Jltpúhlita llt a!.nlntubta- a!olegt.dIhmtal lle lI.ng.ntá ~iuusttis mn~ilnr y su trntnmirutn U¡estapara .nptar el titul.n lle mortor en a!irugta mental. presentalla y soatentlla .por • iJuis tEbuarbl1 ilarrn • Nalural lit 1IIt/ltClItHlll, 1Ipto. lit &autsn/ltc DO .JURADO DE CALIFICACION Doctor sebastlán Carruqullla &X",:aIl:l'f.\.UORDeJ Doctor Marcellno Laque Doctor Luis 1". Restrepo Doctor Manuel Arteaga BANCO DE LA REPUBlICA 1l/8LJCH:::A LUIS'ANGEL ARAN(iQ ~~-A..S.~~ JURADO DE CALIFICACION RECTOR DEL COLEGIOI DOCTOR MARCO PRESIDENTE DOCTOR A. IRIARTE DE TI·:HIH; SEBASTIAN CARU.ASQUILLA BXA~IINAnORE8: DOCTOR DOCTOR DOCTOR M<\.RCELINO LUIS I"UQUE F. RESTREPO MANUEL ARTEAGA L. C., abril 20 de 191H Señor Rector del Colp.gio Dental de Bogotá. E. S. D. Señor Rector: El trabajo que el distinguido caballero don Luis E. Barco ha elaborado para finalizar sus estudios de odontología, es una monografía concisa y clara sobre la patología y la terapéutica de las 81nu81tl8 maxilares, digna, en mi concepto, de ser acogida con benevolencia por ese Rectorado y por el jurado calificador Soy del señor Rector atento y seguro servidor, StBASTIAN GA~~ASQUIl,W\ En vista del informe rior, publiquese. ante- M. i\. 1~1i\~Tt INTRODUCCION Objeto de este breve estudio es presentar en forma sencilla y metódica, al alcance aun de personas no versadas en la materia, los conocimientos más precisos para el diagnóstico y tratamiento de la sinusitis maxilar, una de las enfermedades que por los órganos que afecta no es extraffa a la clínica dental, antes bien entra en la categoría de aquellas que deben llamar la atención del odontólogo, como quiera que en no pocos casos será consultado acerca de ella y aun se verá en la necesidad de prescribir y aplicar el tratamiento. Inútil será advertir que nada original debe buscarse en un trabajo como éste, fruto de estudios escolares que requieren complementarse mediante las enseflanzas de la práctica y siguiendo con perseverancia los progresos cient/jicos en este ramo de la odontología. Simple ensayo, no monoqrafta completa, es la tesis que para cumplir con un deber reglamentario, y sin pretensiones de ninguna clase, someto al examen del respetable Consejo de profesores. Séame permitido agregar que, al escoger el tema me ha animado el deseo de contribuír en alguna manera, aprovechando las nociones que adquirí durante el curso de una sinusitis aguda, al estudio de tan penosa afección. No terminaré estas lineas sin consignar aquí, con el homenaje de respeto debido al ilustre profesorado del Colegio Dental de Bogotá, la expresión de mi profundo reconocimiento. L.E. B. CAPI'l'l'LO ANAT()"H~ 1 DEL :\>IAXILAR ~R'PEIHOR El maxilar superior, hueso par, y situado en la parte central de la cara, es cl principal de los hucsos que forman la mandíbula superior. A él sc uncn varios otros elemcntos del esqueleto de la cara, para contribuír a formar dicha mandíbula. Este hueso forma la superficie de ímplantación de los dientes superiores y además entra en la constitución de las principales regiones o c,widades de la cara: fosas nasales, bóveda palatina, cavidades orbitarias, fosa zigomática y fosa pterigo-maxilar. Se articula hacia adentro, c.on el cornete inferior y el vÓlller; hacia afuera, con el malar; hacia arriba, con el ungiiis en su parte más superior con el frontal y el etmoidcs. Es aplanado del interior hacia el exterior, y por consiguiente 'presenta para su estudio dos caras y cuatro bordes. La cara interna, que mira las fosas nasales; la -10 externa, prominente, de forma de pirámide triangular y ahuecad a por una cavidad; un borde anterior, el más largo; un borde posterior, el más grueso; un horde superior, irregular y delgado; y un borde inferio'- lleno de cavidades o alvéolos. CARA INTERNA.-En la unIón de sus tres ctartos superiores con su cuarto inferior, forma una larga apófisis, la apófisis palatin:\, que se dirige horizontalmEnte hacia el interior y se articula con la del lado opuesto para formar la bóveda palatina y el piso de las fosas nasales; esta apófisis es aplanada de arriba hacia abajo y presenta para su cstudio dos caras y cuatro bordc'): la cara inferior contribuye a formar la bóveda palatina y se prolonga hasta el borde alveo]ar; ]a superior, cónc'ava, lisa, hacc parte dcl piso de las fosas nasal es ; su b)rde posterior es rugoso, se articula con la lámina hori wntal del palatino; el anterior se confunde con el anterior del maxilar; el interno es rugoso, muy ancho y se articula con el interno de la apófisis del lado opuesto, y el externo forma cuerpo con el maxilar. Encima de la apófisis palatina, la cara interna de este hueso presenta de adelante hacia atrás: 1.J, la cara interna de ]a apófisis ascendente del maxilar superior, que en verdad pertenece al ángulo ántero-superior del hueso; 2.°, una gotera que forma parte del conducto nasal; 3.°, cl orificio del seno maxilar, y 4.°, UnE, serie de rugosidades verticalcs destinadas a la articulación con el palatino. CARA EXTERNA.