Estudio comparativo de la aplicación de las Leyes Orgánicas 4/1992, reguladora de la competencia y el procedimiento de los Juzgados de Menores, y 5/2000, reguladora de la responsabilidad penal del menor Octavio García Pérez (Coordinador) José Luis Díez Ripollés Fátima Pérez Jiménez Susana García Ruiz 1 Este trabajo criminológico realizado en la Sección de Málaga del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología tiene su origen en la convocatoria pública realizada por el Consejo general del Poder judicial a fines de 2001 para la realización de un estudio sobre la aplicación de la entonces recién vigente ley 5/2000 en comparación con los últimos cinco años de aplicación de la ley 4/92, ambas relativas a la justicia penal de menores. Octavio García Pérez diseñó el enfoque metodológico de la investigación y la ficha técnica con la colaboración de Elisa García España y Fátima Pérez Jiménez, seleccionó a los encargados de efectuar el trabajo de campo y supervisó su actuación. La base de datos fue diseñada por Ángel Serrano García, mientras que los datos obtenidos del trabajo de campo fueron introducidos por Fátima Pérez Jiménez y Susana García Ruiz. Octavio García Pérez procedió al análisis de datos con la colaboración de Ramón Hidalgo Sánchez y Fátima Pérez Jiménez. El informe ha sido redactado por Octavio García Pérez, salvo los apartados IX y X que han sido obra de Susana García Ruiz. La versión final del informe fue revisada por José Luis Díez Ripollés quién, además, ha efectuado labores de asesoramiento del proyecto durante todo su desarrollo. El trabajo de campo en las diferentes ciudades fue realizado por las siguientes personas: José Antonio Ramos Vázquez, Eva Fernández Ibáñez, Joaquín Coromina Casas, Adelaida Angulo del Campo, Gloria Fernández Pacheco Alises, Naiara Cayero Durán, Isabel Durán Seco, Leticia Jericó Ojer, Soledad Barber Burusco, Mª Eulalia Casas Albiach, Mª Asunción Rance Jiménez, Raquel Campos Cristóbal, José Muñoz Clares, David San Martín Segura y Susana García Ruiz. 2 INDICE I. Introducción .................................................................................................................. 4 II. El objeto de estudio ...................................................................................................... 6 III. La metodología ........................................................................................................... 7 1. Los instrumentos del trabajo .................................................................................... 7 2. La muestra ................................................................................................................ 8 3. La ficha técnica ......................................................................................................... 9 4. El procedimiento .................................................................................................... 11 IV. El alcance de la muestra y las fuentes de los datos recogidos .................................. 12 V. La estructura de la delincuencia de menores que llega a conocimiento de los Juzgados de Menores ...................................................................................................... 15 1. Introducción ............................................................................................................ 16 2. La situación en los últimos cinco años de vigencia de la Ley 4/92 ........................ 16 3. La situación en el primer año de vigencia de la Ley 5/00 ...................................... 18 4. Análisis comparativo de la estructura de la delincuencia en las Leyes 4/92 y 5/00 19 5. Estudio comparativo de la delincuencia de menores y adultos .............................. 23 VI. Las características de los menores delincuentes....................................................... 24 1. Introducción ............................................................................................................ 24 2. El sexo .................................................................................................................... 24 3. Nacionalidad ........................................................................................................... 28 4. Edad ........................................................................................................................ 31 5. Nivel de formación y conducta observada durante la misma ................................. 33 6. Las características de la familia del menor ............................................................. 42 7. Las características del entorno social del menor .................................................... 46 8. La reincidencia ....................................................................................................... 47 9. Intervención de adultos en delitos cometidos por menores .................................... 57 VII. El procedimiento ..................................................................................................... 57 1. La forma de inicio................................................................................................... 57 2. La instrucción ......................................................................................................... 58 2.1 El Ministerio Fiscal y el equipo técnico ........................................................... 58 2.2 Las medidas cautelares ..................................................................................... 59 2.3 Las medidas desjudicializadoras ...................................................................... 64 2.4 Los archivos por parte del Ministerio Fiscal en fase de instrucción ................ 70 3. La fase intermedia y celebración de audiencia ....................................................... 73 4. La resolución .......................................................................................................... 74 5. Recursos ................................................................................................................. 75 6. El archivo definitivo ............................................................................................... 76 VIII. Las medidas ........................................................................................................... 80 IX. Los recursos ante las Audiencias Provinciales ......................................................... 89 X. Los recursos de casación ........................................................................................... 95 XI. Conclusiones .......................................................................................................... 100 Anexo: La ficha técnica utilizada ................................................................................. 108 3 I. Introducción La aprobación de la Ley Orgánica 4/1992, de 5 de junio, de reforma de la Ley reguladora de la competencia y el procedimiento de los Juzgados de Menores, supuso el abandono de un sistema (en adelante Ley 4/92), el tutelar, que había regido la justicia de menores en España desde que ésta apareció y que, como se había destacado, contradecía principios básicos del Estado de Derecho consagrado por la Constitución. Esta normativa representó el paso a un modelo de responsabilidad respetuoso con los principios constitucionales y más acorde con las directrices internacionales. De todas maneras, dada la premura y las condiciones en las que se tuvo que aprobar este texto legal debido a la declaración de inconstitucionalidad de algunos preceptos de la antigua Ley de Tribunales Tutelares de Menores de 1948, en la Ley 4/1992 no se regularon muchas cuestiones como, por ejemplo, los criterios de selección de las medidas y su duración, la ejecución de éstas, etc. y, por otro lado, se ocupaba de una franja de edad muy limitada, no ocupándose de lo que constituye probablemente el núcleo de la justicia de menores, los de 16 a 18 años. No obstante, en ella se trazaron unas directrices que se iban a consolidar con la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal del menor (en adelante Ley 5/00): orientación del sistema a la satisfacción del interés del menor; flexibilidad, que se traduce en un amplio margen de discrecionalidad no sólo del Juez de Menores en la adopción de las medidas más ajustadas a tal interés, sino incluso del órgano instructor, el Ministerio Fiscal, de cara a hacer uso del principio de oportunidad para poner fin al expediente; aseguramiento al menor de las garantías constitucionales; introducción de numerosas sanciones alternativas a las de privación de libertad. La Ley 5/00, además, ha venido a subsanar las deficiencias y lagunas que presentaba su predecesora. La nueva regulación se ocupa de la franja de los 14 a los 18 años, previéndose la posibilidad de abarcar también hechos cometidos por jóvenes de 18 a 21 años (art. 4)1, amplía el número de medidas ambulatorias alternativas a la privación de libertad, regula mejor los criterios de selección de las sanciones, establece ciertos límites a la amplia discrecionalidad de la que gozan los Jueces de Menores a la hora de elegir la medida y determinar su duración, se configura mejor el principio de oportunidad y se ocupa detenidamente de la ejecución de las medidas. Pese a las deficiencias de las Ley 4/92, lo cierto es que ambas regulaciones configuran un sistema de justicia de menores orientado esencialmente a la prevención especial2. En él la comisión de un hecho delictivo por parte de un menor no tiene por qué traer consigo necesariamente la imposición de una sanción. A ésta habrá que recurrir cuando el menor presente un déficit educativo que, de no atajarse, pueda volver 1 No obstante, su entrada en vigor se ha suspendido por segunda vez a través de la disposición transitoria única de la Ley Orgánica 9/2002, de 10 de diciembre. En principio, el art. 4 de la Ley 5/00 se comenzará a aplicar el 1 de enero de 2007. 2 Ciertamente la introducción de la disposición adicional cuarta en la Ley 5/00 a través de la Ley Orgánica 7/2000, de 22 de diciembre, ha supuesto una profunda quiebra de este sistema respecto de la delincuencia grave. 4 a conducir a la comisión de un delito. Pero, como han demostrado los estudios criminológicos, la realización de un delito por parte de un menor no es sinónimo de su existencia, por lo que en muchos casos no hace falta recurrir a la intervención penal. Y, por otra parte, cuando se dé dicho déficit, también las investigaciones criminológicas ponen de relieve que en muchos casos las medidas ambulatorias constituyen una respuesta incluso más efectiva que las privativas de libertad. A la vista de lo anterior, es lógico que ni la celebración del proceso ni la imposición de una medida sean consecuencias necesarias de la comisión de un delito por un menor. El procedimiento sólo será preciso allí donde se vislumbre que el responsable del hecho delictivo presenta un déficit educativo y que, además, éste no pueda ser corregido sin una sanción penal. Cuando no haga falta intervención alguna o el problema se pueda resolver con una reacción alternativa a las auténticas sanciones penales como acontece con la reparación del daño, se faculta al Ministerio Fiscal para evitar seguir con un procedimiento, evitando así los efectos estigmatizadores de éste. En cambio, cuando la comisión del hecho delictivo por parte del menor demuestre la necesidad de una sanción penal, se pone a disposición del Juez de Menores un amplio abanico de sanciones en el que las ambulatorias tienen primacía sobre las privativas de libertad. Este goza de un gran margen para decidir cuáles son las medidas más adecuadas y fijar su duración. Junto a las indudables ventajas de este sistema, no se pueden obviar los riesgos que puede conllevar. La amplia discrecionalidad de que gozan los órganos de la Administración de Justicia puede conducir a implantar muy diferentes estrategias con respecto de los menores que están acusados de la comisión de un delito. En efecto, existe el peligro de que el recurso a las vías desjudicializadoras y las medidas alternativas a la privación de libertad se realice de forma muy desigual, de tal modo que menores que ejecutan hechos delictivos similares y que presentan características familiares, educativas y sociales sean tratados de forma diferente. En este sentido, desde la judicatura, se ha destacado en relación a la actuación del principio de oportunidad por parte del Ministerio Fiscal que “el principio de igualdad, que regula el art. 14 CE, no se producía en la práctica, ya que existía una diferencia acusada de trato a menores en condiciones similares, según el criterio no explicado de cada Fiscal, puesto que no estaban obligados a motivar sus decisiones y en consecuencia, los principios de legalidad y seguridad jurídica se han visto seriamente afectados”3. A lo anterior habría que añadir que el éxito de vías desjudicializadoras como la de la reparación del daño y de medidas alternativas a la privación de libertad depende de que cree una infraestructura adecuada y se disponga de personal capacitado para su puesta en práctica. Por todo lo dicho, resulta imprescindible realizar investigaciones, como la que aquí se efectúa, para conocer de qué forma se aplica la normativa penal de menores y 3 ORNOSA FERNANDEZ, M. R.: Derecho penal de menores. Bosch, Barcelona, 2001, pág. 67. Se trata de una cuestión que se ha constatado en numerosos estudios empíricos realizados en Alemania. Sobre los mismos, cfr. GARCIA PEREZ, O.: “Los actuales principios rectores del Derecho penal juvenil: un análisis crítico”, en Revista de Derecho penal y Criminología, 1999, nº 3, págs. 53 y s. 5 hasta qué punto se están cumpliendo con los objetivos previstos en ellos. Ello permitirá extraer conclusiones de cara a hacer recomendaciones a los diferentes órganos implicados en este sector de la Administración de Justicia, a las Administraciones Públicas y, en su caso, al legislador para que subsane las deficiencias que se puedan atribuir a la propia regulación. II. El objeto de estudio La finalidad esencial de esta investigación consiste en realizar una radiografía de la aplicación de la normativa relativa a la responsabilidad penal de los menores durante seis años. Se trata de analizar, por una parte, los asuntos dirimidos al amparo de la Ley 4/92 en los últimos cinco años de su vigencia. Ello nos permitirá abordar un amplio abanico de cuestiones. De este modo, podremos conocer el volumen de trabajo a que se enfrentan los Juzgados de Menores y la duración de los procedimientos. Asimismo podremos obtener una imagen de la estructura de la delincuencia que les llega y de las características de los menores que ejecutan los delitos. En este punto es preciso advertir que el estudio, al centrarse en los casos que llegan a los Juzgados de Menores, sólo posibilita el estudio de una parte de la delincuencia de menores. Y ello por dos razones. En primer término, porque no todos los delitos cometidos por estos llegan a conocimiento de la Administración de Justicia de Menores. Y en segundo lugar, porque algunas de las vías desjudicializadoras pueden impedir que se inicie el procedimiento. Por medio del análisis se podrá ver cómo se desarrolla el procedimiento (forma de inicio, actuación del órgano instructor y del equipo técnico, medidas desjudicializadoras, incidencia de las medidas cautelares, asuntos que llegan a la fase intermedia o de alegaciones, nivel y clases de conformidades, volumen de asuntos que llegan a la fase de audiencia, número y contenido de la resolución, incidencia y resultado de los recursos interpuestos, etc. Otro aspecto fundamental es la averiguación de las medidas que se imponen en los Juzgados de Menores a los sujetos culpables. Con ello se podrá comprobar si todo el catálogo de sanciones se está utilizando, cuáles son las más frecuentemente aplicadas, qué proporción representan las privativas de libertad y las ambulatorias, las características de los sujetos que las sufren, etc. Por otra parte, esta misma labor se realizará para el primer año de vigencia de la Ley 5/00. Una vez obtenidos los resultados de ambas leyes, se podrá, a partir de la radiografía conseguida de la Ley 4/92, tener un punto de referencia para evaluar qué modificaciones ha traído consigo la aplicación de la nueva regulación, especialmente la incidencia que ha tenido la elevación de la franja de edades de las que ahora se ocupa la Administración de Justicia de menores. Habrá que ver si ello ha provocado un cambio en la estructura de la delincuencia, las características de los menores que llegan a los Juzgados de Menores, la incidencia de las medidas desjudicializadoras y las sanciones penales. 6 Pero no sólo se cotejarán los resultados de la Ley 4/92 con los de la Ley 5/00 sino que también se compararán las conclusiones conseguidas con las derivadas de otros estudios realizados en nuestro país y en el extranjero. Asimismo se procurará determinar la incidencia que en los resultados tiene la actual disponibilidad de infraestructuras y personal que las Administraciones Públicas ponen al servicio de la Administración de Justicia de Menores. Por último, nos ocuparemos de aportar la normativa internacional sobre la materia, incluyendo textos que, aun sin tener fuerza vinculante, constituyen un importante instrumento auxiliar de cara a la interpretación tanto de la legislación nacional como internacional. III. La metodología 1. Los instrumentos del trabajo Para conocer la aplicación que de las Leyes 4/92 y 5/00 hace la Administración de Justicia de Menores se han utilizado dos herramientas. La primera es el expediente. Aunque inicialmente se propuso utilizar la resolución, sin embargo, se descartó esta posibilidad, puesto ella representa una fuente de datos mucho más limitada que el propio expediente. En efecto, en la resolución no figuran muchas cuestiones relevantes. Así, por ejemplo, en ella no suelen figurar los aspectos relativos a la situación educativa, familiar y social del menor. Para la constatación de estas circunstancias la mejor fuente la constituye el informe elaborado por el equipo técnico. Además, el contenido de la resolución puede venir determinado por la actuación de otros órganos, esencialmente el Ministerio Fiscal o en su caso el equipo técnico, sin que a veces esto se refleje claramente en ella. Pero incluso en ocasiones el expediente resulta un instrumento insuficiente. En ocasiones en él no figura referencia alguna a si el menor implicado en el procedimiento ha cometido anteriormente algún hecho delictivo. Por ello cuando este dato no consta en el expediente, es preciso acudir a la ficha personal que de cada menor se lleva. En definitiva, para el análisis de los asuntos que han llegado en los últimos cinco años de vigencia de la Ley 4/92 y en el primero de la Ley 5/00 se han utilizado los expedientes en ellos abiertos y, en ocasiones, también la ficha personal del menor. Para el estudio de los recursos interpuestos contra las sentencias dictadas por los Juzgados de Menores se han utilizado dos bases de dados digitalizadas que nos ha proporcionado el CENDOJ. El tipo de búsqueda se ha podido efectuar en los textos digitalizados de las sentencias dictadas en el año 2001 en los órganos colegiados incluidos en el gestor de bases de datos ALCHEMY. Mediante el programa ALCHEMY se realizó una cadena de búsqueda eligiendo los siguientes conceptos “menor y minoría y responsabilidad” de lo que se obtuvo un total de 163 sentencias recurridas de la nueva ley. Es la cadena que mejores resultados ha arrojado teniendo igualmente un margen de 7 error. Respecto al año 2002 siguiendo esta cadena de búsqueda han resultado seleccionadas 9 sentencias. De los recursos llegados al Tribunal Supremo se estudiaron las sentencias dictadas en los años 2001 y 2002 siguiendo la base de datos del programa LOTUS. Este programa no permite realizar cadena de búsqueda por lo que se tuvo que ver sentencia por sentencia arrojando el siguiente resultado: 20 sentencias relacionadas con menores dictadas se han encontrado a lo largo del año 2001 y 4 en los dos primeros meses del 2002. Finalmente, para otros aspectos del estudio se han empleado informes elaborados por diversos organismos oficiales, bases de datos de legislación y de bibliografía. Las de ésta se ha utilizado para la localización de otras investigaciones sobre las cuestiones tratadas en este trabajo. 2. La muestra Ante la imposibilidad de estudiar todos los expedientes por el tiempo dado para la realización del trabajo y siguiendo las leyes estadísticas que establecen que el análisis de todo el universo da un resultado tan fidedigno como el de una muestra que sea lo suficientemente representativa de todo el universo que se pretende examinar, se ha procedido a seleccionar una muestra que goce de la mencionada característica. De este modo, para el análisis de la aplicación que de las Leyes 4/92 y 5/00 han hecho los Juzgados de Menores se ha efectuado una muestra estratificada que abarca aproximadamente el 10% de todos los expedientes abiertos en ellos. Para la selección de la muestra se han tenido en cuenta diferentes variables. Una parte de ella se ha recogido en ciudades grandes en las que los Juzgados de Menores se enfrentan a un gran volumen de expedientes y la otra en ciudades pequeñas donde el número de éstos es bastante inferior. Esta variable tiene una extraordinaria importancia, puesto que en investigaciones realizadas sobre el tema se han apuntado indicios de que el tipo de reacción ante la comisión de hechos delictivos por parte de menores varía según la mayor o menor sobrecarga de trabajo. Asimismo se ha tenido presente otra variable como el carácter más o menos urbano al que se extiende la competencia del Juzgado de Menores, puesto que probablemente tanto el tipo de delito como la relevancia de éstos pueden variar, lo que indudablemente influiría en la respuesta judicial. También, y en buena medida vinculado con lo anterior, se ha tenido en cuenta el grado de desarrollo económico de los diferentes territorios, lo que igualmente puede incidir en la delincuencia y en la reacción frente a la misma. Por último, la selección de los Juzgados de Menores se ha llevado a cabo intentado que en ella estén representadas la mayor parte de las Comunidades Autónomas. Conforme a las anteriores premisas, la muestra se ha extraído de los Juzgados de Menores ubicados en las siguientes ciudades: Málaga, Jaén, Granada, Madrid, Barcelona, Tarragona, Badajoz, Zaragoza, Santander, Albacete, León, Valencia, Murcia, Bilbao, Pamplona y La Coruña. Téngase presente que en el año 2000 de un total de 20143 expedientes resueltos en los Juzgados de Menores de estas ciudades se 8 resolvieron 11203, lo cual supone un 55,61%. Además, los Juzgados de Menores de las ciudades seleccionadas tienen una competencia territorial muy representativa de la población española, pues se abarca territorios costeros y del interior, poblaciones grandes, medianas y pequeñas, zonas de muy diferente desarrollo económico, zonas muy urbanas y rurales, etc. En las ciudades en las que se han creado nuevos Juzgados de Menores para la aplicación de la Ley 5/00 sólo se han examinado los ya existentes con la anterior normativa. Y ello porque en la medida en que se trata de realizar un estudio comparativo de ambas normativas, éste se podría ver distorsionado al incluir las prácticas de nuevos órganos judiciales. Inicialmente se pretendía analizar también el Juzgado de Menores de Tenerife, pues, desde el punto de vista de la representatividad de la muestra, era interesante ver si la delincuencia en un territorio insular que en los últimos años, además, ha recibido una gran cantidad de inmigrantes presenta diferencias apreciables con la de la península. Sin embargo, ello no ha sido posible. El titular de este Juzgado de Menores se negó a ello alegando unos informes elaborados por el Tribunal Superior de Justicia, la Fiscalía y el Gabinete Técnico del Consejo General del Poder Judicial en relación a un estudio similar que trató de efectuar el Gobierno de la Comunidad Canaria. A la vista de ello, se intentó trasladar el estudio al Juzgado de Menores de Las Palmas. Aunque aquí el titular no se opuso, inicialmente no se pudo poner en marcha porque se estaba trasladando la sede del Juzgado de Menores, lo que impedía acceder a los archivos. Posteriormente se produjo el cese del titular de éste y tuvimos que esperar a que se nombrara al sucesor. Finalmente y pese a las gestiones realizadas desde el Departamento de Derecho penal de la Facultad de Derecho de Las Palmas, uno de cuyos miembros iba a encargarse de la extracción de datos, y del coordinador del estudio, lo cierto es que no se ha podido acceder a los archivos de este Juzgado. Todo ello, además, ha retrasado considerablemente el trabajo, pues hasta finales de diciembre de 2002 aún confiábamos en poder contar con los datos del mencionado Juzgado. A comienzos de enero de 2003 decidimos, tras consultarlo con el CENDOJ, proceder a elaborar la base de datos, sin perjuicio de incluir posteriormente los datos de Las Palmas si nos era posible contar con ellos más adelante, lo cual definitivamente no ha acaecido. De cara a la selección de los expedientes, el punto de partida lo ha constituido el libro de incoaciones que se lleva en cada Juzgado de Menores y en el que se asigna un número a cada uno de los que se abren, eligiendo todos los acabados en tres, dándonos una doble información sobre el número total incoado en cada año. La muestra se recogió de los años 1996, 1997, 1998, 1999, 2000, 2001 hasta enero de 2002. El número total de expedientes examinados se acerca a los 6500, tratándose por separado los correspondientes a cada una de las Leyes aplicadas, pues sólo así se pueden vislumbrar los cambios que se han producido con la nueva regulación y su impacto en la Administración de Justicia. 3. La ficha técnica 9 Para la extracción de los datos de los expedientes se procedió a elaborar una ficha técnica dividida en tres grandes apartados. El primero de ellos, común para los expedientes de ambas leyes, relativo a los datos generales en el que se hace constar la Ley aplicada, el número dado al expediente por el Juzgado de Menores, el número del Juzgado objeto de estudio, la provincia en la que se encuentra este órgano y el número de menores que aparecen implicados en el expediente. El segundo apartado se refiere a las variables legales. Dadas las diferencias existentes entre las dos regulaciones, se elaboraron dos tablas diferenciadas de variables legales de la ficha técnica: una, para la Ley 4/92, y otra, para la Ley 5/00. En ambas se sigue el orden lógico del procedimiento que va desde la incoación de éste hasta su archivo definitivo. Con las correspondientes adaptaciones, en ellas se contempla, en primer término, el tipo de infracción penal cometida, diferenciando entre delito y falta, así como la fecha de su comisión. A continuación se contempla la forma de inicio del procedimiento (denuncia, atestado policial, traslado del Juzgado de instrucción, etc.), la fecha de incoación, la existencia de exploración del menor por parte del Ministerio Fiscal y de informe del equipo técnico, la adopción de medidas cautelares, la petición de archivo por el Ministerio Fiscal y recurso a medidas de desjudicialización, las propuestas del equipo técnico en materia de sanciones, la fase intermedia o de alegaciones con el escrito de alegaciones y conformidad, audiencia, fecha de resolución y contenido de ésta, medida impuesta con especificación de su duración, suspensión de su ejecución, recurso, archivo definitivo y comprobación de si el menor tenía ya otro expediente previo en el Juzgado. El tercer bloque de la ficha técnica, también común para ambas Leyes, se ocupa de las variables extralegales y en él se diferencian tres partes. La primera se refiere a los datos generales del menor: se nombra el sujeto lo que permite distinguir a los distintos implicados en un mismo procedimiento, sexo, fecha y lugar de nacimiento, nacionalidad, actividad que desarrolla (trabaja, estudia o las dos cosas), nivel de estudios, asistencia a clase y conducta en ella, estado civil del menor, en su caso, número de hijos, hábitos que tiene, consumidor de drogas y, en su caso, existencia de tratamiento de deshabituación. La segunda parte se centra en los datos familiares del menor: situación familiar, datos económicos de la familia, personas con las que convive, situación de la madre y del padre, número de hermanos y puesto que ocupa el menor entre éstos. Finalmente, se contemplan las variables sociales: tipo de entorno social y de grupo de iguales del menor, lugar de residencia y provincia. Con el fin de obtener la mayor cantidad de información posible, se incluye siempre la variable “no consta” y en muchas ocasiones se introduce la de “otros”, pidiéndose en la ficha que se especifique su contenido. Por otro lado, para el análisis de los recursos de apelación ante las Audiencias Provinciales y de los de casación ante el Tribunal Supremo se elaboraron sendas fichas técnicas. En ellas a grandes rasgos y con las correspondientes adaptaciones, se alude a los siguientes aspectos: órgano judicial que dictó la sentencia recurrida y fecha de ésta, 10 el número de la sentencia, el tipo de hecho delictivo objeto del procedimiento, la fecha de la sentencia, número de menores implicados y edad de éstos, intervención de adultos, motivo del recurso, resultado del mismo, especificando en su caso la sanción impuesta en caso de que se haya modificado la aplicada en primera instancia, y la Ley aplicada. 