estudio comparativo de la aplicación de las leyes

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Estudio comparativo de la aplicación de las Leyes
Orgánicas 4/1992, reguladora de la competencia y
el procedimiento de los Juzgados de Menores, y
5/2000, reguladora de la responsabilidad penal
del menor
Octavio García Pérez (Coordinador)
José Luis Díez Ripollés
Fátima Pérez Jiménez
Susana García Ruiz
1
Este trabajo criminológico realizado en la Sección de Málaga del Instituto Andaluz
Interuniversitario de Criminología tiene su origen en la convocatoria pública realizada
por el Consejo general del Poder judicial a fines de 2001 para la realización de un
estudio sobre la aplicación de la entonces recién vigente ley 5/2000 en comparación con
los últimos cinco años de aplicación de la ley 4/92, ambas relativas a la justicia penal de
menores.
Octavio García Pérez diseñó el enfoque metodológico de la investigación y la ficha
técnica con la colaboración de Elisa García España y Fátima Pérez Jiménez, seleccionó
a los encargados de efectuar el trabajo de campo y supervisó su actuación. La base de
datos fue diseñada por Ángel Serrano García, mientras que los datos obtenidos del
trabajo de campo fueron introducidos por Fátima Pérez Jiménez y Susana García Ruiz.
Octavio García Pérez procedió al análisis de datos con la colaboración de Ramón
Hidalgo Sánchez y Fátima Pérez Jiménez. El informe ha sido redactado por Octavio
García Pérez, salvo los apartados IX y X que han sido obra de Susana García Ruiz. La
versión final del informe fue revisada por José Luis Díez Ripollés quién, además, ha
efectuado labores de asesoramiento del proyecto durante todo su desarrollo.
El trabajo de campo en las diferentes ciudades fue realizado por las siguientes
personas: José Antonio Ramos Vázquez, Eva Fernández Ibáñez, Joaquín Coromina
Casas, Adelaida Angulo del Campo, Gloria Fernández Pacheco Alises, Naiara Cayero
Durán, Isabel Durán Seco, Leticia Jericó Ojer, Soledad Barber Burusco, Mª Eulalia
Casas Albiach, Mª Asunción Rance Jiménez, Raquel Campos Cristóbal, José Muñoz
Clares, David San Martín Segura y Susana García Ruiz.
2
INDICE
I. Introducción .................................................................................................................. 4
II. El objeto de estudio ...................................................................................................... 6
III. La metodología ........................................................................................................... 7
1. Los instrumentos del trabajo .................................................................................... 7
2. La muestra ................................................................................................................ 8
3. La ficha técnica ......................................................................................................... 9
4. El procedimiento .................................................................................................... 11
IV. El alcance de la muestra y las fuentes de los datos recogidos .................................. 12
V. La estructura de la delincuencia de menores que llega a conocimiento de los
Juzgados de Menores ...................................................................................................... 15
1. Introducción ............................................................................................................ 16
2. La situación en los últimos cinco años de vigencia de la Ley 4/92 ........................ 16
3. La situación en el primer año de vigencia de la Ley 5/00 ...................................... 18
4. Análisis comparativo de la estructura de la delincuencia en las Leyes 4/92 y 5/00 19
5. Estudio comparativo de la delincuencia de menores y adultos .............................. 23
VI. Las características de los menores delincuentes....................................................... 24
1. Introducción ............................................................................................................ 24
2. El sexo .................................................................................................................... 24
3. Nacionalidad ........................................................................................................... 28
4. Edad ........................................................................................................................ 31
5. Nivel de formación y conducta observada durante la misma ................................. 33
6. Las características de la familia del menor ............................................................. 42
7. Las características del entorno social del menor .................................................... 46
8. La reincidencia ....................................................................................................... 47
9. Intervención de adultos en delitos cometidos por menores .................................... 57
VII. El procedimiento ..................................................................................................... 57
1. La forma de inicio................................................................................................... 57
2. La instrucción ......................................................................................................... 58
2.1 El Ministerio Fiscal y el equipo técnico ........................................................... 58
2.2 Las medidas cautelares ..................................................................................... 59
2.3 Las medidas desjudicializadoras ...................................................................... 64
2.4 Los archivos por parte del Ministerio Fiscal en fase de instrucción ................ 70
3. La fase intermedia y celebración de audiencia ....................................................... 73
4. La resolución .......................................................................................................... 74
5. Recursos ................................................................................................................. 75
6. El archivo definitivo ............................................................................................... 76
VIII. Las medidas ........................................................................................................... 80
IX. Los recursos ante las Audiencias Provinciales ......................................................... 89
X. Los recursos de casación ........................................................................................... 95
XI. Conclusiones .......................................................................................................... 100
Anexo: La ficha técnica utilizada ................................................................................. 108
3
I. Introducción
La aprobación de la Ley Orgánica 4/1992, de 5 de junio, de reforma de la Ley
reguladora de la competencia y el procedimiento de los Juzgados de Menores, supuso el
abandono de un sistema (en adelante Ley 4/92), el tutelar, que había regido la justicia de
menores en España desde que ésta apareció y que, como se había destacado, contradecía
principios básicos del Estado de Derecho consagrado por la Constitución. Esta
normativa representó el paso a un modelo de responsabilidad respetuoso con los
principios constitucionales y más acorde con las directrices internacionales.
De todas maneras, dada la premura y las condiciones en las que se tuvo que
aprobar este texto legal debido a la declaración de inconstitucionalidad de algunos
preceptos de la antigua Ley de Tribunales Tutelares de Menores de 1948, en la Ley
4/1992 no se regularon muchas cuestiones como, por ejemplo, los criterios de selección
de las medidas y su duración, la ejecución de éstas, etc. y, por otro lado, se ocupaba de
una franja de edad muy limitada, no ocupándose de lo que constituye probablemente el
núcleo de la justicia de menores, los de 16 a 18 años.
No obstante, en ella se trazaron unas directrices que se iban a consolidar con la
Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal del menor
(en adelante Ley 5/00): orientación del sistema a la satisfacción del interés del menor;
flexibilidad, que se traduce en un amplio margen de discrecionalidad no sólo del Juez de
Menores en la adopción de las medidas más ajustadas a tal interés, sino incluso del
órgano instructor, el Ministerio Fiscal, de cara a hacer uso del principio de oportunidad
para poner fin al expediente; aseguramiento al menor de las garantías constitucionales;
introducción de numerosas sanciones alternativas a las de privación de libertad.
La Ley 5/00, además, ha venido a subsanar las deficiencias y lagunas que
presentaba su predecesora. La nueva regulación se ocupa de la franja de los 14 a los 18
años, previéndose la posibilidad de abarcar también hechos cometidos por jóvenes de 18
a 21 años (art. 4)1, amplía el número de medidas ambulatorias alternativas a la privación
de libertad, regula mejor los criterios de selección de las sanciones, establece ciertos
límites a la amplia discrecionalidad de la que gozan los Jueces de Menores a la hora de
elegir la medida y determinar su duración, se configura mejor el principio de
oportunidad y se ocupa detenidamente de la ejecución de las medidas.
Pese a las deficiencias de las Ley 4/92, lo cierto es que ambas regulaciones
configuran un sistema de justicia de menores orientado esencialmente a la prevención
especial2. En él la comisión de un hecho delictivo por parte de un menor no tiene por
qué traer consigo necesariamente la imposición de una sanción. A ésta habrá que
recurrir cuando el menor presente un déficit educativo que, de no atajarse, pueda volver
1
No obstante, su entrada en vigor se ha suspendido por segunda vez a través de la disposición transitoria
única de la Ley Orgánica 9/2002, de 10 de diciembre. En principio, el art. 4 de la Ley 5/00 se comenzará
a aplicar el 1 de enero de 2007.
2
Ciertamente la introducción de la disposición adicional cuarta en la Ley 5/00 a través de la Ley
Orgánica 7/2000, de 22 de diciembre, ha supuesto una profunda quiebra de este sistema respecto de la
delincuencia grave.
4
a conducir a la comisión de un delito. Pero, como han demostrado los estudios
criminológicos, la realización de un delito por parte de un menor no es sinónimo de su
existencia, por lo que en muchos casos no hace falta recurrir a la intervención penal. Y,
por otra parte, cuando se dé dicho déficit, también las investigaciones criminológicas
ponen de relieve que en muchos casos las medidas ambulatorias constituyen una
respuesta incluso más efectiva que las privativas de libertad.
A la vista de lo anterior, es lógico que ni la celebración del proceso ni la
imposición de una medida sean consecuencias necesarias de la comisión de un delito
por un menor. El procedimiento sólo será preciso allí donde se vislumbre que el
responsable del hecho delictivo presenta un déficit educativo y que, además, éste no
pueda ser corregido sin una sanción penal. Cuando no haga falta intervención alguna o
el problema se pueda resolver con una reacción alternativa a las auténticas sanciones
penales como acontece con la reparación del daño, se faculta al Ministerio Fiscal para
evitar seguir con un procedimiento, evitando así los efectos estigmatizadores de éste.
En cambio, cuando la comisión del hecho delictivo por parte del menor
demuestre la necesidad de una sanción penal, se pone a disposición del Juez de Menores
un amplio abanico de sanciones en el que las ambulatorias tienen primacía sobre las
privativas de libertad. Este goza de un gran margen para decidir cuáles son las medidas
más adecuadas y fijar su duración.
Junto a las indudables ventajas de este sistema, no se pueden obviar los riesgos
que puede conllevar. La amplia discrecionalidad de que gozan los órganos de la
Administración de Justicia puede conducir a implantar muy diferentes estrategias con
respecto de los menores que están acusados de la comisión de un delito. En efecto,
existe el peligro de que el recurso a las vías desjudicializadoras y las medidas
alternativas a la privación de libertad se realice de forma muy desigual, de tal modo que
menores que ejecutan hechos delictivos similares y que presentan características
familiares, educativas y sociales sean tratados de forma diferente. En este sentido, desde
la judicatura, se ha destacado en relación a la actuación del principio de oportunidad por
parte del Ministerio Fiscal que “el principio de igualdad, que regula el art. 14 CE, no se
producía en la práctica, ya que existía una diferencia acusada de trato a menores en
condiciones similares, según el criterio no explicado de cada Fiscal, puesto que no
estaban obligados a motivar sus decisiones y en consecuencia, los principios de
legalidad y seguridad jurídica se han visto seriamente afectados”3.
A lo anterior habría que añadir que el éxito de vías desjudicializadoras como la
de la reparación del daño y de medidas alternativas a la privación de libertad depende de
que cree una infraestructura adecuada y se disponga de personal capacitado para su
puesta en práctica.
Por todo lo dicho, resulta imprescindible realizar investigaciones, como la que
aquí se efectúa, para conocer de qué forma se aplica la normativa penal de menores y
3
ORNOSA FERNANDEZ, M. R.: Derecho penal de menores. Bosch, Barcelona, 2001, pág. 67. Se trata
de una cuestión que se ha constatado en numerosos estudios empíricos realizados en Alemania. Sobre los
mismos, cfr. GARCIA PEREZ, O.: “Los actuales principios rectores del Derecho penal juvenil: un
análisis crítico”, en Revista de Derecho penal y Criminología, 1999, nº 3, págs. 53 y s.
5
hasta qué punto se están cumpliendo con los objetivos previstos en ellos. Ello permitirá
extraer conclusiones de cara a hacer recomendaciones a los diferentes órganos
implicados en este sector de la Administración de Justicia, a las Administraciones
Públicas y, en su caso, al legislador para que subsane las deficiencias que se puedan
atribuir a la propia regulación.
II. El objeto de estudio
La finalidad esencial de esta investigación consiste en realizar una radiografía de
la aplicación de la normativa relativa a la responsabilidad penal de los menores durante
seis años.
Se trata de analizar, por una parte, los asuntos dirimidos al amparo de la Ley
4/92 en los últimos cinco años de su vigencia. Ello nos permitirá abordar un amplio
abanico de cuestiones. De este modo, podremos conocer el volumen de trabajo a que se
enfrentan los Juzgados de Menores y la duración de los procedimientos. Asimismo
podremos obtener una imagen de la estructura de la delincuencia que les llega y de las
características de los menores que ejecutan los delitos. En este punto es preciso advertir
que el estudio, al centrarse en los casos que llegan a los Juzgados de Menores, sólo
posibilita el estudio de una parte de la delincuencia de menores. Y ello por dos razones.
En primer término, porque no todos los delitos cometidos por estos llegan a
conocimiento de la Administración de Justicia de Menores. Y en segundo lugar, porque
algunas de las vías desjudicializadoras pueden impedir que se inicie el procedimiento.
Por medio del análisis se podrá ver cómo se desarrolla el procedimiento (forma
de inicio, actuación del órgano instructor y del equipo técnico, medidas
desjudicializadoras, incidencia de las medidas cautelares, asuntos que llegan a la fase
intermedia o de alegaciones, nivel y clases de conformidades, volumen de asuntos que
llegan a la fase de audiencia, número y contenido de la resolución, incidencia y
resultado de los recursos interpuestos, etc.
Otro aspecto fundamental es la averiguación de las medidas que se imponen en
los Juzgados de Menores a los sujetos culpables. Con ello se podrá comprobar si todo el
catálogo de sanciones se está utilizando, cuáles son las más frecuentemente aplicadas,
qué proporción representan las privativas de libertad y las ambulatorias, las
características de los sujetos que las sufren, etc.
Por otra parte, esta misma labor se realizará para el primer año de vigencia de la
Ley 5/00. Una vez obtenidos los resultados de ambas leyes, se podrá, a partir de la
radiografía conseguida de la Ley 4/92, tener un punto de referencia para evaluar qué
modificaciones ha traído consigo la aplicación de la nueva regulación, especialmente la
incidencia que ha tenido la elevación de la franja de edades de las que ahora se ocupa la
Administración de Justicia de menores. Habrá que ver si ello ha provocado un cambio
en la estructura de la delincuencia, las características de los menores que llegan a los
Juzgados de Menores, la incidencia de las medidas desjudicializadoras y las sanciones
penales.
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Pero no sólo se cotejarán los resultados de la Ley 4/92 con los de la Ley 5/00
sino que también se compararán las conclusiones conseguidas con las derivadas de otros
estudios realizados en nuestro país y en el extranjero.
Asimismo se procurará determinar la incidencia que en los resultados tiene la
actual disponibilidad de infraestructuras y personal que las Administraciones Públicas
ponen al servicio de la Administración de Justicia de Menores.
Por último, nos ocuparemos de aportar la normativa internacional sobre la
materia, incluyendo textos que, aun sin tener fuerza vinculante, constituyen un
importante instrumento auxiliar de cara a la interpretación tanto de la legislación
nacional como internacional.
III. La metodología
1. Los instrumentos del trabajo
Para conocer la aplicación que de las Leyes 4/92 y 5/00 hace la Administración
de Justicia de Menores se han utilizado dos herramientas. La primera es el expediente.
Aunque inicialmente se propuso utilizar la resolución, sin embargo, se descartó esta
posibilidad, puesto ella representa una fuente de datos mucho más limitada que el
propio expediente. En efecto, en la resolución no figuran muchas cuestiones relevantes.
Así, por ejemplo, en ella no suelen figurar los aspectos relativos a la situación
educativa, familiar y social del menor. Para la constatación de estas circunstancias la
mejor fuente la constituye el informe elaborado por el equipo técnico. Además, el
contenido de la resolución puede venir determinado por la actuación de otros órganos,
esencialmente el Ministerio Fiscal o en su caso el equipo técnico, sin que a veces esto se
refleje claramente en ella. Pero incluso en ocasiones el expediente resulta un
instrumento insuficiente. En ocasiones en él no figura referencia alguna a si el menor
implicado en el procedimiento ha cometido anteriormente algún hecho delictivo. Por
ello cuando este dato no consta en el expediente, es preciso acudir a la ficha personal
que de cada menor se lleva.
En definitiva, para el análisis de los asuntos que han llegado en los últimos cinco
años de vigencia de la Ley 4/92 y en el primero de la Ley 5/00 se han utilizado los
expedientes en ellos abiertos y, en ocasiones, también la ficha personal del menor.
Para el estudio de los recursos interpuestos contra las sentencias dictadas por los
Juzgados de Menores se han utilizado dos bases de dados digitalizadas que nos ha
proporcionado el CENDOJ. El tipo de búsqueda se ha podido efectuar en los textos
digitalizados de las sentencias dictadas en el año 2001 en los órganos colegiados
incluidos en el gestor de bases de datos ALCHEMY. Mediante el programa ALCHEMY
se realizó una cadena de búsqueda eligiendo los siguientes conceptos “menor y minoría
y responsabilidad” de lo que se obtuvo un total de 163 sentencias recurridas de la nueva
ley. Es la cadena que mejores resultados ha arrojado teniendo igualmente un margen de
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error. Respecto al año 2002 siguiendo esta cadena de búsqueda han resultado
seleccionadas 9 sentencias.
De los recursos llegados al Tribunal Supremo se estudiaron las sentencias
dictadas en los años 2001 y 2002 siguiendo la base de datos del programa LOTUS. Este
programa no permite realizar cadena de búsqueda por lo que se tuvo que ver sentencia
por sentencia arrojando el siguiente resultado: 20 sentencias relacionadas con menores
dictadas se han encontrado a lo largo del año 2001 y 4 en los dos primeros meses del
2002.
Finalmente, para otros aspectos del estudio se han empleado informes
elaborados por diversos organismos oficiales, bases de datos de legislación y de
bibliografía. Las de ésta se ha utilizado para la localización de otras investigaciones
sobre las cuestiones tratadas en este trabajo.
2. La muestra
Ante la imposibilidad de estudiar todos los expedientes por el tiempo dado para
la realización del trabajo y siguiendo las leyes estadísticas que establecen que el análisis
de todo el universo da un resultado tan fidedigno como el de una muestra que sea lo
suficientemente representativa de todo el universo que se pretende examinar, se ha
procedido a seleccionar una muestra que goce de la mencionada característica.
De este modo, para el análisis de la aplicación que de las Leyes 4/92 y 5/00 han
hecho los Juzgados de Menores se ha efectuado una muestra estratificada que abarca
aproximadamente el 10% de todos los expedientes abiertos en ellos. Para la selección de
la muestra se han tenido en cuenta diferentes variables. Una parte de ella se ha recogido
en ciudades grandes en las que los Juzgados de Menores se enfrentan a un gran volumen
de expedientes y la otra en ciudades pequeñas donde el número de éstos es bastante
inferior. Esta variable tiene una extraordinaria importancia, puesto que en
investigaciones realizadas sobre el tema se han apuntado indicios de que el tipo de
reacción ante la comisión de hechos delictivos por parte de menores varía según la
mayor o menor sobrecarga de trabajo. Asimismo se ha tenido presente otra variable
como el carácter más o menos urbano al que se extiende la competencia del Juzgado de
Menores, puesto que probablemente tanto el tipo de delito como la relevancia de éstos
pueden variar, lo que indudablemente influiría en la respuesta judicial. También, y en
buena medida vinculado con lo anterior, se ha tenido en cuenta el grado de desarrollo
económico de los diferentes territorios, lo que igualmente puede incidir en la
delincuencia y en la reacción frente a la misma. Por último, la selección de los Juzgados
de Menores se ha llevado a cabo intentado que en ella estén representadas la mayor
parte de las Comunidades Autónomas.
Conforme a las anteriores premisas, la muestra se ha extraído de los Juzgados de
Menores ubicados en las siguientes ciudades: Málaga, Jaén, Granada, Madrid,
Barcelona, Tarragona, Badajoz, Zaragoza, Santander, Albacete, León, Valencia,
Murcia, Bilbao, Pamplona y La Coruña. Téngase presente que en el año 2000 de un
total de 20143 expedientes resueltos en los Juzgados de Menores de estas ciudades se
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resolvieron 11203, lo cual supone un 55,61%. Además, los Juzgados de Menores de las
ciudades seleccionadas tienen una competencia territorial muy representativa de la
población española, pues se abarca territorios costeros y del interior, poblaciones
grandes, medianas y pequeñas, zonas de muy diferente desarrollo económico, zonas
muy urbanas y rurales, etc.
En las ciudades en las que se han creado nuevos Juzgados de Menores para la
aplicación de la Ley 5/00 sólo se han examinado los ya existentes con la anterior
normativa. Y ello porque en la medida en que se trata de realizar un estudio
comparativo de ambas normativas, éste se podría ver distorsionado al incluir las
prácticas de nuevos órganos judiciales.
Inicialmente se pretendía analizar también el Juzgado de Menores de Tenerife,
pues, desde el punto de vista de la representatividad de la muestra, era interesante ver si
la delincuencia en un territorio insular que en los últimos años, además, ha recibido una
gran cantidad de inmigrantes presenta diferencias apreciables con la de la península. Sin
embargo, ello no ha sido posible. El titular de este Juzgado de Menores se negó a ello
alegando unos informes elaborados por el Tribunal Superior de Justicia, la Fiscalía y el
Gabinete Técnico del Consejo General del Poder Judicial en relación a un estudio
similar que trató de efectuar el Gobierno de la Comunidad Canaria. A la vista de ello, se
intentó trasladar el estudio al Juzgado de Menores de Las Palmas. Aunque aquí el titular
no se opuso, inicialmente no se pudo poner en marcha porque se estaba trasladando la
sede del Juzgado de Menores, lo que impedía acceder a los archivos. Posteriormente se
produjo el cese del titular de éste y tuvimos que esperar a que se nombrara al sucesor.
Finalmente y pese a las gestiones realizadas desde el Departamento de Derecho penal de
la Facultad de Derecho de Las Palmas, uno de cuyos miembros iba a encargarse de la
extracción de datos, y del coordinador del estudio, lo cierto es que no se ha podido
acceder a los archivos de este Juzgado. Todo ello, además, ha retrasado
considerablemente el trabajo, pues hasta finales de diciembre de 2002 aún confiábamos
en poder contar con los datos del mencionado Juzgado. A comienzos de enero de 2003
decidimos, tras consultarlo con el CENDOJ, proceder a elaborar la base de datos, sin
perjuicio de incluir posteriormente los datos de Las Palmas si nos era posible contar con
ellos más adelante, lo cual definitivamente no ha acaecido.
De cara a la selección de los expedientes, el punto de partida lo ha constituido el
libro de incoaciones que se lleva en cada Juzgado de Menores y en el que se asigna un
número a cada uno de los que se abren, eligiendo todos los acabados en tres, dándonos
una doble información sobre el número total incoado en cada año. La muestra se
recogió de los años 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001 hasta enero de 2002. El número
total de expedientes examinados se acerca a los 6500, tratándose por separado los
correspondientes a cada una de las Leyes aplicadas, pues sólo así se pueden vislumbrar
los cambios que se han producido con la nueva regulación y su impacto en la
Administración de Justicia.
3. La ficha técnica
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Para la extracción de los datos de los expedientes se procedió a elaborar una
ficha técnica dividida en tres grandes apartados. El primero de ellos, común para los
expedientes de ambas leyes, relativo a los datos generales en el que se hace constar la
Ley aplicada, el número dado al expediente por el Juzgado de Menores, el número del
Juzgado objeto de estudio, la provincia en la que se encuentra este órgano y el número
de menores que aparecen implicados en el expediente.
El segundo apartado se refiere a las variables legales. Dadas las diferencias
existentes entre las dos regulaciones, se elaboraron dos tablas diferenciadas de variables
legales de la ficha técnica: una, para la Ley 4/92, y otra, para la Ley 5/00. En ambas se
sigue el orden lógico del procedimiento que va desde la incoación de éste hasta su
archivo definitivo. Con las correspondientes adaptaciones, en ellas se contempla, en
primer término, el tipo de infracción penal cometida, diferenciando entre delito y falta,
así como la fecha de su comisión. A continuación se contempla la forma de inicio del
procedimiento (denuncia, atestado policial, traslado del Juzgado de instrucción, etc.), la
fecha de incoación, la existencia de exploración del menor por parte del Ministerio
Fiscal y de informe del equipo técnico, la adopción de medidas cautelares, la petición de
archivo por el Ministerio Fiscal y recurso a medidas de desjudicialización, las
propuestas del equipo técnico en materia de sanciones, la fase intermedia o de
alegaciones con el escrito de alegaciones y conformidad, audiencia, fecha de resolución
y contenido de ésta, medida impuesta con especificación de su duración, suspensión de
su ejecución, recurso, archivo definitivo y comprobación de si el menor tenía ya otro
expediente previo en el Juzgado.
El tercer bloque de la ficha técnica, también común para ambas Leyes, se ocupa
de las variables extralegales y en él se diferencian tres partes. La primera se refiere a los
datos generales del menor: se nombra el sujeto lo que permite distinguir a los distintos
implicados en un mismo procedimiento, sexo, fecha y lugar de nacimiento,
nacionalidad, actividad que desarrolla (trabaja, estudia o las dos cosas), nivel de
estudios, asistencia a clase y conducta en ella, estado civil del menor, en su caso,
número de hijos, hábitos que tiene, consumidor de drogas y, en su caso, existencia de
tratamiento de deshabituación.
La segunda parte se centra en los datos familiares del menor: situación familiar,
datos económicos de la familia, personas con las que convive, situación de la madre y
del padre, número de hermanos y puesto que ocupa el menor entre éstos.
Finalmente, se contemplan las variables sociales: tipo de entorno social y de
grupo de iguales del menor, lugar de residencia y provincia.
Con el fin de obtener la mayor cantidad de información posible, se incluye
siempre la variable “no consta” y en muchas ocasiones se introduce la de “otros”,
pidiéndose en la ficha que se especifique su contenido.
Por otro lado, para el análisis de los recursos de apelación ante las Audiencias
Provinciales y de los de casación ante el Tribunal Supremo se elaboraron sendas fichas
técnicas. En ellas a grandes rasgos y con las correspondientes adaptaciones, se alude a
los siguientes aspectos: órgano judicial que dictó la sentencia recurrida y fecha de ésta,
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el número de la sentencia, el tipo de hecho delictivo objeto del procedimiento, la fecha
de la sentencia, número de menores implicados y edad de éstos, intervención de adultos,
motivo del recurso, resultado del mismo, especificando en su caso la sanción impuesta
en caso de que se haya modificado la aplicada en primera instancia, y la Ley aplicada.
4. El procedimiento
Para el estudio de los expedientes en los Juzgados de Menores se procedió a
elaborar una ficha técnica provisional que en gran medida contemplaba ya las variables
a las que antes se hizo referencia. A continuación se llevó a cabo un estudio piloto en el
Juzgado de Menores de Málaga para comprobar la viabilidad de la ficha técnica. Una
vez ejecutado, se perfeccionaron algunos aspectos de ésta y se confeccionó la definitiva.
Simultáneamente se procedió a la selección de equipo de colaboradores que en
cada ciudad se iba a encargar de visitar los Juzgados de Menores para extraer los datos.
De este modo, en cada una se eligieron una o dos personas. En cuanto al perfil de éstas,
todas son profesores de Derecho penal o abogados con gran experiencia en la
jurisdicción de menores.
El siguiente paso consistió en pasar la ficha técnica a papel y, tras hacerse las
fotocopias necesarias, se remitieron a los colaboradores junto con un protocolo en el que
se explicaba detenidamente la forma de recoger los datos. Asimismo se les facilitó un
teléfono de contacto para aclarar las posibles dudas que surgieran durante el proceso de
extracción de los datos. Todo ello iba dirigido a garantizar que la labor se iba a
desarrollar de forma coordinada y uniforme.
Una vez obtenida la autorización de los Juzgado de Menores y acreditados ante
ellos los diferentes colaboradores, se procedió de forma manual a la extracción de los
datos. Para ello se acudió al libro de incoaciones de cada Juzgado de Menores donde se
identificaron todos los expedientes terminados en tres. Una vez identificados, el
siguiente paso consistió en su búsqueda, tarea no siempre fácil debido a la forma en que
cada Juzgado de Menores tiene de archivarlos y, en algún caso, como el de Madrid, por
el lugar en el que se encuentran. En esta ciudad una parte de los expedientes están
almacenados en una nave situada en un pueblo. Por ello en algunas ciudades el trabajo
ha ido más lento de lo previsto.
En cuanto a la forma de extraer los datos, cuando en un expediente aparecían
varios inculpados, se acordó que se rellenara una ficha técnica por cada uno de ellos. Y
esto porque cuando a través de un expediente se siguen actuaciones contra varios
menores, el discurrir del procedimiento puede ser muy diferente para cada uno de los
implicados. En efecto, éste no tiene por qué terminar con una resolución que afecte a
todos ellos, puesto que respecto de alguno se puede haber detenido por estar
tramitándose contra él un expediente individualizado o por haberse sobreseído la contra
incoada sobre él.
Paralelamente a la extracción de los datos y con el fin de poder estudiar los
datos, fue necesario crear una base de datos en la que se pudieran recoger las variables
11
estudiadas y el número de menores de cada expediente. Para ello mediante el sistema de
programación VISUAL BASIC se diseñó una base de datos en la que se contuvieran
todas las variables recogidas en las fichas para poder unificarlas y así poder entrar en su
estudio.
La extracción de datos se llevó a cabo desde finales del mes de marzo de 2002
hasta finales del mes de septiembre de 2002. A medida que se iban recibiendo las fichas
técnicas ya rellenadas, se fueron introduciendo los datos en la base creada. Este proceso
se prolongó hasta comienzos de noviembre de 2002. Una vez descartada la posibilidad
de poder hacer el trabajo de campo en Tenerife y Las Palmas, en un segundo paso se
trasladaron todos los datos al programa informático SPSS con el que se ha hecho el
análisis estadístico. En un primer momento, éste consistió en la realización de un
examen descriptivo de todos los datos aportados por el estudio de campo. En una
segunda etapa se han efectuado análisis bivariables mediante la elaboración de tablas de
contingencia de dos o más entradas.
Asimismo, durante esta fase se han examinado todas dictadas en apelación y en
casación obtenidas con las bases de datos proporcionadas por el CENDOJ. Una vez
recogidas todas en las fichas técnicas, se creó otra base de datos para su posterior
análisis estadístico.
Por último, se ha elaborado una memoria en la que se introducen todos los
análisis efectuados y separados por Leyes para, a continuación, compararlos entre sí y
con los resultados arrojados por otros estudios.
