sentencia - Xornal Galicia

Anuncio
SENTENCIA:
Teléfono:
Fax:
BA
N.I.G.:
Procedimiento origen:
Sobre
DEMANDANTE D/ña.
Procurador/a Sr/a.
Abogado/a Sr/a.
DEMANDADO D/ña.
Procurador/a Sr/a.
Abogado/a Sr/a.
/
S E N T E N C I A
En
Ourense, a 8 julio de dos mil dieciséis.
Vistos por mí, Doña Ana María Gómez Bande, Juez Titular
del Juzgado de 1ª Instancia Número 5 de Ourense, los presentes
autos de JUICIO ORDINARIO seguidos ante este juzgado bajo el
número 953 del año 2015, a instancia
de D. MIGUEL ANGEL
PEREZ DE JUAN ROMERO representado por la Procuradora Sra.
Trillo González y asistido del Letrado Sr. González Iglesias,
y como demandado LA VOZ DE GALICIA y D. JOSE MANUEL RUBIN
CARBALLO, representados por el Procurador Sr. Garrido Rodríguez
y asistido del letrado Sr. Rodríguez González y contra el
Ministerio
Fiscal,
constando
en
las
actuaciones
sus
circunstancias personales.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO
–Por
la
Procuradora
Sra.Trillo,
en
la
representación indicada y mediante turno de reparto que
correspondió a este juzgado presentó demanda de juicio
ordinario en la que en síntesis alegaba:
1)Que el actor es un cardiólogo de reconocido prestigio en la
ciudad de Ourense, con clínica privada y socio de honor de la
Academia Médico Quirúrgica de la que también fue Presidente
hace años , y senador del PP los últimos ocho años y jefe de
cardiología del CHOU desde 1995.
El 4/10/2015 en el diario LA VOZ DE GALICIA edición Ourense,
Pagina L 2, en la sección denominada “ Siete Dias, Siete Voces”
firmado por el codemandado Sr. Jose Manuel Rubín
y bajo el
titular EL PXOM se insertaba un artículo de opinión bajo el
subtítulo de CARTA ABIERTA A MIGUEL PEREZ DE JUAN, acompañado
de una fotografía del actor y claramente atentatorio contra el
honor y su estima.
El periodista ya con anterioridad había escrito en contra del
actor si bien pudiera encajarse en una crítica periodística lo
cierto es que en este caso son gravemente atentatorios contra
el honor. Son expresiones como:
La política te valió como antes te había valido cáritas para
servirte
Hoy sabemos que en cuatro años no hiciste ni una pregunta ni
una interpelación, ni nada de nada en el senado. Cobrar y
callar.
Cobrar en la política y cobrar en tu clínica privada en la que
seguiste ejerciendo sin ningún reparo ético ni moral. Ahora
volverás a la sanidad pública y seguirás en la privada.
El ejemplo que nos legas es como ser servidor o empleado
público para sacar tajada personal.
No te hago único responsable. La culpa es de quien te mantuvo
ocho años en la mamandurria.
Fijaba en 50.000 euros la indemnización habida cuenta de la
difusión tanto en papel como en versión digital.
2) Aducía los fundamentos de derecho que estimaba de aplicación
y terminaba solicitando que se declare :
Que el artículo publicado en el DIARIO LA VOZ DE GALICIA,
edición Ourense, descrito en el hecho segundo de la presente
demandada cuyo autor es D. JOSE MANUEL RUBIN CARBALLO,
constituye una intromisión ilegítima
en el derecho al honor
del actor
Que se condene al demandado a estar y pasar por esta
declaración.
Que como consecuencia de la referida declaración se CONDENE a
la mercantil LA VOZ DE GALICIA S y a D. JOSE MANUEL RUBIN
CARBALLO, de manera conjunta y solidaria
a indemnizar a D.
MIGUEL ANGEL PEREZ DE JUAN ROMERO en la suma de 50.000 euros
2
en concepto de daños y perjuicios padecidos incluido el daño
moral. Subsidiariamente se condene a los demandados a abonar al
actor en concepto de daños y perjuicios la suma que el juzgador
estime pertinente.
