PLATÓN EL MUNDO DE LAS IDEAS Platón a los veinte años entró en contacto con Sócrates y esto determinó decisivamente su pensamiento. En boca de Sócrates puso la mayor parte de sus propias doctrinas. 1. Planteo del problema Platón está persuadido de que el verdadero saber no puede referirse a lo que cambia, sino a algo permanente; no a lo múltiple, sino a lo uno. Por lo tanto, lo universal y uno frente a la singularidad y multiplicidad de los casos particulares. Hay un saber que lleva impropiamente ese nombre y es el que se alcanza por medio de los sentidos, éste es el conocimiento sensible; en realidad no lo se debería llamar “conocimiento”, sino opinión, ya que es siempre vacilante, confuso, contradictorio justamente porque su objeto mismo tiene estas características. El verdadero conocimiento debe ser constante, riguroso y permanente y éste es la ciencia. Platón busca lo inmutable y absoluto, lo verdaderamente real, única manera, a su juicio, de hacer posible la ciencia y la moral. 2. El modo de ser de lo sensible y el de las ideas. Los dos mundos Como lo permanente e inmutable no se encuentra en el mundo de lo sensible, Platón postula otro mundo, el mundo de las “ideas” o mundo inteligible, del que el mundo sensible es una copia o imitación. Las cosas iguales “aspiran” a ser como la igualdad en sí, pero son insuficiente o imperfectamente iguales. Constituyen una mezcla de ser y no-ser. Cosas sensibles Ideas Contradictorias Cambiantes Idénticas a sí mismas Inmutables Imperfectas Perfectas Múltiples Únicas Contingentes y particulares Necesarias y universales Copias, imitaciones Modelos Se las conoce mediante los sentidos, la opinión Se las conoce inteligencia mediante la razón, la Por lo tanto, las cosas sensibles e ideas representan dos órdenes de cosas, dos modos de ser, totalmente diferentes. Al mundo sensible se lo conoce mediante la doxa u opinión y al de las ideas o mundo inteligible, mediante la episteme o ciencia. Hay una relación entre las cosas sensibles y las ideas y ésta es una relación de semejanza o copia o imitación. Además, el preciso que el conocimiento de las ideas lo hayamos adquirido “antes” de venir a este mundo. Antes de nacer, el alma del hombre habitó el mundo de las ideas, donde las contempló y conoció en su totalidad. Al venir a este mundo y a este cuerpo, atraviesa un río del olvido, el Leteo, y ese saber suyo de las ideas se olvida, pero queda latente de manera que con las cosas sensibles que ve, va recordando. (Al ver leños iguales, “recordamos” la igualdad). Entonces aprender es recordar. 3. El conocimiento a priori Es un tipo de conocimiento independiente del conocimiento sensible. Es independiente de la experiencia, esto quiere decir que la experiencia no puede cambiarlo jamás, ni tampoco fundamentarlo. (Lo que se afirma vale con independencia de lo que la experiencia diga). Por ejemplo: “dos más dos es igual a cuatro”, esto se aprendió con ayuda de la experiencia, pero es una afirmación universal y necesaria, que vale para todos los casos y que forzosamente tiene que ser así y no puede ser de otra manera. Justamente por ser a priori, necesita que la experiencia se amolde a ella, por ejemplo, “dos marcianos más dos marcianos es igual a cuatro marcianos”, aunque no se hayan visto jamás marcianos. La diferencia de este tipo de conocimiento con el empírico se refiere al valor del conocimiento. En el caso del segundo, se tendría que decir hasta donde se ha observado “dos más dos es igual a cuatro”, pero quizás mañana o en otro lugar no suceda así. El conocimiento a priori, no es un conocimiento que se refiere a los hechos, sino que es de derecho, necesario. 4. Grados del ser y del conocer En el paradigma de la línea, se representan los distintos grados del ser, desde la nada hasta el ser en toda su plenitud, y, paralelamente, los grados del saber, desde la ignorancia hasta el conocimiento absoluto. Idea del Bien (Suprema) ENTES CONOMIENTO D. Ideas morales y metafísicas H. Inteligencia (noesis) C. Ideas matemáticas G. Entendimiento (diánoia) B. Cosas sensibles A. Imágenes No- ente F. Creencia (pístis) E. Imaginación (eikasía) Ignorancia absoluta El mundo sensible: A. Corresponde a entes cuyo ser es el más débil posible: sombras, imágenes, sueños. El estado del espíritu correspondiente se llama eikasía: imaginación o conjetura. B. Se refiere a las cosas sensibles propiamente dichas, como las casas, los caballos, las montañas. El estado del espíritu mediante el cual las captamos se llama pístis: creencia. Consiste en creencias morales correctas acerca de lo que debe hacerse, pero que no están acompañadas de conocimiento y en tal sentido, son “ciegas”. El mundo inteligible: C. Son las ideas matemáticas y los conceptos fundamentales de todas las ciencias particulares. El modo típico de conocer estos entes, se llama diánoia: entendimiento. El entendimiento posee dos características: Se vale de diagramas o dibujos que sirven a modo de puente para pasar de lo sensible lo inteligible. Por ejemplo el triángulo dibujado en el pizarrón, no es el triángulo a que el matemático se refiere en sus demostraciones, pero sirve de ayuda para pensar en éste. La segunda característica de la diánoia es que es un conocimiento hipotético, parte de una hipótesis, de un supuesto. Admite su punto de partido como si fuese algo independiente y es así como a través de supuestos, se llega a las conclusiones D. Las ideas morales y metafísicas se conocen a través de la noesis: inteligencia. Es puramente intelectual, es conocimiento de puras ideas donde todo queda perfectamente comprendido. Es un conocimiento absoluto, no-hipotético, porque cada idea se ofrecerá dentro de una serie o escala, relacionada con las ideas superiores y las inferiores, y de modo tal que la totalidad misma esté unificada por el principio supremo, que es la Idea del Bien. “Lo absolutamente ente es absolutamente cognoscible” Entonces la ciencia y la filosofía difieren en que el hombre de ciencia va de la hipótesis a las consecuencias que de ella se desprenden, en tanto que el filósofo parte de la hipótesis en busca de un principio no-hipotético. Para la ciencia, la hipótesis es una barrera, más allá de la cual no se puede proceder, en tanto que la filosofía trata de eliminar o superar las hipótesis. El rasgo que permite identificar si alguien tiene condiciones para la filosofía o no, es la capacidad de ser “sinóptico”, es decir, la facultad de ver a la vez conjuntamente, las relaciones entre las diversas ideas, lo múltiple en lo uno. 5. La dialéctica El método de la nóesis es la dialéctica, esto es, el diálogo, el discurso razonado que tiene por meta dar razón de alguna idea. La dialéctica puede ser ascendente/ descendente. Dialéctica ascendente: las ideas más particulares se subordinan a las más generales, por encima de todo está la Idea del Bien, la idea suprema, la “Idea de las ideas”, que fundamenta a todas las demás y les da sentido. Para llegar a esta idea se va desde lo sensible hasta las ideas y entonces este tipo de dialéctica es el “viaje” desde el devenir hacia el ser, desde lo múltiple hacia la suprema unidad, de las apariencias hacia la verdadera realidad, hasta llegar a algo absolutamente firme, superando las hipótesis o supuestos en que se apoya la diánoia. 6. La idea del Bien La idea del Bien es la idea suprema, es lo que otorga inteligibilidad a las ideas. Desde esta perspectiva, el Bien es fundamento gnoseológico, pero también es ontológico, ya que el Bien hace ser a las ideas. La idea del Bien constituye lo absoluto. Es lo que hace ser a las demás ideas (y por ende, a las cosas sensibles) aptas para ser conocidas o inteligidas. Se dice que algo es “bueno” cuando es útil para algo o es apto para algo. En esta perspectiva, el Bien es el fin último, aquello hacia lo cual todo se dirige, la meta suprema. El bien resulta entonces, fundamento teleológico. El conocimiento del Bien, del que depende la felicidad, tiene que incluir la comprensión del orden moral y físico del universo entero: hace inteligible al mundo. El bien es análogo al sol, que, como fuente de luz, es la causa de la visión y de la visibilidad, y por tanto de toda existencia moral. En la medida en la que la idea del Bien se manifiesta a través de toda naturaleza, se expresa la circunstancia de que todo ente tiene una dirección, algo hacia lo que se orienta o aspira, su propio “fin”, que, en definitiva, es el Bien. 7. La relación entre los dos mundos En cuanto la idea del Bien es el fundamento de todas las demás ideas, constituye a la vez el fundamento de todas las cosas sensibles, puesta que éstas deben ser su ser e inteligibilidad a las ideas: éstas son justamente el “aspecto” bajo el cual las cosas sensibles se presentan, es decir, son. Las ideas. - Tienen carácter metafísico: porque representan la realidad perfecta, verdadera, auténtica, el puro ser y valor. - Son esencias: lo que hace que los entes sean lo que son - Son la causa, el fundamento de las cosas sensibles - Representan su término, su fin, la meta de todo lo que es, su sentido Si bien ideas y cosas sensibles constituyen dos mundos aislados, esto no significa que no haya relaciones entre ellos; las cosas sensibles tienen su sentido, su explicación, su razón de ser y existir, en la idea; entre ambos mundos se da cierta correspondencia. El mundo inteligible representa el modelo del sensible, pero la dificultad está en determinar con exactitud y precisión el tipo de relación que se da entre ambos mundos. APOLOGÍA DE SÓCRATES PRIMERA PARTE: Sócrates comienza diciendo que él no es orador, simplemente van a oír la verdad. Por lo tanto, pide que no presten atención a su modo de hablar, sino que examinen si es justo lo que dice o no. En eso consiste la excelencia del juez, mientras que la del orador consiste en decir la verdad. 