1 25 de febrero de 2006 el queioso, por medio de su representante legal, solicit6 el amparo de la Justicio Federol en confro de los siguientes autoridades: el director de Seguridad Pública del Municipio de Toluca, Estodo de México, el diredor de lo Comisorío, el presidenfe municipal y el Ayuntamiento, todos de lo ciudod de Toluca, por la expedición y aplicación del articulo 123 del Bondo Municipol de 30 de enero de 2006 poro el Ayuntamiento de Toluca y consideró como preceptos constitucionales violados los artículos &o., 70., 90., 1 1, 16, 21 y24. Lo onterior en virtud de que con fundamento en lo normo impugnado, lo auiondad local lo detuvo y remiti6 a lo Comisoría de ¡o ciudod, donde odemrís de que se le priv6 de lo libertad le fue impuesto uno multo por reparfir, en la vía pública, una invitación pum osistira un concierto grotuiio y un cuadernillo que contenía el Evangelio según San Juan. 58 LIBERTADES DE E X P R E S I ~ Ni IMPRENTA Y PROHI8ICI~NDE LA CENSURA PREVIA. El artículo impugnado establece l o siguiente: Artículo 123. Se impondró multa de 1 a 50 días de salario mínimo a quien: X. Sin permiso, pegue, cuelgue, distribuya o pinte propaganda de carúcter comercial o de cualquier otro tipo en edificios públicos, porfales, postes de alumbrado público, de la Comisión Federal de Electricidod, de la Compañía de Luz y Fuerza, de teléfonos, de semúforos; pisos, banquetas, guarniciones, camellones, puentes peatonales, pasos a desnivel, parques, jardines y demás bienes del dominio público federal, estatal o municipal. La demanda fue admitida por el Juez Segundo de Distrito en Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estada de México, quien ordenó registrarla con el número 21 4/2006-Vll; previos los trámites de ley, dictó su resolución el 5 de abril del 2006. En el juicio de amparo el quejoso expresó cuatro conceptos de violación, tres de ellos encaminados a demostrar la inconstitucionalidad del ariículo transcrito y el restante a plantear la ilegaiidad de ta multa impuesta. Los primeros resurnidamente sehalaban: a) Que lo fracción X del articulo 123transcrita v v l n e r o b ~ la libertad de pensamiento y de expresión escrita a l introducir una censura previa o su ejercicio. El requtsito establecido en l a citada fracción, de solicitar previamente permiso a !as autoridades municipales para distribuir propaganda, constituía una restricción por parle del Estado a lo difusión pública de las ideas. Además, lo libertad de pensamiento se encontraba unida a la de difusión, y juntas abarcaban tanto el plano individual como el colectivo, ya que suministraban las condiciones necesarias para que los gobernados estuvieron informados y se comunicaran los puntos de visto confluyentes en una sociedad democrático, y conformadores de su piedra angular. b) Que los documentos que repartió en la vía pública, por los que fue sancionado, tenían por objeta la reunión pacífica de un concierto de música cristiana así como la difusión de los evangelios católicos, por lo que la aplicación de la fracción impugnada también violaba su derecho de asociación establecido en el artículo 90. de la Constitución Federal, por desalentar, prohibir o regular los actos previos a la asociación, sin los cuales no se podría ejercer plenamente esta libertad. c) Que la disposición municipal vulnerobo su derecho al libre culto, consagrado en el artículo 24 constitucional, porque excluía lo posibilidad de difundir ante otras personas sus creencias para que, en caso de compartirlas, tener la posibilidad de asociarse. Que esta garantía trascendía al plano colectivo y tenía estrecha relación con la libertad de pensamiento, imprenta, tránsito y asociación, yo que sin ellas sería difícil ejercer plenamente la libertad de culto. El Juez de Distrito calificó de infundados los anteriores argumentos de constitucionalidad, y al respeao expresó lo siguiente: a) Que la multa impuesta al quejoso con fundamento er la norma cue~tionadano rectringía sv libertad de expresiÓn,l3: "€1 Juez de Uistrao apoye su rionci~ranan lo tests ds nibiolLIBERTAD DE D(PRESlbN', publicado en el Semanario..., o p . cit, Quinfa LWo, Tomo W I I , p. 224; IUS: 313328, LIBERTADES DE E X P R E S I ~ NE IMPRENTAY PROH~BIC~ON DE M CENSURAPREVIA 60 y tampoco vulneraba lo garantía contenida en el artículo 70. de la Constitución Federal ya que sólo establecía una sanción para quien distribuyera sin permiso propaganda de carácter comercial o de cualquier otro tipo en la vialidad pública, pero no infringía la libertad de escribir y publicar escriios sobre cualquier materia.'33 b) Que el artículo reclamado tampoco violaba la libertad religiosa consagrada en el artículo 24 de la Constitución Federal, ya que ese derecho protegía el profesar en forma libre una creencia religioso y la práctica de devociones o actos de culto en los templos o en los domicilios particulares existentes para ese propósito; por tanto, la actividad por la que fue sancionado el queioso no se encontraba protegida por este derecho, dado que se trató de la distribución de propoganda religiosa en !a vía público y no en un espacio destinado especialmente para ese fin.134 Por último, el Juez de Distrito otorgó el amparo respecto de la multa por falta de motivación y fundamentación en el ocio de su imposición. Incanforme con la resolución, el 16 de mayo de 2006 el quejoso interpuso recurso de revisión el que, por rozón de turno, le correspondió conocer al Primer Tribunal Colegiado -,----e '" Esle ioionomiento !o opoyó en lo tesis de rubio 'LIBERTAD DE IMPRENTA", pvblicodo en si Semonmio..., i?p. CiL, Quin* $pace, Tomo XLY. p. 84; IUS: 335167; a r l corno en lo iur!sprudancio arniitdo por lo Primero Sola de iubro 'LIBERTAD DE EXPRESd i N E IMPRENTA. LAS LIMIIACIONES ESTABLECIDAS POR EL LEGISLADOR RELACIONADAS CON LA VERACIDAD Y CLARIDAD DE LA PUBLICIDAD COMERCIAL SON CONSTiTUClONALES CUANDO lNC!DAN EN SU DIMENSIÓN PUR4MENiE INFORMATIVA', publicadcido en el Semonado..., op.clt., Novena Époco T ,omomoMM I ,I enero de 2005, p. 421, tesir lo. CLXV/2W; IUS: 179552'"M su mnctvsitm b kij oishrdo da lo Segundo 5010 de m h 'UBERTAD RELIGIOSA', publicado an el Semanono..., op. cit., Quimo Época. cm mi,p. 2747; IW: 336742- AMPARO £N RÉYISION 159512006 en Materia Administrativa del Segundo Circuito quien lo admitió y ordenó su registró con el número de expediente 300/2005. 2. TRÁMITE ANTE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN Los Ministros José de Jesús Gudiño Pelayo y José Ramón Cossío Díaz solicitaron a la Suprema Corte de Justicia el eiercicio de la facultad de atracción respecto del mencionado recurso de revisión, y el 21 de junio de 2006 el segundo de ellos, en su calidad de Presidente de la Primera Sala del Alto Tribunal, ordenó formar y registrar el expediente referente a la misma con el número 4/2006-PS. El 16 de agosto del mismo ario la Primera Sala resolvió ejercerla y conocer del citado recur~o,'~" al considerar que el asunto era importante y trascendente, además de que se cumplían los requisitos establecidos en la Constitución y los leyes aplicables, por lo que se le asignó el número de expediente 1595/2006; la elaboración del proyecto correspondió al Ministro José Ramón Cossío Díaz. La Primera Sala se declaró competente para conocer del asunto, reconoció que el recurso de revisión se interpuso en tiempo y estableció, en primer lugar, que debía quedar firme el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito que afectó o todos los actos de aplicación de la norma impugnada, a "' De conformidad con lo dispuesto en el oiticulo 107, fracción VBI, inciso bl, regundo ~ 6 n o i ode la Conntitvción Político de los Errados Unidos Mexianor; 84, fracción lll de lo Ley de Arnporo. en reloción con elpunto ~uariodel Acuerdo Genero1 número 512001, emitido por el Tribunal Plano del Aim ~ n b ~ ~de o fecho l , 21 da iunio de 2001,pirblicodo en el Diocio Oiiciol de lo FedemciiSn dio 29 del mismo mes y año, en viitud de que se inferpuao an contro da una seoienci~dinodo por un Juez de Dirtnto, en el que se irnpvgnd al oiticvlo 123. frocción X del Bondo Municipal expedidosl 30 da enero de 2006 prm el Municipio da Toluco, Erlodo da M6xica, cuyo estudio correrpode o 10 Pnrnaro Solo. aunque migo dwiho de lo comprtencior>nginorioda im hibunoler ca!egiados, l a onienii en viifud de ru intsrli y tioscendencio. LlBERiAoES DE 62 EXPRES16NE IMPRENTA Y VROHIBICION RE i A CENSURA PREVIA excepción de la imposición de lo multa,'36 por no haber sido combatido por el recurrente en sus conceptos de 3. MATERIA D E LA REVISIÓN Y ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER EL A S U N T O En el recurso de revisión el queioso combatió la sentencia dictada ~ oelrJuez Segundo de Distrito en Materias de Amparo y de Juicios Civiles Federales en el Estado de México e insistió en que la fracción X del artículo 123, violoba los derechos o la libertad de expresión, de imprenta, a la información y a libertad de credo religioso, protegidos por los artículos bo., 70. y 24 de la Constitución Federal. El recurrente señaló que lo libertad de expresión incluye, entre otros, la posibilidad de "distribuir las ideos", con el único límite constitucional de que no se violente el orden público, la moral pública o los derechos de terceros, supuesto en el que no se encontraba el texto del "Evangelio según San Juan". El recurrente destacó que el contenido del artículo 60., complementodo con el 70. de !a Constitución, estabiecía ia total libertad paro escribir e imprimir las ideas y pensamientos en general y, que, una vez realizado lo anterior, los ciudadanos tenían el derecho de distribuirlos por los diferentes medios posibles.'38 -. -'a' El sobiersimienlofua sobre lo detsncidn y remisión del avsiom o Comiroda, onl como AMPARO EN REVISION l59512006 Consideró asimismo que la norma impugnada, al sancionar la distribución de todo tipo de material, imponía una censura previa al ejercicio de la libertad de expresión y contravenía la regla de que las responsabilidades en el plano de las ideas son siempre posteriores a la conducta, nunca anteriores. Por otra parte, el recurrente argumentó que la norma reclamada violaba la libertad de culto consagrada en el artículo 24 de la Constitución Federal, y que fue incorrecta la determinación del Juez de Distrito acerca de que esa libertad sólo podía ejercerse en los templos o lugares específicamente destinados para ese propósito, ya que desde la reforma constitucional de 1992, cambió ese concepto y la libertad de culto incluía la libertad de difundirlo. En conclusión, el recurrente afirmó que el derecho a difundir lo religión se encontraba íntimomente relacionado con la libertad de expresión y de imprenta, y que el ortículo impugnado violaba todos estos derechos, al impedirle difundir sus ideos religiosas. 