Se condene a la codemandada LA VOZ DE GALIICA SA a la
publicación íntegra de la sentencia que recaiga con la misma
relevancia que el artículo al que se refiere el hecho segundo
de la demanda.
Se impongan las costas procesales.
SEGUNDO- Admitida a trámite la demanda por decreto de
fecha se emplazó a la demandada que contestó a la demanda en
los siguientes términos.
Cierta la publicación del artículo de opinión, pero en ningún
caso atentatorio contra el honor y estima del demandante, ni se
realiza el artículo con desprecio a la verdad. El codemandado
D. José Manuel Rubín viene firmando desde hace cuatro años cada
domingo un artículo de opinión sobre informaciones publicadas a
lo largo de la semana. El artículo transcrito realiza una
valoración crítica
con la actividad política de una
personalidad con relevancia pública. No se ha realizado una
persecución ni existe una animadversión personal hacia el
demandante, buena prueba de ello son las múltiples noticias
publicadas a lo largo de los años en relación con el hoy actor
y de las que no se ha tenido queja alguna hasta la fecha y
todos ellos del período en que el Sr. Rubín era delegado de LA
Voz y curiosamente los artículos que cita el actor eran de la
época en que el codemandado ya había cesado su relación laboral
con el diario.
No se ha producido intromisión ilegítima alguna por lo que no
procede indemnización alguna.
Alegaba los fundamentos de derecho que estimaba de aplicación y
terminaba solicitando la desestimación de la demanda con
expresa imposición de costas a la parte actora.
TERCERO- El Ministerio Fiscal contestó a la demanda .
En la audiencia previa se propuso como
testifical e interrogatorio de parte.
prueba
CUARTO- La vista tuvo lugar
resultado que obra en autos.
de
el
3
día
23
documental,
junio
con
el
QUINTO- En la tramitación de este procedimiento
observado todas las prescripciones legales.
se
han
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO – La parte actora ejercita una acción de
protección del derecho al honor al considerar que el artículo
emitido por la Voz de Galicia de fecha 4/10/2015 y firmado por
el Sr. Rubín Carballo es atentatorio a la dignidad y honor del
actor, el Sr. Pérez de Juan
Romero, persona de reconocido
prestigio en la ciudad, no solo por su labor como cardiólogo
sino como político, senador del PP y por su labor en Caritas.
Solicitaba una indemnización de 50.000 euros por los daños y
perjuicios , incluidos los daños morales, que le ocasionó tal
publicación.
Por su parte los codemandados solicitan la desestimación
de la demanda, por considerar que se trata de un artículo de
opinión pues el periodista colaborador emite cada domingo un
artículo de opinión sobre las informaciones publicadas durante
la semana y dicho artículo oes una crítica a la labor política
del Sr. Pérez de Juan, pero no existe ningún tipo de
animadversión hacia el mismo, es más dice haberse elogiado en
numerosas ocasiones la labor del actor y aporta artículos
publicados.
El Ministerio Fiscal en fase de conclusiones solicitaba la
desestimación de la demanda por considerar que se trata de un
artículo de opinión que tiene libertad más amplia que en otro
tipo de artículos, que parte de una información veraz como es
la de un bajo alquilado, incompatibilidad de cargo entre
senador y presidente de Cáritas, y la compatibilidad de cargos
entre los políticos es un cuestión controvertida que está en la
opinión pública. Termina matizando que una mala opinión no es
una vulneración del derecho al honor.
SEGUNDO- LA PROTECCION DEL DERECHO AL HONOR
En el presente caso hay que analizar el conflicto entre la
libertad de expresión y la protección del derecho al honor,
donde está el límite de la liberta de expresión, pues
recordemos que estamos ante un artículo de opinion. La libertad
de expresión tiene un campo de acción más amplio que la
libertad de información, ya que alude a la emisión de juicios
subjetivos o valoraciones y la veracidad no entra en juego,
puesto que las ideas y opiniones no pueden ser calificadas como
4
veraces o inveraces en una sociedad democrática. El derecho al
honor protege frente a atentados a la reputación personal e
impide la difusión de expresiones insultantes que provoquen
objetivamente el descrédito de una persona.