-Presenta esta cara de arriba hacia abajo: la apófisis piramidal, en forma de pirámide triangular, que corresponde al seno maxilar; el vértice rugoso o apófisis malar, que se articula con el malar o hueso del pómulo. -11La apófisis piramidal presenta para su estudio tres caras y tres bordes, que sc continÚan directamente con las tres caras y trcs bordes del maJar, y adcmás una base y una cima. Las tres caras se distiuguen en superior, anteri0r y posterior. La cara superior, ligeramente lisa y plana, contribuye a formar el piso de la órbita y es de notarse en ella la gotera infra-orbitaria. La anterior es ancha y presenta un largo orificio. cl agujero sub-orbitario por donde pasa el ncrvio de este mismo nombrc. La posterior, cóncava hacia afuera y convex:¡ y :lI1cl1ahacia adentro, hace parte de la fosa zigom¡ítica. Se distinguen los bordes en inferior, ankrior y posterior. El borde inferior cÓncavo, sc dirige verticalmcnte hacia el primcro o segundo gran molar; el anterior contribuye a formar el borde orbitario, y el posterior, redondeado y obtuso, concurre a formar la hendidura ésfcnomaxilar. La base se dirige hacia el interior y se confunde con el hueso. La cima se articula con el hueso matar. BORDES DEL HUESO ,\1AXILAR.-Los bordcs del maxilar son cuatro: anterior, posterior, superior e inferior. Borde anterior.-Presenta de abajo hacia arriba: 1.0, la parte anterior de la apÓfisis palatina y el borde interno de la fosa mirtiformc; 2.0, la espina nasal anterior; 3.°, la escotadura nasal, que contribuye a la formaciÓn dc la abertura anterior de las fosas nasales; y 4.°, el borde anterior de la apófisis ascendente, que se engrana con los huesos propios de la nariz. Borde posterior.-Es redondeado y cspeso. En su mitad superior, forma la pared anterior de la fosa pterigo- -12 maxilar y se articula en su parte inferior con la apófisis piramidal del palatino. Borde superior.-Irregular y delgado. Se articula con dos huesos de la cara y uno del cráneo, que son: ungllis, etmoides y palatino. Borde inferior.-Está provisto de cavidades y alvéolos de forma y dimensiones diversas, según la raíz de la pieza que contengan. ANGULOS.--Sólo el ántero-superior presenta algún interés, pues girve de base a la apófisis as.::endente del maxilar superior. CAPI'I'( 'LO 11 ANAT()~IIA Y }.'I810LOGIA DEL SENO MAXILAR El seno maxilar, también conocido bajo la denominación de antro de Highmoro (nombre consagrado a la ciencia de este célebre anatomista) era ya conocido en el siglo XVI en la época de Galeno, pero el estudio de su anatomía data desde el año de 1651. Como descubridor del seno figura tamhién Caserln, anatómico de Padone, que vivió hacia fines del siglo XVI y principios del XVI/. Es lIna cavidad ósea situada en el espesor del hueso maxilar; presenta la forma de una pirámide triangular, cuya base está formada por el piso de la órbita, la cima por el reborde alveolar y las paredes anterior y posterior de la fosa canina y la tuberosidad maxilar respectivamente; está tapisada por la mucosa pituitaria o membrana de Schneider, poco espesa en estado fisiológico, y que puede aumentar su espesor hasta un centímetro en casos patológicos. Esta mucosa encierra glándulas y mucus, causa de los pequeños quistes tan comunes en el interior del seno; también se encuentran al nivel de la porción juxta-pe- - 14rióstica, pequeñas agujas óseas, que para Dal~au son el punto de partida de los esteomas del seno maxilar. La mucosa del seno está irrigada por los vasos que provienen en parte de las arterias de la mucosa pituitaria (csfeno palatina) y de la cara (bucal, palatina, alveolar y facial). Estas últimas se encuentran en el espesor del hueso y en la cara externa de la pared del seno. También está provista de filetes nerviosos, provenientes del infra-orbitario y del esfeno-palatino. Las dimensiones y colocación de la cavidad sinusal son bastante diferentes, según la edad, el sexo, la raza, y menos variables en un mismo sujeto. En el niño es de menores dimensiones que en el adulto; más dt~sarrollado en el hombre que en la mujer. Se ha calculado que la capacidad media del antro es de 11 a 12 centlmetros, lo que nos hace concebir cómo pueden alojarse cuerpos de cierto volumen en esta cavidad, sin que sean percibidos en un tiempo más o menos largo. Como hemos visto, sus dimensiones son muy yariables, pues se han encontrado senos de 25 centlmetros y los hay también que sólo alcanzan en su máximo a dos centfmetros. Los primeros tienen como causa una reabsorción ósea de la cavidad sinusal, que sigue en los huesos vecinos por prolongamientos que apenas se notan en un seno ordinario, pero son muy marcados en otros. Las paredes del seno son delgadas y transparentes, en lo cual está basado el método de Heryng, conocido en rinologia con el nombre de transluminación eléctrica, que se emplea para el diagnóstico. Se ha demostrado que cuando un seno se halla en estado de salud, y sus paredes no tienen un espesor muy considerable, colocado un foco luminoso en la cavidad oral, las paredes serán - 15- cruzadas por los rayos que emite el foco, y si por el contrario se encuentra lleno de derrames purulentos o de fungosidades, la transluminación se hace casi nula del lado enfermo. El seno presenta para su estudio cuatro paredei, una base, una cima, cuatro bordes y cinco prolongamicntos. PAREDEs.