20+SALUD * Rx En general, es muy difícil determinar cuáles son los cambios que se relacionan con el proceso de envejecimiento y cuáles obedecen al estilo de vida particular de cada quien. La tercera edad modelo josé rafael peña / agradecimiento casa de la juventud prolongada. alcaldía de chacao Tiempo de vida En mantener activos el cuerpo, la mente y las relaciones sociales está la clave para hacer del envejecimiento un proceso pleno de retos y no sólo de cambios y limitaciones / Sara Díaz fotografía roberto mata La vejez no llega de golpe. Se instala lentamente, casi sin avisar: cuando hay que agudizar los sentidos para ver y escuchar, cuando lo que se hizo ayer no viene fácil a la memoria, cuando se reciben los primeros cheques de la jubilación… El proceso paulatino e individual del envejecimiento es inevitable, y obedece, principalmente, a los cambios que experimenta el cuerpo con la edad. A fin de establecer un parámetro común, la Organización de las Naciones Unidas –respaldada por sociólogos, médicos y psicólogos– acordó que a los 60 años un adulto maduro pasa a convertirse en un adulto mayor. Pero más allá de la definición, “uno empieza a envejecer cuando comienza a sentirse viejo”, afirma la geriatra Nidia Seguí. La vejez, agrega la especialista, es la única etapa de la vida que se puede prolongar: “si bien la niñez y la juventud tienen un tope, nadie sabe dónde está el techo exacto de la vejez”. 21+SALUD Rx * tercera edad Aunque hay indicios comunes en hombres y mujeres, el proceso de envejecimiento se manifiesta de manera diferente: físicamente en la mujer se percibe más la edad, pero orgánicamente el hombre envejece antes. ¿Qué pasa? Son diversos los planteamientos de la ciencia para explicar las causas del envejecimiento. El Manual Merck de Información Médica para el Hogar resume por qué los años no pasan en vano. • Teoría de la senectud programada. Establece que la velocidad de envejecimiento de una especie está predeterminada por los genes (contienen la información sobre cuánto tiempo vivirán las células). Así, a medida que las células mueren, declina el funcionamiento de los órganos. • Teoría de los radicales libres. Plantea que la causa del envejecimiento de las células es el resultado de las alteraciones acumuladas por las continuas reacciones químicas que se registran en su interior. Durante esas reacciones se producen los radicales libres, moléculas inestables (tienen un electrón desparejado) que alteran las membranas celulares, atacan el material genético y causan un deterioro paulatino. El ritmo de envejecimiento depende, entonces, de la respuesta de las células a los radicales libres (es diferente en cada persona). Los rayos ultravioleta, la contaminación ambiental, el cigarrillo, las drogas y algunos alimentos, entre otros factores externos, incrementan la producción de radicales. Notar los cambios Aunque se trata de un proceso muy individual, hay cambios en el organismo que sirven como indicadores del envejecimiento. • Se tiene dificultad para enfocar objetos cercanos (presbicia). • Disminuye la capacidad para escuchar frecuencias altas o bajas. • La piel se torna más delgada, pierde elasticidad y se arruga. • Se registran episodios de insomnio (cambian los patrones de sueño delta, el más reparador y profundo). • El metabolismo se lentifica y, generalmente, aumenta la proporción –y distribución– de la grasa corporal. Es más difícil mantener un peso saludable. • El corazón se vuelve menos eficiente y se esfuerza más para hacer el mismo trabajo. • Tiende a aumentar la presión arterial. • Decrece la capacidad de los riñones para depurar toxinas y fármacos. • Disminuye la tolerancia a la glucosa. • Se reduce la capacidad pulmonar. modelos josé moreno / sara márquez / maría mónica zanetti • Hay menor resistencia a las infecciones en general. • Las secreciones digestivas disminuyen (la alteración favorece el estreñimiento). • Cambian las respuestas, las necesidades y el desempeño sexual, pero el deseo y la capacidad orgásmica se mantienen. • Se agudiza el estrés emocional, en parte por la incertidumbre y ciertos cuadros neuropsiquiátricos (demencia y depresión grave). 22+SALUD modelo hola cohen Destino geriátrico La decisión de vivir en una residencia geriátrica obedece, entre otros factores, al estado físico y mental del anciano y a la disposición y preparación de los familiares para atenderlo. En casos de adultos mayores con patologías mentales complejas, como las últimas etapas de ciertas demencias, el control de la conducta demanda constante atención especializada. De optar por una residencia, debe haber consenso familiar y el compromiso de seguir visitando al anciano. Si se le recluye por “comodidad” y se le priva de atención afectiva, experimentará sentimientos de soledad y abandono que pueden incidir en la aparición de enfermedades. El envejecimiento, precisa Seguí –también docente del postgrado de geriatría y gerontología del Instituto Nacional de Geriatría (Inager)–, es un proceso asincrónico –no todas las partes del cuerpo declinan al mismo ritmo– que depende en un 35% de la carga genética y en un 65% del ambiente y el estilo de vida. Jesús Enrique Mazzei, presidente de la Sociedad Venezolana de Geriatría, coincide en que unos genes “predispuestos” y ciertos hábitos tienen una influencia determinante en el proceso: “uno nace con una edad biológica, que puede aumentar o disminuir en cinco años según la calidad de