Teorías Sociales del Orden y del Conflicto.indd

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TEORÍAS SOCIALES
DEL ORDEN Y DEL CONFLICTO
núcleo temático uno
Contenido
Introducción ......................................................................
2
Período de Revoluciones .................................................
2
Contractualismo ...............................................................
9
Positivismo .......................................................................
12
Emile Durkheim ................................................................
15
El aporte de Karl Marx .....................................................
17
La contribución de Max Weber ........................................
26
BIBLIOGRAFÍA ................................................................
32
Introducción
El presente núcleo temático se propone introducir a los cursantes al pensamiento de los principales referentes teóricos que pensaron
acerca del orden y el conflicto. Nos centraremos en las revoluciones
sociales y políticas que dieron surgimiento al capitalismo y, con él, al
desarrollo de la teoría social clásica. El recorrido propuesto comenzará
por la perspectiva contractualista, luego el positivismo y, por último,
abordaremos autores clásicos de la sociología: Emile Durkheim, Karl
Marx y Max Weber.
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Período de Revoluciones
Según el historiador Eric Hobsbawm el período comprendido entre 1789 y 1848 (iniciado con la construcción de la primera fábrica del
mundo moderno en Lancashire y la Revolución francesa y terminado
con la construcción de la primera red ferroviaria y la publicación del Manifiesto comunista) puede ser referido como “La era de la revolución”.
Fue el período del triunfo no de la industria como tal sino de la industria
capitalista; no de la libertad y la igualdad en general, sino de la clase
media o sociedad burguesa y liberal; no de la economía moderna, sino
de las economías y estados en una región geográfica particular del
mundo, cuyo centro fueron los estados de Gran Bretaña y Francia. La
transformación de 1789-1848 está constituida por eventos revolucionarios en ambos países que se propagaron de forma inmediata al mundo
entero. Veamos ahora en particular los dos procesos más importantes
de aquel período: la Revolución Industrial y la Revolución francesa.
Revolución Industrial
Hacia finales del siglo XVIII y comienzos del XIX confluyeron una
serie de condiciones para que en Gran Bretaña se desarrollase la más
importante transformación del sistema económico. Algunos cambios en
la agricultura, la población, y la tecnología favorecieron un desarrollo
industrial. Hacia mediados del S XVIII comienza un aumento progresivo
de la producción agrícola gracias a la inversión de los propietarios en
nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de
fertilizantes. La modernización de la agricultura permitió un crecimiento
demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población.
También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de
trabajo en las ciudades. Las mejoras técnicas redujeron el número de
campesinos necesarios para trabajar la tierra, y proporcionaron mano
de obra para la industria. Este desarrollo culminó en la transformación
del mundo occidental, que paso de ser un sistema fundamentalmente
agrícola a otro industrial.
Las máquinas se aplicaron a los transportes y a la comunicación
iniciando una enorme transformación. El aumento de la demanda de
maquinarias hizo que se produjeran innovaciones técnicas que aumentaron la producción y los beneficios. Lo importante no es el invento,
sino su difusión en la industria. Cada invento no es muy importante en
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sí mismo, sino porque provoca nuevas innovaciones. La innovación
más importante fue la máquina de vapor de James Watt que produjo
consecuencias de gran importancia.
Para que sea posible el uso de maquinaria en la industria, una
condición previa es que los empresarios que van a utilizarla tengan
el capital suficiente como para desembolsar las grandes cantidades
de dinero inicial que cuestan las máquinas. Es necesario, pues, una
acumulación previa de capital. Esta acumulación se produce gracias al
aumento de la tasa de ahorro en la agricultura. Además del incremento
del ahorro en la agricultura fue necesario el desarrollo de instituciones
financieras que concentrasen los diferentes capitales ahorrados por
particulares y los prestasen a la burguesía industrial que comenzaba a
despuntar.
La burguesía inglesa había acumulado grandes capitales a partir de su expansión colonial y comercial. Las ideas liberales, muy difundidas en la Inglaterra de esa época, favorecían la iniciativa privada. El
ideal de esta ideología era un libre mercado en el que pudieran intercambiarse los diversos productos en un sistema industrial. El principal
imperativo de la época era comprar en el mercado más barato para
vender en el más caro. A esto se sumaban las garantías que daba un
parlamento que representaba también los intereses de esta burguesía
industrial y comercial. Por ejemplo, en esta época se crean los grandes
mercados nacionales e internacionales. El comercio internacional se
liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713), que facilita las
relaciones comerciales de Inglaterra y otros países europeos, con la
América española.
Entre las principales consecuencias de la revolución industrial
tenemos el traspaso de la población del campo a la ciudad. La expansión de las ciudades produjo una lista interminable de problemas urbanos: masificación, contaminación, ruido, tráfico, etc. El hacinamiento
fue el primer problema que sufrió esta población de trabajadores empleados en el sistema industrial; debía vivir en espacios reducidos sin
comodidades mínimas y carentes de higiene. Este proletariado urbano,
que vivía en estas condiciones, trabajaba gran cantidad de horas a bajos salarios. Esta explotación del trabajo, que mantenía las rentas del
obrero a un nivel de subsistencia, permitiendo a los ricos acumular los
beneficios que financiaban la industrialización y aumentar sus comodidades, suscitaba el antagonismo del proletariado. Esto condujo a la
creación del movimiento obrero, así como una diversidad de movimientos radicales cuyo objetivo era derrocar el sistema capitalista.
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Revolución Francesa
Si la economía del mundo del S XIX se formó principalmente
bajo la influencia de la Revolución industrial inglesa, su política e ideología se formaron principalmente bajo la influencia de la Revolución
francesa.
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante
que se produjo en Europa a fines del siglo XVIII. Esta revolución significó el triunfo de un pueblo (la burguesía) oprimido y cansado de las
injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del estado absolutista. Francia se hallaba bajo el dominio de una monarquía absolutista, el poder de rey y de la nobleza eran la base de este régimen, pero
en realidad el estado se encontraba en una situación económica bastante precaria. El mantenimiento de un estado absolutista demandaba
mucho dinero, ya que: existía un gran número de funcionarios en el gobierno y cada uno buscaba su propio beneficio, se tenía que mantener
un gran ejército permanente, la corte vivía rodeada de lujos. Se trató de
conseguir que la nobleza también aporte su correspondiente diezmo,
medida que provocó la ira y oposición de esta última clase social, que
estaba dispuesta a defender sus privilegios feudales, hasta el punto de
enfrentar la monarquía.
La economía del país estaba arruinada. La inmanejable deuda del Estado fue exacerbada por un sistema de extrema desigualdad
social y de altos impuestos que los estamentos privilegiados, nobleza
y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al resto de
la sociedad. La colaboración interesada de Francia con la causa de
la independencia estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit
fiscal) y el aumento de los precios agrícolas tras las malas cosechas
contribuyeron al clima de disconformidad imperante.
La corriente de pensamiento vigente en Francia era la Ilustración,
cuyos principios se basaban en la razón, la igualdad y la libertad. Para
esta corriente de pensamiento la propiedad privada era un derecho natural sagrado, inalienable e inviolable. La Ilustración había servido de
impulso a las Trece Colonias norteamericanas para la independencia
de su metrópolis europea. Tanto la influencia de la Ilustración como el
ejemplo de los Estados Unidos sirvieron de “trampolín” ideológico para
el inicio de la revolución en Francia.
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La burguesía quería acceder a cargos públicos. El conjunto de
la población mostraba un resentimiento generalizado dirigido hacia los
privilegios de los nobles y del alto clero, que mantenían su dominio
sobre la vida pública impidiendo que accediera a ella una pujante clase
profesional y comerciante. Los campesinos estaban cansados del poder feudal. La monarquía prácticamente devastada económicamente y
sin el apoyo de gran parte de la nobleza, estaba en la ruina.
La sociedad estaba compuesta por tres sectores sociales llamados estados: la iglesia, la nobleza y un tercer estado compuesto
principalmente por la burguesía y los campesinos libres. Viendo la
difícil situación económica que se asomaba, la nobleza exigió que
se llamara a Estados Generales, para el tratamiento de una ley de
impuestos. Cuando se reunieron en los Estados Generales (1789),
la situación de Francia estaba sumamente comprometida, ya que el
pueblo no soportaba más tan penosa vida, y existía un gran descontento social. Los miembros del Tercer Estado se declararon como
únicos integrantes de la Asamblea Nacional: ésta no representaría
a las clases pudientes sino al pueblo en sí. La primera medida de la
Asamblea fue votar la “Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano”. Esta proclama se transformó en la síntesis de las ideas
revolucionarias, basadas en tres banderas: igualdad, fraternidad y libertad. Si bien invitaron a los miembros del Primer y Segundo Estado
a participar en esta asamblea, dejaron en claro sus intenciones de
proceder incluso sin esta participación.
