CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO i María Cristina Sarasa ([email protected]) y Marcela Calvete ([email protected]), Departamento de Lenguas Modernas, GIEEC, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata. Dentro de la formación del profesorado en el tradicionalmente denominado campo de las lenguas extranjeras, el desarrollo de las tecnologías de la comunicación permite a los futuros docentes acceder a múltiples representaciones textuales y digitales de las diversas culturas de estas LEs. Muchas de estas creaciones exploran y reescriben el pasado de las heterogéneas sociedades donde se hablan las llamadas LEs, en un rico intercambio entre la historia, la cultura, el cine y la literatura. Para la crítica y la academia, estas reconceptualizaciones del pasado a menudo intentan desentrañar problemáticas actuales. Los variados modos de apropiación e imaginación históricoculturales de carácter popular y académico impactan en las instituciones formativas, que han incorporado la textualidad mediática en su enseñanza, complementándola con la impresa. Como profesoras de inglés y formadoras de docentes en esta lengua, ya de comunicación internacional, hemos problematizado el cine de ficción, la historia y la literatura en la asignatura Comunicación Integral del Profesorado de Inglés, Facultad de Humanidades, UNMDP. Esta materia intenta crear espacios críticos para examinar algunas de las múltiples culturas postcoloniales que hablan la lengua inglesa como primera o segunda lengua o como lenguaje de comunicación internacional. Este trabajo narra las problemáticas de una experiencia didáctica donde se exploran intercultural e históricamente dos representaciones fílmicas del nacimiento de Irlanda, Michael Collins (El precio de la libertad, 1996) y The Wind that Shakes the Barley (El viento que acaricia el prado—literalmente El viento que agita a la cebada—, 2006) junto con la novela de William Trevor sobre el mismo período, Fools of Fortune (Tontos de la fortuna, 1984). Se examinan colaborativamente en clase los contextos de producción y recepción de estos textos. El análisis de las decisiones autorales respecto del género representacional, de sus definiciones de la historia, del rol del individuo y de los vínculos entre lo público y lo privado permite indagar acerca de cómo, aparte de representar un momento clave en la historia irlandesa, estas producciones resignifican su condición presente profundizando cuestiones más amplias y globales que permiten una 1 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 mirada al interior de la cultura materna y también permiten oír voces allende los centros imperiales donde se habla la lengua inglesa. Al examinar las dos producciones cinematográficas, vemos que en los últimos treinta años, los historiadores y los educadores, entre otros académicos, se han dedicado con seriedad al estudio de cómo las películas recuperan el pasado. Pareciera que el público en general derivaría más conocimiento sobre el pasado a partir de estas producciones que mediante la lectura de material (erudito) impreso. En este contexto, existe un sólido cuerpo de investigaciones que sostienen el valor intrínseco de los films históricos. Estos estudios sobre el cine incluyen las contribuciones pioneras de Marc Ferro acerca de las películas como fuentes y agentes de la historia; el énfasis de Pierre Sorlin sobre los films históricos como productos de su tiempo; la insistencia de Robert B. Toplin acerca de las películas en tanto problematizadoras de la historia; los argumentos de Robert Rosenstone a favor de los films históricos como representaciones por derecho propio que los historiadores no pueden desdeñar y, finalmente, las teorizaciones de Julio Montero respecto del vínculo esencial entre cine e historia (Pelaz López 2007). Estos avances se sostienen a partir de las conexiones entre las narrativas y la imaginación históricas y las experiencias vividas del pasado, establecidas por Hayden White. Este autor cuestionó la búsqueda de un pasado inmutable, pasible de ser aprehendido empíricamente, discutiendo sobre las formas en que los historiadores crean diversas realidades (White 1973). A partir de estas reflexiones, procedemos en primer lugar a recorrer analíticamente las dos producciones cinematográficas que recrean la lucha por la independencia irlandesa en las primeras décadas del siglo veinte. Michael Collins (MC, Warner Bros. 1996), la producción del director y escritor irlandés Neil Jordan, es un film biográfico que explora el nacimiento del Estado Libre Irlandés, concentrándose en el período 1916-1922 a partir de la lucha y muerte del líder homónimo. Por su parte, El viento que acaricia el prado (Viento, Pathé 2006), la película del realizador británico Ken Loach, indaga en el desarrollo de la Guerra de