NON SEQUITUR: UNA SERIE WEB DE HUMOR Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora Social con énfasis en Periodismo Autor Juan Sebastián Serrano Canal Director Andrés Mauricio Páramo Izquierdo Pontificia Universidad Javeriana Facultad de Comunicación y Lenguaje Carrera de Comunicación Social Bogotá, D.C. 2014 Bogota D.C., 24 de noviembre de 2014 SRA. MARISOL CANO FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA BOGOTA D.C. Estimada Decana: Me dirijo a usted para presentarle mi trabajo de grado titulado “Non Sequitur: una serie web de humor” para optar por el título de Comunicador Social con énfasis en Periodismo. Cordialmente, ______________________________________________ Juan Sebastián Serrano Canal C.C. 1.020.756.852 "La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en sus tesis de grado. Sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y moral católicos, y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales. Antes bien, se vea en ella el anhelo de buscar la verdad y la justicia" —Reglamento de la Pontificia Universidad Javeriana. Artículo 23 de la Resolución No. 13 de 1964. Tabla de contenido 1. INTRODUCCIÓN......................................................................................................................... 2 1.1 Objetivo General del Trabajo : ......................................................................................................... 2 1.2 Objetivos Específicos: ............................................................................................................................ 2 2. ¿POR QUÉ NECESITA COLOMBIA UNA NUEVA COMEDIA? .......................................... 3 2.1 Planteamiento del problema ........................................................................................................... 3 2.2. Justificación ............................................................................................................................................... 4 2.3 Revisión Literaria .................................................................................................................................... 5 3. MARCO TEÓRICO ................................................................................................................... 10 3.1 LO CÓMICO ................................................................................................................................................ 10 3.1.1 Lo cómico en las formas y gestos ....................................................................................... 12 3.1.2 Lo cómico de las situaciones ................................................................................................... 12 3.1.3 Lo cómico de las palabras ........................................................................................................ 14 3.1.4 Lo cómico de los tonos ................................................................................................................ 16 3.1.5 Lo cómico de los caracteres .................................................................................................... 16 3.1.6 La lógica del absurdo ................................................................................................................. 20 3.2 LA COMEDIA ............................................................................................................................................. 25 3.3 SÁTIRA E IRONÍA ................................................................................................................................... 29 3.3.1 Sátira: De lo primitivo a lo contemporáneo ................................................................... 29 3.3.2 Los temas de la sátira ................................................................................................................ 31 3.3.3 Las técnicas de la sátira ............................................................................................................ 33 3.3.4 Las formas de la sátira .............................................................................................................. 39 3.4 IRONÍA ......................................................................................................................................................... 44 3.4.1 La ironía estable ........................................................................................................................... 45 3.4.2 Pistas para detectar la ironía:............................................................................................... 49 3.5 SKETCHES Y SERIES WEB ................................................................................................................. 51 3.5.1 Punchline Vs Transición ........................................................................................................... 51 3.5.2 Cómo dirigir sketches ................................................................................................................. 52 3.5.3 Marcación o Blocking ................................................................................................................. 53 4. Fundamentación metodológica ....................................................................................... 54 5. CONCLUSIÓN ........................................................................................................................... 55 6. Bibliografía ............................................................................................................................. 56 7. ANEXOS ..................................................................................................................................... 59 7.1 Libreto La GuerraCcontra la Comida. Episodio Piloto de Non Sequitur .............. 59 7.2 Archivo digital. Primer corte La Guerra Contra la Comida. Episodio Piloto de Non Sequitur. .............................................................................................................................................. 59 1. INTRODUCCIÓN A pesar de no ser patrimonio exclusivo de la humanidad, la risa es una de las expresiones más auténticas y universales de la condición humana. Al igual que la espiritualidad o el arte, la capacidad de reír es una facultad que carece de utilidad aparente, pero que -podemos suponer- esta íntimamente ligada con la evolución de la especie en la medida que no ha desaparecido y es compartida por todas las culturas del planeta. La risa obedece al instinto y de ahí la fascinación que en mi genera. Jamás escogemos lo que nos va a causar risa - al menos no a un nivel consciente. Esto convierte a la risa en un herramienta comunicativa eficaz y misteriosa. La risa ejerce sobre nosotros una poderosa seducción que puede quebrantar prejuicios y bajar la guardia del pensamiento para abrir paso a nuevas ideas. En mi experiencia personal, la risa no solo ha sido un reflejo placentero activado por el sonido de un truculento pedo que rasga el silencio en una izada de bandera. Para mi la risa se ha convertido en una manera de entender y ser entendido, una forma de decir aquello que no debo decir, pero que tampoco logro contener. Es esta risa a la vez hedonista y utilitaria la que me he propuesto estudiar en el presente trabajo y la que pretendo provocar con el producto que lo acompaña. 1.1 Objetivo General del Trabajo : Realizar el episodio piloto de una serie web de humor político y de situación. 1.2 Objetivos Específicos: Responder a la pregunta: ¿Qué produce risa y por qué lo hace? Estudiar las estructuras narrativas y los recursos retóricos usados por humoristas y autores cómicos clásicos y contemporáneos. 2. ¿POR QUÉ NECESITA COLOMBIA UNA NUEVA COMEDIA? 2.1 Planteamiento del problema A menudo los colombianos nos ufanamos de ser un país alegre y con sentido del humor. En contraposición a los anglosajones a quienes caracterizamos como fríos y apáticos, gente que, a diferencia de nosotros, no es de ‘risafácil’. Por ejemplo, en Colombia acuñamos términos como el “mamagallismo” y la mayoría de nuestras emisoras y canales de televisión tienen a su propio ‘cuentachistes’ (otro colombianismo) de planta. ¿Realmente somos los colombianos tan graciosos como creemos? Pero a juzgar por el volumen y la calidad de nuestras producciones cómicas, no. Son contados los espacios en televisión para la comedia: Hace una década que Sábados Felices está anquilosado, atascado en el tiempo y en la franja Late del Sábado. El vacío dejado por la propuesta irreverente y ‘contraestética’ de La Tele (Noguera, 1993)y El Siguiente Programa (Osorio, 1997) ya lleva 13 años vacante. Salvo contadas excepciones, el humor en Colombia se limita a lo político. En cuanto a renovación, el Stand Up de los Comediantes de la Noche (Camargo, 2011), transmitido por el canal RCN, sigue siendo muy tímido; es puramente anecdótico, carece de provocación y está plagado de lugares comunes. En este aspecto nuestros comediantes son ampliamente superados por sus homólogos, los parcos anglosajones. En materia de seriados la situación no es mucho mejor. Nuestras comedias son excesivamente monotemáticas. Los libretistas colombianos solo buscan el humor en la polarización regional y en la brecha entre ricos y pobres. ‘Los Reyes’ (Ribero, 2005), ‘Nuevo rico, nuevo pobre’ (Marroquín, 2007), ‘Pedro el Escamoso’ (Orjuela, 2001), ‘La costeña y el cachaco’ (Restrepo, 2003) y ‘¿Donde carajos está Umaña?’ (Orjuela, 2011) son sintomáticas en este aspecto. Nuestras producciones se caracterizan por un humor ramplón que es sostenido por frases de cajón y actuaciones caricaturescas más que por personajes y situaciones cómicas. El crítico Ómar Rincón tocó el tema en su columna de El Tiempo, el pasado 1 de septiembre. A propósito de ‘Impares’ (Ruiz, 2013), la nueva comedia de City TV, Rincón explicó: “Las situaciones son excesivamente ridículas, porque buscan tanto el hacer reír que terminan en la exageración gratuita, y es que las parejas que se arman no tienen ninguna posibilidad real, son relaciones absurdas a las que solo se les ve la necesidad de buscar el chiste fácil. Las actuaciones son exageradas, sobreactuadas, excesivas. Y este es un mal colombiano: se dice humor y comienza la feria del exagere, el grotesco y el chiste fácil a lo Sábados felices. El humor no se busca en los personajes y sus neurosis, o en los diálogos y sus vínculos de sentido, o en las carencias amorosas de estas soledades contemporáneas; el humor se quiere producir como si fuese el efecto de un chiste o de una situación supuestamente picante pero inverosímil.” (Rincón, 2013). Parece que desde la muerte de Jaime Garzón y la cancelación de ‘El siguiente programa’ (Osorio, 1997), la sátira en Colombia se quedó huérfana. 2.2. Justificación El hecho de que los colombianos seamos gente de “risa fácil” ha engendrado comediantes y libretistas autocomplacientes. Seguramente, la comedia colombiana sea tan tímida y solapada por culpa de nuestra moral conservadora que ha vetado a la comedia de sus terrenos más fértiles. Es probable que a nuestro humor le falte peso porque en un país atravesado por la tragedia la gente se siente más atraída por el repentismo absolvedor del ‘cuentachistes’ que por la revelación culposa del verdadero comediante. Lo cierto es que los colombianos no parecemos listos para reírnos de nosotros mismos. Pero nos estamos preparando. Los ratings de los canales por cable y el creciente éxito de los programas por internet como Susana y Elvira (Ángel, 2012) son prueba de que en Colombia existe un público que demanda otra comedia. Una comedia que se base en premisas arriesgadas antes que en chistes, una comedia cargada de referencias culturales, una comedia que sea atrevida para hablar de sexo y violencia en lugar de ocultarse tras eufemismos. En general una comedia que subvierte los valores tradicionales de nuestra televisión y, sobre todo, de nuestra sociedad. Aquellos que nacimos después de la segunda mitad de los ochenta entendemos el potencial de la sátira, porque crecimos viendo Los Simpsons (Groening, 1989) y Futurama (Groening, 1999), todos los sábados después del almuerzo. Refinamos nuestro sentido del humor siguiendo las repeticiones de series de culto como Seinfeld (David & Seinfeld, 1989), Scrubs (Laurence, 2011) y Frasier (Angell, Casey, & Li, 1993). Y no creemos en tabúes luego de haber visto propuestas tan atrevidas como South Park (Parker & Matt, 1997) y Padre de Familia (MacFarlane, 1999). Considero que este es el nicho al cual debe dirigirse mi proyecto y que el medio apropiado para hacerlo es una serie web. Difundir el contenido por internet me atrae por varias razones: primero por su potencial viral, segundo, por la libertad de contenidos y, tercero, por los formatos cortos que predominan en internet. 