Aplicación del sistema de información de la empresa agropecuaria

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Agromática I
Aplicación del sistema de información de la empresa agropecuaria
El sistema de información debe poder aplicarse a todos los pasos (planeamiento, ejecución, control y evaluación) y aspectos (ecológicos, tecnológicos y económicos) del proceso administrativo de la empresa agropecuaria.
Evaluación de alternativas productivas
La fitosfera, el ambiente de las plantas cultivadas, es el ámbito mínimo donde se registra
la producción agropecuaria, o más concretamente la producción primaria de biomasa útil, y constituye el nivel más reducido de integración, estudio y atención de las ciencias agrarias.
En la fitósfera la meta es única (el producto vegetal útil) y no se confunde con las de otros
niveles de integración jerárquica, aunque es un elemento de juicio indispensable para las demás
jerarquías agrosistémicas.
La proyección de rendimientos de una actividad puede basarse en el análisis estadístico
de series históricas siempre y cuando la actividad planificada se realice con los mismos niveles
tecnológicos y en el mismo ámbito ecológico que los registrados.
De lo contrario, si se modifica el ambiente sobre el que se sustentará la producción (suelo,
clima) o se alteran los niveles o características de los insumos o labores a aplicar a la actividad, los
datos históricos y los modelos empíricos derivados de ellos ya no son extrapolables y se deberá
recurrir a una herramienta de predicción adecuada a las circunstancias.
Estas herramientas son los modelos de simulación de estructura modular, pluridisciplinarios y computarizados, capaces de operar en el amplio rango de los niveles de organización espacio-temporal de los agrosistemas. El común de estos modelos es la comprensión y la predicción de
la respuesta de los sistemas agropecuarios tanto a factores incontrolados del ambiente como a
aquellos derivados de las decisiones técnicas de manejo.
La fitósfera es contemplada y considerada cuantitati-vamente a través de la Agrofísica
(Norero, 1976, 1983b).
El enfoque agrofísico tiene varias características distintivas que lo convierten en esencial
para el presente proceso:
⊗ La agrofísica es el estudio sistemático de la fitósfera.
⊗ Aplica deliberadamente los principio de la Física a la interpretación de los procesos fisiológicos
vegetales que culminan en producto útil para el hombre. Fusiona los conocimientos biológico y
físico.
⊗ Estudia las relaciones planta-ambiente en forma integrada y explicativa. La integración se refiere
al hecho de considerar el conjunto de plantas (cultivo) como la unidad biológica de estudio y el
complejo de condiciones ambientales como la causa influyente en el comportamiento vegetal.
La característica esencial del enfoque agrofísico es el desarrollo de teorías expresadas en
el lenguaje matemático. El propósito de estas teorías biofísicas es explicar cuantitativamente los
mecanismos que determinan el hábitat agrícola, especialmente el microambiente, y los procesos
biológicos de los cultivos que dichos mecanismos estimulan, inhiben o con los cuales interactúan.
Los mecanismos se refieren principal-mente a los fenómenos de transporte y transformación de
energía, momento y materia entre la vegetación, el suelo y la atmósfera.
Las leyes de la Física son aplicables a la investigación, análisis, diseño y predicción de las
relaciones entre estados, mecanismos y procesos de la fitósfera: las transferencias turbulentas
entre la vegetación y la atmósfera pueden tratarse según la ley del movimiento de Newton; el análisis de los balances de energía y radiación se basan en la primera ley de la termodinámica; el balance hídrico, en la ley de conservación de la materia; el movimiento de agua, iones y gases entre
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las plantas y su biotopo se fundamentan en los conceptos de potencia, flujo y resistencia como se
conocen en las leyes de circuitos eléctricos de Ohms y de difusión de Fick.
El método físico matemático hipotético-deductivo utilizado en agrofísica conduce a la formulación de modelos.
Estos modelos pueden enfocar a la fitósfera desde un punto de vista global o centrarse en
aspectos parciales como ser modelos de los factores restrictivos (p.e., dinámica de poblaciones de
patógenos, insectos o malezas, y su incidencia sobre la producción de los cultivos) o de otros factores condicionantes o modificadores de los cultivos (p.e., modelos del crecimiento y desarrollo de
los animales domésticos que los utilizan como substrato alimenticio).
Evaluación de alternativas de producción vegetal
Un modelo de simulación de la producción de los cultivos es una representación simplificada de los mecanismos físicos, químicos y fisiológicos implícitos en el proceso productivo.
Diversos mecanismos intervienen en el crecimiento y desarrollo de los cultivos y animales
interaccionando con su ambiente. Si ellos son correctamente comprendidos y formulados, se puede simular la respuesta del vegetal o del animal a las condiciones del medio. Por ende, no es necesario distinguir entre diferentes regiones climáticas o edáficas ni entre alternativas tecnológicas,
ya que el modelo de simulación mostrará por sí mismo los factores restrictivos y sus interrelaciones
con los procesos productivos de la actividad.
Los modelos de producción de cultivos consisten en un conjunto de submodelos que simulan (figura 15):
el crecimiento y desarrollo del cultivo;
las dinámicas de las poblaciones de
plagas;
los balances hídrico y de nutrimentos en el suelo; y
un subsistema ambiental que
provee de la información climática y de manejo cultural que condiciona y modifica el comportamiento de los submodelos anteriores.
A modo de ejemplo, Pilatti et al. (1993) han aplicado el modelo SOJA1 , cuyas principales
características son:
⊗ Dispone de una estructura matemática en el módulo de crecimiento y desarrollo del cultivo que
le permite simular cualquier cultivo anual (no sólo soja).
⊗ Calcula el máximo crecimiento y producción que es posible esperar según cada particular interacción genotipo-ambiente meteorológico.
⊗ Simula el crecimiento, exploración y actividad radical en suelos estratificados y con variadas
limitaciones.
⊗ Permite considerar el efecto de diversas alternativas de manejo vinculadas a las restricciones
abióticas, especial-mente agua (riego, drenaje) y nutrimentos (fertilización).
⊗ Es posible continuar su elaboración para incorporar la consideración de los efectos (separados y
combinados) de malezas, plagas animales y enfermedades.
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Esquema general de la estructura conceptual de los modelos de la producción de cultivos.
Resumen de los fenómenos más importantes simulados en cada submodelo de SOJA1 y de sus
principales resultados.
Submodelo
Fenómenos simulados
Información resultante
Crecimiento y
demanda de
agua máximos
Distribución en altura (dentro del cultivo) de
viento, tensión de vapor, radiación, tempratura y
transpiración foliar, fotosíntesis, respiración foliar
y de los otros órganos, fotorrespiración
Edad fisiológica
y cambios fitométricos
Evolución de la edad fisiológica por efecto de la
temperatura y duración de la noche. Reparto del
crecimiento diario. Evolución del área foliar,
ancho de hoja, altura del cultivo y albedo
Incremento de peso de raíces, elongación y
ocupación de los estratos edáficos según: edad,
resistencia mecánica, salinidad, deficiencia de
oxígeno, temperatura, toxicidad o estratos esqueléticos. Absorción de agua y modificación de
la capacidad absorbente según: categoría de
raíz, edad, contacto raíz-agua, temperatura,
salinidad.
Infiltración, escurrimiento. Evaporación. Redistribución, percolación. Transpiración actual.
Apertura y cierre de estomas. Balance de energía
en el cultivo: temperatura y transpiración foliar.
Redistribución de biomasa. Expansión foliar.
Modificación de resistencias bioquímicas.
