Audiencia Provincial de Málaga, Sección 7ª, Sentencia de 4 Dic. 2007, rec. 49/2007 Ponente: Santos Peñalver, Mariano. Nº de Sentencia: 58/2007 Nº de Recurso: 49/2007 Jurisdicción: CIVIL Diario La Ley, Ley Nº 6967, Sección Reseña de Jurisprudencia, 13 Jun. 2008, Año XXIX, Editorial LA LEY LA LEY 295668/2007 Inexistencia de pareja de hecho en sentido jurídico en caso de convivencia durante cinco meses Cabecera UNIÓN NO MATRIMONIAL. Inexistencia de pareja de hecho en sentido jurídico. No concurre el requisito de la estabilidad de la relación. Sólo se acredita la convivencia en el apartamento de uno de sus integrantes durante cinco meses. Inaplicabilidad a las relaciones de los litigantes del régimen de la comunidad de bienes y subsidiariamente del enriquecimiento injusto con fundamento en una unión estable. ENRIQUECIMIENTO INJUSTO. Requisitos. No cabe el ejercicio de esta acción respecto de los bienes muebles que el actor dice haber comprado y dejado, tras la ruptura de la relación sentimental, en el domicilio de su ex pareja. Supondría forzar una compraventa no deseada por la parte contraria y dejar unilateralmente a una de las partes la ejecución del contrato en cuanto fijaría a su arbitrio el precio de venta. La acción procedente es la reivindicatoria, sin perjuicio de lo que resulte ante la imposibilidad de la devolución. Sí prospera, en cambio, aquella acción respecto de la partida reclamada referida al importe de la instalación de parquet en la vivienda de la demandada. Se acredita que el actor compró el parquet y abonó el precio de la instalación, por lo que al ser imposible retirarlo sin afectar a su estado ni perjudicar la vivienda, se constata un enriquecimiento sin causa a favor de la demandada. Cuantificación de la reparación del perjuicio. Se fija en la mitad del precio satisfecho. Resumen de antecedentes y Sentido del fallo El Juzgado de Primera Instancia estimó la excepción de falta de legitimación «ad processum» en relación con la petición principal de división de la cosa común formulada por el demandante frente a su ex pareja, y desestimó íntegramente la petición subsidiaria de enriquecimiento injusto. La AP Málaga, tras considerar que jurídicamente no existe pareja de hecho por no concurrir el requisito de la estabilidad de la unión e indicar que la acción procedente respecto de los bienes muebles que el actor dice que adquirió y que dejó en el domicilio de la demandada no es la de enriquecimiento injusto, sino la reivindicatoria, estima parcialmente el recurso de apelación en relación con la partida reclamada relativa al importe de la instalación de parquet en el suelo de la vivienda de la recurrida, y condena a ésta a abonarle la mitad del precio satisfecho al apreciar que se ha producido un enriquecimiento sin causa a su favor. Texto AUDIENCIA PROVINCIAL DE MALAGA SECCION SEPTIMA MELILLA ROLLO CIVIL Nº 49/07 JUZGADO DE 1ª INSTANCIA Nº 4 AUTOS DE JUICIO ORDINARIO Nº 297/06 ILMOS. SRES. PRESIDENTE: D. JOSE LUIS MARTÍN TAPIA MAGISTRADOS D. MARIANO SANTOS PEÑALVER D. JUAN RAFAEL BENITEZ YEBENES SENTENCIA Nº 58 La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Málaga, con sede Permanente en Melilla, constituida por los Magistrados al margen expresados ha visto, los autos de juicio Ordinario nº 297/06 seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia nº 4 de esta ciudad, en virtud de demanda formulada por D. Oscar , representado por la Procuradora Dª Concepción Suárez Morán y asistido de la Letrada Dª. María José Aguilar Silveti contra Dª. Ángeles representada por la Procuradora Dª. Cristina Cobreros Rico y asistida del Letrado D. Leopoldo Bueno Fernández cuyos autos han venido a este Tribunal en virtud de recurso interpuesto por la parte demandante D. Oscar , contra la Sentencia dictada en autos; siendo Ponente para la redacción de esta sentencia el Ilmo. Sr. Magistrado D. MARIANO SANTOS PEÑALVER . ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.PRIMERO.- Se aceptan y dan por reproducidos los de la resolución apelada. SEGUNDO.SEGUNDO.