El papel de la cooperación interregional y trans

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Congreso de la Asociación Española de Ciencia Regional
(XXX Reunión de Estudios Regionales)
LA POLÍTICA REGIONAL EN LA ENCRUCIJADA
Barcelona, 18-19 de noviembre de 2004
EL PAPEL DE LA COOPERACIÓN INTERREGIONAL Y TRANSFRONTERIZA COMO INSTRUMENTO DE EQUILIBRIO TERRITORIAL î
Joaquín Farinós Dasí: [email protected]
Mauro Payá Abad: [email protected]
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
1. Los inicios de la cooperación regional en Europa
El 5 de mayo de 1949, diez Estados europeos –Bélgica, Dinamarca, Francia,
Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Noruega, Suecia y Reino Unido- firmaron
el Tratado de Londres, mediante el cual se formaba el Consejo de Europa 1.
Este organismo fue el punto de partida de la cooperación territorial entre
espacios europeos. Aunque la primeras figuras que hicieron posible el
establecimiento de relaciones permanentes con otras zonas fueron los
Estados, en parte cosa lógica porque normalmente son éstos los que tienen
competencias en materia de acción exterior, rápidamente se puso en marcha
toda la maquinaria a nivel subestatal para “oficializar” sus relaciones y
contactos con otros entes territoriales vecinos europeos. Sería en 1958 cuando
surgiría la primera iniciativa de cooperación regional entre territorios
holandeses y alemanes (Länder de Niedersachsen y Nordrhein-Westfalen, en
î
Parte del presente texto es deudor del trabajo que con el título “Iniciatives de cooperació
territorial a l’EURAM: diagnòstic, prognosi i propostes d’actuació” fue becado por la Fundació
Ignasi Villanga d’Estudis Econòmics, en su edición del año 2003, realizado por Mauro Payà y
dirigido por el profesor Joaquín Farinós. De él se han recogido algunas realizaciones, cuando
no ha servido de base para desarrollar o contrastar nuevas hipótesis de trabajo.
1
Organismo creado en el año 1949 al que pertenecen todos los Estados europeos, excepto
Bielorrusia y el Principado de Mónaco, y dedicado principalmente a la defensa de los derechos
humanos, la democracia parlamentaria, a equiparar las prácticas sociales y legales en el
conjunto del continente y a promocionar la identidad europea como un valor añadido para
ofrecer una imagen conjunta hacia otras culturas
Alemania, y Provincias de Geldrerland, Overijssel y Drenthe, en Holanda) 2.
Esta iniciativa se llamó EUREGIO, acrónimo que después dará nombre al resto
de figuras de cooperación entre regiones de diferentes Estados, las
euroregiones. La euroregión germano -holandesa abrió una nueva etapa de
concepción geográfica del territorio, en aquel momento muy encasillada en el
concepto decimonónico de unos herméticos Estados-nación, que fracturan el
territorio continuo con unas líneas imaginarias llamadas fronteras. Las fronteras
marcan las diferencias entre Estados y, sobre todo, entre los pueblos situados
a ambos lados de las mismas.
Los espacios fronterizos se han visto históricamente muy perjudicados
como consecuencia de esta concepción del territorio, en no pocas ocasiones
reforzada con una visión centralista del propio Estado. La formación de
entidades de cooperación entre regiones situadas a ambos lados de las
fronteras ha supuesto un intento de paliar las desigualdades entre territorios
vecinos.
Podemos distinguir tres formas de cooperación entre entes subestatales
en Europa. Las primeras son las organizaciones internacionales de entidades
locales y regionales nacidas por iniciativa tanto de las propias regiones como
del Consejo de Europa. Estos organismos comprenden muchas entidades
subestatales y transfronterizas, pero su papel en la UE no es primordial, pues
no pueden participar activamente en la toma de decisiones y algunas sólo
tienen un carácter consultivo.
Las segundas nacen de iniciativas locales o regionales y conducen a la
formación de alguna forma de relación entre espacios vecinos o entre territorios
con características o problemáticas comunes, aunque no presenten contigüidad
geográfica. Se trata de iniciativas con un proceso de configuración del tipo
“bottom-up”. Mediante su asociación, la voz de las entidades integrantes se
hace oír más fuerte, no sólo dentro de los Estados a los que pertenecen, sino
también al nivel comunitario. En este grupo están incluidas las organizaciones
2
Se trata de dos Estados de escasa tradición centralista. Holanda es un país pequeño,
mientras que Alemania presenta un modelo territorial propio de una federación de Estados
(Länder), con una estructura de ciudades que ofrece un modelo de policentrismo único entre
los grandes Estados europeos.
2
creadas bajo los nombres de Euroregiones, Comunidades de Trabajo,
Conferencias Regionales o Consejos Regionales, entre otros.
La tercera de las formas de cooperación entre entes subestatales se
originan a partir del impulso de la UE. Son ejemplos de un particular proceso
con orientación “top-down” en el que el impulso proviene desde el nivel
comunitario, pero pensando en la libertad de iniciativa de los niveles de base
(locales/regionales), para los que pretenden servir de detonante 3. Hasta la
Convención Europea, la corriente de opinión que defendía la idea de una
Europa de las Regiones se había mostrado muy activa y había conseguido que
la UE incentivara la cooperación entre las regiones comunitarias, bien a través
de un limitado y conflictivo foro como ha sido el Comité de las Regiones,
creado en 1992, bien a través de iniciativas comunitarias como Interreg.