4. ESTUD10 Y RESOLUCIÓN DEL ASUNTO La Primera Sala concretó los puntos a resolver en este coso, y señaló que debía determinar la constitucionolidad de una norma que exige la solicitud de un permiso previo a ¡as autoridades municipales, para difundir o repartir documentos en la vía pública y específicomente si eso norma vulneraba las EN ELARTICULO'~O:DEVI CQNSTITUCI~N FEDERAL'. publicado en e! h o n ado..., op 0% Noveno É p a o , Tomo x, iunio de 2000,p. 29, tesis E UOMV(l/XJ/MOO;IUS: IP1672. 63 64 LIBERTADES DE F X P R F S I ~ NE IMPRENTA Y PROUIRICI6N DE LA CENSURA PREVIA libertades de expresión e imprenta y10 l a libertad religiosa, y si derivado de lo anterior se debía conceder a l recurrente el amparo de la Justicia Federal. La Sala determinó que la conducta del queioso estaba comprendida dentro del eiercicio de las libertades de expresión e imprenta, por un lada, y de la libertad religiosa, por otro. Aunque podrían también explorarse los conexiones del caso con la libertad ideológica, la libertad ambulatoria o la libertad de asociación; sin embargo, consideró que por las particularidades del caso y del contenido de los agravios, su análisis prescindiría de estos últimos. o) Libertades de expresión e imprenta Los artícuios de la Constilución en los cuales se establecen 10s libertades de expresión e imprenta son los siguientes: Articulo 60. La manifestación de las ideas no será obieto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el coso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe e\ orden público; el derecho a la información será garantizado par el Estado. Artículo 70. Es inviolable lo liberiad de escribir y publicar nioa -d escritos sobre cualquier materia. N puede establecer la ~ r e v i acensura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene rnbs limites que el respefo o la vida privada, o lo moral y a la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito. ias leyes orgánicas dictarán cuuntosdisposic~ones sean necesarias poro eviiar que so pretexko de las denuncias por AMPARO EN RWSION 1595/2006 delito de prensa, sean encarcelados los expendedores, "papeleros", operarios y demás empleados del establecimiento de donde hoya solido el escrito denunciado, a menos que se demuestre previamente la responsabilidad de aquéllos. Por otro parte el ariículo 13 de la Convención Americano de Derechos Humanos, establece: l . Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de bus- car, recibir y difundir informaciones e ideos de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o ortísiica, o por cualquier otro procedimiento de su elección. 2. El eiercicio del derecho previsto en el inciso precedente no puede estar sujeto a previo censura sino a responsabilidades ulteriores, los que deben estar expresamente fiiadas por la ley y ser necesarias para asegurar: o. el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o b. la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o lo moral públicos. 3. NOse puede restringir el derecho de expresión por vías medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de para per;ódicos, de frecuencias O rodioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones. 65 66 LIBERTADES DE EXPRESI~NE IMPRENTA Y PROH~BICIÓN DE LA CENSURA PREVIA 4. Los espect6culos públicos pueden ser sometidos por la iey a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin periuicio de lo establecido en el inciso 2. 5. Estar6 ~rohibidapor la ley toda propaganda a favor de la guerra y toda apología del odio nacional, rocioi o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal sirnilor contra cualquier persono o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de roza, color, religión, idioma u origen nacional. La Sala manifestó que en una democracia constitucional, la libertad de expresión es una de las m6s importantes, ya que asegura u1 individuo un espacio de creatividad y desarrollo, ademhs de permitirle la difus~óny publicación d e sus ideas, lo que es imprescindible para poder ejercer plenamente otros derechos fundamentales como el de asociarse y reunirse pacificamente con cualquier objeto líciio, el derecho d e peticicin o el derecho a votar y ser votado. Constituye, ademds, un importante elemento en la democracia representativa, ya que si los ciudadanos se s~ntieran desprotegidos a l expresar y publicar libremente sus ideas, sería imposible que hubiera personas activas, críticas, comprometidos con ios asuntos públicos, atentas a l comportamiento Y a las decisiones de tos gobernantes, y capaces así de cumplir l a función que les corresponde e n un régimen democrbtico. Por ello, cada ver que se decide u n caso de libertad de expresidn o imprenfa, se a k t a n n o s6io !os intereses d e las partes e n conflicto sino tambien l a libeflad con l a q u e en AMPARO EN REVISION 159512006 un país circulan las noticias, las ideas y las opiniones, así como la amplitud del acceso a la informoción por parte de la sociedad en su coniunto. La Sala manifestó que la libertad de expresión no sólo implicaba el acto "estático" de expresar o comunicar lo que cada individuo estimara conveniente, sino también lo actividad consistente en divulgar lo expresado por cualquier medio y o las personas que se desee, ya que sin este factor la libertad de expresión dejaría de cumplir sus funciones. La imprenta fue durante mucho tiempo el medio de expresión más eficaz respecto de mensajes escritos y por ello los textos constitucionales incluyeron en sus contenidos reglas específicas encaminadas a protegerla. Algo de gran importancia que el Constituyente permanente depositó en la garantía, es que las autoridades públicas no utilizaran estrategias para entorpecer la libre difusión y comunicación de las ideas escritas; lo anterior se demuestra en el texto del artículo 70. de nuestra Carta Magna al establecer reglas específicas como la de que "en ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito" o "los leyes orgánicas dictarán cuantas disposiciones sean necesarias paro evitar que so pretexto de los denuncias por delito de prensa, sean encarcelados los expendedores, popeleros, operarios y demás empleados del establecimiento de donde haya salido el escrito denunciado, a menos que se demuestre previamente la responsabilidad de aquéllos". La Corte Interamericano de Derechos Humanos ha subrayado también la gran importancia que tiene la difusión de 67 68 llB€RTADES DE EXPRESIÓN E IMPRENTA Y PROHl~lClÓNDE LA CENSURA PREVIA los ideos y su inseparabilidad de lo expresión misma de éstos del modo siguiente: 65. Sobre la primera dimensión del derecho consagrado en el artículo mencionado, la individual, la libertad de expresión no se agota en el reconocimienio teórico del derecho a hablar o escribir, sino que cgmprende adembs, inseparablemente, el derecho a utilizar cualauier medio aprowiado para difundir el n~nsamientov hacerlo lleaar al movor número de destinatarios. En este sentido, la expresión v la difusión del wensamiento Y de la información son indivisibles. de modo que una restricción de las wosibilidades de divulgación representa directamente. v en lo mismo medida, un límite al derecho de expresarse librem66. Respecto a la segunda dimensión del derecho, consagrado en el arlículo 13 de la Convención, la sociol, es menesterseñalar que la libertad de expresión es un medio para el intercambio de ideas e informaciones entre las personas; comprende su derecho a tratar de comunicar a otras sus puntos de vista. Pero implica también el derecho de todas a conocer opiniones. relotos v noticias. Para el ciudadana común tiene tanta importancia el conocimiento de la opini6n ajena o de la información de que disponen otros como el derecho a difundir la propia. 67. La Corte considera que ambas dimensiones poseen iauol importancia v deben ser aarantizadas en forma simultónea para dar efectividad total al derecho a la libertad de nensamiento v de exwesi6n en los términos previstos por el artículo 13 de la Convención.'39 'm Coro 'io bliimo ientocr6n de CiigioX(Oimado Bustos y dios vs ChileJ.Sen+snciode 5 de ipbmrn de 2001 AMPARO EN REViSiON i59512006 Ahora bien, respetar y garantizar las libertades de expresión e imprenta exige del Estado tanto obligaciones negativas como positivas; una de los primeras es la prohibición de censura; esto es, implica que el Estado no puede someter las actividades expresivas o comunicativos de los particulares a la necesidad de solicitar previamente un permiso a la autoridad. Además, uno de los indicadores que miden el grado democrático de cualquier gobierno es que el control de la libertad de imprenta no debe ser ejercido a prior¡, sino sólo a responsabilidades posteriores a la publicación. Sobre el argumento anterior, el citado Convenio Americano, expresamente puntualiza que el ejercicio de la libre expresión "no puede estar suieto a previa censuro sino a responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias poro asegurar...". Sin embargo, el Convenio incluye una excepción a la regla general de interdicción de la censura, al establecer que: "los espectáculos púbiicos pueden ser sometidos por la ley a censura previo con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2". Se trata, pues de una excepción que no se refiere a la actividad de difundir ideas o información por escrito, sino que se aplica a los espectáculos públicos, y con la finalidad de proteger los derechos e intereses de niños y ió~enes.'~' ptimoria de n u e m decisibn sea al ad¡ii*í de lo consiikbm'U' El hecho de que ei iidod de uno norma del hondo no hace impertinente los referenciclsol derecho irnernodonot de lar derechos humono* y, en poificvior. o loa preuisiane. del Pacto de h n J-6, que en e* caro son nos610 compoiibier sino ~ ~ ~ ~ l ~ dc los r pisliaions n ~ n mnrtitucionntes, t ~ ~ i ~ como ~ rsfiajnn, pni ofm iodo, lar teminos en 10% qua Menen iomulados tos agmvios. 