EL MERCOSUR Y LAS UNIONES MONETARIAS Lic. Miguel H. Lliteras Lic. Claudia P. Legnini Universidad Nacional del Sur RESUMEN La reciente concreción de la Unión Monetaria Europea, acelera el análisis de factibilidad de ese arreglo institucional en otras regiones. La teoría de las Areas Monetarias Optimas brinda una referencia analítica básica sobre las cuestiones que hacen que una zona sea apta para convertirse en una Unión Monetaria. Este trabajo analiza estas cuestiones, tratando de obtener conclusiones sobre el grado de asimetría entre los principales integrantes del Bloque Mercosur (Argentina y Brasil) de los shocks externos que enfrentan. Por otra parte, se trata de construir hipótesis sobre como aumentar el comercio intra-región, analizando para ello la incidencia de la variabilidad de precios relativos y del tipo de cambio real sobre el comercio bilateral, entre otras variables. ABSTRACT European Monetary Union recently concreted, accelerate the feasibility analysis of that institutional agreement in other regions. Optimal Currency Area′s theory offers an analytical basic reference about issues which make a zone suitable to convert in an Monetary Economic Union. The purpose of this paper is to analyze this issues, showing the asymmetry face up external shochs between the mains Mercosur′s countries (Argentina and Brasil). Moreover, attempt to build some hypothesis about how to increase intra-regional trade, analysing prices varyability and real type exchange′s incidence in others. [JEL: E6, F4] 1 EL MERCOSUR Y LAS UNIONES MONETARIAS Lic. Miguel H. Lliteras Lic. Claudia P. Legnini Universidad Nacional del Sur 1. INTRODUCCIÓN. En los últimos años han proliferado trabajos que analizan las posibilidades de que bloques de países con algún grado de integración económica, proyecten esa integración hacia sus variables monetarias, como una forma de completar el proceso de complementación y aumentar el grado competitividad frente al resto del mundo. En ese sentido, la Comunidad Económica Europea, ha sido el leading case desde la creación del Sistema Monetario Europeo, que puede interpretarse como un principio de integración monetaria al fijar reglas de comportamiento de los tipos de cambio entre los países miembro de la comunidad; este proceso continúa luego con el Tratado de Maastricht que fijó un sistema de convergencia de variables macroeconómicas fundamentales, y las distintas etapas a desarrollarse para desembocar finalmente en una Unión Monetaria del tipo de moneda única a ser emitida por un Banco Central Europeo. El comienzo en el corriente año de la última de esas etapas, en la que el "euro" ya es moneda de cuenta paralela de las monedas nacionales de los diez países que integrarán la Unión Monetaria, evidencia que éste es un camino sin retorno hacia la existencia de una moneda única en buena parte de Europa. Más allá de que una Unión Monetaria sea factible o deseable, resulta evidente que los responsables de definir políticas en aquellos países que integran bloques con algún grado de integración económica, deben analizar planes monetarios en el corto o mediano plazo que posibiliten la evolución de largo plazo de los acuerdos monetarios internacionales con aquellos países con los que se comparten objetivos comerciales y económicos. En este contexto, este trabajo es un intento de obtener conclusiones acerca de la factibilidad y/o deseabilidad de que los países miembro del MERCOSUR, concreten acuerdos monetarios que desemboquen en el futuro en algún tipo de unión Monetaria. El análisis se efectúa en el marco de la teoría de las áreas monetarias óptimas que, aunque con algún grado de deficiencia, como se comprobará a lo largo del trabajo, es la referencia obligada en este tipo de investigaciones. En este sentido, tratamos de verificar si se dan entre Argentina y Brasil, los socios preponderantes dentro del MERCOSUR, algunas de las características que la teoría de las áreas monetarias óptimas considera como condicionantes para poder concretar una integración monetaria completa. Estas condiciones son básicamente la inexistencia de shocks asimétricos, un alto grado de integración comercial, estabilidad económica, libre movilidad y/o flexibilidad de los precios de los factores productivos (capital y trabajo), diversidad de las estructuras productivas. El trabajo se divide en cuatro secciones: además de esta introducción, la sección 2 analiza la evolución de la teoría de las áreas monetarias óptimas, además de las ventajas y desventajas de una Unión Monetaria en sus dos formas posibles: un sistema de tipos de cambio irrevocablemente fijos entre los países miembros o una moneda única emitida por un Banco Central Comunitario; la sección 3 describe el contexto empírico del 2 MERCOSUR, y en ella se realizan distintos ejercicios para comprobar la existencia de los condicionantes para el funcionamiento de una Unión Monetaria: el grado de apertura de las economías de Argentina y Brasil, y el comercio bilateral entre ambas naciones; análisis de factores seleccionados (Variabilidad de precios Relativos y Tipo de cambio real) que pueden incidir en una profundización de los flujos comerciales entre ambos países (mediante un testeo econométrico); descripción de la estabilidad económica en ambos países y consideración de la diversidad de objetivos de política económica entre ambos; y un análisis del grado de asimetría de los shocks financieros externos que han sufrido esta economía en el transcurso de la década (Tequila y Crisis Asiática). Finalmente, en la sección 4, se presentan las conclusiones. 