sentencia - NS Abogados Huelva

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Juzgado de 1ª Instancia Nº1 de Huelva
Alameda Sundheim, nº 17 1ª Planta
Tlf.: 959107251/959107236/662977098. Fax: 959 526230
NIG: 2104142C20150013293
Procedimiento: Procedimiento Ordinario 1905/2015. Negociado: MA
Sobre:
De: D/ña. DIEGO JESUS LORENZO GREGORIO
Procurador/a Sr./a.: ANA MARIA FALCON MUÑOZ
Letrado/a Sr./a.: IGNACIO NARVAEZ SEGOVIA
Contra D/ña.: CAJA RURAL DEL SUR, S.C.C.
Procurador/a Sr./a.: ADOLFO CABALLERO CAZENAVE
Letrado/a Sr./a.: HERIBERTO ASENCIO AGUILAR
SENTENCIA Nº 98/2016
En Huelva a ocho de Abril de dos mil dieciséis.
La Ilma. Sra. Dª. Susana Caballero Valentín Magistrada-Juez del Juzgado de Primera Instancia
nº 1 de Huelva, procede, EN NOMBRE DE S.M. EL REY, a dictar la presente resolución:
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: La parte actora, con fecha 5/11/15 se presentó demanda de Juicio Ordinario en el Decanato
de Huelva, el que por turno de reparto remitió los autos a este Juzgado, contra el demandado, la entidad
CAJA RURAL DEL SUR S.C.C. mediante escrito en el que, tras exponer los hechos y fundamentos
de derecho que consideró de aplicación terminaba suplicando que tras los trámites de ley se dictara
sentencia por la que se declarara la nulidad de la cláusula SUELO del contrato de préstamo con garantía
hipotecaria citado,con devolución de las cantidades abonadas en exceso por aplicación de la
mencionada cláusula con sus intereses, más las costas.
SEGUNDO: Contestación: Admitida la demanda, se acordó emplazamiento de la parte demandada a
fin de que en el plazo legal compareciera en forma y contestara la demanda.
Por la parte demandada se presentó escrito de oposición el 25/1/2016.
TERCERO: Audiencia Previa. Señalada para la celebración de la audiencia previa para el 15/3/16 al
acto de la audiencia previa compareció la actora y la demandada proponiendo prueba documental,
interrogatorio de parte y testifical y señalado para la celebración del juicio el día 6/4/16 y tras la
práctica de la prueba interesada por las partes a excepción del testigo propuesto por la demandada,
quien no compareció al juicio, se acordó dejar los autos conclusos para Sentencia.
CUARTO.- En el presente procedimiento se han cumplido las prevenciones legales.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO: Términos de la reclamación.
La parte actora ejercita acción de nulidad de condición general al amparo de los artículos 7, 8 y 9 de la
Ley 7/1998, de 13 de abril, sobre Condiciones Generales de la Contratación(en adelante LCGC),
alegando, en esencia, que la cláusula es una condición general de la contratación, que el actor es
consumidor, y que en la condición general se aprecia ausencia de claridad y transparencia siendo una
cláusula abusiva.
Se alega que el día 26/3/04 formalizaron una escritura de préstamo con garantía hipotecaria, fijándose
unas condiciones financieras.
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Entre las estipulaciones financieras recogidas en el contrato se contenía una cláusula con el siguiente
tenor literal: “ Tanto en el supuesto de que se aplique el tipo de referencia, EURIBOR, a un año,
definido en el apartado a) o los índices sustitutivos previstos en este epígrafe, se pacta expresamente
que el interés resultante no podrá ser inferior al 3,50% nominal anual “
Considera la parte actora que de la lectura detallada de la escritura se comprueba que se incluyó una
limitación a la baja de las revisiones del tipo de interés causando un perjuicio a los actores.
Considera que la cláusula no supera el control de transparencia y debe ser declarada nula solicitando su
eliminación del contrato y se condene a la entidad a la devolución de la cantidad cobrada de más en los
préstamos hipotecarios en virtud de la aplicación de las referidas cláusulas desde la publicación de la
sentencia del Tribunal Supremo de 9/5/13.
