Julio 2008 - N° 7 Padre Alberto RUM, S.M.M. (1913 – 2008)

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EN
LA CASA DEL
PADRE
Julio 2008 - N° 7
N UESTROS H ERMANOS D IFUNTOS
Padre Alberto RUM, S.M.M.
(1913 – 2008)
Fallecido el 13 de marzo 2008, en Roma, Italia.
95 años de edad: 76 de vida religiosa.
Alberto Rum nació en Sgurgola, It., el 17 de febrero 1913. A los 10 años entró a la escuela
apostólica de Bérgamo, donde encontró a su hermano mayor José. Recordando aquellos años
escribe: “Los consejos de tan buenos padres me ayudaron, lo mismo que el ejemplo de los
buenos condiscípulos”. Comenzó su noviciado en Redona en octubre 1930 y lo terminó con
su primera profesión en Francia, en Celle-sur-Belle, octubre 1º 1931. El escolasticado lo hizo
en Roma y Loreto. Al terminar su filosofía, fue llamado a Roma como profesor: 1933-1934,
un gran sacrificio que aceptó de corazón.
El P. Alberto fue ordenado sacerdote el 12 de marzo 1938 en Loreto, en la basílica de la
Santa Casa. En su curriculum vitae, redactado de su mano el 8 de junio 1938, poco después de
su ordenación sacerdotal y antes de recibir su carta de misión, escribió: “mi sueño de niño y
de seminarista se ha hecho realidad. Soy religioso, soy sacerdote misionero de la Compañía
de María. Dios me ha mostrado el secreto de mi vida religiosa y de mi apostolado: la
verdadera devoción a Nuestra Señora según el espíritu del Beato de Monfort. Gracias, Señor,
ahora haz de mí por intermedio de mis superiores, tus representantes, lo que tú quieras: estoy
listo. Su primer campo de apostolado fu Via Romagna, como director del santuario y
colaborador de la revista Regina dei Cuori. En 1947, abrió de nuevo el Collegio Montfort del
que fue superior hasta 1950: muy apreciado por su piedad mariana y su convicción religiosa.
El seminario de Loreto lo tuvo como director espiritual y profesor de dogma: 1950-1953.
La predicación itinerante ocupa al P. Alberto en las comunidades de Arona, Reggio
Calabria y Treviglio entre 1953 y 1962, año en que regresa a Roma. Luego de un breve
paréntesis en la Curia General y en la parroquia contigua de San Luis María de Montfort, el P.
Alberto se consagra prácticamente 45 años a la difusión de la espiritualidad monfortiana,
siguiendo los varios traslados del Centro Mariano Monfortiano. La predicación, el estudio de
los escritos y la atención a la publicación de las obras del fundador lo ocupan y apasionan.
Acompaña con fidelidad a los grupos marianos que siguen la espiritualidad monfortiana, en
particular la Legión de María. Escribe en Madre e Regina, La Madonna, el Osservatore
Romano.
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El P. Alberto está siempre atento al desarrollo de la mariología, participa constantemente
en los congresos, aún internacionales, sin rehusar las muchas invitaciones a “ejercicios
espirituales” o sesiones sobre nuestra espiritualidad. Bajo de estatura, revela un espíritu
poético y jovial. Dotado de memoria admirable, está atento a la vida de la Provincia y de la
Congregación, siempre listo a dar su contribución. Aún en su edad mayor nunca se
desinteresó de la vida del Instituto. El 13 de marzo 2008, tras un trastorno imprevisto, se
durmió en el Señor, precisamente al día siguiente del 70º aniversario de su ordenación
sacerdotal. Descansa en la tumba de los Misioneros Monfortianos en el cementerio de Campo
Verano en Roma, junto a su hermano José.
Hermano André-Marie: Bernard RAMBAUD), S.M.M.
(1929 – 2008)
Fallecido el 15 de abril 2008, en Saint-Laurent-sur-Sèvre, Francia.
79 años de edad: 60 de profesión religiosa.
El Hno. André Marie Rambaud: Bernard, nació el 12 de enero 1929, en Saint-Amand-surSèvre, en medio familiar agrícola. Su padre era trabajador del campo, y su madre mujer
hogareña. Tuvo tres hermanos y dos hermanas, de las cuales una se hizo religiosa de la
Comunidad de la Salle de Vihiers. Desde muy niño quería ser misionero. Hizo su escuela
primaria bajo la dirección de los Hnos. de San Gabriel, en Saint-Amand-sur- Sèvre. En
septiembre 1941. A los doce años y medio, entró a la Escuela Clerical de Châtillon, hoy
Mauléon, donde permaneció de 1941 a 1946. Allí le dijeron que no podía ser sacerdote por
una limitación en su pronunciación… A pesar de tal obstáculo, que debió costarle mucho, no
se desanimó. Muy pronto optó por entrar al postulantado de los Hermanos Monfortianos en
San Lorenzo, en septiembre 1946. Hizo su primera profesión religiosa el 19 de marzo 1948.