la Independencia Irlandesa (1919-1921) y los comienzos de la subsiguiente Guerra Civil (1922-1923) a partir de la relación privada entre dos hermanos. Ambas producciones han sido nominadas y premiadas en el circuito internacional—por ejemplo, MC ganó el León de Oro de Venecia en 1996 mientras que Viento obtuvo la Palma de Oro de Cannes en 2006. Sin embargo, la prensa británica ha comparado a sus directores con 2 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 Leni Riefenstahl a causa de la presunta apología de la violencia que sus producciones evidenciarían (Hochard y Kitson 1998; Luckhurst 2006). Aunque indudablemente ambos films recrean el pasado para reinterpretarlo, cada uno surge de su propio contexto político de producción con una década exacta de diferencia entre ambos (1996-2006). En primer lugar, MC es una épica, mientras que Viento es una narrativa doméstica. Además, Jordan y Loach provienen de diferentes tradiciones históricas: el primero elige una gran narrativa sobre “grandes hombres” en Dublín, mientras que el segundo se sumerge en fuerzas sociales profundas que operan en un pequeño pueblo en West Cork, al sudoeste de Irlanda. Estas conceptualizaciones reflejan distintas visiones sobre el rol de los individuos en la historia. Así, el texto introductorio que precede a MC sostiene que “su vida y su muerte definieron al período [1916-1922], en su triunfo, terror y tragedia”. Por su parte, Loach trata de desdibujar lo político y lo social en lo ficticio, lo personal y lo doméstico. Si sostenemos que las películas resignifican el presente irlandés, podemos controvertida y temporalmente atribuir a MC “el deseo postcolonial… de las comunidades descolonizadas de una identidad” (During 1995:125). De manera similar, el rótulo tentativo de post-imperial puede ser atribuido a Viento puesto que el post-imperialismo “involucra a la cultura imperial en una relación con un orden complejo de relaciones internacionales en la era post-imperial” (Strongman 1996). Por último, si bien el imperialismo colonial ha desaparecido, persisten en el mundo global nuevas formas de dominación imperial a través de la influencia y penetración de carácter económico, político, militar y cultural (Teschke 2008). Pasando ahora a Tontos de la fortuna (Tontos, Trevor 1984) diremos que su título podría ser retraducido como Víctimas del destino, en alusión a sus personajes atrapados en un sino trágico inescapable. El título en inglés posee conexiones intertextuales con la obra de Shakesperare cuando Romeo se autoproclama un juguete de la fortuna al verse forzado a matar a Teobaldo. Otro personaje que se autodenomina un títere de la suerte es el Rey Lear. Es decir, se trata de personajes atrapados por las circunstancias en un destino trágico ante el cual se revelan impotentes. De igual forma en Tontos, los hombres y mujeres del texto son esclavos de los cuales se burla un destino inexorable. La novela es obra del galardonado escritor y dramaturgo irlandés William Trevor, nacido en el condado de Cork, donde transcurre la mayor parte de Tontos, de Viento y tierra natal de Michael Collins, donde fue asesinado. El condado de 3 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 Cork, especialmente West Cork, es conocido por sus historias de sufrimiento, muerte y exilio durante la Gran Hambruna (aproximadamente 1845-1850) y por su lucha enconada durante la Guerra de la Independencia. La novela de Trevor se desarrolla en su mayor parte durante los años 1918-1928/30, extendiéndose en partes más cortas hasta 1983, fecha de su publicación. Su contexto de producción sucede a la trágica huelga de hambre de los prisioneros del IRA (ERI) en la prisión de Maze al sudoeste de Belfast y antecede a la firma del Acuerdo Anglo-Irlandés de 1985, el primero entre Irlanda y el Reino Unido tras el Tratado Anglo-Irlandés de 1921. Por su parte, Trevor procede de una familia de ascendencia anglo-irlandesa, como se denomina a aquellos protestantes ingleses establecidos de muy larga data en Irlanda por fuera de la provincia de Ulster, muy pocos de los cuales sobrevivieron en esta tierra tras la creación del Estado Libre. Como veremos, precisamente Tontos se ocupa de la extinción de una familia angloirlandesa rehén de la violencia de la Guerra de Independencia. En este encuentro entre lo individual y lo colectivo, donde la historia se resignifica como relato, se plantean más interrogantes que certitudes y se recurre finalmente al silencio y a los hiatos para referirse a aquello que no se puede narrar, de lo cual no se puede hablar y a aquellos que han sido silenciados por la violencia a la cual los condenó su suerte (El Nossery 2009). Michael Collins: la representación épica de la historia Neil Jordan consideró por primera vez realizar MC a comienzos de la década de 1980 cuando “los hechos