SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San

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260-CAS-2004
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
diez horas y treinta minutos del día quince de julio del año dos mil cinco.
Los medios impugnativos de casación que se conocerán en esta sentencia, y por los motivos
admitidos, en su orden son los interpuestos por los abogados Defensores Particulares
Adolfo Gerardo Muñoz Cisneros, René Alirio Ayala, Carlos Vásquez Rodríguez, y Rubén
Darío Velásquez Arias, por estar inconformes con la sentencia definitiva condenatoria,
pronunciada por el Tribunal de Sentencia del Departamento de La Unión, a las catorce
horas del día nueve de junio del año dos mil cuatro,contra los imputados 1.- CRISTÓBAL
SALMERON CANALES, 2- ARQUIMIDES SOSA PERLA, 3- LUÍS ALONSO
REYES GUEVARA, 4- MELVIN ALEXANDER BERRIOS UMANZOR, 5- VÍCTOR
MANUEL VELÁSQUEZ Y 6- JORGE GÓMEZ HERNÁNDEZ, todos por el delito de
HOMICIDIO AGRAVADO, en perjuicio de la vida del señor Francisco Hermes Ventura
Cruz, tipificado y sancionado en los Arts. 128 y 129 Nº 3 C. Pn.; y los tres primeros
encartados nominados también por el delito de TENENCIA, PORTACIÓN O
CONDUCCIÓN ILEGAL DE ARMAS DE FUEGO, previsto en el Art.346-B C. Pn.
Habiéndose admitido, los anteriores libelos recursivos este Tribunal de alzada procede a
dictar sentencia en los siguientes términos:
I.- FALLO DEL TRIBUNAL DE SENTENCIA.
El tribunal que conoció del presente juicio emitió sentencia definitiva condenatoria en su
fallo, el cual se transcribe en forma concisa de la siguiente manera: "…Por tanto: De
conformidad a los Arts. 1,11,12,14,65,74 Nº 1 en relación al 72,75, Nº 2 y 181 de la
Constitución de la República; Arts.1,2,3,4,5,37,46,47,58,62,63,65,116,128,129,Nº 3 del
Código Penal; Arts.1,2,3,4,19,53,162,del 324 al 353,356,357,358,359,361 del Código
Procesal Penal; POR UNANIMIDAD DE VOTOS Y EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA
DE EL SALVADOR, ESTE TRIBUNAL FALLA:
I) Se declara a los imputados CRISTOBAL SALMERON CANALES, ARQUIMIDES
SOSA PERLA, LUIS ALONSO REYES GUEVARA, MELVIN ALEXANDER BERRIOS
UMANZOR, VICTOR MANUEL VELASQUEZ y JORGE GOMEZ HERNANDEZ, de
generales ya expresadas; CULPABLES EN GRADO DE COAUTORES, POR EL
DELITO DE HOMICIDIO AGRAVADO, tipificado y sancionado en el Art.128
relacionado con el Art.129 Nº3 del Código Penal, en perjuicio de FRANCISCO HERMES
VENTURA CRUZ, de generales conocidas en el proceso.
En tal concepto se le condena a la pena de TREINTA AÑOS DE PRISIÓN.
Así mismo también se declara a los imputados ARQUIMIDES SOSA PERLA, LUIS
ALONSO REYES GUEVARA y CRISTOBAL SALMERON CANALES, culpables como
autores directos. Por el delito de TENENCIA, PORTACIÓN o CONDUCCIÓN ILEGAL
DE ARMAS DE FUEGO, previsto y sancionado en el Art. trescientos cuarenta y seis -B
del Código Penal, en perjuicio de la PAZ PÚBLICA.
En tal concepto deberán cumplir la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN, que sumados a la
pena anterior hacen un total de TREINTA Y TRES AÑOS DE PRISIÓN…".
II.- MEDIOS IMPUGNATIVOS ADMITIDOS.