El TS se ha pronunciado recientemente en un asunto en que el
demandante también era político, STS, Civil sección 1 del 20 de
junio de 2016 y dice:”
El derecho fundamental cuya protección solicita el demandante
es el derecho al honor, consagrado como derecho fundamental en
el art. 18.1 de la Constitución . La libertad pública que los
demandados invocan para legitimar su conducta es la libertad de
expresión. Los demandados, en las manifestaciones que el
demandante considera injuriosas, no han procedido a comunicar
hechos o datos (recordemos que las informaciones sobre el
«asunto México» han quedado excluidas del objeto del litigio),
sino a proferir expresiones en las que se califica y valora al
demandante en forma muy negativa, con los matices que más
adelante se analizarán.
3.- La libertad de expresión tiene un campo de acción más
amplio que la libertad de información. Esta se refiere a la
narración de hechos susceptibles de ser contrastados, y de ahí
que un criterio fundamental de enjuiciamiento de su legitimidad
sea el de la veracidad a que hace referencia el art. 20.1.d de
la Constitución , mientras que la libertad de expresión alude a
la emisión de juicios personales y subjetivos, creencias,
pensamientos y opiniones y la veracidad no entra en juego,
puesto que las ideas y opiniones no pueden ser calificadas como
veraces o inveraces en una sociedad democrática avanzada.
4.- El Tribunal Constitucional y esta Sala han abordado en
numerosas ocasiones el conflicto entre el derecho al honor y la
libertad de expresión.
El artículo 20.1.a) de la Constitución reconoce como derecho
fundamental
el
de
expresar
y
difundir
libremente
los
pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito
o cualquier otro medio de reproducción. El artículo 18.1 de la
Constitución reconoce con igual grado de protección ( art. 53.2
de la Constitución ) el derecho al honor.
Como ha señalado reiteradamente el Tribunal Constitucional
( SSTC 180/1999, de 11 de octubre , FJ 4, 52/2002, de 25 de
febrero, FJ 5 y 51/2008, de 14 de abril , FJ 3) el honor
constituye un «concepto jurídico normativo cuya precisión
depende de las normas, valores e ideas sociales vigentes en
cada momento». Dicho Tribunal ha definido su contenido
5
afirmando que este derecho protege frente a atentados en la
reputación personal entendida como la apreciación que los demás
puedan tener de una persona, independientemente de sus deseos (
STC 14/2003, de 28 de enero , FJ 12), impidiendo la difusión de
expresiones o mensajes insultantes, insidias infamantes o
vejaciones que provoquen objetivamente el descrédito de aquella
( STC 216/2006, de 3 de julio , FJ 7).
La libertad de expresión se encuentra limitada por el derecho
al honor ( art. 20.4 de la Constitución ), si bien este derecho
constituye no solo un límite a dicha libertad sino también un
derecho
fundamental
en
sí
mismo
(
art.
18.1
de
la
Constitución ) que protege un determinado ámbito de dignidad e
indemnidad para su titular, por lo que se produce una
limitación recíproca entre tales derechos fundamentales y
libertades públicas.
La limitación del derecho al honor por la libertad de expresión
tiene lugar cuando se produce un conflicto entre ambos
derechos,
que
debe
ser
resuelto
mediante
técnicas
de
ponderación
constitucional,
teniendo
en
cuenta
las
circunstancias del caso. Por ponderación se entiende la
operación por la cual, tras la constatación de la existencia de
una colisión entre derechos, se procede al examen de la
intensidad y trascendencia con la que cada uno de ellos resulta
afectado, con el fin de elaborar una regla que permita, dando
preferencia a uno u otro, la resolución del caso mediante su
subsunción en ella.
5.- La técnica de ponderación exige valorar, en primer término,
el peso en abstracto de los respectivos derechos fundamentales
que entran en colisión.
Desde este punto de vista, la ponderación debe partir de que el
derecho a la libertad de expresión, si bien no es superior
jerárquicamente, sí ha de considerarse en abstracto, en
situaciones de conflicto, prevalente sobre el derecho al honor
por su doble significación como derecho de libertad, que
atribuye una potestad jurídica a su titular, y como garantía
institucional para el debate público y la formación de una
opinión pública libre, indispensable para una sociedad
democrática.