Mineralización del N orgánico y de fertilizantes
amoniacales. Fijación simbiótica. Demanda de N
por los cultivos. Absorción de N desde cada
horizonte. Lixiviación de N.Requerimiento y oferta
de P y K. Reducción del crecimiento diario por
deficiencia de N, P y K.
Crecimiento,
exploración y
actividad de
absorción radical
Balance hídrico
Modificación del
crecimiento por
deficiencia de
agua
Balance de N
Disponibilidad
de P y K
Crecimiento máximo diario. Transpiración máxima
diaria. Evaporación máxima diaria.
Temperatura del cultivo
Temperatura en la superficie del suelo.
Velocidad del viento en la superficie del suelo
Fecha de ocurrencia de estadíos fenológicos.
Biomasa acumulada en distintos órganos.
Lámina de agua absorbida diariamente desde cada
horizonte.
Actividad absorbente relativa de las raíces a distintas profundidades
Contenido hídrico de cada horizonte. Lámi-nas
transpirada, evaporada, percolada y escurrida.
Crecimiento diario controlado por la deficiencia de
agua. Temperaturas del cultivo y del suelo con
deficiencia de agua.
N disponible y absorbido diariamente.
Crecimiento diario afectado por deficiencia de N, P
o K.
En la figura anterior se presenta la estructura básica del modelo y en el cuadro se resumen
los principales fenómenos simulados, así como la información resultante más significativa de cada
módulo. Las principales formulaciones utilizadas en el algoritmo de SOJA1 provienen de Norero
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(1976, 1983a, 1983b, 1984), Puiatti (1984), Pilatti (1986b) y Wilkerson et al. (1983). El modelo fue
elaborado por Pilatti (1990).
Estructura del modelo de simulación SOJA1 (según Pilatti et al., 1993, modificado)
Los datos de clima y suelo necesarios para la ejecución del modelo ya se presentaron
(análisis de los datos), en cuanto a los fitométricos es necesario disponer de los siguientes:
⊗ de reparto de la materia seca: índices de cosecha de raíz, tallo, hoja, fruto y proporción de semilla en el fruto;
⊗ fenológicos: requisitos térmicos y fotoperiódicos para emer-gencia-inicio de inducción floral,
inicio-fin de inducción floral, fin de inducción floral-primeras flores, inicio flores-máximo crecimiento foliar, y primeras flores-madurez fisiológica del fruto; umbrales de noche corta y noche
larga y parámetros asociados; temperaturas mínima, óptima y máxima de desarrollo;
⊗ tasa respiratoria de las hojas a una temperatura de referencia; temperaturas óptima y máxima
para la respiración; relación de respiraciones foliar-no foliar a la edad fisiológica 0,5;
⊗ morfometría: altura, ancho foliar e IAF máximos;
⊗ coeficientes de extinción de la radiación y del viento (aplicación a perfiles micrometeorológicos,
ver figura);
⊗ balance hídrico: resistencias estomática y del mesófilo con plena suplencia hídrica; potenciales
hídricos foliares a inicio y total cierre de estomas;
⊗ nutrición mineral: proporciones C/N, C/P y C/K en la biomasa total a madurez fisiológica del cultivo sin estrés; tasa máxima de elongación radical;
⊗ del sistema radical: para cada categoría de raíces: radio, peso específico e índice de cosecha
respecto de raíces totales; edad fisiológica a la que finaliza el crecimiento radical.
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En el caso de la
proyección
de
rendimientos para la propuesta
de las actividades con
mayor probabilidad de
éxito, se desconoce cuáles serán los condicionantes climáticos y económicos que definirán los
resultados productivo y
monetario de la actividad.
No se conoce el
futuro, pero, si se tiene
una serie de registros
históricos del comportamiento meteorológico del
clima zonal, se puede
suponer que los próximos
ciclos productivos deberán desenvolverse en un
ambiente climático con
características similares a
las registradas.
Entonces, estos
modelos de simulación a
nivel diario son aplicados
a cada uno de los ciclos
registrados
simulando
qué hubiese sucedido con la propuesta a evaluar en cada uno de esos años pasados (alternativamente pueden emplearse datos generados sintéticamente a partir de la caracterización estadística
de la serie histórica, tal como lo presenta Giorgis et al., 1988). Se obtiene así un conjunto de resultados de la producción del cultivo y de demanda de insumos y labores que, analizados estadísticamente, nos permiten estimar cuál puede ser el resultado más probable (promedio, modo), su
riesgo de obtención (desvío estándar, por ejemplo) y el rango de posibilidades (máximo y mínimo).
De esta forma se puede tener una cuantificación de:
Ejemplos de perfiles micrometeorológicos producidos por la interacción entre la fitometría del cultivo y las condiciones meteorológicas
(según Pilatti y Norero, 1990) (z/h: altura relativa dentro de la cubierta
vegetal)
⊗ el curso del desarrollo (fenología y acumulación de materia seca);
⊗ la producción de biomasa total; y
⊗ la producción de biomasa por órganos
en condiciones de
⊗ máximo crecimiento (producción potencial),
y (probando el impacto productivo de diferentes intensidades y oportunidades) de
⊗
⊗
⊗
⊗
⊗
deficiencias hídricas,
deficiencias nitrogenadas,
deficiencias de fósforo y de potasio,
sanidad deficiente, y
ataques de diversas plagas.
Con estos datos se está en condiciones de estimar:
⊗ óptima fecha de siembra,
⊗ óptima densidad de siembra,
⊗ requerimientos y oportunidad (en términos de épo-cas con mayor probabilidad de déficit
hídrico) del riego,
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⊗ requerimientos de drenaje,
⊗ requerimientos de nutrimentos (N, P, K) y posología más conveniente,
⊗ riesgos de pérdidas por ataque de plagas o enfermedades y probables necesidades de
control,
con lo cual se puede proyectar el tipo y cantidad de labores, insumos y mano de obra que probablemente demandará la ejecución de la actividad.
En casos particulares, que dependerán de las características propias del ámbito productivo, puede resultar necesario la aplicación de modelos parciales que profundicen el análisis de alguna problemática específica, mientras que en otros casos, ciertos aspectos podrán simplificarse o
directamente eliminarse al no ser relevantes para la situación evaluada.
En todos los casos, el tipo de modelo a emplear y la profundidad del análisis dependerán
de las características del sistema, de la disponibilidad de datos (cantidad y calidad), de la relación
costo de obtención de los datos-beneficio de la información, del objetivo del uso de este tipo de
herramienta y de la capacitación y entrenamiento del usuario en la aplicación del modelo.
El dato del rendimiento potencial (desarrollo del cultivo en condiciones ideales) es imprescindible para poder establecer el impacto productivo de cada una de las restricciones que se identifiquen en la fitósfera, y de esta forma poder cuantificar el posible beneficio (en términos de producción) a esperar de la aplicación de alternativas tecnológicas que superen o atenúen la limitación
productiva.
En este sentido, se deberá identificar el impacto de los distintos factores que definen el
potencial productivo de la fitósfera: concentración de dióxido de carbono, intensidad de radiación
fotosintéticamente activa, temperatura y características del cultivo (arquitectura de la canopia, parámetros fisiológicos y fenológicos). Esta situación productiva potencial presupone un ámbito ideal
y marca el “techo productivo” del ambiente evaluado, lo cual permite jerarquizar inicialmente las
alternativas, y definir de esta forma en cuáles ámbitos convendría dedicar mayores esfuerzos productivos.