Este tribunal de casación al estudiar los memoriales recursivos admitió los sendos libelos
por los motivos que a continuación se describen en forma sintética:
a) Para efectos de esta sentencia se entiende como el primero, el interpuesto por los
profesionales del Derecho, Adolfo Gerardo Muñoz Cisneros, Carlos Alberto Vázquez
Rodríguez y René Alirio Ayala, quienes alegan cuatro motivos de forma, el primero de
ellos, falta de fundamentación de la sentencia por no ser clara, expresando en forma prolija
y dispersa con frases de doctrinarios que la sentencia recurrida ha inobservado los Arts.130
Inc.1 y 362 Nº 4 C.P.P., aduciendo que la resolución no es clara porque el tribunal a quo ha
sustentado en primer momento que las declaraciones rendidas no aportan mayores datos de
participación de los acusados, posteriormente aducen que dos de esas declaraciones
solamente aportan indicios, estableciendo que son argumentos no demostrativos en los
cuales la exactitud de las premisas no prueba una verdad concluyente. Luego critican sobre
ese mismo punto que el tribunal sentenciador afirmó que los mismos indicios constituyen
una razón idónea para aceptarla; y finalmente con esas circunstancias considera que son
suficientes para tener por probada la participación delincuencial de los acusados y además
ser el fundamento de la premeditación en cuanto a que todos realizaron en forma conjunta
actos preparatorios para lograr un fin común y además establece " la causa" o "el motivo
del homicidio", demostrando con esos argumentos la falta de claridad de la sentencia o la
ambivalencia de la misma.
En el segundo motivo alegan falta de motivación de la sentencia por no ser legítima, por
haber inobservado los Arts.130 Inc.1, 362 Nos.3 y 4 C.P.P., explicando que el testigo Tito
Abisai Ventura Velásquez declaró en el juicio sin ser debidamente identificado, según lo
dispone el Art.191 Inc.II C.P.P., argumentando que se está en presencia de lo que en
doctrina se llama "Pruebas irregulares o defectuosas", expresan los impugnantes que son
aquellas pruebas en las que se ha infringido la legalidad ordinaria o que se han practicado
sin las formalidades legales; así mismo discuten que en el delito de Tenencia, Portación o
Conducción Ilegal de Armas de Fuego, la prueba producida, consistente en el registro y
allanamiento, donde se detalla el hallazgo de una arma de fuego, calibre 22mm,
supuestamente encontrada en la casa de habitación del procesado Cristóbal Salmerón
Canales, arguyen que la orden de registro y allanamiento emitida identificaba un lugar
distinto al allanado, vulnerando de esa forma garantías fundamentales, por haber efectuado
un registro en un lugar distinto donde autorizó el órgano jurisdiccional, por ende la
diligencia se vuelve defectuosa y no se puede alegar, dicen los inconformes, que el ahora
imputado consintió al permitir el acceso al interior de la morada, por ende sin oponer
resistencia, en consecuencia a juicio de los impetrantes se ha vulnerado el Art.20 Cn., por
ende la prueba documental y pericial no pueden ser admitidas como tales, por cuanto su
forma de obtención es defectuosa, tampoco debió aceptarse todo elemento de prueba que
provino de ese acto en el cual vulneraron derechos y garantías fundamentales; de ahí que se
vuelve ilegítima la sentencia.
Como tercer motivo continúan alegando falta de motivación de la sentencia por ser
incompleta inobservando el Art.362 Nº4 y 130 Inc.2 C.P.P., argumentando en este motivo
los recurrentes que el tribunal sentenciador en lo que respecta al análisis probatorio
realizado sobre la base de cinco declaraciones examinadas, restan valor a tres de ellas, e
inician por hacer imputaciones a Cristóbal Salmerón Canales, conductas no acreditadas, sin
embargo "no establece un nexo racional entre las afirmaciones y los elementos de prueba
utilizados"; esta afirmación según los inconformes aparece en dos ocasiones en su
memorial impugnaticio; expresando que los jueces de sentencia no aportaron razones
justificativas con un juicio lógico o como un conjunto armónico de razonamiento; así
mismo los impetrantes sobre este mismo motivo plantearon que los jueces a quibus no han
expresado las razones del por qué consideraron la coautoría, es decir que no manifestaron
en la sentencia con meridiana claridad que el tribunal haya ejercido la subsunción de los
hechos a la norma jurídica, es decir que no estableció la coautoría del señor Cristóbal
Salmerón Canales, tampoco se dijeron las razones de cómo se probó el acuerdo previo entre
los imputados. Siguen argumentando los memorialistas que los jueces del juicio no
realizaron en su conjunto el análisis del codominio del hecho entre los coautores, así como
el aporte objetivo de cada uno de los procesados en la comisión del hecho delictivo.