- En el proceso de referencia el día treinta de marzo de dos mil siete, se dictó Sentencia cuyo Fallo es del tenor literal siguiente "Que en cuanto a la petición principal de división de cosa común formulada en la demanda de juicio ordinario promovida por la Procuradora de los Tribunales en nombre y representación de D. Oscar contra Dª. Ángeles y ESTIMANDO LA EXCEPCIÓN DE FALTA DE LEGITIMACIÓN AD PROCESUM planteada por la representación de la demandada debo desestimar la misma. Asimismo, se desestima íntegramente el petitum subsidiario formulado en la mencionada demanda, con expresa imposición de costas a la parte actora". TERCERO.TERCERO.- Contra dicha resolución, la Procuradora Dª. Concepción Suárez Morán en nombre y representación de D. Oscar , interpuso en tiempo y forma Recurso de Apelación, a lo que se confirió el trámite legal, habiéndose opuesto al recurso de apelación la Procuradora Dª. Cristina Cobreros Rico en nombre y representación de Dª. Ángeles , para lo cual, se han remitido los Autos a este Tribunal para la resolución de los mismos. CUARTO.CUARTO.- Tras los trámites legales se señaló día y hora para la deliberación, votación y fallo del presente recurso, que tuvo lugar el día señalado. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.PRIMERO.- Contra la sentencia de instancia que desestima la demanda apreciando la excepción de falta de legitimación "ad procesum", por entender que la acción procedente sería la reivindicatoria, se alza en apelación la parte actora recurrente, insistiendo en la procedencia de la acción de división de la cosa común y subsidiariamente la de enriquecimiento injusto, alegando error en la valoración de la prueba practicada por entender que de la misma ha resultado acreditada la relación de pareja de hecho de los litigantes. Sobre la cuestión de hecho controvertida consta que el actor convivió como pareja sentimental con la demandada durante cinco meses, que la convivencia tuvo lugar en el domicilio privativo de la demandada, que entre ellos no existió una confusión de patrimonios ni actuación económica conjunta, y que carecen de descendencia en común. En consecuencia, como acertadamente entiende la sentencia de instancia, falta la nota de estabilidad exigida para apreciar jurídicamente la existencia de la institución de la pareja de hecho. No existe por tanto error en la valoración de la prueba practicada. Al respecto y siguiendo la líneas directrices de la doctrina, jurisprudencia y legislación,- en especial la autonómica que viene a reglamentar expresamente las uniones de hecho-, la convivencia «more uxorio» puede ser definida como el régimen vivencial de coexistencia estable, permanente en el tiempo, practicada de forma externa y pública con acreditadas actuaciones conjuntas de los interesados, generador de una comunal vida amplia de intereses y fines. Partiendo del concepto expuesto los presupuestos necesarios para la apreciación de la existencia de la pareja de hecho, como indica la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga (Sección 4), de 26 febrero del 2004 , son: a), que se trate de convivencia «more uxorio», esto es, la voluntad más allá del mero sentimiento de afecto recíproco específica de establecer una relación íntima y estable de pareja, compartiendo vida y bienes, no precisando tal voluntad formalidad alguna, pero sí renovarse permanentemente para mantener en vigor la convivencia conyugal; b), que exista una convivencia diaria, con exclusión de las temporales y ocasionales; c), que se trate de convivencia estable, es decir, prolongada en el tiempo, en este sentido algunas regulaciones autonómicas que establecen determinados plazos, en concreto la Ley catalana de Uniones Estables de Pareja de15 de julio de 1998 , y la Ley aragonesa de Parejas Estables no Casadas de 26 de Marzo de 1999 , exigen un periodo mínimo ininterrumpido de dos años; por su parte la Ley Foral Navarra para la Igualdad Jurídica de las Parejas Estables de 3 de julio del 2000 , la Ley valenciana de las Uniones de Hecho, la Ley del Principado de Asturias de Parejas Estables de 23 de mayo del 