2.3 Revisión Literaria ‘Enchufe TV’ (Robalino, Moya, Dominguez, & Ulloa, 2011) es una serie ecuatoriana que se difunde por Youtube en episodios que oscilan entre los cuatro y seis minutos de duración. Hacen principalmente humor de situación. Premisas del estilo “¿qué tal si”: qué tal si los ecuatorianos hubieran entrado en la carrera espacial, la vida fuera como Facebook, las relaciones heterosexuales fueran mal vistas etc. El primer episodio se emitió en noviembre de 2011 y hoy en día canal su canal de Youtube tiene 3’635.557 suscriptores. El éxito de la serie ha sido tal que el pasado 30 de agosto el canal Ecuavisa anunció que transmitirá la serie por televisión. El programa utiliza actores y lanza dos videos semanales: un sketch (entre 4 y 6 minutos) y un MicroYapa (un clip breve de menos de un minuto). La duración de los episodios es muy corta, un requisito en las series web. Sin embargo, alcanzan a desarrollar historias y personajes bien construidos y el aspecto técnico (actores, locaciones, cámara, fotografía) está muy bien logrado. En estos formatos cortos son muy importantes los finales y ‘Enchufe TV’ es contundente, pues da un giro relevante a la trama del capítulo. Vete a la Versh Otra de las series web consultadas es ‘Vete a la Versh’ (Alatriz, 2009). La cual, según su canal de Youtube, narra “Las ‘no-aventuras’ de Darkar, un adolescente sin mucho sentido de la moral y los valores, y Mecoboy, un ser 100% hecho de semen (sí, leíste bien...)” Este programa mexicano, creada por Roberto ‘Darkar’ Alatriz, se emite por Youtube desde 2009 y en la actualidad tiene 3.116.951 suscriptores. Es una animación y, tal como lo indica su presentación, juega mucho con lo escatológico y lo absurdo. Sus episodios son breves, entre dos y cinco minutos. Además, los capìtulos protagonizados por sus personajes son alternados con parodias, sobre todo de videojuegos. Tanto los temas como el lenguaje son fuertes: se recurre constantemente al lenguaje obsceno y sexual. La serie tiene una marcada influencia del humor estadounidense; está cargada de referencias a la cultura popular -la mayoría de ellas muy mexicanas, en general la comedia es algo muy local-. Equals 3 Con 18,225,994 suscriptores, ‘Equals 3’ (Johnson, 2009)es uno de los canales más exitosos de Youtube. El formato es simple: Ray William Johnson, creador del programa, presenta frente a una cámara videos virales y luego hace una pequeña rutina cómica a partir de ellos. Cada capítulo dura entre cuatro y seis minutos y se presentan 3 videos. Una de las claves del programa es la interacción con el público, pues son los seguidores quienes sugieren los clips e incluso envían una pregunta cómica al programa para que sea contestada por los demás suscriptores. Basado en videos virales, Ray William Johnson hace humor de observación y su rutina está plagada de chistes internos que sólo resultan comprensibles para quienes siguen juiciosamente el programa. El Pequeño Tirano La serie web de animación ‘El Pequeño Tirano’ (Rocha, Rivas, & Simón, 2009) es colombiana y gira alrededor de dos personajes, Tirano Diestro y Tirano Zurdo, caricaturas de los militantes de la extrema derecha e izquierda del país. Es un de humor distinto, marcadamente político y coyuntural. La serie vivió su apogeo durante la polarización política del gobierno Uribe. De hecho, su último video fue subido a Youtube en julio de 2010. La calidad técnica deja mucho que desear en sus primeros episodios, pero se puede apreciar una curva de aprendizaje. Los episodios son más cortos, entre uno y dos minutos, y buscan exponer una postura política, a través de la sátira, más que narrar una historia. Más allá del Tirano Diestro y el Tirano Zurdo (quienes parecen versiones desteñidas de Godofredo Cínico y el Compañero John Lenin) son interesantes las caricaturas que el programa hace de ciertos estamentos de la sociedad colombiana. Por ejemplo, Fercho Davila Lacouture Vives, una caricatura de los latifundistas beneficiados por AIS. Sin embargo, el programa y su humor son excesivamente políticos y polarizantes y hacen eco de voces críticas que marcaron un momento político del país. Por lo que ‘El Pequeño Tirano’ no tenía una propuesta cómica que pudiera perdurar. Internautismo Crónico El proyecto ‘Internautismo Crónico’ (Peláez , Pabón , & Mejia, 2008) tiene su sede en Sabaneta (Antioquia) y cuenta con 135, 089 suscriptores en su canal de Youtube. Publican distintos tipos de contenido como sketches, parodias de películas de Hollywood y de canciones exitosas en la radio colombiana e incluso sus detrás de camaras. La mayoría de su contenido es animado, pero los videos son de muy mala calidad. Sus “sketches” oscilan entre uno y tres minutos, pero rara vez logran narrar una historia. Algunos de ellos (los viernes de descaches) son simplemente un chiste (en la línea del “cuentachistes”clasico) llevado a animación. Sus videos más populares son las parodias musicales y ‘La Loca Política’, una sátira de la sección ‘La Cosa Política’. En últimas la propuesta de Internautismo Crónico reproduce los vicios del humor colombiano, la polarización política y la inmadurez: hacen una parodia titulada: ‘Me Cagué’. La Isla presidencial ‘La Isla Presidencial’ (Ravell & Gratziani, 2010)es una serie web creada en Venezuela que narra las aventuras de un grupo de presidentes latinoamericanos, además del Primer Ministro y el Rey de España, que naufragaron en una isla desierta, tras una cumbre Iberoamericana. Sus episodios oscilan entre los cuatro y seis minutos de duración y hasta el momento han lanzado tres temporadas. Es interesante que este programa no se queda sólo en lo político o en los sucesos de actualidad, sino que a partir de ellos crea su propio mundo. Cada episodio desarrolla una trama que va más allá de la coyuntura y que es relevante en la supervivencia de los personajes en la isla. El programa no toma partido, al menos no de manera evidente, y se interesa por los defectos y virtudes de los presidentes en la medida que puedan servir a la trama. Además, la serie es rica en referencias a la cultura pop como StarWars y The Wall. Al ser sus capítulos un poco más largos, la serie usa recursos narrativos más sofisticados como montajes musicales, flashbacks y viñetas audiovisuales que le dan mucho ritmo a las historias. Between two ferns La serie Between Two Ferns (Galifianakis, 2008), disponible en el portal humorístico funnyordie.com, es una parodia a los programas de entrevistas de Hollywood. Su anfitrion, Zach Galifianakis, no se interesa mucho en lo que tengan que decir sus invitados, entre los cuales se cuentan celebridades de la talla de Bruce Willis, Natalie Portman, Sean Penn, Ben Stiller e incluso Justin Bieber. El humor de Galifianakis es provocativo y muy inapropiado. A menudo se burla de los invitados y los interrumpe para promocionar productos. Los episodios oscilan entre los cuatro y cinco minutos y hasta la fecha se han producido 17. El éxito de esta serie se debe en buena parte a las celebridades que en ella aparecen, pues el propio Galifianakis es un actor bastante conocido. A pesar de no ser un producto de bajo presupuesto, esta serie opta por una estética “tipo b” en cuanto a set e iluminación. El programa también tiene mucho contenido “freak” como la inclusión de mascotas, la aparición de una barra de SpeedStick colgada de un nylon y el entrevistador dándole golpes de cinturón a Justin Bieber. The Guild ‘The Guild’ (Felicia, 2007)es considerada una de las pioneras en las series web. Fue creada por Felicia Day, una actriz que para la época se encontraba desempleada y que durante los últimos dos años se había dedicado a los juegos de rol en línea. Day escribió un piloto para televisión acerca de su experiencia como adicta a esta actividad y su propuesta fue rechazada. Entonces, empezó a emitirlo por Youtube. Este es un buen ejemplo de cómo el humor en internet suele ser autorreferencial (burlarse de las cosas que suceden dentro del mundo virtual). El programa utiliza un lenguaje muy propio de la red, todos los capítulos abren con una toma estilo videoblog y las abreviaciones virtuales y emoticones hacen parte de los libretos. La serie es graciosa -aunque no tan provocadora como otras- y da una mirada interesante al mundo de los ‘Gamers’, quienes contrario a lo que se piensa no siempre son obesos y viven en el sótano de la mamá. Felicia Day filmó los primeros tres episodios con su dinero, el resto de la primera temporada fue financiado a través de donaciones que sus propios seguidores hacían online. A la fecha, el programa ha emitido seis temporadas y es patrocinado por Microsoft y Verizon (un operador de telefonía celular). Monty Python A pesar de no tratarse de una serie web, incluyo al programa británico de televisión Monty Python (MacNaughton, 1969) por ser pionero en el formato de los “skectches”. Los capítulos de 30 minutos de Monty Python están divididos en partes de cinco a ocho minutos que se desarrollan sobre premisas separadas y absurdas. Por ejemplo: Karl Marx, Mao TseTung, Che Guevara y Lenin reunidos un panel de televisión para responder preguntas de trivia deportiva. Luego continúa un breve segmento de animación que hace el enlace con otro sketch completamente distinto; en el que un poeta recrimina a su hijo por ser un amanerado que escogió la minería como profesión. Es un formato dinámico que puede funcionar en internet. 3. MARCO TEÓRICO 3.1 LO CÓMICO La Real academia de la lengua española (RAE) define lo cómico como “aquello que divierte y hace reír” (Real Academia de la Lengua Española, 2001). En su estudio La Risa, (Bergson, 1957), Henri Bergson hace un análisis minucioso de la psicología de la risa y de las distintas ´preparaciones’ de lo cómico. Perteneciente a las escuelas del espiritualismo y vitalismo, Bergson rechaza al racionalismo y el influjo de las ciencias exactas que el positivismo trajo a la filosofía. De ahí que en su estudio de la risa, se oponga a dar una definición (al menos en el sentido convencional) de la objeto de estudio y se dedique más bien a buscar en nuestro espíritu o consciencia esos mecanismos que hacen brotar la risa. Bergson asocia lo cómico con la fantasía. Entiende por fantasía la facultad que tiene la mente humana para reproducir cosas inexistentes o de idealizar las cosas reales. Respecto a la fantasía cómica, Bergson anota que es explicable a su propia manera y que es metódica dentro de su propia locura. Series animadas como Los Simpsons (Groening M. , 1989) y South Park (Parker & Matt, 1997) son buenos ejemplos de cómo plantear universos cómicos en los cuales la fantasía –gracias a las posibilidades técnicas de la animación- es explotada al máximo pero cuidándose siempre de no romper la lógica interna del programa. Por ejemplo: En el universo cómico de los Simpsons es posible que el expresidente George Bush Sénior se mude a una casa ubicada directamente frente a la de los Simpson o que Homero Simpson vaya al espacio en un transbordador de la NASA. Sin embargo, hechos ‘cotidianos’ como un divorcio entre Homero y Marge resultan inconcebibles. Para Bergson (1957), la risa es un ejercicio cruel e intelectual. No podemos reírnos de lo que nos conmueve; la risa debe anestesiar el corazón y acallar la piedad para hacer un ejercicio de inteligencia pura. Bergson también tiene una noción social de la risa; para él la risa debe ser compartida pues no podemos disfrutar de lo cómico aislados de la sociedad. Esta afirmación es fácilmente comprobable cuando asistimos a un teatro de cine para ver una buena película cómica. Durante algunos segmentos de la película nos reiremos en voz alta junto a los demás espectadores. Ahora supongamos que vemos la misma película solos en casa. Probablemente habrá un par de momentos en los que riamos en soledad, pero de ninguna manera serán equivalentes en cantidad o intensidad a las carcajadas que derrochamos como espectadores en el teatro. 3.1.1 Lo cómico en las formas y gestos Respecto al gesto cómico, el autor afirma: “Tanto más cómica es una cara en cuanto mayor es la fuerza con la que sugiere una sencilla acción mecánica que ha absorbido toda la personalidad” (Bergson, 1957) y luego agrega: “Imitar a alguien es extraer lo que de automatismo se ha introducido en su persona” (Bergson, 1957). Bergson (1957) establece como premisa que cualquier deformidad (física) que pueda ser imitada por una persona normal es cómica. Bergson presenta como evidencia al jorobado. Bergson Invita al lector a fijarse en la parincia de alguien jorobado pero absteniéndose de razonar; quedándose solo con la impresión más intuitiva e inmediata posible. Entonces se tendrá la impresión de que el jorobado es en realidad un hombre que simplemente no se pone derecho, un hombre cuya espalda ha adoptado una posición irracional. Puesto en palabras de Bergson un jorobado es un hombre que “esta haciendo muecas con el cuerpo” (Bergson, 1957). El mismo principio puede extrapolarse a las personalidades; fijando nuestra atención en los vicios que son para el autor “las jorobas de la naturaleza”. En general los gestos cómicos son aquellos que evocan en el espectador la idea de algo rígido y petrificado, ajeno a la naturaleza flexible y eternamente variable del ser humano. 