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UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES E HISTORIA
ESCUELA DE SOCIOLOGÍA
ACERCA DE LA DESIGUALDAD SOCIAL:
REPERTORIOS CULTURALES, LÍMITES SIMBÓLICOS Y SOCIALES
Una aproximación desde lo situacional y lo experiencial en Santiago de Chile
NINCEN FIGUEROA URQUIZA
PILAR ILLARRAMENDI CHAROVSKY
Tesis para optar al grado de Licenciado/a en Sociología
Profesor Guía: María Luisa Méndez Layera
Profesor Lector: Tomás Ariztía Larraín
Santiago, Chile
2012
ÍNDICE DE CONTENIDOS
ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
4
PROBLEMATIZACIÓN
6
Pregunta de Investigación ..................................................................................................... .6
Objetivo General y Específicos.............................................................................................. .6
Hipótesis de trabajo............................................................................................................... .7
MARCO TEÓRICO
7
Teorías acerca de la desigualdad ......................................................................................... ..8
Habitus y Capital Cultural: La sociología de Pierre Bourdieu ............................................. …11
El giro pragmático de Boltanski y Thévenot ........................................................................ ..11
Sociología cultural: Cultura como ‘meaning-making’ y como ‘toolkit’ .................................. ..15
La conceptualización de Boundary Work y los límites ........................................................ ..16
Enfoque Teórico de la Investigación .................................................................................... .18
METODOLOGÍA
19
Técnicas de Recolección de Información .......................................................................... ...19
Juego de Cartas y Entrevistas Semi Estructuradas……………………………………..……20
Historias de Vida………………………………………………………………………………… 20
Muestreo Teórico………………………………………………………………………..………..21
APROXIMACIÓN ANÁLITICA AL CAMPO
23
-2-
RESULTADOS
25
La experiencia como constructora de categorizaciones sociales ......................................... .25
Educación como factor de igualdad-desigualdad................................................................. .26
Sobre las clases sociales: entre el esfuerzo y el conformismo ............................................ .28
Justificaciones acerca de la desigualdad social: entre la adscripción y la acción colectiva....33
CONCLUSIONES
36
BIBLIOGRAFÍA
41
ANEXO
47
A. Naipes tipos ..................................................................................................................... 47
B. Tabla Perfil Naipes ........................................................................................................... 48
C. Instructivo para el supervisor-moderador del juego .......................................................... 48
D. Pauta de Análisis de Observación ................................................................................... 51
E. Pauta de Entrevista participantes de los Juegos de clasificación ..................................... 54
F. Carta Gantt ...................................................................................................................... 59
G. Líneas conceptuales de la investigación .......................................................................... 62
H. Tablas y Gráficos ............................................................................................................. 63
I. Carta de consentimiento informado ................................................................................... 67
J. Protocolo de Contacto para Historia de Vida .................................................................... 68
K. Pauta Historia de Vida ..................................................................................................... 69
L. Trabajo de Campo ............................................................................................................ 72
M. Transcripciones…………………………………………………………………………………...78
N. Análisis Descriptivo del Material……………………………………………………………….368
-3-
ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN 1
¿Cómo hace un país -que ha mostrado un crecimiento significativo en materias
económicas de la región- para aun así poseer una de las tasas más altas de desigualdad
social? ¿Cuáles son los beneficios para los chilenos de vivir un país perteneciente a la
OECD si cada tanto deben ‘apretarse el cinturón’ o ‘ponerle el hombro’ a la situación para
‘salir adelante’?2 ¿Cómo se vive en un país donde el 18,9% de los niños hasta los seis
años viven en hogares en situación de pobreza?3 Resulta difícil no plantearse éstas y
más preguntas cuando se observa que Chile es un país que desde los inicios de la
década de los noventa y posterior a la caída de la dictadura militar ha evidenciado un
crecimiento significativo en materia económica, impulsado por políticas de gobierno que
apuntaban hacia un fortalecimiento del Estado en materia de reducción de la pobreza y de
la brecha entre ricos y pobres. En efecto, la agenda de los gobiernos de la Concertación –
los cuales estuvieron al mando del país por veinte años consecutivos- se desarrolló
principalmente enfocada a generar un crecimiento con equidad, como ocurrió en el
gobierno de Aylwin, a un aumento de las obras públicas en el caso del gobierno de Lagos,
y un empoderamiento de la ciudadanía a través del aumento de beneficios sociales que
se observaron en el mandato de Bachelet (Ominami, 2010).
Dicha agenda concertacionista, se ha visto reflejada en un aumento promedio
anual de un 4,1% del PIB per cápita (Schmidt-Hebbel, 2006), por lo que Chile se ha
ubicado en el contexto latinoamericano como uno de los países con uno de los más altos
niveles de ingresos e índice de desarrollo humano (Valenzuela & Duryea, 2011).
Asimismo, el escenario actual presenta una disminución de las personas en situación de
extrema pobreza y pobreza desde los años noventa hasta la actualidad, alcanzando cifras
que varían desde un 13,0% hasta un 2,8% en la primera situación y de un 38,6% a un
14,4% en la segunda (CASEN, 2011). Sin embargo, estas cifras macroeconómicas no se
condicen con una distribución equitativa de los ingresos de la población, ya que según
Contreras (1999, véase también en Cademartori, 2003) la distribución de ingresos en
Chile es una de las más desiguales del mundo, presentándose en la actualidad un índice
Gini igual a 0,52 (CIA, 2012). Asimismo y en perspectiva histórica Larrañaga y Valenzuela
(2011), señalan una estabilidad en la desigualdad social4, que se observa en que el año
1
El presente proyecto de investigación se enmarca en el desarrollo de la etapa cualitativa del Proyecto Anillos
SOC12, Proyectos Desigualdades: Tendencias y procesos emergentes en la estratificación social. Mayor
información: www.desigualdades.cl
2 Así, Bengoa (1999, en Bengoa, Márquez, & Aravena, 1999) señala que la modernidad en Chile ha traído un
sentimiento confuso acerca de la desigualdad, teniendo que aceptar el destino que a algunos les ha tocado
vivir o de frustración frente a este por parte de otros.
3 Datos válidos para el año 2009 según datos de CEPAL: www.eclac.cl
4
En la presente investigación se entenderá por desigualdad social aquella “condición por la cual las personas
tienen un acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que la sociedad valora.” Más aún, añade que
“tal desigualdad puede surgir en cuanto al modo en que individuos y grupos se ordenan y son evaluados unos
por otros, (…) [y por como] se relaciona con las diferentes posiciones de la estructura social.” (Kerbo, 1999:
11). Como indicadores de esta se consideran el PIB per cápita, índice Gini y la distribución de ingresos según
datos de la Encuesta CASEN 2009. Se suma a esto desde una posición teórica desde la sociología cultural, la
diferencia en cuanto posición ocupacional, el nivel de ingresos, nivel educacional, el consumo cultural, la
integridad personal y las relaciones que tienen con otros sujetos o grupos – en tanto diferenciación social.
-4-
1990 el país poseía un coeficiente Gini de 0,56, el cual se presenta inalterado al 2003.
Más aún, ¿cómo se legitima, tolera, justifica o a grosso modo cómo se convive con una
distribución de ingresos en la cual el ingreso autónomo del 10% de los hogares con
menores ingresos es superado en 46 veces por el 10% superior? Tal como se observa en
la CASEN del año 2009, la distribución de ingresos en Chile empeoró respecto del año
2006 (CASEN, 2009). Es por esto que Torche señala que “Chile es el cuarto país más
desigual de la región más desigual del mundo. (…) si se excluye el decil más rico, la
desigualdad chilena se reduce dramáticamente y este país se transforma en el más
igualitario de Latinoamérica.” (Torche, 2005: 9).
Los niveles de distribución presentados anteriormente se asocian comúnmente a
altos niveles de conflictividad entre distintos grupos sociales, como es en el caso de la
lucha por reivindicaciones político-económicas de distintos grupos étnicos en Bolivia
(Bello, 2004), el caso de los ‘piqueteros’ en Argentina (Svampa, 2005) y la lucha social
que se da en las llamadas “favelas” de Brasil (Soares & Guindani, 2007), situación que no
ha sido observable en Chile. En los últimos años, el país ha vivenciado una serie de
conflictos sociales tales como: el movimiento estudiantil del año 2006 conocido también
como “revolución pingüina”, el movimiento mapuche – que a pesar de ser de carácter
histórico, en el último tiempo se ha expandido a otras áreas de la población- el
movimiento educacional, los movimientos ambientalistas –que detuvieron por ejemplo la
instalación de la termoeléctrica Castilla, y que continúan la lucha con Hidroaysén-,
conflictos por autonomía regional y conflictos contra la promulgación de algunas leyes
como la Ley Hinzpeter y la Ley de Pesca. Dichos conflictos a pesar de que afectan de
manera transversal a la población, mantienen un carácter más bien sectorial, por lo que
autores tales como Puga sostienen que en Chile existe una baja conflictividad social, la
cual respondería a un cierto grado de legitimidad, tolerancia, justificación o percepción
desigual de los chilenos acerca de la desigualdad social. En ese sentido, los estudios de
Puga (2011, 2010), Castillo (2011, 2008, 2008b), Garretón y Cumsille (2003) y la etapa
cualitativa del Proyecto Desigualdades (2010) han buscado explorar tales dimensiones.
Al respecto, Puga señala que “(…) los actores renuncian a lo justo para actuar en
lo posible” (Puga, 2010: 149), es decir, si bien es tajante que la desigualdad social en
Chile no posee legitimidad social, señala que tal legitimación es conflictiva y problemática
para los sujetos, ya que estos mencionan que la sociedad chilena es injusta pero a la vez
desarrollan prácticas legitimantes que perpetúan dicha situación. En relación con lo
anterior, Castillo (2008, 2008b, 2011) concluye que la desigualdad es percibida de forma
desigual y que son principalmente las clases bajas las que observan menores diferencias
sociales, es decir, que a menor quintil de ingresos, menor es la brecha observable entre el
salario percibido y el salario considerado justo.
Por último y siguiendo la misma línea, Garretón y Cumsille (2003) dan cuenta que
la desigualdad es vista como una situación que se da en diversas esferas –ya sea a nivel
socioeconómico, educacional o ciudadano-, expresándose de forma clasista y por medio
del uso de pares categoriales. Asimismo, observan que los chilenos consideran a la
desigualdad como un fenómeno de carácter estructural, pero no de tipo natural, ni como
una carga individual, sino más bien una “fatalidad social”, es decir, la desigualdad sería un
-5-
mal de carácter social, existiendo un alto grado de escepticismo de que este hecho se
revierta.
Debido a lo anterior y siendo parte del equipo investigativo de la etapa cualitativa
del Proyecto Desigualdades denominada “Tolerancia a la desigualdad en Chile:
valoraciones simbólicas, clasificaciones y legitimación desde la subjetividad”, advertimos
la existencia de un campo que comienza a desarrollarse en Chile, pero que aún presenta
ciertos vacíos o desafíos de carácter teórico. En tal sentido, esta investigación será un
aporte a dicho campo, complementando el Proyecto Desigualdades y llenando algunos de
los vacíos teóricos, debido a que pretendemos dilucidar y caracterizar – a través de lo que
denominamos un mapeo- los repertorios culturales que utilizan los sujetos para explicar y
justificar la desigualdad social que se vive día a día en la realidad de Santiago de Chile.
Se suma al posicionamiento teórico-práctico desde la sociología cultural (Lamont, 1992,
1992b, 2000; Lamont y Thévenot, 2000), lo expuesto por Boltanski y Thévenot (1983). Es
por esto que dicho proyecto se torna en un desafío empírico –abriéndose paso en el
campo en ciernes antes mencionado- y un aporte para la comprensión del fenómeno, o
sea no se busca dar respuestas al problema de la desigualdad, sino posibilitar un mayor
conocimiento de un fenómeno tan complejo y multidimensional, ya que estos conceptos y
la perspectiva en la cual nos posicionamos nos permite dar una mirada renovada al
fenómeno, llenando los vacíos teóricos de cada enfoque a través del complemento de
estos. De tal manera y utilizando estas dos perspectivas el objeto de estudio se construye
desde el punto de vista de los sujetos mismos, desde su experiencia.
PROBLEMATIZACIÓN
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
¿Cuáles son los repertorios culturales acerca de la desigualdad social y los límites
simbólicos y sociales que se establecen a través de éstos y en relación a la experiencia
de los sujetos en Santiago de Chile?
OBJETIVO GENERAL Y ESPECÍFICOS
Describir los repertorios culturales acerca de la desigualdad, los límites simbólicos
y sociales que se establecen a través de éstos y en relación a la experiencia de los
sujetos en Santiago de Chile.
a)
b)
c)
d)
Comprender la relación que se da entre los repertorios culturales acerca de la
desigualdad social con los límites simbólicos y sociales.
Mapear los repertorios culturales acerca de la desigualdad en Santiago de Chile y
la gramática de éste.
Vislumbrar la relación entre los límites simbólicos y los límites sociales en Santiago
de Chile.
Explorar la manera en que la experiencia se relaciona con el uso de los repertorios
culturales acerca de la desigualdad, especificando en qué condiciones y bajo qué
circunstancias los límites establecidos por los sujetos podrían reproducir la
desigualdad.
-6-
HIPÓTESIS DE TRABAJO5
La hipótesis de trabajo de la presente investigación sostiene que la experiencia
personal de los sujetos es fundamental a la hora de explicar y entender las
categorizaciones sociales y el trabajo de límites que realizan en su vida cotidiana. En
otras palabras, los sujetos utilizan tanto las herramientas individuales – sus historias de
vida- como herramientas disponibles colectivamente –los repertorios culturales sobre la
desigualdad social- para concebir y validar la desigualdad imperante. Todo esto, será
trabajado y analizado en extenso a continuación.
M ARCO TEÓRICO6
La presente investigación tiene por objetivo describir los repertorios culturales
acerca de la desigualdad social en Santiago de Chile y caracterizar los límites simbólicos
y sociales que se establecen a través de éste y en relación a la propia experiencia de los
sujetos. Por lo mismo, esta descripción nos permitirá realizar un mapeo sobre la
desigualdad social en el contexto de la capital chilena, en el cual se incluye el uso y
discurso existente en torno a los repertorios culturales, los límites simbólicos y sociales, y
los criterios de justificación que se dan en torno a la desigualdad social. Esto desde dos
enfoques, uno de tipo situacional, el cual nos permite entender la situación de interacción
como ámbito de estudio de lo social, que no se enfoca únicamente en el individuo, sino
más bien en las relaciones de interacción que se construyen en la situación y que
posibilitan diversos actos y perspectivas de la realidad circundante (Márquez, 1999).
Además y en complemento, el enfoque de esta investigación es de carácter experiencial
en el sentido de que la perspectiva del sujeto y su historia de vida son fundamentales para
responder a la pregunta que nos guia.
Para la realización de los objetivos de esta investigación, se hace menester la
discusión a nivel teórico de los conceptos anteriormente mencionados. Por consiguiente,
se realizará una revisión bibliográfica que comenzará por señalar diversas teorías acerca
de la desigualdad, para posteriormente abordar a la sociología de la cultura,
específicamente el aporte de Pierre Bourdieu y su concepto de capital cultural, ya que
éste es tomado como punto de partida –ya sea debido a una crítica, uso o superación del
concepto- de líneas teóricas más actuales. Este es el caso de la sociología pragmática
(Boltanski y Thévenot, 2006) y la sociología cultural (Lamont, 1992, 1992b, 2000;
Spillman, 2005; Swilder, 1986) las cuales pasarán a ser descritas a continuación.
5
La hipótesis de trabajo se desprende de la participación por parte de los autores en el proyecto Anillos
mencionado anteriormente.
