sentencia del pasado 28 de abril

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Roj: STS 1882/2016 - ECLI:ES:TS:2016:1882
Id Cendoj: 28079130062016100128
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso
Sede: Madrid
Sección: 6
Nº de Recurso: 3645/2014
Nº de Resolución: 931/2016
Procedimiento: RECURSO CASACIÓN
Ponente: INES MARIA HUERTA GARICANO
Tipo de Resolución: Sentencia
SENTENCIA
En Madrid, a 28 de abril de 2016
Esta Sala ha visto el recurso de casación número 3645/2014, interpuesto por la sociedad deportiva "Tiro
de Pichón-Club de Campo La Almozara", representada por el Procurador D. Francisco Velasco MuñozCuéllar y con la asistencia letrada de D. Fernando J. Zamora Martínez , contra la Sentencia dictada -24
de septiembre de 2014- por la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Aragón, desestimatoria del Rº 452/11 deducido frente al acuerdo del Jurado Provincial
de Expropiación Forzosa de Zaragoza de 26 de abril de 2011, que fijó el justiprecio de tres porciones de
terreno de su finca catastral 439122 07, sita en el T.M. de Zaragoza, expropiadas para la ejecución del Plan de
Riveras, acometido con ocasión de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008. Han sido partes recurridas
la Administración General del Estado, representada por el Sr. Abogado del Estado y el Ayuntamiento de
Zaragoza, representado por la Procuradora Dña. Arantxa Novoa Mínguez.
Ha sido ponente la Excma. Sra. D.ª Ines Huerta Garicano
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO .- La Sentencia recurrida, con desestimación del recurso, confirma el acuerdo del Jurado
que justipreció en 2.348.467,85 € las tres porciones de terreno expropiadas (12.622,11 m2), con almacenes,
foso y plantaciones, incluido el 5% del premio de afección.
El Jurado valoró el suelo -conforme a la Ley 8/07, vigente en la fecha de iniciación del expediente
individualizado de justiprecio (octubre de 2007)- como suelo en situación de urbanizado (clasificado como
Sistema General Urbano de Espacios Libres-Zona Verde Pública 45.02 en el PGOU vigente, con la
modificación nº 24, aprobada en septiembre de 2006), aplicando una edificabilidad de 0,10 m2/m2 (art. 8.2.7.3
de las Normas Urbanísticas de dicho PGOU), de donde obtiene una superficie de 1.262,21 m2 edificables
para usos deportivos, a los que aplica un valor de repercusión por m2 de suelo destinado a equipamiento
deportivo de 187,91 €/m2, obteniendo un valor unitario del suelo de 18,79 €/m2 que, al ser inferior al ofrecido
por el Ayuntamiento (171,78 €/m2), en aplicación del principio de congruencia ( art. 34 LEF ) y de la doctrina
jurisprudencial con arreglo a la cual los jurados en su función tasadora está cuantitativamente limitados por las
cantidades recogidas en las hojas de aprecio del expropiado (límite superior) y la Administración expropiante
(límite inferior), acoge, como valor del suelo expropiado, la cantidad ofrecida por el Ayuntamiento, fijando el
justiprecio en los términos de su hoja de aprecio (frente al determinado por el Vocal Técnico de 111.831,80 €).
La Sentencia rechaza la pretensión actora de que se valore el suelo con arreglo a la Ley 6/98 en razón
de que los expedientes a los que se refiere la Transitoria Tercera.1 de la Ley 8/07, vigente en la fecha del
requerimiento a la propiedad a la presentación de su hoja de aprecio (octubre de 2007), son los expedientes
individualizados de justiprecio, sin que aprecie demora en la tramitación del procedimiento expropiatorio,
iniciado el 2 de mayo de 2007.
Igualmente, considera que no se han producido variaciones sustanciales en la edificabilidad aplicada
al suelo expropiado entre el PGOU de 1986 y su revisión de 2001, de forma que el valor del suelo reconocido
en la hoja del Ayuntamiento -171,78 €/m2- se ajusta plenamente al valor real de unos terrenos que no están
(ni pueden estarlo) destinados a uso residencial (como así los valora el perito de la propiedad y el designado
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judicialmente), dado el riesgo de inundaciones al estar la parcela A (la de mayor superficie) en la zona de
policía del río Ebro, concluyendo que no ha quedado desvirtuada la presunción de acierto del Jurado.