4. El procedimiento Para el estudio de los expedientes en los Juzgados de Menores se procedió a elaborar una ficha técnica provisional que en gran medida contemplaba ya las variables a las que antes se hizo referencia. A continuación se llevó a cabo un estudio piloto en el Juzgado de Menores de Málaga para comprobar la viabilidad de la ficha técnica. Una vez ejecutado, se perfeccionaron algunos aspectos de ésta y se confeccionó la definitiva. Simultáneamente se procedió a la selección de equipo de colaboradores que en cada ciudad se iba a encargar de visitar los Juzgados de Menores para extraer los datos. De este modo, en cada una se eligieron una o dos personas. En cuanto al perfil de éstas, todas son profesores de Derecho penal o abogados con gran experiencia en la jurisdicción de menores. El siguiente paso consistió en pasar la ficha técnica a papel y, tras hacerse las fotocopias necesarias, se remitieron a los colaboradores junto con un protocolo en el que se explicaba detenidamente la forma de recoger los datos. Asimismo se les facilitó un teléfono de contacto para aclarar las posibles dudas que surgieran durante el proceso de extracción de los datos. Todo ello iba dirigido a garantizar que la labor se iba a desarrollar de forma coordinada y uniforme. Una vez obtenida la autorización de los Juzgado de Menores y acreditados ante ellos los diferentes colaboradores, se procedió de forma manual a la extracción de los datos. Para ello se acudió al libro de incoaciones de cada Juzgado de Menores donde se identificaron todos los expedientes terminados en tres. Una vez identificados, el siguiente paso consistió en su búsqueda, tarea no siempre fácil debido a la forma en que cada Juzgado de Menores tiene de archivarlos y, en algún caso, como el de Madrid, por el lugar en el que se encuentran. En esta ciudad una parte de los expedientes están almacenados en una nave situada en un pueblo. Por ello en algunas ciudades el trabajo ha ido más lento de lo previsto. En cuanto a la forma de extraer los datos, cuando en un expediente aparecían varios inculpados, se acordó que se rellenara una ficha técnica por cada uno de ellos. Y esto porque cuando a través de un expediente se siguen actuaciones contra varios menores, el discurrir del procedimiento puede ser muy diferente para cada uno de los implicados. En efecto, éste no tiene por qué terminar con una resolución que afecte a todos ellos, puesto que respecto de alguno se puede haber detenido por estar tramitándose contra él un expediente individualizado o por haberse sobreseído la contra incoada sobre él. Paralelamente a la extracción de los datos y con el fin de poder estudiar los datos, fue necesario crear una base de datos en la que se pudieran recoger las variables 11 estudiadas y el número de menores de cada expediente. Para ello mediante el sistema de programación VISUAL BASIC se diseñó una base de datos en la que se contuvieran todas las variables recogidas en las fichas para poder unificarlas y así poder entrar en su estudio. La extracción de datos se llevó a cabo desde finales del mes de marzo de 2002 hasta finales del mes de septiembre de 2002. A medida que se iban recibiendo las fichas técnicas ya rellenadas, se fueron introduciendo los datos en la base creada. Este proceso se prolongó hasta comienzos de noviembre de 2002. Una vez descartada la posibilidad de poder hacer el trabajo de campo en Tenerife y Las Palmas, en un segundo paso se trasladaron todos los datos al programa informático SPSS con el que se ha hecho el análisis estadístico. En un primer momento, éste consistió en la realización de un examen descriptivo de todos los datos aportados por el estudio de campo. En una segunda etapa se han efectuado análisis bivariables mediante la elaboración de tablas de contingencia de dos o más entradas. Asimismo, durante esta fase se han examinado todas dictadas en apelación y en casación obtenidas con las bases de datos proporcionadas por el CENDOJ. Una vez recogidas todas en las fichas técnicas, se creó otra base de datos para su posterior análisis estadístico. Por último, se ha elaborado una memoria en la que se introducen todos los análisis efectuados y separados por Leyes para, a continuación, compararlos entre sí y con los resultados arrojados por otros estudios. IV. El alcance de la muestra y las fuentes de los datos recogidos Conforme a las premisas metodológicas establecidas, el 10% de los expedientes estudiados de la Ley 4/92 en los Juzgados de Menores seleccionados asciende a 4876, mientras que los de la Ley 5/00 suponen 1372. En definitiva, la muestra alcanza los 6246 expedientes. Es interesante destacar que en el año 2000 los Juzgados de Menores seleccionados registraron 11203 expedientes de un total de 20143, lo que representa el 55,61%. LEY: Número de expedientes Válidos 492,00 500,00 Total Frecuencia 4874 1372 6246 Porcentaj e 78,0 22,0 100,0 Porcentaje v álido 78,0 22,0 100,0 Porcentaje acumulado 78,0 100,0 Si nos detenemos ahora en la muestra por años, en el año 1996 se analizaron 735 expedientes, en 1997 789, en 1998 1059, en 1999 1125 y en 2000 1116. Dado que se han seleccionado sólo un 10% del total de los expedientes, esto significa que, respecto 12 de los Juzgados de Menores elegidos en la muestra, el volumen de expedientes ascendió a 7350 en 1996, 7890 en 1997, 10590 en 1998, 11250 en 1999 y 11160 en 2000. En el caso del primer año de funcionamiento de la Ley 5/00, para lo cual hemos elegido desde el 1 de febrero de 2001 al 31 de enero de 2002, los expedientes seleccionados ascendieron hasta los 1372. Dado que éstos representan un 10% del total, la suma total ascendería a 13720. Pero en algunas de las ciudades elegidas para realizar el estudio se han creado nuevos Juzgados de Menores que no se han incluido en la muestra, puesto que, al tratarse de una investigación comparativa con los resultados arrojados por la de la aplicación 4/92, en el caso de éstos se carecía de punto de referencia. Pues bien, si tenemos presentes los datos proporcionados por el CENDOJ sobre el volumen de expedientes registrados en estos nuevos órganos (Juzgado de Menores nº 2 de Málaga con 1511 en el año 2001, Juzgados de Menores nº 4 y 5 de Barcelona con 2229 y 1013 expedientes respectivamente, Juzgado de Menores nº 3 de Valencia con 2883, Juzgados de Menores nº 5 y 6 de Madrid con 1363 y 1439 expedientes respectivamente), el total de expedientes registrados en ellos ascendió a 10438. De este modo y aunque los estos últimos datos se refieren al año 2001, mientras que los de nuestra muestra comprenden de febrero de 2001 a febrero de 2002, el volumen total rondaría los 24158 expedientes. 13 Número de expedientes anal izados por año año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 Total Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY Recuent o % de año % de LEY LEY 492,00 500,00 735 100,0% Total 735 100,0% 15,1% 11,8% 789 100,0% 789 100,0% 16,2% 12,6% 1059 100,0% 1059 100,0% 21,7% 17,0% 1125 100,0% 1125 100,0% 23,1% 18,0% 1116 98,2% 21 1,8% 1137 100,0% 22,9% 1,5% 18,2% 46 3,4% 1292 96,6% 1338 100,0% ,9% 94,2% 21,4% 2 3,3% 59 96,7% 61 100,0% ,0% 4,3% 1,0% 4872 78,0% 1372 22,0% 6244 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% De la comparación de los datos del año 2000 con los del 2001 se infiere que con la nueva regulación el volumen de asuntos de los que se tienen que ocupar los Juzgados de Menores se ha incrementado notablemente. Si tenemos presente que la muestra elegida abarca aproximadamente el 55,61% del total de asuntos registrados en toda España como se desprende de la estadísticas judiciales aportadas por el INE para el año 2000, estaríamos hablando de aproximadamente unos 43441 expedientes por año4 en 4 El volumen total de asuntos se aproxima mucho a la hipótesis mínima que se había formulado en la memoria que se presentó de cara al concurso convocado por el Consejo General del Poder Judicial sobre la base de los datos de que en ese momento se disponían. En efecto, partíamos de que el número de asuntos podía rondar como mínimo los 45.000, circunstancia por la que, además, sólo nos comprometíamos a analizar una muestra debido a la imposibilidad de analizar todos los asuntos en el periodo indicado en las bases del concurso. 14 todo el territorio nacional tras la entrada en vigor de la Ley 5/00. Si lo cotejamos con los registrados en el año 2000, 20143, el volumen de asuntos ha aumentado en un 215,66%. En la investigación llevada a cabo en Castilla-La Mancha se había pronosticado que con la entrada en vigor de la nueva regulación la justicia de menores se tendría que ocupar de aproximadamente un 203,08% más de menores. Ello supone que el número de asuntos sería algo inferior al calculado en nuestra investigación. Por lo que se refiere al número de menores implicados en los expedientes, en la Ley 4/92 son 5547 y en la 5/00 1380, ascendiendo el total a 6927. Como se puede ver, el volumen de sujetos es superior al de expedientes, lo cual es lógico, puesto que en ocasiones son varios los menores intervinientes en un mismo hecho delictivo. LEY: Número de menores Válidos 492,00 500,00 Total Frecuencia 5547 1380 6927 Porcentaj e 80,1 19,9 100,0 Porcentaje v álido 80,1 19,9 100,0 Porcentaje acumulado 80,1 100,0 Dado que los expedientes no siempre tienen que concluir con una resolución, entre otras razones, por el amplio reconocimiento del principio de oportunidad en el Derecho penal de menores, los datos de la muestra tienen diferentes fuentes. La más importante, sin duda, ha sido el escrito de incoación del expediente del Ministerio Fiscal. En un 55,4% del total de fichas recogidas los datos se extrajeron de dicho escrito. No obstante, es preciso destacar que el porcentaje varía cuando se contemplan por separado las relativas a la Ley 4/92 y la 5/00. En la primera se utiliza en un 54,4%, mientras que en la segunda se usa en un 59,8%. Esta diferencia puede deberse a varias razones. Una de ellas es que la muestra de la 5/00 abarca hasta febrero de 2002 y los datos se recogieron esencialmente entre los meses de abril y junio, por lo que no pocos expedientes estaban todavía inconclusos. Ello explica que respecto de la nueva regulación se utilicen más fuentes previas a la resolución, especialmente los escritos de alegaciones e incoación. A este último se recurre en un 4,1% en la Ley 4/92 y en un 12% en la 5/00. A la vista de lo anterior no es de extrañar que en las fichas elaboradas sobre la aplicación de la actual regulación se acuda en menor medida a la resolución. Esta se utiliza en un 24,1% de ellas, incrementándose este porcentaje notablemente en la Ley 4/92, en la que alcanza hasta el 34,9%. V. La estructura de la delincuencia de menores que llega a conocimiento de los Juzgados de Menores 15 1. Introducción En este apartado nos vamos a ocupar de las características de la delincuencia de menores que ha llegado a conocimiento de los Juzgados de Menores en los últimos seis años. El análisis se va a dividir en tres apartados: en el primero abordaremos las peculiaridades de los delitos cometidos en los últimos cinco años de vigencia de la Ley 4/92; en el segundo las singularidades de la criminalidad en el primer año de aplicación de la Ley 5/00; en tercero, se efectuará un estudio comparativo de los dos primeros apartados. En éste se pretende determinar si la modificación de la franja de edad a la que atiende la actual regulación, cuya principal novedad radica en haber elevado la edad de los menores que son objeto del sistema (de una banda de 12 a 16 años hemos pasado a una de 14 a 18), se ha traducido en una variación de la estructura de los delitos propios del Derecho penal de menores. En el último, se cotejarán los datos relativos a la delincuencia de menores con la de los adultos. 2. La situación en los últimos cinco años de vigencia de la Ley 4/92 Desde un punto de vista general, los menores de 12 a 16 años cometen esencialmente delitos contra el patrimonio. Éstos representan casi un 60% del total (59,6%). En un segundo lugar, encontramos las lesiones que ascienden a un 21,7%. En tercer lugar, se situarían las amenazas con un 6,1 %. El resto de hechos tiene una escasa relevancia. Así, por ejemplo, los atentados a la libertad sexual constituyen el 1,5% y las injurias el 1%. En cuanto a la gravedad de las infracciones cometidas por los menores, el 63,33% son delitos y el resto faltas, es decir, el 36,67%. 16 492,00 Delitos no consta Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito f alta desobediencia Otros delitos Otras f alt as Total de grupo _N_ 39 607 407 242 126 117 110 376 283 225 54 407 521 129 133 43 64 40 % f ila ,9% 14,2% 9,5% 5,7% 2,9% 2,7% 2,6% 8,8% 6,6% 5,3% 1,3% 9,5% 12,2% 3,0% 3,1% 1,0% 1,5% ,9% 25 ,6% 216 115 4279 5,0% 2,7% 100,0% El estudio realizado en la comunidad de Castilla-La Mancha5 arroja los siguientes resultados: los delitos patrimoniales alcanzan el 51,73%, las lesiones el 23,87% y los delitos contra la libertad el 3,86%. En comparación con nuestra investigación se observan en este nivel general algunas diferencias, pues el estudio de la comunidad de Castilla-La Mancha arroja un menor porcentaje de delitos patrimoniales (51,73% frente a un 59,6%), mientras que se incrementan ligeramente las lesiones que pasan del 21,7% de nuestro trabajo a un 23,87% y descienden considerablemente los delitos contra la libertad, puesto que a nivel general las amenazas representan por sí solas el 6,1% en tanto que aquí todos los delitos contra la libertad únicamente llegan al 3,86%. Si nos fijamos en la delincuencia patrimonial, ésta se concentra en cinco hechos: hurto (14,5%), robo con fuerza en las cosas (14,2%), daños (11,9%), robo con violencia o intimidación (9,5%) y el hurto y robo de uso de vehículo a motor y ciclomotor (8,2%). En el caso del hurto las faltas ascienden a un 8,8%, mientras que los delitos suponen un 5 Rechea Alberola/Fernández Molina: Impacto de la nueva Ley penal juvenil (5/2000) en Castilla-La Mancha. 17 5,7%. Respecto de los daños, las faltas constituyen un 5,3% y los delitos un 6,6%. En materia de hurto y robo de uso, las faltas alcanzan el 2,6%. En el caso del estudio efectuado en Castilla-La Mancha también la delincuencia patrimonial se concentra en estos cinco hechos: hurto (13,39%), robo con fuerza en las cosas (19,40%), los daños (15,37%), robo con violencia o intimidación (2,23%), y el hurto y robo de uso de vehículo a motor y ciclomotor (4,29%). En los hurtos los delitos suponen el 6,57% y las faltas el 6,82%, mientras que en los daños los delitos alcanzan al 11,30% y las faltas al 4,07%. Si comparamos estos datos con los de nuestra investigación, indudablemente la nota más destacada es la escasa relevancia que en la comunidad de Castilla-La Mancha tiene la delincuencia patrimonial más grave que es el robo con violencia o intimidación. En efecto, en este territorio sólo supone un 2,23% del total de la delincuencia cuando a nivel nacional el porcentaje crece considerablemente hasta llegar al 9,5%. En el ámbito de los delitos contra las personas, las lesiones constitutivas de delito suponen un 9,5%, en tanto que las de falta llegan hasta el 12,2%. En el supuesto de las amenazas las faltas son el 3,1% y los delitos el 3%. En la investigación efectuada en Castilla-La Mancha los delitos de lesiones suponen el 2,66%, mientras que las faltas ascienden al 21,21%. Si se comparan estos datos con los obtenidos en la nuestra, se observa que la delincuencia contra las personas en esta comunidad autónoma es mucho más leve, pues la inmensa mayoría de los atentados son constitutivos de falta. En relación a otros hechos delictivos, hay que destacar que los delitos contra la salud pública, seguridad del tráfico y la vida tiene una ínfima relevancia, destacando los primeros con un 0,9%. 3. La situación en el primer año de vigencia de la Ley 5/00 Desde una perspectiva general, cabe destacar que los menores de 14 a 18 años han ejecutado fundamentalmente delitos contra el patrimonio. Éstos suponen un 63,6% del total. A continuación le siguen en importancia las lesiones con un 18,5% y las amenazas con un 3,7%. Los restantes hechos apenas alcanzan porcentajes significativos. Así, los atentados a la libertad sexual representan un 1,9% y los delitos contra la salud pública un 1,3%. 18 500,00 Delitos no consta Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito f alta desobediencia Otros delitos Otras f alt as Total de grupo _N_ 13 217 198 53 81 31 20 74 45 34 15 104 120 15 30 7 23 16 % f ila 1,1% 18,0% 16,4% 4,4% 6,7% 2,6% 1,7% 6,1% 3,7% 2,8% 1,2% 8,6% 9,9% 1,2% 2,5% ,6% 1,9% 1,3% 7 ,6% 84 20 1207 7,0% 1,7% 100,0% Si pasamos ahora a analizar la estructura de los delitos patrimoniales cometidos por los menores, vemos cómo los robos con fuerza en las cosas alcanzan un 18%, los robos con violencia o intimidación un 16,4%, los hurtos y robos de uso de vehículo a motor o ciclomotor un 11%, los hurtos un 10,5% y los daños un 6,5%. Si observamos la distribución entre delitos y faltas, los primeros suponen un 6,1% en el hurto, un 2,8% en los daños y un 1,7% en el hurto y robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor. En los delitos contra las personas, mientras los delitos de lesiones llegan hasta el 8,6%, las faltas suponen un 9,9%. En el supuesto de las amenazas, un 1,2% son delitos y un 2,5% son faltas. 4. Análisis comparativo de la estructura de la delincuencia en las Leyes 4/92 y 5/00 Si comparamos los resultados obtenidos en el estudio de la delincuencia de ambas leyes, observamos que los delitos contra el patrimonio, los de lesiones y amenazas representan un 87,4% del total en la Ley 4/92 y un 85,8% en la Ley 5/00, es decir, que la tipología de hechos se mantiene. Sin embargo, dentro de la misma se advierten ciertas modificaciones. Así, con la Ley 5/00 descienden tanto los delitos de lesiones como de amenazas (los primeros bajan del 21,7% al 18,5% y los segundos de un 6,1% a un 3,7%). 19 En cambio, el fenómeno se da a la inversa en el caso de los delitos patrimoniales, pues éstos en la Ley 5/00 crecen (pasan de un 59, 6% a un 63,6). Pero no sólo se incrementan sino que, además, dentro de ellos se puede ver cómo varían los porcentajes respecto de los de la Ley 4/92. En efecto, se observa un incremento significativo de los robos con fuerza en las cosas que pasan de un 14,2% a un 18% y de los robos con violencia o intimidación que pasan de un 9,5% a un 16,4 %. Por el contrario, disminuyen los hurtos del 14,5% a un 10,5% y los daños del 11,9% al 6,5%. En el caso de los hurtos y robos de uso se produce también una subida del 8,2% al 11%, advirtiéndose asimismo un aumento del peso de los delitos de robo de uso (6,7%) respecto de los delitos de hurto (2,6%) y las falta de hurto o robo (1,7%). 492,00 Delitos no consta Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito f alta desobediencia Otros delitos Otras f alt as _N_ Total de grupo 500,00 39 607 407 242 126 117 110 376 283 225 54 407 521 129 133 43 64 40 % f ila ,9% 14,2% 9,5% 5,7% 2,9% 2,7% 2,6% 8,8% 6,6% 5,3% 1,3% 9,5% 12,2% 3,0% 3,1% 1,0% 1,5% ,9% 25 216 115 4279 _N_ 13 217 198 53 81 31 20 74 45 34 15 104 120 15 30 7 23 16 % f ila 1,1% 18,0% 16,4% 4,4% 6,7% 2,6% 1,7% 6,1% 3,7% 2,8% 1,2% 8,6% 9,9% 1,2% 2,5% ,6% 1,9% 1,3% ,6% 7 ,6% 5,0% 2,7% 100,0% 84 20 1207 7,0% 1,7% 100,0% Dado que estamos comparando los datos medios de los últimos cinco años de aplicación de la Ley 4/92 con los correspondientes al primer año de vigencia de la Ley 5/00, la modificación en la estructura de los delitos que cometen los menores puede deberse a varias razones. La primera podría radicar en la circunstancia de que la criminalidad de los menores es cada vez más grave, de tal manera que la estadística del año 2002 viene a expresar una tendencia al alza que se puede observar en el periodo 1996-2000 si se desglosan los datos por año. Sin embargo, cuando se contempla los índices de delitos por año, se constata que esto no es así. En efecto, si en el año 1996 los delitos de robo con fuerza en las cosas alcanzan el 18% y en 1997 el 17%, en los años posteriores bajan hasta el 14% (1998), el 12% (1999) y el 13% (2000), mientras que, 20 como hemos visto, en el año 2001 suponen el 17%. Lo mismo acontece con los robos con violencia o intimidación. Si en el año 2000 éstos representan el 10%, en el año 2001 ascienden hasta un 16%. Por tanto, no parece que la variación en la configuración de la delincuencia de menores se pueda atribuir a un cambio en las pautas de comportamiento de éstos en los últimos años. Más plausible es considerar que ha sido la elevación de la franja de edades en la actual regulación la que determina que los Juzgados de Menores se ocupen de una delincuencia patrimonial más grave. 21 1996 Delitos no consta Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito f alta desobediencia Otros delitos Otras f alt as _N_ 7 116 55 43 14 18 12 65 41 32 8 61 80 18 15 3 11 14 % f ila 1,1% 18% 8,3% 6,5% 2,1% 2,7% 1,8% 9,8% 6,2% 4,8% 1,2% 9,2% 12% 2,7% 2,3% ,5% 1,7% 2,1% 7 27 15 1997 _N_ 4 113 53 36 15 16 11 58 41 32 12 70 90 27 22 7 11 10 % f ila ,6% 17% 7,7% 5,3% 2,2% 2,3% 1,6% 8,5% 6,0% 4,7% 1,8% 10% 13% 3,9% 3,2% 1,0% 1,6% 1,5% 1,1% 12 4,1% 2,3% 26 18 año 1999 1998 _N_ 10 132 90 51 36 25 26 79 62 48 8 81 109 30 24 9 18 6 % f ila 1,1% 14% 9,8% 5,5% 3,9% 2,7% 2,8% 8,6% 6,7% 5,2% ,9% 8,8% 12% 3,3% 2,6% 1,0% 2,0% ,7% 1,8% 2 3,8% 2,6% 52 25 2000 _N_ 8 123 98 55 36 28 27 89 76 55 13 98 126 21 33 6 10 6 % f ila ,8% 12% 9,8% 5,5% 3,6% 2,8% 2,7% 8,9% 7,6% 5,5% 1,3% 9,8% 13% 2,1% 3,3% ,6% 1,0% ,6% ,2% 2 5,6% 2,7% 59 27 22 2001 _N_ 11 124 103 57 25 29 31 84 61 54 12 98 114 32 39 18 14 4 % f ila 1,1% 13% 10% 5,7% 2,5% 2,9% 3,1% 8,5% 6,1% 5,4% 1,2% 9,9% 11% 3,2% 3,9% 1,8% 1,4% ,4% _N_ 12 200 192 49 80 31 21 72 45 36 15 95 118 16 30 7 23 15 % f ila 1,0% 17% 16% 4,2% 6,8% 2,7% 1,8% 6,2% 3,9% 3,1% 1,3% 8,1% 10% 1,4% 2,6% ,6% 2,0% 1,3% ,2% 2 ,2% 7 ,6% 5,9% 2,7% 52 28 5,2% 2,8% 82 22 7,0% 1,9% 2002 _N_ % f ila 16 14 4 1 1 2 3 2 2 27% 23% 6,7% 1,7% 1,7% 3,3% 5,0% 3,3% 3,3% 8 4 13% 6,7% 1 1,7% 2 3,3% No obstante, la anterior afirmación tampoco resulta del todo concluyente si tenemos presente que la fuente es el libro de registros de cada Juzgado de Menores y que no todos los hechos delictivos de los que tienen conocimiento los órganos de la Administración de Justicia tienen por qué aparecer en él. En efecto, al organismo encargado de la instrucción, el Ministerio Fiscal, se le reconoce ampliamente en la Ley 5/00 el principio de oportunidad y cuando éste se ejerce a través del art. 18, no parece que el caso llegue a conocimiento del Juzgado de Menores, pues se desiste de incoar el expediente a diferencia de lo que acontece con la vía prevista en el art. 19. Pues bien, si tenemos presente que el Ministerio Fiscal, en virtud del art. 18, puede desistir de la incoación del expediente por delitos menos graves cometidos sin violencia o intimidación o por faltas, lo que se sustrae al Juzgado de Menores son los hechos de menor gravedad, lo que hace que los índices de los delitos más graves se incremente en detrimento de los menos graves, es decir, si tuviéramos en cuenta éstos, es posible que los porcentajes no cambiaran o al menos no lo hicieran en forma tan significativa6. Ciertamente a esto se le podría objetar que el principio de oportunidad también se empleaba en la Ley 4/92 al amparo de la referencia a “en su caso” que se contenía en el art. 15.1.1ª. No obstante, no parece que este precepto tuviera la significación que en la actualidad tiene el art. 18. 5. Estudio comparativo de la delincuencia de menores y adultos Si comparamos únicamente los delitos enjuiciados por los Juzgados de Menores al amparo de la Ley 4/92 y por las Audiencias Provinciales y los Juzgados de lo Penal en virtud de la legislación de adultos en el año 20007, dejando de lado las faltas, lo primero que llama la atención es el enorme peso que en el caso de éstos tienen los delitos contra la seguridad del tráfico que representan el 26,83%8 frente al 0,40%9 en el caso de la Ley 4/92. La casi nula relevancia de los delitos contra la seguridad del tráfico en la franja de edades de la que se ocupa la normativa penal de menores se explica porque los menores de 12 a 16 no están autorizados a conducir vehículos a motor. Por ello resulta preferible excluir de la comparación estas infracciones. Descontados los delitos contra la seguridad del tráfico, la mayor parte de la delincuencia de adultos se concentra en los ataques al patrimonio que representan el 53,66% del total. A continuación se situarían los delitos contra la salud pública con el 6 Como destacan Rechea/Barberet/Montañés/Arroyo: La delincuencia juvenil en España. Universidad de Castilla-La Mancha/Ministerio de Justicia e Interior, 1995, pág. 8, en las estadísticas oficiales los delitos más graves aparecen sobredimensionados. Aparte de lo ya dicho en texto, también “existe una cierta tendencia a no denunciar delitos menores”. 7 Los datos referentes a los delitos cometidos por los adultos se han extraído de las estadísticas judiciales del año 2000 elaboradas por el INE. 8 Cfr. las estadísticas judiciales del año 2000 elaboradas por el INE. En ellas se constata que durante este año las Audiencias Provinciales y los Juzgados de lo penal se ocuparon de un total de 98500 delitos de los cuales 26437 fueron contra la seguridad del tráfico. 9 Téngase presente que ahora el porcentaje se calcula no sobre el total de infracciones penales (delitos y faltas) cometidas por los menores sino únicamente sobre el total de los delitos. 23 10,09%, los de lesiones con el 6,19%, contra el orden público con el 4,57%, contra la administración de justicia con el 3,74%, contra las relaciones familiares con el 2,73%. Mucha menor trascendencia tienen los delitos contra la libertad sexual que suponen un 1,37% o contra la vida humana independiente que sólo alcanzan un 0,57%. En el caso de los menores también la delincuencia patrimonial se sitúa a la cabeza con un 66,52%. Luego destacan por orden de importancia las lesiones con un 14,90%, las amenazas con un 4,72%, los atentados a la libertad sexual con un 2,30%, los delitos contra el orden público con un 2,08%. Los delitos contra la salud pública sólo ascienden al 1,46% y contra la vida al 0,14%. VI. Las características de los menores delincuentes 1. Introducción Una vez que hemos visto la estructura general de la delincuencia cometida por los menores, en este apartado nos vamos a ocupar de la relevancia que las variables personales y sociales de los menores tienen en la comisión de los hechos delictivos. En concreto, veremos la incidencia de la edad, nacionalidad, sexo, educación, factores socioeconómicos, etc. 2. El sexo La mayoría de los menores que cometen delitos son varones. De total de la muestra analizada (6800 menores), 5751, es decir, el 84,6% son varones, mientras que 1049, o sea, el 15,5% son mujeres. En efecto, como demuestran las investigaciones criminológicas, las mujeres realizan menos delitos que los varones. Si contemplamos la muestra distribuida en función de la Ley aplicable, en el caso de los últimos cinco años de la Ley 4/92, sobre un total de 5439 menores, 4520, es decir, el 83,1% eran varones, mientras que 919, es decir, el 16,9%, eran mujeres. En el caso de la Ley 5/00, la situación se modifica. De un total de 1361 menores, 1231, es decir, el 90,4%, eran varones y 130, o sea, el 9,6%, eran mujeres. 