vida”. Declive natural Si bien el envejecimiento no necesariamente implica daño, sí supone un desgaste físico e intelectual: se producen cambios corporales perceptibles y una disminución de muchas funciones internas que a los 30 años estaban en su pico. A partir de esa edad se inicia un descenso gradual –pero continuo– de la capacidad funcional del organismo. Aun así, básicamente son las enfermedades –y no el declive natural en la actividad de los órganos–, las que explican la pérdida de la capacidad funcional que ocurre en la vejez. No es fortuito que la palabra salud –en el adulto mayor– se relacione con función: “mientras se es capaz de mantener la función de determinados órganos o sistemas, se es saludable”, explica Seguí. Envejecer con éxito, recuerda la especialista, supone –indiscutiblemente– conservar la calidad de vida: “es cierto que la mayoría de los adultos mayores puede padecer enfermedades crónicas o afecciones como artrosis o diabetes, pero si la dolencia se controla, la persona puede ser capaz de seguir trabajando o de ocupar su tiempo libre en actividades útiles y satisfactorias”. El funcionamiento cognitivo y perceptivo en la vejez suele estar asociado a una visión pesimista: pasan los años y merma la aptitud del anciano. Victoria Tirro, neuropsicólogo de la Unidad Médica del Adulto Mayor, en el Centro Clínico Profesional Caracas, desmonta esa creencia: “si bien unas capacidades intelectuales se deterioran, otras se mantienen y tienden a mejorar”. Aunque el adulto mayor es menos capaz de captar y conservar información –tiene ciclos de percepción más cortos que reducen la atención simultánea de dos eventos a la vez–, su memoria a largo plazo permanece intacta, su comprensión y razonamiento aumentan con el tiempo, desarrolla la creatividad y mantiene su capacidad de aprender. Lo que sí se modifica es la velocidad de asimilación de nuevos conocimientos. 23+SALUD Rx tercera edad modelos rosa mayorca parra / graciela silva / maría victoria gómez En actividad El Instituto de Medicina (IOM, por sus siglas en inglés), una unidad de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, identifica las claves de un buen envejecimiento: mantener activos el cuerpo, la mente y las relaciones sociales. Los adultos mayores, sugiere la organización, deben invertir el tiempo –preferiblemente– en actividades relacionadas con sus gustos y destrezas, pero siempre deben estar “haciendo algo”. • Caminar o ejercitarse diariamente. • Estimular la mente y la memoria con lecturas, crucigramas, talleres o aproximándose a Internet. • Disfrutar del ser abuelos. • Mantenerse informados y en contacto con adultos y jóvenes. • Disfrutar la sexualidad y la compenetración con la pareja. • Alimentarse sanamente (incrementar el consumo de fibra y agua y reducir las grasas y el sodio). Enfrentar el ciclo Considerando que entre el año 1950 y el 2000 la población mundial de adultos mayores pasó de 200 a 550 millones, y que para el año 2020 se prevé una cifra no menor de 1.000 millones, no es de extrañar que el tema del envejecimiento sea parte de la agenda social, política y de salud pública en un creciente número de países. Los estudios gerontológicos abordan la vejez como un proceso del ciclo vital que requiere de ciertos ajustes para preservar una calidad de vida satisfactoria. A criterio de Tirro, la sociedad –mayoritariamente joven– no ha asimilado todavía que los cambios en el estilo de vida y la reducción de la tasa de natalidad han contribuido al aumento de la población de adultos mayores y, en consecuencia, no logra cubrir sus necesidades ni incorporarlos activamente al grupo social. La vejez –una etapa de por sí crucial– puede ser positiva si se planifica y si el tiempo se emplea en tareas estimulantes nuevas o en actividades hasta entonces no practicadas a plenitud. En cambio, si la persona se ve desprovista de un día para otro de lo que era su “función” en la vida, el proceso puede resultar tremendamente negativo. En ese caso, explica Tirro, “el adulto mayor se siente invadido por sentimientos de inutilidad y manifiesta poco interés por lo que ocurre a su alrededor”. 24+SALUD Emocionalmente, los cambios que cursan con los años se relacionan con la actitud que el adulto mayor asume frente a su nueva condición –menos responsabilidades, más tiempo y menor capacidad funcional–. El escenario se complica con la llamada jubilación “impuesta por los hijos”, quienes –aun queriendo el bien– mutilan a priori las actividades que por años le dieron sentido a la vida de sus padres. Frente a estas circunstancias –gobernadas por cambios físicos, sociales y de desempeño–, los adultos mayores están más expuestos a desórdenes vinculados con la angustia, la depresión, la desorientación y la agitación nerviosa. Si bien algunos se quejan de soledad, otros se angustian por depender de un tercero. También pueden volverse caprichosos o testarudos y “meterse en todo”. La recomendación es relacionarse con ellos desde la tolerancia, la paciencia y el respeto. • F u e n t e s c o n s u lta d a s º Jesús Mazzei, geriatra. Centro Clínico Profesional Caracas. º Nidia Seguí, geriatra. Instituto Nacional de Geriatría (Inager). º Victoria Tirro, neuropsicóloga. Unidad Médica del Adulto Mayor. Centro Clínico Profesional Caracas. º Manual Merk de Información Médica para el Hogar. Merck Sharp & Dohme. Editorial Océano. º Clínica Mayo. Libro de la salud familiar. Scout C. Litin. Harper Resource.