En el cuarto motivo critican e impugnan la sentencia por ser ilógica, puesto que la
valoración del tribunal de sentencia falta a la razón suficiente, en tanto que se extrae una
conclusión que es incongruente y contradictoria, ya que si se ha expresado amenazas y
malquerencias para con el ahora occiso, será responsable del homicidio agravado, contra
ese; el tribunal partió de problemas previos entre imputados y víctimas, se incurre en la
falacia, ya que no pueden aducirse razonamientos absolutos que se basen en
interpretaciones que no son razonables, es decir alegan los recurrentes que los elementos de
prueba que se desarrollaron en el juicio como elementos de convicción bajo la forma de
prueba indiciaria, y es que básicamente el tribunal sentenciador parte de supuestas
amenazas para concluir que las mismas constituyen indicios de responsabilidad, a lo sumo
dicen los inconformes esas pueden ser meras sospechas o quizás datos equívocos de lo que
sólo se desprenden apariencias.
b) En relación al segundo de los recursos admitidos y conforme a los motivos, se describen
concisamente para los efectos de esta sentencia así:
El primer motivo acogido se refiere a la falta de fundamentación de la sentencia
considerando que se ha vulnerado el Art.362 Nos.4 y 5 C.P.P., por ser insuficiente, pues
alega el impetrante que la sentencia no es clara; en el segundo motivo se refiere a la
inobservancia de las reglas de la sana crítica, por considerar que la sentencia es
contradictoria e insuficiente en su logicidad al tener por acreditados hechos que
naturalmente son contradictorios inobservando los Arts.356 Inc.1 y 362 Nº4, parte final,162
Incs.3 y 4 CPP. En el tercer motivo aceptado por este Tribunal, el impugnante expresa que
el testigo Tito Abisai Ventura Velásquez no fue identificado con su respectivo documento
de identidad, es decir por medio de su carné de minoridad, sin embargo declaró en el juicio,
y por integración del derecho debió aplicarse el Art.32 Nº 5 de la Ley del Notariado,
aduciendo en este aspecto al igual que sus colegas inconformes con la sentencia recurrida
que se encuentra en presencia de pruebas irregulares o defectuosas; en los mismos términos
se refieren al delito de Tenencia, Portación o Conducción Ilegal de Armas de Fuego al
incautar las armas se realizó un procedimiento no adecuado, pues se debieron remitir al
juzgado competente, para que instruyera un proceso diferente, puesto que se estaba
investigando un delito distinto…".
III.- ARGUMENTOS DE LA CONTRAPARTE.
Ante los recursos planteados se emplazó a la Representación Fiscal, y emitió opinión, que
para los fines de esta sentencia se reinsertan en forma sintética, de la siguiente manera:
a) Que la sentencia condenatoria es lo suficientemente clara, para entender las razones que
el a quo expresara para condenar a los acusados incluído el señor Cristóbal Salmerón
Canales, puesto que se abordaron puntos que se acreditaron como que los condenados
tenían una enemistad capital con la víctima, por la dirección de la Cooperativa Hacienda El
Retiro; que horas previas al hecho los condenados se reunieron, que los imputados conocían
la rutina de la víctima, pues los emboscaron cuando iban para el culto religioso y que
también éstos mataron al señor Ventura Cruz a tres horas del inicio de la vista pública por
el caso que originó la enemistad capital; estos indicios unidos con la declaración del
Testigo Tito Abisai Ventura Velásquez, quien según la ponderación de los jueces de
sentencia, reunió tres cualidades importantes de naturalidad, precisión y robustez, las cuales
motivaron sin ninguna duda para establecer la participación del condenado Cristóbal
Salmerón Canales en el ilícito.
