Pronunciamiento Ante los hechos acontecidos entre el 17 y el 22 de junio en las inmediaciones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), en el que tanto representantes de la Unión Nacional del Adulto Mayor (UNAM) como hombres y mujeres jóvenes fueron agredidos por personas identificadas con el partido de gobierno bajo la injustificada pasividad de la Policía Nacional, el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), organización independiente de la sociedad civil que vela por la gestión democrática de la seguridad y los procesos públicos transparentes, considera que: 1. Se ha violentado el derecho constitucional a la protesta pacífica, a la integridad física de las personas y a la libertad de expresión de los ciudadanos jóvenes y adultos que hacían una demanda cívica por pensiones reducidas, en las afueras del INSS: Según el artículo 29 de la Constitución Política del país “Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia, de pensamiento (...) Nadie puede ser objeto de medidas coercitivas que puedan menoscabar estos derechos ni a ser obligado a declarar su credo, ideología o creencia”. Asimismo, el artículo 30 señala que “Los nicaragüenses tienen derecho a expresar libremente su pensamiento en público o en privado, individual o colectivamente, en forma oral, escrita o por cualquier otro medio”. Adicionalmente, los artículos 53 y 54, respectivamente, reconocen el derecho de reunión pacífica, concentración, manifestación y movilización pública. 2. Se efectuaron detenciones injustificadas al margen de la ley, así como tratos degradantes e inhumanos, cuando jóvenes en la protesta en las afueras del INSS fueron llevados a diferentes distritos de la Policía Nacional: Según el artículo 33 de la Constitución “Nadie puede ser sometido a detención o prisión arbitraria, ni ser privado de su libertad, salvo por causas fijadas por la ley y con un arreglo a un procedimiento”. Alrededor de 12 jóvenes fueron detenidos por protestar y manifestarse pacíficamente, derechos políticos que se legitiman en la Constitución Política de Nicaragua. Asimismo, el artículo 36 de la Constitución establece que “…Nadie será sometido a torturas, procedimientos, penas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes. La violación de este derecho constituye delito y será penado por la ley”; prohibición que es reiterada en el artículo 7 de la Ley de la Policía Nacional. Sin embargo, se documentaron diversos casos de tratos inhumanos, golpes, uso excesivo de la fuerza, amenazas a la vida e intimidación por parte de agentes de la Policía Nacional. Adicionalmente, posterior a las detenciones, se les negó el derecho a los familiares de los retenidos de ser informados sobre su paradero. 3. La Policía Nacional violó los principios jurídicos de neutralidad e imparcialidad, que rigen el comportamiento de esa institución del Estado. Nuestra legislación establece que la PN debe ser una institución pública, en servicio de la población nicaragüense. En el artículo 1 de la Ley de la Policía Nacional se menciona que ésta es un cuerpo armado de naturaleza civil, profesional, apolítico, apartidista, no deliberante y se regirá en estricto apego a la Constitución Política de la República a la que debe respeto y obediencia. Es el único cuerpo policial del país y tiene por misión: proteger la vida, la integridad, la seguridad de las personas y el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos; asimismo es responsable de la prevención y persecución del delito, la preservación del orden público y social interno, velar por el respeto y preservación de los bienes propiedad del Estado y de los particulares (…). En el artículo 7 de esta misma Ley se hace referencia al comportamiento que los miembros de la Policía deben tener: “Actuar con absoluta neutralidad e imparcialidad, sin discriminación alguna, en el entendido de que todas las personas son iguales ante la Ley y tienen derecho a igual protección”. Sin embargo, en la madruga del 22 de junio, ninguno de estos artículos fueron respetados por la PN. Los jóvenes brutalmente agredidos a golpes, con armas cortopunzantes y palos, no fueron protegidos por la PN de las personas que los atacaron. Por el contrario, los jóvenes testifican haber sido pateados por la PN al solicitarles ayuda. Ante los incidentes de violencia social y política ocurridos entre el 17 y el 22 de Junio en la protesta del INSS, el Ieepp considera que la actuación de la PN irrespetó una serie de artículos constitucionales, violando derechos humanos reconocidos a nivel nacional e internacional y de igual forma, no cumplió con su misión como Institución garante de la seguridad interna del país, según la Ley de la Policía Nacional. El IEEPP urge al Alto Mando de la Policía Nacional a prestar atención, en su carácter de institución pública y regida por la Constitución, a los siguientes puntos que son legitimados por la Constitución Política y la Ley de la Policía Nacional: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. La protesta realizada por adultos mayores y jóvenes es legítima y legal. Los derechos políticos que se le otorgan a los ciudadanos/as deben ser respetados por autoridades públicas, y de forma exclusiva por la PN. La libertad de expresión es un derecho constitucional y no debe de ser causa de violencia. Todos los/as ciudadanos/as deben tener libertad de movilización y protesta y ante estos sucesos, la PN debe ser imparcial y debe proteger a todos/as los/as involucrados/as ante cualquier acto de violencia. La PN es apolítica y profesional, no debe responder de manera parcial, sino que debe atender las necesidades de todos/as los/as ciudadanos/as. En caso de que exista una orden que vaya en contra de la Constitución y las leyes, los oficiales están en la obligación de no acatarla. La Directora de la PN debe de cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes, reglamentos, decretos, resoluciones y demás disposiciones que se relacionen con la actividad propia de la institución. Testimonios que acusan a la PN de violencia política, torturas, amenazas, agresiones y detenciones arbitrarias, todas ellas acciones penadas, y por las que se le exige hacer uso racional de la fuerza, en caso de ser imprescindible, respetando la integridad física y psicológica del detenido. La PN debe de estar adoctrinada para proteger a los/as ciudadanos/as. Ante los actos de violencia, la PN debe investigar, detener y sancionar a los responsables de las faltas o delitos cometidos la madrugada del 22 de Junio. También debe realizar un proceso investigativo interno para sancionar, de ser el caso, a los agentes y oficiales policiales que por negligencia no actuaron acorde con su mandato según la Constitución y las leyes correspondientes. Mientras se realiza el proceso investigativo, y a la mayor brevedad, la Jefatura Nacional de la Policía Nacional tiene que brindar explicaciones públicas a la ciudadanía sobre las agresiones sufridas por los manifestantes, el robo de pertenencias personales y automóviles, la inacción de los oficiales para brindar protección, entre otros temas que aún no han sido debidamente aclarados por la institución policial. Finalmente, es necesario que la PN reafirme su misión de proteger a toda la ciudadanía y asimismo, de mantener el orden interno. Los miembros de la Policía en el cumplimiento de sus funciones deben de actuar con profesionalismo, en su condición de servidores públicos y especialmente respetando los derechos humanos.