24 El sexo de l os menores sometidos a los Juzgados de Menores SEXO v arón mujer Total Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY LEY 492,00 500,00 4520 1231 Total 5751 83,1% 90,4% 84,6% 919 130 1049 16,9% 9,6% 15,4% 5439 1361 6800 100,0% 100,0% 100,0% Al menos a primera vista, la elevación de la franja de edades a la que es objeto de aplicación la actual regulación trae consigo una disminución en el número de menores de sexo femenino que realizan hechos delictivos. Ciertamente esta conclusión habría que cotejarla con el sexo de los menores respecto de los cuales se desiste de incoar el expediente en virtud del art. 18, pues esta modificación podría, al menos, en parte ser debida a que se ejerce con más frecuencia el principio de oportunidad en el caso de que el menor sea de sexo femenino. De todas formas, la conclusión viene a coincidir con las investigaciones criminológicas que ponen de relieve que las mujeres dejan de cometer delitos a edades más tempranas que los hombres. Si nos fijamos ahora en la estructura de la delincuencia en función de esta variable, cabe observar que existen algunas diferencias. Así en la Ley 4/92, de un total de 4520 varones, el 72,5% cometió delitos patrimoniales, el 19,1% lesiones y el 5,8% amenazas. En cambio, en las mujeres, de un total de 919, el 48% realizó algún delito patrimonial, el 42,4% lesiones y el 12,7% amenazas. En la franja de 12 a 16 años se puede ver que mientras los varones ejecutan más delitos contra el patrimonio, las mujeres efectúan más delitos contra bienes personales, de tal manera que el 55,1% de ellas ha llevado a cabo algún delito o falta de lesiones o amenazas. Un panorama distinto nos ofrece la Ley 5/00. En esta, de un total de 1231 varones, el 73,9% efectuó delitos contra el patrimonio, el 20% lesiones y el 3,5% amenazas. En el caso de las mujeres, de un total de 130, el 66,8% realizó delitos contra el patrimonio, el 27,7% lesiones y el 12,3% amenazas. A la vista de estos datos, llama la atención que la elevación de la franja de edad (14-18 años) ha traído consigo una modificación en cuanto a la estructura de la delincuencia femenina, pues el porcentaje de chicas que cometen delitos patrimoniales pasa del 48% al 66,8% y el de las que ejecutan lesiones pasa del 42,4% al 27,7%. En un análisis comparativo de la delincuencia patrimonial cometida por varones y mujeres también cabe apuntar algunas importantes diferencias. En la Ley 4/92, de un total de 4520 varones, el 18,6% cometió robo con fuerza en las cosas, el 11,8% robo con violencia o intimidación, el 15,1% hurto (el 6,1% delito y el 9% falta), el 9,6% delito o falta de hurto o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor, el 18,1% daños 25 (11,1% delito y el 7% falta). En el caso de las mujeres, de un total de 919, el 7,3% ejecutó delito de robo con fuerza en las cosas, el 10% robo con violencia o intimidación, el 2,1% delito o falta de hurto o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor, el 17,3% hurto (5,7% delito y 11,6% falta) y el 10,5 daños (7,3% delito y 3,2 falta). De lo anterior se desprende que si los varones cometen muchos más robos con fuerza en las cosas que con violencia o intimidación (18,6% frente a 11,8%), en el caso de las mujeres la tendencia se invierte, cometiendo más delitos de robo con violencia o intimidación que con fuerza en las cosas (10% frente a un 7,3%). Asimismo se observa que los hurtos o robo de uso de vehículo a motor o ciclomotor se cometen esencialmente por varones (9,6%), teniendo una escasa incidencia en las mujeres (2,1%). Respecto a los daños y hurtos, los varones cometen más de los primeros que las mujeres (18,1% frente a 10,5%) y la tendencia se invierte en los segundos (15,1% frente a 17,3%). Si ahora centramos la comparación en la Ley 5/00, lo primero que llama la atención es que en ella si bien las diferencias se mantienen, no obstante, estás se atenúan. Así, si el 73,9% del total de menores varones comete delitos patrimoniales, en el caso de las mujeres el porcentaje es de un 66,8%. Respecto de la Ley 4/92, se observa un incremento en el porcentaje de menores que cometen estos delitos, si bien el aumento es muy reducido en el caso de los varones (de un 72,5% se pasa a un 73,9%) y muy pronunciado en el de las mujeres (de un 48,5% pasamos a un 66,8%). Se mantiene en las mujeres el predominio de los delitos de robo con violencia o intimidación sobre los de robo con fuerza en las cosas (22,3% por un 9,2%). Asimismo el número de mujeres que realizan delitos o faltas de lesiones se reduce considerablemente en relación a la Ley 4/92, pues el porcentaje baja de un 42,4% a un 27,7%, predominando las faltas con un 20,8%. En el supuesto de las amenazas, mientras en los varones el porcentaje de éstos baja del 5,8% al 3,5%, en las mujeres se mantiene, pues del 12,7% se pasa a un 12,3%. 26 Delitos agrupados Total -999,00 no consta Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito f alta desobediencia Otros delitos Otras f alt as v arón _N_ % col 39981 884,5 36 ,8 842 18,6 535 11,8 277 6,1 145 3,2 153 3,4 135 3,0 408 9,0 501 11,1 318 7,0 57 1,3 390 8,6 476 10,5 144 3,2 117 2,6 38 ,8 95 2,1 37 ,8 492,00 mujer _N_ % col 8080 879,2 6 ,7 67 7,3 92 10,0 52 5,7 9 1,0 3 ,3 7 ,8 107 11,6 67 7,3 29 3,2 12 1,3 169 18,4 221 24,0 61 6,6 56 6,1 31 3,4 3 ,3 8 ,9 Total _N_ % col 48061 883,6 42 ,8 909 16,7 627 11,5 329 6,0 154 2,8 156 2,9 142 2,6 515 9,5 568 10,4 347 6,4 69 1,3 559 10,3 697 12,8 205 3,8 173 3,2 69 1,3 98 1,8 45 ,8 v arón _N_ % col 10889 884,6 17 1,4 266 21,6 230 18,7 53 4,3 101 8,2 38 3,1 25 2,0 72 5,8 65 5,3 42 3,4 19 1,5 121 9,8 126 10,2 15 1,2 28 2,3 7 ,6 24 1,9 16 1,3 500,00 mujer _N_ % col 1145 880,8 2 1,5 12 9,2 29 22,3 18 13,8 3 2,3 18 3 4 13,8 2,3 3,1 9 27 3 13 1 2 6,9 20,8 2,3 10,0 ,8 1,5 Total _N_ % col 12034 884,2 19 1,4 278 20,4 259 19,0 71 5,2 104 7,6 38 2,8 25 1,8 90 6,6 68 5,0 46 3,4 19 1,4 130 9,6 153 11,2 18 1,3 41 3,0 8 ,6 26 1,9 16 1,2 23 ,5 3 ,3 26 ,5 6 ,5 1 ,8 7 ,5 238 125 4520 5,3 2,8 100,0 54 21 919 5,9 2,3 100,0 292 146 5439 5,4 2,7 100,0 93 23 1231 7,6 1,9 100,0 6 4 130 4,6 3,1 100,0 99 27 1361 7,3 2,0 100,0 27 3. Nacionalidad En cuanto a la variable de nacionalidad, los menores de nacionalidad española representan el 92,1% (5966). Entre los extranjeros el grupo más numeroso es el de procedencia africana, destacando el colectivo de marroquíes con un 3,3% (214) y el de argelinos con un 0,5% (33). Los restantes grupos son muy poco significativos. Los europeos representan un 1,4% (88), destacando dentro de ellos los de procedencia francesa con un 0,4%. Le siguen en importancia los menores americanos, prácticamente todos de origen latinoamericano, con un 0,8% (51) y por último los asiáticos con un 0,3% (19). Nacional idad Válidos Perdidos Total No consta España Resto Af rica Marruecos América Asía Resto Europa Oceanía Francia Argelia Total Sistema Frecuencia 93 5966 13 214 51 19 65 1 23 33 6478 449 6927 Porcent aje 1,3 86,1 ,2 3,1 ,7 ,3 ,9 ,0 ,3 ,5 93,5 6,5 100,0 Porcent aje v álido 1,4 92,1 ,2 3,3 ,8 ,3 1,0 ,0 ,4 ,5 100,0 Porcent aje acumulado 1,4 93,5 93,7 97,0 97,8 98,1 99,1 99,1 99,5 100,0 Desde el punto de vista del sexo, las mujeres representan el 8,60% del total de menores extranjeros, es decir, el porcentaje es más reducido que en el caso de los menores españoles (15,5%). Si observamos la muestra por continentes, se puede contemplar un panorama muy diverso. Así, las menores africanas sólo suponen un 5,6% (14) del total de menores de este continente (250). En cambio, las americanas y las europeas muestran unos índices similares a los de las españolas (13,72% para las primeras y 15,1% para las segundas). En cuanto al reparto de los menores delincuentes por ciudades, en términos relativos es Málaga el lugar dónde más extranjeros cometen delitos. Suman 25 de un total de 180, lo que representa un 13,88. En cuanto a su origen, la mayoría, 18, son de procedencia europea, destacando 12 franceses. Probablemente esto tiene que ver con el hecho de ser una ciudad con un gran volumen de turismo. Después de Málaga aparece Barcelona. En ésta los menores extranjeros que llevan a cabo delitos suman 141, lo que supone un 10,66 del total de los encausados. Aquí la inmensa mayoría son de origen marroquí (101). A gran distancia aparecen los de origen americano (14) y asiático (9). 28 En tercer lugar figura Madrid que es la que en términos absolutos presenta el mayor número de extranjeros con 165, lo que representa un 9,95% del total. De ellos 72 son de nacionalidad marroquí, 34 son europeos, 22 americanos, 21 argelinos y 10 asiáticos. En las demás ciudades el porcentaje de extranjeros desciende considerablemente. A destacar Tarragona con un 5,52%, Granada con el 5,33% y Bilbao con el 4,62. Por debajo sobresale Santander en la que en el periodo analizado no figura ningún menor extranjero y le siguen Navarra y León con porcentajes del 0,74% y 0,81% respectivamente. En Valencia los no nacionales sólo alcanzan el 1,45% y en Zaragoza el 3%. En definitiva, la delincuencia de menores extranjeros es muy desigual, concentrándose esencialmente en Madrid, Barcelona y Málaga. 29 Total de grupo Nacionalidad ciudad Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada Jaen León Rioja Madrid Málaga Murcia Nav arra Santander Tarragona Valencia Zaragoza No consta % N f ila 11 12% 18 19% 2 2,2% 1 1,1% 2 2 1 2,2% 2,2% 1,1% 36 6 5 6 39% 6,5% 5,4% 6,5% 1 2 1,1% 2,2% España % N f ila 206 3,5% 130 2,2% 1179 20% 308 5,2% 274 4,6% 211 3,5% 122 2,0% 121 2,0% 106 1,8% 1456 24% 149 2,5% 190 3,2% 128 2,1% 84 1,4% 375 6,3% 539 9,0% 388 6,5% Resto Af rica % N f ila 1 3 7,7% 23% 1 7,7% 6 2 46% 15% 6 2 2,8% ,9% 2 3,9% Resto Europa % N f ila 2 3,1% 1 1,5% 8 12% 2 3,1% 3 4,6% 2 3,1% 1 72 4 2 ,5% 34% 1,9% ,9% 1 22 1 2,0% 43% 2,0% 1 1 29 6 1,5% 1,5% 45% 9,2% 1 1,5% 7 11% 2 3,1% Marruecos % N f ila 1 ,5% 1 ,5% 101 47% 5 2,3% 11 3 5 5,1% 1,4% 2,3% América % N f ila 14 5 27% 9,8% 2 3 1 3,9% 5,9% 2,0% 30 Asia % N f ila 9 10 47% 53% Oceanía N % f ila Francia % N f ila 2 1 100% 8,7% Argelia % N f ila 6 18% 1 2 3,0% 6,1% 5 12 22% 52% 21 2 64% 6,1% 2 2 8,7% 8,7% 1 3,0% N 220 150 1322 324 277 225 128 123 109 1657 180 197 135 84 398 549 400 % f ila 3,4% 2,3% 20% 5,0% 4,3% 3,5% 2,0% 1,9% 1,7% 26% 2,8% 3,0% 2,1% 1,3% 6,1% 8,5% 6,2% 4. Edad Si nos fijamos en la distribución de los menores por edades en la Ley 4/92, se puede ver cómo la inmensa mayoría de los que se ocupan los Juzgados de Menores se sitúan en la franja de los 14 a 16 años, representando un 70,7% del total. De ellos el 31,9% corresponde a los de 14 años y el 38,8% a los de 15. Los de 13 años suponen el 19,6% y los de 12 un 9,7%. En la Ley 5/00 se produce un reparto similar. En este caso la franja de 16 a 18 años supone el 67,7%, de los cuales los de 16 años alcanzan el 33,6% y los de 17 el 34,1%. En cambio, los de 14 ascienden al 14% y los de 15 al 18,3%. En la franja de edades en las que coincide el ámbito subjetivo de aplicación de ambas leyes, 14 a 16 años, se constata cómo ésta ha perdido significación en la actual regulación. En ambas Leyes se observa una distribución similar, concentrándose los Juzgados de Menores en la franja de más edad, 14 a 16 años en la 4/92 y 16 a 18 en la 5/00. Ello se debe, en primer término, a que los menores de más edad cometen más delitos. Pero, además, también es habitual ejercer el principio de oportunidad con más frecuencia en los de menos edad. Respecto a la estructura de la delincuencia por edades, hay delitos que en los menores de más edad van perdiendo relevancia. Este es el caso de las amenazas. Si en la franja de los 12 a 16 años un porcentaje de menores que va desde el 5,5% al 8,9% ejecuta este delito, en la de 16 a 18 años lo realizan entre el 3,3% y el 3,6%. Algo similar, aunque en menor medida, acontece con las lesiones. Si en la primera de ellas entre un 22,4% y un 26% de los menores llevan a cabo este delito, en la segunda el índice se mueve entre el 17,8% y el 18,5%. En los delitos patrimoniales se puede observar que con la entrada en vigor de la Ley 5/00 se ha incrementado la frecuencia con la que aparecen los robos respecto de la situación anterior. En la actualidad entre un 29,5% (los de 14 años) y un 42,3% (los de 17 años) de los menores aparecen implicados en estos delitos. En la Ley 4/92 los porcentajes oscilaban entre el 27,3% y el 30,4%. De aquí no cabe concluir que ha aumentado el número de menores que ejecutan robos. El mayor peso de éstos se puede explicar por el principio de oportunidad recogido en el art. 18 de la Ley 5/00. Este no permite desistir de la incoación del expediente en los supuestos del robo con violencia o intimidación. Y también es posible que la aplicación de este precepto se concentre en delitos patrimoniales menos graves que el robo con fuerza en las cosas (hurto, hurtos de uso, daños), que al no llegar a conocimiento de los Juzgados de Menores aumentan la relevancia de los robos. 31 Delitos agrupados Total -999,00 no consta Robo con fuerza Robo violencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurto Daños Falta daños Otros patrimoniales Lesiones Falta de lesiones Amenazas Falta amenazas Delito Falta Injuria Libertad sexual Salud pública Delito falta desobediencia Otros delitos Otras faltas 12,00 _N_ % col 4058 888,0 4 ,9 81 17,7 49 10,7 23 5,0 5 1,1 14 3,1 7 1,5 56 12,3 53 11,6 31 6,8 1 ,2 51 11,2 51 11,2 11 2,4 14 3,1 7 1,5 8 1,8 3 ,7 492,00 Edad al cometer la infracción 13,00 14,00 _N_ % col _N_ % col 8119 881,5 13240 881,5 3 ,3 7 ,5 148 16,1 246 16,4 113 12,3 179 11,9 59 6,4 74 4,9 27 2,9 49 3,3 32 3,5 53 3,5 22 2,4 47 3,1 96 10,4 144 9,6 110 11,9 160 10,7 61 6,6 114 7,6 7 ,8 20 1,3 92 10,0 138 9,2 123 13,4 208 13,8 32 3,5 65 4,3 27 2,9 69 4,6 6 ,7 17 1,1 28 3,0 32 2,1 2 ,2 9 ,6 Total 15,00 _N_ % col 16106 883,5 11 ,6 330 18,1 225 12,3 100 5,5 57 3,1 48 2,6 56 3,1 186 10,2 167 9,2 106 5,8 27 1,5 170 9,3 254 13,9 65 3,6 50 2,7 27 1,5 20 1,1 20 1,1 _N_ 41523 25 805 566 256 138 147 132 482 490 312 55 451 636 173 160 57 88 34 % col 882,9 ,5 17,1 12,0 5,4 2,9 3,1 2,8 10,2 10,4 6,6 1,2 9,6 13,5 3,7 3,4 1,2 1,9 ,7 14,00 _N_ % col 1538 889,0 2 1,2 25 14,5 26 15,0 11 6,4 9 5,2 3 1,7 7 4,0 15 8,7 5 2,9 6 3,5 3 1,7 24 13,9 21 12,1 2 1,2 9 5,2 2 1,2 4 2,3 1 ,6 500,00 Edad al cometer la infracción 15,00 16,00 _N_ % col _N_ % col 1992 881,4 3668 881,7 3 1,3 6 1,4 44 19,5 94 22,6 42 18,6 82 19,7 17 7,5 22 5,3 8 3,5 47 11,3 4 1,8 17 4,1 5 2,2 9 2,2 15 6,6 28 6,7 13 5,8 23 5,5 7 3,1 13 3,1 1 ,4 5 1,2 27 11,9 29 7,0 28 12,4 45 10,8 4 1,8 5 1,2 14 6,2 10 2,4 1 ,4 8 3,5 5 1,2 3 1,3 6 1,4 Total 17,00 _N_ % col 3736 885,3 3 ,7 92 21,8 83 19,7 16 3,8 33 7,8 10 2,4 4 ,9 29 6,9 24 5,7 13 3,1 10 2,4 38 9,0 40 9,5 6 1,4 8 1,9 4 ,9 4 ,9 5 1,2 _N_ 10934 14 255 233 66 97 34 25 87 65 39 19 118 134 17 41 7 21 15 % col 883,9 1,1 20,6 18,8 5,3 7,8 2,7 2,0 7,0 5,3 3,2 1,5 9,5 10,8 1,4 3,3 ,6 1,7 1,2 1 ,2 4 ,4 3 ,2 8 ,4 16 ,3 1 ,6 1 ,4 1 ,2 2 ,5 5 ,4 23 9 457 5,0 2,0 100,0 35 28 921 3,8 3,0 100,0 65 27 1502 4,3 1,8 100,0 94 59 1823 5,2 3,2 100,0 217 123 4703 4,6 2,6 100,0 8 4 173 4,6 2,3 100,0 12 3 226 5,3 1,3 100,0 34 6 416 8,2 1,4 100,0 39 10 422 9,2 2,4 100,0 93 23 1237 7,5 1,9 100,0 32 5. Nivel de formación y conducta observada durante la misma En lo relativo al nivel de formación de los menores que llegan a los Juzgados, en la Ley 4/92 algo más de la mitad de aquellos se encuentran realizando la primaria (7,4%) o la secundaria (44,5%). Junto a este dato cobra relevancia el fracaso escolar de buena parte de los menores, representando un 8,5% el de los que han abandonado la primaria y un 11,5% el de los que han dejado la secundaria. A ello hay que sumar un 2,2% que son prácticamente analfabetos, pues leen y escriben con dificultad. En el caso de la Ley 5/00 la situación se modifica notablemente, pues el índice del fracaso escolar aumenta muchísimo, especialmente en la secundaria. En efecto, aquí mientras el porcentaje de los que abandonaron la primaria es algo menor (7,9%), el de los que no concluyeron la secundaria sube hasta el 35,1% en tanto que el de los que leen y escriben con dificultad aumenta hasta el 3,3%. En definitiva, si en la antigua regulación el fracaso escolar supone el 20%, en la nueva se eleva hasta el 43%. Y ello sin contar los que casi son analfabetos. n.c. sin estudios lee y escribe leey escribe dif icultad otro sin estudios primaria abandonada primaria realizando primaria terminado primaria no especif ica secundaria abandonada secundaria realizando secundaria f inalizado otros estudios 492.00 estudios Recuento 454 23 8 72 10 283 247 138 38 385 1486 34 159 % 13.6% .7% .2% 2.2% .3% 8.5% 7.4% 4.1% 1.1% 11.5% 44.5% 1.0% 4.8% 500.00 estudios Recuento 130 12 4 27 6 65 2 34 7 287 168 35 41 % 15.9% 1.5% .5% 3.3% .7% 7.9% .2% 4.2% .9% 35.1% 20.5% 4.3% 5.0% Si tenemos presente que en un porcentaje bastante elevado no consta el dato de si asiste a clase o no, 40,3% para la Ley 4/92 y 52,1% para la Ley 5/00, llama la atención el elevado número de menores que falta a clase a menudo que asciende a 736 en el caso de la primera, lo que supone un 22,1% de todos los menores, y a 203 en la segunda, lo que representa un 25,2%. A lo anterior hay que añadir 91 que no asiste nunca a clase (2,7%) y 18 (2,2%) respectivamente. En el otro lado de la balanza se sitúan los que siempre acuden a clase que alcanzan los 878 (26,4%) en la antigua regulación y los 103 (12,8%) en la nueva, y los que sólo faltan en ocasiones que son 280 (8,4%) y 62 (7,7%), respectivamente. En definitiva, cabe constatar que un porcentaje muy significativo de menores presenta problemas de absentismo escolar. 33 n.c. siempre f alta ocasiones f alta a menudo nunca 492.00 asiste a clase Recuento % 1341 40.3% 878 26.4% 280 8.4% 736 22.1% 91 2.7% 500.00 asiste a clase Recuento % 420 52.1% 103 12.8% 62 7.7% 203 25.2% 18 2.2% Si ahora nos detenemos en el comportamiento observado durante los estudios, en el caso de la Ley 4/92 920 menores que representan el 27,7% han tenido una conducta conflictiva frente a 1423, es decir, al 42,8% donde la pauta ha sido normal, no constando en el expediente este dato en el 29,4%. La situación se modifica notablemente con la nueva regulación. Es de destacar que la información sobre esta cuestión no se contempla en el expediente del 42,4% de los menores. Allí donde se hace referencia a esta circunstancia, prácticamente se igualan los porcentajes de menores que han mostrado una pauta de conducta conflictiva (28,6%) con los que no la han tenido (29%). n.c si no 492.00 conducta en clase Recuento % 978 29.4% 920 27.7% 1423 42.8% 500.00 conducta en clase Recuento % 343 42.4% 231 28.6% 235 29.0% La principal conclusión en cuanto al nivel de formación es que un importante núcleo de menores que llegan a los Juzgados presenta problemas de fracaso escolar, absentismo y conducta conflictiva. Sin duda estamos ante un dato de gran trascendencia de cara a adoptar medidas de prevención de la delincuencia de menores. Si ahora nos detenemos en la relación existente entre la asistencia a clase y la conducta mostrada en ésta, en la Ley 4/92 se puede observar que el 27,6% (912 menores) del total de menores presenta una conducta conflictiva en clase. De todos los menores en quienes concurre esta circunstancia más de la mitad falta a menudo a clase, en concreto el 51,3% (468 menores). El 15,7% falta en ocasiones a clase. El 8% va siempre a clase. El 3,6% no asiste prácticamente nunca. Finalmente no se ha podido averiguar este dato respecto del 21,4% de los menores que presenta una conducta conflictiva. Así pues, la inmensa mayoría de los menores en quienes se da esta circunstancia (el 70,6%) tiene problemas de absentismo escolar. Los términos se invierten en el caso de los que no tienen una conducta conflictiva (1418) que representan el 43% del total de menores. Aquí el 53,8% (763) acude siempre a clase. En cambio, el 7,7% falta en ocasiones, el 10,9% falta a menudo y el 1,9% prácticamente no acude nunca. Por último, no se ha podido averiguar el dato en el 25,7%. En consecuencia, sólo en el 20,5% de los que no muestran una conducta conflictiva se dan problemas de absentismo escolar. 34 En la Ley 5/00 el 28,7% (230) de los menores presentan una conducta conflictiva. De ellos el 57,4% (132) falta a menudo a clase. El 13,6% no acude en ocasiones a clase y el 2,6% no lo hace nunca. Finalmente, sólo el 6,1% va a clase siempre. El dato sobre la asistencia a clase no se ha podido averiguar respecto del 20%. A la vista de lo anterior cabe concluir que la inmensa mayoría (73,6%) de los que tienen una conducta conflictiva plantea problemas de absentismo escolar. En cuanto a los menores que no tienen una conducta conflictiva, hay que empezar por destacar que no se ha podido averiguar el dato en el 35,8%. El 37,1% (86) asiste siempre a clase. El 14,7% falta a menudo y el 9,1% lo hace en ocasiones. Finalmente, el 3,4 pertenece al grupo de los que prácticamente no acude nunca a clase. Así pues, el porcentaje de los que no presentan una conducta conflictiva con problemas de absentismo asciende al 27,2%. Si comparamos los resultados alcanzados en ambas leyes, lo primero que sobresale es que un 27 % o 28% de todos los menores presenta una conducta conflictiva en clase. De ellos más del 70% muestra problemas de absentismo escolar. Con la nueva regulación se pasa del 70,6% a un 73,6%. Por lo que se refiere a los que no tienen una conducta conflictiva, la situación que arrojan ambas leyes es bastante diferente. Y ello, en primer lugar, porque con la Ley 5/00 el porcentaje de menores respecto de los que no se ha podido averiguar el dato ha crecido casi diez puntos. En segundo lugar, porque los problemas de absentismo escolar en este grupo se han incrementado en casi 7 puntos, mientras que cae notablemente el grupo de los que acude siempre a clase que pasa del 53,8% al 37,1%. 35 LEY = 492,00 asiste a clase n.c. siempre f alta ocasiones f alta a menudo nunca Total de grupo _N_ 774 38 24 107 26 969 n.c _% col 79,9% 3,9% 2,5% 11,0% 2,7% 100,0% _N_ 288 3 9 36 4 340 n.c _% col 84,7% ,9% 2,6% 10,6% 1,2% 100,0% _% f ila 58,1% 4,3% 8,7% 14,7% 30,2% 29,4% conducta en clase si _N_ _% col _% f ila 195 21,4% 14,6% 73 8,0% 8,4% 143 15,7% 51,8% 468 51,3% 64,1% 33 3,6% 38,4% 912 100,0% 27,6% _% f ila 69,1% 2,9% 14,5% 17,8% 22,2% 42,4% conducta en clase si _N_ _% col _% f ila 46 20,0% 11,0% 14 6,1% 13,6% 32 13,9% 51,6% 132 57,4% 65,3% 6 2,6% 33,3% 230 100,0% 28,7% Total de grupo _N_ 364 763 109 155 27 1418 no _% col 25,7% 53,8% 7,7% 10,9% 1,9% 100,0% _N_ 83 86 21 34 8 232 no _% col 35,8% 37,1% 9,1% 14,7% 3,4% 100,0% _% f ila 27,3% 87,3% 39,5% 21,2% 31,4% 43,0% _N_ 1333 874 276 730 86 3299 _% col 40,4% 26,5% 8,4% 22,1% 2,6% 100,0% _% f ila 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% LEY = 500,00 asiste a clase Total de grupo n.c. siempre f alta ocasiones f alta a menudo nunca 36 Total de grupo _% f ila 19,9% 83,5% 33,9% 16,8% 44,4% 28,9% _N_ 417 103 62 202 18 802 _% col 52,0% 12,8% 7,7% 25,2% 2,2% 100,0% _% f ila 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Si vemos la relación existente entre las variables asistencia a clase y situación económica familiar, se observa en la Ley 4/92 que entre los menores cuya situación económica está caracterizada por unos ingresos bajos el 33,1% falta a menudo a clase, el 11,1% falta en ocasiones y el 2,9% prácticamente nunca asiste a clase. En este grupo sólo el 14,7% asiste siempre a clase. En un 38,1% no se ha podido constatar esta relación. En el caso de menores cuya situación económica familiar está caracterizada por la existencia de empleo precario, cabe ver que el 33,3% falta a menudo a clase, el 13,8% falta en ocasiones y el 5,1% casi nunca va a clase. En este grupo sólo el 12,2% asiste siempre a clase. Finalmente este dato no se ha podido averiguar en el 35,6%. Respecto de menores en los que nadie de la familia tiene ingresos, el 33,3% falta a menudo a clase, el 5% prácticamente no acude a ésta y el 3,3% falta en ocasiones. Aquí el 12% asiste siempre a clase. En el 43,3% de los casos no se ha podido determinar la relación entre estas dos variables. En familias con una situación económica sin problemas el 43,2% de los menores asiste siempre a clase, el 8,1% no acude en ocasiones, el 16,4% falta a menudo y el 2,1% casi nunca. En este grupo no se ha podido constatar la relación en el 30,2%. En definitiva, a la vista de lo anterior, cabe concluir que los menores cuyas familias tienen una situación económica mala o regular presentan muchos más problemas de absentismo (se mueven en porcentajes del 41,6% al 52,2%) que aquellos cuyas familias no tienen dificultades económicas. En estos el porcentaje de los que muestran absentismo escolar está en el 26,6%. En cuanto a la situación en la Ley 5/00, en los menores cuyas familias tienen ingresos bajos el 37,8% falta a menudo a clase, el 6,8% no acude casi nunca y el 2,7% falta en ocasiones. En cambio, el 2,7% va siempre a clase. Hay que destacar que en un porcentaje muy elevado, el 50%, no se ha podido constatar la relación entre estas dos variables. En los menores cuya situación económica familiar viene caracterizada por tener empleos precarios, el 40,9% falta a menudo a clase, el 7,6% falta en ocasiones y el 2,3% casi nunca asiste. Por el contrario, el 8,3% acude siempre. En este grupo no constaba este dato en el 40,9%. Dejando de lado el grupo de menores en los que nadie tiene ingresos económicos por carecer prácticamente de relevancia estadística, en el caso de aquellos cuya familia no tiene problemas económicos el 22,8% va siempre a clase, el 19,4% falta a menudo, el 10,6% no acude a veces y el 2,5% nunca. En este grupo no se ha podido averiguar este dato en el 44,7%. Al igual que en la Ley 4/92, en la Ley 5/00 se observa que los menores cuyas familias tienen dificultades económicas presentan mayores problemas de absentismo escolar (entre un 47,3% y un 50,8%) que aquellos cuyas familias no las tienen (32,5%). 