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BOLETÍN OFICIAL DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS
núm. 191 de 18-viii-2014
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V. Administración de Justicia
Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias
Sala de lo Social
Edicto. Impugnación de convenios 11/2014.
Demandantes: Comisiones Obreras de Asturias CC.OO., Corriente Sindical de Izquierdas.
Demandados: Comité de Empresa de la Universidad de Oviedo, Universidad de Oviedo Universidad de Oviedo.
D.ª Evelia Alonso Crespo, Secretaria Judicial de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Asturias,
Hago saber: Que en la ejecución provisional 5/14 dimanante del procedimiento impugnación de convenios 11/2014
de este Tribunal, seguida a instancia de Comisiones Obreras de Asturias CC.OO., Corriente Sindical de Izquierdas contra
Comité de Empresa de la Universidad de Oviedo, Universidad de Oviedo sobre impugnación de convenio, se ha ordenado
la publicación de la siguiente sentencia:
Ilmos./Ilmas. Magistrados/as:
D. José Alejandro Criado Fernández.
D.ª María Vidau Argüelles.
D. Jesús María Martín Morillo.
Sentencia n.º 12/14.
En Oviedo, a dieciséis de mayo de dos mil catorce.
Habiendo visto esta Sala Social T.S.J. de Asturias compuesta por los Ilmos. Sres. Magistrados citados, el procedimiento Impugnación de Convenios 0000011/2014, siendo Magistrada-Ponente el Ilmo. Sr. Jesús María Martín Morillo.
En nombre del Rey, han pronunciado la siguiente
Sentencia
Antecedentes de hecho
Primero.—Según consta en autos, el día 14 de marzo de 2014 el sindicato Comisiones Obreras de Asturias presentó
demanda sobre impugnación de convenio colectivo contra la Universidad de Oviedo y el Comité de Empresa de la Universidad de Oviedo por conculcar la legalidad vigente.
Segundo.—Admitida a trámite la demanda, se designó ponente, señalándose el día 10 de ABRIL de 2014 para la celebración del acto de juicio, recabándose de la autoridad laboral la remisión del expediente administrativo.
Tercero.—Por resolución de 10 de abril de 2014 se tuvo por personada y parte en el procedimiento a la asociación
sindical Corriente Sindical de Izquierdas.
Cuarto.—Llegado el día y la hora señalados comparecieron los sindicatos demandantes y la Universidad de Oviedo así
como el Ministerio Fiscal, no haciéndolo el Comité de Empresa de la Universidad de Oviedo y, previo intento de avenencia, tuvo lugar la celebración del acto del juicio. En dicho acto la parte actora se ratifico en su demanda, oponiéndose a
su estimación la Entidad demandada con fundamento en las alegaciones que más adelante se dirán.
Recibido el juicio a prueba, se practicaron las propuestas por las partes con el resultado que consta en el correspondiente disco compacto (CD). Insistiendo las partes en sus respectivas posiciones al formular las conclusiones finales.
Quinto.—En la tramitación de estos autos se han cumplido las previsiones legales.
Hechos probados
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Primero.—La Universidad de Oviedo tiene centros de trabajo en las localidades de Mieres, Oviedo y Gijón.
Segundo.—La Universidad de Oviedo regula sus relaciones laborales mediante un convenio colectivo propio, el Primer
Convenio Colectivo del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo. Por la parte social integraron la Mesa de Negociación 3 delegados y representantes de UGT, 2 de CCOO, 2 de SIPU, 1 de CSI-CSIF, 1 de CSI, y 1 de ACUO; la banca patronal estuvo integrada por 10 representantes de la Universidad de Oviedo. El I Convenio Colectivo del Personal Laboral
de la Universidad de Oviedo se publicó en el BOPA de 13 de febrero de 2013.
Tercero.—La Mesa para la negociación del I Convenio Colectivo del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo se
constituyo el día 20 de enero de 2009; el convenio concertado fue aprobado por el Consejo de Gobierno el día 16 de
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noviembre de 2011, siendo informado favorablemente por el Consejo Social en su sesión de 16 de noviembre de 2012
y resulto definitivamente firmado por la Mesa de Negociación el día 19 de diciembre de 2012.
El día 29 de enero de 2013 la Consejería de Economía y Empleo exigió la subsanación del convenio colectivo presentado para registro y publicación con el fin de que se incorporara al texto del mismo: a) el Art. 32.2 del EBEP; b) los
procedimientos y plazos encaminados a la solución extrajudicial de los conflictos, establecidos en los acuerdos interprofesionales, con el fin de resolver las discrepancias surgidas en el seno de la Comisión Paritaria del convenio; lo que
efectivamente se hizo a través de las disposiciones adicionales duodécima y decimotercera.
Cuarto.—El convenio colectivo incorporó como anexo IV la resolución del Rector de la Universidad de Oviedo de 5 de
diciembre de 2012 por la que, transitoriamente y por imperativo legal, se suspendía la eficacia de determinados preceptos del Convenio y se modificaba el contenido de otros. En concreto se suspendían los artículos artículo 40 b) y d); 41
b) in fine, c) y d); 42 b), c) y e); 77.2; 78.1 c), tercer párrafo y 122; y se modificaba la aplicación, para ajustarlos a los
términos del Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio, de los artículos 34.1; 43; 61; 75.2; 80; 85; 97.1. a) y 126.
Quinto.—Por resolución del Rector de la Universidad de Oviedo de 26 de marzo de 2013 (BOPA de 4/4/2013) se
acordaba:
a) Suprimir la aplicación retroactiva de los efectos económicos del Primer Convenio Colectivo del personal laboral
de la Universidad de Oviedo, prevista en su artículo 3.
b) Suspender la integración del complemento de homologación en el salario base del Personal de administración y
servicios y el reconocimiento del complemento de doctorado del Personal docente e investigador, previstos en
el Primer Convenio Colectivo del personal laboral de la Universidad de Oviedo, en tanto subsistan las actuales
circunstancias y limitaciones legales y presupuestarias.
El antecedente tercero de la resolución invoca como fundamento de la misma que, “con posterioridad a la aprobación y firma del Convenio Colectivo, se han producido circunstancias legales y presupuestarias que impiden
la aplicación efectiva de la integración del complemento de homologación en el salario base del Personal de
Administración y Servicios y del reconocimiento del complemento de doctorado. Por una parte; la Ley 17/2012,
de 27 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2013, establece en su artículo 22.2 que:
“En el año 2013, las retribuciones del personal al servicio del sector público no podrán experimentar ningún
incremento respecto a las vigentes a 31 de diciembre de 2012, en términos de homogeneidad para los dos períodos de la comparación, tanto por lo que respecta a efectivos de personal como a la antigüedad del mismo, y
sin tenerse en cuenta la reducción aprobada por el Real Decreto-Ley 20/2012, de 13 de julio”. Por otra parte;
la Ley del Principado de Asturias 3/2012, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales para el año 2013, en
su artículo 34, autorizó las siguientes partidas presupuestarias para atender los costes del personal docente e
investigador y del personal de administración y servicios de la Universidad de Oviedo:
—Personal docente e investigador: 62.911.088 euros.
— Personal de administración y servicios: 25.498.777 euros.
Sexto.—En reunión celebrada el día 20 de marzo de 2013 el Rector de la Universidad de Oviedo informo al Comité
de Empresa del contenido de la anterior resolución de 26 de marzo de 2013.