En 14 de Julio de 1789, la burguesía se vio apoyada por un gran
sector explotado por la nobleza, los campesinos, que en medio de una
agitada multitud revolucionaria formada por hombres y mujeres, saturados de injusticias y de hambre, se dirigen a la Bastilla, símbolo del
régimen absolutista, donde funcionaba como cárcel de los opositores
al sistema de gobierno, y la toman por la fuerza. Esta demostración
atemorizó a los partidarios del antiguo sistema, y sirvió para inclinar la
balanza en favor de los revolucionarios, desplazando así del poder a
los nobles y partidarios del absolutismo. Paralelamente se produjo en
las zonas rurales levantamientos de los campesinos contra los señores
feudales, lo cuales fueron asesinados, y sus castillos saqueados e incendiados. A este movimiento social por la justicia y fraternidad de los
hombres en 1789, se lo conoce como el Gran Miedo.
La Asamblea Nacional estaba formada por la burguesía, que
inicialmente para luchar contra la monarquía lo hizo en forma unificada,
pero en realidad la burguesía no era una clase social homogénea, sino
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que estaba dividida en la alta burguesía –banqueros, financistas, comerciantes, propietarios- y en la baja burguesía - formada por los profesionales (abogados y médicos), pequeños comerciantes y dueños de
talleres. Cuando llegó el momento de decidir por la forma de gobierno,
la alta burguesía apoyó a los girondinos, oriundos de la provincia de La
Gironda, que querían llegar a un acuerdo con la monarquía e instaurar
una monarquía constitucional, es decir, tenía una actitud moderadora
respecto a los cambios políticos. Por otro lado estaban los jacobinos,
que tenían ideas más revolucionarias y de cambios radicales, con tendencia a la instauración de una república democrática, con derechos a
la participación política y con la aplicación de medidas más equitativas
para la repartición de la riqueza y la lucha contra el hambre popular.
Dicho nombre proviene de que se reunían en asambleas, llamadas clubes, en un convento ubicado sobre la calle San Jacobo. Los diputados
de la asamblea, decidieron eliminar los privilegios de la nobleza, se les
obligó a pagar impuestos y se eliminó el diezmo a la Iglesia.
El 3 de Septiembre de 1789, se proclamó la Constitución de carácter moderado en donde la alta burguesía había logrado prevalecer sus
ideales de negociar con el antiguo régimen quedando a cargo del poder
ejecutivo el rey (Luis XVI). El poder legislativo lo ejerció una asamblea
formada por la burguesía y el poder judicial, se compuso de jueces electos. Se estableció que sólo podían votar aquellos que pagaban ciertos
impuestos, y de esta manera se pone en evidencia que las banderas de
igualdad proclamada por los revolucionarios tenían ciertas limitaciones.
La nobleza de esta manera se vio con sus poderes recortados, lo
que los motivó a tratar de crear alianzas y buscar apoyos en otros países
con gobiernos absolutistas, y de paso tratar de evitar que estos movimientos se expandan a otros reinos, y para ello no había más remedio
que la guerra. Países como Austria y Prusia, atacaron a los franceses
en los límites de su territorio pero estos últimos lograron contenerlos. Sin
embargo, los cuidados que tuvieron los países limítrofes con Luis XVI
hicieron evidente de la alianza que existía entre éste y la intervención
extranjera por lo que el pueblo francés destronó al rey, y luego se lo decapitó. Más tarde fue ejecutada su mujer: María Antonieta. La asamblea
nacional fue desplazada y un nuevo cuerpo de representantes reunidos
en una Convención, comenzó a dirigir el nuevo gobierno republicano,
liderado por la baja burguesía, dependiente del partido jacobino.
El cambio de mayor importancia es que ahora los representantes podían ser elegidos mediante el sufragio universal, permitiendo
una mayor participación de sectores humildes y populares, llamados
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sans culottes (sin calzones). Desde 1792 los jacobinos lograron el
control de la Convención, y sus principales activistas fueron: Dantón,
Robespierre, Marat y Saint Just.
La república jacobina en el plano exterior debió frenar el avance de los ejércitos extranjeros, en el plano interior debió combatir la
aristocracia, y terminar con la resistencia de los girondinos, que se
oponían a la nueva forma de gobierno. Para tomar mejor partido de
su control, los jacobinos hicieron alianzas con los sans-culottes, y
durante 1793, se creó una institución destinada a establecer un rígido
control de los opositores, y castigarlos duramente y aplicar la pena
de muerte a todos aquellos que no apoyaban el sistema de gobierno
republicano. Este instrumento fue dirigido en persona por Robespierre. Se trataba de mantener dominados a sus opositores, a través del
miedo, por lo que se lo llamó: El terror revolucionario.
La medidas tomadas por la Convención no pudieron atender
a todas las exigencias del sector popular, que seguían sufriendo la
crisis económica. Se trató de llevar un control de precios para los
alimentos básicos, aplicando severa penas a quienes no las acataban, pero no se logró el efecto deseado, lo que llevó al sector de los
sans-culottes a romper su alianza con los jacobinos, creando una
fisura y debilidad al partido gobernante.
Con Robespierre al frente, se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salvación Pública, que suspendió algunas garantías
constitucionales, mientras la situación de guerra pusiera en peligro la
Revolución, y se utilizó el Terror, un estado de excepción, para perseguir, detener y, en su caso, guillotinar a los sospechosos de actividades
contrarrevolucionarias. Ante la guerra y la crisis económica se tomaron
toda una serie de medidas para favorecer a las clases populares y que
fueron signo del nuevo carácter social de la República.
Las reformas de Robespierre concitaron muy pronto la oposición de la mayor parte de la burguesía, que veía peligrar sus propiedades. Por otro lado, su forma de gobernar, dictatorial, desagradaba
a muchos porque a cualquier crítica se respondía con la detención y
la muerte. Cuando la guerra dejó de ser un problema y las victorias
del ejército republicano garantizaban la estabilidad de la República,
gran parte de los diputados de la Convención se pusieron de acuerdo
para dictar una orden de detención contra Robespierre, que fue guillotinado el 28 de julio de 1794.
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Conociendo la debilidad de este gobierno, la alta burguesía aprovechando la situación, y deseosos de terminar con los “excesos del populacho” en Julio de 1794, produjeron un golpe de estado, desplazando la república y creando un Directorio, que para lograr su autoridad se apoyaron
en los militares. Los líderes de la Convención fueron guillotinados.
El Directorio, eliminó la libertad política de votar a los más humildes, se eliminó el control de precios y se tomaron medidas que favorecieron a los comerciantes y especuladores. Este nuevo régimen, el
Directorio, fue contestado tanto por los realistas, partidarios de volver
al Antiguo Régimen, como por las clases populares, decepcionadas
por el nuevo rumbo político. Así, el sistema fue evolucionando hacia un
autoritarismo, que acabó por recurrir al ejército y entregarle el poder.
De todas maneras, el sector popular siguió pasando por las misma penurias de siempre y míseras condiciones de vida.
Entre los militares que apoyaban al Directorio, se encontraba Napoleón Bonaparte, que no tardó en hacerse del poder, mediante un golpe
militar, aprovechando el gran prestigio que se había ganado en las diversas victorias militares en otros países. En 1799 se apoderó del gobierno
se Francia, y se coronó como Primer Cónsul, concentrando cada vez
más poder, hasta llegar a emperador en 1804. Con el tiempo la burguesía lo apoyó, ya que conservó muchos de los principios declarados en
la Constitución, especialmente aquellos que beneficiaban a la burguesía
más acomodada. A su vez estos lo apoyaban, porque evitaban el regreso de la república jacobina y del antiguo régimen aristocrático.