-Estas se distinguen en superior, inferior, anterior y posterior. Las paredes posterior e inferior, por no estar separadas sino por un borde romo y redondeado, poco notorio, pueden ser comprendidas para su estudio bajo una misma denominación, la de pared póstero-inferior. Pared superior.--Forma el piso de la órbita. Se halla inclinada un poco hacia afuera, para formar con la pared interna del seno un ángulo diedro agudo, cuyo vértice está ocupado en parte por el canal maxilar; es bastante delgada y está perforada por el conducto infraorbitario, por donde pasa el nervio de este mismo nombre. Las relaciones del infra-orbitario y de los nervios dentales posteriores con la mucosa pituitariB, son muy Intimos, pues ésta no se encuentra separada de aquellos más que por una lámina muy delgada. Debido a estas relaciones, se explican las neuralgias tan frccucntes cn talc6 nervios. Los filetes del infra-orbitMio son rápidamcnte destruIdos cuando se desarrollan tumores malignos en el antro, y entonces se produce una ane6tesia más o menos completa de la mejilla. Pared postero-injerior.-Forma la pared antera-interna de la fosa zigomática y tiene aproximadamente de espesor dos milímetros. Su forma es convexa. Pared anterior.-Esta pared, lIamada también yuga/, - 16- en razón de sus relaciones con la mejilla, se dirige hacia arriba, hasta el reborde orbitario, cualesquiera que sean las dimensiones de la cavidad sinusal. Es muy delgada, corresponde a la fosa canina y se halla en relación por su cara exterior con el músculo canino, con los elevadores del ala de la nariz y del labio superior; por su cara interna con la mucosa y el periostio de la cavidad sinusal. Arriba, a 7 u 8 milímetros atrás del reborde orbitario, se encuentra el agujero infra-orhitario, por donde pasa el nervio de este mismo nombre. BASE.-La base está formada en parte por la pared externa de las fosas nasales, la cual ha sido descrita bajo el nombre de pared interna; debido a la inserción del come le inferior, queda dividida en dos segmentos de forma triangular: el primero,'antero-inferior, corresponde al meato inferior, y el segundo, postera-superior, más pequeño, que corresponde al meato medio. Esta pared es la más delgada, sobre todo en el punto que corresponde al meato medio, que es una lámina ósea del tejido compacto. En la misma es donde se abren los orificios de comunicación del seno con las fosas nasales, un:> de los cuales, el más importante, denominado ostium maxilar, se encuentra en la parte anterior y media, tiene una dirección oblicua de abajo hacia arriba, de addante hacia atrás y de fuera hacia adentro, lo cual impice la salida del pus o de los líquidos contenidos en la cavidad sinusal. El otro orificio, menos constante, ha recibido el nombre de ostium maxilar, accesorio, o de Giraldés, y se encuentra poco afuera del anterior. CIMA.-La cima del seno maxilar corresponde a la mitad interna del hueso malar, es bastante truncada y en algunos casos presenta la parte más ancha del hueso. - 17 ---- BORDES.-Los bordes se distinguen, segÚn su situación, en anterior, posterior, superior e inferior, en atención al contorno y no a la pirÚmide. Borde anterior.-Resulta de la unión de la pared yugal con la pared nasal del seno. Borde posterior.-Es bastante ancho, est:t unido hacia abajo a la apÚfisis pterigoide y al palatino, y hacia arriba está separado por la hendiuura pterigomaxilar. Los ncrvios dentales posteriores se encuentran alojados en este borde. Borde superior.-Está formado por la unión del piso de la órbita con la pared nasal del antro. Borde il/ferior. -Es conocido también bajo la denominación de piso del antro, por ser el punto más en declive. Este borde, ljuc es el más importante, corresponde al borde alveolar del maxilar superior y está cn relación con los pequeños y grandes lI1olares. Algunas veces sus raíces no cS~{lIl scparauas del antro sino pur una delgada capa de tejido Óseo que a veees falta, y entonces las raíces penetran CII el antro. Las relaciolle~ del borde inferior del antro con el reborde alveolar son de grande interés en la práctica, pue~ explican la facilidad con que una caries de cu:.uto grado puede complicarse con sinusitis. Lo muy delgado del tabique óseo que separa estas dos cavidades y el ser este borde el de más declive del seno, facilitan la perforación por dicho punto, y así lo aconsejan varios cirujanos eminentes. PROLONGAMIENTOS. - Los prolongamientos que emite el seno, segÚn diierentes autores, son los ~iguicntes: 1.0 Inferior () alveolar, que se extiende al borúe inferior del hueso; - 182.° Palatino, que avanza entre las dos láminas de la apófisis palatina del maxilar superior; 3.° Sub-orbitario; 4.° Zigomático, que sigue la apófisis del mismo nombre; y 5.° Posterior, que sigue la apófisis orbitaria del hueso palatino. TABICAMIENTOS.-El seno, en la mayoría de los case encuentra reducido a una sola y única cavidad; muchas observaciones clínicas han demostrado que a las veces existen tabicamientos en el seno, aunque son bastante raros. Existen también tabicamientos incompletos más frecuentes, tanto en los senos frontales como en los maxilares y esfenoides. El punto de preferencia para el desarrollo de 10i tabiques, son los ángulos antero-posterior y postero-inferior. IiOS, FISIOLOGfA.