en Irlanda del Norte transitaban su etapa más sombría” (Jordan 1996:4). Sin embargo, fue a mediados de 1990, cuando “las armas en el Norte se habían silenciado y aparentaban permanecer silenciosas” (9) y cuando había adquirido una reputación internacional como cineasta, que su proyecto maduró y encontró los capitales para realizar la que en su momento fue la producción más cara de la filmografía irlandesa. Precisamente, aún antes de su estreno, MC generó una inmensa controversia durante la cual la prensa británica conservadora vituperó a Jordan a causa de su supuesta propaganda anti británica y apoyo a la lucha armada del IRA (ERI) que aún no había cesado por completo en 1996. Aunque Jordan parece simpatizar con la causa nacionalista de Collins, su película es ambigua y contradictoria respecto de la violencia republicana. Se reconcilia la necesidad de apropiarse del pasado heroico con el deseo de lograr una paz duradera, anhelo que prevaleciera en el momento de la producción fílmica (Morris 1999). En MC se presenta a la historia irlandesa en términos 4 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 de una lucha de setecientos años contra el poder británico. Al retratar a la brutalidad republicana como una reacción lógica ante la desenfrenada crueldad británica en su determinación de conservar a Irlanda, MC conserva la visión nacionalista heroica de la Guerra de Independencia. Al mismo tiempo, alude a las consecuencias trágicas de esa violencia, declarándose a favor de erradicar las armas de la política irlandesa. El propio Collins es un luchador reacio que ansía la paz y se halla listo para transigir y negociar un acuerdo con los británicos. Collins expresa en una escena que anhela tanto la paz que moriría por ella y que odia a los británicos porque ellos tornaron necesario al odio y forzaron a los irlandeses a tomar las armas. De esta forma, el texto al final de la película indica que Collins “murió paradojalmente tratando de eliminar de una vez por todas las armas de la política irlandesa”. Aunque MC aborda una temática local que ha contribuido a una revisión de la historia irlandesa (Doherty y Keogh 1998), la película se ubica “en la intersección entre el cine nacional y Hollywood, donde lo nacional y lo internacional, lo local y lo global, convergen y se funden” (Merivirta-Chakrabarti 2007:122). Al utilizar algunas convenciones del cine de Hollywood—por ejemplo, un luchador que define a su época, héroes y villanos, un conflicto justo y definido, un final trágico—Jordan produjo la primera gran épica irlandesa, pues nadie con anterioridad había emprendido en Irlanda similar propósito en esa escala. Tal como en un film de Hollywood, vemos a hombres bien definidos en conflicto entre sí y con el imperio, mientras pugnan por resolver una lucha concreta o por lograr objetivos claros (Bordwell 1990). MC atrapa al mito del protagonista homólogo enfatizando el rol del individuo tal como lo hacen las películas históricas convencionales. Collins es el principal agente causal que despierta y canaliza las derrotadas aspiraciones de libertad de Irlanda. Esta reescritura de algunos mitos y épicas fundacionales de la nación y la exploración de su influencia en las vidas de la gente son un tema recurrente de la obra de Jordan, desde su primera novela The Past (El pasado, 1980) hasta una película más reciente como Breakfast on Pluto (Desayuno en Plutón, 2005) (Grassi 2008). MC se apoya en el mito de Collins en su rol de líder del IRA, a quien la prensa británica erigió como héroe (el hombre sin rostro que los británicos no podían atrapar y que circulaba en bicicleta por Dublín con un precio de diez mil libras esterlinas por su cabeza) durante su vida y cuya imagen póstuma el Estado Libre Irlandés consolidó durante los primeros años de su existencia para afianzar sus bases. Con posterioridad, líderes rebeldes en 5 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 todo el mundo, desde Mao al ex primer ministro israelí Yitzhak Shamir—este último durante el Mandato Británico en Palestina—imitaron conscientemente el nuevo concepto de lucha de guerrillas de Collins, basado en la eliminación selectiva de informantes locales y agentes claves de las fuerzas de ocupación a través de un escuadrón selecto de asesinos y la obtención de inteligencia a través de la penetración de todos los sistemas del enemigo (Coogan 1992). La combinación fílmica y popular de todos los diferentes aspectos de este mito de Collins ha generado actualmente dentro de la propia Irlanda niveles de interés erudito y popular en el personaje (Banotti 1998). Esto, por su parte, ha contribuido también a generar disputas, en especial aquellas concernientes a múltiples aspectos del período denominado revolucionario (1916-1922/23). Finalmente, la película planteó interrogantes acerca del