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Encantadora escena de "E¡ último vals", de la U. F. A.
. 55
20
^
CHARLIE
El creador que nadie pudo imitar, es
para el público el cómico que le hace
reir y llorar al mismo tiempo.
Casi todo lo nuevo en la cinematografía, nace en el cerebro de Garlitos Chaplin, Directores y "Estrellas" consideran sus películas como libros de texto,
h'
en
EL C I R C O , que Artistas Asociados
estrenarán esta temporada es el tipo
perfecto del film cómico.
Hace reir a chicos y grandes con sus
payasadas geniales y los hace enmudecer de congoja cuando refleja en su
cara la tristeza de una tragedia íntima.
CIRCO
!¥•;
CADA PRODUCCIÓN UNA MARAVILLA DE ARTE
Los
Artistas
Mary Pickford
Charlie Chaplin
Asociados
^
/UNITED\
\fiRTISTS/
Douglas Fairbanks
D . W.
Griffith
Rambla C a t a l u ñ a , 62
Teléfono n.** 667 d BARCELONA Telegrs.: ''Utartistu"
^iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii^^^^^^^^^^
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ANO 11
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Director lécciico y Admiriislrador: S. T o r r e í Benet
Redacción y Administración
Redactor jefe: E n r i q u e V i d a l
Director musical : Maestro G. Faura
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Gerente: Jaime Olíveí Vives
Piulr..
Director
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18 OE AGOSTO DE 1927
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Redacción en Madrid: Hortaleza. 46'prl.
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Romero
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En MADRID: D. Manuel Fernández. Poseo Recoletas. 14, quiosco
En ZARAGOZA "La Proteclorif, Colle de San Diceo, 3
bn VALENCIA: D. Manuel Dasl Hueso. Calk Ballesteros, \
^
En SEVILLA; l>, Guillermo Rensel, Calle de Rlvero. quiosco
a
IIIHIIIIJIIIIIII
iriiiiiniriiitiiiiiiii
iliiiiiJiiiiii
iiiiiiiiiiiiiiiiiiii
JtJiiiiiJiiii
iitiriiiniiiniiiiiiiiPitNiíitii
Un retrato de Lily Damita
Nü iiiiirliníi liuriis finles ilu jnirlír <:oii dirriTÍóii a l^nrfs, y <?onio si ¡n-rsinlicse lo qiiP
i|('.-|iih''s (le su Píilifin (ii? iKs[iañii híihííi Í!P
aiiHilecer, por (nilpíi de un [leriúdifo, níril ;i
la iiiviüicii'in, Lily Ilaniila esiTil)i(') iiiiit di.MliraÍ(ii'ia expresivii .en
i.'l rulriilo (|iie [iiihJicamos oii esUi
idana.
Las [iiilaliras ÍJIU; la gnntil y
L'élelii'f pslre!l;i ilirigíí a un camunida iiiicstru lií' Rcrlacrión,
"(.•ij auradi'i'iiiiii'iilo a los bonilos
ai'líniliiíi (Ipiliíiadns a pila Pii
l'Qi'1't.A» FILM», Í.>S la nipjor resIUles!a ijTp TJly Hainila y iiosiil.i'OH |in(l(Miioí; (\i\v\c a «La ^'ni'lii'i). Si cri'p opio r.filiiliaiio ijiu\"A preíiM'iMp lina actitud anihii-'iia a la rpr-lilirarif'in k a l y ex¡dícila, allá 0]. No poiliímus o|ioncrnoñ a que niidin, por FU propia
voluntad, sp poii^a fV\ ridírulo
por prelcnder falsear r,n=a lan
•iaprada rninii la verdad- Poro
-i no n|i(innrno?, lameiitainoií
Hiií' sea 'iT,a Noeheii la ipie ob-ei'va e,«a rnndiif;i¡i equívoca. En
¿n Rrdaerióii h a y periodislaí^ de
liien ganado preslipio, piViodi?In? ciiya amistad nos liniira, y .
L's If'isüinii í[ii(> el peri('idiro quiera liaoerlop solidarios de la eiilpa
«Pasan unos iniíiulos y í)¡;t!us un silbido dr
Icen, a lo lejos divisamo.s el (•onvoy, esa es[iccie de monslnio de vap(u' que la ¡nduslria
lia creado ¡injn ln ¡onna ili> locomídoni,,,"
"Lily Itaniila es JOVIMJ y ludia, de simpliciiliiíl srñni'irolu \ í'|p/íaiilc..
I'"! -iiibravado i's nupslro. V l i a c c i i K i S p U t i t n ,
mí&smms.
(le uno ?oIa fie su? redaclores,
por iTiny aféelo que sea a la
lunpresa eililora. El que eom.promete la seriedad de un [leriódico, merefp ppr separado de su
liedaeeii'm. Vs esta una niiMlida
IIP ín,í;i''nc inlnlnetiial, muy ronvrnienle para evitar el eontagio
df' la i'iividia por ímpoteneia cerebral, V (le la mentira desearada
por falla de verdadero temperamenlo piTiodísIJeo para eneararse con la realidad iumediata, la
del suceso del dfa que lia df
airaer leelores al períódieo.
Claro que no inlenlamos dar
leeeiones dn híííieiie periodistiea
n nadie, ni siquiera a "T,a Noel le^. a|iri>veehnndo la oeasi6n
i|iip ims brinda la di'dientoria de
faly Daniila, que es •id mentís
iníis rohiridn y ealeín'ii'iro que
1 tunde liarse a las afirinariones
del rnonlado papel impreso. A
nosnjrop no nos preorupa epo
PMipeño PUYO de desacredÜarsp
eou burdas inveneioní'S y sostriiiendo a n-daetnres qm* admileti
hechas las erílicas de cine y que
eseribeu párrafos fiomo Ins quisisuen. lambif^n a propósito dp
l,i!y Damita :
i'.Noticias varias habían l a y a d o
llanta nosotros, indicando una
pn'iviitm visita a Itareelima de
la princesa de la jianlalla, la eiicaiUadora y escultui'al Lily Damita, mas el pasado miércoles
rfcihimoó de llegada a nuestra
ciudad it\ jueves, o sea ayer,ii
••'^'^•'vv^.v^rti%^rt/vvv\•r,ñ^v^.ñlrti'•¿^ft,^^fl.^rt,%v^^
•irtfl.VV\^rt.%-."-"---%--%VVl-"-V'-"-''-V'-V"S.^"-'\.W-W'^
~
w
POLA NEGRI
FRENTE
ALAMOR
Su maírimonio con el " p r í n c i p e " Scrge Mdivaní. - Un cspirííu multífornic.
Su matrimonio con el Conde Eugenio Dombski. - El breve noviazgo con
Charles Chaplín. — Su pasión por Rodolfo Valentino. — ¿Quién de t o dos ha sido el preferido? — Una mujer h u m a n a , demasiado h u m a n a .
Yn í-! lector snhcii [lor IÍÍ^ iiifdrrimcioai's raIilegríificas, de que Pola ¡N'cgri !ia reIc'IirínIo en
tdl'nii lie sí ixiiíiu >\ ín''l'au ai-cuas ilc la | d a -
niit lie ei'iminal nii artitm!. Tamtiicn mis auiiL'ds !ue ¡ustai'on a que permaneciera en Var-
ya.,, y eonm si fuesf sii>a la rosta enleran.
sil cuclillo fie Itieiii Serniíicoiirl., ff^rca de Pa-
Ko mismo en la liisLoria de su niñez que
sovia, y hasla mi madrt; intervino en el asun-
rís, su inatrjiíiiiniü con d joven «pi'ÍDeipeí)
en la de su juventud, hay crueles episodios,
lo para impedir mi partida. Pero yo lo aban-
Sergfi Mflivani. Y estoy MCgiiro que el misnio
amargas transiciones que, sin liipiíi'boíe, lia-
iliiMi' todo, cari'era, madre, amigos, comodi-
It'clof, al cnU'rar.se de la [julicia, se habrá ¡íi'e-
een inlenHann.'ntc iinveli-.-^ra la vida de esta
dades. T--a enfermedarl de aquel hombre siguió
g u n l n d o : ¿(ionio es jinsililí' que Pola Ne^'i'i se;
mi^U'i'iosa mujer,
liastará recordar aquellos
•^li curso. La vida se escapaba de su cnerpíj
haya casado ctiaiido liacc menos de nii año se
sus
en
j-iir momentos. Sin cm!)nr,üo, abrigaba la ilu-
nioslralia decepcionada
y tran.sida de doloi'
lliimhei-g, pequeña eiiidaii lie la Polonia mái'-
-^ii'm de que eueoiilraria la manera de salvarlo,
anie la rcpcnlina niueide de su novio Rodolfo
til-. ,\llí i.-onoció, juiílaniente con sus padres,
Teníü <-ii e=os momentos tanta confianza en
Valenlinn, a quien í-nncidcralia eonio el lioui-
el teiTihf ([Ue el ll/ai-isino empleaba para so-
i[i¡ voluntad, que Uegué a creer que vencei-ía
l'oMiT' la i'evolU);ión
lire que le lialiía ín^clio senlir la mfip intensa
pasión de sn vidaí'.., Pi'i'o la Iieüa aiiisla polaca se ha adelantado a esta pi'e;;unla, y ha
declarado n los periodistas ainerieanos qui' no
lia olvidad!) ni (dvidai'á a Hndolfo. Se ha casado simple y senoillainenle porque dehe vivir.
lia enronlrado en sn camino quien pueda resiañar síi hoi'ida, y en medio de su nueva ale•iríti y de su pasado didor, quiere que el mundo vuelva a participar con ella el encanto
agridulce de esle episodio .inioroso.
primeros
años
ipie
I ransenr rieron
el
a la muiM'te. Pero no fué así. Cierta noche
tornieiilu de Sillería, el destierrii más espaii-
iniirii'i en mi< iirazos. Ili-eí enloquocei' de do-
loso que crearon los autócratas rusos. "Fui
Inr. Todo cnanfo tenía en la vida había des-
Lestigo — lia dicho -
de escenas de horribles
aparecido. Anduve sola semanas y semanas,
sufrimientos, escenas en las cuales estuve a
•^" quería volver al teatro, junto a mis amigos, junio a mi madre. ¡.Si no habían coni-
liherlaria.
Vivió en
punto de piM'ceer. Siijie lo i|U<' es el liainlire
y la miseria. Pj'cscució las más endemoniadas
pi'eiidido mi amor, menos coni[H'enderían mi
mutilaciones. Y e.\jii'rinient(?
pena ! l'ní a vivir al Imri-io pobre de la ciudad.
lo que era la
\¡da amarga de las triuclieras, aliicrtas en los
.\llí aprendí a conocer a mis semejantes en las
campos de nieve.»
easuclias miserables.
Pero hoy que Pola se transforma en seño—líl príncipe -
declaró — un; ama y yo
ra y "princesa» de Mílivani, conviene mejor
también le quiero. Varias, muchas veces, in-
recordar toda su hisloria de amor, l-ji ella
sislió en que ¡nlciíirümos nuestras relaciones.
está imjireso un sino fatalista. Todas sus jia-
Siempre le conlesl/i que no, hasla que al fia
conqjj'endí que le amaba,..
siones tienen un rictus de dolor.
—I'ué
listas y otras exjilieacioiies ha dado al uinutiü la lioy «princesa" Pola Negri. Pero lo cierto es que la fascinadora aclriz del teatro del
aiieuclo, siempre ha sillo un enigma para Lodos aquellos que lian querido asomarse a las
ventanas de su alma.
mí
primer
amor - - comeutaba
en
cierta ocasión - - el más grande de mí vida,
•¡lorquc era platónico. Ocurrió cuando
lisia es sintélioaniente la historia del primer anior de Pola. Tal y como ella lo relata.
tenía
lüe/. y siete años en niumenlus en que me hallaba en plena omhriaguez del li'iunfo. (luniplía
a Ja sazón mi segunda lempoí'íida en el teatro
Ahora veamos ntás tarde, ya eil pleno triunfo, cuando era aclamada por su magistral ¡nterfirefacióii
de
'(Madame
Duliarry»,
cómo
efecluó sn primer inati-imonio, y cómo con
éste adquirió su primer lítalo de nobleza.
