Primeros auxilios básicos: protección del bienestar de los niños a su

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Primeros auxilios básicos: protección del bienestar de los niños a su cargo
Libreto
Introducción
Bienvenido a Primeros auxilios básicos: protección del bienestar de los niños a su cargo.
Este curso de dos horas es parte de una serie de capacitaciones en línea diseñadas para ayudarle,
como director y proveedor de cuidado infantil, a implementar las últimas mejores prácticas
basadas en investigaciones en sus entornos de cuidado infantil. Todos los días, los padres les
confían lo más valioso que tienen. Proteger el bienestar de los niños debe ser la máxima
prioridad de cualquier programa de cuidado infantil, y una que no se puede tomar a la ligera.
Como los niños son niños, las lesiones no siempre se pueden evitar; sin embargo, crear y
mantener un entorno seguro, con supervisión cuidadosa, disminuye en mucho la probabilidad de
que un niño se lastime mientras esté a su cargo.
En la actualidad, más de once millones de niños menores de 5 años pasan un promedio de 36
horas por semana en diferentes modalidades de cuidado infantil (Child Care Aware of America,
2014). Aproximadamente entre el 10 y el 20 % de todas las lesiones infantiles ocurren en un
entorno de cuidado infantil o en la escuela, según la Academia Estadounidense de Pediatría. Si
bien las lesiones infantiles son evitables, más de nueve mil niños mueren anualmente en los
Estados Unidos a causa de lesiones, reportan los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades. Las maneras más comunes en las que los niños se lesionan o mueren incluyen
accidentes automovilísticos, sofocación, ahogamiento, intoxicación, incendios y caídas. Estas
lesiones, entre otras, ocurren ocasionalmente en entornos de cuidado infantil. Para prevenir
lesiones, hay que establecer instalaciones con entornos seguros y una supervisión adecuada. Esto
incluye tener cuidadores que puedan brindar una respuesta rápida y adecuada si hay un niño
lesionado.
El contenido de este curso está orientado a proveedores de cuidado infantil que, pese a no ser
profesionales de atención médica autorizados, tengan que dar primeros auxilios a niños que estén
a su cargo. Esto no sustituye a las reglas escritas ni a los certificados de competencia que
entregan como parte de una certificación en reanimación cardiopulmonar y primeros auxilios.
Cada centro de cuidado infantil debe revisar las leyes, las normas y las recomendaciones de
mejores prácticas de su estado, como así también crear las políticas y los procedimientos
correspondientes.
Objetivos de aprendizaje
Al completar el curso, usted podrá:

Describir las precauciones estándar que debe tomar al administrar primeros auxilios.
1 




Enumerar los componentes necesarios de un botiquín de primeros auxilios.
Explicar cómo documentar adecuadamente las lesiones y enfermedades infantiles.
Identificar lesiones comunes en diferentes etapas del desarrollo infantil.
Dar ejemplos específicos de cuándo llamar al 911.
Ganar confianza para reconocer y tratar lesiones infantiles.
Mejores prácticas para la prevención de lesiones
Los niños pequeños son muy vulnerables porque tienen una capacidad limitada para reconocer el
peligro y para prever las consecuencias de sus acciones. Entonces, usted tiene la responsabilidad
de protegerlos dándoles un entorno seguro, un nivel adecuado de supervisión, y un cuidado
apropiado cuando ocurre una lesión.
Según el Departamento de Servicios para la Familia y de Protección (Department of Family and
Protective Services, DFPS) de Texas, las normas mínimas se desarrollan con la asistencia de
operaciones de cuidado infantil, padres, abogados, médicos y otros expertos en una variedad de
campos. Si bien la ley de certificación de centros de cuidado infantil establece una guía sobre lo
que se debe incluir en las normas, éstas reflejan lo que los ciudadanos de Texas consideran
razonable y básico. Son las normas primordiales y no negociables que permiten que un programa
de cuidado infantil opere legalmente en el estado. Por otro lado, las mejores prácticas son las
normas óptimas que los centros deben intentar aplicar. Si bien los centros deben cumplir con las
normas mínimas estatales, en lo que respecta a las mejores prácticas, no existen límites máximos
definidos. Muchas veces, los padres buscan los programas de cuidado infantil que cumplen con
las mejores prácticas por los programas y los servicios adicionales que ofrecen. Estos programas
van más allá, mejorando las oportunidades educativas de los niños y adaptándose a las rutinas
laborales de los padres.
Para facilitar las mejores prácticas, quienes cuidan niños deben estar familiarizados con las
siguientes normas y cumplir con ellas o superarlas: Caring for Our Children: Normas
Nacionales de Desempeño en Materia de Salud y Seguridad, Normas de Acreditación de la
Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños y Normas de Desempeño del
Programa Head Start.
Primeros auxilios
La prevención de las lesiones infantiles siempre debe ser una de sus principales prioridades como
proveedor de cuidado infantil. Usted puede trabajar hacia esta meta creando un entorno físico
seguro para los niños que estén a su cargo, y prestando la supervisión adecuada en todo
momento. A pesar de que haga su mayor esfuerzo, aún pueden ocurrir lesiones. La manera de
responder cuando un niño se lesiona es muy importante; sus acciones podrían contribuir a salvar
la vida de un niño en ciertas circunstancias. Por esta razón, es crítico que toda persona que
trabaje con niños pequeños conozca los principios básicos de los primeros auxilios.
Los primeros auxilios son la atención inmediata que se le da a un niño que se ha lesionado o se
ha enfermado repentinamente, para estabilizarlo. Los primeros auxilios pueden ser algo tan
2 simple como lavar y vendar una rodilla raspada, o pueden requerir comenzar a administrar
reanimación cardiopulmonar hasta que llegue la atención médica de emergencia.
Según la Academia Estadounidense de Pediatría, tener conocimientos de primeros auxilios
pediátricos (lo que incluye el manejo de vías respiratorias obstruidas y la respiración asistida),
junto con la confianza necesaria para poner en práctica estas habilidades, es crítico en cualquier
situación de emergencia infantil. Para garantizar la salud y la seguridad de los niños en un
entorno de cuidado infantil, debe haber un miembro del personal capacitado en reanimación
cardiopulmonar (RCP) y primeros auxilios pediátricos en todo momento. La presencia de
proveedores de cuidado infantil debidamente capacitados, junto con un entorno seguro, puede
disminuir en mucho los casos de lesiones, además de contribuir a tener mejores resultados
cuando se produce una lesión.
¿Quiénes deben tener capacitación en primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar (RCP)?
Según las normas mínimas, por cada grupo de niños debe haber un cuidador con capacitación
actualizada en primeros auxilios, respiración asistida y asfixia. Un cuidador por centro de
cuidado infantil y un cuidador por cada grupo de niños que se encuentre fuera del centro de
cuidado infantil deben tener capacitación actualizada en reanimación cardiopulmonar (RCP) y
primeros auxilios para bebés, niños y adultos. La mejor práctica es tener un proveedor de
cuidado infantil capacitado en reanimación cardiopulmonar (RCP) y primeros auxilios asignado
a cada grupo de niños.
La capacitación y la recertificación en RCP deben cumplir con las normas sobre reanimación
cardiopulmonar para personas no especializadas, según lo establece la Asociación Americana del
Corazón o la Cruz Roja Americana, y deben consistir en un programa que incluya el uso de un
muñeco para RCP, con instrucciones basadas en habilidades, tanto teóricas como prácticas, con
ejercicios prácticos y con pruebas. La capacitación en RCP y primeros auxilios no se debe
obtener en forma autodidacta. Para garantizar la salud y la seguridad de los niños en un entorno
de cuidado infantil, hay que tener presente en todo momento a un miembro del personal
capacitado en RCP y primeros auxilios pediátricos.
¿Qué números de teléfono hay que publicar y dónde? Según las normas mínimas, hay que
publicar los siguientes números de teléfono:
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