En memoria de su hermano Andrés, fallecido accidentalmente durante su servicio militar,
tomó el nombre de “Hno. Andrés María”. Hizo su profesión perpetua el 19 de marzo 1954.
Entre 1948 y 1958, trabajó en el equipo de enfermeros de la Casa Madre, en San Lorenzo,
aprendiendo ambién carpintería, albañilería y mecánica. En 1958, sus superiores lo enviaron a
Haití, diócesis de Port-de-Paix. Allí se convirtió en el “factotum” de trabajos manuales y de
varias obras especialmente de construcción de escuelas, dispensarios y capillas… De 1982 a
1992, asumió la responsabilidad de ecónomo de la casa episcopal y de la diócesis y como tal
responsable de sus 19 escuelas con 120 profesores. De 1993 a 1997, por petición del superior
de la misión, pasó a Port-au-Prince, la capital, para acompañar en la casa provincial de los
Monfortianos trabajos importantes de ampliación. Regresado a Port-de-Paix en 1997, dio
comienzo a un proyecto de construcción para el internado de la “Granja Escuela”. Será su
última construcción en Haití. En enero 2004, regresará definitivamente a San Lorenzo, para
servir a los cohermanos enfermos hasta septiembre 2007 cuando se declaró un cáncer que le
devoró progresivamente la pleura y los pulmones. Vivió esta prueba con gran fe y total
generosidad, pese a momentos muy difíciles. La gracia pacificadora del Señor y la mano
maternal de María lo acompañaron, como lo asegura San Luis María en sus escritos:
Cf. VD No 200. El día de su sepultura en San Lorenzo, se entonó el cántico haitiano que tanto
le gustaba:
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« Mari, manman nou, nous vini jouinn ou
Nan ou nou trouvé Jézu
Lè nous va’ rivé sanblé avèk ou
Jézu va nan nou, an plin ».
María Madre nuestra a ti venimos,
En ti encontramos a Jesús
Cuando nos reunamos contigo
Jesús estará plenamente en nosotros.
Sí, Bernardo, nuestro hermano Andrés María, servidor bueno y fiel, entra en la plenitud del
gozo, el gozo pascual de tu Señor.
Hermano Leo: Jozef BROSENS, S.M.M.
1920 – 2008
Fallecido el 9 de mayo 2008, en Valkenburg, Países Bajos.
87 años de edad: 54 de profesión religiosa.
El Hno. Leo cuyo nombre fue Jozef Brosens nació el 9 de octubre 1920 en Meer, Bélgica.
Entró donde los Montfortianos en 1953 en Meersen e hizo su primera profesión el 19 de
marzo 1954. Cinco años después emitió sus votos perpetuos el 19 de marzo 1959, también en
Meersen. Antes de entrar donde los Monfortianos, el Hno. Leo recibió la formación de
carpintero en la escuela técnica de Hoogstraten en Bélgica. La congregación tenía gran
necesidad de especialistas y muy pronto él hizo parte del equipo provincial de expertos. El
equipo trabajaba en todas nuestras casas ocupándose de las construcciones y reparaciones.
Durante diez años su base fue Beresteijn en Voorsschoten, luego Meersen por cinco años y a
partir de 1960, Vroenhof fue su residencia.
Leo tenía ya 30 años cuando entró donde los Monfortianos. Antes del noviciado en
Meersen hizo un camino bastante difícil. Su padre no quería que fuera religioso; su madre
estaba enferma; su patrón tenía gran necesidad de él; por una cosecha desastrosa de fresas en
la casa no había dinero. Murió su madre, Leo no podía abandonar a su familia. Un Hno.
Jeronimita de San Nicolás pensaba que Leo seguía el camino fácil al hacerse Monfortiano y le
aseguraba que su vocación estaba en San Nicolás. Esto le causó confusión. Luego de orar y
reflexionar durante quince días, escribió: “No me siento suficientemente dotado para entrar a
San Nicolás, por mi naturaleza. Prefiero el silencio y el trabajo humilde más que ser
supervisor en una casa agitada de limitados mentales”: julio 27 1952. Además el amor del
Padre de Montfort a Nuestra Señora lo ayudó a tomar la decisión de hacerse Monfortiano.
Cuando Leo llegó a Meersen en septiembre 1952, aportó al equipo ordinario, por lo menos
ocho libros de oración y cuatro de meditación. ¿Hay acaso algún novicio entre nosotros que
haya aportado un bagaje más espiritual? Él seguramente utilizaba esos libros desde hacía
algún tiempo. En casa había adquirido la costumbre, varios años atrás, de “algunas prácticas
religiosas cotidianas como la santa Misa, el vía Crucis, el Rosario y contemplaciones
piadosas”: enero 1º 1952.