-Fisiológicamente el seno maxilar sirve para aligerar el peso de la cara, para ayudar a templar el aire inspirado que va los pulmones, para la resonancia de la voz, y, en fin, para la nutrición del hueso. PART:E SEGUNDA CAPITU ENFERMEDADES DEL LO 1 SENO MAXILAU DEFINICIÓN.-Se da el nombre de sinusitis maxilar a una inflamación de la mucosa pituitaria o mcmbrana de Schenigder, que tapiza el seno maxilar; y el de empiema, a una colección de pus en el mismo seno. Estos empiemas pueden tener por origen una sinusitis frontal o etmoidal, y el seno hace las veces de receptáculo. gTIOLOGIA La~ causas que dan origen a una sinusitis maxilar, pueden dividirse en generales y locales. Causas generales.-Entre éstas podemos enumerar por -20su frecuencia la difteria, la escarlatina, la gripa, la eri· sipela, el sarampión, la tuberculosis y la slfilis. Causas locales.-Estas traumáticas. pueden ser nasales, dentales y Causas de origen Ilasal.-Las iufecciones de origen nasal producen directamente inflamación en las paredes del antro. Las lesiones sifilíticas terciarias con t1rtritis de la pared externa de las fosas nasales, la rinitis aguda simple, la sífilis nasal o faringea, lo mismo qu,~ un pólipo de las fosas nasales o un cuerpo extraño o una lesión de cualquier otro origen, determinan inflamación, por ser la membrana que tapiza el antro un prolongamiento de la pituitaria o mcmbrana de Schneider . .•. Causas de origen dental.-De todas las c.lusas, éstas son las más comunes, debido a las fntimas reláciones anatómicas que existen entre el piso del antn y las rafees de algunas piezas, teniendo entre todas~lIas comu. nieación más directa los primeros, segundm. y terceros molares y a veces el caniro. Diversidad de opiniones han existido sobre la frecuencia de la causa dental. Frankel ha tratado de probar que liS inflamaciones por esta causa son muy raras, pero recientes observaciones nos demuestran lo contrario. La mayor parte de las inflamaciones del "ntro, dicen Eyle, el profesor Koeming y el doctor Cruet, estomatólogos de París, son debidas a las enfermedades de los dientes, y debe darse grande importancia al estado de estos órganos en caso de lesiones del antro. Causas traumáticas.-Estas son causadas por heridas o contusiones con instrumentos cortantes, punzantes, contundentes, y con armas de fuego. Las lesiones pueden - 21· ser producidas por una intervención operatoria, puñetazo, llna bala, una pedrada, etc. nlVISION La división crónica. por un DE LA SINV!"lITIS más acertada es la de sinusitis aguda y Sinusitis aguda.--Esta es, por lo regular, de origen nasal, y ofrece dos variedades, según que el ostium maxilar sea permeable o impermeable. En el primer caso y al principio de la afección sólo se siente una sensación de molestia y de sequedad; luégo se presenta una cefalalgia intensa, el dolor llega a su máximo de intensidad en el hueso maxilar y en los molares del lado enfermo, como cuando hay artritis alvéolo-dental; son frecuentes los escalofríos y la elevación de la temperatura oscila entre 38 y 39°. El dolor es producido por la compresión de los filetes nerviosos, por la mucosa que se halla congestionada e inflamada, especialmente en el piso inferior, en que dichos filetes se encuentran colocados bajo la mucosa. En el segundo caso, cuando la inflamación de la mucosa cierra el orificio natural, el pus sin salida se colecta en el seno, haciendo de este modo presión sobre las paredes y distendiendo los puntos donde es menor la resistencia. Hay aumento del volumen de la mejilla, depresión de la bóveda palatina, compresión de la órbita y levantamiento del piso y proyección de los molares. Esta forma tiende a la curación rápida, en un tiempv que varia entre 8 y 40 días. SINUSITIS CRÓNICA.-Esta forma, ignorada por mucho -22tiempo, es la más frecuente y se debe a las inflamaciones agudas que diversas causas han impedido curar y a las infecciones dentales. En este caso los sfntomas son menos violentos y los que más se observan, fuera de la, modificaciones locales, son los fenómenos de autointoxicación, como perturbaciones gastro-intestinales, inapetencia, pálidez, enflaquecimiento, debilidad general y algunas veces marcada incapacidad para el trabajo intelectual, debido a la deglución del pus escapado durante el sueño en la naso-faringe. Entre los locales son los más importantes: neuralgia supra e infra-orbitarias; cacosmia y mal gusto persistente en la boca; flujo nasal y bilateral de pus fétido e intermitente que aumenta al inclinar el enfermo la cabeza hacia abajo y hacia adelante, al sonarse y cuando se acuesta por el lado contrario a la lesión. Lo que más molesta al enfermo es el mal sabor que persiste en la boca y el flujo nasal de pus fétido. EVOLUCIÓNy COMPLlCACIONES.