Séptimo.—El 27 de mayo de 2011 emitía informe el Sr. Gerente de la Universidad de Oviedo en el que, después
de exponer que la firma del convenio no comportaba incremento retributivo adicional alguno respecto del límite de las
obligaciones ya contraídas para el personal docente e investigador y que el límite máximo de las obligaciones contraídas
respecto del personal de administración y servicios se cifraba en 12.067.088,55 euros, una vez contempladas las dos
novedades retributivas reguladas en el nuevo convenio (la incorporación del complemento de homologación en las pagas extras y la carrera horizontal), concluía que “las obligaciones contraídas con la firma del convenio colectivo para la
dotación actual de puestos –ocupados y vacantes- pueden asumirse con las cifras ya expuestas”.
Octavo.—El Art. 3 del Primer Convenio Colectivo del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo dispone que “entrará en vigor el día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Principado de Asturias, y mantendrá su vigencia
hasta el 30 de junio de 2013 sin perjuicio de que sus efectos económicos se reconozcan desde el día 1 de junio de 2010”,
prorrogándose de año en año de no mediar denuncia expresa.
Las tablas salariales para el personal de administración y servicios y para el personal docente e investigador, incorporadas como anexos I y II del convenio colectivo respectivamente, no han experimentado variación alguna en los años
2011, 2012 y 2013 respecto de la cuantía pactada en el convenio colectivo para el año 2010.
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Noveno.—En la reunión celebrada por el pleno del Consejo Social de la Universidad el día 18 de julio de 2013 se dio por
informado del plan de ahorro presentado por el Rectorado, cuyo contenido se da aquí íntegramente por reproducido.
En el mismo pleno, a la pregunta de uno de los Consejeros sobre la bajada estimada de los ingresos presupuestados,
la Sra. Gerente manifestó que “se está trabajando en ello, pero debe tenerse en cuenta que la matrícula empezó en julio
y esta es la principal fuente de ingresos de la Universidad, por lo que hasta que concluya el proceso de matriculación
no se podrán tener datos fiables. Entre tanto se están haciendo retenciones de créditos para evitar desviaciones que no
puedan ser atendidas con posterioridad”.
Décimo.—El Consejo Social de la Universidad, órgano de fiscalización de las actividades económicas de la Universidad
de Oviedo, ordenó en el mes de enero de 2013 una retención de crédito por importe de 364.000 euros y el 17 de mayo
siguiente una retención del remanente de tesorería del ejercicio de 2012 por importe de 1.370.000 euros.
Undécimo.—A día 31 de marzo de 2013 el importe de las facturas contabilizadas pendientes de pago ascendía a
11.791.156,32 euros.
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Duodécimo.—Por acuerdo de 7 de febrero de 2014 la Comisión Paritaria se declaro incompetente para conocer del
conflicto suscitado por la modificación del convenio aquí cuestionada.
Fundamentos de derecho
Primero.—El relato de hechos probados es el resultado de la valoración conjunta de la prueba practicada en el acto del
juicio oral, habiendo resultado conformes las partes en aquellos datos relativos al iter negocial seguido para la conclusión
del I Convenio Colectivo del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo; más concretamente:
El ordinal primero, determinante de la competencia de la Sala para conocer del presente conflicto de conformidad
con lo dispuesto en los artículos 9.5 y 67 de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, en relación con lo
establecido en el artículo 7 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, es un hecho notorio y no cuestionado por las partes.
El ordinal segundo ha sido extraído del acta de constitución de la Mesa, unida como documento núm. 5 al ramo de
prueba de la parte actora, y del Boletín Oficial del Principado de Asturias, una copia del cual acompaña a la demanda.
El ordinal tercero resulta del antecedente primero de la resolución que aquí se impugna y del acuerdo de la Comisión
Paritaria de 7 de febrero de 2014 unida como documento núm. 4 al ramo de prueba de la actora. El requerimiento de
subsanación obra unido como documento núm. 1 del ramo de prueba de la parte demandada.
El anexo IV del convenio colectivo fue publicado en el BOPA de 13/2/2013.
La resolución de 26 de marzo de 2013, de la Universidad de Oviedo, fue publicada en el BOPA de 4/4/2013.
El ordinal sexto ha sido extraído de las actas unidas como documentos núm. 11 y 12 del ramo de prueba de la parte
demandada.
El ordinal séptimo resulta de la contestación ofrecida por la Sra. Gerente de la Universidad a la Sra. Presidenta del
comité de empresa el día 22 de abril de 2013, obrante al núm. 6 del ramo de prueba de la parte actora.
El hecho probado octavo, relativo a las tablas salariales, ha sido redactado a la vista del expediente administrativo y
de las alegaciones de las partes.
El ordinal noveno resulta del acta de la reunión celebrada por el Consejo Social de la Universidad, unida como documento núm.5 del ramo de prueba de la parte demandada.
El décimo del informe de la Sra. Gerente de la Universidad el 7 de abril de 2014, unido como documento núm. 0 al
ramo de prueba de la parte demandada.
El ordinal undécimo se ha redactado teniendo presente la certificación emitida por el Sr. Tesorero de Universidad,
unida como documento núm. 6 al ramo de prueba de la parte demandada.
El decimosegundo, relativo al acuerdo de la Comisión Paritaria de 7 de febrero de 2014, ya se ha dicho que obra unido
como documento núm. 4 al ramo de prueba de la actora.
Segundo.—Es objeto del presente procedimiento que “se declaren nulas, por contrario a la legalidad vigente, las
modificaciones introducidas en el Convenio Colectivo del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo por la Resolución
de 26 de marzo de 2013, de la Universidad de Oviedo, por la que se modifica el Primer Convenio Colectivo del Personal
Laboral de la Universidad de Oviedo, publicada en el BOPA de 4 de abril de 2013, y declarada su nulidad se produzcan
los efectos inherentes a la misma, es decir, la aplicación del convenio en los términos pactados y la publicación en el
BOPA de la sentencia que se dicte”.
La Universidad de Oviedo se opuso a la pretensión actora con fundamento:
a) En las excepciones de inadecuación de procedimiento y de caducidad de la acción, con invocación de los Arts.
59.4 de la Ley del Estatuto de los Trabajadores y 138.1 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la
Jurisdicción Social, argumentando que, tratándose de una modificación de las condiciones de trabajo, al margen
de que se haya seguido o no el cauce del art. 41 del ET, la vía impugnatoria ha de ser la de la modalidad procesal indicada, como el propio precepto procesal se encarga de recordar, y ello con independencia del carácter
individual o colectivo de la acción ejercitada.
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b) Alegó asimismo la excepción de caducidad de la acción, ahora con apoyo en el Art. 46.1 de la Ley 29/1998, de
13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa, pues la resolución que se impugna es un
acto administrativo.
c) En cuanto al fondo, se opuso por entender que concurrían las causas justificativas de la modificación acordada,
consistente en la suspensión de determinadas mejoras salariales (el complemento de homologación y el complemento de doctorado) y en la supresión de la aplicación retroactiva de los efectos económicos, al haberse
reducido el presupuesto de la Universidad de Oviedo en un 6,42% con posterioridad a la firma del convenio, y
haberse prohibido por las Leyes de Presupuesto Generales del Estado y del Principado de Asturias para el año
2013 los incrementos salariales en el sector público.
El Ministerio Fiscal se opuso a la estimación de las excepciones de inadecuación de procedimiento y caducidad de
la acción opuestas por la Entidad demandada y solicitó la estimación de la demanda, en cuanto a la pretensión
relativa al abono de los atrasos, oponiéndose a todo lo demás, todo ello en los términos que resultan del acta
del juicio y de la grabación de la vista oral.