SEGUNDO .- Por la representación procesal de la propiedad se preparó recurso de casación contra la
precitada Sentencia ante la Sección Segunda de la Sala de Zaragoza, que lo tuvo por preparado en tiempo
y forma, emplazó a las partes para que comparecieran ante esta Sala del Tribunal Supremo, y, elevando las
actuaciones, tuvieron entrada en el Registro del Tribunal el día 3 de noviembre de 2014.
TERCERO .- Personado el recurrente, formalizó escrito de interposición fundado en el artículo 88.1 de
la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa :
a) Apartado c): " "Quebrantamiento de las formas esenciales del juicio por infracción de las normas
reguladoras de la sentencia o de las que rigen los actos y garantías procesales, siempre que, en este último
caso, se haya producido indefensión para la parte".
b) Apartado d): " Infracción de las normas del ordenamiento jurídico o de la jurisprudencia que fueran
aplicables para resolver las cuestiones objeto del debate"
Y articulado en seis motivos: Primero , ( art. 88.1.c)): incongruencia interna y omisiva de la sentencia;
Segundo, (como el resto de los motivos , art, 88.1.d.): infracción de la Transitoria Tercera de la ley 8/07 , art.
21.1 LEF , y 2.3 C.Civil y 9.3 CE ; Tercero, infracción del art. 23 de la Ley 8/07 ( art. 24.1 de la LS 2008) y 29 de
la Ley 6/08 ; Cuarto, infracción de los arts. 9.3 y 24 CE por incorrecto pronunciamiento en orden a la legislación
aplicable para la determinación del justiprecio; Quinto, infracción de las reglas de valoración conjunta de la
prueba contenidas en los arts. 319 , 335 y ss, 348, 386.1 y concordantes de la LEC , por irrazonable y arbitraria,
y la doctrina legal dictada en su aplicación, con afectación negativa del principio de seguridad jurídica y del
derecho a la tutela judicial efectiva; Sexto , infracción del principio de igualdad y de confianza legítima.
CUARTO .- Admitido a trámite, se emplazó a la partes recurridas, presentando escrito de oposición el
Ayuntamiento, mientras que el Sr. Abogado del Estado manifestaba que se abstenía de formular oposición
al recurso.
QUINTO .- Conclusas las actuaciones, se señaló, para deliberación, votación y fallo, la audiencia del
día 26 de abril de 2016, teniendo lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO .- Como antecedentes a tomar en consideración, por lo que a este recurso de casación
interesa, constan los siguientes: a) Por acuerdo del Gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza
de 7 de mayo de 2007, se incoó expediente expropiatorio respecto de las porciones de terreno de 11.799,07
m2 (finca A)); 501,85 m2 (finca B)); y, 321,19 m2 (finca C)) de superficie, procedentes de la finca catastral
439122 07, perteneciente a la hoy recurrente, destinadas a Sistema General Urbano de Espacios Libres y
ubicadas en el Barrio de la Almozara, afectadas por la ejecución del Proyecto del Plan de Riberas, Unidades
de Ejecución U-4 y 5, como consecuencia de la Modificación Aislada nº 24, aprobada el 15 de septiembre de
2006; b) Los terrenos fueron ocupados el 20 de junio de 2007; c) El 25 de octubre de 2007 fue requerida la
propiedad a la presentación de su hoja de aprecio, lo que se verificó en escrito presentado el 27 de noviembre
de 2007, adjuntando informe de tasación emitido por Arquitecto, con un justiprecio (incluido el 5% del premio
de afección) de 9.643.015,76 € . El suelo (urbano no consolidado) se valora en 9.122.125,12 €, aplicando la
Ley 6/98 (arts. 28 , 29 y 30 ). El valor de repercusión se calcula por el método residual estático, al que se
aplica el aprovechamiento medio (0,955 m2/m2), excluido el 10% de viales y dotaciones públicas, del Área de
Referencia nº 45 del PGOU que es el ámbito del polígono fiscal dentro del que se encuentra la finca, obteniendo
así un valor unitario del suelo de 722,71 €/m2; d) El Ayuntamiento formuló hoja de aprecio -por importe de
2.348.467,86 € , incluido premio de afección-, en la que el suelo (la parcela A, dentro de los 100 mts. de la zona