Había ido a Varsovia a hacer una visila a
donde debuté. Cierto
mi madre para compartir con ella mi triunfo
Ninguna oira ai'üsla de Cinelandia puede
día un joven pintor llegó hasla mí para ¡ledir-
en la primera jielícula que hiee con la <(TIfaji.
como Pola ju-esenlai' una ¡listoria h u m a n a más
me que le permitiera hacer mi retrato. Yo sig-
Perniam;cí varias semanas a su lado, y des-
sugestiva. Posee un espi.i'ilu multiforme,
de
nificaba mucho para él. Apenas iniciado se
jnu% inicié mi regreso a lierlín para continuar
tal nuKlü, que ofrece las más encontradas sen-
encoiilraha en plena lucha con el ambiente ar-
mi I i-abajo, Al cruzar la frontera fui detenida.
saciones. Algunas veces se le han considerado
imjiei'ial de Varsovia,
tístico que U: rodeaba. Se veía que era un hom-
Un guardia aduanero me explicó que no po-
otras,
bre ardiente y visionario. Accedí, y mienlras
dría ¡tasar el límite polaco-alemán cou todas
como la encarnación de la feminidad lodo po-
yo posaba delante de la tela, hablábamos de
mis joyas. Ofrecía pagar un impuesto, pero el
derosa ; después, coum ía vampicesü i¡ue urras-
arle. Ambos éi'amos lamentablemente idealis-
guardia se mantuvo iníb'xihie: no huhía im-
Iru y encadena a los hombres por el abismo
tas, poseíannjs las mismas ilusiones sobre la
puesto ¡lara las joyas bajo el nuevo régimen.
del IJanle; y aún m á s : como la mujer de sino
eomo
una
avenLui'era
cosmopolita;
vida, el amor y el éxito. Aquel homhre tenía
luco ver al agente la imperiosa necesidad
mislcriíísu que mira con indiferencia todas las
una salud delicada, y yo lo sabía, a pesar de
ipie leuía de llegar a Berlín, y que no estaba
[)equeñcces de la vida y, sin embargo, como
lo cual lo nmé intensamenle.
dice lienry Carr, <(tiene joyas que pudrían figurar en la corona de un rey ; tira dólares en
dis{mesla a dejar mis joyas en manos
de
cualquiera. Pero ningún razonamiento me sirCierto día su enfermedad se agravó, y como
vió. Ya indignada le pedí me condujera al
los médicos dijeran que debía abandonar la
^
¿No es u s t e d s u s c r i p t o r de POPULAR
FILM i' Pues s u s c r í b a s e hoy mismo y a p r e ciará p r o n t o las v e n t a j a s que esto le r e porta.
vs^wsrt.vv'^ffJvvwvvvv^fl^vvw•wvvvvvv%vv^
eiuilad y i'adicarse en el campo, yo lo dejé
todo para seguirlo. Como es de comprender,
mis empj'esariüs tuvieron un gran disgusto.
Dijeron que arruinaría mi carrera, y califica-
^puBi^^
^
NO M A L G A S T E EL D I N E R O
^
en novelas c i n e m a t o g r á f i c a s .
POPULAR FILM publica un a r g u m e n t o
completo todas las s e m a n a s .
^j*W"yKrt^^^ArtJVWV^r-%v^^-^Al^,%%A.%nJV^^wv^.^<%v^JVV^v^
ooiiiaiiíiaiite del flistrilo pai'a hacer piitente mi
jirol(!3l!i. El {^uanüíi (icccilió y int; condujo a
lii oficina (ie su jrtV.
Popular nim
dolfo, ipie posponía indefinidamente su retor-
le informará a mttú
semanalmenfe de todas
las novedades cinematográficas del mundo.
i-an.cancio, devorando así la hiél t|Uo amarga-
líiilré en el despiíflio como una (•xlialación.
A]ienaí= podía eonli'in'r iu¡ colora. El comandaiilí' í-f li'vanió de sil i'sci'ilorio j nio inirf'i
íOi-prundidu. Yo luc dii-i;.'! [LiciosauR'ute ¡i é\.
V df pronto mp drhivi' como
•
paralizada.,,
iia su existencia. Vencida por el destino cla'•spirilual...
Y fuei-on pasando los días; todo el mundo
creía que Pola seguía llorando la muerte de
liumliMj I...
.\ipndlas relaeiüiies l'iH'i-uii un lauto iiiqiecfííí-
ron
!•) condíí
Ku¿;{inio
la alegría del vivir huyó de su alma.
Como una pequeña lloró hasta rendirse de
maba desesperadanieníe por un [lOCO de alivio
; Ilios Olio! ¡Acalialih <U' <'iianiorariUí' de ese
\-.<n iioi'lii-
no,
1 liosas. Klla y i^i sufrían
gi'andes y hondas
Hodolfo. Por eso fué grande la sorpresa cuando .se desenlirió sii presencia a bordo del tras-
liski cu rl ('k'ijaiito comedor de su casli-
desavenencias; reñían freeneiilemenle y, sin
ailiiiilii'ii ii,\(piilaiilaFi cnii dirección a Europa
llii. I'j'a i'l i-\ <-oinandnnl(' de Saiipnovifce y,
embargo, Pola, desprovista de egoísmos, de-
\ cii compañía del 'qiríncipc)) Serge Mdivani.
]nir lauto, fl JL'k' del dií¡lrtto.
ilieú loda sil vida, lodos sus inomenlos, añ-
V anle
ílelos y minios, al ineonij'arable líuiiy,
aiinació su próximo mah'imoniü, Y aquí va
1)
I'así diez dfap en aquel In^'ar <i¡] aeordarnie
qne
tíifjuiera de Uerlfn. Y... l u a l r o uietfos luíís tar-
liign'i caulivarla y i'endiida a sus pies, hasla
de
lio ser dueña de su volinilad.
estalla
convertida
i'ii
la
eondesa
de
DomLíki.
IC?le matrimonio que nop i'elnla Pola Negri
la experlaeión
general,
ella
misma
-II lilMnia declaración :
iillc vivido muy sola en el m u n d o . . . líe te-
- l í n el preludio fie esie gran amor — dice
nido cuanlo con ilinero se puede comprar, a
una de sus conlidenles -• Valentino se apartó
exce[ición de un amigo verdadero y de un com-
fué de escasa durarii'jii. No se puede esperar
lie su lado pai'a niarebar a Nueva York. Cuan-
pañero selcclo. ISo creo en !a felicidad de un
inuelio de un amor que nnre n primera vista.
do tomó a.=Íenlo en el Iren, Rodolfo iba lleno
matrimonio de dos artistas. Con un solo lemperanienlo artístico en ima familia es más que
AdeinAs, halda una diínreneia enorme de eda-
de
df'íí: ella apenas llegaba a la jdenihid, en lan-
pronudido que regresaría. Pero Pola, íjuizás
vida,
vigoroso
y oplimisla,
babi(';ndob'
<iilicicnie. JaMi;ís be pensado en casarme por-
lii i|ii(- {'\ era un h<iiidii'<' que h-aiiiinitaba <d
pi'csinlii'udo la se¡iarae¡ón ileliniliva, se mos-
que el hombre sea gua|K) o [lorqne tenga pelo
in-a^o de la vida.
ii'ó iueonsolable; le echaba de menos en su
oniiiilado y sedoso. 1.a felicidad debe fundarse
I'iicii^ meses il(-spiii''s de lüdjcrse idi'idnado
vida .'lolilaria, recordando sos caricias y sus
en bases m i s firmes. Sin embargo, hubo mu-
(d mali-iiiiiiLiii), P{ili( nbaudonó ¡i su es|.to.sü,
íreeuenles enojos que tenían el eneanlo su-
cho liempo, como es natural, que |>cnsaba yo
(idinpreTidii'i, SI^/ÍTIM ella, ijue .-ÍU labor en el
blime de la rcconeiliaídón.
dislinlo a como pienso ahora.
eine valía infinilanicnle más (¡ue aquel amor,
\ n|iló ¡iu|- \(dvei- :\ •^w pi'nl'esinn,
Pei'o la intrusa se encargó de romper nqieii-
»Sii-miire lie sido muy desgraciada en mis
liiiHiui'nle (•! iiiiliu. Cuando Pola recibió la
.iniore^... Siii ejiíbargo, ci'eo que ahora seré
deseonsoladoi'a nolieia de la muerlc de Uo-
« # *
Ya en líslailoti UnblOí^, Pola Se enamiir6 lo-
llllllll1|Ni:!.¡l|IIIIIIIIW!ll!WIIINtlllllllllllllllllillíMttllUllllllliy^
l'eliz. Serge ha sido muy bueno conmigo. Mí
amor [lor i'd se nianifcpló i'epcntinaniente, aun
ciiaiuli) lo conocía desde hace miiehos años...
i'iiiiiejite de (Ibarli's (Üiaplin. I''iií un noviaz^io
Yo adoraba a Valenlino, y no es falla de rt;-
niiiiánlicu que din'i'i iino.s enanlos niesep. Y
vcrencia a su memoria el que vaya a casarme
ruando iodo id uuiiido esperaba ver unidos a
con Serge.
estos dos astros de la cineiualof-'i'aíía, un innunca
>^Niiin'a amé a nadie como a S e r g e ; ni a mi
falUi entre los enamorados, dio al Iraste oon
primei' esposó; ni a Chaplin; ni a Valentino.)'
cidpnle fortuito,
ini disguslillo,
que
Como se ve, todas esas desconcertantes de-
las relaciones, y no se habló miis del asunto.
idaracioncs de Pola a propósito de sus amores,
Pola cunijilía u n a voz nuís con su pino fatalista en el aniof. (liiamlo se le
no vienen a significar sino el temperamento
interrogó
pasional de esa mujer. Y es posible que hasta
sobre el particular, sólo Invo estas p a l a b r a s :
ella misma, serenamenle, no pueda contestar
—Soy muy apasionada, y les aseguro que
eso es terrible. Mis relaciones con
I[IIÍ('MI ha sido el verdadero amor de su vida,
Chaplin
,1 Curtí de lodos consliluyó su pasión, la úni-
fueron un asunto desgraciado. Vo estudié su
personalidad, porque me interesaba
ca gran jiasión de toda mujer? ¿Fué, acaso,
mucho.
aquel jovi'n pintor i]ue murió en sus brazos
Yü estudio sierapri', ¡estudio lal vez dema-
en un pueblo cercano a Varsovia!' ¿ F u é el
siado I
conde I^ugenio de Dombski, que tuvo el poder
Transcurrió algún lienqio sin que la miste-
de fascinarla en un instante? ¿ F u é el genial
riosa acíriz polaca aceptara ninguna insinua-
Chaplin, que iguala en temperamento y en fa-
ción de sus muchos galanteadores. Pero un
talismo para el amor a la misma Pola? ¿Fué
buen día, cuando la prensa hacía uno y rail co-
Valentino, el arlisla más sugestivo de Clne-
mentarios al margen del divorcio de Rodolfo
laiidia, i|ne rindió a sus pies a millares de
Valentino con su esjiosa Nalacha Ilambova, un
periodista
aventuró
la
opinión
de
que
mujeres.^, o ¿es esle npríneipe» Mdivani, que
el
la conoció desde peijiioña y que ha mantenido
cslieik» de lo-s «sheilís» había roto su enlace
por Pola una ¡lasión de muchos años?...
para contraer matrimonio con Pola Negrt.
La noticia fué comentada de muy diversas
¿Quión lo sabe?... Yo sólo me aventuro a
nuuieras, y cuando muchos dudaban de su
ilecir que Pola es una mujer humana, dema-
veracidad, Pola misma se encargó de conürmarJa : «Amo ~
dijo -
a uno de los m á s
grandes amantes del ciñen.
^
Suscribiéndose a POPULAR FILM r e -
RIGAUD
siado h u m a n a .
AuMANiio VAUÜAS m¡ LA MAZA
l6,Riiede la Paix,
(Cinelandiaj
^
Al l e c t o r no se le conoce, al s u s c r i p -
cibirá en su casa, p u n t u a l m e n t e , todos tos
t o r , si. Y del conocimiento n a c e n n u e s t r o s
Dúmeroc.
d e b e r e s p a r a q u i e n e s nos a y u d a n .
I'
ESPAÑA
'
':^>c^;..^-:^..:::^y^:^tr^i^^^^^
'
C I N E J% A T O C H Á F l C A
UNA NUEVA MODALIDAD ARTÍSTICA
La Compañía "Cinema - Teaíro". de
Juan Orduña y Felipe fernansuar
(Servicio especial
de rtuesír
'l'üilii i[in\ inilí'rild f.'Miliiciii/iafid lia itr ¡ii'Oveiiir sin ¡Imía alguna di' la jiivciiliid, ya que
la sari^Liri' niíi/.:t t's -aii/ire li/- i'i'bcldía. Si tir
i-sa^ i-('\ (iliicidtics ha ilii' ilci'ivarsc la rt.'il(,'ncióíi n el rrat;as(j th-l ai'k', >a nii es ulira ex-
Rcüncción
en
Medriil)
lian ai-i'rdiladu su sidvi-rn'ia ai^líslira en pliii-alidad de pi'odnirione.s. I,os dos [lech'iieeen
al Irasii'go que i'u las hiiesles lealrales se
verificó, desde )a escena li;ildaila a la CSITIHI
muda. Como anlecedenfes lealrales, Orduña
óslenla e| Ululo do galán en la eonipañía ijiie
l'nga dirigió oti el Fontallia y eo la compañía
de Ladrón de Guevnra-IÜvolles. V Keniaiisiiar desempeñó igual eomoliilo en las compañías de Narcisin, Carall y Villagóniív,.
rez de Deza; «lísUidiaules y mutüstillas», por
Antonio Cas<'ro, y "l'^I niño tie las monjas»,
por Juan López Niíñez. Ohb'udri'nios nris
adaplaeinnes y oliras originales, rscrilus paca
nosotros, l'in todas ellas se tendri'i mu\ pi'rseiite el género ['/iiiido y allerno di'í eiiir
-,; Proyi'Ctos:'
• -Ija adaptación de los vai'iados elemenlu.'^
que Se necesitan, (d reunir los materiales indis] leii su bles y la organ¡>;acÍón perfecta y
desenvolviinieiiíii normal de esta i-nlidad artística, requieren algún tiempo di' prcpai'a-
Aniniüsos y {lecidídos, de. la plítora de enülsiasnios poi' el arlo les ha sni'gidn un/i magnífica itlea, de atrevida realización y de ¡TOmeledor porvetiic. Quizás con ello, aumiui'
'•síe resiillado se coloque a infiTior lugar on
la eoticalenación de consecuencias beneíiciosas, se ofrezca un desquile, (¡uc es al mismo
tiempo aclii de desagravio, al Icali'u, <|Ue se
vio abandonado por algunos a quienes más
ipie lii cadencia armoniosa exjin'sadora de los
pensamientos alrajo y sedujo con el brilladnc
imán de sil luz el arli' cínematogi'iiüi'o,
Pelipe
Fernansuar
(rlusiva V parlii-iilai- <!(• los aíiitntlorcs, sino
que está iiiljnr'iiiiiada a la incjor o jK'or [ii'i'[Kirai'ii'm Hí'l líTcciiii sdiu'í" que se üpci-a, al
aiixilin ¡irás o IIU'MOS valinsn ¡' iiilri'i'.saiin lii'
líiK ch'iiH'rilnH i'ímrlyíivariti'S, y a irifliiiflail ilc
cansas, fMi lili, (inn (icciiicn la halalla, y a las
díalos liay qnn 'injar (li'sarrollai'íic lihrp p
indopfníiicnlcnií'ntf en lUi plann suiíCTÍor a
nosotros, romo el ¡míoti ilr; lo Iragcflia ^'riefía
o el fatitm (1P los latinos.
