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XVIII
GASTOS FINANCIEROS. LIMITACIÓN A LA
DEDUCIBILIDAD DE LOS GASTOS FINANCIEROS
1. PPGGCC Y TRLIS
Los gastos financieros se encuentran desglosados en las siguientes cuentas del subgrupo 66:
GRUPO 66. GASTOS FINANCIEROS
PGC
660
661
662
663
664
665
666
667
668
669
Gastos financieros por actualización
de provisiones.
Intereses de obligaciones y bonos.
Intereses de deudas.
Pérdidas por valoración de
instrumentos financieros por su
valor razonable.
Dividendo de acciones o
participaciones consideradas como
pasivos financieros.
Intereses por descuento de efectos y
operaciones de “factoring”.
Pérdidas en participaciones y
valores representativos de deuda.
Pérdidas de créditos no comerciales.
Diferencias negativas de cambio.
Otros gastos financieros.
PGC/PYMES
660
661
662
663
664
665
666
667
668
669
Gastos financieros por actualización
de provisiones.
Intereses de obligaciones y bonos.
Intereses de deudas.
Pérdidas por valoración de activos
y pasivos financieros por su valor
razonable.
Dividendos de acciones o
participaciones consideradas como
pasivos financieros.
Intereses por descuento de efectos y
operaciones de “factoring”.
Pérdidas en participaciones y
valores representativos de deuda.
Pérdidas de créditos no comerciales.
Diferencias negativas de cambio.
Otros gastos financieros.
En relación al PGC de 1990, se aprecia que el descuento sobre ventas por pronto pago
ha perdido el carácter de gasto financiero; además existen tres nuevas cuentas para recoger
los gastos financieros: por actualización de provisiones (cuenta 660), los habidos por pérdidas
por valoración de instrumentos financieros o activos y pasivos financieros (cuenta 663), así
como la 664, que recoge como gasto un supuesto poco frecuente como es el de los dividendos devengados durante el ejercicio correspondientes a la financiación ajena instrumentada
en acciones o participaciones contabilizados como pasivo.
Normalmente, se consideran gastos financieros los derivados de la utilización de recursos financieros ajenos para la financiación de las actividades de la empresa o de sus elementos del activo1. Por tanto, no tiene la consideración de gasto financiero la retribución al capital
propio, al faltarle el carácter de ajeneidad.
1
No se exige que el elemento del activo se encuentre afecto a la actividad de la empresa.
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
No es deducible fiscalmente el importe de los gastos financieros que haya sido subvencionado, de modo directo o indirecto, salvo que la subvención figure imputada como ingreso.
Ni el Plan General de Contabilidad (PGC), aprobado por el Real Decreto 1514/2007,
de 16 de noviembre, ni el Plan General de contabilidad de Pequeñas y Medianas Empresas
(PGC/PYMES) aprobado por el Real Decreto 1515/2007, misma fecha, contienen modificaciones notables en cuanto a la forma de contabilizar los gastos financieros.
Puede apreciarse que el concepto de los PPGGCC es más amplio que el que tradicionalmente han tenido las empresas de los gastos financieros, pues además de contener la cuenta
660 para la contabilización de los gastos financieros por actualización de provisiones que
estudiamos en el capítulo XII, contiene:
• La cuenta 666. Pérdidas en participaciones y valores representativos de deudas, en la
que se contabilizan las pérdidas producidas por la baja, enajenación o cancelación de valores representativos de deuda e instrumentos de patrimonio (siempre que no estén originadas
por la valoración a valor razonable que se reflejan en la cuenta 663, ni se trate de pérdidas
producidas en la enajenación de participaciones a largo plazo en partes vinculadas que se
contabilizan en la cuenta 673), que la Ley del Impuesto sobre Sociedades contempla como
rentas de transmisiones patrimoniales y que estudiamos en el capítulo XXIII de este libro.
• La cuenta 663. Pérdidas por valoración de instrumentos financieros por su valor razonable, tiene su desglose en el PGC en cuentas de 4 dígitos (el PGC/PYMES no tiene desglose):
6630. Pérdidas de cartera de negociación.
6631. Pérdidas de designados por la empresa.
6632. Pérdidas de disponibles para la venta.
6633. Pérdidas de instrumentos de cobertura.
La cuenta 663, que sirve para reflejar las pérdidas por la valoración al cierre del ejercicio a valor razonable de los instrumentos financieros y de los activos y pasivos financieros,
constituye en los planes contables una verdadera novedad sobre la legislación anterior, y para
que no exista disgregación en su tratamiento, la estudiamos en el capítulo VI, dedicado a la
valoración de los activos financieros.
Por otra parte, a la contabilización de las diferencias de cambio tanto negativas, que
tienen el carácter de gasto financiero (cuenta 668), como a las positivas (cuenta 768), y a su
consideración fiscal, por la complejidad de la materia, hemos preferido dedicar un capítulo
específico, el XXII y contemplar dentro del mismo tanto las diferencias negativas como las
positivas.
La cuenta 669. Otros gastos financieros, es como una especie de “cajón de sastre” para
los gastos de naturaleza financiera no recogidos en otras cuentas del subgrupo 66, y fundamentalmente por el importe que deba imputarse en el ejercicio de los gastos de formalización
de deudas, así como las primas de seguros que cubran riesgos de naturaleza financiera, las
que cubran el riesgo de insolvencia de créditos no comerciales y el riesgo de tipo de cambio
en moneda extranjera. En esta cuenta 669, se reflejan también los gastos financieros por
descubiertos en cuenta corriente bancaria.
Con los PPGGCC desaparece la cuenta 665. Descuentos sobre ventas por pronto pago,
que reflejaba con el PGC de 1990 los descuentos y asimilados concedidos por pronto pago a
los clientes, que tenían siempre el carácter de gasto financiero, estuviesen o no incluidas en
factura ¡Se acabó! Los descuentos por pronto pago, en los ejercicios iniciados a partir del 1 de
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1. PPGGCC y TRLIS
enero de 2008, ya no son gasto financiero sino menor importe de la venta, y se contabilizan
o bien como menor importe de las ventas o bien en la cuenta 706. Descuentos sobre ventas
por pronto pago, si se trata de los concedidos por la empresa “no incluidos en factura”, en
la peculiar expresión que indica que no fueron tenidos en cuenta en la factura de la venta,
sino en otra posterior.
Algunas empresas a las que en su día se les hizo difícil acostumbrarse con el PGC de
1990 a que los descuentos por pronto pago fuesen gastos financieros, les está resultando
difícil volver al criterio de que son menores ventas, siendo frecuente las consultas de si se
podría –por lo menos– reflejar en la cuenta 706 todos los descuentos sobre pronto pago, estén
o no incluidos en (la primera) factura, a lo que no existe ningún problema, pues la definición
y contenido de las cuentas no es obligatoria en la normativa contable.
Los intereses de demora, de acuerdo al PGC, son gasto del ejercicio en que se devenguen, vencidos o no, y tienen la misma consideración fiscalmente puesto que el TRLIS no ha
establecido ninguna corrección fiscal en este punto. Incluso los intereses de demora por actas
de Inspección tendrán carácter de fiscalmente deducibles de los ingresos, dado que el TRLIS
no los menciona entre los gastos no deducibles.2
De acuerdo con el principio de inscripción contable, los gastos financieros para ser
fiscalmente deducibles deben estar contabilizados, no pudiendo sustituirse por un ajuste
extracontable negativo, pero no hace falta para que sean deducibles que exista una factura
completa, bastando el cargo de la entidad financiera.
En relación a los gastos financieros conviene no olvidar que el criterio fiscal coincide
con el contable dado que el TRLIS no contiene una normativa general correctora de la establecida en las normas mercantiles-contables, y de conformidad a lo regulado en el artículo
10.3 de dicha ley.
En los gastos financieros, debemos contemplar su posibilidad de activación así como
los supuestos especiales relativos a operaciones con pago aplazado o aquellos que tienen
carácter plurianual.
Regla general sobre la posibilidad de activación de los gastos financieros: los intereses
no deben incluirse como mayor valor de las adquisiciones del inmovilizado, aunque sean
intereses devengados por préstamos empleados en esas adquisiciones, ni siquiera en las
operaciones de compra con pago aplazado o en régimen de arrendamiento financiero. Por
tanto, constituyen gasto del ejercicio en que se producen.
Excepciones: Tanto el PGC, como el PGC/PYMES, ambos en su norma 2ª.1 de las de
registro y valoración, establecen textualmente que:
“En los inmovilizados que necesiten un período de tiempo superior a un año para estar
en condiciones de uso, se incluirán en el precio de adquisición o coste de producción los
gastos financieros que se hayan devengado antes de la puesta en condiciones de funcionamiento del inmovilizado material y que hayan sido girados por el proveedor o correspondan
a préstamos u otro tipo de financiación ajena, específica o genérica, directamente atribuible
a la adquisición, fabricación o construcción”.