La ponderación debe tener en cuenta que la libertad de
expresión comprende la crítica de la conducta de otro, aun
cuando sea desabrida y pueda molestar, inquietar o disgustar a
aquel contra quien se dirige, pues así lo requieren el
pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin los
cuales no existe una sociedad democrática.
6.- La técnica de ponderación exige valorar, en segundo
término, el peso relativo de los respectivos derechos
6
fundamentales que entran en colisión. Desde esta perspectiva,
es
necesario
tomar
en
consideración
las
distintas
circunstancias concurrentes en el supuesto enjuiciado, para
decidir cuál de los dos derechos debe prevalecer.
7.- Ha de tomarse en consideración si la crítica se proyecta
sobre una materia de interés general o sobre personas que
ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o
proyección pública, pues entonces el peso de la libertad de
expresión es más intenso. La relevancia pública o interés
general constituye un requisito para que pueda hacerse valer la
prevalencia del derecho a la libertad de expresión cuando las
expresiones proferidas redunden en descrédito del afectado.
La jurisprudencia admite que se refuerza la prevalencia de la
libertad de expresión respecto del derecho de honor en
contextos de contienda política o de crítica periodística a la
actuación de cargos públicos.
8.- La protección del derecho al honor debe prevalecer frente a
la libertad de expresión cuando se emplean frases y expresiones
ultrajantes u ofensivas, sin relación con las ideas u opiniones
que se expongan, y por tanto, innecesarias a este propósito,
dado que el artículo 20.1 a) de la Constitución no reconoce un
pretendido derecho al insulto, que sería, por lo demás,
incompatible con ella.
9.- Son también relevantes otras circunstancias, como son si
las expresiones ofensivas se han pronunciado en el curso de una
intervención oral en un debate o, por el contrario, han sido
consignadas con el sosiego y la meditación que es presumible en
quien redacta un escrito que se destina a su publicación; si
son aisladas o se han repetido en el tiempo, pues la
reiteración exhaustiva de la crítica, la dureza de los términos
y el plazo de duración le acaban proporcionando un matiz
desproporcionado ( sentencia de esta Sala núm. 511/2012, de 24
de julio ), si tienen como clara finalidad la crítica política
o si lo que se pretende es insultar.
10.- En el presente caso, deben distinguirse diversos tipos de
expresiones a las que en la demanda se acusa de vulnerar
ilegítimamente el honor del demandante.
Las expresiones utilizadas en los editoriales del periódico «El
Día», en tanto constituyan una crítica política al demandante y
su gobierno y contengan opiniones o valoraciones relacionadas
con la acción de gobierno, están amparadas por la libertad de
expresión, incluso cuando la crítica se realiza de modo
desabrido, atribuyendo al demandante conductas dictatoriales,
prepotentes o despreciativas de los ciudadanos canarios, y se
atribuya a su acción de gobierno la realización de actuaciones
injustas, favorecedoras de los medios periodísticos de la
7
competencia o de sus allegados. Pueden considerarse también
amparadas por el ejercicio legítimo de la libertad de expresión
el empleo de calificativos del demandante que puedan hacer
referencia a aspectos de su personalidad relacionados con su
actuación como cargo público, por más duras que resulten
("traidor", "antipatriota", "dictadorzuelo", "incompetente", y
otras similares).
También pueden considerarse amparadas por la libertad de
expresión otras manifestaciones vertidas en los editoriales que
critican duramente actuaciones de gobierno, que son tachadas de
injustas,
empleando
incluso
términos
que,
considerados
aisladamente, podrían estimarse como imputaciones de delito,
pero que valorados en su contexto, son en realidad críticas
acervas a la acción de gobierno a la que se valora de modo muy
negativo. Este amparo de la libertad de expresión debe
extenderse también a aquellos pasajes en los que se advierte de
la posibilidad de levantamientos populares contra el gobierno
que presidía el demandante, que constituyen una expresión de
opiniones políticas.