Entre las principales consecuencias de la Revolución francesa
podemos encontrar que: se destruyó el sistema feudal, se dio un fuerte
golpe a la monarquía absoluta, surgió la creación de una República de
corte liberal, se difundió la declaración de los Derechos del hombre y
los Ciudadanos, la separación de la Iglesia y del Estado en 1794 fue
un antecedente para separar la religión de la política en otras partes
del mundo, la burguesía amplió cada vez más su influencia en Europa, se difundieron ideas democráticas, los derechos y privilegios de
los señores feudales fueron anulados, comenzaron a surgir ideas de
independencia en las colonias iberoamericanas y se fomentaron los
movimientos nacionalistas.
Quizás la verdadera revolución del tiempo no haya sido una revolución política como la Revolución francesa, sino una revolución económica, o sea, aquella revolución que hizo nacer la sociedad industrial,
y que por lo tanto la solución de los problemas de la vida asociada no
debe buscarse en el sistema político sino en el sistema social.
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Contractualismo
El Iusnaturalismo o Derecho natural es una teoría ética y un enfoque filosófico del derecho que postula la existencia de derechos del
hombre fundados en la naturaleza humana, universales, anteriores y
superiores (o independientes) al ordenamiento jurídico positivo y al derecho fundado en la costumbre o derecho consuetudinario. Aquí nos
centraremos en la concepción de Estado y sociedad de esta corriente
teórica a través de las ideas de sus principales referentes: Thomas
Hobbes, John Locke y Jean – Jaques Rousseau. Si bien pueden establecerse diferencias significativas entre las ideas de estos tres pensadores, que enseguida pasaremos a desarrollar, entendemos que existe
un núcleo central que caracteriza al modelo iusnaturalista compuesto
por los siguientes elementos:
El punto de partida es el estado de naturaleza (un estadio no político).
1. Entre el estado de naturaleza y el estado político existe una relación de contraposición.
2. El elemento constitutivo del estado de naturaleza son los individuos singulares (no asociado aunque asociables).
3. Los individuos son libres e iguales.
4. El paso del estado de naturaleza al estado civil se produce mediante una o más convenciones (contrato social).
5. El consenso es el principio legitimador de la sociedad política.
Pasamos entonces a desarrollar las principales ideas de los
autores más significativos de la teoría iusnaturalista a través de tres
ejes: su concepción del Estado de naturaleza, de contrato social y de
sociedad civil.
a. Estado de naturaleza
En primer lugar podemos diferenciar las posturas de los mayores exponentes del iusnaturalismo según si estos entienden que
el Estado de naturaleza es un suceso real que tuvo lugar en la historia o si se trata de una mera esquematización teórica que nunca
sucedió. Hobbes, por su parte, entiende que el estado de naturaleza
universal es una pura hipótesis de la razón. Jamás ha existido ni
existirá. Se trata de un estado en el que los individuos se encontrapágina 9
rían regidos por su interés personal y su egoísmo. Por lo tanto, su
existencia prolongada habría llevado a la extinción de la humanidad.
Por su parte, Locke tampoco considera que se trate de un momento
histórico ya que entiende que la disolución del Estado constituiría
un regreso al Estado de naturaleza, que identifica con la anarquía.
Para Russeau, en cambio, el Estado de naturaleza caracterizó al
inicio de la historia de la humanidad. Se trataba de un estado donde
primaban la inocencia y la felicidad.
Un segundo elemento que permitiría acercarnos a la conceptualización de estos autores acerca del Estado de naturaleza es si
éste es definido como un estado pacífico o belicoso. Llegados a
este punto debemos dejar en claro que el fundamento de la construcción hobbesiana es que el estado de naturaleza es un estado
de guerra. Locke, en tanto, describe el estado de naturaleza como
un estado de paz pero de carácter hipotético. Es un estado incierto,
inestable, inseguro, desagradable en el que el hombre no puede
continuar viviendo indefinidamente. Por último, para Rousseau el
estado original del hombre era un estado feliz y pacífico. El estado
de guerra social no se le puede atribuir al hombre de naturaleza sino
al hombre civil.
Por último, un tercer elemento que podemos analizar con respecto al Estado de naturaleza es si para estos autores se trata de un
estado de aislamiento o social, de individuos asociados entre sí. Para
Hobbes, Locke y Russeau el Estado de naturaleza es un estado cuyo
protagonista es el individuo singular, con sus derechos y deberes,
con sus instintos e intereses en relación directa con la naturaleza,
de la cual toman los medios para su supervivencia, y solo indirecta o
esporádicamente se relacionan con los otros hombres. Según entienden Hobbes y Locke es el instinto de conservación lo que mueve al
hombre. Para Russeau la vida del hombre natural se desarrolla en un
feliz aislamiento de los demás hombres, movido exclusivamente por
el amor de sí. El principio individualista en el que se inspiran las teorías iusnaturalistas no excluye que haya un derecho natural social. Lo
que se excluye es que la sociedad política sea concebida como una
prolongación de la sociedad natural; la sociedad política es una creación de los individuos, es el producto de la conjugación de voluntades
individuales. La sociedad política substituye al estado de naturaleza,
no lo continua ni lo prolonga ni lo perfecciona.
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b. El contrato social
Para Hobbes el pacto social es un acuerdo para la constitución de un poder común. El hombre renuncia a todo lo que hace indeseable el estado de naturaleza, a su igualdad, para preservar su
vida. El único derecho al que el hombre no renuncia es la vida. En
el momento en el que el Estado no es capaz de asegurar la vida el
individuo retoma la libertad de defenderse como mejor le parezca. El
fin del estado es proporcionar seguridad. Para Locke en el estado civil
los individuos renuncian al derecho a hacer justicia por sí mismos y
conservan todos los demás, ante todo el derecho a la propiedad. Los
individuos instruyen la sociedad civil principalmente para la tutela de
la propiedad privada. Para Rousseau el poder soberano despersonalizado en la voluntad general es el resultado de la forma especial en la
que se presenta la asociación, que es al mismo tiempo unión de todos
y sumisión de todos al todo. El hombre es libre solamente cuando
obedece las leyes que el mismo se puso.
c. La sociedad civil
La concepción de Estado que se inicia con Hobbes es la del
absolutismo, un poder absoluto en indivisible. Los súbditos deben
obedecer y el soberano posee una autoridad absoluta pues no debe
rendir cuentas a nadie; el pacto se realiza entre los súbditos y el
soberano queda por fuera del mismo. Por su parte, el pensamiento
de John Locke dio origen al liberalismo, que brega por la división de
poderes y considera que el poder soberano es resistible. Cuando el
soberano no respeta los límites de su poder supremo, cayendo en
el despotismo, los súbditos pueden resistirse. Rousseau instaura la
concepción democrática del poder. Para este filósofo los individuos
deben subsumirse a la ley que cada uno se ha dado dentro de la
libertad.
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Positivismo
El positivismo es una escuela o corriente filosófica que tiene
su origen en Francia a principios del S XIX. Sus preocupaciones
principales se encuentran en torno a poder contener los efectos de
las transformaciones radicales desatadas en la época producto de
la revolución francesa y la industrial. Los ejes centrales en los que
se basa pueden resumirse en los siguientes tres puntos:
• El estudio de los fenómenos sociales debe emplear las mismas
técnicas científicas que las ciencias naturales.
• Es una corriente que está en contra la filosofía destructiva y negativa de la Ilustración (por eso positivismo) que había desencadenado la Revolución Francesa.
• También se opone a la revuelta social y la revolución a favor del
orden social. Se trata entonces de una filosofía conservadora.
Recorreremos las principales ideas de esta corriente a través de
algunos exponentes centrales: Claude Henri de Saint – Simon, Aguste
Comte y Herbert Spencer.
1. Claude Henri de Saint – Simon
Para este pensador el conocimiento científico deberá ocupar en la
nueva sociedad el papel que la fe religiosa ocupaba en la sociedad
antigua. Sus preocupaciones giraban en torno a los problemas de
la sociedad industrial: la necesidad de armonizar los intereses de
los capitalistas y el proletariado; y el enfrentamiento clases progresistas (industriales) y retrógradas (rurales). Saint – Simon entiende
que existe un enfrentamiento entre el progreso y la tradición. Para
que el orden exista la clase progresista debe prevalecer sobre la
otra. Mientras que para acceder a la armonía de las relaciones entre burgueses y proletarios se deben mejorar las condiciones de
vida de estos últimos. De acuerdo con la nueva filosofía de la historia, iniciada por la teoría de la sociedad según Saint Simon ningún Estado (y mucho menos el estado de la sociedad burguesa)
ha suprimido el estado de naturaleza. El Estado, en vez de ser un
triunfo de la razón en la tierra (como creyó toda la filosofía política
de Hobbes a Hegel), es el medio por el cual la clase económicamente dominante mantiene ese domino. Este pensador influyo en
las ideas de Aguste Comte y Emile Durkheim y también contribuyó
al socialismo utópico que guió el pensamiento de Karl Marx.