IV. El alcance de la muestra y las fuentes de los datos
recogidos
Conforme a las premisas metodológicas establecidas, el 10% de los expedientes
estudiados de la Ley 4/92 en los Juzgados de Menores seleccionados asciende a 4876,
mientras que los de la Ley 5/00 suponen 1372. En definitiva, la muestra alcanza los
6246 expedientes. Es interesante destacar que en el año 2000 los Juzgados de Menores
seleccionados registraron 11203 expedientes de un total de 20143, lo que representa el
55,61%.
LEY: Número de expedientes
Válidos
492,00
500,00
Total
Frecuencia
4874
1372
6246
Porcentaj
e
78,0
22,0
100,0
Porcentaje
v álido
78,0
22,0
100,0
Porcentaje
acumulado
78,0
100,0
Si nos detenemos ahora en la muestra por años, en el año 1996 se analizaron 735
expedientes, en 1997 789, en 1998 1059, en 1999 1125 y en 2000 1116. Dado que se
han seleccionado sólo un 10% del total de los expedientes, esto significa que, respecto
12
de los Juzgados de Menores elegidos en la muestra, el volumen de expedientes ascendió
a 7350 en 1996, 7890 en 1997, 10590 en 1998, 11250 en 1999 y 11160 en 2000.
En el caso del primer año de funcionamiento de la Ley 5/00, para lo cual hemos
elegido desde el 1 de febrero de 2001 al 31 de enero de 2002, los expedientes
seleccionados ascendieron hasta los 1372. Dado que éstos representan un 10% del total,
la suma total ascendería a 13720. Pero en algunas de las ciudades elegidas para realizar
el estudio se han creado nuevos Juzgados de Menores que no se han incluido en la
muestra, puesto que, al tratarse de una investigación comparativa con los resultados
arrojados por la de la aplicación 4/92, en el caso de éstos se carecía de punto de
referencia. Pues bien, si tenemos presentes los datos proporcionados por el CENDOJ
sobre el volumen de expedientes registrados en estos nuevos órganos (Juzgado de
Menores nº 2 de Málaga con 1511 en el año 2001, Juzgados de Menores nº 4 y 5 de
Barcelona con 2229 y 1013 expedientes respectivamente, Juzgado de Menores nº 3 de
Valencia con 2883, Juzgados de Menores nº 5 y 6 de Madrid con 1363 y 1439
expedientes respectivamente), el total de expedientes registrados en ellos ascendió a
10438. De este modo y aunque los estos últimos datos se refieren al año 2001, mientras
que los de nuestra muestra comprenden de febrero de 2001 a febrero de 2002, el
volumen total rondaría los 24158 expedientes.
13
Número de expedientes anal izados por año
año
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
Total
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
Recuent o
% de año
% de
LEY
LEY
492,00
500,00
735
100,0%
Total
735
100,0%
15,1%
11,8%
789
100,0%
789
100,0%
16,2%
12,6%
1059
100,0%
1059
100,0%
21,7%
17,0%
1125
100,0%
1125
100,0%
23,1%
18,0%
1116
98,2%
21
1,8%
1137
100,0%
22,9%
1,5%
18,2%
46
3,4%
1292
96,6%
1338
100,0%
,9%
94,2%
21,4%
2
3,3%
59
96,7%
61
100,0%
,0%
4,3%
1,0%
4872
78,0%
1372
22,0%
6244
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
De la comparación de los datos del año 2000 con los del 2001 se infiere que con
la nueva regulación el volumen de asuntos de los que se tienen que ocupar los Juzgados
de Menores se ha incrementado notablemente. Si tenemos presente que la muestra
elegida abarca aproximadamente el 55,61% del total de asuntos registrados en toda
España como se desprende de la estadísticas judiciales aportadas por el INE para el año
2000, estaríamos hablando de aproximadamente unos 43441 expedientes por año4 en
4
El volumen total de asuntos se aproxima mucho a la hipótesis mínima que se había formulado en la
memoria que se presentó de cara al concurso convocado por el Consejo General del Poder Judicial sobre
la base de los datos de que en ese momento se disponían. En efecto, partíamos de que el número de
asuntos podía rondar como mínimo los 45.000, circunstancia por la que, además, sólo nos
comprometíamos a analizar una muestra debido a la imposibilidad de analizar todos los asuntos en el
periodo indicado en las bases del concurso.
14
todo el territorio nacional tras la entrada en vigor de la Ley 5/00. Si lo cotejamos con los
registrados en el año 2000, 20143, el volumen de asuntos ha aumentado en un 215,66%.
En la investigación llevada a cabo en Castilla-La Mancha se había pronosticado
que con la entrada en vigor de la nueva regulación la justicia de menores se tendría que
ocupar de aproximadamente un 203,08% más de menores. Ello supone que el número
de asuntos sería algo inferior al calculado en nuestra investigación.
Por lo que se refiere al número de menores implicados en los expedientes, en la
Ley 4/92 son 5547 y en la 5/00 1380, ascendiendo el total a 6927. Como se puede ver,
el volumen de sujetos es superior al de expedientes, lo cual es lógico, puesto que en
ocasiones son varios los menores intervinientes en un mismo hecho delictivo.
LEY: Número de menores
Válidos
492,00
500,00
Total
Frecuencia
5547
1380
6927
Porcentaj
e
80,1
19,9
100,0
Porcentaje
v álido
80,1
19,9
100,0
Porcentaje
acumulado
80,1
100,0
Dado que los expedientes no siempre tienen que concluir con una resolución,
entre otras razones, por el amplio reconocimiento del principio de oportunidad en el
Derecho penal de menores, los datos de la muestra tienen diferentes fuentes. La más
importante, sin duda, ha sido el escrito de incoación del expediente del Ministerio
Fiscal. En un 55,4% del total de fichas recogidas los datos se extrajeron de dicho
escrito. No obstante, es preciso destacar que el porcentaje varía cuando se contemplan
por separado las relativas a la Ley 4/92 y la 5/00. En la primera se utiliza en un 54,4%,
mientras que en la segunda se usa en un 59,8%. Esta diferencia puede deberse a varias
razones. Una de ellas es que la muestra de la 5/00 abarca hasta febrero de 2002 y los
datos se recogieron esencialmente entre los meses de abril y junio, por lo que no pocos
expedientes estaban todavía inconclusos. Ello explica que respecto de la nueva
regulación se utilicen más fuentes previas a la resolución, especialmente los escritos de
alegaciones e incoación. A este último se recurre en un 4,1% en la Ley 4/92 y en un
12% en la 5/00.
A la vista de lo anterior no es de extrañar que en las fichas elaboradas sobre la
aplicación de la actual regulación se acuda en menor medida a la resolución. Esta se
utiliza en un 24,1% de ellas, incrementándose este porcentaje notablemente en la Ley
4/92, en la que alcanza hasta el 34,9%.
V. La estructura de la delincuencia de menores que
llega a conocimiento de los Juzgados de Menores
15
1. Introducción
En este apartado nos vamos a ocupar de las características de la delincuencia de
menores que ha llegado a conocimiento de los Juzgados de Menores en los últimos seis
años. El análisis se va a dividir en tres apartados: en el primero abordaremos las
peculiaridades de los delitos cometidos en los últimos cinco años de vigencia de la Ley
4/92; en el segundo las singularidades de la criminalidad en el primer año de aplicación
de la Ley 5/00; en tercero, se efectuará un estudio comparativo de los dos primeros
apartados. En éste se pretende determinar si la modificación de la franja de edad a la
que atiende la actual regulación, cuya principal novedad radica en haber elevado la edad
de los menores que son objeto del sistema (de una banda de 12 a 16 años hemos pasado
a una de 14 a 18), se ha traducido en una variación de la estructura de los delitos propios
del Derecho penal de menores. En el último, se cotejarán los datos relativos a la
delincuencia de menores con la de los adultos.
2. La situación en los últimos cinco años de vigencia de la Ley
4/92
Desde un punto de vista general, los menores de 12 a 16 años cometen
esencialmente delitos contra el patrimonio. Éstos representan casi un 60% del total
(59,6%). En un segundo lugar, encontramos las lesiones que ascienden a un 21,7%. En
tercer lugar, se situarían las amenazas con un 6,1 %. El resto de hechos tiene una escasa
relevancia. Así, por ejemplo, los atentados a la libertad sexual constituyen el 1,5% y las
injurias el 1%. En cuanto a la gravedad de las infracciones cometidas por los menores,
el 63,33% son delitos y el resto faltas, es decir, el 36,67%.
16
492,00
Delitos
no consta
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito f alta
desobediencia
Otros delitos
Otras f alt as
Total de grupo
_N_
39
607
407
242
126
117
110
376
283
225
54
407
521
129
133
43
64
40
% f ila
,9%
14,2%
9,5%
5,7%
2,9%
2,7%
2,6%
8,8%
6,6%
5,3%
1,3%
9,5%
12,2%
3,0%
3,1%
1,0%
1,5%
,9%
25
,6%
216
115
4279
5,0%
2,7%
100,0%
El estudio realizado en la comunidad de Castilla-La Mancha5 arroja los
siguientes resultados: los delitos patrimoniales alcanzan el 51,73%, las lesiones el
23,87% y los delitos contra la libertad el 3,86%.
En comparación con nuestra investigación se observan en este nivel general
algunas diferencias, pues el estudio de la comunidad de Castilla-La Mancha arroja un
menor porcentaje de delitos patrimoniales (51,73% frente a un 59,6%), mientras que se
incrementan ligeramente las lesiones que pasan del 21,7% de nuestro trabajo a un
23,87% y descienden considerablemente los delitos contra la libertad, puesto que a nivel
general las amenazas representan por sí solas el 6,1% en tanto que aquí todos los delitos
contra la libertad únicamente llegan al 3,86%.
Si nos fijamos en la delincuencia patrimonial, ésta se concentra en cinco hechos:
hurto (14,5%), robo con fuerza en las cosas (14,2%), daños (11,9%), robo con violencia
o intimidación (9,5%) y el hurto y robo de uso de vehículo a motor y ciclomotor (8,2%).
En el caso del hurto las faltas ascienden a un 8,8%, mientras que los delitos suponen un
5
Rechea Alberola/Fernández Molina: Impacto de la nueva Ley penal juvenil (5/2000) en Castilla-La
Mancha.
17
5,7%. Respecto de los daños, las faltas constituyen un 5,3% y los delitos un 6,6%. En
materia de hurto y robo de uso, las faltas alcanzan el 2,6%.
En el caso del estudio efectuado en Castilla-La Mancha también la delincuencia
patrimonial se concentra en estos cinco hechos: hurto (13,39%), robo con fuerza en las
cosas (19,40%), los daños (15,37%), robo con violencia o intimidación (2,23%), y el
hurto y robo de uso de vehículo a motor y ciclomotor (4,29%). En los hurtos los delitos
suponen el 6,57% y las faltas el 6,82%, mientras que en los daños los delitos alcanzan al
11,30% y las faltas al 4,07%.
Si comparamos estos datos con los de nuestra investigación, indudablemente la
nota más destacada es la escasa relevancia que en la comunidad de Castilla-La Mancha
tiene la delincuencia patrimonial más grave que es el robo con violencia o intimidación.
En efecto, en este territorio sólo supone un 2,23% del total de la delincuencia cuando a
nivel nacional el porcentaje crece considerablemente hasta llegar al 9,5%.
En el ámbito de los delitos contra las personas, las lesiones constitutivas de
delito suponen un 9,5%, en tanto que las de falta llegan hasta el 12,2%. En el supuesto
de las amenazas las faltas son el 3,1% y los delitos el 3%.
En la investigación efectuada en Castilla-La Mancha los delitos de lesiones
suponen el 2,66%, mientras que las faltas ascienden al 21,21%. Si se comparan estos
datos con los obtenidos en la nuestra, se observa que la delincuencia contra las personas
en esta comunidad autónoma es mucho más leve, pues la inmensa mayoría de los
atentados son constitutivos de falta.
En relación a otros hechos delictivos, hay que destacar que los delitos contra la
salud pública, seguridad del tráfico y la vida tiene una ínfima relevancia, destacando los
primeros con un 0,9%.
3. La situación en el primer año de vigencia de la Ley 5/00
Desde una perspectiva general, cabe destacar que los menores de 14 a 18 años
han ejecutado fundamentalmente delitos contra el patrimonio. Éstos suponen un 63,6%
del total. A continuación le siguen en importancia las lesiones con un 18,5% y las
amenazas con un 3,7%. Los restantes hechos apenas alcanzan porcentajes significativos.
Así, los atentados a la libertad sexual representan un 1,9% y los delitos contra la salud
pública un 1,3%.
18
500,00
Delitos
no consta
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito f alta
desobediencia
Otros delitos
Otras f alt as
Total de grupo
_N_
13
217
198
53
81
31
20
74
45
34
15
104
120
15
30
7
23
16
% f ila
1,1%
18,0%
16,4%
4,4%
6,7%
2,6%
1,7%
6,1%
3,7%
2,8%
1,2%
8,6%
9,9%
1,2%
2,5%
,6%
1,9%
1,3%
7
,6%
84
20
1207
7,0%
1,7%
100,0%
Si pasamos ahora a analizar la estructura de los delitos patrimoniales cometidos
por los menores, vemos cómo los robos con fuerza en las cosas alcanzan un 18%, los
robos con violencia o intimidación un 16,4%, los hurtos y robos de uso de vehículo a
motor o ciclomotor un 11%, los hurtos un 10,5% y los daños un 6,5%. Si observamos la
distribución entre delitos y faltas, los primeros suponen un 6,1% en el hurto, un 2,8% en
los daños y un 1,7% en el hurto y robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor.
En los delitos contra las personas, mientras los delitos de lesiones llegan hasta el
8,6%, las faltas suponen un 9,9%. En el supuesto de las amenazas, un 1,2% son delitos
y un 2,5% son faltas.
4. Análisis comparativo de la estructura de la delincuencia en
las Leyes 4/92 y 5/00
Si comparamos los resultados obtenidos en el estudio de la delincuencia de
ambas leyes, observamos que los delitos contra el patrimonio, los de lesiones y
amenazas representan un 87,4% del total en la Ley 4/92 y un 85,8% en la Ley 5/00, es
decir, que la tipología de hechos se mantiene. Sin embargo, dentro de la misma se
advierten ciertas modificaciones. Así, con la Ley 5/00 descienden tanto los delitos de
lesiones como de amenazas (los primeros bajan del 21,7% al 18,5% y los segundos de
un 6,1% a un 3,7%).
19
En cambio, el fenómeno se da a la inversa en el caso de los delitos
patrimoniales, pues éstos en la Ley 5/00 crecen (pasan de un 59, 6% a un 63,6). Pero no
sólo se incrementan sino que, además, dentro de ellos se puede ver cómo varían los
porcentajes respecto de los de la Ley 4/92. En efecto, se observa un incremento
significativo de los robos con fuerza en las cosas que pasan de un 14,2% a un 18% y de
los robos con violencia o intimidación que pasan de un 9,5% a un 16,4 %. Por el
contrario, disminuyen los hurtos del 14,5% a un 10,5% y los daños del 11,9% al 6,5%.
En el caso de los hurtos y robos de uso se produce también una subida del 8,2% al 11%,
advirtiéndose asimismo un aumento del peso de los delitos de robo de uso (6,7%)
respecto de los delitos de hurto (2,6%) y las falta de hurto o robo (1,7%).
492,00
Delitos
no consta
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito f alta
desobediencia
Otros delitos
Otras f alt as
_N_
Total de grupo
500,00
39
607
407
242
126
117
110
376
283
225
54
407
521
129
133
43
64
40
% f ila
,9%
14,2%
9,5%
5,7%
2,9%
2,7%
2,6%
8,8%
6,6%
5,3%
1,3%
9,5%
12,2%
3,0%
3,1%
1,0%
1,5%
,9%
25
216
115
4279
_N_
13
217
198
53
81
31
20
74
45
34
15
104
120
15
30
7
23
16
% f ila
1,1%
18,0%
16,4%
4,4%
6,7%
2,6%
1,7%
6,1%
3,7%
2,8%
1,2%
8,6%
9,9%
1,2%
2,5%
,6%
1,9%
1,3%
,6%
7
,6%
5,0%
2,7%
100,0%
84
20
1207
7,0%
1,7%
100,0%
Dado que estamos comparando los datos medios de los últimos cinco años de
aplicación de la Ley 4/92 con los correspondientes al primer año de vigencia de la Ley
5/00, la modificación en la estructura de los delitos que cometen los menores puede
deberse a varias razones. La primera podría radicar en la circunstancia de que la
criminalidad de los menores es cada vez más grave, de tal manera que la estadística del
año 2002 viene a expresar una tendencia al alza que se puede observar en el periodo
1996-2000 si se desglosan los datos por año. Sin embargo, cuando se contempla los
índices de delitos por año, se constata que esto no es así. En efecto, si en el año 1996 los
delitos de robo con fuerza en las cosas alcanzan el 18% y en 1997 el 17%, en los años
posteriores bajan hasta el 14% (1998), el 12% (1999) y el 13% (2000), mientras que,
20
como hemos visto, en el año 2001 suponen el 17%. Lo mismo acontece con los robos
con violencia o intimidación. Si en el año 2000 éstos representan el 10%, en el año 2001
ascienden hasta un 16%. Por tanto, no parece que la variación en la configuración de la
delincuencia de menores se pueda atribuir a un cambio en las pautas de comportamiento
de éstos en los últimos años. Más plausible es considerar que ha sido la elevación de la
franja de edades en la actual regulación la que determina que los Juzgados de Menores
se ocupen de una delincuencia patrimonial más grave.
21
1996
Delitos
no consta
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito f alta
desobediencia
Otros delitos
Otras f alt as
_N_
7
116
55
43
14
18
12
65
41
32
8
61
80
18
15
3
11
14
%
f ila
1,1%
18%
8,3%
6,5%
2,1%
2,7%
1,8%
9,8%
6,2%
4,8%
1,2%
9,2%
12%
2,7%
2,3%
,5%
1,7%
2,1%
7
27
15
1997
_N_
4
113
53
36
15
16
11
58
41
32
12
70
90
27
22
7
11
10
%
f ila
,6%
17%
7,7%
5,3%
2,2%
2,3%
1,6%
8,5%
6,0%
4,7%
1,8%
10%
13%
3,9%
3,2%
1,0%
1,6%
1,5%
1,1%
12
4,1%
2,3%
26
18
año
1999
1998
_N_
10
132
90
51
36
25
26
79
62
48
8
81
109
30
24
9
18
6
%
f ila
1,1%
14%
9,8%
5,5%
3,9%
2,7%
2,8%
8,6%
6,7%
5,2%
,9%
8,8%
12%
3,3%
2,6%
1,0%
2,0%
,7%
1,8%
2
3,8%
2,6%
52
25
2000
_N_
8
123
98
55
36
28
27
89
76
55
13
98
126
21
33
6
10
6
%
f ila
,8%
12%
9,8%
5,5%
3,6%
2,8%
2,7%
8,9%
7,6%
5,5%
1,3%
9,8%
13%
2,1%
3,3%
,6%
1,0%
,6%
,2%
2
5,6%
2,7%
59
27
22
2001
_N_
11
124
103
57
25
29
31
84
61
54
12
98
114
32
39
18
14
4
%
f ila
1,1%
13%
10%
5,7%
2,5%
2,9%
3,1%
8,5%
6,1%
5,4%
1,2%
9,9%
11%
3,2%
3,9%
1,8%
1,4%
,4%
_N_
12
200
192
49
80
31
21
72
45
36
15
95
118
16
30
7
23
15
%
f ila
1,0%
17%
16%
4,2%
6,8%
2,7%
1,8%
6,2%
3,9%
3,1%
1,3%
8,1%
10%
1,4%
2,6%
,6%
2,0%
1,3%
,2%
2
,2%
7
,6%
5,9%
2,7%
52
28
5,2%
2,8%
82
22
7,0%
1,9%
2002
_N_
%
f ila
16
14
4
1
1
2
3
2
2
27%
23%
6,7%
1,7%
1,7%
3,3%
5,0%
3,3%
3,3%
8
4
13%
6,7%
1
1,7%
2
3,3%
No obstante, la anterior afirmación tampoco resulta del todo concluyente si
tenemos presente que la fuente es el libro de registros de cada Juzgado de Menores y
que no todos los hechos delictivos de los que tienen conocimiento los órganos de la
Administración de Justicia tienen por qué aparecer en él. En efecto, al organismo
encargado de la instrucción, el Ministerio Fiscal, se le reconoce ampliamente en la Ley
5/00 el principio de oportunidad y cuando éste se ejerce a través del art. 18, no parece
que el caso llegue a conocimiento del Juzgado de Menores, pues se desiste de incoar el
expediente a diferencia de lo que acontece con la vía prevista en el art. 19. Pues bien, si
tenemos presente que el Ministerio Fiscal, en virtud del art. 18, puede desistir de la
incoación del expediente por delitos menos graves cometidos sin violencia o
intimidación o por faltas, lo que se sustrae al Juzgado de Menores son los hechos de
menor gravedad, lo que hace que los índices de los delitos más graves se incremente en
detrimento de los menos graves, es decir, si tuviéramos en cuenta éstos, es posible que
los porcentajes no cambiaran o al menos no lo hicieran en forma tan significativa6.
Ciertamente a esto se le podría objetar que el principio de oportunidad también se
empleaba en la Ley 4/92 al amparo de la referencia a “en su caso” que se contenía en el
art. 15.1.1ª. No obstante, no parece que este precepto tuviera la significación que en la
actualidad tiene el art. 18.
5. Estudio comparativo de la delincuencia de menores y
adultos
Si comparamos únicamente los delitos enjuiciados por los Juzgados de Menores
al amparo de la Ley 4/92 y por las Audiencias Provinciales y los Juzgados de lo Penal
en virtud de la legislación de adultos en el año 20007, dejando de lado las faltas, lo
primero que llama la atención es el enorme peso que en el caso de éstos tienen los
delitos contra la seguridad del tráfico que representan el 26,83%8 frente al 0,40%9 en el
caso de la Ley 4/92. La casi nula relevancia de los delitos contra la seguridad del tráfico
en la franja de edades de la que se ocupa la normativa penal de menores se explica
porque los menores de 12 a 16 no están autorizados a conducir vehículos a motor. Por
ello resulta preferible excluir de la comparación estas infracciones.
Descontados los delitos contra la seguridad del tráfico, la mayor parte de la
delincuencia de adultos se concentra en los ataques al patrimonio que representan el
53,66% del total. A continuación se situarían los delitos contra la salud pública con el
6
Como destacan Rechea/Barberet/Montañés/Arroyo: La delincuencia juvenil en España. Universidad de
Castilla-La Mancha/Ministerio de Justicia e Interior, 1995, pág. 8, en las estadísticas oficiales los delitos
más graves aparecen sobredimensionados. Aparte de lo ya dicho en texto, también “existe una cierta
tendencia a no denunciar delitos menores”.
7
Los datos referentes a los delitos cometidos por los adultos se han extraído de las estadísticas judiciales
del año 2000 elaboradas por el INE.
8
Cfr. las estadísticas judiciales del año 2000 elaboradas por el INE. En ellas se constata que durante este
año las Audiencias Provinciales y los Juzgados de lo penal se ocuparon de un total de 98500 delitos de los
cuales 26437 fueron contra la seguridad del tráfico.
9
Téngase presente que ahora el porcentaje se calcula no sobre el total de infracciones penales (delitos y
faltas) cometidas por los menores sino únicamente sobre el total de los delitos.
23
10,09%, los de lesiones con el 6,19%, contra el orden público con el 4,57%, contra la
administración de justicia con el 3,74%, contra las relaciones familiares con el 2,73%.
Mucha menor trascendencia tienen los delitos contra la libertad sexual que suponen un
1,37% o contra la vida humana independiente que sólo alcanzan un 0,57%.
En el caso de los menores también la delincuencia patrimonial se sitúa a la
cabeza con un 66,52%. Luego destacan por orden de importancia las lesiones con un
14,90%, las amenazas con un 4,72%, los atentados a la libertad sexual con un 2,30%,
los delitos contra el orden público con un 2,08%. Los delitos contra la salud pública
sólo ascienden al 1,46% y contra la vida al 0,14%.
VI. Las características de los menores delincuentes
1. Introducción
Una vez que hemos visto la estructura general de la delincuencia cometida por
los menores, en este apartado nos vamos a ocupar de la relevancia que las variables
personales y sociales de los menores tienen en la comisión de los hechos delictivos. En
concreto, veremos la incidencia de la edad, nacionalidad, sexo, educación, factores
socioeconómicos, etc.
2. El sexo
La mayoría de los menores que cometen delitos son varones. De total de la
muestra analizada (6800 menores), 5751, es decir, el 84,6% son varones, mientras que
1049, o sea, el 15,5% son mujeres. En efecto, como demuestran las investigaciones
criminológicas, las mujeres realizan menos delitos que los varones.
Si contemplamos la muestra distribuida en función de la Ley aplicable, en el
caso de los últimos cinco años de la Ley 4/92, sobre un total de 5439 menores, 4520, es
decir, el 83,1% eran varones, mientras que 919, es decir, el 16,9%, eran mujeres. En el
caso de la Ley 5/00, la situación se modifica. De un total de 1361 menores, 1231, es
decir, el 90,4%, eran varones y 130, o sea, el 9,6%, eran mujeres.
24
El sexo de l os menores sometidos a los Juzgados de
Menores
SEXO
v arón
mujer
Total
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
LEY
492,00
500,00
4520
1231
Total
5751
83,1%
90,4%
84,6%
919
130
1049
16,9%
9,6%
15,4%
5439
1361
6800
100,0%
100,0%
100,0%
Al menos a primera vista, la elevación de la franja de edades a la que es objeto
de aplicación la actual regulación trae consigo una disminución en el número de
menores de sexo femenino que realizan hechos delictivos. Ciertamente esta conclusión
habría que cotejarla con el sexo de los menores respecto de los cuales se desiste de
incoar el expediente en virtud del art. 18, pues esta modificación podría, al menos, en
parte ser debida a que se ejerce con más frecuencia el principio de oportunidad en el
caso de que el menor sea de sexo femenino. De todas formas, la conclusión viene a
coincidir con las investigaciones criminológicas que ponen de relieve que las mujeres
dejan de cometer delitos a edades más tempranas que los hombres.
Si nos fijamos ahora en la estructura de la delincuencia en función de esta
variable, cabe observar que existen algunas diferencias. Así en la Ley 4/92, de un total
de 4520 varones, el 72,5% cometió delitos patrimoniales, el 19,1% lesiones y el 5,8%
amenazas. En cambio, en las mujeres, de un total de 919, el 48% realizó algún delito
patrimonial, el 42,4% lesiones y el 12,7% amenazas. En la franja de 12 a 16 años se
puede ver que mientras los varones ejecutan más delitos contra el patrimonio, las
mujeres efectúan más delitos contra bienes personales, de tal manera que el 55,1% de
ellas ha llevado a cabo algún delito o falta de lesiones o amenazas.
Un panorama distinto nos ofrece la Ley 5/00. En esta, de un total de 1231
varones, el 73,9% efectuó delitos contra el patrimonio, el 20% lesiones y el 3,5%
amenazas. En el caso de las mujeres, de un total de 130, el 66,8% realizó delitos contra
el patrimonio, el 27,7% lesiones y el 12,3% amenazas. A la vista de estos datos, llama la
atención que la elevación de la franja de edad (14-18 años) ha traído consigo una
modificación en cuanto a la estructura de la delincuencia femenina, pues el porcentaje
de chicas que cometen delitos patrimoniales pasa del 48% al 66,8% y el de las que
ejecutan lesiones pasa del 42,4% al 27,7%.
En un análisis comparativo de la delincuencia patrimonial cometida por varones
y mujeres también cabe apuntar algunas importantes diferencias. En la Ley 4/92, de un
total de 4520 varones, el 18,6% cometió robo con fuerza en las cosas, el 11,8% robo
con violencia o intimidación, el 15,1% hurto (el 6,1% delito y el 9% falta), el 9,6%
delito o falta de hurto o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor, el 18,1% daños
25
(11,1% delito y el 7% falta). En el caso de las mujeres, de un total de 919, el 7,3%
ejecutó delito de robo con fuerza en las cosas, el 10% robo con violencia o intimidación,
el 2,1% delito o falta de hurto o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor, el 17,3%
hurto (5,7% delito y 11,6% falta) y el 10,5 daños (7,3% delito y 3,2 falta).
De lo anterior se desprende que si los varones cometen muchos más robos con
fuerza en las cosas que con violencia o intimidación (18,6% frente a 11,8%), en el caso
de las mujeres la tendencia se invierte, cometiendo más delitos de robo con violencia o
intimidación que con fuerza en las cosas (10% frente a un 7,3%). Asimismo se observa
que los hurtos o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor se cometen
esencialmente por varones (9,6%), teniendo una escasa incidencia en las mujeres
(2,1%). Respecto a los daños y hurtos, los varones cometen más de los primeros que las
mujeres (18,1% frente a 10,5%) y la tendencia se invierte en los segundos (15,1% frente
a 17,3%).
Si ahora centramos la comparación en la Ley 5/00, lo primero que llama la
atención es que en ella si bien las diferencias se mantienen, no obstante, estás se
atenúan. Así, si el 73,9% del total de menores varones comete delitos patrimoniales, en
el caso de las mujeres el porcentaje es de un 66,8%. Respecto de la Ley 4/92, se observa
un incremento en el porcentaje de menores que cometen estos delitos, si bien el
aumento es muy reducido en el caso de los varones (de un 72,5% se pasa a un 73,9%) y
muy pronunciado en el de las mujeres (de un 48,5% pasamos a un 66,8%). Se mantiene
en las mujeres el predominio de los delitos de robo con violencia o intimidación sobre
los de robo con fuerza en las cosas (22,3% por un 9,2%). Asimismo el número de
mujeres que realizan delitos o faltas de lesiones se reduce considerablemente en relación
a la Ley 4/92, pues el porcentaje baja de un 42,4% a un 27,7%, predominando las faltas
con un 20,8%. En el supuesto de las amenazas, mientras en los varones el porcentaje de
éstos baja del 5,8% al 3,5%, en las mujeres se mantiene, pues del 12,7% se pasa a un
12,3%.