Tercero.—Desde su implantación, con la reforma operada por la Ley 11/1994, de 19 de mayo, el Art. 82.3 del Estatuto de los Trabajadores, reguló el descuelgue salarial como una técnica de inaplicación del convenio colectivo diferenciada
de la modificación de las condiciones de trabajo prevista en el Art. 41 de aquel texto legal, modificación que incluso podía
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alcanzar a las previsiones contenidas en los convenios colectivos estatutarios sobre las materias que el precepto citaba.
Sin embargo, la reforma laboral operada por el Real Decreto-ley 3/2012, de 10 de febrero, de medidas urgentes para
la reforma del mercado laboral, y la posterior Ley 3/2012, iban a incidir reordenándolo el ámbito objetivo de la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, extrayendo del Art. 41 la regulación de las modificaciones de aquellas
condiciones de trabajo pactadas en un convenio colectivo estatutario, cuyo apartado 6.º remite Art. 82.3 cuando de la
modificación de tales condiciones se trata y que de esta manera pasan a recibir un tratamiento conjunto con el descuelgue salarial. En consecuencia, el régimen previsto en el Art. 41 del E.T. se aplica solamente a las modificaciones de
aquellas condiciones de trabajo de origen contractual, cuya introducción no requiere el acuerdo de los representantes de
los trabajadores, y son precisamente estas vicisitudes contractuales, junto con los supuestos de movilidad geográfica o
las suspensiones temporales de contratos reguladas en los Arts. 40 y 47 del ET a las que se les abre el cauce impugnatorio o la modalidad procesal prevista en el Art. 138 de la L.R.J.S., único de su sección cuarta; por tanto, son las acciones
encaminadas a combatir aquellas decisiones empresariales a las que se ciñe el plazo de caducidad de los 20 días, y ello
con independencia de que la vía procesal elegida lo sea mediante el ejercicio de la vía individual y la modalidad procesal
expresada o bien mediante la del conflicto colectivo del Art. 153 y ss. de la L.R.J.S.
Por el contrario, cuando de controlar la legalidad o la lesividad de un acuerdo de descuelgue o de inaplicación de un
convenio colectivo estatutario se trata el cauce procesal oportuno es el que, para esta modalidad convencional específica, arbitra el Art. 163 de la L.R.J.S., en tanto que tales instrumentos jurídicos cumplen una función reguladora análoga
a la de los convenios colectivos, tienen fuerza modificativa de lo pactado en aquellos y, ocupando su lugar, incorporan
nuevas condiciones de trabajo con eficacia erga omnes; hallándose específicamente previstos en el Título III del E.T.
como una manifestación más de la negociación colectiva, debiendo ser objeto de depósito ante la autoridad laboral y
susceptibles de impugnación por el procedimiento y en base a los motivos previstos en el Art. 91 (Art. 82.3 del ET); en
consecuencia, la impugnación de su contenido y subsiguiente pretensión de nulidad se debe llevar a cabo a través del
proceso de impugnación de los convenios colectivos estatutarios y, en tal caso, la acción de nulidad podrá ejercitarse
“mientras subsista la vigencia de la correspondiente norma convencional” ex Art.163.3 in fine del la L.R.J.S., esto es, la
interposición de la demanda no está sometida a un plazo preclusivo en tanto el pacto normativo se halle produciendo
efectos, todo lo cual determina la desestimación de la excepción.
La Sala ha de advertir a la parte, en todo caso, que tras la entrada en vigor de la LRJS el 11/12/2011 (D.F. séptima
de la Ley), la excepción de inadecuación de procedimiento no hubiera prosperado, teniendo en cuenta el contenido del
art. 102.2 LRJS según el cual “Se dará al procedimiento la tramitación que resulte conforme a la modalidad procesal
expresada en la demanda. No obstante, si en cualquier momento desde la presentación de la demanda se advirtiere la
inadecuación del procedimiento seguido, se procederá a dar al asunto la tramitación que corresponda a la naturaleza de
las pretensiones ejercitadas, sin vinculación necesaria a la modalidad elegida por las partes y completando, en su caso,
los trámites que fueren procedentes según la modalidad procesal adecuada, con aplicación del régimen de recursos que
corresponda a la misma. No procederá el sobreseimiento del proceso o la absolución en la instancia por inadecuación
de la modalidad procesal, salvo cuando no sea posible completar la tramitación seguida hasta ese momento o cuando la
parte actora persista en la modalidad procesal inadecuada” (STS/IV 16-julio-2013-rcu.105/2012).
La misma respuesta negativa debe recibir la pretendida excepción de dos meses prevista en el Art. 46.1 de la Ley
29/1998, pues la importación o aplicación subsidiaria de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-administrativa viene referida por el Art. 151 de la L.R.J.S. al proceso contencioso laboral, novedosa modalidad procesal que entra en juego “de
no existir regulación especial”, es decir, el propio precepto salvaguarda la preferente regulación de la norma procesal
laboral, ya se trate del procedimiento ordinario ya se trate de los especiales, respecto del proceso contencioso, lo que en
el presente caso conduce a la preferencia aplicativa de la modalidad procesal prevista en el Art. 163 de la L.R.J.S. para
los acuerdos de inaplicación de los convenios colectivos estatutarios en los términos que más arriba se dejan expresados,
por más que el procedimiento de inaplicación del convenio colectivo en la Administración Pública siga su propio curso, como a continuación se verá, debido a las dificultades para aplicar a tales Entidades el régimen de la solución extrajudicial
de conflictos, a saber, la conciliación y la mediación o acudir al arbitraje obligatorio de la Comisión Consultiva Nacional
del Convenio Colectivo o al correspondiente Organismo autonómico, pues es un órgano administrativo y la Administración como empleadora, sería Juez y parte.
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Cuarto.—Entrando en el fondo del asunto, sostiene el sindicato demandante que la potestad para modificar o suspender un instrumento derivado de la negociación colectiva se configura, no como una habilitación normativa para su
incumplimiento y desconocimiento de la eficacia vinculante, sino como un reconocimiento de la imposibilidad de llevar
a cabo su cumplimiento por circunstancias ajenas a la voluntad de la entidad y en función de un cambio sobrevenido
que haya alterado la circunstancias económicas en las que se negocio el convenio, lo que no es el caso, pues las Leyes
presupuestarias aludidas en la resolución que se impugna ya estaban aprobadas antes de la publicación del convenio.
Considera que también se halla ausente en el supuesto debatido “la causa grave de interés público”, pues tal interés no
se salvaguarda por el hecho de suprimir en dos pagas extraordinarias el complemento de homologación del PAS que no
afecta al interés público por su escasa entedad.
El art. 32 de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) después de remitir la
regulación de la negociación colectiva a lo que al efecto se dispone en la Ley del Estatuto de los Trabajadores, garantiza
la vigencia y el cumplimiento de los expresados convenios colectivos, con la única excepción de lo prevista en su párrafo
segundo. Este precepto establece que: «cuando excepcionalmente y por causa grave de interés público derivada de una
alteración sustancial de las circunstancias económicas, los órganos de gobierno de las Administraciones Públicas suspendan o modifiquen el cumplimiento de Convenios Colectivos o acuerdos ya firmados en la medida estrictamente necesaria
para salvaguardar el interés público».
Esta causa de descuelgue del convenio colectivo, introducida por el por art. 7 de RDL 20/2012 de 13 julio, no es sino
un mero transunto de lo que el Art. 38.10 de la Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público
(EBEP) ya establecía para el resto de los empleados públicos, el personal funcionario y estatutario, previsión que para
la doctrina dominante (Roqueta Buj y Mauri Majós) no deja de ser una particular aplicación al campo de la negociación
colectiva en el sector público de la conocida cláusula rebus sic stantibus que permite la revisión o la modificación unilateral de las obligaciones pactadas en el convenio colectivo cuando sucesos posteriores que escapen a toda previsión en
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el momento de la firma del acuerdo, hagan extremadamente desfavorable o difícil la ejecución de lo pactado para alguna
de las partes, facultando a esa parte para alterar el cumplimiento de las obligaciones asumidas, al haber desaparecido
las condiciones que sirvieron de base y sobre las que se edifico el acuerdo.
