Esqueleto de la paloma, anatomía estructural

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Esqueleto de la paloma, anatomía estructural
Escrito por Carlos Bachi
Martes 12 de Octubre de 2010 13:35 - Ultima actualización Martes 12 de Octubre de 2010 13:48
Esqueleto de la paloma, anatomía estructural
“La paloma posee, como todos los vertebrados, esqueleto interno o neuroesqueleto, llamado
así, por servirle de estuche protector a los órganos del sistema nerviosa.
Su principal característica es la neumaticidad, pues el esqueleto de la paloma, como el de
todas las aves voladoras, está formado por huesos huecos o neumáticos.
El aire, llega a su interior, disminuyendo el peso específico del animal. El esqueleto neumático
es una adaptación para el vuelo.
Consta de: a) cráneo, b) columna vertebral, costilla y esternón, c) extremidades unidas a la
columna por las cinturas.
Cráneo: se observan en él las grandes cavidades orbitarias. Está articulado a la primera
vértebra de la columna mediante un codillo occipital que le permite mayor movilidad. Los
huesos que la forman son delgados.
Se destacan: los intermaxilares, que sirven de
esqueleto al pico; el hueso cuadrado, que une el maxilar inferior al cráneo y el hueso yugal, que
permite el desplazamiento del maxilar superior, hacia arriba, mientras desciende el inferior.
Columna vertebral: consta de cuarenta y una vértebras; doce cervicales; ocho dorsales: catorce
lumbosacras soldadas entre sí, y siete coccigias. Las vértebras coccigias forman el esqueleto
de la cola y se sueldan formando un hueso llamado pigostillo o rabadilla.
Costillas y esternón: las costillas y el esternón junto con la vértebras dorsales, constituyen el
tórax. Las primeras costillas no llegan al esternón, son las costillas flotantes.
Cada costilla, posee una prolongación o apófisis uncinal, que se apoya en la costilla inmediata.
La caja torácica adquiere de esta manera mayor consistencia.
El esternón es un hueso plano que presenta una saliente o cresta, llamada la carena o quilla,
en la cual se insertan los poderosos músculos pectorales, que impulsan las alas durante el
vuelo.
Extremidades: se dividen en anteriores y posteriores.
Las extremidades anteriores (alas) constan de húmero (esqueleto del brazo), del radio y cúbito
(esqueleto del antebrazo); del carpo y metacarpo (esqueleto de la mano) y de las falanges
(esqueleto de los tres dedos).
Los miembros anteriores se unen a la columna vertebral mediante la cintura escapular
formadas por tres huesos pares; la escápula y omóplato, el caracoide y la clavícula. Las
clavículas se sueldan entre sí por sus extremidades internas y forman la llamada fúrcula y
horquilla que tiene el aspecto de una espuela. Los dedos del ala se denominan pulgar, medio y
externo.
En el pulgar se hallan las plumas que constituyen el álula.
Las extremidades posteriores, patas, constan de fémur (esqueleto del muslo), tibia y peroné
(esqueleto de la pierna); tarso y metatarso soldados formando un solo hueso; el cañón
(esqueleto del pie) y las falanges (esqueleto de los cuatros dedos).
El peroné, delgado como un estilete, presenta la extremidad inferior libre (sin articularse).
Los miembros posteriores se unen a la columna vertebral mediante la cintura pélvica, integrada
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por el isquion y el íleon y por el pubis, soldados todos a la región lumbosacra. Estos huesos
son pares.
Descripto el esqueleto resumiremos sus principales características: a) huesos neumáticos, b)
esternón con carena o quilla, c) costilla con apófisis uncinal, d) clavículas soldadas entre sí.”
Extraído de apuntes del Don Dr. Guillermo Panettieri.