1. En primer lugar, será justo que se defienda de las acusaciones falsas contra él. Dice que los acusadores no dijeron nada verdadero, sino que hablaron en contra de él e intentaron convencer de que habría un tal Sócrates, hombre sabio, pensador de las cosas celestes, investigador de las subterráneas y hábil en hacer prevalecer malas razones. PRIMERA ACUSACIÓN: Sócrates es culpable, se dedica a investigar cosas subterráneas y las celestes, a hacer prevalecer malas razones y a enseñar a otros estas mismas cosas. Como esta acusación es falsa, es una calumnia, tiene derecho a defenderse: - Dice que nada de eso es verdad, que él no se dedica a la educación de los demás, ni hace dinero con eso (como los sofistas). - Distingue entre educación y un adestramiento técnico: habla de ARETÉ, que es la perfección. Él al enseñar, intenta lograr la máxima perfección posible, en relación a la bondad y justicia. (Si yo tengo caballos, tengo que entrenarlos con los mejores, si yo enseño la virtud de ser buen ciudadano, tengo que ser el más virtuoso. Virtud como perfección, bondad) - ¿Si no es sabio y no enseña, entonces cuál es su PRAGMA? (El sentido de su vida) Explica de dónde salieron las calumnias contra él. Por una cierta sabiduría que posee, pero ésta es puramente humana; en esa sabiduría le parece ser sabio. Querefón, un amigo suyo le preguntó al oráculo si había alguien más sabio que Sócrates y la pitonisa le dice que no. Cuando se entera de esto, intenta refutar al oráculo y para ello se dirigió a los tenidos por sabios. En primer lugar, examina dialoga con los políticos y se dio cuenta que éstos creían ser sabios pero en realidad, no lo eran. Se hizo odioso para estos hombres y llegó a la conclusión que él era más sabio que ellos, mientras que ellos creen saber algo que no saben, él que no sabe, tampoco cree saberlo. Luego se dirigió a los poetas que podían decir verdades, sin saber por qué las decían y además se figuraban ser los más sabios de los hombres en las demás cosas, en las cuales no eran sabios. En este caso, también se fue pensando que era superior que ellos Finalmente, se dirigió a los artesanos. Ellos entendían cosas que él no entendía, y eran en este sentido más sabio que él pero cometían el mismo error que los poetas: por dominar su arte, cada uno de ellos se creía el más sabio en otros asuntos Por lo tanto, la sabiduría que el oráculo hablaba, es justamente no considerarse sabio. Sócrates sabe que no sabe nada. SEGUNDA ACUSACIÓN: Se dice que Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer los dioses que la ciudad reconoce y de honrar divinidades nuevas. - El primer argumento de Sócrates para defenderse de esta acusación consiste en preguntar ¿Quién educa a los jóvenes? Le hace un par de preguntas a Mileto y éste termina diciendo que todos, excepto Sócrates que los corrompe. - Segundo Argumento: Sócrates entonces dice, que si corrompe lo hace involuntariamente porque es algo público. - Tercer argumento: los Dioses. Es evidente que la acusación es contradictoria, si cree en demonios, y los demonios son una especie de dioses, entonces es imposible declarar que no cree en los dioses y luego que cree en ellos, puesto que cree en demonios. 2. Se retoma el tema del pragma y dice que no se averguenza de haberse dedicado a tal ocupación por la que ahora corre peligro de muerte, ya que el hombre debe tomar en cuenta el peligro de jugarse la vida cada vez que obra, si lo que hace es justo o no lo es y si su acción es propia de un hombre valiente o cobarde. Virtudes: valentía y justicia. El temor a la muerte es producto de la ignorancia. TEMA DE LA MUERTE: dice que en el puesto donde cada uno se coloca a sí mismo, por considerarlo mejor o más honroso, ahí debe mantenerse firme, sin tener en cuenta ningún mal, ni la muerte, nada, más que el deshonor. El temor a la muerte no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, ya que es imaginarse que uno sabe lo que no sabe. Nadie sabe si la muerte no es para el hombre el mayor de los bienes; sin embargo se la teme como si se supiera con certeza que es el mayor de los males. Por lo tanto, Sócrates no va a renunciar a su pragma, no va a dejar de filosofar, no va a desobedecer al Dios. → Entonces, lo que dice el párrafo anterior es que no sabe si la muerte es mala o no, es un mal dudoso, no se tiene certeza. Pero sí sabe que seguir el pragma de Dios, es una buena acción por lo tanto no va a reemplazar una acción buena por otra que no se sabe si es buena. Va a seguir con el pragma de Dios, no le teme a la muerte. Transgredir al Dios y al pragma sí es un mal cierto. TEMA DE LA RIQUEZA: Sócrates dice que no hay que preocuparse tanto del cuerpo y de las riquezas antes que el alma y cómo hacer para volverla mejor, ya que no es de la riqueza de donde deriva la virtud, sino la virtud lo que hace a la riqueza y a todo el resto de un bien para el hombre, tanto en el orden privado como en el público. (Areté política, del buen ciudadano). 3. Habla de las consecuencias de matarlo: no lo dañarán a él, sino que a ellos mismos. Un hombre bueno va a ser dañado por el malo y va a morir injustamente. Les dice que si lo matan, no encontrarán fácilmente a otro como él y además, condenándolo, están faltando contra el don recibido del dios. Explica por qué no se dedicó a lo público, es necesario para quien quiera luchar por la justicia actuar en privado y no en público, si quiere sobrevivir aunque sea algún tiempo. A él la muerte, no le importa absolutamente nada, pero si él se hubiese dedicado a los asuntos públicos y hubiera defendido lo justo, no habría llegado a vivir tantos años. La primera parte termina diciendo que si él los persuadiera, forzándolos, mediante súplicas, les estaría enseñando a no creer en la existencia de los dioses y al defenderse, se acusaría a si mismo de no creer en ellos. Confía en los atenienses y en Dios para decidir, para lo mejor de él y de ellos: APOLOGÍA DE VALOR, VALENTÍA (En la primera parte). SEGUNDA PARTE: Sócrates es condenado, su castigo es la pena de muerte. Está convencido de que no cometió injusticia contra nadie, entonces tampoco va a cometer una contra sí diciendo que merece un castigo. Habla del destierro, este castigo no tendría sentido ya que si lo expulsaran de la ciudad, en la nueva ciudad los jóvenes acudirían a escucharlo y si él los rechazara, ellos lo harían expulsar pero si los escuchara, entonces sus padres y familiares serían quienes lo expulsaran de esta ciudad también. Pide por favor que no lo destierren TERCERA PARTE: Habla de la aceptación de su condena y de la defensa: el podría haberse lamentado y haber hecho mil cosas igualmente indignas de él, pero considera que es indigno hacer esas cosas. No se arrepiente de cómo se defendió, prefiere haberse defendido como se defendió y morir, que conservar la vida si se hubiera defendido de aquel otro modo. Es mucho más arduo escapar de la maldad, que de la muerte: él está condenado a muerte por los atenienses, sin embargo, ellos están sentenciados a maldad e injusticia perpetuas por la verdad. Ellos recibirán un castigo después de su muerte mucho más grave que el que le dieron a el al condenarlo. Es posible que lo acontecido sea un bien para él y que no se piense rectamente cuando se considera al morir como un mal. Dos concepciones de muerte: La muerte puede ser no ser nada y no sentir nada : si no se siente nada, si la muerte es como un dormir en el cual ni siquiera tenemos sueño, entonces morir es ganar mucho La muerte es un cambio de estado y migración del ama de este mundo a otro en donde están todos los muertos: si alguno llegado al Hades, liberado de éstos que se dicen jueces, encontrara a los verdaderos jueces dispensadores de justicia, tal migración valdría la pena. Sería una increíble felicidad tratar con los de allá, dialogar con ellos y examinarlos (por ejemplo con Ulises, que además de ser más feliz que ellos es inmortal por el resto del tiempo). Conclusión final: el hombre bueno no debe temer ningún mal, ni en la vida, ni después de la muerte, ya que los dioses no se despreocupan de su suerte. A él lo condenaron creyendo hacerle un daño. Les pide que cuando crezcan sus hijos y los mortifica como él lo hacia, tomen venganza de ellos si se preocupan por las riquezas o de otra cosa antes que de la virtud y si además, creen ser algo sin serlo se lo reprochen como él se lo reprochaba a ellos (a los atenienses). PLATÓN, LA REPÚBLICA TEXTO DE ALEGORÍA DEL SOL: Hay muchas cosas bellas, y así en cada caso de multiplicidad decimos que existe y distinguimos con el lenguaje. También se dice que hay algo Bello en sí y Bueno en sí, y análogamente las cosas que se postulaban como múltiples, a la inversa se las postula como una unidad, de acuerdo con una unidad única, y se llama a cada una “aquello que es”: de unas se dicen que son vistas pero no pensadas, mientras que a su vez, las ideas son pensadas, pero no vistas. Se pregunta por medio de qué se ven las cosas, a la facultad de la vista y del ser visible le falta algo. La vista esta presente en los ojos lista para que se use de ella, y el color está presente en las cosas, pero si no se añade la LUZ, la vista no vería nada y los colores serían invisibles. El sol no es la vista, pero siendo su causa, es visto por ella. El sol, puede decirse que es el hijo del Bien, que el Bien ha engendrado análogo a sí mismo. Los ojos cuando se los vuelve sobre objetos cuyos colores no están iluminados por la luz nocturna, sino por el resplandor de la luna, ven débilmente, pero cuando el sol brilla sobre ellos, ven claramente y parece como si estos mismos ojos tuvieran claridad. Si se piensa con esta idea anterior lo que conviene al alma: cuando fija su mirada en objetos sobre los cuales brilla la verdad y lo real, lo piensa, conoce y parece tener inteligencia (nous), pero cuando se sumerge en la oscuridad, entonces opina y ve débilmente opiniones (doxas) que la hacen ir de aquí para allá y parece no tener inteligencia. Lo que aporta la verdad a las cosas cognoscibles y al que conoce le otorga la facultad de conocer es la IDEA DEL BIEN (es lo más cognoscible que está más allá), que es causa de la ciencia y la verdad. Ambas cosas, la vedad y el conocimiento, sin afines al bien pero no son el Bien (hace que las ideas sean ideas y que el alma las vea, pero son a fines). Conclusión: A las cosas cognoscibles no solo les viene del bien al ser conocidas, sino que también les llega de él el existir y la esencia, aunque el Bien no sea esencia, sino algo que se eleva más allá de la esencia en cuanto a dignidad y potencia. TEXTO DE ALEGORÍA DE LA LINEA: Se habla de dos especies: la VISIBLE y la PENSABLE. Se hace una línea que divide lo opinable, de lo verdadero. Lo opinable es a lo cognoscible como la copia es a aquello de lo que es copiado. - De lo que se ve, se tiene en principio una sección de imágenes: sombras, reflejos. A la otra sección le corresponden los animales, y todo lo que crece y el género entero de cosas fabricadas por el hombre. - Hay que dividir también la sección del género pensable: en una parte de ella, el alma, sirviéndose como imágenes de las cosas antes imitadas, se ve forzada a buscar a partir de sus supuestos, marchando hacia la conclusión. En la otra, en cambio, avanza hasta un principio no-supuesto y sin recurrir a imágenes, sino con ideas mismas y por de ellas mismas. Los que se ocupan de la geometría y el cálculo adoptan determinadas cosas como si las conocieran, como por ejemplo las figuras. Las adoptan como supuestos. Por lo tanto, se sirven de figuras que se ven y hacen discursos acerca de ellas, aunque no estén pensando en ellas, sino en aquellas ideas a las cuales éstas se parecen. → De las cosas en sí que modelan y dibujan hay sombras, y ellos las usan como imágenes, buscando ver a aquellas cosas en sí que no se podrán ver salvo por el pensamiento. A esto se alude con la especie pensable: se alma se ve forzada a servirse de supuestos. La otra sección de lo pensable, la razón misma aprehende por medio de la facultad dialéctica, y hace de los supuestos no principios, sino realmente supuestos. Los supuestos son principios y los que los contemplan se ven forzados a contemplarlos por medio del pensamiento discursivo pero no por los sentidos; pero a causa de no hacer el examen avanzando hacia un principio sino a partir de supuestos, parece que no poseen inteligencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles junto a un principio y entonces, se llama “pensamiento discursivo” al estado de los geómetras y afines, pero no “inteligencia”, con lo que el “pensamiento discursivo” viene a ser algo intermedio entre la conjetura y la inteligencia. Por lo tanto, si se aplican estas cuatro afecciones a las secciones del ama: inteligencia (noesis) a la suprema, pensamiento discursivo (dianoia) a la segunda, a la tercera le asigna la creencia (pistis) y a la cuarta la conjetura (eikasía). TEXTO DE ALEGORÍA DE LA CAVERNA: 1. Relato alegórico: Hay hombre en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella, desde niños están con las piernas y cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar solo delante de sí, porque las cadenas les impiden girar la cabeza. Más arriba y más lejos de ellos hay luz de un fuego que brilla detrás de ellos, y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto y junto a éste un tabique. Del otro lado del tabique pasan sombras y entre los que pasan unos hablan y otros se callan. Los prisioneros simplemente ven las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a ellos Tienen por cosa real las sombras de objetos artificiales Si se liberara a uno de ellos y se lo forzara a levantarse y marchar mirando la luz, al hacer esto sufriría y consideraría las cosas que antes veía como más verdaderas que las que las de ahora. Si se lo forzara a mirar hacia la luz, le dolerían los ojos y trataría de eludir la luz y volver hacia aquellas cosas que podía mirar, consideran a éstas más claras que las que le muestran. Entonces, para llegar a mirar las cosas de arriba tendría que acostumbrarse. a) Primeramente, miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de las otras cosas reflejadas en el agua, luego los hombres y las cosas mismas. b) En seguida, contemplaría de noche las cosas que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y a la luna, más fácilmente que durante el día el sol y la luz del sol. c) Por fin, podría mirar el sol no en imágenes en el agua ni en otros medios, sino en sí y por sí y contemplar cómo es. Y después de esto, con respecto al sol concluiría que es lo que produce las estaciones y años y que gobierna todo lo que hay en el lugar que se ve y que es causa, de algún modo, de las cosas que ellos habían visto. d) Si él se acuerda de su morada y de la sabiduría que allí se creía tener, así como de sus compañeros de cautiverio, se sentiría feliz del cambio y se apiadaría de ellos. Si descendiera y tuviera que discriminar nuevamente aquellas sombras vería confusamente hasta que los ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran. 2. Interpretación general de la alegoría: Por un lado se compara la región que se muestra por medio de la vista a la moradaprisión, y la luz del fuego que hay en ella a la potencia del sol; otro lado, compara con el ascenso y contemplación de las cosas que hay arriba, el camino del alma al lugar pensable. En lo cognoscible lo que aparece al final, y con dificultad de la vista, el IDEA DEL BIEN: es la causa de todas las cosas rectas y bellas que en el lugar visible ha engendrado la luz y es su señor, y que en el lugar pensable es señora y productora de la verdad y del pensamiento, que es necesario verla para poder obrar con sabiduría tanto privada como públicamente. Los ojos ven confusamente por dos tipos de perturbaciones: una al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otra de la tiniebla a la luz. Habría que examinar entonces, cuál de los dos casos es: si al salir de una vida brillante se ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más brillante es obnubilado por el resplandor de la luz. La educación no es tal como la proclaman algunos (los sofistas), que sostienen que al no estar al ciencia en el alma, ellos la ponen, como si se pusiera la vista en los ojos ciegos. Al contrario, el alma de cualquiera tiene en sí el poder de aprender y el instrumento para ello, tiene que llegar a ser capaz de soportar el contemplar de la realidad y lo más brillante de lo que es, que es lo que se llama la idea del bien. Por lo tanto, la educación es la técnica de volverse del modo más fácil y la conversión del modo más complejo, pero no como si le infundiera el ver (a algo que no lo posee), puesto que ya lo posee, sino que, en caso de que se vuelva incorrectamente y mire lo que no se debe, posibilitar la conversión. Las virtudes del alma pueden ser implantadas por el hábito y el ejercicio, pero la virtud de comprender corresponde a algo divino, nunca pierde su potencia, y según a donde sea dirigida, es útil y provechosa, o bien inútil y perjudicial. Si desde niño se arranca lo que en esta naturaleza es plomífero, afín a lo que deviene, y que por medio de excesos en la mesa, placeres de esa índole y lujuría, que inclinan hacia abajo la vista del alma, entonces, desembarazada de esos pesos se volvería hacia las cosas verdaderas, y con este poder en los mismos hombres verá del modo penetrante con que ve las cosas a las cuales ahora está vuelta. (ASCESIS) Es una tarea de ellos, los fundadores de la Polis, obligar a los hombres de naturaleza mejor dotados a emprender el estudio supremo, contemplar el Bien y llevar acabo aquel ascenso, y tras haber ascendido, no permitirles permanecer allí dispuestos a descender. 3. Consideraciones finales: (ver del texto) Análisis de la Alegoría de la caverna, según el texto de Carpio En esta alegoría, Platón muestra por un lado la relación que existe entre los dos mundos, y por el otro, expresa la condición y el destino del hombre. La caverna representa nuestro mundo, el mundo sensible; y el exterior de la caverna representa el mundo real, el mundo de las ideas, cuya forma más alta, el Bien, está simbolizada por el sol. El mundo sensible resulta ser un mundo de sombras y apariencias. Los hombres que viven en la caverna son prisioneros, y esto se debe a que su alma está como prisionera en ese mundo. Los prisioneros de la caverna, es decir, nosotros mismos, en este mundo sensible, no tenemos ni libertad ni verdadero conocimiento. Como el “drama” de la alegoría consiste en “liberar” al prisionero para llevarlo hacia lo alto y terminar por sacarlo de la caverna, la ficción narra el proceso de des-animalización del hombre, el proceso de humanización o educación hasta llegar a su realización plena. La alegoría tiene tres partes: 1. Descripción de la caverna, los prisioneros y la vida que éstos llevan 2. Liberación y ascenso de un prisionero 3. El regreso al antro 1. La alegoría pretende representar simbólicamente nuestra naturaleza, nuestro ser- hombres. La situación en la que se encuentran los prisioneros es la situación con que comienza nuestra vida humana: comenzamos como “dormidos”, es decir, “olvidados”. En primera instancia, vivimos en el anonimato, en el olvido de nosotros mismos. En la mayor parte de nuestros actos no nos comportamos como personas autónomas que libremente deciden que hacer, sino que hacemos lo que la “gente” hace. Estas actitudes se adoptan por imposición del medio social en el que se vive y esto nos impide descubrirnos en lo que nosotros mismos somos. Para poder llegar a la verdad que se encuentra tras los fenómenos de este mundo sensible, es necesario eliminar el error. Los prisioneros no ven nada más que las sombras que se proyectan en el fondo de la caverna, y como éstas son lo único que conocen, las toman por la realidad. Por lo tanto, los prisioneros se encuentran en el estado de espíritu llama eikasía: la forma inferior en la escala del “saber”. En estas condiciones, los hombres no tienen ni libertad ni verdadero conocimiento 2. La liberación trata de liberar al prisionero de su ignorancia, de su falta de pensamiento; y ello va a acontecer como aprendizaje del pensar. Al principio, se encuentra en un estado de confusión, se siente perdido porque todo lo anterior le parecía claro y evidente, pero ahora ve todo borroso y oscuro, a pesar de que se trate de cosas más verdaderas y reales que las que antes percibía. Luego, va a haber un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias. Éste es un proceso gradual: primero aprenderá a diferenciar las sombras de las cosas exteriores a la caverna, luego sus imágenes reflejadas, más tarde las cosas mismas, más adelante los cuerpos celestes de noche, luego de día y finalmente el sol. Ésta es una de las enseñanzas de la alegoría: la necesidad de proceder gradualmente en el orden de la educación. El liberado va a descubrir al sol como la causa suprema, la ideal del Bien. Finalmente, va a recordar la vida que llevaba en la caverna y siente alegría por haberla dejado, aunque también siente compasión por sus compañeros que aún viven en las sombras, en un “saber” que no es verdadero y que se basa de la opinión, de la imaginación. El prisionero es el filósofo, pero cuando el filósofo llega al conocimiento, debe volver al antro en donde están sus compañeros, porque tiene la misión de de cumplir con los demás seres humanos, una misión educativa de conducirlos también a ellos hacia la verdad. 