Veámos en detalle a continuación las dos primeras. La tercera se
abordará en el tercer punto del texto
1.1. Organismos internacionales de cooperación territorial
En Europa no sólo existe un organismo multilateral donde poder defender las
necesidades y las demandas de las regiones y los gobiernos locales. Desde
1949, fecha de nacimiento del Consejo de Europa, han aparecido diferentes
organizaciones, tanto en su seno como fuera de él; por iniciativa de las mismas
entidades subestatales o de la propia UE.
El primer organismo multilateral de cooperación entre entidades locales
y regionales surgió en Ginebra en el año 1951 como iniciativa de un grupo de
alcaldes europeos. Al principio se llamó Consejo de Municipios Europeos, pero
se amplió a las regiones y su nuevo nombre fue Consejo de Municipios y
Regiones de Europa (CEMR). En la actualidad representa a unas cien mil
autoridades locales y regionales, convirtiéndose en la organización de
3
En virtud del principio de subsidiariedad, la Comisión pretende implicar a las entidades locales
y regionales en el proceso no sólo de aplicación sino también de diseño de las políticas
comunitarias. Con este objetivo recientemente presentó la “Comunicación de la ComisiónDiálogo con las asociaciones de colectividades territoriales sobre la elaboración de las políticas
de la Unión Europea”, COM (2003) 811 final, Bruselas 19.12.2003.
La colaboración real entre entidades regionales y locales con este objetivo aparece actualmente
como un elemento estratégico de primer orden para ambos niveles (Farinós, 2004a).
3
autoridades subnacionales más grande de Europa. Un cuarto de siglo después,
en 1985, nació otro organismo de cooperación entre regiones a nivel europeo.
La Asamblea de Regiones de Europa (ARE) fue fundada por 47 regiones y 9
organizaciones interregionales. Pero actualmente la componen 250 regiones de
26 Estados europeos y 12 organizaciones interregionales. La ARE ha tenido
desde 1987 un estatus de observador en el Consejo de Europa y en 1994
contribuyó, a la creación del Congreso de Poderes Locales y Regionales de
Europa (CPLRE). Se trata de un organismo consultivo, en el seno del Consejo
de Europa, para las decisiones que afectan a los municipios y regiones de toda
Europa. Está dividido en dos cámaras, la cámara de autoridades locales y la de
autoridades regionales.
Con la UE, la ARE fue un pilar básico para la creación del Comité de
Regiones (CdR) y, sobre todo, reclama una posición más importante de este
Comité en las instituciones europeas, con un carácter más vinculante para la
toma de decisiones que afecten a las regiones. El CdR fue creado en el año
1992 con el Tratado de Maastrich. Representaba una vía para que los poderes
locales y regionales pudieran tener voz en las instituciones de la UE. Su mayor
limitación, y causa de desafección, es precisamente su concepción como
órgano exclusivamente de consulta, cuyos dictámenes no tienen carácter
vinculante 4.
Además de estos organismos de carácter general, existen otras
iniciativas con un carácter más particular. Por ejemplo las pensadas para
agrupar a aquellas entidades subestatales que presenten algún tipo de
condición o problemática común, que las sitúa en una situación de desvantaja
comparativa respecto de otras. Pueden encontrarse dos organizaciones de
este tipo. Una la conforman las regiones que, debido a su posición geográfica
periférica dentro de Europa, no han alcanzado el mismo grado de desarrollo
que las situadas en el centro del continente. Nos referimos a la Conferencia de
Regiones Periféricas y Marítimas. La otra es la Asociación de Regiones
Fronterizas de Europa (ARFE). Ideada en el año 1965 en la Conferencia
Internacional de Planificación Regional de Basilea, no sería fundada hasta
4
Para un mayor detalle sobre sus limitaciones y el conflicto que esto planteaba en el seno de
las propias regiones vid. Farinós (2003, 33-39).
4
1971 en Bonn. Como proyecto de la ARFE, y con el apoyo financiero de la
Comisión Europea, se puso en marcha entre 1990 y 2001 un observatorio para
la cooperación transfronteriza (LACE), cuyo ámbito geográfico excede el del
propio territorio comunitario. La ARFE es llamada a consulta regularmente por
el Consejo de Europa, por la Comisión Europea y por el Parlamento Europeo
para discutir aspectos que afectan al desarrollo de futuras políticas de cohesión
y desarrollo regional (incluyendo iniciativas comunitarias).
Finalmente, también podemos encontrar organismos dedicados a la
cooperación regional sectorial. Las Regiones Innovadoras de Europa es una
red de regiones que ofrece instrumentos y métodos para la innovación, la
promoción y la creación de un proceso de aprendizaje interregional. Funciona
desde 1994. El Centro de las Regiones Euromediterraneas para el Medio
Ambiente (CREMA), fundado en 1995, es una red internacional que trabaja en
el espacio mediterráneo en la que cooperan diferentes gobiernos subestatales
e institutos de investigación en el ámbito del medio ambiente. Por último, la
Asociación Europea de Regiones Industriales (EIRA), puesta en marcha en
2002, es resultado de la fusión de la RETI (Asociación de Regiones Europeas
de Industria y Tecnología) y de la CASTer (Conferencia y Asociación de
Territorios del Acero).
1.2. Iniciativas de cooperación territorial de tipo “bottom-up”
Markus Perkmann, del Departamento de Sociología de la Universidad de
Lancaster, en el Reino Unido, hizo una clasificación de las figuras de
cooperación territorial basándose en su alcance geográfico y en la intensidad
de cooperación producida en cada espacio. El resultado se muestra en el
Cuadro 1.
La inmensa mayoría de estas figuras de cooperación territorial aparecen
como respuesta a los retos presentados en un nuevo entorno global más
competitivo, en el cual las regiones llegan a actuar como unidades de
producción y cuya vía principal para su supervivencia es el asociacionismo con
otros entes territoriales con estructuras y objetivos similares.