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2. Aguste Comte
Es considerado el padre de la sociología a la que le dio su nombre: “física social”. Entiende que la sociología debe transformarse en una religión secular. Logró sintetizar en su pensamiento
ideas del iluminismo y el conservadurismo. Del primero toma la
concepción de razón y progreso; y del segundo la de un orden
asentado en la moral. Los cambios, las transformaciones, deben
estar contenidas en un orden social. Su lema entonces es “orden
y progreso. El orden sólo es posible sobre la base del consenso
y debe ser estudiado por la estática social. El progreso, por su
parte, debe ser conducido de manera que asegure el mantenimiento de la solidaridad para evitar la desintegración social. Es
estudiado por la dinámica social.
Comte desarrolla la ley de los tres estadios o etapas. Se trata de
una sucesión ordenada de etapas. Se pasa de un orden a otro y
existe un momento de ruptura o transición. La primera etapa es la
teológica o religiosa que se desarrolla desde el origen de la humanidad hasta el fin de la Edad Media. Su forma de conocimiento del
mundo es mágico- religiosa. Tiene lugar en sociedades de carácter
militar cuyas principales actividades son la conquista y el saqueo.
Es de carácter estructurado, rígido y jerárquico. El poder está en
manos de sacerdotes y guerreros. La segunda etapa es la metafísica o filosófica que se desarrolla entre el Renacimiento (S XV) y el
Iluminismo (S XVII). Se ocupa centralmente de la indagación sobre
las causas últimas. Se trata de una etapa de transición. El poder se
encuentra centralizado en los filósofos y los diplomáticos o legistas.
La tercera y última etapa es la positiva o científica. Se desarrolla
en las sociedades industriales donde adquiere centralidad el conocimiento científico. El poder, entonces, va a estar capitalizado por
los científicos e industriales en esta etapa. Para Comte existe una
jerarquía de las ciencias, cada una de las disciplinas científicas va
a alcanzar la etapa positiva en un momento diferente.
3. Herbert Spencer
Spencer postulaba que no hay diferencias metodológicas en el estudio de la naturaleza y la sociedad. Era partidario del libre mercado, estaba en contra de la intervención estatal. Algunos de los
conceptos centrales para su teoría son, sin dudas, los de estructura
y función. Las estructuras sociales son concebidas como las de un
organismo animal. Entre los órganos de la sociedad (instituciones)
hay relaciones de mutua dependencia, como se observan en los
seres vivos; en tales relaciones se observa una diferenciación de
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funciones, que lleva a la sociedad a ser cada vez mas heterogénea
a medida que crecen sus dimensiones, y cada vez más capaces de
realizar acciones más complejas. Uno de sus desarrollos teóricos
de mayor relevancia es la Ley General de la Evolución. La sociedad es un organismo altamente complejo, un supraorganismo. Los
organismos evolucionan desde formas simples y homogéneas a
formas complejas y heterogéneas; de lo indiferenciado a lo diferenciado. Con el aumento de la complejidad de la estructura se especializan las funciones. De esta forma las diferentes partes de la estructura se hacen complementarias e interdependientes. Spencer
realiza dos tipologías para la clasificación de las sociedades. La
primera considera las jefaturas, es decir, si existe alguien que de
órdenes; y la división social del trabajo, entendida como la existencia o no de una distribución de las tareas especializadas entre los
miembros de la sociedad. Esta tipología ordenara a las sociedades
entonces de acuerdo a su grado de complejidad y heterogeneidad.
Existirán entonces sociedades simples, compuestas, doblemente
y triplemente compuestas. La segunda tipología organiza a las sociedades de acuerdo a su tipo de actividad y cooperación. Spencer
encuentra entonces sociedades militares, cuya actividad radica en
la conquista y el saqueo y donde la cooperación será forzosa; y sociedades industriales, cuya ocupación será la producción y distribución pacifica de bienes y en donde la cooperación es voluntaria. La
evolución de estas sociedades no es histórica, existe coexistencia
de sociedades simples y complejas.
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Emile Durkheim
Durkheim tenía dos preocupaciones principales como teórico.
En primer lugar recoger la promesa central, pero incumplida, del positivismo: constituir a la sociología como una ciencia. Para ello debía
crear leyes y explicaciones científicas. En segundo lugar, se propuso
contestar la siguiente pregunta: ¿Cómo asegurar la cohesión, el orden,
en una sociedad compleja, industrial, dinámica, en donde los lazos tradicionales, dados por la religión y la costumbre, que ataban al individuo
con su comunidad y sus autoridades estaban ya definitivamente rotos?
En definitiva, cómo solucionar los problemas sociales de su época.
Este teórico temía y odiaba el desorden social. Gran parte de su obra
estaba dedicada al estudio del orden social. Según entendía los desordenes sociales no constituían una parte necesaria del mundo moderno
y podían solucionarse mediante la introducción de reformas sociales.
Busca colaborar en la consolidación de un orden moral, equivalente al
orden social. Entendía a este orden moral como el sistema de normas
que se constituye en instituciones.
En una de sus principales obras, La División del Trabajo Social,
donde analizaba la relación entre el individuo y la sociedad entendiendo que esta última prima sobre el primero. Para explicar la relación entre los individuos analiza dos tipos de solidaridad. La primera, a la que
denomina mecánica, es la que caracteriza a las formas primitivas de
conexión entre los individuos. Está construida a partir de semejanzas.
El segundo tipo de solidaridad, llamada orgánica, es la que caracteriza
a las modernas sociedades industriales. En ella existe una diferenciación entre los individuos. Se produce una conflictividad que será zanjada a través de una autoridad exterior que Durkheim denomina conciencia colectiva. Esta no es la suma de las conciencias individuales. Es
exterior al individuo. Resume el conjunto de creencias y sentimientos
comunes al término medio de una sociedad. Durkheim entiende que la
falta de integración entre el individuo y la sociedad es el principal síntoma patológico de las sociedades modernas. Este teórico social ve que
en los grupos profesionales, la institución que agrupa a los hombres de
acuerdo a la actividad que realizan, son la principal unidad integrativa
que permitirá zanjar esta problemática.
Otro aspecto central de la obra de Durkheim es sin duda su
concepción del método sociológico, que desarrollará en su obra Las
Reglas Elementales del Método Sociológico. Allí se define al objeto
de la sociología como el estudio de los hechos sociales. Entendiendo por hecho social toda forma de obrar, de pensar y de sentir que
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ejerce sobre el individuo una presión exterior. El método correcto de
estudiarlos será considerarlos como cosas; consiguiendo así un desapego de la realidad social que permitirá la neutralidad del investigador. Estos hechos sociales tienen para Durkheim tres características
centrales: son exteriores, generales y coercitivos. Son anteriores y
exteriores al individuo en dos sentidos: todo individuo nace en una
sociedad que ya está en marcha con una organización y estructura
determinada que lo condicionan; y el individuo es solo un elemento
dentro de la totalidad de relaciones que constituyen una sociedad. El
hecho social es general porque es colectivo. Es un estado del grupo,
que se repite en todos los individuos porque se impone a ellos. Es
un molde o patrón que se mantiene firme a pesar de las variaciones
particulares de cada caso. Es coercitivo porque obligan a actuar al
individuo, lo coaccionan en determinada dirección. Los hechos sociales se expresan en normas, leyes, en instituciones que aseguran la
integración del individuo con la sociedad.
Por último, un ejemplo de aplicación de esta disciplina social
desarrollada por el autor es, sin dudas, su obra El Suicidio. A través
de este estudio Durkheim pretendía aplicar el método sociológico a
la explicación de un fenómeno que a primera vista es individual. La
vinculación de un comportamiento individual como el suicidio con
causas sociales será una prueba irrefutable de la importancia de una
disciplina como la sociología. Durkheim desarrolla una tipología de
los suicidios. El primero es un tipo común en las sociedades militares tradicionales. Se trata del suicidio altruista aquel que se genera
porque el individuo se encuentra fuertemente ligado a la sociedad.