3. Con el regreso, se produce un nuevo enturbiamiento de la vista, pero producido ahora por un fenómeno inverso al interior: porque en este caso no es el exceso, sino la escasez de luz lo que lo causa. Los prisioneros atribuyen la torpeza del liberado al hecho de haber salido al exterior de la caverna; por lo tanto, consideran como perjudicial salir del antro. La alegoría concluye señalando la inadaptación del filósofo al mundo de las sombras, está alienado. Solamente en un Estado perfecto se suprimiría toda alienación y el hombre podría realizarse en la plenitud de sus posibilidades, pero el Estado perfecto no es más que un ideal irrealizable, pero que sirve como modelo, como guía para nuestro conocimiento y valoración. EL “FEDÓN” DE PLATÓN El aprendizaje no es otra cosa que reminiscencia, es necesario que en algún tiempo anterior hayamos aprendido las cosas que ahora se nos hace recordar. Pero esto sería imposible si nuestra alma no existiese en algún lado antes de nacer en la figura corporal humana, entonces el alma parece ser inmortal. PRIMER ARGUMENTO - Si alguien se acuerda de algo, es necesario que lo haya conocido en algún momento anterior. - Hay reminiscencia cuando el saber adviene de un cierto modo: cuando alguien no sólo conoce aquello, sino que también piensa en otra cosa cuyo conocimiento no es el mismo, sino distinto, nos ha hecho acordar de aquello de lo cual nos ha venido el pensamiento. Por ejemplo: nuestro conocimiento de un hombre es distinto que el de una lira, entonces cuando se reconoce una lira y se concibe a partir de ésta, la figura corporal del joven al que pertenece la lira, esto es reminiscencia. - Hay reminiscencia cuando se lo experimenta a propósito de cosas que uno ha olvidado a causa del tiempo transcurrido sin haberlas visto. Entonces uno puede acordarse de un hombre al ver dibujado un caballo, o bien uno puede acodarse de un hombre al ver dibujado un hombre. Es por esto, que hay reminiscencia tanto a partir de cosas semejantes, como a partir de cosas desemejantes. ¿Hay algo igual? Lo Igual en sí, ¿Es algo o no es nada? : Es algo y se tiene su conocimiento a partir de cosas, que al verlas iguales, se piensa en lo que es distinto de ellas. No son lo mismo las cosas iguales y lo Igual en sí, pero es a partir de esas cosas iguales, aun siendo distintas de aquello Igual, que se piensa y se adquiere su conocimiento. En la medida que, tras ver una cosa, a partir de su visión se piense en otra (semejante o desemejante), es forzoso que se haya producido una reminiscencia. Antes de que comenzáramos a ver, oír o percibir, necesariamente adquirido el conocimiento de lo que es Igual en sí. Es decir, inmediatamente después de nacer vemos, oímos y disponemos de los otros sentidos, pero es necesario que hayamos adquirido el conocimiento de lo Igual. Parece forzoso que lo hayamos adquirido antes de nacer. Pero entonces, si se adquirió antes de nacer y nacemos contando con él, es por eso que conocemos antes de nacer como inmediatamente después de haber nacido, y no solo lo Igual, lo Mayor y lo Menos, sino también todas las cosas de esta índole. El saber es entonces, tras haber adquirido un conocimiento, retenerlo y no perderlo. Es decir, recuperar lo que adquirimos antes de nacer a través de los sentidos. Entonces hay dos posibilidades: Todos nacemos conociendo las cosas en cuestión, y continuamos sabiendo a lo largo de la vida Posteriormente al nacimiento, los que aprenden no hacen más que recordar y el aprendizaje sería reminiscencia (Al nacer olvidamos, pero no totalmente porque si no, no podríamos recordar): ¡esta es la opción correcta! Entonces, las almas antes de existir en una figura humana, existían separadamente de los cuerpos y poseían inteligencia, ya que si existe lo Bueno, lo Bello y toda realidad de esa índole, y si a estas cosas referimos todo lo que percibimos, descubriendo que las mismas existían anteriormente y que entonces el conocimiento de ellas nos pertenecía, y si con ellas comparamos lo que percibimos, es forzoso entonces que así como ellas existen, exista también nuestra alma antes de que nosotros nazcamos. SEGUNDO ARGUMENTO: (Se demostró la existencia del alma antes de nacer, pero no se demostró que siga existiendo después que morimos) Todo lo que vive se genera a partir de lo que está muerto. Si por un lado, el alma existe antes de nacer, y por otro ingresa necesariamente a la vida y nace sólo a partir de la muerte y del estar muerto, es forzoso que exista después que muere, dado que debe nacer nuevamente. Argumento de la afinidad del ama con las ideas: A lo que ha sido compuesto y lo que es por naturaleza compuesto, le corresponde dividirse. Si una cosa resulta ser no-compuesta, no le va a suceder esto. Por lo tanto, Las cosas que se comportan siempre idénticamente y del mismo modo, son no compuestas. Como estas cosas son invisibles y no perceptibles a la vista, se las puede aprehender a través del uso racional de la mente. Las cosas que se comportan de manera cambiante y jamás idénticamente, son compuestas: la realidad, lo Igual en sí, lo Bello en sí, lo que cada cosa es (lo real), las cosas bellas como por ejemplo hombres, caballos, jamás se comportan del mismo modo. A todas estas cosas se las puede tocar, ver, percibir por los sentidos. Entonces, existen cosas perceptibles a la vista y otras invisibles. Las primeras jamás se comportan idénticamente, mientras que las segundas sí. Nosotros tenemos CUERPO y ALMA: - Cuerpo es perceptible a la vista - Alma es invisible, no es perceptible a la vista El alma es más semejante al cuerpo a lo invisible, mientras que el cuerpo es más semejante que a lo perceptible Se habla de dos caminos del alma: 1. El alma, cuando se sirve del cuerpo para examinar algo (porque examinar a través de los sentidos, es hacer por medio del cuerpo), es arrastrada por el cuerpo a lo que nunca se comporta idénticamente, y anda entonces errando, mareada a raíz de haber tomado contacto con tales cosas. 2. Cuando el alma examina sola y por sí misma, parte hacia el lugar de lo puro, siempre existente, inmortal y que se comporta del mismo modo; y entonces por ser afín a esto, se queda por siempre a su lado, en la medida que permanece sola en sí misma. (El alma contempla aquello que le es afín, es semejante a lo divino). A este estado del alma se lo llama SABIDURÍA. Cuando alma y cuerpo están juntos, la naturaleza asigna a uno ser esclavo y ser mandado, al otro mandar y ser amo. Lo divino corresponde por naturaleza a mandar y dirigir, mientras que lo mortal corresponde a ser mandado y servir. Por lo tanto, el alma se parece a lo divino, mientras que el cuerpo se parece a lo mortal. De esto se puede concluir que el ALMA es lo más semejante que hay a lo divino: - Inmortal: eterna, siempre existió y siempre existirá - Inteligible - Único en su aspecto - Indisoluble - Se comporta siempre del mismo modo e idénticamente a sí mismo En tanto que el CUERPO es lo más semejante a lo humano: - Mortal - No inteligible - De múltiples aspectos - Disoluble - Jamás se comporta idénticamente a sí mismo Cuando el hombre muere, lo que hay de visible en él y que está situado en un lugar visible, es el cuerpo a lo que también se lo llama cadáver, a esto le corresponde disolverse, desintegrarse y evaporarse. En cambio, el alma, lo invisible, marcha hacia aquel lugar distinto, noble, puro e invisible, justo al dios bueno y sabio. Influencia del modo de vida en el ulterior destino del alma Si alma se separa pura, sin arrastrar nada del cuerpo, parte hacia lo que le es semejante, lo invisible, divino, inmortal y sabio; y cuando llega allí, le es permitido alcanzar la felicidad. Esto le ocurre a los que cultivaron la virtud común, la del buen ciudadano, a la que denominan “templanza” y “justicia” y que se genera del hábito y del ejercicio, mas no de la filosofía y del intelecto. Es posible que vayan a parar nuevamente a una especie civilizada y mansa como ellos (en ese sentido son los más felices). Si por el contrario, el alma se separa del cuerpo sin purificar, como el ama se asoció con el cuerpo, se acostumbró a odiar, temer y huir de lo que está oculto para los ojos y es invisible, aunque sea inteligible y captable para la filosofía. El alma es arrastrada nuevamente hacia el lugar visible, por temor de lugar invisible que es llamado Hades. Las almas que andan errantes, son la de los malos. Y andan errantes hasta que, por obra del deseo de lo corpóreo (que sigue acompañándolas), son aprisionadas nuevamente en un cuerpo con caracteres semejantes a los que cultivaron durante la vida. Los dioses no le permiten el acceso a quienes no filosofaron y por consiguiente, no partieron de este mundo completamente puro, esto sólo se le permite a quien ama aprender. El que ama aprender sabe que: - Cuando la filosofía se hizo cargo de su alma, ésta se hallaba encadenada en el cuerpo, forzada a examinar las cosas no por sí misma, sino a través de su encarcelamiento, y revolviéndose en una total ignorancia. - Una vez que