conflicto armado en Irlanda del Norte, iniciado a fines de la década de 1960 y concluido a fines de los noventa, indicando que los mitos siempre realizan alguna contribución en torno a debates contemporáneos. Jordan reconoce la pertinencia nacional de su película: “es un período de la historia que debe ser visto. Es parte de mi pasado irlandés, es parte de lo que somos…” (Jordan en Salisbury 1996:84). La producción explora la derrota de los rebeldes irlandeses a manos de fuerzas británicas superiores en el Levantamiento de Pascua de 1916 y el posterior desarrollo de nuevas tácticas de lucha urbana y rural para lograr la independencia, de las cuales el joven Collins fue el artífice principal. El film prosigue con los debates del Tratado Anglo-Irlandés de fines de 1921 y los inicios de la subsiguiente Guerra Civil, cuando Collins fue asesinado en la plenitud de su vida por sus ex camaradas de armas que se oponían a la ratificación del Tratado. MC ofrece nuevas instancias de discusión y evaluación, arrojando luz sobre las dificultades pasadas y presentes de lograr una vía intermedia. Al abordar la relación entre el presente y el pasado, la película ayuda a reexaminar la identidad irlandesa debatiéndose entre el dilema de pensar a la nación establecida en 1922 como la creación exclusiva de un espíritu celta esencial o de aceptar el hecho de que los británicos y los irlandeses se necesitan mutuamente para definir sus historias y sus identidades (Kiberd 1996). De lo que no existe duda es acerca del hecho de que cualquier retrato de Collins resucitará aquellas cuestiones sin resolver que han obsesionado a esta tierra durante siglos. 6 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 El viento que acaricia el prado: la representación de relatos privados Viento fue estrenada en 2006, reflejando algunas de las consecuencias de la invasión de Iraq por parte de los Estados Unidos en 2003, intrusión llevada a cabo con significativo apoyo del Reino Unido. En principio, el director Ken Loach declaró que su creación se inspira en la oposición iraquí a la intervención estadounidense en este país; en la noción imperial de dividir para gobernar y en los problemas emergentes cuando un ejército de ocupación se retira de las tierras que ha invadido (Gibbons, F. 2006). En este contexto, la cruenta escena de tortura de Viento se inspira probablemente en la revelación—efectuada en 2004—de las atrocidades cometidas por las fuerzas estadounidenses en la prisión de Abu Ghraib. La secuencia fílmica de tortura muestra a los Black and Tans (Tans, veteranos desocupados de la Primera Guerra Mundial reclutados como fuerzas irregulares por el gobierno británico en 1919-1921 para eliminar al IRA. El nombre alude al color negro y caqui de sus uniformes) atormentando a un brigadista. Asimismo, la brutalidad que los Tans ejercen en el film en contra de mujeres (cortándoles el pelo a la fuerza) y civiles rurales (quemando sus granjas), en una lucha donde se desdibujan los límites entre civiles y militares, rememora las misiones de registrar y destruir de las tropas estadounidenses en las aldeas de Vietnam del Sur. Por su parte, Paul Laverty, guionista del film, confiesa que “cualquier cosa que enfrente al pasado colonial británico ciertamente despertará feroces pasiones” (O‟Hagan 2006). Laverty ha declarado que, si bien él no escribió específicamente el guión refiriéndose a la invasión de Iraq, era consciente del hecho de que la retórica y la psicología de las fuerzas británicas de ocupación en Irlanda y de las estadounidenses en Iraq son de naturaleza similar (Laverty 2006). Así, en Viento, un director británico aborda un período controvertido de la historia irlandesa para advertir que el “imperialismo… persiste allí donde siempre ha estado…” (Said 1994:8). Viento es un drama de época representado por los integrantes de las brigadas rurales “voladoras” del IRA en su enfrentamiento con los Tans, y transcurre en West Cork durante la Guerra de Independencia. Retrata los comienzos de la Guerra Civil— entre aquellos luchadores republicanos que apoyaban la ratificación del reciente Tratado Anglo-Irlandés y los que se oponían a él—que se desató luego del establecimiento del Estado Libre Irlandés en 1922. En principio, la película es una denuncia de la brutalidad británica, pero también evoca el fratricidio en que se sumergió el Estado Libre tras su independencia. El título, traducido literalmente como El viento que agita la cebada, 7 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 alude a una balada que conmemora a los patriotas caídos en la Rebelión de los Irlandeses Unidos en 1798. Los humildes soldados llevaban en sus bolsillos raciones de granos de cebada o trigo. Al perecer, y ser enterrados anónimamente, lo único que marcaba sus tumbas al año siguiente eran las espigas