Frente a ello la entidad demandada manifiesta oposición en los términos expuestos.
Se opone a la demanda presenta de contrario alegando que la referida cláusula fue expresamente
negociada con la parte actora y de la misma tuvo perfecto conocimiento, continúa alegando que se
entregó oferta vinculante donde constaban las condiciones y entre ellas la aplicación del tipo de interés
variable limitado y que no hubo imposición alguna por parte de la Caja.
SEGUNDO .- Control transparencia.
Para la resolución de la presente controversia debe analizarse la cuestión tomando como referencia la
doctrina fijada por el Tribunal Supremo en anteriores sentencias, y tal y como indica en su reciente
sentencia 705/2015 de 23 de Diciembre “ 2.- Como dijimos en la sentencia del Pleno de esta Sala
138/2015 de 24 de marzo, tratándose de cláusulas que presentan una configuración y un casuismo muy
similares, no hay nada reprochable en que las resoluciones de instancia partan en sus argumentaciones
de la jurisprudencia sentada por este Tribunal Supremo, sin que ello suponga falta de motivación “ .
Debe tenerse en cuenta la doctrina emanada de las Sentencias del Pleno de la Sala 1ª del Tribunal
Supremo nº 241/13 de 9 de Mayo, 464/14 de 8 de septiembre; 138/15 de 24 de Marzo y 139/15 de 25 de
Marzo y la 222/15 de 29 de Abril.
En las mencionadas sentencias, tal y como se indica en el fundamento de derecho cuarto de la reciente
sentencia del Tribunal Supremo de 23 de Diciembre de 2015, “ ha tratado el control de transparencia en
materia de cláusulas limitativas de la variabilidad del interés remuneratorio pactado en contratos de préstamo con
garantía hipotecaria ( cláusula suelo). Ya con anterioridad a tales resoluciones, varias sentencias habían declarado
la procedencia de realizar un control de transparencia de las condiciones generales de los contratos concertados
con consumidores y en especial de aquellas que regulan los elementos esenciales del contrato, esto es, la
definición del objeto principal del contrato y la adecuación entre precio y prestación”
Pero el hecho de que no pueda examinarse la abusividad de su contenido, al tratarse de una condición
general que define el objeto principal del contrato, no supone que el sistema no las someta al doble
control de transparencia.
Como se ha dicho, el TS señala en su sentencia de 13 de mayo de 2013 que las cláusulas suelo son en
principio lícitas, siempre y cuando su transparencia permita al consumidor identificar la cláusula como definidora
del objeto principal del contrato y conocer el real reparto de riesgos de la variabilidad de los tipos que conllevaría.
Así, corresponde a la libre iniciativa empresarial fijar el interés al que presta el dinero y diseñar la oferta
comercial que estime oportuna, pero siempre que comunique de forma clara, comprensible y destacada cuál es
ésta. De manera que el cliente debe poder ser consciente del efecto de esa cláusula al efectuar su opción de entre
los diversos productos que se le ofertan en el mercado .
Declarada su naturaleza de condición general, tal y como destaca el Tribunal Supremo en su Sentencia
241/2013, de 9 de mayo: “la apreciación del carácter abusivo de las cláusulas no se referirá a la definición del
objeto principal del contrato ni a la adecuación entre precio y retribución, por una parte, ni a los servicios o
bienes que hayan de proporcionarse como contrapartida “ (artículo 4.2).
En consecuencia, no cabe apreciar la abusividad de la cláusula sobre la base de la falta de equilibrio de
las prestaciones derivada de la misma, lo que impide que sea posible declarar su nulidad por falta de
reciprocidad, pero si someterla a un doble control de transparencia.
