“2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-2429/16) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,… ARTÍCULO 1°: Sustitúyase el artículo 32 de la Ley 26.331 por el siguiente: Art. 32: El Fondo Nacional para la Conservación de los Bosques Nativos será distribuido anualmente entre las Jurisdicciones que hayan elaborado y tengan aprobado por ley provincial su ordenamiento de bosques nativos. La Autoridad Nacional de Aplicación juntamente con las autoridades de aplicación de cada una de las jurisdicciones que hayan declarado tener bosques nativos en su territorio, determinaran anualmente las sumas que corresponda pagar, teniendo en consideración para esta determinación: a) El porcentaje de superficie de bosques nativos declarado por cada jurisdicción; b) La relación existente en cada territorio provincial entre su superficie total y la de sus bosques nativos. c) Las categorías de conservación declaradas, correspondiendo un mayor monto por hectárea a la categoría I que a la categoría II. Los incisos a) y b) conforman, conjuntamente los criterios de determinación del coeficiente de ocupación de bosques nativos de cada Jurisdicción. Este coeficiente deberá explicar, al menos, el 30% del total que tenga a percibir cada una de las jurisdicciones. ARTÍCULO 2°: Sustitúyase el artículo 33 de la Ley 26.331 por el siguiente: Art. 33: Las Autoridades de Aplicación de cada Jurisdicción remitirán a la Autoridad Nacional de Aplicación su Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos y la documentación que la reglamentación determine para la acreditación de sus bosques nativos y categorías de clasificación. Una vez clasificado el territorio de cada jurisdicción, la Autoridad Nacional de Aplicación deberá informar a las Autoridades de Aplicación de cada Jurisdicción la clasificación y los criterios utilizados en cada categoría. Este ordenamiento de los Bosques Nativos deberá ser actualizado por las Provincias, cada 5 años, fecha que se computará desde la promulgación de la ley 26.331. “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” ARTÍCULO 3°: Comuníquese al Poder Ejecutivo. Sandra D. Giménez.FUNDAMENTOS Señora Presidente: El presente proyecto es la actualización del proyecto de ley registrado bajo el expediente S-212/14, a su vez, representación del Expediente S1189/12. La protección y preservación de los bosques nativos resulta de suma importancia, para el mundo entero. Tal es así que en 1992 el mundo, en el marco de las Naciones Unidas, alcanzó un acuerdo global para abordar todos los aspectos de la diversidad biológica: recursos genéticos, especies y ecosistemas, el primero en reconocer que la conservación de la diversidad biológica es "una preocupación común de la humanidad", y una parte integral del proceso de desarrollo. De este contexto surge El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) que es un tratado internacional jurídicamente vinculante con tres objetivos principales: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos. Su objetivo general es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible1. El concepto de sostenibilidad tiene una base ecológica que hace referencia a la posibilidad de un ecosistema de mantenerse en el tiempo. Por lo tanto esta muy relacionado al concepto de resiliencia. Pero a partir del informe Brundtland, con la incorporación de la palabra “desarrollo” el concepto adquiere un carácter más amplio considerando no solo la dimensión ecológica sino otras dimensiones como la social. De esta manera se configura la definición “formal” ampliamente difundida del desarrollo sostenible que dice: “el desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Como señala Reborati “esto significa que no es que la sociedad realiza el desarrollo sostenible del ambiente, sino que el desarrollo sostenible de la sociedad incluye, entre otras, una dimensión ambiental”. Por lo tanto no se trata solo de las relaciones de la sociedad con el ambiente y los 1 Conscientes del valor intrínseco de la diversidad biológica y de los valores ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica y sus componentes, Argentina ratificó el convenio a través de la Ley 24.375, en 1994. “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” recursos naturales, sino de las relaciones internas que se configuran hacia adentro de la sociedad. En particular, la pcia de Misiones a la que represento en este Senado de la Nación, es una de las provincias argentinas de mayor biodiversidad, alberga el principal remanente continuo de una de las selvas subtropicales más diversas del mundo2. La Selva misionera aún coexiste con una población de más de un millón de habitantes y mas de 26.500 chacras con actividades productivas mixtas (CNA, 2001), esto caracteriza a la provincia como una de las más ruralizadas del país. A partir de la sanción de la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, Argentina se convierte en el primer país de América Latina en lograr la transferencia de recursos financieros a los propietarios de los bosques nativos para su preservación, priorizando a los campesinos y pobladores originarios que viven en y del bosque. Desde la implementación de la Ley 26331 a la actualidad, se registra una reducción en un 60 por ciento la deforestación en zonas que tienen bosques. Por lo que es destacable el efecto de la norma, aún a pesar de lo cual hay ajustes, a casi una década de su sanción, que favorecen la justicia distributiva de los incentivos que genera la ley. De los resultados de la implementación de la ley, es posible concluir que, la implementación de la Ley de Bosques, en el período comprendido entre los años 2013 y 2014 existe una fuerte desaceleración de la pérdida de masa forestal en las regiones forestales con mayor