la filosofía se hace cargo de su alma, la exhorta a intentar liberarse, mostrándole que el examen a través de los ojos, de los oídos y de los otros sentidos está colmado de engaños. Por lo tanto, no habrá ningún peligro que temer en el sentido de que el alma sea desmenuzada al separarse del cuerpo, que se esfume en cuanto salga de él y no subsista en alguna parte TEXTITO DE PROTÁGORAS Conclusiones: - No está en la naturaleza del hombre el deseo de ir tras lo que considera malo con preferencia a lo bueno, y que, en caso de verse obligado a escoger entre dos males, nadie escoge el mayor, pudiendo escoger el menor. Lo que se teme es lo que se considera malo, nadie busca ni toma lo que considera malo. (Es decir, nadie va hacia lo malo intencionalmente. Se explica al mal como la ignorancia de las cosas buenas. Si hago el mal es porque desconozco el verdadero bien) - La cobardía es la ignorancia de las cosas terribles y de las no terribles. El valor es lo contrario a la cobardía. La sabiduría de las cosas temibles y no temibles es valor y esto es lo contrario de la ignorancia de estas materias. Es insostenible que existan hombres muy ignorantes y al mismo tiempo, muy valientes. (Entonces, el valiente y el cobarde, ambos tienen miedo, pero la diferencia está en que el valiente sabe a qué temerle y ataca a pesar del miedo.) Resumen Banquete – Platón. La narración se sitúa en el banquete organizado por el poeta trágico Agatón para celebrar su victoria en las fiestas Leneas del 416 a. C. Tras la comida, Erixímaco pide que cada uno de los invitados improvise un elogio a Eros. Tras el discurso de Aristófanes el turno llega a Agatón y después a Sócrates, que comienza con un irónica introducción en el que advierte de que no elogiará a Eros faltando a la verdad sobre él sino que contará lo que sabe del amor sin callar lo que no sea hermoso. Sócrates explica que fue instruido en asuntos amorosos por Diotima, una sabia mujer de Mantinea Ella le hace un par de preguntas a Sócrates en las cuales terminan definiendo algunos puntos como que el amor, es amor a lo que no se posee o a poseer eso que se posee en un momento eternamente, asegurando para el porvenir. Discuten también que si se dice que el amor es amor a lo bello, quiere decir que este falto de belleza y que por lo tanto el amor es feo. Este punto es criticado por Diotima diciendo que no todo lo que no es bello es feo, y que de esto se trata el amor, ya que mismo la figura de Eros es una dualidad entre Dios y lo Mortal, es un gran demonio. La función propia de un demonio consiste en servir de intérprete entre los dioses y los hombres, llevando de la tierra al cielo los votos y el homenaje de los mortales, y del cielo a la tierra las voluntades y beneficios de los dioses. Explica esta dualidad contando el origen de Eros, hijo de Expedito (dios) y de Apurada (pedía limosna), es pues, hijo de algo delicado, bello y a su vez de algo sucio, errabundo, indigente. Esta entre la sabiduría y la ignorancia. El concepto central de estas enseñanzas es la sublimación del amor, proceso por el cual el amor a un cuerpo bello ha de conducirnos a amar todos los cuerpos bellos y tras ello al amor de todas las cosas bellas y de la Belleza en sí que, para Sócrates y Platón, que habla a través de él, resulta idéntica a lo Bueno. Primera definición de amor: deseo poseer eternamente las cosas bellas y buenas para ser feliz. Segunda definición de amor: la obra del amor es el engendramiento en belleza, engendramiento según el cuerpo y según el alma, en cosas buenas y bellas por su unión y procreación en lo bello. Es cosa divina, que pasa de inmortal a mortal. Asegurar perpetuación de la especie y del conocimiento. Ascensión del amor: 1. 2. 3. 4. Amo a un cuerpo bello y engendra en el razonamientos bellos Amo a muchos cuerpos bellos Amo la belleza corporal universal (arte) Amo la belleza del alma aunque este en un cuerpo indiscreto (de lo que en ellas es bello: sentimientos y acciones) 5. Amor a las ciencias 6. Amo la belleza en si (lo inmutable, idéntico, una e incorruptible) 7. Amo la virtud en si (el saber absoluto) ARISTÓTELES El mundo de las substancias Aristóteles es el discípulo de Platón. Estos dos pensadores constituyen dos tipos clásicos de todo posible filosofar, los modelos de dos actitudes contrapuestas frente a la realidad: Platón representa al idealista, al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo, que no es este mundo sensible, sino un mundo perfecto, de idealidades eternas y absolutamente excelentes y bellas. Aristóteles, en cambio, representa el “realismo”, porque para él el verdadero ser no se halla en aquel trasmundo de las ideas platónicas, sino en este mundo concreto en que vivimos y nos movemos todos los días. Por lo tanto, Platón se dirige al mundo de las ideas, mientras que Aristóteles se dirige al mundo sensible y cotidiano que todos conocemos. Críticas a la teoría de las ideas Aristóteles afirma la “idea”, lo universal, lo racional y sostiene que el único objeto posible de conocimiento verdadero es la esencia, el ente inmutable que sólo nuestra razón capta. Pero lo que no comparte con Platón, es la supuesta necesidad de establecer dos mundos separados: segregar las ideas o esencias de las cosas sensibles. Sus críticas pueden resumirse en cuatro puntos: 1. La filosofía platónica representa una innecesaria duplicación de las cosas. Platón afirma que hay dos mundos, el sensible y el inteligible pero entonces en vez de resolver el problema metafísico (determinar el fundamento de todos los entes), lo complica; puesto que en vez de explicar un mundo, habrá que explicar dos. Hay un principio de economía que dice que “el número de los entes no ha de multiplicarse sin necesidad”. De acá que, en la medida que Platón postula dos mundos, no hace otra cosa que complicar el problema. 2. La segunda crítica se refiere a la manera cómo Platón intenta explicar la relación entre los dos mundos. Para explicar qué son las cosas sensibles, dice que son copias de una idea. Según Aristóteles, expresiones como “copia”, “modelo” no son en realidad verdaderas explicaciones. Platón se vale de metáforas, se refugia en imágenes literarias y en este sentido, se queda atado al mundo de los mitos. 3. No se ve ni cómo ni por qué dadas las ideas, que son estáticas, inmutables, tenga que haber cosas sensibles, que son esencialmente cambiante Lo permanentemente estático y siempre idéntico a sí mismo, no puede ser causa del devenir. 4. “Argumento del tercer hombre”. Según Platón, la semejanza entre dos cosas se explica porque ambas participan de la misma idea. Por ejemplo, Juan y Pedro son semejantes porque ambos participan de la idea “hombre”. Pero como también hay semejanza entre Juan y la idea hombre, será preciso suponer una nueva idea “el tercer hombre”. Este procedimiento es infinito y no hace más que postergar la explicación, de modo que el problema queda siempre abierto. Las categorías Según Aristóteles, la realidad es este mundo de cosas concretas en que vivimos, y de este tema se ocupa la metafísica. Él llama a esta disciplina “filosofía primera” y la define como un saber que se ocupa del ente en tanto ente y de lo que en cuanto tal le compete. Pero la palabra “ente” tiene muchos significados, el ser se dice de muchas maneras. Tales maneras se reducen a dos fundamentales: El modo de ser “en sí”: se trata de un ser independiente. Una mesa por ejemplo, es un ser en sí, es justamente un ente tal. (Substancia) El modo de ser “en otro”: son modos de ser en tanto están en otro ente, en tanto inhieren en él. Por ejemplo, el color o la cantidad. Nunca encontramos un color que exista de por sí. (Accidente) El ser “en sí” lo llama Aristóteles substancia o ousía. Este ente individual y concreto, constituye el sujeto último de toda posible predicación, es decir, sólo puede ser sujeto y nunca predicado de un enunciado. La substancia es ente individual y concreto, la cosa sensible, por oposición a las ideas platónicas, que eran universales, abstractas e inteligibles (no sensibles). A todos los demás modos de ser (el ser “en otro”), se los denomina accidente. Estos son nueve: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, posesión, acción y pasión. Un ejemplo de substancia es caballo, todos los demás modos de ser, es decir, los accidentes se refieren al caballo. A estas diez maneras según las cuales algo es, a estas maneras de enunciar que expresan las formas fundamentales de ser: substancia y accidentes, las llamó Aristóteles categorías. Estructura de la substancia: forma y materia, acto y potencia La substancia no es algo simple, sino que está constituida por dos factores que Aristóteles llama materia y forma. Éstos no se dan nunca aislados. La materia es aquello “de qué”, esto es, aquello de lo cual algo esta hecho, su “material”. La materia es lo indeterminado, lo pasivo, contenido o material de algo, aquello “de que” este algo está constituido; y su determinación no la tiene de por sí, sino que la recibe de la forma. (Materia no tiene nada que ver con el materialismo, materia ya dotada de forma) La forma es el “qué” de la cosa. No significa la figura, sino que equivale a “esencia”, y corresponde a la “idea” platónica. La forma es determinante, lo activo, lo que le da “carácter” a la cosa. Le imprime una forma a la materia y de este modo la hace “ser” lo que en cada caso es. (Aristóteles también la llama “substancia segunda”). A partir de todo esto, se puede ver que Platón había enseñado que la verdadera realidad, y lo propiamente cognoscible, se encuentra en las ideas, Aristóteles señala lo que la cosa es, lo real, reside en la forma; y es ésta, no la materia, lo propiamente cognoscible en la cosa: se conoce algo cuando se capta su forma, operación que no realizan los sentidos, sino el intelecto. Mientras que Platón colocaba las ideas en un mundo suprasensible, trascendente, para Aristóteles las formas son inmanentes a las cosas sensibles; materia y forma coexisten en este mundo sensible como dos aspectos inseparables de una sola realidad. Todo lo que se dijo se refiere a las cosas sensibles consideradas estáticamente, encarando la materia y la forma en estado de equilibrio. Y entonces, considerada la cosa en su movimiento, se observará que el equilibrio entre forma y materia es inestable, de manera tal que, o bien se da una preponderancia creciente de la forma sobre la materia, o bien, a la inversa, de la materia sobre la forma. Para pensar este dinamismo o desarrollo, Aristóteles introduce dos nuevos conceptos: ACTO Y POTENCIA. La potencia es la materia considerada dinámicamente, esto es, es sus posibilidades. Por ejemplo: el árbol es una mesa, esto es una posibilidad (el árbol es mesa en potencia). El acto es la forma dinámicamente considerada, es decir, la forma realizada, consumada. El árbol que vemos es árbol en acto. Acto se opone a potencia, como realidad se opone a posibilidad. Algo “real” por oposición a “posible” o “potencial”. El cambio y las cuatro causas Los conceptos de potencia y acto permiten llegar a la solución del problema del movimiento. Aristóteles logra pensar que el cambio consiste en el pasaje de la pontencia al acto. De esta forma, distingue cuatro tipos de cambio: 1. Cambio o movimiento substancial, por el cual una substancia viene al ser, aparece, nace; o por el contrario, se destruye, corrompe o muere: generación y corrupción. Los 2. 