No ha flii íliidarsi? nunca dü la iiiejoi- fe
ifiie alíenla en el liicliador ni <!e los ^lencroeos
móviles qiio le aiiiuian. Podrá ser cíjiiivocado
su camino, inadecuadas sus armas de luolia,
pero nadie con mñs clai'a [lercepción [lara serilir el ideal, ni nadie Í'OM más \'v¿oi y animosidad ¡>ai'a Iialallar por él.
(Uiando alguna vez el fracaso li»(^e vietima
suya a uno de csUis luchadores, habría que
pedir que le exonerase de esta cnearni/.acii'm
en «raeia si([ui''i"a a la fi' y al entiisiasnifi ron
(¡ue lueliú.
* *»
Juan l)j-diiñH y l''i;lipe FernariHuai' son dos
galanes de la cinema I o^Tafia esjiañola, que
l.a ¡dea ¡irok'i
me dice l''ernans!iar, a
quien he acmiido en demanda de iiolicias
viriitlo i'I éxito de "Nohh'za baturra», liemos
pensado eii un leatru eiiicmatiigriílicaiiiente
enlcudido. Algu que sei'á uiás di' ¡xissi' ijue
de elocuencia, 'líl detalle, ese delalle qutí saca
a la visla púhli<ra !a ináipiiiia folográliea. y
que en cambio se sofoca y pierde muchas veces en el teatro por la expresión liahlada, es
lo que queremos cullivar. listo será hasta un
poco eslimulalivo para el priblíeo, que en el
teatro dejalia el oído a disposición de la comedia, en tanto la vista se iba en viaje deH<;ubrÍdor lie bellezas o simplemenic couoeimlentos en las localidailes. Habrá que dar
lodo id espacio de tiempo ipie requiere al delalle, y así, cuando una actriz o actor vaya a
mirarse al es|>ejo y se arregle su locado ante
i'-l, lo hará con toda la preniiosidaii y minuciosidad que a esla acción dedicamos en nuestra vida. Esto es un ejemjdo.
Hemos de esforzarnos en preseutai- las
obras no .solamente con la jusíeza f¡ue requieran, sino con la mayor fastuosidad dentro de
la más escrupulosa exactitud.
Los actores en las películas esceuilicadas
habrán de caracterizar,se como lo hicieron ya
en el rodaje de escenas^ Kilo ofrece al público el aliciente de reconocer en persona al
actor o actriz, que ya ajilaudieron en la pantalla.
—•,) l-íeperlorioi' - ¡ireguulíi yO.
—Por ahora líontamos con las exclusivas
de (ilíoyii, adaptada por ijon .Manuel Linares
Mivas: KNobleza baturrau, por .loacpiín llic e n t a ; ulil negro que tenía el alnía blanca»,
por Federico UUver; «Pilar Guerra», por Díaz
Calleja; «Por un milagro de amor», por L.
López Háa ; «Sortilegio», por Agustín Figuer o a ; <iKaza de hidalgos», por Jíiirique Suá-
•-v\,•Hwv%v^.•-vvv^.v^«^rt/^í.^-%^Afl.-«v•L^fl.vuvw^AAA.
Amparllo Perucho, iirotagonisla de la pyllciilfl ncicional
'•Historia tie un (.ixi", luciendo uno magnifica capíi
de armiño ruso
%VVV1AflA/^VVUVVVÍ.VW^%V%,^.VVV^^VWV%^/VVlArt.
W'WTT.
:Í.V-:W:.-.í;V^t
rión. Así, hemos íijacin iii fwhíi flr. ¡irefienini'ióii ¡inríi fl 18 de ppptiiínilirc en «1 teatro
l'''r(n!a, lie Santanrlnr. I'arn Icvímlar •'! lelón
ll''v¡ir('[iinF; mi n[)ro|i'>í:ilo (]o rimjuiitn, rlnliidn
n l.'i [iliiiii;! lit' TiuPplrd dirncloi- arlislicn,
.lííííT" .
Saliiiio A Mii.'i'ui. V.'i li'di'iriii^ (irmailoh
i'nrilr.ilos [liii'.i Z;ir;t.i:u/.;i. I^e6n, Valltirlnlid,
Sfiii
St'li;i<lt;'iji
y
];i liinir'-
Por eso, ruando alguien se orienta si'riamenle hacia la industria del film nacional,
nosoti'os nos ponemos a su lado sin Imscar
la cnnqiensaeióii, de un modo es|iniiláne(j y
generoso, conscientes de nueslro deber como
periodistas que redaclan niia revista de cine,
Krü^';!.
-,:Y a Madrid?
Para ol sáljaclo di' (¡loria. So nos han
ofri'i'idn dus locales: el Palacio lic la Miísiea
y el IPiMru Reina Vicloria. S^íitiraiiieiile op
larcnius [lur fpfe último. No he dt" oeiillarle
i[ue tcneniüf; grandes pi'oposiones, y ijiie luiesira idea ha sido acogida con aplausos aleitI adores. Oomo complemento de nut-slrsü campiiñai, haremos una pelírnla entre lodo el
p'Tsiirial i\i- la »Compañía Cinenia-Teatro",
paT'a i[iní sea proyectada a ren^^lóii seguido
di- nuestra actuacii^n. Eslo sugerirá el í;oniraste de admiración en el piihlico, y provoear;t. como cp consiguiente, una labor de eonfi-oT!la. f^iempre grata para iiosotrof:.
, V aliandonan el einei'
H'^ tiiiipuna m a n w a . Sieinpr^e que sea
compatible i'ori nuestra actuación, aceptaremos contratdp, como In pueden aceptar los
artistas dr cna!r[n¡er compañia jpatral,
- li Hay ya lisia de cniTipjiñiii''
—Aquí la liciin. Adrices : l-:iena HAl^v,
Teresila l''arharo, .Mai'ía (iuevas, Pilar (lasicjl, Ana Siria, (larnieiicila (•'lírliaro, I,vna
\[ofciio, scÑoriJa .ici'cz y scfiorji Mneso. Aelori;:;: Juan Orduña, Peüpj' l''c['naiisnar, Constaiile Viñas, Delfín Jerez, Alfredo Ooreuera,
Arturo Marín, Miguel Llano, Luis liinesla,
Justí Arguelles, Carlos riergw y señor Pidal.
Decorado, Amorós y Colmenero. ALlrezo,
Moada.
H'cmos satisfecho uuesira curiosidad, para
de r-'IU'ji) sali.sfaccr la de micslros Icctort.'K.
'ion la ilusión juvenil i\r ijue eslá animado,
l'elipí^ l'ci'iiansuai- se despide de nosolros.
Hay en sn opíimismo, en la propia conlian/a
con (]ue nos ha ido rrlalando suw comunes
¡u-Ofiósilos con Juan (trduña, algo lun simpálico, tita alrayi-nte, tan consolador en medio
de esla lucha Tuezquina y raini)lona en que
se desenvuelve el arle en Ksiiafm, que aunque se juzgara loca empresa la de estos mucliachüs, haliría que ayudarlos sólo atendido
el mérito de (pierer i'iim[if:r la monotonía y
elevar a sii[ieriorcs planos el ideal arlíslic.o.
ANTtJNÍO S n Á H K Z
Fslo nos ¡ii'oduce la misma sensación, por
In mal enqdpfido del esfuerzo, que el alíela
qiie se entrena meses y meses |)ara luego
¡lartii'le la? narices al <'iinlivi['Ío en un uring".
Es un casto de energía exee^ivo para (¡nal
tnii lamentable y grolesco.
VA esfuerzo que realizan los fundadores de
la casa K. L. A. osla bien encaminado, y por
tos ¡ti'oyeclos que tienen en cartera y por los
hócelos y maqneías de decorado que hemos
vislo allí, übra de Antonio Burgos, sus pn'i.\:imas producciones pueden ser en España
el comienzo de ima era ocliva y fructuosa
en la indiUtria del celuloide.
V ya hace falla que así sea.
Antonio Burgos, autoi" de los proyeLlos cíe decoríido
de Ins pcKciiltiS E. 1.. A.
que es le individuo escribe un L'uión basado
eti 1(1 ólÜTna novela leída, >• ''u e| líltimo saínele i\w ha visto reprcFíenlíir en el teairo,
qiic se lanza a buscar ciiati'o o cinco mil do
ros
qnc es el presujiiiesln enlei'o de !;i
película , i[no advierle que su esposa, o ^n
hija, II la hijii de su portera son foloijótiiiii;aunque i-l, en realidad, i^'iioi'a en ipii''
con si si e lii fulogeuia—, que conti'ala a nn
aTiiigo fotógrafo, y que se porn.' a 'croflarn.
I; Resultado;' Que ba ido de un lado |i:u'a
oiro, que ha ti'abajado como un liárbaro, >
que ba hcíibo una libirrian que le cuesta al
cajiítalísla veinte o veinlicinco mil pésela-,
canlidari insignilicante. niez(|iiiiia, para lilniar
nna ¡lelii'ula ; pero e\eeí^iva, enorme. |i,ii';i
¡•liil,ni-iu
nii;i
idtirria'i.
Este número
ha
sido
visado por la
censura
Ejirtque l'OMSit. ilireclor ^h^ In E. I.. A.
lilULLK^
La industria del celuloide en España
i
Kn Kspaña. producir [leüculas es cosa de
juego. A un individuo cualquiera — a lo mejor un lionrado padre díi familia — se le ocuri'e lili mal día hacer una película, creyendo
de buena fe que sabe ya lo hastauLe de este
¡u'te jiorque va al cine de vez en cuando, y
porque puede citar de memoria, eu cualquier
momento, el nombre de los directores y ÜTlisias más célebres de la pantalla. Y be aquí
Nuestros compüñeros de Redacción, Maleo Sanios y Anlonio Blanco con los directores
de "Producciones E. L. A . "
vsíV%nAftrtrtJVVVv^%ftrtrtftj"-%riftív^vvvvw%riiVvvvv%Ad%%ftrtrtrt^^
ESCENARIO
Recetario
MADRILEÑO
para empollar
noveles
Es viejo el caso del empoflcrnido escritor
dramfífico que, disponiciulo de nlgiuios fondos, se consliliiye en emiirosa pora estreniir
sus obras. El preccdontc, sobrepasa los nefastos tiempos del rfoclor Madrazo, cuando usufrucluí durante una temporada los destinos
del TeaEro líspañol. F.n un anterior artículo
hacía mención del ?oíior Onarle, empresarioautor del teatro Alkilzar en un plazo ¡ ay I asaz
breve, y del alentador contra las apacibles
costumbres veraniegas del barrio de la Latina, don Javier de Bnrgos, mal conservador
del ilustre apellido heredado.
Pero esla clase de autores, aunque sólo tengan nuestra respelabilidad por sus años, no
son por hoy el blanco de nuestros tiros. Vamos a referirnos a otra especie de la fauna
d r a m á t i c a ; a la especie embrionaria, como si
dijéramos, Nos referiremos a esos jovenzuelos
de buena fomüia, con más audacia que preparación, y sin oiro bagaje intelectual que el
saber ellos que Itay veteranos de una incapacidad semejante.