6
Se torna necesaria aclarar la distinción entre la sociología de la cultura y la sociología cultural realizada por
Alexander y Smith (2000). Estos autores señalan que la primera estudia a la cultura como una dimensión de lo
social que necesita ser explicada, de forma totalmente separada del significado, así “la cultura pasa a definirse
como una variable dependiente ‘blanda’, cuyo poder explicativo consiste, en el mejor de los casos, en
participar en la reproducción de las relaciones sociales” (Alexander & Smith: 38). Por otro lado y de forma
contraria, la sociología de la cultura busca instalarse como un programa fuerte en que la cultura adquiere un
poder tal, interfiriendo en la conformación de la vida social, es decir, desde este punto de vista la cultura pasa
a ser una variable independiente la cual puede explicar ciertos fenómenos sociales, tal como es el caso de la
desigualdad social en Santiago de Chile.
-7-
TEORÍAS ACERCA DE LA IGUALDAD Y DESIGUALDAD
Un primer acápite del presente marco teórico hace referencia a la discusión sobre
la desigualdad y la estratificación social, el cual se vuelve un tema ineludible tanto en el
quehacer sociológico, filosófico y político. Una pregunta central e inicial de dicha discusión
alude a la noción de igualdad, es decir ¿Cómo debemos pensar las sociedades
contemporáneas?, ¿Cuál es el ideal al cual aspiramos?, ¿Son la igualdad y la
desigualdad opuestos o de alguna forma conviven en el espacio social? Para esto se
tratarán las principales corrientes teóricas que han tratado ambas nociones y luego se
atenderá a las formas y procesos mediante los cuales las desigualdades son constituidas
y reproducidas, pregunta que ha sido tratada ampliamente pero aun sin tener respuestas.
El explicar la desigualdad requiere la atención en los procesos mediante los cuales se
reproduce y perpetúa la misma.
En el desarrollo de la filosofía política, es posible encontrar un debate clásico
sobre planteamientos de justicia social, igualdad y desigualdad en la sociedad. En este
debate se observa por un lado, el argumento liberal sobre la génesis de la desigualdad y
por otro, una tradición crítica que versa contraria a la propuesta liberal. La primera de
estas posee una concepción de lo social y de los individuos referente a que estos últimos
están diferenciados por un orden natural es decir, existiría una desigual distribución de
habilidades, inteligencia, cualidades y capacidades lo que explicaría que algunos sujetos
estén determinados a obtener o conseguir más recursos que otros y a ascender en la
escala social. Así, dicha concepción supone un fundamento natural y su solución
devendría por una mejora de instituciones que permitan la libre competencia y la
posibilidad de que todos los sujetos puedan desarrollarse de acuerdo a sus habilidades,
defendiendo la idea de libertades y derechos individuales, principalmente en el espacio
del mercado (Aguilar, 1999).
Por el contrario, la tradición denominada radical (Mora et al, 2005), que posee su
núcleo en la vertiente marxista, critica la noción de desigualdad natural que conceptualiza
la corriente anterior, señalando que el discurso de esta tiene características más bien
ideológicas. Esta corriente formula que el estadio capitalista es una fase de transición
hacia el estadio del comunismo en el cual se fomentaría la igualdad y bienestar de los
individuos, dado principalmente por el contexto social –por la intervención de instituciones
sociales como el gobierno en la organización de las actividades económicas- y no por la
libre competencia de los individuos en el mercado. Las desigualdades se construirían en
base a una distribución desigual de los medios de producción y del producto de estos.
El propio cuestionamiento y avance de las teorías anteriormente mencionadas,
dieron paso a la crítica a la idea existente de desigualdades naturales desde una visión
que consideraba a las mismas de forma compleja y como resultantes de procesos de
construcción culturales que se configuran en base a diferencias biológicas y que son
fundamento de la desigualdad social, es decir “se va conformando (…) un esquema de
diferenciación social que, al asentarse, institucionalizarse y reproducirse en el tiempo, se
traduce en la gestación y consolidación de procesos de desigualdad social” (Mora, 2005:
-8-
17). Así las desigualdades sociales podrían variar con el tiempo y
sociedades.
entre distintas
Sin embargo, el debate sobre la desigualdad social no fue replanteado totalmente
hasta el cambio de paradigma realizado por Rawls a través de su teoría de la justicia la
cual “trata de deducir qué criterios de justicia distributiva adoptaría un conjunto de
individuos racionales en un contexto de incertidumbre” (Aguilar, 1999: 4). Tal contexto de
incertidumbre está dado por una posición original, que implica la posibilidad de los
individuos de formar un contrato inicial siendo sujetos razonables y racionales y no
conociendo los recursos, los intereses futuros o las habilidades que estos sujetos tienen
en la sociedad, tal desconocimiento está relacionado con la idea del velo de la ignorancia
que funcionaría como un mecanismo que los sitúa en la posición original ya mencionada.
El situarse en esta posición social permitiría que la organización de los individuos se
estructure en base al principio de la igualdad – el cual se centra en la consideración que
todas las personan tienen un derecho igual
ante las libertades fundamentales
compatibles con las libertades para todos- y el de la diferencia – el cual refiere a que al
estar los valores sociales distribuidos igualitariamente -esto permitiría una situación
desigual en otro plano, la cual debería ser beneficiaria para todos, es decir, se debería
tolerar dicha desigualdad maximizando las condiciones de los más desventajados, idea
que se relaciona con los planteamientos de Sen. Lo que pretende Rawls a través de su
teoría de la justicia social es “la creación de las condiciones que harían posible la
nivelación en materia de igualdad de condiciones” (Mora et. al., 2005: 37).
En relación con lo anterior, cabe destacar lo conceptualizado por Sen, quien se
plantea ciertas preguntas, principalmente sobre ¿la igualdad de qué?, a lo cual responde
que existe una imposibilidad de analizar todas las dimensiones de la igualdad ya que se
poseen tanto intereses distintos como concepciones diferentes de qué es la igualdad. En
relación con esto, señala la posibilidad de por un lado igualar medios y por otro lado la
igualación de fines. Los medios permiten alcanzar determinados fines pero tenemos que
optar por qué igualdad queremos, ¿de medios o de fines? Sen propone que no debemos
optar por ninguno, sino que los múltiples problemas que se dan al igualarlos, es decir, no
debemos optar ni por medios ni por fines sino por aquello que está al medio de ambos,
esa es la libertad. Por esto, propone en pensar en el camino, en la posibilidad de escoger,
ya que nosotros somos los responsables de la transformación, cada uno escoge una de
las opciones que tiene de acuerdo a las preferencias y a las satisfacciones que ellas nos
entregan. Por esto hay que igualar la libertad de planes de vida que cada uno estime
conveniente, ya que uno es capaz de auto-gobernarse de acuerdo a sus preferencias y es
responsable de sus decisiones.
No obstante, la diferenciación social – es decir la distinción de las personas por
sus cualidades o capacidades individuales, ya sea, por sus características biológicas,
ocupacionales o por las funciones o roles que estas desempeñan dentro de la
sociedades- configuraría un sistema de clasificaciones entre posiciones diferentes pero
equivalentes, es decir, no implicaría un sistema constituido por una jerarquía o una mayor
valoración de distintos roles sociales - tal como señala Kerbo (1999) establece un
escenario de base para la configuración de desigualdades sociales, las que pueden ser
-9-
entendidas como aquellas condiciones por medio de las cuales las personas tienen un
acceso desigual a los recursos, servicios y posiciones que la sociedad considera como
valorables, esto explica que los sujetos se ordenen, sean evaluados y se relacionen
socialmente por las diferentes posiciones que ocuparían dentro de una estructura social
determinada (Kerbo, 1999). Dichas posiciones podrían distinguirse por distintos ámbitos
de lo social que se priorizan, ya sea por los recursos socio-económicos, por el prestigio o
el honor, por aquello que se considera bueno o malo, por aquello que es inferior o
superior u otros múltiples factores.
Por lo tanto, en el momento en que las desigualdades mencionadas anteriormente
se institucionalizan y se configura una estructura social que establece un sistema de
jerarquías el cual determina como se distribuye o se accede a los bienes y servicios más
valorados en la sociedad. Así, la estratificación social alude a un sistema de jerarquía que
ha sido establecido y cristalizado en capas, que posee un patrón definido, que es
respaldado y legitimado socialmente y que por lo tanto tiene cierta persistencia, es decir,
“esta desigualdad puede o no ser aceptada por igual por la mayoría de la sociedad, pero
se reconoce como la forma en que funcionan las cosas” (Kerbo, 1999: 12) En
concordancia con lo anterior, a grandes rasgos, el fenómeno de la desigualdad social ha
sido abordado desde los estudios de movilidad –entendiéndose esta como el movimiento
individual en el sistema de estratificación social, que puede ser tanto vertical como
horizontal- en una dimensión que considera el ingreso, la riqueza o la ocupación de los
individuos como factor determinante de su posición social, así estos estudios se centran
en movimientos o desigualdades de forma vertical a lo largo de la estructura social.
Dicho foco de estudio ha sido criticado por autores tales como Fitoussi y
Rossanvallon (1997), Stewart (2010) quienes señalan que no sólo existen desigualdades
en cuanto a la posesión de bienes materiales o de acceso a las riquezas y su distribución,
sino que también es posible observar otras desigualdades que refieren a dimensiones que
no habían sido tratadas anteriormente. Estas nuevas desigualdades, como los autores
señalan no pueden ser abordadas por las estadísticas, ya que las mismas dan cuenta de
las escalas de desigualdad existentes en los distintos países –viejas categorías- pero las
mismas no permiten entender la naturaleza e impacto de las mismas. Incluso, dichas
herramientas no dan cuenta de la forma en que los sujetos luchan en el día a día en este
medio, como siguen adelante muchas veces con batallas no ganadas, con lucha
irresolutas por posicionarse en el mundo de la mejor forma posible (Bourdieu, 2010). De
esta forma, es menester entender dichos procesos y para esto, el fenómeno de la
desigualdad debe ser abordado desde nuevas dimensiones o categorías como lo son el
género, la raza, la etnia y la edad; así como también aquellas desigualdades que se
observan en el plano horizontal, es decir, entre sujetos que a pesar de estar en la misma
situación de clase pueden existir desigualdades no materiales. En ese sentido, podemos
hablar de distintos tipos de desigualdad como lo es la desigualdad categoríal que
conceptualiza Tilly (1998), las desigualdades dinámicas de las que nos hablan Fitoussi y
Rossanvallon (1997), las desigualdades horizontales (Stewart, 2010) y el fenómeno de la
interseccionalidad de distintas categorías que crean nuevas desigualdades (Acker, 2006).
- 10 -
HABITUS Y CAPITAL CULTURAL: LA SOCIOLOGÍA DE PIERRE BOURDIEU
La obra de Pierre Bourdieu se enfocó principalmente en el estudio de las
condiciones históricas de producción cultural en la sociedad contemporánea, del gusto
como forma de distinción (Bourdieu, 2002) y a la reproducción social de las posiciones de
clase (Bourdieu & Passeron, 1995; Bourdieu, 2003). Gran parte de sus investigaciones se
fundan sobre la base del concepto de habitus, el cual hace referencia a un “sistema de
esquemas de producción de prácticas y un sistema de esquemas de percepción y de
apreciación de prácticas” (Bourdieu, 1987: 156; en Castón, 1996). Así, el habitus refiere
tanto a una estructura estructurante como a la voluntad propia de los sujetos, los cuales
tienen la capacidad de interiorizar dicho habitus a lo largo de su historia. En ese sentido,
según el autor la posición de clase no sólo es determinada por el habitus sino que
también por la posesión de ciertos capitales. Más aún, el habitus y los capitales culturales
se transmitirían generacionalmente dando paso a una reproducción de las estructuras de
clase.
La existencia de clases sociales se definiría por la posesión de ciertos capitales, ya
sean de tipo económico, social y cultural. Así, Bourdieu introduce la idea de que existirían
ciertos recursos de carácter material e inmaterial los cuales están distribuidos de forma
dispareja en el espacio social. Además, la utilización del capital cultural, en específico,
implicaría que generalmente se vuelva imposible para los individuos reconocer la
estructura social imperante, por lo que este desconocimiento se torna en lo que el autor
denomina misrecognition, es decir, atribuir al mérito personal y las características
individuales el logro o el fracaso de las personas y no dar cuenta de las condiciones
estructurales que posibilitan las relaciones de dominación. Lo anterior cobra suma
importancia en la presente investigación, ya que tal como se ha observado anteriormente,
los chilenos justificarían la desigualdad social existente en Santiago de Chile basándose
mayoritariamente en características adscriptivas y no en fenómenos sociales o
estructurales.
Asimismo, los capitales culturales conducen a distintas valoraciones estéticas y
formas de consumo cultural (Bourdieu, 2002), siendo motivado por el interés en la
diferenciación entre distintos individuos –específicamente diferenciándose de aquellos
considerados como inferiores- que conviven en un contexto histórico particular. En ese
sentido, la idea de capital cultural se utiliza como base para la exclusión, ya sea en el
ámbito del trabajo, de los recursos o en las posiciones de alto status. Lamont y Laureau
(1992; 1988) postulan que Bourdieu sobrevalora la dimensión económica de los capitales
y no toma en cuenta la dimensión moral existente en los procesos de diferenciación, y
sostienen que se debe profundizar el estudio del fenómeno de la exclusión que estos
procesos generan (Barnes-Brus, 2005).
EL GIRO PRAGMÁTICO DE BOLTANSKI Y THÉVENOT
En una conversación con Luc Boltanski y Axel Honneth, Robin Celikates (2009) le
pregunta a Boltanski sobre las bases teórico-prácticas que constituyen la crítica al
enfoque de Bourdieu y así, el autor señala que la crítica nace principalmente de observar
al actor de Bourdieu como uno que no tiene toma de conciencia ni posibilidad de
- 11 -
revolución, así argumenta que la teoría bourdieuana sería una del actor dividido donde
por un lado, existe un sujeto totalmente inconsciente, principalmente porque los motivos
de índole moral no tienen relación con la realidad; y por otro lado un ser humano que
funciona como un ordenador y calculador, separando así al sociólogo del actor lego. Es
por esto que Bourdieu, según Boltanski, subestimaría la capacidad reflexiva de los actores
y su posibilidad de respuesta.
Con lo anterior, nos referimos al giro pragmático, dentro del cual, Boltanski y
Thévenot (1983) se distancian de Bourdieu, lo que se observa en su texto “Finding one’s
way in social space: a study based on games” en el cual pretenden develar qué tan
extendidos a lo largo de la población francesa se encuentran los patrones de orden
general y asimismo, buscan estudiar las imágenes compartidas y los procesos de
identificación de los sujetos. Para esto, utilizaron como metodología juegos con cartas7 de
personas reales en los cuales los sujetos debían situarse apelando a su sentido social, en
donde los participantes asignaban y negociaban distintas nomenclaturas a grupos
sociales dentro del mileu social. De esta forma, los autores buscaban explorar las
categorías mentales de los participantes utilizadas para pensar acerca de la sociedad- y
debían acordar estas nomenclaturas o categorizaciones. Así, se observó que los
participantes presentaban distintos criterios de clasificación, lo que complicó el proceso
del juego. Es por esto que los mismos en algunos casos consideraban necesario entablar
un sistema de clasificación inicial, poniéndose de acuerdo en un principio, por lo que
sacaban a relucir sus propias percepciones. Lo anterior se puede observar en palabras de
los autores, a continuación:
“It is almost as if social agents could make use of a vocabulary that is apparently
technical and neutral, which then enables them, in the ordinary course of their daily
lives, to talk about social differences - that is, social classes - in a euphemistic fashion,
without seeming to refer to the class struggle” (Boltanski y Thévenot: 1983: 639)
Además de los criterios de justificación de cada una de las nomenclaturas o grupos
creados por los participantes, en el estudio señalado anteriormente, lo situacional adquirió
preponderancia ya que existían –y aún existen- ciertas ocupaciones de poco conocimiento
en la sociedad que no tienen una referencia homogénea en el espacio social o incluso
cartas que poseían información contradictoria lo que obligaba a los participantes a
posicionar esas cartas en distintos grupos según los criterios acordados entre los mismos
en un juego determinado. De aquel modo, estas categorizaciones cobran sentido
7
La información se reunió a través de tres ejercicios, los cuales constaban de una primera instancia en la que
los participantes asignaban y negociaban distintas nomenclaturas a grupos sociales dentro del espacio social
–los cuales eran divididos en distintas pilas de cartas, eligiendo además un representante de cada uno de
esos grupos. En la primera instancia se observó cómo los participantes presentaban distintos criterios para
clasificación, además observaban que las cartas presentaban ciertas contradicciones e informaciones de
carácter vago, fluido e impreciso. De esta manera, los participantes se referían a los grupos y nomenclaturas
creadas con distintas terminologías, dando cuenta de su propia percepción acerca de la estructura social, la
cual además tenían que justificar frente a los otros. En segunda instancia, los participantes debían producir
tres ejemplos típicos de cadres -ejecutivos - y ouvriers – trabajadores manuales. El último ejercicio consistía
en un juego en el que los participan debían adivinar la ocupación y posición social de personas reales pero
desconocidas a partir de distintas pistas por las cuales debían invertir dinero falso asignado para el juego.