3. 4. otros tres tipos lo son de cambio accidental El cambio cuantitativo: aumento o disminución El cambio cualitativo o alteración (como por ejemplo el cambio de color de los cabellos) El cambio local o de lugar (lo que corrientemente llamamos movimiento) Para explicar más a fondo el cambio, Aristóteles elabora la teoria de las cuatro causas. La misma sostiene que todo cambio tiene una causa: no creemos conocer nada antes de haber captado en cada caso el por qué, es decir, la primera causa. Aristóteles distingue así, cuatro causas: formal – final – eficiente – material La causa formal es la forma. La forma es causa de algo, determina ese algo y lo hace ser lo que es. Es la forma específica del ente que se trate y que estará más o menos realizada en la cosa. La forma es causa final ya que constituye el “fin”, aquello hacia lo que el individuo se orienta, aquello para lo cual algo es, es decir, el bien. La perfección a la que la cosa tiende. La causa eficiente es el motor o estímulo que desencadena el proceso del desarrollo. No se encuentra en el individuo de que se trate sino en otro diferente: causa eficiente del niño será el padre, es decir, la forma específica en cuanto está incorporada al padre. Mientras que la causa final opera como meta, por así decirlo, desde adelante, la causa eficiente opera “desde atrás”, y es relativamente exterior a la cosa en desarrollo. La causa material es la materia, condición pasiva, pero necesaria como substrato que recibe la forma y se mantiene a través del cambio. En cuanto toda substancia sensible está constituida por materia, materia significa potencia, y la potencia significa algo aún no realizado, imperfecto. Materia como posibilidad o potencialidad aún no realizada. (Las cuatro causas pueden reducirse a dos, forma y materia) Las escalas de la naturaleza Para Aristóteles la realidad está constituida por las cosas individuales y concretas, lo que las hace ser o les da la realidad, es la forma, o mejor dicho, el acto. La relación entre forma y materia no constituye un estado de equilibrio, sino más bien de de predominio de uno de los dos principios. Aristóteles dispone a los entes en una serie de grados entre los extremos de la pura materia y del acto puro (Yendo de abajo hacia arriba). - Primer grado: pura materia o materia prima, una materia sin nada de forma, pura potencia. Pero materia que fuese nada más que materia, totalmente desposeída de forma, no puede ser nada existente, nada real, sino pura posibilidad. La materia prima entonces, no puede ser nada más que un supuesto ilógico. Por lo tanto, no puede estar constituido por la materia pura, sino ya por un cierto grado de actualidad, el menor posible, pero algo. Aquí se encuentran los cuatro elementos sublunares: tierra, agua, aire y fuego (La materia existente más elemental posible, las cosas sensibles más simples) - Segundo grado: constituido por las substancias homeoméricas, es decir, aquellas cuyas partes son homogéneas. (Si se corta un pedazo de madera, se obtendrán dos trozos de madera) - Tercer grado: lo constituyen los cuerpos anomeóricos, los órganos, por ejemplo el corazón. (Si se corta un corazón en dos, no se obtienen dos corazones) - Cuarto grado: se encuentran las plantas, el reino vegetal. - Quinto grado: lo constituye el reino animal. La forma la constituye el almo o vida sensitiva, cuyas funciones son la capacidad de tener percepciones, y, en consecuencia, la facultad de placer y dolor, y la apetición o facultad de desear. - Sexto grado: está constituido por el hombre. Su materia próxima es la vida sensitiva, y si forma es el alma racional, la razón. La razón es la capacidad de conocer las formas. El entendimiento humano tiene la potencia, es intelecto pasivo, de captar la forma. Es necesaria la acción del intelecto activo, el cual obra “como la luz”, “ilumina” la forma, o sea permite que el intelecto pasivo la reciba, es decir, que la piense. Este intelecto agente, superior al humano y que le viene a éste de fuera, no aclaró Aristóteles qué es concretamente; pero los intérpretes lo identifican con Dios. Dios Aristóteles se plantea el problema si por encima del hombre no hay todavía alguna forma de ser superior. Ya se dijo que no hay ni puede haber materia pura, puede preguntarse si no habrá un ente que sea puro acto, sin nada de potencia, algo que sea plenamente, de manera perfecta. Aristóteles contesta afirmativamente y que sostiene que es necesaria la existencia de tal ente, sino no podría explicarse el hecho del movimiento. Necesariamente debe haber un primer motor inmóvil, es decir, algo que esté siempre en acto. Acto puro, todo lo que sea lo será plenamente y de una vez y para siempre. Este absoluto extremo respecto de la (inexistente) materia pura, es algo eminentemente real e inteligible y bueno, y, en una palabra, es Dios. Este acto puro es: Inmaterial: carece de materia o potencia Espiritual Inmutable: si cambiase tendría potencia, la potencia de cambiar Autosuficiente: si dependiese de otra cosa, tendría algo de potencialidad “Pensamiento del pensamiento”: Un ente de tal tipo no puedo consistir sino en el pensamiento; su actividad es pensar. Pero por lo mismo que es autosuficiente, no puede pensar algo diferente de sí. Por lo tanto, se piensa a si mismo, puesto que es lo mejor, y su pensamiento es pensamiento de pensamiento Es causa del movimiento, dado su perfección tendrá que mover sin ser él movido, “mueve como el objeto del amor”. Todo el universo tiende hacia él como hacia el último fin y forma última de la realidad toda METAFÍSICA I Todos los hombres desean conocer. Prefieren la vista entre todos los sentidos, ya que ella proporciona más conocimiento y permite observar peculiaridades de las cosas. Mientras los animales viven con imágenes y recuerdos, partiendo escasamente de la experiencia, el género humano se vale de la técnica y la en este caso, la experiencia nace del recuerdo. Muchos recuerdos referentes a una misma cosa, dan por resultado una experiencia. No sólo se necesita del recuerdo para aprender, sino también la capacidad de percibir sonidos. - La inexperiencia engendra el azar La experiencia engendra la técnica: nace la técnica cuando de un conjunto de nociones empíricas, se elabora un único juicio universal válido para todos los casos semejantes. Formular el juicio es propio de la experiencia, pero saber por ejemplo que un medicamento curó a todos los individuos que padecían cierta enfermedad, es cosa de la técnica. La experiencia entonces, es conocimiento de lo particular, mientras que la técnica lo es de lo universal. El obrar y el devenir pertenecen al dominio de lo particular. Si se conoce lo universal, pero no el individuo, se incurrirá en errores de tratamiento, ya que es el individuo quien debe ser tratado. Los empíricos saben que una cosa es, pero ignora el por que; los técnicos, en cambio, conocen el por qué y la causa. Los maestros de obras no son más sabios por su destreza práctica, sino porque conocen las causas. El signo distintivo entre el sabio y el ignorante es la capacidad de enseñar, y es por esto que la técnica es en más alto grado ciencia que la experiencia, porque los técnicos pueden enseñar y los otros no. Hay dos tipos de técnicas, unas son inventadas por necesidades y otras por agrado. Los inventores de las últimas, fueron tenidos por más sabios, porque sus ciencias no estaban enderezadas a la utilidad. La SABIDURÍA es la ciencia que se ocupa de determinados principios y de determinadas causas. ¿De qué causa y de qué principios la sabiduría es ciencia? (PRIMERO MENCIONA LAS COSAS, SON LOS PUNTITOS Y DESPUÉS VUELVE A DECIR ALGO DE CADA UNO, PERO NO LOS REFUTA. IMPORTANTE PARA EL PARCIAL, SON LAS CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA PRIMERA) En la medida de lo posible, el sabio conoce todas las cosas sin tener en la particular la ciencia de cada una de ellas El sabio es capaz de conocer lo más difícil y lo que no es fácilmente accesible al conocimiento humano, pues siendo el conocimiento sensible común a todos, es fácil y no tiene un ápice de sabiduría Quien posee un conocimiento más riguroso de las causas y quien es más capaz de enseñarlas es, el más sabio. Entre las ciencias, la más deseable por sí misma y, por el saber que proporciona, se considera que es en mayor medida sabiduría que la que sólo es deseable por los resultados La ciencia dominante es en mayor medida sabiduría que la auxiliar, pues no es competencia del sabio recibir órdenes, sino prescribirlas (El menos sabio es quien debe estar sometido) - El conocimiento de todas las cosas pertenece necesariamente a quien posee la ciencia de lo universal, porque éste conoce las cosas particulares que lo universal incluye - Los conocimientos más