26
Delitos
agrupados
Total
-999,00
no consta
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito f alta
desobediencia
Otros delitos
Otras f alt as
v arón
_N_
% col
39981
884,5
36
,8
842
18,6
535
11,8
277
6,1
145
3,2
153
3,4
135
3,0
408
9,0
501
11,1
318
7,0
57
1,3
390
8,6
476
10,5
144
3,2
117
2,6
38
,8
95
2,1
37
,8
492,00
mujer
_N_
% col
8080
879,2
6
,7
67
7,3
92
10,0
52
5,7
9
1,0
3
,3
7
,8
107
11,6
67
7,3
29
3,2
12
1,3
169
18,4
221
24,0
61
6,6
56
6,1
31
3,4
3
,3
8
,9
Total
_N_
% col
48061
883,6
42
,8
909
16,7
627
11,5
329
6,0
154
2,8
156
2,9
142
2,6
515
9,5
568
10,4
347
6,4
69
1,3
559
10,3
697
12,8
205
3,8
173
3,2
69
1,3
98
1,8
45
,8
v arón
_N_
% col
10889
884,6
17
1,4
266
21,6
230
18,7
53
4,3
101
8,2
38
3,1
25
2,0
72
5,8
65
5,3
42
3,4
19
1,5
121
9,8
126
10,2
15
1,2
28
2,3
7
,6
24
1,9
16
1,3
500,00
mujer
_N_
% col
1145
880,8
2
1,5
12
9,2
29
22,3
18
13,8
3
2,3
18
3
4
13,8
2,3
3,1
9
27
3
13
1
2
6,9
20,8
2,3
10,0
,8
1,5
Total
_N_
% col
12034
884,2
19
1,4
278
20,4
259
19,0
71
5,2
104
7,6
38
2,8
25
1,8
90
6,6
68
5,0
46
3,4
19
1,4
130
9,6
153
11,2
18
1,3
41
3,0
8
,6
26
1,9
16
1,2
23
,5
3
,3
26
,5
6
,5
1
,8
7
,5
238
125
4520
5,3
2,8
100,0
54
21
919
5,9
2,3
100,0
292
146
5439
5,4
2,7
100,0
93
23
1231
7,6
1,9
100,0
6
4
130
4,6
3,1
100,0
99
27
1361
7,3
2,0
100,0
27
3. Nacionalidad
En cuanto a la variable de nacionalidad, los menores de nacionalidad española
representan el 92,1% (5966). Entre los extranjeros el grupo más numeroso es el de
procedencia africana, destacando el colectivo de marroquíes con un 3,3% (214) y el de
argelinos con un 0,5% (33). Los restantes grupos son muy poco significativos. Los
europeos representan un 1,4% (88), destacando dentro de ellos los de procedencia
francesa con un 0,4%. Le siguen en importancia los menores americanos, prácticamente
todos de origen latinoamericano, con un 0,8% (51) y por último los asiáticos con un
0,3% (19).
Nacional idad
Válidos
Perdidos
Total
No consta
España
Resto Af rica
Marruecos
América
Asía
Resto Europa
Oceanía
Francia
Argelia
Total
Sistema
Frecuencia
93
5966
13
214
51
19
65
1
23
33
6478
449
6927
Porcent aje
1,3
86,1
,2
3,1
,7
,3
,9
,0
,3
,5
93,5
6,5
100,0
Porcent aje
v álido
1,4
92,1
,2
3,3
,8
,3
1,0
,0
,4
,5
100,0
Porcent aje
acumulado
1,4
93,5
93,7
97,0
97,8
98,1
99,1
99,1
99,5
100,0
Desde el punto de vista del sexo, las mujeres representan el 8,60% del total de
menores extranjeros, es decir, el porcentaje es más reducido que en el caso de los
menores españoles (15,5%). Si observamos la muestra por continentes, se puede
contemplar un panorama muy diverso. Así, las menores africanas sólo suponen un 5,6%
(14) del total de menores de este continente (250). En cambio, las americanas y las
europeas muestran unos índices similares a los de las españolas (13,72% para las
primeras y 15,1% para las segundas).
En cuanto al reparto de los menores delincuentes por ciudades, en términos
relativos es Málaga el lugar dónde más extranjeros cometen delitos. Suman 25 de un
total de 180, lo que representa un 13,88. En cuanto a su origen, la mayoría, 18, son de
procedencia europea, destacando 12 franceses. Probablemente esto tiene que ver con el
hecho de ser una ciudad con un gran volumen de turismo.
Después de Málaga aparece Barcelona. En ésta los menores extranjeros que
llevan a cabo delitos suman 141, lo que supone un 10,66 del total de los encausados.
Aquí la inmensa mayoría son de origen marroquí (101). A gran distancia aparecen los
de origen americano (14) y asiático (9).
28
En tercer lugar figura Madrid que es la que en términos absolutos presenta el
mayor número de extranjeros con 165, lo que representa un 9,95% del total. De ellos 72
son de nacionalidad marroquí, 34 son europeos, 22 americanos, 21 argelinos y 10
asiáticos.
En las demás ciudades el porcentaje de extranjeros desciende
considerablemente. A destacar Tarragona con un 5,52%, Granada con el 5,33% y Bilbao
con el 4,62. Por debajo sobresale Santander en la que en el periodo analizado no figura
ningún menor extranjero y le siguen Navarra y León con porcentajes del 0,74% y 0,81%
respectivamente. En Valencia los no nacionales sólo alcanzan el 1,45% y en Zaragoza el
3%.
En definitiva, la delincuencia de menores extranjeros es muy desigual,
concentrándose esencialmente en Madrid, Barcelona y Málaga.
29
Total de
grupo
Nacionalidad
ciudad
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
Jaen
León
Rioja
Madrid
Málaga
Murcia
Nav arra
Santander
Tarragona
Valencia
Zaragoza
No consta
%
N
f ila
11
12%
18
19%
2 2,2%
1 1,1%
2
2
1
2,2%
2,2%
1,1%
36
6
5
6
39%
6,5%
5,4%
6,5%
1
2
1,1%
2,2%
España
%
N
f ila
206 3,5%
130 2,2%
1179
20%
308 5,2%
274 4,6%
211 3,5%
122 2,0%
121 2,0%
106 1,8%
1456
24%
149 2,5%
190 3,2%
128 2,1%
84 1,4%
375 6,3%
539 9,0%
388 6,5%
Resto
Af rica
%
N
f ila
1
3
7,7%
23%
1
7,7%
6
2
46%
15%
6
2
2,8%
,9%
2
3,9%
Resto
Europa
%
N
f ila
2 3,1%
1 1,5%
8
12%
2 3,1%
3 4,6%
2 3,1%
1
72
4
2
,5%
34%
1,9%
,9%
1
22
1
2,0%
43%
2,0%
1
1
29
6
1,5%
1,5%
45%
9,2%
1
1,5%
7
11%
2
3,1%
Marruecos
%
N
f ila
1
,5%
1
,5%
101
47%
5 2,3%
11
3
5
5,1%
1,4%
2,3%
América
%
N
f ila
14
5
27%
9,8%
2
3
1
3,9%
5,9%
2,0%
30
Asia
%
N
f ila
9
10
47%
53%
Oceanía
N
% f ila
Francia
%
N
f ila
2
1
100%
8,7%
Argelia
%
N
f ila
6
18%
1
2
3,0%
6,1%
5
12
22%
52%
21
2
64%
6,1%
2
2
8,7%
8,7%
1
3,0%
N
220
150
1322
324
277
225
128
123
109
1657
180
197
135
84
398
549
400
%
f ila
3,4%
2,3%
20%
5,0%
4,3%
3,5%
2,0%
1,9%
1,7%
26%
2,8%
3,0%
2,1%
1,3%
6,1%
8,5%
6,2%
4. Edad
Si nos fijamos en la distribución de los menores por edades en la Ley 4/92, se
puede ver cómo la inmensa mayoría de los que se ocupan los Juzgados de Menores se
sitúan en la franja de los 14 a 16 años, representando un 70,7% del total. De ellos el
31,9% corresponde a los de 14 años y el 38,8% a los de 15. Los de 13 años suponen el
19,6% y los de 12 un 9,7%.
En la Ley 5/00 se produce un reparto similar. En este caso la franja de 16 a 18
años supone el 67,7%, de los cuales los de 16 años alcanzan el 33,6% y los de 17 el
34,1%. En cambio, los de 14 ascienden al 14% y los de 15 al 18,3%. En la franja de
edades en las que coincide el ámbito subjetivo de aplicación de ambas leyes, 14 a 16
años, se constata cómo ésta ha perdido significación en la actual regulación.
En ambas Leyes se observa una distribución similar, concentrándose los
Juzgados de Menores en la franja de más edad, 14 a 16 años en la 4/92 y 16 a 18 en la
5/00. Ello se debe, en primer término, a que los menores de más edad cometen más
delitos. Pero, además, también es habitual ejercer el principio de oportunidad con más
frecuencia en los de menos edad.
Respecto a la estructura de la delincuencia por edades, hay delitos que en los
menores de más edad van perdiendo relevancia. Este es el caso de las amenazas. Si en la
franja de los 12 a 16 años un porcentaje de menores que va desde el 5,5% al 8,9%
ejecuta este delito, en la de 16 a 18 años lo realizan entre el 3,3% y el 3,6%. Algo
similar, aunque en menor medida, acontece con las lesiones. Si en la primera de ellas
entre un 22,4% y un 26% de los menores llevan a cabo este delito, en la segunda el
índice se mueve entre el 17,8% y el 18,5%.
En los delitos patrimoniales se puede observar que con la entrada en vigor de la
Ley 5/00 se ha incrementado la frecuencia con la que aparecen los robos respecto de la
situación anterior. En la actualidad entre un 29,5% (los de 14 años) y un 42,3% (los de
17 años) de los menores aparecen implicados en estos delitos. En la Ley 4/92 los
porcentajes oscilaban entre el 27,3% y el 30,4%. De aquí no cabe concluir que ha
aumentado el número de menores que ejecutan robos. El mayor peso de éstos se puede
explicar por el principio de oportunidad recogido en el art. 18 de la Ley 5/00. Este no
permite desistir de la incoación del expediente en los supuestos del robo con violencia o
intimidación. Y también es posible que la aplicación de este precepto se concentre en
delitos patrimoniales menos graves que el robo con fuerza en las cosas (hurto, hurtos de
uso, daños), que al no llegar a conocimiento de los Juzgados de Menores aumentan la
relevancia de los robos.
31
Delitos
agrupados
Total
-999,00
no consta
Robo con fuerza
Robo violencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurto
Daños
Falta daños
Otros patrimoniales
Lesiones
Falta de lesiones
Amenazas
Falta amenazas
Delito Falta Injuria
Libertad sexual
Salud pública
Delito falta
desobediencia
Otros delitos
Otras faltas
12,00
_N_
% col
4058 888,0
4
,9
81
17,7
49
10,7
23
5,0
5
1,1
14
3,1
7
1,5
56
12,3
53
11,6
31
6,8
1
,2
51
11,2
51
11,2
11
2,4
14
3,1
7
1,5
8
1,8
3
,7
492,00
Edad al cometer la infracción
13,00
14,00
_N_
% col
_N_
% col
8119
881,5 13240
881,5
3
,3
7
,5
148
16,1
246
16,4
113
12,3
179
11,9
59
6,4
74
4,9
27
2,9
49
3,3
32
3,5
53
3,5
22
2,4
47
3,1
96
10,4
144
9,6
110
11,9
160
10,7
61
6,6
114
7,6
7
,8
20
1,3
92
10,0
138
9,2
123
13,4
208
13,8
32
3,5
65
4,3
27
2,9
69
4,6
6
,7
17
1,1
28
3,0
32
2,1
2
,2
9
,6
Total
15,00
_N_
% col
16106
883,5
11
,6
330
18,1
225
12,3
100
5,5
57
3,1
48
2,6
56
3,1
186
10,2
167
9,2
106
5,8
27
1,5
170
9,3
254
13,9
65
3,6
50
2,7
27
1,5
20
1,1
20
1,1
_N_
41523
25
805
566
256
138
147
132
482
490
312
55
451
636
173
160
57
88
34
% col
882,9
,5
17,1
12,0
5,4
2,9
3,1
2,8
10,2
10,4
6,6
1,2
9,6
13,5
3,7
3,4
1,2
1,9
,7
14,00
_N_
% col
1538
889,0
2
1,2
25
14,5
26
15,0
11
6,4
9
5,2
3
1,7
7
4,0
15
8,7
5
2,9
6
3,5
3
1,7
24
13,9
21
12,1
2
1,2
9
5,2
2
1,2
4
2,3
1
,6
500,00
Edad al cometer la infracción
15,00
16,00
_N_
% col
_N_
% col
1992
881,4
3668
881,7
3
1,3
6
1,4
44
19,5
94
22,6
42
18,6
82
19,7
17
7,5
22
5,3
8
3,5
47
11,3
4
1,8
17
4,1
5
2,2
9
2,2
15
6,6
28
6,7
13
5,8
23
5,5
7
3,1
13
3,1
1
,4
5
1,2
27
11,9
29
7,0
28
12,4
45
10,8
4
1,8
5
1,2
14
6,2
10
2,4
1
,4
8
3,5
5
1,2
3
1,3
6
1,4
Total
17,00
_N_
% col
3736
885,3
3
,7
92
21,8
83
19,7
16
3,8
33
7,8
10
2,4
4
,9
29
6,9
24
5,7
13
3,1
10
2,4
38
9,0
40
9,5
6
1,4
8
1,9
4
,9
4
,9
5
1,2
_N_
10934
14
255
233
66
97
34
25
87
65
39
19
118
134
17
41
7
21
15
% col
883,9
1,1
20,6
18,8
5,3
7,8
2,7
2,0
7,0
5,3
3,2
1,5
9,5
10,8
1,4
3,3
,6
1,7
1,2
1
,2
4
,4
3
,2
8
,4
16
,3
1
,6
1
,4
1
,2
2
,5
5
,4
23
9
457
5,0
2,0
100,0
35
28
921
3,8
3,0
100,0
65
27
1502
4,3
1,8
100,0
94
59
1823
5,2
3,2
100,0
217
123
4703
4,6
2,6
100,0
8
4
173
4,6
2,3
100,0
12
3
226
5,3
1,3
100,0
34
6
416
8,2
1,4
100,0
39
10
422
9,2
2,4
100,0
93
23
1237
7,5
1,9
100,0
32
5. Nivel de formación y conducta observada durante la misma
En lo relativo al nivel de formación de los menores que llegan a los Juzgados, en
la Ley 4/92 algo más de la mitad de aquellos se encuentran realizando la primaria
(7,4%) o la secundaria (44,5%). Junto a este dato cobra relevancia el fracaso escolar de
buena parte de los menores, representando un 8,5% el de los que han abandonado la
primaria y un 11,5% el de los que han dejado la secundaria. A ello hay que sumar un
2,2% que son prácticamente analfabetos, pues leen y escriben con dificultad. En el caso
de la Ley 5/00 la situación se modifica notablemente, pues el índice del fracaso escolar
aumenta muchísimo, especialmente en la secundaria. En efecto, aquí mientras el
porcentaje de los que abandonaron la primaria es algo menor (7,9%), el de los que no
concluyeron la secundaria sube hasta el 35,1% en tanto que el de los que leen y escriben
con dificultad aumenta hasta el 3,3%. En definitiva, si en la antigua regulación el
fracaso escolar supone el 20%, en la nueva se eleva hasta el 43%. Y ello sin contar los
que casi son analfabetos.
n.c.
sin estudios
lee y escribe
leey escribe dif icultad
otro sin estudios
primaria abandonada
primaria realizando
primaria terminado
primaria no especif ica
secundaria abandonada
secundaria realizando
secundaria f inalizado
otros estudios
492.00
estudios
Recuento
454
23
8
72
10
283
247
138
38
385
1486
34
159
%
13.6%
.7%
.2%
2.2%
.3%
8.5%
7.4%
4.1%
1.1%
11.5%
44.5%
1.0%
4.8%
500.00
estudios
Recuento
130
12
4
27
6
65
2
34
7
287
168
35
41
%
15.9%
1.5%
.5%
3.3%
.7%
7.9%
.2%
4.2%
.9%
35.1%
20.5%
4.3%
5.0%
Si tenemos presente que en un porcentaje bastante elevado no consta el dato de
si asiste a clase o no, 40,3% para la Ley 4/92 y 52,1% para la Ley 5/00, llama la
atención el elevado número de menores que falta a clase a menudo que asciende a 736
en el caso de la primera, lo que supone un 22,1% de todos los menores, y a 203 en la
segunda, lo que representa un 25,2%. A lo anterior hay que añadir 91 que no asiste
nunca a clase (2,7%) y 18 (2,2%) respectivamente. En el otro lado de la balanza se
sitúan los que siempre acuden a clase que alcanzan los 878 (26,4%) en la antigua
regulación y los 103 (12,8%) en la nueva, y los que sólo faltan en ocasiones que son 280
(8,4%) y 62 (7,7%), respectivamente. En definitiva, cabe constatar que un porcentaje
muy significativo de menores presenta problemas de absentismo escolar.
33
n.c.
siempre
f alta ocasiones
f alta a menudo
nunca
492.00
asiste a clase
Recuento
%
1341
40.3%
878
26.4%
280
8.4%
736
22.1%
91
2.7%
500.00
asiste a clase
Recuento
%
420
52.1%
103
12.8%
62
7.7%
203
25.2%
18
2.2%
Si ahora nos detenemos en el comportamiento observado durante los estudios, en
el caso de la Ley 4/92 920 menores que representan el 27,7% han tenido una conducta
conflictiva frente a 1423, es decir, al 42,8% donde la pauta ha sido normal, no
constando en el expediente este dato en el 29,4%. La situación se modifica
notablemente con la nueva regulación. Es de destacar que la información sobre esta
cuestión no se contempla en el expediente del 42,4% de los menores. Allí donde se hace
referencia a esta circunstancia, prácticamente se igualan los porcentajes de menores que
han mostrado una pauta de conducta conflictiva (28,6%) con los que no la han tenido
(29%).
n.c
si
no
492.00
conducta en clase
Recuento
%
978
29.4%
920
27.7%
1423
42.8%
500.00
conducta en clase
Recuento
%
343
42.4%
231
28.6%
235
29.0%
La principal conclusión en cuanto al nivel de formación es que un importante
núcleo de menores que llegan a los Juzgados presenta problemas de fracaso escolar,
absentismo y conducta conflictiva. Sin duda estamos ante un dato de gran trascendencia
de cara a adoptar medidas de prevención de la delincuencia de menores.
Si ahora nos detenemos en la relación existente entre la asistencia a clase y la
conducta mostrada en ésta, en la Ley 4/92 se puede observar que el 27,6% (912
menores) del total de menores presenta una conducta conflictiva en clase. De todos los
menores en quienes concurre esta circunstancia más de la mitad falta a menudo a clase,
en concreto el 51,3% (468 menores). El 15,7% falta en ocasiones a clase. El 8% va
siempre a clase. El 3,6% no asiste prácticamente nunca. Finalmente no se ha podido
averiguar este dato respecto del 21,4% de los menores que presenta una conducta
conflictiva. Así pues, la inmensa mayoría de los menores en quienes se da esta
circunstancia (el 70,6%) tiene problemas de absentismo escolar.
Los términos se invierten en el caso de los que no tienen una conducta
conflictiva (1418) que representan el 43% del total de menores. Aquí el 53,8% (763)
acude siempre a clase. En cambio, el 7,7% falta en ocasiones, el 10,9% falta a menudo y
el 1,9% prácticamente no acude nunca. Por último, no se ha podido averiguar el dato en
el 25,7%. En consecuencia, sólo en el 20,5% de los que no muestran una conducta
conflictiva se dan problemas de absentismo escolar.
34
En la Ley 5/00 el 28,7% (230) de los menores presentan una conducta
conflictiva. De ellos el 57,4% (132) falta a menudo a clase. El 13,6% no acude en
ocasiones a clase y el 2,6% no lo hace nunca. Finalmente, sólo el 6,1% va a clase
siempre. El dato sobre la asistencia a clase no se ha podido averiguar respecto del 20%.
A la vista de lo anterior cabe concluir que la inmensa mayoría (73,6%) de los que tienen
una conducta conflictiva plantea problemas de absentismo escolar.
En cuanto a los menores que no tienen una conducta conflictiva, hay que
empezar por destacar que no se ha podido averiguar el dato en el 35,8%. El 37,1% (86)
asiste siempre a clase. El 14,7% falta a menudo y el 9,1% lo hace en ocasiones.
Finalmente, el 3,4 pertenece al grupo de los que prácticamente no acude nunca a clase.
Así pues, el porcentaje de los que no presentan una conducta conflictiva con problemas
de absentismo asciende al 27,2%.
Si comparamos los resultados alcanzados en ambas leyes, lo primero que
sobresale es que un 27 % o 28% de todos los menores presenta una conducta conflictiva
en clase. De ellos más del 70% muestra problemas de absentismo escolar. Con la nueva
regulación se pasa del 70,6% a un 73,6%.
Por lo que se refiere a los que no tienen una conducta conflictiva, la situación
que arrojan ambas leyes es bastante diferente. Y ello, en primer lugar, porque con la Ley
5/00 el porcentaje de menores respecto de los que no se ha podido averiguar el dato ha
crecido casi diez puntos. En segundo lugar, porque los problemas de absentismo escolar
en este grupo se han incrementado en casi 7 puntos, mientras que cae notablemente el
grupo de los que acude siempre a clase que pasa del 53,8% al 37,1%.
35
LEY = 492,00
asiste a clase
n.c.
siempre
f alta ocasiones
f alta a menudo
nunca
Total de grupo
_N_
774
38
24
107
26
969
n.c
_% col
79,9%
3,9%
2,5%
11,0%
2,7%
100,0%
_N_
288
3
9
36
4
340
n.c
_% col
84,7%
,9%
2,6%
10,6%
1,2%
100,0%
_% f ila
58,1%
4,3%
8,7%
14,7%
30,2%
29,4%
conducta en clase
si
_N_
_% col
_% f ila
195
21,4%
14,6%
73
8,0%
8,4%
143
15,7%
51,8%
468
51,3%
64,1%
33
3,6%
38,4%
912 100,0%
27,6%
_% f ila
69,1%
2,9%
14,5%
17,8%
22,2%
42,4%
conducta en clase
si
_N_
_% col _% f ila
46
20,0%
11,0%
14
6,1%
13,6%
32
13,9%
51,6%
132
57,4%
65,3%
6
2,6%
33,3%
230 100,0%
28,7%
Total de grupo
_N_
364
763
109
155
27
1418
no
_% col
25,7%
53,8%
7,7%
10,9%
1,9%
100,0%
_N_
83
86
21
34
8
232
no
_% col
35,8%
37,1%
9,1%
14,7%
3,4%
100,0%
_% f ila
27,3%
87,3%
39,5%
21,2%
31,4%
43,0%
_N_
1333
874
276
730
86
3299
_% col
40,4%
26,5%
8,4%
22,1%
2,6%
100,0%
_% f ila
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
LEY = 500,00
asiste a clase
Total de grupo
n.c.
siempre
f alta ocasiones
f alta a menudo
nunca
36
Total de grupo
_% f ila
19,9%
83,5%
33,9%
16,8%
44,4%
28,9%
_N_
417
103
62
202
18
802
_% col
52,0%
12,8%
7,7%
25,2%
2,2%
100,0%
_% f ila
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Si vemos la relación existente entre las variables asistencia a clase y situación
económica familiar, se observa en la Ley 4/92 que entre los menores cuya situación
económica está caracterizada por unos ingresos bajos el 33,1% falta a menudo a clase,
el 11,1% falta en ocasiones y el 2,9% prácticamente nunca asiste a clase. En este grupo
sólo el 14,7% asiste siempre a clase. En un 38,1% no se ha podido constatar esta
relación.
En el caso de menores cuya situación económica familiar está caracterizada por
la existencia de empleo precario, cabe ver que el 33,3% falta a menudo a clase, el 13,8%
falta en ocasiones y el 5,1% casi nunca va a clase. En este grupo sólo el 12,2% asiste
siempre a clase. Finalmente este dato no se ha podido averiguar en el 35,6%.
Respecto de menores en los que nadie de la familia tiene ingresos, el 33,3% falta
a menudo a clase, el 5% prácticamente no acude a ésta y el 3,3% falta en ocasiones.
Aquí el 12% asiste siempre a clase. En el 43,3% de los casos no se ha podido
determinar la relación entre estas dos variables.
En familias con una situación económica sin problemas el 43,2% de los menores
asiste siempre a clase, el 8,1% no acude en ocasiones, el 16,4% falta a menudo y el
2,1% casi nunca. En este grupo no se ha podido constatar la relación en el 30,2%.
En definitiva, a la vista de lo anterior, cabe concluir que los menores cuyas
familias tienen una situación económica mala o regular presentan muchos más
problemas de absentismo (se mueven en porcentajes del 41,6% al 52,2%) que aquellos
cuyas familias no tienen dificultades económicas. En estos el porcentaje de los que
muestran absentismo escolar está en el 26,6%.
En cuanto a la situación en la Ley 5/00, en los menores cuyas familias tienen
ingresos bajos el 37,8% falta a menudo a clase, el 6,8% no acude casi nunca y el 2,7%
falta en ocasiones. En cambio, el 2,7% va siempre a clase. Hay que destacar que en un
porcentaje muy elevado, el 50%, no se ha podido constatar la relación entre estas dos
variables.
En los menores cuya situación económica familiar viene caracterizada por tener
empleos precarios, el 40,9% falta a menudo a clase, el 7,6% falta en ocasiones y el 2,3%
casi nunca asiste. Por el contrario, el 8,3% acude siempre. En este grupo no constaba
este dato en el 40,9%.
Dejando de lado el grupo de menores en los que nadie tiene ingresos económicos
por carecer prácticamente de relevancia estadística, en el caso de aquellos cuya familia
no tiene problemas económicos el 22,8% va siempre a clase, el 19,4% falta a menudo,
el 10,6% no acude a veces y el 2,5% nunca. En este grupo no se ha podido averiguar
este dato en el 44,7%.
Al igual que en la Ley 4/92, en la Ley 5/00 se observa que los menores cuyas
familias tienen dificultades económicas presentan mayores problemas de absentismo
escolar (entre un 47,3% y un 50,8%) que aquellos cuyas familias no las tienen (32,5%).
37
Si comparamos los datos obtenidos en ambas leyes, cabe advertir, en primer
término, que en la Ley 5/00 el porcentaje de menores que falta a menudo a clase crece
tanto en las familias con dificultades económicas como en aquellas que no tienen
problemas. Paralelamente se observa que también disminuye el de los que acuden
siempre a clase.
Probablemente la razón haya que buscarla en el hecho de que la nueva
regulación se ocupa de una franja de más edad que la Ley 4/92, de tal manera que es
mucho más difícil para las familias controlar la asistencia a clase en los menores a
medida que tienen más edad.
38
LEY = 492,00
asiste a clase
n.c.
siempre
f alta ocasiones
f alta a menudo
nunca
Total de grupo
_N_
521
144
38
147
17
867
n.c
_% col
60,1%
16,6%
4,4%
17,0%
2,0%
100,0%
_N_
168
17
14
52
1
252
n.c
_% col
66,7%
6,7%
5,6%
20,6%
,4%
100,0%
_% f ila
39,4%
16,6%
13,8%
20,4%
18,9%
26,5%
_N_
168
65
49
146
13
441
ingresos bajos
_% col
_% f ila
38,1%
12,7%
14,7%
7,5%
11,1%
17,8%
33,1%
20,2%
2,9%
14,4%
100,0%
13,5%
economía
empleo precario
_N_
_% col _% f ila
201
35,6%
15,2%
69
12,2%
8,0%
78
13,8%
28,3%
188
33,3%
26,1%
29
5,1%
32,2%
565 100,0%
17,2%
_N_
37
2
2
28
5
74
ingresos bajos
_% col _% f ila
50,0%
9,1%
2,7%
1,9%
2,7%
3,3%
37,8%
14,1%
6,8%
29,4%
100,0%
9,4%
economía
empleo precario
_N_
_% col
_% f ila
54
40,9%
13,2%
11
8,3%
10,7%
10
7,6%
16,4%
54
40,9%
27,3%
3
2,3%
17,6%
132 100,0%
16,8%
Total de grupo
_N_
26
9
2
20
3
60
nadie ingresa
_% col _% f ila
43,3%
2,0%
15,0%
1,0%
3,3%
,7%
33,3%
2,8%
5,0%
3,3%
100,0%
1,8%
_N_
406
580
109
220
28
1343
sin problemas
_% col _% f ila
30,2%
30,7%
43,2%
66,9%
8,1%
39,5%
16,4%
30,5%
2,1%
31,1%
100,0%
41,0%
_N_
1322
867
276
721
90
3276
_% col
40,4%
26,5%
8,4%
22,0%
2,7%
100,0%
_% f ila
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
LEY = 500,00
asiste a clase
Total de grupo
n.c.
siempre
f alta ocasiones
f alta a menudo
nunca
_% f ila
41,2%
16,5%
23,0%
26,3%
5,9%
32,0%
39
Total de grupo
nadie ingresa
_N_
_% col _% f ila
6
66,7%
1,5%
1
2
11,1%
22,2%
1,6%
1,0%
9
100,0%
1,1%
_N_
143
73
34
62
8
320
sin problemas
_% col
_% f ila
44,7%
35,0%
22,8%
70,9%
10,6%
55,7%
19,4%
31,3%
2,5%
47,1%
100,0%
40,7%
_N_
408
103
61
198
17
787
_% col
51,8%
13,1%
7,8%
25,2%
2,2%
100,0%
_% f ila
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Si nos ocupamos ahora de la relación entre la conducta en clase y la situación
económica familiar, en la Ley 4/92 cabe señalar que en menores pertenecientes a
familias con unos ingresos bajos el 39% tiene una conducta en clase conflictiva frente al
33,4% que no la presenta.
Cuando la situación económica familiar viene caracterizada por el empleo
precario, el 33,5% de los menores observa un comportamiento escolar conflictivo frente
al 35,5% donde no se da esta pauta.
En unidades familiares en las que nadie ingresa el 28,8% muestra una conducta
conflictiva en clase frente al 30,5% en el que no se produce esta circunstancia.
Finalmente, en el caso de menores que viven con una familia sin problemas
económicos la situación cambia, pues aquí sólo un 25,1% tiene un comportamiento
conflictivo frente al 57,4% en el que no se da.
En cuanto a la situación en la Ley 5/00, en menores pertenecientes a familias con
ingresos bajos el 37,8% observa un comportamiento conflictivo frente al 20,3% en el
que éste no concurre.