Además del trabajo profesional al que se dedicó Leo hasta el final, fue en Vroenhof un
angel guardián siempre fiel para Wiel van Eunen. Poco después de la muerte del P.
Guillermo, atravesó un período de sufrimiento en la confusión y desorientación antes de su
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muerte. Ahora puede decir con San Pablo: “He sostenido el buen combate hasta el final, he
terminado mi carrera, he guardado la fe”. Por su cuenta no habría añadido: “Y ahora me ha
sido preparada la corona de justicia que me dará en recompensa el Señor, justo juez”. Pero
estará plenamente de acuerdo con la nota final del Apóstol: “No sólo a mí, sino a todos los
que habrán aguardado con amor su aparición”: 2 Tm 4, 7-8.
Si alguna vez ha habido santos en nuestra congregación, Leo es ciertamente uno de ellos.
¿Quién podría hablar mal de él? Quizá tenía miedo de asumir responsabilidades. Prefería ser
un carpintero silencioso, y excelente como fue. Alguna vez tuvo miedo de ser nombrado
superior de los Hermanos, pero por fortuna eso no ocurrió. De todas maneras él mostraba el
camino a seguir por su estilo de vida modesta, amistosa, tranquila y suave. Tanto para los
Padres como para los Hermanos!
Leo era un gran admirador del “Siervo de Dios, Hno. Isidoro, Pasionista, “porque veo en él
un ejemplo maravilloso de santidad realizada como simple Hermano laico, una vida que
espero un día imitar, siquiera a distancia”: junio 22 1952. Isidoro fue beatificado en 1984. Leo
no aspiraba a tanto. Pero a nuestros ojos, él es ciertamente venerable! Es un honor que apenas
merecemos que este hombre bienaventurado se haya sentido tan bien entre nosotros. ¿Acaso
necesitamos recomendarlo a Dios? ¿No se había consagrado a Dios con todo su ser? Que la
memoria de tan excelente cohermano sea ejemplo para nosotros por mucho tiempo!
Padre Jean HERRMANN, S.M.M.
(1915 – 2008)
Fallecido el 30 de mayo 2008, en Cholet, Francia.
93 años de edad: 73 de profesión religiosa.
El P. Jean Hermann alojaba la discreción en sí mismo. Quizá había nacido así, sin ruido en
Charquemont, un pueblito en la frontera franco-suiza, el 27 de febrero 1915. Nacido en
Francia, y sin embargo de nacionalidad suiza, en una familia muy sencilla de artesanos. Su
padre se llamaba Otto, su madre Ana. En Charquemont fue bautizado y dio los primeros pasos
de su vida y escuela. En 1927, a la edad de doce años, entró en la escuela apostólica de Liesle,
abierta dos años antes. Así comenzó sus recorrido monfortiano que continuó en la escuela
apostólica de Pont-Château para los últimos años de “humanidades”; en el noviciado de
Celle-sur-Belle y en el escolasticado de Montfort-sur-Meu, donde fue ordenado sacerdote el
15 de febrero 1942, luego de de trabajar dos años en Pelousey como profesor.
El alojaba la discreción en sí mismo sin que eso le impidiera tener excelentes cualidades.
Intelectuales, ciertamente, pero también deportivas y musicales. Justo un año después de su
ordenación, en 1943, fue nombrado profesor de filosofía en el escolasticado de Montfort-surMeu, siguiendo al mismo tiempo cursos de filosofía en la universidad de Rennes. Cursos que
duraron tres años, uno de ellos completo, lo que le permitió obtener su licenciatura en
filosofía en 1947. Bien preparado el camino, enseñó la “filó" durante 22 años en Montfort,
Pont-Château y Celles-sur-Belle. Todos sus exalumnos de tantos años conservan de él el
recuerdo de un hombre verdaderamente sabio, competente, imperturbablemente acogedor,
pacífico y fraterno…
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En 1967, se abrió para él una misión totalmente nueva: de profesor pasó a ser párroco en
Chézelles e Ile-Bouchard, durante 16 años. En 1983, una nueva etapa: fue nombrado capellán
de las Hijas de la Sabiduría y superior de la comunidad monfortiana en la Chartreuse. Allí
estará cuatro años. Luego, como un gran cambio para él, aceptó ser párroco en Pompignan,
cerca de la Gardiolle, donde resistió cuatro años… Finalmente en 1991, volvió al santuario de
Nuestra Señora de la Encina: Chêne, cerca de Ornans, que conocía desde su juventud. En este
servicio prosiguió, con serenidad, su ministerio de acogida misericordiosa y de pedagogía
evangélica durante 14 años, hasta 2004 cuando vino a San Lorenzo.