69 70 IIBERIADES DE E X P R E S ~ £~ IMPRENTAY N P K O H I B I C IVE ~ NLA CENSURA PREVIA... b) Libertad religiosa El segundo derecho fundamental analizado por lo Primera Sala fue la libertad religiosa, plasmado en el artículo 24 de lo Constitución Federal: Todo hombre es libre para profesar la creencia religioso que más le agrade y para practicar las ceremonias, devociones o actos de culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falto penados por lo ley. El Congreso no puede didor leyes que establezcan o prohíban religión alguna. Los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos. los que extraordinariamente se celebren fuera de estos se suietarán a la ley reglamentaria. Esta norma contiene en su primer párrafo el núcleo de esta libertad, esto es, la libertad de sostener y cultivar las creencias religiosas que cada uno considere conveniente para sí, lo cual incluye también lo posibi!idad de cambiar de creencia. El precepto encierra, además: Uno referencia a un aspecto interno de l a libertad religiosa a l señalarque"todo hombre es libre de profesar l a creencia religiosa que más le agrade", y Una referencia al aspecto externo de la misma a l mencionar "y para practicar las ceremonias, devociones a actos de culto respectivo, siempre que no constituyen un delito o falta penados por la leyu. AMPARO E N REVlSiON 1595/20C6 La palabra "profesor", encierra una referencia simultáneo o la dimensión interna y a lo externo, puesto que "profesar" significa tanto "creer"o "sentir algún afecto, inclinación o interés" como "ejercer algo con inclinación voluntaria y continuación en ello".'4' Asimismo, la dimensión o aspecto interno de la libertod religioso se relaciona íntimamente con la libertad ideológico, y se refiere o la capacidad de los individuos para desarrollar y actuar conforme o una particular visión del mundo en la que se encuentra definida la relación del hombre con lo divino. Esta libertad es ilimitada ya que el Estado no tiene medios directos para cambiar, imponer o eliminar lo que el individuo desarrolle en su pensamiento. Lo anterior no significa que el texto constitucional protejo sólo el desorrollo de las ideos, actitudes y planes de vida religiosos, en contraposición a ideas y actitudes ateas o agnósticas, ya que así como los derechos de reunión, asociación o expresión protegen lo posibilidad de reunirse, fundar y pertenecer a asociaciones y expresarse, también saivaguardan lo opción de los que prefieren no hocerlo, lo cual por otro lodo viene asegurado por la prohibición de discriminación establecida en el artículo l o . de la misma Norma Fundamental. La Sala precisó que en el presente asunto se abordorío exclusivamente el aspecto externo de la libertod religiosa, el cual es múltiple y se entrelaza de modo estrecho, en muchas ocasiones, con el eiercicio de otros derechos individuoles, como la libertad de expresión, de reunión o de enseñanza. --"' U i ~ i o n o i i ode lo Real A~odemioFspoóoio. 71 72 LIBERTADES DE ExPRISION E IMPRENTA I PIIQHILC~ON DE LA CENSURA PRfV1h Un eiemplo claro de lo anterior es la libertad de culto, que se refiere a la libertad paro practicar las ceremonias, ritos y reuniones asociadas con determinadas creencias religiosas. Las manifestaciones externas de la libertad religiosa pueden ser a su vez individuales o colecfivas. Los primeras se encuentran establecidas en el primer párrofo del a r t í c u l ~ 24: "...todo hombre es libre para profesar la creencio religiosa que más le agrade y para pracficar las ceremonias, devociones o octos de culto respectivo, siempre que no constituyon un delito ofalta penodos por la ley". Las segundas están contenidas en el párrafo tercero del mismo artículo e incluye una regla específica: "los octos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos y los que extraordinariamente se celebren fuero se suietarán a lo dispuesto en la ley reglamentaria". A este respecto lo Primera Salo manifestó que por culto público debía entenderse aquellos actos " ... específicomente orientados a desarrollar de manera colectiva los ritos, ceremonias y conductas que las diferentes religiones reconocen como rnanifestociones institucionalizadas o formalizadas de su fe religiosa, definidas y gobernadas por reglas preestoblecidas por ellas". También hizo referenc~aal principio de separación entre las iglesias y el Estado contenido en el segundo pdrrafo del artículo 24, que reclama del Estodo el no "establecer" pero tampoco "prohibi? religión alguna, esto es, obliga al Estado o no respaidar coma propia una religiltin en particular y a mantenerse imparcial y respetuoso frente al pluralismo religioso propio de la ciudadanía en una democracia contemporánea. AMPARO EN REViSi6N 159512006 Por otra parte, el artículo 130 de la Carta Magna establece de qué manera las iglesias y asociaciones religiosas podrán operar jurídicamente; impone una serie de reglas especiales sobre el modo en que los ministros de culto pueden ejercer ciertos derechos y desarrollar ciertas actividades; prohíbe que las agrupaciones políticas tengan denominaciones religiosas y que se desarrollen reuniones políticasen los templos, y establece la competencia exclusiva de las autoridades civiles respecto de los actos que afecten al estado civil de las personas.i42 c) El estándor d e revisión constitucional en este caso La Sala expresó que paro determinar la constitucionalidod de una norma, en algunas ocasiones puede partirse de los contenidos generales de los derechos en cuestión, pero en otras, para llegar a conclusiones específicas, se hacía necesario atender o los detalles que caracterizaban y daban singularidad al conflicto en el caso concreto. Lo anterior porque los derechos fundamentales, como cualquier otro derecho, no son derechos ilimitados, por lo que es totalmente válido en principio que los Poderes Legislativo Y Ejecutivo emitan normos que regulen su ejercicio dentro de los límites marcados por el respeto a lo Constitución y, paro determinar lo anterior, el juzgador constitucional deberá en términos estrictos realizar una lobar de ponderación, ya que "' Poro eriobiacei un paooioma general y oiien+odoi respecto de lo reguloci6n iwr;dico del fen6menu religiasoen ~ é ~ i antes ~ o ,y derpu:. de lo "reíundocián' que supusieron lm rcformor c o n i t i t u c i ~ n o i de ~ s 1992, puede consultarse "Estudio preliminar hirtbrim-jurídico', de Juan Rblo Pompiiio B~I~M,en LO supremocarie de ~usticiode l a Noción y lo Cves86n Reiisiaso 1917-1940 (Supreina cene de ~uaticiade lo Noci4n,México, 20061, Toma 1, p6sinoí XXXI-UON; Miguel Corbone(l, LOS derechos iundomento(er en México, (UNAM-Comirl(rn Neciono1de Derechos Humonos, Mexico, 2004) y AA.W., Demcha hihid~1menhf o lo libeitod mI0ioso [IIJ-UNAM, 1994). 74 L~EERTADES DE E X P R E S I ~ NE IMPRENTAY PROHIBIC~ON DE LA CENSURAPREVIA. el contenido principal de los derechos fundamentales puede entrar en conflicto con otros derechos, lo que hará necesario atender en coda caso concreto al peso relativo de cada uno de ellos para poder determinor cuál deberá prevalecer. Existen ocasiones en las que la misma Constitución o 10s tratados internacionales en materia de derechos humanos incluyen normas específicas, a manera de reglas que sin constituir principios, dictan con precisión la conclusión a una determinada hipótesis. Eiemplo de esto es lo prohibición de censura previa presente en el primer párrafo del artículo 70. y en el segundo del ariículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica. Esta prohibición constituye el resultado de una ponderación previa, hecha por el Constituyente o por los Estados partes, que brinda para los casos concretos un criterio de resolución específico. En este caso concreto, la Sala estableció que el análisis de ia norma debía centrase en determinar si contenía una censura previa, y de ser el caso la norma sería inconsfitucional, de lo controrio debería examinarse si lo era por otros motivos. d) Lo inconstitucionolidod del Bondo Al emitir su resolución, la Sala determinó que los agravios que hizo valer e1 queioso contra la norma impugnada eran fundados, que debía declararse ésta inconstitucional y no aplicarse al quejoso por las siguientes razones: La norma impugnada agrupaba, bajo un mismo régimen, octividodes o conductas conformadas por diferentes partes desde el punta de vista de los bienes, derechos e intereses invo- AMPARO EN REVISldN 1595/2006 lucrados. De su redacción se desprendía con claridad que su objetivo era velar por el buen uso, limpieza y adecuada preservación de los bienes de dominio público federal, estatal o municipal, o de bienes que pudiendo ser en estricto sentido privados estuvieran en el espacio público y vinculados a la prestación de servicios oúblicos. Ahora bien, aun cuando la mayoría de las prohibiciones contemplados en lo norma impugnado guardaban uno conexión racional con ese objetivo, existía una que no lo hacía, Y era precisamente lo que justificó la imposición de lo multo al quejoso, aquella que preveía la imposición de una multa a quien "distribuya" propaganda "comercial o de cualquier otro tioo"; la cual sí afectaba el núcleo del ordinario ejercicio de las libertades de expresión e imprenta y que hace parte del normal despliegue de la libertad religiosa, y con ello vialentobo una prohibición constitucional expresa y puntual: la prohibición de censura previa. En esta misma línea, la Sala estableció que no podían compararse las actividades de pegar o colgar documentos o pintar en bienes del dominio público, y el circular o pasear por la calle y repartir O la ciudadanía un texto que contiene un documento religioso y una invitación poro asistir a un concierto. Las primeras conductas implicaban efectivamente no sólo e! USO de superficies de uso público con un ~ o s i b l e desgaste Y envejecimiento de las mismas, sino además una limitación a 10 posibilidad de que otros ciudadanos pudieron hacer de eilas un uso idéntico; por lo que la sanción que en este último caso se impusiera pudiera ser legítima. La segunda adividad, en cambio, no suponfa usor r menos ocasionar desgaste y envejecimiento o las superiícies de LIBERTADES DE E X P R E S I ~ N E IMPRENTA Y PROHIBICION DE LACENSURA PREVIA 76 uso público, sino que en todo caso implicaría la ocupación transitoria de las vialidades y el derecho a circular por las mismas, lo que además en circunstancios ordinarias no se contraponía con la posibilidad de que todos los demás ciudadanos hicieran lo mismo. Lo Sala consideró que en este caso se trataba de uno forma pura de difusión de ideas, concretamente religiosas, respecto de ta cual la prohibición de censura previa se concretobo tombién de uno forma puro al someter lo posibilidad de desplegarla a lo necesidad de solicitar un permiso previo a las autoridades municipales, las que en determinado momento podrían graciosamente concederlo o negarlo, por tanto, estaba cloro que la norma contenía un mecanismo de censura incompatible con lo Constitución. Con independencia de la naturaleza o lerarquía jurídica de la norma, ésta puede modular el eiercicio de los derechos fundamentales; sin embargo, tales limitaciones deben tener sustento legal, o sea, deben contar en cuanto sus antecedentes con una genealogía legal clara que muestre que las decisiones centrales respecto a lo limitación de esos derechos han sido determinados por los representantes de los ciudadanos -esto es, por el legislador-. Y ello, en este caso del bando municipal en el que se inscribe la norma cuya constitucionalidad se denuncia, no fue posible.'43 - . ... "!i' pre'iijoriie i s i 0 1 ue l i i ! ~ ntnucluur , MCAIL.., 1.1 d ~ r ,>l.