3.1.2 Lo cómico de las situaciones Bergson (1957) resalta 3 mecanismos que hacen cómica una situación: Repetición Presentar la misma situación varias veces en la misma obra siempre surte un efecto cómico porque exagera los rasgos rígidos y mecánicos de la vida. No se trata de una repetición literal de escenas (esto es aburrido y poco creativo), se trata de repetir una situación idéntica con distintos personajes (por ejemplo: Los criados repiten una escena que ya habían representado sus patrones) o de repetir un conjunto de personajes y diálogos en contextos distintos. Inversión Para Bergson (1957) este es el mecanismo más utilizado en comedia. La inversión de valores se suele utilizar para hacer denunciar el vicio en una sociedad. Los ejemplos más comunes son los ricos en el lugar de los pobres (este ya esta gastadísimo en Colombia) y el ladrón robado (este tiene mucho potencial ya que la corrupción siempre es un tema de agenda en Colombia). En La paz de Aristófanes (Aristófanes, 1970) se encuentra un buen ejemplo de cómo funcionan la repetición y también la inversión dentro de una misma escena: El diálogo entre Hierocles (adivino partidario de la guerra) y Trigeo (el héroe que quiere devolver la paz a los atenienses) se repite pero en sentidos inversos. En el primer acto Hierocles provoca a Trigeo al decirle que la paz llegará “cuando se haya juntado el lobo con la oveja” y que hacer una ofrenda por ella era como “tratar de suavizar al espinoso erizo”. La situación se revierte en tercer acto cuando la ofrenda esta lista y Hierocles pretende que le sirvan un trozo de carne: Trigeo le responde que hace falta primero “juntar al lobo con la oveja” y ante las súplicas de Hierocles, le pide finalmente que se detenga pues “jamás logrará suavizar al espinoso erizo.” Interferencia La interferencia produce risa cuando se presenta a manera de casualidad. A manera de ejemplo Bergson (1957) señala que si nos encontramos a un conocido una vez no nos parecerá gracioso, pero si lo encontramos 5 veces en un día será gracioso por el tamaño de la casualidad. Un segundo tipo de interferencia se da cuando se superponen el pasado y el presente. La serie Seinfeld (David & Seinfeld, Seinfeld, 1989), emitida en Estados Unidos entre 1989 y 1998, se especializó en el humor de casualidades. Usualmente los cuatro personajes de la serie (Jerry, George, Kramer y Elaine) se enfrascaban en conflictos independientes que en realidad estaban conectados por la casualidad. En el episodio The Stall (David & Seinfeld , 1994) Elaine tiene un altercado verbal con una mujer que ocupa la cabina siguiente en un baño público. Más adelante Elaine descubre que dicha mujer es la pareja de su amigo Jerry Seinfeld (ex pareja de Elaine y protagonista principal de la serie), la casulidad es aún mayor (y por ende más cómica) si tenemos en cuenta que la identidad de la mujer es revelada por Kramer, un vecino de Jerry quien reconoce inmediatamente la voz de la mujer pues ha conversado con ella miles de veces a través una línea caliente. Hechos históricos representados un contexto actual o personajes contemporáneos situados en situaciones ajenas y distantes en el tiempo suelen resultar graciosos. Este es un segundo tipo de interferencia que Bergson llama superposición. Es llamativo por que apela al carácter repetitivo de la historia es una buena manera para ficcionar temas de la vida real. 3.1.3 Lo cómico de las palabras Según Bergson (1957) las palabras causan risa cuando son graciosas o ingeniosas. La diferencia entre estas dos cualidades radica en que las palabras graciosas nos hacen reír de quien las pronuncia, las ingeniosas nos hacen reír de nosotros mismos o de un tercero. La comedia se eleva cuando consta de palabras ingeniosas más que graciosas. El hombre de ingenio es aquel que no solo manipula las ideas sino que es capaz de verlas, escucharlas y hacerlas dialogar entre sí como personajes. Igualmente para este autor en toda frase ingeniosa hay en principio una escena cómica. La fórmula para “destilar” la escena es: Condensar, agrandar, personificar. A manera de ejemplo Bergson cita la siguiente frase de El Amor Médico de Moliere : “Me duele tu pecho” (Molière, 1974). Estas palabras, dirigidas por un padre a su hija convaleciente, están sucedidas por la entrada a escena del personal médico, quienes se dirigen inmediatamente a auscultar al padre y no a la hija. El ingenio se dirige al sentido común. Toma una metáfora o un razonamiento, lo condensa y lo vuelve en contra de quien lo hizo. Convirtiendo en paradoja una idea aparentemente común. Las “frases hechas” o clichés tienen infinito potencial cómico siempre que contengan en si algo de contradicción que pueda ser acentuado. Bergson (1957) señala la siguiente fórmula para obtener frases cómicas: Vaciar una idea absurda en el molde de una frase consagrada. Cita como ejemplo la siguiente frase pronunciada por Monsieur Prudhomme - personaje cómico creado por Henry Monnier-: “Solo Dios tiene el derecho de matar a un semejante”. La frase es ingeniosa por denunciar la contradicción entre dos preceptos generalmente aceptados por la burguesía de la época: Dios es el único que puede disponer de la vida de un hombre y los seres humanos somos creados a la imagen y semejanza de dios. Para Bergson (1957) el mismo principio de exagerar y condensar puede aplicarse sobre una metáfora. Cuando se usan palabras que materializan violentamente lo figurado resultará de la metáfora una imagen cómica. Me remito de nuevo a la comedia de Aristófanes (Aristófanes, 1970): Cuando el dios Mercurio increpa a los atenienses por haber elegido a Hipérbolo como gobernante, Trigeo responde: “Nuestras decisiones serán de cierto modo más claras, puesto que él es fabricante de linternas.” Al reducir la metáfora a su materialidad, Aristófanes obtiene una imagen cómica. Este paso brusco de lo figurado a lo literal es otra de las fórmulas cómicas de Bergson. 3.1.4 Lo cómico de los tonos Otra de las preparaciones cómicas citadas por Bergson: “Se obtendrá un efecto cómico siempre que se transporte a otro tono la expresión natural de una idea”. Los polos opuestos en el espectro de los tonos son la solemnidad y la familiaridad. Cuando lo solemne es tratado con un tono familiar estamos parodiando. (Dioselina, la cocinera de Palacio personificada por Jaime Garzón en Zoociedad (Garzón, Zoociedad, 1990), trataba temas de la vida política del país como si estuviera ventilando intimidades de una familia.) Cuando el proceso se da al revés se llama exageración. Según Bergson (1957), la trasposición moral es otra manera de usar el tono para producir risa. Por trasposición moral se refiere por ejemplo a enaltecer lo vil. Este recurso era usado a menudo en El siguiente programa (Osorio, 1997) donde prácticas viles eran tratadas como si fueran el deber ser en la sociedad (Viene a la mente una visita de los personajes a ‘La universidad del peculado’, o la presentación del ‘Ballet de Atracadores de Óscar Borda’ en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Bogotá). Ambos buenos ejemplo de cómo de la vileza adornada e institucionalizada tiene efectos cómicos. Para Bergson (1957) el humorista que quiere hacer crítica social debe ir a lo más profundo del mal y anotar sus particularidades con aparente frialdad e indiferencia. En este sentido es un “moralista disfrazado de científico” (Bergson, 1957). 3.1.5 Lo cómico de los caracteres Lo cómico expresa una desadaptación particular del individuo a la sociedad. La risa humilla para corregir, nos reímos de un carácter rígido para suavizarlo. Por ejemplo nos reímos de Kramer (el personaje de la serie Seinfeld (David & Seinfeld, 1989) porque es un pelo rebelde en la cabellera lisa de la sociedad: Kramer no tiene trabajo ni pareja estable, tampoco tiene citas convencionales, irrumpe constantemente y sin autorización en la casa de Jerry Seinfeld y en general se rehúsa a encajar en cualquier protocolo social. Bergson (1957) diría que nos reímos para “peinar” a personajes como Kramer y con la esperanza de reintegrarlos a la manada. No nos reímos de los defectos de un personaje porque sean inmorales, nos reímos porque sus defectos son insociables. El autor también insiste en el carácter insensible de la comedia. Para Bergson (1957) la risa se detiene cuando nos conmovemos con los personajes y por ello el autor cómico debe cuidarse de no conmover a los espectadores. ¿Pero cómo? Bergson responde: “En vez de concentrar nuestra atención sobre las acciones (la comedia) la encauza más bien hacia los gestos (actitudes, movimientos y palabras)” (Bergson, 1957) El gesto tiene algo automático, algo que responde a algún desperfecto interno y no a un estímulo. La acción es consciente y proporcional a un sentimiento que la inspira. Hay un tránsito gradual del sentimiento a la acción que nos interesa y nos hace tomarle en serio. El gesto es una respuesta explosiva que nos impide tomar algo en serio. Para Bergson (1957) la acción es primordial en el drama pero secundaria en la comedia. Los personajes cómicos tienen el alma aislada, enterrada bajo un arsenal de gestos, y por ello nos dan la impresión de que actuarían igual bajo cualquier situación. Argumenta Bergson (1957) que todo carácter distraído es cómico y entre más profunda su distracción, más cómico será. El personaje cómico no es cómico por lo que diga o haga, es cómico porque hay algo en su persona que él mismo ignora y que sale a flote como distracción y automatismo. Los personajes cómicos se olvidan de mirar alrededor y sobre todo a ellos mismos. El Quijote es para Bergson el personaje más cómico en la historia por su distracción sistemática. Un carácter cómico deberá ser superficial, para que no rebase el tono de la comedia, y debe ignorar lo que hay de risible en sí mismo, ya que lo cómico es siempre inconsciente. Bergson (1957) enfatiza que la personalidad cómica debe “estar llena de indulgencias hacia misma, para que se muestre sin escrúpulos y habrá de ser molesta para los demás, a fin de que la repriman” (Bergson, 1957). (Uno podría creer que esta última sentencia hace alusión a Homero Simpson, de no ser porque Bergson la escribió 60 años antes de la primera emisión de Los Simpsons (Groening M. , 1989). Uno de los arquetipos del carácter cómico presentado por Bergson es ‘El Vanidoso’. Bergson resalta que la vanidad “es superficial y a la vez profunda. Las heridas que infiere no son graves y, sin embargo, nunca sanan.” Esta ambigüedad entre lo grave y lo trivial hace que la vanidad sea el defecto cómico por excelencia. Para este autor la modestia es un valor cultivado y que en buena parte se desprende del miedo a parecer ridículos (Bergson, 1957). La vanidad, producto de la vida social, puede convertirse en un estorbo para la misma. Demasiada vanidad nos envenena, por eso el cuerpo libera la risa para neutralizarla. Para Bergson “la risa es el remedio específico de la vanidad y el defecto esencialmente risible es la vanidad” (Bergson, 1957). Aparte de la vanidad, el autor también describe otras cuantas “direcciones cómicas”. Los oficios y las profesiones son una fuente casi inagotable de caracteres cómicos. La vanidad profesional es el defecto a buscar y resaltar en las profesiones. Bergson toma como ejemplo a un personaje de Eugene Labiche (1815-1888) que no concibe ninguna profesión distinta ser comerciante de madera: “Esta clase de vanidad tiende a convertirse en solemne cuanto mayor charlatanismo se involucre la profesión, es un hecho que cuanto más se discute una profesión más tienden a creerse los que la practican a creerse investidos de algún sacerdocio. Las profesiones útiles han sido manifiestamente hechas para el público; pero las de utilidad menos explícita sólo pueden justificar su existencia suponiendo que el público ha sido hecho para ellas.” (Bergson, 1957) Este pasaje (que pareciera aludir a los abogados colombianos) en realidad hace referencia a los médicos de Moliere (Molière, 1974) quienes suelen tratar al enfermo como si hubiera sido creado para el médico y hablan de la naturaleza como si dependiera de la medicina. Bergson (1957) resume que hay un efecto cómico en cuanto las lógicas profesionales toman por verdaderas ciertas premisas que para el resto de los mortales son falsas. El defecto a buscar es un cierto ‘endurecimiento profesional’ que hace que el personaje cómico se ajuste tanto a la rigidez de su profesión que no lo queda espacio para conmoverse como los demás hombres. Otra manera de tomar provecho de lo cómico de las profesiones es el lenguaje técnico fuera de contexto. “Se hace que el juez, el médico, el soldado apliquen a las cosas corrientes el lenguaje del derecho, de la estrategia o de la medicina como si fuesen incapaces de hablar como el resto mundo” (Bergson, 1957). Para Bergson esta es una fórmula que produce un efecto cómico “grosero” que puede hacerse más delicado en la medida que refleje una particularidad del carácter a la vez que un hábito profesional. ¡Quac!, el noticiero satírico creado por Jaime garzon en 1995, incluía ocasionalmente una sección llamada el Quemando Central en esta un oficial de la policía intrepretado por Garzón, explicaba algunos sucesos de la vida nacional con el argot propio dela milicia. De esta forma el agente alertaba a los televidentes acerca de los “Cohetes con propulsión de voladores tipo Villa de Leyva, recubrimiento en cerámica traída de Ráquira y disparo tipo sicario teledirigido via Telecom” (Garzón, 1995). Esta superposición de elementos propios del folklore colombiano y el lenguaje de la guerra tiene el poderoso efecto de mostrar hasta que punto se ha difuminado la línea entre ambas. Este tipo de razonamiento es llamado por Mathew Hodgart “razonamiento bisociado” (Hodgart, 1969) y me ocuparé de el más a profundidad en el siguiente capítulo. 