Nota: Son dos las cuestiones enjuiciadas por esta sentencia: Por un

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CONTRATACIÓN FUERA DE ESTABLECIMIENTO MERCANTIL DE UN
CURSO CON ENTREGA DE MATERIAL ¿PUEDE EL CONSUMIDOR
SOLICITAR LA ANULABILIDAD DEL CONTRATO ALEGANDO
INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES DE FORMA Y DOCUMENTACIÓN?
¿CÓMO DEBE HACERLO?1
Mª del Sagrario Bermúdez Ballesteros
Profesora asociada del Área de Derecho Civil.
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Toledo.
La SAP Madrid (Secc. 21ª), de 24 de noviembre (AC 2011\1628) resuelve
cuatro cuestiones relacionadas con el ejercicio del derecho de desistimiento en un
contrato realizado fuera de establecimiento mercantil:
Primera, qué valoración ha de hacerse de los requisitos de forma y
documentación exigidos legalmente para esta modalidad contractual para decidir, si en
el caso concreto, ha habido o no incumplimiento de los mismos.
Segunda, qué valoración ha de darse a determinadas actuaciones del consumidor
indicativas de una voluntad contraria a la de resolver el contrato.
Tercera, cuál es el tipo de ineficacia contractual que procede en caso de
incumplimiento de dichos deberes, si nulidad de pleno derecho o anulabilidad.
Cuarta, cuál es el cauce procesal adecuado para proceder a la solicitud de la
ineficacia contractual que corresponda; concretamente, si la anulabilidad del contrato
debe solicitarse por vía de reconvención.
En esta ocasión, el consumidor-demandado había contratado fuera de
establecimiento mercantil un curso con la entrega del correspondiente material en fecha
22 de junio de 2005; la entrega del material se produce el 9 de julio de 2005. En dicho
contrato se fija la obligación de pago por parte del consumidor de la cantidad de 2.925
euros, procediéndose al pago de parte de dicha cantidad (125 euros) en el momento de
firma del contrato y acordándose el pago del precio restante (2.800 euros) en plazos
mensuales de 116,60 euros, de los cuales, tres de ellos (los correspondientes a los meses
de agosto, septiembre y octubre) fueron satisfechos por el consumidor. Dado el impago
del resto de plazos, la empresa decide demandar al consumidor reclamándole la
cantidad de 2.450,2 euros. Ante dicha reclamación el consumidor alega haber revocado
el contrato en fecha 2 de octubre de 2006.
1
Trabajo realizado dentro del Proyecto de Investigación DER2011-28562, del Ministerio de Economía y
Competitividad (“Grupo de Investigación y Centro de Investigación CESCO: mantenimiento de una
estructura de investigación dedicada al Derecho de Consumo”), que dirige el Prof. Ángel Carrasco Perera.
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La Audiencia confirma el fallo del Juzgado de Primera Instancia que, estimando
íntegramente la demanda de reclamación de cantidad interpuesta por el empresario,
condena al consumidor al pago de 2.450,2 euros más los intereses legales y costas
procesales.
El consumidor -demandado en la instancia y recurrente en apelación- sostiene,
entre los motivos de apelación, lo siguiente: a) Que el contrato celebrado fuera de
establecimiento mercantil no cumple las exigencias formales de la Ley 26/1991
(concretamente, no figura específicamente en el contrato y con las exigencias
establecidas en la ley, la posibilidad de revocación y los plazos para el ejercicio de
dicha facultad), por lo que ha de entenderse nulo. b) Que, en cualquier caso, el contrato
puede ser resuelto, cosa que hizo el día 2 de octubre de 2006. c) Que el juzgador de
instancia hace una incorrecta valoración del art. 438 LECiv, por cuanto la reconvención
expresa no debe ser planteada antes de la vista. Añade al respecto el recurrente que en
casos como el presente, cuando el juicio verbal tiene su origen en un procedimiento
monitorio anterior, donde sí se formuló oposición, la parte actora ya tiene conocimiento
de los motivos de oposición de la parte demandada, siendo por tanto a ella, y no a la
recurrente demandada, a quien habría de exigirse el contenido del art. 438 LECiv.