Aquí se embarcó para su etapa final. Y aquí con todos los que seguimos el mismo camino
se preparó poco a poco para la vejez, para el cambio de ritmo y en fin para la dependencia, él
que nunca en toda su vida había conocido la enfermedad. Pero en cuanto pudo recorría a paso
de hombre de montaña, los caminos y senderos alrededor de San Lorenzo. En cuanto pudo
también, y hasta estas últimas semanas, conservó su inmensa curiosidad intelectual. Por
ejemplo, el último libro “El Rabino y el Cardenal”, el diálogo a la vez tan riguroso y fraterno
entre el gran Rabino Gilles Bernheim y el Cardenal Philippe Barbarin sobre la Torah, la Alianza
y la Persona de Jesucristo. Lo leyó con pasión sin poder llegar del todo al final por motivo de
su última fatiga, y señalaba sus páginas con una hoja grande de papel blanco en la cual una
mano amiga le había escrito los textos del Padre Nuestro y del Ave María en griego: “Kairé
kekaritoméné”: “Alégrate, María, llena de gracia”... Sobre esta imagen termino la evocación de
la bella figura humana y espiritual de nuestro hermano Juan Hermann, no sin recoger una vez
más de sus mustios labios las palabras citadas al comienzo, que lo caracterizan bien: “Adiós y
gracias” Sí! Adiós y gracias, querido Padre Juan. Hasta nuestro reencuentro en Dios!
Padre August: Guus GEORGE, S.M.M.
(1928 – 2008)
Fallecido el 16 de junio 2008, en Reykjavik, Islandia.
80 años de edad: 57 de profesión religiosa.
August George nació el 5 de abril en Wijlre. Entró donde los Montfortianos en Meerssen en
1949 y un año después emitió sus primeros votos el 8 de septiembre. En la misma fecha de
1955 hizo su profesión perpetua en Oirschot. Allí mismo fue ordenado sacerdote el 11 de
marzo 1956 por Monseñor Mutsaerts. El mismo año partió para Islandia como vicario en
Reykjavik. En 1969 fue designado vicario general, responsabilidad que conservó hasta su
muerte. De 1972 a 1986 fue superior regional. En 1994 fue condecorado con la orden del
Halcón, una de las más altas distinciones de Islandia. Con la muerte de Guus, se cumplen y
terminan 105 años de presencia monfortiana. Nadie esperaba un desenlace tan rápido. Cuando
regresó de un buen descanso en Holanda, su médico le dijo que debía hacerse operar lo más
pronto. Guus sabía que toda cirugía conlleva riesgos, sobre todo por las condiciones de su
corazón. Pero su amigo médico lo tranquilizó diciéndole que podría sin duda regresar a casa
en la tarde del mismo día. Desafortunadamente las cosas no salieron bien. Los primeros
reportes eran preocupantes, pero para sorpresa de todos, Guus se comportó bien. Hasta que su
situación se deterioró bruscamente. Murió aquella mañana a las 8 am, hora islandesa.
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En un primer momento Guus quería ir a Mozambique. Su mala salud no se lo permitió.
Durante sus estudios en nuestro seminario menor de Schimmert, había sufrido varios
incidentes cerebrales cuyas consecuencias le hicieron sufrir durante el escolasticado en
Oirschot. Se fatigaba rápidamente y dormía largas horas. Recibió obediencia para Islandia,
una misión mucho más tranquila. Mas, qué le esperaba allí como a sacerdote católico?
Un misionero debe dar muestras de mucha resistencia y no solamente a causa de una lengua
muy difícil de aprender. Con gran paciencia le era preciso buscar los mejores medios para
hacer visible la riqueza de los católicos. Guus utilizó la educación sobre todo al comienzo
como profesor de matemáticas. Luego de la muerte súbita del P. Hacking fue nombrado
director de la escuela Landakot que se convirtió en el trabajo de su vida. A pesar de grandes
dificultades financieras, logró de manera notable modernizar y ampliar la escuela. Su carácter
alegre por naturaleza contribuyó sin duda al éxito. La mayoría de los alumnos no eran
católicos ni llegaron a serlo. Pero cuando llegaban a ocupar puestos importantes en la
sociedad islandesa, varios de ellos elogiaban la escuela de Sera George.
Además de la enseñanza, Guus trabajaba para la diócesis. A partir de 1969 fue el vicario
general y al mismo tiempo tesorero. En los momentos en que faltaba el obispo, lo que ocurrió
tres veces, fue también Administrador Apostólico. Su nombre era bien conocido en Roma.
Como signo de aprecio por el trabajo realizado, el Papa Juan Pablo II le concedió una
conversación privada durante su visita a Islandia en 1991. Guus era hombre de gran perspicacia
y un gran comunicador. Un tanto modesto, no le gustaba someterse a las luces de los
proyectores. Lo que es típico del islandés en que se había convertido. Enfrentarse a una gran
asamblea constituía para él una prueba. Prefería celebrar la misa en su capilla privada dedicada
al Padre de Montfort. Le gustaba acoger huéspedes más que visitar a otros en forma inesperada.