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A).- Así, un primer control relativo al modo de inclusión en el contrato, que afecta todas las
condiciones generales de la contratación, con independencia del carácter de las partes y que se ciñe a
examinar el cumplimiento formal de la normativa bancaria que regula la incorporación a los contratos y
que, esencialmente y según los casos, se encuentra en las Órdenes Ministeriales de 12 de diciembre de
1.989, 5 de mayo de 1.994 y 28 de octubre de 2.011, en la Ley 2/2009, de 31 de marzo, de Contratación
de Préstamos Hipotecarios con Particulares y en la propuesta de Directiva n°2011/0062 (COD) del
Parlamento Europeo y del Consejo, sobre los contratos de crédito bienes inmuebles de uso residencial.
En cuanto al control de inclusión la Directiva 93/13 indica (considerando vigésimo) que los contratos
deben redactarse en términos claros y comprensibles, que el consumidor debe contar con la posibilidad
real de tener conocimiento de todas las cláusulas y que éstas (artículo 5) deben estar redactadas de
forma clara y comprensible. El artículo 4.2 de la Directiva indica que la apreciación del carácter
abusivo de las cláusulas no se referirá a la definición del objeto principal del contrato siempre que
dichas cláusulas se redacten de forma clara y comprensible.
En la normativa interna, las Condiciones Generales de la Contratación pueden ser objeto de control por
la vía de su incorporación al contrato a tenor de lo dispuesto en los artículos 5.5. LCGC, que establece
que la redacción de las cláusulas generales deberá ajustarse a los criterios de transparencia, claridad,
concreción, y sencillez, y en concreto, el art. 7 que no quedarán incorporadas al contrato las condiciones
en que el adherente no haya tenido oportunidad real de conocer de manera completa al tiempo de la
celebración del contrato, tampoco las ilegibles, ambiguas, oscuras e incomprensibles.
La detallada regulación del proceso de concesión de préstamos hipotecarios a los consumidores
contenida en la OM de 5 de mayo de 1994 (que regula el proceso de constitución de las hipotecas en
garantía de préstamos hipotecarios a los consumidores que, en lo que aquí interesa y de forma sintética,
comienza por la entrega al solicitante de un folleto informativo, sigue con una oferta vinculante que
incluya las condiciones financieras (entre ellas, en su caso, tipo de interés variable y límites a la
variación del tipo de interés), posible examen de la escritura pública por el prestatario durante los tres
días anteriores al otorgamiento y, por último, se formaliza el préstamo en escritura pública, estando
obligado el notario a informar a las partes y a advertir sobre las circunstancias del interés variable, y
especialmente si las limitaciones a la variación del tipo de interés no son semejantes al alza y a la baja),
garantiza razonablemente la observancia de los requisitos exigidos por el artículo 7 de la LCGC para la
incorporación de las cláusulas de determinación de los intereses y sus oscilaciones en función de las
variaciones del Euribor, lo que en definitiva supone el cumplimiento del control o filtro de inclusión.
En el presente caso no se aporta oferta vinculante pese a que así se indique en la contestación a la
demanda y que se aluda a la misma en la escritura firmada en Notaría.
B).- Ahora bien, cuando las condiciones generales estén incluidas en contratos con consumidores es
necesario además que superen el control de transparencia, como ya se expuesto.