2002 , Ley de Parejas de Hecho de la Comunidad Autónoma de Extremadura de 20 de marzo 2003 , la Ley de Parejas de Hecho de la Comunidad Autónoma de Cantabria de16 de mayo del 2005 , la Ley de las Uniones de Hecho de la Comunidad de Madrid de 19 de diciembre del 2002 , la Ley de regulación de las parejas de hecho en la Comunidad Autónoma de Canarias de 6 de marzo del 20 , requieren un plazo mínimo de un año; d) que se trate de convivencia pública y notoria. Ciertamente el tiempo no puede considerarse como elemento esencial definidor de la existencia de la pareja de hecho, y así prescinden de él para la configuración de las uniones de hecho una parte de la legislación autónoma representada por la Ley de Parejas de Hecho de la Comunidad de Andalucía de 16 de diciembre del 2002 , la Ley de parejas de hecho de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha de 11 de julio del 2000 , la ley de Uniones de Hecho en Castilla y León de 27 de noviembre del 2002 , la Ley de Reforma de la disposición adicional tercera de la Ley 2/2006, de derecho civil de Galicia de 28 de junio del 2007 , o la Ley reguladora de las parejas de hecho del País Vasco de 7 de mayo del 2003 . Sin embargo, este sector legislativo coincide en exigir para el reconocimiento de la pareja de hecho una manifestación de la voluntad de los integrantes de la pareja expresada formalmente ante el organismo público competente. A la vista de lo expuesto puede concluirse que el fundamento de la pareja de hecho radica en la convivencia en una relación de afectividad con intención y vocación de permanencia. La aplicación de la doctrina expuesta al caso de autos conduce a la negación a la relación mantenida por los litigantes de la condición de pareja de hecho en sentido jurídico, pues el único elemento acreditado es la convivencia en común en un apartamento privativo de uno de los integrantes de la unión durante escaso tiempo, en concreto cinco meses, dato que por sí sólo no es suficiente para predicar la estabilidad de la relación exigida para la apreciación de la institución que nos ocupa. En consecuencia no es posible sostener la aplicabilidad a las relaciones de los litigantes del régimen de comunidad de bienes y subsidiariamente del enriquecimiento injusto con fundamento en una unión de hecho estable. En todo caso, como reiteradamente indica nuestra doctrina jurisprudencial el mero y exclusivo hecho de iniciarse una unión matrimonial no lleva aparejado el surgimiento automático de un régimen de comunidad de bienes (llámese de gananciales, sociedad universal de ganancias, condominio ordinario o de cualquier otra forma), sino que habrán de ser los convivientes interesados los que, por su pacto expreso o por sus "facta concludentia" (aportación continuada y duradera de sus ganancias o su trabajo al acervo común), evidencien que su inequívoca voluntad fue la de hacer comunes todos o algunos de los bienes adquiridos durante la duración de la unión de hecho. Por lo que no constando en el supuesto de autos la voluntad expresa o tácita de hacer común los bienes cuyo importe reclama el actor, no puede prosperar la pretensión de reclamación de su importe con fundamento en la acción de división de cosa común, pues ninguna comunidad de bienes se ha constituido sobre los mismos. A mayor abundamiento, la parte actora ejercita erróneamente la acción de división de cosa común, en cuanto que con ignorancia de los artículos 392 y siguientes del Código Civil , sostiene la adquisición privativa de los muebles litigiosos y la permanencia en su dominio de los mismos, postulando el abono íntegro de su importe por el otro conviviente y traspaso de la de la propiedad de los bienes a éste, pretensión ajena a la acción regulada en los artículos 400 y siguientes del Código Civil . SEGUNDO.SEGUNDO.