En concreto, el discurso jurisprudencial relativo a que la eficacia y aplicabilidad del convenio podría alterarse por la
Administración a través de un acto modificativo o de exclusión aplicativa de los pactos preexistentes con fuerza vinculante, ha sido abordado recientemente por la STS de 2 de febrero de 2013 (rec.263/2011) significando que “… aún cuando
hemos venido manteniendo y así lo recordamos en nuestra sentencia de 28 de septiembre de 2011 (recurso casación
25/20110), con cita de la sentencia de 4 de mayo de 1994 (rec. 3311/1993), que “ante todo se ha de tener en cuenta
que los Convenios Colectivos tienen plena fuerza vinculante entre las partes que los han suscrito, de modo que vienen a
constituir la norma más directa y específica que regula las relaciones jurídico-laborales existentes entre ellas, por ser una
verdadera fuente de Derecho, tal como se desprende de lo que disponen el art. 37-1 de la Constitución Española y los
arts. 3-1-b) y 82 del Estatuto de los Trabajadores. En este sentido la sentencia de esta Sala de 9 de diciembre de 1983,
siguiendo los criterios de la de 5 de noviembre de 1982, precisó que el Convenio Colectivo es actualmente, de acuerdo
con el art. 37-1 de la Constitución, fuente del derecho al reconocérsele fuerza vinculante, y por consiguiente centro originador de los derechos y obligaciones concernientes a la relación laboral (art. 3-1-b del Estatuto de los Trabajadores),
idea ésta básica en el mundo jurídico laboral. Y las sentencias también de esta Sala del Tribunal Supremo, dictadas en
fechas más recientes, de 24 de enero de 1992 y 29 de abril de 1993 manifiestan que “reiterada jurisprudencia ha sentado que la garantía constitucional de la fuerza vinculante de los convenios colectivos implica la atribución a los mismos
de una eficacia jurídica en virtud de la cual el contenido normativo de aquéllos se impone a las relaciones de trabajo
incluidas en sus ámbitos de aplicación de manera automática (sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional 58/1985,
de 30 de abril)”, ello será así, siempre y cuando, no nos encontremos ante supuestos de derecho necesario ya que “el
Convenio Colectivo, en cuanto tiene valor normativo y se inscribe en el sistema de fuentes, ha de someterse a las normas
de mayor rango jerárquico y ha de respetar el cuadro de derechos fundamentales acogidos en nuestra Constitución”
(STC 177/1998, citada en nuestra sentencia de 16 de febrero de 1999 (recurso de casación 3808/2997), y en especial,
como ya tuvimos ocasión de señalar en esta última sentencia, cuando se trate de leyes presupuestarias estatales o de
las Comunidades autónomas que impongan -como aquí acontece- límites máximos al incremento de las retribuciones
del personal laboral al servicio de las administraciones, entes u organismos públicos, en cuyo caso la primacía de la Ley
es incuestionable de acuerdo con reiterada doctrina del Tribunal Constitucional”.
Recuerda asimismo esta doctrina que la preeminencia de dichas leyes sobre lo establecido en el convenio colectivo,
ha sido también aplicada por la Sala IV, con cita de doctrina constitucional, en asuntos litigiosos similares y en relación asimismo con entidades y empresas públicas de diversas Comunidades Autónomas, entre otras en las sentencias
de 31 de enero de 2012 (recurso 184/2010), 14 de marzo de 2012 (recurso 112/2011), 23 de abril de 2012 (recurso
186/2011), 24 de abril de 2012 (recurso 60/2011), 30 de abril de 2012 (2) (recursos 180/2011 y 187/2011), 15 de
mayo de 2012 (recurso 206/2011), y 19 de junio de 2012 (recurso 129/2011).
A diferencia, sin embargo, de los mecanismos anteriores en que la reducción salarial se adoptaba por el poder ejecutivo o por el poder legislativo (Real Decreto Ley 8/2010, de 20 de mayo o Real Decreto-Ley 20/2012, de 13 de julio), el
descuelgue del convenio colectivo es una decisión de la Administración Pública, estatal, autonómica o local, encaminada
a dejar sin efecto las condiciones laborales de los empleados públicos. Así pues, el EBEP otorga a los órganos de gobierno
de las correspondientes Administraciones Públicas poderes o facultades extraordinarios y exorbitantes que les permiten
incumplir compromisos asumidos en la negociación colectiva con los empleados públicos –en este caso con su personal
laboral- por razones graves de interés público.
En todo caso parecería que el supuesto de hecho que habilitaba a los órganos de gobierno de las Administraciones
Públicas para la suspensión o modificación unilateral de lo acordado en los Pactos y Acuerdos ya firmados debía de ser
una situación excepcional, justificada en una causa grave de interés público, derivada de una alteración sustancial de
las circunstancias económicas existentes en el momento de la firma del acuerdo. El Informe de la Comisión de estudio y
preparación del EBEP había señalado incluso que la parte que pretenda la modificación ante tempus del Pacto o Acuerdo,
debería recurrir primero a la Mesa de negociación para intentar su revisión y sólo, a falta de un nuevo acuerdo de la
partes en un plazo razonable, se podría proceder a la modificación mediante norma unilateral de la Administración y con
estricto respeto al principio de proporcionalidad.
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Sucede, sin embargo, que esta causa de descuelgue del Convenio Colectivo es desarrollada por la disposición adicional Segunda del Real Decreto ley 20/2012 que regula las suspensiones o modificaciones de convenios colectivos, pactos
o acuerdos que afecten al personal funcionario o laboral por alteración sustancial de las circunstancias económicas, estableciendo que, a estos efectos, se entenderá, entre otras, que concurre causa grave de interés público derivada de la
alteración sustancial de las circunstancias económicas, cuando las Administraciones Públicas deban adoptar medidas o
planes de ajuste, de reequilibrio de las cuentas públicas o de carácter económico financiero para asegurar la estabilidad
presupuestaria o la corrección del déficit público.
En otras palabras, la concreción que de la causa lleva a cabo la disposición adicional puede llegar a convertir de hecho la excepcionalidad en la regla general, en la actual coyuntura económica, en que la austeridad y la corrección del
déficit público es el eje que disciplina la trayectoria presupuestaria de los gobiernos ya lo sea el estatal ya se trate de los
autonómicos y locales, y cuya plasmación más relevante fue la Reforma del artículo 135 de la Constitución Española, de
27 de septiembre de 2011, norma de la que a la postre aquella disposición extravagante no deja de ser una concreción
particular.
En todo caso la causa grave de interés público que puede justificar el descuelgue no es cualquier razón grave de
interés público sino exclusivamente la de carácter económico, se identifica con “una alteración sustancial de las circunstancias económicas”, y la suspensión o modificación de lo ya firmado ha de determinarse de forma limitada, esto es, la
afección de lo acordado lo ha de ser en la medida estrictamente necesaria para salvaguardar el interés público, pues,
pese a lo dicho, la situación sigue siendo calificada de “excepcional” –una alteración de las circunstancias que impida
nítidamente el cumplimiento de lo pactado-, y ello comporta una valoración de su adecuación en relación con la causa
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alegada y sus efectos sobre los trabajadores afectados, sin perjuicio de que la adopción de la medida llegue a alterar el
equilibrio interno de la norma convenida y produzca una demanda de apertura de un nuevo proceso de negociación.