impacto en los últimos 20 años3. Desde su sanción en noviembre de 2007, dos cuestiones se advertían como principales desafíos para una implementación satisfactoria de la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos N° 26.3311. Por un lado, que se proveyera cada año la correcta partida presupuestaria al Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos creado por el artículo 30 de la referida norma. Por el otro, que los procesos provinciales de ordenamiento territorial de los bosques nativos se desarrollaran con arreglo a las disposiciones de la ley (participativamente, en función del valor ambiental de las distintas unidades de bosque nativo y de los servicios ambientales que proveen, y acatando los criterios de sustentabilidad del Anexo de la Ley de Bosques) y tuvieran a posteriori una aplicación práctica exitosa, con férreos controles para evitar desmontes ilegales y monitoreo de 2 3 Chebez y Hilbert, 2003 datos del Informe Nacional para la Conferencia de las partes del Convenio sobre Diversidad Biológica “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” los proyectos de conservación o uso sustentable que resultaran aprobados para asegurarse cumplieran con lo pactado. Es evidente que el Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos es el corazón de la Ley N° 26.331. Este Fondo, con fuerte esencia federal, debe destinarse a compensar a los titulares de las tierras en cuya superficie se conservan bosques nativos, sean públicos o privados, de acuerdo a sus categorías de conservación, debiendo realizar y actualizar un Plan de Manejo y Conservación de los Bosques Nativos (70% de los recursos percibidos por las provincias), desarrollar y mantener una red de monitoreo y sistemas de información de sus bosques nativos e implementar programas de asistencia técnica y financiera, para propender a la sustentabilidad de actividades no sostenibles desarrolladas por pequeños productores y/o comunidades indígenas y/o campesinas (el 30% restante). La Ley de Bosques claramente indica que el referido Fondo Nacional se abastece de dos fuentes principales, siendo estas las partidas presupuestarias que le sean anualmente asignadas, las que no pueden ser inferiores al 0,3% del presupuesto nacional y el 2% del total de las retenciones a las exportaciones de productos primarios y secundarios provenientes de la agricultura, ganadería y sector forestal. A ello, se le suman fuentes menores tales como préstamos y/o subsidios que específicamente sean otorgados por organismos nacionales e internacionales, donaciones y legados; el producido de la venta de publicaciones o de otro tipo de servicios relacionados con el sector forestal; todo otro aporte destinado al cumplimiento de programas a cargo del Fondo y los recursos sobrantes de ejercicios anteriores. Durante 2008 y 2009 la ley no estuvo reglamentada y por lo tanto el fondo no fue implementado, pero desde 2010 en adelante, el fondo se integró en forma insuficiente, es decir, las asignaciones presupuestarias siempre estuvieron por debajo de lo que señala la ley. Argentina ha enfrentando en las últimas décadas uno de los procesos de deforestación más importantes de su historia como consecuencia del avance de la frontera agropecuaria favorecido por cambios tecnológicos en los procesos productivos y un contexto benigno en el mercado mundial. La deforestación sólo se detendrá, con un mayor compromiso con el cumplimiento de la legislación que viene desarrollando nuestro Congreso, así como las legislaturas provinciales, reflejada en la sanción de la Ley 26.331 a través de la cual se incentiva la preservación de los bosques nativos. El desarrollo de la normativa prevista en la ley de bosques nativos, el Estado Argentino ha demostrado su preocupación por el deterioro del medioambiente a través de la implementación de la Ley Nº 26.331. Esta herramienta de política forestal es considerada un hito en la “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” gestión de los recursos forestales al establecer los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación y manejo sostenible de los bosques nativos y de los servicios ambientales que estos brindan a la sociedad, como así también la realización de un Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN) por parte de los estados provinciales que, de acuerdo a la Constitución Nacional, tienen el dominio originario de los recursos naturales existentes en sus territorios. Este OTBN debe realizarse de acuerdo a 10 criterios de sustentabilidad y establece las diferentes categorías de conservación en función del valor ambiental de las distintas unidades de bosque nativo y de los servicios ambientales que estos presten. La Categoría I (rojo) corresponde a sectores de muy alto valor de conservación que no deben transformarse; la Categoría II (amarillo) representados por sectores de mediano valor de conservación, que podrán ser sometidos a diversos usos (aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica), y la Categoría III (verde) representando sectores de bajo valor de conservación que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad. La implementación de la Ley, según la estadística publicada hasta el año 2014, se llevó a cabo en 21 provincias que han finalizado y aprobado por ley provincial su ordenamiento territorial. El ordenamiento en el territorio se distribuye con el 19% de zonas rojas de mayor protección, el 21% de zona verdes con planes de cambio de uso del suelo, y hasta un 60% de zona amarilla para producir conservando, lo que posibilita la perdurabilidad del bosque y la mejora en la calidad vida de sus pobladores. La referida ley establece un régimen de compensación económica a los propietarios de bosques nativos por