El 911 o, si el 911 no está disponible en sus áreas, hay que publicar los números de los
siguientes organismos:
o Servicios médicos de emergencia.
o Autoridades policiales.
o Departamento de bomberos.
Toxicología.
Línea directa para casos de abuso infantil del DFPS.
Número de teléfono y dirección de la oficina del organismo de certificación más cercana.
Nombre, dirección y número de teléfono del centro de cuidado infantil.
Los números de teléfono deben colocarse junto a cada teléfono que haya en el centro de cuidado
infantil. Si se usan teléfonos inalámbricos o celulares, estos números deben colocarse en un lugar
3 visible en la pared, cerca de la puerta de cada sala del centro de cuidado infantil o en el mismo
teléfono. Los botiquines de primeros auxilios también deben tener una lista con todos los
números de emergencia.
Precauciones estándar
Las precauciones estándar en los entornos de cuidado infantil son medidas de control de
infecciones que los proveedores de cuidado infantil y de atención médica deben seguir para
protegerse a sí mismos contra las enfermedades infecciosas y para impedir el contagio de esas
enfermedades a los niños que se encuentran a su cargo. Las precauciones estándar consisten en
lavarse las manos, usar desinfectantes para las manos (si no se pueden lavar las manos) y guantes
desechables, practicar métodos adecuados de eliminación de residuos, e higienizar el espacio.
La mayoría de las lesiones que ocurren en un entorno de cuidado infantil no son mortales. Estas
situaciones dan tiempo a lavarse las manos, colocarse guantes y acceder a los suministros de
primeros auxilios. Lavarse las manos con agua y jabón es la medida de control de infecciones
número uno para prevenir enfermedades, tanto en usted como en los niños a su cargo. Además
del lavado de manos, es posible que deba tomar otras precauciones estándar. Entre las
precauciones estándar básicas, se incluyen usar guantes desechables, limpiar cuidadosamente con
los desinfectantes apropiados la sangre u otros líquidos corporales que haya sobre superficies
contaminadas, desechar adecuadamente los materiales contaminados (como guantes), y lavarse
las manos otra vez después de quitarse los guantes.
Debe usarse agua jabonosa para limpiar derrames, suciedad y residuos visibles. Hay que limpiar
todas las superficies, incluso las superficies ubicadas al aire libre, posiblemente contaminadas
con sangre o con otros líquidos corporales, tales como vómito, orina, materia fecal y saliva. Las
toallas sucias se deben colocar en una bolsa plástica para desecharlas o para lavarlas después.
Al desinfectar, se eliminan los gérmenes, lo que incluye bacterias, virus y hongos. Una solución
suave de blanqueador es uno de los desinfectantes más eficaces. Desinfectar es un proceso de
cuatro pasos. Para que el proceso de desinfección sea eficaz, debe lavar el objeto con agua y
jabón, enjuagarlo con agua limpia, remojarlo en una solución desinfectante (o rociarle la
solución) durante al menos dos minutos, y dejar que se seque al aire libre.
Para desinfectar objetos como juguetes y utensilios, se puede preparar una solución desinfectante
eficaz y económica mezclando una cucharada de lejía líquida, de concentración regular para uso
doméstico, por cada galón de agua. Para desinfectar superficies como baños, barandales de cunas
y mesas para cambiar pañales, use un cuarto de taza de blanqueador líquido, de concentración
regular para uso doméstico, por cada galón de agua. La solución de lejía debe volver a prepararse
cada día y colocarse en un pulverizador claramente identificado. Si la solución no está recién
preparada, no eliminará los gérmenes. La solución de blanqueador se debe mantener fuera del
alcance de los niños.
Botiquines de primeros auxilios
4 ¿Hay que tener un botiquín de primeros auxilios en su centro de cuidado infantil? Debe haber un
botiquín de primeros auxilios completo disponible en cada uno de los edificios de los centros de
cuidado infantil, durante todas las excursiones, y en cada vehículo que transporte niños. Cada
botiquín de primeros auxilios se debe poder identificar fácilmente, se debe mantener en un
entorno limpio e higiénico, debe ser de fácil acceso para todos los empleados, y se debe
mantener fuera del alcance de los niños.
¿Qué objetos debe haber en cada botiquín de primeros auxilios? Según las normas mínimas, cada
botiquín de primeros auxilios debe tener, como mínimo, lo siguiente: una guía de primeros
auxilios y atención de emergencia (que incluya una lista de todos los números de teléfono de
emergencia), cinta adhesiva, solución antiséptica o toallitas antisépticas, bolas de algodón,
vendajes autoadhesivos de varios tamaños, tijeras, gasas estériles, un termómetro que no sea de
vidrio, pinzas y guantes impermeables desechables.
Hay que reabastecer los botiquines de primeros auxilios después de cada uso. La única limitación
respecto a lo que hay que incluir en un botiquín de primeros auxilios es el tamaño del botiquín.
Por supuesto que cuantos más artículos contenga, mejor preparado estará. Se adjunta una lista de
control para el botiquín de primeros auxilios elaborada por la iniciativa Caring for Our Children,
de la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP). Esta lista
de control se debe incluir en el botiquín de primeros auxilios, junto con la documentación
correspondiente a la inspección realizada mensualmente, para garantizar que se aplique la mejor
práctica.
Documentación de una lesión
Una buena regla general es usar un informe de incidentes y enfermedades para documentar cada
ocasión en la que se use el botiquín de primeros auxilios para tratar una lesión sufrida por un
niño. Para cualquier informe de incidentes, se recomienda obtener la firma de los padres, a
quienes se les entregará una copia, y conservar una copia en el expediente del niño. A los efectos
legales, se recomienda conservar los informes de incidentes hasta que el niño tenga 18 años de
edad.
¿Hay que tener un registro escrito de los accidentes y los incidentes que ocurren en su centro de
cuidado infantil? La respuesta a esta pregunta es "sí". Consulte el formulario para reporte de
incidentes y enfermedades que recibió antes en el curso. Según las normas mínimas, se debe usar
este formulario (o un formulario con la misma información) para registrar la siguiente
información:


Las lesiones que requieren atención médica por parte de un profesional de atención
médica.
Cualquier otra situación que haya puesto en riesgo a un niño, tal como haberlo olvidado
en un vehículo del centro o no haber impedido que salga sin supervisión del centro de
cuidado infantil.
Los padres del niño deben revisar el reporte, firmarlo y recibir una copia. Además de la
documentación requerida, los padres casi siempre aprecian recibir una notificación escrita cada
vez que el niño se lesiona o se enferma en el centro. Algunos centros incluyen una sección para
5 incidentes menores en la planilla diaria que se envía a los padres. La mejor práctica sería hacer
esto cuando recojan al niño; sin embargo, las normas mínimas establecen que debe hacerse
dentro de las 48 horas de ocurrido el incidente. Debe conservar el formulario de reporte de
incidentes y enfermedades, junto con el expediente del niño, en el centro de cuidado infantil
mientras el niño esté a su cargo y durante al menos tres meses después de su último día en el
centro.
¿En qué situaciones hay que notificar al organismo de certificación? Debe notificarse al DFPS
tan pronto como sea posible, pero a más tardar dos días después de ocurrido lo siguiente:




Cualquier acontecimiento que haga que su centro, en parte o en su totalidad, se vuelva
inseguro o antihigiénico para un niño.
Lesión de un niño que requiera tratamiento por parte de un profesional de atención
médica.
Enfermedad contraída por un empleado o un niño a su cargo que el Departamento Estatal
de Servicios de Salud de Texas disponga que se deba reportar.
Cualquier otra situación que ponga a un niño en peligro, como olvidarlo en un vehículo
del centro, dejarlo en el patio de juegos sin supervisión o no impedir que salga del centro.
Hay que notificar al DFPS de inmediato si un niño muere mientras se encuentra a su cargo.
¿Qué situaciones médicas o de emergencia hay que reportar a los padres? Según las normas
mínimas, la comunicación entre los cuidadores y los padres es esencial tanto para que el centro
opere de manera segura y saludable como para que los padres puedan evaluar el cuidado que
reciben sus hijos. Hay que notificar a los padres de inmediato (después de asegurarse de que el
niño se encuentra seguro) cada vez que un niño esté en alguna de estas situaciones:




Cuando un niño se lesiona, y la lesión requiere atención médica por parte de un
profesional de atención médica.
Cuando un niño presenta un signo o un síntoma que requiere su exclusión del centro de
cuidado infantil.
Cuando un niño ha estado envuleto en una situación que lo ha puesto en riesgo. Por
ejemplo, ha quedado inadvertidamente en el vehículo del centro o ha salido del centro sin
supervisión.
Hay que notificar a los padres de inmediato después de que un niño haya estado envuelto
en cualquier situación que haga que el centro de cuidado infantil se vuelva inseguro, tal
como un
incendio, una inundación o un daño al centro de cuidado infantil como
resultado de inclemencias climáticas.
En caso de lesiones de menor gravedad, hay que notificar a los padres cuando recojan al niño del
centro de cuidado infantil. Las lesiones de menor gravedad incluyen, entre otras, cortes menores,
rasguños y mordeduras de otros niños que requieran tratamiento de primeros auxilios
administrado por los empleados. La mejor práctica incluiría la excelente comunicación entre el
proveedor de cuidado infantil y los padres sobre cualquier incidente inusual que pudiera ocurrir a
lo largo del día. Muchos centros de cuidado infantil documentan las lesiones menores en la
planilla diaria que se entrega a los padres cuando recogen al niño del centro.
6 Situaciones especiales
Ahora veamos algunas situaciones especiales que pueden surgir en sus programas de cuidado
infantil.
Excursiones. Los centros de cuidado infantil deben implementar procedimientos para administrar
primeros auxilios en excursiones. Debe haber un miembro del personal capacitado en RCP y
primeros auxilios en todas las excursiones. Hay que tener un botiquín de primeros auxilios, que
incluya informes de incidentes y enfermedades. Hay que incluir copias de la información de
contacto de emergencia de todos los niños en el botiquín de primeros auxilios, para tenerla a
mano en caso de tener que consultarla. Una mejor práctica incluiría tomar las precauciones
estándar al atender lesiones en una excursión.
Asistencia médica especializada. La asistencia médica especializada incluye cualquier asistencia
médica que cumpla con las normas mínimas. Por ejemplo, la asistencia con un monitor de apnea,
un casco protector, o un aparato ortopédico para las piernas. Si en sus programas se admite a un
niño que necesite asistencia médica especializada, usted deberá recibir capacitación específica
por parte de un profesional de atención médica para cuidar a estos niños. Entre las mejores
prácticas de asistencia médica especializada en cuanto a medicamentos y tratamientos, se
incluiría contratar a un consultor de atención médica infantil para que vaya al centro y dicte una
capacitación específica para los empleados que estarán a cargo de la atención a estos niños. Un
proveedor de atención médica que tenga hijos en el centro suele ser un recurso excelente.
Etapas del desarrollo infantil
Estudios han identificado características específicas del desarrollo que pueden aumentar el riesgo
de que un niño se lesione. Los niños pequeños menores de cuatro años de edad son
especialmente propensos a sufrir lesiones a causa de su falta de experiencia, de fuerza y de
habilidades físicas. Teniendo en cuenta el tamaño reducido del cuerpo de un niño de esta edad,
derramar una taza de café caliente podría afectar todo el cuerpo y producir quemaduras de tercer
grado. Tragar varias tabletas de Advil puede representar una dosis prácticamente mortal debido
al peso de un niño de esta edad.
En un entorno diseñado para adultos, un niño pequeño con una curiosidad natural no educada
tiene escaso entendimiento del peligro, una capacidad restringida para manejar más que un
estímulo por vez, incapacidad para tomar una decisión informada, y dificultad para posponer la
satisfacción de sus deseos. Los niños pequeños también tienen un sentido del gusto único que les
permite no sólo probar inicialmente, sino también seguir consumiendo sustancias que los niños
más grandes y los adultos encuentran muy amargas o ácidas. Comprender las etapas del
desarrollo infantil es clave para identificar los tipos de lesiones más probables. Los niños en edad
preescolar tienden a lastimarse cuando se caen al correr o al saltar, mientras que los niños en
edad escolar experimentan más lesiones por golpearse, cortarse o pincharse cuando juegan con
objetos.
El lugar y el tipo de lesión que suele ocurrir entre los niños varían según la etapa del desarrollo
infantil. En un minuto hablaremos sobre los diferentes riesgos de lesiones que tiene cada uno de
7 los grupos de edades. Además, comprender las características psicosociales de las diferentes
etapas del desarrollo infantil, como miedos y emociones comunes, promoverá las interacciones
efectivas y la evaluación precisa del niño lesionado o enfermo.
Bebés (desde el nacimiento hasta el año de edad): Los bebés pueden sufrir lesiones graves a
causa de caídas desde determinadas alturas, tales como una mesa para cambiar pañales, un
gabinete o un banco porque el cuidador suele colocarlos a una altura conveniente sin barreras ni
sujeciones. La sofocación o la asfixia son frecuentes porque los niños se vuelven cada vez más
movedizos. Las vías respiratorias de los bebés son pequeñas y se obstruyen con facilidad y los
bebés tienden a llevarse todo a la boca. Las lesiones por quemaduras con agua, bebidas o
alimentos, generalmente ocurren porque los adultos dejan los alimentos o las bebidas al alcance
de los bebés. El ahogamiento ocurre porque los bebés no pueden mantener la cabeza fuera del
agua ni salir del agua cuando es necesario.
Si un bebé que está a su cargo se lesiona, acérquese a él despacio, con cuidado y calma. De ser
posible, evalúe al bebé mientras lo sostiene un cuidador que le sea conocido. Para tranquilizarlo,
puede mecerlo, acunarlo, envolverlo con una colcha y cantarle. Permítale al bebé consolarse por
sus propios medios, como por ejemplo dejando que se chupe el dedo o que use un chupón. De ser
posible, examine al bebé mientras esté calmado para ver si presenta lesiones. Recuerde que los
bebés suelen mostrar una respuesta tardía a los estímulos dolorosos porque tienen un sistema
neurológico inmaduro.
Niños pequeños (de 1 a 3 años): Los niños pequeños tienen buenas habilidades locomotrices,
pero habilidades de comunicación limitadas. Suelen sufrir lesiones debido a que su
comportamiento involucra una mayor curiosidad, energía e interés en explorar lo que los rodea.
Los niños pequeños corren el riesgo de sufrir repetidas intoxicaciones. A esta edad, aumenta la
movilidad del niño, su curiosidad supera su capacidad para evaluar los riesgos, y se desarrolla su
habilidad para alcanzar lugares, para trepar y para manipular objetos. Todos estos factores
contribuyen a que tenga un mayor riesgo de asfixia, de caídas o de quedar atrapado.
Si un niño pequeño que está a su cargo se lesiona, usted debe acercarse lentamente,
especialmente si el niño no lo conoce. Pídale a otro cuidador que sostenga al niño mientras
realiza la evaluación. Incorpore juegos mientras evalúa a un niño pequeño; permítale sostener
algún objeto, como un vendaje. Si es posible, dele opciones para que el niño sienta que tiene
control sobre la situación. Sin embargo, no le den al niño una oportunidad de decir "no". Al
hablar con él sobre cualquier procedimiento, use una voz que no lo intimide. Responda a sus
preguntas con sinceridad en un lenguaje apropiado para su edad. Al terminar, elogie al niño y
agradézcale por haber sido de gran ayuda, aunque no haya colaborado.
Niños en edad preescolar (de 3 a 5 años): Si bien todavía pueden ocurrir caídas desde muebles o
por las escaleras, los niños en edad preescolar tienen más probabilidades de experimentar caídas
afuera, por ejemplo en juegos como columpios o toboganes. Como los juegos simbólicos son
críticos para el desarrollo de los niños en edad preescolar, puede haber riesgo de asfixia y
sofocación cuando, por ejemplo, usan un baúl de madera como casita para jugar. Los niños de
esta edad corren riesgos con los electrodomésticos y otros artefactos del hogar, tales como
cocinas, porque son demasiado pequeños para usarlos de manera segura. Para este grupo de
8 edades, es recomendable tener cocinas de juguete en sus áreas de juego. Los niños en edad
preescolar se sienten atraídos por los fósforos y los encendedores porque parecen mágicos.
Al acercarse a un niño en edad preescolar lesionado, primero evalúe su nivel de entendimiento.
Como siempre, use un lenguaje apto para su edad para hacerle preguntas o darle explicaciones.
Se aconseja usar juegos para lograr que el niño coopere. Fije límites respecto al comportamiento
del niño, pero dele opciones que le permitan al niño ayudar siempre que pueda. Como los niños
en edad preescolar tienen una gran imaginación, preste atención a la ansiedad que pueden
provocar los sentimientos de temor. Por ejemplo, un niño en edad preescolar puede escuchar "se
te cortó el dedo" cuando usted realmente dijo "tienes una cortada en el dedo". Siempre elogie al
niño y agradézcale por su ayuda.
Niños en edad escolar (de 6 a 12 años): Los niños de este grupo de edades desarrollan un sentido
de logro cuando dominan nuevas habilidades. Tienen un razonamiento lógico y comprenden las
posibles consecuencias a largo plazo de su comportamiento. A esta edad, muchos niños pueden
nadar lo suficientemente bien como para mantener la cabeza fuera del agua durante un breve
período; sin embargo, no se les debe dejar sin supervisión. Como los niños más grandes pasan
más tiempo jugando al aire libre, suelen sufrir lesiones a causa de caídas. Aunque los niños más
grandes tienen menos probabilidades de asfixiarse o de aspirar objetos, aún corren un riesgo
significativo de sufrir sofocación o ahogamiento, como por ejemplo al quedar enterrados en
túneles o en fuertes que ellos mismos hayan construido. Los niños en edad escolar participan en
comportamientos que implican riesgos, en especial cuando se ven desafiados por la presión de
sus compañeros.
Si un niño en edad escolar se lesiona mientras está a su cargo, se le debe dar la opción de
participar de la atención que se le brinde. Haga preguntas abiertas al niño para animarlo a que se
exprese, en lugar de preguntas cuya respuesta sea "sí" o "no". La intimidad es importante para
los niños en edad escolar, en especial para los más grandes. Sea honesto al explicar los
procedimientos, haga comentarios tranquilizadores y use refuerzos positivos. Tranquilice al niño
diciéndole que no hizo nada malo, si ese fuera el caso. Al terminar, elógielo y agradézcale por su
colaboración.
Situaciones que requieren una llamada inmediata al 911
Veamos algunas situaciones que requieren una llamada inmediata al 911. Cada vez que la vida
del niño esté en peligro o haya riesgo de una lesión permanente, no dude en llamar al 911. Una
buena regla general es la siguiente: ante la duda, llame al 911. No deje al niño sin supervisión;
designe a otro empleado para notificar a los padres del niño. Una vez que se haya notificado a los
padres, el empleado debe hacer una copia de la información de admisión y de la evaluación del
niño para entregarla al personal de emergencia.
Llame al 911 en las siguientes situaciones:

El niño actúa de manera extraña, está mucho menos alerta o mucho más retraído que de
costumbre.
9 






El niño tiene dificultades para respirar o no puede hablar porque no puede recobrar el
aliento, en especial si se sabe que el niño tiene asma.
El niño tiene la piel o los labios azulados o grisáceos, está inconsciente o tiene un menor
nivel de reacción.
El niño hace movimientos espasmódicos repentinos de brazos y piernas con pérdida de
conocimiento, como por ejemplo convulsiones.
Usted observa que un niño que ha sufrido un traumatismo craneal muestra una
disminución del nivel de su estado de alerta, confusión, dolor de cabeza, vómitos,
irritabilidad o dificultad para caminar.
El niño presenta dolor intenso o cada vez mayor, rigidez considerable en el cuello o
mucho dolor de cabeza acompañado de fiebre.
El niño tiene un corte profundo o una quemadura grande, profunda o que sangra
profusamente, o ha vomitado sangre.
El niño presenta signos significativos de deshidratación, lo que incluye ojos hundidos,
letargo y llanto sin lágrimas, junto con falta de orina.
Recuerde: ante la duda, llame al 911.
Primeros auxilios para niños
Las precauciones estándar se aplican a la mayoría de las emergencias infantiles; por lo tanto, no
volveremos a mencionar estas medidas con cada lesión o enfermedad sobre la que hablemos.
Cada vez que se administren primeros auxilios, la documentación es una mejor práctica. Veamos
varias situaciones que podrían ocurrir en su centro que requerirían primeros auxilios.
Sangrado: Cuando un niño sangra, su principal prioridad debe ser controlar el sangrado. En poco
tiempo, un niño pequeño puede perder una cantidad de sangre que puede poner en peligro su
vida. Determine de dónde proviene la sangre y si se ha detenido. Algunas heridas superficiales
en la cabeza tienden a sangrar de manera profusa; sin embargo, no son mortales.
Para controlar el sangrado, recueste al niño cuando sea posible. Quite cualquier residuo suelto
que haya en la herida.
No quite un objeto que se encuentre incrustado en una herida profunda, como un vidrio, porque
esto puede ocasionar un mayor sangrado. En estos casos, es aconsejable estabilizar el objeto
cubriendo el área con vendajes para mantenerlo en su sitio hasta que llegue el servicio médico de
emergencia. Cubra la herida con gasa u otro material limpio. Aplique presión directa con los
dedos o con la palma de la mano sobre el área que está sangrando. Continúe haciendo esto hasta
que el sangrado se detenga (por lo general, entre uno y dos minutos). Si la sangre traspasa el
primer vendaje, agregue más gasa arriba. No quite la compresa original en esta situación. Si es
posible, eleve la parte del cuerpo lesionada por encima del nivel del corazón del niño.
Llame al 911 en las siguientes situaciones:

No se logra controlar el sangrado excesivo o pulsante en uno o dos minutos.
10 
El sangrado no se detiene después de cinco minutos de presión directa continua (se debe
continuar presionando hasta que llegue el personal del servicio médico de emergencia).
 El niño sangra abundantemente de la cabeza.
 Una parte del cuerpo se aplastó, o sufrió una amputación parcial o total. En estas
situaciones, mantenga limpia la parte del cuerpo amputada, envuélvala con una gasa
humedecida con agua esterilizada, colóquela en una bolsa plástica y consérvela junto al
niño.
También debe llamar al 911 en las siguientes situaciones:



Hay un objeto incrustado profundamente en la herida.
El niño presenta síntomas de shock (hablaremos sobre esto más adelante en el curso).
Usted sospecha que podría haber una lesión o hemorragia interna. Los síntomas incluyen
quejas de dolor intenso, apariencia muy desmejorada (palidez, debilidad, sudoración,
desmayo), tejidos blandos inflamados o que duelen al tacto, pulso débil y acelerado,
náuseas o vómitos, vómitos con sangre, o hematomas que se extienden desde el área
lesionada.
Hemorragia nasal: Si un niño presenta hemorragia nasal, ayúdelo a sentarse con la cabeza
inclinada ligeramente hacia adelante. Con los dedos, tape las fosas nasales y aplique presión
suavemente durante al menos cinco minutos. Es posible que deba motivar al niño a que respire
por la boca. Libere con cuidado la nariz y, si el sangrado comienza nuevamente, vuelva a aplicar
presión durante otros diez minutos. Una vez que la hemorragia nasal se detenga, limpie el rostro
del niño suavemente, cámbiele la ropa si es necesario, y dígale que no debe sonarse ni escarbarse
la nariz. Asegúrese de que el niño haga una actividad tranquila durante al menos treinta minutos.
Llame al 911 si no se puede controlar la hemorragia nasal después de quince minutos, si el
sangrado está acompañado de mareos o debilidad, o si ocurre después de un golpe en la cabeza o
de una caída.
Heridas, cortes y ampollas
Ahora hablemos sobre heridas, cortes y ampollas.
Heridas abiertas: Cuando un niño tiene una herida abierta, controle el sangrado. Notifique a los
padres que se recomienda buscar atención médica inmediata (no llamar al 911) si la herida
parece ser profunda, no permanece cerrada sin ayuda, mide más de ½ pulgada, se encuentra en el
rostro o cerca del ojo o de la oreja, o involucra al labio y se extiende hasta la mejilla.
Heridas por punción: Las heridas por punción pueden ser profundas o superficiales (como
cuando se clava una astilla). Estas heridas suelen no sangrar mucho, lo que aumenta la
probabilidad de infectarse. Las heridas por punción profundas son graves. Si el objeto es
pequeño y se puede extraer con facilidad, hágalo. Deje que la herida sangre libremente durante
un minuto para ayudar a eliminar los residuos. Luego, sigan el protocolo para sangrado sobre el
que hablamos antes. Llame al 911 si el objeto penetrante es grande o está incrustado
profundamente.
Astillas y espinas: Si la astilla es pequeña y sobresale, se puede extraer con facilidad.
11 Limpie las pinzas con agua y jabón. Tome la astilla con las pinzas y tire suavemente en la
dirección en la que la astilla haya ingresado en la piel. Notifique a los padres que se recomienda
buscar atención médica inmediata si la astilla es grande o está incrustada profundamente y usted
no logran extraerla por completo con las pinzas.
Ampollas: Proteja las ampollas con un vendaje limpio y no las reviente. Si la ampolla ya se ha
reventado, trátela como si fuera una herida abierta. Para todas las heridas menores, una vez que
el sangrado se haya detenido, lave la herida cuidadosamente con agua y jabón, y luego aplique
un vendaje limpio.
Respiración asistida
Ahora veamos el tema de la respiración asistida. Llame al 911 si el niño no respira o presenta
problemas para respirar. Despeje las vías respiratorias. Si cree que no hay ninguna lesión en la
cabeza o el cuello, coloque la mano sobre la frente del niño e inclínele la cabeza ligeramente
hacia atrás. Coloque los dedos de la otra mano debajo del mentón del niño y elévelo suavemente.
Si sospecha que podría haber una lesión en la cabeza o el cuello, estabilice la cabeza, pero no la
mueva ni la incline. Coloque los dedos detrás de los ángulos que hay a cada lado de la mandíbula
del niño y empújela suavemente hacia adelante.
Administre respiración asistida, lo que implica forzar la entrada de aire en el cuerpo del niño.
Compruebe si el niño reacciona; despeje las vías respiratorias; observe, escuche y sienta para
verificar si hay respiración; mire en la boca para verificar si hay algún objeto que obstruya las
vías respiratorias y, si es posible, retírelo con cuidado. Luego, comience a administrar la
respiración asistida.
Apoyando la boca sobre la boca y la nariz del niño, sóplele dos respiraciones lentas, que sean
suficientes como para que el pecho del niño se eleve y descienda. Si el pecho no se mueve,
vuelva a acomodar la cabeza del niño y repita el procedimiento. Si el niño no responde con tos o
jadeos, llame a un empleado capacitado en RCP o administre RCP si tiene capacitación formal.
No se incluirá la reanimación cardiopulmonar en este curso, porque se requiere capacitación
formal según lo establecen las normas mínimas.
Asma o afección respiratoria crónica: Debido a los planes de tratamiento altamente
especializados e individualizados que estos niños requieren, los proveedores de cuidado infantil
deben recibir capacitación específica por parte de un profesional de atención médica. En caso de
un episodio de asma, se debe seguir el plan de acción correspondiente del niño.
Ahogamiento y casi ahogamiento: Siempre llame al 911 en estas situaciones. Retire al niño del
agua. Quite cualquier obstrucción evidente de la boca. Compruebe la respiración y comience a
administrar respiración asistida según lo indicado.
Sofocación o estrangulamiento: Siempre llame al 911. Retire el objeto (por ejemplo, una cuerda
o una almohada). Compruebe la respiración y comience a administrar respiración asistida según
lo indicado.
12 Asfixia
¿Qué hacer si usted sospecha que un niño podría estar asfixiándose? Observe si el niño tiene
síntomas de asfixia. Recuerde: si el niño está tosiendo, anímelo a continuar tosiendo porque ésta
es la mejor manera de expulsar la obstrucción. Mire dentro de la boca del niño. Si ve un objeto y
se puede extraer con facilidad, hágalo. Si el objeto no se puede extraer o si el niño deja de
respirar, sigan el protocolo para asfixia apropiado para la edad.
Asfixia en bebés: Si el bebé está consciente y no respira, administre una combinación de cinco
golpes en la espalda y cinco compresiones en el pecho. Para dar los golpes en la espalda, debe
colocarse al bebé boca abajo sobre el antebrazo y con los pies en dirección al hombro de quien
realiza la maniobra. Coloque la mano alrededor de la mandíbula y del cuello del bebé para darle
apoyo. Apoye el brazo sobre el muslo para tener apoyo, y use el talón de la otra mano para darle
cinco golpes rápidos y secos en la espalda, entre los omóplatos del bebé. Si el objeto no sale
expulsado de la boca del bebé, haga cinco compresiones en el pecho. Para hacer las
compresiones en el pecho, de vuelta al bebé para que quede boca arriba, apoyado sobre su
antebrazo. Apoye el brazo contra el muslo; la cabeza del bebé debe estar más abajo que el torso.
Ponga dos dedos de la otra mano sobre el esternón del bebé, ligeramente por debajo de la línea
de las tetillas, pero por encima del extremo inferior del esternón. Haga cinco compresiones
rápidas consecutivas en el pecho, presionando el esternón hacia abajo aproximadamente entre ½
y 1 pulgada. Revise el interior de la boca del niño y saque el objeto si es posible. Observe la
respiración del bebé, y continúe con los golpes en la espalda y con las compresiones en el pecho
hasta que llegue el servicio médico de emergencia o hasta que el objeto salga expulsado.
Administre respiración asistida si es necesario.
Asfixia en niños (no bebés): Si el niño tiene reacción, pero no respira, párese o arrodíllese detrás
del niño y administre compresiones abdominales (maniobra de Heimlich) presionándolo contra
usted. Coloque un puño cerrado justo por encima del ombligo del niño, pero por debajo del
esternón. Cubra el puño con la otra mano, y haga una compresión rápida hacia arriba y hacia
adentro sobre el abdomen del niño. Continúe haciendo las compresiones abdominales hasta que
el objeto salga expulsado o llegue el servicio médico de emergencia. Si el niño deja de tener
reacción y no respira, siga el protocolo para respiración asistida y llame a un empleado
capacitado en RCP para que continúe con la atención hasta que llegue el servicio médico de
emergencia.
Reacciones alérgicas
¿Qué hacer cuando un niño tiene una reacción alérgica? Los niños pueden tener reacciones
alérgicas a casi cualquier sustancia, lo que incluye medicamentos, látex, picaduras de insectos,
polen, moho, alimentos, o desencadenantes ambientales, tales como humo, perfumes o aerosoles.
La mayoría de las reacciones son leves; sin embargo, las reacciones graves pueden ser mortales.
Reacciones alérgicas leves: Las reacciones alérgicas leves pueden incluir enrojecimiento de la
piel, picazón, congestión o goteo nasal, estornudos, y picazón o lagrimeo de los ojos. Si es
posible, elimine el alérgeno o el agente irritante, o retire al niño del área. Si la reacción se debe al
contacto de la piel con una sustancia, lave la piel del niño con agua tibia y jabonosa. Observe al
niño para verificar si presenta anafilaxis. Consulte la información de admisión del niño para
13 obtener información sobre sus alergias. Si el niño tiene un plan de tratamiento, hay que seguir las
indicaciones correspondientes.
Anafilaxis: La anafilaxis es una reacción alérgica grave que puede ser mortal. Los síntomas se
presentan rápidamente. Llame al 911 si un niño presenta signos de anafilaxis, lo que incluye
hinchazón del rostro, los labios, la lengua o la garganta; sarpullidos o ronchas en el cuerpo;
picazón (incluso en la boca); dificultad para tragar o hablar; mareos o confusión inexplicable;
falta de aire; sibilancia; tos; dolor abdominal; náuseas o vómitos. Usted debe estar preparado
para administrar respiración asistida o RCP. Un niño con una alergia conocida puede tener un
plan de tratamiento que incluya un EpiPen. Los cuidadores deben recibir capacitación por parte
de personal de atención médica antes de administrar el EpiPen.
Mordeduras y picaduras
Otras situaciones que podría tener que enfrentar incluyen mordeduras y picaduras. En todos los
casos de picaduras de insectos, controle el sangrado cuando sea necesario y consulte la
información de admisión para ver si hay antecedentes de reacción alérgica por picaduras. En los
casos de mordeduras de animales, lave la herida con agua y jabón. Si la piel está lacerada,
notifique a los padres que se recomienda buscar atención médica inmediata. Si la piel no está
lacerada, aplique una compresa de hielo envuelta en un paño sobre el área afectada y consuele al
niño. Documente la descripción del animal, su ubicación (incluya el nombre y la dirección del
dueño, si se conocen), su estado de vacunación (si se conoce) y cualquier comportamiento
inusual reciente que este pueda haber manifestado.
Llame al 911 si el animal era salvaje o callejero, o si se desconoce su estado de vacunación; si el
niño recibió una mordida en el rostro, el cuello, la mano o cerca de una articulación; si la herida
es profunda o si hay varias mordeduras.
¿Qué pasa con las mordeduras de humanos? Los bebés y los niños pequeños apoyan la boca
sobre otras personas y juguetes, y muchos niños pequeños intentan morder. La mayoría de las
mordidas de humanos no son médicamente graves; sin embargo, hay riesgo de infección si la piel
está lacerada. Separe a los niños involucrados para evitar que sigan mordiendo. Mantenga la
calma, no levante la voz y concéntrese en el niño que recibió la mordida. Si la piel está lacerada,
lave la herida con agua y jabón, y aplique una compresa de hielo envuelta en un paño. Si la piel
no está lacerada, aplique una compresa de hielo envuelta en un paño sobre el área mordida y
calme al niño.
En los casos de picaduras de insectos, inspeccione el área y retire las partes del cuerpo del
insecto que permanezca en la piel del niño. Para retirar un aguijón, raspen la piel con una tarjeta
plástica (como una tarjeta de crédito) o con la uña. Raspe suavemente en la misma dirección en
la que ingresó en la piel. Retire las espinas de oruga de la piel del niño con cinta adhesiva. Lave
el área con agua y jabón, y aplique una compresa de hielo envuelta en un paño para reducir el
dolor y la hinchazón. Si la picadura se produjo en las extremidades del niño, eleve el brazo o la
pierna afectados por encima de nivel del corazón si es posible.
14 Picaduras de araña: La mayoría de las arañas son venenosas, y sus picaduras causan reacciones
leves. Sin embargo, las picaduras de algunas arañas pueden ser graves e incluso mortales. Lave
el área con agua y jabón, y aplique una compresa de hielo envuelta en un paño. Llame al Centro
de Toxicología al 1-800-222-1222 para obtener más instrucciones. Notifique a los padres que se
recomienda buscar atención médica inmediata si hay hinchazón o enrojecimiento significativo.
Las complicaciones de la picadura de araña reclusa parda no suelen manifestarse de inmediato,
pero son graves. Llame al 911 si cree que la picadura es de una viuda negra o de una reclusa
parda (trate de matar la araña y colocarla en una bolsa plástica para entregar al personal del
servicio médico de emergencia).
Picaduras de garrapata: Cuando a un niño lo pica una garrapata, retire la garrapata de la piel tan
pronto como sea posible. Use pinzas para tomar la garrapata por su cabeza, cerca de la piel del
niño. Tire suavemente en la misma dirección en la que la garrapata ingresó en la piel. Continúe
tirando suavemente durante varios segundos hasta que la garrapata se suelte. No retuerza ni
tironee la garrapata, ni rompa su cuerpo. Mantenga la garrapata en una bolsa plástica por si hay
que hacer una identificación. Una vez retirada la garrapata, lave el área con agua y jabón.
Informe a los padres que ha extraído una garrapata y entrégueles la bolsa con la garrapata.
Ciertos tipos de garrapatas pueden causar enfermedad de Lyme o rickettsiosis, y tener la
garrapata ayudará a que el proveedor de atención médica determine el tratamiento más adecuado.
Picaduras de escorpiones: Las picaduras de escorpiones pueden causar un dolor localizado que
aumenta rápidamente y se irradia hacia arriba por la extremidad afectada. Lave el área con agua
y jabón, y aplique una compresa de hielo envuelta en un paño.
Llame al 911 si un niño presenta una reacción grave, como problemas para respirar, parálisis o
espasmos.
Picaduras de serpientes: Si a un niño lo pica una serpiente, llame al 911. Lave el área con agua y
jabón. Mantenga al niño calmado e inmovilice la parte del cuerpo afectada. Asegúrese de que el
área afectada esté por debajo del nivel del corazón del niño. NO aplique hielo sobre una picadura
de serpiente. Después de llamar al 911, llame al Centro de Toxicología al 1-800-222-1222 para
obtener más instrucciones. Será de ayuda si puede identificar o describir la serpiente; sin
embargo, no intente atraparla.
En todos los casos de picaduras, observe al niño para verificar si presenta síntomas de una
reacción grave. Siempre es mejor ser demasiado precavido cuando los niños sufren una picadura.
Cualquier niño puede tener una reacción grave ante una o varias picaduras, incluso si nunca antes
ha tenido una reacción alérgica. Consulte la información de admisión del niño para obtener
información sobre sus alergias. Si el niño tiene un plan de tratamiento, hay que seguir las
indicaciones correspondientes.
Quemaduras
Veamos los diferentes tipos de quemaduras.
15 En primer lugar, están las quemaduras térmicas. Estos tipos de quemaduras se deben al contacto
con una superficie caliente, un líquido caliente o el fuego. Si un niño sufre una quemadura
térmica, deje correr un chorro de agua fría sobre la piel quemada y continúe enfriando el área con
agua hasta que deje de doler o el niño reciba atención médica. Todas las quemaduras, incluso las
leves, pueden causar inflamación. Por lo tanto, retire cualquier objeto que podría apretar el área
de la quemadura, como anillos, brazaletes y prendas de vestir, pero sólo si se pueden retirar con
facilidad. No intente retirar nada que pueda estar adherido en la piel quemada, porque hacerlo
puede aumentar la gravedad de la lesión. Nunca aplique manteca, ungüentos, cremas ni lociones
en el área quemada. Las quemaduras menores se tratan siguiendo el protocolo para heridas o
ampollas. Llame al 911 en las siguientes situaciones:





La quemadura afecta el rostro, el cuero cabelludo, las manos, los pies o los genitales.
La quemadura cubre más del 1 % de la superficie del cuerpo (más grande que el tamaño
de la mano).
La superficie de la quemadura está curtida, carbonizada o en carne viva, o es de color
blanco ceniza o negro.
Hay prendas o alhajas adheridas a la piel quemada.
El niño presenta síntomas de shock.
Un segundo tipo de quemadura es la quemadura química. Elimine toda sustancia química seca
de la piel con una toalla o un paño. Enjuague la piel afectada bajo un chorro de agua fría. Llame
al 911. Continúe enjuagando el área durante al menos quince minutos mientras espera que llegue
el servicio médico de emergencia. Llame al Centro de Toxicología al 1-800-222-1222 para
obtener más instrucciones. Usted debe estar listo para dar información como la edad y el peso del
niño, la sustancia química o los ingredientes (tenga el envase a mano), la cantidad de sustancia
química, el tiempo de exposición, el área del cuerpo o la piel afectada, y el estado en que se
encuentra el niño, lo que incluye la descripción de la piel. Siga las instrucciones que le indique el
personal de Toxicología. Retire cualquier prenda contaminada, pero evite dispersar las sustancias
químicas a otras áreas del cuerpo del niño. No retire una camisa contaminada pasándola por la
cabeza del niño. Si hace falta, corte la prenda con cuidado para retirarla con facilidad. No intente
quitar la prenda si está adherida a la piel del niño. Retire cualquier objeto que pueda a llegar a
apretar el área de la quemadura, como brazaletes o anillos, si se puede retirar con facilidad. Si la
quemadura química afecta el ojo, llame al 911 y enjuague el ojo cuidadosamente con agua
durante quince minutos o hasta que llegue el servicio médico de emergencia.
Un tercer tipo de quemadura es la quemadura eléctrica. En esta situación, sin ponerse usted en
peligro, retire al niño de la fuente de electricidad. Apague la fuente de electricidad antes de tocar
al niño, o aleje al niño de la fuente con un objeto que no sea conductor de electricidad, como el
palo de madera de una escoba. No toque directamente al niño. Antes que nada, evite convertirse
usted mismo en víctima; no podrá prestar ayuda si usted también resulta herido. Llame al 911.
Administre respiración asistida si es necesario, o trate al niño en caso de que presente un shock.
Lesiones en la cabeza, el cuello y la columna
Las lesiones en la cabeza, el cuello o la columna de un niño exigen atención médica inmediata.
Llame al 911 en las siguientes situaciones:
16 