En la realidad existen factores limitantes de este potencial, los cuales también deben ser
identificados, cuantificados sus impactos productivos y jerarquizados, para así poder proponer
manejos de tiendan al incremento de los rendimientos posibles.
El objetivo es estrechar la brecha entre los rendimientos posibles y el potencial mediante la
adecuación de factores tales como la disponibilidad de agua y nutrimentos o el control del ambiente (tal como se realiza en los invernáculos), ajustándolos a las necesidades del cultivo.
Además de los factores que controlan los procesos productivos existen otros que, no
siendo necesarios para el crecimiento y desarrollo de los cultivos, reducen los rendimientos, obligando a la aplicación de medidas protectoras de los cultivos: control de malezas, plagas, toxicidades edáficas, etc.
Todas las las propuestas tecnológicas a aplicar a cada cultivo deben derivar de la jerarquización de los diversos factores (definitorios, limitantes y restrictivos), y pueden ser evaluadas
también con los modelos a fin de cuantificar la respuesta del sistema y la demanda de recursos.
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Así, la disponibilidad de los modelos
que explican el funcionamiento de los agrosistemas ha permitido a
la agricultura evolucionar de una etapa de
reacción a las condiciones ambientales (¿qué
rendimiento puedo esperar con los recursos
que tengo?) a una de
diseño y de ajuste a los
objetivos
productivos
(¿qué recursos necesito
y cómo los debo combinar para obtener el rendimiento
deseado?)
(Rabbinge, 1994).
Los modelos de
cultivos están pasando
de las etapas iniciales,
en las cuales eran prácticamente desconocidos
o representaban sólo
Situaciones productivas a evaluar y factores y técnicas relacionadas
una promisoria posibili(según Rabbinge, 1994, modificado).
dad, a convertirse en
una herramienta capaz de orientar el diseño y manejo de los cultivos, desde el nivel de fitósfera al
regional.
Evaluación de alternativas de producción animal
De la interacción de los modelos del crecimiento y desarrollo de animales domésticos y de
los correspondientes a las pasturas surgen los modelos de producción animal en sistemas extensivos o semiextensivos.
En una empresa pecuaria extensiva a semiextensiva, la evaluación de la producción primaria (forrajera) deberá medir el ajuste de las propuestas tecnológicas a los objetivos productivos de
la empresa.
La cantidad y la calidad de los alimentos que deberán satisfacer las demandas de los animales (que en este caso son el objeto central del análisis productivo) se obtienen a partir de dos
actividades complementarias: la producción propia del establecimiento y la importación de alimentos (compras).
En los sistemas de producción animal con bases pastoriles, como los que predominan en
la Argentina, la primera restricción que se debe cuantificar es la impuesta por el ambiente en el
cual se asienta la producción primaria: suelo (superficie disponible y capacidad de uso) y clima.
Estos factores son determinantes al definir las posibles especies forrajeras a implantar, la tecnología a aplicar y los probables niveles de rendimiento (expresados en cantidad, calidad y oportunidad) a obtener.
Una vez seleccionadas las especies a implantar, y la superficie y época de producción
asignada a cada una de ellas, se está en condiciones de estimar la producción de forraje. Esta
estimación puede basarse, tal como se planteó anteriormente, en la experiencia del productor y/o
técnico asesor, en series históricas de rendimientos, o en el empleo de modelos de simulación del
crecimiento y producción de cultivos forrajeros.
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Todos los aspectos referidos a la presupuestación financiera y operativa y al control y reformulación de actividades son los mismos que los planteados para la produccion vegetal, sólo que
en el presente caso es necesario agregar la consideración de los productores secundarios (animales), los cuales basarán su producción en el alimento que tengan disponible.
Definida la cantidad de alimento disponible por producción propia,
su calidad nutritiva y su
distribución espacial y
temporal, se está en condiciones de evaluar las
estructuras
alternativas
del subsistema animal.
Para ello es necesario realizar balances
energéticos entre la oferta
forrajera propia y las demandas de alimentos de
las diferentes estructuras
del rodeo (Cañas y Aguilar, 1992; NRC, 1989).
Esquema de los principales pasos en la evaluación de la planificación
y programación forrajeras (Grenón, 1992).
Para realizar este
balance se debe predecir
la cantidad y tipo de alimento que demandará
cada una de las categorías animales en cada
época o estación de los
años planificados. Por lo
tanto, es necesario dis-
poner de modelos de producción animal que nos permitan predecir:
⊗ la cantidad de animales por categoría y por época;
⊗ el estado productivo de cada uno de ellos (o de cada lote). Por ejemplo, si son vacas lecheras,
en qué fase de la curva de lactancia se encontrarán, si estarán ganando o perdiendo peso; si
son novillos, qué peso tendrán y cuál es la tasa diaria de ganancia de peso que se pretende satisfacer;
⊗ en el caso de vacas lecheras o de cría, el estado reproductivo: “vacías” o gestantes, y en este
caso, fase de la curva de gestación en que se encontrarán;
⊗ impacto del clima sobre el comportamiento productivo de los animales;
⊗ influencias probables de enfermedades y plagas; cuantifi-cación de la influencia del estado sanitario del rodeo sobre la producción.
Si el balance resulta positivo en general (oferta mayor que demanda), la opción es reformular la demanda aumentando los objetivos productivos del sector ganadero.
Si el balance es negativo, global o parcialmente, aparecen básicamente dos opciones: la
primera es disminuir la demanda (reducción de la carga animal o modificación de las proporciones
entre categorías a fin de que se ajusten mejor a la oferta).
La segunda opción es suplementar la producción propia de alimentos: con forrajes también
de producción propia pero reservados y trasladados desde períodos con excesos, o bien importar
alimentos mediante compras.
La compra de forrajes puede estar guiada por distintos criterios en función de las diferentes
necesidades que se busca satisfacer (Grenón, 1992):
ante la falta de alimentos en cantidad, el objetivo es suple-mentar la oferta propia de forrajes;
el objetivo puede ser complementar una ración suficiente en cantidad, pero deficiente en calidad;
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por último, puede ser necesario mejorar tanto la disponi-bilidad como la calidad, simultáneamente.
Para la definición del tipo de necesidad que se deberá satisfacer se debe cuantificar la
cantidad y calidad del alimento demandado.
Para ello se recurre, primero, a modelos de la dinámica poblacional del rodeo, los cuales, a partir de enfoques determinísticos o probabilísticos, tratan de pronosticar la evolución de la
cantidad de cabezas que integrarán los lotes de cada categoría para el período planificado.
Con los datos de cantidad de animales, se pueden utilizar los modelos de desarrollo y
producción (Aguilar y Cañas, 1992; Cañas et al., 1982; Quiroz, 1992) a fin de cuantificar las necesidades de forrajes en términos de cantidad y calidad (figura 20). También es necesario considerar
en estos modelos los aspectos reproductivos para las categorías de vacas de tambo o de cría,
debido a la demanda energética para la gestación.
Los modelos de optimización como la formulación de raciones basada en programación
lineal son muy importantes para minimizar los costos respondiendo a la vez a las restricciones de
cantidad y calidad de alimentos (Beneke y Winterboer, 1984; Taha, 1991).
Otro aspecto importante es la consideración de las posibles restricciones derivadas de los
aspectos sanitarios del rodeo animal, a fin de estimar la necesidad de instrumentar técnicas protectoras (manejos sanitarios preventivo y curativo).
Diagrama de un modelo de producción de carne (según Aguilar y Cañas, 1992, modificado).