-Lasinusitis crónica, que tiene generalmente una evolución de varios años, puede quedar indefinidamente estacionaria y puede dar lugar a complicaciones, entre las cuales la más frecuente es la propagación a los senos frontal etmoidal. La infección puede invadir también la órbita, sea por necrosis del piso o por vfa venosa. Esta complicación, también frecuente la más grave, da lugar al f1egmón de la órbita, poniendo en peligro la conservación del ojo. Las relaciones fntimas del seno con el saco y el conducto lacrimal, explican la deacryocystitis que se observan con alguna frecuencia. El f1egmón y la fístula de la mejilla, producidos por la osteitis de la pared anterior es una complicación muy rara y se puede decir que casi excepcional. - 23- HINTOI\f Los rales. síntomas podemos AH dividirlos en locales y gene- SINTOMAS LOCALEs.-En la época anterior a los estudios de Luc y Lurmayer se describían los <¡iguientes síntomas locales: dolor malar, edema de la mejilla, delgadez de las paredes del seno hasta el punto de sentirse al tacto una sensaciÓn apergaminada, rinorrea (salida purulenta, fétido e intermitente). Pero de todos estos síntomas sólo algunos de ellos existen en realidad. El dolor a nivel del pÓmulo es muy raro; entre 11 casos se ha observado en tres. El dolor es más frecucnte en los puntos frontal, illfra-orbitario (semejante a las neuralgias del trijemelo) y en el labio superior, en el cual siente el enfermo como si el labio le pesara. El edema de la mejilla ha sido negado por Luc y Fierro. Hartamanm, de París, estudió treinta y dos casos, encontrando edema en la mejilla sólo en menos de la mitad, pero casi constante la salida de la pared interna del antro. Según Luc, los quistes del seno maxilar producen distensión de sus paredes. Frey dice que la sinusitis fungosa determina tensión dolorosa en la mitad de la cara en forma continua o de paroxismo. Luc ha señalado un carácter especial de la vinorrea del coriza, que viene a ser el signo patognomónico de! enfisema. Esta supuración se verifica en los decúbitos dorsal y lateral; en el primer cago el enfermo degluta el pus y en el segundo sale por la vía nasal. Otro síntoma muy importante es la cacosmia subjeti- -24va, que consiste en la percepción del mal olor únicamente por el enfermo. SfNTOMAS GENERALES.-Entre éstos los más notorios son: la fiebre, que toma generalmente la forma tífica, la agitación, alteraciones de la digestión e intoxicación crónica del individuo, los dos últimos producidos por el pus que durante la noche, debido a la posiciÓn de la cabeza, desciende al esófago y a la laringe, ocasionando en este último caso fenómenos de asfixia de origen generalmente desconocido. A esto se agrega la depresión del sistema nervioso por el tratamiento prolongado, y el sonarse qLle se impone cada momento por el olor fétido. DI AG N013TICO El diagnóstico exacto del empiema del seno maxilar es de grande importancia; un error de diagnóstico puede traer graves consecuencias al establecer el tratamiento. Para el diagnóstico nos servimos de un grupo de signos, que pueden ser de presunción, de probabilidad y de certeza. SIGNOS DE PRESUNCIÓN.-Estos signos son comunes a varias enfermedades y son: 1. Dolor sub-orbitario; 11. Rinorrea unilateral; III. Caries, grandes obturaciones y coronas artificiales de los molares superiores; IV. Cacosmia subjetiva; V. Intermitencia en la salida del pus; y VI. Pólipos y presencia del pus en el meato medio. SIGNO DE PROBABILIDAD.-Entre los signos de proba- - 25bilidad encontramos el de Hering, el de Frankel, el de Hajek y Frankel, el de Bohsen y Davinson, el de Bayer y el de Garet Burger, los cuales veremos en seguida. SIGNO DE HERINO.-Consiste en la transluminación eléctrica, introduciendo una lamparita eléctrica de 10 a 12 voltios en la cavidad bucal, y haciendo pasar la corriente después de tener el enfermo bien cerrados los labios. Este examen se verifica en una pieza bastante oscura: se hace pasar la corriente por un tiempo relativamente corto para no calentar demasiado la lámpara, y se observa una diferencia entre la diafanidad del lado enfermo y la del sano y sobre todo la presencia de una zona oscura en forma de medialuna en la región infra-orbitaria del lado enfermo. Esta mancha nos indicará que el seno no se halla en estado fisiológico, sino que está \Ieno de pus o de sitios fungosos e Infiltrados de puntos de suturación. Este método no da resultado cuando las paredes son muy espesas. SIGNO DE FRANKEL.-Importante para el diagnóstico. Se debe hacer antes de practicarlo un examen rinoscópico anterior. Este signo consiste en la presencia del pus en el meato medio. Para afirmamos de que el pus reaparece, se hace que el enfermo incline fuertemente la cabeza hacia adelante y hacia abajo, después de limpiar con un algodón el dorso del cornete inferior; se le hace permanecer así por algunos minutos y se examina inmediatamente después; si el pus ha reaparecido, se puede casi asegurar que proviene del seno maxilar, porque estando la cabeza inclinada, el orificio de este seno está en un declive mayor que el de los frontales y el de las c~lulas etmoidales. Si la cabeza se encuentra derecha, el pus puede venir de los otros senos. - 26SIGNO DE HAjEK y FRANKEL.-La combinación de estos dos signos da muy buenos resultados para el diagnóstico. El método de Hajek consiste en hacer soplar varias veces por la nariz del lado enfermo, de una manera fuerte, para comprobar la presencia de pus en el meato medio. SIGNO DE VOHSEN y DAVINSON.