Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Evaluar en Educación Física. Aproximación a los conceptos claves. Enrique Rivera Carmen Trigueros 1.- Aproximación conceptual. Dentro del marco global del proceso de enseñanza y aprendizaje, la evaluación se ha convertido en estos últimos años en uno de los puntos clave de reflexión y análisis, especialmente porque es la encargada de iniciar y cerrar el ciclo. Es evidente que una cierta forma de entender los procesos de enseñanza, provoca una línea concreta de abordar el capítulo de la evaluación, pero de forma inversa, unas concepciones predeterminadas de cómo debe ser este espacio, a su vez condiciona la adopción de unas estrategias de enseñanza y aprendizaje concretas (Santos Guerra, 2000). Podemos pensar que la evaluación no deja de ser un mero fenómeno técnico, pero esta visión en teoría aséptica e igualitaria lo único que propicia es una ocultación de su naturaleza política y ética. La evaluación es un constructo social y como tal, va a cumplir unas funciones muy concretas que serán interesantes a unos sectores sociales pero claramente perjudiciales a otros. “La escuela cumple por la vía de la evaluación una función ideológica del Estado..... El discurso político sobre la educación (y en él va incluida la evaluación) transforma lo que debe ser prioritariamente una cuestión moral en un rompecabezas técnico hasta hacerlo administrativamente viable” (Álvarez Méndez, 1995). Desde una perspectiva práctica la naturaleza de la evaluación consiste fundamentalmente en la comprobación de los resultados de aprendizaje, para ello se van a utilizar pruebas estandarizadas que nos ayudaran a expresar los resultados en valores numéricos fáciles de comparar. Para poder llegar a esto se nos exige la taxonomización de los objetivos, perdiéndose la perspectiva global y concluyendo en una clara concepción utilitarísta del aprendizaje. Las funciones que se le otorgan se orientan hacia el control de sus dispositivos de garantía, la selección, clasificación y jerarquización del alumnado y la comprobación de la consecución de los objetivos previstos. Las consecuencias de este enfoque se traducen en un claro aumento de la cultural del individualismo y la competitividad del alumnado; la cuantificación de los resultados en simples números o palabras claves, provoca una cultura de la simplificación y la inmediatez (Santos Guerra, 2000). 1 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Frente al modelo planteado anteriormente, nosotros abogamos por un enfoque de la evaluación entendida como comprensión, donde lo importante sea el proceso llevado a cabo y no sólo el resultado final. En este proceso de evaluación formativa tiene como finalidad la mejora del proceso de enseñanza–aprendizaje y durante el mismo, recoge datos, analiza e introduce las rectificaciones necesarias para la mejora en función de los objetivos propuestos. La evaluación formativa supone una reflexión constante sobre el quehacer docente, planteándose siempre cómo se está produciendo el proceso de enseñanza–aprendizaje, si funciona como estaba previsto, si es necesario modificar las propuestas (Peralta, 2000).1 La naturaleza que le podemos otorgar a este enfoque de la evaluación viene determinada desde la comprensión que se general del proceso desde el análisis y la utilización de una gran diversidad de medios para recoger la realidad no sólo de los alumnos sino de todos los elementos del sistema. Las funciones que se le otorgan van a ser fundamentalmente de diagnóstico y comprensión de los procesos, propiciando el diálogo, la retroalimentación y en definitiva el aprendizaje. Las consecuencias de una dinámica evaluadora dentro de este espectro, facilitará el cambio fundamentando y la creación de rasgos positivos en la cultura escolar concretados en la aparición de una cultura autocrítica basada en el debate, donde la incertidumbre, la flexibilidad y la colegialidad serán tres rasgos fundamentales presentes en los procesos de evaluación (Santos Guerra, 2000). Si nos centramos en el ámbito de la Educación Física la herencia de la perspectiva higienista y deportiva, han dejado su huella en los enfoques de evaluación predominantes en el área. Los “test” para valorar la condición física de los sujetos, con una tradición de casi un siglo, orientados a la clasificación y jerarquización de los sujetos en función de sus posibilidades y las estrategias de evaluación discriminantes utilizadas en el deporte para la selección de los más hábiles y capaces para su práctica, han marcado la pauta a seguir en las últimas décadas. Estas prácticas con una clara orientación técnica y finalista que tanto arraigo han tenido en el campo de la Educación Física han estado conviviendo con un segundo modelo (especialmente presente en Primaria) donde la evaluación ha sido 1 El término evaluación formadora surge a partir de una experiencia realizada, durante los años 1974-1977, en el liceo Marseilleveyre de Marsella llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Provenza dirigidos por J.J. Bonniol y profesores de liceo guiados por Georgette Nunziati. El objetivo de la investigación era estudiar los efectos de la transformación de los comportamientos del evaluador en los comportamientos de los alumnos con dificultades. La apropiación por parte de los alumnos de los criterios de los profesores, la autogestión de los propios errores y el dominio de los instrumentos de anticipación y planificación de la acción fueron los objetivos prioritarios de la experiencia. El aprendizaje de la autoevaluación tomó entonces una importancia particular y llevó a introducir profundas modificaciones en la acción pedagógica. Fue G. Scallon, Quèbec 1982, quien propuso el nombre de formadora para distinguirla de lo que hasta el momento se venía denominando formativa. La concepción de la autoevaluación que proponían fue el elemento determinante. Se trata de introducir cambios en la comprensión de la evaluación entendiendo el error como una ocasión para aprender, consecuentemente, la corrección de los errores concierne a quien los comete más que a quien los señala, porque evidencia y testimonian lógicas diferentes 2 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 reducida a la actitud (disciplina y sumisión) que muestra el estudiante durante el desarrollo de las clases, producto de la baja consideración social y académica que goza el área lo que produce en el docente la creencia de estar frente a contenidos no relevantes y por lo tanto en absoluto merecedores de ser evaluados bajo el prisma del aprendizaje. López Pastor (1999) nos aporta alguna razones explicativas de la extensión del modelo de evaluación planteado anteriormente, destacando en primer lugar “su aparente racionalidad científica”, que le otorga una validez ficticia desde su objetividad, cientificidad, normatividad, neutralidad, aplicabilidad y sencillez. En segundo lugar entiende que su fuerte relación con un enfoque curricular apoyado fundamentalmente en una programación por objetivos, hace que predomine una evaluación de destrezas por encima de una evaluación del individuo. Una tercera razón que aporta el autor es la simple reproducción que muchos docentes hacen de la evaluación vivida en sus procesos educativos. En cuarto lugar podemos estar asistiendo a un modelo claramente predominante en la bibliografía específica y en la formación recibida por los docentes en su formación inicial y permanente, donde el aspecto motriz parece ser nuestra principal, por no decir única, seña de identidad. La parcela de nuestro exclusivo dominio. Arnold (1991; 165) ya denunciaba con claridad este aspecto cuando escribía: “resulta tan insostenible en la práctica como en la teoría, por la complejidad contextual de las situaciones educativas. Además, cualquier actividad es más que las partes en que puede ser analizada; y no todas las actividades se hallan predispuestas a una división en segmentos artificiales y un tanto arbitrariamente impuestos”. Por último López Pastor entiende que un sistema educativo inmerso en un marco social competitivo, no deja de ser si no el mero reflejo del mismo y en este contexto una evaluación técnica cobra todo significado ya que se pone al servicio de los intereses de la propia sociedad a la que sirve. Si tuviéramos que responder a la pregunta de ¿porqué o para qué evaluamos en la escuela?, la respuesta a esta cuestión la encontraríamos en dos direcciones opuestas. En primer lugar aparece la necesidad (creciente en intensidad a medida que aumenta el nivel educativo) de calificar los resultados individuales de los alumnos a efectos de poder otorgarles al final del proceso un certificado de notas que les valide para su progresión académica o profesional. Ante esta necesidad impuesta por el sistema aparecen una serie de patologías asociadas que provocan una sutil desviación de los verdaderos intereses que debiera tener la enseñanza hacia posiciones más mercantilistas y de subsistencia en el sistema. Aparece un claro interés hacia la calificación, desviándose la atención del alumno hacia aquellos aprendizajes entendidos como relevantes para superar las pruebas o exámenes de la materia. Educamos para aprobar y no para aprender. Aquellas materias escasamente relevantes para la calificación global (entre ellas la Educación Física) pasan a un segundo plano. La vida escolar se reduce casi en exclusiva en una preparación de los exámenes (Bernstein, 1993; Foucault, 1975; Rosales, 1990; Santos Guerra, 1991). En segundo lugar, en sentido contrario al anterior, aparece una evaluación con una clara función formativa. El interés se centra en ayudar a la mejora del proceso de 3 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 enseñanza y aprendizaje mediante la retroalimentación. La individualización será el principio sobre el que se asienta, basándose en el diagnóstico como herramienta básica para poder ofrecer propuestas de mejoras en los aprendizajes propuestos. Esta segunda vía de la evaluación requiere un coste mayor para el profesorado, pero por el contrario favorece la no discriminación y exclusión del sistema educativo de aquellos alumnos que no son capaces de superar la norma impuesta y han sido instalado en las estadísticas del fracaso (Fernández Enguita, 1990; Lerena, 1976). La Educación Física actualmente se encuentra más cercana al primer modelo que al segundo, la utilización de tablas y baremos externos para “clasificar” al alumnado en sus rendimientos es una práctica común (Blázquez, 1990; Litwin-Fernández, 1974). El sometimiento a pruebas objetivas de rendimiento tanto físico como de habilidad es una práctica habitual en nuestras aulas. La única ventaja que tenemos es que la exclusión tan solo se produce en el reducido ámbito de la práctica de actividad física (aparece el insumiso motor), ya que la escasa valoración del área dentro del sistema hace que los fracasos producidos dentro de ella no tengan un efecto de carácter global. 