Asimismo, es necesario que los modelos del crecimiento y producción animal permitan
evaluar las alternativas de manejo que pretenden adecuar los factores limitantes (nutricionales
básicamente), como ser las estrategias de suplementación en lotes según los niveles de respuesta
(relaciones insumo-producto), y que contemplen los factores condicionantes que determinan al
sistema (potenciales genéticos, posibilidad de evaluar distintas razas por ejemplo).
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Evaluación económica de las propuestas tecnológicas
Todos los modelos de las actividades productivas, tanto parciales como integrales, al describir y explicar el funcionamiento del agroecosistema, de sus componentes y de sus interrelaciones, y al cuantificar los cambios de estado, se transforman en poderosos instrumentos para la
realización del diagnóstico de problemas y la evaluación de las alternativas de manejo propuestas
para su solución.
En el nivel jerárquico superior a la fitósfera, el agroecosistema, la integración de los modelos de producción vegetal y animal, simulando las secuencias de cultivos o las rotaciones agrícolo-ganaderas, aporta los elementos necesarios para la evaluación de las técnicas de manejo
más apropiadas para la obtención de los máximos rendimientos compatibles con el objetivo de
sostenibilidad del agroecosistema: conservación de los recursos naturales (sustentabilidad) y una
mayor estabilidad del sistema en el tiempo (sostenibilidad).
La integración de los modelos de producción vegetal y animal con otros aspectos como ser
parque de maquinarias, mano de obra, infraestructura, factores financieros y de comercialización,
brinda los datos necesarios para el análisis, seguimiento y proyección de los aspectos administrativos y gerenciales de la empresa agropecuaria en estudio, a fines de planificar y evaluar las modificaciones pertinentes en cualquiera de los subsistemas analizados para lograr los objetivos del
empresario.
Además de la proyección de los rendimientos, los modelos de la producción del agroecosistema brindan la probable demanda de insumos y labores. Integrando estos datos “físicos” en el
ámbito macroeconómico en que se desenvuelve la actividad agroproductiva, se está en condiciones de estimar los costos y márgenes probables.
Los modelos económicos que se aplican a las empresas agropecuarias son los mismos
que se utilizan para cualquier otra actividad productiva. Los programas computa-cionales para el
tratamiento de los datos económicos son los más desarrollados y de mayor disponibilidad en el
mercado actual de software.
Mientras que en el
nivel productivo la principal fuente de incertidumbre proviene del comportamiento climático, en el
nivel económico los riesgos derivan de la variabilidad de los mercados de
productos e insumos, a
través de los precios y
costos esperados.
Para el pronóstico de precios de productos e insumos se dispone de una importante
batería de metodologías
matemáticas y estadístiEsquema de los principales pasos en la estimación de costos y már- cas, entre las cuales
genes probables.
siempre es posible hallar
alguna que se ajuste a las características y disponibilidad de datos del problema en estudio (Makridakis y Wheelwright, 1989; Shim y Siegel, 1988).
Con los ingresos y costos probables se está en condiciones de proyectar los resultados
económicos posibles de obtener y su probabilidad de ocurrencia.
Con estos resultados de las diferentes alternativas productivas propuestas se procede a
determinar la combinación de actividades más convenientes, para lo cual también se dispone de
Aplicaciones Sistema de Información - 10
Agromática I
diversas metodologías (Barnard y Nix, 1984; Barry, 1984; Beneke y Winterboer, 1984; Contini et
al., 1984; French, 1988; Guerras, 1989; Hardaker, 1975; Kingwell y Pannell, 1987; Robison y Barry,
1987; Valdés y Pardo, 1987).
Presupuestación financiera y operativa
Una vez asignadas la extensión, intensidad y oportu-nidad de cada actividad seleccionada
para ser incluida en la planificación de la empresa, se deben realizar los presupues-tos financiero y operativo. El objetivo es obtener los pro-gramas de actividades y de movimiento financiero
que permi-tan evaluar la practicidad de la planificación propuesta.
Los presupuestos
terminan siendo la planificación expresada en números. De esta forma es
posible (Pungitore y Rosenzvaig, 1991):
⊗ Planear, con fundamentos y con los pies
sobre la tierra, la realización de los objetivos
que se desean alcanzar. Al verse obligado
a expresar en números
esas ideas, aparecen
de modo explícito propuestas inconsistentes
con los recursos disponibles. Esto obligará
a replantear la planificación o a conseguir
los recursos necesa-
Esquema de los pasos a seguir en la confección de los presupuestos
financiero y operativo.
rios.
⊗ Cumplir con lo planeado: el presupuesto va a servir como guía para la acción.
⊗ Controlar la ejecución de las actividades, es decir, cotejar lo presupuestado con la realidad, para
así poder determinar si existen desvíos y analizar sus causas.
Los presupuestos deben estar integrados en la estructura general del sistema de información. En tanto el presupuesto esté estructurado conforme a la organización funcional de la empresa
y de acuerdo al plan de cuentas general de la misma, el proceso de control presupuestario podrá
ser realizado de manera directa mediante la simple confrontación entre las cifras presupuestadas y
las cifras reales (Mocciaro, 1992).
En esencia, esto significa que se utilizarán los mismos programas computacionales para la
confección de los presupuestos que para la actualización de los registros y análisis de los resultados. La única diferencia radicará en la naturaleza de los datos empleados: futuros, con mayor o
menor incertidumbre asociada, para los presupuestos, y pasados, de conocimiento certero, para la
evaluación de resultados.
Para la estimación de los datos a incluir en los presupuestos es imprescindible contar con
el apoyo de modelos dinámicos.
La escala temporal de los modelos debe ser igual o menor a la de los presupuestos. Por
ejemplo, no se puede estimar la demanda de medicinas para el manejo sanitario preventivo de
vacas recién paridas y de terneros a nivel mensual (presupuesto) con modelos de la dinámica del
plantel que realicen proyecciones a nivel anual; no es posible estimar la cantidad de días laborables probables con balances hídricos mensuales, el modelo necesariamente debe trabajar a escala
diaria.
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Agromática I
Control y replanteo de actividades
Durante la ejecución de las actividades se consultan constantemente la planificación y
los programas (presupuestos) para orientar la ejecución de las tareas y la compra de insumos, y a
la vez se van actualizando los registros: ingresos, egresos, insumos, labores, eventos sanitarios
y reproductivos de los animales, precios de productos e insumos, datos meteorológicos y edáficos,
etc.
Muy probablemente surjan desvíos de lo programado debido al comportamiento propio de
los ámbitos ecológico y económico. Sobre la base del análisis de estos desvíos, y conocidas sus
causas, es necesario diseñar y llevar a cabo medidas correctivas que reduzcan la posibilidad
futura de errores e imprevisiones.
Para ello es posible aplicar nuevamente los modelos empleados en la etapa de proyección
de resultados y de confección de presupuestos, pero, nuevamente, con la diferencia del tipo de los
datos utilizados. Mientras que en la planificación y presupuestación inicial se emplean series históricas y pronósticos a largo plazo, en el ajuste y replanteo de las actividades en ejecución se dispone del panorama actual y sólo se necesita realizar proyecciones a muy corto plazo (para el futuro
inmediato). De esta manera, los resultados obtenidos ahora son mucho más probables y permiten
orientar mejor las decisiones.
Registros de datos meteorológicos
En lo que respecta a datos climáticos, actualmente en la Argentina existen servicios de
información meteorológica que proveen de pronósticos a una semana y uno, dos y tres meses (por
supuesto que la incertidumbre aumenta con el alejamiento del horizonte de proyección) a los cuales cualquier productor o profesional puede acceder mediante el pago de una cuota mensual.