- 12 -
únicamente en esa situación “natural” determinada, ya que en otro juego pueden
posicionar la misma carta en otro grupo utilizando otros criterios, por lo que adquiere
importancia porque al momento de generar clasificaciones los participantes se posicionan
así mismos en la estructura social, como señalan los autores en la siguiente referencia:
“(…) they are used to classify the native social world, the categories refer to a
universe that also belongs to the person who makes use of them and who, when
organizing a set of exterior objects, simultaneously determines his own social position
in relation to them.” (Boltanski y Thévenot: 1983: 651)
Las nomenclaturas creadas no solo dan cuenta de la posición de clase de los
mismos participantes sino que también, y debido a la ambigüedad y contrariedad que
presentaban algunas de las cartas utilizadas en el juego, permitían crear un sistema de
clasificación. Es decir, el juego permitió a los investigadores estudiar la dimensión
performativa que se observa al momento de clasificar el espacio social, ya que mediante
los ejercicios descritos lo que está en juego “(…) always tacitly, (…) is nothing other than
the representation of the social world and of its division into groups and class.” (Boltanski y
Thévenot: 1983: 656)
Posteriormente, en el año 1999, Luc Boltanski y Eve Chiapello realizaron una
investigación llamada “El nuevo espíritu del capitalismo” en la cual observaron que los
sujetos pertenecientes al mundo empresarial justificaban sus fracasos o despidos a lo
largo de su trayectoria laboral por medio de juicios de valor acerca del otro. Más aún, dan
cuenta que estas justificaciones se construirían sobre la base de la existencia de un
espíritu del capitalismo. Este espíritu se habría desarrollado históricamente debido a la
existencia de constantes críticas a este sistema económico, las cuales habrían sido
absorbidas formando al menos tres diferentes modos de justificación en la historia del
capitalismo moderno. De esta manera, los autores señalan que:
“El espíritu del capitalismo es, precisamente, este conjunto de creencias asociadas al orden
capitalista que contribuyen a justificar dicho orden y a mantener, legitimándolos, los modos
de acción y las disposiciones que son coherentes con él. Estas justificaciones –ya sean
generales o prácticas, locales o globales, expresadas en términos de virtud o en términos
de justicia– posibilitan el cumplimiento de tareas más o menos penosas y, de forma más
general, la adhesión a un estilo de vida favorable al orden capitalista.” (Boltanski y
Chiapello, 2002:13)
Podemos extraer entonces, que el espíritu del capitalismo se introduce en la vida
cotidiana de los sujetos, lo que provoca que estos comprometan su acción con dicho
sistema al punto de justificarlo y vivir acorde con el mismo en el día a día, lo que conlleva
que estos acepten de forma inconsciente, posiciones en la estructura capitalista que
permiten su existencia y perpetuación. O sea, los sujetos a través de estos criterios de
justificación, legitimarían y vivirían en conformidad con la desigualdad social imperante.
Por otra parte, dentro de esta corriente se sitúa al actor lego y actor experto a un mismo
nivel y no se los estudia de forma diferenciada según las posiciones sociales que ocupan
en la sociedad, ya que ambos pueden utilizar las mismas herramientas que se encuentran
a disposición colectiva.
- 13 -
Dentro de esta corriente, Luc Boltanski y Laurent Thévenot (1991) realizan una
conceptualización de criterios de justificación, estudiando la conexión entre la actividad
cognitiva y evaluativa que entran en juego al momento de crear juicios de valor. Así, su
modelo teórico pretende ser un conjunto de instrumentos teóricos y metodológicos que
permitan analizar aquellas operaciones de crítica que los sujetos llevan a cabo cuando
quieren mostrar su desacuerdo sin recurrir a la violencia, y las formas de construir,
mostrar y celebrar acuerdos más o menos duraderos, denominado como las economías
de la legitimidad moral (Boltanski y Thévenot, 2006), es decir, una herramienta teórica y
metodológica para observar cómo se dirime una tensión entre un juicio y una acción
contrariados en situaciones entendidas como “naturales”. Para esto, Boltanski y Thévenot
conceptualizan seis criterios de justificación, los cuales se clasifican como: criterio
industrial, de justicia, de política cívica y ciudadanía, de inspiración, de fama y aquellos
criterios considerados como domésticos (Véase Boltanski y Thévenot, 2006: capítulo 6).
Así, es posible señalar que con dichos criterios de justificación:
“(…) los actores sociales vienen a acomodar las posibilidades pragmáticas abiertas para la
negociación retórica y puesta a prueba material de la realidad de los estados del mundo
observables en un entorno local a los patrones de orden general que ofrecen un o unos
pocos modelos de juicio moral de nivel superior.” (Izquierdo, 2004: 13)
En última instancia, cabe señalar lo postulado por Silber, quien sostiene que la
sociología pragmática de Boltanski y Thévenot, “is primarily concerned with investigating
the methods, and more precisely, the practical reasoning and reflexive ‘accounts’ that
people use on a daily basis and that make social life an ongoing, practical
accomplishment” (2003: 429). Más aún, esta autora señala que los individuos no pueden
realizar una elección totalmente libre y flexible de los regímenes de justificación – los
cuales de por sí ya son limitados-, ya que estos, se han encontrado disponibles para los
sujetos históricamente como parte de lo que puede ser denominado como repertorios
culturales, a pesar de que los autores no hayan utilizado la noción anterior.
La noción de repertorios es cada vez más utilizada, ya que ha adquirido gran
importancia por su utilidad para el estudio de la cultura. Así, se ha vuelto un recurso
teórico “(…) in its usefulness in conveying the image of a structure that is both enabling
and constraining, limiting but also flexible, and relatively stable yet never utterly static or
closed” (Silber, 2003: 431). Tal noción deviene del desarrollo teórico acerca de la cultura
de Swidler (1986), que entiende a la misma como repertorios o toolkit, y no como un
sistema unificado, del cual los actores pueden distinguir y seleccionar distintas
herramientas para construir líneas de acción.
Según Silber (2003) la debilidad de la sociología pragmática se encuentra en su
aproximación critica al no examinar el acceso desigual en la estructura social a los
diversos regímenes de justificación, y por lo tanto al entender a la cultura como un
repertorio es posible la convergencia entre la perspectiva teórica de los regímenes o
criterios de justificación de Boltanski y Thévenot con la idea de national cultural repertoires
of evaluation desarrollado Lamont y Thévenot. Aquella afinidad se da en el sentido en que
tanto la sociología pragmática y la sociología cultural de los autores mencionados
- 14 -
anteriormente, se vuelcan al estudio de la estructura interna de los repertorios culturales
enfocándose en distintas dimensiones. El desarrollo teórico de los repertorios en la
sociología cultural será tratado a continuación.
SOCIOLOGÍA CULTURAL: CULTURA COMO ‘MEANING-MAKING’ Y COMO ‘TOOLKIT’
La cultura puede ser estudiada y entendida –desde la perspectiva de la sociología
cultural- como procesos de meaning-making, eso quiere decir que la preocupación
principal de los teóricos que se adscriben a esta corriente es la de investigar la cultura
como un instrumento de poder y significación entre los grupos sociales, por lo que cobra
mayor importancia su estudio como centro articulador para pensar las sociedades
humanas (Spillman, 2005). Este concepto es tratado por Lamont (2000b) como la
construcción social del significado y es clave para realizar el vínculo entre la cultura y la
desigualdad.
Además de la posibilidad de estudiar la cultura como creadora de significado,
podemos entenderla como un conjunto de herramientas disponibles para las estrategias
de acción de los sujetos o también conocido como “toolkits”. Esta noción ha sido
formulada por Swidler (1986), quien señala que la cultura puede ser entienda como
repertorio o toolkit, y no como un sistema unificado, del cual los actores pueden distinguir
y seleccionar distintas herramientas para construir líneas de acción, es decir “provides a
‘toolkit’ of resources from which people can construct diverse strategies of action, to
construct such a strategy means selecting certain cultural elements (…) and investing
them with particular meaning in concrete life circumstance” (Swidler, 1986: 281). Es por
esta razón que los sujetos no son simplemente dominados por la cultura sino que tienen
la libertad y flexibilidad –dentro de lo que está disponible- de elección entre las
herramientas culturales que crean significado.
En cuanto a los repertorios cultuales, y utilizando las nociones anteriores, Lamont y
Thévenot (2000) desarrollan el concepto de national cultural repertoires of evaluation,
mediante el cual dan cuenta de la disposición dispareja y desigual de las herramientas
culturales entre la población en situaciones y contextos nacionales, sin caer en
culturalismos esencialistas. Dicho concepto puede ser entendido como “cultural
environments and the material contained therein... the socially constructed, readily
available cultural materials of a society -the archetypes, the myths, the epigrams and
adages, the morals, the means-end chains, the evaluation criteria, the categorization
schemas, all of the materials of shared toolkits” (Corse, 1997: 156 citado en Lamont,
2000). Más aún, con el concepto de repertorios, las representaciones de un sujeto o un
grupo social ya no se observan como determinadas por la posición estructural de estos en
la sociedad, sino que como agentes que tienen a su disposición y utilizan diversas
herramientas culturales, con la consiguiente creación de significado. Conceptualizar así la
cultura y el uso de los repertorios culturales nacionales de evaluación permite un mayor
rango de autonomía para los sujetos en la utilización de la cultura y la asignación de sus
significados, es decir, ésta ya no es vista como una estructura rígida y preestablecida en
la que los sujetos no tienen injerencia sino que de forma fluida y posible de ser permeada.
- 15 -
Se agrega a esto, que esta noción permite combinar herramientas colectivas y
compartidas con significados y actitudes más bien individuales.
Más aún, es posible observar las reglas de justificación de los sujetos que utilizan
los repertorios culturales nacionales de evaluación (Lamont y Thévenot, 2000), esto
mediante el estudio de casos especificos, que tratan por ejemplo del arte contemporáneo,
el acoso sexual, los conflictos medio ambientales y otros temas en los cuales puede
existir tensión a nivel colectivo e individual. Con estos distintos casos, según los autores,
se abarca un rango mayor de principios de evaluación los cuales coexisten de forma
irregular y son utilizados en cada contexto nacional.
LA CONCEPTUALIZACIÓN DE BOUNDARY WORK8 Y LOS LÍMITES9
La noción de boundary work surge como una herramienta dentro de la sociología
de la cultura que puede ser entendido como “(…) strategies, principles, and practices we
use to create, maintain, and modify cultural categories (…) [furthermore] is the key
process that reflects and helps determine how much we integrate/segment.” (Nippert-Eng,
2005: 79) Es decir, mediante el trabajo de límites que realizan a diario entre los grupos
sociales, los sujetos pueden entender y conceptualizar su entorno, categorizando lo
propio y lo ajeno, lo valorable y lo que no lo es, generando distinciones que dividen y
segregan dentro de dichos grupos sociales. Además, el boundary work es utilizado para
analizar la localización de los boundaries y para estudiar su trascendencia e implicancias.
En ambos casos, la noción es utilizada esencialmente para estudiar cómo se ubican y
mantienen los boundaries, también conocidos como límites simbólicos – symbolic
boundaries- y límites sociales – social boundaries.
También es posible señalar que el boundary work (Lamont, 1992) es un proceso
intrínseco de la constitución de las personalidades humanas, esto se debe a que dicho
proceso emerge cuando los sujetos tratan de definir quiénes son, para lo que deben
necesariamente trazar diferencias y similitudes con los otros sujetos que los rodean,
produciendo así, de forma indirecta un sistema de tipificación. Así, los seres humanos nos
definimos a nosotros, nuestra personalidad y cualidades únicamente de forma relacional,
o sea, este proceso sirve para entendernos a nosotros mismos, para darle un significado
a nuestros actos y pensamientos y para mantener una auto-estima elevada en
comparación con aquello que no nos gusta, que nos genera vergüenza o que
simplemente queremos evitar. A nivel macro-sociológico, el boundary work sirve para dar
orden a las comunidades instalando normativas colectivas acerca de lo que es valorable y
lo que no lo es.
Por otro lado, los límites simbólicos son distinciones conceptuales creadas por los
actores sociales para categorizar objetos, personas, prácticas e incluso tiempo y espacio.
8
La noción de boundary-work será tratada indistintamente entre esta y su traducción al español como trabajo
de límites.
9 Cabe destacar que esta traducción es la que será utilizada en la presente investigación, en desmedro de
otras como las de “barreras” o “fronteras” debido a que esta no permite la caracterización de los boundaries
como permeable o fluidos, sino que otorgando mayor rigidez que el concepto utilizado.
- 16 -
Son herramientas que crean, mantienen, responden y disuelven diferencias sociales y que
son utilizadas por individuos y grupos sociales para llegar a acuerdos acerca de la
realidad social. Más aún, es posible señalar que los sujetos no solo construyen límites a
partir de su propia experiencia, sino que también, utilizan herramientas colectivas que se
encuentran en los repertorios culturales disponibles socialmente, confiando en las
definiciones sociales más generales (Lamont, 1992). Según Lamont y Virág (2002)
examinar los límites simbólicos permite capturar la dinámica de las relaciones sociales, ya
que estas separan y dividen a las personas en grupos y generan sentimientos de
similaridad y membresía dentro de los grupos de pertenencia10.
Se añade a lo anterior que Lamont (1992), en su texto “Money, Morals & Manners”
el cual tiene como objetivo explorar las categorías culturales que las clases medias altas
francesas y americanas definen como estilos culturales valiosos. La autora se enfoca en
tres tipos de límites simbólicos, específicamente, los límites morales, los límites
socioeconómicos y los límites culturales. En cuanto a los primeros, la autora señala que
estos tienen como base el carácter moral, y se fundan en cualidades tales como la
honestidad, el trabajo ético, la integridad personal y la consideración por los demás.
Referente a los límites socioeconómicos, estos se dibujarían en base a juicios sobre la
posición social de las personas a través del éxito profesional, el dinero, el poder y el
status. Finalmente, en cuanto a los límites culturales, tienen como base la educación, la
inteligencia, los modales, los gustos y el desenvolvimiento dentro de la alta cultura. Cabe
señalar, y según lo expuesto por Fuller (2003), que estos límites emergen por medio de la
interacción volviéndose dominantes, prevaleciendo en un tiempo y contexto determinado
atravesando y oponiéndose a aquellos anteriormente creados, por lo que tienen carácter
más bien dinámico.