-Estos autores han observado que en la mayoria de los individuos atacados de sinusitis maxilar unilateral, al practicar el método de Hering, la ~pupila del lado enfermo permanece oscura en vez de tornarse luminosa. SIGNO DE BAYER.- Tiene por objeto provocar la presencia de pus en el meato medio. Se hace de la. manera siguiente: acostado el enfermo sobre el vientre, la cabeza inclinada hacia adelante, y sobre el antro 1m estado de salud se le mantiene en esta posición por algunos minutos hasta que el pus aparezca en el meato. Lo! signos basados en la preseneia de pus en el meato medio, pueden dar resultados negativos, debido a que la estrechez de dicho meato impida la salida dei pus, lo cual se evita procediendo a la dilatación por medio de un algodón empapado en solución de cocafna, adrenalina yagua. SIGNO DE GARET-BURGER.-Estos dos autores señalan la particularidad de que si un individuo atacado de sinusitis maxilar mantiene cerrados los ojos durante el alumbrado intrabucal, percibe una sensación luminosa en el ojo del lado sano, mientras que el ojo del lado enfermo permanece oscuro, y no percibe ninguna sensación luminosa que le pueda indicar si el foco está encendido o no. Por propia experiencia puedo recomendar este si gno como muy importante para el diagnóstico. - 27Sin embargo, tales signos no tienen todos un valor absoluto, pues si las paredes son bastante espesas impiden la transluminación. SIGNOS DE CERTEZA.-Se emplean como signos de certeza el de Moritz-Selmnilh, que consiste en la punción exploradora, el cateterismo y el lavado explorador. FUNCION EXPLORADORA.-Este método fue ideado por Moritz-Selmnilh, y se ha considerado como el único signo de certeza para el diagnóstico del antro de Higmmoro. La punción exploradora seguida del lavado fué practicada con una aguja curva resistente y una jeringa de Pravatz. Se prefiere practicar la punción al nivel del meato inferior porque no expone a herir ninguna región peligrosa y porque su situa~ión favorece la salida del pus. Hoy el método empleado se diferencia del anterior en que la aguja curva ha siqo reemplazada por el trocar de Krause adaptado a una jeringa. Dicen algunos autores que han obtenido mejores resultados por este método, pues sirve para el diagnóstico y al mismo tiempo para establecer el tratamiento. No es recomendable este método, que es extremadamente doloroso. EL CATETERISMO.-Este signo es bastante empleado y se practica con un estilete por el alvéolo del primero o del segundo molar. LAVADOEXPLORADOR.-Este método constituye uno de los mejores signos para el diagnóstico de la sinusitis. Una vez practicada la punción, se hace un lavado con un Uquido coloreado (permanganato). Al principio sale el líquido con pus, (signo de Ziem) o inyecciones de agua oxigenada al través de los canales radiculares hasta que penetre al seno; si hay efervescencia es señal de - 28pus; aplicando el estetoscopio se percibe de la cavidad sinusal (signo de Amoedo). ruido dentro DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.-EI diagnótico diferencial se hace muy difícil. Hay un gran número de enfermedades que presentan mucha analogla con la simusitis maxilar, tales como los cuerpos extraños de las fosas nasales, el empiema del seno, las lesiones sif¡¡lticas terciarias, etc. Los cuerpos extraños determinan una coriza crónica unilateral, pero se reconocen con facilidad haciendo un examen atento y detenido de la cavidad sinusal y verificando la integridad del seno. El empiema presenta una gran dificultad para el diagnóstico, por tener la misma marcha cHnica y un punto de partida idéntico; la cavidad en ambos casos está poco más o menos llena de pus, pero la diferencia consiste en que en el empiema las paredes permanecen indemnes, mientras que en la simusitis siempre son atacadas. Las lesione$ sifilíticas se confunden fácilmente con la sinusitis, sobre todo cuando aquéllas son supuradas. En este caso se reconocen sin dificultad, si se tiene en cuenta que la sífilis trae consigo la destrucción de los huesos propios de la nariz, la pared del meato ':1 la del comete inferior; se comprueba esto si al sonarse el enfermo arrastra esquirlas óseas. PRONÓSTICO.-Dos variedades: benigno, en cuanto se refiere a la vida del individuo, salvo el caso de complicaciones, tale s como: infección de las células etmoidales, de los senos frontales, meningitis, etc. Reservado, en cuanto a la duración generalmente larga. CA.Pl'l'll LO 11 T n A '(' A MI H :'1'1' O El tratamiento de la sinusitis maxilar 'lo dividiremos en médico y quirúrgico. TRATAMIENTO MEDICO.--Estc tratamirnto comprende diversos procedimientos, todos ineficaces y que apenas mencionaremos por vía de estudio: 1.0 Los lavados antisépticos por la nariz han sido empleados tánto en el tratamiento de las sinusitis recientes, como en el de las antiguas, con el inconveniente de poder infectar las células etmoidales, el sello csfcnoidal, y sobre todo, el oído medio, forzando la abertura de la trompa de Eustaquio si la irrigación se hace por la fosa nasal afectada; 2.0 Las duchas de aire, que consisten en introducir aire en la cavidad del seno, por medio de la pera de caucho de Politzer. Para extraer el pus no deben emplearse por ser de un uso muy peligroso e ineficaz, pues a causa de la presión del aire que penetra en el seno, puede el pus propagarse e infectar los senos frotltale~, las células etmoidales, la caja del tímpano, y producir en este caso una otitis aguda; 3.