3.1.6 La lógica del absurdo Theophile Gautier (1811-1872) (Gautier, 1884) dijo que lo cómico extravagante es la lógica del absurdo. Esta idea tuvo mucho eco en la filosofía de la risa. Según Gautier lo que nos hace reír sería el absurdo realizado y visible, o algo que es absurdo por un lado pero perfectamente razonable por otro. Bergson (1957) reconoce que hay algo de cierto en esta idea, pero difiere en la medida que, para él, lo absurdo es un efecto y no la causa de lo cómico. En la lógica cotidiana y saludable ajustamos nuestra inteligencia para interpretar las cosas que vemos. Por ejemplo, si vamos por el campo y advertimos una estructura de brazos enormes traemos a nuestra memoria el recuerdo de un molino, aun si antes de salir de casa estábamos leyendo una novela de caballería. Nuestra mente evoca las ideas que mejor le sirven para interpretar la realidad a la que se enfrenta. Al Quijote le pasa lo contrario: Ajusta la realidad a sus ideas y por eso encuentra gigantes donde los demás vemos molinos. Ve delante lo que piensa en lugar de pensar lo que ve y por eso es el tipo general del absurdo cómico (Bergson, 1957). Esta inversión del sentido común es similar a la obsesión y la locura. Sin embargo, estos padecimientos mentales son- en opinión de Bergson- muy serios para hacernos reír: “Solo podríamos reírnos de una locura que no afecte la salud general del espíritu, como la de los sueños” (Bergson, 1957). Es posible que hoy en día la línea de lo risible se haya corrido unos metros para hacerse más despiadada y más permisiva. En los sueños nuestra inteligencia funciona como la del Quijote: no busca en el exterior sino un pretexto para materializar sus fantasías. Durante el sueño experimentamos una cierta relajación de las reglas del razonamiento. Para Bergson (1957) los razonamientos que nos mueven a la risa son aquellos que aun sabiendo que son falsos podríamos tomar por verdaderos si los oyéramos en sueños: “Me pregunto si no podrían acercarse al sueño ciertas escenas altamente cómicas en las que un personaje va diciendo al revés lo que otro le apunta al oído.” (Bergson, 1957) Otra semejanza entre lo cómico y los sueños es la obsesión o idea fija. Para Bergson, tanto en los sueños como en la fantasía cómica hay elementos que se repiten, siempre los mismos, pero siempre con un significado distinto. El último paralelo que traza el autor entre lo cómico y los sueños es la sensación de crescendo que tiene el absurdo en ambos. Los sueños a menudo parten de lugares o situaciones que nos resultan familiares y poco a poco van resbalando hacia lugares donde la lógica y las convenciones sociales se ven desplazadas por la fantasía (Bergson, 1957). Bergson encuentra este rasgo en muchas de las comedias de Moliere, sobre todo en El burgués gentilhombre (1670), en la que los personajes se ven arrastrados por un torbellino de locura creciente, tanto así que la obra termina con las siguientes palabras : “Si se encuentra otro más loco iré a decirlo a Roma”. Todo el estudio de Bergson (1957) apunta a la risa como medio de corrección: “A las impertinencias la sociedad responde con la risa, que es una impertinencia aún mayor. La risa, entonces, no será muy benévola pues pagará el mal con el mal.” (Bergson, 1957) Cuando se ríe, hay un primer instante de simpatía absoluta con el personaje cómico. Nos ponemos en su sitio y adoptamos sus palabras y sus gestos. Según Bergson (1957) esto tiene que ver con un impulso al reposo que acompaña a la risa: “Permanecer en contacto con las cosas y los hombres, no ver sino lo que es y no pensar sino lo que se tiene, exige un constante esfuerzo de tensión intelectual. Esto es ‘el buen sentido’, esto es trabajo. En cambio desprenderse de las cosas y seguir percibiendo imágenes, romper con la lógica y seguir coordinando las ideas, nos habla del reposo. El absurdo cómico da la impresión de un juego de ideas. Nuestro primer impulso es unirnos al juego porque nos descansa de la fatiga de pensar”. (Bergson, 1957) En este punto Bergson involucra al espectador en el crescendo de la comedia. Cuando disfrutamos una comedia, nos dejamos llevar por el absurdo como placer culposo. Esta última reflexión me parece muy importante: La gente no consume comedias por un placer erudito; un ejercicio intelectual o dialéctico, la gente consume comedias para descansar de la fatiga de la vida. Esta afirmación puede resultar polémica -no en vano muchos afirman que les gusta alguna comedia porque “los hace pensar”- pero en este caso estoy del lado de Bergson. Puede que algunas comedias - usualmente las mejores- inviten a alguna reflexión, sin embargo no es esto lo que nos cautiva. Lo que nos atrae a una comedia es la manera sugerente, ingeniosa y algo distorsionada en la que se nos plantea una idea. Probablemente ya habíamos sido invitados a seguir esa línea de pensamiento, pero solo hasta ahora nos sentimos atraídos por la idea. Lo cómico no es superior por su calidad argumentativa, sino por estimular en nosotros algo más primitivo, eso mismo que nos hacía reír cuando niños. Bergson (1957) hace una analogía brillante entre el deleite del espectador de una buena comedia y el del bebedor, “que nota agradablemente como va resbalando hacia un estado en el que ya no tendrán para el valor alguno ni la lógica ni las convenciones sociales.” (Bergson, 1957) Retomando la idea de la risa como un mecanismo de corrección Bergson (1957) dice que rompemos nuestra identificación con el personaje cómico como el padre que gatea para tomar parte de las travesuras de su hijo por un instante para levantarse y reprenderlo. Sólo que como espectadores reprendemos con risa: “La sociedad se venga por su medio de las libertades que con ella se han tomado (...) no llenaría sus fines la risa si llevara el sello de la simpatía y de la bondad” (Bergson, 1957) Bergson se pregunta si en el fondo la risa tendrá una buena intención; “¿será que reprende porque ama y para invitarnos a corregirnos?” (Bergson, 1957) Pero la respuesta es no. “La risa es efecto de un mecanismo montado en nosotros por la naturaleza, o lo que es lo mismo, una antiquísima costumbre social. Este mecanismo funciona de por sí, no tiene tiempo de pararse a ver donde da. La risa castiga como las enfermedades: hiriendo a inocentes y respetando culpables.” (Bergson, 1957) Nunca se puede perder de vista que el propósito de la risa es intimidar humillando y que no existiría si no hubiera algo de maldad hasta en el mejor de los hombres. La edición consultada incluye un texto escrito por Bergson pocos meses después de la publicación de su libro y en respuesta al zoólogo Yves Delage, quien propuso la siguiente definición de lo cómico: “Para que una cosa sea cómica es preciso que entre el efecto y la causa haya desarmonía” (Yves Delage citado por Bergson, 1957). Bergson anota que si bien los rasgos aludidos pertenecen a lo cómico, la definición de Delage era demasiado amplia y que al hacer una revisión detallada se encontraría este mismo rasgo en muchas cosas que no son cómicas. Para Bergson esta y todas las demás definiciones que tratan de limitar lo cómico a algunos rasgos fracasarían de la misma manera. Lo cómico ha de ser buscado en las causas y por ello cualquiera que aspire a dar una definición de lo cómico deberá también aportar el medio de construir el objeto definido, es decir, como componer algo cómico. Me pareció muy acertada esa reflexión de Bergson ya que tras haberlo estudiado, me doy cuenta de que su libro, más que un acercamiento teórico a la risa, es un inventario de fórmulas cómicas. Vale la pena anotar que Bergson (1957) se ocupa de lo cómico entendido como aquello que nos provoca risa y que para ello se vale de muchos ejemplos tomados de la vida cotidiana y sobretodo de pasajes de obras celebres de la época. Al no ser un crítico literario, Bergson no emprende el estudio de la comedia, género literario donde todo lo risible encuentra su lugar por excelencia. Aún así, el autor llega a aproximarse al tema mientras reflexiona acerca de las diferencias que existen entre autores cómicos y dramaticos: El drama (como todo el arte) viene de lo más íntimo del autor. Es individual e irrepetible. Los personajes del drama son tan reales que parecen personas. La obra del poeta cómico se nutre de afuera, de los demás. Es fruto de una observación inductiva: Promedios, generalizaciones, tipos, etc. Con base en esta observación, el autor llega a unos caracteres que procuran asemejarse a lo que hemos visto en la vida real, lo repetible. Mientras que el arte, según Bergson, rechaza la vida social para volver a la sencillez de la naturaleza, la comedia pretende agradar. Acepta la vida en sociedad y pretende instalarse en ella. Bergson cierra esta comparación con una de las frases más elocuentes de todo su texto: “Entre la vida y el arte, oscila la comedia” (Bergson, 1957). 3.2 LA COMEDIA Según la RAE la comedia es una “Obra dramática, teatral o cinematográfica, en cuya acción predominan los aspectos placenteros, festivos o humorísticos” (Real Academia de la Lengua Española, 2001). Northtrop Frye es un reconocido critico canadiense en su obra más famosa, Anatomia de la critica (2009) se ocupa exhaustivamente de la comedia desde un punto de vista teórico; sus estructuras, sus recursos y sus arquetipos. Frye, estudia la comedia como un género, un tipo particular de historias que comparten ciertos rasgos: Frye (2009) señala que la trama de una comedia suele empezar con una ley absurda que debe ser rota por el héroe cómico. Dicha ley es vigilada por un personaje poderoso y tiránico, quien es víctima de alguna obsesión o tara (igualmente absurda) y usa su poder para mantener a toda la sociedad presa de la misma obsesión. Evidentemente en una comedia el héroe triunfa en su lucha (al menos en las comedias clásicas, hoy en día esto se ha revaluado) y el universo inicial es transformado positivamente al ser librado de la obsesión impuesta por el tirano. Un rasgo particular de la comedia es que la transformación suele ser inofensiva pues todos (o casi todos) los personajes del universo de partida (tiránico y absurdo) son reintegrados al universo final (libre y justo). Esto implica que en la comedia los personajes antagónicos van transformándose, aunque Frye aclara que uno o varios personajes antagónicos pueden ser eliminados del universo final a manera de chivos expiatorios. Esta transición entre dos universos o sociedades suele ser marcada por una gran fiesta, hecho que puede atribuirse a la naturaleza subversiva de todo carnaval. Puesto en términos más concretos el arquetipo de la historia cómica es el siguiente: Un hombre joven está enamorado y – movido por los más nobles propósitosquiere casarse. Sin embargo, el padre de su enamorada se opone radicalmente por alguna objeción absurda y arbitraria, que es compartida por toda la sociedad. Hay una confrontación entre los dos de la cual el joven resulta victorioso. Al final todos celebran en una boda enorme en la que incluso los más fieles escuderos del padre villano son reintegrados a una sociedad más feliz (aunque usualmente menos opulenta). Sólo resulta excluido el padre de la novia, quien tras perder la confrontación es desterrado de la historia pues en el nueva sociedad no hay lugar para sus arbitrariedades (Frye, 2009). Las tramas cómicas también tienen unos personajes arquetípicos, que para Frye son los siguientes: Eiron: El héroe cómico. Suele ser una versión “aterrizada” del héroe dramático. Tiene carencias e imperfecciones de carácter; parte del encanto de la comedia es bajar al héroe de su pedestal. (Vienen a la mente películas y series como Austin Powers, Y,¿ donde está el policía?, o Superagente 87, producciones que rididculizan el mundo de los espías al poner en su lugar personajes con los defectos del hombre común y corriente.) El héroe cómico destaca entre los demás personajes de la comedia por mantener una actitud flexible y pragmática que lo hace menos susceptible a la sátira que los demás personajes (aunque no invulnerable). Suelen ser personajes jóvenes y sin mayores riquezas materiales. El héroe cómico suele estar acompañado de un “esclavo astuto”, este puede ser un aprendiz, confidente, mayordomo etc. Este “esclavo astuto” suele descubrir el eslabón final para la victoria del héroe. (Retomando el ejemplo de las comedias de espías, este rol suele ser dado a un personaje femenino: La amante/escudera del incompetente espía) (Frye, 2009). Alazon: El villano. Sobre él se dirige con mayor intensidad la sátira. Es un personaje que pierde la cabeza y hace amenazas con frecuencia. El villano cómico suele estar marcado por una obsesión, que lo vuelve absurdo más que peligroso. Frye advierte que es muy raro que personajes femeninos adopten este rol. Se acostumbra que el villano cómico sea un hombre mayor, con riqueza y poder. El villano clásico en comedia es el padre intransigente. El autor hace la salvedad de que este villano puede reintegrase al nuevo universo tras su derrota y afirma que las comedias están llenas de redenciones y conversiones improbables. Por eso el villano cómico debe ser villano por su comportamiento absurdo más que por el peligro que representa (Frye, 2009). Bomolochoi: Los bufones. Sirven para acentuar el tono cómico de la historia y sacar risas “fáciles”. Frye cita como ejemplo a los coros en las obras de Aristófanes. Por mi parte voy a destacar a Kramer de la serie Seinfeld como el bomolochoi por excelencia de las sitcoms (Frye, 2009). Agriokos: La voz de la razón. Personajes solemnes y de pocas palabras que sirven como contraste al villano. En ocasiones también pueden representar el punto de vista del espectador y apelar (sin éxito) a la cordura por parte de los demás personajes. Según Frye la importancia de estos personajes es dejar que el humor ‘rebote’ en ellos (Frye, 2009). El autor anota que el peso de la acción cómica y la trama recaen sobre los Eiron y Alazon. Mientras que los Bomolochoi y Agriokos sirven para polarizar el humor. Para Frye (2009) sátira e ironía están íntimamente ligadas en la medida que ambas buscan aplicar formas románticas o míticas sobre un contexto realista y prosaico. El resultado suele ser una imagen ridícula e inesperada en las que lo real termina teniendo más peso sobre lo romántico. La lectura de Frye se complementa muy bien con Como acabar con la cultura de una vez por todas, una compilación de textos de Woody Allen (Allen, 1996). Un ejemplo tomado de El séptimo sello, uno de los textos de Woody Allen: La muerte esta parada frente a la casa de su próxima víctima. (El mito). Decide escalar por un ducto para entrar por la ventana y agregarle más dramatismo a su entrada (lo real). Finalmente entra al cuarto de su víctima por la ventana, ingresa torpemente y tiene que sentarse en la cama para recuperar la respiración y sobarse las rodillas luego del ascenso (Un resultado cómico y absurdo) (Allen, 1996). Sin embargo, sátira e ironía no son conceptos intercambiables. En palabras de Frye: “La sátira es ironía militante” (Frye, 2009). Al escoger cuidadosamente los rasgos a criticar, la sátira tiene implícito un norte moral, un deber ser que funciona como regla contra lo cual se miden lo grotesco o lo absurdo. Un sobrenombre despectivo es sátira con un poco de ironía. Un ejemplo simple: Cuando se le llama a alguien narizón se está tomando un rasgo grotesco y se le compara negativamente con un ‘deber ser’ de las narices. Al hacer una inversión de todos (o casi todos) los valores, la ironía es menos militante y deja en el espectador una sensación ambigua. Un chiste acerca de la misma persona de nariz grande, pero ahora con más ironía que sátira, nos va dejar con la inquietud de si el problema está en que su nariz sea muy grande o la nuestra muy pequeña. A la luz del analisis de Northtrop Frye podría decirse que: Daniel Samper Ospina es un humorista que usa mucha sátira con una pizca de ironía, sus escritos tienen un tono moral y se dirigen directamente a un personaje o estamento mostrándolo como una desviación grotesca del “deber ser”. Mientras que un humorista como Jaime Garzón usa mucha ironía con una pizca de sátira. Su crítica abarca mucho más (toda la zoociedad) y todos sus personajes parecen absurdos. Sus ataques resultan ambiguos, dejando al final una sensación extraña de no saber si los políticos son muy corruptos, o los periodistas muy frívolos, o la gente muy permisiva o ¿qué? Al ser las dos principales armas retóricas del autor cómico, Sátira e Ironía suelen combinarse; es una cuestión de mezclas y proporciones. En cualquier caso ambas estrategias merecen ser analizadas en una categoría aparte. 