2.- La evaluación de la Educación Física, un proceso investigativo. El diseño de actuación en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y por ende la evaluación como parte integrante de ese proceso, ha de tener un marcado carácter investigativo, tanto por parte del profesor como de los alumnos. Entendida la investigación en educación, como indagación sistemática realizada dentro del proyecto educativo que introduzca el análisis y la reflexión en los procesos de las acciones de los alumnos. Como principio didáctico en Educación Física, aplicado a la evaluación, podemos abrir una doble perspectiva: Por un lado, se trataría de plantear a los alumnos situaciones de carácter individual, en las que los alumnos descubran por si solos nuevas y más ricas informaciones respecto de si mismos. Los alumnos pueden evaluar sus capacidades y dar respuestas a las preguntas de ¿cómo soy?. ¿cómo estoy?. ¿Cómo mejoro? Por otro lado, plantear a los alumnos situaciones de evaluación de la realidad social próxima a ellos. Verificar las informaciones, aportar respuestas a las problemáticas planteadas y llegar a conclusiones comunes que influyan en sus mejoras individuales y sociales, pueden ser elementos de interés en el proceso educativo. Considerada la evaluación como parte integrante del proceso educativo, convendría enumerar las fases del proceso que queremos sea compartido por profesores y alumnos y entre los propios alumnos. A continuación se presenta algunos modelos, que entienden la evaluación como parte del proceso educativo. 4 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 2.1.- Modelo de Tembrink Tenbrink (1984), enumera las siguientes fases del proceso, que podemos tomar como modelo para nuestra materia, adaptándolo a nuestras peculiaridades: Primer Paso: Especificar los juicios Segundo Paso: Describir la información que necesitamos Tercer Paso: Localizar la información ya existente Cuarto Paso: Decidir cuando y cómo obtener la información Quinto Paso: Construir o seleccionar los instrumentos de recogida de la información Sexto Paso: Obtener la información Séptimo Paso: Analizar y registrar la información Octavo Paso: Formular juicios de valor Noveno Paso: Tomar decisiones Décimo Paso: Dar a conocer los resultados Estos 10 pasos, se pueden agrupar según Tenbrink (1986), en tres fases del proceso evaluador: Preparación para evaluar (Pasos del 1 al 5) Obtención de la información necesaria (Pasos 6 y 7) Formulación de juicios y toma de decisiones (Pasos 8 al 10). 2.2.- Modelo de Chivite Izco. En parecidos términos Chivite Izco (1990), diferencia cuatro fases en el proceso evaluador, atendiendo a su temporalización. 1ª Fase: Preparación del Proceso: Englobaría las tareas de: Análisis del sistema (interno y externo) Objetos a evaluar (alumnos, profesor, diseño) Instrumentos a utilizar Justificación de la información recabada 2ª Fase: Recogida de la Información: La aplicación práctica de: Aplicación de tests, pruebas. 5 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Recabar información a los alumnos, padres... 3ª Fase: Elaboración de la Información: En esta fase habría que: Ordenar y sistematizar la información Ponderación de los valores obtenidos Corrección, en función de valores externos para poder realizar una aplicación general de los datos obtenidos. 4ª Fase: Utilización de la Información: Se trata de culminar el proceso, es el momento de: Emitir juicios Tomar decisiones Aplicar los resultados 2.3.- Modelo de Haag. Desarrolla un modelo práctico de evaluación, aunque referida al alumno, considerando que el proceso debe tener tres fases: 1ª Fase: Valoración del producto Se recogerían datos referidos a los ámbitos de la actuación (aspectos motores), a través de distintos instrumentos. Datos referidos al ámbito cognitivo. Datos referidos a niveles de afectividad, tanto en la dimensión individual (motivación, ansiedad, actitud), como a la dimensión social (justicia, consideración, liderazgo). 2ª Fase: Juicio del producto: Enjuiciar como fue la actuación en los diferentes ámbitos, a través de normas, criterios... 3ª Fase: Informar de la Valoración y del Juicio: A través de notas numéricas. Describiendo el juicio, detallando la actuación. Realizando el informe tanto en palabras como en cifras. Incluyendo modelos de feed-back para el alumno. Realizados en un libro de diagnóstico del alumno. 6 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 3.- Elementos integrantes del proceso evaluador. 31.- ¿Qué evaluar? Evaluar, en palabras de Santos Guerra, va a significar realizar una toma de conciencia del proceso educativo. Dentro de este marco, tres son los elementos que van a entrar en interacción y deben ser objeto de nuestra atención desde la evaluación: el programa previsto, los participantes como sujetos activos del aprendizaje y el docente responsable último del proceso de enseñanza. Esta evaluación debe ser realizada desde una doble perspectiva: externa e interna que amplíe el campo de la indagación y enriquezca el proceso. Tradicionalmente la evaluación ha sido un espacio de exclusiva competencia del profesor, dejando al alumnado un papel más cercano a objeto que sujeto (Cronbach, 1963; Fernández Balboa y Marschall, 1994). Evaluación del programa. Básicamente tenemos que hacer incidencia en la revisión crítica de cada uno de los elementos curriculares planteados para su desarrollo, buscando el alejamiento o proximidad producido entre los previsto y lo realizado. Tendremos que hacer explícita las diferencias entre los objetivos planteados y los resultados obtenidos desde la evaluación, analizar si han sido respetadas las características individuales del alumnado atendiendo los objetivos planteados a la heterogeneidad existente en el aula. Tendremos que revisar la validez de los contenidos utilizados y ver en que medida han dado respuesta a los intereses del alumnado desde su significatividad y funcionalidad, sin olvidar las estrategias puestas en juego para acercar los contenidos y alcanzar desde su medicación los objetivos previstos. Internamente el docente está en disposición de realizar esta valoración, pero si es capaz de abrir la crítica al alumnado encontrará un enriquecimiento significativo desde el exterior. La dificultad de esta apertura se sitúa especialmente en la necesidad de crear la atmósfera adecuada de libertad y confianza para que los alumnos se sientan cómodos para expresar sus opiniones e ideas (Pascual, 1994). Evaluación del alumnado. Anteriormente analizábamos la necesidad de salir del marco de una evaluación tradicional basada en la valoración de las aptitudes motrices del alumnado tamizadas por las actitudes manifestadas en las clases, para realizar una apertura hacia otros ámbitos y capacidades más acordes con lo planteado en la LOGSE y que nos demanda una evaluación focalizada en tres direcciones: capacidades cognitivas, afectivosociales y físico-motrices (Blázquez, 1993). 7 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Es preciso tomar conciencia de los progresos que nuestros alumnos realizan respecto a los conocimientos y capacidades intelectuales vinculados con el área, a pesar de la escasa tradición que tenemos en Primaria. Si el ámbito cognitivo está escasamente arraigado en esta etapa educativa, la valoración de las capacidades afectivas y sociales alcanzadas por el alumnado en Educación Física, se ha visto más centrada en aspectos relacionados con la gestión de la clase (disciplina, esfuerzo, participación, ...) que en la detección de aquellos valores realmente significativos para la construcción de los futuros ciudadanos (autonomía, espíritu crítico, tolerancia, cooperación, ...) la dificultad que provoca el controlar los aspectos ocultos del alumno, hace que en muchas ocasiones busquemos una evaluación de aspectos sociales y afectivos más cercanos a la reproducción de valores útiles para mantener los espacios de poder y privilegio tradicionalmente establecidos (Dewar, 1994; Torres, 1991). En tercer lugar es preciso tomar conciencia de la evolución de los aspectos físico-motrices de nuestros alumnos pero teniendo muy en cuenta que la intervención realizada desde el espacio formal del aula de Educación Física no es lo suficientemente significativo para pensar que estos avances son fruto del trabajo del área. Habitualmente nos deslumbra la tradición positivista enfocada hacia el rendimiento utilitarísta, donde los test y pruebas objetivas nos alejan del verdadero objetivo de la evaluación para caer en una simple jerarquización del alumnado en base a sus capacidades motrices. La cortina de la objetividad nos cierra la posibilidad de visionar las verdaderas causas de los déficit detectados, provocados en muchas ocasiones por carencias más sociales y afectivas que motrices (Tinning, 1992). Evaluación del profesorado y del proceso de enseñanza. Como reflexión interna, el profesor tiene que tomar conciencia de su actuación docente y del ambiente creado en sus clases. Tendrá que evaluar el diseño y su puesta en práctica, el clima de aula, su actuación como mediador, la adaptación al grupo y las necesidades que demandan entre otros aspectos. Para realizar este proceso es muy interesante apoyarnos en aspectos externos que pueden venir dados desde la colaboración con otros compañeros en grupos de trabajo donde contrastar la propia práctica y las observaciones recabadas de los propios alumnos. 3.2.