2
Los intereses de demora tributarios o derivados de relaciones con la Administración se estudian
con mayor detalle en el capítulo XVI de este libro.
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
Ya la Resolución del ICAC de 9 de mayo de 2000, mucho antes de la aprobación de
los nuevos PPGGCC, también permitió incorporar los gastos financieros como mayor valor
del inmovilizado en curso, sin tener en cuenta las interrupciones y siempre que se hubieran
devengado antes de la puesta en condiciones de funcionamiento del inmovilizado.
Teniendo en cuenta, como decía la Resolución, que se entiende que las fuentes especiales de financiación ajena a cada elemento son las primeras a tener en cuenta, considerando
que son aquellas que inequívocamente han sido empleadas para la financiación del inmovilizado en curso, no reputándose como tal la simple nominación de la deuda, es decir, que,
en todo caso, debe existir una identificación entre el activo financiado y la deuda correspondiente, imputándose entonces como mayor valor del activo en producción o construcción.
En cambio, por ser contraria a los PPGGCC no creemos sea aplicable la Resolución
cuando se refería a la financiación del “resto de fondos ajenos no comerciales”.
Los importes que se incorporan al inmovilizado de los gastos financieros son los que se
devenguen durante el proceso de fabricación o construcción, correspondientes a las deudas
que financian los elementos.
En ningún caso, añadía la Resolución del ICAC, se podrán capitalizar gastos financieros
que hagan que el valor de los citados activos sea superior a su valor de mercado o de reposición3.
El BOICAC de septiembre de 2009, recoge una contestación del Instituto de Contabilidad
y Auditoría de Cuentas en la que después de afirmar que “se realiza desde una perspectiva
estrictamente contable, sin entrar a valorar el fondo jurídico de la operación, dado que este
Instituto carece de competencias para realizar pronunciamientos de carácter mercantil” entra
a estudiar el caso de una sociedad que ha obtenido un préstamo para financiar la edificación
de un hospital habiendo durante la fase de construcción invertido los fondos no empleados
aún en pagar a los proveedores, y pregunta si los ingresos de la inversión deben disminuir los
gastos financieros o lucir como un ingreso financiero en la cuenta de pérdidas y ganancias,
llegando el ICAC a la conclusión de que al no haberse aplicado a financiar la obra es por lo
que los ingresos financieros, en todo caso, deben lucir en la cuenta de pérdidas y ganancias.
En el mismo sentido, en respuesta a una consulta, el ICAC consideró que los gastos
financieros devengados durante el período de construcción de un inmueble, originados por
un préstamo obtenido para pagar el IVA de la construcción, no pueden capitalizarse como
mayor valor de adquisición o coste de producción, como tampoco puede serlo el IVA Soportado deducible (BOICAC nº 82, junio de 2010).
Conviene resaltar que con los actuales PPGGCC, la inclusión de esos gastos financieros
en los inmovilizados que necesiten un período de tiempo superior a un año es obligatoria, a
diferencia de lo que aparecía en la citada Resolución del ICAC, que la consideraba optativa
(ver capítulo III, apartado 2.1.1).
3
Lo que no resulta aplicable de la Resolución del ICAC es lo relativo a la financiación proporcional
de los fondos propios del inmovilizado, porque la normativa contable actual no lo permite y en virtud
de las disposiciones transitorias del PGC y del PGC/PYMES que sólo permiten la aplicación de las Resoluciones del ICAC vigentes en el momento de la entrada en vigor de los Reales Decretos en cuanto no
se opongan al C de C, TRLSA, LSRL, y PPGGCC. La mención al TRLSA y a la LSRL debe entenderse hoy
día efectuada al Texto Refundido de la Ley de Sociedades de Capital, que no contiene normativa propia
sobre esta materia.
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1. PPGGCC y TRLIS
La NRV 10ª.1 del PGC y la 12ª del PGC/PYMES, ambas con el mismo texto, obligan a
la incorporación de los gastos financieros “en las existencias que necesiten un período de
tiempo superior a un año para estar en condiciones de ser vendidas, se incluirán en el precio
de adquisición o coste de producción, los gastos financieros, en los términos previstos en la
norma sobre el inmovilizado material” (ver apartado 1.1 del capítulo IX sobre valoración de
existencias en que se estudia pormenorizadamente el tema, que en su día trató también la
Resolución del ICAC de 9 de mayo de 2000).
En las promotoras inmobiliarias los intereses de los préstamos hipotecarios, de acuerdo a
la norma de valoración 2ª del Plan Sectorial para Empresas Inmobiliarias, pueden incorporarse como mayor coste de las existencias dedicadas a la venta a terceros, o considerarlas como
gasto financiero del ejercicio.
– Operaciones con pago aplazado: dos posibilidades
– Contabilizar los intereses producidos cada año como gasto.
– Averiguar la diferencia entre el precio al contado y el precio a plazos y periodificar en
función de los pagos que se realicen en cada período.
Lo normal es que en las operaciones de venta con precio aplazado, se suela especificar
en el contrato o en la factura el precio y los intereses a satisfacer al final del plazo. A la hora
de registrar los intereses de cada período las empresas los suelen contabilizar calculando los
intereses linealmente, aunque lo correcto con los PPGGCC es que el crédito se valore por su
coste amortizado, por lo que habrá que calcular el coste efectivo de la operación:
Cantidad a pagar (1 + ie) por número de años o fracción
Lo que no puede hacerse es contabilizar como gasto del ejercicio los intereses a devengar en los ejercicios futuros.
– Los gastos para la obtención de préstamos o de formalización de deudas, tanto con el
PGC como con el PGC/PYMES, para los ejercicios iniciados a partir del 1 de enero de 2008,
sólo pueden reconocerse como gasto del ejercicio en que se produzcan. Desaparece, pues,
la posibilidad, recogida en el PGC de 1990, de considerarlos excepcionalmente como gastos
amortizables y periodificarlos a lo largo de la vigencia del préstamo cuando era superior a
un año y de acuerdo a un plan financiero.
Como consecuencia de ello ya no existen las cuentas del PGC de 1990: 270. Gastos de
formalización de deudas, ni la 271. Gastos por intereses diferidos de valores negociables, ni
la cuenta 272. Gastos por intereses diferidos, en base a que esos gastos no reúnen los requisitos que el Marco Conceptual exige para ser un activo: tratarse de un bien, derecho u otro
recurso controlado económicamente por la empresa, resultante de un suceso pasado, del que
se espera que la empresa obtenga beneficios o rendimientos económicos en el futuro.
En el caso de que la sociedad haya recibido un préstamo de un particular –no de un
Banco o Caja de Ahorros– la empresa, como prestataria, está obligada al devengo de los
intereses a retener en 2012 el 21 por 100 e ingresarlo en la Hacienda Pública por medio del
impreso Mod. 123, y hacer figurar en el resumen anual Mod. 193 los datos del prestamista,
los intereses y la retención. La obligación de contabilizar el gasto por estos préstamos no bancarios y de retener el 21 por 100 nace en el momento en que los intereses sean exigibles por
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
el prestamista4, independientemente de que se paguen o no. Si se ha pactado que los intereses
se pagarán por períodos superiores de doce meses, al finalizar el ejercicio debe contabilizarse
e ingresar a cuenta por los generados en el mismo.
El tipo de retención del 21 por 100 fue fijado temporalmente del 1 de enero de 2012 al
31 de diciembre de 2013, por el Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, en sustitución durante ese período del tipo del 19 por 100, que estableció la Ley 26/2009, de 23 de
diciembre, que dio nueva redacción al apartado 6 del artículo 140 del TRLIS5.
Debe tenerse especial cuidado en que los intereses pactados no sean inferiores al interés
legal del dinero, que durante 2011 es del 4 por 100 (Ley 39/2010, de 22 de diciembre, de
Presupuestos Generales del Estado para el año 2011), dado que la LIRPF presume a valor
normal en el mercado, salvo prueba en contrario, las prestaciones del capital y cabe pensar
que el interés legal del dinero estará cercano al del mercado. Por lo menos la experiencia de
despacho de este autor avala que la Inspección de Tributos ha venido aceptando el interés
legal del dinero como si fuese el de mercado, aunque los términos en que se está manifestando la DGT últimamente hacen dudar del aserto de este párrafo.