2. LA UNIÓN MONETARIA Y LA TEORÍA DE LAS AREAS MONETARIAS OPTIMAS. Una Unión Monetaria (UM) es uno de los esquemas más completos y definitivos de coordinación de políticas macroeconómicas; ella implica el uso de una moneda común, o un sistema de tipos de cambio irrevocablemente fijos, por lo que los mercados de cambio entre los países miembros dejan de ser relevantes y, paralelamente, las políticas monetarias nacionales desaparecen, dejando lugar a una política monetaria común. La factibilidad de las uniones monetarias se analiza a través de un ejercicio comparativo de los beneficios y costos de una zona extendida con uniformidad monetaria y donde prevalece la estabilidad. Mientras existe la visión general que los costes de cambiar moneda nacional por otras monedas, son una fuente de pérdida de bienestar que se puede eliminar a través de una UM cuando se intenta cuantificar estos costos de transacción, ellos son pequeños si se los compara con los riesgos e incertidumbre asociadas a la transición1. Por ello, los estudios existentes acerca de los efectos sobre el bienestar de una UM, además de coincidir en afirmar que contribuirá a ahorrar costos de transacción, analizan los beneficios -quizá más importantes- derivados de reducir las incertidumbres vinculadas con la existencia de varias monedas nacionales, y por lo tanto, políticas monetarias independientes dentro de una región en la que se está produciendo un proceso de integración económica, fundamentalmente por el riesgo de tipo de cambio que ello implica (McKinnon, 1963). Respecto al primer punto -los costes de transacción-, la desaparición de las fluctuaciones de los tipos de cambio dentro del bloque integrado, se materializaría en la práctica eliminación de los siguientes: a) costes financieros: spreads y comisiones por operaciones en divisas dentro del bloque y operaciones de cobertura de riesgos, y b) egresos asociados a la ejecución de órdenes de pago internacionales; y costes reales: gastos en personal abocado a la gestión y cobertura de riesgo de cambio y a las operaciones en divisas. Con relación al segundo aspecto -reducción de la incertidumbre asociada a las variabilidad de los tipos de cambio, se argumenta: a) que tal disminución crearía expectativas favorables que deberían desembocar en un aumento de la inversión2, hipótesis bastante generalizada aunque con escasa verificación empírica; b) la UM aportaría una mayor estabilidad económica y financiera que se reflejará en la reducción 3 de la tasa esperada de variación del tipo de cambio y la disminución de las expectativas de inflación , con la consecuente baja de las tasas de interés de la región, adicionalmente impulsado por la fusión de los mercados financieros nacionales; c) la disminución de la volatilidad del tipo de cambio (tanto nominal como real) podría mejorar el proceso informativo de los sistemas de precios. Finalmente, es posible argumentar que la eliminación del riesgo cambiario puede tener efectos positivos sobre el crecimiento económico, ya que en presencia de incertidumbre, el valor de equilibrio de largo plazo de la relación capital-trabajo se alcanzará cuando la productividad marginal del capital sea igual a la tasa de descuento ajustada por el riesgo (es decir, igual a la suma de la tasa de preferencia temporal más la prima de riesgo asociada a la inversión en capital real); la reducción del riesgo cambiario haría disminuir la prima de riesgo y, por lo tanto, la tasa de rendimiento ajustada por el riesgo, requerida por las empresas. La reducción de la productividad marginal del capital de equilibrio se alcanzaría a través de un aumento de la relación capital-trabajo3 No obstante, la razonabilidad de los argumentos que justifican un progreso en el bienestar, el mismo se ve atenuado por el principio de opcionalidad que representa el comercio, es decir, que las variaciones del tipo de cambio representan no sólo un riesgo, sino también una oportunidad de obtener beneficios; además, si consideramos la relación entre volatilidad y eficiencia desde otro punto de vista, debemos reconocer que el mercado de cambios acepta ser diversificado en forma relativamente sencilla, si lo comparamos con otros mercados -por ejemplo el de trabajo, y el de bienes-, por lo que desde esta perspectiva, sería aconsejable concentrar los procesos de ajuste de shocks que afectan al mercado de cambios en los mercados de divisas, en lugar de transferir los costos a otros mercados menos eficientes. Una cuestión relevante para el análisis de la transición a la UM, es la determinación de la forma precisa que ésta adoptará en su etapa definitiva, existiendo a priori dos alternativas: la fijación irrevocable de los tipos de cambio, y la adopción de una moneda común. La economía de una moneda común presenta una organización institucional Banco Central Comunitario- y características de funcionamiento netamente diferenciadas de un régimen de fijación irrevocable de los tipos de cambio. Mientras que el primer caso puede analizarse a través del enfoque de sustitución de las monedas nacionales por otra común, el último sistema no conduce necesariamente por sí mismo a la adopción de una moneda única, lo que plantea la necesidad de intervención de los gobiernos de la comunidad para lograrlo. Uno de los problemas que plantea el caso de moneda única -sin Banco Central Comunitario-, es que al existir diferentes tamaños entre los países miembros, se complican los problemas de coordinación macroeconómica, Ello ocurre por las externalidades asociadas al aumento del señoreaje debido a la ampliación del mercado, los países pequeños tendrían un gran incentivo para emitir moneda común con el fin de extraer señoreaje de los agentes económicos de los países más grandes. Como respuesta, las autoridades monetarias de éstos, deberían retirar continuamente dinero de circulación para limitar los efectos de la política monetaria del país pequeño sobre la tasa de inflación del bloque. En caso de no conseguir neutralizar el efecto, los países más grandes optarían por abandonar el bloque, ante la imposibilidad de conseguir los objetivos de estabilidad de precios. 