Por último, el descuelgue convencional en el ámbito de la Administración Pública no contempla procedimiento alguno,
exigiendo tan sólo la información a las organizaciones sindicales de la suspensión o modificación del Convenio Colectivo,
sin precisar si esta información ha de realizarse antes o cabe hacerlo también después de adoptar la medida, y sin que
se establezcan las consecuencias del incumplimiento de este trámite. Tampoco concreta la norma si debe informarse a
las organizaciones sindicales por separado o, debería entenderse cumplida la exigencia con la información a la Comisión
Paritaria o a la Comisión Negociadora del Convenio Colectivo.
Quinto.—Si la causa o razón del descuelgue es la alteración extrema de las circunstancias económicas existentes
al tiempo de la firma del convenio, la forma en al que pueden resultar afectadas las condiciones económicas pactadas
pueden revestir dos modalidades diferentes:
a) La suspensión, esto es, la paralización, ya total ya parcial de determinadas cláusulas; se trataría de una medida
gubernativa por la que se dejan temporalmente sin aplicación y como tal, la suspensión podrá tener un marco
temporal diverso, pues podrá afectar a toda la vida del pacto o podrá ser de carácter temporal.
b) La modificación, implica una acción dirigida a alterar o reformar la letra de lo pactado e implica que solamente
se mantenga una parte de lo convenido; en buena lógica toda modificación de las condiciones pactadas tendrá
una duración análoga a la duración de lo previamente pactado.
Por tanto, la primera de las preguntas que cabe hacerse es si una modificación de este tipo puede tener efectos retroactivos, ya que la medida gubernativa analizada lo que decide con carácter principal es dejar sin efecto el Art. 3 del convenio colectivo, que fijaba los efectos económicas del mismo a partir del 1 de junio de 2010, siendo así que las normas
en que se ampara la decisión gubernativa para fundar el descuelgue salarial acordado son, de una parte; la Ley 3/2012
del Principado de Asturias, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales para 2013, y de otra la Ley 17/2012, de 27
de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2013; esto es, dos normas dictadas con posterioridad
a la firma del convenio y cuyos efectos no pretenden proyectarse con efecto retroactivo sobre unos devengos salariales
producidos con anterioridad a su entrada en vigor, sino que tanto el Art. 34 de la primera como el Art. 22.2 de la segunda
disciplinan expresamente la masa salarial y a las retribuciones de los trabajadores del sector público para el año 2013.
A este respecto son reiterados los pronunciamientos de la doctrina judicial que cuestionan que una reducción salarial
se pueda retrotraer contra el precio de unos trabajos ya realizados, porque dichas retribuciones estaban perfectamente
consolidadas al momento de la retroacción, tratándose, por consiguiente, de manifestaciones de retroactividad máxima, que no están amparadas por los Art. 9.3 CE y 2.3 del Código civil. En este sentido, y con cita de la STSJ-Valladolid
de 12 de diciembre de 2003, las SSAN de 20 de febrero (proced. 357/2012), 29 de mayo (proced. 130/2013) y 25 de
septiembre de 2013 (proced.313/2013), descartan que una empresa pueda retrotraer, aunque concurran causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, reducciones de salarios a períodos trabajados previamente, del modo
siguiente: “Debemos despejar, a continuación, si la decisión empresarial de promover un nuevo período de consultas,
ajustado al procedimiento del art. 41.4 ET, cuyo objetivo era reducir las retribuciones de sus trabajadores y suprimir
las tarjetas sanitarias de los cuarenta y dos trabajadores, que las disfrutaban anteriormente con efectos de 1-06-2012,
sin reponer a los trabajadores en dichos derechos, pese a que nuestra sentencia anuló ambas medidas, aun recurrida,
es directamente ejecutiva, constituyó fraude de ley, a lo que anticipamos una respuesta positiva. Nuestra respuesta ha
de ser necesariamente positiva, aunque admitamos, a efectos dialécticos, la concurrencia de causa económica en las
empresas demandadas, puesto la reducción retributiva, regulada en el art. 41 ET, cuando concurren causas económicas,
técnicas, organizativas o de producción, está prevista únicamente para los salarios no devengados, no contemplándose,
de ningún modo, una reducción retroactiva de los salarios, puesto que no cabe reducir salarios de trabajos ya prestados,
que han de retribuirse al precio convenido en el momento de la prestación”.
Cód. 2014-13874
Señalaba en efecto la citada sentencia del STSJ-Valladolid de 12 de diciembre de 2003 “En materia de Derecho de
Trabajo, como bien señala la doctrina científica, impera el principio general favorable a la irretroactividad de las normas,
principio consagrado con carácter general para todo el ordenamiento jurídico en el artículo 2.3 del Código Civil (LEG
1889, 27), según el cual «las Leyes no tendrán efectos retroactivos si no dispusieren lo contrario», y, en todo caso, son
expresamente irretroactivas las disposiciones sancionadoras y las no favorables o restrictivas de derechos individuales
(artículo 9.3 de la Constitución). Cierto es que en las normas sectoriales (Convenios Colectivos) es frecuente el uso de
la técnica de la retroactividad, caso de Convenios cuyos efectos se retrotraen a la iniciación de las negociaciones o a la
del día de su entrada en vigor, pero con todo, es la retroactividad de grado mínimo la que suele aplicarse en el Derecho
del Trabajo, es decir, aquella en que el nuevo Convenio se aplica sólo a efectos de la situación anterior que nazcan y
se ejecuten después de estar vigente. Pero en el presente caso, por la empresa se pretende otorgar a la modificación
introducida en el Convenio una retroactividad de grado máximo, porque se pretende aplicar la modificación operada a
situaciones anteriores y a todos sus efectos, incluso los nacidos y ejecutados con anterioridad a la entrada en vigor de la
modificación del nuevo Convenio, lo que resulta inaceptable, por cuanto la modificación no puede alcanzar a situaciones
y tener consecuencias futuras, derivadas de situaciones producidas con anterioridad”.
Este criterio es también el sustentado por esta Sala, así en la STSJ-Asturias de 28 de marzo de 2014 (rec. 620/2014)
se afirma que “las normas que han regulado sucesivamente los acuerdos de descuelgue no han permitido un descuelgue salarial retributivo con carácter retroactivo, en supuestos de salarios ya percibidos o a percibir con anterioridad al
inicio de la inaplicación convencional, porque ello obligaría a devoluciones de salarios por parte de los trabajadores o a
renunciar a derechos consolidados. El artículo 82 ET no otorga carácter retroactivo a las medidas de descuelgue anunciadas, ya que negociada la posibilidad de no aplicar un convenio colectivo, la misma se circunscribe a las anualidades
que transcurren a partir del pacto”.
En el presente caso, la decisión gubernativa supone dar efecto retroactivo, suprimiéndolas, a unos condiciones salariales pactadas para los años 2010, 2011 y 2012, lo que no solo es contrario al art.2.3 C. civil como se ha visto, sino a
la propia interpretación que cabe hacer del Art. 32 del EBEP, pues toda modificación supone “hacer una cosa diferente
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a como era” hasta el momento en que se ejerce la prerrogativa administrativa, o lo que es lo mismo, las expectativas
de una decisión del tipo de la aquí cuestionada, por la que se suspenden los incrementos económicos pactados, son de
futuro y no pueden operar sobre salarios que han sido devengados en los años precedentes, según tablas salariales del
Convenio, de suerte que aun admitiéndose la posibilidad de descuelgue -por darse los condicionamientos previstos en la
norma- estos serán para la anualidad siguiente y con la duración indicada en el precepto convencional que se modifica,
pues no cabe olvidar el hecho de que estamos hablando de un acto constitutivo que puede alterar las condiciones de
trabajo vigentes a la sazón, pero lo que no puede hacer es ignorar los efectos ya generados por la situación anterior,
en el caso, los salarios correspondientes al trabajo ya realizado en un momento anterior a la decisión de descuelgue y,
desde luego, tal medida no se halla autorizada por las leyes de presupuestos invocadas en la resolución de 26 de marzo
de 2013 puesto que las mismas refieren sus límites a los incrementos salariales que puedan producirse en el año 2013
respecto de los niveles existentes a 31 de diciembre de 2012.