El mal ejem|)Iü — en cuanto a la escandalosa imilación que ha ofrecido — del joven y
aplaudido autor don Enrii[ue Sniírez de Deza.
ha cundido de manera deplorable. Estrenó
este autor su 7>riniera obra en un teatro de
barrio — hoy Cliueca, antes El Cisne — v de
allí se pasó con armas y bagaje-; al teatro
infanta Isabel, donde capeó un temporal del
mes de mnyo del año aniepasado, con no m u v
buena fortunn. Tlabía, sin embargo, materia
prima, y aquello fué la siembra que frnelincó
después en pelleiones de la olira por compañías provincianas y ívprí.s.s-c en Madrid de la
misma ñor sentiembre a cargo de la compañía Meliií-Cibrii'in.
Esto, que no futí juego de azar, pues las probabilidades de la hnena í'om''dia se ofrecían
en venlajas para el jnirador afortuondo, marcó u n a paula para lodos los niños de familias
más n mpiio? acomodadas, quienes en el deseo fin estrenar inleresalian unas pesetas del
patrimonio dnnif'slico en el negocio |)roblemático del teairo. En eslos momeólos se présenla el caso en el lealro .Alkázar, laboralorio,
por lo visto durante esle verano, para realizar la."? más inirincadas |iruel)as y e.'íperi-
GÉNEROS DE LA P A N T A L L A
La película de salón
Filmas de ambiente, frivolo y lujoso, dontle
los muñecos se mueven en forma cursi y absurda, y visten ellos fie smoking y lucen ellas
Ticos e im[)rHÍicos icdecolletós»; 'films donde
los pro!agonistas son siempre la descocada
niña bien, el sátiro, el "poIlo pera», el nuirído
ás la amiga y la esposa del a m i g o ; films de
malas costumbres donde suelen, como grandes pasiones, manifestarsfí los apetitos más
innobles y los m á s bajos deseos, cnvnello
todo ello en sedas magnilir.as y ricas j o y a s ;
donde se jilantean como grandes prolilcmas
sociales y psicológicos, los mayores ilisparat,es y las más vulgares aherraeinnes.., : be
aquí, en síntesis, y con contadas exeejwiones,
lo que son y lo que contienen las películas
para distinguir las cuales usamos el denominador común de «películas de salí'mi'.
Por las pocas líneas que anteceden, es m u v
probable que el lector no necesile de más
mento?. Un jovenzuelo, I-eandro Navarro,
lionibrfí que escribe con la prodigalidad de
,'íu jnvenluti despilfarradora y amigo de Suánv. de Deza, ha dado el salto desde ol teatro
fie Novedades a la escena fie \Í\ Alkázar.
Su comedia «Yo Sfiy un amigo mío" — que
confieso a priori, que no he visto a ú n — quiere hermanarse con la de Suárez de Deza, (tJIa
entrado una mujoru. No importa que haya de
sacrificarse en estos momentos una exigua
cantidati de péselas, que ello no supone nada
para esle nuichacho que corre en automóvil
propio. Es menester que la juventud triunfe,
y ya verá el público y la crítica quiénes son
estos renovadores del teatro, como aperciban
un resquicio siquiera por donrle lanzar a los
escenarios la catapulta formidable de sus vein(icinco o "treinta obras escritas y preparadas
al estreno.
Verdaderamente que todo lo serio que es
liara ellos este juego de hacerse autores, produce risa en los que vemos un poco alejados
estos movimientos juveniles. Y si este desmedido afán de salir a lióle de los de abajo
no contrastara con el excesivo egoísmo de los
de arriba, que tienen formado el cerco para
que nadie ascienda n la fortaleza de la mensualidad en la Sociedad de Autores — | ya se
perdió el popular t r i m e s t r e ! — - s e r í a cosa de
ir pensando en pedir unas pesetas a cualquier
tío que tenga uno en Alcalá para hacerse
empresario de sus propias obras.
¡Vo pretendemos con estas líneas desestimuiar a estos jóvenes esforzados en su noble
larca de escalar el pináculo fie la gloria y de
la riqueza. P o r bien empleadas damos cuantas energías se consumen y sacrifican por lan
elevaflo fin. Todo movimiento juvenil inspira
sinqialia, y toda l u d i a interesa en su aspecto
de eniizma a descifrar. Lo único que iiedimos
y que pide el [uildico — y es bien jioco pedir — es que la lucha sea un iioco respetuosa
con algunas tradiciones y el afán de encaramarse no haga olvitlar a los batalladores el
más eíemenlal deber de cortesía eon algunas
inslitnciones, tle anlipno consolidadas, como
puede ser, por ejemplo, la Orfimálicíi.
S. GinLr,F,\
preámbulos pai-a advertir a qué películas me
refiero. No obstante, no será fie más insistir
sobre el extremo de que los juicios f|ue voy a
permiHrme exponer sobre la película cuyas
principales caracterfsticas son las antes mencionadas ^ con exclusif'in del vodevll y de la
obra cómica, de las que es jnsío ocuparse
aparte—, se refieren a tal gi-nero fie producción eii general, y en modo alguno a un film
en partiírnlar, y, por consiguieníe, es nniy
justo reconocer que hay excepciones Iioni'osas, aunque desgraciadamente sean testas m u y
jKicas, Tal salvedad, que es indispensable,
creo será suficiente para demostrar el estricto
alcance del présenle ai-ÍícnIo.
Tema favorito en tas jielículas de que nos
estamos ocupaiiflo lo constiluye la exposieifSn
—- inverosÍToil, no satiemf)s si poi" desgracia o
afoelunadamenle — ile las liebiliilades y deslices de una clase social, liarlo compleja y
ambigua. [inesUj que arranca a menmio de
nh-a niny inferior. Reenénlese la alieióii con
f(ue, hace algún tiempo, nos presentalian las
mannfacliiras americanas el caso de la nioilíslilhi, fi mecanógrafa, fi modeki, arraslraila por
PRECIOS
ESPAÑA:
Trimeifre,
2' SO
pe teta i
Extranjero:
autores
15
/
peieíat
DE
SUSCRIPCIÓN
Semettre,
afio
el torbellino del lujo, de la ambición y de las
opiniones modernas imperantes, a la cumbre
del esplendor, tras u n a serie de aventuras y
acontecimientos escabrosos, la alusión a los
(anales solamente hubiese hecho en oíros tiempos ruborizar a nuestras abuelas. Estas películas — superproducciones, por m á s seña? — eran, en resumen, un canto al descoco
y a la exaltación fie ciertas costumbres duf!o.ías. liccordamos algunas de ellas, en las
que el traidor Adolfo Menjou, con su irreprochable (raje de etiqueta y sus ojillos sensualmente orienlales, interpretaba un papel
infinitamente más odioso que el de un «ranalia.' del Far-West.
Aquellos personajes que se mueven en magníficos salones y evolucionan señorialmente
en ellos ; aquellos personajes de quienes pofiríanifjs esperar algo digno de la cultura que
presumimos en ellos y de su elevada posición
social, son. en verdad, seres vulgares atenay.RÚos |ior la Lujuria, por la Ambición, por la
Envidia... Adullerios, robos, asesinatos, violaciones,., ; he aquí lo que el espectador ve
se esconde solamente en aquel ambiente fino,
lleno de cortesías y atenciones galantes,..
.¡Comentarios? Huelgan aquí.
Y no es esto lo peor, no. Si es cierto que
nn nombre del Arte puede y debe tolerarse
una inmoralidad, no lo es menos que esta n o
puede ni debe tolerarse en nombre de u n a
estupide/. Y lo es el género de película qiie
estiifliamos, ¡lo e s ! I.iteralos célebres han
descrito con ,sin igual maestría y fidelidad los
casos y las pasiones más repugnantes. Mas
estas pasiones y estos casos, pegados a la materia inmunda, tenían, no obstante, algo de
extrañamente elevado que les ennoblecía, valga la palabra, y les converlía en nn estudio
de supremo interés. En el Cine recordamos,
sin ir más allá, el caso brutalmente humano
de "A'arieléi'. Obsérvese que la película alomana citada no n o s inspira repugnancia ni
escandaliza: interesa, sí, pese a la vulgaridad
de so argumento,
Y es que una cosa es realismo y otra xm
amasiio de materia delicüva : u n o es Zola y
otro el fCaballero Audaz".
Tn camino. la neh'cula de salón, que, según
be ienido el sentimiento de exponer, mantenL'o en Ini) desagradable concenlo, disfruta, la
inavnr narle de las veces, de una interpretaeiéiii, dirección v presentación inmerecidas,
n^ Errima ver el dinero invertido en filmar
tales disiiariifes, v disnnsta advertir el esfuerzo fie los inférnretes en sacar a flote a
unns seres puramente de cartón, i Cuántas
rieltcnlns de e=lc peñero se salvan merced a
iin Prin^'lil Cnlman, a una Madue Tlellamv o a
nn Adolfo ^feniou, pongamos ñor caso!
Y lo sensible es consl,'ifar cómo, brindándonos en efecto la realidad temas sobrados y
de verdadera trascendencia, leuEía nue reeiirrír=e. para representar C Í T I O medio social,
a lo fnNo V a lo absurdo. Es más : a la falla
de oriírinnlidad. de inventiva, de Ínterr^°. añádese n estoc lilms la ansenc'a absnhita de
noMe/a, de altitud de miras, de un aliío elevailo V diiíno ipie ednnue el espíritu y cuide
fie las sensaciones; hasta tal onnto os así,
(/ne uno nn ]niede menos de iireguntarse qué
habrán hecho los personajes del mismo ile la
iiileligeiicia, del sfíntimíento y del honor. De
allí fjiie se saque la conclusión de ijue el aulor del susodicho ar.eumento... una de d o s :
o es un ignoranir, o es nn degenerado.
Max rteinliarfit desea la ajiarición fie un
Shakespeare de la pantalla. .Nosotros, que sonior= algo más cscéplicos (¡y más exigentes!)
que el fmpular director aienián, pedimos siquiera, ;poquila cosa, en rigor!, que desaparezca el imperio de los mentecatos v metalizados ((ue deshonran al Cine.
.1, AvMÁ M.woi.
•
4'7 5
Paito
pe i etas
por
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Afio,
O'OO p e s e t a i
adelantado
Envíese el importe d e la suscripción por giro postal o en sellos d e correo.
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•
9
:ñ--i~i-^p-r-r:'_-r''r^l.,]'.
I NF O R M A C I Ó N E l
(DE
NUESTROS
EUTRANIEHAf
REDACTORES
ESPECIALES)
Historia de una novela
Reconstituciones
Al i'egreso de un viaje pur España y Afrii'ii, afiofulc fuera con ÍÍII padre Alejaiifiro Dujiias, se Iraslatló a Saint-Gcrmain-cn-Laye
para pasar una temporada. I'n liía, dando un
pasi'o a faballo, se llegrt liasta un restauran!,
de; un lal ííovclet., reslatirani. iiue solían frefuenlar inunlio los júvenes alegi'os.
--Yo li! conozco a usttul, caliaHero — dijo
KovL'Ii't—; usícd venia anlcs con María Üuplessis, a qnicn llamalian ((La dama de las
camelias». La pobre, al verse aliandonada por
n?li?d, tonn') lal disgusío, que estuvo a las
imerlas de la muerte.
I'^l recuei'ilo de la amada so grabó con ial
fuerza en la mcrile del escritor, que de la terraza del rcslaiirant se fnc a casa de un librero donde compró pluma, tinía y tres o
cuatro cuadernos de pai)el grande, y tres semanas más tarde la literatura sentimeutal
contaba con dos nut'vos y eternos pcrsonajcñ;
Afargarila Gautier y Armando Huval.
Norma Talmadge y nuestro compatriota
Luis Alonso, dirigidos por el eminente Fred
IViblo. !inn llevado a la i'anlalla esías dos excelsas figuras bajo los ;ins))icio^ de la First
Nalional, y gracias al esfuerzo realizado por
tan eximios artistas, estas fignras, eternas en
el llorido campo de la iiteraliira, lo serán
tainhi(ín deníro del síplimo arte a cuyo vasto
archivo acaban de incoi'porar uno de sus más
valiosos tesoros.
Los trabajos preliminares de una película
tienen algo de nmvilización en tiempos de
i-'uerra. Una de las pelíotilas terminadas últirnamenle en los esludios aiui.'i'ieanos que ha
jirecisado de mayoi- prepai'íición, es "El rastro
di'! 9S'i. Esla jiroducción, dirigida por Clarence Urown, es umi reeonstílución del éxodo
hacia el Klondyke ile miles y miles de personas alraídas por el descubrimienio de minas
de oro en Alaska.
I'ji el estudio fué necesario ])reparar desde,
mapas íopográficos hasla tendidos de vfa férrea ; se construyeron torres de señales, embarcaciones, arneses par;t los p e r r o s ; se comprai'on mil [lerros, suficientemente grandes
y fuertes fiara a r r a s t r a r trineos.
.Más de Ires mil [iguranles fueron necesarios, veslidos todos eílos con las pesadas pieles del extremo sp¡dcnlrión, y con la barba
crecida para aparecer romo exploradores del
Yukón.
Carteles de Cine
MaDfllailQia ¡üDeial ile impiesos
Liloyialla
Reproducciones de arte
Catálogos
Facturas
::
::
Cromos
Papel
de
cartas:; Tarjetas y demás
trabajos
comerciales
El "traidor" de lujo
R. Folch
TELÉFONO 674 G.