Por otra parte, los límites sociales refieren a las formas objetivadas en que se
estructuran y manifiestan las diferencias sociales, lo que se observa en el acceso
inequitativo y desigual a las oportunidades y posiciones de la estructura social como a los
recursos, sean estos materiales o inmateriales. Los límites sociales son nada más y nada
menos que los límites simbólicos presentados anteriormente, luego de un proceso en el
que son acordados abiertamente por los actores sociales, por lo que adquieren un
carácter coercitivo. Estos pueden observarse mediante patrones de asociación y de
comportamiento de carácter más bien estables. Lo anterior se observa en la cita a
continuación:
“(…) boundaries not only create groups, they also potentially produce inequality because
they are an essential medium through which individuals acquire status, monopolize
resources, ward off threats, or legitimate their social advantages, often in reference to
superior lifestyle, habits, character, or competences.” (Lamont, 1992: 12)
10
Esto puede ser visto en los diversos estudios que se han realizado sobre el tema, tratando casos como el
estudio de la música (Peterson & Simkus, 1992), la alta cultura en contraposición a la cultura popular (Crane,
1992), el estudio de la raza y el multiculturalismo en perspectiva comparada (Lamont & Mizrachi,, 2012;
Lamont, Fleming, & Welburn, 2012b), el estudio del género (Collins, 1992), y finalmente, estudios de clase
(Lamont, 1992).
- 17 -
Aun así, Lamont (1992, Véase también en Lamont y Molnár, 2002) sostiene que
los límites simbólicos son una condición necesaria pero no suficiente para la existencia de
límites sociales en la sociedad, lo que no implica que un límite tenga mayor relevancia
sociológica que otro, sino que ambos límites deben ser estudiados como igualmente
reales.
ENFOQUE TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN
La presente investigación pretende articular para el estudio de los repertorios
culturales acerca de la desigualdad social en Santiago de Chile un enfoque desde lo
experiencial utilizando la propuesta teórica de Michèle Lamont, con un enfoque situacional
y performativo, mediante la adopción de herramientas teóricas y metodológicas expuestas
por Boltanski y Thévenot. Para tal articulación utilizaremos algunos de los conceptos
expuestos en secciones anteriores, tales como, desde la sociología cultural, el concepto
de national cultural repertoires of evaluation, boundary work, symbolic boundaries y social
boundaries; y desde la sociología pragmática, se tomarán las conceptualizaciones acerca
de los criterios de justificación. El enfoque teórico11 del cual nos hacemos parte, nos
permite llenar los vacíos teóricos que por separado estas teorías no son capaces de
abordar en el estudio de la desigualdad social.
Por lo anterior, pretendemos realizar un mapeo de los repertorios culturales acerca
la desigualdad social, el cual nos permitirá esclarecer y caracterizar cómo se conforma en
Santiago de Chile y cómo los sujetos utilizan dichos repertorios para explicar y justificar la
desigualdad social que se vive día a día, posicionándonos en una perspectiva situacional
y experiencial, propia de los sujetos estudiados. En otras palabras, la investigación tiene
como finalidad comprender cómo las personas utilizan herramientas culturales que están
a disposición colectiva por medio de los repertorios para así, establecer, desde su
experiencia, diferencias entre ellos –generando pertenencias a grupos sociales
determinados- y los otros. También, se busca describir los límites simbólicos y sociales
que se establecen y que mantienen dichas diferencias. A partir de estos marcos, se nos
permitirá estudiar de cerca la desigualdad social imperante con un enfoque holístico y
comprensivo desde la perspectiva del sujeto.
DISEÑO M ETODOLÓGICO
La presente investigación tiene como perspectiva epistemológica el paradigma
llamado interpretativo, naturalista o humanista, o como Taylor y Bogdan sostienen,
fenomenológico. De este modo, se busca comprender y describir la realidad estudiada,
alcanzando aquello denominado como verstehen, que se refiere a la comprensión de las
acciones de los sujetos, sus motivos y creencias más arraigadas. Dicha comprensión se
aborda de forma holística, lo que significa que se estudian los escenarios y sujetos como
un todo, sin reducirlos a meras variables y teniendo siempre en consideración el contexto
en el cual se inscriben.
11
Ver Gráfico N°2 el cual explica el enfoque teórico en la sección H del Anexo en la página 63.
- 18 -
No obstante, podemos señalar que la investigación también cuenta con una
perspectiva epistemológica de tipo pragmática, la cual reconoce a los agentes como
aquellos que tienen la capacidad de establecer juicios propios y por lo tanto, el analista no
cumple solamente con el rol de interpretar. Cabe destacar, que estos paradigmas y la
metodología utilizada no tienen como pretensión última la generalización empírica de la
información recabada –que es lo que buscaría la estadística y en general la perspectiva
positivista-, sino más bien un desarrollo teórico que aspire a ampliar los límites del
conocimiento y posteriormente ser replicable en otros contextos dadas características
similares (Mason, 2005).
Además, esta investigación tiene un carácter tanto inductivo como deductivo. En
este sentido, por un lado -y debido a la participación de los investigadores en el Proyecto
Desigualdades- se desarrollan desde los datos obtenidos en dicho proyecto,
planteamientos teóricos; mientras que por otro lado – y de forma complementaria- nos
adscribimos a ciertas teorías que nos permiten una aproximación distinta al fenómeno
estudiado. Asimismo, se abordó un diseño metodológico flexible, asumiendo los
impedimentos que pueden surgir a lo largo del proceso investigativo. El paradigma
fenomenológico implica una cierta forma de presentarse y aprehender el campo de
estudio, o sea, una metodología particular y con ella ciertas técnicas de recolección de
información las cuales presentaremos a continuación12.
TÉCNICAS DE RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN13
A partir de lo anterior entonces, las técnicas de recolección de información que se
han utilizado en la presente investigación son: en una primera instancia -y debido a la
participación en el Proyecto Desigualdades- lo que llamamos juegos con cartas de
personas reales basados en una dinámica de focus groups y que se basan en lo expuesto
por Boltanski y Thévenot (1983) en su texto “Finding one’s way in social space: a study
based on games” que posteriormente se complementaron con entrevistas semiestructuradas a los participantes de forma individual14. En una segunda instancia, se
utilizaron historias de vida con algunos de los participantes de la etapa anterior para
profundizar ciertos aspectos tratados en esta investigación. Cabe aclarar que si bien nos
situamos en una perspectiva biográfica, el objetivo que pretende cumplir la utilización de
esta última técnica es el relato de los sujetos en cuanto a la desigualdad social que han
experimentado a lo largo de su vida, es decir, la utilización se dio adaptándose a las
situaciones que se presentaron.
12
La trayectoria analítico-metodológica presente en esta investigación se presenta en el diagrama que se
encuentra en la sección G del Anexo en la página 62.
13 Un gráfico explicativo (Gráfico N°1) puede encontrarse en la sección H del Anexo en la página 63.
14 La metodología que se utilizó para la realización de los juegos de cartas se encuentra sintetizada en el
documento de trabajo “Justificación de las desigualdades: metodología del juego de clasificaciones” (2012),
del cual los autores de esta investigación son coautores. Disponible en: www.desigualdades.cl
- 19 -

Juegos de Cartas15 y Entrevistas Semi-Estructuradas16
Los juegos se desarrollaron en los meses de marzo y abril del año 2012,
específicamente en tres fines de semana, con dos juegos en cada uno, los cuales
contaban con seis participantes en cada caso y con una dinámica del juego que contaba
con tres etapas. La primera etapa en la cual los seis participantes se dividían en dos
grupos de tres personas por grupo etario, constaba asimismo de cuatro partes, es decir,
una en la que los sujetos debían clasificar el mazo de cartas en la cantidad de grupos que
según ellos existen en la sociedad, llegando a acuerdo con los criterios de dicha
clasificación; otra en que los participantes, una vez acordados dichos criterios, debían
nombrar cada grupo, justificando la elección realizada; luego los participantes debían
elegir un representante del grupo creado y nombrado, es decir, aquel naipe que tuviera
las características típicas de cada grupo; y finalmente, los participantes debían ordenar
los grupos dejando en claro las cercanías, distancias o jerarquías que ellos observaban
entre estos grupos. Posteriormente, en una segunda etapa, los dos grupos con su
clasificación ya definida se reunían para darle a conocer al otro grupo su clasificación y
los criterios que usaron para armarla, así los seis participantes juntos debían llegar a una
nueva clasificación, utilizando las clasificaciones previas. Así, finalmente y como tercera
etapa, los participantes fueron entrevistados individualmente, en donde se abordaron
temas tales como la experiencia del participante en el juego, su opinión e identificación
con los grupos creados, su evaluación de las distancias y cercanías, la exploración de
sentimientos y deseos de movilidad del participante. A partir de estas etapas se puede
estudiar tanto la experiencia grupal y la dinámica de grupo que puede extrapolarse a la
sociedad como también las experiencias y percepciones más individuales.

Historias de Vida
La herramienta metodológica central de esta tesis de investigación son las
historias de vida, las cuales se conforman por medio de relatos subjetivos provenientes de
los sujetos a investigar, es decir, desde su propia experiencia. Dicha técnica se produce
con el fin de reunir los acontecimientos más significativos de la vida de los sujetos a
entrevistar en un período histórico concreto, mediante la construcción y transmisión de su
memoria, haciendo referencia a las experiencias que destaca, a través de un recuento
narrativo que considera todo aquello que supone relevante en su relato. Así “en la historia
de vida se revela como de ninguna otra manera la vida interior de una persona, sus
luchas morales, sus éxitos y fracasos en el esfuerzo por realizar su destino en un mundo
que con demasiada frecuencia no coincide con ella en sus esperanzas e ideales.” (Taylor
& Bogan, 2010: 102). Pero no únicamente la vida interior de la persona puede ser
reflejada a través de las historias de vida, es decir, no son solamente individuales, sino
15
Un ejemplo de los naipes utilizados en el juego de cartas se observa en la sección A del Anexo en la página
47.
16 En este apartado solo se abordan de manera sintética esta técnica de recolección de información. Para
una mayor interiorización en lo teórico debe remitirse al documento de trabajo denominado Tolerancia a la
desigualdad en Chile: valoraciones simbólicas, legitimación desde la subjetividad. Proyecto de Investigación
www.desigualdades.cl. Asimismo en la sección L del anexo, en el acapite “trabajo de campo” se encuentra
detallado el procedimiento realizado en esta etapa en la página 72.
- 20 -
que también representan la memoria grupal y colectiva (Delgado & Gutiérrez, 1999). Por
lo que es importante para la presente investigación debido a:
“cómo se construye en el tiempo la percepción de la desigualdad, entendida ésta no como
una categoría objetiva y medible, sino como una percepción que nace desde la subjetividad
de cada individuo (…) las historias de vida permiten que quien relata recomponga, a partir
de sus recuerdos, los procesos, las trayectorias, los hitos, los cambios y transformaciones
más significativas de su vida (…) la historia de vida aporta una mirada a través del tiempo.”
(Márquez, 1999: 26)
Así, las historias de vida permiten articular los significados subjetivos referentes a
la desigualdad social tomando en consideración las experiencias particulares de los
individuos. Se convierten entonces, en trascendentes documentos discursivos que
pueden permitirnos comprender las dinámicas históricas y las tensiones que se
manifiestan en la realidad social entre los sujetos y los usos de los repertorios culturales,
para así obtener una comprensión holística acerca de la desigualdad social dada en
Santiago de Chile y los limites simbólicos y sociales en cuestión desde la propia
experiencia de los sujetos. De esta forma las historias de vida posibilitan “la reconstitución
de la desigualdad a partir de distintas historias y relatos, [permitiendo] dar cuenta de un
‘nosotros’ que surge y se construye en contextos sociales comunes” (Márquez, 1999: 27).
Las historias de vida realizadas, las cuales se aplicaron a seis participantes de los
juegos anteriormente mencionados17, en base a temáticas que se abordaron a través de
los relatos de los sujetos entrevistados. En una primera instancia, estas temáticas se
enfocaron en aspectos biográficos, una vez relatada su historia de vida se le preguntó
sobre su identificación con los grupos sociales con los que se ha vinculado a largo de su
vida, haciendo referencia también a los grupos conformados en el juego en el cual ha
participado, se indagó principalmente en la evaluación del entrevistado sobre las
distancias y cercanías con los grupos que se ha relacionado, así como también se
buscará que nos hable sobre la existencia de sentimientos de superioridad, inferioridad,
indiferencia, hostilidad, aceptación, rechazo, temor, rabia, admiración y deseos de
movilidad del sujeto. Finalmente, se buscó que el sujeto vincule su experiencia con
desigualdad social18.

Muestreo Teórico
Para la consecución de las historias de vida anteriormente presentadas se realizó
un muestreo teórico –también conocido como muestreo intencionado- para seleccionar a
los sujetos a entrevistar, el cual se entiende como aquel que es deliberado según la
intención teórica que guía a la investigación, es decir, que responden a la literatura
estudiada o las categorías e hipótesis que han surgido anteriormente y que ayudan a
definir los casos a seleccionar para comprobar o contrastar la teoría emergente (MartínCrespo y Salamanca, 2007).
17
18
Esto se especifica más detalladamente en el Muestreo Teórico.
La pauta de preguntas de la historia de vida puede ser consultada en la sección K del Anexo, página 69.
- 21 -
Así como se escogieron a los sujetos a entrevistar en base al muestreo teórico que
se presenta a continuación, estos sirvieron como criterio para la selección de los juegos
de cartas analizadas. Es decir, si un sujeto pertenecía a un juego determinado, se escogió
este juego, lo que se hizo sucesivamente hasta alcanzar un máximo de tres juegos de los
seis que fueron realizados. De esta forma, se obtuvo la mayor cantidad y profundidad de
información de los casos obtenidos, pudiendo unir la dinámica situacional de los juegos
con la experiencia de los sujetos.
En ese sentido, se optó19 por criterios que muestran una mayor gama de
posibilidades y diferencias entre los sujetos, basándonos principalmente en lo teorizado
por Lamont, Boltanski y Thévenot. El muestreo entonces, se realizó tomando en cuenta la
conceptualización sobre límites simbólicos señalada en el marco teórico y desarrollada
por Lamont (1992), tomando en consideración la clasificación existente dentro de dicha
noción, o sea, los límites socioeconómicos, los límites culturales y los límites morales. A
través de estos, también se abordó la conceptualización de los límites sociales de forma
transversal en todo el muestreo teórico. En relación a los criterios utilizados para la
selección tanto de los participantes del juego de cartas como de los jugadores de estos
mismos juegos, se seleccionaron a los entrevistados en base a la clase social a la que
pertenecen, es decir, separándolos según clase media- baja o clase media- alta.
Debido al cruce entre la clasificación de los límites simbólicos y la posición de
clase de los sujetos entrevistados, se realizaron seis historias de vida a personas que
participaron en los juegos de cartas del Proyecto de Desigualdades, permitiendo esto un
mayor seguimiento de los sujetos con los cuales ya hemos trabajado y de los cuales se
tiene un conocimiento tal que nos permite profundizar aún más en las temáticas
anteriormente tratadas. Según esto, cada sujeto correspondió a una clasificación de los
límites simbólicos y a una posición de clase determinada, tal como se observa a
continuación:
TIPO DE LÍMITES/VARIABLE
CLASE
MEDIA BAJA
MEDIA ALTA
Socio-económicos
Sujeto N°1
Sujeto N° 2
Culturales
Sujeto N° 3
Sujeto N° 4
Morales
Sujeto N° 5
Sujeto N° 6
APROXIMACIÓN ANALÍTICA AL C AMPO
En la presente investigación un punto importante a tratar es el de la triangulación
de información recogida, la cual se generó por medio de un análisis que incorporó
visiones de mundo diferentes y permitió contrastar diferentes puntos de vista analíticos,
generando mayor riqueza para el análisis posterior. Así, un primer tipo de análisis
realizado refiere al análisis situacional, el cual se entendió como aquel mediante el cual la
realidad es abordada de forma compleja e incluyente, en este sentido, el análisis
19
Para ver cuáles eran los criterios o características que pudieron haber sido tomados en cuenta para esta
selección ver sección H de los Anexos en la página 66.