- La institución del enriquecimiento injusto, carente de regulación legal específica, ha sido elaborada por la jurisprudencia, como principio general de derecho que requiere para su apreciación la concurrencia de los siguientes requisitos: a) existencia de un enriquecimiento; b) un correlativo empobrecimiento; c) la conexión entre empobrecimiento y enriquecimiento, que puede deberse, ya a servicios prestados, a acontecimientos naturales o sociales, o incluso a hechos fortuitos, de manera que lo único exigible es que el empobrecimiento se pueda reconocer en el patrimonio al que se ha trasladado; d) falta de causa que justifique el enriquecimiento; f) inexistencia de un precepto legal que excluya la aplicación del enriquecimiento sin causa. De otro lado conviene puntualizar que la acción de enriquecimiento injusto tiene carácter subsidiario, surgiendo exclusivamente cuando no haya otro medio de defensa del derecho lesionado. Esta nota de subsidiaridad ha sido recogida por la doctrina jurisprudencial , de la que es exponente la sentencia del Tribunal Supremo de 19 de febrero de 1999 , en donde se dice que "la acción de enriquecimiento deba entenderse subsidiaria, en el sentido de que cuando la Ley conceda acciones específicas en un supuesto regulado por ella para evitarlo, son tales acciones las que se deben ejercitar, y ni su fracaso ni su falta de ejercicio legitiman para el de la acción de enriquecimiento". Criterio reiterado en sentencias del Tribunal Supremo de 30 de noviembre del 2005, 8 de mayo del 2006, ó de 31 de enero del 2007 , destacándose en ellas que no existe contradicción con otras sentencias del mismo Tribunal que declaran la no subsidiaridad, pues tal pronunciamiento nada tiene que ver con los litigios que resolvieron, no siendo "ratio decidendi" de sus fallos, sino mero "obiter dictum". En el caso que nos ocupa, y dejando fuera de nuestra consideración por el momento la reclamación relativa al parquet colocado en el suelo de la vivienda de la demandada, afirmada por el actor la propiedad exclusiva de los bienes muebles que según él compró y dejó en el domicilio de aquélla al finalizar la relación sentimental que los unía, la acción a ejercitar por el recurrente para la recuperación de los mismos será la reivindicatoria. En efecto, el propietario de los bienes frente a la posesión por quien no es titular, la acción que ostenta es la acción reivindicatoria dirigida a la recuperación de la posesión, sin perjuicio de lo que resulte ante la imposibilidad de la devolución. Pero lo de ningún modo procede es sustituirla por otra acción de naturaleza distinta como la de enriquecimiento injusto, que supondría forzar una compraventa no deseada por la parte contraria y además dejar unilateralmente a una de las partes la ejecución del contrato, en cuanto fijaría a su arbitrio el precio de venta. TERCERO.TERCERO.- Respecto a la partida reclamada por la parte actora recurrente consistente en el importe de la instalación de parquet en el suelo de la vivienda de la recurrida y que asciende a la suma de tres mil cuatrocientos noventa y cuatro euros con cuarenta y cuatro céntimos, la prueba practicada representada por la documental en relación con la testifical y el interrogatorio de las partes acreditan que el actor compró el parquet colocado en el suelo del domicilio de la demandada, abonando el precio de la instalación, por lo que siendo obvio que es imposible ser retirar el parquet sin afectar esencialmente a su estado, ni perjudicar la propia vivienda de la demandada, debe concluirse que se ha producido un enriquecimiento sin causa a favor de ésta. En efecto, de lo expuesto se desprende la concurrencia de los elementos constitutivos de la institución representados por: a), un enriquecimiento del patrimonio de la demandada derivado de la instalación del parquet en su vivienda, siendo importante destacar que durante la instalación del parquet la demandada conservaba el uso y disfrute de la vivienda, por lo que la colocación del nuevo suelo fue expresamente aceptada por ella; b), un empobrecimiento del demandante representado por el abono del precio de la instalación del parquet; c), nexo causal entre el enriquecimiento de la demandada y el empobrecimiento del actor, pues el precio fue satisfecho por el actor trasladándose el dominio de la instalación por él adquirida