· La aspiración, procedimiento preferible al anterior, pero que no tiene uinguna acciÓn curativa; -304.0 El tratamiento interno por el yoduro de potasio, que se emplea con muy buenos resultados en las sinusitis de origen sifilítico; no es recomendable en los demás casos, y 5. o El mentol, que es frecuentemente usado en inhalaciones. THATAMIENTO QUIRÚHGICO.-EI tratamiento quirúrgico empleado para la sinusitis maxilar lo podemos dividir en dos métodos: el conservador y el de la curación radical. :\IETODO CONSERVADOR Este método consiste en practicar lavados en la cavidad sinusal o en los orificios naturales y artificiales. ORlflCIGS NATURALES.-Entre estos orificios no hay sino uno, el ostium maxilar, que pudiera servir para introducir el lavado, pero presenta el gran inconveniente de estar demasiado alto y dificultar por consiguiente la operación. ORIFICIOS ARTIFICIALES.-Los orificios artificiales aconsejados para penetrar al seno son: el nasal, el palatino, el maJar, la fosa canina y un hueco alveolar. Via nasa/.-Los lavados por el orificio artificial se practican después de hecha la función del antro. En cuanto al punto en donde se debe hacerla, hay muchas divergencias. Algunos opinan que en el meato inferior porque su situación declive permite lavar mejor la cavidad, y otros prefieren e] meato medio aun cuando no ofrece declive, por ser más delgado el hueso en dicho punto. Vía pa/atina.-Es muy difícil de practicar la punción por esta vía, que sólo presenta inconvenientt$ y ninguna - 31ventaja, por lo tanto debe ser rechazada de la práctica. Vía malar.-Esta vía, según la práctica de Wen, es defectuosa y deja fístula y cicatriz consiguiente de la mejilla. Sólo tiene aplicación cuando la infección se localiza en el prolongamiento zigomático. Vía de la fosa canina. Hablaremos de esta vía al referirnos al método de la curación radical. Vía alveolar. -La vía alveolar o buco-dental, procedimiento antiguo, señalado por Cooper (padre) es la verdaderamente científica, por ser el punto de declive del antro. La perforación por la región alveolar, es la más sencilla y la que a menudo tiene que practicar el dentista; con ella se obtíenen los más satisfactorios resultados. Dos casos pueden ocurrir: o existe una pieza o raigón enfermo o no hay osteoide ninguno. En el primer caso, debe hacerse la vulsión inmediata de la pieza y una vez practicada se introduce en el alvéolo un estilete bastante fino para persuadirnos si existe comunicación directa con el seno; si ésta existe, no es suficientemente ancha, debe ensancharse con un taladro o una fresa grande que tenga unos 3 o 4 milímetros de diámetro, adaptables a la máquina dental. Caso de que no haya pieza ninguna, debe hacerse la trepanación en el punto correspondiente al primer molar. Una vez extraído el primer molar, si no existe llna comunicación directa, debe preferirse el alvéolo de la raíz palatina para hacer la perforación, porque queda cerca del piso, y el taladro o la fresa con que se haga, han de dirigirse al piso de la órbita poniendo un tope bastante fuerte o formándolo con los dedos, para que no vaya más allá de uno y medío centfmetros, y evitar así herir el piso de la órbita y aún el ojo. Si existe comunicación por alguna de las raíces -32bucal es, el instumento debe dirigirse un poco hacia adentro para no ir a lesionar la pared externa del seno, la fosa zigomática o los tejidos de la mejilla. LAVADO DELSENo.-Una vez abierto el orificio se lava la cavidad varias veces con agua esterilizada, tibia, hasta que salga perfectamente limpia. No debe ponerse antiséptico desde el primer momento, porque estos descomponen la materia séptica y entonces es más difícil hacer la limpieza; es mejor lavar bien y después aplicar los medicamentos. Para estos lavados no debe emplearse la jeringa de curar abcesos alveolares, porque además de ser muy incómodo para el paciente, hay el inconveniente de no lavar bien el seno y de irritar la entrada a él por las frecuentes aplicaciones de la cánula. Prefiérase una jeringa grande, o un bok y hágase cada lavado por lo menos con 500 gr~. de liquido . .~ La cánula, que es generalmente de cobre, tiene una forma de media luna, adelgazada en la parte que debe introducirse en el seno, y más gruesa en la extremidad que corresponde al tubo de caucho. Esta cánula está unida al caucho del bok por el intermediario de un tubo de menor diámetro que éste. El paciente debe estar sentado y con la cabeza dirigida hacia abajo y hacia adelante, antes de soltar la corriente para que el líquido salga por la parte anterior de la nariz enferma y no corra hacia la faringe o a las vías respiratorias. Dos lavados al día son suficientes al principio del tratamitnto, para después ir espaciándolos hasta llegar a dos por semana. Deben aconsejarse los lavados en soluciones débiles con el fin de evitar la irritación de la - 33mucosa. Entre las soluciones más empleadas tenemos: el pcrmanganato de potasa al uno por dos mil (1/2000); agua salada esterilizada; sublimado