universales para el hombre, son los más difíciles de adquirir, porque son los más alejados de las sensaciones - Las ciencias más rigurosas son las que en mayor medida se ocupan de los primeros principios, la ciencia que se ocupa de las causas es en mayor medida instructiva que la que no lo hace - El saber y el conocer, se realizan más plenamente en el conocimiento de lo más cognoscible, lo más cognoscible son los principios primeros y las causas. A través de los principios y a partir de ellos, se conoce lo demás - La ciencia dominante y superior es la conoce en virtud de qué fin ha de hacerse cada cosa, pero, para cada individuo, este fin es el bien y, en general, el objetivo del proceso natural. Por lo tanto, es la ciencia universal, la más difícil, la más rigurosa, la más apta para la enseñanza y la más cognoscible por conocer los primeros principios y causas. La ciencia ha de escrutar los primeros principios y las causas, pues el bien, es decir, el fin, es una de las causas. Mediante la admiración, los hombres comenzaron a filosofar. Quien se encuentra perplejo ante una dificultad y quien se admira, reconoce su propia ignorancia. Así, los primeros filósofos se dieron a filosofar para huir de la ignorancia, persiguiendo el saber que era consideración del conocimiento, y no por su utilidad. Ésta es la única ciencia libre, ya que es la única que tiene su propio fin. La ciencia es divina: es la que Dios posee, porque es la de los primeros principios y las causas, de la cual todo depende y además, trata de Dios. Por lo tanto, Dios piensa en sí mismo. Se debe procurar la ciencia de las primeras causas (decimos que conocemos una cosa cuando consideramos conocer su causa primera). Se habla de causa en 4 sentidos diferentes: 1. Causa a lo ousía o a “lo que es ser esto” 2. Causa de la materia o del sustrato 3. Principio de movimiento 4. El fin y el bien METAFÍSCA 12 I. La indagación se ocupa de la ousía, de la substancia, de lo que es en sí. No importa si se considera al mundo como un todo o bien, como una sucesión de eventos, la substancia es siempre primera, después de ella viene la cualidad y la cantidad. A éstas últimas no se las puede llamar seres, no se puede decir por ejemplo que el blanco es, sino que el blanco es en algo (en la substancia). La cualidad, la cantidad son categorías, son siempre en la ousía, no existen separadas de ella. Lo único que existe separado es la ousía. Hay tres tipos de ousías: - - Sensibles Eterna: son el cielo y las estrellas, éstos no se generan ni se corrompen. Sufren un solo tipo de movimiento que es el movimiento local. Corruptible: comprende las plantas, los animales, los hombres. Se generan y se corrompen y poseen los cuatro tipos de movimientos Inteligibles: Dios, es una ousía eterna e inmóvil. La ciencia que se ocupa del estudio de las ousías sensibles es la física (porque involucran movimiento), mientras que la ousía inmóvil incumbe a otra ciencia que es la teología. VI. Como hay tres clases de ousías, siendo dos las naturales (las sensibles, estudiadas por la física) y una la inmóvil hay que probar la existencia de esta última: la de una ousía eterna e inmóvil. Probar esto es igual a probar la existencia de dios, dado que ¿cuál puede ser la causa que explique la existencia de esa ousía? Debe ser algo que no se mueve y que sea eterno, éste va a ser DIOS. Hay dos determinaciones de la substancia que no se engrandan, ni se corrompen. Estas son: TIEMPO y el MOVIMIENTO. - Movimiento: es eterno, siempre hubo movimiento y siempre habrá movimiento, dado que el movimiento no puede surgir de un no-movimiento - Tiempo: también es eterno, no puede haber un antes del tiempo, esto es pensar en el tiempo. (Como el movimiento no se genera ni se corrompe, entonces el movimiento tampoco). Las substancias eternas y móviles son entonces los planetas. El movimiento que es eterno, continuo y loca es el movimiento circular. Si suponemos que existe algún motor o productor, pero no está en actividad, no tendrá lugar movimiento alguno, por lo tanto, no habrá movimiento eterno. Es necesario que exista un principio cuya ousía esté en actividad y que además, sean eternas. En conclusión, el movimiento circular es causa de todos los movimientos de generación y corrupción, el motor que causa todo esto es eterno e inmóvil: Dios, que es causa eficiente. VII. Hay algo que permanentemente se mueve con un movimiento incesante, y este movimiento es circular. Por lo tanto, el primer cielo es eterno, hay algo que lo pone en movimiento pero es simultáneamente movido, es decir, algo eterno que sea a la par ousía y actividad. Lo deseado y lo inteligible mueven sin ser ellos mismos movidos, deseamos algo porque nos parece bueno: el principio de la intelección. Lo más inteligible es la ousía, la substancia, porque es en sí. La substancia simple es pura forma, no tiene materia, es acto en sí, es la más inteligible de todas. (En Bien en sí es lo más inteligible) Se demuestra que la causa final existe entre las cosas inmóviles, es el fin de algo y luego se demuestra también que lo único que Dios puede contemplar o inteligir es a sí mismo, solo se ve a si mismo : - Dios es un ser viviente, eterno y supremo, de aquí que vida y duración continua y eterna pertenecen a Dios. - Existe una ousía eterna, inmóvil y separada de las cosas sensibles. - El primer motor es inmóvil, no puede ser movido por otro motor y este es Dios. (No mueve como causa eficiente, sino que mueve como causa final). Apuntes de clase: DIOS solo puede pensarme a sí mismo, dado que es el ser supremo, solo puede verse a sí mismo, no puede ver otra cosa ya que sino perdería su perfección. Dios como: Substancia eterna Primer motor inmóvil, necesario Puro intelecto que se piensa a sí mismo Acto en sí, inmaterial (porque la materia es potencia) Causa del movimiento final, no eficiente Es lo más inteligible, lo más deseable Actividad pura, que es también goce en sí. TEXTO DE EROS Y AGAPE Peculiaridad de la comunión cristiana con Dios: Las metamorfosis verdaderamente grandes comienzan en el interior: la vida nueva va rompiendo las formas antiguas y creando otras nuevas. El ejemplo más claro de esto es la aparición del cristianismo. En este caso, hay algo absolutamente nuevo pero al mismo tiempo, se mantiene relación con lo antiguo. No trata de aportar nuevas ideas de Dios, sino una nueva comunión con él. La novedad se refiere a lo más íntimo de la vida religiosa: la naturaleza de la comunión con Dios. ¿En qué consiste la originalidad de la comunión cristiana con Dios? “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Cuando Jesús llama a los pecadores, no lo hace en virtud de su propia autoridad, sino que es para eso por lo que ha sido enviado. Su acción es un reflejo de la misma acción divina. Dios busca al pecador y quiere acogerle en su comunión. La comunión con Dios, no es una comunión de derecho, sino una comunión de amor. El comportamiento de Dios con respecto al hombre no viene conformado por la justicia distributiva, sino por la “ágape”, no por la justicia que recompensa y castiga, sino por el amor que entrega. (Antes el amor de Dios era para el justo). Cuando Jesús transforma la relación de la comunión de modo que beneficia a los pecadores, mientras que los justos no reciben nada, nos hace preguntarnos ¿Hay algo en la naturaleza del pecador que le confiera más valor que el del justo a los ojos de Dios? No, el hecho de dirigirse al pecador, hace ver la soberanía del amor de Dios. La comunión con dios consiste en fundarse sobre la “ágape” divina. ¿Por qué ama Dios? Justamente porque Dios es amor, en su esencia El sentido contenido en la idea de ágape: La idea cristiana del amor, en cuanto amor divino posee las siguientes características La ágape es espontánea y no motivada: el amor de Dios carece de razón, la razón reside en Dios mismo, no se asienta sobre las bases ajenas, su amor es absolutamente espontáneo. Además, no está motivado, no busca en el hombre nada que pudiese considerarse como una motivación para existir. El amor motivado es el humano; el amor divino es en cambio, espontáneo y no motivado. Si el amor divino se dirigiera propiamente al justo, sería merecido y espontáneo. Pero precisamente porque busca al pecador que no lo merece ni podría reclamarlo, queda manifiesta su carácter espontáneo e inmotivado. La ágape es indiferente a los valores: cuando Jesús invierte las posiciones del justo y del pecador, no se trata de que valore de un modo inverso respecto del tradicional, considerando al pecador mejor que el justo. Ocurre que toda idea de valor queda radicalmente excluida con respecto a la comunión divina. Cuando el amor divino se ofrece a los pecadores, toda idea de valor queda descartada. Si Dios ama al pecador, no será por causa de su pecado, sino a pesar del mismo. En cambio, cuando el amor de Dios se ofrece al justo queda siempre el peligro de suponer Dios lo ama por causa de su justicia y piedad y entonces con esto, se negaría la ágape. La ágape es creadora: el amor divino no ama lo que de por sí merece amor, sino por el contrario, lo que de por sí no tiene valor, lo adquiere al ser objeto de aquél. Ágape ama y por ello confiere valor, es un principio creador de valor. Ágape crea la comunión: es la ágape divina la que crea la comunión en las relaciones entre Dios y el hombre. No hay un camino del hombre hacia Dios, sólo hay un camino de Dios hacia el hombre: “ágape”. La idea platónica del Eros: La filosofía del Platón es al mismo tiempo una doctrina de salvación que nos recuerda todo el tiempo que es preciso velar por la salvación de nuestra alma. El mito del “Eros”, es el mito central del platonismo. Este mito se relaciona con la teoría de las Ideas, con la concepción de la dualidad del mundo. El hombre debe arrancarse del mundo inferior para elevarse al superior, este acto del hombre que se aleja del mundo material y se eleva al mundo de las Ideas, constituye una victoria del segundo sobre el primero que sólo es posible gracias al eros innato del hombre. Las Ideas son incapaces de actuar por sí mismas, las