> , , lu emioeii .,o' coi do o , 'lar i n ~liarle% i sui, rnc cosifie,,: el <iiI.:i lu ( 7 8 de la Coi.ni, u l i o Po.ivirii u r l si<icu ~ irri > 5,~oe.ono ue Mbriío. os: "n.a 'ris -ume,<iiis 48, i r i r c i ~ r111 < . h O <ic lo ir*.>,.,:,n c., Por una parte la Primera Sala reconoció que la norma impugnada era "fundada y motivada", por haber sido emitida por autoridades competentes pero ello no significaba que su contenido se aiustara a lo señalado en la Constitución Federol. Agregó que el bando no contenía referencia o norma legal alguna como soporte de la restricción sustantivo que la frocción analizada imponía, ni había sido posible encontrarlo, por ejemplo, en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público la cual, por el contrario, gcirantiza precisamente en su artículo 20. la conducta que la fracción X del artículo 123 del bando analizado impide.'4J Por todo lo onterior, lo Sala determinó que la actividad de difusión religiosa que realizaba el queioso en forma pacifica, era en ejercicio de sus derechos fundamentales como ciudadano a expresarse libremente mediante material impreso, derecho que se vio suprimido por uno norma reglamentaria municipal que le obligaba a solicitar un "permiso" previo a unos autoridades municipales a quienes lo norma concede una total discrecionolidad para conceder o negar; por tanto estimó que sí existió una censura previa terminantemente prohibida en el artículo 70. de nuestra Corta Magna. - "* Segen e l tenor de este oniculo, '"elEstado mexicano gorontiza o favor del individuo, - b) No pmfesor creencias reliqlosar, abrfenene de practicar ocios y ntos reilgioror Y no Pertenecer o uno osorioción religioso. .. aswxh cl r i íl u * i r k o d a n e o ieunine pocifiromente ion fines nligiosos. 78 Li$ERTADEs DE EXPRESIÓN E IMPRENTA Y PROHIBICIÓNDE LA CENSUKA PREVIA Por todo lo argumentado, la Sala concedió al queioso, por unanimidad de cinco votos, ei amparo y la protección de lo Justicia Federal contra la aplicación de la fracción Xdel artíiulo 123 del Bando del Ayuntamiento de Toluca respecto de la parte normotiva que prevé la imposición de una multa u quien "distribuya ... propaganda comercial o de cualquier otro tipo" en bienes y espacios que pertenezcan al dominio público federal, estatal o municipal. e la resoluci6n anterior, la Primera Sala emitió lassiguien- CENSURA PREVIA. SU PROHIBICIÓN COMO REGLA ESPE- C ~ F ~ CEN A MATERIA DE L~MITESA ~4 LIBERTADDE EXPRESIÓN. Los derechos fundamentales no son ilimitados en tonto que los poderes constituidos pueden emitir legifimamente normas que regulen su ejercicio, aunque ello debe efectuarse dentro de los límites establecidos por el necesario respeto a la Constitución Político de los Estados Unidos Mexicanos. Ahora bien, los derechos fundamentales gozan de una estructura interna principal en virtud de lo cual, cuando el eiercicia de uno enfru en conflicto con el eiercicio de otros, debe atenderse o su peso relativo a la luz de la totalidod de los intereses y bienes relevantes en una particular cafegoría de casos, y determinar cuhl debe considerarse prevuleciente a los efectos de evaluar la mzonabilidadconstitucionol del acfo o norma reclamados. Sin embargo, en 79 80 LlBERTADES DE ExPREsI~NE IMPRENTA Y PRONIRICI~NDE LA CENSURA PKEVIA. ocasiones la propia Constitución de la República o los tratados internacionales de derechos humanos incluyen normas especificas sobre límites, que estructuralmente son reglas, no principios, y que por tonto dictan con precisión el iipo de conclusión jurídica que se sigue en una determinada hipótesis. Un ejemplo de aqu6llas es la prohibición de la censura previa contenida en el primer párrafo del aitículo 70. constitucional y en el numeral 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, pubiicoda en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981;por la que esta prohibición específica hace innecesario desarrollar el tipo de operación analítica referida para determinar cuóndo la limitación a un derecho esth o no justificada, es decir, en la medida en que la normo sometida a consideración de este Alto Tribunal pueda calificarse de censura previa, ser6 obligodo concluir que es inconstitucional; y sólo si lo conclusión es negativa ser6 preciso examinar s i es inconstitucional por otros LlBERTAD RELIGIOSA. SUS DIFERENTES FACETAS. El primer párrafo del articuto 24 de la Constitución Federal consagra en sus tSrminos nucleares la libertad religiosa, esto es, la libertad de sostener y cultivar las creencias religiosas que coda uno considere, libertad que también incluye la de cambiar de creencias religiosas. El precepto encierro, además, tanto una referencia a la dimensión interna de la liberiod religioso como o su dimensibn externa. l a faceta interna de la libertad religioso se relaciona íntimamente con la libertad ideológica y, aunque es difícil de definir de un modo que sea general y o la vez útil, atiende a la capacidad de los individuos para desarrollar y actuar de conformidad ""~smonarfo ..., op. cif., tiewno 6poco. brno XXY, febrero de 2W7, p. 632,terir lo. W W 7 ; iUS: 173365. con una particular visión del mundo en la que quede definida la relación del hombre con lo divino. Ello no significa que nuestro texto constitucional proteja sólo el desarrollo de ideas, actitudes y planes de vida religiosos, en controposición o ideas y actitudes ateas o agnósticas; así como los derechos de reunión, asociación o expresión protegen tonto la posibilidadde reunirse, fundar y pertenecera asociaciones y expresarse como la opción de los que prefieren no hacerlo, la Constitución protege la opción de no desarrollar los contenidos del derecho a la libertad religiosa, lo cual por otro lado viene asegurado por la prohibición de discriminación contenida en el artículo 1 o. En esta vertiente interna, la libertod religioso es de algún modo ilimitada, puesto que el Estado no tiene medios directos pora cambiar, imponer o eliminar lo que el individuo desarrolla en su m68 irreductible ámbito de intimidad: su pensamiento. Sin embargo, existen medios por los cuales el Estado y los particulares moldean de hecho las creencias de las personas y, en los casos en los que, por el tipo de fines perseguidos o por los medios usados el impacto sobre esto dimensión sea empíricamente ostensible y sobrepose los niveles ordinarios, no puede descartarse que la dimensión interno cobre relevancia pora el control de constitucionolidad de normos y actos. Lo dimensión o proyección externa de la libertad religiosa es múltiple y se entrelaza de modo estrecho, en muchas ocasiones, con el ejercicio de otros derechos individuales, como lo libertod de expresión, la libertad de reunión o lo libertad de enseñanza. Uno proyección típica y específica, pero en modo alguno única, que lo Constitución menciona expresamente es la libertod de culto, que se refiere a la libertod pora predicar las ceremonias, ritos y reuniones que se osocion con el cuiiivo de determinados creencias religiosa s.'^^ 6'' lbid., p. 654, teris lo,Wn>0?iIUS: 173253. 82 LIBERIADES DE U(VRESI~N E IMPRENTAY ~~0lilBICldN DE LA CENSURA PREVIA LIBERTAD RELIGIOSA Y LIBERTAD DE CULTO. SUS DIFERENCIAS. La libertad religiosa tutelada por el artículo 24 de la Constitución Político de los Estados Unidos Mexicanos tiene una vertiente interna que atiende a lo capacidad de los individuos para desarrollarse y actuar de conformidad con una particularvisión del mundo en la que quede definida lo relación del hombre con lo divino; y una vertiente externa a la que alude particularmente dicho precepto constitucional al establecer que "todo hombre es libre poro profesor la creencia religiosa que más le agrade y paro practicar los ceremonias, devociones o acios del culto respectivo, siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley.". Así, la regla específica del párrafo tercero del citado articulo, según la cual los actos religiosos de culto público se celebrarán ordinariamente en los templos y los que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se suieiarón o la ley reglamentaria, seaplica a un subconjunto muy preciso de manifestaciones externos de la libertad religiosa, pues por actos de culto público hay que entender no sólo los externos sino también las colectivos o grupales, y odemás pertenecientes al ámbito de la expresión institucionolizoda de la religión. En efecto, no todo acto de expresión externa de una creencia religiosa es un acto de "culto público", yo que, por ejemplo, llevar la kipó a una medalla de la Virgen en el cueilo, es símbolo y expresión de la filiación religioso judía o cotólica, respectivamente, de la persona que los lleva, y en esa medida son una moniiestadón externo de fa libertad religiosa, pero no consiituyen actos de culto público. Análogamente, el hecho de quevarios penonas lleven dichos símbolos conjuntamenie no convierte a esa coincidencia en un acta de culto público, como tompoco lo serían otras expresiones o vivencias colectivas de ciertas creencias religiosos, cama fundar una escuela privada con orienioción religioso u organizar uno excursión privada a un lugar sagrado; sino que los actos de culto público son los especificamente orientados a desarrollar de manero colectiva los ritos, ceremonias y prácticas que los diferentes religiones reconocen como manifestaciones institucionalizados o formalizadas de su fe religiosa, definidas y gobernadas por reglas preestablecidas por eI10s.I~~ LIBERTADES DE EXPRESIÓN E IMPRENTAY PROHIBICIÓN DE LA CENSURA PREVIA. El respeto y tutela de los libertades de expresión e imprenta exigen del Estado el cumplimiento de obligaciones positivas y negativas, siendo una de éstas lo prohibición de censura previa contenida en el articulo 70. de la Constitución Politica de los Estados Unidos Mexicanos, que seriala que: "Ninguno ley ni autoridad puede establecer lo previo censura, ni exigir fianza a los autores o impresores", así como en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981, que en su artículo 13 prevé que el ejercicio de lo libre expresión no puede estar sujeto a previa censura sino a responsobilidades ulteriores, las cuales deben fiiarse expresamente en la ley y ser necesarios para asegurar el respeto a los derechos o a lo reputación de los demás o lo protección de la seguridad nacional, el orden público, o la salud o la moral públicos; con la única excepción-establecida en lo propia Convención- referida a los espect&culos públicos, 10s CUOles pueden someterse por la ley a censura previa con el objeto exclusivo de regular el acceso a ellos para la pmtección moral de la infancia y la adolescencia. Así, la prohibición de la censura implica que el Estado no puede someter las actividades expresivas o comunicativos de los porticulores a lo necesidad de solicitar previamente un permiso -"'lbid., 654, p. tesis lo. U(i/ZOO7; IUS: 173252. 