Existe una intensa consciencia colectiva que lleva a los individuos
a sacrificar su vida en aras de un valor colectivo. En la sociedad
moderna observa otros dos tipos centrales. El suicidio egoísta que
se da por un aislamiento del individuo con respecto a la sociedad.
Por otro lado, el suicidio anómico, aquél que se da por la falta de
normas. El individuo no sabe aceptar los límites que la sociedad le
impone. Aspira a más de lo que puede y cae en la desesperación.
Este es el tipo al que Durkheim otorga mayor relevancia ya que entiende que uno de los males centrales de su época tiene que ver con
la falta reglamentación moral en los individuos.
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El aporte de Karl Marx
“La ideología alemana” (Marx y Engels) La critica a los neohegelianos.
Los autores comienzan su obra haciendo una crítica al pensamiento filosófico dominante de toda una época en Alemania, la filosofía
de los viejos hegelianos y neohegelianos. Mientras que los hegelianos sostenían que las “ideas” y los productos de la conciencia eran
los nexos de la sociedad, los neohegelianos, en cambio, critican estas
ideas considerando que conformaban las ataduras del hombre.
En los años que van de 1842 a 1845, Marx dice, se descompone
todo el sistema hegeliano dominante de los últimos tres siglos. Pero
ambos autores sostienen que todas estas críticas, se dan en el marco de las ideas; los neohegelianos formulan consecuentemente ante
ellos el postulado moral de que deben cambiar su conciencia actual
por la conciencia humana, crítica o egoísta, derribando con ello sus
barreras. En este sentido, los autores de “La ideología alemana” dicen,
los neohegelianos son tan conservadores como los hegelianos porque
solo combaten las frases de este mundo y no combaten el mundo “real”
existente. “La filosofía hegeliana de la historia es la última consecuencia, llevada a su ‘expresión más pura’ de toda esta historiografía alemana que no gira en torno a los intereses reales, ni siquiera a los intereses
políticos, sino en torno a pensamientos puros. La historia de las ideas
se presenta desconectada de los hechos y los desarrollos prácticos
que les sirven de base”.
La concepción materialista de la historia.
A partir de la crítica que realizan Marx y Engels a los neohegelianos, comienzan a construir las bases de lo que va a ser el Materialismo Histórico, partiendo del análisis de la condiciones de vida
de los hombres reales y sus necesidades y no de lo que se piensa
que éstos son.
Sostienen que el hombre se diferencia del animal no porque tienen conciencia sino porque es el único que produce sus medios de vida
materiales. El modo como los hombres producen sus medios de vida
depende de cómo se encuentran los medios de vida en la naturaleza.
Cuando hablamos de modo de producción, no solo se trata de la reproducción de la existencia de vida, sino que es un determinado modo de
las actividades de éstos individuos y un determinado modo de vida de
los mismos.
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Los autores concluyen estas ideas diciendo: “Lo que los individuos son coincide con su producción, tanto con lo que producen y como
lo producen”.”Lo que los individuos son dependen de las condiciones
materiales de su producción”. La producción aparece al multiplicarse la
población. Las relaciones entre las naciones, se vincula con el desarrollo de las fuerzas productivas y la división internacional del trabajo.
La división del trabajo en una nación, se traduce en la separación del
trabajo industrial y comercial del trabajo agrícola, es decir, es la separación del campo de la ciudad, y la contradicción entre sus intereses.
En este sentido, los autores nos dicen: Cada etapa de la división
del trabajo, determina las relaciones de los individuos entre sí, en cuanto a lo material, el instrumento y el producto del trabajo. Esta idea de la
división social del trabajo es central, ya que no se trata de actividades
de cooperación equitativa entre los distintos sectores, sino que partir
de esta idea, se van a formar las clases sociales, sus intereses contradictorios, la propiedad privada, etc. Luego los autores enumeran las
distintas formas de propiedad que surgen en la historia, producto de la
división social del trabajo. Ellas son: La propiedad de la tribu, la propiedad comunal-estatal, la propiedad feudal, para luego seguir analizando
los aspectos de la propiedad capitalista.
Más adelante nos dirán: “no es la conciencia la que determina la
vida sino la vida la que determina la conciencia”. Es decir, no se elige
pensar de cierta forma sino que se piensa a partir de las relaciones
sociales en las que se está inmerso. La conciencia es una conciencia
práctica, producto del modo de vida de los individuos y de las relaciones que establecen con otros para reproducir sus condiciones de
existencia. Determinados individuos, como productores, actúan de un
determinado modo, construyendo entre sí relaciones sociales y políticas determinadas. La organización social y el Estado brotan constantemente del proceso de vida de determinados individuos; pero de estos
individuos, no como puedan presentarse ante la imaginación propia
o ajena, sino tal y como realmente son: es decir, tal y como actúan y
como producen materialmente y, por lo tanto, tal y como desarrollan
sus actividades bajo determinados límites, premisas y condiciones materiales, independientes de su voluntad”. Es decir, de acuerdo al lugar
que ocupan en la producción.
Esta visión acerca de la organización política y el estado cuestiona la idea dominante de que el Estado es la expresión de la voluntad
general de la sociedad. Por el contrario sostiene que, el estado es de
clase. Es decir, es la forma de organización política de la clase domipá
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nante. En la sociedad capitalista, el estado de la burguesía atiende sus
intereses particulares. No obstante, el estado se nos aparece como
una forma propia e independiente separado de los intereses reales particulares como “ilusión de comunidad”. La ilusión de que la ley se basa
en la libre voluntad separada de las bases reales y materiales. El papel
que cumple el derecho es proclamar las relaciones de propiedad como
resultado de la voluntad general. “Lo general es siempre la forma ilusoria de la comunidad”. Por otra parte, la lucha práctica de estos intereses
particulares que constantemente y de un modo real se enfrentan a los
intereses comunes o que ilusoriamente se creen tales impone como
algo necesario la interposición práctica y el refrenamiento por el interés
‘general’ ilusorio bajo la forma de Estado”.
“las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en
cada época”.
(“[…] La clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase
que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción política, cultural, lo que hace que se sometan, al propio tiempo, por término
medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para
producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que
la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas
relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto las
relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante son
también las que confieren el papel dominante a las ideas”. Es decir, la
ideología dominante no opera en el vacío sino que tiene bases materiales. Y esto hacer referencia al modo de producción.
El modo de producción se conforma entre las relaciones históricamente determinadas, entre las relaciones productivas y las relaciones de producción, es decir la base material de la sociedad. Las
fuerzas productivas son los instrumentos de trabajo, producción, conocimiento, tecnología; y a la fuerza de trabajo, condiciones físicas y
espirituales de la población (ver el próximo eje sobre el carácter dual
de la mercancía). Las relaciones sociales de producción, son aquellas
bajo las cuales producen materialmente los individuos, y se expresan
bajo las formas de propiedad. Estas ideas se pueden comprender a
través de la división social del trabajo, explicada anteriormente, donde la cooperación entre los individuos aparece como algo natural (no
voluntaria). Como algo al margen de los trabajadores que no saben de
donde procede pero que dirige la voluntad de estos individuos. Cuando
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esta enajenación resulta insoportable, algo que es necesario enfrentarlo, es necesario que haya una gran masa social de “absolutamente
desposeídos” y en contraposición un gran mundo de riquezas y de cultura. Lo que presupone un gran desarrollo de las fuerzas productivas.
Este fenómeno debe trascender lo local y transformarse en universal.
Los cambios sociales de un orden se dan a través de cambios
revolucionarios. Las revoluciones son las consecuencias de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción vigentes, se dan cuando son un obstáculo para el desarrollo de
las fuerzas productivas.
El comunismo no es un estado ideal que deba sujetarse la realidad, sino que es un movimiento real que anula y supera al estado actual de las cosas. Las condiciones de este movimiento son el resultado
de las premisas previamente existentes.
De esta manera, Marx y Engels sientan las bases de la concepción materialista de la historia, de los grupos antagónicos, de la lucha
de clases y de la transformación social. Para luego profundizar en el
próximo eje en que consiste la explotación capitalista y la necesitad
histórica de superación de este orden dominante.