En cuanto a la procedencia de realizar un control de transparencia la Sala de lo Civil del Tribunal
Supremo en su Sentencia de Pleno nº 138/15 de 24 de Marzo, en el fundamento de derecho Tercero,
establece que : " Esta Sala ha declarado en varias sentencias la procedencia de realizar un control de
transparencia de las condiciones generales de los contratos concertados con consumidores, y en especial de
aquellas que regulan los elementos esenciales del contrato, esto es, la definición del objeto principal del contrato y
la adecuación entre precio y retribución. Esta línea jurisprudencial se inicia en sentencias . Y en relación a las
condiciones generales que contienen la denominada " cláusula suelo" puede citarse tanto la referida sentencia
número 241/13 de 9 de Mayo, como la posterior sentencia 464/14 de 8 de Septiembre "
Así lo reitera en la Sentencia nº 705/15 de 23 de Diciembre. Es preciso que la información suministrada
permita al consumidor percibir que se trata de una cláusula que define el objeto principal del contrato,
que incide o puede incidir en el contenido de su obligación de pago y tener un conocimiento real y
razonablemente complejo de cómo juega o puede jugar en la economía del contrato. “
“ Por tanto, que las cláusulas en los contratos concertados con consumidores que definen el objeto principal del
contrato y la adecuación entre precio y retribución, por una parte y los servicios o bienes que hayan de
proporcionarse como contrapartida, por otra, se redacten de manera clara y comprensible no implica solamente
que deban posibilitar el conocimiento real de su contenido mediante la utilización de caracteres tipográficos
legibles y una redacción comprensible, objeto del control de inclusión o incorporación. Supone, además, que no
pueden utilizarse cláusulas que, pese a que gramaticalmente sean comprensibles y estén redactadas en caracteres
legibles, impliquen subrepticiamente una alteración
del objeto del contrato o del equilibrio económico sobre el precio y la prestación, que pueda pasar inadvertida al
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adherente medio. “
“Por tanto, esas condiciones generales pueden ser declaradas abusivas si el defecto de transparencia provoca
subrepticiamente una alteración, no del equilibrio del objetivo entre precio y prestación, que con carácter general
no es controlable por el Juez, sino del equilibrio subjetivo del precio y prestación, es decir, tal y como se lo pudo
representar el consumidor en atención a las circunstancias concurrentes en la contratación “
Este segundo control, limitado a los supuestos en los que el contratante es un consumidor, que se
extiende a la comprensibilidad real de la importancia de la cláusula en el desarrollo razonable del
contrato y que se desprende del tenor literal del artículo 80.1 del Texto refundido de la Ley General
para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, aprobado por Real
Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre(en adelante TRLGDCU), a tenor del cual: “en los
contratos con consumidores y usuarios que utilicen cláusulas no negociadas individualmente […], aquéllas
deberán cumplir los siguientes requisitos: a) Concreción, claridad y sencillez en la redacción, con posibilidad de
comprensión directa […]-;b) Accesibilidad y legibilidad, de forma que permita al consumidor y usuario el
conocimiento previo a la celebración del contrato sobre su existencia y contenido“.
Siendo este segundo control el desarrollado por la Sentencia del Tribunal Supremo 241/2013, de 9 de
mayo que, tras indicar en el Razonamiento Jurídico 211 que: “es preciso que la información suministrada
permita al consumidor percibir que se trata de una cláusula que define el objeto principal del contrato, que incide
o puede incidir en el contenido de su obligación de pago y tener un conocimiento real y razonablemente completo
de cómo juega o puede jugar en la economía del contrato“, señala en el Razonamiento Jurídico 225 los
siguientes elementos indiciariamente reveladores de la falta de transparencia:
„a) Falta información suficientemente clara de que se trata de un elemento definitorio del objeto principal del
contrato.
b) Se insertan de forma conjunta con las cláusulas techo y como aparente contraprestación de las mismas.
c) No existen simulaciones de escenarios diversos relacionados con el comportamiento razonablemente
previsible del tipo de interés en el momento de contratar.
d) No hay información previa clara y comprensible sobre el coste comparativo con otras modalidades de
préstamo de la propia entidad –caso de existir- o advertencia de que al concreto perfil de cliente no se le ofertan
las mismas.
e) En el caso de las utilizadas por el BBVA, se ubican entre una abrumadora cantidad de datos entre los que
quedan enmascaradas y que diluyen la atención del consumidor.“
Pues bien , las cláusula suelo son lícitas siempre que su transparencia permita al consumidor identificar
la cláusula como definidora del objeto principal del contrato y conocer el real reparto de riesgos de la
variabilidad de los tipos. Es necesario que esté perfectamente informado del comportamiento previsible
del índice de referencia cuando menos a corto plazo, de tal forma que cuando el suelo estipulado lo
haga previsible, esté informado de que lo estipulado es un préstamo a interés fijo mínimo, en el que las
variaciones del tipo de referencia a la baja probablemente no repercutirán o lo harán de forma
imperceptible en su beneficio.