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situacional se utilizó para la descripción de las dinámicas que se dieron al interior de los
juegos de cartas, los criterios – o sea, los límites simbólicos ya sea de tipo moral,
socioeconómico y/o cultural- que se impusieron para la conformación de la clasificación a
la que llegaron los grupos y las razones de esta clasificación.
Se realizó asimismo un análisis de contenido20 en cuanto que existen ciertas
estructuras significativas de relaciones o temáticas que fueron estudiadas con mayor
énfasis y definidas con antelación al análisis (Ruiz, 2009), como ocurrió efectivamente con
los límites simbólicos definidos por Lamont (1992, 1992b, 2000), así como también los
criterios de justificación -expuestos por Boltanski y Thévenot (2006). En este sentido el
análisis de contenido nos permitió centrarnos en los temas en torno a los cuales se
desarrolla esta investigación, así como de la misma manera los sentidos latentes que se
observan en las historias de vida. Cabe destacar que se utilizó este tipo de análisis para
los datos recopilados a través del análisis de los juegos de cartas y las historias de vida.
La última forma de análisis refiere al análisis biográfico realista el cual relacionado en gran
medida con la teoría fundamentada, es decir, se trata de un procedimiento de análisis de
tipo inductivo que permitió analizar los significados que los sujetos asignan a sus propias
historias de vida, este permitió aportar información de las experiencias de los sujetos y
para consolidar y clarificar algunos conceptos teóricos analizados anteriormente.
A continuación, se presenta un cuadro de resumen en el cual se explicitan los
principales puntos tratados a lo largo del trabajo de campo, con cada uno de los sujetos
entrevistados. Se diferencia la presentación de los resultados previos según la etapa del
trabajo de campo de donde se extraen los datos, así se denomina JC al juego de cartas,
EP a la entrevista en profundidad realizada posteriormente y HV a la historia de vida.
Cabe destacar que en el caso del sujeto N°2 no se realizó historia de vida debido a
problemas con el contacto21.
20
No se entenderá este análisis como lo hace Berelson (1952, citado en Andréu, 2000) según el cual el
análisis de contenido apunta a una cuantificación de la información, sino que como señala en la actualidad la
tarea está en el interpretar el texto.
21 Para mayor información, puede ser revisado en la sección N del Anexo en la página 368 referente al
Análisis Descriptivo del Material.
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SUJETO N°6
SUJETO N°5
SUJETO N°4
SUJETO N°3
SUJETO N°2
SUJETO N°1
CUADRO DE RESUMEN DEL ANÁLISIS DESCRIPTIVO DEL MATERIAL
Límite predominante: Socio-económicos, específicamente clasificando según el ingreso de las personas (JC), junto con criterios morales –ética del trabajo y esfuerzo.
Acerca de su posición social: Se identifica con la clase media esforzada desde esa posición observa que se puede relacionar con todas las clases sociales (EP). Su
posición de origen viene dada por una familia que “ha luchado para salir adelante” (HV)
Acerca de la estructura chilena: Se refiere clase baja en la cual podemos encontrar por un lado personas que buscan superarse, por otro lado un grupo que “abusa de lo
que es ser pobre, como que confunde la pobreza a aprovechamiento” con el cual dice sentirse incómoda. Observa a la clase alta como una clase más homogénea (EP).
Acerca de la desigualdad: Las distancias entre grupos sociales crean desigualdades que se han mantenido a lo largo del tiempo, debido a la voluntad y a características de
los gobiernos, los cuales son definidos como “clasistas” y de “viejos” (HV).
Límite predominante: Socio-económico, realizó una clasificación considerando los perfiles de las personas, en donde consideraba el ingreso de las personas, la comuna de
residencia, la posesión de bienes e incluso el nivel educativo (JC).
Acerca de su posición social: señala que no necesariamente uno se identifica sino más bien tiene que ver con vivencias o el lugar en el cual nació, con las personas que se
relacionan, el lugar donde viven. Su grupo es definido con características determinadas, así como también una clase en la cual sus características positivas están dadas por
el esfuerzo y que trabaja para buscar la felicidad. Sostuvo pertenecer a la clase media, y le gustaría que sus hijos pertenecieran a la misma clase, ya que la califica como una
clase de trabajo y esfuerzo, que le hace valorar todo aquello que logra conseguir (EP).
Acerca de la estructura chilena: Para el entrevistado la sociedad se separará en un futuro en solamente dos clases grandes, una clase alta y una clase que aglomerará a
las clases más bajas y medias-baja, y no existirán las clases medias (JC, EP).
Acerca de la desigualdad: Sostiene que Chile es un país muy clasista, situación que es muy penosa que se pueda clasificar al tener tan poca información de las personas y
que dicha realidad no pasa en otros contextos, relatando su experiencia en otros países (JC).
Límite predominante: Lo que predomina en el discurso de Patricia, en específico la formación personas, tanto en integridad personal como en modales y desenvolvimiento
con los demás (JC, EP). Da cuenta de que la formación valórica y familiar es sumamente relevante, incluso en mayor nivel que la tenencia de bienes y servicios (HV).
Acerca de su posición social: Patricia se identifica con la clase baja, que se caracteriza por la humildad y sensibilidad, pretende formar parte de la clase media –aunque
negó que existiera esta clase-, pero no por ella misma sino que por la aspiración y la lucha que da por su hijo mayor para que él pueda lograrlas metas (EP, HV). Se observó
la dura vida de Patricia, da cuenta de la pobreza que vivió en su infancia, el haber desertado el colegio en octavo básico y las vivencias familiares (HV)
Acerca de la estructura chilena: No está de acuerdo sobre la existencia de tres grupos en la sociedad chilena, más bien señala que para ella no existe la clase media (EP).
Acerca de la desigualdad: Sostiene que es una situación de suma injusticia que no debería existir pero que siempre ha existido ya que hay gente ambiciosa de poder (HV).
Límite predominante: Propuso clasificar los grupos por criterios culturales, nivel educacional (JC). Señala que no fue aceptada (EP) realizándose la clasificación nivel de
ingresos. Valora el nivel educacional pero también da cuenta de una educación –valores- que viene de cuna (HV)
Acerca de su posición social: Se declara como clase media acomodada, que a lo largo de su vida no le ha faltado nada. Con una enfermedad que vivió señala que tuvo
grandes cambios pero no le afectó más allá a su posición, aun cuando debió cambiarse de trabajo (HV)
Acerca de la estructura chilena: Cuando se refiere a las distancias entre los distintos grupos sociales sostiene que las mismas “reflejan que hay una desigualdad muy
grande (…) en términos de oportunidades de educación”. (HV)
Acerca de la desigualdad: En ese sentido, señala que la desigualdad seguirán existiendo y se deben a un tema de educación (EP)
Límite predominante: Prioriza elementos tales como la profesión y la religión. La clasificación se genera por el nivel educacional (JC) La religión es un eje fundamental,
factor que lleva al sujeto a llevar adelante un vida de sacrificios y de ver la vida “con otros ojos (EP).
Acerca de su posición social: Dice ser de clase media, sostiene haber tenido una vida sumamente sacrificada y haberlo “vivido todo”, y sostiene haber llegado a una
posición en donde el consumismo y el endeudamiento son elementos característicos. (HV)
Acerca de la estructura chilena: Se muestra crítico a las clases más bajas, a las cuales las desprecia abiertamente. Se muestra deseoso de haber pertenecido a una clase
más alta principalmente por los lujos a los cuales tienen acceso, a la vida de placeres y porque pueden trabajar menos (HV)
Acerca de la desigualdad: En cuanto a la desigualdad social sostiene que es una situación injusta que no debería ocurrir. Se refiere de forma crítica a los beneficios que
reciben las clases más bajas por parte del Estado, por lo que sostiene no creer en la política como motor de cambio
Límite predominante: Sostuvo criterios educacionales y dejando en un segundo plano los criterios socio-económicos. No quería sexo , ni según la religión ya que sostuvo
que eso ya no es un tema relevante (JC)
Acerca de su posición social: Proviene de una clase media acomodada –que al parecer era más clase alta acomodada- a ser una mujer madre separada trabajadora (HV)
Acerca de la estructura chilena: Sostiene que las clases altas y las clases bajas mantienen grandes distancias entre sí, su único vinculo es laboral, mientras que la clase
media no es “ni chicha ni limonada”, ya que es una clase que se encuentra distanciada de ambos extremos de la escala social (JC) (HV)
Acerca de la desigualdad: Entiende a las desigualdades en Chile como un fenómeno inmutable, estas se encontrarían de forma interrelacionadas y se habrían dado
históricamente, por lo que no cree que exista una solución cortoplacista y no es muy positiva tampoco con ver grandes cambios en el futuro (EP)
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RESULTADOS
LA EXPERIENCIA COMO CONSTRUCTORA DE CATEGORIZACIONES SOCIALES
La experiencia personal de los sujetos es fundamental a la hora de explicar y
entender las categorizaciones sociales y el trabajo de límites que realizan en su vida
cotidiana. En otras palabras, los sujetos utilizan tanto herramientas individuales – sus
historias de vida- como herramientas disponibles colectivamente –el repertorio cultural
sobre la desigualdad social- para concebir la estructura social en la cual se encuentran
inmersos. Todo lo anterior se evidencia en las citas a continuación:
“(…) Mi abuelo toda la vida muy esforzados, entonces yo creo que de la perseverancia de
ellos nosotros aprendimos. O sea ya todos los que estamos mas adultos se puede decir,
aprendimos de ellos. Mi abuelo por ejemplo fue municipal, entonces pucha era las 5 de la
mañana levantándose para irse a trabajar y siempre ahí, él ahí, ahí, ahí trabajando para
que no faltara nada en sus casas, para que sus hijos no les faltara nada. Entonces
crecimos con esa mentalidad que las cosas siempre contaban, que había que esforzarse,
entonces y allí yo y él ejemplo de ellos, o sea que puta toda la vida trabajaron, mis abuelos
también toda la vida trabajó, mi papá igual toda la vida entonces uno siempre trata de
cambiar las cosas, de hacer que las cosas den un vuelco” (Lorena, Historia de vida,
Clase media-baja)
A partir de lo anterior, se observa que Lorena define a su familia de origen como
una familia “súper esforzada (…) [ya que hemos] aprendido que había que luchar para
tener las cosas, o sea nada te lo daba gratis la vida. Crecimos con ese espíritu de vida, o
sea, nadie iba a tu puerta a golpearte y regalarte nada”. Asimismo, define a su padre
como una persona que siempre ha sido muy sacrificado, muy independiente”, por lo que a
pesar no tuvo la posibilidad de tener mayores estudios porque tampoco poseía los medios
para realizarlo, siempre se preocupó de que “nunca faltase nada”.
Por, otra parte, y en cuanto a una experiencia vivida por su hija, cuando sus
compañeras del colegio “la catalogaron como cuica”, la causa de esta supone Lorena que
es debido a que entre su hija y sus compañeras de ese entonces “la crianza era distinta y
la educación también, los valores, los principios que le habían inculcado eran distintos”.
Crianza que viene dada por su familia de origen, referente a un criterio moral relacionado
con la ética del trabajo del esfuerzo así como también uno de tipo cultural sobre recibir y
valor la educación. Esto también se vislumbra en la historia de vida de María Inés, quien a
pesar de haber estado experimentado a lo largo de su vida una posición acomodada con
muchas más privilegios, y tal como ella sostiene, una posición que escondía la “realidad”,
ya que señaló: “a ver, yo sabía que la luz se apagaba, no que se pagaba (…) entonces
cuando conocí la realidad fue súper fuerte.”. Sin embargo, al convertirse en una madre
separada y trabajadora, como ella mismas se define, explica que su vida también ha sido
marcada por el esfuerzo, por ser una vida de lucha y de sacrificio, tal como se observa a
continuación:
“(…) Como que te pegaran un combo, po. No es fácil, pero es lo que hay, es lo que te tocó y
yo frente a lo que me toco, tengo que apechugar nomás, me guste, no me guste (…) te
fijai? No hay más que hacer nomás. No sirve quedarte en una silla esperando a que te
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ayuden, que llegue el mana del cielo, que alguien haga algo por ti, digamos. Teni’ que
hacerlo tu nomás (…) Ahora, esa es mi teoría, hay gente que si se sienta a esperar a que
la ayuden, yo no. Había que salir adelante y se salió adelante, po. Se salió, porque ya a
esta edad, me imagino que ya estoy (…) estoy terminando el cuento ya po.” (María Inés,
Historia de vida, Clase media-alta)
Otro caso ilustrativo de como la experiencia construye categorizaciones sociales, y
moldea la forma de entender el mundo social es la de Patricia, quien da cuenta de una
vida de miseria, de una vida de sacrificio y pobreza, de constante y arduo trabajo, lo que
explicaría su forma de entender las clases sociales y de la forma en que estas se
movilizan en la estructura social. Asimismo, se relaciona con los planteamientos de
Bourdieu (1991) ya que esta mujer, quien tiene un origen de clase baja, y a pesar de dar
cuenta de una sociedad injusta y egoísta sostiene que la explicación de su propia
posición, de su nivel de ingresos, estaría dada por su nivel educacional, pero también y
más importante aun, por categorizaciones morales, como es el hecho de ser mediocre, tal
como la entrevistada sostiene.
“Y con él nos cambió la vida porque salimos entre comillas un poco de la pobreza porque
ya había que llegaba con la platita, con todo eso pero yo tengo por ejemplo recuerdos de
niña de Navidad sin luz, sin agua, sin regalos, que ponía los zapatos en la ventana
inocentemente pensando que te iba a llegar algo y (...) y nosotros dentro del proceso que
empezamos a crecer, empezamos a madurar (...) mi hermano. Íbamos al colegio, yo
empecé (...) mi mamá me puso a los 9 años al colegio, primero básico yo estaba en (...)
con 9 años y yo tuve este de inasistencia y repetí en primero básico, o sea con 10 años yo
estaba en primero básico y yo salí, yo llegué hasta octavo y salí con 18 años de octavo
¡qué vergüenza! (…) Yo la pobreza, yo puedo hablar con (...) se puede decir con propiedad
porque yo (...) yo la viví, la palpé y (...) o sea, ha sido parte de mi vida” (Patricia, Historia
de vida, Clase media-baja)
“(…) yo siempre el discurso que yo le doy y que ahora me retracto "estudie hijo que de la
plata me encargo yo" ¿sabe qué? Antes del movimiento(...) estudiantil, pensaba así, pero
ahora no pienso(...) o sea, esfuerzo voy a hacer, yo no me voy a quedar por esfuerzo, yo
voy a salir a vender, si tengo que salir a vender a la micro(...) a mí no me va a(...) no voy a
sentir vergüenza y(...) no voy a dejar de hacer cosas para que mi hijo estudie(...) pero yo
ese discurso que le daba, ya no se lo digo porque(...) si yo no soy una persona que
estudio, no pretendo ganar más de lo que gano porque no tengo estudios, mi esposo
tampoco(...) él también llegó hasta segundo medio. Entonces no tenemos una expectativa
que dijéramos "así podemos llegar a ganar un millón". No podemos porque con qué si las
personas que estudiaron si pueden pretender tener un sueldo de eso, pero nosotros no
porque mediocre, es fea la palabra porque somos mediocre porque no estudiamos y yo
siempre me repelo, yo siempre digo "los que no estudiamos, jodimos, no estamos ahí" no
podemos pretender eh(...) subir más porque también esta sociedad, tampoco lo permite
porque no te permite no te da las herramientas, no te da el espacio, no te el incentivo,
eh(...) esta sociedad sucia, es egoísta, es fijona, no, no resalta lo bueno de ti, busca lo
malo de ti. Entonces nunca vamos a poder nunca, en esta sociedad no podemos, vamos a
ser siempre mediocre. Eso.” (Patricia, Historia de vida, Clase media)
A partir de los casos ilustrativos de Lorena, María Inés y Patricia, se puede
argumentar que se presentan como pertenecientes a familias en que el esfuerzo es la
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ética de trabajo predominante –hecho que se da en todos los entrevistados
indistintamente-, así como también se encuentra presente a la hora de referirse a los
valores que les trasmiten a sus propios hijos. Así, se observa que en las historias de vida,
existe una mayor preponderancia de los límites morales que en las instancias anteriores,
es decir que se hace referencia a elementos como los valores entregados en la familia, la
crianza, el esfuerzo y en general a la familia de origen como criterio determinante de las
posiciones sociales y de la forma de entender el mundo, de posicionarse en él y en última
instancia de comprender la desigualdad social imperante.