3.3 SÁTIRA E IRONÍA 3.3.1 Sátira: De lo primitivo a lo contemporáneo El diccionario de Oxford define la sátira como el empleo al hablar o escribir del sarcasmo, la ironía o la caricatura para denunciar, exponer o ridiculizar el vicio, la tontería, las injusticias o los males de toda especie (Oxford Dictionary of English , 2010). Para el crítico inglés, Matthew Hodgart, la sátira va más allá de esta definición y debe ser entendida como una actitud: “Contemplar el mundo con una mezcla de risa e indignación” (Hodgart, 1969). Hay algo de enojo en el satírico; su sátira es un ataque que busca humillar al adversario al someterlo a la risa despectiva. Pero no basta con la agresión y el enojo. Para hacer su trabajo bien el satírico debe enriquecer su ataque con algo de fantasía. Al respecto Hodgart comenta: “(el autor satírico) descubre jardines imaginarios con sapos de verdad en ellos” (Hodgart, 1969). La sátira es sátira porque no sólo denuncia sino que entretiene. La sátira puede tomar infinidad de formas: la fábula de animales, ficciones utópicas o distópicas, alegorías o parodias de grandes obras literarias o religiosas. Va más allá de los géneros clásicos (épica, tragedia, lírica, novela comedia): es un recurso del que varios géneros pueden echar mano (Hodgart, 1969). La sátira existe desde las culturas primitivas. Al hacer un repaso por varias sátiras primitivas de distintas culturas se encuentra una figura recurrente en todas ellas: “El tramposo”. El tramposo es a la vez el tonto y el listo, el bobo y el pícaro. Es el antepasado del anti-héroe de la novela picaresca. Su carácter fantasioso le permite romper con todos con todos los tabúes de la sociedad (Hodgart, 1969). Distintos autores se han referido al carácter subversivo de “El Tramposo”: Para Károly Kerényi, “El tramposo” tiene la misión de: “Sumar el desorden con el orden para formar así un todo que haga posible, dentro de los límites de lo permitido, una experiencia de lo no permitido” (Kerényi, 195) Según Joan Westcott “El tramposo” es a la vez social y antisocial. Símbolo y solución del dilema del hombre entre sus impulsos y las exigencias sociales. Al aceptar la culpa, ayuda mantener la paz pero sigue siendo un escape contra la rigidez social. El espíritu de “El tramposo” de las sátiras primitivas es similar al del autor satírico moderno en la medida que “dramatiza los peligros que acechan al hombre y las tonterías a las que es propenso (Westcott, 1962). En Colombia, el personaje, Heriberto de la Calle fue la máscara de ‘tramposo’ que uso Jaime Garzón para enfrentar a personajes más poderosos de Colombia. La mezcla entre inocencia, desparpajo y picardía con la que formulaba sus preguntas intimidaba a sus interlocutores: En una entrevista con el ex embajador de los EE.UU Myles Frechette De la Calle pregunta acerca del Plan Colombia: “¿Y no será que esta sociedad es como la de la gallina y el marrano, que la gallina pone el huevo y el marrano el chicharrón?” (Garzón, s.f) Probablemente Frechette estaba preparado para replicar a una crítica en este sentido, pero la comparación aparentemente ‘inocente’ con la que De la Calle ilustra su punto termina por desarmar completamente al embajador, quien solo atina a contestar con una carcajada que lo hace parecer cínico y culpable ante los ojos del televidente. Garzón se aprovechaba de su cercanía con los círculos de poder del país para formular preguntas muy atrevidas con el disfraz y las palabras de un colombiano del común. Repitió esta fórmula incontables veces y resultó tan eficaz que lo convirtió en un personaje incómodo para el establecimiento. La obscenidad y la sátira han estado emparentadas desde las épocas de Aristófanes hasta las de Jonathan Swift. La obscenidad, lo grotesco y lo escatológico reducen a los hombres a la igualdad, humillando a los poderosos (A principios de este año fue noticia una presunta mancha de orina en los pantalones de Juan Manuel Santos). La obscenidad destruye el sentido heroico de la vida y sirve al autor satírico en la medida que su propósito es desinflar falsos héroes, impostores y charlatanes. En La anatomía de la crítica Northrop Frye señala los 4 ingredientes indispensables de la sátira: “Fantasía (aunque sea una pizca), un juicio moral (aunque esté implícito), un contenido grotesco y una actitud militante hacía la experiencia“ (lo que sea que eso signifique). La sátira es una conjugación de juicio moral y fantasía, por ende no se puede volver “opresivamente realista” (Frye, 2009). 3.3.2 Los temas de la sátira “Sátira y política siempre han estado relacionadas en la medida que la política es el único medio para reformar a las sociedades y la sátira es el ácido que puede descomponer las posturas mentales que se oponen a la reforma” (Hodgart, 1969). La sátira suele florecer en donde se conjugan libertad de expresión y cierta sofisticación política. El mejor ejemplo es Aristófanes cuyas sátiras atrevidas e incluso profanas tuvieron gran acogida entre los ciudadanos de la Grecia clásica. Sin embargo el autor satírico siempre puede engañar al censor por medio de la ironía y la alegoría, como lo hizo Swift en Los Viajes de Gulliver. “La Sátira que comprende el censor merece ser prohibida” dijo el escritor austriaco Karl Kraus (Kraus Citado por Hodgart & Caldwell, 1969). El autor satírico suele tomar una posición y ridiculizar la contraria. Pero eventualmente se desborda y lo ridiculiza todo, hasta la posición propia. La buena sátira encuentra lo ridículo en todas partes. Para Hodgart el dilema del satírico político radica en que: “A no ser que esté plenamente comprometido con una posición extrema, nunca escribirá sátiras, pero, a no ser que su visión de las cosas reciba cierta perspectiva y amplitud por algo exterior a su causa, es poco probable que produzca auténtica literatura.” (Hodgart, 1969) Este dilema plantea una reflexión interesante acerca de cómo la sátira debe elevarse un paso por encima de las posiciones convencionales. La sátira puede venir de cualquier orilla. Absalom and Achitophel (1682) de John Dryden es una obra canónica de la literatura satírica inglesa. Su particularidad es que es una sátira realista (en el sentido de apoyar a la realeza), mientras que la sátira suele ser asociada con posiciones contrarias al status quo. Absalom and Achitophel es una obra maestra porque hace uso de múltiples estilos. Dryden parodia a obras clásicas de la literatura y alegorías bíblicas para ilustrar su posición realista y alterna entre la retórica más elevada y groseras burlas. Hodgart anota como la sátira efectúa su labor mediante comparaciones y contrastes, de ahí que así deba ser el lenguaje empleado por el satírico: “La buena sátira rehúsa un estilo único y fijo” (Hodgart, 1969). Para Hodgard Los Viajes de Gulliver (1726) de Jonathan Swift es la obra maestra de la sátira Inglesa. El autor idea un viaje por países imaginarios habitados por criaturas pintorescas para hacer una brillante alegoría a la situación política del Reino Unido en la época. Hodgart (1969) la considera una mezcla justa entre posición comprometida, ridículo y fantasía. Prueba del ingenio de Swift es el hecho de que la obra sea considerada una obra para niños, cuando en realidad es una sátira feroz y pesimista ante la condición humana. Para Hodgart la sátira puede analizar al mundo pero no curarlo: “A lo sumo puede aguzar nuestra percepción y desmontar falsos valores.” (Hodgart, 1969) Heinrich Heine fue el máximo exponente de la sátira en alemán del siglo XIX. Ser un judío converso le permitió dar una mirada ambigua tanto a la nación Alemana como al judaísmo. A pesar de tener filiaciones políticas, prima en Heine un espíritu franco y bromista. Fue tan duro con las elites prusianas como contra la estupidez provincial. (A menudo se utiliza la expresión “No queda títere con cabeza” para referirse a una aguda critica social) (Hodgart, 1969). Hodgart (1969) señala como punto de contacto entre los ejemplos presentados el hecho de que la sátira suele surgir en tiempos de gran descontento político: como en el Reino Unido durante la reforma o Europa central durante el periodo post napoleónico. También cita cuatro condiciones bajo las cuales aparece con vigor la sátira política: Cierto grado de libertad de palabra, disposición general de las clases educadas para intervenir en política, confianza general de parte de los escritores en que pueden influir en asuntos públicos y un público numeroso que sepa disfrutar del ingenio, la imaginación y los valores literarios de la sátira y que esté preparado para verlos aplicados a temas serios. 3.3.3 Las técnicas de la sátira Hodgart (1969) parte de un principio: el autor satírico pretende generar entre sus lectores risa. De ahí procede a elaborar un pequeño estado del arte acerca de qué provoca la risa. Para el zoólogo Konrad Lorenz la risa es fruto del alivio de alguna tensión. Esta teoría surge del libro Man meets dog, en el que Lorenz relata cómo un grupo de cazadores primitivos escucha un ruido de animal mientras se encuentran en el bosque. Al no poder identificar el ruido, los cazadores empiezan a creer que el ruido puede corresponder a alguna criatura feroz. La tensión crece entre los cazadores mientras sienten que la fuente del ruido se acerca cada vez más a ellos. Finalmente la criatura se muestra y resulta ser un perro, lo que provoca una carcajada entre los cazadores. Esta teoría afirma que un proceso similar ocurre cuando nos reímos con las bofetadas que se propinan los payasos: experimentamos tensión al ver a un hombre golpear a otro y alivio al ver que el hombre golpeado no ha sufrido las consecuencias (Lorenz citado por Hodgart & Caldwell, 1969). En otra corriente, Thomas Hobbes afirma que la risa “no es sino una pasajera exaltación emanada del descubrimiento repentino de nuestra superioridad sobre los demás”. Esta definición es la que mejor se ajusta al propósito agresivo y desenmascarador del autor satírico (Hobbes citado por Hodgart & Caldwell, 1969). Hodgart (1969) identifica la esencia de la sátira y el chiste en el ingenio (en inglés: wit) En un principio wit significó juicio, inteligencia o entendimiento. Luego se fue formando su significado moderno: “la facilidad de proporcionar placer contrastando y combinando ideas” (Hodgart, 1969). Para los poetas del siglo XVII el ingenio fue “justa mezcolanza de razón y extravagancia”. Esta última definición me gusto mucho y apunta hacia lo que quiero transmitir con mi serie. Ambas definiciones apuntan hacia una cualidad esencial del ingenio: el razonamiento bisociado Para explicar el concepto de bisociación Hodgart (1969) se remite al escritor Arthur Koestler, quien sostiene que los humanos percibimos los sucesos y enunciados dentro de un campo de referencia dictado por la lógica y la gramática. Sin embargo, en algunas ocasiones podemos percibir un solo suceso o enunciado dentro de varios marcos de referencia simultáneamente, a esto se refiere Koestler con el razonamiento bisociado. En este orden de ideas, el ingenio es una facultad que permite a las personas “percibir una idea o un suceso, simultáneamente o en rápida alternancia, dentro de dos marcos de referencia aparentemente incompatibles” (Hodgart, 1969). En este sentido El Quemando central, sección del Programa ¡Quac! (Garzón, ¡Quac!, 1995), combinaba folkrore con milicia para decirnos algo acerca de la sociedad colombiana. Partiendo de esto, Hodgart señala tres rasgos esenciales del ingenio verbal: Compresión (el ingenio se expresa en sentencias breves como los aforismos), revelación súbita de ocultas implicaciones y conexión entre ideas aparentemente incongruentes. Con esto Hodgart da una definicion que completa y precisa el concepto de ingenio que ya había encontrado en Bergson (Hodgart, 1969). Es difusa la distinción entre humor e ingenio. Hodgart (1969) anota que esto se debe en buena parte a que la palabra humor tiene una variedad de significados en inglés. El humor, entendido como “cualidad de la acción o el discurso que produce diversión” (Hodgart, 1969), esta íntimamente ligado al ingenio. Sería entonces el ingenio uno de esos elementos que puede darle al discurso la cualidad de producir risa. Esa relación no se puede observar tan claramente en una segunda definición del humor: “la habilidad para ver lo que hay de chistoso en uno mismo y de contemplar el mundo con una especie de amable ironía” (Hodgart, 1969). Para Hodgart esta segunda definición se aleja del espíritu malicioso del ingenio y la sátira. Cerrando este aparte con una cita del padre Ronald Knox, sacerdote que escribía sátiras: “El humorista corre con las liebres; el satírico caza con los perros” (Knox citado por Hodgart & Caldwell, 1969). Reducción La técnica de la sátira por excelencia es la reducción. Consiste en “la degradación de la víctima mediante el rebajamiento de su estatura y dignidad” (Hodgart, 1969). El satírico reduce a su víctima con argumentos, pero sobre todo con recursos estilísticos. Por ejemplo, Hodgart se refiere de nuevo a Los Viajes de Gulliver, donde Swift presenta a los liliputienses como una raza de personas diminutas que atraviesan absurdos políticos similares a los del Reino Unido. Sin embargo, la reducción no sólo se efectúa en materia de tamaño, la reducción también se consigue a través de otras estrategias como “el desnudado”. No debe confundirse “el