Con relación al posible incumplimiento de los requisitos de forma y
documentación exigidos para este tipo de contratos en el art. 3 de la Ley 26/91
(actualmente, art. 111 TRLGDCU), dicha norma no sólo exige al empresario que el
documento contractual se formalice por escrito en doble ejemplar, que informe por
escrito al consumidor sobre su derecho a rescindir el contrato, con la indicación del
plazo y entrega de un documento de revocación en el que consten el nombre y dirección
de la persona a que ha de ser enviado, sino que exige, además, que el documento
contractual contenga, en caracteres destacados e inmediatamente encima del lugar
reservado para la firma del consumidor, una referencia clara, comprensible y precisa del
derecho de éste a revocar el consentimiento otorgado y los requisitos y consecuencias
de dicho ejercicio. Correspondiendo al empresario la prueba del cumplimiento de tales
exigencias y calculándose el plazo de 7 días para resolver el contrato, a partir de la
fecha en que el consumidor haya recibido del comerciante dicha información.
En cuanto a la interpretación que ha de hacerse del término “caracteres
destacados”, afirma la Audiencia que no existen cuando las letras de dicha cláusula y la
consiguiente posibilidad de revocación y el plazo de ejercicio se distinguen menos que
el resto de cláusulas contractuales, cuando el tamaño de la letra donde se fije dicha
posibilidad de revocación sea ínfima en relación con el resto o cuando aparezca con
caracteres de imprenta menos destacados. Concluye la Sala que ninguna de las
anteriores circunstancias acontecen en el caso de autos, no apreciándose el
incumplimiento alegado por el consumidor. De forma contraria, en el supuesto
enjuiciado, se fija en negrilla, esto es, en caracteres destacados con relación al resto del
clausulado, que “el comprador dispone de 7 días a contar desde la recepción de los
soportes pedagógicos para ejercitar el derecho de revocación, devolviendo los objetos
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recibidos sin coste alguno y obteniendo el reintegro de las cantidades abonadas. Para
ello, recibe, además, el documento de revocación”.
Se pronuncia, asimismo, la Audiencia sobre la necesidad o no de firma del
documento de revocación, afirmando al respecto que no es exigible que el documento
entregado de revocación conste firmado por el demandado, puesto que basta con que
éste haya firmado, como así ha sucedido, el contrato por virtud del cual se reconoce
haber recibido el documento de revocación. Por tanto, respecto a esta última cuestión,
ha de entenderse que la Ley (anterior art. 3 Ley 26/91, actual art. 111 TRLGDCU) no
exige que este documento esté fechado y firmado por el consumidor ni que se expida
por duplicado. El término plural empleado por la norma se refiere al documento
contractual. Lo lógico es que la fecha y firma se estampen cuando el consumidor opte
por ejercitar su derecho de desistimiento mediante el envío de este documento, no en el
momento de la firma del contrato.
Además, esta sentencia se suma a aquéllas que estiman acreditado el
cumplimiento de las correspondientes obligaciones formales cuando las empresas
demandadas, como ocurre en esta ocasión, aportan como prueba de cumplimiento la
copia del documento contractual, firmado por los consumidores, en el que consta la
información sobre el derecho de revocación y se menciona la entrega de dicho
documento. Y ello, en aplicación de la doctrina jurisprudencial que establece que
“evidenciada la suscripción de un documento por el demandado, ha de presumirse el
conocimiento y la conformidad del firmante con la totalidad de su contenido, salvo que
se acredite la alteración de uno de sus extremos o que el mismo hubiese sido rellenado
abusivamente o contravenido lo pactado, como resulta, entre otras, de las SSTS 8-31996 (RJ 1996,1936), 27-5-1989 (RJ 1989, 3896), 2-6-1980 (RJ 1980, 2396), que
establecieron que cuando una obligación parece suscrita por una persona a quien afecta
su cumplimiento hay que admitir como presunción iuris tantum que la firma estampada
es una demostración de conformidad de quien la puso, ya que el autorreconocimiento o
confesión de certeza de la propia firma tiene la eficacia de asumir su contenido, como
así lo impone la declaración de voluntad que la suscripción documental comporta, según
preceptúa el art. 1255 del CC, de modo que tal adveración presupone la autenticidad del
documento escriturado, de no demostrarse lo contrario mediante prueba a cargo del
demandado”2.