4 En cambio, con un sistema de tipos de cambio irrevocablemente fijos, las diferencias de tamaño contribuyen a facilitar las actividades de coordinación macroeconómica, ya que los países chicos no pueden extraer señoreaje de los más grandes mediante expansión monetaria, ya que automáticamente perderían reservas y el resultado sería un cambio de composición del pasivo de sus Bancos Centrales, dejando sin cambios sus stocks monetarios. Además, la existencia de stocks limitados de reservas limita los comportamientos expansivos. En síntesis, mientras un sistema de tipos de cambio fijos podría funcionar sin un Banco Central Comunitario, la economía de una moneda única requiere necesariamente de una política monetaria común, y en consecuencia, la plena operatividad de un Banco Central Comunitario, ya que, la perfecta sustituibilidad de las monedas nacionales afectaría a la estabilidad de las funciones de demanda de cada moneda, forzando la pérdida de control monetario de cada país y eliminando cualquier ancla nominal del sistema en ausencia de instituciones y políticas monetarias comunes. La coordinación macroeconómica es llevada al extremo de la creación del Banco Central Comunitario para controlar el sesgo inflacionario introducido por la moneda común. Por otra parte, la fijación irrevocable de tipos de cambio, no elimina los mercados de divisas y los costos asociados comentados más arriba; así como tampoco elimina por completo la expectativa de devaluación futura de alguna de las monedas participantes del bloque. La teoría de las Areas Monetarias Optimas, aún con algunas limitaciones brinda una referencia analítica básica para el estudio de las Uniones Monetarias, ya que analiza las condiciones que deben reunir las economías que integran el bloque regional, para que la pérdida de los tipos de cambio nominales como herramientas de ajuste ante shocks asimétricos no sea relevante. Los desarrollos teóricos sobre Area Monetaria Optima tienen su base en el concepto clásico de que los países integrados económicamente encuentran óptimo abandonar sus monedas nacionales si los tipos de cambio nominales no son necesarios para ajustar los tipos de cambio reales cuando los países enfrentan shocks asimétricos. Esto podría darse, si los shocks que afectan a la región son similares (no asimétricos), si los precios son flexibles y/o si existe libre movilidad de los factores capital y trabajo dentro del bloque integrado. El enfoque tradicional que estudia el reemplazo de monedas nacionales por una moneda única en una región está basado en varios trabajos que analizan el tema: Mundell (1961) propuso una idea simple para determinar si los países de una región podrían beneficiarse al integrar un área monetaria común. Bajo el esquema más simple de una región compuesta únicamente por dos países, A y B, que a su vez, enfrentan un shock asimétrico. El shock es evaluado asimétrico porque incrementa la cantidad de trabajo y capital demandados en uno de los países (A en el ejemplo) y a la inversa, disminuye esas demandas en el otro (B). Si existe flexibilidad de precios, la reducción de la cantidad demandada, bajará los salarios y los beneficios reales en el país B, esto evitaría un aumento del desempleo. Si los precios no fueran flexibles, pero existe movilidad del factor trabajo, el desempleo tampoco se incrementaría, ya que a medida que la cantidad demandada de trabajo disminuye en el país B, presionando a la baja a los 5 salarios y beneficios reales, se incrementa la cantidad demandada de trabajo en el país A, presionando a una suba de los salarios y los beneficios reales. Los trabajadores y el capital del país B se desplazarían hacia el país A, incrementando la oferta de trabajo y capital y reduciendo la demanda excedente de ambos, el desplazamiento se detiene cuando se alcanza el equilibrio por arbitraje. En caso de no haber flexibilidad de precios y movilidad de factores, el ajuste debería realizarse a través del tipo de cambio nominal. En un régimen de tipos de cambio flotantes, la reducción de las exportaciones y el aumento de las importaciones presionarían a una suba del tipo de cambio nominal en el país B. Por ello, un país necesita usar el tipo de cambio nominal como herramienta de ajuste si la región enfrenta shocks asimétricos, si no hay flexibilidad de precios y/o movilidad de los factores capital y trabajo. En la práctica, sin embargo, los factores suelen no tener gran movilidad, en especial, el factor trabajo, fundamentalmente por ser afectado por cuestiones culturales y por las dificultades de llevar consigo su stock acumulado de beneficios. Por otra parte, aunque la movilidad del factor trabajo se produzca, hay que considerar las externalidades negativas que esto genera; si bien los trabajadores que se desplazan, se benefician al pasar de una región deprimida a la que está en crecimiento, los residentes de esta última, sufren costos tanto sociales como políticos; ello puede hacer menos deseable aún la eliminación del tipo de cambio nominal como instrumento de ajuste4. McKinnon (1963) argumentó que en los casos de economías muy abiertas no se debería usar el tipo de cambio nominal como instrumento de ajuste. De acuerdo a su razonamiento, en países con un amplio grado de apertura de sus mercados, el uso del tipo de cambio nominal como herramienta de ajuste afectaría a la mayoría de los precios de manera equivalente, dada su capacidad para agregar y transmitir información relevante, que es usada por los agentes económicos en la toma de decisiones de producción y consumo. Por lo que una política de tipos de cambio no provocaría cambios de precios relativos. Este postulado, fue posteriormente ampliado usando el modelo de Mundell Fleming, comparando tres regímenes de tipos de cambio: tipos de cambio fijo, tipos de cambio flotantes con una política monetaria orientada a estabilizar el ingreso, y tipos de cambio flotantes con una regla oferta monetaria fija. Los resultados concluyeron que el costo de fijar el tipo de cambio ante la presencia de shocks externos se incrementa a medida que aumenta el grado de apertura de la economía. Kenen (1969), trata de hacer operativa la idea de McKinnon de que los países miembro no enfrenten shocks asimétricos; para ello, argumentó que el costo esperado de un shock asimétrico está inversamente relacionado al grado de diversificación de la producción de una economía. Los países con alta dependencia en cierta clase de bienes, se vería fuertemente afectado por un shock que afecte precisamente a esa clase de bienes; del otro lado, un país que produce bienes diversificados, enfrenta consecuencias más suaves ante shocks que afecten sólo a un tipo de productos. Por ello, los países con producción altamente diversificada están en mejores condiciones de integrar áreas monetarias comunes. De lo anterior se desprende que la integración económica no debe basarse en la teoría clásica del comercio internacional de las ventajas comparativas, buscando la especialización en ciertos productos exportables, sino en la "Nueva" teoría del comercio internacional que recomienda la complementación de la producción intra-industrial. 