
que propone que el Universo se habría
originado en una gran explosión. Pero la
historia se encargó de devolverle la ironía
a Hoyle, pues el modelo de un Universo
estático, que él apoyaba, con los años fue
desplazado por el del BigBang debido a
la abrumadora evidencia en favor de este
último.
Pero vayamos más atrás. En 1924,
Alexander Friedman usó la ya famosa
teoría de la Relatividad General de Einstein para calcular cómo evoluciona todo
el Universo, y se encontró con la sorpresa
Astrolabia
El Big Bang. El universo se expande
Paola D'alessio/Javier Ballesteros
que la teoría predecía que el Universo
debía estar o contrayéndose o expandiéndose. Pero en aquel entonces no había
ninguna evidencia de dicha expansión y
todo el mundo pensaba que el Universo
estaba perfectamente quieto, es decir, que
era estático. Pero unos años después, en
1929, el astrónomo Edwin Hubble y su
ayudante Milton Humason descubrieron
que la mayoría de las galaxias se alejan de
la nuestra, y encontraron la relación que
hoy se conoce como la ley de Hubble: la
velocidad a la que se alejan las galaxias
crece con la distancia a la que se encuentran de nosotros. Este descubrimiento fue
la primera evidencia de que habitamos un
Universo que se expande.
En 1948, los físicos Ralph Alpher y
George Gamow fueron los primeros que
seriamente propusieron que el Universo
comenzó con una gran explosión nuclear.
En esa época era mucho más aceptado el
modelo estacionario, aquel que le gustaba a Fred Hoyle y que proponía que el
Universo no tenía ni principio ni fin y era
idéntico en todas partes. Este modelo se
basa en lo que se conoce como el “principio cosmológico perfecto”: cada punto en
el Universo es equivalente a cualquier otro
y cada instante es indistinguible de cualquier otro. Pero como las galaxias se están
alejando unas de otras, los proponentes de
este modelo tuvieron que postular que en
el vacío se creaba un átomo de hidrógeno
por metro cúbico cada mil millones de
años para poder mantener al Universo
homogéneo. Esta cantidad de materia es
tan chiquita que pasaría desapercibida.
Y aunque el asunto sonaba raro, lo de un
Universo cambiante, que se origina de la
nada, tampoco es una idea tan fácil de
digerir.
Sin embargo, en los años 60 se descubrieron los cuasares, i.e., los más activos
de entre los núcleos activos de galaxias.
Una de las cosas que llamó la atención
de estos “bichos raros” es que sólo se ven
cuasares muy lejos de nosotros, y no hay
ninguno cercano. En base al modelo estacionario se esperaría el mismo número
de cuasares en todos lados, y en todos los
tiempos, pero no es así. Recordemos que,
como la luz se tarda un cierto tiempo en
llegarnos, los objetos que están lejos los
vemos cuando eran mucho más jóvenes.
La ausencia de cuasares cercanos significa
que el Universo tenía cuasares cuando era
joven y que ahora no los tiene, así que el
Universo está cambiando en el tiempo.
En el modelo del Big Bang se propone
que espacio, materia y energía se “crearon”
en una explosión que comenzó siendo tan
pequeña que podría caber en la punta de un
alfiler. Este modelo se basa en la expansión
predicha por la teoría y observada en las galaxias. Vale la pena aclarar que este asunto
de la expansión no es que las galaxias estén
volando en el espacio en todas direcciones,
sino que tanto las galaxias como el espacio
mismo se están expandiendo. No es nada
fácil de imaginar. El ejemplo clásico para
ayudar a visualizarlo es pensar que nuestra
galaxia y las demás están en la superficie
de un globo que se infla. Mientras la superficie se estira, las galaxias se alejan unas
de otras, pero no se mueven respecto a la
superficie. La superficie del globo, sin incluir ni el aire de adentro ni al que le sopla,
representaría todo el Universo.
En 1948, Gamow, Alpher y Herman
predijeron que debía existir un fósil de la
Gran Explosión: restos de la enorme cantidad de luz que se debe haber generado
en los primeros instantes del Universo; y
aunque entonces el asunto pasó desapercibido, en los 60 varios físicos propusieron
lo mismo. En particular en 1964, Dicke y
sus colegas empezaron a construir un radiómetro para poder detectar esta reliquia
de luz, pero Arno Penzias y Robert Wilson
les comieron el mandado. Ellos trabajaban
para la compañía telefónica Bell y construyeron un radiómetro para estudiar el
ruido y mejorar las telecomunicaciones.
En 1965, Penzias y Wilson detectaron
radiación de microondas idéntica en todas
las direcciones. Como era muy extraño
porque no parecía venir de ninguna fuente
en particular sino de todos lados, ellos les
avisaron a Dicke y sus colegas, y fueron
éstos quienes reconocieron que era la
radiación de fondo cósmica que andaban
buscando. Por cierto, Penzias y Wilson
recibieron el premio Nobel de física en
1978 por lo que mucha gente considera el
descubrimiento más importante del siglo
pasado: una importante evidencia de que
el Universo surgió en una gran explosión.
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[email protected].
(CRyA-UNAM)
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