Sexto.—Alcanzada la anterior conclusión y descartado que a medio de una decisión gubernativa de carácter unilateral
se pueda privar de eficacia, con efectos retroactivos, a lo pactado en un convenio colectivo estatutario, lo que ahora procede es analizar si se ha cumplido o no lo que dice el artículo 32.2 del EBEP; es decir, ver si concurre o no el presupuesto
que habilita a la Autoridad administrativa para tomar la decisión de suspender parcialmente el Primer Convenio Colectivo
del Personal Laboral de la Universidad de Oviedo, en concreto los complementos de homologación y de doctorado, y si
el alcance de la decisión adoptada es o no el que se indica en dicho artículo.
Como ya se dijo las causas esgrimidas en la resolución dictada por el Sr. Rector para acordar la medida las resumían
el Ministerio Fiscal y el Letrado de la defensa en dos, una de carácter presupuestario, cifrada en la insuficiencia presupuestaria sobrevenida, y otra de orden legal, cual era la prohibición de los incrementos salariales contemplada en el Art.
22.2 de la Ley 22/2013, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2014.
El principio de cobertura presupuestaria es uno de los principios que debe regir la negociación colectiva de los empleados públicos pues, aunque el Art. 33 del EBEP lo refiere solamente a los pactos y acuerdos suscritos con los funcionarios, se aplica también al personal laboral, ya que se trata de un principio rector de la actuación de la Administración
Pública de carácter general.
Este principio se deduce de lo establecido en el Art. 134.2 de la CE que establece que los presupuestos generales del
Estado tendrán carácter anual e incluirán la totalidad de los ingresos y gastos del sector público estatal y de lo establecido en los siguientes preceptos de la Ley 47/2003, de 26 de noviembre, General Presupuestaria: el Art. 46, que establece
que los créditos previstos para gastos en la Ley de presupuestos son limitativos, y que, por tanto, no podrán adquirirse
compromisos de gasto ni adquirir obligaciones por cuantía superior al importe de los créditos autorizados en los correspondientes estados de gastos, siendo nulos de pleno derecho los actos administrativos que se adopten y los acuerdos
que se suscriban por encima de la cuantía de dichos créditos, y el Art. 48 en cuanto determina que en los presupuestos
se incluirán las obligaciones que, como máximo, pueden reconocer las Administraciones Públicas en el correspondiente
ejercicio económico.
Distingue por otra parte la doctrina, en relación con las Administraciones Públicas, entre obligaciones puras y obligaciones exigibles –las primeras se transforman en las segundas cuando se incorporan al circuito presupuestario- con apoyo en los Arts. 42 y 43.1, que establecen que las obligaciones económicas del Estado válidamente nacidas de la Ley, de
los negocios jurídicos y de los actos o hechos que las generan, no podrán ser cumplidas si no existe crédito presupuestario suficiente para hacerles frente y el artículo 60 que establece que serán nulos los actos de ejecución presupuestaria
o de disposición del gasto que incumplan esta prohibición.
En definitiva, las previsiones presupuestarias de gastos constituyen un límite que no puede ser franqueado por las Administraciones Públicas, en general, y por la negociación colectiva en la que participe, en particular. Como consecuencia
de ello, como han reconocido la doctrina constitucional y la jurisprudencia de los Tribunales (Auto del TC de 15 de enero
de 2005 y STS de 21 de marzo de 2002) lo pactado en la negociación colectiva, tanto en la de los funcionarios como en
la del personal laboral, sin cobertura presupuestaria, es nulo y no producirá efectos.
Es por ello que el Art. 32.2 de la Ley 12/2010, de 28 de diciembre, del Principado de Asturias, de Presupuestos Generales para 2011, imponía la exigencia de un informe favorable de la Consejería competente en materia económica y
presupuestaria, oída la Consejería competente en materia de función pública, como trámite previo a la formalización
de convenios colectivos para personal laboral de la Universidad de Oviedo, o modificación del existente, que comporten
incrementos salariales. La constitucionalidad de dichos controles está fuera de toda duda, si tenemos en cuenta la virtualidad limitadora de la negociación colectiva que reconoce la doctrina constitucional a las leyes de presupuestos, tal
como se indica en la STS de 22 de diciembre de 2008.
Cód. 2014-13874
Con idéntica finalidad, señala el informe emitido por el Gerente de la Universidad de Oviedo el día 27 de mayo de
2011, el Art. 38 de las bases para la ejecución del Presupuesto de la Universidad de Oviedo para el ejercicio de 2011
requería un informe motivado y favorable de dicho órgano en el que se cuantifique el límite máximo de las obligaciones
que puedan contraerse como consecuencia de la firma del Primer convenio del personal laboral.
Pues bien a la vista de la normativa expuesta, lo primero que cabe decir es que el Art. 32.1 de la Ley 12/2010 de 28
de diciembre, del Principado de Asturias, de Presupuestos Generales para 2011, relativo a los Costes de personal de la
Universidad de Oviedo, determinaba que “De conformidad con lo dispuesto en el art. 81.4 de la Ley Orgánica 6/2001, de
21 de diciembre, de Universidades, modificada por la Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, se autorizan para 2011 los
costes del personal docente e investigador, así como de administración y servicios de la Universidad de Oviedo, incluido
el que ocupa plazas vinculadas a las instituciones sanitarias, sin incluir trienios, Seguridad Social, los componentes del
complemento específico por mérito docente y de productividad por la actividad investigadora previstos en el Real Decreto
1086/1989, de 28 de agosto, sobre retribuciones del profesorado universitario, ni el complemento retributivo autonómico del profesorado universitario en el Principado de Asturias, por los importes detallados a continuación:
Personal docente e investigador: 62.911.088 euros.
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Personal de administración y servicios: 25.498.777 euros”.
Es decir, la cuantía autorizada para los gastos del personal docente e investigador y para el de administración y
servicios de la Universidad de Oviedo en la Ley de Presupuesto del Principado de Asturias, que es el personal afectado
por el convenio colectivo, era de la misma cuantía en el ejercicio de 2011, que fue el año en que se negocio el convenio
colectivo, que en el presupuesto para el ejercicio 2012 (Ley 2/2012, de 26 de julio, del Principado de Asturias, sobre
prórroga presupuestaria) que fue el año en que firmo el convenio, y que en el ejercicio de 2013, año en el que se publicó
el convenio, pues la cifra de costes autorizados para esta última anualidad se cifraban en el Art.34.1 de la Ley 3/2012
del Principado de Asturias, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales para 2013 en:
Personal docente e investigador: 62.911.088 euros.
Personal de administración y servicios: 25.498.777 euros.