de policía del cauce del río, calificada, como las B y C, SGU zona verde pública 45.04) se valora con arreglo
a la Ley 6/98, refiriendo la valoración al 25 de octubre de 2007. El valor de repercusión del aprovechamiento
se obtiene de la ponencia de valores catastrales, actualizado al año 2007, con un valor unitario de 171,78 €/
m2, de donde resulta un valor del suelo de 2.168.226,06 €; e) El Ayuntamiento abonó a la propiedad -18 de
junio de 2009- el justiprecio fijado en su hoja de aprecio (2.348.467,86 €), en su condición de límite mínimo,
subordinado a la tasación del Jurado o a la que, en su caso, pueda determinarse jurisdiccionalmente (Acta de
Ocupación Definitiva y Pago de dicha fecha); f) El Jurado, en su acuerdo de 26 de abril de 2011, partiendo
de que la fecha a la que ha de referirse la valoración es la de iniciación del expediente individualizado de
justiprecio, valora el suelo (Sistema General Urbano de Espacios Libres-Zona Verde Pública 45.02) con arreglo
a la Ley 8/07. Conforme al art. 8.2.7 de las normas Urbanísticas del Plan General vigente (sobre posible
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edificabilidad en suelos pertenecientes a los sistemas general y local de espacios libres y zonas verdes) le
reconoce una edificabilidad de 0,10 m2/m2, de donde resulta una superficie edificable de 1.262,21 m2. Para
la determinación del valor de repercusión, parte de la valoración aportada por la propiedad para el suelo de
vivienda obtenido por el método residual estático que asciende a 772,71 €/m2, al que aplica el porcentaje del
26% (valor medio de la edificabilidad destinada a equipamientos y la destinada a viviendas y otros usos), de
donde obtiene un valor de repercusión por m2 de suelo destinado a equipamiento de 187,91 €/m2, que se
traduce en un valor unitario de 18,79 €/m2, que, multiplicado por los 12.622,11 m2 expropiados da un valor del
suelo de 237.169,44 €, notoriamente inferior al reconocido, por este mismo concepto, por el Ayuntamiento en
su hoja de aprecio (2.168.226,05 €), por lo que estando limitada su función tasadora por las hojas de aprecio
de la propiedad (límite máximo) y de la Administración expropiante (límite mínimo), fija en 2.168.226,05 € el
valor del suelo expropiado y en 2.348.467,86 €, el importe total del justiprecio.
SEGUNDO .- Entrando ya en el análisis de los motivos, en el PRIMERO se denuncian dos tipos de
incongruencia en las que, a juicio de la recurrente, incurre la sentencia: A) Incongruencia interna porque
a) confirma la valoración realizada por el Ayuntamiento para, sin embargo, rechazar la aplicación de la Ley
6/98, con arreglo a la cual se efectuó dicha valoración; b) declara la aplicabilidad de la Ley 8/07 en razón
de que el expediente de justiprecio se inicia bajo vigencia, interpretando que "los expedientes" a los que
alude su Transitoria Tecera.1 son los de justiprecio cuando, a juicio de la recurrente, la norma se refiere a los
expedientes expropiatorios; c) pese a reconocer la presunción "iuris tantum" de los acuerdos de los jurados
susceptible de ser enervada por informes periciales, la Sala de instancia niega validez a la valoración realizada
por la perito judicial, sin realizar ningún tipo de análisis de la prueba. B) Incongruencia omisiva porque a)
guarda silencio de los pormenorizados hitos temporales documentados en las actuaciones, que evidencian
que la Administración no se "apresuró" a tramitar el procedimiento expropiatorio; b) sin discutir la calificación
de la franja expropiada -Sistema General con destino a Zona Verde Púbica-, no aplica la normativa aplicable;
c) no da ni una sola razón que justifique su negativa a aplicar el precepto legal que regula la expropiación de
suelo urbano carente de edificabilidad, sin refutar las consideraciones técnicas del perito judicial justificativas
de los errores en los que incurría el Jurado en su valoración; d) no da ni una sola razón que justifique su
negativa a analizar el informe pericial de parte aportado por la recurrente.