El carácter de crítica política que tienen esas expresiones y
la relevancia pública del personaje respecto del que se
realizan justifica la prevalencia de la libertad de expresión
en relación con ese tipo de expresiones, aunque hayan podido
resultar molestas o hirientes para el demandante porque
verdaderamente son de gran dureza. Como se ha expuesto
anteriormente, así lo requieren el pluralismo, la tolerancia y
el espíritu de apertura, sin los cuales no existe una sociedad
democrática.
11.- Pero otras expresiones contenidas en los editoriales han
sobrepasado el ámbito de la libertad de expresión que resulta
constitucionalmente amparado, y han vulnerado de modo ilegítimo
el derecho al honor del demandante, de un modo que este no se
encuentra obligado a soportar, pese a la mayor tolerancia
exigible a las personas que ocupan un cargo público.
12.- Las razones que, según la Audiencia Provincial, excusarían
la conducta de los demandados no son aceptables.
La sentencia recurrida afirma que es notorio en las Islas
Canarias que ese es el estilo del periodista demandado, estilo
que califica como «enfático y tremendista, en ocasiones
demagógico y abundante en expresiones y formas literarias
grandilocuentes y que en ocasiones pueden calificarse de
pueriles». Parece como si ese estilo eliminara la ilicitud de
la conducta porque resta credibilidad a las afirmaciones de
quien las hace.
El argumento no se admite. Sobre una cuestión parecida, esta
sala declaró en la sentencia 677/2015, de 26 de noviembre :
8
«La falta de credibilidad de quien hace unas declaraciones
potencialmente constitutivas de intromisión ilegítima en los
derechos fundamentales protegidos por la LO 1/1982 no exonera
ni a la persona que las hace ni al medio informativo que
propicia su intervención ( SSTS 3 de diciembre de 2014, recurso
nº 976/2013 , 3 de noviembre de 2015, recurso nº 1476/2013 , y
20 de noviembre de 2015, recurso nº 1181/2013 ), porque "sería
un contrasentido que la vulneración de derechos fundamentales
resultase amparada por la ligereza o el carácter irreflexivo de
quien la comete, convirtiendo estos factores en una especie de
autorización general para ofender a los demás"».
En el presente caso, que el periodista demandado tuviera ese
estilo «enfático», «tremendista» y «demagógico», según la
Audiencia Provincial, no excluye la ilicitud de su conducta,
puesto que, de ser cierto que el empleo de esos calificativos
fuera habitual en los editoriales y artículos periodísticos que
redactaba, solo supondría que su conducta injustificable no es
puntual, fruto de una ofuscación momentánea, sino que
constituiría una constante en su quehacer periodístico, lo cual
sería aún más grave.
13.- Tampoco constituye una causa excluyente de la ilicitud de
la conducta el hecho de que el uso de esas expresiones haya
sido reiterado durante un largo periodo de tiempo, lo que, de
acuerdo con la Audiencia, solo provocaría cansancio y hartazgo
en los lectores. Esta sala ha declarado que, por el contrario,
la reiteración en el uso de este tipo de calificaciones aumenta
la gravedad de la intromisión ilegítima en el honor. En la
sentencia 511/2012, de 24 de julio , afirmamos:
«Sin embargo dichas circunstancias puestas en relación la
reiteración exhaustiva de la crítica, la dureza de los términos
y el plazo de duración (de 27 de febrero de 2006 a de 7 de
noviembre
de
2007)
le
acaba
proporcionando
un
matiz
desproporcionado, al provocar en los lectores una visión
distorsionada del demandante, con capacidad de ser susceptible
de crear dudas específicas sobre la honorabilidad del actor,
pues ciertamente, una cosa es efectuar una evaluación personal,
por desfavorable que sea, de una conducta y otra cosa muy
distinta emitir de forma reiterativa y constante calificativos
desvinculados de la información trasmitida y sin justificación
alguna, en cuyo caso cabe que nos hallemos ante una mera
descalificación insistente por su prolongación en el tiempo,
sin la menor relación con el propósito de contribuir a formar
una opinión pública libre. En consecuencia, las expresiones
proferidas no pueden quedar amparadas por la libertad de
opinión, sin que pueda entenderse que de este modo se prive de
su libertad de expresión a quien desea pronunciarse con mayor o
9
menor dimensión crítica sobre una persona con cierta dimensión
pública, puesto que dicho pronunciamiento es, sin duda,
constitucionalmente legítimo, incluso manifestado con toda la
crudeza que se desee, pero siempre con el infranqueable límite
de
no
recurrir
al
empleo
insistente
expresiones
desproporcionadas, sin conexión necesaria con la crítica
expuesta y abrumadoramente reiteradas en el tiempo».