El artículo 5 del TRLIS establece que: “Las cesiones de bienes y derechos en sus distintas
modalidades se presumirán retribuidas por su valor normal de mercado salvo prueba en contrario”. Se trata de una presunción “iuris tantum” que puede destruirse mediante la prueba
en contrario de haberse pactado una retribución distinta entre partes independientes. Pero no
será fácil, dado que los tribunales no han tenido una doctrina constante sobre el valor probatorio de la contabilidad a estos efectos. La DGT, el 27 de diciembre de 1996, en respuesta
a una consulta, consideró que aunque de acuerdo al artículo 31 del Código de Comercio el
valor probatorio de los libros de los empresarios y demás documentos contables será apreciado por los Tribunales conforme a las reglas generales del derecho, no obstante, en la medida
en que se aprecie que la contabilidad recoja fielmente el valor de las operaciones realizadas
por la empresa, la misma podrá ser un elemento de prueba en orden a rebatir la presunción
de retribución por el valor normal de mercado, cuyo valor dependerá de las circunstancias
de cada caso concreto. Esta materia se contempla asimismo en el capítulo XX de este libro
dedicado a los ingresos financieros.
La DGT, el 2 de noviembre de 1989, en respuesta a una consulta de una sociedad que
abonaba en la cuenta contable con socios y administradores los intereses netos de los préstamos e incluso los dividendos acordados, realizando la entrega en efectivo a los socios cuando
disponía de tesorería, de tal manera que permanentemente tenían los accionistas saldos a su
favor por los expresados conceptos, entendió que tales cantidades tenían la consideración
de préstamo.
El TSJ de Asturias, en sentencia de 3 de abril de 2009, a propósito de un contrato de
préstamo sin intereses entre madre e hija, de carácter indefinido y sin interés, para adquirir
una vivienda y montar un negocio y que la Inspección de Tributos consideró una donación
4
El artículo 21.1. del RD 2717/1998, textualmente dice: “1. Con carácter general, las obligaciones
de retener e ingresar a cuenta nacerán en el momento de la exigibilidad de los rendimientos del capital
mobiliario, dinerarios o en especie, sujetos a retención o ingreso a cuenta, respectivamente, o en el de
su pago o entrega si es anterior”.
5
La Ley 26/2009 dejó sin efecto el tipo de retención del 18 por 100 que fue aprobado por la Ley
35/2006, que a su vez, con efectos del 1 de enero de 2007, había aumentado el del 15 por 100 aprobado
por la Ley 46/2002.
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1. PPGGCC y TRLIS
a pesar de que la prestataria había efectuado dos transferencias bancarias a la prestamista,
llega a la conclusión, siguiendo al Tribunal Supremo, que equiparar un préstamo sin interés
aunque sea con plazo dilatado de devolución a una donación es no interpretar debidamente
el artículo 1.253 del Código Civil, en base a las circunstancias señaladas. Menos mal, que se
produjo alguna devolución del capital cedido, porque sino mucho nos tememos que el TSJ
de Asturias, hubiera entendido no era un préstamo, máxime cuando el Código Civil exige que
los préstamos tengan un plazo definido de devolución.
En cuanto al efecto, entre entidades vinculadas, de la presunción de retribución a valor
normal de mercado de la cesión de bienes y derechos, hasta el día 1 de diciembre de 2006
las entidades vinculadas no resultaban tan afectadas por la presunción de retribución, porque
debían –DGT el 9 de septiembre de 1996 interpretando el artículo 16 de la Ley 45/1995–
reflejar en su contabilidad las operaciones vinculadas por los valores convenidos sin que el
resultado contable pudiera ser objeto por las entidades vinculadas de ajuste extracontable
alguno, que únicamente podía efectuar la Administración tributaria “cuando la valoración
convenida hubiera determinado, considerando el conjunto de las personas o entidades vinculadas, una tributación en España inferior a la que hubiera correspondido por aplicación del
valor normal de mercado o un diferimiento de dicha tributación”.
Sin embargo, conviene advertir que en los préstamos entre vinculadas efectuados a partir del 1 de enero de 2007 por socios personas físicas a sociedades, la Ley del IRPF distingue
entre6: a) los intereses percibidos por una persona física de una sociedad no vinculada que
se imputan en la renta del ahorro y tributan durante los ejercicios 2012 y 2013 al tipo de
gravamen del 21 por 100 por los primeros 6.000 euros, al 25 por 100 de 6.000,01 a 24.000
euros, y al 27 por 100 por los restantes, de acuerdo al Real-Decreto ley 20/2011, de 30 de
diciembre; y, b) los intereses percibidos por una persona física vinculada que debe integrarlos
en la base imponible de la escala general de gravamen del IRPF que puede llegar hasta el
54 por 100, pero solamente por los correspondientes al exceso del importe de los capitales
propios cedidos a una entidad vinculada respecto del resultado de multiplicar por tres los fondos propios en la parte que corresponda a la participación del contribuyente (Ley 11/2009) o
salvo el caso en que el prestatario vinculado sea una entidad bancaria.
Debemos tener en cuenta que a partir del 1 de diciembre de 2006, fecha de entrada en
vigor la Ley 36/2006, de 29 de noviembre, de Medidas para la prevención del fraude fiscal,
que sólo trata de dos temas: los paraísos fiscales y las operaciones vinculadas, la regulación
en esta materia ha quedado así7:
– Las personas o entidades vinculadas deben valorar contablemente las operaciones
celebradas entre ellas a valor normal de mercado, es decir, aquel que se habría acordado por
personas o entidades independientes en condiciones de libre competencia.
– Que la Administración tributaria podrá comprobar que se han valorado las operaciones
a su valor normal de mercado y efectuar, en su caso, las correcciones valorativas que procedan, pero sin que la valoración administrativa determine la tributación por el Impuesto sobre
Sociedades o por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o por el IRNR, de una
6
El Real Decreto 1804/2008, de 3 de noviembre, a estos efectos, no consideró proceden de entidades vinculadas con el contribuyente los rendimientos de capital mobiliario satisfechos por entidades
de crédito. Aún están los banqueros (no confundir con bancarios) que no se lo creen. Ver capítulo XX,
apartado 4.2.1.
7
Este tema se trata con mucho detalle en el capítulo XXIV. Operaciones vinculadas.
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
renta superior a la efectivamente derivada de la operación para el conjunto de las entidades
que la hubieran realizado.
Y todo ello sin perjuicio de la propuesta que pueden efectuar los sujetos pasivos a la
Administración tributaria para la valoración previa de las operaciones efectuadas entre personas o entidades vinculadas, aunque en materia de gastos financieros no será muy frecuente.
Puesto que el deseo del legislador es evitar que se produzcan transferencias de beneficios
entre las entidades vinculadas, es por lo que la presunción de gastos e ingresos a valor normal de mercado entre vinculadas actúa en el TRLIS como una presunción “iuris et de iure”
que no admite prueba en contrario, independientemente de la gratuidad de la prestación o
del servicio, por lo que la llevanza de una contabilidad perfectamente llevada en la que no
aparezcan intereses percibidos o satisfechos, no destruye la presunción legal. En el apartado
5.3 del capítulo XXIV dedicado a las entidades vinculadas se estudia ampliamente el tema
de los préstamos entre personas vinculadas, sobre todo cuando pertenecen al mismo grupo.
Ejemplo:
La sociedad A dedicada a la fabricación de juguetes presta en 2012, 380.000 € a la sociedad B cuyo objeto social es la comercialización de juguetes, con la que no está vinculada.
Ambas sociedades, firman el día 3 de marzo del ejercicio actual un contrato de préstamo
por el que fijan un tipo de interés del 5,5% anual con la obligación de devolver el principal
al cabo de seis meses juntamente con los intereses devengados.
El día 3 de septiembre la sociedad B devuelve a la compañía A los 380.000 € más unos
intereses de 10.450 €.
Contabilización en la sociedad A:
380.000,00
390.450,00
542
572
Por la constitución del préstamo
CRÉDITOS A CORTO PLAZO
a BANCOS E
INSTITUCIONES DE
CRÉDITO C/C
Por la cancelación del préstamo
BANCOS E INSTITUCIONES DE
CRÉDITO C/C
a CRÉDITOS A CORTO
PLAZO
a INGRESOS DE CRÉDITOS
572
380.000,00
542
762
380.000,00
10.450,00
La inversión está bien contabilizada en la cuenta 542, al tratarse de entidades no vinculadas; si lo fuesen, la contabilización se hubiera producido en la cuenta 532. Créditos a corto
plazo a partes vinculadas.
A pesar de que al no haber existido retención, no aparece cantidad alguna retenida en la
cuenta 473. HP, retenciones y pagos a cuenta, la sociedad A tiene derecho a reducir la cuota
a pagar contabilizada en la cuenta 4752. HP, acreedora por Impuesto sobre Sociedades en
el 21% (El RDL 20/2011 fijó ese tipo de retención desde el 1 de enero de 2012 hasta el 31
de diciembre de 2013, elevando temporalmente el tipo general del 19%) de 10.450 €, es
decir 2.194,50 €.