En el cuadro de la Congregación, los misioneros de Islandia siempre tuvieron una situación
particular. Los movía la solicitud de la isla que habitaban. Las largas noches de invierno dejaban
huellas en su corazón y en su alma. Esto afectó igualmente a Guus y cuando quedó como único
monfortiano en Islandia, buscó mayor contacto con sus cohermanos holandeses. Con gran alegría
participaba en el Consejo Provincial Extraordinario, y durante algunas semanas le encantaba ver
a su cohermano de curso Sjeng Leistra. De la tierra de fuego y hielo Guus se fue a la casa del
Padre. Allí encontrará sin duda muchos rostros conocidos al lado de otros nuevos. Que se
encuentre a su gusto y disfrute del lugar que Cristo preparó para su fiel servidor.
Padre Leonardus : Leo VERBAKEL, S.M.M.
(1937 – 2008)
Fallecido e1 18 de junio 2008, en Middelbeers, Paises Bajos.
70 años de edad: 49 de profesión religiosa.
Leo nació el 10 de diciembre 1937 en Voorburg. Entró donde los Monfortianos en Meersen
en 1957 y emitió sus primeros votos el 8 de septiembre 1963. En1963 hizo su profesión
perpetua y el 8 de marzo 1964 fue ordenado sacerdote por Monseñor Bekkers. Después de su
ordenación, Leo fue nombrado profesor de religión en el seminario menor de Beresteyn en
Voorschoten. Luego fue capellán en Alphen aan de Rijn; de 1967 a 1971 trabajó en Zevenaar.
Los cinco años siguientes fue misionero en Islandia, con base en Reykjavik. Al regresar a los
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Paises Bajos fue destinado a la parroquia monfortiana de Tilbourg donde trabajó 12 años. De
1988 en adelante dedicó todas sus fuerzas a la parroquia de Oost, West-en-Middelbergs, hasta
su retiro forzoso por problemas de salud.
Durante varios meses Leo luchó por vivir algunos años más. A los días en que se sentía
seriamente enfermo sucedían momentos de esperanza. Su carácter no le permitía tirar la
toalla. Pero toda su vida tomó la realidad con buen sentido. Aún joven perdió a sus padres.
Después de lo cual todos los que entraban en contacto con él quedaban impresionados por su
modo de luchar. Leo se defendía como auténtico religioso. No tenía miedo de la muerte. “He
tenido una vida muy linda”, decía con frecuencia. Para él la vida significaba la posibilidad de
relacionarse con los demás. Era eso lo que más apreciaba como sacerdote desde su ordenación
y a lo largo de todo su ministerio: comprometerse con la gente, no como un personaje oficial,
sino como un compañero de camino. El hecho de recibir la confianza de los otros hacía su
vida digna de vivirse. Por eso el tema de su misa de despedida, el año pasado, fue el siguiente:
“Gracias y sigamos caminando juntos, en plena confianza”. Quería escribir estas últimas
palabras dejando De Beerzen para el cielo.
En la carta escrita con ocasión de la partida de Leo como párroco, el obispo Hurkmans lo
describía como “el oído y el ojo abiertos para sus feligreses”. Muy cierto. Fue la persona que
Leo siempre quiso ser. Para él era la esencia de la Iglesia: estar ahí, cerca los unos de los
otros, juntos. Para Leo la Iglesia institucional no debería tener prelación sobre las personas
concretas cuyas alegrías y penas le importaban más que las leyes y los reglamentos. Quería
estar en medio de su pueblo, no por encima. Quería respetar el ritmo de la vida de la gente más
que sostener una construcción heredada del pasado. Hablaba con enfado de personajes oficiales
de la Iglesia que se mantenían alejados de la vida cotidiana. A pesar de ello no se plegaba a la
fuerza del viento. Intencionalmente escogió en una celebración festiva estas líneas: “¡Ay de
ustedes cuando todos los hombres hablarán en su favor! Así trataban sus padres a los falsos
profetas”: Lc 6,26. Al decir adiós a la parroquia monfortiana de Tilbourg, sus palabras fueron:
“Hemos caminado juntos algún tiempo”. Así veía la vida. El individualismo creciente realmente
le causaba mal. Cómo es posible que la gente viva con Dios si no saben vivir juntos. Por
consiguiente para él era muy importante ver que tanta gente de Beerzen lo rodeó durante sus
últimos días. Obviamente no había sembrado en vano el grano de la Palabra de Dios.