Disponer de estos pronósticos reduce enormemente la amplitud del rango de posibilidades
a evaluar, lo cual posibilita concentrarse en el análisis de sensibilidad de las alternativas que se
ajusten mejor al ámbito climático pronosticado.
Paralelamente a la disponibilidad de estos pronósticos es necesario contar con los registros actuales y pasados (que hayan influido sobre la actividad en ejecución) a fin de caracterizar el
estado actual e identificar los desvíos de este estado respecto del presupuestado y sus causas
(error del presupuesto, fallas en la ejecución de las tareas, factores externos incontrolables).
A partir de este análisis es posible proyectar la evolución futura inmediata de la actividad
en base a los pronósticos y tomar decisiones acerca de las alternativas tecnológicas a aplicar.
Para la toma de registros, a veces es suficiente contar con algunos datos zonales que se
obtienen de los medios de difusión masivos (temperatura y humedad relativa máximas y mínimas diarias de los informes de radio o televisión) y otros de medición propia (como suele suceder
con la precipitación pluvial).
Existen también en el mercado nacional estaciones meteorológicas automatizadas que
almacenan sus registros magnéticamente y, mediante un programa que acompaña al equipo, los
transmiten a ordenadores para su elaboración y procesamiento posterior. Además de facilitar la
disponibilidad de los datos, los registros pueden hacerse con la frecuencia que sea necesaria para
la aplicación en la que se los va a emplear (días, horas, minutos).
Esto último es muy importante para el control de actividades intensivas como lo son los
cultivos hortícolas bajo cubierta (invernáculos), donde se necesita de datos horarios que permitan
controlar la apertura-cierre de la ventilación, encendido de la calefacción o refrigeración, etc.
Servicios de alarma
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Agromática I
Los servicios de alarma consisten en modelos de diversos tipos (tanto empíricos como
explicativos) que, basados en ciertos parámetros macroambientales y/o de la fitósfera, informan de
la probabilidad de ocurrencia de algún acontecimiento reductor de rendimientos: heladas, granizo,
ataque de plagas.
El aviso temprano permite disponer las medidas pre-ventivas necesarias para evitar o reducir el impacto productivo negativo.
Como
ejemplo
puede presentarse el ALTOM (Rista et al., 1992),
el cual es un modelo determinístico y empírico
diseñado para identificar
períodos favorables para
la aparición y desarrollo
de Alternaria solani (tizón
temprano) en el cultivo de
tomate, con la finalidad de
elaborar programas eficientes de aplicación de
fungicidas.
El programa considera los siguientes parámetros
ambientales:
cantidad
de
horas
de huEsquema del funcionamiento de ALTOM (según Rista et al., 1992,
medad
relativa
mayor
a
simplificado).
90%, temperatura promedio del aire durante esas horas y cantidad de lluvia (para cultivos sin cubierta). Con estos datos se
establecen distintas escalas de severidad que serán utilizadas para decidir el momento de control
(aplicación de fungicida).
En su primera versión, el modelo necesita como datos de ingreso, a escala diaria: temperaturas máxima y mínima, humedad relativa máxima y mínima y precipitaciones pluviales. A partir
de estos datos se estiman los datos de temperaturas y humedad a nivel horario. En cambio, en la
nueva versión que se encuentra en desarrollo, directamente se utilizan los datos horarios registrados por una estación meteorológica automá-tica conectada con el ordenador que procesa el modelo.
Tal como se presentó anteriormente, si a este modelo, en vez de hacerlo funcionar con
datos actuales para utilizarlo como servicio de alarma, se lo ejecuta con una serie histórica de datos meteorológicos (de la época de desarrollo del cultivo) se obtiene la necesidad de controles para
cada uno de los ciclos evaluados. Así es posible:
evaluar alternativas de manejo (fecha de
plantación, estrategia de apertura-cierre del invernáculo, manejo de la calefacción, etc.) buscando
aquella que reduzca al mínimo la necesidad de controles químicos de la enfermedad; y disponer
de una estimación de la cantidad de controles (promedio, desvío estándar, máximo y mínimo) y
épocas con mayor demanda para los ciclos evaluados, permitiendo el cálculo de necesidades
(cantidad y distribución en el tiempo) de insumos (fungicida), mano de obra y costos asociados
(presupuestos operativo y financiero).
El ejemplo antes presentado es un caso de servicio de alarma particular de la empresa,
mientras que otros demandan de una evaluación de datos a nivel regional (caso de las plagas insectiles que se trasladan de una zona a otra) con sistemas de muestreos (o de trampas) y de recolección de datos que superan largamente la capacidad individual de cada empresa. Como consecuencia, el soporte de estos servicios recae en instituciones oficiales que deben velar por los
intereses de la totalidad de los productores de una región.
Ejemplos concretos de estos servicios son las estima-ciones de superficies sembradas y
de proyecciones de rendi-mientos, tanto de la propia zona como de otras (nacionales e internacionales), las cuales, oportunamente transmitidas a los productores, sirven como informaciones para
Aplicaciones Sistema de Información - 13
Agromática I
la toma de decisiones acerca de la comercialización de sus productos (cosecha anticipada, venta a
término, retención en almacenamiento, etc.).
Telemática y agrónica
En lo que se refiere a la disponibilidad de datos regionales, nacionales e internacionales
acerca de importantes aspectos necesarios para la toma de decisiones (tanto en planificación como para el replanteo y control de las actividades en ejecución) los productores y profesionales
agropecuarios disponen de una serie de alternativas para acceder a importantes bancos de datos.
Esto es posible gracias a la telemática, la transmisión de datos a distancia mediante el
empleo de las líneas telefónicas. Con un MODEM (MOdulador-DEModulador, que transforma las
señales digitales del ordenador en señales analógicas tal como se transmiten por las líneas telefónicas, y a la inversa), con un software de comunicaciones y una línea telefónica se puede tener
acceso a una importante colección de datos económicos (datos actuales y series históricas de
precios de productos e insumos), meteorológicos, de producción, importaciones y exportaciones,
de agencias noticiosas, bibliografía, correo electrónico, cartelera de avisos de compra-venta (de
insumos, productos y campos), etc.
A medida que los productores y profesionales aprendan el uso de esta tecnología y conozcan los beneficios que pueden obtener de su aplicación, la telemática se transformará en una herramienta más, y de gran valor, para la toma de decisiones productivas y económicas en la empresa agropecuaria.
Por otra parte, en el mercado mundial ya existen numerosos instrumentos para la captación de datos en forma automática, y la información elaborada con éstos puede traducirse directamente (como respuesta) en una orden a un servomecanismo: puesta en marcha de una bomba de
riego, apertura o cierre de una válvula o de ventanas, encendido de un sistema de calefacción, etc.
En el futuro, y basada en el desarrollo de modelos más elaborados y con la inclusión de inteligencia artificial (sistemas expertos), la decisión que pueda tomar el ordenador será cada vez más
estructurada y con demanda de mayor cantidad y calidad de datos (los cuales dependerán del desarrollo de sensores adecuados, sensibles y de precio accesible) (Juanós, 1986; Lupi, 1994).