VILLARROEL, 2 2 3 - PARÍS, 130
"Margarita Gauiicr" se estrenará en la Opera de París
yegún nuestras noticias, el direclor de la
Pirst Nalional en París, Mr. Roberl Schless,
y el direclor del Tealro de la Ojiera han llegado ya a un acuerdo jiara que durante la primera iiuinocua de enero de J.92y, se efectúe
en el suntuoso coliseo nacional frnnct''s el esIreno de (¡Margarita Ganlicri).
Para dar lugar a este estreno, se han iuterrunipidü ilurante quince liias las sesiones
de ójiera en lo más animado de la temporada,
til estreno de un lilm IMI el teatro de la Opera
de I'arís, implica nada menos que la consagracií^n ile la cinla como indisontible obra de
arte. lis la máxima dislinci(jn (]Ue en Francia puede alcanza!- una película, y son contadas (no pasan de dos o tres al año) las películas que alcan/an lal galardi'}n.
Las "midínctts" preparan un
homenaje a Norma Talmadge
Sabedoras las ((niidi[ietls>i parisienses de que
Niirma Tiilmadge tenia en [iroyecto realizar
iiü viaji.' a Lurtqia a linea de septiembre del
corrieiile año, un grupo ¡le entusiaslas de la
artista se ha dirigid^ a ella notificándole la
¡dea <\íi rendirle un liomenaje eonsíslenlc en
una sesji'jn de gala r.u la eual se represctilará
((Kiki», y al linal de la misma proclamar a
Norma como la má^ parisina de lodas las
estrellas de allende el .Mlánlic'O.
Noi'ma Talmadge les lia eonleslado que
aee[da la idea con vcj'dadero entusiasmo.
,;nm; otra cosa pudría liai;erse viniendo el
bomi'iiaje de una clase tan modesta y simpa-
PELO O VELLO
Una h u m o r a d a de F r a n k
Lloyd
tica como las encantadoras "mií¡inpltsi> parisinas, cuyas alegres sonrisas son e! encanto
de los boulevards?
Otra película de Fritz Lang
Artualmenle se est¡í filmando en los estudios Ufa, de llerlín, una película titulada
'(Spionfii). Picha produccidn la dirige Fritz
Lang, el foi-midabl'^ animador ÍIC <fMetri1[lolis».
Una película de insectos
La noticia que días atrá.'í publicábamos rete[•ente a las escenas que el ruso Slareuwicli
balda estado lilmando durante diez meses a
base de una reproducción de insectos movibles, construido con plomo y yeso, juulemos
fimpliarla en el sentido do que dichas escenas
forman jtarte de la [iciícula «La cigarra y la
hormiga", de la Ij, F. \ . lis realmcnle notabilísima la labor do Slareuwich, ipic ha lo'jfiulo dar una visiiOn exaria de la vida y movimientos de estos animales, cuidando hasla
•'] menor delalle, iniduso en las escenas en
i|Ui.' los insectos tienen, uaturalmenti.', movimieiilos de conjunlo, que resulta divertidísitna. Ton esta cinta la 1.1. F. A. abre un nuevo
rauqio a las actividades cinematoiíriiricas,
apoyando valores, que |)o[' su género completamente iuf?ilito, llamarán indudaliiemente
la atención.
Lilian Harvcy y su cariño a
los animales
desapaiece hasta la raíi^inmaleslia,
usiindo los producios prciiii.idos en Piíris, Roma, Aiiib
y Londris
polvo inodoro para la cara
T nuca! 3 ' 6 0 PtBB.
A g u a Damii
líquido inodofO 7 pcrfumatío,
eicluiivo p«ra pierna», brasa», «te. P r a d o : 8 Pta».
EN P E R F U M E R Í A S O
i
,
^
"
*
'
A. BORRELL -
BARCELONA
CONDE ASALTO, 52-FARMACtA
B A R C E
t - O N A
Roy d'Arcy, «traidor de lujo», que a pesar
de las malas partiíins que juega al "bueno»
en sus películas, cuenta ron grandes simpatías enlre las aficionadas al arte mudo, apai'ecerá con nn aspecto m u y distinto en un
episodio de las luchas entre los franceses que
se establecieron en Ami^ricQ del Norte y los
indios.
En esta película Roy d'Arcy usa peluca
enijjolvada, abusa del rapé y luce un magnífico espadín como complemento de su brillante
uniforme, y représenla una buena persona.
Sabido es que Liban llarvey lieiic una aüción loca por los animales, con la agravante
que cuanto menos domeslicados sean más los
preíiL'i'c. En su hotel de la Kunfurleudara,
Lilian posee un verdadero parque zoológico :
"brill dogs», ((irish-terriers", "cokcrsn, galgos
rusos, cacatúas, monos, e l e , son el elemento
decoralivo de una parte de su jardín. Últimamente, dos osos han venido a aumentar la
población de au umenagerie», a cuya inspección dedica Lilian los ralos de ocio que le
deja su constante labor en los estudios de la
U. F . A.
Cuando el director de «El gavilán de los
mares" salía del puerlo de San t^edro (California) con dirección a la isla do Santa Calalina al mando de su escuadra [jirafa, se enconlriü con la escuadra norteamericana del Pacílicü y la retó a combatii'.
alómenlos íiesiniés, el almirante de la misma, mi.sler Cooniz, desde el crucero insignia
"Seallle», le eonteslaba por radio en estos
lérminos:
(íLl almirante Coonlií saluda a su amigo el
almiraníe Lloyd y le notifica que acepla gusloso el combale pedido. Así como asi, nuesIros buques andan muy escasos de blancos y
no es cueslión de desaprovechar esto entrenamiento."
-Ni que decir tiene que Frank Lloyd se apresuri') a levanlai- en e] acto la bandera de paz.
¿Moreno y sin bigote?
Antonio Moreno, en su recienle viaje a Lu[•opa pasó un suslo ijue im olvidará íácilmenle. Es sabido que Moi'eno usaba un reluciente
bigolilo, negro como el azabache: pero como
<u madre le había vislo siempre sin bigote,
-e lo i[uiló pai'a no aparecer cambiado antes
de .salir para España. Ya al llegar a Calais empezaron sus Iropiezos. La policía de dicho
puei'ío no |iodia reconocer el retralo del pasaporie <M)mn e! de la persona ipie lo jireseutalia y exigía más pruebas de identidad. Al cabo
de muchos discui'sos lodii se arregló, lo cual
un impidió que Moreno perdiera su Iren.
El melor reconsíUuyenle
Solución Cases
Fortalece !os huesos, regenera
la sangre, cura la anemia y
favorece el crecimienío.
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P l a z a d e l a L a n a . 11 - BARCELONA
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il
E C O S
A R C E L O N A
PROYECCIONES DE PRUEBA
"BalIctruso",delaParaniount
L'iia trama seacilla, llena tití naturalidad.
La vida de una «troupe» rusa. Niimeros de
iíhallet". Agües saltarine?. Atletas de raiísculos de acero. Diestros raalaLaristas. ClownK
melancólicos, que ponen a su tristeza la máscara de la risa. Juefios de magia y de ¡lusioriisnio... Ambiente de farándula.
Esto es, en síntesis, «Ballet ruso», la ¡lelícula pasada de p r u e t a en el Coliseum por la
Paraniciuul, la semana anlerior. Pero no basta
tan leve referencia cuando la cinta nos sugiere raás amplio comentario.
"Ballet ruso» es mm obra resuelta de un
modo perfecto liasta en sus menores detalles.
Rieu contrastados los matices que la ambientan y las pasiones que agitan a los personajes. Sin eslrJdencias, sin gestos ni ademanes
desproporcionados, de muñeco trágico. Insultada de vida. Una filigrana de. arte estilizado.
La cortina que abre la amplia fauce del escenario donde actúa la «¡roujien rusa, muy
origina! y moderno. Las escenas de magia y
de ilusionismo — la grácil Florence Vidor,
«volandoii con sus artificiales alas de mariposa por encima de las cabezas de los espectadores, hasta remontarse a la b(5veda que remata
la techumbre del teatro — admirables por
cómo están resueltas sin que se advierta el
truco.
El (iirecíop de ((Ballet ru?o>\ William Wellinan, se nos muestra como un expertísimo
animador en este Glm.
Digna de lodo encomio en su papel de Vera,
Florencí' Vidor, así como (Hive Brook (Iváu)
y los demás intérpreí(?s.
La fotografía, muy nítida, forrespondc a la
ralcgoría artística de «Hallcl. ruso".
M. S.
"Estudiantes y modistillas" de
Film Madrileña
KTI i'l (lapitol (Ütieiua nos dio a conocer la
rilm .Madrileña, en prueba privada, su producción ((Esíudiantes y modistillas», adaptadií
al cine de la comedia de Antonio Casero, de
igual título. Escrito éste y el nombre del auInr, dicho queda que la cinla es del más puro
anibienle madrileño. Pero esto no significa, y
conviene hacerlo constar así, (lue «Rstudianfes
y modistlllasi' no ínlerese a otro público que
al de la villa y corte. Por el contrario, la m i dula de su argumento no i.'S la nota pintorescn
y local, i[ne es io accesorio, sino la seniimenfal. que es lo liunniufi, y ipic por lo mismo
tiene idénlicn valor emotivo [lara todos los
pueblos.
.\(i vamos a decir que «líshuliaiites y modislillas" e.-í una cinia ¡lerfeda; sus mismos realizadores verían en ni elogio excesivo una
aduiacii^n. Tiene algún que otro defecto, pero
tío grave, ni demasiado visible. Son defectos
adlierentes al modo con que hasta ahora se
tienen que hacer las películas en E s p a ñ a ; pero
no por ignorancia de los que las hacen. En
psf.p caso, al menos. Y desde luego, esos lunares no restan interés a la cinta, que se ve
sin cansancio, y que tiene bastantes aciertos
para incluirla entre las pocas buenas que se
han realizado en nuestro país.
La fotografía, de Armando Pou, es clara.
Nuestro
fotogénico
en
Concurso
se fallará
seguida
En el número de "Popular
film",
corrcspondicnie
al dia t.° del próximo mes de septiembre,
publicaremos el nombre y lá.s foiografias
de los dos vencedores
de
núes/ro Concurso foiogénico,
por mayoría de votos.
Hasta esa fecha nos reservemos ¡OH
nombres de los agraciados por no
haber terminado de contar aún todos los votos, que ascienden a unos
miles, y que podrían variar e¡ resultado de la
votación.
Como se ofrecía en una de las
Bases, a la señorita y al joven que
resulten
vencedores,
les
haremos
entrega de su premio — DOSCIENTAS CINCUENTA PESETAS a cada
uno de ellos —, mediante las debidas formalidades
y se les hará la
prueba fotogénica como también se
anunciaba
en las Bases del Concurso, que ha sido un triunfo f norme para nuestra
revista.
La dirección, a cargo de nuestro compañero
en la prensa, Juan Antonio Cabero, acertadísima. Los (flulos, de Casero, chis[ieantes y
irraciosos. Y la inScrpreiación, muy tmtable.
I';iisa Huiz Homero, sobre lodo, eslá muy
entonada en todas las esi'i^nas, y en algunas
destaca como u n a gran artista de la pantalla.
•luán de Orduña y Felipe Fcrnansuar, sobrios
lie geslo, resuelven muy bien las situaciones a
filos encomendadas, Mercedes Prendes ha
compuesto bien su tijto de madrileña casfi/a
y desenvuelta. Alfredo Corcuera, graciosísimo
y seguro en <'l suyo de esludianb.* calavera y
revoltoso. Tambii'-n destaca, por la gracia que
da a su personaje i'La (d'equoi), Valeria de la
{••"líenle. Anlonio Mafa, lleno de naturaliriad,
eoiiio el niño Anloñito (iabero.
Los deiuás im desenlonan,
.Nos alrevemos a anlieipai' que "Estudiantes
\ modistillas» .sera un éxito.
noi'ida.-; y admiradas de iodos los públicos,
eiiiiKi Saiidra .Milowanoff, Iluguette Dnfios,
<irel;i IÍÍU-IK), Marcela Albani, Asta Niclsen,
íieiiy Wliilc, Luisa l.agrangp, Cenovieve CarLjeM', etc., con actores como L<::(\n Mathot y
nli'ur- ¡lor el estilo, unidos a obras de la más
alia calidad /irlislica y técnica, como ¡tA la
fuerza no se ania'>', ((La mujer y el harem»,
", .Mi ladrón !». "Bajo la máscara del placer»
> iilr;is más, son gai'anlía de tíxito y molivos
más (|nc ,-iilii:¡enles para afianzar a una marca,
lín argunienfos, en presentación, en direceii'm ''scénica, en folografía y cu interpretarión, las Pi'esenlaciones L. Ban-Bonaplaía, de
la Federación Cinemalogi'iilica Lalina, podrán
eompelir con tu mejor [[iie se presente al merr;id() es|.iañol en la próxima temporada, y aún
-•e dice ijue lardará poco en dar a conocer el
nombre de una ¡lelícnla que en París se coni;epliia conm la mejor de la temporada próxima a iniciarse, siendo garantía de su alta
calidad el que será distribuida por grandes
m a r e a s : en Francia, por Films Paramount, y
'•n España, por la Federación Lalina.
l'n'iximanienie daremos más detalles de las
anle-^ eilaiias [jelículas y de las que se sigan
;inunciiind(], que demostrarán el éxito que en
i^si'añii obtendrá la F. C. L. con el ajioyo del
fllucli Européen de Cinegraphistes, del cual
foi'ma parte.