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1. PPGGCC y TRLIS
El problema fiscal lo tendrá la empresa que no retuvo, aunque a nuestro juicio lo que
debiera haber hecho la compañía A como más aconsejable, es retornar 1.368 € a la sociedad
A en concepto de retención al objeto de que compañía B procediese a su ingreso al Tesoro
Público a través del modelo 123 de retenciones e ingresos a cuenta del IRPF y de Sociedades.
Si el prestatario hubiera sido una persona física, el pago de los intereses sin retención
hubiera sido correcto al no estar obligados a retener los que no sean sujetos pasivos del
impuesto, a no ser que el prestario actuase en su condición de empresario.
Los intereses devengados pero no vencidos, que se tengan con personas físicas o jurídicas que no sean entidades de crédito, se abonarán a la cuenta 528. Intereses a corto plazo
de deudas con cargo a la cuenta 662. Algo similar ocurre al cierre del ejercicio con la cuenta
665. Intereses por descuento de efectos y operaciones de “factoring”, que refleja normalmente los intereses por descuento de letras de cambio y otros efectos, así como en operaciones de “factoring” en las que la empresa retiene sustancialmente los riesgos y beneficios
de los derechos de cobro, y que se debe cargar por las remesas de papel comercial enviadas
a la entidad financiera antes del cierre del ejercicio, al objeto de contabilizar en el mismo
los intereses corridos y no vencidos8 con abono a la cuenta 527. Intereses a corto plazo de
deudas con entidades de crédito.
No existe obligación de retener en las operaciones de préstamo de las entidades financieras, de conformidad al artículo 59. c) del RIS, en su redacción dada por el RD 1777/2004, de
30 de julio. El TEAC en una resolución de 19 de abril de 1988, consideró que para acreditar
los gastos financieros derivados de las pólizas de crédito suscritas bancariamente no era suficiente justificación la aportación de las pólizas en las que figuraban los intereses pactados,
siendo precisa la aportación de los cargos bancarios por intereses, dado que aquéllas no son
título suficiente para acreditar el devengo efectivo de los intereses, teniendo en cuenta que
las pólizas han podido ser amortizadas anticipadamente.
Las entidades bancarias, en general, no suelen proporcionar por los gastos financieros
una factura completa, sino solamente una nota de cargo, ello no impide –por estar expresamente contemplado– su deducibilidad.
De acuerdo con el texto del artículo 14 del TRLIS, los intereses como los demás gastos
ya no hace falta para que sean fiscalmente deducibles que sean necesarios para la obtención
de los ingresos, aunque si que estén correlacionados con éstos.
1.1. Los préstamos participativos
El artículo 14.2 del TRLIS, considera partida deducible a efectos de la base imponible del
Impuesto sobre Sociedades del prestatario, los intereses devengados tanto fijos como variables de los préstamos participativos que cumplan los requisitos señalados en el apartado uno
del artículo 20 del Real Decreto Ley 7/1996, de 7 de junio.
Los préstamos participativos son aquellos en los que entidad prestamista percibe un
interés variable que se determina en función de la evolución de la actividad de la empresa
prestataria, que podrá fijarse en función de:
8
Las entidades financieras suelen cobrar por dos conceptos: el descuento financiero propiamente
dicho y la comisión por el cobro al librador, esta última deberá ir a la cuenta 626. Servicios bancarios
y similares (por la comisión).
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
– El beneficio neto
– El volumen de negocio
– El patrimonio total
– Cualquier otro que libremente acuerden las partes contratantes.
Además, se podrá pactar un interés fijo con independencia de la evolución de la sociedad.
Los préstamos participativos se caracterizan porque el prestamista y el prestatario pueden acordar una cláusula penalizadora para el caso de amortización anticipada, pudiéndose
efectuar ésta solamente si dicha amortización se compensa con una ampliación de igual
cuantía de sus fondos propios y siempre que aquella no provenga de la actualización de
activos, y porque en orden a la prelación de créditos se sitúan después de los acreedores
comunes. Ambas características son buen reflejo de lo pretendido por el legislador: que los
préstamos participativos sean considerados por otros posibles acreedores, como parte de los
fondos propios en el caso de dificultades económicas, por lo que no se permite su amortización anticipada y se les coloca en el último peldaño a la hora del cobro en concurrencia con
otros acreedores. Tendrán carácter deducible esas cantidades soportadas como penalización
por el prestatario, si se amortizase anticipadamente el préstamo y las partes hubieran acordado para tal supuesto una cláusula penalizadora.
En los cálculos que es preciso realizar para apreciar si una sociedad se encuentra en los
supuestos de reducción de capital o disolución obligatoria, los préstamos participativos se
consideran como patrimonio neto.
En el tema de los préstamos participativos existe al día de hoy poca documentación
publicada, sin embargo, la DGT en CV0055-99, de fecha 22 de julio de 1999, respondió a
una consulta efectuada por una entidad no residente titular del 100 por 100 del capital de una
filial residente, sobre el carácter de gasto deducible de un préstamo participativo cuyo interés
se fijó en el 20 por 100 de los beneficios de la residente con el tope del 7,11 por 100 del
principal. El Centro Directivo razona que, aunque dichos préstamos constituyen una figura
particular de los contratos de préstamo, caracterizados por la determinación de la retribución,
ello no obsta para que deban respetar los elementos esenciales de todo contrato de préstamo,
como es la obligación de devolver el dinero en un plazo determinado (artículo 1740 del CC),
por lo que al tratarse el préstamo objeto de la consulta de un contrato indefinido en el plazo,
la operación no puede calificarse de un préstamo participativo sino de una aportación a los
fondos propios de la filial, por lo que llega la DGT a la conclusión de que la retribución no
tiene el carácter de gasto deducible.
La Audiencia Nacional, en sentencia de 2 de febrero de 2011, en relación a un préstamo participativo en el que no se hizo constar la fecha de vencimiento, y en el que se pactó
que la retribución se establecía en base a un tipo de interés variable siempre que la entidad
tuviese beneficios de libre disposición que, además, constituyesen el importe máximo de los
intereses, préstamo que se constituyó mediante la conversión de un crédito del prestamista
que era accionista único del prestatario, atando la condición de prestamista y accionista,
entendió que la operación de préstamo no podía calificarse de un préstamo participativo sino
como aportación a los fondos propios de la entidad por lo que los intereses devengados no
eran deducibles.
Hay empresas que prefieren formalizar un préstamo participativo en vez de una ampliación de capital para no romper la participación en el capital existente, obteniendo el prestamista, sin embargo, una participación posible sobre los beneficios. Los préstamos participa732
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1. PPGGCC y TRLIS
tivos sólo se consideran patrimonio neto a los efectos de reducción de capital y disolución
de la sociedad.
La disposición adicional vigésima quinta de la Ley 2/2004, creó una línea de financiación destinada a favorecer la financiación de proyectos empresariales promovidos por las
Pequeñas y Medianas Empresas, a cuyo efecto se utilizará el instrumento financiero del préstamo participativo a través de la Empresa Nacional de Innovación, S.A. (ENISA).
1.2. Los préstamos de valores
Los préstamos de valores los define el artículo 312 del Código de Comercio como aquellos en los que se prestan títulos o valores, debiendo pagar el deudor “devolviendo otros
tantos de la misma clase e idénticas condiciones, o sus equivalentes si aquellos se hubiesen
extinguido, salvo pacto en contrario.”
De acuerdo a la Circular 5/1990 de la CNMV, el prestatario adquiere la propiedad de
los títulos y puede transmitirlos libremente pero debe devolver otros de la misma clase en
fecha determinada. El Banco de España, en su Circular 4/1991, dirigida a las entidades de
crédito, ratificaba que se entiende por préstamo de valores la operación por la que el prestatario recibe la plena titularidad de unos valores sin efectuar desembolso alguno, obligándose
a la devolución pasado un tiempo.
Hasta la aprobación del régimen fiscal de los préstamos de valores por la Ley 62/2003,
no existía en España una legislación específica suficientemente clara, por lo que el volumen
de este tipo de préstamos no sobrepasaba los 40.000 millones de euros, cifra muy reducida si
se comparaba con la de países de nuestro entorno, como Francia, Alemania y sobre todo el
Reino Unido, estimándose que muchas de las operaciones que se practicaban a través de la
Bolsa de Londres, se realizarían en el futuro desde Madrid, sobre todo por parte de los fondos
de inversión con grandes volúmenes de acciones en cartera, máxime sobre aquellos valores de
los que no deseen desprenderse pero sobre los que pretenden obtener un plus de rentabilidad.