A) Incongruencia Interna
Como reiteradamente ha declarado esta Sala -a título de ejemplo, sentencias de 10 de febrero de 2010
(casación 3505/05 ), 11 de octubre de 2010 (casación 815/06 ), 26 de febrero de 2013 (casación 1924/10 ), y,
22 de diciembre de 2015 (casación 1912/14 )-, el vicio de incongruencia interna de una sentencia se produce
por falta de coherencia o de correlación entre su "ratio decidendi" y lo resuelto en el fallo o parte dispositiva. En
toda sentencia, los fundamentos fácticos y jurídicos forman un todo con su parte dispositiva, justificando los
pronunciamientos del fallo, por lo que la incongruencia interna será apreciable cuando la fundamentación de la
sentencia sea tan contraria al fallo, que éste resulte inexplicable. O, como decíamos en nuestra sentencia de
11 de febrero de 2015 (casación 1930/12 ), en la que con cita en la de 4 de marzo de 2014 (casación 4064/11 ),
este tipo de incongruencia consiste <<en que la conclusión que se expresa en el fallo ha de sustentarse, de
modo armónico y en sintonía con los motivos y razones expuestas en los fundamentos, cuya falta comporta
una falta de coherencia interna en su contenido, incurriéndose en tal defecto cuando la parte dispositiva resulta
sorprendente, inexplicable, incompatible o contradictoria en relación con los fundamentos que le anteceden,
de forma que lo decidido en el fallo no es explicado en los fundamentos que le preceden>>
Nada de esto acontece en el caso de autos. La sentencia, cualquiera que sea la opinión que pueda
merecer a la parte recurrente, es un todo armónico, cuya fundamentación jurídica es el antecedente lógico
de lo resuelto en su parte dispositiva.
En primer lugar, en contra de lo que afirma la recurrente, la sentencia no ratifica la valoración del suelo
realizada por el Ayuntamiento en su hoja de aprecio, sino que lo que confirma es el acuerdo del Jurado resolución impugnada- que, para la valoración del suelo, aplicó (como procedía) la Ley 8/07, si bien, al resultar
un valor inferior al ofrecido por el Ayuntamiento -tope mínimo del justiprecio-, asumió la cuantía ofrecida por
la Administración expropiante.
En segundo lugar, la interpretación que -absolutamente ajustada a Derecho y a nuestra reiterada
jurisprudencia- de la Transitoria Tercera.1 de la Ley 8/07 realiza la sentencia, aún en el supuesto de que
hubiera sido incorrecta, nunca integraría un vicio de incongruencia interna, sino, en su caso, una infracción de
dicha norma, nunca denunciable por la vía del apartado c) del art. 88.1 , reservada a los vicios "in procedendo",
sino por el cauce de su apartado d) (vicios "in iudicando"), tal como ha sido reiterada por la recurrente en el
segundo motivo.
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En tercer lugar, el hecho de que la sentencia pueda omitir un análisis de las pruebas periciales
practicadas nunca integrará un vicio de incongruencia interna, sino, en su caso, una falta de motivación.
B) Incongruencia omisiva
La incongruencia omisiva, como, a título de ejemplo, decíamos en nuestra sentencia de 31 de octubre
de 2014 (casación 273/12 ) es la falta de respuesta a alguna de las pretensiones de las partes, sin que dicha
congruencia exija <<una contestación explícita y pormenorizada a todas y cada una de las alegaciones que
se aducen por las partes como fundamento de su pretensión, sino que es suficiente con que la sentencia se
pronuncie categóricamente sobre las pretensiones deducidas y cabe, por ello, una respuesta global o genérica,
en atención al supuesto preciso, sin atender a las alegaciones concretas no sustanciales>> ( sentencia de 19
de junio de 2012, casación 3934/10 ), y, ello porque, con arreglo a la distinción que venimos realizando (por
todas, sentencia de 24 de enero de 2012, casación 1052/09 ) entre "argumentos, cuestiones y pretensiones",
las pretensiones <<están constituidas por las decisiones que la parte pide, y tienen tras de sí: primero,
el motivo o motivos de impugnación (o de oposición) , que expresan el vicio o vicios o las infracciones
jurídicas que se imputan a la actuación administrativa impugnada (o el obstáculo que impide acogerlas), que
constituyen o pasan a ser las cuestiones planteadas; y, segundo, la argumentación jurídica , constituida
por las razones que a juicio de la parte determinan el vicio o lo contrario. Se trata de una distinción
relevante porque el deber de congruencia exige del juzgador que se pronuncie sobre las pretensiones
y que analice las cuestiones, pero en cambio no sucede lo mismo con los argumentos , que sólo
constituyen el discurrir lógico-jurídico de la parte y no imponen al juzgador el deber de responder a través de un
discurso propio necesariamente paralelo, bastando con que el suyo sea adecuado y suficiente para resolver
las cuestiones y decidir sobre las pretensiones. También el Tribunal Constitucional ha hecho una precisión
semejante, distinguiendo en su doctrina entre lo que son meras alegaciones formuladas por las partes en
defensa de sus pretensiones y las pretensiones en sí mismas consideradas, siendo sólo estas últimas las que
exigen una respuesta congruente, y no los alegatos, que no requieren una respuesta pormenorizada a todos
ellos (por todas, STC 51/2010, de 4 de octubre )>> , solo la falta de respuesta a un pretensión determinará
la incongruencia omisiva.