La lesión se debió a una caída, un golpe en la cabeza o la espalda, un accidente de
tránsito u otra fuerza significativa que haya impactado en la cabeza, el cuello o la
columna.
Observe cualquiera de los siguientes síntomas (o el niño se queja de ellos) como
consecuencia de una lesión en la cabeza, el cuello o la columna: pérdida del
conocimiento (incluso si es sólo por unos segundos); sangrado de cualquier parte de la
cabeza; sangrado o líquido de la nariz, el oído o la boca; somnolencia o desgano
inusuales; protuberancia o hinchazón (especialmente en la mollera de un bebé); palidez o
sudoración; convulsiones; dolor de cabeza intenso; dolor o rigidez en el cuello; dolor que
se irradia por los hombros; vómitos reiterados; pérdida del control de esfínteres;
dificultad para caminar o para mover los brazos o las piernas; mareos; debilidad;
parálisis; visión borrosa; confusión o pérdida de memoria; y dificultad para hablar.
Si sospecha que puede haber sufrido una lesión grave, no mueva al niño mientras espera que
llegue el servicio médico de emergencia. Calme al niño y pídale que permanezca quieto. Observe
si tiene problemas para respirar, como falta de aire, sibilancia y tos. Si el niño deja de respirar y
se le debe administrar respiración asistida, use la maniobra de tracción mandibular para despejar
las vías respiratorias.
Lesiones óseas y musculares
Las lesiones óseas y musculares que requieren atención médica inmediata incluyen esguinces,
distensiones, fracturas y luxaciones. Interrumpa la actividad del niño de inmediato. Si la lesión
parece ser menor, haga que el niño se siente o se recueste en una posición cómoda. Ayude a que
el niño mantenga inmóvil la parte lesionada si el movimiento le causa dolor, y aplique una
compresa de hielo envuelta en un paño durante veinte minutos cada hora. Eleve la parte
lesionada por encima del nivel del corazón, apoyándola sobre almohadas y cobijas. Notifique a
los padres que se recomienda buscar atención médica inmediata. Llame al 911 en las siguientes
situaciones:





Hay inflamación visible de la articulación o el área lesionada.
La pierna, el brazo o el área tienen una forma o una posición anormal, con un ángulo
extraño.
La aparente lesión ósea o muscular involucra una herida abierta.
El niño se queja de un dolor intenso cuando se toca o se mueve la parte lesionada.
El niño presenta síntomas de shock.
No mueva la parte lesionada mientras espera que llegue el servicio médico de emergencia. No
mueva al niño a menos que esté en peligro inminente. No le pida al niño que mueva la parte
lesionada ni que intente caminar "para que se le pase". No intente enderezar ni volver a colocar
la extremidad o la articulación lesionadas. La colocación de una férula o de un vendaje de
compresión sólo debe ser realizada por un profesional capacitado.
Afecciones relacionadas con el calor
17 Además de las diferentes lesiones sobre las que hemos hablado, hay varias afecciones
relacionadas con el clima que pueden exponer a los niños a riesgos de lesiones. Consulte el
folleto "La supervisión del clima en el cuidado infantil" para obtener normas sobre el clima en
relación con los niños. Comenzaremos con algunas de las lesiones relacionadas con el calor que
pueden afectar a los niños mientras están en entornos de cuidado infantil.
Quemaduras solares: Si un niño sufre una quemadura solar, retire al niño de la exposición solar
y llévelo a un lugar fresco. Aplique compresas frías sobre la piel que esté enrojecida y
anormalmente caliente o adolorida. No aplique ungüentos ni lociones. Observe al niño para
verificar si presenta alguna afección relacionada con el calor. Pídale al niño que beba sorbos de
agua.
Deshidratación: La deshidratación ocurre cuando un niño no bebe suficiente agua o líquido para
reponer la pérdida de líquido corporal que ocurre por el sudor, la orina, la diarrea o los vómitos.
Observe al niño para identificar síntomas de deshidratación, tales como piel y boca secas, ojos
hundidos, incapacidad para orinar luego de 6 horas durante el día, orina oscura o llanto con pocas
lágrimas. Pídale al niño que beba líquidos, especialmente agua o soluciones de rehidratación
oral, como Pedialyte o Gatorade. No le ofrezca leche, caldos salados, jugos de fruta ni bebidas
gasificadas. Observe al niño para verificar si presenta alguna enfermedad relacionada con el
calor o alteración del estado mental.
Calambres por el calor: Los calambres por el calor son calambres breves e intensos en la pierna,
el brazo o el abdomen que pueden ocurrir después de jugar en clima o ambiente caluroso. Son
dolorosos, pero no son graves. Mueva al niño a un lugar fresco y pídale que beba agua. Masajee
suavemente el área adolorida. Observe al niño para verificar si presenta alguna afección
relacionada con el calor.
Insolación: La insolación puede ocurrir cuando una persona se acalora demasiado, pierde
líquidos por el sudor, y no consume los líquidos suficientes, lo que lleva a la deshidratación. Los
síntomas de la insolación incluyen debilidad o mareos, quejas de náuseas o espasmos musculares
dolorosos. Mueva al niño a un lugar fresco, aplique un paño humedecido con agua fría por el
cuerpo para bajar la temperatura o vierta agua fresca sobre la piel. Pídale al niño que beba sorbos
de agua. Observe al niño para verificar si padece un golpe de calor o deshidratación. Llame al
911 si la temperatura corporal del niño aumenta, si observa síntomas de un golpe de calor o si el
niño presenta síntomas de shock.
Golpe de calor: Un golpe de calor puede ser mortal; por lo tanto, llame al 911. Observe al niño
para identificar signos de un golpe de calor, lo que incluye piel enrojecida, caliente e
inusualmente seca (sin sudoración); temperatura corporal elevada; latidos acelerados; problemas
para respirar (falta de aire, sibilancia, tos); dolor de cabeza; debilidad; mareos; desmayo;
confusión o un menor nivel de consciencia. La temperatura corporal del niño aumenta y puede
alcanzar rápidamente los 108 °F o más. Hay que enfriar rápidamente al niño para evitar un daño
cerebral permanente. Llame al 911. Mueva al niño a un lugar fresco y quítele inmediatamente
cualquier prenda innecesaria. Vierta agua fresca sobre la cabeza y el cuerpo del niño, o colóquelo
en un recipiente con agua fresca. Evite que el agua ingrese en la nariz o la boca del niño.
Coloque compresas de hielo envueltas en un paño en las axilas y la ingle del niño. Si el niño está
18 despierto, dele sorbos de agua fresca o hielo picado. Si el niño vomita y está inconsciente, gírele
la cabeza hacia un lado para evitar que se asfixie.
Afecciones relacionadas con el frío
Ahora veamos algunas afecciones relacionadas con el frío.
Quemadura por frío: Una quemadura por frío daña los tejidos de la piel, pero no los congela, y
suele afectar los dedos de las manos y de los pies, las orejas, las mejillas y el mentón. Es la
lesión más común a causa del frío. Los síntomas de la quemadura por frío incluyen piel
enrojecida, grisácea o pálida, o piel con sensación de tirantez y tejido subyacente blando y
elástico. Los tejidos dañados se vuelven rosados o incluso rojizos al calentar la parte del cuerpo
afectada. El niño suele quejarse de adormecimiento u hormigueo a medida que la piel se calienta.
La quemadura por frío puede ocurrir si se coloca hielo o una compresa de hielo directamente
sobre la piel de un niño. Siempre envuelva las compresas de hielo con un paño suave, o ponga
una toalla entre la piel del niño y la compresa.
Congelación: La congelación es el daño en los tejidos causado por una disminución excesiva de
la temperatura corporal. Las orejas, el rostro, las manos y los pies son las partes del cuerpo más
propensas a sufrir este tipo de lesión. Observe al niño para identificar síntomas de congelación,
como piel lastimada que se ve pálida o azulada. El tejido de la piel puede sentirse frío y
endurecido al tacto, y no recupera la forma después de ejercer presión sobre un área. Puede haber
ampollas pequeñas que contengan un líquido transparente o con sangre. El niño podría indicar
que siente la piel adormecida. A medida que la parte del cuerpo afectada se calienta, el tejido
dañado puede volverse rosado o rojizo, pero si el daño es grave, el tejido puede permanecer
pálido. La parte del cuerpo afectada puede doler o presentar un hormigueo o una sensación de
ardor a medida que se calienta. Si es posible, retire las prendas húmedas y vista al niño con
prendas limpias y secas, o envuélvalo en una cobija tibia. Si los dedos de las manos o de los pies
presentan daños por el frío, coloque una gasa seca entre ellos para impedir que se peguen. Si hay
ampollas, no las reviente y cúbralas con gasa.
Cuando ocurran lesiones relacionadas con el frío, lleve al niño a un lugar cálido o coloque las
partes afectadas cerca de las áreas más calientes del cuerpo, como las axilas. Deje que las partes
afectadas del cuerpo recuperen lentamente la temperatura corporal. No frote las áreas afectadas.
Mantenga al niño abrigado para impedir que el área se vuelva a congelar, y así evitar otra
afección relacionada con el frío. Llame al 911 si el área afectada se vuelve blanca y dura o negra,
si el niño tiene pérdida de sensibilidad en el área, o si presenta signos de hipotermia.
Hipotermia: La hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal central desciende por debajo
de los 95 °F. La hipotermia suele ocurrir al caer en agua fría o al permanecer al aire libre durante
demasiado tiempo sin estar suficientemente abrigado. Llame al 911. Observe al niño para
identificar síntomas de hipotermia, tales como una temperatura corporal inferior a la normal,
confusión, falta de reacción o pérdida del conocimiento. Caliente al niño rápidamente. Lleve al
niño a un lugar cálido o sostenga al niño contra el cuerpo caliente de otra persona si no hay
ningún lugar cálido inmediatamente al alcance. Retire las prendas húmedas y vista al niño con
19 prendas tibias y secas, o envuélvalo en una cobija cálida mientras espera que llegue el servicio
médico de emergencia.
Fiebre
La fiebre es una temperatura corporal superior a la normal. Los proveedores de atención médica
suelen considerar que hay fiebre cuando la temperatura supera los 102.0 °F medidos con un
termómetro oral o de oído. En un niño, los síntomas de la fiebre incluyen tener el rostro
ruborizado y la piel tibia o caliente (que puede estar seca o sudorosa), y sentir el cuerpo (cabeza,
abdomen, espalda) caliente. Evalúe la situación para determinar la posible causa de la fiebre. El
niño puede estar excesivamente abrigado con prendas o cobijas; en ese caso retire las que no se
necesiten. Un ambiente puede estar demasiado caluroso, como el patio de juegos al calor del
verano. Mueva al niño a un ambiente más fresco. Una vacuna reciente, una enfermedad o una
infección pueden provocar fiebre. Observe al niño para identificar signos de una enfermedad o
infección. Tome la temperatura del niño. Si el termómetro indica una temperatura corporal
normal, continúe observando al niño para identificar otros síntomas. Continúe evaluando el
entorno y tome medidas para evitar la deshidratación. Notifique a los padres si el niño presenta
los siguientes valores de fiebre relacionados con la edad: Recién nacidos (3 meses o menos):
99.4 °F; bebés (4 a 12 meses) y niños más grandes: 102.0 °F. Recuerden que la fiebre no es una
enfermedad, sino un síntoma.
Comuníquese con los padres y recomiende buscar atención médica si la fiebre está acompañada
de otros síntomas, como irritabilidad, cambios en los niveles de reacción, somnolencia inusual,
confusión, sarpullidos, dolor de oído, dolor de garganta persistente, vómitos, diarrea o dolor y
ardor al orinar. Llame al 911 si la fiebre está acompañada de estos síntomas: convulsiones,
rigidez en el cuello, respiración irregular o golpe de calor.
Convulsiones
Cuando un niño que está a su cargo sufre convulsiones, llame al 911 en las siguientes
situaciones:





El niño no tiene antecedentes conocidos de convulsiones.
El niño tiene dificultad para respirar (falta de aire, sibilancia, tos).
El centro no tienen un plan de tratamiento de convulsiones para el niño.
El niño permanece inconsciente o sin reacción después del episodio.
El niño se golpea la cabeza durante una convulsión.
Para otras convulsiones, consulte el plan de tratamiento de convulsiones del niño. Coloque al
niño suavemente en el suelo. Si el niño está babeando o vomita, gírele la cabeza hacia un lado.
Aflójele cualquier prenda ajustada que tenga alrededor de la cabeza o el cuello. Retire objetos
cercanos, como muebles o juguetes, para evitar lesiones. Proteja la cabeza del niño de impactos
deslizando una toalla o cobija debajo de la cabeza. No coloque ningún objeto en la boca del niño
durante las convulsiones. Administre respiración asistida si es necesario. Documente la hora a la
que comenzaron y finalizaron las convulsiones, junto con una descripción detallada del episodio.
20 Observe qué extremidades están involucradas (un lado, ambos lados, etc.) y si el niño tenía fiebre
o actuaba como si estuviera enfermo antes de la convulsión.
Lesiones dentales
Concentrémonos en las lesiones dentales. En todos los casos de lesiones dentales, controle el
sangrado cuando sea necesario.
Lesiones en el labio, la lengua o las encías: Frente a lesiones de este tipo, coloque al niño en una
posición tal que impida que la sangre descienda por las vías respiratorias. Ayude al niño a
sentarse con la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante o a recostarse de costado. Ayude al
niño a enjuagarse la boca con agua para que usted pueda identificar el área lesionada. Aplique
presión directa con una gasa o un paño limpio. Aplique compresas frías para reducir la
hinchazón. Llame al 911 en las siguientes situaciones:





El sangrado no se detiene después de aplicar presión directa continua durante cinco
minutos.
La herida es profunda o grande.
La herida afecta la lengua, o involucra los labios o el rostro.
La herida involucra la parte posterior de la boca, el paladar o la garganta.
La herida se debe a la mordedura de un animal.
Dolor de dientes: Un dolor de dientes puede ser una emergencia odontológica tal como un
absceso dental, o puede referirse a un malestar más común relacionado con la dentición, las
llagas bucales, los dolores de oído o una infección de los senos paranasales. Los dolores de
dientes pueden estar causados por alimentos que quedan atrapados entre los dientes. Ayude al
niño a enjuagarse la boca con agua para que usted pueda identificar el problema. Si es apropiado
para la edad y tiene un cepillo de dientes al alcance, pídale al niño que se cepille los dientes o
pásele hilo dental por los dientes con un movimiento suave de fricción. Pídale al niño que se
vuelva a enjuagar. Eliminar los alimentos alojados entre los dientes puede aliviar el dolor. Si el
niño aún se queja del dolor, dele una compresa fría para que se coloque sobre el área donde tiene
el dolor de dientes. Recomiende buscar atención odontológica de inmediato si el dolor es muy
intenso, si se presenta con fiebre, si el rostro está hinchado o si el niño actúa como si estuviera
muy enfermo.
Diente quebrado: Cuando un niño se quiebra un diente, ayúdelo a enjuagarse la boca con agua
para poder identificar el área lesionada. Dele al niño una compresa fría para que la mantenga
apoyada sobre el diente lastimado o sobre esa área del rostro. Recoja todas las partes del diente y
colóquelas en una bolsa plástica o un recipiente con leche o agua fría. Llame a los padres para
coordinar la atención odontológica inmediata.
Diente salido: Si el diente de un niño se sale, coloque al niño en una posición tal que impida que
la sangre descienda por las vías respiratorias. Ayude al niño a sentarse con la cabeza ligeramente
inclinada hacia adelante o a recostarse de costado. Ayude al niño a enjuagarse la boca con agua
para poder identificar el problema. Aplique presión directa con una gasa o un paño limpio.
Aplique compresas frías para reducir la hinchazón. Busque el diente que se ha salido. Si lo
21 encuentra, sosténgalo de la corona, no de la raíz. Retire la suciedad visible enjuagándolo
cuidadosamente con agua, pero no lo restriegue. Si se anima, pueden intentar volver a colocar el
diente cuidadosamente en la cavidad. Luego, pídale al niño que muerda una gasa o un paño para
mantenerlo en su lugar. Tenga en cuenta la edad del niño y su capacidad para colaborar. Si no
puede volver a colocar el diente, manténgalo húmedo en una bolsa plástica o un recipiente con
leche o agua fría. Llame a los padres para coordinar la atención odontológica inmediata. Si el
niño recibe atención odontológica profesional en una o dos horas, es posible salvar el diente.
Emergencias relacionadas con los ojos, los oídos y la nariz
Ahora veamos las emergencias que afectan los ojos, los oídos y la nariz.
Traumatismo ocular: El traumatismo ocular es una lesión en el ojo. La lesión ocular es la causa
más común de ceguera, pero puede prevenirse. Se necesita atención médica inmediata ante
cualquier lesión ocular.
Llame al 911 si el niño tiene sangre en el ojo, no puede abrirlo después de un traumatismo, siente
dolor al moverlo, presenta sensibilidad extrema a la luz, tiene visión reducida o doble, o siente el
ojo adormecido.
Lesión química en el ojo: Enjuague con agua el ojo lesionado de inmediato. Pídale al niño que se
recueste sobre el mismo lado del ojo afectado. Coloque una toalla debajo de la cabeza del niño
para absorber el agua. Mantenga el ojo lesionado abierto (puede que necesite ayuda para esto).
Con una taza o una jarra pequeña, enjuague con agua fría para que esta fluya desde el lagrimal
(junto a la nariz) hacia el rabillo del ojo (en dirección a la oreja). Llame al 911. Continúe
enjuagando el ojo durante al menos quince minutos o hasta que llegue el servicio médico de
emergencia. Llame al Centro de Toxicología al 1-800-222-1222 para recibir más instrucciones.
Rasguño, corte o lesión abierta en el ojo o el área ocular: Llame al 911. Mantenga al niño lo
más tranquilo posible. Lo ideal es que el niño se recueste boca arriba y permanezca quieto, pero
no lo fuerce a hacerlo. Si el niño quiere colaborar, intente cubrir el ojo con un protector ocular o
un vaso de cartón para proteger el ojo. No aplique presión sobre el ojo, incluso si está sangrando.
Objeto extraño en el ojo: Revise el ojo en busca de polvo, arena u otros elementos extraños si
observa cualquiera de los siguientes síntomas (o si el niño se queja de alguno de ellos): el niño se
frota el ojo o presenta ojo lloroso o enrojecido, sensación de picazón, dolor, sensibilidad a la luz
o visión borrosa. Evite que el niño se presione o se frote el ojo. Examine cuidadosamente el ojo
tirando el párpado inferior hacia abajo y pidiéndole al niño que mire hacia arriba. Luego,
sostenga el párpado superior mientras el niño mira hacia abajo. Si el cuerpo extraño se mueve
visiblemente sobre la superficie del ojo, intente enjuagarlo siguiendo el protocolo que
mencionamos anteriormente para las lesiones oculares químicas. No intente quitar el elemento
extraño de ninguna otra manera que no sea enjuagando con agua, ni intente tocarlo. Notifique a
los padres que se recomienda buscar atención médica inmediata si el objeto no se puede remover
fácilmente con el enjuague; si parece estar incrustado en el ojo; si el niño continúa quejándose de
dolor, irritación o visión borrosa; o si el ojo continúa enrojecido o hinchado.
22 Contusión en el ojo o en el área ocular (ojo morado): Aplique cuidadosamente compresas frías
de manera intermitente: manténgalas sobre el área durante cinco a diez minutos, luego retírelas
durante diez a quince minutos, y así sucesivamente. Notifique a los padres que se recomienda
buscar atención médica inmediata si se observa cualquiera de los siguientes síntomas: aumento
del enrojecimiento, dolor ocular persistente o cualquier cambio en la visión. Una contusión en el
ojo, como la que ocurre al ser golpeado por una pelota dura, puede causar daños internos. Llame
al 911 si el niño supura por el ojo, si se presenta cualquier anomalía visible en el globo ocular o
si se evidencia sangrado en la parte blanca del ojo.
Otros síntomas relacionados con los ojos y la visión: Notifique a los padres que se recomienda
buscar atención médica inmediata si se observa cualquiera de los siguientes síntomas: el niño se
frota excesivamente los ojos o presenta ojos enrojecidos o inyectados de sangre, picazón o
irritación, secreciones o lagañas (especialmente después de que el niño haya dormido),
estrabismo, o necesidad de acercar los objetos al rostro al jugar.
Dolor de oído: El dolor en el área del oído o en sus alrededores puede derivar de una variedad de
afecciones, incluyendo infecciones en el oído, dentición, infecciones en los senos paranasales u
otras enfermedades o lesiones. Los síntomas del dolor de oído pueden incluir llanto, fiebre e
irritabilidad, en especial si el niño también se tironea o se frota la oreja. Notifique a los padres
que se recomienda buscar atención médica inmediata.
Objeto extraño en el oído: Un elemento extraño (como una piedra, un insecto o un frijol) alojado
en el canal auditivo puede causar dolor y pérdida auditiva. Con una linterna, mire dentro del
canal auditivo del niño. Si el objeto se ve con claridad y se puede tomar fácilmente con pinzas,
retírelo cuidadosamente. No examine el oído con un cotonete u otro elemento, porque podría
empujar el objeto hacia el interior del oído. Comuníquese con la familia para recomendar
asistencia médica inmediata en las siguientes situaciones:





El objeto no se puede retirar con facilidad.
El niño continúa quejándose del dolor después de que se le ha retirado el objeto.
Se observa sangrado en el oído.
El oído o la oreja continúan enrojecidos o hinchados.
El niño parece tener pérdida auditiva.
Cuerpo extraño en la nariz: A veces, los niños se insertan objetos en la nariz, tales como piedras
o frijoles. Siga el protocolo para cuerpos extraños en el oído si el objeto se ve con claridad y se
puede tomar fácilmente. Comuníquese con la familia para recomendar asistencia médica
inmediata si el objeto no se puede retirar fácilmente.
Trastornos repentinos
Cuando un niño sufre un trastorno repentino, usted debe mantenerse tranquilo y también intentar
mantener calmado al niño. Recuerde aplicar los protocolos mencionados anteriormente cuando
corresponda.
23 Desmayos: Un desmayo es una pérdida repentina y temporal de la reacción, que ocurre cuando el
cerebro no recibe sangre y oxígeno adecuadamente durante un breve período. Evalúe la situación
y determine la posible causa del desmayo. Es probable que el niño no se haya alimentado lo
suficiente o se haya acalorado demasiado. Recueste al niño boca arriba para evitar que se caiga.
Eleve las piernas entre 8 y 12 pulgadas, y afloje las prendas que estén ajustadas. Observe al niño
para verificar si tiene dificultad para respirar. Llame al 911 si el desmayo está relacionado con lo
siguiente: una lesión (especialmente una lesión en la cabeza), enfermedad o fiebre, dolor,
reacción alérgica, golpe de calor o sangrado.
También debe llamar al 911 si el niño permanece sin reacción por más de un minuto después de
elevarle las piernas, si se cayó al desmayarse y pudo haberse golpeado la cabeza, o si adquirió un
tono azulado o pálido.
Reacción diabética o hipoglucemia: Debido a los planes de tratamiento altamente especializados
e individualizados que los niños diabéticos requieren, los proveedores de cuidado infantil deben
recibir capacitación específica por parte de un profesional de atención médica. En caso de un
episodio diabético, se debe seguir el plan de tratamiento correspondiente del niño.
Hipoglucemia: Los niveles bajos de azúcar en la sangre son una de las complicaciones más
frecuentes de la diabetes. Esto puede ocurrir de manera muy repentina y no siempre es evitable.
La mayoría de los episodios hipoglucémicos son leves. Los síntomas pueden incluir dolor de
cabeza, temblores, mareos, frecuencia cardíaca acelerada o palpitaciones, piel pálida o sudorosa,
letargo o cambios en el nivel de reacción, lo que incluye cambios en el estado de ánimo. El
tratamiento de la hipoglucemia incluye pedirle al niño que coma o beba carbohidratos de rápida
asimilación, como jugo de fruta, galletas u otras recomendaciones del plan de tratamiento de
diabetes del niño.
Dolor abdominal: El dolor abdominal leve puede deberse a varias causas, como comer en exceso
y los gases intestinales. El dolor abdominal agudo o el dolor acompañado de otros síntomas
puede indicar una enfermedad o una lesión grave. Notifique a los padres que se recomienda
buscar atención médica inmediata si se presenta cualquiera de los siguientes síntomas: dolor
abdominal agudo, dolor localizado (como dolor en un costado), dolor acompañado de vómitos o
fiebre, materia fecal con sangre, y dolor después de una caída o de un golpe en el abdomen. No
le dé al niño nada para comer cuando tenga dolor abdominal agudo. Tenga en cuenta que los
varones pueden describir el dolor testicular como dolor abdominal. El dolor testicular o escrotal
es una emergencia médica que requiere atención inmediata.
Otros síntomas que pueden indicar enfermedad o lesión: Notifique a los padres que se
recomienda buscar atención médica inmediata si observa estos u otros síntomas (o el niño se
queja de ellos): dolor inexplicable, rigidez en el cuello, vómitos o diarrea (especialmente si
además presenta fiebre u otros síntomas), letargo y desgano, aparición repentina de sarpullido,
confusión inexplicable, verse o actuar como si estuviera enfermo de gravedad, conducta
inesperada o cambios en el estado de ánimo. Los niños pequeños no siempre responden al dolor
o al malestar de la manera esperada. Un niño puede tener una lesión grave, como un hueso
fracturado, y no quejarse ni mostrar dolor o malestar. Los adultos suelen ser bastante intuitivos
en relación a los niños que se encuentran a su cargo. Si cree que un niño está enfermo o
24 lesionado, aun si no hay síntomas evidentes, comuníquese con los padres. Recomiende o
coordine la atención médica para el niño según corresponda. Cuando hay un niño involucrado,
siempre es mejor ser demasiado precavido.
Shock o Choque: Llame al 911 si cree que un niño podría estar en shock. Un shock es un
trastorno potencialmente mortal que provoca una presión arterial muy baja e inadecuada. El
shock ocurre porque el cuerpo no tiene la circulación sanguínea suficiente. Esto puede ocurrir
como una reacción ante una enfermedad o una lesión, tal como sangrado, lesiones internas,
deshidratación o reacciones alérgicas. Observe si el niño presenta síntomas de shock, como
palidez, piel fría o sudorosa, pulso débil y acelerado, respiración superficial, falta de reacción o
pérdida del conocimiento. Si el niño está consciente, puede sentirse mareado, muy débil o
confundido. El tratamiento del shock incluye mantener al niño caliente y tan cómodo como sea
posible. Afloje las prendas que estén ajustadas. Haga que el niño se recueste boca arriba y eleve
los pies por encima de la cabeza. Si elevar las piernas le causa al niño dolor u otra lesión,
manténgalo en posición horizontal. Observe al niño para verificar si tiene dificultad para respirar.
Administre respiración asistida si es necesario. Una vez más, llame al 911. El shock requiere
tratamiento médico inmediato porque puede provocar la muerte.
Conclusión
Crecer supone una infinidad de riesgos para los niños pequeños. Ellos se encuentran con muchos
peligros diarios que pueden causar lesiones tanto leves como mortales. Cada año, 8.4 millones de
niños y adolescentes acuden a los servicios de emergencia a causa de lesiones, y el tratamiento
de las lesiones es la causa principal del gasto médico para niños. El costo anual estimado de las
lesiones infantiles no intencionales en los Estados Unidos es de aproximadamente US$11,500
millones (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades [Centers for Disease Control
and Prevention, CDC], 2012b). Como proveedor de cuidado infantil, usted puede ayudar a
contrarrestar los peligros del crecimiento de los niños bajo su cuidado. Para lograrlo, la seguridad
de los niños debe ser su prioridad número uno. Prevenir lesiones es de suma importancia para
brindar un entorno seguro y una supervisión prudente. Cuando ocurre una lesión o una
enfermedad grave, los cuidadores competentes responden de manera eficiente para proteger a los
niños que están a su cargo.
Gracias por su atención y por su compromiso para garantizar el bienestar de los niños que están a
su cargo.
25 Referencias
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Checklist (Lista de control del botiquín de primeros auxilios). Extraído de:
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Poisonings (Medidas de emergencia para casos de intoxicación). Extraído de:
http://www.poisoncontrol.org/prevention/first-aid.cfm
27 Este curso fue desarrollado y producido por el Servicio de Texas del Sistema Universitario
A&M de Texas en colaboración con la División de Licencias para Centros de Cuidado
Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas (Texas
Department of Family and Protective Services, Child Care Licensing Division), con fondos
proporcionados por la Comisión de Trabajo de Texas (Texas Workforce Commission).
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