El volumen de los títulos con cotización en Bolsa que han sido objeto de un préstamo
de valores ha aumentado considerablemente, hasta el punto de que algún diario económico
(Expansión) ha afirmado que el 20 por 100 de las acciones cotizadas en el continuo estaba
prestado a terceros.
Hoy día, es normal que inversores de entidades que prevén una bajada de la cotización
de una cotizada tomen a préstamo títulos de esa compañía y procedan a su venta inmediatamente para volver a recomprarlas a un precio inferior en el momento de la devolución de los
valores. Naturalmente hace falta encontrar a alguien que o no piense lo mismo en cuanto a
la bajada del valor o precise de dinero y no quiera desprenderse de los títulos.
Existen también supuestos de instituciones extranjeras que “prestan” a una residente en
España los títulos que poseen de una compañía con domicilio y cotización en nuestro país,
en las fechas del pago de dividendos al objeto de no tributar por su cobro, percibiendo por
ello una comisión inferior al dividendo y quedándose el prestatario con el resto.
La Orden del Ministerio de Economía y Hacienda 3895/2004, de 23 de noviembre, aprobó el modelo 198, de declaración anual de operaciones con activos financieros y otros valores mobiliarios que deberán presentar los fedatarios públicos que intervengan o medien en
la emisión, suscripción, transmisión, canje, conversión, cancelación y reembolso de efectos
públicos, valores o cualesquiera otros títulos o activos financieros y operaciones de préstamo
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
de valores. También deberán utilizar el modelo los establecimientos financieros, sociedades,
agencias de valores y entidades gestoras.
En definitiva, se trata de un sistema por el que el propietario de los títulos –prestamista– los cede temporalmente a otra persona –prestatario– para que éste especule con ellos
mediante cualquier tipo de operación, normalmente venta, estando obligado a devolver a la
finalización del préstamo igual número de títulos al prestamista, más un interés pactado. Normalmente el prestatario adquiere esa condición cuando prevé que las acciones van a bajar
en Bolsa de valor al objeto de venderlas y volver a recomprarlas más baratas a la finalización
del préstamo para proceder a su devolución.
El régimen fiscal de determinados préstamos de valores fue establecido por la disposición adicional decimoctava de la Ley 62/2003, de 30 de diciembre, y no se ha integrado en
el Texto Refundido de la LIS (RDL 4/2004) por razones de sistemática, al entender que por su
contenido tan especial no procedía refundirlo con la normativa de carácter general, siendo
aplicable únicamente a los siguientes:
a) Los regulados en el apartado 7 del artículo 36 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del
Mercado de Valores.
b) Los no comprendidos en la letra a) anterior que tengan por objeto valores admitidos a
negociación en bolsas de valores, mercados y sistemas organizados de negociación radicados en Estados miembros de la OCDE que cumplan los requisitos previstos en el artículo 30
de la Ley 35/2003, de 4 de noviembre, de Instituciones de Inversión Colectiva, y reúnan las
siguientes condiciones:
– Que la cancelación del préstamo se efectúe mediante devolución de otros tantos valores homogéneos a los prestados.
– Que se establezca una remuneración dineraria a favor del prestamista, y, en todo caso,
se convenga la entrega al prestamista de los importes dinerarios correspondientes a
los derechos económicos o que por cualquier otro concepto se deriven de los valores
prestados durante la vigencia del préstamo.
– Que el plazo de vencimiento del préstamo no sea superior a un año.
– Que el préstamo se realice o instrumente con la participación o mediación de una
entidad financiera establecida en España y los pagos al prestamista se efectúen a través
de dicha entidad.
A su vez, estos préstamos producen un ingreso financiero al prestamista y un gasto
financiero al prestatario.
No pareciendo apropiado al autor la creación de un capítulo específico para tratar de los
préstamos de valores, en este capítulo de los gastos financieros se estudia la tributación del
prestatario, remitiéndonos al capítulo XX, dedicado a los ingresos financieros, para estudiar
la tributación del prestamista.
Al producirse la transmisión del dominio de los valores al prestatario, se genera contablemente una alteración patrimonial en el prestamista que puede dar lugar a una renta positiva; para evitar ese efecto perverso y dado que los valores deberán retornar inevitablemente al
prestamista, la Ley 6/2000 –recogiendo la disposición adicional 2ª del RDL 3/2000– establece
que las operaciones de préstamo de valores que cumplan los requisitos establecidos en el
artículo 36.7. de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores “no darán lugar a
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1. PPGGCC y TRLIS
alteraciones del patrimonio” en el Impuesto sobre Sociedades del prestamista, lo que supone,
más que un supuesto de exención, una declaración de no sujeción al impuesto.
Tratamiento para el prestatario persona jurídica9:
Los dividendos, participaciones en beneficios y demás rendimientos derivados de los
valores tomados en préstamo se integran en la renta del prestatario.
Asimismo, el prestatario deberá integrar en su imposición personal, por el mismo concepto, el valor de mercado correspondiente a los derechos de suscripción o asignación gratuita adjudicados con ocasión de una ampliación de capital.
Cuando el prestatario deba compensar al prestamista por los derechos económicos
derivados de los valores prestados, la compensación efectivamente satisfecha tendrá la consideración de gasto financiero.
En relación a las rentas derivadas de los valores tomados en préstamo, el prestatario
tendrá derecho a la aplicación de las exenciones o deducciones establecidas en su imposición personal, en los términos previstos en su normativa, teniendo en cuenta las siguientes
particularidades:
– Que en la fecha de realización del préstamo el prestamista cumpla los requisitos establecidos por su normativa para la aplicación de cada una de ellas.
– Que si de acuerdo con lo señalado anteriormente, procediera la aplicación de la
deducción por doble imposición interna la misma se calculará utilizando el menor de los
tipos impositivos correspondientes a la entidad prestamista o a la prestataria.
Las transmisiones por el prestatario de valores homogéneos a los tomados en préstamo
que se efectúen durante su vigencia se considerará que afectan en primer lugar a los valores
tomados en préstamo, y sólo se considerará que afectan a la cartera de valores homogéneos
preexistentes en el patrimonio del contribuyente en la medida que el número de valores
transmitidos exceda de los tomados en préstamo. Las adquisiciones que se realicen durante
la vigencia del préstamo se imputarán a la cartera de los valores tomados en préstamo, salvo
que excedan de los necesarios para la completa devolución del mismo.
La renta derivada de la transmisión de los valores tomados en préstamo, se imputará al
período impositivo en el que tenga lugar la posterior adquisición de otros valores homogéneos, y se calculará por la diferencia entre el valor de transmisión y el valor de adquisición
que corresponda a los valores homogéneos adquiridos durante la duración del préstamo y
con posterioridad a la transmisión. Parece difícil de entender que la renta se genere por la
diferencia entre la transmisión que es lo primero que se efectúa y una adquisición posterior,
pero así es como funciona en la práctica: primero el prestatario vende las participaciones y
luego compra otras homogéneas para devolverlas.
Cuando para hacer frente a la devolución de los valores, el prestatario tome a préstamo
nuevos valores homogéneos o entregue valores homogéneos preexistentes en su patrimonio, se tomará como valor de adquisición el de cotización en la fecha del nuevo préstamo
o de la cancelación. Asimismo, el citado valor de cotización se tomará como valor de
transmisión para calcular la renta derivada de la devolución efectuada con valores homogéneos preexistentes.
9
No existe una legislación diferenciada para el prestatario persona física.
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
La obligación de practicar pagos a cuenta sobre las rentas antedichas corresponderá a la
entidad prestataria que hubiera intervenido en la operación, por cuenta propia o de terceros,
cuando realice el pago de los correspondientes importes al prestamista, salvo que este último
sea una entidad mediadora o una entidad financiera que hubiera intervenido en la operación
por cuenta de terceros, en cuyo caso será dicha entidad mediadora o dicha entidad financiera la obligada a practicar la correspondiente retención o ingreso a cuenta cuando abone las
rentas a su preceptor.
Los servicios y operaciones relativos a préstamos de valores se entenderán incluidos, en
todo caso, en el ámbito de la exención prevista en el artículo 20.1.18º. de la Ley 37/1992, de
28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido.
Las entidades participantes o miembros del sistema correspondiente de compensación
y liquidación del mercado en donde se negocie el valor objeto de préstamo y las entidades
financieras que participen o medien en las operaciones de préstamo de valores deberán
suministrar, en su caso, información a la Administración tributaria respecto de tales operaciones, relativa a las fechas de inicio y de vencimiento del préstamo, número de operación del
préstamo, remuneración al prestamista, compensaciones por los derechos derivados de los
valores prestados y garantías otorgadas.