Eso es justamente lo acaecido en el supuesto objeto del
recurso, razón por la cual procede aplicar la doctrina
contenida en la sentencia transcrita. La reiteración en la
utilización de expresiones ofensivas no puede constituirse en
una especie de patente de corso que las justifique porque, como
dice la sentencia 677/2015, de 26 de noviembre, transcrita
anteriormente, constituiría un contrasentido convertir esa
habitualidad en una autorización general para ofender a los
demás.”
TERCERO- En el caso de autos, tenemos que diferenciar en el
artículo de opinión dos partes, una que es la crítica que está
en la calle, y otra que ya excede dicho ámbito y entra en
descalificaciones personales. En el artículo las expresiones
como:” la política te había valido como antes te había valido
Cáritas para servirte. Justo lo contrario de lo que creen las
personas de bien que en su inocencia (cada vez más escasa)
piensan que vais a la política para servir al pueblo y no para
serviros de él.” O “cobrar de la política
y cobrar de tu
clínica privada, en la que seguiste ejerciendo de cardiólogo
sin ningún reparo ético ni moral. Ahora volverás a la sanidad
pública y seguirás en la privada. El ejemplo que nos legas es
como servidor o empleado público para sacar tajada personal. No
te hago único responsable. La culpa es de quien te mantuvo ocho
años en la mamandurria.” Esta parte del artículo no podemos
calificarse de injuriosa pues traslada al papel la opinión de
una importante parte de la sociedad, la crítica a pie de calle
ahora se plasmó por escrito, con tono irónico e hiriente si se
quiere, pero no injurioso. El malestar de la población por
estas situaciones es palpable, todos hemos oído en la calle, y
en los medios de comunicación estas opiniones críticas y duras,
sí pero opiniones, y no por ello son objeto de condena. La
crítica de la sociedad a quienes
compatibilizan un cargo
público como ha sido el actor su cargo de senador con el de
Presidente de Cáritas, está a la orden del día, y aquí existe
una información veraz pues esto fue así, hasta que según el
actor dimitió de su cargo en Cáritas y
el articulista
demandado dice que “ lo fulminaron”, lo cual también encaja
dentro de la crítica política, pues de todos es sabido que la
10
renuncia a un cargo o la puesta a disposición del mismo es el
resultado final pero antes pudo o no haber conversaciones que
pudieron forzar la situación, por lo que la expresión “lo
fulminaron” puede entenderse en ese sentido. La referencia al
bajo que el actor tenía alquilado es una realidad, un dato
objetivo, como lo declaró el propio actor, por lo que ninguna
ofensa se ha producido. También se encaja dentro de la opinión
la referencia a la compatibilización entre el cargo de senador
y su ejercicio en su clínica privada, y ello es un dato
objetivo, pues la propia secretaria de la consulta médica del
actor, declaró como testigo, y manifestó que el demandante
viajaba a Madrid todas las semanas y que un día a la semana
pasaba consulta
por lo que también estamos ante un dato
objetivo y cuestionado por el periodista desde el punto de
vista moral.