Por tanto, la cláusula suelo será abusiva cuando suponga un desequilibrio abstracto en el reparto de
riesgos.
En el presente caso, la parte actora denuncia la falta de transparencia por información insuficiente
provocando un vicio en el consentimiento del consumidor derivada de la ausencia de negociación, y
atendiendo al contenido del contrato.
Debe tenerse en cuenta que el derecho de información va más allá de la lectura por el notario de la
escritura pública, pues como indica la sentencia de la AP de Jaén de 19 y 25 de febrero de 2015 la
lectura de la misma por el Notario no suple en ningún caso el deber de información que debe correr a
cargo de la entidad bancaria, siguiendo de ésta forma la doctrina del TS (8 septiembre 2014) "la lectura
de la escritura pública y, en su caso, el contrato de las condiciones financieras de la oferta vinculante con la del
respectivo préstamo hipotecario, no suplen, por ellos solos, sin protocolo o actuación específica al respecto, el
cumplimiento de éste especial deber de transparencia. " En el mismo sentido cabe citar la Sentencia de la
Audiencia Provincial de Valladolid de 16 de Junio de 2015. En el presente caso no se aporta oferta
vinculante ni folleto informativo firmado por el contratante.
La Sentencia del Tribunal Supremo de 8 de septiembre de 2014 aplica el denominado control de
transparencia sobre el marco de la contratación realizada y llega a la conclusión de que el predisponente
no ha observado los criterios precisos y comprensibles en orden a que los prestatarios pudieran evaluar
el alcance jurídico de la cláusula suelo respecto a la modulación de la oferta comercial que se realizaba.
También rechaza que el deber de transparencia quedara acreditado en el ámbito de la "transparencia
formal o documental" que acompaña a este modo de contratar, particularmente del documento en donde
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se contempla la llamada oferta vinculante , o en este caso propuesta de préstamo que si concurre en el
caso de autos, pero que no por ello implica sin más que se supere el control de transparencia, y en este
caso tampoco el de incorporación como ya se ha indicado al no coincidir el mínimo indicado en la
propuesta de préstamo con lo finalmente estipulado en la escritura.
No consta que se haya simulado ningún escenario relacionado con el comportamiento razonablemente
previsible del tipo de interés en el momento de contratar, y a corto plazo, al igual que la información
previa clara y comprensible sobre el coste comparativo con otras modalidades de préstamo de la propia
entidad, implique que el cliente haya tenido una real y completa información del contenido y alcance de
la cláusula, no figurando tampoco folleto informativo.
En el interrogatorio practicado a la parte actora se mantuvo que sólo tuvo dos reuniones, una primera
para solicitar el préstamo y otra para firmar en Notaría. Que sólo le dieron a escoger entre interés fijo o
variable pero no le dieron otras opciones de préstamo y que de interés fijo no se dijo nada. Que en
Notaría se leyó la escritura pero que no la entendió.
Que en ningún momento le informó el directo de lo que era el Euribor ni la previsión de su evolución, y
sólo le informaron de la cantidad a abonar y los plazos pero no de la cláusula suelo y su profesión es
técnico de electrodomésticos. No se le entregó oferta vinculante ni se puso a su disposición copia de la
escritura para poder revisarla con antelación suficiente a la firma de la escritura.
“ En todo caso, pese a la comprensión gramatical de la cláusula, no supera el control de transparencia,
puesto que con independencia del consentimiento por parte de los prestatarios y de su reflejo en la
correspondiente escritura pública, no garantiza que los mismos pudieran tener conocimiento efectivo
del coste del contrato, y en particular, de que el interés que aparentemente era variable, realmente no era
sino un interés fijo variable al alza en función de las oscilaciones del mercado, pero nunca inferior a
dicho tope mínimo. De donde se desprende, conforme a la Jurisprudencia del Tribunal Supremo, que,
no rebasando la condición general de la contratación el control de abusividad, debe declararse su
nulidad, conforme a los artículos 8.2 y 9 de la Ley de Condiciones Generales de la contratación” (
sentencia 705/15 del TS).