los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad. Esta compensación económica proviene del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos, creado por dicha ley y distribuido anualmente a las provincias que tienen aprobado por Ley su OTBN y acreditado por la Autoridad Nacional de Aplicación. Esta ley contempla acciones tales como la mitigación en el proceso de pérdida de cobertura forestal por desmontes estableciendo una regulación de la deforestación, establece también que toda intervención sobre bosques nativos debe realizarse bajo un plan de manejo, un plan de conservación o un plan de cambio de uso del suelo. Mediante un proceso participativo de ordenamiento, las diferentes provincias definieron territorialmente las tres categorías de conservación. En función de la experiencia que proporciona la aplicación de la ley 26331, tanto en Nación como en las provincias, surge la necesidad de efectuar ciertas modificaciones que propuestas en el presente Proyecto de Ley, pues es necesario, y en carácter de urgencia, “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” reforzar la iniciativa, mejorando el esquema de incentivos en función de los siguientes aspectos: En primer lugar, se observa una elevada diferencia, entre los fondos destinados por la Nación para el cumplimiento de la Ley 26.331, es decir, del monto que se distribuye como incentivo al sostenimiento de los bosques nativos en las provincias, con el fondo que, efectivamente debiera destinarse conforme a las disposiciones de la Ley 26.331. Así el Artículo 31 establece que el monto total, no podrá ser menor a 0,3% del presupuesto anual, mas el 2% de las retenciones a las exportaciones y los recursos no utilizados provenientes de ejercicios anteriores, entre otros ingresos, por lo que se infiere que la actual derivación del monto correspondiente al Fondo Nacional, no alcanza al monto que debiera distribuirse entre las Jurisdicciones Provincias que han cumplido con el ordenamiento territorial. Originalmente, se estimó la asignación presupuestaria inicial en $ 300.000.000, destinando 10% a la Autoridad Nacional para la administración del fondo, quedando para la distribución de las provincias la suma de $ 270.000.000. Sin embargo ese monto, desde 2007 a la actualidad, no ha aumentado siquiera paulatinamente, y más aún, se toman porcentajes muy bajos para fijar el coeficiente de Ocupación de Bosques Nativos a los fines de arribar al monto total que debe entregarse a cada provincia en compensación económica por la protección de los bosques nativos, constituyendo una grave injusticia para las jurisdicciones provinciales. En efecto, sobre el monto que se distribuye entre las distintas Jurisdicciones, la Autoridad Nacional de Aplicación, toma para el Coeficiente de Ocupación de Bosques Nativos, solamente 10% del monto total, y es allí donde se produce el perjuicio a las jurisdicciones provinciales, que debe ser inmediatamente reparado. Por lo dicho, solicito a mis pares me acompañen en este Proyecto de Ley para la modificación del coeficiente de Ocupación de Bosques Nativos, que compense dicho desfasaje, elevando el 10%, que actualmente toma la Autoridad Nacional de Aplicación para el cálculo de la compensación a cada jurisdicción, al 30%. Este incentivo pretende también contemplar la importancia que la Nación debe asignar a cada jurisdicción provincial que posee, preserva e incluso aumenta, el porcentaje de Bosques Nativos en su territorio. Por último, resulta importante que las jurisdicciones provinciales mantengan actualizada la información relevante, cada cinco años, porque de lo contrario, la distribución del fondo de compensación se estaría realizando sobre la base de datos desactualizados, generando incentivos inadecuados. “2016-Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Cabe destacar que la primer asignación de Bosques Nativos realizada a las Provincias mediante la Ley 26.331, se efectuó sobre la base de datos obtenidos de imágenes satelitales de 2001, y en la actualidad se sigue tomando esa información, pero en muchas provincias la proporción ha variado, por lo que resulta necesario actualizar esos datos cada cinco años, empezando desde este año atento a que ya han transcurrido nueve años de la sanción de la norma. Cabe destacar que La Ley de Bosques, fruto de un accionar sin precedentes de la sociedad civil, vino a ponerle férreo coto a los altos índices de deforestación reinantes en Argentina hacia fines de 2007, los más altos de nuestra historia, pero ese proceso implica un gran desafío, aprender de la experiencia y establecer un esquema de incentivos que respete el espíritu de la norma. Muchas veces la provincias han sido responsabilizadas por el retraso en la adecuada implementación de la norma, pero solo si el fondo que crea la norma se compone y distribuye adecuadamente, las provincias podrán contar con suficientes recursos financieros para contar con el capital humano necesario, desarrollar procesos de capacitación técnica del personal trabajando en los organismos competentes, ejecutar tareas de monitoreo y en definitiva ejecutar, ajustada y oportunamente en el terreno, controles dirigidos a combatir las hoy abundantes y variadas acciones ilegales que atentan contra los bosques nativos a lo largo y ancho del país. Por otra parte existen Provincias que han mejorado visiblemente la conservación de sus bosques nativos, aumentando la participación de las categorías I, II y III de bosques, entendiendo también que, ello debe ser, no sólo un motivo para actualizar los datos, sino también una razón suficiente para recibir una mejor y equitativa distribución del monto de incentivo por la preservación de los bosques nativos. Por lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen con su firma. Sandra D. Giménez.-