Los aspectos de la motivación de la sentencia, hacen que la misma sea clara para enlazar
estos dos puntos de valoración y ordinariamente conectarlos en el iter de la resolución,
cumpliendo con las exigencias de los Arts.130 y 162 C.P.P..
b) Dice la representación fiscal que la sentencia es legítima, que el testigo Tito Abisai
Ventura Velásquez, ha sido identificado por la representación de la madre, lo cual está
demostrado con la certificación de la partida de nacimiento del menor, en relación con el
registro y allanamiento cuestionado no se ha quebrantado ningún derecho fundamental,
puesto que se llevó a cabo en la casa de habitación del condenado Cristóbal Salmerón
Canales, por lo que la nulidad invocada es improcedente.
c) El recurso así como está planteado más pareciera que es una apelación y pretenden que el
tribunal de casación realice una nueva apreciación de los hechos vertidos por el testigo Tito
Abisai Ventura.
d) Que los recurrentes al desarrollar el punto que la sentencia es ilógica, dirigen su atención
a la valoración de los testigos Blanca Edis Velásquez, Luis Alonso Rubio Reyes, Atanasio
Díaz Ramos, Elenilson Aman Gómez Lozano y María Petronila Benítez, denunciando que
son testigos que sólo demostraron que entre víctima y condenados existían diferencias,
amenazas y malquerencias, y que se falta al principio de razón suficiente, que por esas
premisas el condenado participó en el hecho, los inconformes, dicen los agentes fiscales,
pretenden centrar nuevamente, solamente en una parte del texto de la sentencia, extrayendo
de su análisis lo que les conviene, sin embargo, existen en la resolución impugnada otras
razones sobre el testigo ocular Tito Abisai Ventura Velásquez, quien observó en la escena
del delito al condenado Cristóbal Salmerón Canales.
Concluyendo la representación fiscal que deben declararse inadmisibles los recursos
presentados, por no estar sustentados los motivos en el derecho, sino en aspectos de mero
hecho.
IV.- CONSIDERACIONES DE ESTE TRIBUNAL.
Observa esta Sala que los impetrantes alegan y se muestran inconformes sobre la
fundamentación de la sentencia y sus falencias, como la claridad, la ilegítimidad, su
ausencia de completitud, la ilogicidad de la misma y por ser contradictoria, alegaciones que
son comunes en los libelos recursivos, por ende este Tribunal los tratará en forma conjunta
y les dará respuesta de esa forma por tener el mismo hilo conductor; sobre las demás
razones del segundo memorial recursivo que plantea que determinada prueba es defectuosa
o irregular, de igual forma lo argumentan los primeros profesionales, sus razones giran
sobre la fundamentación de la sentencia, no obstante de igual manera se les brindará las
explicaciones.
En reiterada jurisprudencia pronunciada por este Tribunal, se han sostenido argumentos
sobre la seguridad jurídica que otorga a la sociedad y especialmente a las personas que
están sometidas a un pronunciamiento judicial sobre la fundamentación de una sentencia y
ésta debe poseer una estructura adecuada.
La sentencia penal no escapa a esa organización donde se deben fijar con claridad y
precisión ciertos elementos, entiende este Tribunal que son tres:
a) Una relación de los hechos históricos, es decir una exactitud clara, concreta y
circunstanciadamente la especie que estime acreditada sobre la cual se emite el juicio, que
es lo que se conoce por algunos autores como fundamentación fáctica.
b) Un sustento probatorio y es donde se analizan los elementos de juicio
con que se cuentan, lo que se denomina fundamentación probatoria, donde
se fijan los siguientes razonamientos:
1) La fundamentación probatoria descriptiva la que obliga al juez a señalar en la sentencia
uno a uno, los medios probatorios conocidos en el debate. No necesariamente expresar una
relación detallada de todos los medios probatorios.
2) La fundamentación probatoria intelectiva donde el juzgador valora propiamente los
medios de prueba. Aquí no sólo se trata de apreciar cada elemento probatorio en su
individualidad, sino extrapolar o contraponer y vincular esa apreciación en el conjunto de la
masa probatoria. Este es el estadio de la sentencia donde se encuentran inducciones del juez
sentenciador, y quedan expresados los criterios de valoración que se han utilizado al definir
las pruebas que se acogen y las que rechazan, y con qué elementos de juicio se quedan los
juzgadores para tomar determinada decisión.
c) En la fundamentación jurídica se presentan las deducciones de los jueces, teniendo como
base la descripción circunstanciada de los hechos que el tribunal tuvo por establecidos, con
el anterior proceso inductivo, enunciando el núcleo fáctico y después de analizar las
distintas posibilidades argumentativas debatidas por las partes y luego expresando por qué
considera que los hechos deben ser subsumidos en tal o cuál norma sustantiva. La
exposición del derecho aplicable no se satisface con la mera enunciación del tipo penal en
juego, o de su nomen iuris, será deseable que se citen e interpreten los preceptos
consultados o aplicados, permitiendo conocer cuáles han sido los textos legales utilizados
por el Tribunal, aunque no se le exigiría una lista prolija de todas las normas cuya
aplicación se discutió.