EDUCACIÓN COMO FACTOR DE IGUALDAD-DESIGUALDAD
Un factor de movilidad social determinante para los entrevistados sería el acceso a
la educación. Aun así, entre los mismos se presenta dos posiciones distintas respecto de
la educación, ya que por un lado algunos de los sujetos la consideran como causa o
explicación más importante de la desigualdad en Santiago Chile. En el sentido de que
consideran que solo aquellos que poseen un nivel de educación superior –es decir,
universitarios- tienen la posibilidad de movilidad social de tipo ascendente, tal como se
observa en las citas a continuación:
“(…) no hay otra posibilidad de salir de la pobreza, si no es con educación, no hay no existe
otra. No sirve, no sirve la mediagua, no sirve el aguinaldo, no sirve el bono por hijo, no, no
sirve, si eso no, no, no, no puede ser. Entonces, y tu vei que van generación y generación
haciendo lo mismo… es muy raro, o sea, súper raro que de ese, ese núcleo, pum salga
alguien de repente, pasan más de una generación en eso, mucho más (…)”(María Inés,
Historia de vida, Clase media-alta)
“(…) lo otro importante es la educación. Uno con poco educación, son muy pocas las puertas
que se le abren. Cuando no es universitario la persona, no tiene una profesión, es muy
difícil, lograr buenos trabajos, yo felizmente aprendí todo lo que es trabajar en maderas y
esa fábrica de puertas me dio una ventana para salir al mundo, me abrió una ventana y
gracias a eso salí adelante, pude comprarme esta propiedad, arreglarla, usar los
conocimientos del haber trabajado en una fábrica de puertas, amononar [sic] la casita lo
mejor que se ha podido, hacer los muebles y eso me ha dado mucha satisfacción” (José,
Historia de vida, Clase media- baja)
Por otro lado, otros de los entrevistados señalan que la influencia para permitir
movilidad social de tener una mayor educación es menor ante otros mecanismos como el
origen familiar o el nivel educacional de base, como es el caso de Germán, o de otro
modo, por los contactos que tienen las personas al momento de ingresar al mundo
laboral, y las capacidad y habilidades de las personas que no se desarrollan
necesariamente en una institución formal, tal como se observa en el caso de Lorena.
Ambos evidenciados a continuación:
“es muy distinto tener un técnico a universidad completa porque universidad completa da lo
mismo que hagan siempre pueden subir, un técnico siempre se va a mantener”. (Germán,
Juego de Cartas, Clase media-alta)
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“(…) a veces no influye el tener a lo mejor tanto estudio superior, si no tienes un buen
contacto (...) porque ahora lamentablemente todo lo que son los trabajos se ve más que
nada o por valor suerte, como decíamos nosotros, o por contacto de repente, porque había
gente que podía tener estudios superiores (…) y podían estar ganando un sueldo que era
muy inferior a todo el esfuerzo que había tenido para llegar. En cambio había otro tipo de
gente que no necesariamente tenía estudios superiores pero tenía un sueldo (…) y que
estaban más alto de la media” (Lorena, Entrevista en profundidad, Clase media-baja)
“(…) me di cuenta que, de repente no influía tanto el estudio, porque habían muchos que
eran universitarios pero recibían distinto ingreso, en cambio había otros que eran técnicos
o eran media completa y tenían ingresos igual que la clase media, o sea clase, estaban en
la media hasta 450, 700 inclusive. Unos que son universitarios también reciben 750,
comparados con otros que son universitarios reciben 3 millones (…)” (Lorena, Entrevista
en profundidad, Clase media-baja)
Cabe destacar las visiones de los entrevistados acerca de la posibilidad de un
cambio en la sociedad actual, en específico una disminución de las desigualdades. En
este aspecto, las generaciones serían –según los entrevistados- los motores de cambio
para una sociedad chilena más tolerante e igualitaria, mientras que existe otra visión que
habla sobre la mantención de las condiciones actuales en cuanto a la desigualdad, ya que
sostienen que “siempre ha existido y siempre seguirá existiendo”.
“Pero desgraciadamente yo te digo, la desigualdad va a seguir hasta que no haya un
cambio, yo pienso que (...) generalizado de gobierno. Mientras no salga la gente adulta que
está en el gobierno, no va a cambiar porque tienen la mentalidad antigua, entonces
mientras tengan esa mentalidad vamos a seguir igual. Los pobres van a seguir siendo
pobres, los ricos van a seguir siendo ricos, la clase media va a seguir trabajando. Yo
pienso que el cambio lo va a hacer la juventud, cuando haya un gobierno más joven,
porque van a tener otra mentalidad, otra perspectiva de (...). se van a arriesgar más (...) yo
creo que se van a arriesgar más fíjate, a incorporar nuevas cosas, nuevos proyectos (...)”
(Lorena, Historia de Vida, Clase Media Baja)
“se pueden mantener, pero (...) creo que con un, con un gran imponentes que van a ser
nuestros hijos porque nuestros hijos, creo que ya están más preparados, están recibiendo
más información y(...) y no viven en le mundo que vivíamos nosotros, un mundo tan
secreto, en un mundo tan, tan oculto, tan negro, tan turbio o tan pacos que éramos”.
(Patricia, Historia de vida, Clase media-baja)
“Pero yo creo que Chile ha sido siempre igual, lo que pasa es que ahora parece que
pensamos un poco más, podemos un poco más, está más abierto el mundo.” (María Inés,
Historia de vida, Clase media-alta)
SOBRE LAS CLASES SOCIALES: ENTRE EL ESFUERZO Y EL CONFORMISMO22
Es posible sostener que el imaginario existente entorno a los extremos de las
clases sociales – es decir, de las clases bajas y en las clases más altas- se da forma
polarizada y a veces contradictoria, con esto nos referimos al hecho de que los
22
El acápite puede ser visto de forma gráfica en la sección H del Anexo en la página 64.
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entrevistados –los cuales se identifican en su mayoría con la clase media- aluden a dichos
grupos por medios de pares categoriales tales como rico-pobre, esforzado-no esforzado,
flojo–no flojo, conformista–no conformista. En consideración a esto, al referirse a las
clases más bajas se vislumbra que estas clases son entendidas por los entrevistados y
entrevistadas desde dos fragmentos de clase al interior de esta. Por un lado una clase
baja o una pobreza “conformista” compuesta por personas que no se esfuerzan ni se
dedican a salir de la posición en la cual se encuentran, que prefieren “la vida fácil” y el
“camino corto”. Por otro lado, dan cuenta de una clase baja caracterizada por el esfuerzo
y la constante ética de trabajo, es decir, serían aquellos que si bien poseen baja
educación y que “les cuesta ganar en la vida”, se esfuerzan en el día a día y buscan la
“superación” de sus posiciones sociales actuales. Por tal motivo, los entrevistados los
denominan y clasifican como “esforzados” –con la cual se identifican algunos participantes
o mayoritariamente identifican a su familia de origen-. Sin embargo, si esta superación y
esfuerzo no son fructíferos, es decir, se esfuerzan pero este no posibilita el ascenso en la
escala social, estos s sujetos reciben el nombre de “estancados”.
“(…) bueno por lo que uno percibe en ellos es que hay resentimiento entre la clase pobre y
la clase que tiene mucho. Puede ser resentimiento, puede ser envidia, hay mucha envidia
por lo que otros tienen y que uno no pueda tener. Hay gente que se acostumbra a que todo
se lo den, no se esfuerzan, no trabajan. Entonces uno piensa que la vida no puede ser así.
La vida tiene que ser de trabajo, de esforzarse, de adquirir algo, de hacer méritos para
obtener lo que uno quiere.” (José, Historia de vida, Clase media-baja)
“La mayoría de los delincuentes son de bajo nivel. Entonces bueno habría que preocuparse
por ese lado también, de buscarle cómo educarlos mejor, cómo formarlos o cómo
recuperarlos, porque si usted se pone a conversar con un delincuente, el delincuente está
acostumbrado a la vida que lleva. Si usted le dice: "oye porque tú no podrías mejorar, a lo
mejor te metes a, a un taller donde te pueden enseñar cómo cambiar un neumático, cómo
arreglar una pana ¿no te gustaría eso?" "pucha, es que es tan sucio y tengo que cumplir un
horario y aquí shh gano el billete en un ratito y después me doy la gran vida". Entonces se
acostumbran a esa vida fácil” (José, Historia de vida, Clase media-baja)
“Por ejemplo yo aquí veo a los lolos de repente estos que les gusta la vida fácil, que andar
vendiendo droga o robando, que pa' ellos, esa gente me da rabia, me molesta, me molesta
porque yo encuentro que no, es como la (...) la peste del país, son los que(...) los
perdedores, los que no tienen sueños, no tienen aspiraciones y que desgraciadamente
hacen que cataloguen al resto por culpa de ellos, por sus comportamientos (…) porque me
molesta, me carga esa idea (…) nadie va ha venir y te va a dar las cosas porque sí,
desgraciadamente no estamos en un país o no tenemos los medios como para decir: " a
ya, no importa si quiero comer, como, si quiero trabajar, trabajo y si no, no". No, porque
lamentablemente el que no trabaja, no subiste no vive, no come, nada. Entonces yo no
tengo problemas en relacionarme con ningún tipo de gente pero me molesta la gente floja,
no soporto al dejado, al flojo, al que va por el camino corto y no le gusta el camino largo”
(Lorena, Historia de Vida, Clase media-baja)
“súper esforzada (…) [ya que hemos] aprendido que había que luchar para tener las cosas,
o sea nada te lo daba gratis la vida. Crecimos con ese espíritu de vida, o sea, nadie iba a
tu puerta a golpearte y regalarte nada” (Lorena, Historia de Vida, Clase media-baja)
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“ (…) mi padre igual toda la vida se esforzó, o sea que siempre nunca faltara un plato de
comida por ejemplo, él trabajaba, él hacía de todo, aseo, mi madre hasta planchado,
lavado, con tal con que a nosotros no nos pasara, no nos faltara nada, o sea, ellos nunca
anduvieron pidiendo ayuda, no, no, no(...) siempre se esforzó, en ese sentido fue como
siempre, súper orgulloso, muy orgulloso de que no, no tengo porque estar mendigando
nada, para que el día de mañana me estén pisoteando, no, en ese sentido fue así bien
esto, siempre estuvo bien claro sus principios, pero siempre muy esforzados.” (Lorena,
Historia de Vida, Clase media-baja)
Al momento de referirse a las clases altas, el imaginario que emerge hacia este
grupo son los de una clase que se ve lejana a la realidad propia de los participantes,
posiciones difíciles o improbables de alcanzar por estos y los miembros de su familia.
Esto puede ser visto en los nombres de las clasificaciones que los entrevistados
realizaron en los juegos de cartas, denominando a estas clases como las de los
“ganadores”, los “oro”, “los triunfadores” o “exitosos”. También es posible señalar que
existen tanto valoraciones negativas como positivas hacia esta clase. Negativas en el
sentido de que la clase alta es una clase que se caracteriza por ser un grupo selecto que
se encuentra en una “burbuja aislada” y “egoísta”, “consumista” y preocupada de los
bienes materiales y los lujos, buscando obtener beneficios de los otros sujetos. También
es caracterizado como un grupo que busca reproducirse a través de los contactos
existentes entre estas clases que posibilitan que los miembros de esta clase ocupen
constantemente los puestos más valorados de la sociedad, permitiendo así la mantención
de sin mayores complicaciones de un nivel de vida determinado, lo que es de manera
negativa por personas de otra clases. Cabe señalar que la visión negativa de la clase alta
es asociada frecuentemente a lo que los entrevistados denominan “nuevos ricos”, quienes
han alcanzado las posiciones más altas debido a “un golpe de suerte” u otras
circunstancias que posibilitan el ascenso.
“Porque poderosos han habido y siempre lo van a haber, ambiciosos de poder, de que no
les pase o sea, de esto que no les interesa el dolor ajeno, de esto que da lo mismo si tiene
o no comiendo, total yo tengo mi guatita llena, de la inoperancia, de la ignorancia, de la
falta de (…)” (Patricia, Historia de vida, Clase media-baja)
“Lo que pasa es que yo los clasifico más como perfiles, entonces como que me llevo más
por el perfil y pa´ mí así vas variando el clásico, obviamente respeto lo de ustedes pero yo
igual voy variando en dos clases”. (Germán, Juego de Cartas, Clase media-alta)
“ella ya venía con la marraqueta, o sea, que venía con el pituto (…) que su papá era amigo
y la llevó a ese puesto que está y representa la clase alta” (Patricia, Juego de Cartas,
Clase media-baja)
De la misma manera, existen valoraciones positivas de dicha clase que tienen que
ver con que esta clase se presenta como una clase “moderada”, “sobria”, que posee alta
cultura y buen gusto. Características que serían consecuencia de la ética del trabajo
relacionado con el esfuerzo de estas personas por lo que ellas serían merecedoras de la
posición que han adquirido o en la cual están insertos. No obstante lo anterior, se
observan algunas objeciones a esta clase, específicamente en los jóvenes o los “hijos de”,
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quienes serían sujetos que derrochan los recursos a los cuales tienen accesos desde
pequeños.
“Ahora si uno se fija en las clases alta, uno queda maravillado como viven (...) (silencio) Yo
claro, yo sé buena gente, el trato que tienen con los hijos, con las personas que lo rodean
tienen un trato mejor. Hay excepciones también. Hay ricos que son diferentes, que a uno lo
asustan y a mí me tocan de todo. Me toca gente que es muy buena, uno dice: "esta gente
nació en cuna de oro" porque para ellos es normal eso, pero hay otros dicen son los
nuevos ricos. Entonces en el comportamiento” (José, Historia de vida, Clase media-baja)
“Y tuve mala experiencia, porque la empresa no fue llevada muy bien después de que
murió el que era cabeza de la empresa industria, que era el papá de los jóvenes que
heredaron y ellos no supieron administrarla. Y uno cuando comienza a fijarse en este tipo
de situaciones que se producen, que los jóvenes heredan las empresas que los padres les
costó tanto (...) formar, la pierden, generalmente la pierden, porque no sé como que se ven
deslumbrado con la situación que les ha dejado el fallecimiento de sus papás y no saben
llevarla a adelante, o sea, no tienen la experiencia o la cabeza no les dio para poder dirigir
una industria tan grande.” (José, Historia de vida, Clase media-baja)
Por otro lado, la clase media con la cual los participantes se identifican se ve como
una clase media heterogénea que a través del esfuerzo ha podido ascender en la escala
social, esfuerzo que también han tenido que mantener para confirmar la posición social en
la que se encuentran, ya que se presenta como un grupo sumamente vulnerable con
posibilidad de “volver a caer” a clases más bajas, situación que les causa una constante
inseguridad en su vida cotidiana. Sin embargo, también podemos dar cuenta de
valoraciones negativas de estas clases medias, ya que muchos de los entrevistados se
refieren a una clase media-alta la cual buscaría pertenecer a través de las apariencias a
estratos sociales más altos, sería una clase que es definida como “falsa” y “arribista”,
“flotante”, debido que no poseerían mayor arraigo en la clase media pero tampoco poseen
los medios ni el bagaje cultural para pertenecer a la clase alta.