Leo agradecía el don de la vida y del sacerdocio al cual había sido llamado. Durante los
últimos meses, las últimas semanas y los días finales repetía: Gracias. Su acción de gracias
luego de recibir la unción de los enfermos era impresionante. Igualmente lo fue su plegaria
espontánea el último lunes en la tarde cuando tomó las palabras del Salmo 23: “Aunque pase por
valles oscuros, nada temo porque tú estás conmigo; tu báculo y tu vara me sostienen”. Él
preparaba sus misas y sermones meticulosamente. Era una persona que se interesaba por los
otros, sobre todo por los enfermos. Se preocupaba mucho por Nelly, su fiel colaboradora en el
ministerio. Seguramente soportó largo tiempo su enfermedad a causa de su preocupación por esa
señora. Si ella hubiera sido recibida en algún hogar de acogida, él hubiera muerto más tranquilo.
Como cohermano monfortiano, Leo era un hombre tranquilo. ¡Estar en compañía le
bastaba, en cuanto se lo permitía la parroquia! Igual actitud tenía respecto de su familia. Los
compromisos con la gente eran prioritarios. Siempre tenía el primer lugar. No monopolizaba
la conversación. Esto cambió los últimos meses en que con gusto compartió sus
preocupaciones y alegrías. Le gustaba hablar no para decir cosas superficiales, sino para
expresar el sentido de la vida, la confianza en Dios y siempre para recordar el arte de la
gratitud. Después de su despedida de párroco, esperaba tener tiempo para disfrutar el placer
de la lectura. Esto no se dio. Esperamos de todo corazón que Dios le conceda ahora el Libro
de la Vida y que en él encuentre su gozo.
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Padre John Ramiro QUINTERO CASTAÑEDA, S.M.M.
1972 – 2008
Fallecido el 20 de junio 2008, en Bogotá, Colombia.
36 años de edad: 5 de profesión religiosa.
John Ramiro era uno de más jóvenes sacerdotes de nuestra provincia colombiana. Había
sido ordenado el 27 de mayo del año 2007 en la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen en
Acacías en donde estaba ejerciendo su apostolado desde antes de su profesión perpetua y
diaconado. El mismo Señor Obispo, Alberto Rozo G., smm que le consagró sacerdote en
Acacías, presidió sus funerales en el templo parroquial de San Benito, Villavicencio, en donde
había trabajado y hecho su profesión perpetua el 2 de diciembre de 2006.
John Ramiro había nacido el 20 de marzo de 1972 en Puerto López, Meta, y había
emitido su primera profesión religiosa el 21 de junio de 2003. Gran parte de sus estudios
filosóficos y teológicos los había realizado en el Seminario de Restrepo, Meta.
Manifestó siempre una sensibilidad social especial por los más necesitados: jóvenes,
madres cabeza de familia, pobres y ancianos. Y para responder de manera más eficaz a sus
necesidades, estableció con miembros de su familia la Fundación Social sin ánimo de lucro:
« Semillas, Pan de vida », en la que desarrollaban varios programas como la jornada alterna,
los mercados para las familias pobres, la residencia en Bogotá y becas para universitarios
pobres, etc. La Fundación se sostenía con aportes de benefactores. Había organizado también
una panadería con la misma finalidad de ayudar a la financiación de la obra. Él era el alma y
motor de esta fundación que adquirió prestigio en la ciudad, logró vincular a varias personas
de buena voluntad y católicas y aparecía como obra de la parroquia. No obstante el auge de la
obra, hay que decir que la larga enfermedad del John Ramiro de más de seis meses, su
ausencia de Acacías, debilitó mucho la obra que tuvo problemas de funcionamiento en
algunos de sus programas. Es muy posible que la fundación muera también con él, pero las
semillas que sembró de solidaridad y promoción humana y cristiana, sin duda retoñarán.
Una prolongada enfermedad padecida después de un atentado que sufrió en Acacías en el
año 2007, fue minando su salud y destruyendo sus pulmones, hasta que víctima de unas
defensas muy bajas en su organismo, se hizo vulnerable a otros males que terminaron por
conducirlo a la tumba en la clínica de SaludCoop en Bogotá.
Desde el mes de febrero se encontraba en Bogotá. La mayor parte del tiempo la pasó sea
en el Postulantado nuestro o en la Casa provincial. Su Señora Madre, María de Quintero, le
brindó atención permanente día y noche con una dedicación, fe y entrega que nos dejó a todos
sorprendidos y también agradecidos. Hizo todo lo que estuvo a su alcance para acompañarle y
reconfortarle, para encomendarle al Señor y a la Virgen y estar atenta a todos sus
requerimientos.
John Ramiro nos deja el recuerdo de un hermano dinámico y creativo, solidario y
fraterno, y la nostalgia de alguien que prometía mucho como hombre emprendedor y osado en
sus proyectos y al mismo tiempo interesado por brindar una formación cristiana y monfortiana
a los beneficiarios de sus programas socio - culturales.
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Que el Señor le tenga en su gloria y sea un intercesor más a favor de aquellos por quienes
gastó su vida con generosa entrega.