Respecto a la revocación del contrato que el consumidor alega haber
realizado en fecha 2 de octubre de 2006, de los datos fácticos que acontecen en el caso
enjuiciado (fecha de contrato la de 22 de junio de 2005, entrega de paquete por la
entidad actora en fecha 9 de julio de 2005 y pago de tres plazos –meses de agosto,
septiembre y octubre de 2005- de la cantidad adeudada por parte del consumidor)
infiere la Audiencia no ya sólo que había transcurrido con creces el plazo para la
resolución del contrato fijado en 7 días desde la fecha de firma del contrato o si se
2
Así se declara en la SAP Guadalajara (Sec. 1ª), 19 noviembre 2004 [AC 2004\2356] (F. Dº. 1º).
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quiere desde la recepción del paquete a cuya entrega se obligaba la parte actora, sino
que la prestación a que resultaba obligada la parte actora era de satisfacción del
demandado. Porque en caso contrario, no habría abonado tres de los plazos pactados,
durante los tres meses posteriores a la entrega de la mercancía pactada.
Con relación a estas últimas apreciaciones, la sentencia que se comenta se adhiere a
los pronunciamientos judiciales que valoran determinadas actuaciones del consumidor
como indicativas de una conducta contraria a la voluntad revocatoria del contrato. Así,
en aquellos casos en que, interpuesta demanda de reclamación de cantidad por el
empresario, y alegado en su defensa por el consumidor-demandado el hecho de haber
ejercitado el derecho de desistimiento (antiguo derecho de revocación) sin lograr
acreditarlo fehacientemente, son circunstancias o indicios obstativos a la apreciación
judicial de dicho ejercicio, los siguientes: el hecho de proceder al pago de parte del
precio por parte del consumidor3 o retener las mercancías objeto del contrato con
posterioridad a la expiración del plazo de ejercicio del desistimiento4. Incluso, en
algunas ocasiones se consideran tales conductas como un hecho que presupone la
confirmación o revalidación de los contratos de consumo potencialmente anulables por
infracción de las formalidades contractuales requeridas en el art. 3 LCCFEM.
En lo referente al tipo de ineficacia con que el art. 4 de la Ley 26/1991
sanciona el incumplimiento de los requisitos de forma y documentación del contrato
celebrado fuera de establecimiento mercantil (actualmente, art. 112 TRLGDCU)
sostiene la Audiencia que es la anulabilidad o nulidad relativa y no la nulidad absoluta o
de pleno derecho la forma de ineficacia que corresponde. Se declara al respecto que no
es norma general de nuestro Derecho que los defectos formales causen nulidad radical
o absoluta en los negocios jurídicos, menos aún en los contratos, de interpretarse el
contenido del art. 3 como motivo de nulidad radical, nos encontraríamos en que todo
acuerdo contractual jamás produciría sus efectos y estaría a merced de que cualquiera
de las partes pudiera solicitar el reconocimiento de su ineficacia sin límite alguno de
tiempo. En definitiva, que, aún cuando invocásemos el art. 6.3 del CC, el propio
precepto llama a la norma vulnerada para describir los efectos de tal infracción, siendo
así que en este caso el art. 4 de la ley 26/91, exigiría el ejercicio de acción expresa
para dejar inválido el acuerdo5.
3
SSAP Guadalajara (Sec. 1ª), 19 noviembre 2004 [AC 2004\2356] y 10 octubre 2006 [AC 2006\1864]
(F. Dº. 2º), SAP Islas Baleares (Sec. 5ª), 30 enero 2006 [AC 2006\180].
4
SAP Barcelona (Sec. 16ª), 27 abril 1998 [AC 1998\4545], SAP Tarragona (Sec. 1º), 20 octubre
2000 [AC 2000\2562], SAP Guadalajara (Sec. 1ª), 19 noviembre 2004 [AC 2004\2356], SAP Madrid
(Sec. 11ª), 27 noviembre 2007 [AC 2008\303] y SAP Guadalajara (Sec. 1ª), 28 abril 2008 [JUR
2008\331781].