Asimismo, la Sociedad de Gestión de los Sistemas de Registro, Compensación y Liquidación de Valores, suministrará a la Administración tributaria, la información relativa al
número de la operación de préstamo, la identificación y número de los valores prestados,
número de identificación fiscal de las entidades financieras que intermedian o registran la
operación, la fecha de constitución y cancelación, así como a las garantías de la operación cuando se hubiesen constituido o entregado a través de los sistemas gestionados por
aquella.
El estudio de los préstamos de valores desde la posición de prestamista se contempla dentro del apartado 4.5 del capítulo XX de este libro dedicado a los ingresos
financieros.
2. GASTOS FINANCIEROS DEVENGADOS Y NO VENCIDOS
El criterio general de los PPGGCC para la imputación temporal de los gastos financieros es el del devengo, recogido en la norma 3ª del Marco Conceptual al establecer
como un principio contable el del devengo por el que “los efectos de las transmisiones
o hechos económicos se registrarán cuando ocurran, imputándose al ejercicio al que las
cuentas anuales se refieran, los gastos y los ingresos que afecten al mismo, con independencia de la fecha de su pago o cobro”. En el mismo sentido la cuenta 661 al señalar
que se asentarán en ella “el importe de los intereses devengados durante el ejercicio” o
la cuenta 662. Intereses de deudas, en la que se señala que “se cargará al devengo de
los intereses”.
En el momento del cierre de las cuentas anuales pueden existir intereses explícitos
devengados en el ejercicio, pero respecto de los cuales el Banco no ha pasado aún el cargo,
ello puede deberse a intereses devengados por préstamos o créditos bancarios cuyo plazo de
pago no ha vencido. Al ser obligatorio contabilizar los intereses de préstamos corridos y no
vencidos, debemos calcular, por la parte del ejercicio que se cierra, los intereses devengados
y no pagados por los préstamos bancarios existentes.
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3. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
Se contabilizará así:
662
INTERESES DE DEUDAS
a INTERESES A CORTO PLAZO DE DEUDAS
CON ENTIDADES DE CRÉDITO, o
a INTERESES A CORTO PLAZO DE DEUDAS
527
528
Se cargarán las cuentas 527 y 528 cuando se produzca en el ejercicio siguiente el pago,
con abono a la cuenta del subgrupo 57, contabilizándose así:
527
528
INTERESES A CORTO PLAZO DE DEUDAS CON
ENTIDADES DE CRÉDITO, o
INTERESES A CORTO PLAZO DE DEUDAS
a TESORERÍA
57
Los gastos financieros imputados contablemente en la cuenta de pérdidas y ganancias,
en un ejercicio distinto de aquel en que proceda su imputación temporal, normalmente el
del devengo, deben imputarse en el procedente, no obstante si se hubieran contabilizado
en un ejercicio posterior al que correspondía, de acuerdo al artículo 19.3 del TRLIS, serán
gasto deducible de ejercicio en que se contabilizaron, siempre que de ello no se derive una
tributación inferior a la que hubiese correspondido si se hubieran imputado correctamente.
Esta norma que afecta no sólo a los gastos financieros sino a la totalidad de los gastos, evita
las declaraciones complementarias por el Impuesto sobre Sociedades.
Los intereses satisfechos en el ejercicio pero que correspondan total o parcialmente al
siguiente período se estudian pormenorizadamente en el apartado 2.2 del capítulo XIII.
3. LIMITACIÓN A LA DEDUCIBILIDAD DE LOS GASTOS FINANCIEROS
El Real Decreto-ley 12/2012, de 30 de marzo, con efectos para los períodos impositivos
iniciados a partir del 1 de enero de 2012, y con carácter indefinido, modificó el artículo 20
del TRLIS, que hasta ese momento estaba dedicado a la “subcapitalización” –concepto que
desaparece de la ley– y regula una limitación a la deducibilidad de los gastos financieros10.
El texto del artículo 20 del TRLIS dado por el RDL 12/2012 se ha visto modificado por el RDL
20/2012, de 13 de julio, para extender a todas las sociedades, y no sólo a los grupos de sociedades,
la limitación de la deducibilidad de los gastos financieros; y no debió quedar muy fino el texto del
artículo 20 del TRLIS, porque la DGT se sintió obligada a emitir una Resolución, de fecha 16 de julio
de 2012, con la finalidad de “establecer los criterios interpretativos necesarios que proporcionen
seguridad jurídica” en la aplicación de los Reales Decretos-leyes en materia de deducibilidad de los
gastos financieros. Dicha Resolución es la mayor chapuza jurídica que este autor recuerda en los
últimos años porque excede, con mucho, los límites de una interpretación razonable de una norma,
y se convierte en verdadero Reglamento a través del cual la DGT pontifica a placer, sobre todo en
la limitación de los gastos financieros en los grupos en consolidación fiscal.
10
No confundir esta limitación introducida por el RDL 12/2002, de 30 de marzo, en el artículo
20 del TRLIS, con la nueva letra h) añadida al apartado 1 del artículo 14 sobre la no consideración de
gastos fiscalmente no deducibles a determinados gastos financieros derivados de deudas con entidades
del grupo destinadas a la adquisición a otras entidades del grupo de participaciones o realización de
aportaciones dentro del grupo, y que este libro lo estudia en el apartado 4 del capítulo XIII, dedicado a
los gastos deducibles y no deducibles fiscalmente de los ingresos, para no disgregar la materia.
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
3.1. Alcance de la limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
El nuevo artículo 20 del TRLIS dice textualmente:
“Los gastos financieros netos serán deducibles con el límite del 30 por 100 del beneficio
operativo del ejercicio”.
En todo caso, serán deducibles los gastos financieros netos del período impositivo por
importe de un millón de euros.
Se entenderá por gastos financieros netos el exceso de gastos financieros respecto de
los ingresos derivados de la cesión a terceros de capitales propios devengados en el período
impositivo, excluidos aquellos gastos financieros no deducibles derivados de deudas con
entidades del grupo destinadas a la adquisición a otras entidades del grupo de participaciones
o realización de aportaciones dentro del grupo, a que se refiere la letra h) del apartado 1 del
artículo 14 de esta Ley y que estudiamos en el apartado 4 del capítulo XIII.
De acuerdo al apartado 1º del artículo 20 del TRLIS, el beneficio operativo se determinará a partir del resultado de explotación de la cuenta de pérdidas y ganancias del ejercicio determinado de acuerdo con el Código de Comercio y demás normativa contable de
desarrollo, eliminando la amortización del inmovilizado, la imputación de subvenciones de
inmovilizado no financiero y otras, el deterioro y resultado por enajenaciones de inmovilizado, y adicionando los ingresos financieros de participaciones en instrumentos de patrimonio,
siempre que se correspondan con dividendos o participaciones en beneficios de entidades en
las que, o bien el porcentaje de participación, directo o indirecto, sea al menos el 5 por 100,
o bien el valor de adquisición de la participación sea superior a 6 millones de euros, excepto
que dichas participaciones hayan sido adquiridas con deudas cuyos gastos financieros no
resulten deducibles por aplicación de la letra h) del apartado 1 del artículo 14 de esta Ley.
Es decir, sobre un EBITDA11 muy especial de carácter fiscal. Puede apreciarse que lo que no
quiere el legislador es que los dividendos no tributen por el grado de participación (5 por 100)
y sin embargo los gastos financieros sean deducibles ilimitadamente.
La adición –dice la Resolución del 16 de febrero de 2012 de la DGT– al beneficio operativo de dividendos o participaciones en beneficios de determinadas entidades tiene como
una de sus finalidades equiparar el tratamiento de las entidades holding con el del resto de
entidades, con el objeto de no discriminar a aquellas entidades en las que los dividendos o
participaciones en beneficios no se incluyen en el importe neto de la cifra de negocios por el
simple hecho de realizar otras actividades distintas de las correspondientes a una holding en
la que el beneficio operativo ya recoge los dividendos o participaciones.
La Resolución de la DGT, después de reconocer que la limitación del artículo 20 del
TRLIS, “trata de favorecer indirectamente la capitalización empresarial a través de la limitación del efecto fiscal del uso de la financiación ajena”, llega a la conclusión de que tanto
los gastos como los ingresos aplicables “han de estar relacionados con el endeudamiento
empresarial”, por eso,
• Los gastos financieros a tener en cuenta son los derivados de deudas de la entidad,
incluidos en la partida 13 del PGC, cuentas 661, 662, 664 y 665, incluidos los intereses implícitos y las comisiones relacionadas con el endeudamiento, salvo que sean objeto de incorporación al valor de un activo, o se trate de gastos financieros por actualización de provisiones.
11
EBITDA= Earning, before, interest, taxes, depreciation and amortization.