desnudado” con el desnudo. El desnudo viene de la tradición griega y su propósito es la idealización del cuerpo humano. “El desnudado”, por el contrario, es sorprendido con los pantalones abajo cometiendo un acto indecoroso. Por ejemplo, los vasos de Phylax, vasijas griegas decoradas con motivos burlescos o vulgares, muestran a dioses y héroes ridículamente desnudados, con falos erectos (Hodgart, 1969). Los autores satíricos también echan mano del mundo animal para reducir a sus víctimas. El ejemplo más memorable ofrecido por Hodgart (1969) es Revolución en la granja de George Orwell. La animalización de los personajes nos recuerda que seguimos siendo animales; nos alimentamos, defecamos, parimos etc. ¿Pero morimos? De todo el ciclo vital de los animales, la sátira solamente suele suele evitar la muerte. Para Hodgart esto se debe a que el autor satírico no se puede dar el lujo de generar compasión por sus víctimas. Este es otro punto de contacto entre Hodgart y Bergson: Tanto la sátira como la risa riñen con la compasión. Automatización Otro recurso del que se vale el satírico para reducir es la automatización. Funciona porque al acusar a alguien der ser perverso, de cierta manera se le está elogiando; la persona hizo el daño a conciencia y cumplió su cometido. Sin embargo acusar a su víctima de hacer daño no por alguna razón sino por el simple hecho de no poder evitarlo es mucho más provechoso para el satírico. El autómata no tiene carácter, motivo ni propósito (Hodgart, 1969). De nuevo un punto de contacto con Bergson, quien señala los rasgos automatizados tanto en la acción como en el carácter como una de las fórmulas para producir risa. Tipos Los tipos son otra manera de reducir a la víctima. El satírico -al igual que el mimolocaliza en su víctima los gestos inconscientes e inevitables para luego reproducirlos. Al hacerlo destruye la convicción de la víctima de ser única e irrepetible y la reduce a un nivel inferior de existencia. (En esto son unos expertos los imitadores de La Luciérnaga de Caracol (Pelaez, 1991) Parodia La parodia, entendida como adopción o dominio del estilo de otro escritor y su reproducción con distorsiones ridículas, no necesariamente tiene una intención maliciosa. Hodgart (1969) afirma que la parodia “puede surgir del puro placer de la broma” y pone como ejemplo a Aristófanes, quien parodió el estilo y las tramas de autores como Esquilo y Eurípides en Las Ranas (405 a.C.). Aún sin tener la intención de hacerlo, la parodia termina poniendo en duda el genio de algún creador reconocido y por esto es la herramienta preferida del satírico a la hora reducir a otro escritor. La destrucción del símbolo es otra manera de ‘desnudar’ a la víctima. Según Hodgart, “El satírico que desea demostrar que un emblema está siendo utilizado con fines injustos por tiranos o demagogos, no pretende comprender sus connotaciones simbólicas, sino que presenta la cosa en sí misma con el realismo más crudo posible: la bandera es justamente un pedazo de tela” (Hodgart, 1969). Y presenta como ejemplo un pasaje de las Cartas Filosóficas de Voltaire. A fin de hacer una crítica al belicismo de su nación, Voltaire señala lo absurdo que es cruzar el canal de la mancha para ir a degollar a otros solo porque algunos hombres vestidos de rojo y con sombreros altos andaban por ahí “dando batacazos a una piel de de asno bien tensa”. Voltaire ha reducido los temidos tambores de guerra a su materialidad dejándolos en ridículo (Voltaire citado por Hodgart, 1969). La figura del buen salvaje o el extranjero también fueron muy usadas por los autores satíricos del siglo XVIII. Al no estar inmersos en la cultura, estas figuras ven las cosas por lo que realmente son, no por lo que simbolizan (Hodgart, 1969). La reducción es también una cuestión de estilo. “El autor satírico pone en boca de sus víctimas el lenguaje complicado y ampuloso, síntoma de sus paranoias y delirios de grandeza” (Hodgart, 1969). Según Hodgart la sátira siempre tiende a reducirlo todo a sus más simples términos, alegando siempre al sentido común, la razón y la simple lógica. La última forma de reducción que el autor expone consiste en agregar a la víctima a una muchedumbre. Reduce y humilla porque en las sociedades urbanizadas la masa siempre ha sido mal vista; nunca ha tenido dignidad, ni individualidad: “Si la víctima peca, peca con la chusma” (Hodgart, 1969). Invectiva e ironía La invectiva y la ironía son armas eficaces pero de doble filo. La invectiva es un arte: “se requiere cierta elegancia de forma para contrarrestar la grosería del contenido y cierto dominio de la alusión culta para contrarrestar el insulto directo” (Hodgart, 1969). Hodgart considera que los buenos satíricos utilizan la invectiva solo ocasionalmente y para producir efecto. Cuando se usa suele venir acompañada de ironía. La ironía - entendida por Hodgart como disimulación; el uso sistemático del doble sentido- contribuye a evitar el golpe de rechazo que pueda generar el insulto. La ironía presupone un doble auditorio: uno que se deja engañar por el significado superficial de las palabras y otro que capta un significado oculto y que se ríe a costa del engañado. Esta debe ponerse en boca de un personaje y no del autor. Hodgart (1969) cita como ejemplo Una modesta proposición de Jonathan Swift, texto en el que un economista propone cebar a los niños irlandeses como solución a la hambruna que sufría la nación. El economista actúa como una máscara tras la cual se oculta el satírico. 3.3.4 Las formas de la sátira A lo largo de la historia, la sátira ha tomado prestadas de la literatura infinidad de formas. Casi los géneros han sido parodiados, sin embargo algunos son recurrentes. La sátira clásica se desarrolló en forma de monólogo y se caracterizaba por ser una especie de carta abierta donde temas políticos y morales eran tratados con un tono coloquial. Su fin era más resaltar valores que desenmascarar vicios. Hodgart (1969) también resalta que la sátira clásica fue la herramienta del poeta para hablar acerca de la ciudad: “ya que no hay nada épico y dignificado en la vida citadina, sus motivos se escapan a los de la poesía tradicional.” Juvenal (60 d.C.-128 d.C.) es el maestro de la Sátira clásica. Prueba de ello es que su obra Roma haya seguido siendo adaptada hasta la época de Swift. Juvenal era un escritor partidario, siempre tenía una intención moral y un blanco hacia el cual dirigía su juicio (Hodgart, 1969). Sin embargo, era por encima de todo un escritor cómico. Para Hodgart, Juvenal “presentaba las miserias con la mirada indignada y burlona propia del satírico” (Hodgart, 1969). Su legado es recordarnos que la sátira debe entretener tanto como denunciar. La sátira moderna surge en Francia entre los siglos XV Y XVI. Es una sátira de costumbres, tras ella está el ideal del Honnete homme. Esta idea me pareció llamativa: Un conjunto de sátiras, puede llegar a proponer un modo de conducta. A fuerza de mostrar cómo NO debía debe vivir el Honnete homme, los satíricos franceses promovieron un ideal (Hodgart, 1969). La sátira moderna está hecha de detalles. Hodgart (1969) trae a colación un pasaje de La Dunciada (1731) en el que Alexander Pope hace una descripción visual de uno de los aposentos de Buckingham: “con el suelo embarrado y las paredes de estiércol también” (Pope citado por Hodgart, 1969). Siglos después Aldous Huxley comentaría respecto a este verso: “El suelo embarrado de estiércol lo podemos soportar, pero las paredes nunca.” (Huxley citado por Hodgart, 1969) La sátira de Alexander Pope también encierra en su conjunto una doctrina moral: la moral del buen gusto. Pope criticaba el lujo estridente y vulgar que exhibían algunos de sus contemporáneos. Sus sátiras asociaban el mal gusto con los vicios de la codicia y la vanidad. Reducía a los nobles derrochadores al presentarlos como “insignificantes insectos, titilando bajo la brisa”, diminutos antes las vastas extensiones de sus villas (Hodgart, 1969). Aforismos Según el diccionario de Oxford un aforismo es “Cualquier principio o precepto expresado breve y enérgicamente” (Oxford Dictionary of English , 2010). Los aforismos son una forma tomada de las ciencias, la enseñanza médica de Hipócrates esta redacta en sentencias tajantes y asistemáticas. A partir del Renacimiento dicha forma fue retomada por Francis Bacon (1561-1626) para consignar sus observaciones empíricas y posteriormente por Georg Christoph Lichtenberg (1742- 1799) con fines satíricos. Hodgart anota que, incluso en su variante más satírica, hay algún remanente de la vocación científica que en un principio tuvo el aforismo: “Hay algo de persecución de la verdad desde un punto de vista desinteresado, muy propio del científico” (Hodgart, 1969). El aforismo moderno intenta captar la esencia de una revelación momentánea en una forma ingeniosa. Busca una verdad, pero no cualquier verdad, una verdad dolorosa que será expresada a manera de sentencia. Los padres de esta disciplina son Blaise Pascal y François De La Rochefoucault, los grandes aforistas franceses del siglo XVII (Hodgart, 1969). Los aforistas franceses eran cínicos pero a la vez muy elegantes en su argumentación: “El agradecimiento de la mayor parte de hombres, no es más que un secreto deseo de recibir mayores favores”. “Tenemos todos bastante fuerza para soportar las desgracias de los demás” (Rochefoucault, 1984) Son sentencias crudas y pesimistas, sin embargo, su formulación elocuente y su lógica impecable las hacen tolerables, incluso simpáticas. Los aforistas ingleses son más empíricos y humoristas. Jonathan Swift fue el más incisivo: “Tenemos suficiente religión para hacernos odiar, pero no bastante para que nos amemos unos a otros.” (Swift, La Conjura de los Necios: o Reflxiones sobre diversos temas, 2011) Si Bergson (1957) afirmaba que en toda frase ingeniosa se encierra un episodio cómico, Swift lo llevó a la práctica: Basado en su aforismo “Todo hombre busca vivir mucho tiempo pero ninguno querría llegar a ser viejo”, Swift desarrolla todo el episodio de Struldbrug del libro tercero de Gulliver- La gente de Struldbrug envejece pero nunca muere y por ello son miserables (Hodgart, 1969). Alexander Pope fue el maestro del aforismo en verso: En cuanto a las formas de gobierno dejad que los tantos contiendan Cualquiera que esté bien administrada es la mejor En cuanto a las formas de fe dejad que los torpes fanáticos combatan No puede ser equivocada la del que vive rectamente. (Harvard College Library, s.f) Lichtenberg es otro autor canónico del aforismo. Era un escritor y científico que a través de sus aforismos promovía los ideales de la ilustración: “El que en la iglesia se hagan oraciones no hace innecesarios los pararrayos” (Lichtenberg, 1990) A partir del siglo XVIII el aforismo se aleja de la actitud moralista o política de la sátira y apunta hacia lo intuitivo. William Blake (1757-1827) fue el primero en escribir aforismos que apuntaban hacia lo que Hodgart llama “las energías ocultas del ser humano” (Hodgart, 1969). “Los tigres de la lira son más inteligentes que los caballos de la instrucción” “La carretera de los excesos conduce al palacio de la sabiduría” (Blake, 1997) Para Hodgart (1969) la producción aforística de autores como Kierkegaard, Nietzsche, Dostoievski y Kafka pertenece a la misma línea de Blake. Si bien todos estos autores hacen observaciones agudas acerca del mundo de los hombres y plasman sus percepciones de manera ingeniosa, la naturaleza de sus ‘revelaciones’ lleva sus aforismos más allá de la sátira. La sátira es por definición mundana y los grandes aforistas del siglo XIX fueron trascendentales. En este punto Hodgart anota que en la actualidad en aforismo es “una supervivencia algo arcaica que está siendo abandonada por la vanguardia de la literatura” (Hodgart, 1969). Voy a agregar que la evidencia está del lado de Hodgart (no se me ocurre algún autor que en la actualidad publique libros de aforismos), aun así el aforismo satírico está vivo en el periodismo de opinión (es común ver a un columnista ingeniar aforismos para dar contundencia a alguno de sus escritos) y en la comedia (en especial los cómicos de Stand-Up usan mucho estas sentencias breves e ingeniosas en sus actos). El aforista inglés del siglo XVII Ben Johnson escribió en un momento de autocrítica hacia su pesimismo y el de sus congéneres: “Esa observación de que llamamos conocimiento de mundo veremos que más frecuentemente hace a los hombres astutos que buenos” (Johnson citado por Hodgart, 1969). Hodgart matiza afirmando que si el aforismo es el nudo filosófico de la sátira, entonces esta filosofía corresponde a la escuela cínica fundada por Diogenes (412 a.C.