84 LIBERTADES DE EXPRESION E IMPRENTA Y PROHIBlClON DE LA CENSURA PREVIA... a la autoridad; móxime que la regla general según la cual el ejercicio de la libre expresión y de lo libertad de imprenta sólo puede someterse a responsabilidades ulteriores y no a controles a priori, se ha convertido, de hecho, en uno de los criterios indicativos del grado de democracia de los sistemas de gobierno.'48 "lbid., p. 655,teur lo. LVIB/2007; IUS: 173251. establecidos como garantías en la Constituci6n Federal, representan uno de los más altos logros olconzodos en uno sociedad democrático y el Estodo se encuentra obligodo o generar los condiciones de hecho y de derecho que permitansu total ejercicio en cualquiera de los tres órdenes: federol, estatal y rnunicipol. 2. Lo libertad de expresión no sólo implico el acto estático de expresar o comunicar lo que uno estime conveniente, sino lo actividod consistente en divulgar lo expresodo por cualquier medio y o las personos que uno desee. 3. Respetar y garantizar las libertades de expresión e irnprento exige ol Estodo tanto obtigociones posifivas como negotivos, como es la prohibición de la censuro previa y que el control de dichos actividades no debe ser o prior¡, sino $610 sobre responsabilidades posteriores a lo difusi6n o publicación. 86 LleERTADEs DE EXPRES~ONE iMPRENTA Y P R o H ~ S ~ C I ODE N LA CENSURA PREVIA... 4. El Estado no puede someter las actividades expresivas o comunicotivos de los porticulores o lo necesidad de solicitar previamente un permiso a la autoridad. 5. La libertad religiosa consiste en sostener y cultivar las creencias personoles lo que incluye también la de cambiar de dogmo o no profesar alguno religión, y se entrelaza de modo estrecho con la libertad de expresión y la libertad de reunión. 6. La difusión de propaganda religioso sin utilizar bienes del dominio público es uno forma pura de difusión de ideas, en el ejercicio que tienen los ciudadanos a expresarse libremente medionte materiol impreso que, por tonto, no requiere de permiso previo por porte de io autoridad. 1 VI. COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JUR~DICAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUT~NOMADE MEXICO Dr Pedro Solozor Ugorle* E s difícil no compartir la lógica de la motivación y el sentido de la sentencia de la Primera Sola de la Suprema Corte de Justicia de Jo Nación que aqui se onaliza. Desde el proyecto de resolución, o cargo de la ponencia del Ministro José Ramón Cossío, se trozon las coordenadas de un razonamiento sólido, cloro y orientado en clave garantista. De hecho, sin omboges, desde el comienzo de su argumentación, los Jueces constitucionales colocon a la libertad de expresión, a la libertad de imprenta y a la libertad religiosa como el eie central de sus cavilaciones. De esto forma abordan este caso iudiciol desde el mirador odecuodo: preguntándose s i la normo municipal onalizoda era violatoria de los derechos fundarnen- lnvsrtigodor dd Institutode invertigacionssJ~ridirnsde le Univeisidod Nacioool Autb noma de Méxio. tales y no, como pudieron haber hecho, si los autoridades municipales tenían la legitimidad y los argumentos necesarios poro imponer restricciones a los mismos. Ambas cuestiones, por obvias razones, tuvieron que ser consideradas durante la resolución del caso, puesto que constituyen las dos caras del problema, pero lo destacable es que los Ministros abordaron el estudio del caso por el lado de los derechos y no por la vertiente de los ~ 0 d e r e s .Yl ~en ~ todo ello, es menester reconocerlo, contribuyó la redacción del recurso de amparo promovido por el queioso: fue él quien planteó los dilemas del caso de manera adecuada, identificando los derechos en iuego y trazó los argumentos que los Jueces debían retomar. N o es errada afirmar que este caso es un buen eiemplo de que una buena demanda puede servir de base para una buena sentencia. El caso está puntualmente descrito en la resolución y, por lo mismo, aquísólo me limitaré a destacar los aspectos fundamentales. Un Juez de Disirito del Estado de México negó el amparo a una persona, Stephen Orla Searfoss, que había sido sancionada por distribuir un cuadernillo con contenido religioso y unas octavillas mediante las cuales invitaba a los paseantes a asistir a un concierto. La resolución del Juez no carecía de fundamento: la fracción Xdel artículo 123 de un Bando Municipal de Toluca, ciudad en la que tuvieron lugar los hechos, contempla una sanción pecuniaria para quien "sin permiso, pegue, cuelgue, distribuya o pinte propaganda de carócter comercial o de cualquier otro tipo" en las diferentes bienes "'Con sslor ideas evoco implicitorneniela Revolución Copeinicooodescrito por Narberio Bobbio. Cfr. Bobbio, N., El iiemw de los derechos, Sistema, Madrid, 1993; Teorio Generole dello Potitico, Einoudi, Tetino, 1999. del "dominio público federal, estatal o municipar" como banquetas, comellones, parques, jardines, etcétera. Así que la sanción era procedente, en principio. Sin embargo, el afectado no lo consideró aceptable e impugnó la constitucionolidad del ariículo referido. Y ante la negativa del Juezde Distrito para concederle el amparo solicitado, cuando el asunto ya había sido turnado para su revisión al Primer Tribunal Colegiado en materia Administrativa del Segundo Distrito, dos Ministros de la Suprema Carie de Justicia, Gudiño Pelayo y Cossío Díaz, soiicitoron a la propia Corte que ejerciera su facultad de atracción y, en virtud de ello, la Primera Sala conoció y resolvió el asunto el 29 de noviembre de 2006. Al resolver el caso, los Ministros identificaron los derechos en fuego: la libertad de expresión, la libertad de imprenta y la libertad religiosa. De cada una de estas libertades ofrecieron una breve reflexión conceptual con el fin de evidenciar su importancia. De la libertod de expresión, por ejemplo, recordaron su dimensión individual y su dimensión pública o colectiva, y subroyaron que de ésta última se desprende una estrecha vinculación con la forma de gobierno democrática. En esa dirección, recuperaron también la importancia de la libertad de imprenta y, a partir de la misma, advirtieron -acertadamente-que la censura previa no tiene cabido en el constitucionalismo democrático, Con las palabras de los propios juzgadores: "si los ciudadanos no tienen la plena seguridad de que el derecho los protege en su posibilidad de expresar y ~ublicarlibremente sus ideas, es imposible avanzar en lo obtención (sic) de un cuerpo de ciudadanos (...) capaces de cumplir la función que les corresponde en un régimen democrático". 90 LIBERTADES DE EXPRESlÓN E IMPRENTA Y PROHIBICI~NDE L4 CENSURA PREVIA. Asimismo, más adelante, advirtieron que la otra libertad en liza, la libertad religiosa, también tiene un carácter interno y una dimensión externa mediante el cual entra en contacto can las dos libertades antes referidos. Para finalizar, en su sentencia los Jueces constitucionales destacaron que la libertad de culto es una proyección típica de esa dimensión externa de la libertod religiosa y que se traduce en la posibilidad de practicar"las ceremonias, ritos y reuniones que se osocian con el cultivo de determinadas creencias religiosas". Todo esto, según adujeron, es lo que se encontraba en luego. Con un razonamiento sencillo pero sólido, los Ministros advirtieron que la prohibición establecida en el Bando Municipal, al exigir un permiso para la distribución de cualquier tipo de propaganda en el espacio público, constituye un acto de censura previa que resulta a todas luces inconstitucional. Por lo anterior, finalmente otorgaron el amparo, negado en primera instancia, al Sr. Orla Searfoss. Tiempo después la propia Primera Sala, ratificarla su postura ante el tema de la censura previa con fa siguiente tesis: CENSURA PREVIA. SU PROHIBICIÓN COMO REGLA ESPEC~FICAEN MATERIA DE L~MITESA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Los derechosfundamentalesno son ilimitados en tonto que los poderes constituidos pueden emitir legítimamente normas que regulen su ejercicio, aunque ello debe efectuarsedentro de los límites establecidos por el necesario respeto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Ahora bien, los derechos fundamentales gozan de uno estructura interna principal en virtud de la cual, cuondo el eiercicio de uno entra en conflicto con el ejercicio de oiras, debe atenderse a su peso relativo a la luz de lo totalidad de los intereses y bienes relevantes en una COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONESJURn iC l AS DE LA UNAM paiticulor categoría de cosos, y determinar cuál debe considerorse prevaleciente a los efectos de evaluar la razonabiiidod constitucional del acto o norma reclamados. Sin embargo, en ocasiones la propia Constitución de lo República o los tratados internocionoles de derechos humanos incluyen normas específicas sobre límites, que estructuralmente son reglas, no principios, y que por tonto dicton con precisión el tipo de conclusión iurídica que se sigue en uno determinada hipótesis. Un eiemplo de aquéllas es lo prohibición de la censura previa contenida en el primer párrafo del artículo 70. constitucional y en el numeral 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981; por lo que esta prohibición específica hace innecesario desarrollar el tipo de operoción analítica referida para determinar cuándo lo limitación a un derecho está o no iustificada, es decir, en la medida en que la norma sometida a consideración de este Alto Tribunal pueda calificarse de censuro previa, ser6 obligado concluir que es inconstitucional; y sólo s i la conclusión es negativa será preciso examinar s i es inconstitucional por otros motivos.'50 Me parece tmportonte llomor lo atención sobre los referencios que, en esto interpretación y o lo largo de lo sentencio buio análisis, los Jueces constitucionoies hocen de determinados documentos internocionales (normos, casos, sentencias) en materia de Derechos Humanos. De hecho, en nuestro COSO, el propio recurrente, Stephen Orlo Seorfoss, yo hobío u t i l i ~ a d o instrumentos internocionoles pura fundor su solicifud d e '" .... o p . ni., Semonorío lo. LIW2007;IUS: 173368. Noveno iPoco, Tomo ÑR: febrero da 1007,p: 68% f s ~ l s LIBERTADES DE EXPRfSl6N E IMPRENTA Y PROHlBICI6N DE LA CENSURA PREVIA... 