- Los momentos de la evaluación. Siguiendo las orientaciones propuestas desde la LOGSE y posteriormente explicitadas en el decreto 105/92 de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía, la evaluación es un proceso continuo a desarrollar en tres momentos: al inicio, con el fin de facilitar la toma de decisiones sobre los objetivos contenidos y estrategias a utilizar, durante el propio proceso, como mecanismo de retroalimentación y ajuste y al final, para verificar las distancias existentes entre lo previsto y lo realizado. Al Inicio (evaluación inicial o predictiva). 8 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Delimitará el punto de partida facilitando la previsión del nivel de aprendizaje a alcanzar al final del proceso, en este sentido ha de estar presente en nuestro diseño y estará encaminada a detectar los conocimientos previos del alumnado, identificar sus dificultades de aprendizaje, posibilitar el determinar el plan de actuación y poder diseñar una nueva fase de actuación a partir de los resultados obtenidos. Durante (evaluación formativa). Centrada en el proceso de enseñanza, pretende realizar un seguimiento del mismo, permitiendo el ajuste constante de objetivos y contenidos al ritmo de aprendizaje de los alumnos. Es una evaluación que suele tomar de referencia unos criterios ya establecidos. Debe ser: integral, continua, compartida con el alumno y reguladora del proceso. Al Final (evaluación sumativa): Al final de cada tramo de enseñanza (unidad temática, nivel o ciclo), debemos constatar si se han logrado los objetivos marcados y se suele realizar con referencia a la norma. Su razón de ser se fundamenta como instrumento de control del proceso y fuente de información al alumno. 3.3.- Clases de evaluación. Para abordar este espacio en primer lugar debemos realizar una clara diferenciación de los tipos de evaluación en función de tres aspectos: la objetividad presente en ella, la referencia utilizada para realizar la valoración y el agente que la realiza. En el siguiente esquema podemos analizar esta clasificación de forma previa antes de entrar brevemente a desarrollar cada uno de ellos. Objetividad Referencia Agente Objetiva. Normativa. Externa. Subjetiva. Criterial. Interna (Autoevaluación). Objetiva Suele ser el resultado de la utilización de test y mediciones estadísticas posibles de verificar. Se prima la búsqueda de las causas y los hechos. Los test de aptitud física van a ser un claro exponente de este tipo de evaluación, estrategia ampliamente criticada por autores como, Devís y Peiró (1992), Arnold (1991) o Blázquez (1995), ya que no aportan un verdadero nivel de conocimientos o destrezas logrados y tienen poca o escasa relación con los hábitos de salud de los escolares. Subjetiva. 9 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Se interesa especialmente por la comprensión y el análisis de la conducta humana empleando para ellos métodos cualitativos orientados al análisis del proceso y no del resultado final. Depende por completo del criterio del evaluador (profesor, alumno...) y suele basarse en la observación sistemática. Evaluación criterial. Centrada en el nivel de ejecución del alumno, independientemente del grupo al que pertenece. El profesor establece una referencia (criterio), en función del cual será evaluado el alumno; su utilidad dentro de la evaluación formativa se orientada hacia el diagnóstico y orientación de su aprendizaje. Dentro de una línea individualizadora, los criterios a utilizar no tienen porqué ser los mismos para todos los alumnos, pudiendo establecerse según los niveles de ejecución que presenten. Evaluación con referencia a norma. El alumno es evaluado en referencia con el rendimiento del grupo en el que se encuentra integrado; su utilidad en nuestro campo se centraría con una visión de selección de alumnos para una actividad concreta, o para establecer grupos de trabajo según el nivel de ejecución que presentan. Evaluación externa. Es realizada por evaluadores ajenos al proceso de enseñanza o aprendizaje. Este tipo de evaluación acerca al profesor a la realidad del aula desde una óptica poco habitual y suele ser un excelente instrumento de mejora. Los estudios de casos, las observaciones externas, las puestas en común de experiencias en grupos de trabajo, facilitan una visión de los procesos de enseñanza y aprendizaje muy diferente a la percibida por el profesor implicado. Evaluación interna (Autoevalución). Centrada en la figura del alumno le otorga la responsabilidad de ser el propio juez de su proceso de aprendizaje facilitando la asunción de responsabilidad desde la toma de decisiones. Siguiendo a López Pastor (1999) la utilización de esta estrategia está justificada desde los primeros niveles ya que va a facilitar que los alumnos y alumnas sean capaces de dirigir sus propios aprendizajes alcanzando un mayor dominio sobre el contenido aprendido (Fernández Pérez, 1986). Propiciar la honradez y la responsabilidad del alumno es una de las metas de todo sistema educativo y esto sólo es posible desde el ejercicio de pautas de comportamiento que le exijan poner de manifiesto estos valores y comenzar a asumir pautas de comportamiento dignos y responsables (Álvarez Méndez, 1993). Por último tres van a ser las ideas que nos debemos plantear como suficientemente poderosas para plantear esta estrategia de evaluación en Primaria. En primer lugar hay que pensar que una de las metas más claras que nos planteamos 10 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 desde nuestra intervención didáctica es lograr ayudar a nuestros alumnos a alcanzar el mayor nivel de autonomía en su trabajo. En segundo lugar nuestro deseo se centra en formar personas que manifiesten un análisis crítico con ellos mismos y con todo lo que les rodea y por último hay que plantearse que la autoevalución puede ser una excelente estrategia para nuestro alumnado de ejercer la responsabilidad en la toma de decisiones (López Pastor, 1999). 3.4.- Instrumentos y procedimientos básicos de recogida de información. 3.4.1.- La medición. Subjetividad y objetividad de la medición. La Medición y la Evaluación son conceptos interdependientes. La evaluación es un proceso que utiliza las medidas y las medidas son la recopilación de información. Dicho lo anterior, hay que incidir en que el éxito del proceso de evaluación depende de la calidad y precisión de la información que hemos recogido. La medición es el primer paso importante en la evaluación. Una mejor medición, lleva a una mejor evaluación. Esto lleva consigo: 1º.- Precisar las características a medir. 2º.- Seleccionar los instrumentos de medición. Una característica es medible, cuando puede ser definida de una forma clara y suficiente. Muchas características individuales o del proceso educativo, son difíciles de medir con los instrumentos disponibles, por ejemplo, la calidad de enseñanza. Otras, son plenamente, con instrumentos comunes, como el cronómetro. Los cronos, las cintas métricas, los test, pruebas de rendimiento motor, la observación sistemática, las escalas, etc. son instrumentos comunes que se usan para medir una serie de características. Los procesos de medición recurren a instrumentos precisos, con objeto de dotar a las medidas de validez y fiabilidad. Las medidas, pueden ser subjetivas y objetivas. Son objetivas desde un punto de vista teórico, si la medición se encuentra en perfecta relación con la realidad de lo medido. Desde un punto de vista experimental, una medida es objetiva cuando dos o más educadores al realizar la misma prueba, asignan valores similares. 3.4.2.- ¿Cómo y con qué evaluar? Hay que considerar que en la persona humana varían a nivel individual una serie de parámetros tales como: tamaño corporal, fuerza, velocidad, personalidad... las medidas determinan en qué grado, cada individuo posee unas características definidas. Esto lleva consigo precisar las características a medir y seleccionar los instrumentos de medición. En el siguiente esquema podemos ver los principales instrumentos de medición susceptibles de ser utilizados en la Educación Física Escolar: 11 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Clasificación de los instrumentos y procedimientos de medición: Procedimientos experimentales. Procedimientos observacionales. Tests motores Pruebas de Ejecución Circuito Técnico Listado progresivo de tareas técnicas. Pruebas Funcionales Campo Laboratorio Técnicas Sociométricas: El Sociograma El Ludograma Entrevistas Cuestionarios Propuestas de Trabajo Trabajos Monográficos Comentarios Críticos de textos físico-deportivos Pruebas Objetivas: Pruebas de Evocación Pruebas de completar textos Pruebas de Doble Elección Pruebas de Elección múltiple Pruebas de Correspondencia Pruebas de Identificación Elaboración de Mapas Conceptuales Observación directa. Procedimientos de apreciación Registro de Anécdotas. Observación Indirecta. Procedimientos de apreciación Listas de Control Escalas de puntuación-clasificación: Escalas ordinales o cualitativas Escalas numéricas Escalas gráficas Escalas descriptivas Observación Indirecta. Procedimientos de Verificación: Registro de acontecimientos Cronometraje Muestreo de tiempo Registro de intervalos 3.4.2.1.