relaciones que existen entre ambos mundos son unilaterales, hay un movimiento de abajo hacia arriba: las ideas no actúan sobre las cosas, pero las cosas actúan sobre las Ideas. Definición de eros: es la conversión humana de lo sensible a lo suprasensible, es la aspiración del alma hacia lo alto. Es una fuerza real que impulsa al alma hacia el mundo de las ideas. Si no existiera, esos dos mundos no se comunicarían. El hombre, gracias al eros de que está dotado, se siente llamado a ayudar a la Idea para que alcance potencia. Esta definición de eros se puede ver claramente en el “mito de la caverna”: en ésta, es preciso que el hombre salga del mundo inferior y sensible para volverse a lo que es verdadero y trascendente. El fondo de esta alegoría es la teoría de las Ideas, el hombre está llamado a buscar lo eterno, la elevación al mundo superior. El mito del eros: El alma tiene un origen, en una existencia anterior, contempló las Ideas, la Verdad, la Belleza y el Bien. Conserva la reminiscencia del mundo superior y experimenta hacia él una atracción muchas veces incomprensibles. El eros es justamente esa atracción del alma hacia el mundo superior. El amor que predica Platón, el amor del mundo luminoso de las Ideas, el deseo de participar en la vida divina, coincide exactamente con la idea platónica de la reminiscencia. En el caso del “Banquete”, Platón describe el modo en que se realiza dicha elevación del alma y cuáles son sus etapas. Se sirve de la imagen de una escalera, por la que el alma tiene que ir subiendo hasta alcanzar el mundo superior, la escala celestial: partiendo de la belleza física del alma se elevan como de escalón en escalón, hacia formas de belleza cada vez más elevadas, para acceder finalmente a la Idea de lo Bello. Es así como pasa: - De un cuerpo bello a dos cuerpos bellos - De dos cuerpos bellos a todos - De los cuerpos bellos a las bellas creaciones - De las bellas creaciones a los bellos conocimientos - De los bellos conocimientos al Conocimiento, que es la Belleza en sí: el que alcance este grado, llegará a lo supremo, a la contemplación de la idea de la Belleza eterna. El eros tiene por naturaleza un doble carácter, no es ni puramente divino, ni únicamente humano. Es el intermediario entre lo que es mortal y lo inmortal, entre la sabiduría y el absurdo. (En el “Banquete”, este doble carácter se ve en la explicación mítica por la doble descendencia del eros. Tiene su naturaleza de su madre por cuanto va seguido siempre de la pobreza; y se parece a su padre en todo lo bello y lo bueno.) El eros no es ni bello ni feo, ni bueno ni malo; ocupa una posición intermediaria: es el amor de todo lo bello y lo bueno. Características de eros: El eros, deseo: es el intermediario entre la posesión y la privación. El primer carácter es la aspiración, el deseo. Sólo se puede desear lo que no se tiene, y no se puede desear sino se aprecia. Entonces hay dos cosas que caracterizan al amor: la conciencia de estar privado de algo, y la idea de transformar este estado de privación en un estado superior y más afortunado. Además, como todo deseo, el eros debe tender necesariamente hacia algo que tiene un valor. Solo aquello que tiene valor puede ser objeto de deseo o de amor. Para Platón entonces, no puede existir un amor espontáneo e inmotivado, sino que el deseo está motivado por el valor de su objeto. El eros, vía que conduce al hombre hacia Dios: es lo intermediario entre la vida humana y la vida divina, es el que eleva lo imperfecto a la perfección y lo mortal a la inmortalidad. El amor une a los hombres con los dioses, los dioses que ya lo poseen todo, no pueden experimentar amor. La única relación que pueden tener con el amor es la de ser su objeto. Por lo tanto, el eros es la vía ascendente que conduce al hombre hacia la divinidad, y nunca la vía de la divinidad desdiciendo hacia el hombre. Es una forma de evasión de este mundo, la renuncia al mundo material. Elevarse de una realidad bella al conjunto de las realidades bellas, de aquí a la belleza de las ciencias y, finalmente, a la Belleza en sí, a la idea de la Belleza. El eros, amor egocéntrico: todo se reduce al yo y a su destino. El simple hecho de que sea un deseo, basta para definirlo como egocéntrico. Amar el bien equivale a poseer dicho bien para siempre, es un deseo de inmortalidad donde se puede ver una voluntad egocéntrica. Nunca abandona su carácter egocéntrico, incluso en su aspiración hacia lo divino. TEXTO DE LA RAZÓN Y LA FÉ SANTO TOMÁS La filosofía cristiana Es cristianismo es religión, no filosofía. Integra un sistema de pensamiento que encierra la concepción del hombre, de su vida, de su destino, del mundo y de la divinidad. Tal conceptualización, tenía que darse en la medida en que el creyente no se limitase sólo a asumir en la fe las verdades que la religión le comunicaba, sino intentase además penetrar intelectualmente en su sentido, aunque sólo fuese para comprobar la imposibilidad de traducirlas en formas conceptuales; es decir, en la medida en que no renunciase por completo a su capacidad de pensar. El cristianismo tuvo que enfrentarse con el paganismo y dentro del propio cristianismo, con los herejes. Los paganos se burlaban de una doctrina que sostenía creencias tan “absurdas” como por ejemplo la de la resurrección de los cuerpos. Este doble proceso de enfrentamiento dio origen a lo que suele denominarse “filosofía cristiana”. Los cristianos podían encontrar los conceptos que necesitaban en la filosofía griega. Sin embargo existen varias diferencias entre la filosofía griega y el cristianismo: FILOSOFÍA GRIEGA Expresa un ideal puramente teorético, según el cual la vida humana más perfecta es aquella que se dedica a la pura contemplación de la verdad y para la cual el mundo se ofrece como un puro espectáculo. Expresa una metafísica de las cosas impersonalista: el hombre es una cosa dentro de las cosas. El mal es en definitiva apariencia, el no-ser. Un error, sólo puede obrarse mal por ignorancia El Dios se define por el pensamiento, Dios consiste en pensarse a sí mismo CRISTIANISMO Es personalista, el hombre asume una jerarquía y un carácter que lo separan de todas las demás criaturas. La vida humana no es un espectáculo, sino que es un drama del que el hombre es el protagonista. Su supremo interés es la salvación, por lo tanto, el saber sólo puede tener valor en función de la salvación. El pecado, el mal es una terrible realidad, producto del querer humano El Dios es amor, misericordia, que ha enviado a su propio hijo para salvar a los hombres. Él creó el mundo, lo extrajo de la nada. La razón y la fe El problema fundamental del pensamiento cristiano consiste en preguntarse si es posible incorporar a su mundo espiritual la filosofía griega, y en general, la racionalidad. Frente a este problema de las relaciones entre razón y fe se pueden pensar 5 soluciones posibles: 1. Eliminar la razón: rechazarla, declararla totalmente inadecuada para captar los contenidos de la fe; esta solución representa la antirrazón. 2. Eliminar la fe: rechazar todo lo que no pueda demostrarse racionalmente o interpretarse como símbolo de verdades racionales. 3. Separa la fe de la razón: considerarlas como dos zonas incomunicables entre sí y heterogéneas, hasta el punto de que algo puede ser verdadero en materia religiosa y falsa para la filosofía o viceversa. 4. Considerar la fe como un supuesto de la razón: la fe como la ayuda o la base firme a partir de la cual únicamente puede llegarse a alguna comprensión de las verdades últimas. La fé en busca del entendimiento. 5. Distinguirlas y armonizarlas Confesiones de San Agustín Libro 2 (Capitulo 6) San Agustín hace una confesión acerca del hurto de un peral. Esta anécdota trata sobre el y un grupo de amigos que un día robaron unas peras. Lo que mas le molesta de esta travesura es que no fueron robadas no por su belleza, sabor o alimentación (ya que había mejores en su hogar), sino por el puro hecho de cometer una maldad. Contradice a la concepción de Platón de que uno siempre se dirige al bien, pareciera como si la propia voluntad se dirige al mal. Esto se debe a que cuando uno busca un determinado bien, que siempre esta en dios, pero por ignorancia lo busca en las creaciones y no en Dios, de por si solo se dirige al mal. Uno debería dirigirse a Dios mediante la caridad y la entrega total, ese es el bien máximo.Según San Agustín, hago el mal porque es una naturaleza caída. El castigo es el pecado, no solo me saco la posibilidad de ver el bien y el mal (entendimiento), si no que quiero a el mal, se me cae la voluntad. Esta quiere mi bien y ningún otro. Por lo tanto no hay buenas acciones. Agustín concluye que sus acciones solo representan una imitación perversa de lo divino. En vez de ir a las perfecciones que están en Dios, dirigirse a el, fornica con las criaturas (creaciones) y termina yendo al mal, ya que el mal es una imitación perversa de las perfecciones divinas. El verdadero malo busca la tenebrosa semejanza con lo divino. coincide con cada deseo pecaminoso con el deseo de ser como Dios: el orgullo busca altura (y Dios es el más alto), la curiosidad perversa conocimiento de los deseos (y Dios lo sabe todo), el ocio es realmente el objetivo de "quietud" ( y Dios es inmutable en su descanso eterno), y así sucesivamente. Libro 7 (Capítulos 8,10,11 y 12) Comienza a conocer mas claramente el Ser divino. Entre en su interior. El Dios siempre estuvo dentro de el, pero el siempre estuvo afuera. Por lo tanto, se adentro en si mismo, guiado por Dios y vio, por encima de la vista del alma y el entendimiento, a la luz inconmutable. Descubrió cosas que no podía ver, que por su cuenta no las encontraba (ignorancia). En conclusión reformula que las cosas materiales, como las criaturas, son y no son. Son por el hecho de que son creadas, pero no son ya que no son Dios, que es aquello que verdaderamente permanece inconmutable y que de la única forma que se llegaría al bien es dirigiéndose a el. Por lo tanto, el mal es un ser creado, que al ser y no ser al mismo tiempo, es defectuoso.