5
Cuadro 1: Figuras de cooperación territorial según
geográfico e intensidad de la cooperación.
su
alcance
CUADRO 1:
Pequeñas
Grandes
Alta intensidad de
cooperación
Euroregiones
integradas
Grupos escandinavos
Baja intensidad de
cooperación
Euroregiones
emergentes
Comunidades de
Trabajo
Fuente: Perkmann (2002).
Los grupos que realizan una mayor actividad en materia de cooperación
territorial son las Euroregiones Integradas y los Grupos Escandinavos. Pese a
que las diferencias entre estos dos tipos son notables, los objetivos planteados
son parecidos. Las mayores diferencias residen, por un lado, en el tamaño (las
euroregiones integradas no suelen superar los 20.000 Km2 –el tamaño de
cualquiera de las dos provincias extremeñas–, mientras que los grupos
escandinavos son mucho mayores); por otro, la situación geográfica. Esta
segunda diferencia es la más importante ya que las Euroregiones Integradas
están situadas en el centro geográfico y económico de Europa. Por este motivo
tratan de buscar soluciones para suavizar la presión de los núcleos urbanos en
el territorio, además de apostar por un desarrollo económico basado en el
enorme potencial de su sistema económico y de su red empresarial. Los
grupos escandinavos, por el contrario, tienen una posición periférica muy
acentuada, pero pese a ello han conseguido desviar el centro de gravedad de
la UE hacia el norte de Europa. Sus logros han sido importantísimos en
términos de equilibrio y cohesión territorial debido, en gran parte, a la extensa
tradición y experiencia en materia de cooperación territorial y gobierno
multinivel. Por tanto, los países escandinavos se han convertido en un punto de
referencia en todo el mundo a la hora de estudiar las estrategias más
adecuadas para conseguir un desarrollo territorial sostenible y una óptima
cohesión económica y social, no sólo entre sus regiones, sino también respecto
al resto de territorios europeos.
Con
una
menor
intensidad
de
cooperación
encontramos
las
Euroregiones Emergentes y a las Comunidades de Trabajo. La principal
diferencia entre ellas radica en su extensión, pero su origen es el mismo. Estas
6
Mapa 1: Cooperación regional en Europa
Fuente: Elaboración propia a partir de Perkmann (2002).
entidades se encuentran mayoritariamente en espacios fronterizos formados
por barreras naturales que históricamente han dificultado la relación entre sus
ciudadanos y la de éstos con el resto de la población de sus respectivos
Estados. Suelen estar situadas en zonas montañosas (Alpes, Pirineos,
7
Cárpatos) o en el litoral (Canal de la Mancha, Fachada Atlántica, Mar Báltico).
Su finalidad principal es transformar esas mismas barreras en seña de
identidad y nexo común entre los habitantes de estas zonas. Debido al carácter
natural de las barreras y a su posición periférica respecto a otros territorios, el
desarrollo sostenible y el equilibrio territorial se constituyen como objetivos
fundamentales para ellas. El problema es que el nivel de actividad es mucho
menor, motivo por el que los resultados no son tan satisfactorios.
Muchos de estos espacios disfrutan de las oportunidades que les brinda
la iniciativa comunitaria Interreg. Hay varias Euroregiones y Comunidades de
Trabajo que han dado lugar a programas Interreg IIIA. Su exte nsión es mucho
más reducida que la que presentan los Interreg IIIB, programas en los que
como principales prioridades se recogen las orientaciones políticas de la ETE.
2. Tipificación de los objetivos de las entidades de cooperación territorial
Mediante una labor de inventario, los siguientes cuadros muestran cuáles son
los objetivos que persiguen los distintos organismos de cooperación
interregional y transfronteriza. El Cuadro 2 muestra la clasificación temática de
objetivos, mientras que el Cuadro 3 relaciona los distintos organismos
internacionales de cooperación territorial y las entidades de cooperación
interregional “bottom up” con dichos objetivos.
Cuadro 2: Tipos de objetivos
Políticos
Económicos
Sociales
Territoriales
P1: Democracia
E1: PYMEs
S1: Deportes
T1: Policentrismo
P2: Gobierno local
E2: Turismo
S2: Educación
T2: Relaciones rururbanas
P3: Representación en
niveles superiores
E3: Innovación
S3: Sanidad
T3: Políticas públicas de transporte e
intermodalidad
P4: Consecución de
documentos conjuntos
E4: Competitividad
S4: Inmigración
T4: Infraestructuras de
comunicación y energía
P5: Gobierno multinivel
E5: Cámaras de
Comercio
S5: Juventud
T5: Nuevas TIC
E6: Cooperativas
S6: Cultura
T6: Redes integradas de puertos y
aeropuertos
E7: Agricultura y/o
pesca
S7: Empleo
T7: Política medioambiental
S8: Medio ambiente
T8: Gestión del patrimonio cultural
S9: Igualdad de oportunidades
T9: Ordenación territorial integrada
(visiones)
S10: Servicios públicos
T10: Cohesión territorial
Fuente: Elaboración propia
8
Cuadro 3: Objetivos de cada iniciativa de cooperación
Entidad
Año
Políticos
Económicos
Sociales
Foros Internacionales de cooperación territorial
Consejo de Europa
CEMR
ARFE
CRPM
ARE
CdR
CPLRE
1949
1951
1971
1973
1985
1992