5
Idéntico argumento se recoge en la SAP León (Sec. 3º), 29 mayo 2008 [JUR 2008\330268] (F. Dº. 3º).
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Esta calificación de la acción del art. 4 Ley 26/91 (art. 112 TRLGDCU) es la
sostenida de forma unánime por la doctrina y por la mayoría de las sentencias de las
Audiencias6. No obstante, algunos pronunciamientos judiciales, aunque minoritarios7,
declaran como forma de ineficacia contractual por contravención de los requisitos
formales no la anulabilidad sino la nulidad de pleno derecho, pudiendo, por tanto, ser
declarada de oficio por el juez. Dichos pronunciamientos judiciales parten de la
sumisión de estos contratos a forma escrita ad solemnitatem, considerando que la acción
ejercitable en caso de incumplimiento es la de nulidad de pleno derecho y, como tal,
susceptible de actuarse tanto por vía de acción, instando el consumidor su declaración,
como por la de excepción, frente a la pretensión de cumplimiento emprendida por el
empresario. Otros argumentos esgrimidos al respecto son los siguientes:
- La infracción de los requisitos formales estipulados en el art. 3 Ley 26/91
(actualmente, art.111 TRLCU), dirigidos al conocimiento y eventual ejercicio
eficaz del irrenunciable derecho de revocación (actual derecho de desistimiento)
por parte del consumidor, constituye una deficiencia formal tan grave que
contravienen el art. 6.3 CC. En otras palabras, la infracción de lo estipulado en el
art. 3 LCCFEM, norma con alcance imperativo, supone la nulidad de pleno
derecho del contrato, por aplicación del art. 6.3 CC.
- Dicha infracción de los requisitos formales se traduce en una imposibilidad
para el consumidor de conocer en profundidad sus derechos y deberes
contractuales, afectando a la causa del contrato. Ello hace que se califique al
6
Así se sostiene, entre otras, en las siguientes sentencias: SAP Asturias (Sec. 4ª), 6 noviembre 1997
[AC 1997\2301], SAP Zaragoza (Sec. 2ª), 7 mayo 1998 [AC 1998\4545], SSAP Barcelona (Sec. 16ª),
23 junio 1998 [AC 1998\1334] y (Sec. 12ª), 5 octubre 1998 [AC 1998\1858], SAP Asturias (Sec. 6ª),
30 abril 2001 [AC 2001\2239], SAP Valladolid (Sec. 3ª), 23 julio 2001 [JUR 2001\251216], SAP
Tarragona (Sec. 1ª) 30 septiembre 2002 [AC 2002\2349], SSAP Cantabria (Sec. 2ª) 17 octubre 2002
[JUR 2003\52], (Sec. 3ª) 26 febrero 2003 [JUR 2003\157715], SAP Tarragona (Sec. 1ª) 8 mayo 2003
[JUR 2004\6331], SAP Barcelona (Sec. 14ª), 3 marzo 2003 [JUR 2003\199447], SAP Salamanca, 6
octubre 2003 [AC 2003\1962], SAP Córdoba (Sec. 2ª) 6 octubre 2003 [JUR 2003\270598], SAP
Asturias (Sec. 7ª), 14 octubre 2003 [AC 2003\189], SAP Sevilla (Sec. 5ª) 16 octubre 2003 [AC
2003\1638], SAP Castellón (Sec. 3ª), 19 noviembre 2003 [AC 2003\1623], SAP Huelva (Sec. 2ª), 1
abril 2004 [JUR 2004\200672], SAP Madrid (Sec. 11ª) 22 junio 2004 [AC 2004\1116], SAP
Barcelona (Sec. 1ª) 27 septiembre 2004 [AC 2004\1893], SAP Badajoz (Sec. 3ª), 6 noviembre 2004
[JUR 2004\50044], SAP Barcelona (Sec. 4ª) 31 enero 2005 [AC 2005\139], SAP Alicante (Sec. 8ª), 10
febrero 2005 [JUR 2005\80594], SAP Castellón (Sec. 2ª), 3 noviembre 2005 [JUR 2006\107433], SAP
Toledo (Sec. 2ª), 20 febrero 2006 [AC 2006\189], SAP Madrid (Sec. 21ª), 21 marzo 2007 [JUR
2007\214230], SAP Murcia (Sec. 5ª), 19 diciembre 2007 [JUR 2008\101089], SAP Barcelona (Sec.