“Se entiende la Agrónica como una nueva rama tecnológica que incluye las telecomunicaciones,
los servicios informáticos y la electrónica, aplicados en conjunto a la agricultura y ganadería, tanto
en el sector primario de producción como en el almacenamiento, transformación de productos,
envasado, conservación y distribución” (Vitoria, 1986)
La importancia que presentan los sensores en los distintos campos de aplicación en conjunción con los avances tecnológicos de la microelectrónica y de los materiales, ha permitido que
los mismos evolucionaran y lograran alcanzar un tratamiento preferencial en las actividades de
diferentes grupos de investigación y desarrollo del país (Fraigi, 1994), aún cuando este desarrollo
ha quedado muy atrasado en agricultura si lo comparamos con otros sectores industriales (Juanós,
1986). De todas formas, en este campo los avances de un sector son fácilmente trasladados y
aprovechados por los restantes.
En general, un sensor nos puede proporcionar, con la electrónica asociada necesaria, el
valor de una magnitud física o química, como temperatura, nivel de iluminación, peso, revoluciones
de un eje, porcentaje de llenado de un depósito, presión, humedad relativa, velocidad del viento,
caudal que circula por una tubería, acidez del suelo, salinidad, conductividad, etc. (Vitoria, 1986).
Aplicaciones Sistema de Información - 14
Agromática I
En una primera
instancia, la automatización consiste en fijar umbrales máximos y mínimos de alguna variable de
modo que, al alcanzar el
sensor dichos valores,
pone en marcha (o detiene) algún mecanismo
destinado a modificar en
un sentido prefijado a la
variable. Por ejemplo,
termostatos que inician o
detienen los procesos de
calefacción o refrigeración
en invernáculos.
En una segunda
fase, se incrementa la
cantidad y tipo de sensores y mecanismos asociados a ellos y, simultáneamente, se intercala un
ordenador (puede ser un
simple integrado o una
plaqueta) entre el sensor y
el mecanismo asociado.
El ordenador tiene
incorporado un modelo
matemático que, registrando y procesando la
multitud de señales recibidas de los sensores, toma
“decisiones” acerca de
qué mecanismo activar o
Esquema de la automatización de un invernáculo.
desconectar y la intensidad y tiempo del proceso
de ajuste, o, en otros casos, pone en funcionamiento “alarmas” que informan al operario del inconveniente detectado.
Cuanto mayor es la intensidad de la actividad más fácil resulta justificar la inclusión de la
agrónica, debido a la demanda de mayor cantidad y calidad de los datos, a la mayor posibilidad de
diseñar y controlar los factores condicionantes de la producción y a los mayores retornos percibidos por aumento de la eficiencia de la actividad productiva (en cantidad y calidad de producto obtenido). Es natural entonces que los primeros ejemplos que surjan de aplicación de la agrónica
sean los invernáculos (producción vegetal) y el tambo (producción pecuaria).
En el ejemplo del invernáculo presentado en la figura 24 se ha agrupado a los sensores en
tres sectores: ambiente externo, ambiente interno (controlado) y suelo. Todos los sensores, mediante la interfase adecuada, comunican sus registros a un ordenador que dispone de un software
para la interpretación y toma de decisiones acerca de los mecanismos a habilitar para adecuar las
variables a las necesidades del cultivo en desarrollo.
Aplicaciones Sistema de Información - 15
Agromática I
Figura 25: Esquema de la automatización de algunos registros y
toma de decisiones en producción lechera (según Spahr
y Puckett, 1986, modificado)
activar, desactivar o regular los diversos mecanismos.
La ventaja de
intercalar un ordenador
entre los sensores y los
mecanismos reside en
que el software permite
evaluar y responder a una
mayor cantidad de combinaciones de estados de
las diversas variables. Por
ejemplo, el programa INVER-SIM (Gariglio et al.,
1994) contempla factores
climáticos, de la estructura
del invernadero (geometría y materiales) y del
cultivo para la estimación
de las necesidades de
calefacción, ventilación y
refrigeración. Con las
modificaciones
necesarias, la presente versión
(que sirve básicamente
para planificación, presupuestación y evaluación
“off-line”) podrá habilitarse
para el control de la temperatura en invernaderos
en tiempo real. Para ello
será necesario desarrollar
el nuevo software, disponer de los sensores que
alimenten con datos en
tiempo real y de la electrónica asociada para
En cuanto a la producción pecuaria, el caso de la lechería aparece como uno de los casos
de referencia en lo que respecta a la incorporación de la agrónica.
Desde hace varios años (Spahr y Puckett, 1986) se vienen desarrollando sistemas apoyados en sensores y componentes electrónicos para el control y toma de decisiones automáticos en
la producción lechera.
El esquema básico (figura 25) consiste en unidades identificatorias asociadas a cada uno
de los animales (implantadas en forma subcutánea, adheridas a las orejas como las caravanas o
en collares) las cuales envían una señal a sensores ubicados en cada brete de ordeño.
Estos sensores se comunican con un ordenador que, según los registros anteriores correspondientes al animal identificado, regulan la cantidad y calidad del suplemento que se entregará al animal. Este cálculo es realizado en función de los datos productivos y reproductivos, a fin de
satisfacer las demandas de energía y proteínas para mantenimiento, gestación y producción. Una
vez que el animal se retira del brete, un sensor registra el sobrante de alimento y envía el dato al
ordenador para el cálculo del consumo y su almacenamiento.
Paralelamente, también en forma automática, se regis-tra la producción total de leche
(lactómetros) y la conductividad eléctrica de cada una de las pezoneras con el objetivo de detectar
el nivel de mastitis de cada cuarto en producción.
Todos estos datos, más otros correspondientes al comportamiento reproducitvo y sanitario
del animal, son procesados por un sistema experto a fin de detectar automáticamente problemas
Aplicaciones Sistema de Información - 16
Agromática I
de infección de ubre o de una producción menor a la esperada. Además, permite un registro diario
de la producción y consumo de suplementos de cada uno de los animales del tambo.
Almacenes
El presupuesto operativo, obtenido de modelos que permiten proyectar la demanda de
herramientas, tractores, mano de obra e insumos a partir de la planificación y programación de las
actividades, es la base indispensable para la administración de los almacenes y parque de maquinarias de una empresa agropecuaria.
Debido a la dispersión geográfica de los predios (distancia de los centros de distribución) y
a la importancia estratégica de la disponibilidad de los insumos en el momento oportuno (es decir,
cuando se los necesita aquí y ahora), los almacenes de insumos y repuestos, y su administración
eficiente, se tornan imprescindibles para la continuidad de las actividades.
Un problema de
almacén (o de inventario)
existe cuando es necesario guardar bienes físicos
o mercancías con el propósito de satisfacer la
demanda sobre un horizonte de tiempo especificado (Taha, 1991). Cada
empresa debe almacenar
bienes para asegurar un
trabajo uniforme, eficente
y ajustado a los tiempos
que demandan las actividades agropecuarias.
Figura 26: Variación de los componentes del costo de almacén en
función del nivel del inventario (según Taha, 1991)
nejo inadecuado del almacén son (Taha, 1991):
Los
problemas
típicos de la administración de almacenes es
cuándo hacer las compras y en qué cantidad.
Los inconvenientes que
pueden surgir de un ma-
sobrealmacenamiento, el cual requerirá un mayor capital invertido “inmovilizado” pero asegurará una disponibilidad total del insumo en cualquier oportunidad;
subalmacenamiento, en cuyo caso disminuirá el capital invertido por unidad de tiempo pero
aumentará la frecuencia de reposición y la probabilidad de costos asociados a la falta del insumo.
Entonces, en la toma de decisiones acerca del manejo de los almacenes deben considerarse los costos asociados al capital inmovilizado, al mantenimiento del almacén, a la reposición y
a la falta del insumo cuando es necesario.