1994
P1, P4
P1, P2, P5
P3
P5
P1, P3
P3, P4, P5
P1, P3, P4
S7, S8, S9, S10
E7
Territoriales
T2,T3,T4,T5,T10
T1,T4,T8,T9,T10
S6
Organismos sectoriales de cooperación interregional
RETI
Regiones Innovadoras de
Europa
CREMA
CASTer
EIRA
1984
E1, E4
1994
E3
1995
1995
2002
E4
E4
T7, T9
Entidades de cooperación territorial con orientación “bottom up”
Euroregiones integradas
Euregio Trirhena
Scheldemond
1995
1989
E1, E2, E4
E2
Euregio Maas -Rhein
1976
E1, E2, E7
Benelux Middengebied
1984
E4
S1, S6, S8
S2, S3, S8
S1, S2, S3, S5,
S6, S7, S8
S2, S4, S6, S7,
S8, S9
T3,T4,T5,T6,T9
S1, S2, S6, S7
S2, S3, S6
S2, S6, S8
T4, T9
T7, T9
T4
T3, T7
T3
Euroregiones Emergentes
Conseil du Leman
Regio Insubrica
Süd Tirol
Euskadi-NavarraAquitaine
Midi-Pyrénées/
Languedoc-Roussillon/
Catalunya
Kent-Nord Pas de Calais
Rives-Manche Region
Extremadura-Alentejo
Nieuwe-Hanze Interregio
PAMINA
Duna-körös -Maros -Tisza
Regionalis
Bilé-Biele Karpaty
1987
1995
1998
E2, E5, E6
E2, E7
E2
1992
S1, S2, S6
1991
S6
1987
1993
1992
1991
1988
1997
E2
E4
E5
E4
P2, P5
S7, S9
S1,S2,S5,S6,S8
T7
S6, S7, S8
S1, S2, S6
2000
E7
S6, S7, S8
T5
Grupos escandinavos
Nordkalottkomitén
Nordatlantiska
Samarbetet
Arko Co-operation
Kvarken Council
Archipelago
Öresundkomittén
Mittnorden Comittee
1971
S2, S10
T4, T7, T8
1980
S7
T6
E1, E4
E1, E2, E6
S2, S7
S2
E3, E5
S2, S8
S5
T4, T5, T8
T4, , T7, T8
T8, T9
T4, T8
T4, T7, T8
Carpathian Euroregion
Comité Regional FrancoGenevois
Alpes-Adria
C. T. del Jura
Mont-Blanc Conference
Regio Bodensee
Arge Alp
COTRAO
C. T. de los Pirineos
Euroregion Transmanche
Arc Manche
Euregio Baltyk
Arco Atlántico
C.T.Galicia-N. de Portugal
1993
1978
1972
1978
1964
1977
P5
Comunidades de Trabajo
P1, P2
1974
1978
1985
1991
1975
1972
1982
1982
1991
1995
1998
1989
1991
E7, E2
E2, E7
E2, E7
E2
E7
E2, E3
E2, E7
E2
E2
P4
S1, S2, S6, S7,
S8
S8
S1,S2,S3,S6,S8
S1,S2,S6,S8
S2, S6, S8
S1, S2, S5
S8
S6, S8
P5
E7
Fuente: Elaboración propia
9
S2
T4
T4, T6, T1, T8
T4, T5, T9
T4, T7
T4
T4
T4, T7
T4, T8
T6
T7
T1
T4
Como puede observarse, hay una clara distinción entre los objetivos de los
diferentes tipos de figuras de cooperación territorial. Los foros internacionales
de cooperación que engloban a multitud de regiones del continente europeo
fueron creados con finalidades políticas, para que las regiones tuviesen un
papel importante en los foros europeos de decisión. Los organismos sectoriales
de cooperación, en cambio tienen unos objetivos económicos, como cabría
esperar, donde la competitividad y la innovación son los elementos en los que
se hace más hincapié. Entre los objetivos económicos, los relativos al turismo y
al sector primario (agricultura y pesca) figuran entre los más recurridos. Sin
embargo, los más habituales y extendidos son los objetivos sociales,
destacando entre ellos los referentes a la educación, la cultura y el medio
ambiente.
Son los objetivos territoriales los que más se ajustan a las directrices de
los documentos de la ETE y de los Principios Directores para el Desarrollo
Territorial Sostenible del Continente Europeo; ambos elaborados con el fin de
conseguir un desarrollo territorial equilibrado, sostenible y policéntrico del
espacio europeo. Podemos considerar que la presencia de estos objetivos
otorgan un “plus” a las organizaciones y territorios que los asumen como
propios, en tanto que la cooperación para el desarrollo territorial (con el objetivo
de la cohesión territorial) es una de las más importantes novedades de la futura
política regional para el cuarto período de programación 2007-2013 según se
desprende de la lectura del Tercer Informe sobre la Cohesión Económica y
Social (CE, 2004).
El reconocimiento de objetivos territoriales depende mucho del tipo de
fórmulas de cooperación del que se trate. Las Euroregiones Integradas,
situadas en los Estados centrales de la UE, tienen una amplia gama de
objetivos, y entre ellos destacan en algunos casos los territoriales, sobre todo
los referentes al sistema de transportes públicos y la intermodalidad. Las
Euroregiones Emergentes, en cambio, no insisten tanto en este tipo de
objetivos, se centran más en los de carácter social. Los grupos escandinavos
son los que mayor experiencia tienen en el tema de la cooperación territorial y
sus objetivos son los que más se ajustan a las directrices de los documentos
10
europeos. No sólo tienen como fin la mejora de la accesibilidad a través de la
creación de infraestructuras de transporte, como es lo habitual, sino que
también se concede un gran valor a la formación del capital humano y al
patrimonio natural y cultural como base de la propia identidad. Incluso en
algunos casos como Archipelago se intenta elaborar una visión territorial. Las
Comunidades de Trabajo tienen como objetivos principales los económicos,
sobre todo el desarrollo del sector turístico y el agrícola. Son muchos también
los objetivos sociales que persiguen y se le da una gran importancia al
desarrollo de las infraestructuras como pilar básico para anular el elemento de
perifericidad que tienen estas zonas.