16ª) 15 febrero 2008 [AC 2008\640], SAP Girona (Sec. 2ª), 22 abril 2008 [AC 2008\1059], SAP
Murcia (Sec. 5ª), 28 noviembre 2008 [JUR 2009\89838] y SAP Santa Cruz de Tenerife (Sec. 4ª), 7
octubre 2010 [AC2010\1120].
7
En este sentido pueden citarse las SSAP Valencia (Sec. 7ª), 24 de diciembre 2002 [JUR 2004\37945],
y de 21 febrero 2003 [AC 2003\1291], SSAP Málaga, 28 de julio 2002 y 23 de junio 2005, SSAP
Badajoz, 9 de mayo 2003 y 6 de noviembre 2003, SAP Cantabria (Sec. 4ª), 8 marzo 2004 [JUR
2004\126565], SAP Alicante, 10 de febrero 2005 y SAP Zamora, 21 de marzo 2006.
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contrato como carente de causa, mereciendo como sanción la nulidad radical;
pudiendo, por ello, ser declarada de oficio por el juez.
En cuanto al cauce procesal adecuado para hacer valer la anulabilidad, esta
sentencia se une al grupo mayoritario de resoluciones8 que se mantienen fieles al
principio reconocido por la jurisprudencia según el cual “mientras la nulidad de pleno
derecho puede oponerse por vía de acción o excepción, habida cuenta del carácter
declarativo del pronunciamiento que la reconozca, la anulabilidad, por el contrario,
únicamente puede solicitarse por vía de acción, ya sea mediante una demanda
reconvencional o en proceso autónomo, habida cuenta de su naturaleza constitutiva, por
lo que la parte interesada, esto es, el consumidor, deberá ajustarse a los términos y
formalidades prescritas al respecto en los arts. 438.1 y 29 en relación con el art. 408.210,
ambos de la LECiv” 11. Así, con relación al caso enjuiciado, declara la Audiencia que no
8
SAP Cantabria (Sec. 3ª), 26 febrero 2003 [JUR 2003\157715], SAP Tarragona (Sec. 1ª), 8 mayo
2003 [JUR 2004\6331], SAP Salamanca (Sec. única), 6 octubre 2003 [AC 2003\1962], SAP Córdoba
(Sec. 2ª), 6 octubre 2003 [AC 2003\270598], SAP Sevilla (Sec. 5ª), 16 octubre 2003 [AC 2003\1638] ,
SAP Tarragona (Sec. 1ª), 22 marzo 2004 [AC 2004\515], SAP Huelva (Sec. 2ª), 1 abril 2004 [JUR
2004\200672], SAP Madrid (Sec. 11ª), 22 junio 2004 [AC 2004\1116], SAP Alicante (Sec. 8ª), 10
febrero 2005 [JUR 2005\80594], SAP Toledo (Sec. 2ª), 20 febrero 2006 [AC 2006\189], SAP A
Coruña (Sec. 6ª), 1 marzo 2006 [AC 2006\597], SAP Granada (Sec. 5ª), 3 marzo 2006 [JUR
2006\200751], SAP Barcelona (Sec. 17ª), 26 mayo 2006 [AC 2006\2311], SAP Barcelona (Sec. 16ª),
15 febrero 2007 [JUR 2007\204741], SAP Madrid (Sec. 10ª), 23 febrero 2007 [JUR 2007\151767],
SAP Palencia (Sec. 1º), 21 septiembre 2007 [JUR 2008\70232], SAP Murcia, 19 diciembre 2007
[JUR 2008\101089], SAP Barcelona (Sec. 16ª), 15 febrero 2008 [AC 2008\640], SSAP Girona (Sec.