Hay que tener en cuenta que no todo vale, pero hay cierto
precio que los políticos tienen que pagar y es que se les
examine con lupa en su esfera pública, y el Sr. Pérez de Juan
no solo fue un político sino que ha sido y es
un
reconocidísimo cardiólogo y persona pública de la sociedad
orensana por lo que en el punto de mira estaba. Frente a esta
parte sí hay otra que se considera atentatoria al derecho al
honor y es la parte relativa a – hoy sabemos que en cuatro años
no hiciste ni una pregunta, ni una interpelación, ni nada de
nada en el senado. Cobrar y callar-. STS, Civil sección 1 del
20 de junio de 2016, fundamento jurídico 12. La prevalencia que
la jurisprudencia constitucional ha otorgado al derecho
fundamental a la libertad de expresión cuando entra en
conflicto con el derecho al honor de una persona que ocupa un
cargo público es funcional. El sacrificio del derecho al honor
del cargo público solo se justifica cuando tal libertad se
ejercita
conforme
a
su
naturaleza
y
su
función
constitucionales, esto es, cuando contribuyen al debate
político en una sociedad democrática, incluso cuando se haga de
un modo hiriente o desabrido. Pero quien desempeña un cargo
público, o tiene una relevancia pública por otra razón, no
queda
completamente
despojado
de
sus
derechos
de
la
personalidad, y el empleo reiterado y prolongado en el tiempo
de insultos y expresiones vejatorias, desconectadas de la
crítica política que se quiere realizar por el medio
periodístico e innecesarias para realizarla, no cumple la
función
constitucionalmente
otorgada
a
la
libertad
de
expresión, por lo que no puede justificar la preponderancia de
la libertad de expresión sobre el derecho al honor.
11
Dice el articulista que se basó en una página en la que se
había publicado un día antes un cuadro donde ponía lo que cada
senador hacía
y constaba en el Sr. Pérez de Juan cero
interpelaciones y cero preguntas, matizando que había tenido
intervenciones destacadas en el sector náutico-pesquero pero
que ello no tenía nada que ver con Ourense, y en esos datos se
basó. La delegada de la Voz de Galicia en Ourense que depuso
como testigo dice que la expresión- nada de nada- es un recurso
estilístico- pero que el artículo era similar a otro, que no
había exceso de crítica. No podemos compartir esta opinión pues
evidentemente la expresión- nada de nada-crea una efecto
despectivo, pues da lugar aún a más crítica por parte del
público, pues aunque la actuación hubiera sido poco notoria lo
cierto es que si se dice –nada de nada- lo que viene a
significar es que no se hizo nada en ningún terreno y ello como
dice el periodista Sr. Rubín no fue así pues reconoció que
había tenido importantes intervenciones, que matizó en el
ámbito pesquero fluvial pero ello no se puso en el artículo,
por lo que el atentado al derecho al honor se produjo. Y se
produjo existiendo una falta a la verdad, pues ha acreditado el
actor con la documentación aportada en la demanda su
intervención en el Senado, su labor. Así figura como presidente
de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado
en la
Delegación Española en el X Foro Parlamentario Iberoamericano
en noviembre de 2014, aporta la documentación del Senado sobre
las mociones solicitadas por el actor , preguntas orales, así
como
las distintas comisiones en las que intervenía el Sr.
Pérez de Juan y evidentemente sí hizo algo, por lo que el Sr.
Rubín pudo haber matizado su expresión, si lo que quería es
como dice ahora referirse a que por la ciudad de Ourense no
hizo nada, pero no ha sido el caso
y la vulneración se ha
producido. Sí existe tal vulneración y la rectificación tiene
que hacerse en esta parte- hoy sabemos que en cuatro años no
hiciste ni una pregunta, ni una interpelación, ni nada de nada
en el senado. Cobrar y callar- y ella es la condena de
rectificación al periódico y al codemandado.
CUARTO- La vulneración del derecho al honor
lleva consigo una
indemnización si bien su valoración tiene que hacerse
atendiendo a una serie de datos y es por un lado la repercusión
que
la
noticia
tuvo,
que
no
ha
podido
acreditarse
documentalmente aunque sí de forma testifical, y aún no
habiendo sido así es evidente que sí tuvo repercusión por el
personaje público ante el que nos encontramos
y los efectos
económicos negativos que ello supuso en la actividad privada de
su consulta médica. Es excesiva la cantidad solicitada de
50.000 euros y no ha acreditado el actor los pacientes que a
12
raíz de esta publicación dejaron de acudir a su clínica, y
máxime si tenemos en cuenta que durante los 8 años que estuvo
de senador viajaba a Madrid todas las semanas como manifiesta
su secretaria y solo consultaba un día a la semana. Pues bien
dice que algunos pacientes llamaban
y preguntaban por el
doctor algunos anularon sus citas si bien no puede precisar
número matizando que desde septiembre de 2015 hasta ahora son 2
o 3 pacientes de media a la semana, siendo el dato de la
pérdida de clientela quien lo pudo probar por la carga de la
prueba del art. 217 de la LEC la demandante y no ha sido así.