6 De estos desarrollos, se desprenden las condiciones que deben darse para constituir un área monetaria: a) si la región no enfrenta shocks asimétricos, puede prescindirse del tipo de cambio nominal como mecanismo de ajuste; b) en el caso de existir shocks asimétricos, debe darse amplia movilidad de los factores capital y trabajo dentro de la región, o alternativamente, flexibilidad de precios y salarios; c) de acuerdo con el enfoque de Kenen debe evaluarse el grado de diversificación de las estructuras productivas del país en relación con las de los potenciales socios del área monetaria; d) debe evaluarse además el grado de apertura de las economía y la interdependencia comercial existente entre los países de la región reflejada a través del comercio intrazona; al respecto, éste debe representar un porcentaje relevante del total del comercio internacional. Otro aspecto adicional debe ser considerado, en consistencia con otra corriente de la literatura sobre la unificación monetaria en Europa, que enfatiza la necesidad de una especie de federalismo fiscal dentro del área monetaria; al respecto, parece evidente que las uniones monetarias que no posean mecanismos fiscales que ajusten desequilibrios regionales de ingresos, experimentarán problemas persistentes de tensiones entre zonas5. 3. EL CONTEXTO EMPÍRICO DEL MERCOSUR En esta sección, consideraremos la evidencia empírica de los aspectos que la teoría de las Areas Monetarias Optimas resalta como relevantes a los efectos de la creación de una Unión Monetaria, o en otros términos, que permitirían el abandono del tipo de cambio nominal como herramienta de ajuste ante la existencia de shocks asimétricos. El análisis se efectuará para Argentina y Brasil, en función de la disponibilidad de datos y por ser éstos países los principales referentes, por la distintas variables macroeconómicas, del MERCOSUR. 3.1. Apertura de las economías y comercio intrazona. La apertura de la economía en general, y la participación del comercio intrazona en el total del comercio internacional de la región son dos indicadores de la importancia que tiene la integración económica para el desarrollo de los países que integran una región, y a su vez, de la factibilidad de conformar una Unión Monetaria. El Cuadro 1 presenta algunas relaciones que esclarecen estos aspectos, midiendo el nivel y la tendencia de las relaciones entre exportaciones, importaciones respecto al PBI y total comercio internacional respecto a PBI, y del comercio intrazona también respecto a PBI, para Argentina y Brasil. Como se puede observar, para los dos países, el promedio del período 1993-1997, de los indicadores de apertura (exportaciones, importaciones y total comercio internacional /PBI), son similares; en cambio, el comercio intrazona representa para la Argentina 2,24 lo que representa para Brasil, con respecto a sus respectivos PBI. 7 CUADRO 1: INDICADORES DE APERTURA Y COMERCIO INTRAZONA DE ARGENTINA Y BRASIL. Exportaciones / PBI ARGENTINA BRASIL Importaciones / PBI Total Com.Intern./PBI ARGENTINA BRASIL ARGENTINA BRASIL Comercio Intrazona (Br./Arg.) / PBI ARGENTINA BRASIL 1994 5,60% 7,75% 7,66% 5,91% 13,26% 13,66% 2,82% 1995 7,45% 6,47% 7,14% 6,92% 14,59% 13,39% 3,44% 1993 5,08% 9,02% 6,51% 5,97% 11,59% 14,99% 2,47% 1996 8,00% 6,38% 8,00% 7,11% 16,01% 13,49% 4,02% 1997 7,87% 6,73% 9,38% 7,80% 17,25% 14,53% 4,50% PROM. 6,80% 7,27% 7,74% 6,74% 14,54% 14,01% 3,45% Fuente: Informe Económico Año 1997. Nro. 24 Marzo 1998, Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos Argentina - Secretaría de Política Económica. 1,42% 1,35% 1,48% 1,59% 1,85% 1,54% Por otra parte, del análisis conjunto del Cuadro 1 y del Gráfico 1, se desprende que las tendencias de los distintos indicadores tienen comportamientos diversos para ambos países. Para la Argentina, tanto la apertura (exportaciones e importaciones) como el comercio intrazona respecto a PBI muestran una tendencia creciente, aunque más acentuada en la última relación (el indicador total comercio internacional / PBI creció 48% y el indicador comercio intrazona / PBI, lo hizo en un 82% en la medición entre extremos de la serie). En el caso de Brasil, en cambio, los componentes del grado de apertura tuvieron un comportamiento opuesto en el período (las importaciones crecieron levemente, mientras que las exportaciones cayeron -siempre en relación al PBI-), dejando al indicador total del comercio internacional / PBI estable en el análisis entre puntas, aunque con una leve disminución en los años intermedios (1994,95 y 96). Por otra parte, el indicador comercio intrazona / PBI muestra una tendencia creciente, pero muy leve (+ 25% entre puntas). La lectura de lo anterior determina el reducido nivel de apertura y comercio intrazona y la evolución asimétrica de ambos países respecto al comercio internacional en general y al comercio intrazona en particular en los últimos años. Parece evidente que tanto por nivel como por comportamiento, ambos países deben propender a mejorar estos indicadores para aspirar a desenvolverse en algún momento dentro del marco de una Unión Monetaria. 8 GRAFICO 1: TENDENCIA 1993 - 1997 DE LOS INDICADORES DE APERTURA Y COM. INTRAZONA. 20,00% 18,00% Exportaciones / PBI ARGENTINA 16,00% Exportaciones / PBI BRASIL 14,00% Importaciones / PBI ARGENTINA 12,00% Importaciones / PBI BRASIL 10,00% Total Com.Intern./PBI ARGENTINA 8,00% Total Com.Intern./PBI BRASIL 6,00% Comercio Intrazona (Br./Arg.) / PBI ARGENTINA 4,00% Comercio Intrazona (Br./Arg.) / PBI BRASIL 2,00% 0,00% 1993 1994 1995 1996 1997 3.2. Factores que inciden en el comercio intrazona. Como se ha señalado, el volumen del comercio intrazona es una variable determinante de la factibilidad de creación de una Unión Monetaria entre varios países; si representa una parte importante del comercio internacional de los países involucrados, las posibilidades de integración monetaria se acrecientan. Del análisis del Cuadro 1 se desprende que si bien muestra una tendencia levemente creciente, el comercio bilateral entre Argentina y Brasil, dista mucho de tener un volumen adecuado a tales fines. En función de ello, se ha intentado