738
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3. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
Hasta aquí la DGT interpreta dentro de un orden jurídico, pero continúa efectuando
“precisiones” sobre determinados conceptos que no se incluyen como gasto o ingreso financiero, así:
– Los intereses devengados y no cobrados de un derecho de crédito objeto de deterioro
de valor, deben tenerse en cuenta en la limitación a la deducibilidad.
– Las diferencias de cambio que se integren en la cuenta de pérdidas y ganancias y que
deriven de cualquier endeudamiento afectado por aplicación del activo 20 del TRLIS,
también deben tenerse en cuenta.
– Las coberturas financieras vinculadas al endeudamiento, también deben considerarse.
– Los resultados positivos o negativos que correspondan al partícipe no gestor deben
asimilarse fiscalmente a ingresos o gastos financieros a efectos de la limitación de la
deducibilidad.
• Los ingresos financieros a tener en cuenta son los de la partida 12 del PGC, cuentas
761 y 762.
En todo caso, serán deducibles gastos financieros netos del período impositivo por
importe de 1 millón de euros, lo que supondrá que en la mayor parte de los casos no les
afectará la limitación.
Los gastos financieros netos que no hayan sido objeto de deducción podrán deducirse
en los períodos impositivos que concluyan en los 18 años inmediatos y sucesivos, conjuntamente con los del período impositivo correspondiente, y con el límite previsto en este apartado. Ello obligará a considerar al importe de la limitación como una diferencia temporaria
deducible, que obligará a efectuar estos asientos, dice el último párrafo del apartado 1 del
artículo 20 del TRLIS.
El apartado 2 del artículo 20 del TRLIS establece que: en el caso de que los gastos financieros netos del periodo impositivo no alcanzaran el límite del 30 por ciento del beneficio
operativo del ejercicio, la diferencia entre el citado límite y los gastos financieros netos del
periodo impositivo se adicionará a dicho límite, respecto de la deducción de gastos financieros netos en los periodos impositivos que concluyan en los 5 años inmediatos y sucesivos
hasta que se deduzca dicha diferencia.
Para la DGT, así como los gastos financieros no deducidos por superar el 30 por ciento
del beneficio operativo se pueden deducir en ejercicios posteriores, no ocurre lo mismo
respecto del importe de 1 millón de euros, “en la medida en que si los gastos financieros
netos de un ejercicio no alcanzan dicho importe, la diferencia entre 1 millón de euros y el
gasto financiero neto deducido en el período impositivo no se puede aplicar en períodos
impositivos futuros.
Sin embargo, siguiendo el tenor literal de la norma, en la medida en que, en un determinado período impositivo pueden ser deducibles gastos financieros netos hasta el importe
de 1 millón de euros, este importe puede alcanzarse con los gastos financieros netos del
período impositivo y con gastos financieros pendientes de deducir de períodos impositivos
anteriores hasta dicho importe”. ¿Por qué? Porque lo dice la DGT “siguiendo el tenor literal
de la norma”.
Qué complicación tan absurda. Incluso, en puridad contable, una sociedad que en un
ejercicio no sobrepasen sus gastos financieros netos, el 30 por ciento de su beneficio ope© CISS
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
rativo podría –lo que no aconsejamos- reflejar que tiene un “déficit de gastos financieros”
pendientes de aplicar en los cinco ejercicios siguientes, si tuviese un “exceso de gastos financieros”. ¡Que me explique el Ministerio de Hacienda qué presiones ha recibido para parir
este absurdo fiscal sin pies ni cabeza!
Ejemplos de la aplicación de la limitación de gastos financieros a nivel individual:
Recogemos seguidamente los siguientes ejemplos que la Resolución de la DGT de 17 de
julio de 2012 contiene:
A efectos de los ejemplos, se tendrá en cuenta que:
– BO: beneficio operativo del período impositivo.
– GF: gastos financieros netos del período impositivo.
Ejemplo 1:
La entidad A presenta los siguientes datos (cifras en millones de euros):
BO anual de cada período impositivo: 100.
GF:
Año 0: 80.
Año 1: 20.
Año 2: 40.
Año 0: Límite BO = 30 (30 % de 100). Son deducibles GF en el período impositivo por importe
de 30 y quedan GF pendientes de deducir en los 18 años inmediatos y sucesivos por importe de 50.
Año 1: Límite BO = 30. Son deducibles GF por importe de 20 del período impositivo y,
adicionalmente, 10 del año 0. Quedan pendientes del año 0 para ejercicios futuros, GF por
importe de 40.
Año 2: Límite BO = 30. Son deducibles GF del período impositivo por importe de 30 y
quedan 10 para ejercicios futuros.
Total GF pendientes: 40 del año 0 y 10 del año 2.
Ejemplo 2:
La entidad B presenta los siguientes datos (cifras en millones de euros):
BO anual de cada período impositivo: 100
GF:
Año 0: 20.
Año 1: 10.
Año 2: 60.
Año 0: Límite BO = 30. Como los GF son 20, son deducibles en su totalidad y queda un
exceso de BO para ejercicios futuros de 10.
Año 1: Límite BO = 30. Como los GF son 10, son deducibles en su totalidad y queda un
exceso de BO para ejercicios futuros de 20.
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3. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
Año 2: Límite BO = 30. Como los GF son 60, son deducibles 30 (por la aplicación del
límite del período impositivo) y, adicionalmente, 30 que proceden de excesos de BO de períodos impositivos anteriores. En total, son deducibles los 60.
Ejemplo 3:
La entidad C presenta los siguientes datos:
BO anual de cada período impositivo: 2 millones de euros.
GF:
Año 0: 800.000.
Año 1: 1.100.000.
Año 2: 800.000.
Límite anual del 30 % BO = 600.000.
Año 0: Son deducibles GF por importe de 800.000 por ser menor de 1 millón.
Año 1: Son deducibles GF por importe de 1 millón y queda pendiente 100.000 para los
18 años siguientes.
Año 2: Son deducibles GF por importe de 800.000 y, adicionalmente, 100.000 del año
anterior. En total, se deducen 900.000.
La verdad es que este autor, hasta no ver la nota de la DGT, había resuelto en algunos
ejemplos la situación de forma distinta, y es que, a fuer de sincero, no entendí la totalidad de
lo dispuesto por el RDL, a mi juicio porque está mal redactado, y la única que podía comprenderlo era una DGT copartícipe del “engendro jurídico”.
En el año en que se produce la limitación a la deducibilidad del gasto financiero contabilizaremos así:
4740
DIFERENCIAS TEMPORARIAS
DEDUCIBLES
a IMPUESTO DIFERIDO
6301
Y en los ejercicios siguientes, en los que revierta la diferencia temporaria:
6301
IMPUESTO DIFERIDO
a DIFERENCIAS TEMPORARIAS
DEDUCIBLES
4740
Si la empresa considera poco probable que en los 18 años siguientes vaya a poder deducirse los gastos financieros que en un ejercicio la fiscalidad no le ha permitido deducirse no
debiera crear el activo en la cuenta 4740, pero en la práctica será raro que alguna no lo cree
porque 18 años son muchos años para practicar la deducción.
Los gastos financieros netos imputados a lo socios de las entidades que tributen con
arreglo a lo establecido en el artículo 48 del TRLIS –agrupaciones de interés económico– se
tendrán en cuenta por los socios a efectos de la aplicación del límite.
El “palo tributario” que algunas grandes empresas van a sufrir, por esta medida de limitación del gasto financiero (artículo 20.4 del TRLIS) y por la no deducibilidad de algunos
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
gastos financieros (art. 14.1.h del TRLIS) va a ser de órdago, algunas aún no creen lo que les
está pasando, pero es que Hacienda necesita muchos euros y rápido, que la crisis es enorme.
3.2. Entidades a las que no afecta la limitación
El texto primitivo dado al apartado 6 del artículo 20 del TRLIS por el RDL 12/2012 sobre
qué entidades quedaban afectadas por la limitación a la deducibilidad de los gastos financieros, no ha surtido efecto alguno, porque ha sido redactado de nuevo por el RDL 20/2012. La
limitación no afectaba a las entidades que no formasen parte de un grupo, en el sentido del
artículo 42 del C de C, lo que en la práctica dejaba reducida la limitación a pocos supuestos;
por ello, el Gobierno, a través del Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, extiende esta
limitación de los gastos financieros a todas las sociedades. La inseguridad jurídica que causa
el Gobierno de España con estos “bandazos tributarios” es notable y peligrosa.
Señala la actual redacción del apartado 6 del artículo 20 del TRLIS, que la limitación
prevista en dicho artículo no resultará de aplicación:
a) A las entidades de crédito y aseguradoras. No obstante, en el caso de entidades de crédito o aseguradoras que tributen en el régimen de consolidación fiscal conjuntamente con otras
entidades que no tengan esta consideración, el límite establecido en este artículo se calculará
teniendo en cuenta el beneficio operativo y los gastos financieros netos de estas últimas entidades.