De esta forma, no serán iguales los capitales a invertir para tener en reserva las correas de
los ventiladores de los tractores que la totalidad de los herbicidas e insecticidas para el tratamiento
de 300 ha de soja. No son iguales los costos de reposición (traslado) del combustible y lubricantes
que el de los medicamentos para los animales, como tampoco serán del mismo nivel los costos
asociados a la falta de esos medicamentos (posible muerte de los animales) que los de la falta de
un rollo de alambre o varillas para la confección de un alambrado.
Aplicaciones Sistema de Información - 17
Agromática I
Además, en el caso de los insumos de las técnicas protectoras (pesticidas, medicamentos)
hay que agregar al costo asociado a su falta de disponibilidad oportuna el hecho de que la demanda, si bien puede ser estacionaria, es aleatoria. De aquí que sea necesario el manejo de modelos
de almacén probabilísticos.
Muchos insumos tienen fuertes variaciones estacio-nales en sus precios, derivados del
desfasaje entre la época de producción y la de demanda (forrajes para suplementación, por ejemplo) o a la estacionalidad marcada en su aplicación (herbicidas, inoculantes, etc.). Una de las principales ventajas de un adecuado sistema de información de almacenes es la de anticiparse a las
necesidades de insumos y adquirirlos cuando se encuentran en la época de bajo precio relativo,
pudiendo así obtener una ventaja financiera de reducción de costos.
Los beneficios financieros de un correcto sistema de almacenes son directamente proporcionales a la escala de la empresa, así como los riesgos derivados de un incorrecto manejo de la
información.
Maquinarias y labores
En ciertas empresas, dependiendo de su estructura y tipo de producción, el sector maquinarias es uno de los sectores que más atención demanda en la etapa de ejecución y control de las
actividades. Esto debido a la alta dependencia de la mecanización en las tareas, a los altos costos
que implica su operación y a los riesgos productivos y económicos derivados de su incorrecta programación.
En el caso de la programación de la secuencia de labores a realizar y, en consecuencia, de
la demanda de herramientas y tractores puede ser útil aplicar los modelos de líneas de espera (o
de colas).
Los objetivos de aplicar este tipo de modelos a la programación operativa de la empresa
son:
caracterizar cualitativa y cuantitativamente a las colas que pueden surgir, y
determinar
tanto la estructura adecuada del sector maquinarias como la conveniencia de realizar contratos a
terceros que balanceen el costo derivado de las pérdidas de oportunidades de ejecutar labores.
Según Prawda (1991) una línea de espera está constituída por un cliente (potrero, cultivo)
que requiere de un servicio (labor) proporcionado por un servidor (herramienta, tractor y operario)
en un determinado período. Los clientes (potreros) entran aleatoriamente al sistema y forman una
o varias colas (o líneas de espera) para ser atendidos (según el tipo de labor demandado).
Apenas la maquinaria demandada se encuentre desocupada, de acuerdo a prioridades
establecidas por el administrador de la empresa, se proporciona el servicio a los elementos de la
cola. Cada potrero será atendido en un lapso determinado, definido por el tiempo operativo de la
labor (en función de la superficie a atender, las características de la herramienta (ancho efectivo de
labor) y la potencia del tractor (velocidad de labor)).
Las líneas de espera se pueden clasificar de acuerdo a (Prawda, 1991):
(a) Cantidad de clientes que espera en la cola: la cantidad de potreros será siempre finita.
(b) La fuente que genera la población de clientes: dentro de un período de ejecución, la cantidad de
labores demandada por cada actividad o por cada sector será finita.
(c) La manera en que esperan los clientes: en nuestro caso habrá tantas colas como tipos de labores demandadas: preparación de la cama de siembra, siembra, controles terapéuticos, cosecha, etc.. En algunos casos habrá opción de cambiar al potrero de cola (por ejemplo, usar rejas
en vez de cinceles) en función de la disponibilidad de las herramientas.
(d) El tiempo transcurrido entre la llegada de un cliente y el inmediatamente anterior. Este intervalo
es variable y aleatorio, y depende del desarrollo de cada actividad y de las condiciones climáticas. Es muy común que ante una lluvia, por ejemplo, todos los lotes con la cama de siembra
preparada demanden simultáneamente el servicio de siembra.
(e) El tiempo de servicio, el cual será función de la superficie del potrero a atender, del tipo de labor, y de la cantidad de unidades operativas y la potencia de los tractores asignados.
Aplicaciones Sistema de Información - 18
Agromática I
(f) La disciplina de la cola. En el caso de las labores, existen prioridades que se asignarán dependiendo de la importan-cia y estado de desarrollo del cultivo a atender y de la emergencia de la
tarea a realizar.
(g) La cantidad de servidores que, alternativamente, pueden satisfacer la demanda (cantidad de
tractores con potencia suficiente y cantidad de herramientas que ejecutan la misma labor).
(h) La estructura de los servicios: en paralelo (siembra, fertilización y controles terapéuticos preemergentes; arrastre de varias herramientas en tándem), en serie (corte del forraje, confección
de rollos, distribución) o mixtas.
(i) La estabilidad del sistema, la cual complica la programación al tratarse de servidores transitorios, ya que cada combinación herramienta-tractor-operario puede modificarse en cualquier
momento para organizar una nueva que cumpla con otras funciones.
El análisis de cada situación (empresa) en particular justificará la necesidad de desarrollar
(o no) modelos para el control del sector maquinarias (amplitud del parque de maquinarias, cantidad de actividades a atender, organigrama de la empresa, etc.) y el tipo de modelo más conveniente.
Referencias geográficas
Cualquier actividad agropecuaria tiene una ubicación geográfica que le impone condicionamientos. El clima, los suelos, la posición dentro de la cuenca, etc., son todos factores que dependen de la ubicación del terreno destinado a cada actividad.
La selección de la cantidad, calidad y oportunidad de ejecución de las tareas necesarias
para llevar adelante cualquier actividad agrícola dependerá de esos factores y de los antecedentes
del comportamiento del potrero (respuestas a las actividades y labores anteriores).
Es importante que el sistema de información de una empresa agropecuaria permita hacer
las referencias geográficas necesarias para el control y toma de decisiones acerca de las actividades en un predio. Como se ha planteado anteriormente, un sistema de información geográfica
(SIG) se basa en modelos icónicos: los mapas temáticos.
Evaluación de los resultados
Finalizado un ciclo productivo, luego de la evaluación continua y “sobre la marcha” que
implica el control y ejecución de las actividades, llega el momento en que ya no hay posibilidades
de ajustar el proceso: el producto se ha obtenido y comercializado, los insumos han sido aplicados,
los eventos ecológicos y económicos ya han condicionado el resultado.
Sólo resta aprender de lo sucedido, evaluar los resultados, analizar sus causas y proyectar
sus consecuencias y posibilidades en el futuro.
Para ello es necesario disponer de los datos y apoyar-se en marcos conceptuales que
permitan interpretarlos y compararlos con otras situaciones similares.
Desde el punto de vista económico existe una amplia batería de metodologías, y de programas computacionales que se basan en ellas, para el análisis de los resultados expresados monetariamente. Margen bruto, resultado operativo, beneficio neto son conceptos ampliamente difundidos y manejados por productores y profesionales, esto debido al desarrollo de programas ajustados para su utilización personal (Cursack et al., 1994a, 1994b).
El software disponible en mercado argentino actual es numeroso y abarca un amplio espectro en lo que respecta a calidad, posibilidades de análisis y precios. Cada empresa, en función
de sus necesidades y características, desarrollará o adquirirá el software que le resulte más conveniente desde el punto de vista de prestaciones y precio.