Que los sufrimientos que le purificaron y santificaron a lo largo de varios meses sean
bendecidos por el Señor de la vida con la corona de la gloria prometida y con nuevas
vocaciones monfortianas.
Padre Parmenio BELTRÁN BELTRÁN, S.M.M.
1933 – 2008
Fallecido el 22 de junio 2008, en Bogotá, Colombia. 75 años de edad: 53 de profesión religiosa.
“Menid” como le decíamos cariñosamente desde tiempos inmemoriales, como disminutivo
de “Parménides”, nos deja la imagen de un hermano y amigo, sonriente y simpático, servicial
y piadoso. Una imagen que el P. Mottica quiso resaltar en una gran foto que le hacía visible
en sus funerales y que continúa presente en nuestros corazones.
Había nacido el 15 de mayo de 1933 en la levítica población de Junín que ya ha dado a la
Iglesia 111 sacerdotes, varios de ellos monfortianos. El día de su fallecimiento, algunos
cohermanos con varios laicos estaban iniciando una misión popular en su tierra natal. Al
conocer su fallecimiento, uno de ellos me contaba que estaba misionando en la Vereda en
donde había nacido el P. Parmenio y otro me decía que estaba en la aldea que había sido
misionada por el P. Parmenio el año precedente. Seguramente que su sacrificio, el domingo
22 de junio, hizo muy fecunda esta misión.
El P. Parmenio estaba convaleciente de una intervención quirúrgica en un ojo, estaba
sufriendo también de nuevo del oído interno que le hacía perder el equilibrio y le causaba
mareo. Por ello fue llevado a la clínica ya que también le acompañaban dolores abdominales y
vómitos. Pareció recuperarse un poco, fue sacado de la clínica por su hermana más cercana y
al día siguiente fue internado de urgencia porque el dolor abdominal se tornó insoportable y
tan agudo que fue intervenido quirúrgicamente para saber la causa. Al abrirlo se encontraron
con la terrible sorpresa de su intestino necropsado. Lo cerraron y dictaminaron que ya nada se
podía hacer y que sólo un milagro le salvaba. Algunas horas después falleció.
En sus 48 años de sacerdocio misionero desempeñó muchos cargos al servicio de la
Provincia y de la Misión. Inicialmente estuvo 8 años, de 1961 a 1968 como profesor en el
seminario menor de Choachí. Después sirvió varios años en la Prefectura del Vichada como
párroco o cuasi-párroco y director de internados en Puerto Carreño, La Pascua y Achacara
respectivamente de 1969 a 1979 con una pequeña interrupción en Manizales como estudiante.
En Achacara estuvo construyendo el famoso Centro de educación para indígenas y colonos y
especialmente para la formación de profesores bilingües. De 1980 al 81 estuvo como profesor
y ecónomo en Choachí. Sirvió luego dos años como socio del maestro de novicios en Suba,
1982 a 1983. Se desempeñó después como superior de la casa provincial de 1984 a 1985.
Estuvo como párroco en la Esperanza, V/cio. y San Luis Beltrán, Medellín, hasta 1988. De
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1989 a 1994 estuvo en Choachí como administrador, y al año siguiente fue nombrado
ecónomo provincial, cargo que desempeñó hasta el año 2003. Desde el 2004 estaba en el
Hogar sacerdotal en donde se desempeñó primero como superior y después como ecónomo
hasta su fallecimiento el día 22 de junio. Ese día, por la mañana, el P. Pablo le asistió con la
Unción de los Enfermos, la absolución y la Indulgencia Plenaria que concede la Iglesia en
peligro de muerte. El P. Parmenio estuvo plenamente consciente en la celebración. Pocas
horas después falleció.
Sus funerales fueron muy solemnes tanto por la concurrencia de fieles, familiares y amigos
que llenaron el gran templo durante dos horas y media, como por la participación de
sacerdotes, presididos por el Señor Obispo Alberto Rozo, por la presencia de sus 10
hermanos, y por todos los arreglos florales de tanta gente e instituciones que le conocieron y
amaron, y muy especialmente por los diversos mensajes enviados por cohermanos en el
extranjero y por discursos y reconocimientos de la Alcaldía y de sus familiares y paisanos.
Hubo tiempo para ello, pues el mal estado de la carretera hizo que el Señor Obispo llegara con
hora y media de retraso que fue muy bien aprovechada para orar y leer mensajes y discursos.
“Parmenio ha sido desde que yo era postulante un amigo, un hermano un papá. Su vida
sencilla y fraterna, su risa total, su disponibilidad misionera, su apertura y su espíritu de fe nos
quedan como los mejores regalos que nos hizo. Dios lo acoge con alegría sin duda: Muy bien
servidor fiel… has sido fiel en lo poco, te confiaré ahora lo mucho…” (P. Jorge Enrique,
desde Canadá).