37 Si comparamos los datos obtenidos en ambas leyes, cabe advertir, en primer término, que en la Ley 5/00 el porcentaje de menores que falta a menudo a clase crece tanto en las familias con dificultades económicas como en aquellas que no tienen problemas. Paralelamente se observa que también disminuye el de los que acuden siempre a clase. Probablemente la razón haya que buscarla en el hecho de que la nueva regulación se ocupa de una franja de más edad que la Ley 4/92, de tal manera que es mucho más difícil para las familias controlar la asistencia a clase en los menores a medida que tienen más edad. 38 LEY = 492,00 asiste a clase n.c. siempre f alta ocasiones f alta a menudo nunca Total de grupo _N_ 521 144 38 147 17 867 n.c _% col 60,1% 16,6% 4,4% 17,0% 2,0% 100,0% _N_ 168 17 14 52 1 252 n.c _% col 66,7% 6,7% 5,6% 20,6% ,4% 100,0% _% f ila 39,4% 16,6% 13,8% 20,4% 18,9% 26,5% _N_ 168 65 49 146 13 441 ingresos bajos _% col _% f ila 38,1% 12,7% 14,7% 7,5% 11,1% 17,8% 33,1% 20,2% 2,9% 14,4% 100,0% 13,5% economía empleo precario _N_ _% col _% f ila 201 35,6% 15,2% 69 12,2% 8,0% 78 13,8% 28,3% 188 33,3% 26,1% 29 5,1% 32,2% 565 100,0% 17,2% _N_ 37 2 2 28 5 74 ingresos bajos _% col _% f ila 50,0% 9,1% 2,7% 1,9% 2,7% 3,3% 37,8% 14,1% 6,8% 29,4% 100,0% 9,4% economía empleo precario _N_ _% col _% f ila 54 40,9% 13,2% 11 8,3% 10,7% 10 7,6% 16,4% 54 40,9% 27,3% 3 2,3% 17,6% 132 100,0% 16,8% Total de grupo _N_ 26 9 2 20 3 60 nadie ingresa _% col _% f ila 43,3% 2,0% 15,0% 1,0% 3,3% ,7% 33,3% 2,8% 5,0% 3,3% 100,0% 1,8% _N_ 406 580 109 220 28 1343 sin problemas _% col _% f ila 30,2% 30,7% 43,2% 66,9% 8,1% 39,5% 16,4% 30,5% 2,1% 31,1% 100,0% 41,0% _N_ 1322 867 276 721 90 3276 _% col 40,4% 26,5% 8,4% 22,0% 2,7% 100,0% _% f ila 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% LEY = 500,00 asiste a clase Total de grupo n.c. siempre f alta ocasiones f alta a menudo nunca _% f ila 41,2% 16,5% 23,0% 26,3% 5,9% 32,0% 39 Total de grupo nadie ingresa _N_ _% col _% f ila 6 66,7% 1,5% 1 2 11,1% 22,2% 1,6% 1,0% 9 100,0% 1,1% _N_ 143 73 34 62 8 320 sin problemas _% col _% f ila 44,7% 35,0% 22,8% 70,9% 10,6% 55,7% 19,4% 31,3% 2,5% 47,1% 100,0% 40,7% _N_ 408 103 61 198 17 787 _% col 51,8% 13,1% 7,8% 25,2% 2,2% 100,0% _% f ila 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Si nos ocupamos ahora de la relación entre la conducta en clase y la situación económica familiar, en la Ley 4/92 cabe señalar que en menores pertenecientes a familias con unos ingresos bajos el 39% tiene una conducta en clase conflictiva frente al 33,4% que no la presenta. Cuando la situación económica familiar viene caracterizada por el empleo precario, el 33,5% de los menores observa un comportamiento escolar conflictivo frente al 35,5% donde no se da esta pauta. En unidades familiares en las que nadie ingresa el 28,8% muestra una conducta conflictiva en clase frente al 30,5% en el que no se produce esta circunstancia. Finalmente, en el caso de menores que viven con una familia sin problemas económicos la situación cambia, pues aquí sólo un 25,1% tiene un comportamiento conflictivo frente al 57,4% en el que no se da. En cuanto a la situación en la Ley 5/00, en menores pertenecientes a familias con ingresos bajos el 37,8% observa un comportamiento conflictivo frente al 20,3% en el que éste no concurre. En menores integrados en familias cuya situación económica familiar viene caracterizada por disponer de empleos precarios, el 36,8% presenta pautas de conducta conflictiva en clase frente al 24,8% donde no es el caso. Dejando de lado los menores en cuyas familias nadie ingresa por carecer de relevancia estadística, aquellos en los que en éstas no hay problemas económicos el 27,4% tiene conductas conflictivas frente al 44,5% donde no se da este supuesto. En síntesis, se pueden destacar dos notas. La primera es que los menores dependientes de familias con dificultades económicas muestran más problemas de conducta en clase que aquellos donde no se da esta situación. La segunda sería que en la Ley 5/00 se incrementa notablemente el porcentaje de los menores con situaciones económicas problemáticas que observan comportamientos conflictivos en clase. Además, se podría añadir que también entre los pertenecientes a familias sin apuros económicos se aprecia una mayor tendencia a observar una mala conducta en clase. 40 LEY = 492,00 economía n.c conducta en clase n.c si no Total de grupo ingresos bajos Total de grupo empleo precario nadie ingresa _N_ 408 183 274 _% col 47,2% 21,2% 31,7% _% f ila 42,4% 20,4% 19,5% _N_ 122 173 148 _% col 27,5% 39,1% 33,4% _% f ila 12,7% 19,3% 10,5% _N_ 175 189 200 _% col 31,0% 33,5% 35,5% _% f ila 18,2% 21,0% 14,2% _N_ 24 17 18 _% col 40,7% 28,8% 30,5% _% f ila 2,5% 1,9% 1,3% 865 100% 26,5% 443 100% 13,6% 564 100% 17,3% 59 100% 1,8% sin problemas _% _N_ col _% f ila 234 17,5% 24,3% 336 25,1% 37,4% 768 57,4% 54,5% _N_ 963 898 1408 _% col 29,5% 27,5% 43,1% _% f ila 100% 100% 100% 1338 3269 100% 100% 100% 40,9% LEY = 500,00 economía n.c conducta en clase Total de grupo n.c si no ingresos bajos Total de grupo empleo precario nadie ingresa sin problemas _N_ 152 61 40 _% col 60,1% 24,1% 15,8% _% f ila 46,1% 26,8% 17,3% _N_ 31 28 15 _% col 41,9% 37,8% 20,3% _% f ila 9,4% 12,3% 6,5% _N_ 51 49 33 _% col 38,3% 36,8% 24,8% _% f ila 15,5% 21,5% 14,3% _N_ 6 2 _% col 75,0% 25,0% _% f ila 1,8% ,9% _N_ 90 88 143 _% col 28,0% 27,4% 44,5% _% f ila 27,3% 38,6% 61,9% _N _ 330 228 231 _% col 41,8% 28,9% 29,3% _% f ila 100% 100% 100% 253 100% 32,1% 74 100% 9,4% 133 100% 16,9% 8 100% 1,0% 321 100% 40,7% 789 100% 100% 41 6. Las características de la familia del menor En este apartado nos vamos a ocupar de las características de la familia de los menores que llegan a los Juzgados de Menores. Empezando por el estado civil de los progenitores, en la Ley 4/92 en el 51,7% de los casos los padres están casados, en el 21,7% separados, en el 3,2% divorciados y finalmente en el 7,5% viudos. A ello habría que añadir un 2,7% de supuestos que no encajan en las hipótesis anteriores. Como se puede ver en la tabla que hemos denominado situación familiar2 el grupo más numeroso del apartado otros estaría integrado por menores que conviven con un progenitor sin que se haya podido averiguar más sobre su estado civil. En orden de importancia decreciente le seguirían los casos de padres solteros, orfandad y adopción. Respecto de la Ley 5/00, en el 43,2% de los menores los padres están casados, en el 25,6% separados, en el 2,5% divorciados y en el 10,4% viudos. En un 2,2% de los menores se dan otras situaciones de muy poca trascendencia estadística. Si cotejamos los datos de ambas Leyes, cabe resaltar que en la 5/00 se incrementa el porcentaje de los separados y divorciados, así como el de los viudos, mientras que disminuye el de los casados. n.c separados div orciados casados v iudo v iuda otros 492.00 situación f amiliar Recuent o % 442 13.3% 723 21.7% 106 3.2% 1724 51.7% 50 1.5% 201 6.0% 89 2.7% padres en extranjero adoptiv os conv iv e con un progenitor huérf ano padres solteros 492.00 situación f amiliar2 Recuento % 3 6.4% 5 10.6% 500.00 situación f amiliar Recuent o % 130 16.1% 207 25.6% 20 2.5% 349 43.2% 16 2.0% 68 8.4% 18 2.2% 500.00 situación f amiliar2 Recuento % 20 42.6% 7 53.8% 8 11 17.0% 23.4% 2 4 15.4% 30.8% Por lo que se refiere a la situación económica de las familias de los menores, en la Ley 4/92 en el 13,6% éstas cuentan con ingresos bajos, en el 17,3% la economía familiar depende de empleos precarios y en el 1,8% ningún miembro de la unidad tiene ingresos. Por el contrario, en el 40,9% de los menores no se plantean problemas de este tipo. 42 En la Ley 5/00 en el 9,4% de los menores la familia dispone de ingresos bajos, en el 16,7% ésta depende de empleos precarios y en el 1,1% nadie ingresa un salario. En cambio, no se divisan problemas económicos en el 40,7%. De la comparación de los resultados de ambas Leyes se puede concluir que no se aprecian diferencias sustanciales, pues aun siendo cierto que el porcentaje de menores con dificultades económicas disminuye, lo cierto es que tampoco se incrementa el de los sin problemas económicos, sino que aumenta el de casos donde no se ha podido constatar la situación. n.c ingresos bajos empleo precario nadie ingresa sin problemas 492.00 economía Recuento % 876 26.4% 449 13.6% 500.00 economía Recuento % 256 32.1% 75 9.4% 572 17.3% 133 16.7% 60 1355 1.8% 40.9% 9 325 1.1% 40.7% En cuanto al dato de la convivencia, en la Ley 4/92 un 52,6% de los menores convive con los padres, el 16,2% con la madre, el 7,5% con la madre y la pareja de ésta, el 3,3% con el padre, el 1,2% con éste y su pareja y el 4,6% con otros familiares. Un 6,7% se encuentra en instituciones de protección. En la Ley 5/00 el 40,3% de los menores vive con sus padres, el 18,2% con la madre, el 7% con ésta y su pareja, el 5,1% con el padre, el 2% con éste y su pareja, el 4,6% con otros familiares y finalmente el 2,4% de los menores lo hace con su propia pareja. Un 9% se encuentra bajo el amparo de las instituciones de protección. Con la nueva regulación se ha reducido mucho el porcentaje de menores que convive con los dos progenitores (del 52,6% al 40,3%). En cambio, crece el de los que conviven con uno solo, el de los que lo hace con su propia pareja (del 0,4% al 2,4%) y el de los que están en instituciones de protección (del 6,7% al 9%). El aumento de los dos primeros supuestos puede ser consecuencia de la elevación de la franja de edades de la que se ocupa la Ley 5/00. A mayor edad de los menores más probabilidades de que alguno de sus progenitores, por ejemplo, haya muerto o de que hayan formado su propia familia. Por otro lado, hay que resaltar que un porcentaje nada desdeñable se encuentra con la Ley 5/00 en instituciones de protección. Se trata de una cuestión de enorme importancia para las Administraciones Públicas a la vista de lo dispuesto en el art. 61.3 en materia de responsabilidad civil. 43 no consta padres padre madre padre y pareja madre y pareja con su pareja otros f amiliares protección 492.00 conv iv e con Recuent o % 251 7.5% 1751 52.6% 109 3.3% 541 16.2% 41 1.2% 249 7.5% 13 .4% 153 4.6% 222 6.7% 500.00 conv iv e con Recuent o % 72 9.0% 324 40.3% 41 5.1% 146 18.2% 16 2.0% 56 7.0% 19 2.4% 58 7.2% 72 9.0% En cuanto a la nacionalidad de los que se encuentran en instituciones de protección, en el caso de la Ley 4/92 el 88,7% de ellos eran españoles y el 6,8% marroquíes. Las restantes nacionalidades apenas tienen relevancia. En la Ley 5/00 la cuestión de modifica, pues el porcentaje de los españoles baja hasta el 75,7%, mientras que se incrementa bastante el de los marroquíes que pasa a representar el 20%. Nacionalidad de los menores en protección 492,00 Nacionalidad No consta España Resto Af rica Marruecos América Resto Europa Argelia Total de grupo _N_ 5 196 1 15 1 3 221 500,00 % col 2,3% 88,7% ,5% 6,8% ,5% 1,4% _N_ 100,0% % col 53 1 14 75,7% 1,4% 20,0% 2 2,9% 70 100,0% En los menores que se encuentran en protección con la Ley 4/92, el 53,5% es reincidente frente a un 46,5% que no lo es. Esto significa que la tasa de reincidencia es muy elevada en este colectivo, pues a nivel general durante la aplicación de esta normativa la tasa se sitúa en el 21,1%. En el caso de la Ley 5/00 el porcentaje de reincidentes es todavía mayor, alcanzando el 70,4%. En comparación con el dato general de reincidencia durante el primer año de vigencia de esta regulación que es del 36,3%, se observa asimismo que entre los menores sujetos a protección la reincidencia es mucho mayor. Reincidencia en los menores en protección Reincidente Total de grupo Si No 492,00 _N_ % col 115 53,5% 100 46,5% 215 44 100,0% 500,00 _N_ 50 21 % col 70,4% 29,6% 71 100,0% En lo referente al número de hermanos que tienen los menores que llegan a los Juzgados, con la Ley 4/92 el 3,8% no tiene, el 11,7% tiene uno, el 28,9% dos, el 21,3% tres, el 12,4% cuatro, el 8,7% cinco, el 5,5% seis, el 2,6% siete. El resto de los supuestos poseen ya mucha menor relevancia estadística. En el caso de la Ley 5/00 la situación prácticamente se mantiene casi en los mismos términos. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 492.00 hº de hermanos Recuento % 106 3.8% 329 11.7% 814 28.9% 598 21.3% 349 12.4% 244 8.7% 155 5.5% 74 2.6% 47 1.7% 43 1.5% 35 1.2% 6 .2% 6 .2% 3 .1% 3 .1% 2 .1% 500.00 hº de hermanos Recuento % 24 3.8% 75 12.0% 176 28.1% 136 21.7% 70 11.2% 46 7.3% 36 5.8% 26 4.2% 18 2.9% 6 1.0% 9 1.4% 2 .3% 1 .2% 1 .2% En lo referente al número de orden que ocupan los menores entre los hermanos, en la Ley 4/92 el 29,8% era el primero, el 32% el segundo, el 18,1% el tercero, el 8,7% el cuarto y el 4,5% el quinto. El resto de las hipótesis tienen menor importancia estadística. Con la Ley 5/00 los porcentajes varían algo, pues ahora aquí el mayor número corresponde a los que ocupan el primer lugar. 45 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 16 492.00 orden entre hermanos Recuento % 1 .0% 806 29.8% 864 32.0% 490 18.1% 235 8.7% 121 4.5% 77 2.8% 41 1.5% 30 1.1% 17 .6% 14 .5% 4 .1% 3 .1% 1 500.00 orden entre hermanos Recuento % 194 183 99 69 25 13 15 6 6 2 31.6% 29.9% 16.2% 11.3% 4.1% 2.1% 2.4% 1.0% 1.0% .3% 1 .2% .0% 7. Las características del entorno social del menor En cuanto al entorno social del menor que llega a los Juzgados, en la Ley 4/92 el 31,8% de los menores se mueven en un entorno social problemático frente a un 57,6% donde no lo es, no constando este dato en el 10,6% de los casos. Esta situación se modifica ligeramente en el primer año de aplicación de la Ley 5/00. Aquí el porcentaje de los que se insertan en un entorno social problemático sube hasta el 35,2% frente al 54,8% en el que no concurre esta circunstancia, no constando en el 10% de los supuestos. n.c normalizado problemático 492.00 entorno social Recuent o % 357 10.6% 1930 57.6% 1066 31.8% 500.00 entorno social Recuent o % 82 10.0% 448 54.8% 288 35.2% Si ahora nos fijamos en las características del grupo de iguales del menor, en el caso de la Ley 4/92 el 35,4% de los menores se mueven con un grupo de iguales problemático frente al 48,4% donde éste está normalizado, no constando este dato en el 16,2% de los menores. La situación se agrava en el primer año de vigencia de la Ley 5/00, pues aquí el 41,2% de los menores tiene un grupo de iguales problemático frente al 44,4% en el que no se da esta circunstancia, no constando esta información en el 14,3% de los menores. 46 n.c normalizado problemático 492.00 grupo de iguales Recuent o % 542 16.2% 1619 48.4% 1183 500.00 grupo de iguales Recuent o % 117 14.3% 363 44.4% 35.4% 337 41.2% En definitiva, un importante porcentaje de los menores que llegan a los Juzgados presentan un entorno social y/o grupo de iguales problemático. 8. La reincidencia En la Ley 4/92 en el propio expediente consta la reincidencia de 1035 menores de un total de 5205, lo que representa un 19,9%. A esto hay que añadir 64 menores en cuya ficha personal aparece esta circunstancia, lo que supone un 1,2%. En definitiva, durante los últimos cinco años de vigencia de la anterior regulación el 21,1% de los menores enjuiciados han cometido anteriormente delitos, es decir, aproximadamente uno de cada cinco menores encausados es reincidente. En la Ley 5/00 consta la reincidencia en el propio expediente del 28,3% de los menores. A ello habría que sumar la que figura en el fichero personal respecto a otro 8%. De este modo, el porcentaje de reincidentes con la nueva regulación asciende al 36,3%. Reincidencia en las Leyes 4/ 92 y 5/00 y fuente utilizada para su averi guación LEY reincident e si expedient e sí f ichero no expedient e no f ichero Total Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY 47 492,00 1035 500,00 345 Total 1380 19,9% 28,3% 21,5% 64 98 162 1,2% 8,0% 2,5% 3020 517 3537 58,0% 42,4% 55,1% 1086 259 1345 20,9% 21,2% 20,9% 5205 1219 6424 100,0% 100,0% 100,0% Menores rei ncidentes en l a Ley 4/92 y en la 5/00 Reincidente Si No Total LEY 492,00 500,00 1099 443 Recuent o % de Reincidente % de LEY Recuent o % de Reincidente % de LEY Recuent o % de Reincidente % de LEY Total 1542 71,3% 28,7% 100,0% 21,1% 4106 36,3% 776 24,0% 4882 84,1% 15,9% 100,0% 78,9% 5205 63,7% 1219 76,0% 6424 81,0% 19,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Si nos detenemos en el sexo de los menores, se puede ver que del total de reincidentes los varones suponen el 93% y las mujeres el 7%. Si observamos los datos dentro de cada sexo, se constata que el 23,7% del total de varones enjuiciados es reincidente, mientras que en el caso de las mujeres este porcentaje se reduce al 8,8%. De aquí cabe concluir que aquéllos no sólo cometen más delitos que éstas, sino que, además, lo hacen con más frecuencia. El sexo de l os reincidentes en la Ley 4/92 Reincidente Si No Total SEXO v arón mujer 1010 76 Recuent o % de Reincidente % de SEXO Recuent o % de Reincidente % de SEXO Recuent o % de Reincidente % de SEXO Total 1086 93,0% 7,0% 100,0% 23,7% 3251 8,8% 787 21,2% 4038 80,5% 19,5% 100,0% 76,3% 4261 91,2% 863 78,8% 5124 83,2% 16,8% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Por lo que a la edad de los menores se refiere, del total de reincidentes el 8,1% tiene 12 años, el 17,4% 13, el 29,8% 14 y el 44,7% 15. A la vista de estos datos cabe concluir que el número de menores en los que concurre esta circunstancia se va incrementando con la edad, lo cual es lógico si se tiene presente que la comisión de delitos sube con el aumento de ésta. De ahí que a más edad mayor posibilidad de que se dé la reincidencia. 48 La edad de los reincidentes en la Ley 4/92 Reincidente Si No Total Recuent o % de Reincidente % de Edad al cometer la inf racción Recuent o % de Reincidente % de Edad al cometer la inf racción Recuent o % de Reincidente % de Edad al cometer la inf racción Edad al cometer la inf racción 12,00 13,00 14,00 15,00 78 168 288 432 8,1% 17,4% 29,8% 44,7% Total 966 100,0% 17,6% 18,7% 19,8% 24,6% 21,3% 365 10,2% 729 20,4% 1163 32,5% 1321 36,9% 3578 100,0% 82,4% 81,3% 80,2% 75,4% 78,7% 443 9,7% 897 19,7% 1451 31,9% 1753 38,6% 4544 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% La reincidencia durante la vigencia de la Ley 4/92 ha sido objeto de estudio en algunos estudios realizados en ámbitos geográficos más limitados. Así, en uno efectuado en la Comunidad de Castilla-La Mancha los porcentajes de reincidencia oscilaban entre el 16,7% para los menores de 12 y 13 años y el 18,1% para los de 14 a 15 años10. En otro llevado a cabo en el año 1996 en Cataluña se puso de relieve que la reincidencia afectaba al 18,5%11. Frente a estos niveles en territorios concretos, a nivel general los índices de reincidencia se muestran algo más elevados. Si nos fijamos ahora en los datos de reincidencia de los adultos, en el año 2000 de un total de 98500 enjuiciados por delito en Audiencias Provinciales y Juzgados de lo Penal se apreció la reincidencia en 23531, lo que representa un 23,88%. De éstos el 57,32% lo fue por delitos contra el patrimonio. Esto significa que en el ámbito de menores los índices de reincidencia son un poco más bajos que en los adultos. La situación se modifica considerablemente en la Ley 5/00. En el primer año de vigencia de ésta figura la reincidencia en el propio expediente en 345 menores de un total de 1219, lo que se traduce en un 28,3%. A lo anterior hay que sumar 98 menores en cuya ficha personal se observa esta circunstancia, lo que supone un 8%. Así pues, un 36,3% de los menores procesados son reincidente, es decir, en más de uno de cada tres se aprecia la reincidencia. En cuento a su distribución por sexo, del total de reincidentes el 92,5% son varones, mientras las mujeres representan el 7,5%. Si vemos ahora los datos dentro de cada sexo, se puede constatar que en el 37,4% del total de varones enjuiciados se da esta circunstancia, mientras que en el caso de las mujeres la cifra baja hasta el 28,4%. 10 Estudio llevado a cabo por Rechea Alberola/Fernández Molina. Cfr. los datos en su trabajo: “Panorama actual de la delincuencia juvenil”, en Justicia de menores: una justicia mayor. Manuales de formación continuada, 9, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, pág. 361. 11 FUNÉS/LUQUE/RUIZ: “Reincidència: En la Justícia de Menors”, en Justícia y Societat, 1996, nº 15. 49 El sexo de l os reincidentes en la Ley 5/00 Reincidente Si No Total Recuent o % de Reincidente % de SEXO Recuent o % de Reincidente % de SEXO Recuent o % de Reincidente % de SEXO SEXO v arón mujer 407 33 Total 440 92,5% 7,5% 100,0% 37,4% 682 28,4% 83 36,5% 765 89,2% 10,8% 100,0% 62,6% 1089 71,6% 116 63,5% 1205 90,4% 9,6% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Por lo que se refiere a la edad de los menores de los reincidentes, el 12,2% tiene 14 años, el 14,9% 15, el 38,2% 16 y el 34,7% 17. Al igual que en la Ley 4/92, la mayor parte de los sujetos en quienes concurre esta circunstancia se concentra en la franja de más edad. La edad de los reinci dentes al tiempo de cometer la nueva infracción Reincidente Si No Total Recuento % de Reincident e % de Edad al cometer la inf racción Recuento % de Reincident e % de Edad al cometer la inf racción Recuento % de Reincident e % de Edad al cometer la inf racción Edad al cometer la inf racción 14,00 15,00 16,00 17,00 49 60 154 140 12,2% 14,9% 38,2% 34,7% Total 403 100,0% 32,2% 29,3% 42,9% 37,1% 36,9% 103 14,9% 145 21,0% 205 29,7% 237 34,3% 690 100,0% 67,8% 70,7% 57,1% 62,9% 63,1% 152 13,9% 205 18,8% 359 32,8% 377 34,5% 1093 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Si se comparan los datos de ambas leyes, parece que cada vez son más los menores que cometen nuevamente delitos. Ciertamente la modificación de la franja de edad respecto de la Ley 4/92 debería traducirse en un incremento de los índices de reincidencia, pues los menores de 12 y 13 años cometen muchos menos delitos que los de 16 y 17 años. Como ya vimos, mientras la delincuencia de los primeros representaba casi un 30% del total en la Ley 4/92, en la nueva regulación la de 14 y 15 años supone sólo el 32,3% y la de 16 y 17 años un 67,7%. 50 Sin embargo, de nuevo es preciso tomar con cautela esta conclusión, pues la Ley 5/00 obliga a que los casos de menores reincidentes lleguen a conocimiento de los Juzgados de Menores en virtud de lo dispuesto en el art. 18. Sólo respecto de los sujetos en quienes no concurra esta circunstancia y que hayan cometido un delito menos grave sin violencia o intimidación, o una falta se puede desistir de la incoación del expediente. De ahí que cuando el estudio se centra en los Juzgados de Menores, al no figurar en éstos los datos de aquellos a los que se ha aplicado el precepto antes mencionado y que, como exige la Ley, no son reincidentes, ello determina que necesariamente se incremente el peso de los que sí lo son, pues los primeros ni siquiera han entrado en el sistema. 51 492,00 Total de grupo Reincidente Si ciudad Total de grupo Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada Jaen León Rioja Madrid Málaga Murcia Nav arra Santander Tarragona Valencia Zaragoza 500,00 No N 59 37 370 41 71 21 19 24 14 126 27 44 15 13 81 6 131 % f ila 36% 25% 33% 20% 40% 13% 18% 24% 16% 8,3% 29% 34% 13% 76% 28% 1,3% 45% 1099 21% Total de grupo Reincidente Si N 107 110 752 166 106 142 89 76 75 1385 66 86 102 4 210 472 158 % f ila 64% 75% 67% 80% 60% 87% 82% 76% 84% 92% 71% 66% 87% 24% 72% 99% 55% N 166 147 1122 207 177 163 108 100 89 1511 93 130 117 17 291 478 289 % f ila 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% N 17 9 71 28 45 17 18 13 15 24 23 20 15 13 49 2 64 % f ila 65,4% 33,3% 35,0% 22,2% 47,4% 33,3% 56,3% 31,0% 55,6% 14,2% 28,8% 39,2% 45,5% 100% 49,5% 4,3% 64,6% 4106 79% 5205 100% 443 36,3% 52 No 9 18 132 98 50 34 14 29 12 145 57 31 18 % f ila 35% 67% 65% 78% 53% 67% 44% 69% 44% 86% 71% 61% 55% 50 44 35 51% 96% 35% N 26 27 203 126 95 51 32 42 27 169 80 51 33 13 99 46 99 776 64% 1219 N % f ila 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% Si ahora nos detenemos en las características sociales de los reincidentes, en el caso del entorno social, se puede observar en los menores juzgados al amparo de la Ley 4/92 que 34,4% de los reincidentes presenta un entorno social normalizado frente a un 60% en el que es problemático, no constando este dato en el 5,6% de los menores. En relación con los no reincidentes, las cifras cambian considerablemente, puesto que aquí el 66,4% de los menores no reincidentes tiene un entorno social normalizado frente a un 21,3 que no lo tiene, no disponiéndose de esta nota en el 12,3% de los menores. En la Ley 5/00 cabe advertir que el 32,2% de los menores reincidentes muestra un entorno social normalizado frente a un 60,3% donde éste es problemático, no constando esta circunstancia en el 7,5% de los menores. Respecto de los no reincidentes, el 73% tiene un entorno social normalizado frente a un 15,7% que lo presenta problemático, no disponiéndose de esta característica en el 11,3%. En definitiva, un altísimo porcentaje de los menores reincidentes tiene un entorno social problemático, de lo que cabe deducir que los menores con este entorno son más propensos a seguir en la senda de la comisión de delitos. 53 LEY = 492,00 Reincidente Si No Total de grupo _N_ 50 288 n.c _% col 14,8% 85,2% _% f ila 5,6% 12,3% 338 100,0% 10,5% _N_ 26 46 n.c _% col 36,1% 63,9% _% f ila 7,5% 11,3% 72 100,0% 9,5% entorno social normalizado _N_ _% col _% f ila 310 16,7% 34,4% 1548 83,3% 66,4% problemático _N_ _% col _% f ila 540 52,1% 60,0% 497 47,9% 21,3% _N_ 900 2333 _% col 27,8% 72,2% _% f ila 100,0% 100,0% 1858 1037 3233 100,0% 100,0% 100,0% 57,5% Total de grupo 100,0% 32,1% LEY = 500,00 Reincidente Total de grupo Si No entorno social normalizado _N_ _% col _% f ila 112 27,4% 32,2% 297 72,6% 73,0% 409 100,0% 54,2% 54 Total de grupo problemático _N_ _% col _% f ila 210 76,6% 60,3% 64 23,4% 15,7% 274 100,0% 36,3% _N_ 348 407 _% col 46,1% 53,9% _% f ila 100,0% 100,0% 755 100,0% 100,0% Por lo que se refiere al grupo de iguales de los reincidentes, en la Ley 4/92 se puede ver que el 22,3% de los menores reincidentes tiene un grupo de iguales normalizado frente a un 66,2% que no lo tiene, no disponiéndose de este dato respecto del 11,5% de los menores reincidentes. En el caso de los menores no reincidentes la situación cambia, pues aquí el 58,4% de estos presenta un grupo de iguales normalizado frente a un 23,5% que no lo tiene, no constando esta circunstancia en el 18% de ellos. A la vista de lo anterior, cabe concluir que los menores con un grupo de iguales problemático tienden a cometer más delitos que aquellos que no lo tienen. Si pasamos a comprobar la situación en la Ley 5/00, se puede observar que sólo el 18,7% de los menores reincidentes se mueve en un grupo de iguales normalizado frente al 67,1% que lo hace en uno problemático, no habiéndose podido obtener este dato en el 11,5% de los reincidentes. En el caso de los no reincidentes de nuevo nos encontramos con que el panorama cambia notablemente, pues aquí el 64,4 de los no reincidentes tiene un grupo de iguales normalizado frente al 21,4% que lo presenta problemático, no constando esta circunstancia en el 14,3%. Si comparamos las cifras de ambas leyes, cabe constatar que el número de menores reincidentes con un grupo de iguales normalizado disminuye en la actual regulación y se incrementa un poco (de un 66,2% sube al 67,1%) el de los que lo tienen problemático. En el caso de los no reincidentes la tendencia es justamente la contraria, pues asciende el porcentaje de los que disponen de un grupo de iguales normalizado (del 58,4% al 64,4%), mientras que disminuye el de los que lo tienen problemático (del 23,5% al 21,4%). En definitiva, se puede concluir que esta variable social, al igual que la del entorno social, influye en el hecho de que los menores sigan una carrera criminal. 55 LEY = 492,00 Reincidente Si No Total de grupo _N_ 103 420 n.c _% col 19,7% 80,3% _% f ila 11,5% 18,0% 523 100% 16,2% grupo de iguales normalizado _N_ _% col _% f ila 200 12,8% 22,3% 1359 87,2% 58,4% _N_ 594 548 1559 1142 100% 48,4% Total de grupo problemático _% col _% f ila 52,0% 66,2% 48,0% 23,5% 100% 35,4% _N_ 897 2327 _% col 27,8% 72,2% _% f ila 100% 100% 3224 100% 100% LEY = 500,00 Reincidente Total de grupo Si No _N_ 49 58 n.c _% col 45,8% 54,2% _% f ila 14,1% 14,3% 107 100% 14,2% grupo de iguales normalizado _N_ _% col _% f ila 65 19,9% 18,7% 262 80,1% 64,4% 327 100% 43,4% 56 Total de grupo _N_ 233 87 320 problemático _% col _% f ila 72,8% 67,1% 27,2% 21,4% 100% 42,4% _N_ 347 407 _% col 46,0% 54,0% _% f ila 100% 100% 754 100% 100% 9. Intervención de adultos en delitos cometidos por menores En los delitos enjuiciados al amparo de la Ley 4/92 se puede constatar que sólo el 12% de los menores de 12 a 16 años cometió el delito en unión de adultos, mientras que la inmensa mayoría, el 79,8% de ellos no lo hizo, no habiéndose podido averiguar este dato respecto del 5,7% de los menores. Por lo que se refiere a la situación en la Ley 5/00, cabe observar que aquí el 14,9% de los menores de 14 a 18 años realizó el hecho delictivo junto a adultos, mientras que el 79,4% no lo efectuó, no constando este dato en el 5,7% de los menores. Si cotejamos los datos obtenidos en ambas leyes, se puede ver que mientras el porcentaje de los no cometen delitos con adultos es prácticamente idéntico (79,8% por un 79,4%), en la Ley 5/00 se incrementa algo, casi un 3%, el de los que ejecutan el hecho delictivo con adultos. Intervenci ón de adultos en delitos cometi dos por menores adultos n.c. si no Total Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY LEY 492,00 500,00 448 72 Total 520 8,3% 5,7% 7,8% 650 187 837 12,0% 14,9% 12,5% 4330 996 5326 79,8% 79,4% 79,7% 5428 1255 6683 100,0% 100,0% 100,0% VII. El procedimiento 1. La forma de inicio Los procesos de menores se inician en la mayor parte de las ocasiones por medio de la denuncia del particular. Así acontece en el 51% de los casos en la Ley 4/92 y en el 45,4% en la Ley 5/00. El traslado del atestado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que han tenido conocimiento del delito directamente o por denuncia presentada ante ellas es otra vía muy frecuente de dar comienzo al proceso de menores. Este camino 57 representa el 30,8% de los supuestos en la Ley 4/92 y el 34,7% en la Ley 5/00. Por último, tampoco son pocas las situaciones en las que la incoación tiene lugar por traslado de las actuaciones de un Juzgado de Instrucción al aparecer implicado el menor. Este medio supone el 13,6% en la Ley 4/92 y el 16,6% en la Ley 5/00. En definitiva, aunque nada impide que sea el órgano encargado de la instrucción, el Ministerio Fiscal, el que dé inicio al procedimiento de oficio, lo cierto es que esta hipótesis prácticamente carece de relevancia. Forma de inicio del procedimiento inicio n.c. denuncia particular traslado policía traslado instrucción otros Total Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY LEY 492,00 500,00 226 25 Total 251 4,1% 1,9% 3,7% 2794 596 3390 51,0% 45,4% 49,9% 1684 456 2140 30,8% 34,7% 31,5% 742 218 960 13,6% 16,6% 14,1% 28 19 47 ,5% 1,4% ,7% 5474 1314 6788 100,0% 100,0% 100,0% 2. La instrucción 2.1 El Ministerio Fiscal y el equipo técnico En el estudio se observa que el porcentaje de ocasiones en las que el Ministerio Fiscal explora personalmente al menor mediante una entrevista personal con él es relativamente bajo tanto en la Ley 4/92 como en la 5/00, siendo en ambos casos de un 27%. De ello parece deducirse que este órgano se basa normalmente en el contenido del informe del equipo técnico. 