Como comentario final, referido al bloque de iniciativas de cooperación
“bottom-up” en conjunto, podemos destacar dos grandes espacios con unas
características y unos objetivos especiales. Por una parte encontramos los
territorios de Europa Central y Oriental, que en algunos casos presentan
objetivos políticos como la instauración de la democracia en los gobiernos
locales y regionales, así como la asistencia a las autoridades durante el
proceso de integración en la UE. El segundo espacio lo conforman la gran
cantidad de euroregiones y comunidades de trabajo que han sido creadas en el
área alpina. Estos organismos están realizando una interesante tarea en la
formación de un territorio integrado con una elevada calidad de vida y en
algunos ejemplos están elaborándose incluso visiones territoriales conjuntas
(Conseil du Leman, Regio Insubrica, C. T. del Jura).
3. Iniciativas a nivel comunitario para el desarrollo territorial sostenible
Dos son los principales documentos mediante los cuales se intenta fomentar un
desarrollo territorial sostenible y equilibrado en todo el espacio europeo. El
primero es la Estrategia Territorial Europea (ETE), un documento consultivo de
1999 que recoge las directrices generales, sin carácter vinculante para los
Estados, para el desarrollo territorial del espacio europeo. Resulta concordante
con los Principios Directores para el Desarrollo Territorial del Continente
Europeo, aprobados por el Consejo de Europa en la 12ª reunión de la
Conferencia Europea de Ministros Responsables de la Ordenación del
Territorio (CEMAT) celebrada en Hannover en el año 2000. En ambos
11
documentos los conceptos de sostenibilidad y de equilibrio territorial resultan
claves para la consecución del desarrollo territorial europeo. También en los
dos documentos se ponen de manifiesto los factores de los que dependen las
tendencias de desarrollo a largo plazo de la UE: a) el avance de la integración
económica y el correspondiente aumento de la cooperación entre los Estados
miembros, b) la futura ampliación de la UE y la evolución de las relaciones con
sus vecinos y c) la creciente importancia de las autoridades locales y
regionales y de su papel en materia de desarrollo territorial sostenible. El
documento de la ETE plantea tres grandes objetivos para conseguir la meta
global del desarrollo sostenible, equilibrado y policéntrico del territorio europeo.
El primer objetivo es el desarrollo territorial policéntrico y equilibrado y una
nueva relación partenarial entre espacios rurales y urbanos. El segundo es la
igualdad de acceso a las infraestructuras y al conocimiento, tanto en el sector
de los transportes como en las tecnologías de información y comunicación
(TIC). El tercer y último objetivo se refiere a la gestión prudente y creativa de la
naturaleza y del patrimonio cultural.
La aplicación de acciones para conseguir estos resultados se basa en
una metodología: la cooperación entre los territorios y los actores, cualesquiera
que sean los niveles o sectores implicados (público, privado, local, regional,
nacional, transnacional o comunitario). Según el documento de la ETE, las
principales tareas para que se produzca una óptima cooperación territorial en
todos los niveles se refieren a: la promoción e integración en redes de a
ls
regiones urbanas, una mejor accesibilidad como condición previa de un
desarrollo policéntrico, la creación de nuevos eurocorredores y la consolidación
de los ya existentes, un refuerzo de las ciudades y regiones situadas junto a las
fronteras exteriores de la UE, la conservación y el desarrollo de la biodiversidad
en las regiones de la UE, el desarrollo del patrimonio cultural europeo, y la
necesidad de una gestión integrada de las zonas costeras.
Sin duda, la iniciativa “estrella” en el campo de la cooperación territorial
(transfronteriza, transnacional e interregional) en el espacio europeo es
Interreg, que ya se encuentra en su tercer período de programación. Interreg
propone un marco de actuación a diferentes niveles en los que desarrollar
12
proyectos que afectan a territorios de más de un Estado. Su principal objetivo
es el desarrollo territorial de la UE a través del desarrollo y la cohesión entre los
Estados y las regiones europeas. En el actual tercer período de programación
(2000-2006) se denomina Interreg III y en sus tres capítulos (A - cooperación
transfronteriza - , B -cooperación transnacional- y C -cooperación interregional)
aparecen adscritas algunas entidades de cooperación presentadas, sobre todo
en los capítulos A y B.
El capítulo IIIA, referido a la cooperación transfronteriza entre zonas
contiguas, tiene como objetivo desarrollar centros económicos y sociales
transfronterizos mediante la aplicación de estrategias comunes de desarrollo.
Como se ha comentado, en este apartado aparecen numerosos programas
cuyo germen se encuentra en las mismas entidades de cooperación territorial,
sobre todo Euroregiones Integradas y Grupos Escandinavos. El resto de
programas se adapta a las regiones situadas en las fronteras interiores y
exteriores de la UE antes de su ampliación. Entre los temas prioritarios de este
capítulo figuran el desarrollo urbano, rural y costero; el estímulo del
empresariado; el desarrollo de la pequeña y mediana empresa; el desarrollo de
las iniciativas de empleo locales; la ayuda a la integración en el mercado
laboral y la inserción social; el fomento del uso compartido de los recursos
humanos y de los centros de investigación y desarrollo, enseñanza, cultura,
comunicación, sanidad y protección civil; la ayuda a la protección del medio
ambiente, el aumento del rendimiento de energía y las energías renovables; la
mejora de los transportes, las redes y los servicios de información y
comunicación y los sistemas hidrlógicos y de energía; el incremento de la
cooperación jurídica y administrativa; así como el incremento del potencial
humano e institucional dedicado a la cooperación transfronteriza.