2ª), 22 abril 2008 [AC 2008\1059] y 30 abril 2008 [AC 2008\1077], SAP Murcia (Sec. 5ª), 28
noviembre 2008 [JUR 2009\89838] y SAP Zaragoza (Sec. 2ª), 23 marzo 2009 [AC 2009\921].
9
Los apartados 1 y 2 del art. 438 LECiv. disponen: <<1. En ningún caso se admitirá reconvención en los
juicios verbales que, según la ley, deban finalizar por sentencia sin efectos de cosa juzgada.
En los demás juicios verbales sólo se admitirá la reconvención cuando ésta se notifique al actor
al menos cinco días antes de la vista, no determine la improcedencia del juicio verbal y exista conexión
entre las pretensiones de la reconvención y las que sean objeto de la demanda principal.
2. Cuando en los juicios verbales el demandado oponga un crédito compensable, deberá
notificárselo al actor al menos cinco días antes de la vista.
Si la cuantía del crédito compensable que pudiere alegar el demandado fuese superior a la que
determine que se siga el juicio verbal, el tribunal tendrá por no hecha tal alegación, advirtiéndolo así al
demandado, para que use de su derecho ante el tribunal y por los trámites que correspondan>>.
10
El art. 408.2 LECiv. establece: <<2. Si el demandado adujere en su defensa hechos determinantes de la
nulidad absoluta del negocio en que se funda la pretensión o pretensiones del actor y en la demanda se
hubiere dado por supuesta la validez del negocio, el actor podrá pedir al tribunal, que así lo acordará,
mediante providencia, contestar a la referida alegación de nulidad en el mismo plazo establecido para la
contestación a la reconvención>>.
11
El citado principio se pone de manifiesto, entre otras, en las SSTS 6 octubre 1988 [RJ 1988\7387], 16
junio 1989 [RJ 1989\4692], 7 junio 1990 [RJ 1990\4741], 18 junio 1993 [1993\4685], 22 diciembre
1993 [RJ 1993\10104], 21 mayo 1997 [RJ 1997\4335] y 14 octubre 1997 [RJ 1997\7408] y AP
Granada 12 diciembre 1994 [AC 1994\2179].
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habiéndose hecho valer los motivos de anulabilidad del contrato en aplicación de la ley
26/91, por vía de reconvención, la respuesta del Juez a quo, en el sentido de rechazar
su planteamiento es plenamente conforme a derecho.
Tanto en la sentencia que se comenta, como en otras muchas, la alegación de
anulabilidad por el consumidor demandado sin formular la debida reconvención
constituye el motivo más frecuente para la pérdida del litigio.
No obstante, algunos de los pronunciamientos que siguen la doctrina
jurisprudencial expuesta defienden la necesidad de reconvención para hacer valer la
anulabilidad en base a una “indebida” interpretación a contrario de lo dispuesto en el
art. 408.2 LECiv12.
El art. 408.2 LECiv. regula el tratamiento procesal específico de la excepción de
“nulidad absoluta” del negocio jurídico. No impone esta norma que deba oponerse por
vía de reconvención, sino que el actor puede exigir que, aunque se oponga como
excepción “un hecho determinante de la nulidad absoluta”, se le dé el tratamiento
específico de la reconvención y se permita al actor contestar a la referida alegación de
nulidad en el mismo plazo establecido para contestar a la reconvención 13, cuando en la
demanda “se hubiere dado por supuesta la validez del negocio”14.
La norma que comentamos nada dice de la anulabilidad. Especialmente no dice
ni cabe una interpretación a contrario de la que resulte que el demandado deba oponer
necesariamente la anulabilidad por vía de reconvención. Por ello, la forma más
razonable de interpretar el precepto es entender que respecto a la anulabilidad existe una
laguna, que debe colmarse aplicándose analógicamente la regla específica de la nulidad
12
Así ocurre en la SAP Toledo (Sec. 2ª), 20 febrero 2006 [AC 2006\189] y SAP Girona (Sec. 2ª), 30
abril 2008 [AC 2008\1077].
13
En el juicio verbal, sólo se admitirá la reconvención si ésta es formulada y notificada al actor, al menos,
cinco días antes de la vista (art. 438.1 LECiv.); norma, ésta, que se establece para evitar que la
reconvención sea formulada de forma sorpresiva en el acto de la vista, impidiendo que el demandante
haya preparado su defensa frente a la misma.