Padre Joseph: Jos KEULERS, S.M.M.
1931 – 2008
Fallecido el 3 de julio 2008, en Maastricht, Paises Bajos. 77 años de edad: 54 de profesión religiosa.
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Otros Difuntos de la Familia Montfortiana
Hermanos de San Gabriel
Abril 2008
Edad
Profesión
8 Hno. Joseph DOUET
21 Hno Louis VRIGNAUD
Mayo 2008
Kataco (Rép. de Guinée)
La Hillière (France)
62
82
42
65
16
Hno Marcel FERRON
18
Hno Lionel GAUMONT
23 Hno Guy GODET
Junio 2008
Nantes (France)
Montréal (Canada)
Nantes (France)
89
90
70
72
74
50
24 Hno Michel MARIVOET
Julio 2008
Liedekerke (Belgique)
85
68
8
10
La Hillière (France)
Nantes (France)
90
89
68
52
Hno Sulpice (Marcel RAYMOND)
Hno Joseph PASQUIER
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HIJAS DE LA SABIDURÍA
Abril 2008
4
Hna. Thérèse Martin
(Thérèse Martin)
4
Hna. Theodora Laetitia van het H.
Hart
(Alberta van der Meer)
10
Hna. Gemma dell’Addolorata
(Maria Iantaffi)
10
Hna. Marie-Emilienne
(Michelle Giret)
17
Hna. Marcelle de la Présentation
(Marcelle Sivet)
18
Hna. Linda-Maria
(Filippa Buscemi)
18
Hna. Jean du Rosaire
(Bernadette Percy)
20
Hna. Antonia Bernardina
(Antonia Th. L.van Druten)
27
Hna. Marie Alphonse des Anges
(Auréa Leclerc)
28
Hna. Marie-Louise de l’Enfant Jésus
(Marie-Louise Josz)
Mayo 2008
4
Hna. Marie-Camille de Jésus
(Nadine Vallet)
5
Hna. Renée-Marie de Saint Vite
(Marguerite Bodin)
7
Hna. Lucie de la Sagesse
(Germaine Noel)
7
Hna. Hélène de l’Incarnation
(Élismène Jean-Marie)
8
Hna. Pierrette de la Trinité
(Pierrette Gagné)
18
Hna. Elena dell’Eucaristia
(Maria Amigoni)
24
Hna. Maria Jacoba
(Josepha Born)
26
Hna. Gertrude of the Eucharist
(Gertrude Flannery)
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Edad
86
Profesión
64
84
48
Menaggio
(Italie)
St Laurent
(France)
La Chartreuse
(France)
Valperga
(Italie)
Pétion-Ville
(Haïti)
Wijchen Lemweeg
(Hollande)
Montréal
(Canada)
Tournai - Vertefeuille
(Belgique)
95
66
97
75
89
66
78
58
68
55
95
67
94
68
98
79
St Laurent
(France)
St Laurent
(France)
Tournai - Vertefeuille
(Belgique)
Carrefour
(Haïti)
Ottawa
(Canada)
Clusone
(Italie)
Houthem Valkenburg
(Hollande)
Romsey
(G.B.I.)
95
59
89
68
102
81
73
49
83
63
83
62
89
68
79
56
Ottawa
(Canada)
Wijchen
(Hollande)
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Junio 2008
5
Hna. Luisa Carolina
(Giacomina Bornaghi)
5
Hna. Marie de Saint Basile
(Marie-Thérèse Lucas)
5
Hna. Odile de St François
(Jacqueline de Kort)
8
Hna. Marguerite-Marie de la Sagesse
(Thérèse Ratté)
25
Hna. Marie-Ghislaine du Christ
(Marie-Louise de Taeye)
Julio 2008
2
Hna. Jacoba de la Divine Sagesse
(Marie Elisabeth Donkers)
2
Hna. Margaret Mary du Sacré-Coeur
(Margaret Ward)
5
Hna. Julienne-Marie de Montfort
(Agnès Sorin)
16
Hna. Andrée de Marie
(Andrée Caillaud)
17
Hna. Santa Bertilla
(Maria Giovanna Morotti)
24
Hna. Anne-Marie des Anges
(Marie-Françoise Le Blevec)
24
Hna. Marguerite-Marie de la Croix
(Marguerite Boton)
Valperga
(Italie)
St Laurent
(France)
Wijchen
(Hollande)
Montréal
(Canada)
Tournai - Vertefeuille
(Belgique)
91
58
94
71
93
72
82
55
80
56
Wijchen
(Hollande)
Windermere
(G.B.I.)
St Laurent
(France)
St Laurent
(France)
Valperga
(Italie)
La Chartreuse
(France)
St Laurent
(France)
92
66
84
59
83
58
84
61
92
68
90
63
91
64
« Ouvrez à Jésus Christ ! »
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