al 1/5000 sin alcohol, formal al l' 1000, peróxido de hidrógeno de 4 a 6 volúmenes, sulfato de cobre al 1%, ácido bórico al 3 u otras mezclas antisépticas. Es conveniente cambiar con frecuencia de antisépticos porque los tejidos se acostumhran con facilidad. Los primeros lavados arrastran un pus fétido, espeso y cremo so. Al cabo de algunos dias gran parte del liquido inyectado sale ¡¡mpido, seguido de una masa moco purulenta que no se mezcla al resto del Ifquido; lo cual significa que el pus que era de origen dental directo, ha sido completamente evacuado y no queda sino la secresión secundaria de la mucosa sinusal. Esta noción es de una gran importancia para el tratamiento, porque en cuanto la secresión termina la curación está asegurada; pero para declararlo asi es preciso hacer dos o tres lavados más y asegurarse de que el agua sale perfectamente limpia. Mas si por el contrario, el Ifquido sale uniformemente purulento, entonces hay que pensar en una sinusitis grave, que necesita de intervención quirúrgica. Sin embargo, antes de llegar a ese extremo, mejor sería tratar la enfermedad con soluciones de nitrato de plata al I 1000 o con algunas soluciones yodadas, que han dado en algunos casos !11uy buenos resultados. Aconsejan algunos autores que se deje la abertura buco-dental sin obturar, pero el doctor Sebastián Carrasquilla, con la autoridad de la experiencia, nos dice que ese procedimiento tiene el gran inconveniente de que muchas veces con la secreción mucosa 'i con los alimentos se obtura el orificio, y después se dificulta hacer entrar la cánula, causando generalmente la irritación % , -34de la mucosa y consiguiente retardo en la curación. Y aconseja para evitar este inconveniente, dejar en el orificio una mecha de algodón impregnada en una solución débil glicero-yodada en los dos o tres primeros días, y después poner una cánula de plata con un disco soldado en la extremidad bucal para evitar su introducción completa en la cavidad del seno. Si este tratamiento no es suficiente y continúa la supuración sinusal, se recurrirá al tratamiento de la curación radical. TRATAMIENTO RADICAL Este tratamiento consiste en el raspado de las fungosidades, para el cual se emplean varios procedimientos; pero como el más usado y el que presenta mayores ventajas es el de Caldwell-Luc, será el único ,que describiremos aquí. MÉTODO DE CALDWELL-LuC.-Este método consiste en practicar la trepanación y legrado del seno por la fosa canina y en hacer una contra-abertura de la pared externa de la fosa nasal correspondiente. La operación se hace con anestesia general, combinada a la anestesia local por la cocaína en superficie, y por la novocaína en inyección bajo la mucosa. Se da principio a la operación levantando el labio superior y separando la comisura labial con dos separadores para poner al descubierto el campo operatorio. Aislada la región, con algodón o con gasa, se procede a practicar la incisión de la mucosa, cinco a seis miIfmetros del punto donde la mucosa gingival He refleja sobre la de la mejilla, incisión que empieza desde el primer molar a la ralz del canino, dividiendo las partes -35blandas hasta el hueso, para obtener un colgajo mucoso inferior. Al hacer la incisión se presentará estomatorragia, que se detiene con agua oxigenada o estipticina. Después de obtenida esta hemostasis, se rugina la fosa canina separando los labios y teniendo presente la colocación del nervio infra-orbitario para no herirlo. En seguida se procede a la perforación de la pared anterior del seno, con el martillo y la pinza gurbia, esta última empleada con el objeto de redondear los bordes y no dejar esquirla debajo de la encía. La extirpación debe ser amplia para facilitar la penetración de las curetas que deben emplearse en el raspado. (1) Al hacer la abertura de la pared sale un pus fétido y mezclado de sangre, que se recibe en algodón o gasa. y la hemorragia, que generalmente es abundante, se contiene con un hemostático, o mejor, con un taponamiento. Una vez ampliada la perforación se procede al legrado, para lo cual deben tenerse curetas de varias dimensiones, y luégo se procede a abrir una ancha comunicación entre el seno y la fosa nasal correspondiente; se drena con gasa aséptica que llene la cavidad y cuya extremidad salga por la fosa nasal, gasa que debe retirarse de las 24 a 48 horas, aplicando la anestesia c1orofórmica si ocasiona mucho dolor. Se termina la operación haciendo la sutura con catgut y en surget, y, por último, se le hacen las prescripciones o indicaciones necesarias al paciente. (1) Las perforaciones del seno, que los cirujanos practican con mucho esfuerzo y lentitud, dejando bordes imperfectos, pueden hacerse con extrema rapidez, dejando el orificio de bordes perfectamente circulares y netos, con taladros y fresas montados en la máquina dental. (CARIUSQUILLA). llIBLIOGRAFIA Tratado de Anatomía, L. TESTUT y FOIn'. Tratado de Patología Quirúrgica, Texto F. de Medicina. Tratado de Cirugla de la Cabeza y del Cuello, PRECEPTORES DE P AR[S. Tratado de Patología y Terapéufíca dentales, DR. SEBASTIÁN CARRASQUILLA. Conferencias de Patología Especial en el Colegio Dental de Bogotá, DR. MART1N CAMACHO.