de trigo o de cebada que habían brotado de sus ropas. Metafóricamente, la canción sugiere la inmortalidad del alma nacionalista. Las temáticas de Viento se plantean íntima y privadamente a través de la vida de dos hermanos. La motivación de Damien deriva de su sentido del deber y del amor por su tierra, que lo conducen a abandonar una promisoria carrera como médico en Inglaterra. De esta manera, se une a su hermano Teddy en la lucha por la independencia de las legendarias brigadas de West Cork. Tras la firma del Tratado Anglo-Irlandés se desata en 1922-1923 una feroz Guerra Civil entre aquellos republicanos a favor de la ratificación del Tratado y aquellos en contra, la cual culmina con la victoria de los primeros—apoyados por los británicos. Así, hombres y mujeres—entre ellos los dos hermanos—que habían peleado juntos durante la lucha por la independencia, se enfrentan como enemigos irreconciliables en un conflicto fratricida. En la película, lo público y lo privado, las lealtades y las traiciones, se entrelazan y confunden. Este juego entre relato e historia se caracteriza por “los compromisos fronterizos de la diferencia cultural” que “pueden ser tan consensuados como conflictivos; que pueden confundir nuestras definiciones de tradición y modernidad; redefinir los límites consuetudinarios entre lo público y lo privado;… y desafiar expectativas sobre el desarrollo y el progreso” (Bhabha 1994:2). Como socialista de larga data, Loach propone en Viento su concepción de la historia como proceso donde los individuos se subordinan a fuerzas poderosas que operan independientemente de la agencia humana. En sus palabras: “pienso que la historia la hacen los movimientos y las economías en lugar de los grandes individuos”. También considera que “la gente se politizan cuando vive un hecho como la Guerra de la Independencia irlandesa y, si se me permite la frase anticuada, se pueden observar las fuerzas de clase que entran en acción" (Jeffries 2006). Así, la aldea de la película es un microcosmos—pues la mayoría de las clases sociales se encuentran representadas—de las fuerzas que actuaban en este período formativo durante 1920-1922. Fiel a la ideología del director, la película enfatiza la olvidada herencia política de James Connolly, el único líder socialista de la Rebelión de Pascua de 1916, que fue fusilado 8 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 junto con sus otros camaradas tras su rendición. También se observa el papel de las diversas generaciones de mujeres mediante una representación de las políticas de la domesticidad y el desdibujamiento, en la lucha de guerrillas, de los límites entre las batallas públicas y domésticas (Ryan 2000). El enfrentamiento entre los hermanos tras la firma del Tratado y su ratificación por el nuevo Parlamento irlandés tornan a las esferas política y militar en una terrible prueba moral y emocional que los hermanos estaban condenados a enfrentar. En resumen, Viento reflexiona sobre diferentes formas de imaginar el pasado y sobre los roles que éste desempeña en el presente (Crowley 2008). Tontos de la fortuna: la representación del destino histórico En su novela Tontos, Trevor (1984) ofrece una narrativa sombría donde los personajes sufren durante más de sesenta años las consecuencias inevitables de la rebeldía, la tragedia y la venganza desatadas durante la Guerra de la Independencia irlandesa. El escritor, que reside voluntariamente en Inglaterra desde la década del cincuenta y mira a su tierra y a sus ascendientes anglo-irlandeses desde la misma distancia y exilio que muchos de ellos se impusieron, nos ofrece una interpretación de la historia donde todos son prisioneros del destino de su tierra (del Río Álvaro 2007). La historia pública y política—que se remonta fragmentariamente en la novela a crónicas iniciadas en el siglo XIV—se entrelaza generacionalmente con profundos sufrimientos privados, familiares y sentimentales. Los integrantes de la familia Quinton son protestantes de ascendencia anglo-irlandesa, que residen en la mansión familiar en un pequeño pueblo del Condado de Cork. El Sr. Quinton es el acaudalado propietario de un molino, donde trabajan obreros y campesinos católicos. La familia Quinton apoya económicamente a la campaña de Michael Collins—que aparece como personaje en la novela—pero se niega a proveer de armas a los republicanos o a dejar que sus empleados del molino entrenen como brigadistas. Esta es la primera trampa de la fortuna: su apoyo a los republicanos le cuesta a los Quinton el repudio de su clase. Sin embargo, de no haber ayudado a la gente de Collins, la familia hubiera sido víctima de la venganza del IRA, como lo fueron muchos terratenientes irlandeses protestantes durante este período. El Sr. Quinton no interviene cuando los empleados de su molino ahorcan a uno de