Así mismo sostiene este Tribunal que la fijación de los hechos que se conocieron en el
debate tiene que ser el resultado de la utilización de un método y razonamiento racional
fiscalizable externamente a través de la motivación fáctica y por ende debe entenderse que
si en la fundamentación de las resoluciones los jueces a quibus son libres y soberanos en
estructurar la sentencia con los elementos que se han enumerado, también para reiterar en
argumentos de anteriores resoluciones, tienen libertad de apreciación de las pruebas en que
van a sustentar sus razones, pero la misma es controlada y controlable.
De suerte que cuando se aprecia la prueba, ésta es producto de dos juicios conexos, donde
primero dentro de la actividad judicial se interpreta cada uno de los medios de prueba que
han sido practicados en la vista pública, a fin de encontrar su genuino significado y el otro
esfuerzo judicial se concentra en la valoración de el resultado probatorio que previamente
ha sido interpretado con el objeto de entender cada una de las afirmaciones fácticas
formuladas por las partes y los medios probatorios desarrollados en el plenario.
Seguido de la interpretación el Juez o Tribunal tendrá que decidir mediante una operación
de valoración sobre el resultado que arroja cada medio de prueba, sin caer en una prolija
argumentación estéril, si es fiable o no, y por lo tanto habrá que tomarse en consideración
en forma de convicción o por el contrario, no lo es; los juicios lógicos de carácter fáctico
que el juez o tribunal lleva a cabo están plagados de máximas de la experiencia conjugados,
por los sujetos u objetos que constituyen la fuente de prueba.
El controlar una sentencia definitiva en su fundamentación es una de las competencias del
Tribunal de Casación donde se debe evidenciar palmariamente que la libre valoración de la
prueba no debe ser una actividad interna o puramente subjetiva de los juzgadores sino todo
lo contrario, esto es el resultado lógico que debe exteriorizarse en la sentencia de una forma
objetiva, completa y precisa, pues sólo así podrán convencerse las partes.
En el caso sub júdice los impetrantes han realizado una labor exhaustiva para que este
tribunal valore la prueba, lo cual es una facultad exclusiva de los jueces del juicio,
disfrazando argumentos vanales, donde sientan premisas, que si bien es cierto son razones
del tribunal a quo, fincadas en la sentencia, son procesos lógicos, para erejir un juicio
conclusivo, sustentando como falta de claridad de la sentencia recurrida la circunstancia
que el Tribunal del juicio sentó ciertas premisas como que los testigos no aportan
mayores datos, pero después acreditan a dos testigos como que aportan indicios, esta
Sala no observa como falta de claridad esas dos aseveraciones, máxime a la hora de
interpretar y valorar determinados testimonios, porque es lógico que los jueces al citar que
no aportan mayores datos se refieren a tener un tipo de prueba que arroja elementos en su
completitud en la apreciación de los hechos, pero sí puede retomar algunas de las
afirmaciones de los testimonios como indicios, esa es una operación del pensamiento
utilizando un método deductivo.
Conforme a lo prescrito en esta sentencia, los jueces han realizado juicios exhaustivos sobre
las inferencias en conjunto que aportaron las pruebas y que se fincaron en la resolución.
Entiende este Tribunal que esa operación del pensamiento es lo que se conoce comúnmente
como prueba indiciaria y que en doctrina se sostiene que es "… un hecho o circunstancia
del cual se puede mediante una operación lógica, inferir la existencia de otro" - José
I.Cafferata Nores " La Prueba en el Proceso Penal" págs.202-203. La naturaleza
probatoria del indicio es producto del fruto lógico de una relación con una determinada
norma de la experiencia, a través de un procedimiento silogístico, donde el hecho indicado
se toma como premisa menor y la referencia basada en la experiencia funciona como
premisa mayor, por consiguiente la conclusión surge de la relación entre ambas, lo que le
otorga fuerza probatoria al indicio.
En la sentencia impugnada, existe una relación y valoración general de todos los indicios o
circunstancias, recopilados en la investigación, los cuales han sido debidamente razonados
por los jueces sentenciadores; además, se encuentran en la sentencia recurrida inferencias
lógicas, donde se ha valorado el significado de los indicios en relación con el hecho a
probar.