verificar la incidencia de algunas variables macroeconómicas sobre el intercambio entre los dos países determinantes del MERCOSUR, bajo la hipótesis de que la incipiente tendencia creciente del comercio entre ambos, señalada arriba, obedece a una mezcla de razones estrictamente económicas, por un lado, y de índole institucional, por el otro, como lo son todos los esfuerzos de integración comercial concretados vía Acuerdos y rebaja de aranceles intrazona. En particular, las variables macroeconómicas analizadas son la variabilidad de precios relativos de Argentina y Brasil, y la evolución del tipo de cambio real entre ambos países. La variabilidad de precios relativos se calculó sobre el Indice de Precios Mayoristas, en virtud del objetivo de analizar su influencia sobre el comercio exterior 9 bilateral entre Argentina y Brasil, para el período Enero 1993 a Diciembre 1995, utilizando para ello, la siguiente metodología de cálculo 6: 2 VPRt = åi wi ( Πit - 2 Πt ) / (1 + Πt ) donde: VPRt : Variabilidad total de Precios Relativos en el momento t Πit : Tasa de variación de precios del bien i en el momento t Πt : Tasa de inflación (nivel general) en el momento t wi : Ponderación del bien i en el Indice de Precios Mayoristas, dada por su participación realtiva en el total de bienes medios. Como se puede apreciar en el Gráfico 2, la variabilidad de precios relativos en Argentina ha sido muy leve en el período considerado, avalando la tesis de la incidencia de la inflación sobre la dispersión7, mientras que, en el caso de Brasil, observamos una alta variabilidad en el período previo a la aplicación del Plan Real que estabilizó los precios. El tipo de cambio real bilateral, se calculó bajo la metodología tradicional, para el período Enero 1993 a Diciembre 1997: TCRt = et . P*t / Pt donde: TCRt : Tipo de Cambio Real de Argentina con Brasil en el momento t, et : Tipo de Cambio Nominal de Argentina con Brasil en el momento t, P*t : Indice de Precios Mayoristas de Brasil en el momento t, Pt : Indice de Precios Mayoristas de Argentina en el momento t. 10 GRAFICO 2: VARIABILIDAD DE PRECIOS RELATIVOS DE ARGENTINA Y BRASIL PERIODO Enero 1993 - Diciembre 1995. VARIABILIDAD DE PRECIOS RELATIVOS EVOLUCION E'93 / D'95 50,00 45,00 40,00 35,00 VARIABILIDAD PRECIOS RELATIVOS ARGENTINA 30,00 25,00 VARIABILIDAD PRECIOS RELATIVOS BRASIL 20,00 15,00 10,00 5,00 Oct Jul Abr 1995 -E Oct Jul Abr 1994 -E Oct Jul Abr 1993 -E 0,00 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Banco Central de la República Argentina y del Banco Central del Brasil. El análisis del comportamiento del tipo de cambio real de Argentina con Brasil calculado utilizando el Indice de precios mayoristas, muestra dos etapas bien diferenciadas y divididas por la aplicación por parte de Brasil de Plan Real en Junio de 1994, en ese momento, se registra una fuerte depreciación real del peso y la consecuente apreciación real de la moneda brasileña como consecuencia del freno de la inflación en ese país. En la segunda etapa, puede verse que el tipo de cambio real basado en precios mayoristas desciende levemente, apreciándose el peso, ya que Brasil pudo mantener cierta depreciación real con respecto al dólar, particularmente por su política cambiaria de banda móvil. Posteriormente se verifica estabilidad del tipo de cambio real hasta el final del período. 11 1 La Comisión Europea (1990) estimó que la unificación monetaria en Europa eliminaría costos de transacción por un monto que representa alrededor del 0,4% del Producto Bruto de la Comunidad Europea. 2 La racionalización de este fenómeno, pasa por el hecho de que los mercados financieros no proporcionan un seguro eficiente frente al riesgo de cambio, ya que la diversificación de cartera suele ser limitada, y las operaciones comerciales internacionales tienen seguros sólo parciales contra el riesgo de variaciones del tipo de cambio, por lo que una mayor variabilidad de los beneficios esperados reducirá la inversión de las empresas con claro perfil de aversión al riesgo. 3 La Comisión Europea (1990), ha calculado que la unión monetaria aportaría un crecimiento adicional del 0,7% anual del Producto Bruto Comunitario durante un período de 10 años. 4 La reacción negativa a la migración este-oeste en la Alemania Unificada económica y monetariamente, puede ser interpretada en este sentido. 5 Para un análisis más detallado, ver Sachs y Sala-i-Martin (1992), Bayoumi y Messon (1993). 6 Sobre la fundamentación del uso de esta metodología de determinación de la Variabilidad de Precios relativos ver Dabús y Thomé (1998). 7 Un análisis detallado de este punto puede verse en Elías, Legnini y Lliteras (1996). 12 GRAFICO 3: TIPO DE CAMBIO REAL DE ARGENTINA CON BRASIL - PERIODO Enero 1993 Diciembre 1997. TIPO DE CAMBIO REAL - EVOLUCION E'93 / D '97 1,600 1,400 1,200 1,000 0,800 0,600 0,400 0,200 Oct Jul Abr 1997 -E Oct Jul Abr 1996 -E Jul Oct Abr 1995 -E Oct Jul Abr 1994 -E Oct Jul Abr 1993 -E 0,000 TCR con Brasil IPM Abr.1991=1 Fuente: Informe Económico Año 1997. Nro. 24 Marzo 1998, Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos Argentina - Secretaría de Política Económica. Las variables VPRt y TCRt se testearon como variables explicativas del Comercio Intrazona (Exportaciones de Argentina a Brasil, Exportaciones de Brasil a Argentina y Total Comercio entre Argentina y Brasil). Un resumen de los resultados puede verse en el Cuadro 2.Las regresiones simples no demuestran, salvo algún caso de excepción, una incidencia muy significativa para el comercio entre estos dos países de la Variabilidad de los Precios Relativos de uno y otro país. Además, la presencia de autocorrelación se da en todos los casos. Los siguientes, son los aspectos a resaltar: a) el mayor poder explicativo del comportamiento del Comercio Intrazona (CI) por parte de las tres variables explicativos combinadas, se obtiene por VPRA y TCR, regresión 2, aunque los resultados no son mucho mejores que la regresión 4 (TCR como única variable explicativa); b) no obstante, el poder explicativo del TCR tomado individualmente, se reduce a prácticamente la mitad cuando ampliamos las observaciones a 60 al incluir los años 1996 y 1997 (ecuación 5); c) el tipo de cambio real explica relativamente bien las exportaciones de Argentina a Brasil, aunque se reduce bastante cuando ampliamos el número de observaciones a 60 (ecuaciones 6 y 7); d) el tipo de cambio real parece no tener influencia sobre las exportaciones de Brasil a Argentina para ninguno de los rangos estudiados (regresiones 8 y 9). 