El capítulo IIIB de Interreg, incluye entre sus objetivos de una forma más
explícita el fomento de un desarrollo territorial equilibrado y sostenible
siguiendo las recomendaciones de la ETE. Así lo reflejan las prioridades de los
programas de este capítulo. Dado que los programas Interreg IIIB se refieren a
unos espacios muy extensos (en ocasiones comprenden varios Estados
13
enteros), no encontramos entidades de cooperación territorial que por sí solas
puedan constituir el propio programa, como ocurría con el IIIA.
La iniciativa Interreg IIIB es la continuación de todos los programas de la
antigua Interreg IIC referidos a la “cooperación transnacional general” y de las
acciones piloto de acuerdo con el artículo 10 del FEDER –excepto
“Mediterranean Gateways”-, donde se han obtenido los principales logros en
materia de cooperación territorial dirigida a la consecución de un desarrollo
territorial sostenible, equilibrado e integrado. Nos referimos a las visiones
territoriales, unas estrategias conjuntas de un espacio que supera el corsé de
los Estados-nación, mediante las cuales se pretende crear un territorio
integrado. Es lo que se ha dado en llamar las “petites Europe”, idea que
pretende desarrollar el proyecto 3.2 del Programa ESPON 2000-2006, a partir
de las que poder lograr el desarrollo del espacio europeo.
Existe acuerdo entre los especialistas en materia de planificación
territorial europea y cooperación transnacional (fundamentalmente de la
escuela holandesa pero también alemana) en considerar las cuatro visiones
territoriales fruto de algunos de los programas Interreg IIC como la forma
óptima de avanzar hacia un territorio europeo equilibrado y desarrollado. Estas
cuatro grandes visiones territoriales son NORVISION en la North Sea Region,
VASAB 2010 (Vision & Strategies around the Baltic) en la Baltic Sea Region,
NETA (North European Trade Axis) en la NWMA (North West Metropolitan
Area) y VISION PLANET en la zona CADSES (Central, Adriatic, Danubian and
South East European Space) 5.
4. Cooperación territorial, Cohesión territorial y Política Regional. Una
mirada desde España.
De forma progresiva la dimensión territorial ha ido cobrando creciente
importancia en la Política Regional Europea (PRE). Ya estuvo presente en los
fundamentos de la profunda reforma de 1988, pero su protagonismo no ha
parado de crecer desde entonces. Algunos indicadores que avalan este
5
A pesar de que fueron 7 los programas Interreg IIC, además de las cuatro las Acciones Piloto,
(vid. http://europa.eu.int/comm/regional_policy/interreg3/inte2/inte2c.htm), únicamente han sido
estos cuatro los que han dado lugar a estrategias territoriales (spatial visions ) transnacionales.
14
comentario son: el mismo proceso de elaboración de la ETE, cuyas directrices
fueron
recogidas
en
la
última
reforma
(1260/1999)
de
los
Fondos
Estructurales6, la sustitución del Comité de Desarrollo Territorial por el
Subcomité de Desarrollo Territorial y Urbano, enmarcado en la DG de Política
Regional7, o la propia evolución de la iniciativa Interreg. De tratar de configurar
redes territoriales y preparar programas que dieran cobertura a proyectos
conjuntos en Interreg II, se ha pasado a una fase mucho más aplicada en
Interreg III 8 y finalmente se propone trasladarla (sus capítulos IIIA y IIIB) como
tercer objetivo de la futura PRE para el cuarto período de programación
(Interreg IV)9.
6
Cuestión distinta es la valoración de hasta qué punto estas recomendaciones han sido
contempladas y aplicadas realmente. Para ello se han encargado diferentes informes, unos ya
terminados (Polverari et al., 2001; Rooney et al., 2002), otros todavía en curso en el marco del
Programa ESPON 2000-2006 (proyectos 2.2.1, 2.2.2 y 2.2.3).
7
‘Committee on Spatial Development’ en su acepción inglesa, también traducido como Comité
de Ordenación del Territorio, de naturaleza mixta entre Estados y Comisión, encargado de la
elaboración del documento de la ETE. El Subcomité para el Desarrollo Territorial y Urbano es
un grupo de trabajo con una orientación científico técnica que trata de facilitar una mejor
orientación y aplicación práctica de algunos temas de interés para la Comisión, en especial
sobre cómo mejorar la eficiencia de los fondos. Su tarea consiste en la elaboración de informes
que después se trasladan al Comité para el Desarrollo y Reconversión de las Regiones,
encargado de los FF.EE., en el cual se encuentra orgánicamente insertado. La sustitución del
primero por el segundo cabe interpretarlo como un intento de reforzar el papel de la Comunidad
en la política de OT por la vía de la PRE (Farinós, 2004b).
8
Interreg nacía en 1990 con el objetivo de preparar a las áreas transfronterizas para una UE
sin fronteras internas. El capítulo IIA, de cooperación transfronteriza, inició su andadura en
1994, mientras que el IIC se iniciaría más tarde, en 1997, con el cometido de preparar
programas de cooperación transnacional que permitieran desarrollar proyectos concretos en el
campo de la planificación territorial. Aprovechando las experiencias de Interreg IIA, IIC y de las
Acciones Piloto a cargo del art. 10 del FEDER, Interreg III quiere consolidar los resultados ya
obtenidos asegurándose de que las regiones y los territorios implicados coordinen sus
esfuerzos y cooperen realmente: deberán desarrollar estrategias y programas comunes, así
como estructuras administrativas comunes para la elaboración de los programas, la
coordinación, la selección de los proyectos, la gestión y el seguimiento y aplicación de la
programación.