Regreso de América de un
cinematografísta
Ma regresado de América el conocido cinemalogralista don M. de Miguel que, según se
nos dice, trae nuevas orientaciones para la
edición de ijciículas.
Es de presumir que no larde muchos días
el señor de Miguel en exponer ampliamente
sus pi'oyectos.
Película nacional
Se eslán ullimandn los interioi-es de una
eintü mii'ional lilntaihi ((l'allan dos hombres»,
producción que la Corlii? Salud Corporation
tilma en nnc'itra ciudad.
NOTICIAS DIVERSAS
La salud de Rex Ingram
tíi'X Ingram ha terminado '(KI jardín de
.\táip. La mayor parte del lE'abajo heclio para
la realización de esta película, habiendo te[ddo lugar al aire libre, ha originado una
tiMUsfiirmación cu la constitución física de
líex lngr;un, quien se !ia convortitlo en hombre robusto y -^aini. de enfermo que era al
empezarla.
Nuevas orientaciones
GAZEI.
NOTICIARIO
CINEMATOGRÁFICO
Presentaciones Fox
Se anuncian j>ara boy y [lara uniñana, día
19, las presiMitaciones de prui'ha lie las películas Fox ((¡ Madre mía \» y ((Cíenle de guaníes)».
De estas cintas, como de las pasadas lambién en prueba los días Ki y 17 del acinal,
"l^rase una vez un [i río cipe)) y 'i\^\ séplimo
cielo», hablaremos delenidamentií en nuestro
[U'óximíi mimcro.
Las películas de la F. C. L.
para la temporada 1927-28
Los primeros lítulos que se van conociendo
del material que presentará la Federación Cinematográfica Latina para la ¡iroxima temporada de 1927-28, no pueden ser más satisfactorios.
En efecío, los nombres de artistas tan co-
v^.www^A^niW^vu'^^rt^^%w^iWvw^^vw^
^M/¿ü/í4Í^
l'ji la jielícula (¡La tierra de todos» han sido
;i[dirados tuievos principios de adajdación esci'Miica,
He aijuí las declarai.'imics que a este pi'opú-ijto tiizo Fred Niblo i|ue, como es sabido,
d¡r¡.i.'!(5 dicluí [lelícnla |)ara Metro-GoldwynMayer:
«Cuando nn a d o r CÍÍÍII en fU papel, debemos
[ii'ocurar i[ue la decor'aeii'm te ayude a expi-esarlo.
Kslo e.s lo ipie he inli.'iilado hacer en La
iieri"! de lodos», con la cooperación de varios
expertos, entre ellos l'edrie Gibbons y Max
Hee. liemos procurado ipie lodos los adiíamentos decorativos eslcn infiuiílos por el espiriln de la Irania, En otras palabras, hemos
iniscado, en las decoraciones, las líneas psicológicas. En Euroj)a esta idea ha sido plasmada,
en parte, en «E! Golem» y «El Tiv. Caligari";
películas ambas fie gran crudeza, pci'o signiiicaiivas en exlrenio.»
En un argumento tan vivido como el de
«La [ierra de todos», la ap!icaci(5n de estas
ideas ha debido producir una obra maestra.
11
,:^.,v.,^^..^:,,^¡.,^,^..¡,^.,^.^
^:^^^:^'^v^^:,^íé^^^Hir:i:-^r^^j,r<^^^^^
vv^v^Lrt.%^rt.^%^i%vv•-^/'-•w--n.•.•^.vv'^-v^•=%•.•-"---v%"--•^'^.^.v^.v^^i^rt.•-•-•J^^•v^
A S A
L
A
Las grandes películas de
la t e m p o r a d a 1927 - 28
i,;i |ir(')\-i[!i;i fpinjioríidíi fie cine jiroiTií'lf. seiiiiu> cniíipli'la II juzgar por la ciilidnii de las
películas i|iu' van a presentar alquilas ra.sa.s.
Varias de e.slas proflueriuMiiH iiaii [laFado va
por el tanii'/, de miestra eritioa dpí^piii'í^ di' su
proyeccii'iM di' [irueba.
S
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C
^4
I
II T
A
•
DEN H U R
r\iira [;! i^pnrii de niás fasjii ilel Inipt'i'iii vnliiaTlc).
V |iara eomplelar nuestros euiiieiitarios,
lieiims i'i'pr'ddiiciiin íanjhién fscenas de alíjiiII't de eí^ns films comii de «Heaii (íesle'i y
"Holcl ImperiaJí», de la raranioiint., y de cdlasíiiinva", de Gaiininnl,
Las pelienlnís di' esiü iiidok san de tüfiril
realización ¡lor la [irnjiie<lad y riqueza qiir
sil jiresciilarióii i'eqnierv i-ii i'l decorado y escenario, igual que en el miielilaje, vfisíinieiiía
de los artistas y delalles ací^esorios y coinpleuiPritarios. Si falla niia de es I as ensas, \>«r
insigiiilicaiiíe t|iic [larezca, se malogra la
;írandeza del film y se le expone al anacronismn y al ridíi-iiln. Súln una "uijiresa edilo-
Ahora, y a pesar de no haberse p;isado aiiii
de prueba. v,-unns a dar iiua leve rt'fereneia
de "ílen Hurii, la producei/ni euuibrt; que prcseiilará dnraiile la teniporail;i lí)27-:i>; la Melro-(ínldu >ri, \ de !a que, rcdieiulo a su
iinporlanria. bcnins pnldiradn \a['ius dalos >'
notas práiicas en mimeros anbM'ioi'cs. íaiiuplimop asi el deber de ir informando a niiesIros lectoref acerca <!<• las [lelículas de arle
verdadero que se cslreiiardn a partir del mes
díi se.ptiembre.
v;i poderosa y un direcbír m
i'.xperto y documentado jnii'd
oliviai' estas liilieiillades.
I'ji íillpii lfnn> no [luede o
iTÍr nada de esto. (lonocemos
fiirina en f[ut\ estii desarrolla'
> muchas de sus escenas en í
lograíía. Dos de estas las damos
en es'ta plana, y son como anticipo de la grandiosidad de la
cinta.
•'Ben ílur» es una cinta de carácter histórico que, como "ijOno Vadis^'> y nXeróin',
wyn está preparada ecouómica-
Por otra ])arle, la Meirn-flold-
•
3
44
rneiit'' para a[i'iiul;ir id i'iiin'irir :;ÍISIO qu-'
Sllpiine una prndueeiñii di' tal calegoi'ía, y el
liiiTrtoi- de la misma — Fred .Nudo - es uno
de ios m á s grandes aTiiniadnres ile la pantall/i, y a la vez dn Ins i[ni' tienen una orienlaeitíin nifís firme y uintlfrua m 'ístp juven artf.
Además, "líen [¡nr» lia sido ya estrenada
con éxilo vei'dadcrannnite cx-traordinario en
Norleann'Tira. Inglaterra y Francia. La crítica di' i'slns país''S I;Í si'ñalan eoino una cinla de [lositivo nn'Tilo arlísli''o, y ''.Üan, conm
deslacfindolas [i n r
su maravillosa presentación, la batalla naval >• l a c a r r c
ca d e cuadrigas,
'oiIo bai'i' suponer,
uiiqiie lienios (iv
i'servaruns iinesiro
juicio dfeítJiilivobasJa que la ..veoiuoh
1 r e y e c t a . d a , que
"líen Ihir" es una
peh'cula magna.
^.%vv^.'^'^rt.%"J^A.^nAn-v^^.^^;VlAn-v^ftArti^•^.•-•vv^.vw
12
p^;i:.r'A.,.^v,V^;;.,,;;.,:r^„.,
Musco fotográfico de Popular
RONALD
Fittn
COLMAN
el galán de "Beau Geste", de la P a r a m o u n t y de "Kíki", de la First National
•-^^v^.%•,%%•l.^-'^.•-'^.%-,/^•'vvu•-•v'-'^.•---•-^••.vvv^.•-•-•-^.
0/]u&^^U
13
Argumento
de la
semana
Diego Corríeníes
I
mitlacióii y de rabia, inirntras la cnranladora
¡oven dabíi las gracias al mozo que la había
servido de paladín dos veces en el transcurso
de nriiis minutos. l'jitunees, la prejiunló el
mozo :
,; .\li' aitmiliría usted a su reja poi' las nn-
Aqilcllii anliciiíi' lai-<lr ili' jiliiiii, las c¡iilt.'.s
ilrl piíilnr^sco pui'lilfcilLi iiiuinliiz, f-f !iallal)an
ilrsiiM'las. Pero lie a(|iií (|iii'. t'l pi'eí-'Oiierü
ii'i'iiitipií'i i'ü iirtü di' las (•alIcjuiOas y I[IHÍ al
r'i'ilohli' ijel liiiiilioril iiiaiii'jado [lur un ra[iaz,
cties!'
se ahrierim |iiiei'liis y vr'iilaiias ¡lor las iiiii'
M
i n u i ' u i u r o api'na- la i M U c t n i e b a e u n
asuinaiMti rnslrtis fiiriusos. Y no sólo esto,
acento emocionado,
sino (jiif tiiiirlios vijcinus si' i'i'lianm a la vtúla
-Drai'ias... gi'aeias, preciosa — repuso él.
roiit'aiiilii al prr^oni'i'Li (¡IÍL', tl(.'suañ¡liim¡0!íe a
Al marcharse Consuelito y su tía seguida
más y [iit'joi', leyó ul sijiiiienlt; Jjaiiilu :
por los ojos del desconociiio, (íoralillo, la gi"De ücik'n de iiui-ylro SiiñQr, so liuce súber:
tana, se aci'reó a ésfc con el enlrecejo fruncido, augnranrlo la lornienta de eel()S que amaa i|U¡i'ii ciilrí'^iie a la jnslifiji al famoso I)aniiigaba su alma y le increpó, puesta en j a r r a s :
ilo y saíli.'ailür de cainiíids lliesu Corriüiiles,
serili'riciüdii a iniircU' pur la Rtai Audiencia
^l'ero a tanto llega tu abori-ecimiento que
iif Sevilla, y evaiiiiio de la a'ircel de Ulrci-a
camelas a otra mujer, charrán •'
dííis aiiLes de su i'jt'i-iieii'iii, ?(.' le íuili'figaríiii
¡ Itéjanie en paz !
ijiiinií'ntas nii/.as.
uPara mayor laeiüdad de los (|iie
ipiH.-i'ao ayudar a la jurfíicia, ge adviei'íe iiue iliclio DÍCL'O Corrienles
filé Iialido i'eeienleuienlo en el lerriliicio de Utrera y se siipüiie ipie actiialiiienle se halla i'efug'iado en la
siM'ranln de Ronda.»
A ju/.gai' ¡lor las cai'as, u ptieus ])ai't'CÍa alegrarles la nulicla. No eu
balile nici-'ii Curi'ienteí; era generoso
\ libiM'al (.'on ios pobres y curtes
eun lodo.-; eunm el nii'ts isernimloso
^i^Sbj^
raballero. Los laíjrie^'os, laií innjei'es, se. niosli'abiui ajiesadiiiubi'ados.
[>i! ésías, a la que más pai'ei'iij herirle el pi'eyón, fué a (^lorallllo, la
JM^HH^^HH^^^^
,í;ilana eiinbreña y bonita, que paseaba su ,i;arbo y salpJeaba eon sus
pirarus di'cii'es las finas y eslrerilias
eallejaf del j)ülilaehu.
El alcalde de eorle, don Maleo Sanabria, <;ru/.aba pi-eeisanienle la calle
•r*"7^^^^WW!^^p l'ieuando el ¡n-egón locaba a su léruiino. V enai'bulainio su tiaslóu de borI; V si yo me pusiera a gritar que eres ttí
las y Umiando un aire jai|ue, dijo a los que le
el célebre bandido Diego Corrienics?... Ya has
i'odeahan :
oído el ju-eg6n...
—; Quinienla.s onzas al iine naírapc" a ese
—I'oripn-' soy itiego Corrientes u o quiero
bandido 1 Ya lo habéis oído.
miínürie un amoi' que ya no te tengo...
Entre el gentío se enconíraha también (ioni Adiós, Coralillo!
sueüto, la bordadora uiiís linda y gentil del
V diciendo esto, se alejó el generoso banlugar. A la iimcliaeha la acompañaba sii tía
dolei'o en tanto su anligua novia, Coralillo la
l.ui?a, una bueiui nuijei' (pie la quería tiernagitana, sentía romjiérsele el corazón en el
mente.
pecho.
Toüüs los piropos iban a (lonsuelilo- Pero
un mozo, bai'lo desvergonzado y cínico se
ati'evió a- pasai" de la palabi'a a la obra. La
En lo lEii'iS abrupto ile la Sieri'a tenía su guajoven, ufeudida, e.vclamó:
i'iila la enadiálla de hiego Corrientes.