sus compañeros, sospechado a su vez de ser un informante de los Tans en la zona. En represalia por esta muerte, una noche los Tans prenden fuego a la casa 9 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 familiar de los Quinton. El Sr. Quinton, sus dos pequeñas hijas y numerosos sirvientes perecen ya sea quemados o asesinados por los Tans. Los escasos sobrevivientes incluyen a la Sra. Quinton, su hijo Willie de entonces nueve años—el narrador principal de la novela—, la mucama Josephine, el Padre Kilgarriff—maestro particular de Willie—y las dos hermanas del Sr. Quinton—ausentes en el momento del incendio. El infortunio persigue a Willie y a su madre. La Sra. Quinton, incapaz de superar su duelo, recurre a la bebida. El alcoholismo y el sufrimiento la conducen al suicidio cuando Willie cuenta con unos dieciocho años de edad. Éste se ve forzado por el deber filial y por su destino trágico a trasladarse a Inglaterra para matar al Sargento Rudkin, el líder de los Tans que quemaron la propiedad familiar y asesinaron a su familia. El acto lo convierte en un fugitivo de la justicia condenado a un exilio en el extranjero que Willie prolonga durante más de cincuenta años, aún mucho después de la prescripción de su delito. Las acciones de Willie ocasionan asimismo consecuencias inexorables para Marianne, su prima hermana inglesa, con quien el joven había hecho el amor por primera y única vez antes de cobrar su venganza la noche previa al entierro de la Sra. Quinton. Mariana da a luz a una niña llamada Imelda, y decide criarla en Cork, en las ruinas de la destruida casa familiar de los Quinton, junto con las tías de Willie y el Padre Kilgarriff. Imelda crece entre historias semi veladas de violencia y muertes familiares que le provocan el mutismo y un estado permanente de alteración mental, que para algunos es locura y para otros santidad en una tierra donde abundan los beatos y los mártires (Russell 2006). Willie retorna a Cork tras más de medio siglo de ausencia, para encontrarse con Marianne en la vejez y con su hija sumida en la demencia. La línea de los Quinton se ha extinguido para siempre, los personajes sucumbieron ante fuerzas históricas que les resultaron incomprensibles e incontrolables. Por eso decimos que han sido víctimas de la fortuna hasta el final (Beards 1984). El conocido texto de Arendt (1969/1970) sobre los medios y fines de violencia, permite releer Tontos viendo cómo, en los períodos que trata la novela, es el destino histórico de la isla de Irlanda utilizar la brutalidad y la venganza como curas para la injusticia. Vemos cómo los medios han desbordado a los fines puesto que estos últimos no se lograron rápidamente. De esta forma, en la novela, asistimos a la evocación de setecientos años de lucha transgeneracional y transnacional que ha atrapado a la tierra y a sus habitantes en un ciclo fatal de salvajismo (Russell 2006) produciendo cada generación sus mártires y dando lugar a la idea de la que las naciones emergen 10 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 inevitablemente en medio de un baño de sangre (Bayly 2000), esa “terrible belleza” del famoso poema de W.B. Yeats (1916/1997) que nace en la Rebelión de Pascua de 1916. En estas luchas primero entre opresores y oprimidos y luego entre hermanos se desdibujan las fronteras entre lo militar y lo doméstico. Los Tans, enviados para eliminar a las guerrillas, terminan asesinando a las pequeñas Quinton. En este sistema de correspondencias (Morrison 1987) entre lo público y lo privado, lo político y lo doméstico, la historia y el romance de personajes que participan en una realidad que los supera sólo resta el silencio de Imelda, víctima postrimera de la cadena de violencia que no pudo detenerse, endémica de la tierra donde nació. La fortuna es maligna y se burla de las buenas intenciones de los humanos. El único personaje que deplorar la violencia cíclica que asola a los personajes y a su historia, advirtiendo sobre la futilidad de la lucha armada, es el padre Kilgrarriff. El viejo maestro de Willie es pacifista por naturaleza y por convicción, y permanece sumido en su admiración por el pasado erudito de Irlanda y las glorias del Libertador O‟Connell, el patriota que en 1829 obtuvo la emancipación legal y política de los católicos. Discusión En lugar de resumir nuestro trabajo o de recategorizar los conceptos empleados, consideramos que en este breve espacio resultaría más interesante plantear algunos nuevos interrogantes que se derivan de nuestra exposición. A tal fin, en lugar de, por ejemplo, comparar y contrastar las películas y la novela, procederemos a seguir algunos hilos conductores que trabajamos en clase para que resignifiquen las problemáticas subyacentes de nuestros textos y guíen a los estudiantes para reenfocar la naturaleza de las controversias