Partiendo de esta importante premisa, la pretensión de la parte actora -de plena jurisdicción- era la
anulación del acuerdo del Jurado y el reconocimiento de su derecho a percibir, como justiprecio, la cantidad de
9.643.015,76 € (en los términos establecidos en su hoja de aprecio), descontadas las cantidades ya recibidas,
con los intereses legales hasta su completo pago.
Los motivos en los que fundaba esa pretensión de anulación eran, básicamente, que la normativa
aplicable para la valoración del suelo expropiado era la Ley 6/98 y que, aun cuando hipotéticamente se
considerara que era la Ley del Suelo 8/07, como así entendió el Jurado, el cálculo del valor del suelo no se
había ajustado a lo dispuesto en su art. 23 sobre valoración del suelo en situación de urbanizado y ello porque,
estando el suelo expropiado calificado en el PGOU de Sistema General Urbano, Espacio Libre Público (o Zona
Verde Pública), no tenía asignada edificabilidad, por lo que, conforme a dicho precepto, debería atribuirse la
edificabilidad media del "ámbito espacial homogéneo" que es, a su juicio, el Área de Referencia en el PGOU
de Zaragoza, coincidente con lo que en la Ley 6/98 se denominaba el "polígono fiscal", en este caso, la nº 45 y
que fue la aplicada por el Perito de parte, sin que, en este extremo, existiera, según la parte actora, diferencia
entre el art. 29 de la citada Ley 6/98 y el art. 23.a) de la Ley 8/07 .
Sin embargo, el Vocal Técnico del Jurado incurrió en el notorio error de aplicar la edificabilidad
excepcional autorizable en zonas verdes públicas o espacios libres públicos por el PGOU (una vez se
haya obtenido el suelo), confundiendo también lo que era el valor unitario (resultado de aplicar al valor de
repercusión obtenido por el método residual estático, la edificabilidad asignada al área de Referencia 45,
dentro de la que se encuentran los suelos expropiados) en el informe del perito de parte, Sr. Samuel (722,71
€/m2), con el valor de repercusión obtenido por dicho método residual estático -que asume, por correcto, el
Jurado- lo que determina que dicha valoración carezca de soporte legal justificativo, amén de los esenciales
errores que padece, lo que determinaba su anulación.
Desde esta perspectiva, si bien la sentencia da respuesta a sus pretensiones, rechazándolas,
abordando correctamente la determinación de la normativa aplicable, sin embargo omite toda referencia sobre
lo que, a nuestro juicio, era uno de los ejes de la impugnación del acuerdo y es que, en la hipótesis de ser
aplicable la Ley 8/07, no se había determinado el valor del suelo en la forma legalmente establecida en su art.
23 , por lo que en este punto, la sentencia incurre en incongruencia omisiva, determinando la estimación del
motivo, sin que, por el contrario, integre vicio de incongruencia omisiva el hecho de que la sentencia guarde
silencio sobre los pormenorizados hitos temporales documentados en las actuaciones, porque, además de ser
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meros argumentos encaminados a justificar la norma con arreglo a la cual, a juicio de la recurrente, debería
haberse realizado la valoración, el expediente de expropiación empieza cuando se incoa, siendo irrelevante
ya, en orden a la valoración del suelo expropiado, esos acuerdos previos en la medida que hasta que se
ocuparon los terrenos, iniciado ya el expediente, la parte tuvo la disponibilidad material de los mismos y su
disponibilidad jurídica.
TERCERO .- En el SEGUNDO motivo, ya, como el resto, por vicios "in iudicando", se denuncia la
infracción de la Transitoria Tercera de la ley 8/07, art. 21.1 LEF , y 2.3 C.Civil y 9.3 CE, y, en el CUARTO,
infracción de los arts. 9.3 y 24 CE por incorrecto pronunciamiento en orden a la legislación aplicable para la
determinación del justiprecio, sosteniendo que dicha norma es la Ley 6/98.
La conexión evidente entre ambos que, en definitiva, vienen a ser reiteración uno del otro, obliga a su
examen conjunto.