13 Las conclusiones del estudio econométrico son que la variabilidad de los precios relativos en ambos países poco ha incidido en la tendencia del comercio bilateral total o en uno u otro sentido, ello a pesar que Brasil muestra fuerte variabilidad antes de la aplicación del Plan Real. La evolución del tipo de cambio real en los años 1996 y 1997 ha dejado de tener incidencia sobre el comercio intrazona, si agregamos el hecho que Brasil ha flexibilizado el tipo de cambio nominal a través de una política de crowling-peg, la situación es bastante concluyente en cuanto a que la tendencia del comercio bilateral sigue señales distintas a las que le da el tipo de cambio nominal o real. CUADRO 2: REGRESIONES SIMPLES ENTRE Comercio Intrazona entre Argentina y Brasil (CI), Exportaciones de Argentina a Brasil (XA), Exportaciones de Brasil a Argentina (XB), Variabilidad de Precios Relativos de Argentina (VPRA), Variabilidad de Precios Relativos de Brasil (VPRB), y Tipo de Cambio Real entre Argentina y Brasil (TCR). VARIABLE DEPENDIENTE 1 CI 2 CI 3 CI 4 CI 5 CI 6 XA 7 XA 8 XB 2 PERIODO CONSTANTE VPRA VPRB TCR En93/Di95 (36 obs.) En93/Di95 (36 obs.) En93/Di95 (36 obs.) En93/Di95 (36 obs.) En93/Di97 (60 obs.) En93/Di95 (36 obs.) En93/Di97 (60 obs.) En93/Di95 (36 obs.) En93/Di97 (60 obs.) 64.7576 (0.6974) 60.7862 (0.7476) 18.7462 (0.2158) 20.1121 (0.2641) -234.1303 (-1.1840) -192.8227 (-3.2136) -336.6053 (-2.9557) 212.9348 (5.1608) 102.475 (1.1019) -24.1347 (-1.3085) -23.0660 (-1.3256) -0.1747 (-0.0934) 594.4194 (7.8060) 597.0534 (8.5770) 606.3242 (7.9347) 605.3696 (8.6292) 970.2841 (5.4973) 491.7651 (8.8948) 699.2668 (6.8792) 113.6044 (2.9882) 271.0172 (3.2651) 9 XB Nota: Los Valores entre paréntesis corresponden al estadístico t. 0.06476 (0.03443) R Ajust. D-W 0.6745 1.0783 0.6843 1.0780 0.6675 1.0729 0.6773 1.0728 0.3312 0.1909 0.6906 0.7566 0.4398 0.2387 0.1847 1.0935 0.1407 0.2637 3.3. Estabilidad de Precios y Objetivos de Política Económica de Argentina y Brasil El objetivo de estabilidad de precios, requisito indispensable para pensar en las posibilidades de desarrollo de una Unión Monetaria, se puede considerar logrado por los dos principales socios del MERCOSUR. La Argentina con la aplicación del Plan de Estabilización basado en la convertibilidad de la moneda argentina con el dólar estadounidense a principios de 1991, ha consolidado una evolución de los precios minoristas y mayoristas que permite caracterizarlo como un país con un régimen de baja inflación, incluso con algunos episodios de deflación, especialmente en los precios mayoristas. Brasil, por su parte, ha logrado similar situación, desde la aplicación del Plan de Estabilización Real a mediados de 1994, aunque con tasas aún más elevadas. 14 Un análisis de las variables macroeconómicas clave (Cuadro 3), sin embargo, permite apreciar diferentes situaciones. La Argentina posee índices de déficit fiscal respecto a su PBI inferiores al caso de Brasil, son similares las relaciones de Déficit en Cuenta Corriente de Balanza de Pagos respecto a PBI, el respaldo de los Pasivos Monetarios del Banco Central con Reservas Internacionales es pleno en el caso de Argentina, en cambio solamente es de alrededor del 20% en Brasil; la evolución del PBI real, la Argentina muestra mayor crecimiento para los tres últimos años considerados, y entre otras variables, la tasa de desempleo de Brasil se ha mostrado estos últimos años con una mejor performance que la de Argentina. CUADRO 3: ARGENTINA Y BRASIL - VARIABLES MACROECONOMICAS CLAVE VARIABLES 1996 ARGENTINA 1997 1998 (est.) 1996 BRASIL 1997 1998 (est.) PBI Nominal (U$S MM) 297.4 324.0 342.5 749.6 787.2 780.1 PBI Real (Variación %) 4.3 % 8.4 % 4.7 % 3.0 % 3.0 % 1.5 % INFLACION (Variación % IPM) 2.1 % -0.9 % -1.5 % 8.1 % 7.8 % 5.0 % Res.Fiscal Operativo (% PBI) (1) -1.9 % -1.3 % -1.1 % -3.8 % -4.1 % s/e Saldo Cuenta Corriente (%PBI) -1.4 % -3.1 % -4.2 % -3.2 % -4.1 % s/e Reservas Internac. (U$S MM) 19.7 22.8 22.3 59.0 51.4 68.0 Tasa de Desempleo (2) 17.3 % 13.7 % 13.5 % 5.4 % 5.8 % 6.0 Deuda Externa / PBI 29.9 % 28.3 % 27.2 % 22.8 % 21.8 % s/e Reservas Intern./ Pasivos Financ. 96.74 % 100.36 % 101.01 % 33.3 % 20.5 % s/e 1998 (est.) Estimado anual en base a información de los seis primeros meses y evaluaciones privadas. s/e: sin estimación confiable. (1) Ingresos Totales - Gastos Corrientes de Capital - Intereses (2) Argentina: Onda Octubre. Brasil: Fin del período. Fuente: Banco Central de la República Argentina, Ministerio de Economía de la Argentina. Banco Central del Brasil Además, y en consistencia con las apuntadas diferencias en la situación macroeconómica de cada país, hay que destacar los distintos objetivos de política económica entre ambos. En cuanto a objetivos generales, o de fondo, Argentina ha privilegiado la estabilidad de precios de su economía, utilizando como ancla nominal el tipo de cambio irrevocablemente fijo, al menos en el corto plazo (fijado por Ley del Congreso), aspecto reforzado por la apertura extrema de la economía que funciona como contralor de posibles alzas de precios de los bienes transables; la imposibilidad de financiar déficits de presupuesto del Estado con emisión de dinero doméstico, derivada de la Ley de Convertibilidad cierra el cerco sobre la posible generación de expectativas inflacionarias. Brasil, en cambio, y más allá de tener en vigencia el Plan Real de estabilización en condiciones de relativo éxito, privilegia defender el buen desempeño de sus cuentas externas, por lo que, en 1995 flexibilizó levemente su tipo de cambio nominal mediante un sistema de bandas móviles cuyo límite superior se desplaza según un sistema de crowling-peg (con ajustes mensuales del 0.6% mensual durante 1997 y 1998), por ello es posible calificar al Plan de Estabilización de Brasil como más flexible que el de Argentina. 