que estas creaciones han despertado. La primera categoría en la que hemos pensado es la de revolución. ¿Podemos aplicarla al lugar y los tiempos que MC, Viento y Tontos representan? Hanna Arendt (1963/2006) afirma que la interrelación entre la guerra y la revolución le corresponde a la edad moderna por derecho de nacimiento. La humanidad se ha acostumbrado a pensar que la meta de la guerra es la revolución, cuya única justificación, a su vez, es la causa rebelde de la libertad, en tanto principio absoluto que exige intransigentemente una única forma de gobierno. Por último, el denominador común entre la guerra y la revolución es la violencia. ¿Podríamos observar a la Guerra de la Independencia irlandesa y a la subsiguiente Guerra Civil bajo esta óptica? Arendt se refiere a la revolución en los 11 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 siguientes términos: “… sólo podemos hablar de revolución cuando ocurre un cambio que implica un nuevo comienzo y cuando se utiliza la violencia para lograr una forma de gobierno totalmente diferente, para provocar la formación de un nuevo cuerpo político, donde la liberación de la opresión apunta al menos a constituir la libertad…” (Arendt 1963/1996:25). En la historia de Irlanda, este argumento refiere a la naturaleza justamente violenta y revolucionaria de los eventos representados entre los años 19161922, junto con la idea de que una nueva nación libre puede originarse en un baño de sangre (Fanning 1998). Esta es la herencia inquietante que la posteridad ha heredado de las revoluciones francesa y rusa (Lenin 1917/1964). Así como las guerras conllevan su inevitable violencia, esta última hunde sus raíces en los orígenes bíblicos de la humanidad. En el principio era el fratricidio, la violación de la vida del hermano. ¿Somos testigos de estos asesinatos en nuestras películas y novela? Asistimos a crímenes, traiciones y crueldades innombrables por parte de todos los bandos. De esta manera, hermanos, parientes y amigos—igualados no sólo por su ideología en la vida pública sino también por vínculos íntimos, privados y locales—se eliminan mutuamente en guerras que no son ni heroicas ni nobles sino inevitablemente “sucias” (Bhabha 1994; Gibbons, L. 2006). Durante la Guerra de la Independencia, todos los irlandeses sospechosos de ser informantes, traidores y colaboradores fueron sumariamente ejecutados por el IRA. La posterior Guerra Civil fue claramente fratricida. Sin embargo, en lugar de moralizar acerca de las representaciones de este último conflicto podemos reflexionar sobre su legado y sobre los medios y fines de la violencia (Arendt 1969/1970). Incluso la ideología de la denegación—por ejemplo, la negativa del joven Micheál a no pronunciar su nombre en idioma inglés sino en irlandés en Viento; la renuencia del detective Broy a permanecer leal al gobierno británico con sede en el Castillo de Dublín en MC; el rechazo al Tratado Anglo-Irlandés por parte de vastos sectores del IRA y la obstinación del Sr. Quinton en no proporcionar armas a los republicanos, tolerar a un empleado informante e ignorar su asesinato por parte de sus compañeros republicanos en Tontos—desencadenan el terror. Por último, la violencia no es siempre física. Las representaciones y recreaciones seleccionan actores, agentes, personajes, temas, enfoques y problemas en historias y relatos sin final feliz, sin clausura y sin soluciones políticas o morales definidas. En este sentido, MC, Viento y Tontos participan de una lucha por la representación, donde se ejerce la violencia simbólica en las inevitables ausencias que estigmatizan por omisión aquellos personajes 12 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 y aspectos del pasado que no se muestran por la forzosa selección que toda obra conlleva (Bourdieu 2003). En otro tenor de cosas, las tres representaciones, más o menos sutil o explícitamente, se retrotraen al pasado (distante) de Irlanda para iluminar el período 1916-1922. Así, el propio título de Viento honra explícitamente la legendaria tradición revolucionaria de los Irlandeses Unidos de 1798. El Dr. Damien y su compañero de lucha Dan rinden tributo al olvidado legado socialista de James Connolly. Michael Collins, durante la rendición de Pascua de 1916 en las puertas de la oficina de Correo de Dublín, afirma su decisión de romper con las reglas de combate de los viejos revolucionarios y le susurra a su amigo Harry Boland: “No jugaremos de acuerdo con sus reglas, Harry. Inventaremos las nuestras”. En dos ocasiones Collins canta la balada, alusiva a las épocas de la Hambruna de 1845-1850, llamada “Old Skibbereen”, una ciudad de West Cork—región natalicia de Collins—que refiere a una historia de exilio, desalojos y sufrimientos. Ambos films incesantemente refieren a los “setecientos años” de opresión británica