- Procedimientos experimentales. Los Test Motores. La palabra Test procede del latín "testa", que quiere decir prueba. La Asociación Americana de Psicología, citada por Raymond (1974), entiende por tests a “una prueba definida que implica la realización por parte de todos los sujetos examinados de una tarea idéntica, con una técnica precisa, para la apreciación del éxito y del fracaso o para la expresión numérica del grado de logro”. Los tests normalizados permiten reunir una serie de resultados comprobables, mediante los cuales pueden situar el alumno/a dentro de un contexto mucho más amplio, para valorar sus aptitudes o sus intereses según los casos. Antes de aplicar un test, hay que conocer si el mismo reúne una serie de características que le den soporte científico a lo que queremos medir. Las tres características que se consideran como fundamentales de un test, son la validez, fiabilidad y objetividad. Validez. Se considera que un test es válido cuando mide lo que realmente se propone. El concepto de validez no es único, sino que cada test o ejercicio utilizado para medir, tiene su propio objetivo de medida. Fiabilidad. Cuando un test es fiable, los márgenes de error son pequeños, es decir que aplicado dos o más veces ofrece siempre la misma medida. La fiabilidad de 12 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 los tests trata de controlar las variaciones que diversos factores producen al aplicarlo, aunque ello no sea siempre posible. Objetividad. Cuando varios profesores obtienen resultados sensiblemente iguales al aplicar las mismas pruebas en igualdad de condiciones, se dice que el test es objetivo. Esta objetividad se hace patente utilizando los mismos instrumentos precisos y objetivos tales como, cronómetros, calibradores, esfignomanómetros... comprobando su buen funcionamiento antes de aplicar el test. Pruebas Funcionales. Se trata de procedimientos idénticos a los tests, tanto en su concepción, como en sus características. El motivo que me mueve a distinguirlas de los tests motores no es otro que el diferenciar en lo posible los aspectos fisiológicos de la Condición Física, de los elementos motores. También llamadas por otros autores “Pruebas de aptitud cardiovascular” o también “Pruebas de Esfuerzo”. Tratan de medir fundamentalmente la capacidad de realizar esfuerzos prolongados utilizando actividades musculares, para poner a los órganos internos en situación de emitir respuestas que den informaciones claras de las posibilidades fisiológicas del alumno/a. Los objetivos generales que se buscan con la aplicación de Pruebas Funcionales a los alumnos/as son entre otros valorar el consumo máximo de oxígeno, la aptitud cardiovascular y la aptitud respiratoria. Pruebas de Ejecución: Blázquez (1990) entiende que van a ser pruebas que “exigen que el alumno/a realice una tarea poniendo de manifiesto la eficacia del aprendizaje. Las nuevas orientaciones de la educación aconsejan introducirlas no solo como instrumento de evaluación, sino también como mejora del aprendizaje... En este tipo de pruebas hay que atender no solo al resultado, sino también a la destreza de la realización, el manejo del material, la rapidez, etc. y a cada una de las etapas del cumplimiento de la tarea... Para la valoración de este tipo de prueba el profesor ha de utilizar listas de comprobación y escalas de valoración”. Dentro del amplio abanico de pruebas de ejecución, podemos mención de: Circuitos Técnicos. Siguiendo la filosofía del entrenamiento en circuito, se puede confeccionar un Circuito Técnico que contenga tareas que el profesor y los alumnos consideren interesantes. Las tareas que se elijan deben tener las características de ser fácilmente cuantificables (diez saques, toques a la pared, botes, lanzamientos...), deben ser fáciles de ejecutar y deben mostrar en lo posible la doble faceta de aspectos cualitativos y cuantitativos. Con un enfoque educativo, las puntuaciones pueden ser recogidas por los mismos alumnos en sus fichas de control o por observadores. Da buen resultado utilizar la técnica de evaluación recíproca entre los miembros de cada grupo. 13 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Listado Progresivo de Tareas. Estos listados consisten en fichas de tareas, que los alumnos van realizando en su proceso de aprendizaje. Dichas fichas especifican las tareas a realizar, el numero de repeticiones y recogen el como pasar de una tarea a la siguiente. Este modelo que utiliza la metodología de autoevaluación y coevaluación es utilizado fundamentalmente con alumnos mayores, que ya tienen experiencia en este tipo de enseñanza individualizada. En el dorso de cada ficha, el alumno va anotando la fecha que consiguió la realización completa de la tarea, las dificultades encontradas y los progresos realizados. El alumno va completando de forma progresiva el fichero de trabajo que se le proponga. Técnicas Sociométricas: La inadaptación social, la agresividad, el retraimiento excesivo, el deseo de llamar la atención de los alumnos, pueden tener su origen en conflictos del grupo con los compañeros. Para conocer mejor las relaciones sociales dentro del grupo de clase, resultan muy útiles las técnicas sociométricas. Entre las técnicas sociométricas mas extendidas y de mayor utilización en Educación Física están el Sociograma y el Ludograma. El Sociograma. Es la técnica mas extendida y se basa en la representación gráfica de las interrelaciones de los miembros del grupo, tras la tabulación de los datos proporcionados por unas listas estrictamente confidenciales, en las que los alumnos han manifestado sus preferencias individuales. El Sociograma permite descubrir a los lideres del grupo, a los subgrupos de clase y también a los solitarios, los aislados y los rechazados. Pero su interpretación debe hacerse con cierta cautela, ya que las relaciones y preferencias en edades jóvenes, suelen cambiar con bastante frecuencia. No obstante, los datos proporcionados son muy útiles, para conocer el origen de determinados problemas. El Ludograma. Consiste en la realización de un juego o de una actividad deportiva en las que el elemento del juego sea un móvil que debe circular entre los participantes. Preferentemente juegos mejor que deportes reglados (el quema, balón cazador, balón-tiro). El profesor o un observador contabilizará las veces que en un determinado tiempo o período del juego cada jugador ha recibido o golpeado el móvil. Esta técnica proporciona al profesor información sobre los protagonistas, lideres; los subgrupos existentes; los rechazados y las relaciones entre los alumnos. Las anotaciones se realizan en una hoja de control, en la que se puede cuantificar el numero de acciones totales y parciales de cada alumno. Las Entrevistas. Entre profesor y alumno, reúnen varias cualidades entre las que podemos destacar: permite una atención individual al alumno o hacia determinado problema; convierte al alumno en el centro de interés del profesor. El alumno siente que es aceptado, esto refuerza su seguridad y facilita que afloren unas motivaciones (de la 14 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 conducta, de la personalidad, del fracaso, de los intereses del alumno), que de otro modo difícilmente se hubieran llegado a conocer. Requiere varias condiciones para su utilización, especialmente saber crear una actitud de confianza, tono amistoso, interés real por los problemas o sentimientos del alumno y valorar los aspectos positivos mas que los negativos. La detección de problemas a través de la entrevista, la hacen un elemento imprescindible de investigación en el aula. Incluso debe utilizarse aun cuando no haya problemas, es conveniente que se establezcan entrevistas periódicas con cada uno de los alumnos, para conocerles a fondo y orientarles mejor. Los Cuestionarios. Se trata de una técnica tradicional de obtener información respecto a actitudes, intereses, valores... de las personas que lo cumplimentan o a través de las informaciones facilitadas por el cuestionario cumplimentado por otras personas (padres, profesores, alumnos...). Consiste en una serie estructurada de preguntas, que el encuestado ha de responder cumplimentado su respuesta. Las respuestas que se solicitan a veces son cerradas (SI-NO) o semiabiertas (1-2-3-4-...) o abiertas en las que se posibilitan que el encuestado describa un rasgo o comportamiento requerido. Tiene la ventaja, de que se puede obtener mucha información en poco tiempo. Pero queda su uso limitado al conocimiento de las cuestiones que se plantean, por lo que a veces gran cantidad de posibles informaciones interesantes no se recogen, por no estar indicadas en el cuestionario. Suele emplearse como técnica diagnostica, aunque puede realizarse a lo largo del proceso para ir verificando si hay cambios apreciables en actitudes y comportamientos. Propuestas de trabajo escritas y gráficas. El acceso a la conceptualización en nuestra materia, así como el conocimiento y la representación de la realidad a través del lenguaje de la imagen ha evolucionado hacia formas mas complejas del lenguaje simbólico; esta evolución condiciona la capacidad para definir con precisión hechos de la realidad cotidiana del aula, y asimismo proporciona a los alumnos la posibilidad de intervenir y proponer posibilidades nuevas de trabajo. Las propuestas de trabajo escritas y gráficas, vienen determinadas por la necesidad de obtener información de lo que el alumno conoce y comprende de las actividades que realiza; que no sea un mero ejecutante, sino que participe consciente y de forma reflexiva en su proceso educativo a través de sus propias actividades. López Sánchez (1989), incide especialmente en las posibilidades de obtener información de las propuestas de trabajo de los alumnos, sobre la consecución de los siguientes objetivos: 15 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Conocimiento de la adaptación orgánica y funcional y de los medios que la consiguen. Comprensión del ejercicio físico, como mantenimiento de la salud. Reconocer y aceptar las capacidades funcionales propias (por conocimiento y valoración). Sentir, valorar y disfrutar de la practica del ejercicio físico. Proporcionar elementos teórico-prácticos, que son necesarios para opinar, actuar... con conocimiento propio e independiente. Para poder evaluar el grado de conceptualización, la capacidad creativa, la capacidad de comunicación escrita y gráfica, podemos utilizar las propuestas de trabajo de carácter individual, colectivo o los Cuadernos Integrados del alumno. Como forma de presentación a los alumnos, podemos hacerlo como hojas independientes o formando un Cuaderno que aúne diferentes tipos de propuestas: conceptuales, procedimentales y reflexivas fundamentalmente autoevaluativas, que ayuden a consolidar en los alumnos/as hábitos y actitudes positivas respecto de la actividad física. Propuestas de trabajo de carácter individual. Entre las mas utilizadas por los Grupos de Trabajo de Málaga, Granada y Úbeda encontramos la elaboración de calentamientos generales y específicos, confección de fichas de clases de condición física, habilidades motrices, propuestas de nuevos juegos, progresiones didácticas de actividades expresivas, grabaciones de videos didácticos sobre propuestas de expresión corporal, etc. Propuestas de trabajo de carácter colectivo. Además de los tipos expuestos de carácter individual, se suelen realizar un seguimiento de actividades de competición