-] Y que íio haya aipií un bombre para eruAquel mediodía se liallabau los veinte hom/ai'le a usSed la cara !
bi'cs que la forman tiunljattüs acá y allá en el
.'Vi oir eslo, se abrió paso nn mozo bien
li(is([iu! jiara librarse de las Hechas de luego
plantado y acercándose al olensor de la borilet sol impíacal>!e del estío.
dadora le tumbó en tierra de una bofetada. Se
Al frente de la partida y en ausencia del caarrenjolinó la gente, miei»lras r.onsuelilo papitán, se liallalia el lienegao, un individuo
fíaha su acción al gal;in con una graciosa soneon corazón de hiena... líl Henegao no perdorisa.
iniba a Diego que fuese i'l cajiitán, y por esto,
Tía Luisa tiró (le la nnicliaelia para alejarse
CTi su ausencia, usaba y ahusalia de sus alride aquel sifio. I!n nieiiallón de oro, que Conbiiciones de un modo feroz.
suelilo llevaba premlidn al cuello, blanco
I>e [U'oiito oyéronse unos gritos. Todos los
como el de un cisne, cayó al suelo. VA alcalde
bandidos se levantai'on rájiidameule em¡>nde curte, se incliné) y rf?cogiéudoln se dispuso
ñando sus ti-abuoos.
a guardárselo como si lal conn.
Apercibida la joven, se acercó a Snnahria y
Pero en seguida se calmaron al ver de lo
le dijo:
que se ti-ataba. Un pobre hombre, de menos
que nicítiana eslaturu, y ile niáa que mediana
— Señor..., el medallón es mío.
edail, arreaba inütihnenle a un borriquillo
—¡ 0'i¿ ha de ser íuyo ! — e x c l a m ó el alcargado <Ie esi'obas. El rucio no quei'ía andar
calde groserameiile.
y lie allí los gritos desaforados del tío Petaca,
—Es uu recuerdo <le mi madre, si^'ior—inijue así apodaban al escobero.
sistió )a bordadora.
Los bandidos r'udearon en un santiamén al
—-Mientes! — aulló la autoridad.
tío Petaca y a su [lollino. Ninguno de los dos
El mozo bien planlailo de antes, que eseuse espantó at ver a los de la partida de Diego
ehaha la porfía, si> adelantéi n Sanabria y arre'Cm'rientes; no era la [irinJei'¿i vez, ni sería la
batándole el medallón de las manos, lo devolúltima tampoco, (¡ue se tojiahan con ellos por
vió ¡1 su dueña.
r'Siis andurriales.
El alcalde de corte, lanzó una mirada torva
- iiQué. lío Petaca, no i[ui6 andar!'
preal tjiie juzgaba intruso y se alejó lleno de hu-
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14
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Producción nacional de las
E x c l u s i v a s LEMIC, S, A .
Interpretada por
José Romeu y Celia Escudero
üiLiilú uno de los bandidüs:- , Ya verás cómo
avanza con una lavativa de ¡perdigones...
Iba a poner en práctica su «piadoso» remelüo, [nii'titras sus compañeros, esgrimiendo
una esi'oba cada uno, ie atizaron una de escobazos cotim para mandaide al muladar. El
lienegao ordenó :
-¡Arrojad al bui'ro al b a r r a n c o !
-,: Y cómo me voy a ganai' la vida^' — exclamó el lío Peíaca con aii'c eompuugido.
]0uii't.0i=! — gritó una voz en aquel instan! e.
Era la de Diego Corrientes, que llegaba caballero en su potro a n d a l u z :
Luego, o r d e n ó :
—;lieja(] al tío Pelaca 1
Los liamtidos saludaron al capitán. El Renegao, lleno de dcs¡iecho, rugía como un
león acosado.
Calmado ya coniplefamenle el lío
Petaca explicó al capitán de la cuadrilla l o q u e le ocurría con el rucio,
niego Corrienles, observó :
—Pues si no anda, (¡para qué lo
quiíM'es.^
y dirigiéndose a sns hombres, les
mandó:
^ P e g a d l e cuatro tiros.
• i Señor I... ^ protestó el escobero alarmándose de nuevo.
Pero nicüo Corrienles sacó una
dobla de su bolsa y alargándosela, le
dijo:
- T o n u í eso. Cómprale otro burro
ipie ande, t^on ésle no te ganarías
Jl
la vida.
E\ tío Pelaca besó reiietidas veces
la retm'icnte moneda de oro y se
Tuosti-ó agradecido n la liberalidad
del bandido generoso. Luego, cargó
Con sus escoltas y empezó el desceuso de la sierra, alegre como u n a s
castañuelas.
w.f^
m
Desde el día en que Diego Corrientes asistió al pregón en que se ponía pj'ecio a su cabeza, casi todas las noches bajaba al poblado
para ver a Cousuelito.
l-^ra la ¡ercera noche que el bravo bandolero
charlaba con su novia a través de la reja.
-Todavía uo me has dicho tn nombre,
"ctiiquiyo» — dijo Consuelito.
-Me llamo Diego Corrienles.
•¡ Oh !— exclamó la joven, asomlu'ada.
-Qué... (ITe asusta e.se nombre, lucero!'
,\o. Sé que eres bueno y que le quiero...
-Tú sí que eres buena, nConsueliyoi'. Y si
quisieras darme una ])rueba más de lu amor...
•—t*^uál?— inquirió la joven.
—Pues un recuerdo, algo tuyo que sea
como un amúlelo de la buena suerte y como
liua caricia para mí.
La linda bordadora, se i|n¡tó el medallón de
uro que ¡¡endía de sn cuello y se lo alargó d¡ci''ndole:
- Te doy lo mejor que puedo darte, Diego.
l-;sle medallón es el liníco recuerdo que poseo
lie [ni madre. No lo pierdas y venéralo como
yo misma.
—Te lo jui'o — repuso el bandido. Y besó
el medallón religiosamente. Deespués volvió
a decir :
VA téi'mino del colo(|uio liabía sido presenciado desde una esquina por el alcalde de corte,
que desde el día que intentó apoderarse del
medallón estaba íniiuielo j)or conocer si Consuelo era...
Al día siguiente dii'igióse a casa de Consuelo
eon el único objeio de conocer el origen de la
bordadora.
—¿Qué. le trae por aquí, señor Sanabria?
-inquirió tía Luisa al verle entrar.
•w^.v•t-b^-w^iArtrtrfv^ArtJvsftAíWJV^Aftrtrt^wwJv^rtrtí^^
.•S^^VbfWS^WWSiP^V^
- -Sólo vf'ii^'fi ii |K'(IÍ!' (Ii=,('iilji;i jHir lo del nif(I)i!16n.
—líslii usíi'd iJipinil|i¡niü.
I'ari'iitopis. E[ alcíildi.' Iiii¿i;a la niíuiiM-n nií'i?
Iiáliil <\c salioc lo qui' le irilei't'sa. Itp repente,
ju't.'giinla :
- ¿TÍL'IH.' uslí'il jiaiiru^, i;oiisiií?lilo?
Tía Luisa ri'S|ioiuii' [¡ur la miiitliachíi, tiuc ]io
acii-'i'la (•(jn la rc-ípuesla, y Í|IIÍ? SI; Im t u r h a i l o :
O'iL'a iistnl. Tlare de (.'«lo diez y sictn
añn?. Un día, yendo yo a la iiii?a <1Í.' alba, liallí
a la [juerla (lií la i^'lesia una niña í'iiviieHa en
[¡afialef-, ^íe apiiidi'' tlr ella y me la llevé a casa.
E^a iiifia, lan erueliiieiilc aíianduiiada, vni CouH.uolilo. Up su cuello [pi'iidía el iiiL'ilailóri de oro
i|ne usted ya conoce, y que ella eon^erva aún.
- ,1 Quiere nsled [noslrai'iin' el medaltón-''
-Se lo dejé anoclie a mi iiíivio eti prueba dts
bi uiui-bü que It.' aUHj — dijo Consuelo.
Kl alealde' hV/.o un ¡ifi^lo de ronlrariedad,
[lei'o uada olijeíó. Y ya vn su casa i'ecnrdó,,.
Hacia api'oxiniadaniciile ilic/, y oi-lio años
cpie él lialjía i-eeiliido la vi>;ila del niaripié? del
Campo, quien If (•oiiuniii-ó :
- Mañana lie de auseniai-iue de aquí... I'ar'lo
para el Pei'ii y deseo confiarle una niña a la
que uo puedo, por aliora, darle mi nombro,
(^(in la i-rialnra le dejai-é FU ÍIOII-. IVS uFted un
iiombre Iionrado y csloy seguro de que cuando
la niña llegue a su mayor piiai! se lo cnlrciiarií
sin merma, si es que pai'a entonces no lio
vuelto yo de lieri'as ile .\inerica.
Meses más larde se íinpo qui' el marqués de
Canillo liabia nuierlo, Hesai'ai'ecido el único
[iosecdnr del secreto. Sanabi'ia pensú en desliacerí^e de !a niña para disfrutar su liofe. Y
una noi'hc cogió a la criatura y fm^ n depositarla a !a puerta de la iglesiia,..
Pero se descuidó de quitarle <-\ luedallón iju€
la niña llevaba colgado al cuello, y esio es lo
i|ne alioí'a le preoeupaba atrozmente.
.\l alcalde le apremiaban desde la eorle la
rajdura de Diego C(U'i'¡entes,
Sanabria dispuso (¡ue saliera para la Sierra
una {'onijiañíri de escopeteros.
Ru aipiellos nioini'nlos, el líen+ígao se quejaba amargameuie ante los flemas liandidos
de la ausencia del ca[iiláTi y de su mala táí'iica
en los golpes de mano.
El vigía, que desiie lo alio ilel cerro \ig¡laba
la i'arretera, g r i t ó ;
—¡ Una carroza !
—I A las armas ! — ordenó el líenegao.
Minutos más tarde, los bandidos hacían detenerse a una lujosa ean-oza en la que viajaba
la niai-quesa riel CaTn|io que se encaminaba a
la villa con ánimo ile resolvi^r cierto asimto
muy importante ¡lara ella,
['•¡ liencgao la obligó a (pie si' apeara y a)
registrarla se incautó di' un medallón de oro
que la marquesa lleval'.a encima.
--] Devuélvamelo ! — suplicó la inai-quesa^.
Yn le daré por él í-nanlo me pida.
\\u esloapari'ció llieiío Colorientes tpie, con
\()/, imperiosa, ni'dcnó a su segurólo:
—; lienegao, ilevui'lvele a esla señora lo (]Ue
i'í'ciama I
El Rcpegao quiso insistir, pero su capitán
K' arrídi'aló el medallón de las manos.
Diego, antes de devolver el medallón a la
dama, lo cotejó con id que le liabía regalado
i'ii fiConsueliyo». Y vio con no poco asombro
que ci'an exaclameute iguales.
A! verlo la mar'quesa quedó también soi"prendida. .
,; Quién le ha dado -ese medallón, idéntico
ai mío? — |iregiui1ó.
—Cierta persona que adoro, s e ñ o r a ; pero
cuyo uombre uo puedo decirle,
--Rieu, guarde su secrelo; pero conviene
qui' se lo devuelva por'que puede serle de gran
iililidad mañana mismo — observó la dauui,
VA famoso bandido se brindó a acompañar
a la marquesa hasla la entrada de la villa.
Al cabo de una liora la comitiva dio con la
eompañía de escopelei-os. El capitán se acercó
a Diego, y le p r e g u n t ó :
—,iHas tenido algún Iropiezo cou Diego Corrientes ü con su partida!'
- A un cuarto de leiíua de aquí los encontrará.
Los i'seo|ii'lerof! siguieron la dirección indii-ada, y no tardaron en dar con el Renegao y su
cuadrilla: pei'o. gracias al conocimiento'del
lei'reno, bw bandidos se salvaron a excepción
del líenegao, a quien afiresaron.
Aquella misma noclie. Diego Corrientes devolvía el medallón a su amada, aleüando que
temía [lerderlo en sus andaTi/as.
Cuando al día siguiente vio el alcalde de
corte el medallón en poder de Consuelito, tuvo
luia gran alegi'ia.
En la Alcaldía le enteraron del fracaso de
la ca[ilura de Diego Corrientes, y se enfureció. En esto le anunciaron que la marquesa
del Campo desealia hablarle. Ya frente a frenle, el alcalde y la marquesa, babló é s t a :
—Vengo a que me entregue la hija natural,
con su dote, que lia<:e diez y ocho años le confió mi pobre bermann.
Sanabi'ia buscó la i-espuesla más Iiáhil :
—^La niña mui'ió poco des|iués do. tenerla
yo a mi cargo. Y la fortuna, por dis[iosición
del señoi" marqués, su liei'mano, uu! perleriece.
La dama ari'ltgó el entí'ecejo. Luego dijo :
—Espero me fficiüle los comprobantes y el
medallón ipie la niña llevaba al cuello.
Cuando salió la marquesa del Campo, el Renegao declaró aule el alcabie :
"Si me concedon el |iremio ofi-ecido y me
dejan en liberlad, yo tes diré dónde jn'ieden
coger esta misma noche a Diego Corrientes.»