En menores integrados en familias cuya situación económica familiar viene
caracterizada por disponer de empleos precarios, el 36,8% presenta pautas de conducta
conflictiva en clase frente al 24,8% donde no es el caso.
Dejando de lado los menores en cuyas familias nadie ingresa por carecer de
relevancia estadística, aquellos en los que en éstas no hay problemas económicos el
27,4% tiene conductas conflictivas frente al 44,5% donde no se da este supuesto.
En síntesis, se pueden destacar dos notas. La primera es que los menores
dependientes de familias con dificultades económicas muestran más problemas de
conducta en clase que aquellos donde no se da esta situación. La segunda sería que en la
Ley 5/00 se incrementa notablemente el porcentaje de los menores con situaciones
económicas problemáticas que observan comportamientos conflictivos en clase.
Además, se podría añadir que también entre los pertenecientes a familias sin apuros
económicos se aprecia una mayor tendencia a observar una mala conducta en clase.
40
LEY = 492,00
economía
n.c
conducta en
clase
n.c
si
no
Total de grupo
ingresos bajos
Total de grupo
empleo precario
nadie ingresa
_N_
408
183
274
_% col
47,2%
21,2%
31,7%
_% f ila
42,4%
20,4%
19,5%
_N_
122
173
148
_% col
27,5%
39,1%
33,4%
_% f ila
12,7%
19,3%
10,5%
_N_
175
189
200
_% col
31,0%
33,5%
35,5%
_% f ila
18,2%
21,0%
14,2%
_N_
24
17
18
_% col
40,7%
28,8%
30,5%
_% f ila
2,5%
1,9%
1,3%
865
100%
26,5%
443
100%
13,6%
564
100%
17,3%
59
100%
1,8%
sin problemas
_%
_N_
col
_% f ila
234
17,5%
24,3%
336
25,1%
37,4%
768
57,4%
54,5%
_N_
963
898
1408
_%
col
29,5%
27,5%
43,1%
_%
f ila
100%
100%
100%
1338
3269
100%
100%
100%
40,9%
LEY = 500,00
economía
n.c
conducta en
clase
Total de grupo
n.c
si
no
ingresos bajos
Total de grupo
empleo precario
nadie ingresa
sin problemas
_N_
152
61
40
_% col
60,1%
24,1%
15,8%
_% f ila
46,1%
26,8%
17,3%
_N_
31
28
15
_% col
41,9%
37,8%
20,3%
_% f ila
9,4%
12,3%
6,5%
_N_
51
49
33
_% col
38,3%
36,8%
24,8%
_% f ila
15,5%
21,5%
14,3%
_N_
6
2
_% col
75,0%
25,0%
_% f ila
1,8%
,9%
_N_
90
88
143
_% col
28,0%
27,4%
44,5%
_% f ila
27,3%
38,6%
61,9%
_N
_
330
228
231
_%
col
41,8%
28,9%
29,3%
_%
f ila
100%
100%
100%
253
100%
32,1%
74
100%
9,4%
133
100%
16,9%
8
100%
1,0%
321
100%
40,7%
789
100%
100%
41
6. Las características de la familia del menor
En este apartado nos vamos a ocupar de las características de la familia de los
menores que llegan a los Juzgados de Menores. Empezando por el estado civil de los
progenitores, en la Ley 4/92 en el 51,7% de los casos los padres están casados, en el
21,7% separados, en el 3,2% divorciados y finalmente en el 7,5% viudos. A ello habría
que añadir un 2,7% de supuestos que no encajan en las hipótesis anteriores. Como se
puede ver en la tabla que hemos denominado situación familiar2 el grupo más numeroso
del apartado otros estaría integrado por menores que conviven con un progenitor sin que
se haya podido averiguar más sobre su estado civil. En orden de importancia decreciente
le seguirían los casos de padres solteros, orfandad y adopción.
Respecto de la Ley 5/00, en el 43,2% de los menores los padres están casados,
en el 25,6% separados, en el 2,5% divorciados y en el 10,4% viudos. En un 2,2% de los
menores se dan otras situaciones de muy poca trascendencia estadística.
Si cotejamos los datos de ambas Leyes, cabe resaltar que en la 5/00 se
incrementa el porcentaje de los separados y divorciados, así como el de los viudos,
mientras que disminuye el de los casados.
n.c
separados
div orciados
casados
v iudo
v iuda
otros
492.00
situación f amiliar
Recuent o
%
442
13.3%
723
21.7%
106
3.2%
1724
51.7%
50
1.5%
201
6.0%
89
2.7%
padres en extranjero
adoptiv os
conv iv e con un
progenitor
huérf ano
padres solteros
492.00
situación f amiliar2
Recuento
%
3
6.4%
5
10.6%
500.00
situación f amiliar
Recuent o
%
130
16.1%
207
25.6%
20
2.5%
349
43.2%
16
2.0%
68
8.4%
18
2.2%
500.00
situación f amiliar2
Recuento
%
20
42.6%
7
53.8%
8
11
17.0%
23.4%
2
4
15.4%
30.8%
Por lo que se refiere a la situación económica de las familias de los menores, en
la Ley 4/92 en el 13,6% éstas cuentan con ingresos bajos, en el 17,3% la economía
familiar depende de empleos precarios y en el 1,8% ningún miembro de la unidad tiene
ingresos. Por el contrario, en el 40,9% de los menores no se plantean problemas de este
tipo.
42
En la Ley 5/00 en el 9,4% de los menores la familia dispone de ingresos bajos,
en el 16,7% ésta depende de empleos precarios y en el 1,1% nadie ingresa un salario. En
cambio, no se divisan problemas económicos en el 40,7%.
De la comparación de los resultados de ambas Leyes se puede concluir que no se
aprecian diferencias sustanciales, pues aun siendo cierto que el porcentaje de menores
con dificultades económicas disminuye, lo cierto es que tampoco se incrementa el de los
sin problemas económicos, sino que aumenta el de casos donde no se ha podido
constatar la situación.
n.c
ingresos bajos
empleo precario
nadie ingresa
sin problemas
492.00
economía
Recuento
%
876
26.4%
449
13.6%
500.00
economía
Recuento
%
256
32.1%
75
9.4%
572
17.3%
133
16.7%
60
1355
1.8%
40.9%
9
325
1.1%
40.7%
En cuanto al dato de la convivencia, en la Ley 4/92 un 52,6% de los menores
convive con los padres, el 16,2% con la madre, el 7,5% con la madre y la pareja de ésta,
el 3,3% con el padre, el 1,2% con éste y su pareja y el 4,6% con otros familiares. Un
6,7% se encuentra en instituciones de protección.
En la Ley 5/00 el 40,3% de los menores vive con sus padres, el 18,2% con la
madre, el 7% con ésta y su pareja, el 5,1% con el padre, el 2% con éste y su pareja, el
4,6% con otros familiares y finalmente el 2,4% de los menores lo hace con su propia
pareja. Un 9% se encuentra bajo el amparo de las instituciones de protección.
Con la nueva regulación se ha reducido mucho el porcentaje de menores que
convive con los dos progenitores (del 52,6% al 40,3%). En cambio, crece el de los que
conviven con uno solo, el de los que lo hace con su propia pareja (del 0,4% al 2,4%) y
el de los que están en instituciones de protección (del 6,7% al 9%). El aumento de los
dos primeros supuestos puede ser consecuencia de la elevación de la franja de edades de
la que se ocupa la Ley 5/00. A mayor edad de los menores más probabilidades de que
alguno de sus progenitores, por ejemplo, haya muerto o de que hayan formado su propia
familia.
Por otro lado, hay que resaltar que un porcentaje nada desdeñable se encuentra
con la Ley 5/00 en instituciones de protección. Se trata de una cuestión de enorme
importancia para las Administraciones Públicas a la vista de lo dispuesto en el art. 61.3
en materia de responsabilidad civil.
43
no consta
padres
padre
madre
padre y pareja
madre y pareja
con su pareja
otros f amiliares
protección
492.00
conv iv e con
Recuent o
%
251
7.5%
1751
52.6%
109
3.3%
541
16.2%
41
1.2%
249
7.5%
13
.4%
153
4.6%
222
6.7%
500.00
conv iv e con
Recuent o
%
72
9.0%
324
40.3%
41
5.1%
146
18.2%
16
2.0%
56
7.0%
19
2.4%
58
7.2%
72
9.0%
En cuanto a la nacionalidad de los que se encuentran en instituciones de
protección, en el caso de la Ley 4/92 el 88,7% de ellos eran españoles y el 6,8%
marroquíes. Las restantes nacionalidades apenas tienen relevancia. En la Ley 5/00 la
cuestión de modifica, pues el porcentaje de los españoles baja hasta el 75,7%, mientras
que se incrementa bastante el de los marroquíes que pasa a representar el 20%.
Nacionalidad de los menores en protección
492,00
Nacionalidad
No consta
España
Resto Af rica
Marruecos
América
Resto Europa
Argelia
Total de grupo
_N_
5
196
1
15
1
3
221
500,00
% col
2,3%
88,7%
,5%
6,8%
,5%
1,4%
_N_
100,0%
% col
53
1
14
75,7%
1,4%
20,0%
2
2,9%
70
100,0%
En los menores que se encuentran en protección con la Ley 4/92, el 53,5% es
reincidente frente a un 46,5% que no lo es. Esto significa que la tasa de reincidencia es
muy elevada en este colectivo, pues a nivel general durante la aplicación de esta
normativa la tasa se sitúa en el 21,1%. En el caso de la Ley 5/00 el porcentaje de
reincidentes es todavía mayor, alcanzando el 70,4%. En comparación con el dato
general de reincidencia durante el primer año de vigencia de esta regulación que es del
36,3%, se observa asimismo que entre los menores sujetos a protección la reincidencia
es mucho mayor.
Reincidencia en los menores en protección
Reincidente
Total de grupo
Si
No
492,00
_N_
% col
115
53,5%
100
46,5%
215
44
100,0%
500,00
_N_
50
21
% col
70,4%
29,6%
71
100,0%
En lo referente al número de hermanos que tienen los menores que llegan a los
Juzgados, con la Ley 4/92 el 3,8% no tiene, el 11,7% tiene uno, el 28,9% dos, el 21,3%
tres, el 12,4% cuatro, el 8,7% cinco, el 5,5% seis, el 2,6% siete. El resto de los
supuestos poseen ya mucha menor relevancia estadística. En el caso de la Ley 5/00 la
situación prácticamente se mantiene casi en los mismos términos.
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
492.00
hº de hermanos
Recuento
%
106
3.8%
329
11.7%
814
28.9%
598
21.3%
349
12.4%
244
8.7%
155
5.5%
74
2.6%
47
1.7%
43
1.5%
35
1.2%
6
.2%
6
.2%
3
.1%
3
.1%
2
.1%
500.00
hº de hermanos
Recuento
%
24
3.8%
75
12.0%
176
28.1%
136
21.7%
70
11.2%
46
7.3%
36
5.8%
26
4.2%
18
2.9%
6
1.0%
9
1.4%
2
.3%
1
.2%
1
.2%
En lo referente al número de orden que ocupan los menores entre los hermanos,
en la Ley 4/92 el 29,8% era el primero, el 32% el segundo, el 18,1% el tercero, el 8,7%
el cuarto y el 4,5% el quinto. El resto de las hipótesis tienen menor importancia
estadística. Con la Ley 5/00 los porcentajes varían algo, pues ahora aquí el mayor
número corresponde a los que ocupan el primer lugar.
45
0
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
16
492.00
orden entre hermanos
Recuento
%
1
.0%
806
29.8%
864
32.0%
490
18.1%
235
8.7%
121
4.5%
77
2.8%
41
1.5%
30
1.1%
17
.6%
14
.5%
4
.1%
3
.1%
1
500.00
orden entre hermanos
Recuento
%
194
183
99
69
25
13
15
6
6
2
31.6%
29.9%
16.2%
11.3%
4.1%
2.1%
2.4%
1.0%
1.0%
.3%
1
.2%
.0%
7. Las características del entorno social del menor
En cuanto al entorno social del menor que llega a los Juzgados, en la Ley 4/92 el
31,8% de los menores se mueven en un entorno social problemático frente a un 57,6%
donde no lo es, no constando este dato en el 10,6% de los casos. Esta situación se
modifica ligeramente en el primer año de aplicación de la Ley 5/00. Aquí el porcentaje
de los que se insertan en un entorno social problemático sube hasta el 35,2% frente al
54,8% en el que no concurre esta circunstancia, no constando en el 10% de los
supuestos.
n.c
normalizado
problemático
492.00
entorno social
Recuent o
%
357
10.6%
1930
57.6%
1066
31.8%
500.00
entorno social
Recuent o
%
82
10.0%
448
54.8%
288
35.2%
Si ahora nos fijamos en las características del grupo de iguales del menor, en el
caso de la Ley 4/92 el 35,4% de los menores se mueven con un grupo de iguales
problemático frente al 48,4% donde éste está normalizado, no constando este dato en el
16,2% de los menores. La situación se agrava en el primer año de vigencia de la Ley
5/00, pues aquí el 41,2% de los menores tiene un grupo de iguales problemático frente
al 44,4% en el que no se da esta circunstancia, no constando esta información en el
14,3% de los menores.
46
n.c
normalizado
problemático
492.00
grupo de iguales
Recuent o
%
542
16.2%
1619
48.4%
1183
500.00
grupo de iguales
Recuent o
%
117
14.3%
363
44.4%
35.4%
337
41.2%
En definitiva, un importante porcentaje de los menores que llegan a los Juzgados
presentan un entorno social y/o grupo de iguales problemático.
8. La reincidencia
En la Ley 4/92 en el propio expediente consta la reincidencia de 1035 menores
de un total de 5205, lo que representa un 19,9%. A esto hay que añadir 64 menores en
cuya ficha personal aparece esta circunstancia, lo que supone un 1,2%. En definitiva,
durante los últimos cinco años de vigencia de la anterior regulación el 21,1% de los
menores enjuiciados han cometido anteriormente delitos, es decir, aproximadamente
uno de cada cinco menores encausados es reincidente.
En la Ley 5/00 consta la reincidencia en el propio expediente del 28,3% de los
menores. A ello habría que sumar la que figura en el fichero personal respecto a otro
8%. De este modo, el porcentaje de reincidentes con la nueva regulación asciende al
36,3%.
Reincidencia en las Leyes 4/ 92 y 5/00 y fuente utilizada para su
averi guación
LEY
reincident e
si expedient e
sí f ichero
no
expedient e
no f ichero
Total
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
47
492,00
1035
500,00
345
Total
1380
19,9%
28,3%
21,5%
64
98
162
1,2%
8,0%
2,5%
3020
517
3537
58,0%
42,4%
55,1%
1086
259
1345
20,9%
21,2%
20,9%
5205
1219
6424
100,0%
100,0%
100,0%
Menores rei ncidentes en l a Ley 4/92 y en la 5/00
Reincidente
Si
No
Total
LEY
492,00
500,00
1099
443
Recuent o
% de
Reincidente
% de LEY
Recuent o
% de
Reincidente
% de LEY
Recuent o
% de
Reincidente
% de LEY
Total
1542
71,3%
28,7%
100,0%
21,1%
4106
36,3%
776
24,0%
4882
84,1%
15,9%
100,0%
78,9%
5205
63,7%
1219
76,0%
6424
81,0%
19,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Si nos detenemos en el sexo de los menores, se puede ver que del total de
reincidentes los varones suponen el 93% y las mujeres el 7%. Si observamos los datos
dentro de cada sexo, se constata que el 23,7% del total de varones enjuiciados es
reincidente, mientras que en el caso de las mujeres este porcentaje se reduce al 8,8%. De
aquí cabe concluir que aquéllos no sólo cometen más delitos que éstas, sino que,
además, lo hacen con más frecuencia.
El sexo de l os reincidentes en la Ley 4/92
Reincidente
Si
No
Total
SEXO
v arón
mujer
1010
76
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
Total
1086
93,0%
7,0%
100,0%
23,7%
3251
8,8%
787
21,2%
4038
80,5%
19,5%
100,0%
76,3%
4261
91,2%
863
78,8%
5124
83,2%
16,8%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Por lo que a la edad de los menores se refiere, del total de reincidentes el 8,1%
tiene 12 años, el 17,4% 13, el 29,8% 14 y el 44,7% 15. A la vista de estos datos cabe
concluir que el número de menores en los que concurre esta circunstancia se va
incrementando con la edad, lo cual es lógico si se tiene presente que la comisión de
delitos sube con el aumento de ésta. De ahí que a más edad mayor posibilidad de que se
dé la reincidencia.
48
La edad de los reincidentes en la Ley 4/92
Reincidente
Si
No
Total
Recuent o
% de Reincidente
% de Edad al
cometer la inf racción
Recuent o
% de Reincidente
% de Edad al
cometer la inf racción
Recuent o
% de Reincidente
% de Edad al
cometer la inf racción
Edad al cometer la inf racción
12,00
13,00
14,00
15,00
78
168
288
432
8,1%
17,4%
29,8%
44,7%
Total
966
100,0%
17,6%
18,7%
19,8%
24,6%
21,3%
365
10,2%
729
20,4%
1163
32,5%
1321
36,9%
3578
100,0%
82,4%
81,3%
80,2%
75,4%
78,7%
443
9,7%
897
19,7%
1451
31,9%
1753
38,6%
4544
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
La reincidencia durante la vigencia de la Ley 4/92 ha sido objeto de estudio en
algunos estudios realizados en ámbitos geográficos más limitados. Así, en uno
efectuado en la Comunidad de Castilla-La Mancha los porcentajes de reincidencia
oscilaban entre el 16,7% para los menores de 12 y 13 años y el 18,1% para los de 14 a
15 años10. En otro llevado a cabo en el año 1996 en Cataluña se puso de relieve que la
reincidencia afectaba al 18,5%11. Frente a estos niveles en territorios concretos, a nivel
general los índices de reincidencia se muestran algo más elevados.
Si nos fijamos ahora en los datos de reincidencia de los adultos, en el año 2000
de un total de 98500 enjuiciados por delito en Audiencias Provinciales y Juzgados de lo
Penal se apreció la reincidencia en 23531, lo que representa un 23,88%. De éstos el
57,32% lo fue por delitos contra el patrimonio. Esto significa que en el ámbito de
menores los índices de reincidencia son un poco más bajos que en los adultos.
La situación se modifica considerablemente en la Ley 5/00. En el primer año de
vigencia de ésta figura la reincidencia en el propio expediente en 345 menores de un
total de 1219, lo que se traduce en un 28,3%. A lo anterior hay que sumar 98 menores
en cuya ficha personal se observa esta circunstancia, lo que supone un 8%. Así pues, un
36,3% de los menores procesados son reincidente, es decir, en más de uno de cada tres
se aprecia la reincidencia.
En cuento a su distribución por sexo, del total de reincidentes el 92,5% son
varones, mientras las mujeres representan el 7,5%. Si vemos ahora los datos dentro de
cada sexo, se puede constatar que en el 37,4% del total de varones enjuiciados se da esta
circunstancia, mientras que en el caso de las mujeres la cifra baja hasta el 28,4%.
10
Estudio llevado a cabo por Rechea Alberola/Fernández Molina. Cfr. los datos en su trabajo: “Panorama
actual de la delincuencia juvenil”, en Justicia de menores: una justicia mayor. Manuales de formación
continuada, 9, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, pág. 361.
11
FUNÉS/LUQUE/RUIZ: “Reincidència: En la Justícia de Menors”, en Justícia y Societat, 1996, nº 15.
49
El sexo de l os reincidentes en la Ley 5/00
Reincidente
Si
No
Total
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
Recuent o
% de
Reincidente
% de SEXO
SEXO
v arón
mujer
407
33
Total
440
92,5%
7,5%
100,0%
37,4%
682
28,4%
83
36,5%
765
89,2%
10,8%
100,0%
62,6%
1089
71,6%
116
63,5%
1205
90,4%
9,6%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Por lo que se refiere a la edad de los menores de los reincidentes, el 12,2% tiene
14 años, el 14,9% 15, el 38,2% 16 y el 34,7% 17. Al igual que en la Ley 4/92, la mayor
parte de los sujetos en quienes concurre esta circunstancia se concentra en la franja de
más edad.
La edad de los reinci dentes al tiempo de cometer la nueva infracción
Reincidente
Si
No
Total
Recuento
% de Reincident e
% de Edad al
cometer la inf racción
Recuento
% de Reincident e
% de Edad al
cometer la inf racción
Recuento
% de Reincident e
% de Edad al
cometer la inf racción
Edad al cometer la inf racción
14,00
15,00
16,00
17,00
49
60
154
140
12,2%
14,9%
38,2%
34,7%
Total
403
100,0%
32,2%
29,3%
42,9%
37,1%
36,9%
103
14,9%
145
21,0%
205
29,7%
237
34,3%
690
100,0%
67,8%
70,7%
57,1%
62,9%
63,1%
152
13,9%
205
18,8%
359
32,8%
377
34,5%
1093
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Si se comparan los datos de ambas leyes, parece que cada vez son más los
menores que cometen nuevamente delitos. Ciertamente la modificación de la franja de
edad respecto de la Ley 4/92 debería traducirse en un incremento de los índices de
reincidencia, pues los menores de 12 y 13 años cometen muchos menos delitos que los
de 16 y 17 años. Como ya vimos, mientras la delincuencia de los primeros representaba
casi un 30% del total en la Ley 4/92, en la nueva regulación la de 14 y 15 años supone
sólo el 32,3% y la de 16 y 17 años un 67,7%.
50
Sin embargo, de nuevo es preciso tomar con cautela esta conclusión, pues la Ley
5/00 obliga a que los casos de menores reincidentes lleguen a conocimiento de los
Juzgados de Menores en virtud de lo dispuesto en el art. 18. Sólo respecto de los sujetos
en quienes no concurra esta circunstancia y que hayan cometido un delito menos grave
sin violencia o intimidación, o una falta se puede desistir de la incoación del expediente.
De ahí que cuando el estudio se centra en los Juzgados de Menores, al no figurar en
éstos los datos de aquellos a los que se ha aplicado el precepto antes mencionado y que,
como exige la Ley, no son reincidentes, ello determina que necesariamente se
incremente el peso de los que sí lo son, pues los primeros ni siquiera han entrado en el
sistema.
51
492,00
Total de
grupo
Reincidente
Si
ciudad
Total de grupo
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
Jaen
León
Rioja
Madrid
Málaga
Murcia
Nav arra
Santander
Tarragona
Valencia
Zaragoza
500,00
No
N
59
37
370
41
71
21
19
24
14
126
27
44
15
13
81
6
131
%
f ila
36%
25%
33%
20%
40%
13%
18%
24%
16%
8,3%
29%
34%
13%
76%
28%
1,3%
45%
1099
21%
Total de
grupo
Reincidente
Si
N
107
110
752
166
106
142
89
76
75
1385
66
86
102
4
210
472
158
%
f ila
64%
75%
67%
80%
60%
87%
82%
76%
84%
92%
71%
66%
87%
24%
72%
99%
55%
N
166
147
1122
207
177
163
108
100
89
1511
93
130
117
17
291
478
289
% f ila
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
N
17
9
71
28
45
17
18
13
15
24
23
20
15
13
49
2
64
% f ila
65,4%
33,3%
35,0%
22,2%
47,4%
33,3%
56,3%
31,0%
55,6%
14,2%
28,8%
39,2%
45,5%
100%
49,5%
4,3%
64,6%
4106
79%
5205
100%
443
36,3%
52
No
9
18
132
98
50
34
14
29
12
145
57
31
18
%
f ila
35%
67%
65%
78%
53%
67%
44%
69%
44%
86%
71%
61%
55%
50
44
35
51%
96%
35%
N
26
27
203
126
95
51
32
42
27
169
80
51
33
13
99
46
99
776
64%
1219
N
% f ila
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
100%
Si ahora nos detenemos en las características sociales de los reincidentes, en el
caso del entorno social, se puede observar en los menores juzgados al amparo de la Ley
4/92 que 34,4% de los reincidentes presenta un entorno social normalizado frente a un
60% en el que es problemático, no constando este dato en el 5,6% de los menores. En
relación con los no reincidentes, las cifras cambian considerablemente, puesto que aquí
el 66,4% de los menores no reincidentes tiene un entorno social normalizado frente a un
21,3 que no lo tiene, no disponiéndose de esta nota en el 12,3% de los menores.
En la Ley 5/00 cabe advertir que el 32,2% de los menores reincidentes muestra
un entorno social normalizado frente a un 60,3% donde éste es problemático, no
constando esta circunstancia en el 7,5% de los menores. Respecto de los no
reincidentes, el 73% tiene un entorno social normalizado frente a un 15,7% que lo
presenta problemático, no disponiéndose de esta característica en el 11,3%.
En definitiva, un altísimo porcentaje de los menores reincidentes tiene un
entorno social problemático, de lo que cabe deducir que los menores con este entorno
son más propensos a seguir en la senda de la comisión de delitos.
53
LEY = 492,00
Reincidente
Si
No
Total de grupo
_N_
50
288
n.c
_% col
14,8%
85,2%
_% f ila
5,6%
12,3%
338
100,0%
10,5%
_N_
26
46
n.c
_% col
36,1%
63,9%
_% f ila
7,5%
11,3%
72
100,0%
9,5%
entorno social
normalizado
_N_
_% col _% f ila
310
16,7%
34,4%
1548
83,3%
66,4%
problemático
_N_
_% col _% f ila
540
52,1%
60,0%
497
47,9%
21,3%
_N_
900
2333
_% col
27,8%
72,2%
_% f ila
100,0%
100,0%
1858
1037
3233
100,0%
100,0%
100,0%
57,5%
Total de grupo
100,0%
32,1%
LEY = 500,00
Reincidente
Total de grupo
Si
No
entorno social
normalizado
_N_
_% col _% f ila
112
27,4%
32,2%
297
72,6%
73,0%
409
100,0%
54,2%
54
Total de grupo
problemático
_N_
_% col
_% f ila
210
76,6%
60,3%
64
23,4%
15,7%
274
100,0%
36,3%
_N_
348
407
_% col
46,1%
53,9%
_% f ila
100,0%
100,0%
755
100,0%
100,0%
Por lo que se refiere al grupo de iguales de los reincidentes, en la Ley 4/92 se
puede ver que el 22,3% de los menores reincidentes tiene un grupo de iguales
normalizado frente a un 66,2% que no lo tiene, no disponiéndose de este dato respecto
del 11,5% de los menores reincidentes.
En el caso de los menores no reincidentes la situación cambia, pues aquí el
58,4% de estos presenta un grupo de iguales normalizado frente a un 23,5% que no lo
tiene, no constando esta circunstancia en el 18% de ellos.
A la vista de lo anterior, cabe concluir que los menores con un grupo de iguales
problemático tienden a cometer más delitos que aquellos que no lo tienen.
Si pasamos a comprobar la situación en la Ley 5/00, se puede observar que sólo
el 18,7% de los menores reincidentes se mueve en un grupo de iguales normalizado
frente al 67,1% que lo hace en uno problemático, no habiéndose podido obtener este
dato en el 11,5% de los reincidentes.
En el caso de los no reincidentes de nuevo nos encontramos con que el
panorama cambia notablemente, pues aquí el 64,4 de los no reincidentes tiene un grupo
de iguales normalizado frente al 21,4% que lo presenta problemático, no constando esta
circunstancia en el 14,3%.
Si comparamos las cifras de ambas leyes, cabe constatar que el número de
menores reincidentes con un grupo de iguales normalizado disminuye en la actual
regulación y se incrementa un poco (de un 66,2% sube al 67,1%) el de los que lo tienen
problemático. En el caso de los no reincidentes la tendencia es justamente la contraria,
pues asciende el porcentaje de los que disponen de un grupo de iguales normalizado (del
58,4% al 64,4%), mientras que disminuye el de los que lo tienen problemático (del
23,5% al 21,4%).
En definitiva, se puede concluir que esta variable social, al igual que la del
entorno social, influye en el hecho de que los menores sigan una carrera criminal.
55
LEY = 492,00
Reincidente
Si
No
Total de grupo
_N_
103
420
n.c
_% col
19,7%
80,3%
_% f ila
11,5%
18,0%
523
100%
16,2%
grupo de iguales
normalizado
_N_
_% col _% f ila
200
12,8%
22,3%
1359
87,2%
58,4%
_N_
594
548
1559
1142
100%
48,4%
Total de grupo
problemático
_% col _% f ila
52,0%
66,2%
48,0%
23,5%
100%
35,4%
_N_
897
2327
_% col
27,8%
72,2%
_% f ila
100%
100%
3224
100%
100%
LEY = 500,00
Reincidente
Total de grupo
Si
No
_N_
49
58
n.c
_% col
45,8%
54,2%
_% f ila
14,1%
14,3%
107
100%
14,2%
grupo de iguales
normalizado
_N_
_% col _% f ila
65
19,9%
18,7%
262
80,1%
64,4%
327
100%
43,4%
56
Total de grupo
_N_
233
87
320
problemático
_% col _% f ila
72,8%
67,1%
27,2%
21,4%
100%
42,4%
_N_
347
407
_% col
46,0%
54,0%
_% f ila
100%
100%
754
100%
100%
9. Intervención de adultos en delitos cometidos por menores
En los delitos enjuiciados al amparo de la Ley 4/92 se puede constatar que sólo
el 12% de los menores de 12 a 16 años cometió el delito en unión de adultos, mientras
que la inmensa mayoría, el 79,8% de ellos no lo hizo, no habiéndose podido averiguar
este dato respecto del 5,7% de los menores.
Por lo que se refiere a la situación en la Ley 5/00, cabe observar que aquí el
14,9% de los menores de 14 a 18 años realizó el hecho delictivo junto a adultos,
mientras que el 79,4% no lo efectuó, no constando este dato en el 5,7% de los menores.
Si cotejamos los datos obtenidos en ambas leyes, se puede ver que mientras el
porcentaje de los no cometen delitos con adultos es prácticamente idéntico (79,8% por
un 79,4%), en la Ley 5/00 se incrementa algo, casi un 3%, el de los que ejecutan el
hecho delictivo con adultos.