Continúa indicando la referida sentencia que “ dado que las cláusulas que se refieren a los elementos
esenciales del contrato se someten a control del contenido, la cuestión es decidir cuándo son
transparentes y cuándo no.
En el examen de validez de las condiciones generales insertas en contratos celebrados con
consumidores, el primer control es el de incorporación, a fin de comprobar que se cumplen los
requisitos para que la cláusula quede incorporada al contrato( aceptación del adherente, claridad,
completitud, legibilidad, y entrega de un ejemplar, art. 5 y 7 LCGC) y si se refiere a elementos
esenciales del contrato además debe existir una proporción entre la” comunicación “ que haya hecho
el predisponente del contenido de la cláusula y “ su importancia en el desarrollo razonable del contrato
“.
Se constata por el propio Tribunal Supremo que las entidades daban un tratamiento secundario a estas
cláusulas, cuando realmente convierte un préstamo a interés variable en un préstamo a interés mínimo
fijo, que no podrá beneficiarse de todas las reducciones que sufra el tipo de referencia ( euribor) “ y por
tanto pude inducir a error al cliente sobre un aspecto fundamental del contrato y llevarle a adoptar una
decisión irracional.
La redacción de la cláusula en el presente caso es en principio es gramaticalmente comprensible, si
bien debe relacionarse con los demás epígrafes del propio contrato relativos al cálculo y determinación
del tipo de interés variable.
En el contrato, la cláusula queda envuelta entre un cúmulo de estipulaciones que dificulta la
comprensión efectiva de la misma, en una extensa cláusula tercera bis relativa al tipo de referencia
puesto que se está contratando un contrato de préstamo a interés fijo únicamente variable al alzaAtendiendo a las circunstancias del presente caso cabe concluir que los actores no tuvieron pleno
conocimiento de su importancia en el desarrollo razonable del contrato, y que en ese momento
concurren varios de los parámetros de los indicados en la Sentencia del Tribunal Supremo y la
demandada no ha acreditado en forma que le informara suficientemente, que se negociaran las cláusulas
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y condiciones del contrato firmado por la actora, y menos aún que fueran comprendidas en su
incidencia en la vida del contrato por la parte actora por tanto entendiendo no superado tampoco el
control de transparencia, debe considerarse plenamente abusiva y declarar su nulidad, por lo que
procede estimar la demanda interpuesta.
TERCERO.- No obstante, en todo caso, la nulidad de la cláusula no comporta la nulidad del contrato en
su integridad por aplicación de los artículos 12 LCGC, 83 TRLGDCU y 6.1 de la Directiva 93/13/CEE,
porque, aún cuando la denominada cláusula suelo participe de la definición del objeto del contrato en
cuanto que lo limita para determinados supuestos, ello no comporta que forme parte esencial del
mismo, habida cuenta de que el préstamo es un contrato esencialmente gratuito del que no se derivan
intereses salvo que expresamente se pacte, conforme a los artículos 1.740 y 1.755 del Código Civil(en
adelante CC).
En consecuencia, en todo caso procede declarar la subsistencia del resto del contrato, en cumplimiento
del mandato del artículo 10.2 LCGC, sin que sea posible la restitución, integración o moderación de la
cláusula declarada nula, por ser contraria esta posibilidad al Derecho de la Unión, pudiendo citarse, por
todas, la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 14 de junio de 2.012.