“El Capital” Capítulo 1
Al referirnos a Marx, hay por lo menos, dos ideas bases que
tenemos que tener presentes. La primera es que Marx entiende que el
capital no es una cosa, sino una relación, una relación social. De esta
manera construye su teoría social comprendiendo la sociedad en su
conjunto como la suma de las relaciones y las condiciones en las que
los individuos se encuentran recíprocamente situados. En especial se
refiere a la relación entre el Capital y el Trabajo.
La segunda idea que debemos considerar es que se trata de relaciones sociales históricas y no eternas. Esto lo muestra en su análisis
sobre la división social del trabajo y los tipos de propiedad en el primer
capítulo de “La Ideología alemana”. Por lo tanto le va a permitir sostener que el capitalismo, también es transitorio, y sus ideas del cambio
social. La dinámica de las sociedades está determinada por la lucha de
clases. Estas son ideas que debemos tener presente para comprender
el entramado de su teoría. Ahora podemos hablar específicamente sobre la teoría del valor.
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En el capítulo 1 de “El Capital” Karl Marx intenta dilucidar cómo
se produce la ganancia en el modo de producción capitalista y en el
desarrollo de esta investigación conforma la Teoría del Valor.
¿Cómo surge la ganancia del capitalismo? ¿Cómo es que unos pocos tienen tanto y la mayoría de los trabajadores no tienen nada? ¿Cuál es
el secreto de la sociedad capitalista, si todos dicen vender sus productos al
precio justo? Estas son algunas de las preguntas que Marx trata de develar en este capítulo. En realidad estamos refiriendo a uno de los conceptos
principales que es la PLUSVALÍA. Pero veamos en que teorías anteriores
se apoya el intelectual alemán para desarrollar sus ideas.
La teoría de Karl Marx va a estar influenciada, en economía,
por la escuela clásica británica y fundamentalmente el pensamiento de
Adam Smith y David Ricardo. En lo filosófico, como ya vimos en “La
Ideología alemana” por todo el pensamiento alemán pero, en especial
por Hegel. En lo social por todo lo desarrollado por el socialismo utópico, en especial, Fourier, Saint-Simón.
La escuela de la economía clásica de Smith, Ricardo, aparece
como un quiebre con la escuela económica anterior, “los fisiócratas”.
Ahora bien, ¿Cuáles eran las diferencias centrales entre ambos sobre
la cuestión del origen de la ganancia? Este es el tema que le interesa
a Marx. Para los fisiócratas del siglo XVI, la ganancia surgía de la renta
de la tierra. La tierra brindaba todos los productos que luego el hombre
iba a transformar. Los clásicos, que se ubicaban históricamente en el
período post-revolución industrial, van a decir, en cambio que la ganancia surge a través del trabajo humano, de esta manera el desarrollo es
ilimitado. Todo lo que la naturaleza nos ofrece puede ser transformado
por la mano del hombre. Esta última teoría se impone por sobre la de
los fisiócratas. Y este es el punto donde Karl Marx retoma a los clásicos
de la economía pero se diferencia de ellos.
Según Marx ese valor producido por el trabajador es expropiado
por el capital. Pero veamos más específicamente como desarrolla sus
ideas Marx, nos dice: El capitalismo es un modo de producción de mercancías, es más se ha dado la generalización de las mercancías, todo
o casi todo se puede comprar o vender en el mercado.
¿Qué es una mercancía? Son todos los productos del trabajo
humano que fueron producidos con la intención de ser intercambiados en el mercado. Simplificando, va desde una silla, un pizarrón, una
computadora, una idea, hasta la fuerza de trabajo es tomada como una
mercancía más.
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Una mercancía tiene 2 valores, valor de uso y valor de cambio.
Valor de uso
Mercancía
Valor de cambio
Todos los productos del trabajo humano satisfacen una necesidad material o espiritual, pero no todos los productos son mercancías,
sólo aquellos que fueron creados con el objetivo de ser intercambiados,
siempre una mercancía tiene este doble carácter.
El valor de uso se expresa en la utilidad del producto. Implica una
relación cualitativa. Es decir, nos indica para qué sirve un producto. El
valor de cambio se determina por algo que es común a todos los productos y es el trabajo humano incorporado. Se expresa como relación
cuantitativa. Que cantidad de un producto se necesita para intercambiar con otro.
En este sentido, como lo que importa es el valor de cambio (para
que se venda un producto) es necesario hacer abstracción del valor de
uso. Es decir, debemos olvidarnos para que sirve es producto, ya que
no es importante considerar esto a la hora de establecer el valor de
cambio. Pero si se hace abstracción del valor de uso, también se hace
abstracción del trabajo que tiene incorporado. Se reduce la fuerza de
trabajo y la utilidad del producto al valor de cambio.
El valor de cambio se establece por el trabajo necesario que
se mide en tiempo. Tiempo de trabajo socialmente necesario, para
producir una mercancía en tiempos y condiciones “normales” para
una época.
Entonces:
Trabajo Útil
BASE DEL VALOR DE USO
Trabajo abstracto
BASE DEL VALOR DE CAMBIO
(medido por tiempo de trabajo --- horas, semanas, mes)
El valor de uso y valor son dos ASPECTOS DE LA MERCANCIA QUE
EXPRESA EL CARÁCTER DUAL DE TRABAJO.
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El trabajo es útil porque transforma materias primas y las convierte en cosas útiles. Por ejemplo, como el trabajo del carpintero que
convierte la madera en muebles necesarios para la comodidad en una
vivienda. El trabajo abstracto es el gasto de trabajo humano indiferenciado y hace que las mercancías sean comparables entre sí. El trabajo
abstracto puede ser simple, es decir no requiere ninguna destreza o conocimiento especial o complejo que requiere un aprendizaje o práctica
especial. Una cantidad de trabajo complejo equivale a una cantidad de
trabajo simple mayor.
Trabajo abstracto es una categoría histórica que se aplica a la
producción de mercancías en el capital.
Pero volviendo a la pregunta: ¿De dónde surge la ganancia capitalista?
¿Cuánto vale la fuerza de trabajo?
Mercancía Fuerza de trabajo
Valor de uso: trabajo
Valor de cambio: Fuerza de trabajo
Decíamos antes: En el modo de producción capitalista, la fuerza
de trabajo es una mercancía más, pero es la mercancía que crea al
resto de las mercancías (la única que puede ejercer esa actividad creadora). Pero otra vez, ¿cómo surge la ganancia?
Y para esto hay un proceso estructural que la determina. Este
proceso es la sutil diferencia entre el concepto de trabajo y el concepto de fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es una mercancía como
cualquier otra y que tiene un valor, como cualquier otra mercancía.
Ese valor es la inversión que se necesita para producir esa energía.
Entonces ¿qué se necesita para producir la fuerza de trabajo? Lo
necesario para la alimentación de la familia de un trabajador. Necesidades básicas para que el trabajador vuelva al otro día en las mismas
condiciones, para que se reproduzca siempre como trabajador (nunca como capitalista). Por ejemplo, el impuesto a la ganancia en los
salarios limita la capacidad de ahorro de los trabajadores. Entonces,
el trabajador precisa con su salario satisfacer sus necesidades de
alimentación, tener abrigo, una casa, un remedio si se siente mal, etc.
Esto varía históricamente.
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Entonces Plusvalía es el trabajo excedente que realiza el trabajador y es expropiado por el capital. El trabajador no se queda con
todo lo que produce. Vimos que el valor de la fuerza de trabajo es el
salario, pero el trabajador produce mucho más. Debemos aclarar que
hay dos momentos de la plusvalía que corresponden a dos momentos
históricos del capitalismo.
La plusvalía absoluta basada en la prolongación del la jornada
laboral. Es decir, si un trabajador trabaja 10hs diarias, 5hs son para garantizar la reproducción de sus necesidades, las otras 5hs son apropiadas por el capital dueño de los medios de producción. Por lo tanto, para
incrementar la plusvalía, el capitalista va a precisar que el trabajador
trabaje mucho más horas.
La plusvalía relativa, refiere al desarrollo de las fuerzas productivas y se acortan los tiempos de producción, produce más en menos
tiempo. El uso de maquinarias y tecnología en el lugar de producción
implica un aumento de la productividad del trabajador. El trabajador
produce más en menos tiempo. Entonces no es necesario que trabaje
tantas horas, lo que importa acá es que se intensificó el trabajo y aumentó la productividad. Pero debemos aclarar que la explotación dada
por la extracción de plusvalía es un proceso social. Esto no es fácilmente visible.