Intervenci ón de adultos en delitos cometi dos por menores
adultos
n.c.
si
no
Total
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
LEY
492,00
500,00
448
72
Total
520
8,3%
5,7%
7,8%
650
187
837
12,0%
14,9%
12,5%
4330
996
5326
79,8%
79,4%
79,7%
5428
1255
6683
100,0%
100,0%
100,0%
VII. El procedimiento
1. La forma de inicio
Los procesos de menores se inician en la mayor parte de las ocasiones por medio
de la denuncia del particular. Así acontece en el 51% de los casos en la Ley 4/92 y en el
45,4% en la Ley 5/00. El traslado del atestado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
que han tenido conocimiento del delito directamente o por denuncia presentada ante
ellas es otra vía muy frecuente de dar comienzo al proceso de menores. Este camino
57
representa el 30,8% de los supuestos en la Ley 4/92 y el 34,7% en la Ley 5/00. Por
último, tampoco son pocas las situaciones en las que la incoación tiene lugar por
traslado de las actuaciones de un Juzgado de Instrucción al aparecer implicado el menor.
Este medio supone el 13,6% en la Ley 4/92 y el 16,6% en la Ley 5/00. En definitiva,
aunque nada impide que sea el órgano encargado de la instrucción, el Ministerio Fiscal,
el que dé inicio al procedimiento de oficio, lo cierto es que esta hipótesis prácticamente
carece de relevancia.
Forma de inicio del procedimiento
inicio
n.c.
denuncia particular
traslado policía
traslado instrucción
otros
Total
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
LEY
492,00
500,00
226
25
Total
251
4,1%
1,9%
3,7%
2794
596
3390
51,0%
45,4%
49,9%
1684
456
2140
30,8%
34,7%
31,5%
742
218
960
13,6%
16,6%
14,1%
28
19
47
,5%
1,4%
,7%
5474
1314
6788
100,0%
100,0%
100,0%
2. La instrucción
2.1 El Ministerio Fiscal y el equipo técnico
En el estudio se observa que el porcentaje de ocasiones en las que el Ministerio
Fiscal explora personalmente al menor mediante una entrevista personal con él es
relativamente bajo tanto en la Ley 4/92 como en la 5/00, siendo en ambos casos de
un 27%. De ello parece deducirse que este órgano se basa normalmente en el
contenido del informe del equipo técnico.
58
Exploración del menor por parte del Ministerio Fiscal
exploración
n.c.
LEY
492,00
500,00
117
145
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
Recuento
% de
LEY
si
no
Total
Total
262
2,1%
10,6%
3,8%
1498
370
1868
27,0%
27,1%
27,0%
3929
850
4779
70,9%
62,3%
69,2%
5544
1365
6909
100,0%
100,0%
100,0%
Por lo que se refiere al informe del equipo técnico, éste se confeccionó en la Ley
4/92 respecto al 61,1% de los menores, mientras que no se elaboró en el 38,9%. En
la Ley 5/00 el porcentaje de los supuestos en los que realizó el informe disminuye
ligeramente hasta el 59,8%, en tanto aumenta el de los que no se efectuó hasta el
40,2%. De todos modos, hay que tener presente que la muestra abarca hasta febrero
de 2002 y que en muchas ciudades ésta se empezó a recoger poco después, por lo
que es posible que en ese momento todavía no se hubiera evacuado.
Informe del equipo técni co
inf orme equipo
técnico
si
no
Total
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
LEY
492,00
500,00
3387
825
Total
4212
61,1%
59,8%
60,8%
2159
554
2713
38,9%
40,2%
39,2%
5546
1379
6925
100,0%
100,0%
100,0%
2.2 Las medidas cautelares
En materia de medidas cautelares, en la Ley 4/92 el internamiento se acordó en
147 ocasiones, lo que supone un 2,7%. En un 0,48% se aplicó la libertad vigilada y en
un 0,1% la custodia familiar. En definitiva, en un 96,5% de los menores no se dispuso la
aplicación de medidas cautelares.
En la Ley 5/00 se incrementó el recurso al internamiento como medida cautelar,
aplicándose en 46 ocasiones, lo que representa un 3,8%. Por su parte, la libertad
59
vigilada se ha adoptado 12 veces, es decir, un 1%. En el primer año de vigencia de esta
norma no se ha dispuesto ninguna medida en el 95,1% de los menores.
Tabla de contingencia medi da cautel ar * LEY
LEY
medida
cautelar
no hubo
internamiento
libertad v igilada
otros
Si, custodia f amiliar
Total
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
492,00
5184
500,00
1142
Total
6326
96,5%
95,1%
96,3%
147
46
193
2,7%
3,8%
2,9%
12
12
1,0%
,2%
33
1
34
,6%
,1%
,5%
7
7
,1%
,1%
5371
1201
6572
100,0%
100,0%
100,0%
Desde el punto de vista del sexo de los menores, el internamiento se aplica al
2,9% de los varones, mientras que en el caso de las mujeres se acuerda al 1,9%. En el
caso de la libertad vigilada, ésta se acordó respecto del 0,8% de los varones y el 0,5% de
las mujeres. En definitiva, se observa que a las mujeres se les imponen menos medidas
cautelares que a los varones.
60
Tabla de contingencia Medidas cautelares * SEXO
Medidas
cautelares
no hubo
internamiento
libertad v igilada
otros
Si, custodia f amiliar
suspensión f in de
semana
internamiento en
protección
amonestación
reparación
alejamiento de v íctima
Total
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
Recuent o
% de
SEXO
SEXO
v arón
mujer
5239
982
Total
6221
96,0%
97,3%
96,2%
156
19
175
2,9%
1,9%
2,7%
44
5
49
,8%
,5%
,8%
6
1
7
,1%
,1%
,1%
6
6
,1%
,1%
2
2
,0%
,0%
2
2
,0%
,0%
4
4
,1%
,1%
1
1
2
,0%
,1%
,0%
1
1
,1%
,0%
5460
1009
6469
100,0%
100,0%
100,0%
Si cruzamos la variable de medidas cautelares con la de nacionalidad, se puede
ver que al 96,5% de los españoles no se les impuso ninguna, mientras que al 2,6% de
ellos se les aplicó el internamiento y al 0,5% la libertad vigilada.
En el colectivo de extranjeros más numeroso, el de los marroquíes, no se impuso
medida alguna al 84,9%, en tanto que al 10,7% se les aplicó el internamiento y al 3,9%
la libertad vigilada.
En el grupo de los europeos el internamiento representa un 2,3% y la libertad
vigilada un 3,4%. En el de los americanos, integrado en su gran mayoría por
latinoamericanos, el internamiento supone el 6,3% y la libertad vigilada el 2,1%. Para
los de nacionalidad argelina el internamiento se aplicó al 6,5% y la libertad vigilada al
3,2%.
61
A la vista de estos datos, cabe concluir que el recurso al internamiento es muy
desigual en función de la procedencia de los menores. Así, a los marroquíes se les
impone cuatro veces más que a los españoles. Aunque en menor medida, también se
aplica más el internamiento al colectivo de los americanos, asiáticos y argelinos. En
cambio, en el colectivo europeo el porcentaje es algo más que reducido que en el caso
de los españoles.
62
Tabla de contingencia Medidas cautelares * Naci onali dad
Nacionalidad
Medidas
cautelares
no hubo
internamiento
libertad v igilada
otros
Si, cust odia f amiliar
suspensión f in de
semana
internamiento en
protección
amonestación
reparación
alejamiento de
v í ct ima
Total
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
Recuento
% de
Nacionalidad
No
consta
88
España
5476
Resto
Af rica
11
Marruecos
174
América
44
Asia
15
Resto
Europa
62
Oceanía
1
Francia
19
Argelia
28
Total
5918
95,7%
96,5%
100%
84,9%
91,7%
83%
98,4%
100,0%
82,6%
90,3%
96,0%
3
145
22
3
1
1
1
2
178
3,3%
2,6%
10,7%
6,3%
5,6%
1,6%
4,3%
6,5%
2,9%
1
31
8
1
2
3
1
47
1,1%
,5%
3,9%
2,1%
11%
13,0%
3,2%
,8%
6
1
7
,1%
,5%
,1%
3
3
,1%
,0%
2
2
,0%
,0%
2
2
,0%
,0%
4
4
,1%
,1%
2
2
,0%
,0%
1
1
,0%
,0%
92
5672
11
205
48
18
63
1
23
31
6164
100%
100,0%
100%
100,0%
100,0%
****
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100%
63
Si ahora nos fijamos en los delitos que con más frecuencia dan lugar a la
imposición del internamiento como medida cautelar, indudablemente son los robos con
violencia o intimidación los que con más asiduidad la traen consigo, representando el
45% de los supuestos. A continuación hay que destacar el robo con fuerza en las cosas
con el 19,8% y el robo de uso con el 5,4%. Por detrás se sitúan el hurto y los delitos
contra la salud pública con un 4,5%.
Delitos
agrupados
-999,00
Robo con f uerza
Robo v iolencia
Hurto
Robo uso
Hurto uso
Falta-Robo-Hurto uso
Falta hurt o
Falta daños
Lesiones
Amenazas
Salud pública
Otras f alt as
Total
Medidas cautelares
internamiento
_N_
% col
997
898,2
22
19,8
50
45,0
5
4,5
6
5,4
4
3,6
3
2,7
2
1,8
1
,9
3
2,7
1
,9
5
4,5
5
4,5
111
100,0
2.3 Las medidas desjudicializadoras
En los últimos cinco años de aplicación de la Ley 4/92 los archivos del
Ministerio Fiscal por la escasa gravedad de los hechos ascendieron a 597. Si tenemos
presente que son 5547 los menores encausados, ello significa que respecto a un 10,76%
se acordó esta medida desjudicializadora. En términos absolutos, destacan los Juzgados
de Menores de Madrid con 228 casos, los de Barcelona con 92 y los de Valencia con 79.
Entre las tres acumulan el 66,8% del total. En términos relativos, sin embargo, a la
cabeza de los archivos se sitúan ciudades como Logroño donde esta vía se acuerda para
el 25,84% de los menores, siguiéndole León con el 24%, Albacete con el 20,48%,
Badajoz con el 20,40%, Granada con el 18,40%, Jaén con el 16,66% y Valencia con el
16,52%. En Madrid el porcentaje asciende al 15,09% y el Barcelona al 8,2%. De todas
formas es preciso tomar en cautela estos datos, puesto que es probable que en bastantes
ocasiones los asuntos instruidos por el Ministerio Fiscal en los que se acordado esta
medida ni siquiera hayan llegado a conocimiento de los Juzgados de Menores.
64
Archivos por ciudad del Ministerio Fiscal basados en la poca gravedad
Válidos
Albacete
Badajoz
Barcelona
Coruña
Granada
Jaen
León
Rioja
Madrid
Málaga
Murcia
Nav arra
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Total
Frecuencia
34
30
92
4
30
18
27
23
228
5
6
3
15
79
3
597
Porcent aje
5,7
5,0
15,4
,7
5,0
3,0
4,5
3,9
38,2
,8
1,0
,5
2,5
13,2
,5
100,0
Porcent aje
v álido
5,7
5,0
15,4
,7
5,0
3,0
4,5
3,9
38,2
,8
1,0
,5
2,5
13,2
,5
100,0
Porcent aje
acumulado
5,7
10,7
26,1
26,8
31,8
34,8
39,4
43,2
81,4
82,2
83,2
83,8
86,3
99,5
100,0
En cuanto a la variable edad, esta modalidad desjudicializadora se utiliza más en
los de más edad. En efecto, en el caso de los varones los de 12 años son 31 (8,2% del
total de varones sometidos a esta vía), los de 13 80 (21,1%), los de 14 127 (33,5%) y los
de 15 141 (37,2%). En las mujeres las de 12 años son 5(4,5%), las de 13 21(19,1%), las
de 14 39 (35,5%) y las de 15 45(40,9%). Esta progresión parece lógica, puesto que,
como hemos visto, los menores de más edad son los que más cometen delitos.
Por lo que se refiere al sexo, en el 77,5% de los supuestos se trata de varones y
en el 22,5% de mujeres. De aquí se puede inferir que esta modalidad se ha utilizado más
en el caso de las segundas que de los primeros, pues las mujeres sólo representan el
16,9% del total de menores infractores frente al 83,1% de los varones.
65
Edad y sexo de los responsable del hecho archivado por escasa gravedad
Edad al
cometer la
inf racción
12,00
13,00
14,00
15,00
Total
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
SEXO
v arón
mujer
31
5
Total
36
86,1%
13,9%
100,0%
8,2%
80
4,5%
21
7,4%
101
79,2%
20,8%
100,0%
21,1%
127
19,1%
39
20,7%
166
76,5%
23,5%
100,0%
33,5%
141
35,5%
45
33,9%
186
75,8%
24,2%
100,0%
37,2%
379
40,9%
110
38,0%
489
77,5%
22,5%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Si ahora nos detenemos en la Ley 5/00, el archivo por la escasa gravedad se ha
acordado en 76 ocasiones. Dado que la muestra abarca 1380 menores, estamos hablando
de un 5,5%. La inmensa mayoría de los casos se registran en Málaga con 23, Barcelona
con 13 y Tarragona con 11, lo que representa casi un 60% del total de supuestos. Esto
significa que con la nueva regulación, según los datos que se desprenden de los
expedientes, el recurso a esta vía desjudicializadora ha disminuido respecto de la Ley
4/92. No obstante, esta conclusión hay que tomarla con cautela, dado que es posible que
se este empleando por las Fiscalías sin dar cuenta de estos casos a los Juzgados de
Menores en línea con lo que parece deducirse del art. 18.
66
Poca gravedad: ciudad. Ley 5/00
Válidos
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
Jaen
Madrid
Málaga
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Total
Frecuencia
1
2
13
7
4
1
1
7
21
11
5
3
76
Porcent aje
1,3
2,6
17,1
9,2
5,3
1,3
1,3
9,2
27,6
14,5
6,6
3,9
100,0
Porcent aje
v álido
1,3
2,6
17,1
9,2
5,3
1,3
1,3
9,2
27,6
14,5
6,6
3,9
100,0
Porcent aje
acumulado
1,3
3,9
21,1
30,3
35,5
36,8
38,2
47,4
75,0
89,5
96,1
100,0
En la Ley 4/92 se contemplaba en la regla 6ª del art. 15.1 otra vía
desjudicializadora, la de la reparación del daño. En virtud de ella, al final de la
incoación del expediente se permitía al Ministerio Fiscal solicitar al Juez de Menores
que concluyera el expediente por haber reparado el menor el daño o haberse
comprometido a ello. A esta posibilidad se ha recurrido en relación a 915 menores, lo
que implica que esta medida se ha aplicado al 16,49% del total de éstos. Sin embargo, si
nos detenemos en el uso que se ha hecho de ella en las diferentes ciudades analizadas,
se puede observar cómo la reparación del daño se ha utilizado de forma muy desigual.
En términos absolutos, Madrid y Barcelona acaparan el 79,6% del total de reparaciones
(373 y 355 respectivamente). A continuación se situarían Tarragona con el 7,5% (69) y
Bilbao con el 4,2% (4,2%). Si ahora los vemos en términos relativos, en Madrid se
aplica la reparación aproximadamente al 24,68% de los menores que llegan a los
Juzgados de Menores, en Barcelona a un 31,64%, en Tarragona aun 23,71% y en Bilbao
a 18,35%. En el otro extremo se sitúan ciudades como Logroño y Jaén en las que no
consta que se haya efectuado ninguna y otras donde las cifras son prácticamente
irrelevantes como en Murcia y Pamplona.
67
Reparaci ón: ciudad. Ley 4/92
Válidos
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
León
Madrid
Málaga
Murcia
Nav arra
Santander
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Total
Frecuencia
7
3
355
38
10
5
2
373
3
1
1
3
69
27
18
915
Porcent aje
,8
,3
38,8
4,2
1,1
,5
,2
40,8
,3
,1
,1
,3
7,5
3,0
2,0
100,0
Porcent aje
v álido
,8
,3
38,8
4,2
1,1
,5
,2
40,8
,3
,1
,1
,3
7,5
3,0
2,0
100,0
Porcent aje
acumulado
,8
1,1
39,9
44,0
45,1
45,7
45,9
86,7
87,0
87,1
87,2
87,5
95,1
98,0
100,0
Si cotejamos ahora las dos vías desjudicializadores de la Ley 4/92, se puede
constatar que las dos ciudades en las que los Juzgados de Menores acumulan con
diferencia más expedientes, Madrid y Barcelona, se recurre a ellas respecto de casi un
40% de los menores que les llegan. A continuación se situaría Tarragona con casi un
29% que es la ciudad que más se aproxima en volumen de asuntos a las dos acabadas de
mencionar. En las demás ciudades los porcentajes no pasan del 26%, siendo en muchos
casos muy bajos como los de Málaga con un 8,57% y Zaragoza con un 7,25%. Con ello
parece confirmarse la idea de que el volumen de trabajo es una de las variables que
influye en el nivel de aplicación de las medidas desjudicializadoras. De todos modos,
hay datos que ponen de relieve que existen notables diferencias en cuanto a la forma de
implantar las estrategias de desjudicialización. Así, como hemos visto, en Málaga a
éstas se recurre en 8,57% de los menores que llegan al Juzgado. Sin embargo, hay que
tener presente que el número de éstos que recibe el Juzgado es muy inferior al que
llegan a otros de poblaciones mucho más pequeñas que Málaga, lo cual nos induce a
pensar que aquí se desjudicializa sin que el caso ni siquiera llegue a conocimiento del
Juzgado.
Además, mientras en algunos Juzgados se hace uso de ambas modalidades de
desjudicialización, dando en todo caso primacía a la vía de la reparación del daño, en
otros se opta prácticamente por una sola. Así, en el caso de Logroño se recurre
únicamente al archivo, mientras que Bilbao y Santander usan exclusivamente la de la
reparación del daño.
Respecto de la conciliación en la Ley 5/00 se han registrado 140 casos. Ello
significa que esta medida desjudicializadora se aplicó a un 10,14% de los menores
encausados. La mitad de los casos se dieron en los Juzgados de Menores de Barcelona,
26 en Zaragoza, 17 en Bilbao y 11 en Valencia. Llama la atención que en varios
Juzgados de Menores no se haya recurrido ni una sola ocasión a esta vía. Así acontece
con Granada, Jaén, Málaga, Logroño y Santander. Asimismo cabe resaltar que en
Madrid sólo se haya registrado un caso durante el primer año de vigencia de la Ley,
68
cuando con la anterior tenía una gran incidencia. De nuevo aquí se puede ver que en
algún Juzgado, como el de Málaga, parece haberse optado exclusivamente por la vía del
archivo por poca gravedad en detrimento de la reparación.
A la vista de lo anterior también respecto de la reparación del daño se observa
una disminución en la frecuencia de su utilización respecto de la Ley 4/92. Si en ésta el
porcentaje ascendía a un 16,49%, ahora este ha bajado hasta el 10,14%.
ciudad: Archivo ministeri o fiscal : Concil iación
Válidos
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
León
Madrid
Murcia
Nav arra
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Total
Frecuencia
2
1
70
17
1
3
1
1
2
5
11
26
140
Porcent aje
1,4
,7
50,0
12,1
,7
2,1
,7
,7
1,4
3,6
7,9
18,6
100,0
Porcent aje
v álido
1,4
,7
50,0
12,1
,7
2,1
,7
,7
1,4
3,6
7,9
18,6
100,0
Porcent aje
acumulado
1,4
2,1
52,1
64,3
65,0
67,1
67,9
68,6
70,0
73,6
81,4
100,0
En cuanto al sexo de los que han sido sometidos a esta vía, en 108 casos se
trataba de varones (86,4%) y en 17 de mujeres (13,6%), no constando el sexo en 15
supuestos. Ello apunta a que este recurso se utiliza algo más en los sujetos de sexo
femenino, pues mientras éstos suponen a nivel general en la Ley 5/00 sólo el 9,6%,
mientras que los varones representan el 90,4%. En cuanto a la variable edad no parece
haber un patrón claro. En el caso de los varones, los de 14 años constituyen el 29,6%,
los de 15 el 25%, los de 16 años el 19,4% y los de 17 el 25,9%. En el caso de las chicas
en todas las edades se sitúan en un 17% salvo las de 16 que ascienden al 47,1%.
69
Edad y sexo de los sometidos a conciliación
Edad al
cometer la
inf racción
14,00
15,00
16,00
17,00
Total
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
Recuent o
% de Edad al
cometer la inf racción
% de SEXO
SEXO
v arón
mujer
32
3
Total
35
91,4%
8,6%
100,0%
29,6%
27
17,6%
3
28,0%
30
90,0%
10,0%
100,0%
25,0%
21
17,6%
8
24,0%
29
72,4%
27,6%
100,0%
19,4%
28
47,1%
3
23,2%
31
90,3%
9,7%
100,0%
25,9%
108
17,6%
17
24,8%
125
86,4%
13,6%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
En definitiva, cabe constatar tanto en la Ley 4/92 como en la 5/00 un uso muy
desigual de las vías desjudicializadoras. Además, mientras en algunos Juzgados se
utilizan las dos, en otros parece optarse exclusivamente por una de ellas.
Con la actual regulación y respecto de los menores de los que tienen constancia
los Juzgados de Menores, se observa una disminución tanto en el caso del archivo como
en el de la reparación. Esta conclusión, no obstante, habría tomarla con cautela en
relación al archivo, puesto que el art. 18, como antes señalé, no parece exigir que se dé
cuenta al Juzgado de Menores de los casos en los que se renuncia a incoar el expediente
por la poca gravedad de los hechos.
2.4 Los archivos por parte del Ministerio Fiscal en fase de instrucción
Antes de pasar al análisis de la siguiente fase procesal, vamos a ocuparnos en
general de los decretos o solicitudes de archivo del Ministerio Fiscal durante la
instrucción.
En primer lugar, hay que destacar que respecto de algo más de los menores
implicados en el procedimiento, en concreto el 51,6%, ni se decreta ni se solicita el
archivo del asunto. En cambio, el Ministerio Fiscal renuncia a continuar el proceso en
relación al 48,4% de los menores. Esta se basa en diferentes razones. Bastante más de la
mitad de las ocasiones su decisión responde a la poca gravedad del hecho o reparación
del daño (28,3%). El 20,1% restante se reparte entre muy diferentes causas. De éstas las
más significativas serían el no haberse acreditado la participación del menor en el hecho
70
delictivo con un 4,5%, las condiciones del menor con el 4,1%, el no haberse alcanzado
la edad mínima (12 años) con un 3,4%, la búsqueda del menor con el 2,5%, el no
constituir delito el hecho enjuiciado con el 1,3% y la mayoría de edad (16 años) del
acusado con un 1,2%. La suma de todas estas circunstancias alcanzaría hasta el 17% del
total de menores.
Por último, el 3,1% se reparte entre hechos cometidos sin violencia, derivación a
la Dirección General de Atención a la Infancia, petición del equipo técnico, aplicación
de la Ley 5/00, no mediar denuncia, repatriación, inexistencia de informe técnico, por la
fecha de comisión, no interferir en los servicios sociales, por mediar ya una sanción de
internamiento, por haber prescrito el hecho, por legítima defensa, por fallecimiento o
desaparición del menor, retirada de la denuncia, por ser el autor desconocido y por
haberse incoado ya otro expediente.
492,00
Archiv o
Ministerio
Fiscal
no constituy e delito
may oría
minoría
poca grav edad
condiciones menor
sin v iolencia
reparación
no hubo petición
búsqueda
no acreditada
participación
deriv ación DGAI
petición equipo
aplicación 5/00
no hay denuncia
repatriación
no inf orme técnico
por f echa comisión
no interf erir con ss.ss
medida internamiento
prescripción
legítima def ensa
f allecimiento o
desaparición
otro expediente
autor desconocido
retiró denuncia
Total de grupo
_N_
67
62
184
597
218
4
915
2755
133
% col
1,3%
1,2%
3,4%
11,2%
4,1%
,1%
17,1%
51,6%
2,5%
242
4,5%
7
37
5
2
1
4
11
6
6
32
2
,1%
,7%
,1%
,0%
,0%
,1%
,2%
,1%
,1%
,6%
,0%
7
,1%
17
24
6
5344
,3%
,4%
,1%
100,0%
Si nos detenemos ahora en la situación durante el primer año de vigencia de la
Ley 5/00, se puede constatar que no se decreta ni se solicita el archivo respecto del
59,5% de los menores implicados en el procedimiento. En cambio, se decreta o solicita
el archivo por parte del Ministerio Fiscal en el 40,5%. De este porcentaje el 18,2%
corresponde a los supuestos en los que ha habido conciliación entre el menor y la
71
víctima o bien se ha decretado el archivo por la escasa gravedad de los hechos. A
continuación habría que destacar como causas del archivo la prescripción con un 6,3%,
la falta de acreditación de la participación del menor en el hecho delictivo con un 4,7%
y la minoría de edad (menos de 14 años) del implicado con un 3,2%.
Por último, en el 8,1% restante el archivo se basa en la fecha de comisión, la
legítima defensa, el fallecimiento o desaparición, la nulidad, la existencia de otro
expediente, el desconocimiento del autor, la falta de notificación, la retirada de la
denuncia, las condiciones del menor y la mayoría de edad del implicado.
500,00
Archiv o
Ministerio
Fiscal
no hubo petición
por conciliación
búsqueda
no acreditada
participación
por f echa comisión
no interf erir con ss.ss
prescripción
legítima def ensa
f allecimiento o
desaparición
nulidad
otro expediente
autor desconocido
no notif icado
retiró denuncia
poca grav edad
hechos
minoría
condiciones del menor
may oría
Total de grupo
_N_
705
140
35
% col
59,5%
11,8%
3,0%
56
4,7%
11
1
74
2
,9%
,1%
6,3%
,2%
2
,2%
1
4
6
2
2
,1%
,3%
,5%
,2%
,2%
76
6,4%
38
23
6
1184
3,2%
1,9%
,5%
100,0%
De la comparación de los datos arrojados por ambas Leyes sobresalen varias
notas. En primer término, con la actual regulación se ha reducido el porcentaje de
archivos decretados o pedidos por el Ministerio Fiscal. Ello se debe a la reducción de
las medidas desjudicializadoras basadas en la escasa gravedad del hecho o la reparación
del daño a lo que habría que sumar también la disminución de los supuestos de archivo
por las condiciones del menor que de un 4,1% han pasado a un 1,9%.
La otra nota más destacada es el notable incremento que han experimentado los
archivos por prescripción del hecho. En efecto, estos han pasado de representar un 0,6%
en la anterior regulación a un 6,3% con la nueva. Muy probablemente este incremento
sea debido a que en la Ley 5/00 se establecen unos plazos de prescripción distintos y
más cortos a los previstos para los adultos, lo que hace más fácil que cuando el hecho
llegue a conocimiento de la Administración de Justicia ya hayan transcurrido aquéllos.
72
3. La fase intermedia y celebración de audiencia
La mayoría de los procedimientos de menores en la Ley 4/92 no llegaron a la
fase de audiencia (63,6%), alcanzando esta fase sólo un 36,4%. Esta circunstancia se
debe tanto al recurso a las medidas desjudicializadoras que se aplican a un 27,25% de
los menores como al elevado número de conformidades.
En el caso de la Ley 5/00 la situación se modifica algo. Aquí en un 7,4% de los
casos se llega a la conformidad a través de la comparecencia prevista en virtud de los
arts. 32 y s. de la actual regulación. Pero es que, además, antes de que se celebre la
audiencia propiamente dicha todavía cabe evitarla mediante la conformidad del menor
sobre los hechos y las medidas propuestas por el Ministerio Fiscal. En este supuesto, en
verdad, no se llega a celebrar la fase de audiencia como se desprende del art. 37. Pues
bien, en un 63,2% de los casos se da la conformidad sobre los hechos y las medidas. En
un 2,3% de las hipótesis tiene lugar la audiencia para fijar la medida sobre la que no hay
conformidad cuando ésta se da respecto de los hechos. Finalmente, en un 27,2% de los
casos tiene lugar la fase de audiencia sin que haya ningún tipo de conformidad.
Si cotejamos los datos obtenidos de ambas leyes, cabe observar que en la actual
regulación disminuye el porcentaje de casos en los que se celebra la audiencia. Y ello
pese a que en ésta el número de menores llegados a los Juzgados que son objeto de
medidas desjudicializadoras disminuye con respecto a la situación existente en la
anterior regulación, pues de un 27,25% hemos pasado a un 15,64%. La reducción de los
supuestos en que se celebra la audiencia se explica esencialmente por el incremento de
las conformidades.
Conformidad y celebraci ón de audiencia
Celebración
audiencia
No se celebró
Se celebró
Comparecencia de
conf ormidad de las
partes (según Art. 32)
Audiencia con
conf ormidad sobre los
hechos y la medida
Audiencia con
conf ormidad sólo
sobre los hechos
Audiencia sin
conf ormidad
Total
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
Recuent o
% de
LEY
73
LEY
492,00
500,00
2744
Total
2744
63,6%
58,8%
1569
1569
36,4%
33,6%
26
26
7,4%
,6%
223
223
63,2%
4,8%
8
8
2,3%
,2%
96
96
27,2%
2,1%
4313
353
4666
100,0%
100,0%
100,0%
4. La resolución
Indudablemente el dato más llamativo es el elevadísimo número de resoluciones
condenatorias con conformidad que en el caso de la Ley 4/92 asciende a 1514, lo que
representa un 63,4% del total, y que en la Ley 5/00 llega hasta los 258, lo que supone un
70,9% del total. En cambio, los supuestos de sentencia condenatoria sin conformidad
tienen un peso muy escaso. En la Ley 4/92 son 257 los casos, lo que entraña un 10,8%
del total, mientras en la nueva regulación son 40, es decir, un 11%.
Las resoluciones absolutorias alcanzan los 590 casos en la antigua normativa, o
lo que es lo mismo, un 24,7%, en tanto que en la nueva sólo son 51 supuestos, o sea, un
14%. Esto significa que en el primer año de vigencia de la Ley 5/00 se ha reducido
considerablemente el número de absoluciones.
Por último, las hipótesis en las que no se condenó por haber prescrito los hechos
son 15 en la Ley 4/92 (0,6%) y 15 en la 5/00 (un 4,1%). El notable incremento de la
apreciación de esta causa de extinción de la responsabilidad criminal quizás sea debido
al establecimiento de unos plazos de prescripción específicos y más cortos que los
previstos para los adultos.