Aplicaciones Sistema de Información - 19
Agromática I
En cuanto a la evaluación de los resultados productivos el aporte de la Agromática se
basa nuevamente en los modelos de simulación de la fitósfera (o de los procesos productivos que
se desenvuelven en ella).
Mientras que en las etapas de planificación y de control los modelos se utilizaron para responder a cuestiones del tipo “¿qué pasaría si ... ?”, permitiendo así la evaluación “ex-ante” de
alternativas tecnológicas y de diversos escenarios productivos y económicos posibles, una vez
finalizadas las actividades y con los resultados de las decisiones tomadas en la mano, se pueden
utilizar nuevamente los mismos modelos para responder preguntas del tipo “¿qué hubiese pasado si, en vez de ... , yo hubiera tomado la decisión de ... ?”. Esto permite al usuario seguir sumando experiencia y aprendiendo aún cuando ya no tiene la posibilidad de modificar el pasado,
pero sí la obligación de utilizar la información del pasado para actuar mejor en el futuro.
La comparación de los datos reales con los presupues-tados permite ajustar en el futuro
aquellos aspectos de la toma de decisiones que aparecen como más determinantes de los resultados obtenidos.
Mientras se trate de evaluar a corto plazo, tanto los aspectos económicos como los físicos,
se dispone de apoyo metodológico e instrumental. El problema surge cuando se desea evaluar los
resultados en un contexto más amplio y a más largo plazo, buscando determinar la sostenibilidad
futura del agrosistema.
El estado de los recursos naturales, en el contexto productivo de gran parte del país, parece indicar que la intensificación de las actividades agroproductivas ocurrida en los últimos años
pudo haberlos deteriorado hasta el punto de comprometer la productividad futura de algunos agrosistemas. De continuarse con el manejo y sistemas de producción vigentes puede esperarse que
se intensifiquen y generalicen los problemas de degradación (DEYAS, 1994).
En general, la evaluación del funcionamiento de una empresa agropecuaria se funda en
términos estrictos de eficiencia económica. Pero las herramientas económicas que generalmente
emplea el productor agropecuario (como ser el margen bruto) no suelen contemplar el deterioro del
capital natural, ni siquiera la capacidad productiva de los suelos (DEYAS, 1994).
Por ejemplo, ¿cuánto le cuestan al productor los minerales que exporta de su empresa con
el grano, la leche, la carne que vende?, ¿en qué cuenta se carga su costo y cómo incide éste en el
resultado de las actividades? Como los minerales salieron del suelo, y no tuvieron que ser agregados mediante fertilizantes, parece que son gratuitos, como el dióxido de carbono y la radiación
solar.
Pero, mientras el CO2 y la luz no se agotan, llega un momento, luego de años de extracciones sin reposición, en que la disponibilidad de algunos minerales en el suelo comienza a restringir la posibilidad de obtener niveles de rendimientos altos.
Además de la extracción de elementos, los manejos no conservacionistas deterioran condiciones y procesos edáficos (estabilidad de agregados, aeración, infiltración, mineralización de la
materia orgánica, capacidad de retención hídrica, etc.), los cuales tampoco entran en ninguna
“cuenta” de los métodos de evaluación económica comunes o tradicionales (“econó-micamente, el
suelo es indestructible y de duración infinita”).
Es como si el productor llevara el balance de su cuenta corriente bancaria contabilizando
solamente las extracciones que realiza personalmente y no considerara los débitos automáticos
que realiza su tarjeta de crédito ni los costos de mantenimiento que le debita el banco. Viviría de
una ilusión que pronto finalizaría apenas la cuenta quedara en “rojo”. Esta misma situación sucede
en la realidad con la “contabilidad” de los recursos naturales de los agrosistemas: mientras hay
fertilidad y capacidad productiva, el productor considera que son gratis, pero, apenas el suelo queda en “rojo”, los “intereses punitorios” que le cobra el ecosistema lo traen de vuelta a la realidad y
ahora debe empezar a gastar más, con menores rendimientos y con mayores riesgos.
En parte, esto es producto de que los efectos del uso exhaustivo de los recursos naturales
sólo se manifiestan en el largo plazo, mientras que las decisiones de producción se enmarcan en el
corto y mediano plazo. En este sentido, la crisis estructural que actualmente afecta al sector agroAplicaciones Sistema de Información - 20
Agromática I
pecuario sin dudas acentúa las consecuencias de este desajuste, al obligar a priorizar los objetivos
de supervivencia privilegiando los beneficios inmediatos (DEYAS, 1994).
Por otra parte, los avances tecnológicos enmascaran en muchas oportunidades, a través
del aumento transitorio de la productividad, el deterioro de los recursos (DEYAS, 1994).
Es necesario que la evaluación de los resultados de la empresa incorporen los criterios
agroecológicos, ya que depender solamente de índices económicos puede llevar a conclusiones
erradas debido al enfoque incompleto y sesgado de la realidad.
Por lo tanto, no sólo hay que diagnosticar el estado económico, sino que se debe evaluar
también el estado del substrato agroecológico, que es el encargado de sustentar la productividad
futura del sistema y que es quien condicionará el nivel tecnológico necesario y el techo productivo
al cual aspirar.
Si se tiene es cuenta que es más fácil mantener un nivel productivo que tratar de recuperar
un agroecosistema degradado, se interpreta la necesidad de disponer de herramientas que permitan evaluar:
el estado actual de los recursos naturales (cantidades y capacidades),
su evolución ante la aplicación de los paquetes tecnológicos alternativos y la conveniencia económica de
cada alternativa desde un enfoque multiobjetivos (rentabilidad y continuidad de la productividad del
sistema).
Por este motivo, los criterios usados para definir la sostenibilidad son los siguientes (DEYAS, 1994):
rentabilidad de la empresa;
mantención del nivel de nutrimentos;
mantención
de las propiedades físicas y biológicas del suelo;
maximización del aprovechamiento de los recursos naturales disponibles, particularmente agua y radiación.
Para llevar adelante esta evaluación, y consecuente planificación, es imprescindible contar
con modelos de simulación de los factores condicionantes agroecológicos (modelos de balance
de nutrimentos, de materia orgánica, de las propiedades físicas y biológicas de los suelos, etc.). De
esta forma será posible cuantificar su evolución probable ante los manejos alternativos, estimar el
impacto productivo y evaluar los costos y beneficios económicos con un criterio más real.
No se pretende que el productor adopte las decisiones propias de un benefactor social. Se
espera de él que se comporte como un empresario que se ajusta a las leyes de juego que se le
establecen, aunque suficientemente sensibilizado y capacitado como para explorar todas las alternativas posibles y que, frente a varias con resultados económicos similares, adopte la que más
convenga a una tendencia sostenible de los recursos naturales (Coscia, 1991).
Mediante la contribución de la contabilidad ambiental en los análisis económicos, actualmente es posible diseñar y evaluar agrosistemas económicamente viables y con tendencia sostenible. La incorporación controlada de minerales, abonos orgánicos y siembra directa asociada a
labores periódicas verticales, son elementos técnicos indispensables. Reponer, reparar, proteger y
observar, son habilidades y destrezas en el manejo de las tierras indispensables para posibilitar
una tendencia sostenible del agrosistema (DEYAS, 1994). Por último,
diseñar y aplicar un sistema de información
que posibilite
la modelización, registro, recuperación y procesamiento
de los datos de todos los aspectos y
procesos involucrados
es imprescindible para poder apoyar
la administración de agrosistemas rentables y sostenibles.
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