14
Cuando en una demanda se ejercita una acción derivada de cualquier tipo de negocio jurídico, el actor
puede proceder de dos formas. En primer lugar, pude solicitar expresamente que se declare la validez de
dicho negocio; pero puede, en segundo lugar, considerar innecesario dicho pronunciamiento y dar por
supuesta la validez del negocio. Por ejemplo, si se pide la condena al pago del precio de una compraventa,
el actor no tiene por qué pedir expresamente que se declare la validez de la misma. En estos casos, si el
demandado opone como excepción la nulidad del negocio jurídico, es razonable que al actor se le permita
contestar a dicha excepción, en la medida en que se trata de una alegación que, aunque en sentido propio
no suponga una ampliación del objeto del proceso, sí que implica una ampliación del debate procesal y
respecto de la cual el actor no tenía por qué estar prevenido. De ahí que el art. 408 LECiv. faculte al actor
para pedir al tribunal que se le permita contestar a la referida alegación de nulidad en el mismo plazo
establecido para la contestación a la reconvención. Vid. DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, Ignacio, Derecho
Procesal Civil. El proceso de declaración. Conforme a la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento
Civil, Centro de Estudios Ramón Areces, S.A, Madrid, 2000, pág. 270.
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contemplada en el art. 408.2 LECiv. La norma debe interpretarse de acuerdo con su
propósito, que no es otro que permitir que el actor puede defenderse de la excepción de
nulidad como si se tratase de una reconvención. Por analogía, si el actor puede siempre
exigir que a la alegación de anulabilidad se le dé tratamiento procesal de reconvención,
no habrá problema en permitir que también la anulabilidad se pueda hacer valer como
excepción, sin que ello afecte a los derechos de defensa del actor, ya que el precepto de
la LECiv. se cuida de garantizarlo.
Otras sentencias, aunque minoritarias, sostienen la posibilidad de hacer valer la
anulabilidad por vía de excepción opositora a la acción de incumplimiento, sin
necesidad de formular una demanda reconvencional.
Como fundamento de dicha posibilidad se alude, en alguna de las decisiones
judiciales, a la “especial finalidad tuitiva de los derechos del consumidor que persigue la
Ley que así la establece”.
En estos casos, la admisibilidad de la declaración de anulabilidad solicitada por
vía de excepción se justifica por la necesidad que tiene el juzgador de salvar trabas
procedimentales, que serían definitivas si el interesado (consumidor) debiera
reconvenir15.
CONCLUSIONES FINALES
No se aprecia en el caso incumplimiento de los deberes de información y
documentación del contrato por parte del empresario. Al contrario:
- Se informa al consumidor en el documento contractual y en caracteres
destacados (negrilla) sobre la existencia del derecho de revocación, requisitos y
consecuencias del mismo.
- Se entrega el documento de revocación, sin que sea preciso que sea firmado
por el consumidor.
La suscripción del documento contractual por el consumidor, hace presumir el
conocimiento y la conformidad de éste con todo su contenido.
Determinadas actuaciones del consumidor son valoradas como conductas
contrarias al pretendido desistimiento alegado. Entre ellas: pago de parte del
precio aplazado y retención de las mercancías una vez expirado el plazo de
ejercicio del derecho de desistimiento.
15
Entre estas últimas sentencias, se encuentran las siguientes: SAP Asturias (Sec. 6ª), 30 abril 2001 [AC
2001\2239], SAP Tarragona (Sec. 1ª), 30 septiembre 2002 [AC 2002\2349], SAP Asturias (Sec. 6ª),
10 marzo 2003 [AC 2003\775], SAP Cantabria (Sec. 2ª), 17 octubre 2003 [JUR 2003\52], SAP
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www.uclm.es/centro/cesco
Es la acción de anulabilidad y no la de nulidad absoluta la prevista legalmente
como sanción al incumplimiento de los requisitos de forma y documentación del
contrato por parte del empresario.
Se defiende la necesidad de reconvención para solicitar la anulabilidad.
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