-323a.C.). Si bien la palabra cínico tiene en la actualidad connotaciones negativas, no fue así en un principio. La vida cínica inventada por Diogenes comprendía la sencillez, la falta de convencionalismos y la denuncia de los vicios o locuras del mundo y a la vez era capaz de divertirse con las debilidades de la humanidad. Según Hodgart (1969) al aforismo también emplea la estrategia básica de la reducción, a la que está obligado por la brevedad, que es la esencia del ingenio. “El aforista tiene que simplificar para poder generalizar y debe evitar a toda costa tratar casos especiales y admitir excepciones. También reduce a su objeto en dimensión y prestigio, prescindiendo de asociaciones sentimentales y convenciones establecidas por el tiempo para ir a la raíz del asunto, lo que raramente se consigue”. El británico Edward Gibbon (1733-1794), considerado el primer historiador moderno, dijo alguna vez: “La historia no es más que el registro de todos los crímenes, estupideces y desventuras de la humanidad” (Gibbon citado por Hodgart, 1969) Gibbon hace uso de una de las fórmulas más comunes del aforismo: X es poco mejor que Y, o X no es nada más que Y. Hodgart señala que es común encontrar en los aforismos ese mismo tono triunfal que parece decir: “Eso es todo”. Hodgart también afirma que los buenos aforismos suelen tener algo de una caricatura: “en la que una parte representa la totalidad, una nariz o una pipa a un político” (Hodgart, 1969). Es cierto que los aforismos son el núcleo central de la sátira, sin embargo son, como forma, insuficientes. Para Hodgart “sin la expansión imaginativa de la literatura narrativa que aportan la parodia y la comedia, estos (los aforismos) resultan indigeribles” (Hodgart, 1969). A manera de cierre Hodgart caracteriza los buenos aforismos: “Tienen la facultad de transmitir a la mismo tiempo la sabiduría y la revigorización de la honda experiencia de un momento: la percepción repentina y apasionada de un hombre que ha estado pensando durante largo rato sobre el problema”. La reflexión de Hodgart en torno a la sátira deja claro que al igual que la risa, la sátira es maliciosa y hace a la vez un juicio y un ataque. Risa y Sátira están íntimamente ligadas: ambas se dirigen maliciosamente hacia un objetivo con el fin de humillarlo. Difieren en una cuestión de intensidad y escala. La risa procura suavizar y reprimir comportamientos que son considerados por la sociedad como imprudentes o indebidos, más no una amenaza directa. Por su parte la sátira se dirige con más intensidad hacia un objetivo concreto que es – ante los ojos del satiríco- un peligro para la sociedad (Hodgart, 1969). 3.4 IRONÍA La ironía es una herramienta retorica que intenta hacer entender a la audiencia algo distinto a lo que se le dice literalmente. Esta comprensión más allá de lo textual obliga al lector a implicar sus propios conocimientos acerca del mundo y el autor para identificar y descifrar la ironía en un pasaje. Este delicado proceso es el objeto de estudio del crítico estadounidense Wayne Booth en su libro Retórica de la ironía (1986). Al igual que Bergson(1957) y Hodgart (1969), Booth introduce su objeto de estudio aclarando que hay en su naturaleza misma algo que se rehúsa a ser definido convencionalmente: “La ironía abre vistas en las que reina el caos, socava claridades (...) su mismo espíritu y valor se ven quebrantados al intentar aclararla” (Booth, 1986). Ante esta dificultad Booth opta por un camino similar al que eligió Bergson para estudiar la risa; analizarlo como acto y proceso más que concepto. En su nivel más elemental, la ironía es un proceso en el cual el lector encuentra en las palabras del autor un significado más allá del literal. Si bien su naturaleza tácita hace que la ironía tenga significados ambiguos, Booth anota que existe un tipo de ironía que “delimita un universo de discurso en el que podemos decir con plena garantía ciertas cosas que son quebrantadas por las palabras expresadas en el discurso” (Booth, 1986). Esta es la ironía estable. 3.4.1 La ironía estable Wayne Booth (1986) argumenta que la ironía estable tiene 4 características esenciales: 1. Es intencionada. Existe tras el significado aparente de las palabras un segundo mensaje que fue creado para ser leído y descifrado en un sentido particular. 2. Es encubierta. La ironía es pensada para ser reconstruida y obtener resultados distintos a los que se aprecian a primera vista. Ya Hodgart había dicho que la ironía es disimulo. Frases del estilo: resulta irónico que no son irónicas. 3. Es estable o fija. Una vez reconstruido el significado intencionado, no se invita a buscar otros nuevos significados. 4. Es finita. Sus significados aplican en contextos locales y limitados. Booth anota que si bien existen otros mecanismos verbales que también invitan a leer entre líneas, es decir: ´dicen´ una cosa pero en realidad ‘intentan’ decir otra (metáfora, símil, alegoría metonimia solo por mencionar algunas), la ironía estable se distingue de las anteriores porque impone unas ’tareas de lectura’ muy específicas: 1. Al lector se le exige que rechace el significado literal. Esto significa que no esté de acuerdo a que no lo comparta, significa que hay alguna incongruencia en las palabras del enunciado que saltan a la vista del lector y hacen que no pueda comprender en su significado literal. Booth ilustra esta idea con un pasaje tomado de Cándido (1759), cuento en el que Voltaire escribe: “Cuando todo hubo concluido y los reyes rivales se hallaban celebrando su victoria con Te Deums en sus respectivos campamentos” (Voltaire citado por Booth, 1986). La idea de que ambos bandos puedan ganar la guerra es ilógica y por lo tanto rechazada. 2. Descartado el significado literal de las palabras, el lector procede a ensayar interpretaciones alternativas. Estas pueden divergir de la afirmación inicial o incluso ser contrarias a esta. 3. El lector toma una decisión acerca de los conocimientos o creencias del autor. En el pasaje citado como ejemplo, Booth destaca que su familiaridad con la obra de Voltaire, le da elementos de juicio para estar convencido de que el autor también rechazaba la idea de que los dos bandos pudieran ganar una guerra. Booth destaca que este es un paso muy subjetivo y que depende de que tanta información conozca el lector acerca del contexto de la obra, sin embargo usualmente las claves están dadas en la obra misma: “nuestra mejor evidencia de las intenciones que subyacen tras cualquier frase de Cándido es el conjunto de Cándido”. 4. Una vez toma una decisión acerca de las creencias del autor, el lector escoge entre sus interpretaciones alternativas un significado o un conjunto de significados de los cuales pueda estar seguro. Con esto el lector termina la reconstrucción del enunciado, al final llega a la siguiente conclusión: “En contraste con la afirmación que Voltaire simula hacer -que implica creencias que no pudo haber sostenido- está diciendo esto y lo otro, algo que está de acuerdo con lo que sé o puedo deducir acerca de sus creencias e intenciones.” Estos pasos se dan de manera casi simultánea e inconsciente. Booth admite que puede que estos pasos ni siquiera sean consecutivos: “A menudo la captamos (la ironía) como una instantánea, y en ello puede encontrarse una explicación a por qué la ironía es un arma tan poderosa que tanto gusta a autores y lectores por igual. Es muy posible que ninguna otra forma de comunicación humana haga tanto con tal rapidez y economía” (Booth, 1986). El que crea ironía se une en un estrecho vínculo de complicidad con el que la interpreta. Entran ambos en una sintonía muy poderosa. Estas tareas de lectura describen un proceso de interpretación completamente distinto al de la observación empírica, las pruebas deducibles o las lógicas normales. De ahí que Booth llegué a afirmar que la ironía puede llegar a ser por si misma una forma distinta de crear y transmitir conocimiento. Para Booth leer ironía es todo un arte y le asombra que no tengamos un verbo específico (distinto a leer, interpretar o descifrar) para referirnos a este. Leer la ironía es un acto que implica ver detrás de una máscara. Booth (1986) cita una modesta proposición de Jonathan Swift como ejemplo; el autor inventa toda una fachada de economista sensato para invitar al lector a entrever todo lo absurdo y descorazonado de las posturas de la corona inglesa frente a Irlanda. Wayne Booth (1986) utiliza la metáfora de la reconstrucción para describir el proceso a través del cual desciframos la ironía. Al hacer cualquier afirmación el autor está expresando mucho más de lo que esta significa literalmente, cada enunciado contiene en sí todo un mundo o “construcción de creencias”. Según Booth, al rechazar un pasaje irónico no estamos rechazando el significado literal de las palabras, estamos rechazando todo un conjunto de creencias. El autor irónico busca nuestro rechazo a la proposición literal para invitarnos a atravesar la superficie de esta construcción obsoleta y unirnos a él en una nueva morada, “un punto oscuro que se considera más sabio más ingenioso, más delicado, más sutil, más verdadero o más moral” (Booth, 1986). Para ilustrar este proceso Booth toma como ejemplo un slogan del Fondo de Ayuda de Londres de 1970 que dice: “Olvídate de los que pasan hambre y desaparecerán” (Booth, 1986). Tomada literalmente esta oración implica que los hambrientos sólo son un problema en la medida que nos preocupemos por ellos, algo así como: ojos que no ven, corazón que no siente. Sin embargo, el mensaje que se esconde tras las palabras es: “Da para nuestro fondo o los que tienen hambre morirán”. Éste último mensaje sólo será comprendido o reconstruido por quienes no compartan las creencias expuestas en el enunciado literal. Según Booth(1986), este ejercicio interpretativo casi siempre llena al lector de “la claridad resultante sobre la invitación a vivir en un nivel superior, sino también la sensación muy fuerte de haber rechazado todo un conjunto de significados”. Toda expresión no literal nos invita a descartar una interpretación literal inferior y a buscar una interpretación figurativa que – según Booth - sea superior: “por su verdad, facultad perceptiva o capacidad imaginativa” (Booth, 1986). Sin embargo, en la metáfora y el símil el significado literal es tan irrelevante que la decisión es muy fácil de tomar. En la ironía ambos significados son viables; la expresión literal es algo que se podría decir, pero que debería ser rechazado. Para Booth “La energía que aplica nuestra mente a resolver este conflicto y tomar una posición frente a él se transfiere negativamente hacia la víctima o positivamente hacia la reconstrucción final” (Booth, 1986). En esto radica la inmensa fuerza retórica de la ironía: “Hago mía la nueva posición con toda la fuerza que da la sensación de haber juzgado independientemente” (Booth, 1986). Para Booth la ironía es una reivindicación del autor en su destreza: “Se expone al desastre más agresivamente que con ningún otro procedimiento. Pero si logra su objetivo, lo conseguirá con mayor fuerza que ninguna afirmación literal” (Booth, 1986). La ironía desborda el campo de lo lingüístico, gramatical y semántico para entrar al terreno de los valores. Este ejercicio “agresivamente intelectual, que funde hechos y valores” (Booth, 1986), es tan poderoso como problemático; donde se da la ironía también se producen a menudo los fallos en la comunicación. Es tan peligroso no detectar la ironía como buscarla donde no la hay. 3.4.2 Pistas para detectar la ironía: “Así como en el lenguaje hablado la ironía puede venir acompañada de gestos o guiños. En la ironía escrita se dan a veces los mismos codazos” (Booth, 1986). Proclamación del error conocido Una de las maneras en las que los autores advierten al lector de la presencia de ironía es la proclamación del error conocido. “Cuando el hablante muestra una ignorancia o locura que resulta sencillamente increíble hay una probabilidad relativamente elevada de que, por el contrario, el autor sepa lo que hace” (Booth, 1986). Esta idea me llevó de nuevo a Una modesta proposición (Swift, 2002): para leer la ironía hay que tener claro esa distinción entre hablante (narrador o personaje) y autor; no siempre el autor condona las acciones y palabras del personaje y viceversa. Según Booth, este mismo principio aplica los dichos populares distorsionados o sacados de contexto y los errores históricos. (Por ejemplo un discurso en el que Godofredo Cínico, uno de los personajes de ¡Quac! habla de “aquella revuelta instigada por el comunismo internacional que fue el Bogotazo” (Garzón, ¡Quac!, 1995). Cuando el autor hace evidente un contraste entre lo que uno de sus personajes hizo en un principio y lo que hace más tarde, o entre lo que dice a un personaje y lo que luego dice del personaje, es probable que estemos ante una ironía dramática. Las cartas y monólogos son el recurso más usado por los autores para develar las verdadera intenciones de sus personajes. Ironía estilística Si la obra o dialogo mantiene un tono formal o elevado y de repente da un giro hacia lo vulgar, es una posible señal de ironía. Booth (1969) presenta un pasaje tomado de La historia de Inglaterra (1791) de Jane Austen: “Fue este el reinado en el que vivió Juana de Arco y consiguió armar tan gran jaleo entre los ingleses” (Austen citada por Booth, 1986). La palabra “jaleo” - tan coloquial e inespecífica – es la pista que invita a leer más allá de lo literal. Con una sola oración Jane Austen logra decir mucho acerca de lo que significó Juana de Arco en la historia del conflicto entre Francia e Inglaterra Para Wayne Booth la parodia puede inscribirse dentro de la ironía estilística en la medida que invita a mirar más allá del significado de las palabras de por sí e interprétalas teniendo en mente a otro texto. Infracciones a la razón o a las creencias Cuando encontramos una afirmación que es irreconciliable con nuestras creencias, o con las que suponemos tiene le autor debemos sospechar la presencia de ironía. Booth (1969) afirma que el efecto es aún más poderoso cuando se encuentra en medio de un texto perfectamente razonado, como evidencia presenta un ejemplo tomado del célebre ensayo del filósofo Bertrand Russell acerca del pecado. Tras varios párrafos sin utilizar ironía alguna y en medio de una exposición acerca del sentimiento de culpa, Russel incluye la siguiente afirmación: “Estoy seguro de que usted, lector, ha tenido una vida completamente irreprochable” (Russel citado por Booth, 1986). Un buen lector rechaza de inmediato la idea de que todos seamos puros y libres de culpa, aún más viniendo de Russell, y puede darse cuenta de que el autor quiere decir exactamente lo contario. Es un recurso muy inteligente y sutil que el autor usa para acusar a todos sus lectores (y de paso a el mismo) sin parecer pretencioso ni poner al lector a la defensiva. Para Booth “Las infracciones a las leyes del razonamiento están sometidas a las mismas manipulaciones que las infracciones contras las demás creencias conocimientos” (Booth, 1986); oraciones que van en contra de la lógica como: ‘Se que podía hablar con los animales porque me lo dijo el mismo’ suelen delatar la ironía. 