58 Exploración del menor por parte del Ministerio Fiscal exploración n.c. LEY 492,00 500,00 117 145 Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY Recuento % de LEY si no Total Total 262 2,1% 10,6% 3,8% 1498 370 1868 27,0% 27,1% 27,0% 3929 850 4779 70,9% 62,3% 69,2% 5544 1365 6909 100,0% 100,0% 100,0% Por lo que se refiere al informe del equipo técnico, éste se confeccionó en la Ley 4/92 respecto al 61,1% de los menores, mientras que no se elaboró en el 38,9%. En la Ley 5/00 el porcentaje de los supuestos en los que realizó el informe disminuye ligeramente hasta el 59,8%, en tanto aumenta el de los que no se efectuó hasta el 40,2%. De todos modos, hay que tener presente que la muestra abarca hasta febrero de 2002 y que en muchas ciudades ésta se empezó a recoger poco después, por lo que es posible que en ese momento todavía no se hubiera evacuado. Informe del equipo técni co inf orme equipo técnico si no Total Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY LEY 492,00 500,00 3387 825 Total 4212 61,1% 59,8% 60,8% 2159 554 2713 38,9% 40,2% 39,2% 5546 1379 6925 100,0% 100,0% 100,0% 2.2 Las medidas cautelares En materia de medidas cautelares, en la Ley 4/92 el internamiento se acordó en 147 ocasiones, lo que supone un 2,7%. En un 0,48% se aplicó la libertad vigilada y en un 0,1% la custodia familiar. En definitiva, en un 96,5% de los menores no se dispuso la aplicación de medidas cautelares. En la Ley 5/00 se incrementó el recurso al internamiento como medida cautelar, aplicándose en 46 ocasiones, lo que representa un 3,8%. Por su parte, la libertad 59 vigilada se ha adoptado 12 veces, es decir, un 1%. En el primer año de vigencia de esta norma no se ha dispuesto ninguna medida en el 95,1% de los menores. Tabla de contingencia medi da cautel ar * LEY LEY medida cautelar no hubo internamiento libertad v igilada otros Si, custodia f amiliar Total Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY 492,00 5184 500,00 1142 Total 6326 96,5% 95,1% 96,3% 147 46 193 2,7% 3,8% 2,9% 12 12 1,0% ,2% 33 1 34 ,6% ,1% ,5% 7 7 ,1% ,1% 5371 1201 6572 100,0% 100,0% 100,0% Desde el punto de vista del sexo de los menores, el internamiento se aplica al 2,9% de los varones, mientras que en el caso de las mujeres se acuerda al 1,9%. En el caso de la libertad vigilada, ésta se acordó respecto del 0,8% de los varones y el 0,5% de las mujeres. En definitiva, se observa que a las mujeres se les imponen menos medidas cautelares que a los varones. 60 Tabla de contingencia Medidas cautelares * SEXO Medidas cautelares no hubo internamiento libertad v igilada otros Si, custodia f amiliar suspensión f in de semana internamiento en protección amonestación reparación alejamiento de v íctima Total Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO Recuent o % de SEXO SEXO v arón mujer 5239 982 Total 6221 96,0% 97,3% 96,2% 156 19 175 2,9% 1,9% 2,7% 44 5 49 ,8% ,5% ,8% 6 1 7 ,1% ,1% ,1% 6 6 ,1% ,1% 2 2 ,0% ,0% 2 2 ,0% ,0% 4 4 ,1% ,1% 1 1 2 ,0% ,1% ,0% 1 1 ,1% ,0% 5460 1009 6469 100,0% 100,0% 100,0% Si cruzamos la variable de medidas cautelares con la de nacionalidad, se puede ver que al 96,5% de los españoles no se les impuso ninguna, mientras que al 2,6% de ellos se les aplicó el internamiento y al 0,5% la libertad vigilada. En el colectivo de extranjeros más numeroso, el de los marroquíes, no se impuso medida alguna al 84,9%, en tanto que al 10,7% se les aplicó el internamiento y al 3,9% la libertad vigilada. En el grupo de los europeos el internamiento representa un 2,3% y la libertad vigilada un 3,4%. En el de los americanos, integrado en su gran mayoría por latinoamericanos, el internamiento supone el 6,3% y la libertad vigilada el 2,1%. Para los de nacionalidad argelina el internamiento se aplicó al 6,5% y la libertad vigilada al 3,2%. 61 A la vista de estos datos, cabe concluir que el recurso al internamiento es muy desigual en función de la procedencia de los menores. Así, a los marroquíes se les impone cuatro veces más que a los españoles. Aunque en menor medida, también se aplica más el internamiento al colectivo de los americanos, asiáticos y argelinos. En cambio, en el colectivo europeo el porcentaje es algo más que reducido que en el caso de los españoles. 62 Tabla de contingencia Medidas cautelares * Naci onali dad Nacionalidad Medidas cautelares no hubo internamiento libertad v igilada otros Si, cust odia f amiliar suspensión f in de semana internamiento en protección amonestación reparación alejamiento de v í ct ima Total Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad Recuento % de Nacionalidad No consta 88 España 5476 Resto Af rica 11 Marruecos 174 América 44 Asia 15 Resto Europa 62 Oceanía 1 Francia 19 Argelia 28 Total 5918 95,7% 96,5% 100% 84,9% 91,7% 83% 98,4% 100,0% 82,6% 90,3% 96,0% 3 145 22 3 1 1 1 2 178 3,3% 2,6% 10,7% 6,3% 5,6% 1,6% 4,3% 6,5% 2,9% 1 31 8 1 2 3 1 47 1,1% ,5% 3,9% 2,1% 11% 13,0% 3,2% ,8% 6 1 7 ,1% ,5% ,1% 3 3 ,1% ,0% 2 2 ,0% ,0% 2 2 ,0% ,0% 4 4 ,1% ,1% 2 2 ,0% ,0% 1 1 ,0% ,0% 92 5672 11 205 48 18 63 1 23 31 6164 100% 100,0% 100% 100,0% 100,0% **** 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100% 63 Si ahora nos fijamos en los delitos que con más frecuencia dan lugar a la imposición del internamiento como medida cautelar, indudablemente son los robos con violencia o intimidación los que con más asiduidad la traen consigo, representando el 45% de los supuestos. A continuación hay que destacar el robo con fuerza en las cosas con el 19,8% y el robo de uso con el 5,4%. Por detrás se sitúan el hurto y los delitos contra la salud pública con un 4,5%. Delitos agrupados -999,00 Robo con f uerza Robo v iolencia Hurto Robo uso Hurto uso Falta-Robo-Hurto uso Falta hurt o Falta daños Lesiones Amenazas Salud pública Otras f alt as Total Medidas cautelares internamiento _N_ % col 997 898,2 22 19,8 50 45,0 5 4,5 6 5,4 4 3,6 3 2,7 2 1,8 1 ,9 3 2,7 1 ,9 5 4,5 5 4,5 111 100,0 2.3 Las medidas desjudicializadoras En los últimos cinco años de aplicación de la Ley 4/92 los archivos del Ministerio Fiscal por la escasa gravedad de los hechos ascendieron a 597. Si tenemos presente que son 5547 los menores encausados, ello significa que respecto a un 10,76% se acordó esta medida desjudicializadora. En términos absolutos, destacan los Juzgados de Menores de Madrid con 228 casos, los de Barcelona con 92 y los de Valencia con 79. Entre las tres acumulan el 66,8% del total. En términos relativos, sin embargo, a la cabeza de los archivos se sitúan ciudades como Logroño donde esta vía se acuerda para el 25,84% de los menores, siguiéndole León con el 24%, Albacete con el 20,48%, Badajoz con el 20,40%, Granada con el 18,40%, Jaén con el 16,66% y Valencia con el 16,52%. En Madrid el porcentaje asciende al 15,09% y el Barcelona al 8,2%. De todas formas es preciso tomar en cautela estos datos, puesto que es probable que en bastantes ocasiones los asuntos instruidos por el Ministerio Fiscal en los que se acordado esta medida ni siquiera hayan llegado a conocimiento de los Juzgados de Menores. 64 Archivos por ciudad del Ministerio Fiscal basados en la poca gravedad Válidos Albacete Badajoz Barcelona Coruña Granada Jaen León Rioja Madrid Málaga Murcia Nav arra Tarragona Valencia Zaragoza Total Frecuencia 34 30 92 4 30 18 27 23 228 5 6 3 15 79 3 597 Porcent aje 5,7 5,0 15,4 ,7 5,0 3,0 4,5 3,9 38,2 ,8 1,0 ,5 2,5 13,2 ,5 100,0 Porcent aje v álido 5,7 5,0 15,4 ,7 5,0 3,0 4,5 3,9 38,2 ,8 1,0 ,5 2,5 13,2 ,5 100,0 Porcent aje acumulado 5,7 10,7 26,1 26,8 31,8 34,8 39,4 43,2 81,4 82,2 83,2 83,8 86,3 99,5 100,0 En cuanto a la variable edad, esta modalidad desjudicializadora se utiliza más en los de más edad. En efecto, en el caso de los varones los de 12 años son 31 (8,2% del total de varones sometidos a esta vía), los de 13 80 (21,1%), los de 14 127 (33,5%) y los de 15 141 (37,2%). En las mujeres las de 12 años son 5(4,5%), las de 13 21(19,1%), las de 14 39 (35,5%) y las de 15 45(40,9%). Esta progresión parece lógica, puesto que, como hemos visto, los menores de más edad son los que más cometen delitos. Por lo que se refiere al sexo, en el 77,5% de los supuestos se trata de varones y en el 22,5% de mujeres. De aquí se puede inferir que esta modalidad se ha utilizado más en el caso de las segundas que de los primeros, pues las mujeres sólo representan el 16,9% del total de menores infractores frente al 83,1% de los varones. 65 Edad y sexo de los responsable del hecho archivado por escasa gravedad Edad al cometer la inf racción 12,00 13,00 14,00 15,00 Total Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO SEXO v arón mujer 31 5 Total 36 86,1% 13,9% 100,0% 8,2% 80 4,5% 21 7,4% 101 79,2% 20,8% 100,0% 21,1% 127 19,1% 39 20,7% 166 76,5% 23,5% 100,0% 33,5% 141 35,5% 45 33,9% 186 75,8% 24,2% 100,0% 37,2% 379 40,9% 110 38,0% 489 77,5% 22,5% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% Si ahora nos detenemos en la Ley 5/00, el archivo por la escasa gravedad se ha acordado en 76 ocasiones. Dado que la muestra abarca 1380 menores, estamos hablando de un 5,5%. La inmensa mayoría de los casos se registran en Málaga con 23, Barcelona con 13 y Tarragona con 11, lo que representa casi un 60% del total de supuestos. Esto significa que con la nueva regulación, según los datos que se desprenden de los expedientes, el recurso a esta vía desjudicializadora ha disminuido respecto de la Ley 4/92. No obstante, esta conclusión hay que tomarla con cautela, dado que es posible que se este empleando por las Fiscalías sin dar cuenta de estos casos a los Juzgados de Menores en línea con lo que parece deducirse del art. 18. 66 Poca gravedad: ciudad. Ley 5/00 Válidos Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada Jaen Madrid Málaga Tarragona Valencia Zaragoza Total Frecuencia 1 2 13 7 4 1 1 7 21 11 5 3 76 Porcent aje 1,3 2,6 17,1 9,2 5,3 1,3 1,3 9,2 27,6 14,5 6,6 3,9 100,0 Porcent aje v álido 1,3 2,6 17,1 9,2 5,3 1,3 1,3 9,2 27,6 14,5 6,6 3,9 100,0 Porcent aje acumulado 1,3 3,9 21,1 30,3 35,5 36,8 38,2 47,4 75,0 89,5 96,1 100,0 En la Ley 4/92 se contemplaba en la regla 6ª del art. 15.1 otra vía desjudicializadora, la de la reparación del daño. En virtud de ella, al final de la incoación del expediente se permitía al Ministerio Fiscal solicitar al Juez de Menores que concluyera el expediente por haber reparado el menor el daño o haberse comprometido a ello. A esta posibilidad se ha recurrido en relación a 915 menores, lo que implica que esta medida se ha aplicado al 16,49% del total de éstos. Sin embargo, si nos detenemos en el uso que se ha hecho de ella en las diferentes ciudades analizadas, se puede observar cómo la reparación del daño se ha utilizado de forma muy desigual. En términos absolutos, Madrid y Barcelona acaparan el 79,6% del total de reparaciones (373 y 355 respectivamente). A continuación se situarían Tarragona con el 7,5% (69) y Bilbao con el 4,2% (4,2%). Si ahora los vemos en términos relativos, en Madrid se aplica la reparación aproximadamente al 24,68% de los menores que llegan a los Juzgados de Menores, en Barcelona a un 31,64%, en Tarragona aun 23,71% y en Bilbao a 18,35%. En el otro extremo se sitúan ciudades como Logroño y Jaén en las que no consta que se haya efectuado ninguna y otras donde las cifras son prácticamente irrelevantes como en Murcia y Pamplona. 67 Reparaci ón: ciudad. Ley 4/92 Válidos Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada León Madrid Málaga Murcia Nav arra Santander Tarragona Valencia Zaragoza Total Frecuencia 7 3 355 38 10 5 2 373 3 1 1 3 69 27 18 915 Porcent aje ,8 ,3 38,8 4,2 1,1 ,5 ,2 40,8 ,3 ,1 ,1 ,3 7,5 3,0 2,0 100,0 Porcent aje v álido ,8 ,3 38,8 4,2 1,1 ,5 ,2 40,8 ,3 ,1 ,1 ,3 7,5 3,0 2,0 100,0 Porcent aje acumulado ,8 1,1 39,9 44,0 45,1 45,7 45,9 86,7 87,0 87,1 87,2 87,5 95,1 98,0 100,0 Si cotejamos ahora las dos vías desjudicializadores de la Ley 4/92, se puede constatar que las dos ciudades en las que los Juzgados de Menores acumulan con diferencia más expedientes, Madrid y Barcelona, se recurre a ellas respecto de casi un 40% de los menores que les llegan. A continuación se situaría Tarragona con casi un 29% que es la ciudad que más se aproxima en volumen de asuntos a las dos acabadas de mencionar. En las demás ciudades los porcentajes no pasan del 26%, siendo en muchos casos muy bajos como los de Málaga con un 8,57% y Zaragoza con un 7,25%. Con ello parece confirmarse la idea de que el volumen de trabajo es una de las variables que influye en el nivel de aplicación de las medidas desjudicializadoras. De todos modos, hay datos que ponen de relieve que existen notables diferencias en cuanto a la forma de implantar las estrategias de desjudicialización. Así, como hemos visto, en Málaga a éstas se recurre en 8,57% de los menores que llegan al Juzgado. Sin embargo, hay que tener presente que el número de éstos que recibe el Juzgado es muy inferior al que llegan a otros de poblaciones mucho más pequeñas que Málaga, lo cual nos induce a pensar que aquí se desjudicializa sin que el caso ni siquiera llegue a conocimiento del Juzgado. Además, mientras en algunos Juzgados se hace uso de ambas modalidades de desjudicialización, dando en todo caso primacía a la vía de la reparación del daño, en otros se opta prácticamente por una sola. Así, en el caso de Logroño se recurre únicamente al archivo, mientras que Bilbao y Santander usan exclusivamente la de la reparación del daño. Respecto de la conciliación en la Ley 5/00 se han registrado 140 casos. Ello significa que esta medida desjudicializadora se aplicó a un 10,14% de los menores encausados. La mitad de los casos se dieron en los Juzgados de Menores de Barcelona, 26 en Zaragoza, 17 en Bilbao y 11 en Valencia. Llama la atención que en varios Juzgados de Menores no se haya recurrido ni una sola ocasión a esta vía. Así acontece con Granada, Jaén, Málaga, Logroño y Santander. Asimismo cabe resaltar que en Madrid sólo se haya registrado un caso durante el primer año de vigencia de la Ley, 68 cuando con la anterior tenía una gran incidencia. De nuevo aquí se puede ver que en algún Juzgado, como el de Málaga, parece haberse optado exclusivamente por la vía del archivo por poca gravedad en detrimento de la reparación. A la vista de lo anterior también respecto de la reparación del daño se observa una disminución en la frecuencia de su utilización respecto de la Ley 4/92. Si en ésta el porcentaje ascendía a un 16,49%, ahora este ha bajado hasta el 10,14%. ciudad: Archivo ministeri o fiscal : Concil iación Válidos Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña León Madrid Murcia Nav arra Tarragona Valencia Zaragoza Total Frecuencia 2 1 70 17 1 3 1 1 2 5 11 26 140 Porcent aje 1,4 ,7 50,0 12,1 ,7 2,1 ,7 ,7 1,4 3,6 7,9 18,6 100,0 Porcent aje v álido 1,4 ,7 50,0 12,1 ,7 2,1 ,7 ,7 1,4 3,6 7,9 18,6 100,0 Porcent aje acumulado 1,4 2,1 52,1 64,3 65,0 67,1 67,9 68,6 70,0 73,6 81,4 100,0 En cuanto al sexo de los que han sido sometidos a esta vía, en 108 casos se trataba de varones (86,4%) y en 17 de mujeres (13,6%), no constando el sexo en 15 supuestos. Ello apunta a que este recurso se utiliza algo más en los sujetos de sexo femenino, pues mientras éstos suponen a nivel general en la Ley 5/00 sólo el 9,6%, mientras que los varones representan el 90,4%. En cuanto a la variable edad no parece haber un patrón claro. En el caso de los varones, los de 14 años constituyen el 29,6%, los de 15 el 25%, los de 16 años el 19,4% y los de 17 el 25,9%. En el caso de las chicas en todas las edades se sitúan en un 17% salvo las de 16 que ascienden al 47,1%. 69 Edad y sexo de los sometidos a conciliación Edad al cometer la inf racción 14,00 15,00 16,00 17,00 Total Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO Recuent o % de Edad al cometer la inf racción % de SEXO SEXO v arón mujer 32 3 Total 35 91,4% 8,6% 100,0% 29,6% 27 17,6% 3 28,0% 30 90,0% 10,0% 100,0% 25,0% 21 17,6% 8 24,0% 29 72,4% 27,6% 100,0% 19,4% 28 47,1% 3 23,2% 31 90,3% 9,7% 100,0% 25,9% 108 17,6% 17 24,8% 125 86,4% 13,6% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% En definitiva, cabe constatar tanto en la Ley 4/92 como en la 5/00 un uso muy desigual de las vías desjudicializadoras. Además, mientras en algunos Juzgados se utilizan las dos, en otros parece optarse exclusivamente por una de ellas. Con la actual regulación y respecto de los menores de los que tienen constancia los Juzgados de Menores, se observa una disminución tanto en el caso del archivo como en el de la reparación. Esta conclusión, no obstante, habría tomarla con cautela en relación al archivo, puesto que el art. 18, como antes señalé, no parece exigir que se dé cuenta al Juzgado de Menores de los casos en los que se renuncia a incoar el expediente por la poca gravedad de los hechos. 2.4 Los archivos por parte del Ministerio Fiscal en fase de instrucción Antes de pasar al análisis de la siguiente fase procesal, vamos a ocuparnos en general de los decretos o solicitudes de archivo del Ministerio Fiscal durante la instrucción. En primer lugar, hay que destacar que respecto de algo más de los menores implicados en el procedimiento, en concreto el 51,6%, ni se decreta ni se solicita el archivo del asunto. En cambio, el Ministerio Fiscal renuncia a continuar el proceso en relación al 48,4% de los menores. Esta se basa en diferentes razones. Bastante más de la mitad de las ocasiones su decisión responde a la poca gravedad del hecho o reparación del daño (28,3%). El 20,1% restante se reparte entre muy diferentes causas. De éstas las más significativas serían el no haberse acreditado la participación del menor en el hecho 70 delictivo con un 4,5%, las condiciones del menor con el 4,1%, el no haberse alcanzado la edad mínima (12 años) con un 3,4%, la búsqueda del menor con el 2,5%, el no constituir delito el hecho enjuiciado con el 1,3% y la mayoría de edad (16 años) del acusado con un 1,2%. La suma de todas estas circunstancias alcanzaría hasta el 17% del total de menores. Por último, el 3,1% se reparte entre hechos cometidos sin violencia, derivación a la Dirección General de Atención a la Infancia, petición del equipo técnico, aplicación de la Ley 5/00, no mediar denuncia, repatriación, inexistencia de informe técnico, por la fecha de comisión, no interferir en los servicios sociales, por mediar ya una sanción de internamiento, por haber prescrito el hecho, por legítima defensa, por fallecimiento o desaparición del menor, retirada de la denuncia, por ser el autor desconocido y por haberse incoado ya otro expediente. 492,00 Archiv o Ministerio Fiscal no constituy e delito may oría minoría poca grav edad condiciones menor sin v iolencia reparación no hubo petición búsqueda no acreditada participación deriv ación DGAI petición equipo aplicación 5/00 no hay denuncia repatriación no inf orme técnico por f echa comisión no interf erir con ss.ss medida internamiento prescripción legítima def ensa f allecimiento o desaparición otro expediente autor desconocido retiró denuncia Total de grupo _N_ 67 62 184 597 218 4 915 2755 133 % col 1,3% 1,2% 3,4% 11,2% 4,1% ,1% 17,1% 51,6% 2,5% 242 4,5% 7 37 5 2 1 4 11 6 6 32 2 ,1% ,7% ,1% ,0% ,0% ,1% ,2% ,1% ,1% ,6% ,0% 7 ,1% 17 24 6 5344 ,3% ,4% ,1% 100,0% Si nos detenemos ahora en la situación durante el primer año de vigencia de la Ley 5/00, se puede constatar que no se decreta ni se solicita el archivo respecto del 59,5% de los menores implicados en el procedimiento. En cambio, se decreta o solicita el archivo por parte del Ministerio Fiscal en el 40,5%. De este porcentaje el 18,2% corresponde a los supuestos en los que ha habido conciliación entre el menor y la 71 víctima o bien se ha decretado el archivo por la escasa gravedad de los hechos. A continuación habría que destacar como causas del archivo la prescripción con un 6,3%, la falta de acreditación de la participación del menor en el hecho delictivo con un 4,7% y la minoría de edad (menos de 14 años) del implicado con un 3,2%. Por último, en el 8,1% restante el archivo se basa en la fecha de comisión, la legítima defensa, el fallecimiento o desaparición, la nulidad, la existencia de otro expediente, el desconocimiento del autor, la falta de notificación, la retirada de la denuncia, las condiciones del menor y la mayoría de edad del implicado. 500,00 Archiv o Ministerio Fiscal no hubo petición por conciliación búsqueda no acreditada participación por f echa comisión no interf erir con ss.ss prescripción legítima def ensa f allecimiento o desaparición nulidad otro expediente autor desconocido no notif icado retiró denuncia poca grav edad hechos minoría condiciones del menor may oría Total de grupo _N_ 705 140 35 % col 59,5% 11,8% 3,0% 56 4,7% 11 1 74 2 ,9% ,1% 6,3% ,2% 2 ,2% 1 4 6 2 2 ,1% ,3% ,5% ,2% ,2% 76 6,4% 38 23 6 1184 3,2% 1,9% ,5% 100,0% De la comparación de los datos arrojados por ambas Leyes sobresalen varias notas. En primer término, con la actual regulación se ha reducido el porcentaje de archivos decretados o pedidos por el Ministerio Fiscal. Ello se debe a la reducción de las medidas desjudicializadoras basadas en la escasa gravedad del hecho o la reparación del daño a lo que habría que sumar también la disminución de los supuestos de archivo por las condiciones del menor que de un 4,1% han pasado a un 1,9%. La otra nota más destacada es el notable incremento que han experimentado los archivos por prescripción del hecho. En efecto, estos han pasado de representar un 0,6% en la anterior regulación a un 6,3% con la nueva. Muy probablemente este incremento sea debido a que en la Ley 5/00 se establecen unos plazos de prescripción distintos y más cortos a los previstos para los adultos, lo que hace más fácil que cuando el hecho llegue a conocimiento de la Administración de Justicia ya hayan transcurrido aquéllos. 72 3. La fase intermedia y celebración de audiencia La mayoría de los procedimientos de menores en la Ley 4/92 no llegaron a la fase de audiencia (63,6%), alcanzando esta fase sólo un 36,4%. Esta circunstancia se debe tanto al recurso a las medidas desjudicializadoras que se aplican a un 27,25% de los menores como al elevado número de conformidades. En el caso de la Ley 5/00 la situación se modifica algo. Aquí en un 7,4% de los casos se llega a la conformidad a través de la comparecencia prevista en virtud de los arts. 32 y s. de la actual regulación. Pero es que, además, antes de que se celebre la audiencia propiamente dicha todavía cabe evitarla mediante la conformidad del menor sobre los hechos y las medidas propuestas por el Ministerio Fiscal. En este supuesto, en verdad, no se llega a celebrar la fase de audiencia como se desprende del art. 37. Pues bien, en un 63,2% de los casos se da la conformidad sobre los hechos y las medidas. En un 2,3% de las hipótesis tiene lugar la audiencia para fijar la medida sobre la que no hay conformidad cuando ésta se da respecto de los hechos. Finalmente, en un 27,2% de los casos tiene lugar la fase de audiencia sin que haya ningún tipo de conformidad. Si cotejamos los datos obtenidos de ambas leyes, cabe observar que en la actual regulación disminuye el porcentaje de casos en los que se celebra la audiencia. Y ello pese a que en ésta el número de menores llegados a los Juzgados que son objeto de medidas desjudicializadoras disminuye con respecto a la situación existente en la anterior regulación, pues de un 27,25% hemos pasado a un 15,64%. La reducción de los supuestos en que se celebra la audiencia se explica esencialmente por el incremento de las conformidades. Conformidad y celebraci ón de audiencia Celebración audiencia No se celebró Se celebró Comparecencia de conf ormidad de las partes (según Art. 32) Audiencia con conf ormidad sobre los hechos y la medida Audiencia con conf ormidad sólo sobre los hechos Audiencia sin conf ormidad Total Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY Recuent o % de LEY 73 LEY 492,00 500,00 2744 Total 2744 63,6% 58,8% 1569 1569 36,4% 33,6% 26 26 7,4% ,6% 223 223 63,2% 4,8% 8 8 2,3% ,2% 96 96 27,2% 2,1% 4313 353 4666 100,0% 100,0% 100,0% 4. La resolución Indudablemente el dato más llamativo es el elevadísimo número de resoluciones condenatorias con conformidad que en el caso de la Ley 4/92 asciende a 1514, lo que representa un 63,4% del total, y que en la Ley 5/00 llega hasta los 258, lo que supone un 70,9% del total. En cambio, los supuestos de sentencia condenatoria sin conformidad tienen un peso muy escaso. En la Ley 4/92 son 257 los casos, lo que entraña un 10,8% del total, mientras en la nueva regulación son 40, es decir, un 11%. Las resoluciones absolutorias alcanzan los 590 casos en la antigua normativa, o lo que es lo mismo, un 24,7%, en tanto que en la nueva sólo son 51 supuestos, o sea, un 14%. Esto significa que en el primer año de vigencia de la Ley 5/00 se ha reducido considerablemente el número de absoluciones. Por último, las hipótesis en las que no se condenó por haber prescrito los hechos son 15 en la Ley 4/92 (0,6%) y 15 en la 5/00 (un 4,1%). El notable incremento de la apreciación de esta causa de extinción de la responsabilidad criminal quizás sea debido al establecimiento de unos plazos de prescripción específicos y más cortos que los previstos para los adultos. Tabla de contingencia resolución * LEY resolución condenatoria con conf ormidad condenatoria sin conf ormidad absolutoria prescripción nuev o expediente Total Recuent o % de resolución % de LEY Recuent o % de resolución % de LEY Recuent o % de resolución % de LEY Recuent o % de resolución % de LEY Recuent o % de resolución % de LEY Recuent o % de resolución % de LEY 74 LEY 492,00 500,00 1514 258 85,4% 14,6% 63,4% 70,9% 257 40 86,5% 13,5% 10,8% 11,0% 590 51 92,0% 8,0% 24,7% 14,0% 15 15 50,0% 50,0% ,6% 4,1% 12 100,0% ,5% 2388 364 86,8% 13,2% 100,0% 100,0% Total 1772 100,0% 64,4% 297 100,0% 10,8% 641 100,0% 23,3% 30 100,0% 1,1% 12 100,0% ,4% 2752 100,0% 100,0% 5. Recursos La nota más significativa relacionada con este aspecto es el escasísimo número de supuestos en los que la resolución es objeto de recurso. En la Ley 4/92 sólo se recurre el 2,2% (63) de un total de 2867 resoluciones. 