“E: Y la clase media con la que usted se identifica (…)
MI: No es ni chicha ni limonada (…)
E: (…) no es ni chicha ni limonada (…)
MI: No es nada.
E: ¿Cómo se relaciona con las clases (…)?
MI: Flota po´, entonces se puede relacionar pa´ arriba o pa´ abajo, sin conflictos (…)
cuando se relaciona pa´ arriba, se disfraza de clase alta y cuando se relaciona pa´ abajo,
se disfraza de clase baja (…) claro, esa es la clase media, flotante. Claro, yo puedo ir
perfectamente bien a una comida al Club de Polo y ni siquiera me van a decir “no entre”.
Puedo ir perfectamente bien (…) a una población cualquiera, y sentarme con un mate con
Doña Rosa a conversar. Pero, el que se relaciona conmigo en el Club de Polo, no va a ir a
sentarse con el mate con la Señora Rosa, y la Señora Rosa tampoco (…) no va a poder, va
a ir a lavar la ropa, no sé, a planchar (…) pero yo creo que la clase media es la clase
flotante po´. (…) A esa pertenezco, a una media flotante, que flota pa´ allá, que flota pa´
acá. Pero no está en ninguna parte, no tiene nada, no tiene ni pa´ allá ni tiene pa´ acá. No
eri ni pobre ni erí rico” (María Inés, Historia de vida, Clase media-alta)
- 31 -
Un relato que escapa de la clasificación anteriormente presentada que refiere a
tres grandes clases en la sociedad chilena, segmentadas y diferenciadas entre sí, alude a
la representación de por un lado una clase poseedora de recursos y por tanto con la
capacidad o posibilidad de explotar a una clase sin los recursos y que debe trabajar en el
día a día para su subsistencia. Así no existirían clases medias ya que debido a la
ambición y deseos de poder del ser humano, existiría una dominación del primer grupo
social por sobre los otros. En ese sentido, los entrevistados que posee este imaginario
señalan la existencia de dos grupos en la sociedad, los ricos y los pobres:
“si yo dejo de trabajar, me muero de hambre (…) no tengo de donde, no es como el rico
que tiene que trabajar y tiene sus ahorros” (Patricia, Historia de vida, Clase media-baja)
“Por ejemplo, cuál es la clase media, de la señora que lava la ropa, hace el aseo y el hijo
que está estudiando… el hijo va a ser clase media, porque el hijo se esta esforzando, esta
estudiando con las lucas con las que yo me estoy sacando la mugre para que mi hijo pase
a la clase media, esa es la aspiración. En el juego yo veía dos grupos, ricos y pobres, la
clase media no existe, nos tienen convencidos de que todos somos clase media, pero si
nos ponemos a indagar, no hay clase media. Ricos y pobres, no hay mas, uno y dos”
(Patricia, Entrevista en profundidad, Clase media-baja)
“La clase, esta con esta más unida y esta con esta más alta y estos dos más separados y
pa´ mi es como, porque yo creo que al final la clase social en Chile se va a separar en dos,
dos conjuntos así grandes, la clase alta y va a quedar la clase media más baja, se van a
separar las familias en dos segmentos y que yo creo algún día va a pasar eso no mas, que
va a estar la gente que tiene plata no más y la gente que no tiene plata y la que está al
medio se va a ir eliminando con el tiempo por eso yo (…)”(Germán, Juego de Cartas,
Clase media-alta)
“Los pobres van a seguir siendo pobres, los ricos van a seguir siendo ricos, la clase media
va a seguir trabajando” (Lorena, Historia de vida, Clase media-baja)
“(…) [Sobre la clase media] lucha por salir adelante nomás, que tiene que seguir
trabajando y que tiene (…) es como, ¿sabí qué?, es como una pobreza disfrazá’, súper
disfrazá’, la que creo que es mucho peor, porque yo no puedo salir en invierno con las
medias rotas a la calle, no puedo ir a pedir pega andrajosa, a mi no me sirve que me di 100
pesos en la esquina pidiendo limosna, entonces es una pobreza, una pobreza súper
disfrazá’, súper disfrazá” (María Inés, Historia de vida, Clase media-alta)
Cabe destacar, que al referirse a las formas en que se relacionan las distintas
clases sociales, los entrevistados se muestran disconformes o críticos, sosteniendo que
los vínculos son nulos o escasos, culpan a la estructura social y al estilo de vida en un
país que se caracteriza por ser discriminador, un país como Chile, sumamente “clasista”,
que clasifica y “prejuiciosa”. Así, las relaciones se darían únicamente en un plano laboral,
relaciones de “empleador-empleado”, “supervisor-operario”, “capataz-obrero” y así
sucesivamente, por lo que las distancias entre las clases se mantendrían de forma
impermeable.
“C: Lo ves de otra perspectiva porque al final todos somos un número igual, ¿me entendí?
Un número de carnet, un número de cuanto ganai, cuanto cotizai (…)
- 32 -
G: Y más en Chile que es una sociedad tan clasista y, y yo (…)
C: Jurel tipo salmón
G: Yo creo que de a poco se ha ido transformando en la sociedad más penosa en ese
sentido que teniendo un título, teniendo donde trabajai, teniendo donde vivir y así es la
sociedad
chilena
A: Y somos del jurel tipo salmón vivimos mucho de la variedad, del saber qué dirán (…) Yo
creo que no somos, hay una mayoría que piensa así, por ejemplo si vas a viajar y conocí
gente afuera, te day cuenta que la gente no te pregunta por un título, no te pregunta lo que
valí, te pregunta otras cosas y que por eso es que de repente hay que tener una tarea
mucho más, hay realmente no tienen los problemas que hablan acá en Chile, la sociedad
es, es asquerosa, la gente de afuera es, es lo más digamos gente, no te pregunta en qué
colegio saliste de que universidad eri? de la Católica?, vivi acá o en Maipú, es así acá en
Chile esa costumbre.” (Andrea, Juego de Cartas, Clase media-alta)
“(…) eh… me deja un cierto sabor amargo. El… el… es que, en el fondo, nos hizo
enfrentarnos a… a lo que somos como país. Como sociedad, en este país. Y… y no es…
no es grato. Yo siempre he dicho que somos una sociedad “jurel tipo salmón”. Somos
muy… en general… no todo el mundo, pero es muy… muy guiado por las apariencias,
porque si tú estudiaste en tal parte o vives en tal comuna, entonces eres mejor, entre
comillas. Y a mí, en lo personal, no me parece que sea así. Pero… en el día a día, uno
también se deja influenciar por lo mismo” (Andrea, Entrevista en profundidad, Clase
media-alta)
“porque también esta sociedad, tampoco lo permite porque no te permite no te da las
herramientas, no te da el espacio, no te el incentivo, eh(...) esta sociedad sucia, es egoísta,
es fijona, no, no resalta lo bueno de ti, busca lo malo de ti. Entonces nunca vamos a poder
nunca, en esta sociedad no podemos, vamos a ser siempre mediocre” (Patricia, Historia
de vida, Clase media-baja)
“Porque todo lo tenemos que tipificar, todo tiene que llevar un nombre. Porque la sociedad
está así, me parece que vamos con la identificación en la frente, en la manera de
relacionarnos, te clasifican por si eres de derecha, de izquierda, si eres rico o si eres pobre”
(Patricia, Historia de vida, Clase media-baja)
No obstante, al hablar sobre las características que diferencian a una clase de
otra, los entrevistados señalan que existen diferencias en cuanto a recursos, nivel de
ingresos, niveles educacionales, es decir, utilizan límites simbólicos de tipo socioeconómico y/o cultural. Aun así, al realizar las historias de vida se desprende que los
niveles socioeconómicos o educacionales pasan a un segundo plano y es la formación de
las personas –sus valores y principios principalmente inculcados en el hogar y en el
contexto de la familia- prima por sobre los otros criterios para determinar el grado y forma
de relación entre las clases sociales y asimismo, que dan cuenta de las diferencias y el
grado de desigualdad social.
“Mira yo pienso que va en los principios más que nada, en los principios y en los valores.
Teniendo claro todos los (...) y aparte (...). a lo mejor no tanto de repente lo cultural o(...)
pero yo pienso que todo va en la formación que tú tengas en tu familia, más que la parte,
que la parte económica porque hay gente que de repente es muy humilde pero tiene muy
claro sus principios, sus valores de no pasar de llevar al otro, de respetar al otro y hay
gente(...) los mimos de la clase media o a lo mejor en la clase alta también, que teniendo
- 33 -
claro la formación, porque eso viene todo de formación de casa de hogar, teniendo claro
toda esa parte yo creo que no debiera haber tanta diferencia.” (Lorena, Historia de vida,
Clase media-baja)
“Bueno puede ser también porque, por el (...) la formación que tenga la persona, influye
porque (...) si analizamos el asunto de la delincuencia eso (...) ehh (...) es muy poco el
delincuente que tiene buena situación o viene de un status social alto. La mayoría de los
delincuentes son de bajo nivel. Entonces bueno habría que preocuparse por ese lado
también, de buscarle cómo educarlos mejor, cómo formarlos o cómo recuperarlos” (José,
Historia de vida, Clase media-baja)
A diferencia de los juegos de carta, en las historias de vida salen a relucir en
mayor medida los límites morales, lo que podría relacionarse con el hecho de que se
asuma la dimensión moral como un asunto de carácter privado. Esto, podría significar que
no se asume como relevante o pertinente por parte de los sujetos tratar temáticas de
carácter moral en las conversaciones que se generaban en la construcción de
clasificaciones sociales dentro de los juegos, pero una vez que se encontraban en un
espacio más íntimo estos temas aparecían con mayor frecuencia, y se daba cuenta de
que debería haber sido incluido en la clasificación con mayor preponderancia. Esto puede
relacionarse, además con el hecho de que en esta etapa se hacía más alusión a las
fotografías, como un elemento que da cuenta de múltiples características de las personas
estudiadas a través de las cartas, lo que podría entenderse como la dimensión más
subjetiva dentro de la dinámica de los juegos.
JUSTIFICACIONES ACERCA DE LA DESIGUALDAD SOCIAL: ENTRE LA ADSCRIPCIÓN Y LA
ACCIÓN COLECTIVA
Se pueden observar distintas formas de justificación, ya sea de la estructura social
imperante, de la posición social tanto los propios entrevistados como de otras personas y
de la desigualdad que observan en la sociedad chilena. Así, una de las primeras formas
de justificación que se puede constatar tiene relación con que en reiteradas ocasiones los
entrevistados sostienen que aquellos en situación de pobreza y extrema pobreza se
encuentran en dicha posición debido a falta de esfuerzo y dedicación, es decir, que las
personas se acostumbran a su posición social conformándose con esta, lo que no se
debería necesariamente a una falta de oportunidades en la estructura social, o sea falta
de acceso a la educación o hacia puestos de trabajo.
“Bueno por lo que uno percibe en ellos es que hay resentimiento entre la clase pobre y la
clase que tiene mucho. Puede ser resentimiento, puede ser envidia, hay mucha envidia por
lo que otros tienen y que uno no pueda tener. Hay gente que se acostumbra a que todo se
lo den, no se esfuerzan, no trabajan. Entonces uno piensa que la vida no puede ser así. La
vida tiene que ser de trabajo, de esforzarse, de adquirir algo, de hacer méritos para obtener
lo que uno quiere. Ehh (...) por principio uno dice, bueno, a nosotros, la religión dice que
tenemos que amar al prójimo, que no debemos robar, que hay que trabajar.” (José,
Historia de Vida, Clase Media-baja)
“(…) yo veo que una familia, pucha el papá, la mamá es delincuente que no están ni ahí
que le gustan las cosas (...). los hijos desgraciadamente van a ser iguales o sea, porque la
- 34 -
formación de ellos es así. No así por ejemplo alguien que venga de campamento, que
pucha una familia esforzada, pero si ven que el papá toda la vida se esfuerza por estar con
esa familia, por dar la educación, por enseñar lo bueno, lo malo de la vida, siempre va
estar(...) va a imperar, sus principios, sus valores a que la cuestan, no se ganan, cuestan
bueno se ganan, pero no que te las regalan así o que (...) o ir por el lado más corto y llegar
y sacarlas, no. Yo lo encuentro más valorable eso que la otra parte, que el que no tiene
meta, no tiene nada y que pa' ellos, se van por el camino corto, eso lo encuentro.” (Lorena,
Historia de Vida, Clase Media-baja)
Esto podría deberse a que la utilización de los repertorios culturales se da para
justificar la propia posición y diferenciarse e incluso defenderse frente al otro, implicando
que de forma indirecta se justifique o legitime la desigualdad social. En otras palabras, la
mayoría de las justificaciones en torno a la desigualdad social en Santiago de Chile se
basan en características adscriptivas –dadas por la experiencia y la formación familiar- y
no necesariamente fenómenos sociales tales como el crecimiento económico, distribución
del ingreso, la acción colectiva o la acción del gobierno de turno, a pesar de que la
mayoría de los sujetos da cuenta de que la situación actual es injusta y es imperioso un
cambio en la sociedad chilena, tal como se observa en la frase a continuación:
“Podría ser un poco culpa de la estructura económica, pero yo creo que es culpa de las
personas, o sea, yo creo que nosotros hacemos la sociedad, no le echemos tanto la culpa
al resto, si la hacemos nosotros (…) Yo creo que la hacemos nosotros la sociedad, o sea,
no nos quitemos culpa, no le echemos la culpa al resto, o sea, nosotros hemos ido
formando esto, todos, en mayor o menos medida, pero lo hemos ido formando, lo ha ido
formando el (…) quizás el con (…) con mucho poder económico, lo ha ido formando sin
mirar pa´ abajo, también ha ayudado el de abajo a lo mismo, a crear estas diferencias (…)
Yo creo que lo formaos nosotros. ¿Por qué? No sé. Pero yo creo que Chile ha sido
siempre igual, lo que pasa es que ahora parece que pensamos un poco más, podemos un
poco más, está más abierto el mundo.” (María Inés, Historia de vida, Clase media-alta)
“Que lamentablemente los pobres van a seguir siendo pobres, los de la clase media van a
tener que seguir trabajando toda la vida y los ricos van a seguir siendo ricos y cada vez
más ricos. Que siempre va a existir por ejemplo que la clase media en este caso va a
tener que trabajar toda la vida por poder tener algo en la vida y por hacer surgir al país
porque desgraciadamente lo que te decía, la clase media levanta todo esto. No así los
pobres porque los pobres están acostumbrados a ser pobres, son pocos los que quieren
surgir y los ricos viven a costa de lo que es la clase media, porque son ellos los que hacen
la función de país en este caso. Entonces hasta que no hay un cambio por ejemplo en
cuanto a lo que es su sueldo, que sea más igualitario, no tan, tanta diferencia de que
porque tú eres el gerente y yo soy el obrero haya una brecha de no sé po, casi un 70% de
diferencia.” (Lorena, Historia de Vida, Clase Media Baja)
Asimismo, en todos los casos, los entrevistados sostienen haber llegado a la
propia posición mediante el esfuerzo personal, lo que se contradice en gran medida con la
sensación de injusticia que dicen sentir frente a la situación y la estructura social actual.
En este sentido, y tal como se ha observado anteriormente, los entrevistados dan cuenta
de que la situación actual chilena es sumamente injusta y desigual, sin embargo no
entienden su propia posición por limitaciones estructurales o por beneficios que se deben
a fenómenos sociales tales como el crecimiento económico, distribución del ingreso, la
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acción colectiva o la acción del gobierno de turno, sino por su entorno familiar y por los
valores y creencias inculcadas desde la infancia, por el esfuerzo personal, implicando que
de forma indirecta se justifique o legitime la desigualdad social.