Al efecto, hemos de recordar - sentencias de esta Sala y Sección de 24 de junio , 3 y 26 de diciembre
de 2012 (casaciones, respectivamente, 5437/10 , 1796/11 y 4037/12 ), 30 de junio , 14 de julio , 17 de
noviembre , 5 y 9 de diciembre de 2014 (casaciones 4372/11 , 4961/11 , 1033/13 , 1343 y 1952/12 ), 2 de
febrero , 2 de marzo , 26 de junio y 22 de septiembre de 2015 (casaciones 3460/12 , 1732 y 2243/13 )- que
constituye jurisprudencia uniforme y consolidada que la expresión "todos los expedientes" , contenida en las
Disposiciones Transitorias Terceras de la Ley 8/2007 y del Real Decreto Legislativo 2/2008 de 20 de junio,
se está refiriendo al expediente de justiprecio, ya que el contenido de la norma de cuya aplicación se trata valorativa y no procedimental- se infiere claramente que está destinada a ser aplicada para valorar los bienes y
derechos expropiados en el momento en el que ésta se produce, esto es, cuando se inicia la fase de justiprecio,
y no para regular las garantías procesales en su tramitación, y esta misma conclusión se obtiene acudiendo
a una interpretación sistemática de la Ley en la que dicha norma se inserta.
La Disposición Transitoria se incluye en la Ley del Suelo que tan solo se ocupa de las valoraciones,
esto es de las reglas aplicables en los expedientes de justiprecio (no en los expedientes expropiatorios), y el
único expediente que contempla la Ley es el expediente de justiprecio ( artículos 20.1.b ) y 20.2.b) de la Ley
del Suelo de 2007 (en la actualidad los artículos 21.1.b) y 21.2.b) del TRLS).
Por tanto, habiéndose iniciado el expediente individualizado de justiprecio el 25 de octubre de 2007,
fecha en la que se notificó a la recurrente el requerimiento para la presentación de su hoja de aprecio, en
la que estaba ya vigente la expresada Ley 8/07 (desde el 1 de julio), conforme a su Transitoria Tercera.1, la
valoración debería realizarse conforme a los criterios en ella establecidos, tal como correctamente entendió
la Sala de instancia.
Estos dos motivos han de ser desestimados.
CUARTO .conjuntamente.
Los motivos TERCERO y QUINTO, serán también, por su conexión, examinados
En el TERCERO se plantea la infracción del art. 9.3 CE , 23 de la Ley 8/07 y 29 de la Ley 6/98 en
la medida la sentencia, sin detenerse a examinar el contenido del precepto aplicable para la valoración del
suelo (23 en el escenario de la Ley 8/07, o 29 en el caso de la Ley 6/98), confirma el acuerdo del Jurado
en el que se realiza la tasación prescindiendo de los criterios legales cuando, como aquí acaece -y nadie
cuestiona- las porciones de terreno expropiadas estaban calificadas de Sistema General Urbano de Espacios
Libres-Zona Verde Pública, que no tienen asignada edificabilidad en el planeamiento, y, el QUINTO, denuncia
la infracción de las reglas de valoración conjunta de la prueba contenidas en los arts. 319 , 335 y ss, 348,
386.1 y concordantes de la LEC , por irrazonable y arbitraria, y la doctrina legal dictada en su aplicación, con
vulneración del principio de seguridad jurídica y del derecho a la tutela judicial efectiva.
En definitiva, en ambos lo que se plantea es la arbitraria valoración de la prueba al no efectuar una
valoración crítica de las pruebas periciales practicadas (del arquitecto Sr. Samuel , perito de la parte y la
pericial judicial de la arquitecta Sra. Lourdes ), de las que se infiere claramente los notorios errores técnicos
en los que había incurrido el Jurado al tasar el suelo, sin aplicar, además, los criterios legalmente exigidos, y
que fueron específicamente puestos de manifiesto como uno de los motivos impugnatorios de los que derivaba
la pretensión de la recurrente de anulación del acuerdo.
Partiendo de que la Ley aplicable es la 8/07 y que el suelo expropiado se encuentra en situación de
urbanizado, sin edificación -realidad fáctica que no se cuestiona-, es claro que la valoración ha de ajustarse a
lo dispuesto en el art. 23 de dicha norma que, bajo la rúbrica de <<Valoración del suelo urbanizado>> , dispone
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textualmente: <<1. Para la valoración del suelo urbanizado que no está edificado, o en que la edificación
existente o en curso de ejecución es ilegal o se encuentra en situación de ruina física:
a) Se considerarán como uso y edificabilidad de referencia los atribuidos a la parcela por la ordenación
urbanística, incluido en su caso el de vivienda sujeta a algún régimen de protección que permita tasar su
precio máximo en venta o alquiler.