92 amparo y había hecho referencias puntuales y atinadas a resoluciones relevantes de Cortes internacionales y de derecho comparado relacionadas con el tema de las libertades de expresión, de imprenta y religiosa. Este solo hecho iustifica que este amparo en revisión sea considerado una "sentencio relevante" y amerite un comentario específico porque confirma un giro significativo en la manera de litigar y de fundar las resoluciones judiciales en materia de derechos fundamentales. Un cambio en el que, poco o poco, los Ministros de la Supremo Corte están participando. En efecto, a contracorriente con una largo tradición iudicial mexicana que ha tendido a ignorar como fuentes de derecho a los documentos internacionoies a los que el Estado mexicano se ha adherido, lo Suprema Corte, en casos como el que nos ocupo está comenzando a utilizar disposiciones de origen internacional para fundamentor algunas de sus sentencias. Esta tendencia -incipiente aún, pero coda vez más frecuentees prometedoro sobre todo en el campo de los derechos humanos. Esto es así porque el derecho internacional ofrece insumos vaiiosísimos para afianzar las garantías jurídicas de los derechos fundamentales que ya están reconocidos por nuestra Constitución, pero que adolecen de una reglamentación adecuada. Como prueba de esto conviene recordar el artículo 13 de la Convención Americano sobre Derechos humano^'^', referido por la propia Primera Sala en la tesis que hemos reproducido y que también transcribe en la sentencia boio estudio: '" Pipmbodo p a al Senodo el 18 de diclarnbie da 1980. Roiificodo por Mxico el 24 de morro de 1981. Pubticodo en el Diorio Oficid de ia Federocián al 7 de movo da 1981. COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTiGAClONESIURiDICAS DE LA UNAM Artículo 13: 1. Toda persona tiene derecho a la liberiad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en formo impreso o ortística, o por cualquier otro procedimiento de su elección. 2. El ejercicio del derecho previslo en el inciso precedente no puede estor sujeto a previo censuro sino a responsobilidodes ulteriores, las que deben estor expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: a. el respeto a los derechos o o la reputación de los demós, o b. la protección de la seguridad nacional, el arden público o la salud o la moral obblicas. 3. No se puede restringir el derecho de expresión por vios o medios indirectos, tales como el abuso decontroles oficioles o particuiores de papel para periódicos, de frecuencias rodioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de informacióno por cuolesquiera otros medios encaminados a impedir lo comunicación y la circulación de ideas y opiniones. 4. Los espectóculos públicos pueden ser sometidos por la ley a censura previa con el exclusivo objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la infancia y la adolescencia, sin perjuicio de lo esiabiecido en el inciso 2. 5. Estarti prohibida por la Iey toda propogundo en favor de la guerra y toda o p o l ~ í dd a odio nacional, racial a di- 93 94 LIBERTADES DE EXPRESlON E IMPRENTA Y PROHIBICI~N DE LA CENSURA PREVIA^ gioso que constituyan incitaciones a lo violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persono o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional. Como puede observarse, se trata de un dispositivo muy completo que robustece lo regulación mexicana en materio de libertad de expresión y de libertad de imprenta, recogidas en los artículos 60. y 70. constitucionales. Esto, entre otras razones, porque la norma internacional amplío y precisa algunas goranfíos paro ambos derechos y, de paso, como consta en los incisos 4 y 5 del propio artículo de la Convención, indica algunas circunstancias en los que resulta legítimo imponer limitaciones al ejercicio de los mismos. Es así como el derecho internacional se convierte en un instrumento muy valioso poro moldear las decisiones iudiciales que involucran derechos fundomentoles. Y no me refiero solamente a las normas internocionoles que, al ser rat~ficadaspor el Estado mexicano, por mandato del artículo 133 constitucional y por decisión de la Suprema Corte, son derecho vigente de rango infraconstitucional pero suprolegal en México, sino también de las decisiones de ínstancias internacionales que, sin ser obligatorias para las outoridodes mexiconas, sirven como brújula para los Jueces. IV. La resolución de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de lo Nación que nos ocupa es una especie de refrendo de lo que algunas instancias internocionoles han señalodo en materio de libertad de expresión. Es el caso, por eiemplo, de resolucioncrs de la Corte In+eraniericanade los Derechos COMENTARiO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JUR~DICASDE iA UNAM Humanos en algunos casos clamorosos de los años recientes o, incluso, de las declaraciones que sobre este tema ha emitido la Comisión Interamericano de los Derechos Humanos. Propongo algunos ejemplos que ofrecen sustento a esta afirmación y que el lector puede comparar-para des-con encontrar sus similitu- los razonamientos ofrecidos por los Jueces mexicanos en el cuerpo de la sentencia que ocupa nuestra atención: A. En el caso Ricardo Canese vs. Poraguuy (sentencia de 31 de agosto de 2004, Serie C No. 1 1 1) la Corte Interamericana advirtió, entre otras cosas, lo siguiente: 77. La Corte ha señalado anteriormente, con respecto al contenido del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, que quienes están bajo la protección de la Convención tienen no sólo el derecho y la libertad de expresar su propio pensamienio, sino también el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole. Es por ello que la libertad de expresión tiene uno dimensión individual y una dimensión social, a saber: ésto requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente menoscobado o impedido de manifestar su propio pensamiento y representa, portanto, un derecho de cado individuo; pero implica también, por otro lodo, un derecho colectivo a recibir cualquier información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno. B. En el caso Herrero Ulloa vs. Costa Rica (sentencia de 2 de julio de 2004, Serie C No. 107) l a misma Corte determinó, entre muchas consideraciones relevantes, lo siguiente: 121. Respedo de estas requisitos la Corte seña16 que: "a necesidad" y, por ende, la legalidad de las restricciones a 96 LIBERTADES DE EXPRES16N F iMPRENTA Y PROHiBlCi6N DE LA CENSURA PREVIA.. la libertad de expresión fundadas sobre el artículo 13.2 de la Convención Americana, dependerá de que estén orientadas o satisfacer un interés público imperativo. Entre varias opciones para alcanzar ese objetivo debe escogerse aquélla que restrinja en menor escala el derecho protegido. Dado este estóndar, no es suficiente que se demuestre, por ejemplo, que la ley cumple un propósito útil u oportuno; para que sean compatibles con la Convención las restricciones deben iustificarse según obietivos colectivos que, por su importancia, preponderen claramente sobre la necesidad social del pleno goce del derecho que el artículo 13 garantiza y no limiten más de lo estrictamente necesario el derecho proclamado en dicho articulo. Es decir, la restricción debe ser proporcionada al interés que la justifica y ajustarse estrechamente al logro de ese legítimo obietivo. C. En e l caso Ricardo Conese vs. Paraguay (sentencio de 31 de agosto de 2004, Serie C No. 11 1) la misma instancia señaló: 95. Lo Corie considera importante destacar, como en casos anteriores, que el derecho a la libertad de expresión no es un derecho absoluto, sino que puede ser objeto de restricciones, tal como lo señalan el artículo 13 de la Convención en sus incisos 4 y 5 y el articula 30 de la misma. Asimismo, lo Convención Americana, en el inciso 2 del referido articulo 13 de la Convención, prevé la posibilidad de establecer restricciones a la libertad de expresión, que se manifiesion a través de la aplicación de responsobilidodes ulteriores por el ejercicio obusivo de este derecho, las cuales no deben de modo alguno limitar, m6s allh de lo estrictomente necesario, el alcance pleno de la libertad de expmsión y canvertime en un mecanismodiredo oindirecto de censuro previa. COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JUR~DICASDE LA UNAM D. Porsu parte, en el mismo tenor, la Comisión Interamericano de los Derechos Humanos, en el año 2000, aprobó una Declaración de Principios sobre Libertad de E x p r e ~ i ó nde '~~ la que destacan las siguientes disposiciones: 1 . La libertad de expresión, en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente o todas las personas. Es, además, un requisito indispensable poro lo existencia misma de una sociedad democrático. 5. La censuro previo, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual o electrónico, debe estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así tambikn ia imposición arbitraria de información y lo creación de obstócuios al libre flujo informativo, violan el derecho a lo libertad de expresión. 