Descubrimiento en un meteorito cambia modelos sobre cómo se

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Descubrimiento en un meteorito cambia modelos sobre cómo se formó nuestro
Sistema Solar
Un inusual meteorito que cayó en un lago congelado en Canadá hace cinco años ha
llevado a un geoquímico de la Universidad Estatal de Florida a lograr un avance en la
comprensión del origen de los elementos químicos que formaron nuestro Sistema Solar.
(Astrobiology.com) - El profesor Munir Humayun del Laboratorio Nacional de Campos
Magnéticos Elevados y del Departamento de Ciencias Geológicas en FSU, y Alan
Brandon de la NASA, descubrieron una anomalía isotópica en el osmio, un raro
elemento presente en los meteoritos primitivos. El anómalo osmio proviene de pequeñas
estrellas con una densidad más alta de neutrones que la que formó nuestro Sistema
Solar. Los resultados de estos investigadores, un equipo que también incluye a colegas
de la universidad de Maryland y la de Berna en Suiza, fueron publicados recientemente
en la revista Science.
"Nuestros nuevos datos nos permitieron dar una ojeada a los diversos tipos de estrellas
que contribuyeron con elementos al Sistema Solar, las estrellas 'madres' de nuestra
materia química", dijo Humayun. "Esto abre un arcón de tesoros en perspectivas para
explorar la formación de los elementos".
Durante cerca de 50 años los científicos han sabido que todos los elementos más allá del
hierro en la tabla periódica fueron formados en las estrellas a causa de hasta tres
procesos nucleares. El osmio es formado principalmente por dos de esos procesos, el
llamado proceso-s, en el cual los neutrones se agregan lentamente a los núcleos, quizás
durante millares de años que dura el envejecimiento de las estrellas de tamaño mediano,
y el proceso-r, que ocurre en las supernovas, en las que los neutrones son bombeados en
los núcleos a un índice de centenares de neutrones en algunos segundos.
Los nuevos datos recolectados por el equipo de Humayun no sólo muestran los diversos
tipos de estrella que contribuyeron con los elementos del Sistema Solar: también serán
utilizados para comprobar modelos astrofísicos de producción de elementos químicos
en un nivel más sofisticado que antes se podía.
Humayun y sus colegas estudiaron muestras de un meteorito extremadamente frágil que
cayó en el lago Tagish el 18 de enero de 2000. A diferencia de los meteoritos de hierro,
los meteoritos primitivos como éste no se preservan mucho tiempo en la superficie de la
tierra porque se desintegran y forman fango cuando están expuestos al agua. Éste fue
recuperado a menos de 48 horas de su caída en un mortal invierno ártico.
La mayoría de los meteoritos tienen una distribución isotópica uniforme de osmio, pero
el equipo de Humayun encontró que el osmio extraído del meteorito del lago Tagish
tenía una cantidad deficiente del osmio de proceso-s. Fueron los primeros en reportar
una anomalía en la composición isotópica del elemento osmio en meteoritos.
Otros investigadores han encontrado anomalías del isótopo en varios otros elementos en
algunos meteoritos primitivos, aunque no en todos. Debido a esta disparidad, los
científicos creen que las cenizas de las estrellas que precedieron al Sistema Solar se
deben haber desparramdo de una manera no uniforme en la nebulosa solar, el disco de
gas y polvo que formó el Sol, los planetas y los meteoritos. Los científicos presumieron
que algo de este polvo se habría creado en una estrella próxima activa.
Los resultados de Humayun desafían esa explicación. Él cree que la anomalía representa
polvo estelar presolar que sobrevivió a la homogeneización que afectó a casi todo el
resto de los meteoritos.
Típicamente, el polvo estelar se junta por acreción para formar meteoritos y después es
calentado por la radiactividad, un proceso que destruye los granos de carburo de silicio,
que son los que contienen la anomalía. Pero en el caso de los meteoritos con anomalías
isotópicas de osmio, el calor no fue suficiente como para destruir el carburo de silicio.
"La interpretación anterior de una mezcla incompleta de diversas fuentes de polvo a
escala de nebulosa solar ya no parece sostenible", dijo. "Ahora interpretamos esas
anomalías como disoluciones incompletas de granos de carburo de silicio que
transportaron rastros de molibdeno, rutenio y osmio. Estas anomalías revelan que la
materia prima con la que se construyó nuestro Sistema Solar está preservada en algunos
meteoritos excepcionales, a partir de que podemos ahora recuperar la prehistoria de
nuestro Sistema Solar."
Traducido por Eduardo J. Carletti para Axxón
Escrito por Sebastian Rossi
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Un cráter de 16 metros de profundidad y 45 de ancho fue descubierto gracias al motor de búsqueda de
Google Earth, que proporciona imágenes satelitales a cualquiera que tenga una computadora con
acceso a Internet.
Las probabilidades de descubrir meteoritos con google earth pueden ser muy bajas, pero Vincenzo de
Michele analizaba las imágenes satelitales en busca de elementos naturales y por casualidad vio el
cráter en la pantalla de su PC.
Este cráter era desconocido hasta ahora, y luego del descubrimiento de Michele se dirigió al Instituto
Nacional de Astrofísica (INAF) de Turín, y junto con el Dr. Luis Folco organizaron una expedición al
cráter.
La expedición tardó un año en organizarse, y en dos semanas llegaron al lugar donde encontraron
fragmentos metálicos del meteorito, que fueron tomados para su estudio.
El meteorito impactó en el desierto de Egipto y tendría una masa de 10 toneladas. Esto demuestra que
los meteoritos similares a este no se desintegran al llegar a la atmósfera terrestre y que explotan
al chocar con la tierra.
Los investigadores están determinando la geocronología del lugar de impacto, pero aseguran que el
cráter tiene menos de diez mil años de antigüedad, muy probablemente unos pocos miles.
El impacto que puede generar un meteorito de diez toneladas, viajando a más de 12,000 kilómetros por
hora, podría haber sido observado a casi 1,000 kilómetros de distancia, y las investigaciones
arqueológicas de la zona podrían revelar la fecha exacta del impacto.
Desde la Agencia Espacial Europea, que ayudo a financiar la expedición, dijeron que “Los datos
recogidos serán de gran utilidad para tomar conciencia de la evaluación del riesgo de pequeños
asteroides con órbitas
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