Si los terrenos no tienen asignada edificabilidad o uso privado por la ordenación urbanística, se
les atribuirá la edificabilidad media y el uso mayoritario en el ámbito espacial homogéneo en que por
usos y tipologías la ordenación urbanística los haya incluido .
b) Se aplicará a dicha edificabilidad el valor de repercusión del suelo según el uso correspondiente,
determinado por el método residual estático.
c) De la cantidad resultante de la letra anterior se descontará, en su caso, el valor de los deberes y
cargas pendientes para poder realizar la edificabilidad prevista>>
Aunque en la nueva Ley la clasificación y calificación urbanística del suelo queda totalmente
desvinculada de su valoración, atendiendo tan solo a su situación fáctica, es cierto que, en este caso, la
calificación del suelo como Sistema General Urbano de Espacios Libres-Zona Verde Pública, sin edificabilidad
o que la edificabilidad está destinada a usos no lucrativos, tiene relevancia a efectos de la determinación
del aprovechamiento lucrativo o edificabilidad susceptible de apropiación, pues ésta no puede ser otra que
<< la edificabilidad media y el uso mayoritario en el ámbito espacial homogéneo en que por usos y
tipologías la ordenación urbanística los haya incluido>>, lo que en la ya derogada Ley 6/98 era <<la
media ponderada de los aprovechamientos, referidos al uso predominante, del polígono fiscal en que, a efectos
catastrales esté incluido....>> (art. 29), excluidos viales y dotaciones públicas (en cuanto insusceptibles de
apropiación privada).
El art. 23.1 obliga, pues, a aplicar la edificabilidad de lo que la vieja jurisprudencia llamaba del "entorno
adecuado y representativo", es decir, la edificabilidad o aprovechamiento patrimonializable o lucrativo de las
fincas más representativas de dicho entorno, que será más o menos amplio, en función de la dificultad para
determinar cuál sea lo más representativo.
Es claro que el Vocal Técnico del Jurado no procedió de esa forma, lo que invalida la edificabilidad
aplicada, y, con ella, el cálculo del valor del suelo.
A ello hay que añadir el relevante error en el que incurrió al identificar el valor de repercusión obtenido
por el Perito de la parte por el método residual estático con el valor unitario del suelo, que es el resultado de
aplicar al valor de repercusión, el aprovechamiento o edificabilidad lucrativa.
Todo ello nos lleva a estimar ambos motivos, pues si bien la valoración de la prueba compete en
exclusiva, en razón del principio de inmediación, a los órganos de instancia, sin que la valoración errónea
constituya motivo casacional, esta regla general queda excepcionada cuando los Tribunales realizan una
valoración arbitraria, ilógica o que conduce a resultados inverosímiles, pudiendo hacerse valer en casación
por la vía de la vulneración del artículo 24 de la Constitución .
En este caso, la sentencia omite toda valoración de las periciales practicadas, sin efectuar un examen
crítico del acuerdo del Jurado sobre la base de tales periciales, y, no existe mayor arbitrariedad, generadora
de indefensión, que prescindir del examen y valoración de las pruebas admitidas y practicadas. Y, las pruebas
practicadas, por lo expuesto, tenían virtualidad bastante para enervar la presunción de acierto de la decisión del
Jurado impugnada, por lo que la sentencia, al confirmar el acuerdo, además de incurrir en arbitraria valoración
de la prueba, infringe el art. 23.1 de la Ley 8/07 .
Procede, en consecuencia, estimar, como ha quedado anticipado, los motivos Tercero y Quinto.
QUINTO .- Resta por abordar el SEXTO, y último motivo, por infracción del principio de igualdad ante la
ley y de confianza legítima en referencia, en el primer caso, a que la sentencia no ha tomado en consideración
otras valoraciones de terrenos y, respecto del segundo, porque omite igualmente toda referencia al Acuerdo de
intenciones suscrito entre el Ayuntamiento y la recurrente en 2005 que, dice, permitió la ocupación anticipada
de los terrenos en la pretendida intención de fijar el justiprecio de mutuo acuerdo.
El motivo no puede tener favorable acogida.
Para que una actuación administrativa vulnere dicho principio es preciso que ante dos supuestos
idénticos (no meramente análogos), aplique la norma de forma diversa, siendo imprescindible que quien lo
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invoque ofrezca un término concreto de comparación - idéntico y dentro de la legalidad- del que infiere ese
trato discriminatorio que denuncia. Nada acaece en este caso, en el que con la invocación formal del principio,
efectúa alegaciones genéricas en relación con otros supuestos (que no identifica), por lo que falta el primer
presupuesto -carga procesal que incumbe a quien invoca la infracción de este principio- para su análisis, por
lo que mal podrá haberlo infringido la Sala de instancia.