6. Toda persona tiene derecho o comunicar sus opiniones por cualquier medio y forma. Lo colegiación obligotorio O la exigencia de títulos para el ejercicio de la actividad periodístico, constituyen una restricción ilegítima o la libertad de expresión. La actividod periodística debe regirse por conductas éticas, las cuales en ningún caso pueden ser impuestas por los Estados. 7. Condicionamientasprevios, tales como veracidad, oportunidad o imparcialidad por parte de los Estados san incom- '5'Apiobodo por lo Coms6n lntammericono de Deredios Humonos en odubre de 2M)O (en el 108 periodo ordinario). El texto completo se puede leer en hlip://w.cidh.rns.orSl BosicoslBosico~I3.htm 97 98 LIBERTADES DE EXPRESI~Nt IMPRFNTAY PRC~HIBICIONOE LA CENSURAPREVIA patibles con ei derecho a ia liberiad de expresión reconocido en los instrumentos internacionaies. Como hemos recordado, aún cuando estas interpretaciones u opiniones de los instancias internacionales no son obligatorias para el Estado mexicano (como sí lo son las disposiciones de los Tratados), las mismas constituyen insumos y ejemplos valiosos para la resolución de casos en los que se encuentran implicados derechos fundamentales como la libertad de expresión o la libertad de prensa. Esto es evidente en la sentencia de la Primera Sala de la Suprema Corte que ahora estudiamos. La resolución de nuestros Jueces en este caso es un buen eiemplo de imitación iurisdiccional. Y ello es un dato venturoso, La declaratoria de inconstitucionalidad de la censura previo o lo que podía prestarse lo disposición del bando toluqueño se sustenta en la profunda incompatibilidad existente entre dicha práctica y los principios del constitucionalismo democrático. Nuestros Jueces recuperaron ese argumento de la experiencia y decisiones de otros Jueces e instancias internacionales y, en eso medida, pusieron al derecho mexicano en sintonía con el sistema internacional de los derechos humanos. Otro de los argumentos que utilizaron los Ministros mexlcanos paro declarar la inconstitucionalidad del articulo en cuestlón del Bando Municrpal de Toluca fue que dicho ordenamiento ni s~quieraera una ley secundarla. También en este caso abrevaron del derecho y la próctica jurídica internactonales. La Corte Interamericano, en el ya referido caso Herrero Ulloa vs. Costo Rico, ha dejado claro que los eventuales limitaciones a tos derechos fundamentales deben estor establecidos en los leyes: COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONESJURiDiCAS O€ LA UNAM Para poder determinar responsabilidades ulteriores es nece- sario que se cumplan tres requisitos, o saber: l ] deben estar expresamente fijadas por la ley; 2) deben estar destinados a proteger yo sea los derechos o lo reputación de los demás, o la protección de lo seguridad nacional, el orden público o lo salud o moral pública; y 3) deben ser necesorias en una sociedad democrática. La disposición de lo Corte, al menos en este coso, o romper con el provincianismo normativo que históricamente ha co. rocterizodo a los operadores iurídicos del poís, debe celebrarse. Después de todo, los casos que tiene que resolver la justicia mexicano nunca ser6n del todo originales porque la naiuroleza humana es la misma en todas portes. De ohi que los Jueces, en los paises que han adoptado al constitucionolismo democr6tico como formo de orgoniración político, enfrenten conflictos parecidos que pueden resolverse mediante criterios similores. Obviamente, como diría Dieter Nohlen, "el contexto pera muchos cosos que ahora se resuelven en México, en sus rasgos generoles, ya hon sido objeto de estudio en otros latitudes. Y eso nos permite aprender de la experiencia internacional. Nuestros Jueces pueden volteoí o ver los decisiones de casos dificiles que hoyon tenido que enfrentor los Jueces de otros paises {o de una Corte internocionoi) poro ponderar la pertinencia de recuperar algunos de sus argumentos, Y, de esto forma, pueden contribuir a genemr una especie de "sentido común iwrídico' en clove garontisto o nivel mundial. LiñERTADES DE EXPRES16N E IMPRENTA Y PROHIBiCI6N DE LA CENSURA PREVIA 1 O0 Si volteamos a ver al derecho comparado, por eiemplo, encontraremos que la Suprema Corte de los Estados Unidos, en 1939, enfrentó un caso emblemático en la historia de la jurisprudencia americana que presenta muchas similitudes con el caso del Bando Municipal toluqueña: el caso Schneider vs. State. Basta con mencionar los cuatro eventos que involucraba el caso para evidenciar las similitudes: a) un Testigo de Jehovh que se inconformó en contra de una ordenanza municipal que exigía contar con una autorización para solicitar el voto popular o contribuciones económicas puerta a puerta; b) una persona que fue condenada por distribuir una octavilla que anunciaba una reunión organizada por una asociación de nombre Friends Lincoln Brigada en la que se discutirían aspectos de la Guerra Civil Española; c) un participante en una huelga de un mercado que fue condenado por distribuir octavillas que explicaban la posición de los trabajadores; d) una octavilla que convocaba a una reunión para protestar por la manera en la que se implementaba un programo estatal del seguro de desempleo. Ese caso, como nos recuerda Owen Fiss, permitió que los Jueces lidereados por el iustice Roberts crearan "el test del sopesamiento equilibrado" que consiste en que "el orador de la esquina de la calle puede ser silenciado si, y sólo si, el Estado puede demostrar que tiene un interés distinto a l de suprimir la expresión de opiniones y que lo imporfancia de ese interés supera la del daño que causa a la libertad de expresión". 154 Si nos fijamos con atención, aunque no la dijeran en SU sentencia, ese es el razonamiento que siguieron las Minis- --- '" Ck fii,O.,L i h d & q r e 6 n y s3huclura socioi, Biblioteca de k m . Filoso% del Deraha y PoiRim. Ed. Fonl~moio.Mhico, 1997, p 94. COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURIDICAS DE L4 UNAM tros de la Primero Sala de nuestra Corte de Justicia. Al analizar la disposición del Bando Municipal de la ciudad de Toluca, a la luz de las acciones realizadas por el Sr. Stephen Orla Searfoss, los Ministros concluyeron que el Estado no tenía razones justificadas para dañar un derecho tan importante para una democracia como lo es la libertad de expresión. De nueva, la ausencia de originalidad se explica y se justifica porque en estos menesteres 'no hay nada nuevo baio el sal'. Y que bueno que así sea. VI. Este comentario no estaría completo sin algunas reflexiones críticas o, por lo menos, sin alguna referencia a los problemas que conllevan algunas de los reflexiones de los jueces. Es poca lo que puedo aportar en esa dirección porque, como yo lo he advertido, comparto ampliamente el sentido de la resolución que ahora comento. N o obstante se me ocurren tres cuestiones puntuales que pueden resultar probfemhficas hacia el futuro: a) Los Ministros de la Primera Sala asumieron una tnterpretación comprometida con una forma de concebir la libertad de expresión que, a pesar de sus bondades, gravitar& de manera signiftcotlva cuando deban resolverse casos difíciles en el futuro. Piensa, en concreto, en el amparo que fue ptamovido par olgunos empresarios e inteiectuales en contra de algunas disposiciones de la reforma electoral del ano 2007. f n concreto, su interpretación en el coso Orla Searfoss se& probtem6fica cuando deban valorar las argumentos que pidan la decloratona de inconstitucionalidadde las disposiciones q u ~ prohiben o cualquier persona lo contratación de tiampo&sid radio y televisión para promover candidatums e 101 102 LIBERTADES DE EXPRLSI6N E IMPRENTA Y PROIIIBICI~NOE LA CENSURA PREVIA realizar propaganda para influir en las preferencias electorales de los ciudadanos o pronunciarse en favor o en contra de los partidos políticos y sus candidato^.'^^ Esto es así porque, si nos otenemos o sus dichos en la sentencia que ahora comentamos, para los Ministros, la difusión de las ideas "por cuolquier medio y a las personas que uno desee" es un derecho protegido constitucionalmente de primer orden. Esto, de hecho,explica que la libertad de expresión y la libertad de imprenta se encuentren consagradas en artículos constitucionales diferentes. De ahí, prosiguen los Ministros, la gran importancia que el Constituyente permonente depositó "en la garantía de que las autoridades públicas n o utilizaran estrategias indirectas o estrategias de consecuencias irreversibles, para entorpecer la difusión y comunicación de las ideas...". Como puede verse, a la luz de estas tesis, la reforma electoral contiene disposiciones probiemáticas, al estar directamente orientadas a entorpecer la difusión y comunicación de determinadas ideas. Y constituye una limitación directa de la libertad de expresión. De hecho, en la sentencia del caso Orla Searfoss, los Ministros de la Primera Sala, citan una interpretación de la 'i5iasprincipaler disposiciones impiignador son lar que ~eencuentionen el oriículo 49. páiiofos terrero y iuorio, del C6digo Fedemi de institucionar y Procedimientos Electoroler que o lo letra ertoblecen l o siguienle: "Los partidos políticos, piecondidotor y randidofor o corgor de elección popular, en ningún momento podrhn conhatar o odqiiiiir, por sí o por terceros pemonar, tiempos en cualquier inodolidod de rodio y talevirián. Tompoca p o d d n contiolor los dirigentes y oiiliodai o un poiiido político, o cualquier ciudadano, poro ro promoci6n penonoi con iinen electosoles. La violoci6n o esta norm s e d zannonadii en loa teminon dirpuchion en el iibio Séptima de orie C6digor; y 'Ninguna persono firica o moml, $ea o t h l o propio o par cuento detercerar, podr6 «>nfmtorpropogodoen rodio y ieleuiri6n dirigido a influir en lo?;preferenios alecioroles de iar ciudodanon, ni o fovw o en conirn de p i t i d o * poiiiico~o de candidotoa a «ioos de eieccidn ,oooulor. Quedo oiohihidn lo tronsrnirión en termono noiionol de mie tipo pmpogondo centroiodo en si eitoniero. Loa inirocciaosr o Iossiobkido en este p6rrofoner6n soncionodor en los tárminoadirpriertor en el Lihm Séptimo de eats C6digom. ' . COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTiGACIONES JURÍDICAS DE LA UNAM Corte Interamericano de Derechas Humanos en la que se afirma de manera categórica que "una restricciónde las posibiiidades de divulgación (por cualquier medio apropiado) representa directamente y en la misma medida, un límite al derecho de expresarse libremente". De cierta forma, esta idea está relacionada con la prohibición de censura que, según ahora nuestros Ministros, 'implica que el Estado no puede someter las actividades expresivas o comunicativas de los particulares a la necesidad de solicitar previamente un permiso a la autoridad". Estas inierpretaciones obligarán a la Corte a realizar un juicio de ponderación muy bien motivado cuando resuelvan los amparos contra la reforma electoral. 