Tabla de contingencia resolución * LEY
resolución
condenatoria con
conf ormidad
condenatoria sin
conf ormidad
absolutoria
prescripción
nuev o expediente
Total
Recuent o
% de resolución
% de LEY
Recuent o
% de resolución
% de LEY
Recuent o
% de resolución
% de LEY
Recuent o
% de resolución
% de LEY
Recuent o
% de resolución
% de LEY
Recuent o
% de resolución
% de LEY
74
LEY
492,00
500,00
1514
258
85,4%
14,6%
63,4%
70,9%
257
40
86,5%
13,5%
10,8%
11,0%
590
51
92,0%
8,0%
24,7%
14,0%
15
15
50,0%
50,0%
,6%
4,1%
12
100,0%
,5%
2388
364
86,8%
13,2%
100,0%
100,0%
Total
1772
100,0%
64,4%
297
100,0%
10,8%
641
100,0%
23,3%
30
100,0%
1,1%
12
100,0%
,4%
2752
100,0%
100,0%
5. Recursos
La nota más significativa relacionada con este aspecto es el escasísimo número
de supuestos en los que la resolución es objeto de recurso. En la Ley 4/92 sólo se
recurre el 2,2% (63) de un total de 2867 resoluciones.
492,00
recurso
_N_
si
no
Total de grupo
63
2804
% col
2,2%
97,8%
2867
100,0%
En la Ley 5/00 este porcentaje incluso se reduce hasta el 1,5% de un total de 535
resoluciones.
recurso
500,00
_N_
% col
527
98,5%
8
1,5%
no
apelación
Total de grupo
535
100,0%
En cuanto al resultado del recurso, los datos sólo son relevantes para la Ley
4/92, puesto que en la Ley 5/00 sólo se han computado 8 casos de los cuales sólo se han
resuelto dos al tiempo de efectuar esta investigación. Así pues, en relación a la primera
la inmensa mayoría fueron desestimados (40 que representan el 80%). En un 12% de los
casos (6) se estimó el recurso y se absolvió al menor. Por último, en un 8% de los
supuestos se estimó el recurso y se modificó la medida, acordándose en tres casos
libertad vigilada y en uno servicios en beneficio de la comunidad.
492,00
respuesta al
recurso
estimación y absolución
estimación y
modif icación
desestimación
Total de grupo
_N_
6
% col
12,0%
4
8,0%
40
50
80,0%
100,0%
El escaso índice de recursos no es de extrañar a la vista de que la mayoría de las
sentencias condenatorias se dictan de conformidad con las partes. Sería muy
conveniente indagar el papel que en esta situación juega el entendimiento de que la
asistencia letrada en el ámbito de los menores tiene un contenido y alcance muy diverso
al de los adultos.
75
6. El archivo definitivo
En este apartado nos vamos a ocupar de los archivos definitivos de la causa. En
el 34,7% de los casos analizados en la Ley 4/92 no aparece esta circunstancia. Esto
significa que al tiempo de extraer los datos de la Ley 4/92 se ha producido ya el archivo
definitivo del 63,3% de los asuntos. De este porcentaje la mayor parte corresponde a
tres circunstancias: el cumplimiento de la medida en un 22,7%, el sobreseimiento con
un 15,4% y la absolución con un 8,3%. Menor relevancia tienen otras circunstancias
como la reparación que figura con un 4,3%, la minoría de edad con un 3,2%, la
búsqueda del menor con un 3% y la mayoría de edad con un 2,1%. Además, hay que
tener presente que en el 1,9% de los casos no se ha podido averiguar a qué se debe el
archivo definitivo.
Por último el 2,4% restante se debe a muy variadas causas: prescripción, nulidad
de ejecución, transcurso del plazo fijado sin delinquir, no reconocimiento en rueda, cosa
juzgada, escasa trascendencia, circunstancias del menor, transcurso del tiempo, cesa el
expediente, incoación de nuevo expediente y derivación a la Dirección General de
Atención a la Infancia
Archiv o
def initiv o
no aparece
may orí a
búsqueda
minoría
cumplimiento medida
absolución
prescripción
sobreseimient o
nulidad ejecución
sin delinquir
no reconocido en
rueda
reparación
y a juzgado
escasa trascendencia
no consta causa
circunstancias
transcurso tiempo
cesa el expediente
incoación nuev o
deriv ación DGAI
Busqueda
Total de grupo
492,00
_N_
% col
1673
34,7%
99
2,1%
139
2,9%
154
3,2%
1091
22,7%
399
8,3%
25
,5%
742
15,4%
11
,2%
55
1,1%
11
,2%
205
2
16
90
78
14
5
2
1
4
4816
4,3%
,0%
,3%
1,9%
1,6%
,3%
,1%
,0%
,0%
,1%
100,0%
En el caso de la Ley 5/00 la situación aparece mucho más simplificada. Aquí en
el 60,4% de los casos no figura todavía el archivo definitivo de la causa. Esto implica
que sólo en el 39,6% se ha producido ya éste. De este porcentaje corresponde el 31,3%
a absoluciones. A continuación destacaría el archivo definitivo por mayoría de edad del
76
implicado con el 4,5% y por cumplimiento de la medida con un 2,7%. El 1,2% restante
se basa en la búsqueda del menor y a la minoría de edad de éste.
500,00
Archiv o
def initiv o
no aparece
may orí a
búsqueda
minoría
cumplimiento medida
absolución
Total de grupo
_N_
568
42
8
3
25
295
941
% col
60,4%
4,5%
,9%
,3%
2,7%
31,3%
100,0%
Si cotejamos los datos obtenidos de ambas leyes, destaca sobre todo que los
casos de falta de archivo definitivo en la Ley 5/00 casi doblan a los de la Ley 4/92. La
explicación hay que encontrarla en que muchos de los procedimientos al tiempo de
realizar la extracción de datos aún no habían terminado o estaban pendientes de que se
cumpliera la medida. De ahí que en la nueva regulación la inmensa mayoría de los
archivos definitivos corresponda a absoluciones, pues ésta no requiere de más trámites
como, sin embargo, acontece en el caso de aplicación de una medida, aun cuando la
ejecución de ésta se suspenda. En tales hipótesis siempre hay que esperar a su ejecución
o a que transcurra el plazo fijado en la suspensión.
7. La duración del procedimiento
Desde una perspectiva general, el 55,2% de los procedimientos dura entre un
mes y 6 meses, el 35,6% entre seis y 12 meses, el 7,2% entre 12 y 18. El 2% restante
dura bastante más. No obstante, es preciso tener presente que al menos parte de este
porcentaje puede estar integrado por los errores cometidos al tomar las fechas o al
introducirlas en la base de datos.
Respecto de estos resultados hay que matizar que se ha calculado el tiempo del
procedimiento desde la incoación del expediente hasta que se dicta la resolución. Pero
ello no tiene por qué significar necesariamente que esa sea la duración de los procesos,
puesto que antes de la incoación se suele emplear un tiempo en practicar por parte del
Ministerio Fiscal las denominadas diligencias preliminares, no disponiéndose de
información acerca de su duración que, sin embargo, habría también que tomarla en
consideración. En definitiva, aquí únicamente estamos haciendo referencia a lo que dura
un procedimiento desde la incoación hasta la resolución, lo que, en modo alguno, se
puede identificar con la duración total del proceso de menores.
77
Duración procedimiento (meses)
Válidos
Perdidos
Total
1,00
2,00
3,00
4,00
5,00
6,00
7,00
8,00
9,00
10,00
11,00
12,00
13,00
14,00
15,00
16,00
17,00
18,00
19,00
20,00
21,00
22,00
23,00
24,00
25,00
26,00
27,00
28,00
29,00
31,00
41,00
52,00
66,00
75,00
208,00
378,00
Total
Sistema
Frecuencia
98
161
220
249
269
253
199
189
152
113
81
70
51
28
23
24
21
15
5
3
4
7
2
5
2
2
2
1
1
1
1
1
1
1
1
1
2257
2455
4712
Porcent aj
e
2,1
3,4
4,7
5,3
5,7
5,4
4,2
4,0
3,2
2,4
1,7
1,5
1,1
,6
,5
,5
,4
,3
,1
,1
,1
,1
,0
,1
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
47,9
52,1
100,0
Porcent aje
v álido
4,3
7,1
9,7
11,0
11,9
11,2
8,8
8,4
6,7
5,0
3,6
3,1
2,3
1,2
1,0
1,1
,9
,7
,2
,1
,2
,3
,1
,2
,1
,1
,1
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
,0
100,0
Porcent aje
acumulado
4,3
11,5
21,2
32,3
44,2
55,4
64,2
72,6
79,3
84,3
87,9
91,0
93,3
94,5
95,5
96,6
97,5
98,2
98,4
98,5
98,7
99,0
99,1
99,3
99,4
99,5
99,6
99,6
99,7
99,7
99,8
99,8
99,9
99,9
100,0
100,0
Si ahora vemos los datos relativos a la duración dividida por Ley y Juzgado, en
el caso de la Ley 4/92 se puede afirmar que en general, aunque, como se puede ver hay
excepciones, que existe una relación directa entre volumen de asuntos y duración del
procedimiento. En efecto, cuantos más procesos lleva un Juzgado de Menores, mayor es
78
el tiempo que se tarda desde la incoación hasta que se dicta la resolución, y a la inversa.
Para lo primero resulta muy ilustrativo el caso de los Juzgados de Barcelona y para lo
segundo los de Jaén, León, Pamplona y Santander.
Ciudad
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
Jaén
León
Logroño
Madrid
Málaga
Murcia
Pamplona
Santander
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Duración de los procedimientos en meses en Ley 4/92
Juzgado
Procesos
Media
Máximo
Mínimo
1
200
5,31
18
1
1
260
4,96
16
1
1
357
8,81
31
1
2
404
9,61
25
2
3
391
8,01
24
2
1
208
6,48
24
1
1
193
9,54
18
3
1
170
8,07
23
1
1
115
5,05
22
2
1
101
4,30
9
2
1
89
9,04
22
1
1
420
6,82
13
1
2
357
7,43
16
3
3
377
5,28
14
2
4
391
6,27
12
1
1
96
11,28
23
3
1
147
6,92
20
1
1
119
3,36
16
1
1
52
3,90
10
2
1
298
5,15
18
1
1
247
6,78
41
1
2
250
6,57
29
1
1
303
4,49
15
1
Desv. Típ.
2,99
3,32
5,05
4,65
3,72
4,22
3,35
4,86
3,16
1,63
5,21
2,91
3,05
2,87
2,91
4,32
3,60
2,77
1,58
3,41
5,10
4,58
2,49
En el caso de la Ley 5/00 llaman la atención dos notas. En primer lugar, en la
mayoría de los Juzgados de Menores se ha incrementado el tiempo medio que se tarda
desde la incoación hasta que se dicta la resolución. En segundo lugar, también resulta
muy ilustrativo el hecho de que en casi todos los Juzgados se ha incrementado el tiempo
mínimo de duración del procedimiento. Este dato es coherente con el aumento del
volumen de asuntos que se ha producido con la Ley 5/00. Junto a esta circunstancia,
quizás también haya podido influir el tiempo que cada Juzgado ha tenido que dedicar a
la adaptación de éste a las necesidades de la nueva regulación, así como a las cuestiones
de Derecho transitorio.
79
Ciudad
Albacete
Badajoz
Barcelona
Bilbao
Coruña
Granada
Jaén
León
Logroño
Madrid
Málaga
Murcia
Pamplona
Santander
Tarragona
Valencia
Zaragoza
Duración de los procedimientos en meses en Ley 5/00
Juzgado
Procesos
Media
Máximo
Mínimo
1
29
8,38
11
5
1
1
50
8,40
12
4
2
70
9,60
16
6
3
86
7,40
14
2
1
126
7,41
12
2
1
95
8,06
14
1
1
67
8,58
16
3
1
33
7,40
27
2
1
43
5,40
8
4
1
27
7,08
10
5
1
51
6,25
7
5
2
44
9
13
6
3
4
1
91
8,80
18
1
1
58
9,94
15
2
1
33
5,87
10
2
1
33
6,75
9
1
1
108
8,29
15
2
1
36
8,11
24
1
2
39
6,29
12
3
1
102
5,82
10
2
Desv. Típ.
2,39
2,37
2,72
2,44
2,42
3,25
3,85
6,05
1,26
1,38
0,96
3,08
4,60
3,93
2,03
3,33
3,60
5,37
2,93
1,83
VIII. Las medidas
Al amparo de la Ley 4/92 en el periodo analizado (5 años) se han impuesto un
total de 1.950 medidas, lo que supone una media de 390 por año, mientras en el primer
año de la Ley 5/00 se han aplicado 376. Esto no significa que con la nueva regulación se
impongan menos medidas, puesto que en los datos no se incluyen las acordadas por los
nuevos Juzgados de Menores creados en Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga y que,
de haberse tenido en cuenta, superarían considerablemente la media de 390.
En la Ley 4/92 la medida que con más frecuencia se aplica es la de libertad
vigilada que representa un 36,35% del total de las impuestas. A esta le siguen en
importancia la de amonestación con un 27%, la de servicios en beneficio de la
comunidad con un 16,92%, la de internamiento en régimen cerrado con un 9,23%, la de
internamiento en régimen semiabierto con un 5,64%, la de internamiento de fin de
semana con un 1,84%, la de internamiento en régimen abierto con un 1,12%. Las
restantes apenas tienen trascendencia.
80
Medidas aplicadas por el Juez
Acogimiento
Amonestación
Tareas socioeducativas
Servicios en beneficio comunidad
Convivencia con otras personas
Libertad vigilada
Fin de semana en domicilio
Asistencia a centro de día
Tratamiento ambulatorio
Privación permiso conducir
Fin de semana en centro
Internamiento terapéutico
Internamiento en régimen abierto
Internamiento en régimen semiabierto
Internamiento en régimen cerrado
Ley 4/92
Ley 5/00
3 (0,16%)
527 (28,94%) 47 (15,26%)
11 (3,57%)
330 (18,12%) 59 (19,16%)
2 (0,65%)
709 (38,93%) 151 (49,03%)
1 (0,32%)
1(0,32%)
19 (1,04%)
11 (3,57%)
5 (0,27%)
3 (0,97%)
36 (1,98%)
8 (2,60%)
9 (0,49%)
5 (1,62%)
22 (1,21%)
2 (0,65%)
110 (6,04%) 51 (16,56%)
180 (9,88%) 24 (7,79%)
Por lo que se refiere al contenido de los servicios a favor de la comunidad, en un
38% de los casos su objeto es la realización de tareas de mantenimiento y limpieza, en
un 45,7% la prestación de labores humanitarias y en un 16,3% la ejecución de tareas
administrativas.
Un estudio realizado en la comunidad de Castilla-La Mancha12 que abarca un
periodo que va desde junio de 1996 a diciembre de 1998 arroja los siguientes datos: la
sanción más aplicada es la amonestación con un 50%, la libertad vigilada con un 21,9%,
los trabajos en beneficio de la comunidad con un 11,6% y el internamiento en centro
cerrado con un 12,4%, habiéndose acordado en un 10,2% como medida exclusiva y en
un 2,2% acompañado de la medida de libertad vigilada.
Si comparamos los datos de nuestra investigación con los de la realizada en
Castilla-La Mancha se observan importantes diferencias en cuanto a la estrategia
sancionadora. Así mientras la medida más aplicada en la primera es la libertad vigilada
con un 36,35%, en la segunda esta desciende al 21,9%, situándose en ésta la
amonestación con un 50% como la sanción más aplicada, en tanto que a nivel de todo el
territorio nacional su frecuencia no pasa del 27%.
En la Ley 5/00 la sanción más aplicada es la de libertad vigilada con un 40,15%.
A ésta le siguen en frecuencia la de servicios en favor de la comunidad con un 15,69%,
la de internamiento en régimen semiabierto con un 13,6%, la de amonestación con un
12,5%, la de internamiento en régimen cerrado con un 6,38%, las tareas socioeducativas
y el tratamiento ambulatorio con un 2,92%, el internamiento en centro de fin de semana
con un 2,12%, el internamiento en centro terapéutico con un 1,32%. Las demás tienen
una relevancia muy escasa. Así acontece con la asistencia a centro de día que sólo se ha
12
Rechea Alberola/Fernández Molina: Impacto de la nueva Ley penal juvenil (5/2000) en Castilla-La
Mancha.
81
aplicado en una ocasión, con el internamiento en régimen abierto que únicamente se ha
acordado dos veces, la convivencia con otra persona, familia o grupo educativo que se
ha impuesto en otras dos ocasiones o la privación del permiso de conducir vehículos a
motor o ciclomotor aplicada tres veces.
Los resultados obtenidos en nuestro estudio difieren algo de los recogidos por el
Defensor del Pueblo en su informe sobre “El primer año de vigencia de la ley
reguladora de la responsabilidad penal de los menores”, y en el que la libertad vigilada
aparece como la medida más aplicada con un 44.32%, seguida de la de prestación de
servicios a favor de la comunidad con un 20,74% mientras que el total de los
internamientos asciende al 25,71%. En definitiva, en el informe del Defensor del Pueblo
se reflejan más libertades vigiladas, prestaciones en beneficio de la comunidad e
internamientos. De todas maneras, el propio informe destaca los problemas
metodológicos de su análisis. Así señala que “la primera reflexión que debe realizarse
en relación con los datos expuestos, es la de la dificultad que se ha tenido para poder
ofrecerlos de forma homogénea. No siempre los datos recibidos en relación con las
medidas acordadas en el año 2001, procedentes unas veces de la Administración, otras
de la Fiscalía correspondiente e incluso a veces de los Colegios de Abogados, han sido
coincidentes. Además al existir medidas que ejecuta la Administración y otras que
ejecuta el órgano judicial, no existe o por lo menos no ha existido respecto de las
medidas del año 2001 un organismo que unificara las cifras correspondientes a esa
materia. Sólo en el caso de la Región de Murcia se han recibido en la Institución, los
datos completos de las medidas ejecutadas por la Administración y por el Juzgado de
Menores”13.
13
Págs. 419 y s.
82
SANCIONES APLICADAS PRIMER AÑO LEY 5/2000
PBC
16%
OTRAS
8%
MPLIB
24%
LV
40%
AMO
12%
PBC: prestaciones en beneficio de la
comunidad
MPLIB: sanciones privativas de libertad
LV: libertad vigilada
AMO: amonestación
Si vemos la evolución que ha experimentado la aplicación de la Ley 5/2000
acudiendo a las estadísticas judiciales de 2003 y 2004, se pueden constatar algunos
cambios de tendencia. En este sentido cabe apreciar que se ha incrementado
notablemente el peso de las prestaciones en beneficio de la comunidad que de
representar el 16% han pasado al 32%. Este aumento de las prestaciones parece haberse
producido a costa de la amonestación y la libertad vigilada. En el caso de las medidas
privativas de libertad en el año 2002 llegaron a suponer un 28% para a partir de ahí
haber iniciado un descenso (26% en 2003 y 23% en 2004). De este modo, parece que
mantenerse el nivel de privaciones de libertad que se constató en el estudio (24%).
Tareas socio
educativas
1,84%
Asistencia
centro de día
0,28%
Permanencia
fin de semana
2,69%
Tratamiento
ambulatorio
2,74%
Libertad
vigilada
44,32%
Convivencia
familiar o
83
grupo
0,08%
Amonestación
Prestación 1,55%
beneficio
comunidad
20,74%
Internamientos
25,71%
Privación
permiso
conducir
0,04%
Internamientos Tratamiento ambulatorio
Asistencia centro de día Permanencia fin de semana
Libertad vigilada Convivencia familiar o grupo
Prestación beneficio comunidad Tareas socio educativas
Amonestación Privación permiso conducir
SANCIONES APLICADAS EN 2003
NO CONSTA
1%
OTRAS
3%
MPLIB
26%
PBC
28%
AMO
9%
LV
33%
SANCIONES APLICADAS EN 2004
NO CONSTA
OTRAS 4%
4%
PBC
31%
MPLIB
23%
LV
30%
AMON
8%
84
Si comparamos ahora los resultados obtenidos en el estudio sobre ambas Leyes,
se aprecia, en primer término, cómo la medida más leve, la amonestación, que en la
4/92 representa el 27%, siendo la segunda más aplicada, en la 5/00 pasa a ser la cuarta
en importancia con un 12,5%.
En cambio, si sumamos todas las sanciones privativas de libertad, observamos
que la imposición de éstas se ha incrementado con la nueva regulación, habiendo pasado
de representar el 18,29% al 24,17%. No obstante, hay que destacar que en la actual
regulación la aplicación del internamiento en régimen cerrado se ha reducido respecto a
la anterior legislación (6,38% frente a un 9,23%). Por el contrario, el internamiento en
régimen semiabierto ha subido mucho en relación a la antigua normativa (13,56% frente
a un 5,64%).
Si atendemos al internamiento y a la variable nacionalidad, en el colectivo de
extranjeros más significativo, el de los marroquíes, se adoptaron en total 72 medidas
(tabla nº 70). De ellas, 10 son de internamiento en régimen semiabierto y 21 de
internamiento en régimen cerrado. Esto significa la primera representa el 13,9% y la
segunda el 29,2%. La libertad vigilada se acordó en 39 ocasiones (un 54,2%) y los
servicios a favor de la comunidad 9 veces (12,5%). Por último, en 7 casos se aplicó la
amonestación (9,7%).
En el caso de los menores españoles, los internamientos en régimen cerrado
ascienden a 172 (8,8%) y los de régimen semiabierto a 142 (7,3%). La libertades
vigiladas llegan hasta las 781 (40,1%), los servicios a favor de la comunidad hasta
363(18,6) y la amonestación hasta 531(27,2%).
De la comparación de los datos anteriores se desprende que las medidas de
internamiento se aplican muchísimo más a los menores marroquíes (43,1% de ellos) que
a los españoles (16,1%). Asimismo se constata que a los primeros se les impone
bastante menos la medida más leve, la amonestación, que a los españoles (un 9,7%
frente a un 27,2%). Ciertamente las cifras por sí solas no se pueden interpretar como un
signo de discriminación. Para ello sería preciso analizar la tipología de delitos
cometidos por unos y otros, así como las circunstancias personales, familiares y sociales
de ambos colectivos. De todas formas, respecto de un colectivo de 109 marroquíes, el
equipo técnico propuso el internamiento en 24 ocasiones, lo que representa un 22%
sobre un total. No obstante, hay que tener presente que en muchas ocasiones el equipo
técnico no realiza ninguna propuesta, lo cual debería ser la regla general, tal como se
desprende de los artículos 27 y 37. Este último establece que el equipo técnico
intervendrá en la audiencia para dar cuenta de las circunstancias del menor y la
procedencia de las medidas propuestas por las partes.
85
Tabla nº 70. Medidas impuestas en relación a la nacionalidad de los menores
Medidas
Acogimiento
Amonestación
Tareas
S.B.C.
Convivencia
Libertad vigilada
Fin semana centro
Fin semana casa
Centro de día
Trat. ambulatorio
Trat. terapéutico
Int. abierto
Int. semiabierto
Int. cerrado
Permiso de conducir
España
N
%
Marruecos
N
3
0,2
531 27,2 7
11 0,6
363 18,6 9
2
0,1
781 40,1 39
40 2,1 2
1
0,1
1
0,1
29 1,5
13 0,7 1
23 1,2 1
142 7,3 10
172 8,8 21
8
0,4
%
Argelia
N
%
Resto
África
N
%
Francia
N
%
Resto
Europa
N
%
América
N
%
N
2 100
9,7
1 33,3 1 16,7
3
37,5
1
6,7
12,5
1 33,3 1 16,7
2
25
2
13,3
4 66,7
2
25
11 73,3
1 6,7
54,2
2,8
1,4
1,4
13,9
29,2
2 66,7
3 44,3
1 33,3
86
1
12,5
Asia
%
Oceanía
N
%
No
consta
N
%
14 46,7
1 100
4
13,3
8
1
26,7
3,3
1
3,3
4
2
13,3
6,7
A continuación vamos a ocuparnos de la estrategia sancionadora que se sigue en
las diferentes ciudades que han sido objeto de nuestra muestra. Para ello se ha elaborado
un cuadro en el que se comparan las medidas impuestas en el periodo de la L.O. 4/92
(tabla nº 71). Asimismo, en el anexo I se recogen los tipos de medidas impuestas en
cada uno de los juzgados de la muestra.
Tabla nº 71. Medidas impuestas al amparo de la Ley 4/92 en las ciudades
analizadas14
AM SB
LV
C
35,
40,
Albacete
13,4
4
2
15,
28,
Badajoz
24,6
8
1
49,
Barcelona
8,8 30,6
1
21,
13,
Bilbao
34,2
9
7
28,
44,
Coruña
10,4
4
8
20,
39,
Granada
20,9
9
5
64,
14,
Jaén
16,7
3
3
17,
León
78
1
54,
17,
Logroño
5,7
3
1
41,
23,
Madrid
19,6
9
6
46,
Málaga
8,5 14,9
8
32,
Murcia
14,3 20
4
Pamplona 86,
4,5 7,6
4
15,
Santande 53,
28,1
1
6
r
Tarragon 35, 20,2 32,
TAM
B
FDS
C
1,2
3,7
5,3
1,3
IT
IA
1,
8
IS
A
TI
19,
5
19,
5
23,
6
14,
6
24,
7
13,
5
17,
5
5,3
9,7
TMP
L
23,2
29,9
0,4
0,2
4,7
2,7
1,4
23,
3
4,5
3
3
16,
3
4,7
21
21
2,4
4,8
7,2
7,2
2,4
2,4
4,8
4,8
5,7
5,7
22,8
1,5
3
17,1
2,7
IC
2,7
12,8
2,9
2,
1
3,
8
4,7
6,8
2,1
2,1
8,5
12,
4
9,5
4,8
1,5
3,1
2
14
11,
5
14,
8
30,
5
15
27,4
15
14,2
27,6
33,4
1,5
1,5
3,1
3,1
3,1
13,
15,
15,1
Abreviaturas empleadas: AM (amonestación), SBC (servicios a favor de la comunidad), LV (libertad
vigilada), TAMB (tratamiento ambulatorio), FDSC (fin de semana en centro), IT (internamiento
terapéutico), IA (internamiento en régimen abierto), ISA (internamiento en régimen semiabierto), IC
(internamiento en régimen cerrado), TI (total de internamientos), TMPL (total medidas privativas de
libertad).
87
a
Valencia
Zaragoza
4
27,
8
27,
9
1,3
14,2
3
59,
1
52,
6
1
2,6
1,3
0,
5
3,7
9,6
2,6
3,7
35,
8
1
13,
5
40
16,1
40
A la vista de este cuadro comparativo se puede observar cómo la amplia
discrecionalidad de que gozan el Ministerio Fiscal a la hora de solicitar la medida y el
Juez de Menores de cara a la elección de la misma se traduce en una gran diversidad en
la estrategia sancionadora. Si nos concentramos en las tres medidas no privativas de
libertad que con más frecuencia se aplican (amonestación, servicios en favor de la
comunidad y libertad vigilada), se ve que el porcentaje de menores que sufre alguna de
ellas varía enormemente según la ciudad de que se trate, oscilando entre el 66,7% de
Murcia y el 98,5% de de Pamplona. A lo anterior se suma las grandes diferencias en
cuanto al recurso a cada una de las medidas. Así, respecto de la amonestación, mientras
en Málaga y Barcelona sólo se ha impuesto al 8,5% y al 8,8%, respectivamente, de los
menores, en el caso de Pamplona se llega al 86,4%. En relación a los servicios en
beneficio de la comunidad los porcentajes oscilan entre el 34,2% en Bilbao y cero en
León y 1,3% en Valencia. Por último, en el supuesto de la libertad vigilada los
porcentajes se mueven entre el 7,6% de Pamplona y el 59,1% de Valencia. Pero es que,
además, cabe constatar que cuanto mayor es el porcentaje de la amonestación
muchísimo menor es el de las otras medidas no privativas de libertad y a la inversa. Ello
parece venir a confirmar la idea de que frecuentemente la introducción de nuevas
sanciones alternativas a la privación de libertad no consigue disminuir el índice de
imposición de éstas, sino que su ámbito de aplicación se obtiene a costa de otras no
privativas de libertad que ven reducido el suyo.
Esta diversidad también se observa en las sanciones privativas de libertad. El
porcentaje de internamientos oscila entre el 1,5% de Pamplona y el 40% de Zaragoza.
Asimismo se constata que en muchas ciudades no se recurre a la forma más leve de
internamiento, el de régimen abierto y que en algunas ciudades sólo se recurre al
internamiento en régimen cerrado (Albacete, Logroño y Santander), mientras que en
otras únicamente al de régimen semiabierto (Bilbao y Pamplona).
Por otro lado, un tema que no formaba parte del objeto de estudio como es la
ejecución está planteando serios problemas debido en muchas ocasiones a la falta
recursos, constituyendo, como ha destacado la Fiscalía General del Estado, el “auténtico
talón de aquiles” de la LORRPM hasta el punto de que está incluso influyendo en la
selección de las medidas aplicables. En efecto, como señala la Fiscalía General del
Estado, “el problema es grave, ya que la elección de la medida a imponer al menor debe
seguir los criterios establecidos en el artículo 7.3 de la LORPM, que se condensan en lo
más adecuado a la protección de su superior interés (cfr. art. 3 Convención de Derechos
del Niño de 20 de noviembre de 1989), no siendo la disponibilidad de los recursos de la
ejecución un criterio que deba operar más allá de lo establecido legalmente (v.gr. art.
46.3 de la Ley en relación con la elección de Centro entre aquellos con plazas
disponibles). En consecuencia, no se puede mantener una situación como la denunciada
por casi todas las Fiscalías en la que ante la inexistencia de determinados recursos para
88
la ejecución de algunas medidas (v.gr. Centros de internamiento terapéutico), la
solicitud de la medida y su imposición se concrete sólo entre aquellas medidas en las
que sí que existen recursos, que se limitan normalmente a las Libertades Vigiladas o a
los internamientos comunes, quedando al margen en muchas ocasiones las demás
medidas, como los trabajos en beneficio de la comunidad, la convivencia con otra
persona o grupo educativo o la asistencia a un Centro de Día, salvo la medida de
amonestación que por razones obvias no requiere ningún recurso específico de la
Comunidad Autónoma respectiva”15.
En realidad, desde la entrada en vigor de la Ley la falta de recursos ha sido
denunciada reiteradamente por las diversas instituciones implicadas en la justicia de
menores. Este problema no sólo afectaba a los medios para ejecutar a las medidas sino
también a otros aspectos. Así, el Defensor del Pueblo en su informe sobre “El primer
año de vigencia de la ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores” ponía
de relieve que eran necesarios más medios personales y materiales en prácticamente
todos los ámbitos de la justicia de menores16.