—Se te concederá lo que pides.
—-Pues en casa de Consuelo, la bordadora,
le enconlrarán.
-Mira, lienegao, si además me entregas uu
medalb'm que lleva Consuelo colgado al cuello,
le daré cien onzas más.
Aquella noche, los csi'ijpeleros se apostaron cei'ca de casa la hordadora. El lienegao les
acompañaba, 'ramhién estaba el alcalde, que
ordenó al bandido :
—l'ua vez prendido lu capitán, y en 1u JK)diT el medallón, me llevarás ésb'' a Los Nogales, mi cortijo.
El líenegao llamó a la puerta de casa de
Consuelo. Tía Luisa abrió, y le dijo el t r a i d o r :
- -Señora, su hermana me ruega que le avise
qui" vaya a su ca.'ia en .seguida.
Tía Luisa salió precijiitadamente. Entró el
Renegao en la rasa, y cuando halló a Consuelo le pidió que le entregara el medallón. Ella
se negó a dárselo, y ct bandido a m e n a z ó :
_—Si l e ' n i e g a s a dármelo, cuando llegue
Diego lo [)renderán los escopeteros que vigilan
la calle, y a los que yo he apostado en ella.
Jínlretanto, Dii'go, que llegaba ai ¡meblo, dirigióse a casa de f^onsnelo, Al oir voces cu la
casa penetró en ésta poi- i-\ balcón. T,o oyó el
lienegao que dijo a la joven: tq Ese es Diego I,,, Si le dices f(uc estoy aquí le mato de im
tiro,II
Al [ireguntarle Diego a su novia {]uién cstaha con ella, Consuelito negi'i. El bandido repuso entonces que se lo ocullaba [lorque di'lda
ser su amante. En esto, los cseiqieleros, que
le habían visto entrar, golpeaban la puerta de
la casa, gritanilo :
— ; Abran a la ju.slicia ilcl líey !
Diego pudo cscajtar luu' la ventana, hai'ioiidrí
fren le a la lro|ia.
Los soldados dcluviei'on a (ionsuelo como
i'ticubridura de Diego Coi-idenles.
Diego mi tenia oiro pensamiento que vengai' lo qm' él creía traición tic Consuelo.
Al hallar a Coral la subió a la grupa de su
jai-a, jurando fio a b a n d o n a r l a : piM'o en el camino caí' en una i'miiitscada que le tiende el
Renegao, que disjiara sobre él. Coral cae herida de muerte y Diego la condujo al coríijíi
más próximo, donde la gitana e\¡iiró...
Mientras, el lio Pi'laca. que si' había enterado de que el Renegao ii-ía a llevarle a Sanahria el medallón a L(js Nogales, se dirigió
al cortijo, [lidieudti ser alhei'gado en él por
aquella noche. Poco después llegaba el alcalde, Y luego,,. Diego Cori'icntcs que, pistola
en mano, le amenaza con la muerte si le descubre cuando el Renegao llegue al cortijo.
Y cuando llega c! traidor, Diego se esconde.
I-"1 Renegao ipiiere entregar el medallón a
Sanabi'ia ; pero éste, por lemoi' a Diego Corrientes contesta con evasivas, negándose a
recibirlo. De siíbito, aparece Diego, que invita
a su segundo a defenderse <'on su puñal. Luchan, y Diego hundí' su puñal en el corazón
del Renegao, apoderitiulose del |U'ecÍado medallón,
ilousuclo compareció anlc los jueces, acusada de enciibi'idora de Diego Clorrientes.
La joven se nf"ji'\ a delatar a su novio, y ya
bis jueces iban a diciar veredicto de culpabilidad, cuando se presentó ante el tribunal
la marquesa del Canijio.
El f)rinci[ial acusador, que ei'a d alcalde, se
lurbó al ver a la dama.
Esla acusó a su vez a Sanabria, pidiendo la
libertad de su sobrina,
Pero los jueces ílieron la i-azón al alcalde.
Fallaba la prueba principal: el medallón.
Consuelo iba a ser condenada, puesto qnc no
tenía la alhaja.
De pronto se abrió la puerla del tribunal y
a[iareció un mozo lleno de prestancia.
- S e ñ o r e s jueces — habló el recién llegado.—Aquí está ol medallón de esta joven, y
que el señor alcalde le había robado. '
--,;Y quién es usted P - - inquirió el juez,
• —; Diego Corrientes!
Se le prendió; pero cuando hubo explicado
.tu vida y demostrado la maldad de Sanabria,
(d alcalde fué apresado v Diego Corrientes, ol
famoso bandido |)ueslo en libertad,
Y cuando volvía a casa de Ha Luisa, dando
el brazo a Consuelilo. v acom[iañados por la
marquesa del Campo, dijo:
—Se acabó Diego Ciu'i'ientes y su leyenda.
Desde hoy sólo daré a los pobres lo que gane
con mi e.-fuerzo honrado.
" ^ ^ • ^ ^ ^ ^ ^ u v ,'•AA.P^VWWWV\A^V^rtAPWVWiftHWVb%%
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15
••^^-^'¿^í'^^^'^'^'t'
D C L ;f I LJi
H A $ CA H i I LA I
La v a m p i r e s a
liVii de l'iitli: he m|uí al |irí.)lüli|i(> i¡i' la \aiiijiii'i.isii,
IJH miijor ahisnio, la (¡uo liaciendi) ai'uia tlt; riiHlucciLuí di-í üiis ¡iruciarf íeuieiiiiias, loí^ra con etlui^ fasi'iniir a] liuiiilire para liacer de éslc
lili etíclavu üe ÜUÜ dííStiüB d una \íi.iiiiia de la fatalidad ; ei^a vaiiipií'eKii
i|iu' lli'va tiCLilln t'ii sti alma al {íeiiia
did mal — horrible moriatnio que adorna su fri-iile con la corona úe siete picota
di' los ¡leeadoa íínpiLalus - ; la iMiHafiadora ¡íii'uiia por cuyas venas <:ori't' la
.^aiiL-rt- viciüí^a lie, las í^raiides corlesaliüH ipie le icgaroii con ella los terriIJII'S génneiies do la maldad, la asliiL-ia
y la lascivia: esa es, en ia paiiialla,
Lva de Piitti.
,;l!oimcÍ!S a Birria María, !a extraña
Helia María de <(Var¡Ldr;))? .Ks la mujer
falai que los novelislas psicólogos—ex¡icrliis en analizar los instintos y pasioiii's de sus pcl'sonajes — escogen paca
hi-roiiia de sus historias,
l!i'i-ia Mai'ía es la niujer-niislcri(t ijin'
nadie sabe de dúnde proeede. ni cuál es
su condición ni cui'tl su destino. Sn
[loinbre, C<ITII(I toda ella, es otro t;nigina. Llegó de lejanas lii-i'ras en un
limpie, y a la tri])nlación de éste, igiiiii'anitd cúniu ÍÍC llamaba aiiutilla mujer
- ^;aeaso^'lla lo sabia!'- , bailarina df ¡ii-oíf.-^ii'm, que culi sos daii/.aí^
orientales, lúbricas e ¡indlanfi-s, ili'S|H'ída!ia su Injnria, se le «iciirrii'i
denominarla con el aondirt; qne td vajuU' ustenlaba en sns costados:
"lieida Maviaii. V de esla 1'(H'[U;I i[nedó bautizada [laru lo sucesivo.
lioss, id .saltiinlianipii. vivia í'diz en la placidez lif sn humilde lio.i;ar, un hogar errante, cobijado bajo la Icclmnilirc y las débiles liaredes lU' la Hruiilid ti'ii boliemia, y com]>ueslo [loi' él, su mujer y un
liijito de ambos ile escasos meses, t'ero un ilia, la falaüdad en forma
lie mujer llamó a sn [luerla y vino a eulreniezrlarsf i-n la dicha (M
pobre furaiiflnlero. Ik-rta María, la tentación hecha cai'ue, ejerce tan maléíico
iiitlujo sobre su voluntad, que consigue
que Boss abandone a los suyos para
huir con ella en pos de una falsa pasión. Pero el tatalismo que acompaña a
la mala mujei- no tarda en cernirse sobre la cabeza de Itoss. Y es Artinelli, el
aeróbata, (d instrumento del cual se
servirá la l'aLalidad para hacer su esclavo al hueri saltimbanqui. Cniuuhi Artinelli se présenla en escena, joven y
apm>slü, con la desenvoltura de homlire de mundo que su calidad de artista
célebrií le eontiere y con la ]n'estaneia
y el cinismo de un don Juan, el alma
voluble de Berta María evoluciona a
[avor del joven artista circense, sin
aeordar'e para nada del enoi'nie sacrificio que Boss realizara por su amor al
destruir su hogar y la felicidad de su
mujer y su hijo. Y cuando Boss se
entci-a üe la traición, el nialelicio i\w;
va sembrando la ingrala hace presa cu
i'd y da muerte al traidor, ul falso
amigo, quedando de este modo li'uncada pai'a siempre la vida del pobre sallimbanqui...
.\sí es Berta María : sidapada, jiervcrsa, jiero sin hislrionisuiu, sin
estridencias su maldad. Maldad hipócrita, a r t e r a ; maldad inui/ hiiuiiina, que es la [M!or de las maldades. Y es que Lya de l'ntti íltei'ta
.María) no necesita del truco del retoreimicnl.o ni ile las posturas incilautes, falsas siempre, para ser una mujer fatal; le basla con su arte,
Lya
de
Pullí
ihiici) y jiL'r.Honalísinio. liia mirada de sus ojos exjiresivos, un mohín
de su boca, un aríineamicalu de cejas tienen en ella más poder descriptivo que una larga escena de seducción a base de andares ondulantes (j lie ¡jossi'ü felinas.
¡ La* mujeres fatales... I i Uh, laft miijci'es fatales del cine I ¡ (iuán prolíliea
la especie, y (|ué pocas entre tantísimas lograron destacar con algún bri.
lio!
1^1 [lapel de la vampiresa ha sido
siempre eanqio abonado para el llorecimiento del latiguillo fotogénico •— de
tan funes I os resulladon como 0Í teatral- -, ese latiguillo que es el amaneramiíMito y el desplante elevados a la
máxima exageración y a cuyo cultivo
deben mnebas actrices fh'amáticas el
que ; u nombre se esfumara para siempi-e entre la bruma del olvido, Saber
snbsfrHcrse a su ínllujo es l i razón 'el
i'xito de Lya de PuMi y de contadas
(di-as, jiero hay que i^onvenir en que es
.totitemeriíe difícil, i'ei]nicrc más talento arti.stico dar una si.-iisación dramática, del drauíatisnio jiuro, con un
gesto leve que desari'oilar una escena
de tinte melodramáLieo, en segundos
Ii'r'inimí^-, con cuni-rauíieiitii-^ de ser] den tes o con furia de posesa.
¡ l'obre \anip¡fi'sa aquella de la vieja escuela italianal Cuando le
recnrilainos lioy y Le «'imiparainos emi una de estas initji'ves fiiliih'í;.
esencialmente fotogénicas con que cuenta ahora el cine, no contagiadas de los viejos i'e^íabiiis de (das LablaS)- como tú, senliuios pena ])oi'
ti, pur lii qne fuiste. jjDómu establecer un paralelo entre 1ú, pobre
y sin enjundia, cun el quintaesenciado de la iiiii.jcr'i;uríií¡'¡iii' actual,
i'iiyo |irototip(i es esta L\a de PullÜ'
],.
Li^>Ai;i-:s L o i i i ; .
D o r ís K e n y o n
-;
INaciú en tiiracusa y cursó sus estudios eu la Universidad de Columhia
Fascinada por el es¡jejuelo de la escena
y dotada de una .voz excelente, Doris
debutó en el teatro tomaudo parte en
varias zarzuelas. líl "bel cantO)) no acabó de seducirla y de las labias pasó a la
escena muda irilei'pretando varias comedias para la casa P a t h í Echange. Su
espíritu sentimental no s-e adaptaba a
lo cómico y volvió olra vez a las tablas,
esta vez como actriz dramilliea, entrando de lleno en sus verdaderas aücioues.
Aquí empezó su verdadera c a r r e r a ; su
(••xilo no tardó en llegar a conocimiento de uiía grau casa editora y [loco
tiempo desjmés inter[jre!aba un señalado pa[ie! en (iMonsieur Beaucairen.
l,a l-'irsl National vio que (diabía madera» de artista y le propuso un ventajoso contrato.
>-- j ;
.Doris Ken\on lleva intei-jH'eladas vaj'ias cintas por cuenta de la First iVatiorial y {'ii lodas ellas se lia distinguido
de una manera notable, Ticni- la particularidad de ser una actriz comjdetamente difei'cnle en cada uno do sus liliiis. líllimauiente ha iiiterpi'ehido <iKI i'esplandíU' del incendióla con Lloyd tingues y muy. pronto
la veremos en "iSi me volviera a casarn, «Juego de Daniasü y su gran
creación <illombi'es do acero», donde al lado de sn esposo Milton Sills
se n o s m u e s t r a una heroína imponderable.
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