La existencia de la plusvalía le permite a Marx fundamentar la
existencia de las dos clases sociales. Los burgueses quieren que se reproduzcan las relaciones sociales de producción y los proletarios buscan que se eliminen. Al eliminar las relaciones sociales de producción
lo que aparecería es la sociedad sin clases. Esto hace que estas clases
estén permanentemente enfrentadas.
Carácter fetichista de la Mercancía y su secreto: A primera vista, dice Marx es una cosa trivial, pero analizándola vemos su carácter
endemoniado. En cuanto a su valor de uso, no hay secreto, es producto
del trabajo humano y satisface una necesidad. Su carácter enigmático,
deriva de que se igualan el gasto de fuerza de trabajo por su duración
cobrando la forma valor los productos del trabajo; la relación social entre productores y el trabajo colectivo de una sociedad es opacada por
la relación entre objetos. La mercancía nos deslumbra ocultando las
relaciones de producción dadas como relaciones de explotación de un
grupo sobre otro. Los productores producen en privado, es decir en su
lugar de trabajo, y ahí son expropiados de sus productos, recibiendo a
cambio un salario. Una vez en el mercado las mercancías, productos
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del trabajo humano, se le aparecen a los verdaderos productores como
cosas. El productor se convierte entonces en un atributo del objeto producido, y el objeto se vuelve sujeto, por lo tanto es quien entabla relaciones “sociales” con otros objetos, al intercambiarse en el mercado. El
fetichismo transforma “lo cualitativo” en “cuantitativo” ocultando así la
explotación de los trabajadores.
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La contribución de Max Weber
En el presente texto trabajaremos “La política como vocación”
y algunas ideas desarrollada por A. Giddens en “El capitalismo y moderna teoría social” que refieren a las ideas del capitalismo racional
analizadas por Max Weber.
La política como vocación forma parte de un ciclo de conferencias
dadas por Max Weber en Munich en el año 1919 a sus alumnos universitarios. La importancia de esta conferencia en la obra del pensador
alemán remite a que allí trata de manera sucinta y clara, conceptos como
racionalización, poder, dominación, estado, burocracia, carisma, etc.
Weber parte de un interrogante: ¿Qué es la política? Si bien el
concepto es muy amplio, al autor le va a interesar la política que refiere
al estado. Es decir, la política es la dirección o la influencia sobre la
dirección o trayectoria de una asociación política, en este caso refiere
al estado moderno.
Pero desde la sociología ¿qué es una asociación política? ¿Qué
se entiende por Estado? Weber nos dirá hay una característica que
define y diferencia al Estado de cualquier otra asociación política (por
ejemplo un partido político); esa característica es la violencia física,
éste es su medio específico. En este sentido define, al estado como
aquella comunidad humana que dentro de un territorio determinado reclama para sí el ejercicio del monopolio de la violencia física legítima.
El estado es la única fuente de derecho a la violencia. Las demás asociaciones políticas podrán ejercer el derecho a la violencia en la medida
que el estado se los permita.
Entonces se entenderá por política la aspiración a participar en
el poder o a influir en la distribución del poder entre los distintos Estados
o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres
que lo componen. Quién hace política aspira al poder, persiguiendo
fines idealistas o egoístas.
El estado es una relación de dominación de hombres sobre hombres sostenida por la violencia legítima. En este sentido, buscará que
los dominados acaten la autoridad.
Pero ¿qué es la dominación legítima para Weber? La dominación legítima se basa en la creencia de los dominados en la validez
del orden estatuido. Weber no profundiza demasiado en saber cuales
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son los motivos que impulsan a los individuos a aceptar un orden dominante; es suficiente con su manifestación exterior. Si bien, siguiendo
su pensamiento son motivos individuales, el autor no indaga sobre las
cuestiones psicológicos que hace que los hombres acepten la dominación. Además nos dice, un orden es efectivo no solo porque se cumplen
las leyes sino por la continuidad de este orden en el tiempo.
Para comprender mejor los tipos ideales de dominación que
analiza Weber, debemos comprender previamente tres ideas que están vinculadas, ellas son: las idea de poder, dominación y disciplina,
entendidas como probabilidad. Y luego definimos los tipos ideales.
• Poder: Es la probabilidad de imponer una voluntad en una relación social independientemente que exista resistencia por parte
de los otros miembros de la relación. En este caso el poder no es
legítimo, es decir es resistido.
• Dominación: Es la probabilidad de que un mandato sea obedecido por los miembros de una relación. En este caso se comprende
los tres tipos de dominación que analizaré en el siguiente punto.
• Disciplina: Es la probabilidad de encontrar obediencia a un
mandato de manera rápida y automática basado en actitudes
arraigadas.
La prescindencia valorativa, el tipo ideal y la idea de racionalidad:
Uno de los puntos relevantes para analizar la importancia del
aporte de Max Weber y para comprender mejor los puntos anteriores,
reside en su interés por “descubrir” la metodología adecuada que permita sostener que las Ciencias Sociales son verdaderas Ciencias. Weber entiende que las Ciencias Sociales hasta el momento, estaban altamente influenciadas por la ideología. En este sentido, su preocupación
metodológica va a ser la de construir una metodología que prescinda
de los valores. Por ejemplo, si se estudia un tipo de política, no importa
si es “buena o mala”, lo que importa es comprenderla para explicarla; la
valoración pertenece al ámbito de la política, la comprensión, en cambio, pertenece al ámbito de la ciencia.
En este sentido, el pensamiento weberiano apunta simplemente a comprender la realidad, a diferencia de Marx cuyo objetivo era
transformarla. Pero ¿que entiende por la realidad Weber? Para este
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autor, la realidad es una suma compleja de acciones y relaciones
inabarcables e imposibles de comprender para un científico. En este
sentido va a construir herramientas metodologías que le permitan ordenar el conocimiento de la realidad. Weber aborda el análisis de la
realidad a partir de la construcción de “tipos ideales”. Los tipos ideales
son herramientas metodológicas que le sirven para la formación de
conceptos históricos, específicos y rigurosos; que le permiten el análisis y comprensión causal de los fenómenos históricos. El pensador
alemán acentúa un aspecto de la realidad, lo racional, que permite
tener una mirada unívoca y coherente, pero que no tiene intención de
representar la realidad como es. Es decir, los tipos ideales no son ni
verdaderos ni falsos, sino que son un medio útil para comprender la
realidad de la manera más racional.
Antes de continuar con el análisis de los tipos ideales, nos preguntamos, ¿qué es la racionalidad para este autor?
La idea de racionalidad en Weber aparece permanentemente
en sus escritos, sin embargo, no encontramos una definición concreta. La racionalidad se vincula con un tipo de acción que ejercen
los individuos en el capitalismo y consiste en aumentar al máximo
las ganancias y disminuir al mínimo las pérdidas. Este tipo de acción emprendida por los individuos no es por una sola vez sino por
el contrario, un tipo de conducta continua. La racionalidad individual
forma la base de un tipo de racionalidad social. La acumulación de
ganancias individuales termina siendo autónoma de los individuos y
se prolonga en el tiempo. Esta sería una de las explicaciones de la
formación del capitalismo moderno. Aunque también hay que aclarar
que para este autor siempre existió capitalismo, entendido básicamente como el intercambio comercial. Antiguamente existía un capitalismo aventurero, donde la conducta frecuente era gastar toda la
ganancia e ir por nuevas conquistas, es decir se trataba de acciones
irracionales. Pero en determinado momento de la historia se da un
cambio en la acciones de los individuos. Este cambio en la forma de
actuar se debe en parte a la influencia del pensamiento protestante.
Es así que en los países donde predomina la religión protestante se
desarrollará ampliamente el capitalismo moderno. Sucintamente, el
pensamiento protestante sostiene que los bienes son de Dios, y en
este sentido no hay derecho a malgastarlos. Estas ideas junto con la
aplicación del cálculo racional y la generalización de las normas de
la contabilidad en las distintas actividades serían la explicación del
surgimiento del capitalismo racional. Por último, quien va a asumir
esa racionalidad va a ser el Estado moderno, cuya definición dimos
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al comienzo del presente texto. Una vez aclarado estos puntos podemos continuar con los tipos ideales como formas de dominación
legítima que establece el estado. Ellos son:
a) El tipo ideal tradicional: Los hombres creen en la santidad de las
costumbres, como la que ejercían los patriarcas y los príncipes.
b) El tipo ideal carismático: En este caso se cree en las cualidades personales de un individuo, como por ejemplo el heroísmo,
la valentía, etc.
c) El tipo ideal racional legal: La creencia es en la validez de los
preceptos legales. Se cree en la ley y en la competencia objetiva
fundada en normas racionalmente creadas. Es el caso del moderno estado.
