Coaching, el complemento perfecto Universo Laboral Érica era una

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Coaching, el complemento perfecto
Universo Laboral
Érica era una chica muy talentosa y preparada, recién egresada de la carrera de ingeniería. En apariencia,
Érica tenía todo lo que se necesita para ingresar el mercado laboral: actitud, un buen CV, buena
presentación… pero había un problema: cada vez que llegaba a una entrevista de trabajo y le llega el turno
de pasar con la reclutadora, le daba pánico escénico y acto seguido se paraba y se iba.
La solución a los problemas de Érica, al parecer, no estaban en una terapia psicológica que duraría meses,
sino en 8 sesiones de coaching individual. O al menos fue lo que ocurrió cuando se acercó a Alejandra
Noguez:
“Érica traía unos rollos de inseguridad. Lo que se trabajó con ella fue en su autoestima, enfocado a
coaching de vida, no empresarial. En coaching se trabaja con el ser y con el hacer. En las empresas
trabajan en el hacer con el objetivo de que los trabajadores alcancen ciertos resultados.
“Sin embargo, descubres, en las sesiones individuales que los trabajadores no alcanzan sus objetivos
porque traen limitaciones en el ser, en creencias que no les permiten concretar.
“En el caso de esa niña, Érica, no era con el hacer porque ella sí estaba haciendo, pero traía una creencia
limitante: recordaba que su mamá y una de sus maestras, durante mucho tiempo, le dieron el mensaje que
ella no iba poder porque era mujer y que nunca la iba a hacer en la carrera de ingeniería. Entonces al
momento de concretar, de creérsela y tener en cuenta que era una ingeniera, se paraba y se iba”.
Cuando Érica descubrió que su creencia limitante era que una mujer no era buena para ingeniera, su coach,
Alejandra, comenzó a trabajar esta inseguridad a través de una serie de preguntas y respuestas. Recordó que
una de sus maestras era buena para dar sus clases y fue a través ella que adquirió confianza.
En coaching, el coachi, en este caso Erica, no debe vivir con esas limitantes; la idea es que se dé cuenta de
lo que bloquea las cualidades que posee.
Comenta Alejandra: “Uno de los principios fundamentales del coaching, es llevar a una persona del estado
actual a uno deseado. Y al decir “estado deseado”, me refiero a algo mejor o más funcional para la
persona”.
“El coach empodera a la persona, nos enfocamos en sus puntos fuertes más que en sus errores. En coaching
no trabajamos con los errores de la gente sino con áreas de oportunidad, que son áreas donde está faltando
el desarrollo de ciertas habilidades.”
“El coaching se esta impartiendo en todos los niveles; antes era empresarial y deportivo, pero ahora se está
enfocando en la escuela para que los niños y los jóvenes aprendan a alcanzar sus metas desde muy
temprana edad”.
“¿Por qué está ocurriendo esto?”, comenta Alejandra, “Tiene que ver con que las últimas generaciones
perdieron el sentido de vida; las cosas se fueron simplificando y ahora pueden obtener todo al alcance de un
click; las nuevas generaciones ya no tienen que moverse porque todo lo tienen a la mano. Se
desacostumbraron a ser investigadores, a ser competitivos, a buscar sus recursos, a buscar y descubrir
cuáles eras sus habilidades”.
“En un mundo simplificado no hay necesidad de buscarle. Tan simple: Quieres hacer un curriculum… es
fácil bajar uno de la red y cambiarle de nombre.
“Eso te sirve para salir del paso y habrá uno o dos abusados que sepan llevar bien la entrevista, pera la gran
mayoría no, porque su comunicación no verbal los delata. Su postura, su mirada… no pueden llevar su
seguridad en un papel que no representa lo que son. Con un copy-paste no van empoderados”.
Apoyarse en un coach para resolver una problemática específica requiere cerca de unas 10 sesiones de
trabajo, y puede hacerse de manera individual o colectiva. Y como vemos, resulta un buen complemento
para nuestra presentación en el mercado laboral y por su puesto, también para otras áreas de vida.
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