Advierte este Tribunal que los Jueces del juicio han sido bastos, sistemáticos y congruentes
al valorar los indicios de los cuales se desprende que lógica y naturalmente, la autoría de
los encartados y el proceso mental de los juzgadores están acordes con las reglas de la sana
crítica.
En la fundamentación intelectiva de la sentencia realizada por los jueces del juicio existen
conexiones lógicas y valederas, que justifican la condena de los imputados al darle valor a
los indicios, a los cuales los jueces les llaman "circunstancias periféricas", lo han fincado en
su sentencia en forma sistemática y coherente.
De ahí, que el análisis expreso de la motivación sobre la autoría no es de carácter
indispensable si del factum puede inferirse lógica naturalmente la participación
delincuencial de los encartados, máxime por las circunstancias que se deducen de los
elementos probatorios.
De tal manera que los vicios sobre la fundamentación de la sentencia, en sus diversas
alegaciones y que fueron invocadas en ambos recursos, carecen de sustantividad, por tanto
deben ser desestimados.
En cuanto a las otras argumentaciones y analizados los memoriales impugnativos de sendos
recurrentes, se advierte que alegan elementos probatorios ilegalmente incorporados al
proceso, lo que derivó en una sentencia ilegítima, sobre este aspecto este Tribunal
considerará los motivos de la siguiente manera:
a) Sobre la ilícitud de la prueba que se alega, habría que hacer las precisiones conceptuales
o terminológicas, por un lado, lo que se considera como Prueba Ilícita, estima esta Sala que
cualquier información que se recopile dentro de una investigación o en el proceso penal con
infracción o vulneración de derechos individuales, se considera como prohibida y que por
lo tanto es ilícita esa información; y por otro lado, lo de prueba irregular que consiste en la
obtención de información con infracción de alguna norma procesal que no provoque
indefensión ni mucho menos la restricción ilegal de derechos individuales
constitucionalmente reconocidos.
La prueba ilícita o prohibida afecta la invalidez de la información recogida; y en cuanto a la
prueba irregular, en principio tiene valor probatorio para los efectos de establecer la
culpabilidad o inocencia de un imputado.
En el proceso de mérito, se ha establecido que algunos indicios recopilados en la
investigación tienen la característica de ser su obtención irregular y por consiguiente no
llega a ser ilícita, como por ejemplo la declaración del menor Tito Abisai Ventura, la cual
según los inconformes fue rendida sin haber sido identificado nominalmente, es claro que
tal circunstancia es una mera irregularidad procesal que no afectó ningún derecho
fundamental.
b) En cuanto a las incautaciones de las armas de fuego siguen la misma suerte de tener
vicios formales que no afectaron en ningún momento derechos constitucionales de los
imputados, pues los registros se realizaron si bien es cierto con defectos como que la orden
judicial fue emitida con una alteración en lugar macro a registrar, pero identificaba el
domicilio de los imputados, lo cual se hizo, tal situación no vulnera el derecho
constitucional de la morada reconocida en el Art.20 Cn., por lo cual constituye también una
mera irregularidad y cumplió con los fines para los cuales se había prescrito.
En cuanto a la vulneración del procedimiento que argumenta el segundo de los recurrentes,
es una circunstancia que lejos de infringir un derecho fundamental, fue abundante, para que
no se diera un proceso independiente, que podía haber originado una dilación para resolver
la situación jurídica de los encartados por el delito de Tenencia, Portación o Conducción
Ilegal de Armas de Fuego.
En virtud de lo anterior, se desestima este motivo y en este aspecto la sentencia es legítima.
En vista de lo expresado, los impetrantes carecen de razón y la sentencia debe ser
confirmada.
POR TANTO: conforme a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts.357,
421, 422 y 427 C. Pr.Pn., en nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA:
1.- DECLARASE NO HA LUGAR, A CASAR LA SENTENCIA DE MÉRITO POR LOS
MOTIVOS INVOCADOS.
2.- DEVUELVASE, el proceso al Tribunal de origen, para los efectos legales
consiguientes.
F. LOPEZ ARGUETA-----------------J. N. CASTANEDA S.----------------E. CIERRA----------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN-------------RUBRICADAS------------ILEGIBLE.
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