en niveles de promoción o élite, con incidencia en observaciones y tomas de posición crítica respecto a los aspectos afectivo-sociales del juego, propuestas de trabajo y sus posibilidades de realización de contenidos relativos a las actividades físicas en el medio natural; propuestas de trabajo sobre creación de nuevos juegos o recogida de datos sobre actividades autóctonas o proponer nuevas reglamentaciones y creación de actividades físico-deportivas, con elementos no convencionales (aros, placas, platos, ...). Los Cuadernos Integrados del alumno. Tratan de ofrecer a los alumnos distintas posibilidades procedimentales que le ayuden a conseguir niveles de conceptualización y consecución de actitudes. Aparecen de manera integrada distintas fichas de trabajo para el alumno, que pueden ser completadas, creadas o investigadas de forma individual. En Educación Física y como Cuadernos del alumno dentro del ámbito andaluz hay ideas interesantes como las expresadas por Zapico (1990), en sus 16 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Cuadernos denominados “Sextante”. Posteriormente Rivera y Trigueros (1990) , realizaron la colección “Cronos”, y en los últimos años el Grupo de Trabajo SS.PP. GR-717, ha editado una colección que abarca todos los contenidos del Diseño. En estos cuadernos del alumno aparecen con un sentido de Unidad (a través de los procedimientos, conseguir los conceptos y las actitudes), desarrollando Cuadernos para cada bloque de contenidos y para cada nivel educativo. Recogen informaciones, así como actividades procedimentales, autoevaluativas, observaciones, tomas de posición... que a nuestro juicio están ofreciendo una nueva, coherente y mas amplia perspectiva de lo que puede ser una verdadera evaluación formativa e integradora de todos los elementos didácticos que conforman el Diseño. Trabajos Monográficos. Se trata de pruebas muy útiles en el aprendizaje, que ponen de manifiesto la capacidad de expresión escrita de los alumnos, la capacidad de sintetizar, su capacidad de indagación en otras fuentes del saber (bibliografía, revistas especializadas, materiales de apoyo del profesor...). Comentarios Críticos de textos de contenido físico-deportivo. Como procedimiento practico de llevar a cabo este tipo de trabajo, se sugiere el ofrecer a los alumnos un texto, no muy amplio, de contenido físico-deportivo (mejor si es de actualidad o de importancia relevante para los alumnos), cuya conceptualización sea adecuada a su nivel, en el que después de una lectura reflexiva, pueda realizar entre otras las siguientes actividades: Elaboración de Mapas Conceptuales. Tienen como objeto el ayudar al alumno y al profesor a considerar la naturaleza y el papel de los conceptos y las relaciones entre los mismos, tal como existen en su mente y como existen fuera de ella: aprendizaje significativo. Posibilitan el extraer conceptos específicos. Aislar conceptos y palabras de enlace, observando que desempeñan funciones diferentes. Los mapas conceptuales representan jerarquías entre conceptos y no son memorizables. La utilización de mapas conceptuales al final de una Unidad Didáctica, permite observar los conceptos adquiridos y las relaciones entre ellos; así como los puntos en los cuales los alumnos/as encuentran dificultades o tienen errores de concepto. 3.4.2.2.- Procedimientos de Observación. Blázquez (1990), clasifica los procedimientos de Observación en: Observación Directa. Procedimientos de apreciación. Observación Indirecta: 17 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Procedimientos de apreciación. Procedimientos de verificación. Observación Directa. Procedimientos de apreciación. Registro de anécdotas. Consiste en una breve descripción de algún comportamiento que pudiera parecer importante para la evaluación; se anotan diversos acontecimientos que parecen significativos para el profesor. Atendiendo a estas anotaciones, el profesor interpreta y realiza un juicio del alumno. De manera común, se encuadra este instrumento en el Diario del Profesor. Como sugerencia, creemos conveniente que el maestro llevara un libro diario donde, día a día, fuese anotando las incidencias o hechos mas destacados de las clases realizadas, con respecto a la conducta de los alumnos. Un análisis periódico de este documento daría una visión de lo que sucede con las propuestas formuladas en el proyecto educativo de la materia (Vaca y otros, 1989). Observación Indirecta. Procedimientos de apreciación. Listas de Control. Se trata de frases, series que expresan conductas positivas o negativas de los alumnos en una determinada actuación. Utilizan un juicio simple: SI o NO, sin añadir matices de tipo cualitativo. Tenbrink (1984), enumera cinco pasos a tener en cuenta, para que cada profesor pueda elaborar sus propias Listas de Control, validas, fiables y fáciles de utilizar: Especificar la realización deseada. Enumerar los aspectos importantes o características de realización. Añadir cualquier error común que pueda realizarse. Ordenar la lista de características a observar. Ofrecer un modelo de utilización de la lista. Escalas de Evaluación. Tienen una definida ventaja sobre las Listas de Control, porque nos permiten formular juicios sistemáticos sobre el grado hasta que llega un comportamiento o una característica. Consisten las escalas en un conjunto de factores a juzgar y algún tipo de jerarquía. El Observador usa la escala para indicar la cualidad, cantidad o nivel de rendimiento observado. Los puntos o letras a lo largo de la escala representan distintos grados del atributo que esta bajo observación. Un conjunto de instrucciones dice al observador como emplear la escala. Los pasos para construir una escala, según Tenbrink (1984), pueden ser: Especificar un resultado de aprendizaje apropiado. Enumerar las características importantes de cada resultado. 18 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Definir una escala para cada característica. Ordenar la escala. Escribir las instrucciones. Dentro del amplio abanico de escalas de evaluación, podemos utilizar las siguientes: Escalas ordinales o cualitativas. Es frecuente utilizar escalas de 5-7 puntos. La clave para que nuestras escalas puedan ser utilizadas por otros observadores, está según Baraza, (1991), en la “negociación de los significados”, solo de esta forma dos o mas evaluadores podrán determinar con coincidencia sus apreciaciones. Escalas Numéricas. Escalas numéricas con intervalos iguales. Generalmente están enmarcadas entre el 0 y el 10, aunque actualmente es mas frecuente ofrecer mas amplitud a los intervalos y se suelen utilizar escalas que van del 0 al 100. Este tipo de escalas, presenta la particularidad de que la distancia del intervalo es idéntica, por lo que ofrecen serias dudas cuando se trata de verificar ejecuciones a mas altos niveles. Escalas numéricas con distancias decrecientes. Como novedad presentan que la distancia numérica entre el 7 y el 8 por ejemplo, es mayor que entre el intervalo 9-10, lo que permite dar respuesta a ejecuciones de alumnos que ya están a alto nivel de rendimiento en una prueba y cuyas mejoras cuantitativas necesariamente tienen que ser menores que los que se encontrarían a niveles mucha mas bajos, entre el 2-3 por ejemplo. La diferencia fundamental estriba que a la hora de construir la escala, los resultados de los alumnos no van de forma lineal, es decir, mismo intervalo (misma cantidad, sino progresivamente decelerada, mismo intervalo) disminución progresiva de la cantidad. Escalas Gráficas: A lo largo de un “continuum”, el observador señala en que grado se encuentra el rasgo de la conducta puesta en observación. Al igual que en otro tipo de escalas, hay que negociar los significados, para que dos o mas evaluadores puedan precisar con fiabilidad las mismas conductas. Las clásicas preguntas “finaliza siempre sus tareas” o “es correcto en el trato con sus compañeros”, pueden en Educación Física modificarse por aspectos de las conductas que nos interesen observar. Escalas Descriptivas. Consisten en breves descripciones en forma concreta sobre un rasgo observado. El evaluador señala la posición del alumno con relación a la descripción de ese rasgo. Estas escalas son mas recomendables 19 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 debido a que la descripción del rasgo evita que el observador asigne un significado personal. Requiere experiencia del observador para llevar a cabo este tipo de escalas, ya que las descripciones han de ser muy delimitadas, fijándose solo en lo interesante, eliminando otros datos que pueden ser anecdóticos y que pueden enrarecer la percepción de la conducta observada. Observación Indirecta. Procedimientos de verificación. La base del sistema está en observar y registrar hechos que suceden en situaciones reales, es decir, sin alterar el comportamiento del individuo. Hay cantidad de modelos de planillas de observación, cada uno de ellos intenta controlar aspectos de la actividad generalmente deportiva. Pieron (1990), clasifica los procedimientos de Observación Indirecta, respecto a las actuaciones de los alumnos en: Cronometraje de comportamientos. Se controla la duración de cada comportamiento observado. Se trata de determinar el espacio de tiempo en el que se realiza la actividad a observar. Este procedimiento es muy utilizado en la Observación de clases tanto en practicas didácticas, como en la mejora de la acción docente del Profesor. Muestreo de tiempos. Durante un período corto de tiempo y previamente fijado, el observador comprueba si el comportamiento definido se verifica al término de cada uno de los períodos de observación. Registro de acontecimientos. Es la técnica mas utilizada de Observación Indirecta. Se utiliza en las planillas de recogida de datos en los partidos de competición, anotándose los datos estadísticos de un jugador (remates, saques, bloqueos...). Registro de intervalos. Se asemeja al muestreo de tiempos. En lugar de comprobar al final del período de observación si se ha verificado el comportamiento, basta con que aparezca una sola vez durante el período de observación para tomarlo en cuenta y anotarlo. Un instrumento eficaz: el vídeo. Las grabaciones de las acciones de nuestros alumnos, o nuestras propias acciones como profesores durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, tienen enormes ventajas sobre la Observación en directo y puntual de una determinada acción o acciones. El poder parar, ralentizar o acelerar las imágenes, así como el poderlas visionar cuantas veces se precise, se ha convertido en un medio de inestimable valor para los docentes. La visión de sus propias acciones por parte de los alumnos, actúa como un poderoso feedback interno que les motiva y refuerza sus posteriores conductas. Aun, este medio de observación no está al alcance de todos los docentes, pero su progresiva implantación en los centros, así como su bajo costo harán del vídeo en los próximos años un instrumento casi indispensable en las tareas de observación. 