15 En lo referente a políticas activas sectoriales, Brasil demuestra tener vocación de realizarlas, a través de políticas industriales, de exportaciones, tecnológicas y regionales (especialmente a través de medidas aplicadas por algunos de sus Estados -Provincias-); utiliza para ello, combinaciones de instrumentos fiscales y monetarios, aprovechando in extremis los márgenes de acción permitidos por los Acuerdos suscriptos en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Argentina, por su parte, no tiene una clara acción en este sentido, utilizando únicamente algunos incentivos fiscales, o protección arancelaria, pero con tendencia decreciente. 3.4. Shocks Financieros Externos: Son asimétricos? La cuestión de la asimetría de los países ante shocks de oferta y de demanda en el Mercosur, ha sido analizada en base al enfoque de Bayoumi (1992, 1993, 1994) basado en el uso de Vectores de Autorregresión para estimar las ecuaciones de Oferta y Demanda Agregada de los países integrantes del bloque8. En esta trabajo, intentamos obtener conclusiones acerca de la calidad del impacto de shocks financieros externos sobre la Argentina y Brasil, específicamente a través del análisis de los efectos de las crisis denominadas "Tequila" y "Asiática", que impactaron en la región en 1995 y 1997, respectivamente. Para ello, se definió como variables relevantes, a la variación de las reservas internacionales de Argentina y Brasil , como la variable sobre la cual impactaron directamente los shocks, y la tasa de desempleo y PBI real como las variables que reflejan el comportamiento derivado de la economía real. CUADRO 4 ARGENTINA Y BRASIL - EVOLUCION DE RESERVAS INTERNACIONALES, TASA DE DESEMPLEO Y PBI REAL - Base Diciembre 1992 = 100 ARGENTINA BRASIL RESERVAS DESEMPLEO PBI REAL RESERVAS DESEMPLEO 1992 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 1993 133,4 132,9 106,3 136,1 120,0 1994 139,2 174,3 115,3 191,9 113,3 1995 139,0 237,1 110,0 265,4 104,4 1996 171,8 247,1 114,8 310,6 120,0 1997 198,4 195,7 124,4 270,2 128,9 Fuente: Banco Central de la República Argentina, Banco Central del Brasil. PBI REAL 100,0 104,2 110,5 115,2 118,7 122,2 Los gráficos 4 y 5, muestran la tendencia de dichas variables, construida en todos los casos, con base diciembre de 1992 = 100. El caso de Argentina, refleja el impacto de la crisis del Tequila, durante 1995 en un estancamiento de la evolución de las Reservas Internacionales comparadas entre puntas -un análisis mensual registraría meses de caídas netas en el transcurso de 1995-, como puede apreciarse, el efecto sobre la economía real fue importante, ya que en ese año, se verifica un retroceso del PBI real del 4.6%, y la tasa de desempleo salta de 12.25 en octubre de 1994 a 16.4% en la misma onda de 1995 y al pico de 17.3 en el mismo mes de 16 1996. La razonabilidad de los hechos pasa por la alta dependencia de la economía argentina respecto del ahorro externo, ante el estancamiento en el crecimiento de las reservas, la economía real se desploma. GRAFICO 4: ECOLUCION DE RESERVAS INTERNACIONALES, PBI REAL Y TASA DE DESEMPLEO EN ARGENTINA - PERIODO 1993 - 1997. ARGENTINA - EVOLUCION DE VARIABLES DICIEMBRE 1992 = 100 300 250 200 RESERVAS 150 DESEMPLEO PBI REAL 100 50 0 1992 1993 1994 1995 1996 1997 La crisis Asiática, ubicada en 1997, en cambio, no produce efectos relevantes, como se observa, las reservas internacionales retoman su sendero de crecimiento en 1996 y no lo abandonan durante 1997, en estos dos años, se verifica un aumento del PBI real (4.3% y 8.4%), y en el último año de análisis, una caída en la tasa de desempleo al 13.7%. GRAFICO 5: ECOLUCION DE RESERVAS INTERNACIONALES, PBI REAL Y TASA DE DESEMPLEO EN BRASIL - PERIODO 1993 - 1997. 17 BRASIL - EVOLUCION DE VARIABLES DICIEMBRE 1992 = 100 350 300 250 RESERVAS 200 DESEMPLEO 150 PBI REAL 100 50 0 1992 1993 1994 1995 1996 1997 El caso de Brasil, muestra efectos que lo diferencian. La crisis Tequila, tuvo efectos más atenuados que en Argentina, en una observación de tendencias; en principio, no afectó el sendero de crecimiento de las reservas internacionales, y las variables reales no modificaron su comportamiento (el PBI real siguió creciendo suavemente, y la tasa de desempleo registró escasas variaciones). El shock provocado por la crisis Asiática, en cambio, provocó una caída de las reservas internacionales durante 1997, aunque ello no se reflejó en forma importante en las variables reales durante ese año, aunque las estimaciones para 1998, demostrarían que los efectos sobre la economía real llegarían con algún grado de retraso. La lógica del impacto diferencial, pasa seguramente por los distintos grados de libertad de las políticas económicas en uno y otro país, como se explicó más arriba. Es evidente, que desde el punto de vista de los shocks financieros externos, estos dos países presentan asimetrías importantes. 4. CONCLUSIONES El análisis de las ventajas y desventajas de una Unión Monetaria en sus dos variantes: un sistema de tipos de cambio irrevocablemente fijos y una moneda única emitida por un Banco Central Comunitario, parece inclinar la balanza hacia la última alternativa, ya que reduce a un mínimo las expectativas de devaluación, favoreciendo la inversión financiada con ahorros externos, dado el carácter de escaso ahorro interno que poseen los principales países del MERCOSUR. Por otra parte, la condición de estabilidad derivada de la Unión Monetaria puede entenderse como su principal beneficio, ya que la reducción de los costos financieros y reales mencionada solo operaría parcialmente, ya 18 que, y esto es importante resaltar, sólo se desactivaría la parte del mercado de cambios que relaciona las monedas de los países miembros, no se desactivaría aquella parte que atiende las relaciones monetarias con el resto del mundo. Las diferentes comprobaciones empíricas efectuadas en el contexto de Argentina y Brasil, permiten obtener las siguientes conclusiones: El grado de apertura comercial de las economías de Argentina y Brasil, si bien es creciente en estos últimos años, aún es comparativamente baja (los países europeos que integran la Unión Monetaria poseen una apertura conjunta de alrededor del 40% respecto a su PBI 9 ); el comercio intrazona, también es reducido, observándose aquí asimetrías entre Argentina y Brasil, en este sentido las exportaciones de nuestro país son más "brasildependientes" que