492,00 recurso _N_ si no Total de grupo 63 2804 % col 2,2% 97,8% 2867 100,0% En la Ley 5/00 este porcentaje incluso se reduce hasta el 1,5% de un total de 535 resoluciones. recurso 500,00 _N_ % col 527 98,5% 8 1,5% no apelación Total de grupo 535 100,0% En cuanto al resultado del recurso, los datos sólo son relevantes para la Ley 4/92, puesto que en la Ley 5/00 sólo se han computado 8 casos de los cuales sólo se han resuelto dos al tiempo de efectuar esta investigación. Así pues, en relación a la primera la inmensa mayoría fueron desestimados (40 que representan el 80%). En un 12% de los casos (6) se estimó el recurso y se absolvió al menor. Por último, en un 8% de los supuestos se estimó el recurso y se modificó la medida, acordándose en tres casos libertad vigilada y en uno servicios en beneficio de la comunidad. 492,00 respuesta al recurso estimación y absolución estimación y modif icación desestimación Total de grupo _N_ 6 % col 12,0% 4 8,0% 40 50 80,0% 100,0% El escaso índice de recursos no es de extrañar a la vista de que la mayoría de las sentencias condenatorias se dictan de conformidad con las partes. Sería muy conveniente indagar el papel que en esta situación juega el entendimiento de que la asistencia letrada en el ámbito de los menores tiene un contenido y alcance muy diverso al de los adultos. 75 6. El archivo definitivo En este apartado nos vamos a ocupar de los archivos definitivos de la causa. En el 34,7% de los casos analizados en la Ley 4/92 no aparece esta circunstancia. Esto significa que al tiempo de extraer los datos de la Ley 4/92 se ha producido ya el archivo definitivo del 63,3% de los asuntos. De este porcentaje la mayor parte corresponde a tres circunstancias: el cumplimiento de la medida en un 22,7%, el sobreseimiento con un 15,4% y la absolución con un 8,3%. Menor relevancia tienen otras circunstancias como la reparación que figura con un 4,3%, la minoría de edad con un 3,2%, la búsqueda del menor con un 3% y la mayoría de edad con un 2,1%. Además, hay que tener presente que en el 1,9% de los casos no se ha podido averiguar a qué se debe el archivo definitivo. Por último el 2,4% restante se debe a muy variadas causas: prescripción, nulidad de ejecución, transcurso del plazo fijado sin delinquir, no reconocimiento en rueda, cosa juzgada, escasa trascendencia, circunstancias del menor, transcurso del tiempo, cesa el expediente, incoación de nuevo expediente y derivación a la Dirección General de Atención a la Infancia Archiv o def initiv o no aparece may orí a búsqueda minoría cumplimiento medida absolución prescripción sobreseimient o nulidad ejecución sin delinquir no reconocido en rueda reparación y a juzgado escasa trascendencia no consta causa circunstancias transcurso tiempo cesa el expediente incoación nuev o deriv ación DGAI Busqueda Total de grupo 492,00 _N_ % col 1673 34,7% 99 2,1% 139 2,9% 154 3,2% 1091 22,7% 399 8,3% 25 ,5% 742 15,4% 11 ,2% 55 1,1% 11 ,2% 205 2 16 90 78 14 5 2 1 4 4816 4,3% ,0% ,3% 1,9% 1,6% ,3% ,1% ,0% ,0% ,1% 100,0% En el caso de la Ley 5/00 la situación aparece mucho más simplificada. Aquí en el 60,4% de los casos no figura todavía el archivo definitivo de la causa. Esto implica que sólo en el 39,6% se ha producido ya éste. De este porcentaje corresponde el 31,3% a absoluciones. A continuación destacaría el archivo definitivo por mayoría de edad del 76 implicado con el 4,5% y por cumplimiento de la medida con un 2,7%. El 1,2% restante se basa en la búsqueda del menor y a la minoría de edad de éste. 500,00 Archiv o def initiv o no aparece may orí a búsqueda minoría cumplimiento medida absolución Total de grupo _N_ 568 42 8 3 25 295 941 % col 60,4% 4,5% ,9% ,3% 2,7% 31,3% 100,0% Si cotejamos los datos obtenidos de ambas leyes, destaca sobre todo que los casos de falta de archivo definitivo en la Ley 5/00 casi doblan a los de la Ley 4/92. La explicación hay que encontrarla en que muchos de los procedimientos al tiempo de realizar la extracción de datos aún no habían terminado o estaban pendientes de que se cumpliera la medida. De ahí que en la nueva regulación la inmensa mayoría de los archivos definitivos corresponda a absoluciones, pues ésta no requiere de más trámites como, sin embargo, acontece en el caso de aplicación de una medida, aun cuando la ejecución de ésta se suspenda. En tales hipótesis siempre hay que esperar a su ejecución o a que transcurra el plazo fijado en la suspensión. 7. La duración del procedimiento Desde una perspectiva general, el 55,2% de los procedimientos dura entre un mes y 6 meses, el 35,6% entre seis y 12 meses, el 7,2% entre 12 y 18. El 2% restante dura bastante más. No obstante, es preciso tener presente que al menos parte de este porcentaje puede estar integrado por los errores cometidos al tomar las fechas o al introducirlas en la base de datos. Respecto de estos resultados hay que matizar que se ha calculado el tiempo del procedimiento desde la incoación del expediente hasta que se dicta la resolución. Pero ello no tiene por qué significar necesariamente que esa sea la duración de los procesos, puesto que antes de la incoación se suele emplear un tiempo en practicar por parte del Ministerio Fiscal las denominadas diligencias preliminares, no disponiéndose de información acerca de su duración que, sin embargo, habría también que tomarla en consideración. En definitiva, aquí únicamente estamos haciendo referencia a lo que dura un procedimiento desde la incoación hasta la resolución, lo que, en modo alguno, se puede identificar con la duración total del proceso de menores. 77 Duración procedimiento (meses) Válidos Perdidos Total 1,00 2,00 3,00 4,00 5,00 6,00 7,00 8,00 9,00 10,00 11,00 12,00 13,00 14,00 15,00 16,00 17,00 18,00 19,00 20,00 21,00 22,00 23,00 24,00 25,00 26,00 27,00 28,00 29,00 31,00 41,00 52,00 66,00 75,00 208,00 378,00 Total Sistema Frecuencia 98 161 220 249 269 253 199 189 152 113 81 70 51 28 23 24 21 15 5 3 4 7 2 5 2 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 2257 2455 4712 Porcent aj e 2,1 3,4 4,7 5,3 5,7 5,4 4,2 4,0 3,2 2,4 1,7 1,5 1,1 ,6 ,5 ,5 ,4 ,3 ,1 ,1 ,1 ,1 ,0 ,1 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 47,9 52,1 100,0 Porcent aje v álido 4,3 7,1 9,7 11,0 11,9 11,2 8,8 8,4 6,7 5,0 3,6 3,1 2,3 1,2 1,0 1,1 ,9 ,7 ,2 ,1 ,2 ,3 ,1 ,2 ,1 ,1 ,1 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 ,0 100,0 Porcent aje acumulado 4,3 11,5 21,2 32,3 44,2 55,4 64,2 72,6 79,3 84,3 87,9 91,0 93,3 94,5 95,5 96,6 97,5 98,2 98,4 98,5 98,7 99,0 99,1 99,3 99,4 99,5 99,6 99,6 99,7 99,7 99,8 99,8 99,9 99,9 100,0 100,0 Si ahora vemos los datos relativos a la duración dividida por Ley y Juzgado, en el caso de la Ley 4/92 se puede afirmar que en general, aunque, como se puede ver hay excepciones, que existe una relación directa entre volumen de asuntos y duración del procedimiento. En efecto, cuantos más procesos lleva un Juzgado de Menores, mayor es 78 el tiempo que se tarda desde la incoación hasta que se dicta la resolución, y a la inversa. Para lo primero resulta muy ilustrativo el caso de los Juzgados de Barcelona y para lo segundo los de Jaén, León, Pamplona y Santander. Ciudad Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada Jaén León Logroño Madrid Málaga Murcia Pamplona Santander Tarragona Valencia Zaragoza Duración de los procedimientos en meses en Ley 4/92 Juzgado Procesos Media Máximo Mínimo 1 200 5,31 18 1 1 260 4,96 16 1 1 357 8,81 31 1 2 404 9,61 25 2 3 391 8,01 24 2 1 208 6,48 24 1 1 193 9,54 18 3 1 170 8,07 23 1 1 115 5,05 22 2 1 101 4,30 9 2 1 89 9,04 22 1 1 420 6,82 13 1 2 357 7,43 16 3 3 377 5,28 14 2 4 391 6,27 12 1 1 96 11,28 23 3 1 147 6,92 20 1 1 119 3,36 16 1 1 52 3,90 10 2 1 298 5,15 18 1 1 247 6,78 41 1 2 250 6,57 29 1 1 303 4,49 15 1 Desv. Típ. 2,99 3,32 5,05 4,65 3,72 4,22 3,35 4,86 3,16 1,63 5,21 2,91 3,05 2,87 2,91 4,32 3,60 2,77 1,58 3,41 5,10 4,58 2,49 En el caso de la Ley 5/00 llaman la atención dos notas. En primer lugar, en la mayoría de los Juzgados de Menores se ha incrementado el tiempo medio que se tarda desde la incoación hasta que se dicta la resolución. En segundo lugar, también resulta muy ilustrativo el hecho de que en casi todos los Juzgados se ha incrementado el tiempo mínimo de duración del procedimiento. Este dato es coherente con el aumento del volumen de asuntos que se ha producido con la Ley 5/00. Junto a esta circunstancia, quizás también haya podido influir el tiempo que cada Juzgado ha tenido que dedicar a la adaptación de éste a las necesidades de la nueva regulación, así como a las cuestiones de Derecho transitorio. 79 Ciudad Albacete Badajoz Barcelona Bilbao Coruña Granada Jaén León Logroño Madrid Málaga Murcia Pamplona Santander Tarragona Valencia Zaragoza Duración de los procedimientos en meses en Ley 5/00 Juzgado Procesos Media Máximo Mínimo 1 29 8,38 11 5 1 1 50 8,40 12 4 2 70 9,60 16 6 3 86 7,40 14 2 1 126 7,41 12 2 1 95 8,06 14 1 1 67 8,58 16 3 1 33 7,40 27 2 1 43 5,40 8 4 1 27 7,08 10 5 1 51 6,25 7 5 2 44 9 13 6 3 4 1 91 8,80 18 1 1 58 9,94 15 2 1 33 5,87 10 2 1 33 6,75 9 1 1 108 8,29 15 2 1 36 8,11 24 1 2 39 6,29 12 3 1 102 5,82 10 2 Desv. Típ. 2,39 2,37 2,72 2,44 2,42 3,25 3,85 6,05 1,26 1,38 0,96 3,08 4,60 3,93 2,03 3,33 3,60 5,37 2,93 1,83 VIII. Las medidas Al amparo de la Ley 4/92 en el periodo analizado (5 años) se han impuesto un total de 1.950 medidas, lo que supone una media de 390 por año, mientras en el primer año de la Ley 5/00 se han aplicado 376. Esto no significa que con la nueva regulación se impongan menos medidas, puesto que en los datos no se incluyen las acordadas por los nuevos Juzgados de Menores creados en Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga y que, de haberse tenido en cuenta, superarían considerablemente la media de 390. En la Ley 4/92 la medida que con más frecuencia se aplica es la de libertad vigilada que representa un 36,35% del total de las impuestas. A esta le siguen en importancia la de amonestación con un 27%, la de servicios en beneficio de la comunidad con un 16,92%, la de internamiento en régimen cerrado con un 9,23%, la de internamiento en régimen semiabierto con un 5,64%, la de internamiento de fin de semana con un 1,84%, la de internamiento en régimen abierto con un 1,12%. Las restantes apenas tienen trascendencia. 80 Medidas aplicadas por el Juez Acogimiento Amonestación Tareas socioeducativas Servicios en beneficio comunidad Convivencia con otras personas Libertad vigilada Fin de semana en domicilio Asistencia a centro de día Tratamiento ambulatorio Privación permiso conducir Fin de semana en centro Internamiento terapéutico Internamiento en régimen abierto Internamiento en régimen semiabierto Internamiento en régimen cerrado Ley 4/92 Ley 5/00 3 (0,16%) 527 (28,94%) 47 (15,26%) 11 (3,57%) 330 (18,12%) 59 (19,16%) 2 (0,65%) 709 (38,93%) 151 (49,03%) 1 (0,32%) 1(0,32%) 19 (1,04%) 11 (3,57%) 5 (0,27%) 3 (0,97%) 36 (1,98%) 8 (2,60%) 9 (0,49%) 5 (1,62%) 22 (1,21%) 2 (0,65%) 110 (6,04%) 51 (16,56%) 180 (9,88%) 24 (7,79%) Por lo que se refiere al contenido de los servicios a favor de la comunidad, en un 38% de los casos su objeto es la realización de tareas de mantenimiento y limpieza, en un 45,7% la prestación de labores humanitarias y en un 16,3% la ejecución de tareas administrativas. Un estudio realizado en la comunidad de Castilla-La Mancha12 que abarca un periodo que va desde junio de 1996 a diciembre de 1998 arroja los siguientes datos: la sanción más aplicada es la amonestación con un 50%, la libertad vigilada con un 21,9%, los trabajos en beneficio de la comunidad con un 11,6% y el internamiento en centro cerrado con un 12,4%, habiéndose acordado en un 10,2% como medida exclusiva y en un 2,2% acompañado de la medida de libertad vigilada. Si comparamos los datos de nuestra investigación con los de la realizada en Castilla-La Mancha se observan importantes diferencias en cuanto a la estrategia sancionadora. Así mientras la medida más aplicada en la primera es la libertad vigilada con un 36,35%, en la segunda esta desciende al 21,9%, situándose en ésta la amonestación con un 50% como la sanción más aplicada, en tanto que a nivel de todo el territorio nacional su frecuencia no pasa del 27%. En la Ley 5/00 la sanción más aplicada es la de libertad vigilada con un 40,15%. A ésta le siguen en frecuencia la de servicios en favor de la comunidad con un 15,69%, la de internamiento en régimen semiabierto con un 13,6%, la de amonestación con un 12,5%, la de internamiento en régimen cerrado con un 6,38%, las tareas socioeducativas y el tratamiento ambulatorio con un 2,92%, el internamiento en centro de fin de semana con un 2,12%, el internamiento en centro terapéutico con un 1,32%. Las demás tienen una relevancia muy escasa. Así acontece con la asistencia a centro de día que sólo se ha 12 Rechea Alberola/Fernández Molina: Impacto de la nueva Ley penal juvenil (5/2000) en Castilla-La Mancha. 81 aplicado en una ocasión, con el internamiento en régimen abierto que únicamente se ha acordado dos veces, la convivencia con otra persona, familia o grupo educativo que se ha impuesto en otras dos ocasiones o la privación del permiso de conducir vehículos a motor o ciclomotor aplicada tres veces. Los resultados obtenidos en nuestro estudio difieren algo de los recogidos por el Defensor del Pueblo en su informe sobre “El primer año de vigencia de la ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores”, y en el que la libertad vigilada aparece como la medida más aplicada con un 44.32%, seguida de la de prestación de servicios a favor de la comunidad con un 20,74% mientras que el total de los internamientos asciende al 25,71%. En definitiva, en el informe del Defensor del Pueblo se reflejan más libertades vigiladas, prestaciones en beneficio de la comunidad e internamientos. De todas maneras, el propio informe destaca los problemas metodológicos de su análisis. Así señala que “la primera reflexión que debe realizarse en relación con los datos expuestos, es la de la dificultad que se ha tenido para poder ofrecerlos de forma homogénea. No siempre los datos recibidos en relación con las medidas acordadas en el año 2001, procedentes unas veces de la Administración, otras de la Fiscalía correspondiente e incluso a veces de los Colegios de Abogados, han sido coincidentes. Además al existir medidas que ejecuta la Administración y otras que ejecuta el órgano judicial, no existe o por lo menos no ha existido respecto de las medidas del año 2001 un organismo que unificara las cifras correspondientes a esa materia. Sólo en el caso de la Región de Murcia se han recibido en la Institución, los datos completos de las medidas ejecutadas por la Administración y por el Juzgado de Menores”13. 13 Págs. 419 y s. 82 SANCIONES APLICADAS PRIMER AÑO LEY 5/2000 PBC 16% OTRAS 8% MPLIB 24% LV 40% AMO 12% PBC: prestaciones en beneficio de la comunidad MPLIB: sanciones privativas de libertad LV: libertad vigilada AMO: amonestación Si vemos la evolución que ha experimentado la aplicación de la Ley 5/2000 acudiendo a las estadísticas judiciales de 2003 y 2004, se pueden constatar algunos cambios de tendencia. En este sentido cabe apreciar que se ha incrementado notablemente el peso de las prestaciones en beneficio de la comunidad que de representar el 16% han pasado al 32%. Este aumento de las prestaciones parece haberse producido a costa de la amonestación y la libertad vigilada. En el caso de las medidas privativas de libertad en el año 2002 llegaron a suponer un 28% para a partir de ahí haber iniciado un descenso (26% en 2003 y 23% en 2004). De este modo, parece que mantenerse el nivel de privaciones de libertad que se constató en el estudio (24%). Tareas socio educativas 1,84% Asistencia centro de día 0,28% Permanencia fin de semana 2,69% Tratamiento ambulatorio 2,74% Libertad vigilada 44,32% Convivencia familiar o 83 grupo 0,08% Amonestación Prestación 1,55% beneficio comunidad 20,74% Internamientos 25,71% Privación permiso conducir 0,04% Internamientos Tratamiento ambulatorio Asistencia centro de día Permanencia fin de semana Libertad vigilada Convivencia familiar o grupo Prestación beneficio comunidad Tareas socio educativas Amonestación Privación permiso conducir SANCIONES APLICADAS EN 2003 NO CONSTA 1% OTRAS 3% MPLIB 26% PBC 28% AMO 9% LV 33% SANCIONES APLICADAS EN 2004 NO CONSTA OTRAS 4% 4% PBC 31% MPLIB 23% LV 30% AMON 8% 84 Si comparamos ahora los resultados obtenidos en el estudio sobre ambas Leyes, se aprecia, en primer término, cómo la medida más leve, la amonestación, que en la 4/92 representa el 27%, siendo la segunda más aplicada, en la 5/00 pasa a ser la cuarta en importancia con un 12,5%. En cambio, si sumamos todas las sanciones privativas de libertad, observamos que la imposición de éstas se ha incrementado con la nueva regulación, habiendo pasado de representar el 18,29% al 24,17%. No obstante, hay que destacar que en la actual regulación la aplicación del internamiento en régimen cerrado se ha reducido respecto a la anterior legislación (6,38% frente a un 9,23%). Por el contrario, el internamiento en régimen semiabierto ha subido mucho en relación a la antigua normativa (13,56% frente a un 5,64%). Si atendemos al internamiento y a la variable nacionalidad, en el colectivo de extranjeros más significativo, el de los marroquíes, se adoptaron en total 72 medidas (tabla nº 70). De ellas, 10 son de internamiento en régimen semiabierto y 21 de internamiento en régimen cerrado. Esto significa la primera representa el 13,9% y la segunda el 29,2%. La libertad vigilada se acordó en 39 ocasiones (un 54,2%) y los servicios a favor de la comunidad 9 veces (12,5%). Por último, en 7 casos se aplicó la amonestación (9,7%). En el caso de los menores españoles, los internamientos en régimen cerrado ascienden a 172 (8,8%) y los de régimen semiabierto a 142 (7,3%). La libertades vigiladas llegan hasta las 781 (40,1%), los servicios a favor de la comunidad hasta 363(18,6) y la amonestación hasta 531(27,2%). De la comparación de los datos anteriores se desprende que las medidas de internamiento se aplican muchísimo más a los menores marroquíes (43,1% de ellos) que a los españoles (16,1%). Asimismo se constata que a los primeros se les impone bastante menos la medida más leve, la amonestación, que a los españoles (un 9,7% frente a un 27,2%). Ciertamente las cifras por sí solas no se pueden interpretar como un signo de discriminación. Para ello sería preciso analizar la tipología de delitos cometidos por unos y otros, así como las circunstancias personales, familiares y sociales de ambos colectivos. De todas formas, respecto de un colectivo de 109 marroquíes, el equipo técnico propuso el internamiento en 24 ocasiones, lo que representa un 22% sobre un total. No obstante, hay que tener presente que en muchas ocasiones el equipo técnico no realiza ninguna propuesta, lo cual debería ser la regla general, tal como se desprende de los artículos 27 y 37. Este último establece que el equipo técnico intervendrá en la audiencia para dar cuenta de las circunstancias del menor y la procedencia de las medidas propuestas por las partes. 85 Tabla nº 70. Medidas impuestas en relación a la nacionalidad de los menores Medidas Acogimiento Amonestación Tareas S.B.C. Convivencia Libertad vigilada Fin semana centro Fin semana casa Centro de día Trat. ambulatorio Trat. terapéutico Int. abierto Int. semiabierto Int. cerrado Permiso de conducir España N % Marruecos N 3 0,2 531 27,2 7 11 0,6 363 18,6 9 2 0,1 781 40,1 39 40 2,1 2 1 0,1 1 0,1 29 1,5 13 0,7 1 23 1,2 1 142 7,3 10 172 8,8 21 8 0,4 % Argelia N % Resto África N % Francia N % Resto Europa N % América N % N 2 100 9,7 1 33,3 1 16,7 3 37,5 1 6,7 12,5 1 33,3 1 16,7 2 25 2 13,3 4 66,7 2 25 11 73,3 1 6,7 54,2 2,8 1,4 1,4 13,9 29,2 2 66,7 3 44,3 1 33,3 86 1 12,5 Asia % Oceanía N % No consta N % 14 46,7 1 100 4 13,3 8 1 26,7 3,3 1 3,3 4 2 13,3 6,7 A continuación vamos a ocuparnos de la estrategia sancionadora que se sigue en las diferentes ciudades que han sido objeto de nuestra muestra. Para ello se ha elaborado un cuadro en el que se comparan las medidas impuestas en el periodo de la L.O. 4/92 (tabla nº 71). Asimismo, en el anexo I se recogen los tipos de medidas impuestas en cada uno de los juzgados de la muestra. Tabla nº 71. Medidas impuestas al amparo de la Ley 4/92 en las ciudades analizadas14 AM SB LV C 35, 40, Albacete 13,4 4 2 15, 28, Badajoz 24,6 8 1 49, Barcelona 8,8 30,6 1 21, 13, Bilbao 34,2 9 7 28, 44, Coruña 10,4 4 8 20, 39, Granada 20,9 9 5 64, 14, Jaén 16,7 3 3 17, León 78 1 54, 17, Logroño 5,7 3 1 41, 23, Madrid 19,6 9 6 46, Málaga 8,5 14,9 8 32, Murcia 14,3 20 4 Pamplona 86, 4,5 7,6 4 15, Santande 53, 28,1 1 6 r Tarragon 35, 20,2 32, TAM B FDS C 1,2 3,7 5,3 1,3 IT IA 1, 8 IS A TI 19, 5 19, 5 23, 6 14, 6 24, 7 13, 5 17, 5 5,3 9,7 TMP L 23,2 29,9 0,4 0,2 4,7 2,7 1,4 23, 3 4,5 3 3 16, 3 4,7 21 21 2,4 4,8 7,2 7,2 2,4 2,4 4,8 4,8 5,7 5,7 22,8 1,5 3 17,1 2,7 IC 2,7 12,8 2,9 2, 1 3, 8 4,7 6,8 2,1 2,1 8,5 12, 4 9,5 4,8 1,5 3,1 2 14 11, 5 14, 8 30, 5 15 27,4 15 14,2 27,6 33,4 1,5 1,5 3,1 3,1 3,1 13, 15, 15,1 Abreviaturas empleadas: AM (amonestación), SBC (servicios a favor de la comunidad), LV (libertad vigilada), TAMB (tratamiento ambulatorio), FDSC (fin de semana en centro), IT (internamiento terapéutico), IA (internamiento en régimen abierto), ISA (internamiento en régimen semiabierto), IC (internamiento en régimen cerrado), TI (total de internamientos), TMPL (total medidas privativas de libertad). 87 a Valencia Zaragoza 4 27, 8 27, 9 1,3 14,2 3 59, 1 52, 6 1 2,6 1,3 0, 5 3,7 9,6 2,6 3,7 35, 8 1 13, 5 40 16,1 40 A la vista de este cuadro comparativo se puede observar cómo la amplia discrecionalidad de que gozan el Ministerio Fiscal a la hora de solicitar la medida y el Juez de Menores de cara a la elección de la misma se traduce en una gran diversidad en la estrategia sancionadora. Si nos concentramos en las tres medidas no privativas de libertad que con más frecuencia se aplican (amonestación, servicios en favor de la comunidad y libertad vigilada), se ve que el porcentaje de menores que sufre alguna de ellas varía enormemente según la ciudad de que se trate, oscilando entre el 66,7% de Murcia y el 98,5% de de Pamplona. A lo anterior se suma las grandes diferencias en cuanto al recurso a cada una de las medidas. Así, respecto de la amonestación, mientras en Málaga y Barcelona sólo se ha impuesto al 8,5% y al 8,8%, respectivamente, de los menores, en el caso de Pamplona se llega al 86,4%. En relación a los servicios en beneficio de la comunidad los porcentajes oscilan entre el 34,2% en Bilbao y cero en León y 1,3% en Valencia. Por último, en el supuesto de la libertad vigilada los porcentajes se mueven entre el 7,6% de Pamplona y el 59,1% de Valencia. Pero es que, además, cabe constatar que cuanto mayor es el porcentaje de la amonestación muchísimo menor es el de las otras medidas no privativas de libertad y a la inversa. Ello parece venir a confirmar la idea de que frecuentemente la introducción de nuevas sanciones alternativas a la privación de libertad no consigue disminuir el índice de imposición de éstas, sino que su ámbito de aplicación se obtiene a costa de otras no privativas de libertad que ven reducido el suyo. Esta diversidad también se observa en las sanciones privativas de libertad. El porcentaje de internamientos oscila entre el 1,5% de Pamplona y el 40% de Zaragoza. Asimismo se constata que en muchas ciudades no se recurre a la forma más leve de internamiento, el de régimen abierto y que en algunas ciudades sólo se recurre al internamiento en régimen cerrado (Albacete, Logroño y Santander), mientras que en otras únicamente al de régimen semiabierto (Bilbao y Pamplona). Por otro lado, un tema que no formaba parte del objeto de estudio como es la ejecución está planteando serios problemas debido en muchas ocasiones a la falta recursos, constituyendo, como ha destacado la Fiscalía General del Estado, el “auténtico talón de aquiles” de la LORRPM hasta el punto de que está incluso influyendo en la selección de las medidas aplicables. En efecto, como señala la Fiscalía General del Estado, “el problema es grave, ya que la elección de la medida a imponer al menor debe seguir los criterios establecidos en el artículo 7.3 de la LORPM, que se condensan en lo más adecuado a la protección de su superior interés (cfr. art. 3 Convención de Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989), no siendo la disponibilidad de los recursos de la ejecución un criterio que deba operar más allá de lo establecido legalmente (v.gr. art. 46.3 de la Ley en relación con la elección de Centro entre aquellos con plazas disponibles). En consecuencia, no se puede mantener una situación como la denunciada por casi todas las Fiscalías en la que ante la inexistencia de determinados recursos para 88 la ejecución de algunas medidas (v.gr. Centros de internamiento terapéutico), la solicitud de la medida y su imposición se concrete sólo entre aquellas medidas en las que sí que existen recursos, que se limitan normalmente a las Libertades Vigiladas o a los internamientos comunes, quedando al margen en muchas ocasiones las demás medidas, como los trabajos en beneficio de la comunidad, la convivencia con otra persona o grupo educativo o la asistencia a un Centro de Día, salvo la medida de amonestación que por razones obvias no requiere ningún recurso específico de la Comunidad Autónoma respectiva”15. En realidad, desde la entrada en vigor de la Ley la falta de recursos ha sido denunciada reiteradamente por las diversas instituciones implicadas en la justicia de menores. Este problema no sólo afectaba a los medios para ejecutar a las medidas sino también a otros aspectos. Así, el Defensor del Pueblo en su informe sobre “El primer año de vigencia de la ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores” ponía de relieve que eran necesarios más medios personales y materiales en prácticamente todos los ámbitos de la justicia de menores16. IX. Los recursos ante las Audiencias Provinciales En el Título VI de la Ley 5/2000 Reguladora de la Responsabilidad de los Menores establece en el artículo 41 que contra la sentencia dictada por el Juez de Menores en el procedimiento regulado en esta Ley cabe recurso de apelación ante la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia, que se interpondrá ante el juez que dictó aquella en el plazo de cinco días a contar desde su notificación, y se resolverá previa celebración de vista pública, salvo que en interés de la persona imputada o de la víctima, el juez acuerde que se celebre a puerta cerrada. En el punto dos establece igualmente que contra los autos y providencias de los jueces de menores cabe recurso de reforma ante el propio órgano, que se interpondrá en el plazo de tres días a partir de la notificación. El auto que resuelva la impugnación de la providencia será susceptible de recurso de apelación. Por último en el punto tres contra los autos que pongan fin al procedimiento o resuelva el incidente de los artículos 14, 28, 29 y 40 de esta Ley, cabe recurso de apelación ante la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia por los trámites que regula la Ley de Enjuiciamiento Criminal para el procedimiento abreviado. Hemos realizado un estudio de los recursos interpuestos ante las Audiencias Provinciales, ya que hubo una modificación de la ley cabiendo el recurso de apelación ante las Audiencias provinciales. Para ello mediante el programa ALCHEMY hemos realizado una cadena de búsqueda utilizando los siguientes conceptos: “responsabilidad penal del menor, minoría de edad”. Se han seleccionado 143 resoluciones. Se ha detectado un margen de 15 16 Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2006, pág. 391. Págs. 550 y ss. 89 error ya que en la búsqueda se han seleccionado resoluciones donde los menores son las víctimas. Al eliminar estas resoluciones han resultado 111 de las que 106 pertenecen al 2001 y 5 al 2002 resoluciones donde los menores son infractores. La edad de los sujetos es importante para determinar la franja de edad en la que se producen más actos delictivos. Predomina en la mayoría de los casos el límite para la aplicación de la nueva Ley 17 años, le siguen los menores con 16 años y siendo muy pocos los de 15 años. Las faltas que se recurren en apelación presentan una mínima proporción en relación con los delitos. Predominan los recursos en las faltas contra el patrimonio. En la tabla siguiente se puede apreciar. TIPO FALTAS LESIONES CONTRA EL PATRIMONIO CONTRA EL ORDEN