Y, otro tanto cabe decir de esa pretendida quiebra del principio de confianza legítima, en la que nunca ha
podido incurrir la sentencia, entre otras muchas razones, que se infieren de lo más arriba dicho en relación a las
actuaciones previas la iniciación del expediente expropiatorio, es que, tal como consta en el Acta de Ocupación
Definitiva y Pago de 18 de junio de 2009, suscrita por la recurrente, <<la fecha efectiva de ocupación real de
los terrenos fue el día 20 de junio de 2007......>>, luego falta el presupuesto al que pretendía enlazar la quiebra
del principio que, en todo caso, carecería siempre de relevancia en orden a la determinación del justiprecio.
SEXTO .- La estimación de los motivos PRIMERO, TERCERO y QUINTO, lleva a declarar haber lugar
al recurso de casación, casando la Sentencia de instancia, y, de conformidad con el artículo 95.2.d) de la Ley
Jurisdiccional , ha de ser esta Sala de casación quien resuelva lo que corresponda dentro de los términos en
que apareciera planteado el debate.
Tomando como base, en orden a la valoración del suelo expropiado, la tasación efectuada por la Perito
judicial Doña. Lourdes que, correctamente aplica el art. 23 de la Ley 8/07 (24 del Texto Refundido de
2008), sin que haya sido cuestionado de contrario, en el que al suelo expropiado se aplica la edificabilidad
media o aprovechamiento lucrativo (deducido el 10% de cesiones obligatorias) del Área de Referencia 45,
en la que se ubica (0,955 m2/m2), obteniendo el valor de repercusión por el método residual estático, en los
términos del perito de la recurrente, Don. Samuel (asumido por el Jurado), con un valor unitario del suelo
de 722,71 €/m2, y un valor total del terreno expropiado (12.622,11 m2) de 9.122.125,12 €, al que habrá que
adicionar la valoración de los almacenes, fosos y plantaciones, por importe de 68.410 €, tal como fue fijada
por el Jurado y que no ha sido cuestionada, lo que determinaría un justiprecio (incluido el 5% del premio
de afección) superior al límite cuantitativo máximo representado - art. 34 LEF - por el fijado por la actora en
su hoja de aprecio y superior, obviamente también, a la pretensión deducida en el suplico de la demanda,
procediendo, en consecuencia y con estimación del recurso contencioso-administrativo, anular el acuerdo del
Jurado impugnado y fijar el justiprecio en9.643.015,76 € (del que se descontará la cantidad ya abonada:
2.348.467,86 €), con los intereses legales.
SÉPTIMO .- Costas: La estimación de este recurso de casación y la estimación parcial del recurso de
instancia comporta, art. 139.1.2 LJCA , que no proceda efectuar pronunciamiento alguno al efecto.
Por todo lo expuesto, en nombre del Rey, por la autoridad que le confiere la Constitución, esta Sala
ha decidido
FALLO
PRIMERO .- HA LUGAR al recurso de casación número 3645/2014, interpuesto por la sociedad
deportiva "Tiro de Pichón-Club de Campo La Almozara", representada por el Procurador D. Francisco Velasco
Muñoz-Cuéllar y con la asistencia letrada de D. Fernando J. Zamora Martínez, contra la Sentencia dictada
-24 de septiembre de 2014- por la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Aragón, desestimatoria del Rº 452/11 . Sin costas. SEGUNDO .- SE CASA la precitada
Sentencia. TERCERO .- ESTIMAMOS el Rº 452/11 de la referida Sección Segunda de la Sala de Zaragoza ,
deducido frente al acuerdo del Jurado Provincial de Expropiación Forzosa de Zaragoza de 26 de abril de 2011,
que ANULAMOS, fijamos el justiprecio (incluido el 5% del premio de afección) en 9.643.015,76 € (del que
se descontará la cantidad ya abonada de 2.348.467,86 €), con los intereses legales. Sin costas.
Notifíquese esta resolución a las partes e insértese en la coleccion legislativa.
Así se acuerda y firma.
D. Octavio Juan Herrero Pina Dª. Margarita Robles Fernandez D. Juan Carlos Trillo Alonso D.
Wenceslao Francisco Olea Godoy Dª. Ines Huerta Garicano PUBLICACIÓN.- Leída y publicada ha sido
la anterior sentencia por la Excma. Sra. Magistrada Ponente Dña. Ines Huerta Garicano, estando la Sala
celebrando audiencia pública en el mismo día de su fecha, de lo que, como Letrada de la Administración de
Justicia, certifico.
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