3.5 SKETCHES Y SERIES WEB En esta categoría me dedicaré a analizar los dos formatos audiovisuales que se fusionan en mi proyecto. Los sketches son escenas de corta duración (entre uno y diez minutos) en las que se desarrollan premisas cómicas que no necesariamente deben estar relacionadas en lugar de una historia completa. Programas de televisión como Saturday Night Live (Michaels, 1975) y Mad Tv (Shnier, Fax, & Small, 1995) en Estados Unidos o Monty Python (MacNaughton, 1969) y League of Gentleman (Bendelack, 1995) en el Reino Unido han hecho popular este formato. 3.5.1 Punchline Vs Transición El Punchline es el punto alto de un Sketch. Set trata de un parlamento o acción en el que el potencial cómico de un chiste Sketch es explotado al máximo tradicionalmente marca su final. Sin embargo no necesariamente tiene que ser asi. Los escritores de Monty Python decidieron intencionalmente omitir los punchlines en sus sketches por considerarlos predecibles y en ocasiones forzados. Los Pythons decidieron reemplazar los punchlines con transiciones directas al siguiente sketch. El recurso preferido para hacer estas transiciones fue la Mise en Abyme, un recurso narrativo en el que se inserta una representación dentro de la representación. De esta forma era usual en los episodios de Monty Python que los personajes de un sketch entraran súbitamente en escena para interrumpir el sketch en desarrollo y empezar uno nuevo. Estas transiciones dan ritmo y aportan mucho al absurdo cómico. En el caso de Monty Python funcionaban muy bien porque encajaban a la perfección en la lógica del programa. Sin embargo las transiciones implican un reto grande para las audiencias ya que el público siempre espera que una vez una historia comienza tenga un fin y (sobre todo en comedia) esta a la expectativa del punchline. Si bien los sketches datan de antes del surgimiento de internet, dada su corta duración y naturaleza fragmentaria han sido uno de los formatos que mejor se ha adaptado a la red. 3.5.2 Cómo dirigir sketches En una entrevista concedida a la revista University Wire en octubre de 2013 (King, 2013) Lorne Michaels y Roy King, quienes cumplen las funciones de productor y director de Saturday Night Live, dan una mirada al detrás de cámaras del programa de sketches más popular de Estados Unidos. Michaels y King hablan acerca de cómo es combinar el trabajo creativo con el operativo, la importancia de saber escuchar al público y de como se aprende a hacer televisión Lorne Michaels es el fundador y productor del programa Saturday Night Live. Desde 1975 ha sido reconocido por ser el motor del programa. Su especialidad es trabajar bajo presión y hacer un programa nuevo cada seis días. Michaels dice que el único secreto para trabajar bajo presión es saber que la presión es real: “Todos sabemos que salimos al aire a las 11:30, estemos listos, o no. Como lider, Michaels no cree en los grandes discursos. Cree en predicar con el ejemplo, “cuando la gente ve lo comprometido que estas y que tan en serio lo tomas, se contagia automáticamente” (King, 2013). También da algunos consejos acerca de trabajar con personas creativas: “En los ensayos nos tomamos el tiempo de probar todas las variantes posibles (así nos implique salir después de la 1 am), las personas creativas rinden mejor cuando sienten que han sido escuchadas y que están trabajando en la mejor solución posible. Cabe anotar que Michaels ha sido descrito por algunos de sus colegas como un tirano y un padre. Roy King ha sido unos de los 3 directores que el programa ha tenido en sus casi 30 años al aire. Ha sido nominado a los Emmys durante 7 de las 8 temporadas que ha dirigido SNL. “Como director soy el encargado del sonido y la apariencia del programa, el blocking (posicionamiento de la cámara y los actores, traducción pendiente), y todos los elementos de producción que le dan vida al programa visualmente” (King, 2013). Tanto King como Michaels sienten que tener una audiencia es de vital importancia: ensayan el programa frente al público a las 8 pm, luego cortan cerca de 10 minutos de material y reordenan algunos sketches y salen al aire a las 11 pm. Tanto King como Michaels están de acuerdo en que hacer televisión es un oficio esencialmente empírico. Para Roy King, un estudiante que pretenda incursionar en el mundo de la dirección y producción debería ganar experiencia asumiendo grandes responsabilidades en proyectos pequeños en lugar de buscar un trabajo de poca responsabilidad en una operación de cientos de personas. “Tendran la oportunidad de asumir retos más grandes, pronto” (King, 2013) concluye King. 3.5.3 Marcación o Blocking Es un concepto de las artes escénicas. Según Peter D. Marshall consiste en “definir los movimientos de los actores con respecto a la posición de las cámaras (Marshall, s.f)”. Sin embargo no se limita a los movimientos de los actores sino que también a todo lo que aparece en escena (carros, extras, etc..), cuyos movimientos deberían tener la armonía de un ballet. A continuación Marshall expone 5 tips para hacer blocking: 1. Tener una lista de planos siempre ayuda, aunque esta debe ser flexible 2. Dejar que los actores muestren lo que quieren hacer primero y hacer sugerencias en base a lo visto. 3. La posición de la cámara responde a la ubicación de los elementos más importantes en la escena. 4. El blocking es como armar un rompecabezas: se deben acomodar cada parte con paciencia hasta que la imagen este completa. 5. En TV y en rodajes de bajo presupuesto el tiempo es esencial, por lo tanto toda la acción debe suceder en una misma dirección para evitar tener que reacomodar las cámaras. El blocking es el primero de los 5 pasos basicos para grabar una escena. Los restantes son: iluminar, ensayar (con camaras), ajustar (segun observaciones hechas durante el ensayo) y grabar. 4. FUNDAMENTACIÓN METODOLÓGICA El primer paso fue elaborar un estado del arte en el que se tuvo en cuenta tanto lo que se ha teorizado en comedia, como producciones que dado su formato a contenido son relevantes a la investigación. Tras la revisión bibliográfica se inició un proceso de escritura creativa del cual fueron fruto los borradores para 6 episodios de los cuales el tercero, Titulado La Guerra Contra la Comida, fue elegido a finales de agosto para ser llevado a producción a manera de episodio piloto de la serie. Durante todo el mes de septiembre y la primera parte de octubre se desarrolló toda la preproducción para el rodaje de La Guerra Contra la Comida. El episodio fue grabado durante los días 11, 12,13 y 19 de Octubre del 2014. Fue decisivo durante todo este proceso, el aporte de Manuel Castelblanco, Juan Castiblanco, Marcela Echeverri, Alvaro Jose Peña, Alejandro Rebolledo y Nicolas Saenz -un grupo de amigos, conocidos y familiares- quienes durante más de un mes me asesoraron, acompañaron y asistieron durante el arduo trabajo que implica una producción audiovisual. Desde el 19 de octubre hasta la fecha he venido trabajando en el proceso de postproducción del episodio, fruto de este es el primer corte que anexo a este documento y la versión final que presentare a manera de sustentación el próximo 11 de diciembre. Bibliografía básica: ● Bergson, Henri-Louis, La risa ensayo sobre la significación de lo cómico. Ediciones Losada. 2003n University Press. 1957 ● Hodgart, Matthew John Caldwell. La sátira. Ediciones Guadarrama, 1969 ● Booth, Wayne. Retórica de la ironía. Taurus, 1986 ● Giuffree, Liz. Out of the Box, Into the web. Metro Magazine. Junio 2013 5. CONCLUSIÓN Al momento de escoger un tema para mi trabajo de grado me vi enfrentado a una disyuntiva entre elaborar un producto periodístico (tarea para la cual había sido entrenado), o hacer el producto audiovisual de ficción que hoy presento ( tarea para cual no ostentaba ninguna calificación, aparte de mi afición por la comedia). Un año y medio después de haberme inclinado por el camino más largo, puedo decir que ha valido la pena, que el verdadero aprendizaje solo lo da la práctica, que el mejor trabajo es el que se hace apasionadamente, pero sobre todo, que los caminos de la ficción y el periodismo no se encontraban tan alejados como en un principio parecían. Evidentemente ninguna de las historias presentadas en el episodio piloto de Non Sequitur están basadas en testimonios de fuentes primarias ni investigaciones de archivo. Sin embargo, tienen sustento en la realidad inmediata; aluden a temas de la agenda pública o a rasgos de nuestra idiosincrasia y adoptan una posición frente a ellos. Todo esto gracias a las infinito potencial retórico de la comedia Con lo anterior no pretendo darle a Non Sequitur ninguna validez periodistica. Simplemente quiero señalar que, a veces, para poder hablar con claridad acerca de la realidad debemos distorsionarla un poco. No en vano muchos de los autores que se dedicaron a la crítica social optaron por la fábula y la alegoría como el medio predilecto para dar a entender su mensaje. Por que opte por una opción que - en principio - parecía la menos viable? Cuales fueron mis razones? Mucha fantasía, algo de obstinación , una corazonada y sobre todo un deseo intenso de hacer surgir algo de mi mundo interior para plasmarlo en el mundo de la cosas que consideramos ‘reales’. 6. BIBLIOGRAFÍA Noguera, R. (Dirección). (1993). La Tele [Película]. Colombia. Osorio, S. (Dirección). (1997). El Siguiente Programa [Película]. Colombia. Camargo, D. (Dirección). (2011). Los Comediantes de la Noche [Película]. Colombia. Ribero, M. (Dirección). (2005). Los Reyes [Película]. Colombia. Marroquín, A. (Dirección). (2007). Nuevo Rico, Nuevo Pobre [Película]. Colombia. Orjuela, L. (Dirección). (2001). Pedro el Escamoso [Película]. Colombia. Orjuela, L. (Dirección). (2011). ¿Dónde Carajos Está Umaña? [Película]. Colombia. Restrepo, L. A. (Dirección). (2003). La Costeña y el Cahaco [Película]. Colombia. Ruiz, M. (Dirección). (2013). Impares [Película]. Colombia. Rincón, Ó. (1 de septiembre de 2013). Humor Impar. El Tiempo . Ángel, C. (Dirección). (2012). Susana y Elvira [Película]. Colombia. Groening, M. (Dirección). (1989). Los Simpson [Película]. Estados Unidos. Groening (Dirección). (1999). Futurama [Película]. Estados Unidos. Laurence, B. (Dirección). (2011). Scrubs [Película]. Estados Unidos. Angell, D., Casey, P., & Li, D. (Dirección). (1993). Fraiser [Película]. Estado Unidos. Parker, T., & Matt, S. (Dirección). (1997). South Park [Película]. Estados Unidos. MacFarlane, S. (Dirección). (1999). Padre de Familia [Película]. Estados Unidos. Robalino, L., Moya, C., Dominguez, M., & Ulloa, J. (Dirección). (2011). EnchufeTV [Película]. Ecuador. Alatriz, R. (Dirección). (2009). Vete a ala Versh [Película]. México. Johnson, R. W. (Dirección). (2009). Equals 3 [Película]. Estados Unidos. Rocha, S., Rivas, S., & Simón, W. (Dirección). (2009). El Pequeño Tirano [Película]. Colombia. Internautismo Crónico (2008). [Película]. Colombia. Ravell, J. A., & Gratziani, O. (Dirección). (2010). La Isla Presidencial [Película]. Venezuela. Galifianakis, Z. (Dirección). (2008). Between Two Ferns [Película]. Estados Unidos. Felicia, D. (Dirección). (2007). the Guild [Película]. Estados Unidos. MacNaughton, I. (Dirección). (1969). Monthy Python [Película]. Inglaterra. Booth, W. (1986). Retórica de la Ironía. Taurus. Giuffre, L. (Junio de 2013). Out of the Box. Metro Magazine . Bergson, H.-L. (1957). La Risa. Ensayo Sobre la Significancia de lo Cómico. London: London University Press. Aristófanes. (1970). La Paz. Madrid: Escelicer. David, L., & Seinfeld, J. (Dirección). (1989). Seinfeld [Película]. Estado Unidos. David, L., & Seinfeld , J. (6 de Enero de 1994). The Stall. Seinfeld Episodio 12. Temporada 5 . Garzón, J. (Dirección). (1990). Zoociedad [Película]. Colombia. Molière. (1974). El Amor Médico . Barcelona : Sopena . Garzón, J. (Dirección). (1995). ¡Quac! [Película]. Colombia. Gautier, T. (1884). Prólogo. En G. Bürger, Las Aventuras del Barón de Münchaussen. Barcelona: Imprentade Luis Tasso y Serra. Frye, N. (2009). Northrop Frye - The Anatomy of Criticism . Recuperado el 23 de mayo de 2014, de Northrop Frye - The Anatomy of Criticism : http://northropfryetheanatomyofcriticism.blogspot.com/2009/02/first-essay-historical-criticism-theory.html Allen, W. (1996). Como Acabar con la Cultura de Una Vez por Todas. Tusquets. Real Academia de la Lengua Española. (2001). Diccionario de la Lengua Española ed. 2. Madrid. Oxford Dictionary of English . (2010). Oxford : Oxford University Press. Kerényi, K. (195). El Tramposo en la Mitología Griega . Nueva York: Bell Publishing. Westcott, J. (1962). The Sculpture and Myths de Eshu-Elegba, The Yoruba Trickster. Africa: Journal of the International African Institute , 32 (4), 336-354. Frechette, M. (s.f). Entrevista Jaime Garzon-Heriberto De La Calle a Myles Frechette, embajador de Estados Unidos en Colombia. (J. Garzón, Entrevistador) Swedenberg Jr, H. T. (1972). The works of John Dryden; Poems 1681-1684. London: University of California Press. Hodgart, M. (1969). La Sátira. Madrid: Ediciones Guadarrama. Pelaez, H. (Dirección). (1991). La Luciérnaga [Película]. Colombia . Rochefoucault, L. (1984). Maximas. Madrid: Akal. Swift, J. (2011). La Conjura de los Necios: o Reflxiones sobre diversos temas. Verdehalago. Harvard College Library. (s.f). Pope's Poetical Works (Vol. II). (H. College, Ed.) Chiswick. Lichtenberg, C. G. (1990). Aforismos. EdhaSA. Blake, W. (1997). La máquina eléctrica. México DF: Verdehalago. Swift, J. (2002). Una modesta proposición. En A. Breton, Antología de Humor Negro. Barcelona: Anagrama. Michaels, L. (Dirección). (1975). Saturday Night Live [Película]. Estados Unidos. Shnier, J., Fax, B., & Small, A. (Dirección). (1995). Mad TV [Película]. Estados Unidos. Bendelack, S. (Dirección). (1995). League of Gentelman [Película]. Reino Unido . 7. ANEXOS 7.1 Libreto La GuerraCcontra la Comida. Episodio Piloto de Non Sequitur 7.2 Archivo digital. Primer corte La Guerra Contra la Comida. Episodio Piloto de Non Sequitur.