20 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 3.4.3.- Instrumentos para la evaluación de los diferentes elementos del proceso. 3.4.3.1.- La evaluación del alumno. La Evaluación del alumno, para autores como Haag (1991), “Evaluación del Producto”, está mas próxima al concepto tradicional de evaluación, es decir, a la consideración de rendimiento del alumno en los diversos contenidos de aprendizaje. Pero si consideramos que el objetivo más importante de la Educación Física es su colaboración para conseguir una Educación Integral de nuestros alumnos, habría que comprobar en que medida se van alcanzando los objetivos generales de etapa y los objetivos específicos del área, para poder reconducir cuantas veces se precise el proceso educativo en el que alumnos y profesores se encuentran inmersos. El Diseño Curricular Base, propone que las pruebas que se utilicen para evaluar han de ser congruentes con el resto de los factores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Tomando como punto de partida los aprendizajes de los alumnos, se aplicarán pruebas para comprobar en que grado se consiguen los aprendizajes de conceptos, de procedimientos y de actitudes. Es interesante el destacar, que se debe pretender el emplear pruebas globalizadoras, que den respuestas a la evaluación de todos los ámbitos del comportamiento de los alumnos. La Evaluación de los aprendizajes cognitivos. La evaluación en el ámbito conceptual debería abordar todos aquellos conceptos que, de forma genérica, deben conocer los alumnos para facilitar su autoformación, una vez finalizadas las etapas de la Enseñanza Obligatoria. No debemos olvidar el carácter terminal que tendrá para muchos alumnos la Educación Secundaria Obligatoria. Lo interesante es que los alumnos construyan sus propios conceptos a través de los procedimientos, de tal forma que los aprendizajes sean vivenciados, que den respuestas a los interrogantes del ¿para qué? hacer las actividades físicas. Para la comprobación de los niveles de conceptualización alcanzados por nuestros alumnos, no somos partidarios de las pruebas clásicas (exámenes escritos u orales) sino más bien de actividades integradoras, que partan de los procedimientos y que incluyan actividades donde los alumnos reflexionen sobre su práctica, analicen de forma crítica sus actuaciones y propongan actividades alternativas al profesor y a sus compañeros. Si trabajamos en equipo (una aspiración y un deseo, a veces mas que una realidad), sería interesante la realización de actividades de evaluación de conceptos, con carácter interdisciplinar. Con carácter general, las estrategias que diseñemos para la evaluación de los niveles de conceptos, deberían ser actividades en las que el alumno además de poner en juego sus conocimientos, tenga que utilizar otras destrezas adquiridas a lo largo del aprendizaje, tales como: tablas, gráficas, instrumentos de dibujo, bibliografía, dossier, recortes de prensa, esquemas, 21 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 organigramas, etc, así como procedimientos aprendidos en el mismo período, tales como formular hipótesis, descripción de actuaciones, sesiones de trabajo propias,... Con carácter general, de cara a realizar la evaluación de los conceptos podemos servirnos de herramientas como la entrevista, las propuestas de trabajo en su vertiente individual o colectiva, utilización de los cuadernos integrados del alumno, pequeños trabajos monográficos o sencillas pruebas objetivas de evocación, identificación elección múltiple, etc. La Evaluación de los aprendizajes motrices. Nuestra materia tradicionalmente apoyada en los contenidos procedimentales caía fácilmente en el error de llegar a confundir los objetivos con los contenidos de enseñanza, tomando estos el protagonismo de proceso, dando más valor al ¿qué y al cómo?, que al ¿para qué? Si realizamos un pequeño recorrido sectorial por cada uno de los grandes espacios de contenidos que utilizamos en las clases, podemos evidenciar una gran cantidad de instrumentos útiles para llevar a la práctica el proceso evaluador. Instrumentos para la evaluación de los Elementos Psicomotores Básicos, las Cualidades Coordinativas y las Habilidades Básicas y Genéricas. Los factores cualitativos del movimiento, denominados por muchos autores “elementos psicomotores básicos” y para otros como “cualidades perceptivo-motrices”, dependen del nivel de organización funcional de las estructuras perceptivas. Su clasificación y determinación, presentan bastante polémica. Es evidente que las diversas concepciones y los distintos tratamientos que del movimiento se realizan, hacen posible ópticas diferentes respecto a la evaluación de estas cualidades. Conviven en la actualidad tres teorías relacionadas con los aspectos perceptivomotrices. Las teorías Psicomotricistas, las teorías Funcionalistas y la teorías fundadas sobre la Transferencia de las habilidades. A la pregunta ¿qué evaluar en relación a estos contenidos?, nosotros podemos contestar que fundamentalmente nos centraremos en la selección de herramientas que nos acerquen a los niveles de nuestros alumnos en las siguientes capacidades: Elementos Psicomotores Básicos, Coordinación Dinámica general, Coordinaciones óculo-segmentarias, Equilibrio estático, Equilibrio dinámico, Agilidad, Habilidades básicas y Habilidades genéricas. Los procedimientos más al uso los podemos encontrar en las baterías de pruebas propuestas por diferentes autores como: Perfil Psicomotor de PICQ Y VAYER. Batería de OZERESTKY. Batería de BLAZQUEZ Y ORTEGA (1990) Batería de TRIGUEROS (1991) 22 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Instrumentos de evaluación para la Expresión Corporal. Si tenemos dificultades de orden técnico para evaluar otros bloques de contenidos, en el caso que nos ocupa de la evaluación de la Expresión Corporal se aumenta si cabe, al añadir la problemática de orden ético. Se trata de comprobar la flexibilidad y la adecuación con las que se utilizan los recursos expresivos corporales para comunicarse. Desde un enfoque operativo, la evaluación de este bloque tomará como criterios más específicos orientados a valorar la originalidad en las acciones, el dominio de la técnica (si se trata de actividades de reproducción), la capacidad rítmica, la capacidad comunicativa y la creatividad. Para ello podemos poner en acción la utilización de Escalas descriptivas, Escalas ordinales, Escalas de actitud y Pruebas de ejecución (coreografías, técnicas específicas...). Instrumentos para la evaluación de los contenidos vinculados con la Salud Corporal y la Condición Física Salud. Con carácter general, podemos utilizar para la valoración de la Condición Anatómica pruebas de índole biométrica (Brocca, Pignet...), test para determinar la Composición Corporal, test de valoración Cineantropométrica, test de valoración de la Condición Fisiológica (Test de Ruffier-Dickson, Test de Harvard, adaptado a edades escolares, Test de "Course Navette", Test de Cooper adaptado a edades escolares, Mini-Cooper o Baby-Cooper). La evaluación de la Condición Motora la podemos apoyar el las pruebas de la Batería EUROFIT u otras baterías de pruebas perfectamente validadas. Instrumentos para la evaluación de los contenidos de Juegos y Deportes Adaptados. Se trata de comprobar que el alumno es capaz de seleccionar (percibir) los estímulos relevantes de las tareas propuestas y lograr un grado de ejecución aceptable que le permita desenvolverse en situaciones reales de participación, ya sea en actividades de juegos recreativos o en deportes adaptados. Además debemos valorar que sean capaces de resolver problemas de decisión planteados por la realización de tareas motrices utilizando habilidades básicas y genéricas y evaluando la adecuación de la ejecución al objetivo previsto. ¿Qué evaluar en los Juegos y Deportes Adaptados? De los criterios anteriores, se desprende que en lo referente a los procedimientos hay que evaluar la capacidad para resolver problemas de decisión (Táctica individual) y el nivel adquirido para coordinar las acciones con las de los compañeros de juego y equipo (Táctica colectiva). Los Procedimientos a utilizar para la Evaluación de los Juegos y Deportes Adaptados, irán desde el Listado progresivo de tareas y el Circuito Técnico para situaciones artificiales de práctica, hasta la utilización de la Observación objetiva (Planillas de control de acierto y error) o la Observación subjetiva (Cualificar comportamientos técnicos) para situaciones de práctica real. 23 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Fuera ya del contexto de las acciones de juego, la utilización del vídeo puede ser una herramienta muy eficaz de evaluación. Mención especial debe tener la evaluación de los Juegos Tradicionales y Alternativos, ya que carentes de una finalidad de mejora de aspectos técnicos, ha de orientarse hacia la apreciación de su implantación en la cultura del alumnado y su posterior utilización como recurso lúdico en las actividades de ocupación de los tiempos de ocio. Esto sin perder de vista la importancia que adquiere el Juego Tradicional como factor transmisivo de la cultura popular del entorno. La Evaluación de los aprendizajes de construcción individual y social. Nuestros alumnos, como seres sociales, intentan formar parte de un grupo. Al estar inmersos en él, se esfuerzan por seguir sus pautas; de esta forma van cambiando sus actitudes acomodándolas a las nuevas circunstancias del grupo. Los alumnos muestran diferentes intereses en la