0, para decirlo con Owen Fiss, los obliga a realizar "el test del sopesamiento equilibrada" muy riguroso. En lo creo que, en el contexto mexicano de la primera década del siglo XXI, sí existen las razones suficientes para justificar la limitación a la libertad de expresión que implican las nuevas disposiciones electorales. Esto es así porque dichas restricciones responden a la necesidad de proteger a las instituciones democrúticas frente a los poderes privados y al imperativo de garantizar la equidad en las contiendas electorales. Pero el caso no es fácil y será la Corte la que tenga la última al abra. De ahía que sus consideraciones en el caso del amparo otorgado al Sr. Orla Seatfoss sean fan significativas. b) Las Ministros afirman que la dimensión externa de la libertad religiosa entra en contacto, también, con otras libertades como la libertad de reunión y l o que llaman la 'libertad de enseñanza'. Aunque no es un aspecio relevante para el caso que nos ocupa, me parece que esta es una idea que, por problemática y -desde crriPsxape&m-ercada, merece 103 104 ll8ERTADES DE EXPRESI~NE IMPRENTA Y PROHIBICION DE LA CENSURA PREVIA ser comentada. Ello, sobre todo, por las consecuencias que podría llegar a tener. En un Estado laico, que es el presupuesto para el Estado democrático, la libettad religiosa no puede implicarnada parecido a la libertad de enseñanza. N o al menos si la idea está referida o la escuela pública (aunque el argumento vale también, idealmente, para la escuela privada). El derecho de los padres -reconocido en múltiples documentos internacionales- de inculcar una creencia religioso a sus hiios no debe traducirse en el presunto derecho de imponer en la escuela una educación religiosa determinada. Lo que está en juego no sólo es el carácter científico, racional e ilustrado que debe caracterizar a la educación de los niños y las niñas en un Estado laico sino también la protección de lo autonomía moral de los mismos. En este caso la autonomía que vale no es la de los padres, ya que ello supondría una imposición heterónoma sobre los menores, a través de la escuela, de un credo determinado. Lo cual, además, debilita la posibilidad de construir uno ciudadanía democrática. En la escuela, los niños y las niñas deben aprender0 convivir con otros niños y niñas de credos diferentes y a utilizar los instrumentas laicosde la razón y del discernimiento como herramientas para comprender el mundo en el que viven. Para decirlo con W. Kymlicka: Las colegios públicos no enseñan civilidad diciendo únicamente a los estudiantes que sean buenos, sino insistiendo también que los estudiantes se sienten iunto a otros estudiantes de razas y religiones diferentes y cooperen con ellos en las traboios escolares o en los equipos deportivos... no bocto simplemente con dedr a los esiudiantes que kt mayoría de las parsom no comparte su religiitn. Basta con que COMENTARIO DEL INSTITiiTO DE INVESTIGACIONESJURiDtCAS DE LA UNAM uno se vea rodeado de personos que comparten el credo propio, paro que puedo sucumbiro la tentación de pensar que todo aquel que rechace lo religión que uno ha abrazado es en cierto modo ilógico o d e p r a v ~ d o . ' ~ ~ Evitar que esto último suceda, garantizando que en la escuela exista una especie de libertad ante la religión, es responsabilidad del Estado. De ello depende la democracia que los propios Ministros quieren defender al brindar, en el caso que nos ocupa, una protección especial a la libertad de expresión. Por lo mismo ellos mismos deberían reconsiderar la idea de que la libertad de enseñanza es un elemento que se desprende de la libertad religiosa. En todo caso se trata de un derecho que, en un Estado constitucional democrático, debe ser lirnitado porque si los menores no aprenden a reconocerse recíprocamente una igual dignidad moral e intelectual, susceptible de proyectarse a todo el género humano, será dificil contar con sociedades obietias y pacíficas. Desde siempre, el miedo a la diferencia, muchas veces inculcado por las religiones, es causa de tensión y de conflicto. Por ello, la escuela tiene una responsabilidad ineludible: ofrecer un terreno pateio para que los ciudadanos y ciudadanas del futuro entrelacen relaciones afectivas, éticas e intelectuales, mós allá de sus diferencias. Más allá de los dogmas y de los prei~icios.'~' c) Finalmente, en su sentencia los Ministros advierten, con razón, que una proyección tipica y específica de la libenad religiosa es la libertad de culto. Pero erradamente sostienen - < M Kymlicke W., Lo poiitico ucm6cwb. Nocionoiismo, multiculbmfiuno r ciucbdonie. ~ n ~ n Borcetono, p a i d ó ~2003, p. 356. citodo pcrt M. Co&n*ll. e* Lm en Mento, op. cit., 537-538. '5' 'rnrno esta id- da mi haboyo: SFlkirmi P.,h fuW&: h-. CONAPRED, Mhxim, 2007, en al qva fa doaomllo CM nrmn d-He. n m ~ 106 LIBERTADES D E E X P R E S I ~ NE I M P R E N T A Y FROHIBICIÓN D E LA C E N S U R A PREVIA que todos "los actos de culto no sólo son externos sino también colectivos o grupales y además pertenecen al ámbito de la expresión institucionalizada de la religión". Es decir, excluyen la posibilidad de que los actos de culto público sean individuales o no institucionalizados. Si bien reconocen que pueden existir manifestaciones externas de una creencia religiosa de carácter individual, expresamente sostienen que los actos de 'kulto público son aquellos actos específicamente orientados a desarrollar de manera colectiva los ritos, ceremonias y conductas que las diferentes religiones reconocen como manifestaciones institucionalizadas o formalizadas de su fe religioso, definidas y gobernadas por reglas pre-establecidas por ellas". Esta tampoco es una interpretación particularmente relevante para lo solución del amparo del Sr. Orlo Searfoss pero, de nueva cuenta, pensando en eventuales casos futuros relacionados con el delicadísimo tema de la (siempre amenazado) loicidad estatol, vale la pena detenernos brevemente en el punto para concluir este comentario. Los Ministros de la Primera Sala incurren en un error-probablemente influenciados por la presencio hegemónica de la Iglesia católica en México- o1 sostener que los actos de "culto público" deben reunir dos requisitos: o) ser colecfivos o grupales; b) pertenecer al ámbito de la expresión instiiucionalizada de la religión. Quizá la carocterizociónvalga para el catolicismo pero no para otras religiones -que, aunque minoritarias en nuestro paísmerecen la misma consideroción y respeto. Es verdad que del 86.5 % d e tos mexicanos y mexicanas que dicen profesar alguna religión, el 85.6 se declaran catÓlicos'58 y, por lo 'E Cfr Encuesta slobomdo por Cilfiiulio MshriíW Wmckinri Poll da Roy Campos1 en diciembie de 2W7 COMENTARIO DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONFS JURiDICAS DE LA UNAM mismo, en este contexto, la reflexión de la Corte no provoca mayores problemas, pero el tema de la laicidad y de los alconces y límites a la libertad religiosa debe afrontarse con una visión general. Y lo cierto es que existen religiones no institucionalizadas, como el istamismo o el budismo, que reúnen u millones de fieles en el mundo y que promueven prácticas de culto de carácter individual (piénsese, por ejemplo, en la oración hacia la Meco que realizan los musulmanes y que no siempre tiene lugar en las Mezquitas). Pero incluso en el ámbito católico, que por las razones expuestos es el que tiene mayor relevancia en México, existen algunos actos que podemos considerar de culto público y que no cumplen necesariamente con los requisitos establecidas por los Ministros de la Primera Sala. Pienso, por ejemplo, en algunas peregrinaciones que, de manera individual o colectiva emprenden los fieles de esa religión hacia ciertos lugares de culto. Esos actos, sin duda, son en principio legítimos pero deben realizarse respetando los limites que, con fundamenio en el artículo 24 constitucional, establezca la ley respectiva. 107 INTRODUCCI~N ........................................................... I I I. LOS DERECHOSDELHOMBREY LAS GARANT~AS .. INDIVIDUALES ...................................... .............. l . CLASIF~CACI~N 2. LAS GARANT~AS . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . Y DE IMPRENTA .. al Antecedentes tegislotivos en nuestro pois de tos gorontios de expresión y de imprenta ............. . . ... b) La manifesfociónde los ideas ................................. C) La censura previo . . 11. 13 19 21 23 31 40 LOS MUNICIPIQS Y SUS BANDOS DE BOLIC~A Y BUEN GOBIERNO 45 1. FACULTADLEGISLATIVA DELAYUNTAMIENTO........ 45 2. BANDOS DE POLICÍA Y BUEN GOBIERNO ............ 51 .............................................. ili. AMPXRO EN REV~SION 15PSnB(t4....................... 57 t . ANTECEDENTES .................................................... 57 il8ERTADEs DE E X P R E S I ~ E N IMPRENTA Y PROHIBICS~N DE LA CENSURA PREVIP 110 2. TRÁMITE ANTE V\ SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE iA NACION .......................................................... 3. MATERIA DE REVISIÓNY ELEMENTOS NECESARIOS PARA RESOLVER EL ASUNTO ................. 4. ESTUDIO Y RESOLUCIÓN DEL ASUNTO ................ a] Libertades de expresión e imprenta ......................... b) Libertad religiosa c) El estándor de rev d) La inconstitucionalidad del Bando ........................... 61 62 63 64 74 IV. TESIS DERIVADAS DE LA RESOLUCIÓN ................. 79 V. CONCLUSIONES ................................................... 85 VI. COMENTARIO DEL DOCTOR PEDRO SALAZAR UGARTE, INVESTIGADOR DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURiDlCAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO ............................................................ 87 Esto obra se terminó de imprimir y encuadernar en septiembre de 2008 en los talleres de Corporativo Monteros, S.A. de C.V., calle Bélgico 1267, núm. 2, Col. Portoles, Delegación Benito Juórez, C.P 13300, Mbxico, D.? Se utilizarori tipos Flituta i t Bt y Futura Md Bt en 7, I 0 , l l y 13 puntos. La edición consto de 4,000 eiemplores impresos en papel bond de 75 grs.