IX. Los recursos ante las Audiencias Provinciales
En el Título VI de la Ley 5/2000 Reguladora de la Responsabilidad de los
Menores establece en el artículo 41 que contra la sentencia dictada por el Juez de
Menores en el procedimiento regulado en esta Ley cabe recurso de apelación ante la
Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia, que se interpondrá ante el juez que
dictó aquella en el plazo de cinco días a contar desde su notificación, y se resolverá
previa celebración de vista pública, salvo que en interés de la persona imputada o de la
víctima, el juez acuerde que se celebre a puerta cerrada.
En el punto dos establece igualmente que contra los autos y providencias de los
jueces de menores cabe recurso de reforma ante el propio órgano, que se interpondrá en
el plazo de tres días a partir de la notificación. El auto que resuelva la impugnación de la
providencia será susceptible de recurso de apelación.
Por último en el punto tres contra los autos que pongan fin al procedimiento o
resuelva el incidente de los artículos 14, 28, 29 y 40 de esta Ley, cabe recurso de
apelación ante la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia por los trámites que
regula la Ley de Enjuiciamiento Criminal para el procedimiento abreviado.
Hemos realizado un estudio de los recursos interpuestos ante las Audiencias
Provinciales, ya que hubo una modificación de la ley cabiendo el recurso de apelación
ante las Audiencias provinciales.
Para ello mediante el programa ALCHEMY hemos realizado una cadena de
búsqueda utilizando los siguientes conceptos: “responsabilidad penal del menor,
minoría de edad”. Se han seleccionado 143 resoluciones. Se ha detectado un margen de
15
16
Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2006, pág. 391.
Págs. 550 y ss.
89
error ya que en la búsqueda se han seleccionado resoluciones donde los menores son las
víctimas. Al eliminar estas resoluciones han resultado 111 de las que 106 pertenecen al
2001 y 5 al 2002 resoluciones donde los menores son infractores.
La edad de los sujetos es importante para determinar la franja de edad en la que
se producen más actos delictivos. Predomina en la mayoría de los casos el límite para la
aplicación de la nueva Ley 17 años, le siguen los menores con 16 años y siendo muy
pocos los de 15 años.
Las faltas que se recurren en apelación presentan una mínima proporción en
relación con los delitos. Predominan los recursos en las faltas contra el patrimonio. En
la tabla siguiente se puede apreciar.
TIPO FALTAS
LESIONES
CONTRA EL
PATRIMONIO
CONTRA EL ORDEN
PÚBLICO
AMENAZAS
Nº DE CASOS
6
15
5
1
En cuanto al tipo de acción delictiva enjuiciada, si diferenciamos por delitos se
puede ver que en el 76% de los recursos se trata de uno de carácter patrimonial.
TIPO DE DELITOS
Nº DE CASOS
CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL
1
CONTRA EL PATRIMONIO
76
CONTRA LA SALUD PÚBLICA
6
LESIONES
9
HOMICIDIO
2
OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO
1
CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE
1
JUSTICIA
ATENTADO A LOS AGENTES DE LA
2
AUTORIDAD
AMENAZAS
1
QUEBRANTAMIENTO DE CONDENA
1
90
Los delitos contra el patrimonio superan ampliamente al resto de los delitos en
los que se plantea un recurso. Ello es lógico si tenemos en cuenta que los delitos contra
el patrimonio en la primera instancia son mayoría. Por todo ello se hace necesario
distinguir dentro de los delitos contra el patrimonio las diferentes conductas punibles.
TIPO DE DELITOS CONTRA EL
Nº DE CASOS
PATRIMONIO
ROBO O HURTO DE VEHÍCULO A
15
MOTOR
ROBO CON FUERZA
28
ROBO
CON
VIOLENCIA
O
13
INTIMIDACIÓN
DAÑOS
3
RECEPTACIÓN
2
HURTO
6
GRAFICO II TIPO DE DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO
28
30
25
20
15
13
15
Series1
10
3
5
0
2
ROBO O HURTO DE
VEHÍCULO A MOTOR
ROBO CON FUERZA
ROBO CON VIOLENCIA
O INTIMIDACIÓN
DAÑOS
RECEPTACIÓN
Respecto de los motivos del recurso de apelación, hemos recogido a través de las
fichas aquellos que se dan con mayor frecuencia. Prácticamente el 50% de ellos se
basan en un error en la valoración de la prueba. En el siguiente gráfico hemos tratado de
diferenciarlos según las causas alegadas.
MOTIVOS DE APELACIÓN
91
Nº DE CASOS
ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA
PRUEBA
VULNERACIÓN DE LA PRESUNCIÓN
DE INOCENCIA
INFRACCIÓN DE LEY
APLICACIÓN DE LA NUEVA LEY
5/2000
ERROR EN LA APLICACIÓN DE LA
PENA
50
19
18
10
4
GRAFICO IV MOTIVO DEL RECURSO
50
50
45
40
35
ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA
30
VULNERACIÓN DE LA PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA
INFRACCIÓN DE LEY
25
APLICACIÓN DE LA NUEVA LEY 5/2000
19
20
18
15
10
10
5
0
En cuanto al resultado del recurso en su gran mayoría se desestiman por las
Audiencias Provinciales, pero hay algunos casos donde el resultado es de estimación
total o parcial y a continuación lo mostramos.
RESULTADO DEL RECURSO
ESTIMACIÓN
DESESTIMACIÓN
ESTIMACIÓN PARCIAL
Nº DE CASOS
17
47
16
GRAFICO IV RESULTADO DEL RECURSO
92
47
50
45
40
35
30
ESTIMACION
DESESTIMACION
ESTIMACIÓN PARCIAL
25
17
16
20
15
10
5
0
Nº DE CASOS
En lo referente al número de menores intervinientes en el hecho delictivo, en la
gran mayoría de los casos la conducta delictiva ha sido cometida por un solo menor. En
la tabla que presentamos a continuación se muestra el número de menores infractores en
cada resolución.
Nº DE
MENORES
1
2
3
Nº DE
RESOLUCIONES
67
20
2
El número de casos en los que los menores han cometido la infracción
acompañados de mayores de edad ha sido de 47 resoluciones. A continuación
diferenciamos el número de adultos que han intervenido en la acción punitiva.
Nº DE ADULTOS
1
2
3
Nº DE CASOS
31
11
5
Un dato importante es la distancia temporal entre la sentencia en primera
instancia y el resultado el recurso de apelación. En muchos casos no ha sido posible
extraer de las resoluciones la fecha en primera instancia, por lo que con los datos
aportados se ha realizado una comparativa entre todos los casos seleccionados arrojando
los siguientes resultados:
93
DISTANCIA TEMPORAL
Nº DE RESOLUCIONES
< 6 MESES
DE 6 A 12 MESES
DE 12 A 18 MESES
DE 18 A 24 MESES
31
10
9
5
La gran mayoría de las resoluciones hacen alusión a la Ley 5/00 y tienen por
objeto la derivación de los menores a los que se les ha impuesto penas en la jurisdicción
ordinaria hacia los Juzgados de Menores o hacia la Fiscalía de Menores con el fin de
que éstas sean sustituidas por las medidas establecidas en la nueva regulación.
En este punto hay que destacar la doctrina establecida por el Tribunal Supremo
en cuanto al alcance a dar al apartado sexto de la disposición transitoria única de la Ley
5/00. En éste se dice lo siguiente: “En los procedimientos en curso a la entrada en vigor
de la presente ley, en los que haya imputadas personas por la comisión de hechos
delictivos cuando aún no hayan cumplido los dieciocho años, el Juez o Tribunal
competente remitirá las actuaciones practicadas al Ministerio Fiscal para que instruya el
procedimiento regulado en la misma». El Pleno de la Sala Segunda, en virtud de un
acuerdo de 23 de febrero de 2001, ha señalado que esta disposición no es aplicable a las
causas que se encuentren pendientes de recurso. Y ello por varias razones. En primer
lugar porque así se deduce de su interpretación literal y sistemática: la norma se refiere
a procedimientos en que existan personas “imputadas», es decir, a procesos en los que
todavía no se ha enjuiciado ni condenado a nadie, ordenando en este caso remitir la
causa al Ministerio Fiscal para que “instruya» el procedimiento, lo que corresponde
sistemáticamente a un momento procesal anterior al enjuiciamiento, pues tras éste ya no
hay instrucción y la competencia para la ejecución corresponde al Juzgado de Menores
(art. 46 de la LORRPM y concordantes).
En segundo lugar, se destacan motivos de orden constitucional que avalan esta
conclusión. Esta se puede apoyar en el propio derecho a la tutela judicial efectiva, que
incluye el derecho al recurso, e impide privar a las partes recurrentes del derecho a que
el recurso interpuesto legalmente contra una resolución que no es firme sea legalmente
resuelto por el Órgano Jurisdiccional competente. Si se cercena el derecho al recurso
pueden resultar afectados, además, otros derechos fundamentales, como el de la
presunción de inocencia del menor, que puede ser reconocido en la sentencia dictada al
resolver el recurso de casación. Frente a ello podría invocarse el interés del menor. Sin
embargo, este argumento no es concluyente, puesto que el menor, salvo que desiste del
recurso, tendrá interés siempre en que se resuelva. Y ello porque esto puede determinar
una resolución más beneficiosa para el mismo. Lo anterior deja intacto el derecho del
menor a que durante la tramitación del recurso se acuerden las medidas que se
disciplinan en el párrafo segundo del apartado sexto de la disposición transitoria única.
En aquellos supuestos en los que la sentencia firme mantenga o agrave la condena, será
aplicable en todo caso en fase de ejecución de sentencia lo dispuesto en los puntos
94
tercero y cuarto de dicha disposición transitoria, por lo que las penas impuestas serán
sustituidas por alguna de las medidas previstas en la propia Ley de Responsabilidad
Penal del Menor (ATS de 24 de abril de 2001, vid también ATS de 21 de marzo de
2001, o de 20 de marzo de 2001).
X. Los recursos de casación
Los recursos de casación en materia de menores vienen recogidos en la Nueva
Ley 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor en cuyo artículo 42 dispone lo
siguiente:
Artículo 42. Recurso de casación para unificación de doctrina
1. Son recurribles en casación, ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, las
sentencias dictadas en apelación por las Salas de Menores de los Tribunales
Superiores de Justicia cuando se hubiere impuesto una de las medidas a las que se
refieren las reglas 4ª y 5ª del art. 9 de la presente Ley.
2 El recurso tendrá por objeto la unificación de doctrina con ocasión de sentencias
dictadas en apelación por las mencionadas Salas de Menores de los Tribunales
Superiores de Justicia que fueran contradictorias entre sí con las de otra u otras
Salas de Menores de los referidos Tribunales Superiores, o con sentencias del
Tribunal Supremo, respecto de hechos y valoraciones de las circunstancias del
menor que, siendo sustancialmente iguales, hayan dado lugar, sin embargo, a
pronunciamientos distintos.
3. El recurso podrá prepararlo el Ministerio Fiscal o el letrado del menor que
pretenda la indicada unificación de doctrina dentro de los diez días siguientes a la
notificación de la sentencia de la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia,
en escrito dirigido a la misma.
4. El escrito de interposición deberá contener una relación precisa y circunstanciada
de la contradicción alegada, con designación de las sentencias aludidas y de los
informes en que se funde el interés del menor valorado en la sentencia.
5 Acreditados los requisitos a los que se refiere el apartado anterior, la Sala de
Menores del Tribunal Superior de Justicia ante quien se haya interpuesto el recurso
requerirá testimonio de las sentencias citadas a los Tribunales que las dictaron, y en
un plazo de diez días remitirá la documentación a la Sala Segunda del Tribunal
Supremo, emplazando al recurrente y al Ministerio Fiscal, si no lo fuera, ante dicha
Sala.
6. Cuando la parte recurrente hubiese incumplido de modo manifiesto e
insubsanable a criterio del Tribunal Supremo los requisitos establecidos para el
recurso o cuando la pretensión carezca de contenido casacional, el Magistrado
ponente dará cuenta a la Sala de la causa de inadmisión y aquélla acordará oír al
recurrente y al Ministerio Fiscal, cuando éste no hubiera interpuesto el recurso, por
95
plazo de tres días, dictando seguidamente auto contra el que no cabrá recurso
alguno.
7. La Sala Segunda del Tribunal Supremo, constituida en forma ordinaria,
convocará a la parte recurrente, y en todo caso al Ministerio Fiscal, a una vista oral,
en la que oirá las alegaciones que se efectúen y podrá solicitar informe a la entidad
pública de protección o reforma de menores del territorio donde ejerza su
jurisdicción el Juzgado que dictó la resolución impugnada, y, en su caso, a aquella a
la que corresponda la ejecución de la misma, dictando seguidamente la sentencia de
casación del modo y con los efectos señalados en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.
8. También, y en unificación de doctrina y por los mismos trámites, el Ministerio
Fiscal podrá recurrir en casación, los autos definitivos dictados por las Salas de
Menores de los Tribunales Superiores de Justicia, al resolver los recursos contra las
resoluciones de los Jueces de Instrucción dictadas en aplicación de lo dispuesto en el
art. 4 de la presente Ley Orgánica.
Se ha realizado un estudio pormenorizado de los recursos presentados y
decididos por la Sala II del Tribunal Supremo, para ello nos hemos servido de la base de
datos suministrada por el CENDOJ mediante el programa LOTUS NOTES. Se ha
tenido que analizar sentencia por sentencia del año 2001 y de enero y febrero del año
2002 debido a la imposibilidad de crear una cadena de búsqueda con este programa. El
resultado obtenido ha sido de 20 sentencias relacionadas con menores dictadas a lo
largo el año 2001 y de 4 sentencias en los dos primeros meses del 2002. Si tenemos en
cuenta que el número de sentencias dictadas en un año por el Tribunal Supremo se
encuentra en torno a las 1800, podemos concluir que se trata de un número poco
significativo aquellas en las que el acusado o los acusados son menores.
A continuación le presentamos los resultados obtenidos del estudio
pormenorizado de estas resoluciones. Para ello vamos a estudiar las siguientes
variables:
1º Edad de los menores infractores
2º Tipo de delito o falta
3º Motivo del recurso
4º Resultado del recurso
La edad de los sujetos se encuentra entre los 16 hasta el límite de los 18 años en
el momento de comisión de los delitos y faltas. Las faltas que se recurren en casación
presentan una mínima proporción en relación con los delitos. En la tabla siguiente se
puede apreciar.
TIPO FALTAS
Nº DE CASOS
96
FALTA DE LESIONES
FALTAS CONTRA EL
PATRIMONIO
4
1
En cuanto al tipo de acción delictiva enjuiciada, tenemos que distinguir si se
trata de un delito o de una falta o si se han dado ambas conductas. Los recursos de
casación encontrados se dirigen en su gran mayoría contra sentencias dictadas por causa
de delitos patrimoniales. En el Gráfico II podemos apreciar las diferencias existentes.
TIPO DE DELITO
CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL
CONTRA EL PATRIMONIO
CONTRA LA SALUD PÚBLICA
CONTRA LAS PERSONAS
OTROS
Nº DE CASOS
5
9
5
6
1
GRAFICO II TIPO DE DELITO
9
9
8
7
6
6
5
5
5
Series1
4
3
2
1
1
0
CONTRA LA
LIBERTAD SEXUAL
CONTRA EL
PATRIMONIO
CONTRA LA SALUD
PÚBLICA
CONTRA LA
INEGRIDAD
OTROS
En cuanto a los motivos alegados en los recursos de casación, en el cuadro que, a
continuación se expone, se pueden ver clasificados en cuatro grandes apartados, donde
destacan los que invocan infracción de Ley y vulneración de un derecho fundamental.
97
MOTIVO DE CASACIÓN
Nº DE CASOS
INFRACCIÓN DE LEY
19
QUEBRANTAMIENTO DE FORMA
4
VULNERACIÓN
DE
PRECEPTO
17
CONSTITUCIONAL
ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA
11
PRUEBA
GRAFICO IV MOTIVO DEL RECURSO
20
20
18
16
14
INFRACCIÓN DE LEY
12
VULNERACIÓN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL
10
NBVNBVNM
10
NBVNBVNM
8
6
4
4
2
1
0
En cuanto al resultado de los recursos, en su gran mayoría se desestiman por la
Sala II, pero hay algunos casos donde el resultado es de estimación total o parcial y a
continuación lo mostramos.
RESULTADO DEL RECURSO
ESTIMACIÓN
DESESTIMACIÓN
ESTIMACIÓN PARCIAL
Nº DE CASOS
4
17
3
GRAFICO IV RESULTADO DEL RECURSO
98
17
18
16
14
12
ESTIMACION
10
DESESTIMACION
ESTIMACIÓN PARCIAL
8
6
4
3
4
2
0
Nº DE CASOS
En la gran mayoría de los casos la acción delictiva ha sido cometida por un solo
menor. En la tabla que presentamos a continuación se muestra el número de menores
infractores en cada resolución.
Nº DE
MENORES
1
2
3
4
5
Nº DE
RESOLUCIONES
18
2
2
1
1
En lo referente a los casos en los que los menores han cometido la infracción
acompañados de mayores de edad, se han encontrado 12 resoluciones en las que se da
esta circunstancia. En el cuadro que a continuación incluimos se pueden ver los delitos
en los que esto se ha dado con más frecuencia.
TIPO DE DELITO
CONTRA LA SALUD PÚBLICA
CONTRA EL PATRIMONIO
CONTRA LAS PERSONAS
CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL
99
Nº DE CASOS
5
3
2
1
XI. Conclusiones
1. Conforme a las estimaciones que hemos realizado a la vista de nuestro estudio
el volumen de expedientes que llevan los Juzgados de Menores tras la entrada en vigor
de la Ley 5/00 se ha incrementado en aproximadamente un 215%, es decir, ahora estos
órganos se ocupan de algo más del doble de expedientes que antes. Ello parece lógico si
se tiene presente que la franja de los 16 a 17 años que se incorpora a los Juzgados de
Menores comete muchos más delitos que la de 12 a 13 que en la actualidad queda fuera.
2. En cuanto a la estructura de la delincuencia que llega a los Juzgados de
Menores, los delitos contra el patrimonio, los de lesiones y amenazas representan un
87,4% del total en la Ley 4/92 y un 85,8% en la Ley 5/00. En general la entrada en vigor
de esta última no ha supuesto una modificación de la tipología de hechos delictivos de
los que se tienen que ocupar los Juzgados de Menores.
Sin embargo, algunas figuras delictivas han perdido relevancia. Así, con la Ley
5/00 descienden tanto los delitos de lesiones como de amenazas (los primeros bajan del
21,7% al 18,5% y los segundos de un 6,1% a un 3,7%).
En cambio, el fenómeno se da a la inversa en el caso de los delitos
patrimoniales, pues éstos en la Ley 5/00 crecen (pasan de un 59, 6% a un 63,6). A lo
anterior hay que añadir que se han producido algunos cambios en lo relativo al peso
estadístico de las diferentes figuras patrimoniales respecto de la situación existente con
Ley 4/92. En efecto, se observa un incremento significativo de los robos con fuerza en
las cosas que pasan de un 14,2% a un 18% y de los robos con violencia o intimidación
que pasan de un 9,5% a un 16,4 %. Por el contrario, disminuyen los hurtos del 14,5% a
un 10,5% y los daños del 11,9% al 6,5%. En el caso de los hurtos y robos de uso se
produce también una subida del 8,2% al 11%, advirtiéndose también un aumento del
peso de los delitos de robo de uso (6,7%) respecto de los delitos de hurto (2,6%) y las
falta de hurto o robo (1,7%).
3. En los últimos cinco años de la Ley 4/92, sobre un total de 5439 menores,
4520, es decir, el 83,1% eran varones, mientras que 919, es decir, el 16,9%, eran
mujeres. En el caso de la Ley 5/00, la situación se modifica. De un total de 1361
menores, 1231, es decir, el 90,4%, eran varones y 130, o sea, el 9,6%, eran mujeres.
La estructura de la delincuencia presenta algunas diferencias en función de la
variable de sexo. Así en la Ley 4/92, de un total de 4520 varones, el 72,5% cometió
delitos patrimoniales, el 19,1% lesiones y el 5,8% amenazas. En cambio, en las mujeres,
de un total de 919, el 48% realizó algún delito patrimonial, el 42,4% lesiones y el 12,7%
amenazas. En definitiva, mientras los varones ejecutaron más delitos contra el
patrimonio, las mujeres efectuaron más delitos contra bienes personales, de tal manera
que el 55,1% de ellas ha llevado a cabo algún delito o falta de lesiones o amenazas.
La entrada en vigor de la Ley 5/00 ha supuesto una modificación en la estructura
de delincuencia femenina. En el caso de los varones, el 73,9% efectuó delitos contra el
100
patrimonio, el 20% lesiones y el 3,5% amenazas. Estos porcentajes son bastante
similares a los que se daban con la anterior regulación. En las mujeres el 66,8% realizó
delitos contra el patrimonio, el 27,7% lesiones y el 12,3% amenazas. De este modo la
elevación de la franja de edad (14-18 años) ha modificado el mapa de la delincuencia
femenina, pues el porcentaje de chicas que cometen delitos patrimoniales pasa del 48%
al 66,8% y el de las que ejecutan lesiones pasa del 42,4% al 27,7%.
4. En cuanto a la variable de nacionalidad, los menores de nacionalidad española
representan el 92,1% (5966). Entre los extranjeros el grupo más numeroso es el de
procedencia africana, destacando el colectivo de marroquíes con un 3,3% (214) y el de
argelinos con un 0,5% (33). Los restantes grupos son muy poco significativos. Además,
el reparto geográfico de la delincuencia de menores extranjeros es muy desigual,
concentrándose esencialmente en Madrid, Barcelona y Málaga.
5. Por edades en ambas Leyes se observa una distribución similar,
concentrándose los Juzgados de Menores en la franja de más edad, 14 a 16 años en la
4/92 y 16 a 18 en la 5/00. Los primeros representan el 70,7% del total y los segundos el
67,7%.
6. En materia de formación hay que destacar la especial incidencia que tiene el
fracaso escolar en los menores que llegan a los Juzgados de Menores. En la Ley 4/92
supone el 20%, mientras en la nueva regulación se eleva hasta el 43%. Y ello sin contar
los que casi son analfabetos.
A lo anterior hay que sumar que un importante porcentaje de menores presenta
problemas de absentismo escolar y una conducta conflictiva en clase.
7. En lo referente al estado civil de los progenitores, en la Ley 4/92 en el 51,7%
de los casos los padres están casados, en el 21,7% separados, en el 3,2% divorciados y
finalmente en el 7,5% viudos. En la Ley 5/00, en el 43,2% de los menores los padres
están casados, en el 25,6% separados, en el 2,5% divorciados y en el 10,4% viudos. A la
vista de esto, se puede concluir que con la nueva regulación se incrementa el porcentaje
de los separados y divorciados, así como el de los viudos, mientras que disminuye el de
los casados.
En lo relativo a la situación económica de las familias de los menores, en la Ley
4/92 en el 13,6% éstas cuentan con ingresos bajos, en el 17,3% la economía familiar
depende de empleos precarios y en el 1,8% ningún miembro de la unidad tiene ingresos.
Por el contrario, en el 40,9% de los menores no se plantean problemas de este tipo. En
la Ley 5/00 en el 9,4% de los menores la familia dispone de ingresos bajos, en el 16,7%
ésta depende de empleos precarios y en el 1,1% nadie ingresa un salario. En cambio, no
se divisan problemas económicos en el 40,7%.
Con la Ley 5/00 se ha reducido mucho el porcentaje de menores que convive
con los dos progenitores (del 52,6% al 40,3%). En cambio, crece el de los que conviven
con uno solo, el de los que lo hace con su propia pareja (del 0,4% al 2,4%) y el de los
que están en instituciones de protección (del 6,7% al 9%).
101
Como acabamos de señalar, un porcentaje nada desdeñable se encuentra con la
Ley 5/00 en instituciones de protección. Se trata de una cuestión de enorme importancia
para las Administraciones Públicas a la vista de lo dispuesto en el art. 61.3 en materia
de responsabilidad civil.
En cuanto a la nacionalidad de los que se encuentran en instituciones de
protección, en el caso de la Ley 4/92 el 88,7% de ellos eran españoles y el 6,8%
marroquíes. En la Ley 5/00 la cuestión de modifica, pues el porcentaje de los españoles
baja hasta el 75,7%, mientras que se incrementa bastante el de los marroquíes que pasa
a representar el 20%.
Otro dato muy significativo de los menores que se encuentran en protección es el
de la tasa de reincidencia. Con la Ley 4/92, el 53,5% es reincidente frente a un 46,5%
que no lo es. En el caso de la Ley 5/00 el porcentaje de reincidentes es todavía mayor,
alcanzando el 70,4%. Esto significa que la tasa de reincidencia es muy elevada en este
colectivo, pues a nivel general durante la aplicación de estas normativas los índices se
sitúan en el 21,1% y en el 36,3%, respectivamente.
8. Un importante porcentaje de menores (superior al 30% en ambas leyes)
presenta un entorno social problemático. Asimismo más de un 35% tiene un grupo de
iguales problemático.
9. En la Ley 4/92 un 21,1% de los menores que llegaban a los Juzgados de
Menores eran reincidentes. Este porcentaje se incrementa notablemente con la nueva
regulación hasta el 36,3%. Aproximadamente el 60% de los reincidentes en ambas leyes
presenta un entorno social problemático y el 66% o incluso más un grupo de iguales
problemático.
10. En cuanto a la intervención de adultos en los delitos cometidos por menores,
un 12% de éstos cometieron el delito en unión de aquéllos en la ley 4/92, mientras que
en la Ley 5/00 ascienden a un 14,9%. En definitiva, no parece que se confirmen los
temores que se manifestaron en torno a la inclusión de la franja de los 16 a17 en el
ámbito del Derecho penal y que apuntaban a la utilización masiva de estos por parte de
los adultos para cometer delitos.
11. Los procesos de menores se inician en el 51% de los casos en la Ley 4/92 y
en el 45,4% en la Ley 5/00 por medio de la denuncia del particular. El traslado del
atestado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que han tenido conocimiento del delito
directamente o por denuncia presentada ante ellas representa el 30,8% de los supuestos
en la Ley 4/92 y el 34,7% en la Ley 5/00. En tercer lugar se situarían las hipótesis en las
que la incoación tiene lugar por traslado de las actuaciones de un Juzgado de Instrucción
al aparecer implicado el menor. Este medio supone el 13,6% en la Ley 4/92 y el 16,6%
en la Ley 5/00.
12. Durante la aplicación de ambas leyes el Ministerio Fiscal ha explorado
personalmente al menor mediante una entrevista con él sólo al 27% del total, lo que
parece indicar que este órgano confía esta labor normalmente al equipo técnico. Este
102
evacuó un informe técnico en la Ley 4/92 respecto del 61,1% de los menores y del
59,8% en la 5/00. No obstante, hay que tener presente que al tiempo de extraer los datos
no pocos expedientes apenas se habían incoado, por lo que es posible que todavía no se
hubiera elaborado.
13. En materia de medidas cautelares, en la Ley 4/92 el internamiento se aplicó
al 2,7% de todos los menores, la libertad vigilada al 0,48% y la custodia familiar al
0,1%. En cambio, no se impuso ninguna medida cautelar al 96,5% de los menores.
En la Ley 5/00 se incrementó el recurso al internamiento como medida cautelar,
al acordarse para el 3,8% de todos los menores. Lo mismo acontece con la libertad
vigilada que se ha impuesto al 1%. En el primer año de vigencia de esta norma no se ha
dispuesto ninguna medida en el 95,1% de los menores.
El recurso al internamiento es muy desigual en función de la procedencia de los
menores. Así, a los marroquíes se les impone cuatro veces más (10,7%) que a los
españoles (2,6%). Aunque en menor medida, también se aplica más el internamiento al
colectivo de los americanos, asiáticos y argelinos. En cambio, en el colectivo europeo el
porcentaje es algo más que reducido que en el caso de los españoles.
Los delitos que con más frecuencia dan lugar a la imposición del internamiento
como medida cautelar son los robos con violencia o intimidación, representando el 45%
de los supuestos. A continuación hay que destacar el robo con fuerza en las cosas con el
19,8% y el robo de uso con el 5,4%. Por detrás se sitúan el hurto y los delitos contra la
salud pública con un 4,5%.
14. En la aplicación de las medidas desjudicializadoras se observa que respecto
de los menores de cuyos hechos tienen conocimiento los Juzgados de Menores se ha
producido un retroceso respecto de la Ley 4/92. En efecto, si con ésta el archivo por
escasa gravedad se acordó para el 10,76%, con la nueva regulación el porcentaje se ha
reducido al 5,5%. Algo parecido ocurre con la reparación del daño que de representar el
16,49% ha pasado a un 10,14%.
Además, desde un punto de vista geográfico, cabe constatar tanto en la Ley 4/92
como en la 5/00 un uso muy desigual de las vías desjudicializadoras. Además, mientras
en algunos Juzgados se utilizan las dos, si bien dándose primacía a la reparación del
daño, en otros parece optarse exclusivamente por una de ellas. Así, en la Ley 4/92 en
Logroño se recurre únicamente al archivo, mientras que Bilbao y Santander usan
exclusivamente la de la reparación del daño.
15. Con la actual regulación se ha reducido el porcentaje de archivos decretados
o pedidos por el Ministerio Fiscal. En efecto, si antes se optaba por el archivo respecto
del 48,4% de los menores, ahora se sólo en relación al 40,5%. Ello se debe a la
reducción de las medidas desjudicializadoras basadas en la escasa gravedad del hecho o
la reparación del daño a lo que habría que sumar también la disminución de los
supuestos de archivo por las condiciones del menor que de un 4,1% han pasado a un
1,9%. En cuanto a las causas del archivo, en la Ley 4/92 de ese 48,4% un 32,4% de los
103
casos corresponde a los supuestos de escasa gravedad, reparación del daño y
condiciones del menor. El 16% restante responde a muy diferente motivos. En la Ley
5/00 de ese 40,5% un 20,1% se debe a la escasa gravedad, conciliación y condiciones
del menor. El 20,4% se basa en muy diversas causas, destacando la prescripción con un
6,3%.
La otra nota más destacada es el notable incremento que han experimentado los
archivos por prescripción del hecho. En efecto, estos han pasado de representar un 0,6%
en la anterior regulación a un 6,3% con la nueva.