9
El Tercer Informe sobre la Cohesión Económica y Social, cuyo texto completo puede
consultarse en http://europa.eu.int/comm/regional_policy/sources/docoffic/official/reports/cohe
sion3/cohesion3_es.htm, fue presentado el 18 de febrero de 2004 por la Comisión
(Comunicación de la Comisión COM/2004/107). En dicha comunicación, la Comisión plantea:
- Mantener los principios clave de la aplicación de la política de cohesión, por ejemplo la
planificación estratégica, la gestión descentralizada y una supervisión y evaluación
sistemáticas. Todos los años las instituciones europeas examinarían los progresos
conseguidos en las prioridades estratégicas (programas de acción de Lisboa y de Gotemburgo)
y los resultados alcanzados partiendo de un informe de la Comisión en que se resuman los
informes de los Estados miembros sobre sus progresos.
- Organizar una nueva arquitectura para la política de cohesión de la UE alrededor de tres
objetivos: 1) Convergencia: apoyar la creación de empleos y el crecimiento en los
Estados miembros y las regiones menos desarrollados (78% de los fondos). Implicaría a
las regiones con un PNB/cápita inferior al 75% del promedio de la Comunidad (medido en el
nivel NUTS II en paridades de poder adquisitivo y calculado sobre la base de las cifras de la
15
En la propuesta de futura PRE sólo el tercer objetivo, el de menor
dotación presupuestaria, se ajusta de forma explícita al objetivo del desarrollo
territorial (de Ordenación del Territorio, para entendernos) a escala europea, a
través de la idea de “petites Europe” y en un horizonte a largo plazo 10.
Inicialmente relacionado con la PRE, la tercera dimensión de la cohesión
(la territorial) la supera ampliamente (Farinós, 2004c; Farinós y Parejo, 2004).
En otras palabras, ambas son cosas distintas, la PRE debe contribuir al
objetivo de la cohesión territorial (para un análisis de estas relaciones vid.
Polverari, 2004), pero también lo han de hacer el resto de políticas
(comunitarias, nacionales y subnacionales), en un ejercicio de coordinación y
con un nuevo estilo de gobernanza.
Debe insistirse en el hecho de que la Cohesión Territorial, que la
Comisión ve como posible vía para poder avanzar en el objetivo de la
planificación del desarrollo territorial a escala europea (materia para la que no
Comunidad para los últimos tres años de que se disponga en el momento de adoptar la
decisión). Al mismo tiempo, se propone un apoyo temporal para las regiones en que el
PNB/cápita habría estado por debajo del 75% del promedio de la Comunidad para la UE-15 (el
llamado efecto estadístico). Además, los Estados miembros cuyo PNB esté por debajo del 90%
del promedio de la Comunidad serán elegibles para el Fondo de Cohesión. Con él se seguirán
financiando los programas de transporte y medio ambiente. 2) Competitividad regional y
empleo: anticipar y fomentar el cambio (18%). El objetivo clave de la política de cohesión
fuera de las regiones menos favorecidas será doble: en primer lugar, y a través de los
programas regionales, la política de cohesión ayudaría a las regiones y a las autoridades
regionales a anticipar y promover el cambio económico en las zonas industriales, urbanas y
rurales, reforzando su competitividad y capacidad de atraer inversiones, teniendo en cuenta las
disparidades económicas, sociales y territoriales existentes. En segundo lugar, a través de los
programas nacionales, la política de cohesión ayudaría a la población a anticipar y a adaptarse
al cambio económico, ajustándose de ese modo a las prioridades políticas de la Estrategia
Europea de Empleo, sosteniendo políticas de pleno empleo, mejorando la calidad y la
productividad en el trabajo y la inclusión social. 3) Cooperación territorial europea: fomentar
un desarrollo armonioso y equilibrado del territorio de la Unión (4%). Aprovechando la
experiencia de la Iniciativa Interreg el informe recomienda que se siga promoviendo una
integración armoniosa y equilibrada del territorio de la Unión mediante un apoyo a la
cooperación transfronteriza y transnacional. En principio, todas las regiones limítrofes con las
fronteras exteriores e interiores, tanto terrestres como marítimas estarían incluidas en la
cooperación transfronteriza (únicamente serían elegibles las fronteras marítimas propuestas
por los Estados miembros). Se trata principalmente de plantear soluciones conjuntas a
problemas comunes entre autoridades vecinas, por ejemplo el desarrollo urbano, rural y
costero, el desarrollo de las relaciones económicas y la creación de redes de pequeñas y
medianas empresas.
10
El legislador español parece haber tomado, en parte, nota de esta realidad en la reciente Ley
de Modernización del Gobierno Local 57/2003, de 16 de diciembre. Concretamente en lo que
atañe a la reforma del art. 87 de la LBRL, mediante la que se incorpora la expresa previsión del
uso de los consorcios para la cooperación transfronteriza. Para un mayor detalle sobre esta
cuestión vid. González-Varas (2004).
16
tiene competencia), no equivale a una PRE evolucionada, con la que de hecho
se tiende a confundir. La cohesión territorial puede interpretarse desde dos
puntos de vista (Faludi 2003), interpretación al alza y a la baja,
respectivamente, del original concepto francés de “Aménagement du territoire”
(vid. Cuadro 4).
Uno de los principales problemas a los que la UE deberá enfrentarse de
nuevo en el futuro es la distinta interpretación que de la cohesión territorial
hagan los diferentes estados, con el peligro latente, en el caso de los países de
la cohesión o con una aquilatada experiencia en materia de planificación
económica regiona l, de una involución hacia este tipo planificación en
detrimento de la territorial.