Se considera por tanto suficiente y ajustada a la realidad de
los hechos una indemnización de 5000 euros que de forma
solidaria debe abonar la parte demandada al actor.
QUINTO- COSTAS El art. 394 de la LEC. Estamos ante una
estimación parcial por lo que cada parte abonará sus costas.
Vistos los preceptos legales citados y demás general y
pertinente aplicación .
F
A
L
L
O
ESTIMAR PARCIALMENTE LA DEMANDA INTERPUESTA POR D. MIGUEL
ANGEL PEREZ DE JUAN ROMERO representado por la Procuradora Sra.
Trillo González y asistido del Letrado Sr. González Iglesias,
y como demandado LA VOZ DE GALICIA y D. JOSE MANUEL RUBIN
CARBALLO, representados por el Procurador Sr. Garrido Rodríguez
y asistido del letrado Sr. Rodríguez González y contra el
Ministerio Fiscal,
Y DECLARO
Que el artículo publicado en el DIARIO LA VOZ DE GALICIA,
edición Ourense, descrito en el hecho segundo de la presente
demandada cuyo autor es D. JOSE MANUEL RUBIN CARBALLO,
constituye una intromisión ilegítima
en el derecho al honor
del actor en la frase- hoy sabemos que en cuatro años no
hiciste ni una pregunta, ni una interpelación, ni nada de nada
en el senado. Cobrar y callarQue se condene al demandado a estar y pasar por esta
declaración.
Que como consecuencia de la referida declaración se CONDENE a
la mercantil LA VOZ DE GALICIA S y a D. JOSE MANUEL RUBIN
13
CARBALLO, de manera conjunta y solidaria
a indemnizar a D.
MIGUEL ANGEL PEREZ DE JUAN ROMERO en la suma de 5.000 euros en
concepto de daños y perjuicios padecidos incluido el daño moral
Se condene a la codemandada LA VOZ DE GALIICA SA a la
publicación íntegra de la sentencia que recaiga con la misma
relevancia que el artículo al que se refiere el hecho segundo
de la demanda.
No se hace especial pronunciamiento en costas.
MODO DE IMPUGNACIÓN: recurso de apelación, que se interpondrá
ante el Tribunal que haya dictado la resolución que se impugne
dentro del plazo de veinte días contados desde el día siguiente
de la notificación de aquélla.
Dicho recurso carecerá de efectos suspensivos, sin que en
ningún caso proceda actuar en sentido contrario a lo resuelto
(artículo 456.2 L.E.C.).
Conforme a la D.A. Decimoquinta de la L.O.P.J., para la
admisión del recurso se deberá acreditar haber constituido, en
la cuenta de depósitos y consignaciones de este órgano, un
depósito de 50 euros, salvo que el recurrente sea: beneficiario
de justicia gratuita, el Ministerio Fiscal, el Estado,
Comunidad Autónoma, entidad local u organismo autónomo
dependiente.
El depósito deberá constituirlo ingresando la citada cantidad
en el SANTANDER en la cuenta de este expediente 0049 3569 92
0005001274 indicando, en el campo "concepto" la indicación
"Recurso" seguida del código "02 Civil-Apelación". Si el
ingreso se hace mediante transferencia bancaria deberá incluir,
tras la cuenta referida, separados por un espacio la indicación
"recurso" seguida del código "02 Civil-Apelación"
En el caso de que deba realizar otros pagos en la misma cuenta,
deberá verificar un ingreso por cada concepto, incluso si
obedecen a otros recursos de la misma o distinta clase
indicando, en este caso, en el campo observaciones la fecha de
la resolución recurrida con el formato DD/MM/AAAA.
Así por esta mi sentencia lo pronuncio, mando y firmo.
EL/LA MAGISTRADO/JUEZ,
14
Descargar