A estos efectos, recibirán el tratamiento de las entidades de crédito aquellas entidades
cuyos derechos de voto correspondan, directa o indirectamente, íntegramente a aquellas,
y cuya única actividad consista en la emisión y colocación en el mercado de instrumentos
financieros para reforzar el capital regulatorio y la financiación de tales entidades.
b) En el período impositivo en que se produzca la extinción de la entidad, salvo que la
misma sea consecuencia de una operación de reestructuración acogida al régimen especial
establecido en el Capítulo VIII del Título VII de esta Ley, o bien se realice dentro de un grupo
fiscal y la entidad extinguida tenga gastos financieros pendientes de deducir en el momento
de su integración en el mismo.
3.3. Especialidad para las entidades que tributen por el régimen de consolidación fiscal
Tratándose de entidades que tributen en el régimen de consolidación fiscal, el límite previsto
en este artículo se referirá al grupo fiscal, dice el artículo 20 del TRLIS, en su redacción dada por
el Real Decreto-ley 12/2012. El hecho de que si se forma parte de un grupo fiscal consolidado,
éste sólo pueda deducirse 1 millón de euros, y en cambio para el grupo que no haya optado por
el régimen fiscal consolidado pueda deducirse gastos financieros netos de 1 millón de euros por
sociedad, hará que algunos grupos en consolidación fiscal opten por renunciar al régimen.
No obstante, los gastos financieros netos de una entidad pendientes de deducir en el
momento de su integración en el grupo fiscal se deducirán con el límite del 30 por 100 del
beneficio operativo de la propia entidad.
En el supuesto de que alguna o algunas de las entidades que integran el grupo fiscal dejaran de pertenecer a este o se produjera la extinción del mismo, y existieran gastos financieros
netos pendientes de deducir del grupo fiscal, estos tendrán el mismo tratamiento fiscal que
corresponde a las bases imponibles negativas del grupo fiscal pendientes de compensar, en
los términos establecidos en el artículo 81 del TRLIS.
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XVIII* Se debe comprobar al cierre del ejercicio
Por tratarse de un tema que afecta a las entidades vinculadas hemos preferido estudiar
esta materia en el capítulo XXIV dedicado a dichas entidades.
4. GASTOS FINANCIEROS NO DEDUCIBLES FISCALMENTE
El Real Decreto-ley 12/2012, de 30 de marzo, para los períodos impositivos iniciados a
partir del 1 de enero de 2012, incorpora al artículo 14.1 del TRLIS, una nueva letra, la h), por
la que no se consideran gastos deducibles los gastos financieros devengados en el período
impositivo, derivados de deudas con entidades pertenecientes a un grupo mercantil para la
adquisición a otras entidades del grupo de participaciones en el capital o fondos propios
de cualquier tipo de entidades, o para la realización de aportaciones en el capital o fondos
propios de otras empresas del grupo.
Hemos preferido estudiar esta materia en el apartado 4 del capítulo XIII, dedicado a
Gastos deducibles y no deducibles fiscalmente, para no disgregar la materia.
XVIII* Se debe comprobar al cierre del ejercicio
– Que no hemos incluido como mayor valor del inmovilizado los intereses girados por
las adquisiciones de elementos con pago aplazado.
– Que los recargos que nos han girado los proveedores por un aplazamiento de pago
concedido superior al habitual, no es mayor importe de la compra, sino que debe haber sido
contabilizado en el subgrupo 66. Gastos financieros.
– Que si estamos ejecutando una obra inmobiliaria para su venta o por encargo de terceros, no hemos deducido los gastos financieros le correspondan si no tenemos aún ingresos
de la misma, por el criterio de correlación de ingresos y gastos.
– Que hemos incluido los gastos financieros en el precio de adquisición del inmovilizado
que necesite un período de tiempo superior a un año para estar en condiciones de uso, únicamente por los que se hayan devengado antes de la puesta en funcionamiento del activo y nos
hayan sido girados por el proveedor o correspondan a préstamos u otro tipo de financiación
ajena destinada a financiar la adquisición y siempre que lo señalemos en la memoria de las
cuentas anuales.
– Que no hemos aumentado el valor de las existencias por los intereses generados por
los préstamos obtenidos para su adquisición, salvo que se trate de existencias cuyo plazo de
fabricación sea superior a un año.
– Que los préstamos que hayan hecho a la sociedad los socios o terceras personas han
devengado siempre un interés a valor normal de mercado, y que hemos contabilizado en
la cuenta 473. Hacienda Pública, retenciones y pagos a cuenta, la retención del 21 por
100 sobre los intereses (RDL 20/2011 para los ejercicios 2012 y 2013). Si no se ha hecho
retención por no haberse pactado intereses, o se ha efectuado por cuantía inferior a la
procedente, debe producirse el siguiente asiento contable para facilitar el ingreso a cuenta
que es preciso efectuar:
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DEUDORES VARIOS
a HP, ACREEDORA POR CONCEPTOS
FISCALES
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XVIII. Gastos financieros. Limitación a la deducibilidad de los gastos financieros
– Que los préstamos realizados entre personas o entidades vinculadas los hemos valorado y contabilizado por su valor normal de mercado, pudiendo la Administración valorar
el préstamo, aunque ello no determinará la tributación por el IS ni, en su caso, por el IRPF
de una renta superior a la efectivamente derivada de la operación para el conjunto de las
personas o entidades que la hubieran realizado.
– Que al satisfacer en 2012 los intereses de los préstamos que ha recibido nuestra compañía hemos retenido el 21 por 100.
– Que si nuestra sociedad ha prestado dinero a una persona física particular, al pagarnos los
intereses no hemos debido sufrir retención por no ser el prestatario una persona obligada a retener.
– Que si una persona física ha prestado dinero a nuestra compañía, al satisfacerle los intereses
debemos retenerle en 2012 un 21 por 100. Dichos intereses tienen para el prestamista el carácter
de “renta del ahorro” y tributan al tipo fijo del 21 por 100 hasta los 6.000 primeros euros de la
base liquidable del ahorro, al 25 por 100 de 6.000 hasta 24.000 euros, y al 27 por 100 de 24.000
euros en adelante, salvo que sea el prestamista una persona física vinculada, porque en este caso
los intereses percibidos debe integrarlos en la base imponible de la Escala general de gravamen
que puede llegar hasta el 52 por 100, pero solamente los correspondientes al exceso del importe
de los capitales propios cedidos a una entidad vinculada respecto del resultado de multiplicar
por tres los fondos propios, en la parte que corresponda a la participación del contribuyente (Ley
11/2009) o salvo que el prestatario vinculado sea una entidad bancaria.
– Que hemos contabilizado en la sociedad los gastos financieros devengados en el
ejercicio por los préstamos realizados por entidades bancarias y por la parte correspondiente
del año, aunque el pago se efectúe durante el ejercicio siguiente. Si no lo hemos hecho así,
procede ajuste contable para que tenga el carácter de gasto deducible fiscalmente, aunque
el TRLIS admite como gasto, el contabilizado en un período impositivo posterior al de su
imputación, siempre que de ello no se derive una tributación inferior.
– Que los gastos bancarios de descuento de papel comercial, originados en los últimos
días del año, se han llevado a la cuenta de gastos financieros, aunque el cargo lo efectúe el
Banco durante los primeros días del ejercicio siguiente.
– Que si al cierre del ejercicio por tener instrumentos financieros nos hemos visto obligados a valorarlos a valor razonable, y ello ha supuesto una pérdida, no la hemos contabilizado
en el subgrupo 67. Pérdidas procedentes de activos no corrientes, sino en la cuenta 663 Pérdidas por valoración de instrumentos financieros por su valor razonable (PGC) o Pérdidas por
valoración de activos y pasivos financieros por su valor razonable (PGC/PYMES).
– Que los descuentos sobre ventas por pronto pago, no los hemos contabilizado como
gastos financieros, sino como menor importe de la venta, bien disminuyendo su importe
directamente de la venta o a través de la cuenta 706. Descuentos sobre ventas por pronto
pago, por los no incluidos en la primera factura.
– Que ya no hemos aplicado la norma anti-subcapitalización respecto de los préstamos
por entidades no residentes a partir del 1 de enero de 2012, porque ha sido derogada por el
RDL 12/2012, de 30 de marzo.
– Que no nos hemos deducido fiscalmente en nuestra sociedad los gastos financieros
netos que superen el 30 por 100 del beneficio operativo del ejercicio aunque, en todo caso,
hemos podido deducirnos los que no superen un millón de euros.
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