realización de sus actividades de Educación Física. La tendencia a prestar su atención selectiva hacia una determinada parte del Diseño, hace que tengamos en cuenta el estudio de los intereses como fuente de información sobre la personalidad de los alumnos. En nuestra materia, tanto las actitudes como los intereses pueden presentar peculiaridades diferentes respecto a otras del Currículum, pero también es preciso explorar mediante controles periódicos su desarrollo o estancamiento, o los cambios en las mismas, para poder disponer de esa información cualitativa. “Esta categoría de contenidos, normalmente solía quedar dentro del Curriculum oculto del profesor/a, y por ende rara vez se entraba en su valoración, y mucho menos utilizando instrumentos de evaluación que garantizaran una mínima validez de los resultados obtenidos” Rivera (1991). ¿Qué actitudes evaluar? Si tomamos como referente el currículum para el área, debemos valorar el desarrollo de actitudes que potencien la actividad física grupal como la cooperación, la tolerancia y el respeto a las normas establecidas. La conducta está determinada en gran parte por nuestras necesidades y el deseo de satisfacerlas. Nuestros alumnos sienten la necesidad de sentirse seguros, ser aceptados por los demás, alcanzar el reconocimiento social y tener acceso a experiencias nuevas que enriquezcan su personalidad. Los investigadores de la personalidad, en general, indican que la actitud y el comportamiento antisocial es el problema más grave del desarrollo de la personalidad. La escuela debe proporcionar a los niños y jóvenes la oportunidad de que jueguen y trabajen juntos. Benedicto y otros (1981). Haag (1991) por su parte considera que los niveles de afectividad deben ser evaluados bajo una doble perspectiva: individual (motivación, las actitudes hacia la Educación Física, nivel de ansiedad...) y social (valores de justicia, cooperación, capacidad de liderazgo...) Hay que incidir en que los comportamientos sociales, solo se pueden alcanzar en situaciones sociales. De 24 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 entre los hábitos sociales mas importantes que hay que tener en cuenta a nivel de una evaluación de aspectos sociales, hay que citar: Trabajar y jugar bien con los demás. Ser cortés en su manera y forma de hablar. Asumir responsabilidades de su conducta. Autocontrol. A modo de resumen, en el siguiente esquema podemos ver de los aspectos más relevantes a evaluar desde una perspectiva actitudinal en la etapa: Comportamientos individuales Comportamientos sociales: Disposición para el trabajo. Motivaciones hacia la Educación Física. Esfuerzo y perseverancia en las tareas. Asunción de responsabilidades. Respeto por el material. Niveles de creatividad. Aportación, participación,... Actitud crítica. Respeto a las normas. Capacidad de trabajo en grupo. . Cooperación. . Justicia. . Capacidad de liderazgo. . Tolerancia. El Profesor Laakso (1991) indica que el principal objetivo que el profesor debe pretender de sus alumnos es “conseguir que la Educación Física dure toda la vida”, y ello solo es posible si se ha instalado en ellos, una actitud positiva hacía la práctica del ejercicio físico y la consolidación de hábitos de vida sana (Torres, 1991; 1992). De cara a realizar la evaluación de las actitudes, podemos utilizar la observación directa (registro de anécdotas; diario del profesor), la observación indirecta (listas de control, escalas descriptivas o escalas gráficas), los cuestionarios, el cuaderno de alumno o de forma más específica la escala de actitud de Adams, la técnica del diferencial Semántico o la técnica de Liker. 3.4.3.2.- La evaluación del profesor y del programa. La primera pregunta que nos podemos hacer al respecto es ¿para qué evaluar al profesor? Gimeno Sacristán (1988) señala “como uno de los grandes valores de la evaluación, el servir de instrumento de investigación didáctica, y no solo referida a los alumnos/as, sino especialmente orientada hacia la comprobación de la metodología utilizada y como descubrimiento de nuevas técnicas pedagógicas a utilizar en el futuro”. El EPOE de Ugijar (1988), en su estudio sobre la evaluación educativa, consideran como objetivos de la evaluación del docente, “el logro de un progresivo perfeccionamiento del profesor como persona y como docente y consiguientemente a esto, el perfeccionamiento del resto de componentes y funciones que se dan en la instrucción”. La evaluación del 25 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 profesor, por tanto, debe extenderse a una serie de funciones que le son propias, tales como: la función educadora, instructiva, orientadora, tutorial, terapéutica, informadora y recuperadora inherentes a su condición de docente. Entrando en los procedimientos e instrumentos a utilizar para la evaluación del profesor y siguiendo al grupo del EPOE de Ugijar (1988), podemos diferenciar tres modalidades en el estudio de la función docente: Los incidentes críticos: se trata de proceder al estudio pormenorizado y profundo de actuaciones significativas de acierto o fracaso docente. Cuestionarios: es el basado en la formulación de preguntas sobre su actividad al propio profesor y a sus alumnos/as, en relación a las cualidades personales y profesionales del primero. Análisis de interacción didáctica: se basa en la existencia de una cierta relación entre actividades docentes y aprendizaje de los alumnos. Pretende describir y proponer como modelos a imitar aquellos comportamientos docentes especialmente determinantes del aprendizaje de los alumnos. Por su parte Blázquez (1990), considera que las técnicas para la recogida de datos sobre la función docente pueden ser de una considerable variedad, y estima que las mas relevantes son: la Observación (carácter categorial, listas de control y escalas de calificación) y los Cuestionarios. Rivera (1991) divide los instrumentos en dos apartados: internos (el diario de clase del profesor, la observación audiovisual y la autoevaluación del profesor) y externos (Encuestas de opinión a los alumnos, observador externo e intercambio de experiencias en equipos docentes). Otra cuestión significativa a tener en cuenta es ¿quién evalúa al profesor? La primera respuesta que acude a nuestra mente es “él mismo”, pero al mismo tiempo podemos pensar que existen otros mecanismos y agentes que pueden entrar a formar parte de este proceso: alumnos, inspectores, otros compañeros, grupos de trabajo, etc. Pasemos a evidenciar cada una de estas posibilidades. Autoevaluación. El cuestionario es una técnica sencilla y eficaz; se suele realizar mediante la autoaplicación de un cuestionario, que nos hace reflexionar sobre nuestro rol de profesor y la adecuación del diseño a la realidad educativa. El diario de clase puede ser otra excelente herramienta, siendo de gran ayuda para la autoevaluación fundamentalmente en dos momentos: al escribir nuestras impresiones sobre el desarrollo de nuestra acción educativa y posteriormente con una lectura detenida y reflexiva. Reflejar las impresiones en el diario consiste en anotar las observaciones mas interesantes, las anécdotas mas relevantes que han ocurrido en 26 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 nuestras clases. Una tercera posibilidad puede ser la grabación en vídeo de clases, para posteriormente visualizarlas y reflexionar sobre nuestros aciertos y errores, y sobre todo las posibilidades de mejorar la práctica docente a partir de la retroacción de los acontecimientos. Heteroevaluación realizada por parte de los alumnos. Las Encuestas de opinión a los alumnos en dos momentos: al finalizar la clase, con la realización de una serie de preguntas abiertas a nuestros alumnos tales como: que les ha parecido la clase, la actuación del profesor, que opinión le merecen las tareas, si les ha parecido interesante... y también la aplicación de cuestionarios, al finalizar cada Unidad temática en la que se solicita su opinión sobre la labor desarrolladapor el docente. Heteroevaluación realizada por parte de otros Profesores: La observación de clases por parte de algún "colega", quién intentará bien a través de una lista de control o de una escala descriptiva, el dar respuesta a preguntas relacionadas con la metodología, el clima afectivo de la clase, nuestra actuación, la calidad de las informaciones, el feed-back empleado... Las grabaciones en vídeo de clases para posteriormente ser analizadas en grupos de trabajo o seminarios de profesores. Tienen la ventaja de poder solicitarnos informaciones adicionales de nuestras clases y las informaciones son mas ricas. Por último las entrevistas con asesores técnicos del área, quienes a través de una entrevista o la observación de clases, nos facilitarán documentación e informaciones que nos ayuden a resolver problemas de actuación didáctica diaria. Heteroevaluación por parte de la Administración educativa. A través de entrevistas con los inspectores, cuestionarios que cumplimentamos sobre nuestras actuaciones docentes, etc. 3.4.4.