el caso opuesto. La tendencia, por otra parte muestra distintas vocaciones, en el caso de Argentina la tendencia del comercio intrazona es claramente creciente a partir de los Acuerdos del MERCOSUR, en cambio la tendencia de Brasil es más errática. Es evidente que la política brasileña de cuidar su "cierre externo" explica las diferencias de vocación al respecto. Las hipótesis de que el tipo de cambio real y la variabilidad de los precios relativos de Argentina y Brasil inciden sobre el comercio entre ambos países ha quedado prácticamente descartada. Los resultados de las regresiones no han sido satisfactorios dada la pobreza del poder explicativo y los problemas de autocorrelación presentados. No obstante, algunas conclusiones parciales se pueden obtener; por ejemplo, el tipo de cambio real entre ambos países afecta más a las exportaciones Argentinas a Brasil que al revés; el poder explicativo del tipo de cambio sobre el comercio bilateral y sobre las exportaciones Argentinas a Brasil cae cuando la serie se extiende hasta diciembre de 1997, en este sentido parece evidente que el sendero de evolución del tipo de cambio nominal de Brasil al mezclarse con la evolución de los precios mayoristas de ambos países, puede haber generado condiciones relativamente adversas para el comercio entre ambos países. Por defecto, se podría concluir, además, que la tendencia creciente observada en el comercio intrazona se debe fundamentalmente a los acuerdos comerciales parciales, a los esfuerzos de integración económica generales y a la rebaja paulatina de los aranceles dentro del MERCOSUR. Sin bien las dos economías se encuentran bajo planes de estabilización exitosos, lo que satisface la condición de estabilidad para una unión monetaria, es también evidente que las políticas macroeconómicas de ambos no son consistentes en ese sentido. Al respecto, las conclusiones de este trabajo no son diferentes de otros que analizan exhaustivamente la necesidad de coordinación de políticas macroeconómicas 10. Los shocks financieros externos del Tequila durante 1995 y la Crisis Asiática durante 1997, si bien provocaron sintomatología similar para ambos países, los resultados sobre las economías reales fueron diferentes. El primero provocó profunda recesión con caída neta del PBI real y salto en la tasa de desempleo en Argentina, y fue relativamente inocuo para Brasil. De la observación de las mismas variables reales se puede concluir que el segundo shock afectó a los dos países en forma inversa que el primero. Esto, por supuesto, avala las condiciones de asimetría ante shocks externos de Argentina y Brasil. 19 El grado de diversificación de la producción como condición favorable hacia la integración monetaria, señalada por Kenen (1969), aunque no analizada en este trabajo, parece no darse con suficiente profundidad en los países del MERCORSUR, especialmente en la Argentina, con un alto grado de dependencia respecto de la producción de bienes primarios. Similar comentario merece la cuestión de la movilidad de factores productivos y / o flexibilidad de sus precios: el factor trabajo posee escasa movilidad entre Argentina y Brasil, quedando reservada la movilidad, a nuestro entender, casi exclusivamente a algunas técnicas profesionales; los salarios nominales, por su parte son rígidos, y evidentemente la movilidad que puede haber de capitales (en su mayoría externos) en la región, no alcanza como para considerar satisfecha esta condición. Por otra parte, para estos países emergentes y con gran apertura de sus economías (especialmente el caso de Argentina), la tesis de McKinnon sobre que las correcciones de los tipos de cambio nominales modifican paramétricamente el resto de las variables nominales, dejando inalteradas las variables reales, entre ellas el tipo de cambio real, parece bastante realista, por lo que en realidad, el argumento de la necesidad de usar el tipo de cambio nominal para ajustar los resultados de shocks asimétricos, subyacente en la teoría de las áreas monetarias óptimas, no parece preponderante en estos casos, y por lo tanto, la pérdida de grado de utilización de este instrumento no sería demasiado importante. Cabe mencionar que la Argentina ya lleva siete años sin poder usar esta variable, y es discutible pensar que si la hubiera podido utilizar, la situación de la economía real (tasa de desempleo, PBI) sería muy diferente en la actualidad. Como puede apreciarse, de la enumeración de las conclusiones parciales, es demasiado evidente que la región MERCOSUR no satisface, al menos en el corto plazo, las condiciones para conformar una Unión Monetaria en condiciones de optimalidad. No obstante, los exhaustivos análisis existentes sobre el caso europeo bajo la óptica de la teoría de las áreas monetarias óptimas, tampoco reflejan el fiel cumplimiento de los condicionantes de esta teoría; aunque se puede decir que la Comunidad Europea está más cerca del "óptimo" que el MERCOSUR, el desenvolvimiento de la Unión Monetaria Europea se dará en condiciones "subóptimas" o de "second best". Este fenómeno revela que la teoría de las áreas monetarias óptimas se presenta insuficiente para determinar si una región integrada comercial y económicamente debe dar -o no- el paso hacia una integración monetaria. Al respecto, otras consideraciones deberán hacerse, y una punta de análisis sobre ventajas adicionales de las Uniones Monetarias podría efectuarse en el marco de los modelos de ataque especulativo sobre monedas nacionales que se repiten con frecuencia creciente en la actualidad, aún en casos de países que presentan sus "variables fundamentales" relativamente "correctas". Queda flotando el interrogante, entonces, de si la creación de Uniones Monetarias no dependerá de decisiones estratégicas en este marco. Por supuesto, si este fuera el caso, debería pensarse en una Unión Monetaria Americana más que en una del MERCOSUR. 20 8 Un análisis de este tipo puede leerse en Ferrando (1998). 9 Bayoumi y Eichengreen (1994) comparan el grado de apertura de la Comunidad Europea con la del NAFTA. 10 Al respecto, consultar los trabajos de Zahler y Budnevich (1998), Lavagna y Giambiagi (1998) y Rodríguez Prada (1994), entre otros. 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