El esqueleto de la paloma de carrera (Para tener en cuenta en los cursos de jueces):
Un aspecto que tiene fundamental importancia en la paloma de carrera es la cuestión del
esqueleto, el cual es tan primordial como el plumaje, resulta sustancial que el esqueleto de la
atleta sea solido y compacto, y que en toda su conformación este bien calcificado.
Su forma debe ser homogénea, lo podemos comparar a la forma de una pera, o para que aún
se entienda mejor, podemos hacer referencia a una estructura en forma de ovoide.
La de forma ovoide del esqueleto, es la idónea para que la paloma resulte aerodinámica, para
que cumpla las funciones inherentes al vuelo y ofrezca la menor resistencia a la contraposición
del aire en que se desempeña cuando emprende una prueba a distancia.
Una vez entendido esto, debemos perfeccionar tanto la selección en el tacto que nos debemos
acercar a encontrar una carcasa ovoide perfecta, ya que no debe ser ni corta, ni larga, ni
tampoco muy chata, o demasiado alta, deberemos buscar que todo lo que conforme la paloma
se encuentre en una justa relación en cuanto al tamaño de su esqueleto.
Es de sumo interés, que muestre una gran firmeza, y en especial, su carcasa, ya que la
debilidad que denote en sus dos posiciones, derecha o izquierda repercutiría de forma
deficiente cuando la atleta corte el aire a una velocidad extrema, pues el ave deberá
contrarrestar el desequilibrio en mantener su correcta posición en el vuelo.
El esternón, es sin lugar a dudas, una pieza fundamental del esqueleto. Debe poseer, como ya indicamos, gran firmeza, y su grosor deberá estar acorde con el tamaño del atleta y su fenotipo,
a su vez procuraremos que sea largo y describa una suave curva ascendente hacia la horquilla.
El mismo debe estar derecho y dividir simétricamente la parte inferior de la paloma, o sea, su
pechuga debe estar perfectamente dividida en dos mitades.
Muchas veces seleccionando palomas, he pasado por alto esta condición, lo cual, con los años
fui rectificando y volviéndome más riguroso, he llegado al día en que descarto toda paloma que
tenga su esternón desviado, dado que es un serio síntoma de debilidad en el crecimiento y
desarrollo, así como indicio de alguna enfermedad que en su desarrollo me ha pasado
desapercibida.
En las oportunidades que he tenido de seleccionar palomas de carrera con grandes
colombófilos, siempre hemos estado de acuerdo en lo mismo, lo primero en revisar es su
garganta, lo segundo son sus músculos y lo tercero su esqueleto, el esternón siempre es el
ultimo síntoma de descalificación, pero les aseguro que no nos equivocamos, ni lo dejamos
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pasar por alto.
Continuando con la apreciación del esqueleto llegamos a la horquilla, estos huesos mostraran
solidez y firmeza y tenderán a juntarse lo más posible hacia sus extremos libres, dando la
sensación de estar soldados.
A este aspecto, le daremos menor importancia en las hembras, dado que estas poseen una
conformación fenotípica distinta a la de los machos, en general son más ligeras y elásticas.
Sin embargo en los machos esta exigencia se hará notar, los huesos de la horquilla guardarán
el mayor paralelismo posible.
Es trascendental que el extremo posterior del esternón esté lo más cerca posible a los huesos
de la horquilla, dejando el menor vacio entre ellos, además hay que procurar que los huesos de
la horquilla estén lo más altos posibles y se peguen al extremo de la cintura pélvica.
Siempre que he actuado en la clasificación de palomas he tenido que explicar repetidamente el
porqué del descarte y, aún así, muchos participantes no me han entendido.