Teniendo presentes los datos presupuestarios reflejados en la Ley de presupuestos de 2011, el informe a que se acaba de hacer referencia del Sr. Gerente de la Universidad de Oviedo concluía afirmando que “las obligaciones contraídas
con la firma del Convenio colectivo para la dotación actual de puestos –ocupados y vacantes- pueden asumirse con las
cifras ya expuestas”; es decir, en el año 2011, habida cuenta de la cuantía de las retribuciones pactadas en las tablas
salariales del personal afectado por el convenio debatido, que por lo demás y como se ha dicho han permanecido invariables desde el año 2010, no ocasionaba ningún desequilibrio en el Presupuesto de la Universidad de Oviedo.
En el año 2012, con el presupuesto del Principado de Asturias prorrogado, el Consejo Económico y Social emitía a su
vez informe favorable a la ratificación del convenio y, ese mismo año, justo unos días antes de la firma, el Sr. Rector
hacia uso de la facultad excepcional del Art. 32.2 del EBEP para suspender la aplicación de determinados artículos del
convenio, entre los cuales no se encontraban los aquí cuestionados, lo que autoriza a concluir que los órganos de gobierno de la Institución no consideraron plausible que con tal aprobación definitiva de lo negociado y pactado se estuviera
provocando un inminente desajuste presupuestario.
En fin, cuando el 4 de febrero de 2013 la Consejería de Economía y Empleo ordenó la inscripción del convenio, no
considero necesario emitir el informe a que alude el art. 34 de la Ley 3/2012 para el supuesto de que la formalización
del convenio colectivo para el personal laboral de la Universidad de Oviedo comporte incrementos salariales; en otras
palabras los procedimientos específicos destinados a verificar y, en último término, garantizar el cumplimiento de los
límites presupuestarios que se establecen al incremento de las retribuciones de los empleados públicos no pusieron de
manifiesto defecto o irregularidad alguna que hubiera de ser reparada o que pudiera dar lugar a la nulidad del convenio
por no respetar los límites presupuestarios.
Es cierto que en la resolución de 26 de marzo de 2013, se alude a una reducción de los gastos de personal del 1,14%
respecto del inicialmente presupuestado para el ejercicio 2012, pero sobre que no se nos explica ni prueba cual fue la
liquidación de este último ejercicio para poder valorar la trascendencia del dato, lo cierto es que estamos hablando de
unos complementos que representan un porcentaje del 0,12% del capítulo correspondiente a los gastos de personal –con
un montante global de 131.048.603 euros-, y que cuando el 4 de enero de 2013 el Consejo de Gobierno de la Universidad de Oviedo aprobó aquel presupuesto ya se conocía el escenario de gastos sobre el que se proyectaba y, por tanto,
se puede afirmar que las consecuencias económicas del convenio colectivo tuvieron su reflejo en los mismos, si es que
este se suscribió con autentica voluntad de cumplirlo por parte de la Universidad.
Es sobre esas cifras, y ciertamente en el contexto general de restricción presupuestaria y de control del déficit público, pero teniendo presente que las partidas más importantes para la financiación del Presupuesto están constituidas por
las transferencias procedentes del Principado de Asturias en los términos que se dejan expresados, sobre las que debe
operar esta revisión judicial y sobre las que debe proyectarse el control de cumplimiento de los principios de «idoneidad,
necesidad y proporcionalidad» de la medida, y la respuesta ha de ser necesariamente negativa habida cuenta que:
Cód. 2014-13874
a) Llama la atención y no se explica porque encontrándonos dentro del plazo de los tres meses previsto para la
denuncia del convenio (la resolución combatida se publicó el 4 de abril de 2013), en lugar de proceder a la denuncia y negociación de un nuevo convenio (ex Art. 4 de la norma paccionada) si se consideraba que el suscrito
resultaba lesivo a los intereses de la Universidad, se optó por prorrogar su vigencia y a alterar de forma unilateral las condiciones pactadas; cuando tal modo de proceder, por su carácter excepcional, debe ser la ultima ratio
en la vida de un convenio.
b) La aprobación de los Presupuestos de la Universidad de Oviedo para el ejercicio 2013, con una reducción del
1,13% en los gastos de personal respecto de los 2012 no pueden configurar por su trascendencia cuantitativa
“una alteración sustancial de las circunstancias económicas tenidas en cuenta al contratar” que es el supuesto
de hecho que la norma ampara, máxime cuando “uno de los objetivos principales que se persiguen con este
Presupuesto es dotar de una cobertura adecuada a los gastos de personal que está previsto realizar a lo largo
del ejercicio 2013”, según reza su preámbulo; teniendo presente, por otra parte, que el reflejo presupuestario
de los compromisos adquiridos durante la negociación del convenio ya había sido valorado por los órganos de
gestión de la Universidad antes de la firma del mismo en el sentido de que no afectaba a los limites del gasto,
compromisos que, además, debieron de estar presentes en el escenario presupuestario del que los gestores
del gasto público hubieron de partir al elaborar los presupuestos del año 2013 como prueba de madurez de
su subscripción, transformando aquellos compromisos en obligaciones exigibles al darles entrada en el circuito
presupuestario, puesto que firma del convenio –el 19 de diciembre de 2012- y aprobación de los presupuestos
de 2013 –el 4 de enero de 2013- fueron actuaciones simultaneas.
c) En la contestación a la demanda se aludió también a que la ejecución presupuestaria puso de manifiesto, ya en
el primer trimestre del año 2013, una clara insuficiencia desde la vertiente de los ingresos, lo que tendría su
correlato en los sucesivos ajustes y acciones para la restricción del gasto que posteriormente se irían acometiendo: cierre de los edificios una hora antes, restricciones de luz y calefacción, renegociación de los contratos
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de suministros etc., y aunque tal alegato es nuevo y no se objetivo en su día como motivo de la suspensión
acordada, pero entonces no cabe perder de vista que en una reunión celebrada por el Consejo Económico y
Social ya avanzado el mes de julio de 2013 la Sra. Gerente afirmaba desconocer cuál iba a ser la evolución de
los ingresos pues la principal fuente de los mismos eran las tasas y matriculas de los alumnos y el plazo para
su abono había comenzado en dicho mes de julio (ordinal noveno); a la vista de ello, lo que no parece lógico
ni razonable es que la primera medida de contención del gasto haya sido precisamente el descuelgue salarial a
prevención, a la espera de ver cómo evolucionan el resto de los parámetros del gasto y de ingresos.
d) De prosperar la aplicación del descuelgue salarial se estaría en el caso de que la entidad demandada habría
acudido a hacer uso de esta excepcional medida en el corto espacio de cuatro meses, pues no cabe olvidar que
ya utilizo tal procedimiento en el mes de diciembre de 2012 (anexo 4 del convenio), produciendo con ello efectos muy gravosos sobre dos colectivos específicos de trabajadores, que ya habían asumido otros sacrificios por
causas económicas y presupuestarias con anterioridad, sin que concurrieran nuevas circunstancias económicas
sobrevenidas de tal entidad, que justificaran la aplicación de una segunda reducción retributiva.
Séptimo.—La segunda razón esgrimida por la entidad empleadora para justificar la medida que aquí se analiza es de
naturaleza jurídica y tiene que ver con la congelación de la masa salarial y la prohibición de que se aprueben incrementos
salariales en el sector público para el año 2013 respecto de los existentes a 31 de diciembre de 2012 (Art. 22.2 de la Ley
17/2012 de PGE y Art. 16 de la Ley 3/2012 del Principado de Asturias).