Cuadro 4: Dos interpretaciones de la Cohesión Territorial
AL ALZA: ESTILO INTEGRADO Y
COMPREHENSIVO
A LA BAJA: ESTILO REGULADOR E
INTERVENCIONISTA
• Afín al concepto de desarrollo espacial
• No presupone construcción social
• Afín al principio de solidaridad y a la
idea de desarrollo equilibrado
• Objetivo de redistribución (justicia
(Nación) sobre el territorio
espacial)
• Evoca la concertación de los distintos
actores (comunidad), en todos los
ámbitos
(economía,
equipamientos
públicos e infraestructuras)
• Sustitución del modelo centro-periferia
• Persigue la coherencia espacial de las
en las redes, como suministradores
de servicios (de interés general)
intervenciones (coordinación
efectos de las políticas)
de
por el policéntrico
• Actualización del concepto de “polos”:
los
• Prioridad del desarrollo económico, en
• Países de los mares del Norte y Báltico
detrimento del territorio
• Países beneficiarios de los fondos de
cohesión
Fuente: Farinós, 2004b.
A día de hoy no existe una única o generalmente aceptada
interpretación de lo que se entiende por cohesión territorial. Cualquier Estado
miembro puede diseñar su propia estrategia de cohesión territorial para su
territorio según su propio entendimiento. Las formas de entenderla pueden ser
muy diferentes entre sí, dependiendo en cada caso de la propia tradición de
planificación y del nivel de proximidad o alejamiento a las nuevas formas de
gobernanza (el nue vo gobierno de los territorios) y de planificación integrada y
17
comprehensiva (segundo de los estilos identificados por el documento
European Compedium of Spatial Planning publicado por la Comisión en 1997).
Esta flexibilidad, si no laxitud, y el criterio con el que parece haberse
formulado la propuesta de nueva PRE a partir del 2007, nos hacen valorar las
propuestas como cautas, para las que valdrían expresiones como “el arte de lo
posible” o “nadar y guardar la ropa”.
Por una parte la selección por parte de las propios Estados de sus áreas
objetivo 2 (a partir de 2007 de nivel NUTS II) parece tratar de acallar, junto con
la reducción a sólo el 18% de los fondos, las demandas de renacionalización
que planteaban algunos Estados (contribuidores netos o muy sensibilizados
con la regulación comunitaria de las ayudas de Estado –caso de Alemania o
del Reino Unido). Por otra parte, su doble componente en programas
regionales (que parecen más propicios para el diseño de estrategias
territoriales) y programas naciona les (más orientados al crecimiento y el
empleo, con una base por tanto prioritariamente económica) permite a los
Estados un cómodo margen de maniobra para evitar algunas situaciones
complicadas a la hora de decidir la ubicación de los fondos, al tener que
escoger entre calidad de planificación y justicia espacial. Valga para ilustrar el
comentario un ejemplo que pudiera darse en el caso español: escoger entre
Navarra, Comunidad Foral y con un nivel de gasto público por ciudadano que
triplica la media, pero que dispone de una Estrategia Territorial acorde con las
directrices de la ETE y de la Comisión, y otras regiones que se encuentren
próximas al umbral del 75% del PIB medio comunitario, pero que ya no pueden
ser consideradas objetivo 1.
Esta problemática cabe situarla más a nivel de cada Estado que de UE.
Ya conocemos el argumento de que la futura PRE no puede concentrarse
únicamente en las áreas en retraso o con mayores dificultades, sino también en
aquellas otras en las que la no intervención pudiera tene r efectos perjudiciales
para que pudieran consolidarse como espacios competitivos en el actual
contexto globalizado. Si se recuerda que una de las directrices de la ETE era
precisamente consolidar este tipo de espacios promoviendo la cooperación
territorial, especialmente transnacional, y se relaciona esta idea con la del
objetivo de la cohesión territorial, podemos entender mejor la naturaleza del
18
futuro nuevo objetivo 3. Una mirada a las zonas en donde esta cooperación se
encuentra más desarrollada, un inventario de las cuales se ha realizado en la
parte primera de este trabajo, ofrece algunas pistas de cuáles serán los
territorios
que
cuentan
con
mejores
opciones
(Pentágono
y
áreas
circundantes).
Como ya escribíamos hace casi tres años para este mismo foro
(Farinós, 2001) España se encuentra en una situación a la mitad, entre los
territorios futuro objetivo 1 (sabiendo que no se beneficiará del Fondo de
Cohesión) y con serias dificultades para poder competir con otros territorios
más avezados en la nueva planificación del desarrollo territorial (que
progresivamente va imponiéndose al demostrar sus mejores resultados o
simplemente porque permite desarrollar políticas que de otra forma no podrían
ser llevadas a cabo), y sin la posibilidad de recurrir al veto.
No sólo por motivos de captación de fondos11 sino sobre todo de eficacia
y de eficiencia, sigue pareciendo conveniente avanzar hacia nuevos estilos de
planificación, más territorial (con el recurso a la cooperación y el partenariado
entre territorios) que exclusivamente económica. Sin duda, y éste es un
obstáculo adicional, esto deberá verse acompañado no sólo de nuevos
métodos sino también de nuevos actores implicados. Incluso podríamos
pensar, aunque no es cuestión de entrar en ello en este momento, sobre la
posibilidad de extender este cambio a la propia Ciencia Regional que, como ya
en 1998 publicaba George Benko, también debe ajustarse a los nuevos
tiempos.
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BENKO, G. (1998): La science régionale, Presses Universitaires de France, París.
11
Es descabellado pensar en seguir percibiendo casi una cuarta parte de los fondos de
cohesión y habrá que asumir un significativo descenso de las ayudas.
19
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