En este sentido concluye la STS 138/15 que : “ En nuestro ordenamiento, la declaración de nulidad de una
cláusula por abusividad es una nulidad parcial (art. 9.2 LCGC, art. 10 bis LCU y 83.2 TRLCU) de manera que la
misma debe ser eliminada quedando subsistente el contrato, sin que exista posibilidad de integración tras la
doctrina contenida en STJUE de 14 de junio de 2012 y 21 de febrero de 2013 . “
A continuación analiza la indicada resolución el efecto de la nulidad consistente en la restitución de las
prestaciones habidas en base a esa cláusula nula, desde la fecha del contrato, lo que implica en este caso
la devolución por la entidad bancaria de las cantidades cobradas de más como intereses por aplicación
de la referida cláusula.
Este efecto que deriva de la aplicación del artículo 1303 del Código Civil, no se acoge en la Sentencia
del Tribunal Supremo 241/2013 por “razones excepcionales de seguridad jurídica y de orden público
económico al tratarse de una acción colectiva contra varias entidades bancarias para que eliminen las cláusula
suelo de sus préstamos y dejen de aplicarlas en el futuro, de manera que si tuvieran que revisar todos los contratos
ya firmados y devolver lo ya cobrado se les causaría un gran perjuicio económico. “
Pero antes de aplicar y razonar ese criterio excepcional sí declara que la regla general es la
retroactividad para a continuación limitar la retroactividad por razones de seguridad jurídica y concluye
declarando la irretroactividad de la nulidad declarada.
Las Audiencias Provinciales han adoptado soluciones divergentes sobre este extremo, tras la citada
sentencia de Pleno del Tribunal Supremo, de las que se recogen diversas menciones en la referida
resolución concluyendo en el sentido de que "Siendo, por tanto, la regla general de la retroactividad, no
concurren en el caso las razones expresadas en la referida sentencia de Pleno, y que justifican acoger el criterio
excepcional de la irretroactividad, como posibilidad admitida por nuestro Tribunal Constitucional por razones de
seguridad jurídica, por el Tribunal Supremo para evitar un enriquecimiento injusto de una parte a costa de la otra o
incluso por el propio TJUE atendiendo a la buena fe de los círculos interesados y la riesgo de trastornos graves.
Estamos ante una acción individual de un particular contra un Banco con el que tiene suscrito un préstamo
hipotecario para adquisición de vivienda habitual, en orden a obtener la nulidad por abusiva de la cláusula suelo
contenida en el mismo y que se le devuelva el dinero indebidamente cobrado por la aplicación de la misma, por lo
que no hay razones de seguridad jurídica ni riesgo de grave trastorno económico a la entidad, pues la condena
afecta a este caso concreto…".
Así la Sentencia 139/15 de 25 de Marzo del Pleno del Tribunal Supremo establece que a partir de la
fecha de publicación de la sentencia del pleno de 9 de Mayo de 2013 no es posible ya la alegación de
buena fe por los círculos interesados pues, esta sentencia abre los ojos y las mentes de las partes
contratantes, pudiendo éstas indagar y esclarecer si las cláusulas suelo insertas en contratos de préstamo
con tipo de interés variable, en principio lícitas, carecen de transparencia, no por oscuridad interna, sino
por insuficiencia de información en los términos indicados en el parágrafo 225 de la sentencia.
Por ello concluye declarando como doctrina jurisrpudencial que “la entidad demandada no viene obligada a
la devolución de los pagos ya efectuados por los prestatarios a la fecha de publicación de la sentencia de 9 de
Mayo de 2013”.
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En relación al tema de la retroactividad ya ha tenido oportunidad de pronunciarse la Audiencia de
Huelva, en su Auto de 20 de Mayo de 2015, Recurso de Apelación 293/15, en el siguiente sentido: “
SEGUNDO.- En cuanto retroactividad de la cláusula suelo es conocida la postura mantenida por el TS en su
sentencia de 09/05/2013, de que en caso de declaración de nulidad por abusiva no tenía efectos retroactivos,
respecto de las cantidades devengadas y cobradas por el banco antes de la fecha de publicación de la mentada
sentencia.