a la demandada, en este sentido precisar que con arreglo al artículo 334 número 3º del Código Civil , los bienes muebles unidos a un inmueble de una manera fija, de suerte que no puedan separase de él sin quebranto de la materia o deterioro del objeto, se incorporan al mismo; d), ausencia de causa en el desplazamiento patrimonial, en cuanto el ordenamiento jurídico no determina que la convivencia afectiva constituya a quienes optan por ella la obligación de prestarse determinadas atenciones, como mejorar la vivienda del conviviente en donde se mantiene la relación sentimental; e), por último, no existe precepto legal que excluya para este caso la consecuencia indemnizatoria adecuada al enriquecimiento sin causa, al no ser de aplicación la disposición contenida en el artículo 454 del Código Civil , pues aún cuando la colocación del parquet en la vivienda constituya un gasto de puro lujo no susceptible de abono en el supuesto de la imposibilidad de ser retirado sin menoscabo del inmueble, sin embargo, la prohibición contenida en el citado precepto no es de aplicación en cuanto el gasto de mera ornamentación se ejecutó durante la posesión del inmueble por la dueña, quien mantuvo su uso y disfrute. En orden a la cuantificación de la reparación del perjuicio sufrido por el actor a consecuencia del desplazamiento patrimonial sin causa operado en su contra y en beneficio de la demandada, concurren una serie de circunstancias que impiden la identificación del mismo con el precio satisfecho por la instalación del bien objeto del enriquecimiento injusto. En concreto, debe tenerse en consideración el propio disfrute del bien por el recurrente el cual se benefició del mismo durante el tiempo que duró la relación sentimental, así como la depreciación del bien por el transcurso del tiempo y su uso, en el que como dijimos participó el actor. Finalmente, debe valorarse la imprevisión del propio recurrente representada por su libre decisión de efectuar a su costa obras de mejora en la vivienda propiedad de la persona con la que inicia una relación sentimental, en los primeros comienzos de la misma. Por todo lo expuesto se considera equitativo cifrar la reparación de los perjuicios sufridos por el recurrente en la mitad del precio satisfecho, esto es, mil setecientos cuarenta y cuatro euros con veintidós céntimos. CUARTO.CUARTO.- De conformidad con lo dispuesto en los artículos 394 y 398 de la L.E.Civ . no procede hacer expresa condena en orden a las costas de ambas instancias. Vistos los preceptos legales citados y los demás de general y pertinente aplicación al caso. FALLAMOS Que estimando como estimamos parcialmente el recurso interpuesto por la Procuradora Dª. Concepción Suárez Morán en nombre y representación de D. Oscar contra la Sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia Nº Cuatro de Melilla, debemos revocar y revocamos la sentencia de instancia en el sentido de condenar a la demandada a que abone al actor la cantidad de mil euros sin expresa condena en cuanto a las costas de ambas instancias. Confirmando en sus restantes pronunciamientos la sentencia recurrida. Notifíquese a las partes la presente resolución haciéndoles saber que contra la misma cabe interponer recurso extraordinario por infracción procesal y/o, el de casación, para ante la Sala Primera del Tribunal Supremo, que habrán de ser preparados, en su caso, ante esta dentro de los cincos días siguientes al de su notificación, por medio de escrito firmado por Letrado y Procurador. Devuélvanse los autos originales al Juzgado de su procedencia junto con testimonio de la presente resolución para ejecución y cumplimiento de lo resuelto. Así por esta nuestra Sentencia de la que se llevara testimonio al rollo de su razón, juzgado en segunda instancia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACION: PUBLICACION: Leída y publicada fue la anterior Sentencia estando celebrando audiencia publica en el día de su fecha por el Iltmo Sr. Magistrado Ponente, doy fe. Enviar • • • Nota Legal Protección de Datos © 2008 WOLTERS KLUWER ESPAÑA, S.A