“trabaje en eso un buen tiempo y un día dije, no, no gano lo que yo quiero ganar, y se
me dio una oportunidad y empecé a trabajar en otra cosa, trabaje muchos años en el
Banco, fui supervisora de créditos de consumo, me fue muy bien.” (Andrea, Historia de
Vida, Clase media-alta)
“Podría ser un poco culpa de la estructura económica, pero yo creo que es culpa de las
personas, o sea, yo creo que nosotros hacemos la sociedad, no le echemos tanto la
culpa al resto, si la hacemos nosotros (…) Yo creo que la hacemos nosotros la
sociedad, o sea, no nos quitemos culpa, no le echemos la culpa al resto, o sea,
nosotros hemos ido formando esto, todos, en mayor o menos medida, pero lo hemos
ido formando, lo ha ido formando el (…) quizás el con (…) con mucho poder económico,
lo ha ido formando sin mirar pa’ abajo, también ha ayudado el de abajo a lo mismo, a
crear estas diferencias (…)” (María Inés, Historia de Vida, Clase Media-alta)
Así, y en línea con lo planteado por Boltanski (2006), se observa que los criterios
de justificación se dan en dos direcciones simultáneas, ya que a través de lo que se
podría llamar un juego retorico se pone a prueba la realidad social y así, se justifica la
propia posición social, mientras que por otra parte se repudia o cuestiona la estructura
social imperante y se construyen juicios acerca de la realidad en donde se interpela a la
misma. Es decir, existe un doble movimiento de criterios de justificación, por un lado de
aquellos criterios utilizados para justificar la propia posición social, la cual se entendería
por el arduo trabajo y esfuerzo, y por otro lado, un movimiento de criterios de justificación
para referirse a la estructura en conjunto y las distintas posiciones sociales que de allí se
desprenden, por lo que, aunque la mayoría de los participantes se muestran críticos frente
la realidad social que observan, utilizan repertorios culturales que legitiman o toleran en
cierta medida las desigualdades sociales imperantes, perpetuando la realidad social
actual.
CONCLUSIONES
“Esto no significa que los individuos dominados
toleren todo, pero sí que asienten a más de lo que
creemos y a mucho más de lo que saben”.
(Bourdieu, 2003: 299)
Finalmente, y en base a lo discutido y analizado en el acápite anterior, se pretende
dar cuenta de los repertorios culturales acerca de la desigualdad social, junto con los
límites simbólicos y sociales que se establecen a través de éste y desde la experiencia de
los sujetos entrevistados en Santiago de Chile.
Así, en primer lugar, se observa a partir de las corrientes teóricas abordadas –y en
gran parte en la teoría bourdieuana— la posibilidad de caer en el riesgo de reproducir una
dicotomía entre agente y estructura, o sea, de realizar investigaciones que estudian por
un lado de manera macro las instituciones y estructuras, y por otro, aquellos que se
centran desde un punto de vista micro en las prácticas y usos. Es decir, de creer en la
- 36 -
existencia de una relación causal y permanente que estaría dada entre los repertorios
culturales sobre la desigualdad social, entendiéndolos como elementos más estructurales
del presente planteamiento teórico, y, por otro lado, a los límites simbólicos y sociales,
como aquellos que se conformarían performativamente y en las prácticas y usos
cotidianos de los sujetos tal como se ha mencionado en múltiples ocasiones. Más bien, al
comprender la relación que se da entre los repertorios culturales con los límites simbólicos
y sociales -como superación de la dicotomía anteriormente señalada- se observa que
estos se co-constituyen de manera conjunta en base a un proyecto común, es decir, tanto
los repertorios y los límites utilizados por los sujetos se crearían mutuamente a través del
trabajo de límites que realizan los sujetos. Siguiendo la línea de la noción de toolkit
(Swidler, 1986) y de national cultural repertoires of evaluation (Lamont y Thévenot, 2000),
no existirían repertorios culturales establecidos a priori, los cuales serían simplemente
utilizados por los sujetos, ni tampoco límites simbólicos y sociales que estarían
predefinidos con anterioridad, sino que estos construyen en su cotidianeidad las
herramientas que constituyen dichos repertorios, mientras que al mismo tiempo utilizan
otras herramientas que se encuentran disponibles en el espacio social en que estos
sujetos se encuentran, reapropiándose de estas y re-significándolas mediante el uso de
herramientas individuales como la experiencia.
En segundo lugar, a partir de lo expuesto anteriormente y del análisis descriptivo
de los datos23 es posible realizar un mapeo del imaginario existente acerca de las clases
sociales en el Chile actual. Tal como señalamos anteriormente, existen tanto valoraciones
positivas como negativas de las distintas clases sociales, ya sean altas, medias o bajas.
Estas valoraciones se caracterizan principalmente por la predominancia de predicados
referente a criterios morales, es decir, relacionadas con la familia de origen, la crianza, los
valores y la ética de trabajo que esta otorga. Si bien, las valoraciones estarían dadas por
la predominancia de límites morales, aquellos que separarían a una clase de otra no son
estos, sino más bien refieren a límites culturales y socioeconómicos. Asimismo, se
observa que los límites que distancian a las clases altas del resto de la estructura social
poseen el carácter de impermeabilidad –que no se pueden atravesar-, esto debido a que
por una parte existe un desconocimiento y una “caricaturización” de este grupo social en
lo que concierne a otros grupos, así como también por el establecimiento por parte del
mismo, según los entrevistados, de límites socioeconómicos y culturales para distinguirse,
conformando mecanismos de cierre social (Lamont, 2005, 2001, 1992). Por otro lado y a
diferencia de lo anterior, es posible observar que entre las clases medias y las clases
bajas se movilizan límites de carácter mucho más permeables, estos también serían de
tipo socioeconómico, culturales e incluso morales. Sin embargo, aparece la idea en las
clases medias de su propia vulnerabilidad, la cual se daría debido la posibilidad de unas
determinadas circunstancias laborales o fortuitas que podrían producir el descenso hacia
clases sociales más bajas. Lo anterior, podemos asociarlo a lo señalado por el patrón de
movilidad social al cual se refiere Torche (2005), ya que este tendría la característica de
poseer una fluidez en la parte inferior de la estructura social, es decir, entre clases medias
y clases bajas, y no así en los grupos más altos de la sociedad. De esta manera, la
23
Para mayor información ver sección N en el Anexo en la página 368.
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desigualdad social estaría dada por la marcada distancia -no solo en términos
económicos- entre las clases altas con el resto de la estructura social.
De esta forma, se develan tres repertorios culturales24 acerca de la desigualdad
social en Santiago de Chile (Lamont y Thévenot, 2000) que servirían para posicionarse
frente al mundo, aprehenderlo y entenderlo. El primero de ellos, el cual hemos
denominado como educacional, se conforma por herramientas y límites de tipo culturales,
es decir, los sujetos utilizarían este repertorio al entender el sistema de estratificación
social como uno que se produciría y perpetuaría en torno a los niveles educacionales de
los distintos grupos sociales, asimismo el cambio social o la movilidad estarían dados
principalmente por la adquisición de mayores niveles educacionales. Así, las personas
mejor posicionadas en la escala social serían aquellas con altos niveles educacionales,
con una formación social que permite desenvolverse dentro de la alta cultura, a través del
buen gusto y de los modales adecuados. Por otro lado, un segundo repertorio cultural
acerca de la desigualdad social sería de tipo valórico en el cual, las herramientas y límites
constituyentes refieren a elementos de tipo moral, en específico a los valores y principios
en los cuales se basan las acciones de las personas, en relación a esto el status de una
persona no estaría dado por la posesión de bienes o servicios sino que por los “buenos” o
“correctos” valores y principios, los que han adquirido permitiendo posicionarse de mejor
manera en la sociedad. Así, y según este repertorio, las personas valorables no serían
necesariamente aquellas que poseen altos niveles de ingreso, sino aquellas que se
caracterizan por la honestidad, esfuerzo, integridad personal y respeto por los demás,
quienes se podrían encontrar en distintas clases sociales. Aun así, este repertorio también
se utiliza para dar cuenta sobre aquellas personas que no tienen “buenos valores”, sino
que han ascendido en la estructura social debido a las ansias de poder y dominación o
que no han podido ascender debido a una posición conformista. En cuanto al tercer y
último repertorio cultural, denominado como neoliberal, este es constituido por
herramientas y elementos relacionados con que las posiciones de clase están dadas por
el ingreso económico de las personas, a su vez aquellos que se encontrarían en
posiciones más altas de la sociedad, serían aquellos que poseen características cercanas
a la noción de un sujeto que persigue fines –un homo economicus-, el cual puede
desenvolverse de manera adecuada en el mercado por lo que han logrado obtener fines y
metas de forma exitosa. No obstante la existencia de estos tres repertorios culturales,
cabe mencionar que los sujetos harían uso y co-construirían herramientas disponibles en
cualquiera de estos repertorios indistintamente, por lo que los sujetos pueden movilizarse
de un repertorio cultural a otro.
En tercer lugar y al dilucidar la relación entre los límites simbólicos y los límites
sociales en Santiago de Chile, se observa un gradiente desde límites de carácter más
bien públicos, los cuales se enuncian libremente y que por lo tanto se han asumido con
mayor medida como dados –constituyéndose como limites sociales- hacia aquellos de
carácter privado –ya que a pesar de la posible existencia de consensos, éstos no se
enuncian públicamente-, debido a que puede ser “mal visto” o ya que implican posturas
muy decisivas acerca de la realidad social. Así, los límites que se movilizan abierta y
24
En la sección H del Anexo en la página 65 puede encontrarse un gráfico que resume lo presentado.
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públicamente son en un primer nivel los limites socio-económicos, ya que estos se darían
en un primer momento por hechos como el ingreso observable de los sujetos; en un
segundo nivel, y conjuntamente con los límites socioeconómicos, se movilizan límites de
tipo culturales, en donde se da cuenta del nivel educacional de los sujetos a estudiar, y
por último y en un espacio más privado, se movilizan límites de tipo morales. Esto se debe
a que estos últimos limites se basan en elementos menos tangibles que vienen dados por
la experiencia de los sujetos, sin embargo, y en el espacio de las historias de vida, se da
cuenta de que son estos límites son los de mayor preponderancia al momento de pararse
frente al mundo y entenderlo, para justificar las distintas posiciones sociales y para trazar
la diferencia con el otro.
Por último y en cuarto lugar, al explorar la manera en que la experiencia se
relaciona con el uso de los repertorios culturales acerca de la desigualdad social, se
observa que esta cumple un rol fundamental en la producción de los criterios de
justificación, ya que independientemente de los límites y repertorios culturales que se
movilicen, los sujetos se presentan como pertenecientes a familias en que el esfuerzo y
ética de trabajo ha sido el motor de su historia, así como también dan cuenta de los
valores y los principios que se les han inculcado y que incluso intentan inculcar a sus
hijos. Transversalmente a las clases sociales de los sujetos entrevistados, el esfuerzo
sería un valor movilizante y legitimador de la posición social a la cual adscriben, la cual
explicaría asimismo, la estructura social imperante, a pesar de que –y de forma
paradójica- los entrevistados den cuenta de la situación de injusticia que está significa.
Esto se relaciona con los planteamientos de Garreton y Cumsille (2003) ya que se asume
que la desigualdad es un mal de carácter social y endémico, sin embargo, y a diferencia
de los autores, postulamos que la desigualdad social, no se entendería únicamente como
de carácter estructural, sino que también es de tipo individual, es decir, los sujetos
legitimarían el estado actual de cosas posicionando el origen de dicha desigualdad en el
esfuerzo o el conformismo de las distintas clases sociales, por lo que, los “perdedores”,
los “conformistas”, los “estancados, o los “plomo” –según la caracterización realizada en
los juegos de cartas- se encontrarían en dichas posiciones debido al no aprovechamiento
de las oportunidades o a encontrarse carentes de valores.
Lo anterior, se relaciona con la existencia de un doble movimiento de criterios de
justificación, los cuales se darían en dos direcciones simultáneas, ya que a través de lo
que se podría llamar un juego retórico se pone a prueba la realidad social (Boltanski y
Thévenot, 2006) y así, se justifica la propia posición social, mientras que por otra parte se
repudia o cuestiona la estructura social imperante y se construyen juicios acerca de la
realidad en donde se interpela a la misma. Es decir, mientras por un lado se movilizan
criterios de justificación para referirse a la estructura en conjunto y las distintas posiciones
sociales que de allí se desprenden mostrando capacidad reflexiva; en sentido contrario,
se observan criterios para justificar la propia posición social, la cual se entendería por el
esfuerzo y la ética del trabajo, mostrando así, una posibilidad de respuesta en este mileu
social. Así, y siguiendo los planteamientos de los Boltanski y Chiapello (2002), se observa
que los sujetos justifican sus logros y fracasos, no solo tomando en cuenta una carga
individual, sino también por medio de juicios de valor acerca del otro, los cuales serán de
- 39 -
índole moral, como ya hemos mencionado. De este modo, es posible señalar que el
espíritu del capitalismo –concepto acuñado por los autores- se introduce en la vida
cotidiana de los sujetos, lo que provoca que estos comprometan su acción con dicho
sistema al punto de justificarlo y vivir acorde con el mismo en el día a día, aceptando de
forma inconsciente, posiciones en la estructura capitalista que permiten su existencia y
perpetuación. O sea, los sujetos a través de estos criterios de justificación, legitimarían y
vivirían en conformidad con la desigualdad social imperante a la cual critican.
Esto tiene relación con los planteamientos de Puga (2011, 2010), ya que
efectivamente se observa que los sujeto renuncian a lo justo para actuar en lo posible, es
decir, se menciona en múltiples ocasiones que la realidad vivida en Chile es sumamente
injusta, pero aun así, se mantienen prácticas que legitiman dicha estructura. Por otro lado
y debido a lo anterior, distanciándonos de los planteamientos de Castillo (2008, 2011) es
posible sostener que no existiría necesariamente una percepción desigual de la
desigualdad social, ya que se observa que los sujetos se dirimen en una tensión entre un
juicio –ya sea acerca de su propia realidad, acerca de la estructura imperante y la
desigualdad social, o sobre el otro en general- y una acción específica que surge en el
contexto, las cuales pueden entrar en contradicción en situaciones específicas. Se suman
los planteamientos de Bourdieu (1991) en cuanto a lo tematizado como doxa, ya que se
observa la existencia de un conjunto de creencias y prácticas que se consideran
socialmente como “normales” en el contexto de una situación determinada y que por lo
tanto, son aceptadas sin cuestionamiento. Así, el autor observa que en las posiciones
sociales más bajas se legitima en mayor medida la estructura social imperante, ya que no
solo se comprenden elementos estructurales sino también una carga individual que pesa
a la hora de observar la imposibilidad de ascenso hacia clases sociales más altas. De
esta forma y en palabras de Bourdieu:
“Si usted toma un grupo de personas y les pregunta cuáles son los factores principales de
éxito en los estudios, cuanto más baje en la escala social encontrará más personas que
creen en el talento natural o la aptitud. Estas personas le dirán que aquellos que triunfan
han sido provistos de mayor capacidad intelectual por la naturaleza. Y cuanto más aceptan
su propia exclusión, más creen que son estúpidos, y dicen: «Yo no era bueno en lengua,
no servía para inglés. No era bueno en matemática»” (Bourdieu, 2003: 299).
Por lo tanto, y a pesar de que la mayoría de los entrevistados se muestran críticos
frente la realidad social chilena, utilizan repertorios culturales que legitiman o toleran en
cierta medida las desigualdades sociales imperantes, perpetuando la realidad social
actual, por lo que los límites establecidos por los sujetos en cuestión reproducirían la
desigualdad, no solo en el relato que se desprende de sus historias de vida, sino también
a partir de la clasificación de distintos grupos sociales observada en los juegos de cartas,
como también y de forma más situacional en las decisiones y prácticas realizadas en el
día a día, ya que al movilizarse en los posiciones sociales dentro de la sociedad chilena,
deben justificar y legitimar la estructura social imperante.
- 40 -
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