16. En cuanto a la celebración de la audiencia, en la Ley 4/92 ésta se celebró en
el 36,4% de los casos. Este bajo porcentaje se debe esencialmente a la aplicación de
medidas desjudicializadoras, así como al elevado número de conformidades.
En la Ley 5/00 la audiencia ha tenido lugar en un 29,5% de los supuestos. De
este porcentaje un 2,3% corresponde a los casos en los que se ha celebrado audiencia
con conformidad del menor sobre los hechos, pero discrepando de la medida propuesta.
El 27,2% restante se refiere a las situaciones donde no ha habido ningún tipo de
conformidad. Esta, ya se produzca en la comparecencia prevista en el art. 32, ya se dé a
través del art. 36, alcanza el 70,6%.
17. En materia de resoluciones, como ya apuntábamos antes, lo más llamativo es
elevadísimo porcentaje de sentencias condenatorias con conformidad que en la ley 4/92
alcanza el 63,4% y en la Ley 5/00 supone el más del 70%. En ambas Leyes las dictadas
sin conformidad se sitúan en torno al 11%. También es de destacar que el porcentaje de
las absolutorias ha pasado del 24,7% en la Ley 4/92 al 14% en la nueva regulación.
18. En los recursos la nota más significativa es el escasísimo número que se
interpone. En la Ley 4/92 sólo se recurrieron el 2,2% de las resoluciones. De ellos el
80% se desestimó. Este porcentaje es todavía menor en la Ley 5/00, en la que se reduce
hasta el 1,5%.
19. En cuanto al archivo definitivo de la causa, en la Ley 4/92, al tiempo de la
extracción de los datos, se aprecia éste en el 63,3% de los casos. De este porcentaje la
mayor parte corresponde a tres circunstancias: cumplimiento de la medida con un
22,7%, sobreseimiento con un 15,4% y absolución con un 8,3%.
La situación cambia notablemente en la Ley 5/00. En ésta sólo consta el archivo
definitivo en el 39,6% de los asuntos. De este porcentaje el 31,3% corresponde a
absoluciones. La causa de este descenso se debe a que cuando se extrajeron los datos,
muchos procedimientos aún no habían concluido o estaban pendientes del cumplimiento
de la medida.
20. En lo referente a la duración de los procedimientos, con la nueva regulación
se ha incrementado en la mayoría de los Juzgados el tiempo medio de duración de los
procesos en relación a la Ley 4/92, así como el tiempo mínimo para terminarlos.
104
21. En la Ley 4/92 la medida que con más frecuencia se aplica es la de libertad
vigilada que representa un 36,35% del total de las impuestas. A esta le siguen en
importancia la de amonestación con un 27%, la de servicios en beneficio de la
comunidad con un 16,92%, la de internamiento en régimen cerrado con un 9,23%, la de
internamiento en régimen semiabierto con un 5,64%, la de internamiento de fin de
semana con un 1,84%, la de internamiento en régimen abierto con un 1,12%. Las
restantes apenas tienen trascendencia.
En la Ley 5/00 la sanción más aplicada es la de libertad vigilada con un 40,15%.
Le siguen por orden de importancia la de servicios a favor de la comunidad con un
15,69%, la de internamiento en régimen semiabierto con un 13,6%, la de amonestación
con un 12,5%, la de internamiento en régimen cerrado con un 6,38%, las de tareas
socioeducativas y tratamiento ambulatorio con un 2,92%, la de internamiento en centro
de fin de semana con un 2,12% y la de internamiento en centro terapéutico con un
1,32%. Las demás tienen una relevancia muy escasa.
Si comparamos los resultados de ambas Leyes, se aprecia, en primer término,
cómo la medida más leve, la amonestación, que en la 4/92 representa el 27%, siendo la
segunda más aplicada, en la 5/00 pasa a ser la cuarta en importancia con un 12,5%.
En cambio, si sumamos todas las sanciones privativas de libertad, observamos
que la imposición de éstas se ha incrementado con la nueva regulación, habiendo pasado
de representar el 18,29% al 24,17%. No obstante, hay que destacar que en la actual
regulación la aplicación del internamiento en régimen cerrado se ha reducido respecto a
la anterior legislación (6,38% frente a un 9,23%). Por el contrario, el internamiento en
régimen semiabierto ha subido mucho en relación a la antigua normativa (13,56% frente
a un 5,64%).
En lo referente a la relación existente entre las variables de nacionalidad y
sanción, cabe destacar que el internamiento se aplica muchísimo más a los menores
marroquíes (43,1% de ellos) que a los españoles (16,1%). Asimismo se constata que a
los primeros se les impone bastante menos la medida más leve, la amonestación, que a
los españoles (un 9,7% frente a un 27,2%). Ciertamente las cifras por sí solas no se
pueden interpretar cómo un signo de discriminación. Para ello sería preciso analizar la
tipología de delitos cometidos por unos y otros, así como las circunstancias personales,
familiares y sociales de ambos colectivos. Pero de todos modos constituye un índice de
que se puede estar tratando peor a este colectivo que a otros.
Desde un punto de vista geográfico, cabe resaltar una gran diversidad en la
estrategia sancionadora. Así el porcentaje que representan las tres medidas no privativas
de libertad que con más frecuencia se aplican (amonestación, servicios en favor de la
comunidad y libertad vigilada), según las ciudades, entre el 66,7% de Murcia y el
98,5% de Pamplona. Además se divisan importantes diferencias en cuento al recurso a
cada una de las medidas. Mientras en Málaga y Barcelona sólo se ha impuesto la
amonestación al 8,5% y al 8,8%, respectivamente, de los menores, en el caso de
Pamplona se llega al 86,4%. En relación a los servicios en beneficio de la comunidad
los porcentajes oscilan entre el 34,2% en Bilbao y cero en León y 1,3% en Valencia. Por
105
último, en el supuesto de la libertad vigilada los porcentajes se mueven entre el 7,6% de
Pamplona y el 59,1% de Valencia. Por último, se constata que cuanto mayor es el
porcentaje de la amonestación muchísimo menor es el de las otras medidas no privativas
de libertad y a la inversa. Ello parece venir a confirmar la idea de que frecuentemente la
introducción de nuevas sanciones alternativas a la privación de libertad no consigue
disminuir el índice de imposición de éstas, sino que su ámbito de aplicación se obtiene a
costa de otras no privativas de libertad que ven reducido el suyo.
Esta diversidad también se observa en las sanciones privativas de libertad. El
porcentaje de internamientos oscila entre el 1,5% de Pamplona y el 40% de Zaragoza.
Asimismo se constata que en muchas ciudades no se recurre a la forma más leve de
internamiento, el de régimen abierto y que en algunas ciudades sólo se recurre al
internamiento en régimen cerrado (Albacete, Logroño y Santander), mientras que en
otras únicamente al de régimen semiabierto (Bilbao y Pamplona).
22. En materia de Derecho transitorio, hay que destacar el importante acuerdo de
la Sala Segunda del Tribunal Supremo en el que se fija el alcance del apartado sexto de
la disposición transitoria única y en el que se interpreta que ésta no es no es aplicable a
las causas que se encuentren pendientes de recurso.
23. A modo de conclusión final sería preciso realizar dos advertencias. En
primer lugar, el estudio nos ofrece un imagen bastante fiable de lo que ha supuesto la
aplicación de la Ley 4/92 en los últimos cinco años de su vigencia. Asimismo nos
permite ver cómo se ha empezado a aplicar la nueva regulación. Sin embargo, respecto
de ésta las conclusiones hay que sacarlas con mucha más cautela, pues un nuevo texto
legal plantea siempre muchos problemas interpretativos que requieren un cierto tiempo
hasta que se van solucionando, sin obviar, por otro lado, las dificultades que han
suscitado de cara a la ejecución de las medidas. Por todo ello, los resultados en relación
a la Ley 5/00 se han de acoger como provisionales y necesitados de verificación en
ulteriores estudios. En este sentido sería muy aconsejable llevar a cabo una nueva
investigación que, sin duda, tendría ya una mayor fiabilidad a la vista de la experiencia
acumulada en estos primeros años de vigencia.
En segundo lugar, dado que una parte del procedimiento, la instrucción, le
corresponde al Ministerio Fiscal y en la práctica se reconoce la existencia de una fase
anterior a la incoación del expediente, la de las diligencias preliminares, al haberse
efectuado el trabajo a partir de los expedientes judiciales, hay aspectos relativos a la
actuación del Ministerio Fiscal que no se han podido tener en consideración y que, sin
embargo, pueden arrojar luz sobre aspectos muy relevantes. Así, por ejemplo, en esa
fase de diligencias preliminares se puede concluir respecto de un menor que, a la vista
de la escasa gravedad de los hechos que se le imputan y de sus características
personales, no es necesario incoar el expediente, sin que ello tenga por qué llegar a
conocimiento de los Juzgados de Menores ni figurar en sus archivos. Sólo desde esta
perspectiva se puede entender que en una provincia con el volumen de población de
Málaga figuren como implicados en los procedimientos menos menores que en otras
provincias como León, Jaén, etc. El conocimiento de estos aspectos, sin duda, permitiría
106
arrojar más luz sobre el verdadero alcance, entre otras cuestiones, de las vías
desjudicializadoras.
107
Anexo: La ficha técnica utilizada
108
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN “LA APLICACIÓN DE LA LEY
ORGANICA 5/2000,
REGULADORA DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE
MENORES”
Ficha de recogida de datos
DATOS GENERALES DEL EXPEDIENTE
1) Nº Expediente
2) Órgano Judicial:
3) Nº Juzgado:
4) Provincia:
5) Nº de menores en este expediente:
6) Ley:
1.
2.
L.O. 4/92
L.O. 5/2000
7) Recogida de datos:
ATENCIÓN: A continuación se recogerán los datos relativos al menor o
menores contenidos en este expediente, rellenando una ficha de variables legales
-la correspondiente al tipo de ley- y otra de variables extralegales para cada uno
de ellos.
En caso de más de un menor contenido en el expediente, se le dará el número 1 (inculpado 1) al menor que
aparezca en primer lugar en el expediente.
109
VARIABLES LEGALES. L.O. 4/92.
Expte. Nº:
expediente)
Sujeto nº:
(según el orden en que aparecen en el
1) Indique los delitos y faltas cometidos por este menor en el siguiente listado:
ATENCIÓN:
 En caso de más de un delito o falta indique el orden en el que
aparece recogido cada uno en el cuadro de la izquierda y el Nº de
Delitos
Faltas
artículo de cada tipo de infracción a la derecha.
 1. Delito de robo con fuerza. Vivienda habitada. Nº..........
 25. Falta de hurto. Nº..........

















2. Delito de robo con fuerza. Vivienda no habitada. Nº.........
3. Delito de robo con fuerza. Establecimiento. Nº..........
4. Delito de robo con fuerza. Vehículo. Nº ..........
5. Delito de robo con fuerza. Otros..................... Nº:..........
6. Delito de robo con violencia o intimidación. Nº ..........
7. Delito de hurto. Nº..........
8. Delito de uso de vehículos. Robo. Nº ..........
9. Delito de uso de vehículos. Hurto. Nº..........
10. Delito contra la seguridad en el tráfico. Nº ..........
11. Delito contra la salud pública. Nº:..........
12. Delito contra el orden Público. Nº: ..........











26. Falta de uso de vehículos. Robo. Nº ..........
27. Falta de uso de vehículos. Hurto. Nº..........
28. Falta contra la seguridad en el tráfico. Nº ..........
29. Falta contra la salud pública. Nº:..........
30. Falta contra el orden público. Nº: ..........
31. Falta de amenazas. Nº: ..........
32. Falta de falsedad. Nº: ..........
33. Falta de lesiones. Nº ..........
34. Falta de atentado a la autoridad. Nº..........
35. Falta de daños. Nº
36. Otras faltas. Nº: ..........
13. Delito de amenazas. Nº: ..........
14. Delito de falsedad. Nº: ..........
15. Delito de lesiones. Nº ..........
16. Delito de atentado a la autoridad. Nº..........
17. Delito de daños. Nº..........
18. Otros delitos. Nº: ..........
Especifique….
2) Nº de infracciones que ha cometido este menor:
3) Los datos relativos a la infracción se han recogido:
1.
2.
3.
De la Resolución
Del escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal
Del escrito de incoación del procedimiento
4) En caso de robo con violencia o intimidación, uso de armas:
0.
1.
2.
3.
4.
No constan
Arma blanca
Arma de fuego
Otras armas. Especifique...........
No hubo uso de armas
5) Grado de participación
1.
Autor
110
Especifique….
2.
3.
4.
Inductor
Cooperador necesario
Cómplice
6) Fecha de comisión de la infracción(es):
7) Inicio procedimiento:
0.
1.
2.
3.
4.
No consta
Denuncia particular
Traslado desde Cuerpos Policiales
Traslado del Juzgado de Instrucción
Otros
8) Fecha de incoación por el M.F.:
9) ¿Han intervenido también adultos en la comisión de esta infracción?
1.
2.
3.
No consta este dato
Sí
No
10) Imposición de medida cautelar:
1.
2.
3.
4.
No hubo
Sí, internamiento
Sí, custodia familiar
Sí, otros. Especifique:...............................................................................
11) Exploración del menor en Fiscalía (entrevista menor-fiscal):
1.
Sí
12) Informe del Equipo Técnico:
1.
Sí
2.
No
2.
No
13) En caso de que NO haya informe del Equipo Técnico, señale:
13.1.- Sexo
1. Varón
2. Mujer
13.2.- Fecha de nacimiento: ………./………./……….(día/mes/año)
13.3.- Nacionalidad: (país)
14) Petición de archivo por el Ministerio Fiscal:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
No hubo petición de archivo
Sí, por no constituir delito
Sí, por búsqueda del menor
Sí, por mayoría de edad
Sí, por minoría de edad
Sí, por poca gravedad de los hechos
Sí, por las condiciones del menor.
Sí, sin violencia
Sí, por reparación
Sí, porque no fue acreditada la participación
Sí, por otras causas. Especifique:...............................................................................
111
15) Escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
No realiza
Remisión a protección
Remisión a Juez competente
Sobreseimiento/archivo
Amonestación
Petición de Audiencia
Otras. Especifique
16) Medida propuesta por el Equipo Técnico:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
No realizó ninguna propuesta
Amonestación.
Acogimiento por otra persona o grupo familiar.
Prohibición de conducir.
Tratamiento ambulatorio.
Servicio en beneficio de la comunidad.
Libertad vigilada.
Internamiento de fin de semana
Internamiento en centro terapéutico.
Internamiento en centro abierto.
Internamiento en centro semiabierto.
Internamiento en centro cerrado.
17) En la comparecencia se solicitó:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Sobreseimiento
Remisión del expediente a protección
Remisión del expediente al Juez competente
Amonestación
Continuación a Audiencia
Continuación a Resolución
Otros
18) Celebración de Audiencia:
1.
2.
No se celebró
Sí, se celebró
19) Fecha de resolución:
20) Contenido de la Resolución:
1.
2.
3.
4.
Condenatoria para el menor con conformidad de las partes
Condenatoria para el menor sin conformidad de las partes
Absolutoria
Declaración de prescripción
112
21) En caso de resolución condenatoria, indique las medidas impuestas y su
duración:
Medidas impuestas
Duración
1. Amonestación.
...... años....... meses....... días
2. Acogimiento por otra persona o grupo ...... años....... meses....... días
familiar.
3. Prohibición de conducir.
...... años....... meses....... días
4. Tratamiento ambulatorio.
...... años....... meses....... días
5. Servicio en beneficio de la comunidad.
...... años....... meses....... días
6. Libertad vigilada.
...... años....... meses....... días
7. Internamiento de fin de semana
...... fines de semana
8. Internamiento en centro terapéutico.
...... años....... meses....... días
9. Internamiento en centro abierto.
...... años....... meses....... días
10. Internamiento en centro semiabierto.
...... años....... meses....... días
11. Internamiento en centro cerrado.
...... años....... meses....... días
Especifique el contenido del servicio en beneficio de la comunidad:
22) En caso de Resolución condenatoria, ¿se ha suspendido la medida durante su
ejecución?:
1.
2.
3.
4.
No
Sí, porque se ha realizado la reparación del daño
Sí, porque se han alcanzado los fines pretendidos
Sí, por otra causa. Especifique
23) ¿Se ha interpuesto recurso de apelación?
1.
2.
Sí
No
24) Archivo definitivo del expediente (Auto del juez):
1.
2.
1.
2.
3.
4.
5.
No aparece
Sí, mayoría de edad
Sí, búsqueda del menor
Sí, minoría de edad
Sí, cumplimiento de medida
Sí, absolución
Sí, otras causas. Especifique
25) Respuesta al recurso:
1.
2.
3.
4.
Estimación. Se condena. Especifique la medida......................................... Especifique la duración
....................
Estimación. Se absuelve
Estimación. Se modifica medida. Especifique la medida.............................Especifique la
duración....................
Desestimación
26) Menor con expediente previo en el Juzgado: (Importante: si en el expediente no
consta que tuviera casos previos en el Juzgado, se buscará en el fichero de menores)
1.
2.
Sí, aparece en este expediente
Sí, aparece en el fichero de menores
113
3.
4.
No aparecen en este expediente ni en el fichero de menores
No aparecen en este expediente y no se ha podido acceder al fichero de menores
Observaciones:
VARIABLES LEGALES. L.O. 5/00
Expte. Nº:
del expediente)
Sujeto nº:
(según el orden en que aparece en la carátula
1) Indique los delitos y las faltas de este menor en el siguiente listado:
ATENCIÓN:
 En caso de más de un delito o falta indique el orden en el que aparece recogido en el cuadro de la izquierda y el Nº de artículo
Delitos
Faltas
de cada tipo de infracción a la derecha.
 1. Delito de robo con fuerza. Vivienda habitada. Nº..........
 25. Falta de hurto. Nº..........

















2. Delito de robo con fuerza. Vivienda no habitada. Nº.........
3. Delito de robo con fuerza. Establecimiento. Nº..........
4. Delito de robo con fuerza. Vehículo. Nº ..........
5. Delito de robo con fuerza. Otros..................... Nº:..........
6. Delito de robo con violencia o intimidación. Nº ..........
7. Delito de hurto. Nº..........
8. Delito de uso de vehículos. Robo. Nº ..........
9. Delito de uso de vehículos. Hurto. Nº..........
10. Delito contra la seguridad en el tráfico. Nº ..........
11. Delito contra la salud pública. Nº:..........
12. Delito contra el orden público. Nº: ..........











26. Falta de uso de vehículos. Robo. Nº ..........
27. Falta de uso de vehículos. Hurto. Nº..........
28. Falta contra la seguridad en el tráfico. Nº ..........
29. Falta contra la salud pública. Nº:..........
30. Falta contra el orden público. Nº: ..........
31. Falta de amenazas. Nº: ..........
32. Falta de falsedad. Nº: ..........
33. Falta de lesiones. Nº ..........
34. Falta de atentado a la autoridad. Nº..........
35. Falta de daños. Nº
36. Otras faltas. Nº: ..........
13. Delito de amenazas. Nº: ..........
14. Delito de falsedad. Nº: ..........
15. Delito de lesiones. Nº ..........
16. Delito de atentado a la autoridad. Nº..........
17. Delito de daños. Nº..........
18. Otros delitos. Nº: ..........
Especifique….
2) Número de infracciones que ha cometido este menor:
3) Los datos relativos a la infracción se han recogido:
1. De la sentencia
2. Del escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal
3. Del escrito de incoación del procedimiento
4) Grado de participación
1.
2.
3.
4.
Autor
Inductor
Cooperador necesario
Cómplice
114
Especifique….
5. En caso de robo con violencia o intimidación, uso de armas:
0.
1.
2.
3.
4.
No consta este dato
Arma blanca
Arma de fuego
Otras armas. Especifique………
No hubo uso de armas
6) ¿Han intervenido también adultos en la comisión de esta infracción?
1.
2.
3.
No consta este dato
Sí
No
7) Fecha de comisión de la infracción(es):
8) Fecha de incoación por el Ministerio Fiscal:
9) Forma de inicio del procedimiento:
0.
5.
6.
7.
8.
No consta
Denuncia particular
Traslado desde Cuerpos Policiales
Traslado del Juzgado de Instrucción
Otros
10) Medida cautelar:
1.
2.
3.
4.
5.
No hubo
Sí, internamiento (cerrado, semiabierto, abierto o terapéutico)
Sí, libertad vigilada
Sí, convivencia con otra persona, familia o grupo educativo.
Sí, otros. Especifique
11) Exploración del menor en Fiscalía (entrevista menor-fiscal):
1.
2.
Sí
No
12) Petición de archivo por el Ministerio Fiscal:
1. No hubo petición de archivo
2. Sí, desistimiento por corrección en ámbito educativo-familiar
3. Sí, por sobreseimiento por conciliación o reparación
4. Sí, por búsqueda del menor
5. Sí, porque no fue acreditada la participación
6. Sí, por otras causas. Especifique
13) Informe del Equipo Técnico:
1.
2.
Sí
No
14) En caso de que NO haya informe del Equipo Técnico, señale:
13.1.- Sexo
1. Varón
2. Mujer
13.2.- Fecha de nacimiento: ………./………./……….(día/mes/año)
13.3.- Nacionalidad:
115
15) Medida propuesta por el Equipo Técnico
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
No realizó ninguna propuesta
Amonestación.
Realización de tareas socio-educativas.
Servicio en beneficio de la comunidad.
Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo.
Libertad vigilada.
Permanencia de fin de semana en centro
Permanencia de fin de semana en su domicilio
Asistencia a un centro de día.
Tratamiento ambulatorio.
Internamiento terapéutico.
Internamiento en régimen abierto
Internamiento en régimen semiabierto
Internamiento en régimen cerrado
Inhabilitación absoluta.
Privación del permiso de conducir o del derecho a obtenerlo.
Privación del permiso de armas o del derecho a obtenerlo.
16) Escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal:
1.
2.
3.
4.
No realiza
Solicita sobreseimiento
Solicita apertura de audiencia
Sí, otro contenido. Especifique
17) Auto del Juez:
1.
2.
3.
4.
5.
Celebración de Audiencia
Celebración de comparecencia de conformidad
Sobreseimiento
Sobreseimiento con remisión a protección
Remisión a Juez competente
18) Celebración de comparecencia o Audiencia:
1.
2.
3.
4.
Comparecencia de conformidad de las partes (según art.32)
Audiencia con conformidad sobre los hechos y la medida Sí, con conformidad sobre los hechos
Audiencia con conformidad sólo sobre los hechos
Audiencia sin conformidad
19) Contenido de la Resolución:
1.
2.
3.
4.
Condenatoria para el menor con conformidad de las partes
Condenatoria para el menor sin conformidad de las partes
Absolutoria
Declaración de prescripción
20) Fecha de la sentencia:
116
21) En caso de sentencia condenatoria, indique las medidas impuestas y su
duración
Medidas impuestas
Duración
1. Amonestación.
2. Realización de tareas socio-educativas.
...... años....... meses....... días…. horas
3. Prestaciones en beneficio de la comunidad.
...... años....... meses....... días…. horas
4. Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo.
...... años....... meses....... días
5. Libertad vigilada.
...... años....... meses....... días
6. Permanencia de fin de semana en centro
…... fines de semana
7. Permanencia de fin de semana en su domicilio
…... fines de semana
8. Asistencia a un centro de día.
...... años....... meses....... días…. horas
9. Tratamiento ambulatorio.
...... años....... meses....... días…. horas
10. Internamiento terapéutico.
...... años....... meses....... días
11. Internamiento en régimen abierto
...... años....... meses....... días
12. Internamiento en régimen semiabierto
...... años....... meses....... días
13. Internamiento en régimen cerrado
...... años....... meses....... días
14. Inhabilitación absoluta.
...... años....... meses....... días
15. Privación de permiso de conducir o del derecho a obtenerlo. ...... años....... meses....... días
16. Privación del permiso de armas o del derecho a obtenerlo.
...... años....... meses....... días
Especifique el contenido de la tarea socio-educativa y del servicio en beneficio de la comunidad, en su
caso
22) En caso de sentencia condenatoria, ¿se ha suspendido la medida durante su
ejecución?
1.
2.
3.
4.
5.
No
Sí, sustitución por otra medida
Sí, dejada sin efecto por conciliación
Sí, dejada sin efecto por otras causas o sin especificar la misma
Sí, otros. Especifique
23) Archivo definitivo del expediente (Auto del Juez):
1.
2.
3.
4.
5.
6.
No aparece
Sí, por cumplimiento de medida
Sí, por mayoría de edad
Sí, por minoría de edad
Sí, por absolución
Sí, por otros. Especifique
24) ¿Se ha interpuesto recurso?:
1.
2.
3.
No hubo
Sí, sólo de apelación
Sí, de apelación y también de casación
25) Respuesta al recurso:
1.
2.
3.
4.
Estimación. Se condena. Especifique la medida................................ Especifique la
duración..............
Estimación. Se absuelve
Estimación. Se modifica medida. Especifique ésta................................ Especifique la
duración........................
Desestimación
117
23) En caso de que todavía NO se haya archivado definitivamente el expediente,
señale si se ha celebrado la audiencia o comparecencia de conformidad:
1.
2.
Sí
No
1.
2.
3.
4.
Sí, consta en este expediente
Sí, consta en el fichero de menores
No consta en este expediente ni en el fichero de menores
No consta en este expediente y no se ha podido acceder al fichero de menores
24) Menor con expediente previo en el Juzgado:
(Importante: Si en este expediente no consta que tuviera expediente previo en el
Juzgado, se buscará en el fichero de menores)
Observaciones:
118
119
VARIABLES EXTRALEGALES
Expte. nº:
del expediente)
Sujeto nº:
(según el orden en que aparecen en la carátula
DATOS GENERALES SOBRE EL MENOR
1) Sexo:
0.
1.
Varón
Mujer
2) Fecha de nacimiento: ......../........./..........
0.
1.
No consta
Consta sólo menor de edad
3) Nacionalidad:
0.
1.
2.
No consta
Española
Otra. Especifique país…………….
4) Si no consta nacionalidad, lugar de nacimiento: ............................
0.
No consta
5) Actividad presente:
0.
1.
2.
3.
4.
5.
No consta
Estudia
Trabaja
Estudia y trabaja
No estudia y no trabaja
Otros. Especifique................................
6) Estudios
0.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
No constan
Sin estudios, no especifica más
Consta que lee y escribe correctamente
Consta que lee y escribe con dificultad
Sin estudios, otro supuesto. Especifique.....................................
Primaria, abandonada sin finalizar
Primaria, la está realizando
Primaria, la ha terminado
Primaria, no especifica si la ha terminado
Secundaria, abandonada sin finalizar
Secundaria, la está realizando
Secundaria, la ha finalizado
Otros estudios. Especifique............................
7) Si el menor estudia o ha estudiado, asistencia a clases:
0.
1.
No consta
Sí, siempre
120
2.
3.
4.
Sí, pero falta en ocasiones
Sí, pero falta a menudo
Nunca
8) Si el menor estudia o ha estudiado, conducta conflictiva en clase:
0.
1.
2.
No consta
Sí
No
9) Estado civil:
0.
1.
2.
3.
No consta
Casado
Soltero
Otros
10) Si tiene hijos, número de hijos..............
11) En el informe del equipo técnico se menciona en relación a la personalidad,
comportamiento o hábitos del menor:
0.
1.
2.
No consta
Estructurado/adaptativo/normalizado
Desestructurado/desadaptativo/antisocial/agresivo
12) Adicción o consumo de drogas
1.
2.
3.
4.
5.
6.
No consta esta información
No es adicto ni consumidor ocasional ni habitual de drogas
Es adicto a las drogas. Especifique drogas
Es consumidor ocasional de drogas. Especifique drogas.................
Es consumidor habitual de drogas. Especifique drogas....................
Otros supuestos. Especifique.......................
13) En caso de que sea o haya sido adicto a las drogas, ¿ha estado en algún
programa de deshabituación?
0.
1.
2.
No consta
Sí
No
DATOS FAMILIARES DEL MENOR
1) Situación familiar:
0.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
No consta
Padres separados
Padres divorciados
Padres casados
Padre viudo
Madre viuda
Otros. Especifique............
2) Problemas económicos
0.
1.
2.
No consta este dato
Ingresos bajos: cobro de pensión, desempleo u otros
Ingresos bajos: empleo precario
121
3.
4.
Ningún miembro ingresa dinero a la unidad familiar
No hay problemas económicos
3) Convive con:
0.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
No consta
Padre, madre y hermanos (si tiene)
Padre y hermanos (si tiene)
Madre y hermanos (si tiene)
Padre, pareja de éste y hermano (si tiene)
Madre, pareja de ésta y hermanos (si tiene)
Su pareja (del menor)
Otros familiares
Instituciones de protección
No consta
4) Situación de la madre
0.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
No consta
Trabaja fuera de casa
Ama de casa
Desempleada
Tiene problemas con las drogas
Está en prisión en el momento del procedimiento
Estuvo anteriormente en prisión
Con antecedentes penales, no consta si ha estado en prisión
Fallecida
Desaparecida
Otros. Especifique................................
5) Situación del padre:
0.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
No consta
Trabaja
Desempleado
Tiene problemas con las drogas
Está en prisión en el momento del procedimiento
Estuvo anteriormente en prisión
Con antecedentes penales, no consta si ha estado en prisión
Fallecido
Desaparecido
Otros. Especifique.............................
6) Si tiene hermanos, número de hermanos.............
¿En qué orden se encuentra el menor entre los hermanos?....................
DATOS SOBRE EL ENTORNO SOCIAL
1) En el informe del Equipo Técnico aparece que el entorno social es:
0.
1.
2.
No consta
Normalizado
Problemático/marginal…
122
2) En el informe del Equipo Técnico aparece que el grupo de iguales es:
0.
1.
2.
No consta
Normalizado
Problemático/disocial…
-
3) Vive en:
0.
1.
2.
No consta
Ámbito urbano. Especifique provincia .............. y localidad……………..
Ámbito rural. Especifique provincia……………….. y localidad..............
Observaciones:
Por favor, indique cualquier aclaración o aspecto de interés sobre este menor que
crea que no ha quedado suficientemente claro en los datos recogidos:
123
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