Es claro que nunca se da de manera pura estos tipos de dominación. Nos dice, es verdad que la obediencia de los súbditos a un
mandato se apoya en el miedo al castigo o a la esperanza de que es
la mejor forma de dominación.
Si bien de acuerdo a su pensamiento el tipo ideal racional legal
es la forma más adecuada para la dominación moderna, Weber va a
poner atención en el tipo de dominación carismática, ya que en su expresión más alta arraiga la idea de vocación. El guerrero o el demagogo del parlamento es el hombre llamado a ser conductor de hombres.
Se cree en él, en su persona, en sus cualidades. En Occidente se da
frecuentemente el caudillo político. Esta figura del líder carismático
va a ocupar un lugar esencial en la política en momentos de crisis de
legitimidad del tipo racional legal. Pero estos políticos por vocación
no son las únicas figuras determinantes en la empresa política de la
lucha por el poder. Es interesante visualizar como el teórico de la racionalidad apela a la irracionalidad en determinados momentos para
preservar el orden legítimo.
Weber continuará diciendo toda empresa de dominación que
requiera una dominación continuada necesita por un lado, la obediencia de los súbditos a aquellos señores que se pretenden portadores
del poder legítimo; por otro lado, necesita que los portadores de poder legítimo dispongan de los bienes necesarios para el empleo del
poder físico, ya sea tanto el personal administrativo como los medios
materiales de la administración.
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Para mantener la dominación se necesita de materiales externos. En este sentido las organizaciones estatales se pueden clasificar
en dos grandes categorías. En una el titular del poder legítimo junto con
sus funcionarios poseen en propiedad, los medios de administración
(dinero, edificios, material bélico, caballos u otro medio de transporte,
etc.). A esta forma se la denomina asociación estamentalmente estructurada. En la otra forma, el cuadro administrativo está separado de
los medios de administración, de la misma manera que se separó en
la empresa capitalista al productor de los medios de producción. Por
ejemplo, los funcionarios públicos no son dueños de las computadoras
que usan, del los autos, de las armas, etc.
Precisamente, el desarrollo del estado moderno comienza cuando el príncipe inicia la expropiación de los titulares privados de poder
administrativo que junto a él existen. Los expropia de los bienes de
administración que antes mencionamos. Al término de este proceso, el
estado moderno tiene a su disposición los medios de la empresa política acumulados en la cúspide. Ni un solo funcionario es propietario del
dinero, de los edificios, de las armas, etc.
Entonces, el estado moderno se forma cuando se separa históricamente al máximo el cuadro administrativo de los medios materiales
de administración.
Como dijimos anteriormente, Weber define al estado moderno
como una asociación de dominación institucional que monopoliza dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y con este fin reúne todos los medios materiales de administración
en manos de sus dirigentes y ha expropiado a todos los funcionarios
estamentales sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas
(burocracia estatal).
En este sentido el estado moderno establece el orden legítimo
en donde funcionará el mercado libre. El papel del estado es demarcar
las medidas necesarias para el funcionamiento del mercado. Por ejemplo, establecer el sistema de cambio, determinar lo que es lícito o no
dentro de las actividades comerciales, determinar condenas por falsificación de moneda, etc. El funcionamiento del mercado, como vimos,
se da dentro de los parámetros de la búsqueda racional de la ganancia
por parte de los individuos. El orden de normas legítimas que establece
el estado permite que todos los individuos acudan al mercado a fin de
obtener ganancias bajo las mismas reglas. Resumiendo, el estado moderno y su orden legítimo establecen normas de funcionamiento para
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el desarrollo de las acciones individuales racionales en búsqueda de
ganancias e influenciadas por el protestantismo, que en conjunto conllevan a la expansión de un tipo de capitalismo racional.
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Bibliografía Obligatoria
1. Período de Revoluciones
• HOBSBAWN, Eric. “La era de la revolución”. 1789-1848. Buenos
Aires, Editorial Crítica, 1997. Caps. 1 y 2.
2. Contractualismo
• BOBBIO, Norberto y BOVERO, Michelangelo. “Sociedad y Estado en la Filosofía Moderna. El modelo iusnaturalista y el modelo hegeliano-marxiano”. Fondo de Cultura Económica, México, 1986. Capítulos: III El modelo Hobbesiano (pags. 47-55),
V El Estado de naturaleza (pags. 69-86), VI El Contrato Social
(pags. 87-107) y VII La Sociedad Civil (pags.108-122).
Disponible en: http://www.scribd.com/doc/48191609/sociedad-yestado-en-la-filosofia-moderna-PDF
3. Positivismo
• PORTANTIERO, J.Carlos (ed.) (1977). ”La sociología clásica:
Durkheim y Weber”; CEAL, Buenos Aires, 1988.
• BORDIGIONI, Roberto; MALLO, Lilia; POLITI, Monica. “Curso de
Sociología; Psyc Pastorino Steirensis y Cabrera”, Buenos Aires,
2001. Capítulo III: Teorías Enciclopedicas (1820/30-1870).
4. Emile Durkheim
• GIDDENS, Anthony. “El capitalismo y la moderna teoría social”. Labor, Barcelona, 1994. Segunda parte: Durkheim. Caps: V, VI y VII.
5. El aporte de Karl Marx
• MARX, Karl. “La ideología Alemana”. Buenos Aires. Ediciones
Pueblos Unidos/ Cartago, 1985. Cap. 1.
• MARX, Karl. “El Capital”. México D.F., Siglo XXI, 1987/89. Capítulo
I (Tomo I del vol.).
• GIDDENS, Anthony. “El capitalismo y la moderna teoría social”.
Labor, Barcelona, 1994. Cap. 4.
6. La contribución de Max Weber
• WEBER, Max. “El político y el científico”. Alianza, Madrid, 1992.
• GIDDENS, Anthony. “El capitalismo y moderna teoría social”.
Labor, Barcelona, 1994.
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Bibliografía Sugerida
2. Contractualismo
• HOBBES, Thomas. “Leviatán, o la materia, forma y poder de una
república eclesiástica y civil”. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1994. Capítulos 8,13,14,17,18 y 29.
• LOCKE, John. “Segundo tratado sobre el gobierno civil”. Madrid,
Alianza Editorial, 1993. Libro II, capítulos 2,3,7,8 y 9.
• ROUSSEAU, Jean-Jacques. El Contrato Social. Barcelona, Altaya, 1993. Libros 1, 2 y 3.
3. Positivismo
• GURVITCH, Georges. “Los fundadores franceses de la filosofía
contemporánea: Saint-Simon y Proudhon”. Buenos Aires, Nueva
Visión, 1970.
• GURVITCH, Georges. “Tres capítulos de historia de la sociología:
Comte, Marx y Spencer”. Buenos Aires, Nueva Visión, 1959.
• COMTE, Auguste. “Discurso sobre el espíritu positivo”. Madrid,
Alianza, 1980.
4. Emile Durkheim
• PORTANTIERO, J.Carlos (ed.) (1977): “La sociología clásica:
Durkheim y Weber”; CEAL, Buenos Aires, 1988.
5. El aporte de Karl Marx
• ZEITLIN, Irving. “Ideología y teoría sociológica”. Buenos Aires,
Amorrortu, 1970. Cap. 8, 9 y 10.
• MARX, Karl. “El 18 Brumario de Luis Bonaparte”. Buenos Aires.
Editorial Polémica, 1975. Caps. I y VII.
• GURVITCH, Georges. “El concepto de clases sociales”. Nueva Visión, Buenos Aires, 1967. 2ª Conferencia.
• THOMPSON, E. P. “La formación de la clase obrera en Inglaterra”.
Barcelona. Editorial Crítica, 1989. Prefacio.
6. La contribución de Max Weber
• WEBER, M.. “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”.
• PORTANTIERO, J.Carlos (ed.) (1977): “La sociología clásica:
Durkheim y Weber”; CEAL, Buenos Aires, 1988.
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