No obstante en la sentencia del indicado Tribunal de 25/03/2015, se establece como doctrina “que cuando en
aplicación de la doctrina fijada en la sentencia de Pleno de 09 de mayo de 2013, ratificada por la de 16 de Julio de
2014 y la de 24 de marzo de 2015, se declare abusiva y, por ende, nula la denominada cláusula suelo inserta en un
contrato de préstamo con tipo de interés variable, procederá la restitución al prestatario de los intereses que
hubiese pagado en aplicación de dicha cláusula a partir de la fecha de publicación de la sentencia de 09 de mayo
de 2013”.
Por todo ello, declarada nula la cláusula, por mandato legal ha de acordarse la restitución de las
prestaciones cobradas en aplicación de la referida cláusula desde el 9 de Mayo de 2013, lo que
comporta:
1. Primero, que la entidad bancaria haya de recalcular el cuadro de amortización del préstamo
hipotecario desde la fecha de la publicación de la Sentencia del Tribunal Supremo de 9/5/13
como si no hubiera estado incluida la cláusula en cuestión, rigiendo dicho cuadro en lo sucesivo
hasta el fin del préstamo;
2.
Segundo, que la entidad bancaria deba reintegrar al actor las cantidades percibidas
como consecuencia de la aplicación de dichas cláusulas desde la fecha de la publicación de la Sentencia
del Tribunal Supremo de 9/5/13, con abono del interés legal del dinero desde su pago.
CUARTO: De acuerdo con el primer apartado del artículo 394 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, en
los procesos declarativos, las costas de la primera instancia se impondrán a la parte que hubiera visto
rechazadas todas sus pretensiones, salvo que el tribunal aprecie serias dudas de hecho o de derecho, lo
que no sucede en el presente caso, tras la publicación de las indicadas resoluciones dictadas por el Pleno
de la Sala Civil del Tribunal Supremo, por lo que las mismas deben imponerse a la parte demandada, al
haber sido totalmente desestimadas sus pretensiones.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación al caso
FALLO
Que debo ESTIMAR y ESTIMO la demanda formulada por DIEGO JESUS LORENZO GREGORIO
contra la entidad CAJA RURAL DEL SUR, S.C.C. y en consecuencia:
1.- DECLARO la nulidad, por tener el carácter de abusivo por falta de transparencia, de la cláusula
limitativa del interés variable que se contiene como 3.bis en escritura pública autorizada por el Notario
D. Tomás Giménez Villanueva el día 26/3/04, debiendo ser eliminada.
2.- CONDENO a la demandada a reintegrar al actor las cantidades percibidas como consecuencia de la
aplicación de la cláusula suelo desde la fecha de la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo de
9/5/13, más los intereses legales desde la fecha de cada pago hasta el completo pago de dichas
cantidades.
3.- Con expresa imposición de costas a la demandada.
Notifíquese la presente resolución a las partes indicando que contra la misma cabe interponer recurso
de APELACION, del que conocerá la Audiencia Provincial de Huelva, debiendo interponerse ante este
Juzgado en el plazo de VEINTE DÍAS contados desde el día siguiente a la notificación de la
resolución, debiendo exponer las alegaciones en que se base la impugnación, y citar la resolución
apelada y los pronunciamientos que se impugna ( artículo 458 LEC en su redacción dada por la Ley
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37/2011 de 10 de Octubre de agilización procesal) y previa constitución del depósito de 50 euros en
la cuenta de Depósitos y Consignaciones abierta a nombre del Juzgado, sin cuyos requisitos no se
admitirá el recurso (artículos 458 de la LEC y la disposición adicional decimoquinta de la Ley 1/09 de 3
de Noviembre de modificación de la Ley 6/1985 del Poder Judicial) así como, en su caso, el abono de la
correspondiente tasa judicial.
Llévese testimonio de la presente a los autos de su razón con archivo de la original en el Libro de
Sentencias.
Así por esta mi sentencia, juzgando definitivamente en primera instancia, lo pronuncio, mando y firmo.
E/
PUBLICACION: Leída y publicada que ha sido la anterior sentencia por la Magistrada-Juez
que la suscribe en el mismo día de su fecha. Doy fe.
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