en Irlanda. Por su parte, en Tontos, el Padre Kilgarriff desprecia las nuevas convenciones de guerra del IRA, refugiándose, por una parte, en el pasado clásico erudito de Irlanda tras la caída del Imperio Romano cuando esta isla, en los confines de Europa, preservó la erudición romana y el cristianismo mientras que la Inglaterra romana sucumbía ante el paganismo y la ignorancia de los bárbaros. Aún durante la Edad Media, antes de la ruptura con Roma por parte de Enrique VIII—el primer autoproclamado rey inglés de Irlanda—la isla estaba compuesta de una culta sociedad plurilingüe. Por otra parte, el Padre Kilgarriff también ensalza la tradición heroica de martirologio de aquellos irlandeses que se alzaron en armas durante el reinado de Isabel I y la Rebelión de 1798. ¿Es la, un tanto obvia, intención de guionistas, escritores y directores de afirmar que la violencia desencadenada en el período revolucionario de 1916-1922 es inevitable porque está enraizada en el sufrimiento y la coerción de larga data? ¿Es posible que el público y los lectores en un ámbito internacional capten esa idea no a nivel local sino en un plano universal? Finalmente, es factible plantear muchos interrogantes en torno a cuestiones que surgen del colonialismo e imperialismo del pasado y que señalan problemáticas imbricadas en la naturaleza del mundo global. Los académicos y el público en general todavía cuestionan el hecho de que Irlanda haya sido una colonia del Imperio Británico (Lloyd 2005). Neil Jordan inequívocamente declara en el texto en la apertura de MC: “A 13 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 comienzos del siglo XX el Reino Unido era la principal potencia mundial y el Imperio Británico se extendía a través de dos tercios del globo. A pesar de la extensión de su poder, su colonia más problemática siempre había sido Irlanda, la más cercana”. Afirmar que Irlanda ha sido o no una colonia no sólo condiciona el estudio de su pasado sino que también afecta las bases y legitimidad de su organización política actual. La aceptación o rechazo del pasado colonial también tiñen las percepciones sobre la revolución y el uso de la violencia. Asimismo, al declarar Loach que pensó casi constantemente en la Guerra de Iraq durante el rodaje de Viento, se plantea la cuestión de reconocer a la Pax Americana como la sucesora neo imperial de la Pax Britannica desde finales de la Segunda Guerra Mundial. La mera enunciación de las palabras “imperialismo estadounidense” contradice una larga tradición de excepcionalismo, de Destino Manifiesto, de internacionalismo, de aislacionismo y de idealismo en los propios Estados Unidos. ¿Son los Estados Unidos, en tanto potencia global o mundial, los legítimos herederos del Imperio Británico? (Larsen 2005; Pease 2005) ¿Es el término globalización el indicado para referirse a un “imperio estadounidense sin colonias”? Por último, en Tontos, que Trevor escribió durante el clímax de la intransigencia del gobierno conservador de Thatcher ante las demandas nacionalistas en Irlanda del Norte, se ofrece tal vez una visión que algunos consideran estática o quizá demasiado antigua (del Río Álvaro 2007) de los males de la dominación imperial y la lucha contra ella, pero por parte de una clase—los protestantes de ascendencia angloirlandesa—a los cuales estereotípica y prejuiciadamente el sentido común popular no les adscribe anhelos de libertad. En este sentido, Tontos permite recrear el pasado y recrear nuevas identidades y lealtades. Podemos concluir intentando desafiar la idea que las recreaciones literarias y cinematográficas de la historia constituyen simplificaciones de los hechos al minimizar el papel de las fuerzas sociales y simplificar los conflictos en términos de luchas entre héroes y villanos. Vemos cómo estas representaciones utilizan distintos modos de narrar para recrear y reexaminar algunas de las materias primas de la historia—por ejemplo, las revoluciones, las guerras, el uso (i/legítimo) de la violencia, las motivaciones individuales en pugna dentro contextos más amplios. El cine y la literatura tienen el poder de captar, por así decirlo, grandes movimientos con grandes pinceladas amplias mientras que simultáneamente focalizan su mirada en lo personal, en aquellos pequeños detalles que constituyen el núcleo de la vida. 14 CINE, LITERATURA Y FORMACIÓN DEL PROFESORADO Sarasa, María Cristina y Calvete, Marcela VI Jornadas Nacionales sobre la Formación del Profesorado – Mar del Plata, 2011 Referencias Arendt, H. (1969/1970) On Violence, San Diego/New York, Harvest. Arendt, H. (1963/1996) On Revolution, New York, Penguin. Banotti, M. (1998) “Introduction,” in: Doherty, G. and D. Keogh, eds. Michael Collins and the Making of the Irish State, Dublin, Mercier. Bayly, C. A. 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