PÚBLICO AMENAZAS Nº DE CASOS 6 15 5 1 En cuanto al tipo de acción delictiva enjuiciada, si diferenciamos por delitos se puede ver que en el 76% de los recursos se trata de uno de carácter patrimonial. TIPO DE DELITOS Nº DE CASOS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL 1 CONTRA EL PATRIMONIO 76 CONTRA LA SALUD PÚBLICA 6 LESIONES 9 HOMICIDIO 2 OMISIÓN DEL DEBER DE SOCORRO 1 CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE 1 JUSTICIA ATENTADO A LOS AGENTES DE LA 2 AUTORIDAD AMENAZAS 1 QUEBRANTAMIENTO DE CONDENA 1 90 Los delitos contra el patrimonio superan ampliamente al resto de los delitos en los que se plantea un recurso. Ello es lógico si tenemos en cuenta que los delitos contra el patrimonio en la primera instancia son mayoría. Por todo ello se hace necesario distinguir dentro de los delitos contra el patrimonio las diferentes conductas punibles. TIPO DE DELITOS CONTRA EL Nº DE CASOS PATRIMONIO ROBO O HURTO DE VEHÍCULO A 15 MOTOR ROBO CON FUERZA 28 ROBO CON VIOLENCIA O 13 INTIMIDACIÓN DAÑOS 3 RECEPTACIÓN 2 HURTO 6 GRAFICO II TIPO DE DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO 28 30 25 20 15 13 15 Series1 10 3 5 0 2 ROBO O HURTO DE VEHÍCULO A MOTOR ROBO CON FUERZA ROBO CON VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN DAÑOS RECEPTACIÓN Respecto de los motivos del recurso de apelación, hemos recogido a través de las fichas aquellos que se dan con mayor frecuencia. Prácticamente el 50% de ellos se basan en un error en la valoración de la prueba. En el siguiente gráfico hemos tratado de diferenciarlos según las causas alegadas. MOTIVOS DE APELACIÓN 91 Nº DE CASOS ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA VULNERACIÓN DE LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA INFRACCIÓN DE LEY APLICACIÓN DE LA NUEVA LEY 5/2000 ERROR EN LA APLICACIÓN DE LA PENA 50 19 18 10 4 GRAFICO IV MOTIVO DEL RECURSO 50 50 45 40 35 ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA 30 VULNERACIÓN DE LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA INFRACCIÓN DE LEY 25 APLICACIÓN DE LA NUEVA LEY 5/2000 19 20 18 15 10 10 5 0 En cuanto al resultado del recurso en su gran mayoría se desestiman por las Audiencias Provinciales, pero hay algunos casos donde el resultado es de estimación total o parcial y a continuación lo mostramos. RESULTADO DEL RECURSO ESTIMACIÓN DESESTIMACIÓN ESTIMACIÓN PARCIAL Nº DE CASOS 17 47 16 GRAFICO IV RESULTADO DEL RECURSO 92 47 50 45 40 35 30 ESTIMACION DESESTIMACION ESTIMACIÓN PARCIAL 25 17 16 20 15 10 5 0 Nº DE CASOS En lo referente al número de menores intervinientes en el hecho delictivo, en la gran mayoría de los casos la conducta delictiva ha sido cometida por un solo menor. En la tabla que presentamos a continuación se muestra el número de menores infractores en cada resolución. Nº DE MENORES 1 2 3 Nº DE RESOLUCIONES 67 20 2 El número de casos en los que los menores han cometido la infracción acompañados de mayores de edad ha sido de 47 resoluciones. A continuación diferenciamos el número de adultos que han intervenido en la acción punitiva. Nº DE ADULTOS 1 2 3 Nº DE CASOS 31 11 5 Un dato importante es la distancia temporal entre la sentencia en primera instancia y el resultado el recurso de apelación. En muchos casos no ha sido posible extraer de las resoluciones la fecha en primera instancia, por lo que con los datos aportados se ha realizado una comparativa entre todos los casos seleccionados arrojando los siguientes resultados: 93 DISTANCIA TEMPORAL Nº DE RESOLUCIONES < 6 MESES DE 6 A 12 MESES DE 12 A 18 MESES DE 18 A 24 MESES 31 10 9 5 La gran mayoría de las resoluciones hacen alusión a la Ley 5/00 y tienen por objeto la derivación de los menores a los que se les ha impuesto penas en la jurisdicción ordinaria hacia los Juzgados de Menores o hacia la Fiscalía de Menores con el fin de que éstas sean sustituidas por las medidas establecidas en la nueva regulación. En este punto hay que destacar la doctrina establecida por el Tribunal Supremo en cuanto al alcance a dar al apartado sexto de la disposición transitoria única de la Ley 5/00. En éste se dice lo siguiente: “En los procedimientos en curso a la entrada en vigor de la presente ley, en los que haya imputadas personas por la comisión de hechos delictivos cuando aún no hayan cumplido los dieciocho años, el Juez o Tribunal competente remitirá las actuaciones practicadas al Ministerio Fiscal para que instruya el procedimiento regulado en la misma». El Pleno de la Sala Segunda, en virtud de un acuerdo de 23 de febrero de 2001, ha señalado que esta disposición no es aplicable a las causas que se encuentren pendientes de recurso. Y ello por varias razones. En primer lugar porque así se deduce de su interpretación literal y sistemática: la norma se refiere a procedimientos en que existan personas “imputadas», es decir, a procesos en los que todavía no se ha enjuiciado ni condenado a nadie, ordenando en este caso remitir la causa al Ministerio Fiscal para que “instruya» el procedimiento, lo que corresponde sistemáticamente a un momento procesal anterior al enjuiciamiento, pues tras éste ya no hay instrucción y la competencia para la ejecución corresponde al Juzgado de Menores (art. 46 de la LORRPM y concordantes). En segundo lugar, se destacan motivos de orden constitucional que avalan esta conclusión. Esta se puede apoyar en el propio derecho a la tutela judicial efectiva, que incluye el derecho al recurso, e impide privar a las partes recurrentes del derecho a que el recurso interpuesto legalmente contra una resolución que no es firme sea legalmente resuelto por el Órgano Jurisdiccional competente. Si se cercena el derecho al recurso pueden resultar afectados, además, otros derechos fundamentales, como el de la presunción de inocencia del menor, que puede ser reconocido en la sentencia dictada al resolver el recurso de casación. Frente a ello podría invocarse el interés del menor. Sin embargo, este argumento no es concluyente, puesto que el menor, salvo que desiste del recurso, tendrá interés siempre en que se resuelva. Y ello porque esto puede determinar una resolución más beneficiosa para el mismo. Lo anterior deja intacto el derecho del menor a que durante la tramitación del recurso se acuerden las medidas que se disciplinan en el párrafo segundo del apartado sexto de la disposición transitoria única. En aquellos supuestos en los que la sentencia firme mantenga o agrave la condena, será aplicable en todo caso en fase de ejecución de sentencia lo dispuesto en los puntos 94 tercero y cuarto de dicha disposición transitoria, por lo que las penas impuestas serán sustituidas por alguna de las medidas previstas en la propia Ley de Responsabilidad Penal del Menor (ATS de 24 de abril de 2001, vid también ATS de 21 de marzo de 2001, o de 20 de marzo de 2001). X. Los recursos de casación Los recursos de casación en materia de menores vienen recogidos en la Nueva Ley 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor en cuyo artículo 42 dispone lo siguiente: Artículo 42. Recurso de casación para unificación de doctrina 1. Son recurribles en casación, ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo, las sentencias dictadas en apelación por las Salas de Menores de los Tribunales Superiores de Justicia cuando se hubiere impuesto una de las medidas a las que se refieren las reglas 4ª y 5ª del art. 9 de la presente Ley. 2 El recurso tendrá por objeto la unificación de doctrina con ocasión de sentencias dictadas en apelación por las mencionadas Salas de Menores de los Tribunales Superiores de Justicia que fueran contradictorias entre sí con las de otra u otras Salas de Menores de los referidos Tribunales Superiores, o con sentencias del Tribunal Supremo, respecto de hechos y valoraciones de las circunstancias del menor que, siendo sustancialmente iguales, hayan dado lugar, sin embargo, a pronunciamientos distintos. 3. El recurso podrá prepararlo el Ministerio Fiscal o el letrado del menor que pretenda la indicada unificación de doctrina dentro de los diez días siguientes a la notificación de la sentencia de la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia, en escrito dirigido a la misma. 4. El escrito de interposición deberá contener una relación precisa y circunstanciada de la contradicción alegada, con designación de las sentencias aludidas y de los informes en que se funde el interés del menor valorado en la sentencia. 5 Acreditados los requisitos a los que se refiere el apartado anterior, la Sala de Menores del Tribunal Superior de Justicia ante quien se haya interpuesto el recurso requerirá testimonio de las sentencias citadas a los Tribunales que las dictaron, y en un plazo de diez días remitirá la documentación a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, emplazando al recurrente y al Ministerio Fiscal, si no lo fuera, ante dicha Sala. 6. Cuando la parte recurrente hubiese incumplido de modo manifiesto e insubsanable a criterio del Tribunal Supremo los requisitos establecidos para el recurso o cuando la pretensión carezca de contenido casacional, el Magistrado ponente dará cuenta a la Sala de la causa de inadmisión y aquélla acordará oír al recurrente y al Ministerio Fiscal, cuando éste no hubiera interpuesto el recurso, por 95 plazo de tres días, dictando seguidamente auto contra el que no cabrá recurso alguno. 7. La Sala Segunda del Tribunal Supremo, constituida en forma ordinaria, convocará a la parte recurrente, y en todo caso al Ministerio Fiscal, a una vista oral, en la que oirá las alegaciones que se efectúen y podrá solicitar informe a la entidad pública de protección o reforma de menores del territorio donde ejerza su jurisdicción el Juzgado que dictó la resolución impugnada, y, en su caso, a aquella a la que corresponda la ejecución de la misma, dictando seguidamente la sentencia de casación del modo y con los efectos señalados en la Ley de Enjuiciamiento Criminal. 8. También, y en unificación de doctrina y por los mismos trámites, el Ministerio Fiscal podrá recurrir en casación, los autos definitivos dictados por las Salas de Menores de los Tribunales Superiores de Justicia, al resolver los recursos contra las resoluciones de los Jueces de Instrucción dictadas en aplicación de lo dispuesto en el art. 4 de la presente Ley Orgánica. Se ha realizado un estudio pormenorizado de los recursos presentados y decididos por la Sala II del Tribunal Supremo, para ello nos hemos servido de la base de datos suministrada por el CENDOJ mediante el programa LOTUS NOTES. Se ha tenido que analizar sentencia por sentencia del año 2001 y de enero y febrero del año 2002 debido a la imposibilidad de crear una cadena de búsqueda con este programa. El resultado obtenido ha sido de 20 sentencias relacionadas con menores dictadas a lo largo el año 2001 y de 4 sentencias en los dos primeros meses del 2002. Si tenemos en cuenta que el número de sentencias dictadas en un año por el Tribunal Supremo se encuentra en torno a las 1800, podemos concluir que se trata de un número poco significativo aquellas en las que el acusado o los acusados son menores. A continuación le presentamos los resultados obtenidos del estudio pormenorizado de estas resoluciones. Para ello vamos a estudiar las siguientes variables: 1º Edad de los menores infractores 2º Tipo de delito o falta 3º Motivo del recurso 4º Resultado del recurso La edad de los sujetos se encuentra entre los 16 hasta el límite de los 18 años en el momento de comisión de los delitos y faltas. Las faltas que se recurren en casación presentan una mínima proporción en relación con los delitos. En la tabla siguiente se puede apreciar. TIPO FALTAS Nº DE CASOS 96 FALTA DE LESIONES FALTAS CONTRA EL PATRIMONIO 4 1 En cuanto al tipo de acción delictiva enjuiciada, tenemos que distinguir si se trata de un delito o de una falta o si se han dado ambas conductas. Los recursos de casación encontrados se dirigen en su gran mayoría contra sentencias dictadas por causa de delitos patrimoniales. En el Gráfico II podemos apreciar las diferencias existentes. TIPO DE DELITO CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL CONTRA EL PATRIMONIO CONTRA LA SALUD PÚBLICA CONTRA LAS PERSONAS OTROS Nº DE CASOS 5 9 5 6 1 GRAFICO II TIPO DE DELITO 9 9 8 7 6 6 5 5 5 Series1 4 3 2 1 1 0 CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL CONTRA EL PATRIMONIO CONTRA LA SALUD PÚBLICA CONTRA LA INEGRIDAD OTROS En cuanto a los motivos alegados en los recursos de casación, en el cuadro que, a continuación se expone, se pueden ver clasificados en cuatro grandes apartados, donde destacan los que invocan infracción de Ley y vulneración de un derecho fundamental. 97 MOTIVO DE CASACIÓN Nº DE CASOS INFRACCIÓN DE LEY 19 QUEBRANTAMIENTO DE FORMA 4 VULNERACIÓN DE PRECEPTO 17 CONSTITUCIONAL ERROR EN LA VALORACIÓN DE LA 11 PRUEBA GRAFICO IV MOTIVO DEL RECURSO 20 20 18 16 14 INFRACCIÓN DE LEY 12 VULNERACIÓN PRECEPTO CONSTITUCIONAL 10 NBVNBVNM 10 NBVNBVNM 8 6 4 4 2 1 0 En cuanto al resultado de los recursos, en su gran mayoría se desestiman por la Sala II, pero hay algunos casos donde el resultado es de estimación total o parcial y a continuación lo mostramos. RESULTADO DEL RECURSO ESTIMACIÓN DESESTIMACIÓN ESTIMACIÓN PARCIAL Nº DE CASOS 4 17 3 GRAFICO IV RESULTADO DEL RECURSO 98 17 18 16 14 12 ESTIMACION 10 DESESTIMACION ESTIMACIÓN PARCIAL 8 6 4 3 4 2 0 Nº DE CASOS En la gran mayoría de los casos la acción delictiva ha sido cometida por un solo menor. En la tabla que presentamos a continuación se muestra el número de menores infractores en cada resolución. Nº DE MENORES 1 2 3 4 5 Nº DE RESOLUCIONES 18 2 2 1 1 En lo referente a los casos en los que los menores han cometido la infracción acompañados de mayores de edad, se han encontrado 12 resoluciones en las que se da esta circunstancia. En el cuadro que a continuación incluimos se pueden ver los delitos en los que esto se ha dado con más frecuencia. TIPO DE DELITO CONTRA LA SALUD PÚBLICA CONTRA EL PATRIMONIO CONTRA LAS PERSONAS CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL 99 Nº DE CASOS 5 3 2 1 XI. Conclusiones 1. Conforme a las estimaciones que hemos realizado a la vista de nuestro estudio el volumen de expedientes que llevan los Juzgados de Menores tras la entrada en vigor de la Ley 5/00 se ha incrementado en aproximadamente un 215%, es decir, ahora estos órganos se ocupan de algo más del doble de expedientes que antes. Ello parece lógico si se tiene presente que la franja de los 16 a 17 años que se incorpora a los Juzgados de Menores comete muchos más delitos que la de 12 a 13 que en la actualidad queda fuera. 2. En cuanto a la estructura de la delincuencia que llega a los Juzgados de Menores, los delitos contra el patrimonio, los de lesiones y amenazas representan un 87,4% del total en la Ley 4/92 y un 85,8% en la Ley 5/00. En general la entrada en vigor de esta última no ha supuesto una modificación de la tipología de hechos delictivos de los que se tienen que ocupar los Juzgados de Menores. Sin embargo, algunas figuras delictivas han perdido relevancia. Así, con la Ley 5/00 descienden tanto los delitos de lesiones como de amenazas (los primeros bajan del 21,7% al 18,5% y los segundos de un 6,1% a un 3,7%). En cambio, el fenómeno se da a la inversa en el caso de los delitos patrimoniales, pues éstos en la Ley 5/00 crecen (pasan de un 59, 6% a un 63,6). A lo anterior hay que añadir que se han producido algunos cambios en lo relativo al peso estadístico de las diferentes figuras patrimoniales respecto de la situación existente con Ley 4/92. En efecto, se observa un incremento significativo de los robos con fuerza en las cosas que pasan de un 14,2% a un 18% y de los robos con violencia o intimidación que pasan de un 9,5% a un 16,4 %. Por el contrario, disminuyen los hurtos del 14,5% a un 10,5% y los daños del 11,9% al 6,5%. En el caso de los hurtos y robos de uso se produce también una subida del 8,2% al 11%, advirtiéndose también un aumento del peso de los delitos de robo de uso (6,7%) respecto de los delitos de hurto (2,6%) y las falta de hurto o robo (1,7%). 3. En los últimos cinco años de la Ley 4/92, sobre un total de 5439 menores, 4520, es decir, el 83,1% eran varones, mientras que 919, es decir, el 16,9%, eran mujeres. En el caso de la Ley 5/00, la situación se modifica. De un total de 1361 menores, 1231, es decir, el 90,4%, eran varones y 130, o sea, el 9,6%, eran mujeres. La estructura de la delincuencia presenta algunas diferencias en función de la variable de sexo. Así en la Ley 4/92, de un total de 4520 varones, el 72,5% cometió delitos patrimoniales, el 19,1% lesiones y el 5,8% amenazas. En cambio, en las mujeres, de un total de 919, el 48% realizó algún delito patrimonial, el 42,4% lesiones y el 12,7% amenazas. En definitiva, mientras los varones ejecutaron más delitos contra el patrimonio, las mujeres efectuaron más delitos contra bienes personales, de tal manera que el 55,1% de ellas ha llevado a cabo algún delito o falta de lesiones o amenazas. La entrada en vigor de la Ley 5/00 ha supuesto una modificación en la estructura de delincuencia femenina. En el caso de los varones, el 73,9% efectuó delitos contra el 100 patrimonio, el 20% lesiones y el 3,5% amenazas. Estos porcentajes son bastante similares a los que se daban con la anterior regulación. En las mujeres el 66,8% realizó delitos contra el patrimonio, el 27,7% lesiones y el 12,3% amenazas. De este modo la elevación de la franja de edad (14-18 años) ha modificado el mapa de la delincuencia femenina, pues el porcentaje de chicas que cometen delitos patrimoniales pasa del 48% al 66,8% y el de las que ejecutan lesiones pasa del 42,4% al 27,7%. 4. En cuanto a la variable de nacionalidad, los menores de nacionalidad española representan el 92,1% (5966). Entre los extranjeros el grupo más numeroso es el de procedencia africana, destacando el colectivo de marroquíes con un 3,3% (214) y el de argelinos con un 0,5% (33). Los restantes grupos son muy poco significativos. Además, el reparto geográfico de la delincuencia de menores extranjeros es muy desigual, concentrándose esencialmente en Madrid, Barcelona y Málaga. 5. Por edades en ambas Leyes se observa una distribución similar, concentrándose los Juzgados de Menores en la franja de más edad, 14 a 16 años en la 4/92 y 16 a 18 en la 5/00. Los primeros representan el 70,7% del total y los segundos el 67,7%. 6. En materia de formación hay que destacar la especial incidencia que tiene el fracaso escolar en los menores que llegan a los Juzgados de Menores. En la Ley 4/92 supone el 20%, mientras en la nueva regulación se eleva hasta el 43%. Y ello sin contar los que casi son analfabetos. A lo anterior hay que sumar que un importante porcentaje de menores presenta problemas de absentismo escolar y una conducta conflictiva en clase. 7. En lo referente al estado civil de los progenitores, en la Ley 4/92 en el 51,7% de los casos los padres están casados, en el 21,7% separados, en el 3,2% divorciados y finalmente en el 7,5% viudos. En la Ley 5/00, en el 43,2% de los menores los padres están casados, en el 25,6% separados, en el 2,5% divorciados y en el 10,4% viudos. A la vista de esto, se puede concluir que con la nueva regulación se incrementa el porcentaje de los separados y divorciados, así como el de los viudos, mientras que disminuye el de los casados. En lo relativo a la situación económica de las familias de los menores, en la Ley 4/92 en el 13,6% éstas cuentan con ingresos bajos, en el 17,3% la economía familiar depende de empleos precarios y en el 1,8% ningún miembro de la unidad tiene ingresos. Por el contrario, en el 40,9% de los menores no se plantean problemas de este tipo. En la Ley 5/00 en el 9,4% de los menores la familia dispone de ingresos bajos, en el 16,7% ésta depende de empleos precarios y en el 1,1% nadie ingresa un salario. En cambio, no se divisan problemas económicos en el 40,7%. Con la Ley 5/00 se ha reducido mucho el porcentaje de menores que convive con los dos progenitores (del 52,6% al 40,3%). En cambio, crece el de los que conviven con uno solo, el de los que lo hace con su propia pareja (del 0,4% al 2,4%) y el de los que están en instituciones de protección (del 6,7% al 9%). 101 Como acabamos de señalar, un porcentaje nada desdeñable se encuentra con la Ley 5/00 en instituciones de protección. Se trata de una cuestión de enorme importancia para las Administraciones Públicas a la vista de lo dispuesto en el art. 61.3 en materia de responsabilidad civil. En cuanto a la nacionalidad de los que se encuentran en instituciones de protección, en el caso de la Ley 4/92 el 88,7% de ellos eran españoles y el 6,8% marroquíes. En la Ley 5/00 la cuestión de modifica, pues el porcentaje de los españoles baja hasta el 75,7%, mientras que se incrementa bastante el de los marroquíes que pasa a representar el 20%. Otro dato muy significativo de los menores que se encuentran en protección es el de la tasa de reincidencia. Con la Ley 4/92, el 53,5% es reincidente frente a un 46,5% que no lo es. En el caso de la Ley 5/00 el porcentaje de reincidentes es todavía mayor, alcanzando el 70,4%. Esto significa que la tasa de reincidencia es muy elevada en este colectivo, pues a nivel general durante la aplicación de estas normativas los índices se sitúan en el 21,1% y en el 36,3%, respectivamente. 8. Un importante porcentaje de menores (superior al 30% en ambas leyes) presenta un entorno social problemático. Asimismo más de un 35% tiene un grupo de iguales problemático. 9. En la Ley 4/92 un 21,1% de los menores que llegaban a los Juzgados de Menores eran reincidentes. Este porcentaje se incrementa notablemente con la nueva regulación hasta el 36,3%. Aproximadamente el 60% de los reincidentes en ambas leyes presenta un entorno social problemático y el 66% o incluso más un grupo de iguales problemático. 10. En cuanto a la intervención de adultos en los delitos cometidos por menores, un 12% de éstos cometieron el delito en unión de aquéllos en la ley 4/92, mientras que en la Ley 5/00 ascienden a un 14,9%. En definitiva, no parece que se confirmen los temores que se manifestaron en torno a la inclusión de la franja de los 16 a17 en el ámbito del Derecho penal y que apuntaban a la utilización masiva de estos por parte de los adultos para cometer delitos. 11. Los procesos de menores se inician en el 51% de los casos en la Ley 4/92 y en el 45,4% en la Ley 5/00 por medio de la denuncia del particular. El traslado del atestado de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que han tenido conocimiento del delito directamente o por denuncia presentada ante ellas representa el 30,8% de los supuestos en la Ley 4/92 y el 34,7% en la Ley 5/00. En tercer lugar se situarían las hipótesis en las que la incoación tiene lugar por traslado de las actuaciones de un Juzgado de Instrucción al aparecer implicado el menor. Este medio supone el 13,6% en la Ley 4/92 y el 16,6% en la Ley 5/00. 12. Durante la aplicación de ambas leyes el Ministerio Fiscal ha explorado personalmente al menor mediante una entrevista con él sólo al 27% del total, lo que parece indicar que este órgano confía esta labor normalmente al equipo técnico. Este 102 evacuó un informe técnico en la Ley 4/92 respecto del 61,1% de los menores y del 59,8% en la 5/00. No obstante, hay que tener presente que al tiempo de extraer los datos no pocos expedientes apenas se habían incoado, por lo que es posible que todavía no se hubiera elaborado. 13. En materia de medidas cautelares, en la Ley 4/92 el internamiento se aplicó al 2,7% de todos los menores, la libertad vigilada al 0,48% y la custodia familiar al 0,1%. En cambio, no se impuso ninguna medida cautelar al 96,5% de los menores. En la Ley 5/00 se incrementó el recurso al internamiento como medida cautelar, al acordarse para el 3,8% de todos los menores. Lo mismo acontece con la libertad vigilada que se ha impuesto al 1%. En el primer año de vigencia de esta norma no se ha dispuesto ninguna medida en el 95,1% de los menores. El recurso al internamiento es muy desigual en función de la procedencia de los menores. Así, a los marroquíes se les impone cuatro veces más (10,7%) que a los españoles (2,6%). Aunque en menor medida, también se aplica más el internamiento al colectivo de los americanos, asiáticos y argelinos. En cambio, en el colectivo europeo el porcentaje es algo más que reducido que en el caso de los españoles. Los delitos que con más frecuencia dan lugar a la imposición del internamiento como medida cautelar son los robos con violencia o intimidación, representando el 45% de los supuestos. A continuación hay que destacar el robo con fuerza en las cosas con el 19,8% y el robo de uso con el 5,4%. Por detrás se sitúan el hurto y los delitos contra la salud pública con un 4,5%. 14. En la aplicación de las medidas desjudicializadoras se observa que respecto de los menores de cuyos hechos tienen conocimiento los Juzgados de Menores se ha producido un retroceso respecto de la Ley 4/92. En efecto, si con ésta el archivo por escasa gravedad se acordó para el 10,76%, con la nueva regulación el porcentaje se ha reducido al 5,5%. Algo parecido ocurre con la reparación del daño que de representar el 16,49% ha pasado a un 10,14%. Además, desde un punto de vista geográfico, cabe constatar tanto en la Ley 4/92 como en la 5/00 un uso muy desigual de las vías desjudicializadoras. Además, mientras en algunos Juzgados se utilizan las dos, si bien dándose primacía a la reparación del daño, en otros parece optarse exclusivamente por una de ellas. Así, en la Ley 4/92 en Logroño se recurre únicamente al archivo, mientras que Bilbao y Santander usan exclusivamente la de la reparación del daño. 15. Con la actual regulación se ha reducido el porcentaje de archivos decretados o pedidos por el Ministerio Fiscal. En efecto, si antes se optaba por el archivo respecto del 48,4% de los menores, ahora se sólo en relación al 40,5%. Ello se debe a la reducción de las medidas desjudicializadoras basadas en la escasa gravedad del hecho o la reparación del daño a lo que habría que sumar también la disminución de los supuestos de archivo por las condiciones del menor que de un 4,1% han pasado a un 1,9%. En cuanto a las causas del archivo, en la Ley 4/92 de ese 48,4% un 32,4% de los 103 casos corresponde a los supuestos de escasa gravedad, reparación del daño y condiciones del menor. El 16% restante responde a muy diferente motivos. En la Ley 5/00 de ese 40,5% un 20,1% se debe a la escasa gravedad, conciliación y condiciones del menor. El 20,4% se basa en muy diversas causas, destacando la prescripción con un 6,3%. La otra nota más destacada es el notable incremento que han experimentado los archivos por prescripción del hecho. En efecto, estos han pasado de representar un 0,6% en la anterior regulación a un 6,3% con la nueva. 16. En cuanto a la celebración de la audiencia, en la Ley 4/92 ésta se celebró en el 36,4% de los casos. Este bajo porcentaje se debe esencialmente a la aplicación de medidas desjudicializadoras, así como al elevado número de conformidades. En la Ley 5/00 la audiencia ha tenido lugar en un 29,5% de los supuestos. De este porcentaje un 2,3% corresponde a los casos en los que se ha celebrado audiencia con conformidad del menor sobre los hechos, pero discrepando de la medida propuesta. El 27,2% restante se refiere a las situaciones donde no ha habido ningún tipo de conformidad. Esta, ya se produzca en la comparecencia prevista en el art. 32, ya se dé a través del art. 36, alcanza el 70,6%. 17. En materia de resoluciones, como ya apuntábamos antes, lo más llamativo es elevadísimo porcentaje de sentencias condenatorias con conformidad que en la ley 4/92 alcanza el 63,4% y en la Ley 5/00 supone el más del 70%. En ambas Leyes las dictadas sin conformidad se sitúan en torno al 11%. También es de destacar que el porcentaje de las absolutorias ha pasado del 24,7% en la Ley 4/92 al 14% en la nueva regulación. 18. En los recursos la nota más significativa es el escasísimo número que se interpone. En la Ley 4/92 sólo se recurrieron el 2,2% de las resoluciones. De ellos el 80% se desestimó. Este porcentaje es todavía menor en la Ley 5/00, en la que se reduce hasta el 1,5%. 