Mi maestro Don Juan Perelló (QEPD) me hizo ver infinidad de veces que a la más suave
presión de los dedos índices, los huesos de la horquilla se doblan hacia dentro y, en algunos
casos, ni hace falta la presión de los dedos, ya que de por sí, se encuentran doblados. Cuando
muchas veces comentábamos que las vísceras se sentían impulsadas hacia el vértice del
esqueleto ovoidal, hacíamos mención del esternón corto, pero en esta ocasión, los huesos de
la horquilla doblados hacia dentro molestan a las vísceras que tienen que acomodarse sobre
ellos. Además, los sacos aéreos se llenan de aire del lugar y éste es transportado hacia los
huesos neumáticos. Ese aire lleva la información de las diferencias de presión inercia y
gravedad, recibidas también por los órganos mesentéricos, siendo transmitidas por los
mecanoreceptores y laberintos del cuello a los órganos vestibulares y de éstos al cerebro. Si el
triángulo no está bien formado en su vértice, se dificultará el trabajo de información de todo
este aparato.
Se que esta explicación puede resultar muy compleja, pero quien desee llegar a ser terna en
una exposición de selección de palomas de carrera, deberá tener este aspecto muy claro y
definido.
La espalda propiamente dicha, juega un rol muy importante en el esqueleto de la paloma, bajo
una postura muy personal le doy suma importancia, por lo que siempre exijo que esta sea
ancha entre los hombros y vaya reduciéndose suavemente hacia la rabadilla, teniendo muy en
cuenta que su cintura pélvica no debe ser muy marcada.
Es de fundamental importancia, y en esto soy intransigente, que las vertebras coxigias tengan
excelente movilidad, ya que son las responsables de la maniobrabilidad del timón. Si una atleta
no cuenta con una buena función en este sentido, su vida deportiva será pésima, y para
evaluar un ejemplar de categoría estándar, este puede ser un punto de descalificación muy
claro.
Pasando al brazo y antebrazo de la paloma de carrera, seré muy explicito ya que en este
aspecto no hay nada que inventar, las deducciones las extraemos de la lógica. Los huesos del
ala son de principal importancia en la paloma de carrera. El tamaño de estos, debe ser
directamente proporcional a la anatomía del ejemplar que estamos estudiando. Es importante
que el brazo de la atleta sea corto, esto se sobrentiende, ya que por lógica, “a palanca más
corta, mayor fuerza”, por eso aconsejo y reafirmo esta condición, ya que es imprescindible para
mayor fuerza en la envestida de la remada de ataque.
Por último resta señalar las patas de la paloma, tema intrincado, que muchas veces ha traído a
colación grandes discusiones a la hora de juzgar y seleccionar un ejemplar por el mero hecho
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de diversidad de criterios. Paso a describir el significado de patas de una atleta según el
Maestro Don Juan Perelló (QEPD):
“Las patas, formadas por las piernas y las patas propiamente dichas, son las responsables de
la altura de la paloma. Mejor diríamos que el acodamiento de ellas, hace que la atleta se
muestre más o menos alta. Las patas en sí, nos hacen ver o mejor dicho adivinar, por analogía,
la fortaleza de los huesos en general. Las piernas nos demuestran el estado de los músculos y
dado que en vuelo no tienen gran incidencia, solamente nos sirve para la impresión general del
ejemplar, sin dejar de considerar que los músculos de las piernas también trasmiten
información magnética a los órganos mesentéricos.”
Es de fundamental importancia que el tamaño de estas guarde relación con el cuerpo de la
atleta.
En varias ocasiones la coloración de las uñas o los dedos de las palomas han sido puestos de
manifiesto al enjuiciar y descalificar a un ejemplar, en lo particular resto importancia a ello, ya
que si la paloma rosase lo extraordinario, sería muy difícil descartarlo por tal motivo, pues las
patas son lo que conllevan menos puntaje o importancia, siempre y cuando el ave las tenga.
Espero que estas definiciones sean útiles en la clasificación y selección de mensajeras, pero
hay que recordar que jamás debemos alterar las condiciones innatas de un extraordinario
ejemplar, no queramos ser más sabios que la naturaleza y nutrámonos siempre de ella sin
perturbarla.
Con respeto colombófilo: Carlos Alfredo Bachi Acosta.
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