- Documentos de Evaluación. Los datos e informaciones que manejamos los profesores, es necesario que estén organizados para poder garantizar la máxima rentabilidad y que los esfuerzos por conseguir dichas informaciones no se queden sin ser utilizados. Entre las múltiples posibilidades que tenemos para realizar esta organización de la información podemos destacar las siguientes estrategias. La ficha registro individual. El más generalizado consiste en una carpeta de archivo para cada alumno, en la que se conserva toda la documentación referida a él y una ficha en la que se anotan datos sobre personalidad, capacidad mental, carácter, salud, aficiones, ambiente familiar, observaciones del profesor, resultados de las evaluaciones, mediciones, consejos orientadores... este registro se amplía y actualiza cada año 27 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 con los nuevos datos. Estos registros personales tienen aplicaciones de gran utilidad, pero al mismo tiempo encierran algún peligro que hay que evitar. Entre los aspectos positivos que podemos destacar de estas fichas estarían: Al igual que la observación, obliga a centrar la atención sobre todos y cada uno de los alumnos. Facilita la elaboración de informes para padres, tutores y psicólogos. Cuando un profesor toma a su cargo un nuevo curso, la consulta de los registros individuales le facilita un rápido conocimiento inicial de cada alumno, que de otro modo tardaría en adquirir. Cuando un alumno cambia de centro o de nivel educativo, este registro aporta al nuevo centro o al nuevo profesor un conocimiento básico del alumno en cuestión. Una lectura global del registro personal al final del curso o de sus estudios, pone de manifiesto las tendencias del alumno en cuanto al rendimiento, actitud ante la materia, integración social, estado de salud, actitudes específicas, ámbitos de trabajo, sociabilidad, intereses profesionales y rasgos más destacados de personalidad. Por el contrario, en cuanto sus aspectos negativos debemos indicar que: Convertir los registros en un mero trámite burocrático, en un material archivado, no manejado o en una ficha fosilizada por falta de actualización. Obtener conclusiones erróneas por conceder excesiva importancia a los datos negativos, sin analizar todas la informaciones de conjunto. Establecer una correlación errónea entre datos del registro aparentemente inconexos. No observar la debida discreción respecto a datos confidenciales de un alumno, de forma que estos datos puedan algún día perjudicarle. El cuaderno de evaluación del alumno. Es un cuaderno en el que alumno debe explicitar sus propias soluciones; también debe reflejar las conclusiones que aportan el resto de los compañeros en la puesta en común y por último su propia reflexión personal sobre lo estudiado. De esta forma el cuaderno de clase se convierte en un importante documento de trabajo. En el primer ciclo debe ser supervisado sistemáticamente por el profesor (Baraza, 1988). Blázquez (1990) indica que “el cuaderno de evaluación es el instrumento de comunicación entre profesor y alumno (extensible a padres o a 28 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 otras instituciones”. Elaborado y diseñado por el profesor, constituye el soporte donde alumno y profesor van reflejando los resultados del progreso educativo. Su intención es que ambos, alumno y profesor, participen conjuntamente en una acción que les incumbe. Cada alumno posee su cuaderno personal donde van anotando los resultados obtenidos; en algún caso es él mismo quién realiza esta operación, en otros es el profesor el responsable de esta acción. Ambos son conocedores de los resultados y por tanto se implican de forma directa en el progreso de alumno y acción docente. Este documento suele estar dividido en dos partes: Fichas individuales de evaluación. Ficha de autoevaluación. Haag (1991), considera que el cuaderno o “libro del alumno” como el lo denomina, debería tener los siguientes apartados: Los datos sociobiográficos. Datos respecto al estado de salud: en reposo y en ejercicio. Datos antropométricos. Test de forma física (incluyendo tablas de normas). Información acerca de las disciplinas deportivas (Teoría y Practica). Datos de los premios que haya obtenido. Actuación específica del estudiante dentro y fuera de la escuela (campeonatos, entrenamientos...). Acontecimientos especiales (danza, teatro...). Compartirmos parcialmente la propuesta de Haag, ya que entendemos que queda incompleta al olvidar incluir espacios claves como propuestas de aprendizaje conceptual o actitudinal. En definitiva, el cuaderno del alumno debe ser un documento abierto, susceptible de incorporar nuevas fichas, datos, informaciones, cuadernillos... que irán completando su forma definitiva e irá acompañando al estudiante durante los años que permanezca en el centro educativo. Informes. Hay que ir suprimiendo la calificación numérica como única información de los logros conseguidos por los alumnos, por lo que se sugiere que en lugar de dar notas se realicen informes. Estos informes podrán contar con los siguientes apartados: Notas numéricas (las menos veces). 29 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 Descripción de los juicios y de las actuaciones de los alumnos. Modelos de feed-back para el alumno. Acompañando al "libro de diagnostico" o cuaderno del alumno. 4.– Referencias bibliográficas del capítulo. ÁLVAREZ MÉNDEZ, J. M. (1995). “Valor social y académico de la evaluación”. En VARIOS. Volver a pensar la educación. Madrid: Morata. ÁLVAREZ MENDEZ, J. M. (2000). Didáctica, currículo y evaluación: ensayos sobre cuestiones didácticas. Barcelona. Alamex ARNOLD, J. P. (1991). Educación Física, movimiento y currículum. Madrid: MorataMEC. BARAZA, J.A. (1991). "Evaluación Formativa". Curso Actualización Asesores Técnicos de Educación Física. Málaga. Material multicopiado. BARAZA, J.A., PRADOS. F. y OTROS. (1988) Curso Diseños Curriculares. Ugijar: material multicopiado. BENEDICTO, V. Y OTROS. (1981). Evaluación aplicada a la enseñanza. Madrid. CEAC. BERNSTEIN (1993). La estructura del discurso pedagógico. Madrid: Morata. BLÁZQUEZ SÁNCHEZ, D. (1993). “Perspectivas de la evaluación en Educación Física”. En Apunts, nº 31; pp. 5-16. BLAZQUEZ SÁNCHEZ, D. (1990). Evaluar en Educación Física. Barcelona: Inde. BLÁZQUEZ SÁNCHEZ, D. (1995). La iniciación deportiva y el deporte escolar. Barcelona: Inde. CHIVITE IZCO, M.(1990) "El proceso de evaluar en Educación Física". Material multicopiado. COLL, C. (1987) Psicología y curriculum. Barcelona: Laia. CRONBACH, L. J. (1963). “Course improvement though evaluation”. En Teachers College Record, 64; pp. 672-683. Decreto 105/1992, de 9 de junio, por el que se establecen las enseñanzas correspondientes a la Educación Primaria (B.O.J.A. 20/6/92). DEVÍS, J y PEIRÓ, C. (1992). Nuevas perspectivas curriculares en Educación Física: la salud y los juegos modificados. Barcelona: Inde. 30 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 DEWAR, A. (1994). “El cuerpo marcado por el género en la Educación Física: una perspectiva feminista crítica. En Actas del Congreso de Investigación Alternativa en Educación Física. Málaga: Uniesport; pp. 113-125. E.P.O.E. (Equipo Pedagógico de Orientación Escolar) (1988). Documento de apoyo al profesorado. Ugíjar: material multicopiado. FERNÁNDEZ BALBOA, J. M y MARSCHALL, J. P.(1994). “Dialogical pedagogy in teacher education: Toward en education for democracy”. En Journal of Teacher Education, 45; pp. 172-182. FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (1990). La escuela a examen. Madrid: Eudema. FERNÁNDEZ PÉREZ, M. (1986). Evaluación y cambio educativo: análisis cualitativo del fracaso escolar. Madrid: Morata. FOUCAULT, M. (1975). Vigilar y castigar. México: Siglo XXI GIMENO SACRISTÁN (1988). El Curriculum: una reflexión sobre la practica. Madrid. Morata. HAAG, H. (1991). Evaluar en Educación Física. Jornadas UNISPORT. Málaga. JOHNSON, P.K. (1972) La evaluación del rendimiento físico en los programas de Educación Física. Buenos Aires: Editorial Stadium. LAAKSO, L. (1991). Evaluar en Educación Física. Jornadas UNISPORT. Málaga. LERENA, C. (1976). Escuela, Ideología y clases sociales en España. Barcelona: Ariel. Ley Orgánica 1/1990, de 3 de Octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). LITWIN, L. y FERNÁNDEZ, G. (1974). Medidas, evaluación y estadísticas aplicadas a la Educación Física. Buenos Aires: Stadium. LÓPEZ SÁNCHEZ, J.M. (1989). Metodología en Educación Física. II Curso Especialización en Educación Física para profesores de E.G.B. Jaén. LÓPEZ PASTOR, V. (1999). Educación Física, Evaluación y Reforma. Segovia: Diagonal. NUNZIATI, G. (1990). “Pour construire un dispositif d'évaluation formatrice”. En Cahiers pédagogiques, num. 280; pp. 47-64. PASCUAL BAÑOS, C. (1994). Evaluación de un programa de Educación Física para la formación inicial del profesorado basado en la reflexión. Tesis doctoral. Universidad de Valencia. PERALTA, Mª. D. (2000). “De los objetivos a la calificación”. En MARTÍNEZ, J. B y RIVERA, E. (Coord) Comprender la evaluación. Evaluación del rendimiento y 31 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 compresión del proceso educativo. Universidad Internacional de Andalucía. Material multicopiado. PIERON, M. (1990). La Evaluación. Observación Sistemática. Curso de Asesores Técnicos de Educación Física. Granada. Real Decreto 1006/1991, de 14 de junio, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Primaria (B.O.E. 26/6/91; corrección de erratas B.O.E. 1/8/91). RIVERA, E. y TRIGUEROS, C. (1990). "Cronos". Cuadernos de Educación Física. Granada. La Madraza. RIVERA, E. (1991). “La Evaluación en Educación Física”. En Curso de Experto en Educación Física. E.U.F. del Profesorado "Ave María". Granada: material multicopiado. ROSALES, C. (1990). Evaluar es reflexionar sobre la enseñanza. Madrid: Narcea. SANTOS GUERRA, M. A. (1991). “¿Cómo evaluar los materiales?”. En Cuadernos de Pedagogía, nº 194; pp. 29-31. SANTOS GUERRA, M. A. (2000). “Evaluar es comprender. De la concepción técnica a la dimensión crítica”. EN MARTÍNEZ, J. B Y RIVERA, E. (Coord) Comprender la evaluación. Evaluación del rendimiento y compresión del proceso educativo. Universidad Internacional de Andalucía. Material multicopiado. SEMINARIO PERMANENTE DE UBEDA (1987). "Trabajo de evaluación de la Condición Física". Ubeda: material multicopiado. TENBRINK, T. (1984). Evaluación. Guía didáctica para profesores. Madrid. Narcea. THOMAS, R. (1974). Musculación aplicada a los deportes. Barcelona. Hispano Europea. TINNING, R. (1992). Educación Física: la escuela y sus profesores. Valencia: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Valencia. TORRES GUERRERO, J. (1988). La Evaluación de la Condición Física. Cádiz: F.A. de Voleibol. TORRES GUERRERO, J. (1991-1992). “La Evaluación en Educación Física. Un proceso investigativo”. En Revistas Apef nº 6, 7, 8, 9, 10 y 11. De la Asociación de profesores de Educación Física. Almería. TORRES J., RIVERA E., MORENTE C. y otros. (1990) La evaluación de la Condición Física como un proceso investigativo. Granada: Gioconda. TORRES SANTOMÉ, J. (1991). El currículum oculto. Madrid: Morata. VACA, F., NARGANES, J.C., TORRES, J. Y OTROS (1989). Proyecto de Diseño Curricular en Educación Física. 12-16. Sevilla: CEJA. 32 Enrique Rivera Carmen Trigueros Javier Giles Didáctica de la Educación Física Curso: 2015/16 ZAPICO, J. (1990). Proyecto Aristóteles. Edición experimental. Ronda: C.P. 33