19. En cuanto al archivo definitivo de la causa, en la Ley 4/92, al tiempo de la extracción de los datos, se aprecia éste en el 63,3% de los casos. De este porcentaje la mayor parte corresponde a tres circunstancias: cumplimiento de la medida con un 22,7%, sobreseimiento con un 15,4% y absolución con un 8,3%. La situación cambia notablemente en la Ley 5/00. En ésta sólo consta el archivo definitivo en el 39,6% de los asuntos. De este porcentaje el 31,3% corresponde a absoluciones. La causa de este descenso se debe a que cuando se extrajeron los datos, muchos procedimientos aún no habían concluido o estaban pendientes del cumplimiento de la medida. 20. En lo referente a la duración de los procedimientos, con la nueva regulación se ha incrementado en la mayoría de los Juzgados el tiempo medio de duración de los procesos en relación a la Ley 4/92, así como el tiempo mínimo para terminarlos. 104 21. En la Ley 4/92 la medida que con más frecuencia se aplica es la de libertad vigilada que representa un 36,35% del total de las impuestas. A esta le siguen en importancia la de amonestación con un 27%, la de servicios en beneficio de la comunidad con un 16,92%, la de internamiento en régimen cerrado con un 9,23%, la de internamiento en régimen semiabierto con un 5,64%, la de internamiento de fin de semana con un 1,84%, la de internamiento en régimen abierto con un 1,12%. Las restantes apenas tienen trascendencia. En la Ley 5/00 la sanción más aplicada es la de libertad vigilada con un 40,15%. Le siguen por orden de importancia la de servicios a favor de la comunidad con un 15,69%, la de internamiento en régimen semiabierto con un 13,6%, la de amonestación con un 12,5%, la de internamiento en régimen cerrado con un 6,38%, las de tareas socioeducativas y tratamiento ambulatorio con un 2,92%, la de internamiento en centro de fin de semana con un 2,12% y la de internamiento en centro terapéutico con un 1,32%. Las demás tienen una relevancia muy escasa. Si comparamos los resultados de ambas Leyes, se aprecia, en primer término, cómo la medida más leve, la amonestación, que en la 4/92 representa el 27%, siendo la segunda más aplicada, en la 5/00 pasa a ser la cuarta en importancia con un 12,5%. En cambio, si sumamos todas las sanciones privativas de libertad, observamos que la imposición de éstas se ha incrementado con la nueva regulación, habiendo pasado de representar el 18,29% al 24,17%. No obstante, hay que destacar que en la actual regulación la aplicación del internamiento en régimen cerrado se ha reducido respecto a la anterior legislación (6,38% frente a un 9,23%). Por el contrario, el internamiento en régimen semiabierto ha subido mucho en relación a la antigua normativa (13,56% frente a un 5,64%). En lo referente a la relación existente entre las variables de nacionalidad y sanción, cabe destacar que el internamiento se aplica muchísimo más a los menores marroquíes (43,1% de ellos) que a los españoles (16,1%). Asimismo se constata que a los primeros se les impone bastante menos la medida más leve, la amonestación, que a los españoles (un 9,7% frente a un 27,2%). Ciertamente las cifras por sí solas no se pueden interpretar cómo un signo de discriminación. Para ello sería preciso analizar la tipología de delitos cometidos por unos y otros, así como las circunstancias personales, familiares y sociales de ambos colectivos. Pero de todos modos constituye un índice de que se puede estar tratando peor a este colectivo que a otros. Desde un punto de vista geográfico, cabe resaltar una gran diversidad en la estrategia sancionadora. Así el porcentaje que representan las tres medidas no privativas de libertad que con más frecuencia se aplican (amonestación, servicios en favor de la comunidad y libertad vigilada), según las ciudades, entre el 66,7% de Murcia y el 98,5% de Pamplona. Además se divisan importantes diferencias en cuento al recurso a cada una de las medidas. Mientras en Málaga y Barcelona sólo se ha impuesto la amonestación al 8,5% y al 8,8%, respectivamente, de los menores, en el caso de Pamplona se llega al 86,4%. En relación a los servicios en beneficio de la comunidad los porcentajes oscilan entre el 34,2% en Bilbao y cero en León y 1,3% en Valencia. Por 105 último, en el supuesto de la libertad vigilada los porcentajes se mueven entre el 7,6% de Pamplona y el 59,1% de Valencia. Por último, se constata que cuanto mayor es el porcentaje de la amonestación muchísimo menor es el de las otras medidas no privativas de libertad y a la inversa. Ello parece venir a confirmar la idea de que frecuentemente la introducción de nuevas sanciones alternativas a la privación de libertad no consigue disminuir el índice de imposición de éstas, sino que su ámbito de aplicación se obtiene a costa de otras no privativas de libertad que ven reducido el suyo. Esta diversidad también se observa en las sanciones privativas de libertad. El porcentaje de internamientos oscila entre el 1,5% de Pamplona y el 40% de Zaragoza. Asimismo se constata que en muchas ciudades no se recurre a la forma más leve de internamiento, el de régimen abierto y que en algunas ciudades sólo se recurre al internamiento en régimen cerrado (Albacete, Logroño y Santander), mientras que en otras únicamente al de régimen semiabierto (Bilbao y Pamplona). 22. En materia de Derecho transitorio, hay que destacar el importante acuerdo de la Sala Segunda del Tribunal Supremo en el que se fija el alcance del apartado sexto de la disposición transitoria única y en el que se interpreta que ésta no es no es aplicable a las causas que se encuentren pendientes de recurso. 23. A modo de conclusión final sería preciso realizar dos advertencias. En primer lugar, el estudio nos ofrece un imagen bastante fiable de lo que ha supuesto la aplicación de la Ley 4/92 en los últimos cinco años de su vigencia. Asimismo nos permite ver cómo se ha empezado a aplicar la nueva regulación. Sin embargo, respecto de ésta las conclusiones hay que sacarlas con mucha más cautela, pues un nuevo texto legal plantea siempre muchos problemas interpretativos que requieren un cierto tiempo hasta que se van solucionando, sin obviar, por otro lado, las dificultades que han suscitado de cara a la ejecución de las medidas. Por todo ello, los resultados en relación a la Ley 5/00 se han de acoger como provisionales y necesitados de verificación en ulteriores estudios. En este sentido sería muy aconsejable llevar a cabo una nueva investigación que, sin duda, tendría ya una mayor fiabilidad a la vista de la experiencia acumulada en estos primeros años de vigencia. En segundo lugar, dado que una parte del procedimiento, la instrucción, le corresponde al Ministerio Fiscal y en la práctica se reconoce la existencia de una fase anterior a la incoación del expediente, la de las diligencias preliminares, al haberse efectuado el trabajo a partir de los expedientes judiciales, hay aspectos relativos a la actuación del Ministerio Fiscal que no se han podido tener en consideración y que, sin embargo, pueden arrojar luz sobre aspectos muy relevantes. Así, por ejemplo, en esa fase de diligencias preliminares se puede concluir respecto de un menor que, a la vista de la escasa gravedad de los hechos que se le imputan y de sus características personales, no es necesario incoar el expediente, sin que ello tenga por qué llegar a conocimiento de los Juzgados de Menores ni figurar en sus archivos. Sólo desde esta perspectiva se puede entender que en una provincia con el volumen de población de Málaga figuren como implicados en los procedimientos menos menores que en otras provincias como León, Jaén, etc. El conocimiento de estos aspectos, sin duda, permitiría 106 arrojar más luz sobre el verdadero alcance, entre otras cuestiones, de las vías desjudicializadoras. 107 Anexo: La ficha técnica utilizada 108 PROYECTO DE INVESTIGACIÓN “LA APLICACIÓN DE LA LEY ORGANICA 5/2000, REGULADORA DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DE MENORES” Ficha de recogida de datos DATOS GENERALES DEL EXPEDIENTE 1) Nº Expediente 2) Órgano Judicial: 3) Nº Juzgado: 4) Provincia: 5) Nº de menores en este expediente: 6) Ley: 1. 2. L.O. 4/92 L.O. 5/2000 7) Recogida de datos: ATENCIÓN: A continuación se recogerán los datos relativos al menor o menores contenidos en este expediente, rellenando una ficha de variables legales -la correspondiente al tipo de ley- y otra de variables extralegales para cada uno de ellos. En caso de más de un menor contenido en el expediente, se le dará el número 1 (inculpado 1) al menor que aparezca en primer lugar en el expediente. 109 VARIABLES LEGALES. L.O. 4/92. Expte. Nº: expediente) Sujeto nº: (según el orden en que aparecen en el 1) Indique los delitos y faltas cometidos por este menor en el siguiente listado: ATENCIÓN: En caso de más de un delito o falta indique el orden en el que aparece recogido cada uno en el cuadro de la izquierda y el Nº de Delitos Faltas artículo de cada tipo de infracción a la derecha. 1. Delito de robo con fuerza. Vivienda habitada. Nº.......... 25. Falta de hurto. Nº.......... 2. Delito de robo con fuerza. Vivienda no habitada. Nº......... 3. Delito de robo con fuerza. Establecimiento. Nº.......... 4. Delito de robo con fuerza. Vehículo. Nº .......... 5. Delito de robo con fuerza. Otros..................... Nº:.......... 6. Delito de robo con violencia o intimidación. Nº .......... 7. Delito de hurto. Nº.......... 8. Delito de uso de vehículos. Robo. Nº .......... 9. Delito de uso de vehículos. Hurto. Nº.......... 10. Delito contra la seguridad en el tráfico. Nº .......... 11. Delito contra la salud pública. Nº:.......... 12. Delito contra el orden Público. Nº: .......... 26. Falta de uso de vehículos. Robo. Nº .......... 27. Falta de uso de vehículos. Hurto. Nº.......... 28. Falta contra la seguridad en el tráfico. Nº .......... 29. Falta contra la salud pública. Nº:.......... 30. Falta contra el orden público. Nº: .......... 31. Falta de amenazas. Nº: .......... 32. Falta de falsedad. Nº: .......... 33. Falta de lesiones. Nº .......... 34. Falta de atentado a la autoridad. Nº.......... 35. Falta de daños. Nº 36. Otras faltas. Nº: .......... 13. Delito de amenazas. Nº: .......... 14. Delito de falsedad. Nº: .......... 15. Delito de lesiones. Nº .......... 16. Delito de atentado a la autoridad. Nº.......... 17. Delito de daños. Nº.......... 18. Otros delitos. Nº: .......... Especifique…. 2) Nº de infracciones que ha cometido este menor: 3) Los datos relativos a la infracción se han recogido: 1. 2. 3. De la Resolución Del escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal Del escrito de incoación del procedimiento 4) En caso de robo con violencia o intimidación, uso de armas: 0. 1. 2. 3. 4. No constan Arma blanca Arma de fuego Otras armas. Especifique........... No hubo uso de armas 5) Grado de participación 1. Autor 110 Especifique…. 2. 3. 4. Inductor Cooperador necesario Cómplice 6) Fecha de comisión de la infracción(es): 7) Inicio procedimiento: 0. 1. 2. 3. 4. No consta Denuncia particular Traslado desde Cuerpos Policiales Traslado del Juzgado de Instrucción Otros 8) Fecha de incoación por el M.F.: 9) ¿Han intervenido también adultos en la comisión de esta infracción? 1. 2. 3. No consta este dato Sí No 10) Imposición de medida cautelar: 1. 2. 3. 4. No hubo Sí, internamiento Sí, custodia familiar Sí, otros. Especifique:............................................................................... 11) Exploración del menor en Fiscalía (entrevista menor-fiscal): 1. Sí 12) Informe del Equipo Técnico: 1. Sí 2. No 2. No 13) En caso de que NO haya informe del Equipo Técnico, señale: 13.1.- Sexo 1. Varón 2. Mujer 13.2.- Fecha de nacimiento: ………./………./……….(día/mes/año) 13.3.- Nacionalidad: (país) 14) Petición de archivo por el Ministerio Fiscal: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. No hubo petición de archivo Sí, por no constituir delito Sí, por búsqueda del menor Sí, por mayoría de edad Sí, por minoría de edad Sí, por poca gravedad de los hechos Sí, por las condiciones del menor. Sí, sin violencia Sí, por reparación Sí, porque no fue acreditada la participación Sí, por otras causas. Especifique:............................................................................... 111 15) Escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. No realiza Remisión a protección Remisión a Juez competente Sobreseimiento/archivo Amonestación Petición de Audiencia Otras. Especifique 16) Medida propuesta por el Equipo Técnico: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. No realizó ninguna propuesta Amonestación. Acogimiento por otra persona o grupo familiar. Prohibición de conducir. Tratamiento ambulatorio. Servicio en beneficio de la comunidad. Libertad vigilada. Internamiento de fin de semana Internamiento en centro terapéutico. Internamiento en centro abierto. Internamiento en centro semiabierto. Internamiento en centro cerrado. 17) En la comparecencia se solicitó: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Sobreseimiento Remisión del expediente a protección Remisión del expediente al Juez competente Amonestación Continuación a Audiencia Continuación a Resolución Otros 18) Celebración de Audiencia: 1. 2. No se celebró Sí, se celebró 19) Fecha de resolución: 20) Contenido de la Resolución: 1. 2. 3. 4. Condenatoria para el menor con conformidad de las partes Condenatoria para el menor sin conformidad de las partes Absolutoria Declaración de prescripción 112 21) En caso de resolución condenatoria, indique las medidas impuestas y su duración: Medidas impuestas Duración 1. Amonestación. ...... años....... meses....... días 2. Acogimiento por otra persona o grupo ...... años....... meses....... días familiar. 3. Prohibición de conducir. ...... años....... meses....... días 4. Tratamiento ambulatorio. ...... años....... meses....... días 5. Servicio en beneficio de la comunidad. ...... años....... meses....... días 6. Libertad vigilada. ...... años....... meses....... días 7. Internamiento de fin de semana ...... fines de semana 8. Internamiento en centro terapéutico. ...... años....... meses....... días 9. Internamiento en centro abierto. ...... años....... meses....... días 10. Internamiento en centro semiabierto. ...... años....... meses....... días 11. Internamiento en centro cerrado. ...... años....... meses....... días Especifique el contenido del servicio en beneficio de la comunidad: 22) En caso de Resolución condenatoria, ¿se ha suspendido la medida durante su ejecución?: 1. 2. 3. 4. No Sí, porque se ha realizado la reparación del daño Sí, porque se han alcanzado los fines pretendidos Sí, por otra causa. Especifique 23) ¿Se ha interpuesto recurso de apelación? 1. 2. Sí No 24) Archivo definitivo del expediente (Auto del juez): 1. 2. 1. 2. 3. 4. 5. No aparece Sí, mayoría de edad Sí, búsqueda del menor Sí, minoría de edad Sí, cumplimiento de medida Sí, absolución Sí, otras causas. Especifique 25) Respuesta al recurso: 1. 2. 3. 4. Estimación. Se condena. Especifique la medida......................................... Especifique la duración .................... Estimación. Se absuelve Estimación. Se modifica medida. Especifique la medida.............................Especifique la duración.................... Desestimación 26) Menor con expediente previo en el Juzgado: (Importante: si en el expediente no consta que tuviera casos previos en el Juzgado, se buscará en el fichero de menores) 1. 2. Sí, aparece en este expediente Sí, aparece en el fichero de menores 113 3. 4. No aparecen en este expediente ni en el fichero de menores No aparecen en este expediente y no se ha podido acceder al fichero de menores Observaciones: VARIABLES LEGALES. L.O. 5/00 Expte. Nº: del expediente) Sujeto nº: (según el orden en que aparece en la carátula 1) Indique los delitos y las faltas de este menor en el siguiente listado: ATENCIÓN: En caso de más de un delito o falta indique el orden en el que aparece recogido en el cuadro de la izquierda y el Nº de artículo Delitos Faltas de cada tipo de infracción a la derecha. 1. Delito de robo con fuerza. Vivienda habitada. Nº.......... 25. Falta de hurto. Nº.......... 2. Delito de robo con fuerza. Vivienda no habitada. Nº......... 3. Delito de robo con fuerza. Establecimiento. Nº.......... 4. Delito de robo con fuerza. Vehículo. Nº .......... 5. Delito de robo con fuerza. Otros..................... Nº:.......... 6. Delito de robo con violencia o intimidación. Nº .......... 7. Delito de hurto. Nº.......... 8. Delito de uso de vehículos. Robo. Nº .......... 9. Delito de uso de vehículos. Hurto. Nº.......... 10. Delito contra la seguridad en el tráfico. Nº .......... 11. Delito contra la salud pública. Nº:.......... 12. Delito contra el orden público. Nº: .......... 26. Falta de uso de vehículos. Robo. Nº .......... 27. Falta de uso de vehículos. Hurto. Nº.......... 28. Falta contra la seguridad en el tráfico. Nº .......... 29. Falta contra la salud pública. Nº:.......... 30. Falta contra el orden público. Nº: .......... 31. Falta de amenazas. Nº: .......... 32. Falta de falsedad. Nº: .......... 33. Falta de lesiones. Nº .......... 34. Falta de atentado a la autoridad. Nº.......... 35. Falta de daños. Nº 36. Otras faltas. Nº: .......... 13. Delito de amenazas. Nº: .......... 14. Delito de falsedad. Nº: .......... 15. Delito de lesiones. Nº .......... 16. Delito de atentado a la autoridad. Nº.......... 17. Delito de daños. Nº.......... 18. Otros delitos. Nº: .......... Especifique…. 2) Número de infracciones que ha cometido este menor: 3) Los datos relativos a la infracción se han recogido: 1. De la sentencia 2. Del escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal 3. Del escrito de incoación del procedimiento 4) Grado de participación 1. 2. 3. 4. Autor Inductor Cooperador necesario Cómplice 114 Especifique…. 5. En caso de robo con violencia o intimidación, uso de armas: 0. 1. 2. 3. 4. No consta este dato Arma blanca Arma de fuego Otras armas. Especifique……… No hubo uso de armas 6) ¿Han intervenido también adultos en la comisión de esta infracción? 1. 2. 3. No consta este dato Sí No 7) Fecha de comisión de la infracción(es): 8) Fecha de incoación por el Ministerio Fiscal: 9) Forma de inicio del procedimiento: 0. 5. 6. 7. 8. No consta Denuncia particular Traslado desde Cuerpos Policiales Traslado del Juzgado de Instrucción Otros 10) Medida cautelar: 1. 2. 3. 4. 5. No hubo Sí, internamiento (cerrado, semiabierto, abierto o terapéutico) Sí, libertad vigilada Sí, convivencia con otra persona, familia o grupo educativo. Sí, otros. Especifique 11) Exploración del menor en Fiscalía (entrevista menor-fiscal): 1. 2. Sí No 12) Petición de archivo por el Ministerio Fiscal: 1. No hubo petición de archivo 2. Sí, desistimiento por corrección en ámbito educativo-familiar 3. Sí, por sobreseimiento por conciliación o reparación 4. Sí, por búsqueda del menor 5. Sí, porque no fue acreditada la participación 6. Sí, por otras causas. Especifique 13) Informe del Equipo Técnico: 1. 2. Sí No 14) En caso de que NO haya informe del Equipo Técnico, señale: 13.1.- Sexo 1. Varón 2. Mujer 13.2.- Fecha de nacimiento: ………./………./……….(día/mes/año) 13.3.- Nacionalidad: 115 15) Medida propuesta por el Equipo Técnico 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. No realizó ninguna propuesta Amonestación. Realización de tareas socio-educativas. Servicio en beneficio de la comunidad. Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo. Libertad vigilada. Permanencia de fin de semana en centro Permanencia de fin de semana en su domicilio Asistencia a un centro de día. Tratamiento ambulatorio. Internamiento terapéutico. Internamiento en régimen abierto Internamiento en régimen semiabierto Internamiento en régimen cerrado Inhabilitación absoluta. Privación del permiso de conducir o del derecho a obtenerlo. Privación del permiso de armas o del derecho a obtenerlo. 16) Escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal: 1. 2. 3. 4. No realiza Solicita sobreseimiento Solicita apertura de audiencia Sí, otro contenido. Especifique 17) Auto del Juez: 1. 2. 3. 4. 5. Celebración de Audiencia Celebración de comparecencia de conformidad Sobreseimiento Sobreseimiento con remisión a protección Remisión a Juez competente 18) Celebración de comparecencia o Audiencia: 1. 2. 3. 4. Comparecencia de conformidad de las partes (según art.32) Audiencia con conformidad sobre los hechos y la medida Sí, con conformidad sobre los hechos Audiencia con conformidad sólo sobre los hechos Audiencia sin conformidad 19) Contenido de la Resolución: 1. 2. 3. 4. Condenatoria para el menor con conformidad de las partes Condenatoria para el menor sin conformidad de las partes Absolutoria Declaración de prescripción 20) Fecha de la sentencia: 116 21) En caso de sentencia condenatoria, indique las medidas impuestas y su duración Medidas impuestas Duración 1. Amonestación. 2. Realización de tareas socio-educativas. ...... años....... meses....... días…. horas 3. Prestaciones en beneficio de la comunidad. ...... años....... meses....... días…. horas 4. Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo. ...... años....... meses....... días 5. Libertad vigilada. ...... años....... meses....... días 6. Permanencia de fin de semana en centro …... fines de semana 7. Permanencia de fin de semana en su domicilio …... fines de semana 8. Asistencia a un centro de día. ...... años....... meses....... días…. horas 9. Tratamiento ambulatorio. ...... años....... meses....... días…. horas 10. Internamiento terapéutico. ...... años....... meses....... días 11. Internamiento en régimen abierto ...... años....... meses....... días 12. Internamiento en régimen semiabierto ...... años....... meses....... días 13. Internamiento en régimen cerrado ...... años....... meses....... días 14. Inhabilitación absoluta. ...... años....... meses....... días 15. Privación de permiso de conducir o del derecho a obtenerlo. ...... años....... meses....... días 16. Privación del permiso de armas o del derecho a obtenerlo. ...... años....... meses....... días Especifique el contenido de la tarea socio-educativa y del servicio en beneficio de la comunidad, en su caso 22) En caso de sentencia condenatoria, ¿se ha suspendido la medida durante su ejecución? 1. 2. 3. 4. 5. No Sí, sustitución por otra medida Sí, dejada sin efecto por conciliación Sí, dejada sin efecto por otras causas o sin especificar la misma Sí, otros. Especifique 23) Archivo definitivo del expediente (Auto del Juez): 1. 2. 3. 4. 5. 6. No aparece Sí, por cumplimiento de medida Sí, por mayoría de edad Sí, por minoría de edad Sí, por absolución Sí, por otros. Especifique 24) ¿Se ha interpuesto recurso?: 1. 2. 3. No hubo Sí, sólo de apelación Sí, de apelación y también de casación 25) Respuesta al recurso: 1. 2. 3. 4. Estimación. Se condena. Especifique la medida................................ Especifique la duración.............. Estimación. Se absuelve Estimación. Se modifica medida. Especifique ésta................................ Especifique la duración........................ Desestimación 117 23) En caso de que todavía NO se haya archivado definitivamente el expediente, señale si se ha celebrado la audiencia o comparecencia de conformidad: 1. 2. Sí No 1. 2. 3. 4. Sí, consta en este expediente Sí, consta en el fichero de menores No consta en este expediente ni en el fichero de menores No consta en este expediente y no se ha podido acceder al fichero de menores 24) Menor con expediente previo en el Juzgado: (Importante: Si en este expediente no consta que tuviera expediente previo en el Juzgado, se buscará en el fichero de menores) Observaciones: 118 119 VARIABLES EXTRALEGALES Expte. nº: del expediente) Sujeto nº: (según el orden en que aparecen en la carátula DATOS GENERALES SOBRE EL MENOR 1) Sexo: 0. 1. Varón Mujer 2) Fecha de nacimiento: ......../........./.......... 0. 1. No consta Consta sólo menor de edad 3) Nacionalidad: 0. 1. 2. No consta Española Otra. Especifique país……………. 4) Si no consta nacionalidad, lugar de nacimiento: ............................ 0. No consta 5) Actividad presente: 0. 1. 2. 3. 4. 5. No consta Estudia Trabaja Estudia y trabaja No estudia y no trabaja Otros. Especifique................................ 6) Estudios 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. No constan Sin estudios, no especifica más Consta que lee y escribe correctamente Consta que lee y escribe con dificultad Sin estudios, otro supuesto. Especifique..................................... Primaria, abandonada sin finalizar Primaria, la está realizando Primaria, la ha terminado Primaria, no especifica si la ha terminado Secundaria, abandonada sin finalizar Secundaria, la está realizando Secundaria, la ha finalizado Otros estudios. Especifique............................ 7) Si el menor estudia o ha estudiado, asistencia a clases: 0. 1. No consta Sí, siempre 120 2. 3. 4. Sí, pero falta en ocasiones Sí, pero falta a menudo Nunca 8) Si el menor estudia o ha estudiado, conducta conflictiva en clase: 0. 1. 2. No consta Sí No 9) Estado civil: 0. 1. 2. 3. No consta Casado Soltero Otros 10) Si tiene hijos, número de hijos.............. 11) En el informe del equipo técnico se menciona en relación a la personalidad, comportamiento o hábitos del menor: 0. 1. 2. No consta Estructurado/adaptativo/normalizado Desestructurado/desadaptativo/antisocial/agresivo 12) Adicción o consumo de drogas 1. 2. 3. 4. 5. 6. No consta esta información No es adicto ni consumidor ocasional ni habitual de drogas Es adicto a las drogas. Especifique drogas Es consumidor ocasional de drogas. Especifique drogas................. Es consumidor habitual de drogas. Especifique drogas.................... Otros supuestos. Especifique....................... 13) En caso de que sea o haya sido adicto a las drogas, ¿ha estado en algún programa de deshabituación? 0. 1. 2. No consta Sí No DATOS FAMILIARES DEL MENOR 1) Situación familiar: 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. No consta Padres separados Padres divorciados Padres casados Padre viudo Madre viuda Otros. Especifique............ 2) Problemas económicos 0. 1. 2. No consta este dato Ingresos bajos: cobro de pensión, desempleo u otros Ingresos bajos: empleo precario 121 3. 4. Ningún miembro ingresa dinero a la unidad familiar No hay problemas económicos 3) Convive con: 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. No consta Padre, madre y hermanos (si tiene) Padre y hermanos (si tiene) Madre y hermanos (si tiene) Padre, pareja de éste y hermano (si tiene) Madre, pareja de ésta y hermanos (si tiene) Su pareja (del menor) Otros familiares Instituciones de protección No consta 4) Situación de la madre 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. No consta Trabaja fuera de casa Ama de casa Desempleada Tiene problemas con las drogas Está en prisión en el momento del procedimiento Estuvo anteriormente en prisión Con antecedentes penales, no consta si ha estado en prisión Fallecida Desaparecida Otros. Especifique................................ 5) Situación del padre: 0. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. No consta Trabaja Desempleado Tiene problemas con las drogas Está en prisión en el momento del procedimiento Estuvo anteriormente en prisión Con antecedentes penales, no consta si ha estado en prisión Fallecido Desaparecido Otros. Especifique............................. 6) Si tiene hermanos, número de hermanos............. ¿En qué orden se encuentra el menor entre los hermanos?.................... DATOS SOBRE EL ENTORNO SOCIAL 1) En el informe del Equipo Técnico aparece que el entorno social es: 0. 1. 2. No consta Normalizado Problemático/marginal… 122 2) En el informe del Equipo Técnico aparece que el grupo de iguales es: 0. 1. 2. No consta Normalizado Problemático/disocial… - 3) Vive en: 0. 1. 2. No consta Ámbito urbano. Especifique provincia .............. y localidad…………….. Ámbito rural. Especifique provincia……………….. y localidad.............. Observaciones: Por favor, indique cualquier aclaración o aspecto de interés sobre este menor que crea que no ha quedado suficientemente claro en los datos recogidos: 123