La doctrina unificada relativa a la incidencia de los límites presupuestarios en la negociación colectiva la resume la
STS de 15 de enero de 2014 (rec. 39/2013) en los siguientes términos: “esta Sala, en sus sentencia de 28-11-2012
(R. 143/11), 20-12-2012 (R.275/11) y 16-7-2013 (R.60/12), ha sintetizado su doctrina jurisprudencial, en tesis que
ahora reiteramos una vez más, aunque con las obligadas rectificaciones derivadas de la precitada sentencia del Tribunal
Constitucional de 19-12-2013, de la siguiente manera: los AATC 85/2011, 115/2011, 179/2011 y otros posteriores han
resuelto varias de las supuestas vulneraciones de la Constitución denunciadas también en el presente recurso mediante
un detenido razonamiento que se puede resumir así: 1) la actual situación de crisis económica-financiera, uno de cuyos
ingredientes es el elevado déficit público, integra el “caso de extraordinaria y urgente necesidad” que ha habilitado al
Gobierno de la Nación para dictar disposiciones, como el RD-L 8/2010, para la reducción de las retribuciones o demás
percepciones de los empleados públicos, en cuanto que las mismas inciden directamente en el montante de dicho déficit;
2) esas disposiciones no contienen una regulación de carácter general sobre el derecho a la negociación colectiva, ni
afectan tampoco a la fuerza vinculante “propia” de los convenios colectivos, que es la fuerza vinculante de una fuente
del derecho subordinada a las disposiciones con rango o fuerza de ley; 3) en particular, son ajustadas a la Constitución
las limitaciones presupuestarias de la negociación colectiva en el sector público, sobre todo, desde el RD-L 8/2011; 4)
del artículo 37.1 CE “no emana ni deriva la supuesta intangibilidad o inalterabilidad del convenio colectivo frente a la
norma legal, incluso aunque se trate de una norma sobrevenida”; y 5) tampoco existe infracción del artículo 14 CE por
parte del RD-L 8/2010, teniendo en cuenta que no consta discriminación de grupos o clases de trabajadores al servicio
de la administración”.
A la vista de la doctrina expuesta lo primero que llama la atención, como no se olvidó de subrayar el Ministerio Fiscal,
es que el complemento de doctorado, que es uno de los dos complementos objeto de suspensión, ya se venía reconociendo y abonando desde el año 2007; de hecho en el informe emitido por la Gerencia el 27 de mayo de 2011 se significa
expresamente que “el límite de las obligaciones contraídas con el personal docente e investigador contratado asciende
a 11.465.685,98 euros, sin que la firma del convenio suponga un incremento adicional”; en otras palabras, el abono de
dicho complemento no afectaba al montante de la masa salarial de este colectivo de trabajadores ni suponía variación
alguna en la cuantía de sus retribuciones y, en consecuencia no cabe apreciar que con su inclusión en el convenio colectivo se hayan infringido los preceptos presupuestarios que se invocaron al contestar la demanda.
No otra es la conclusión que se alcanza respecto del complemento de homologación pues lo que la dicción literal de la
disposición transitoria segunda señala es que “Las cantidades actualmente devengadas por el Personal de Administración
y Servicios como complemento de homologación, se integrarán en el salario base”; esto es, de nuevo nos encontramos
ante un complemento retributivo cuya inclusión en el convenio colectivo en principio tampoco tendría porque afectar al
móntate total de la masa salarial de este segundo colectivo de trabajadores, puesto que las nuevas cantidades que se
van a incluir en el salario base ya se venían devengando anteriormente.
No se puede hacer abstracción, en todo caso, que estamos hablando de unas tablas salariales en vigor desde el mes
de junio del año 2010, sin que desde aquel entonces hayan experimentado variación alguna en armónica correspondencia con las sucesivas disposiciones presupuestarias que, a raíz del Real Decreto-ley 8/2010 (Art. 22.5 de Ley 39/2010,
de 22 de diciembre, Art. 22.2 de Ley 2/2012, de 29 de junio, de Presupuestos Generales para el año 2012, y Art. 22.2
de la Ley 17/2012, de 27 de diciembre), han venido manteniendo la congelación de salarios para los empleados del
sector público y, en consecuencia, también debe ser rechazado el motivo de oposición a la demanda que en este en este
punto se formula.
No está de más, por último, recordar que la vía prevista por nuestro ordenamiento jurídico para atacar la ilegalidad
de una norma paccionada como la que aquí se discute es la modalidad procesal arbitrada en el Art. 163 y siguientes de
la L.R.J.S. y no la del autodescuelgue salarial.
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Procede, en consecuencia, la estimación de la demanda.
Vistos los preceptos legales citados y demás de general y pertinente aplicación,
Fallo
En relación con la demanda formulada por el sindicato Comisiones Obreras de Asturias (CC.OO.) contra la Universidad
de Oviedo y el Comité de Empresa de la Universidad de Oviedo, habiendo sido parte asimismo el sindicato Corriente
Sindical de Izquierda, que se adhirió a la demanda, y el Ministerio Fiscal acordamos: Desestimar las excepciones de
inadecuación del procedimiento y de caducidad de la acción. Estimar la demanda y declarar la nulidad de la resolución
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de 26 de marzo de 2013, de la Universidad de Oviedo, por la que se modifica el Primer Convenio Colectivo del Personal
Laboral de la Universidad de Oviedo (BOPA de 4/4/13).
La interposición de recurso de casación en el orden Social exige el ingreso de una tasa en el Tesoro Público. Los términos, condiciones y cuantía de este ingreso son los que establece la Ley 10/2012, de 20 de noviembre, en los artículos
3 (sujeto pasivo de la tasa), 4 (exenciones a la tasa), 5 (devengo de la tasa), 6 (base imponible de la tasa), 7 (determinación de la cuota tributaria), 8 (autoliquidación y pago) y 10 (bonificaciones derivadas de la utilización de medios
telemáticos). Esta Ley tiene desarrollo reglamentario en la Orden HAP/2662/2012, de 13 de diciembre.
Notifíquese esta sentencia a las partes, advirtiendo que contra la misma cabe recurso de Casación ordinaria para
ante la Sala 4.ª del Tribunal Supremo, y que habrá de prepararse en esta Sala en el plazo de 5 días desde la notificación
mediante comparecencia escrito de las partes, su abogado o representante, o bien por la mera manifestación de los
anteriores al ser notificados. Si el recurrente no fuere trabajador o su causahabiente o beneficiario del régimen público
de Seguridad Social, deberá acreditar que ha efectuado el depósito para recurrir de 600 euros en Banesto, en la cuenta
de este procedimiento con clave 66, debiendo indicar en el campo concepto: “37 Social Casación Ley 36-2011”. Si el
ingreso se hace mediante transferencia bancaria deberá incluir tras la cuenta referida, separados por un espacio con
la indicación “recurso” seguida del código “37 Social Casación Ley 36-2011”. Si efectuare diversos pagos en la misma
cuenta deberá especificar un ingreso por cada concepto, incluso si obedecen a otros recursos de la misma o distinta
clase indicando en el campo de observaciones la fecha de la resolución recurrida utilizando el formato dd/mm/aaaa.
Están exentos de constituir el depósito el Estado, las Comunidades Autónomas, las entidades locales y las entidades de
derecho público con personalidad jurídica propia vinculadas o dependientes de los mismos, las entidades de derecho
público reguladas por su normativa específica y los órganos constitucionales, así como los sindicatos y quienes tuvieren
reconocido el beneficio de justicia gratuita.
Pásense las actuaciones a la Sra. Secretaria para cumplir los deberes de publicidad, notificación y registro de la
Sentencia.
Así, por nuestra Sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
Y para que sirva de conocimiento general, expido el presente para su inserción en el Boletín Oficial del Principado de
Asturias.
Cód. 2014-13874
En Oviedo, a 6 de agosto de 2014.—El/la Secretario/a Judicial.—Cód. 2014-13874.
http://www.asturias.es/bopa
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